Nº 21 Nov - Dic 2007

Nº 21 Nov - Dic 2007 C onfía y Espera Al empezar el Adviento, confía y espera. Es verdad que las cosas no siempre van bien. No podemos cerrar los

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Nº 21 Nov - Dic 2007

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onfía y Espera

Al empezar el Adviento, confía y espera. Es verdad que las cosas no siempre van bien. No podemos cerrar los ojos a la realidad que nos rodea. No podemos dejar de llorar con los que lloran y estar cerca de los amigos o de cualquier persona marcada por el dolor. ¿Cómo decir entonces: confía y espera? Es verdad que los ideales no siempre se realizan y los sueños no siempre se cumplen. Las metas que nos proponemos ¡cuánto tardan en conseguirse! Es verdad que la noche se prolonga demasiado. “Centinela, ¿qué hay de la noche?” (Is 21,11). Centinela, ¿cuándo terminará de una vez la noche? ¿Por qué es tan oscura y tan fría? ¿Es que no va a terminar la noche? “Dice el centinela: se hizo de mañana y también de noche” (Is 21,12). Vendrá la mañana, ése es el Adviento. Volverá la noche, ése es el reto. Que la luz venza a las tinieblas, que el día sea cada vez más grande y la noche más corta, ésa es nuestra esperanza.

Confía y espera. Es consigna para el Adviento y para siempre. Hay muchas razones para la confianza y la espera. Para el cristiano hay razones de más peso, son las razones del amor de Dios. El centinela, que ahora es la Iglesia, lo ha experimentado, y te dice: “Mira hacia arriba y sentirás que Dios te protege. Dios sí que es un centinela vigilante, que no deja de velar por ti. Mira hacia abajo y descubrirás las huellas de un Dios que se ha acercado al hombre por amor. Mira hacia dentro y experimentarás la presencia del Amigo, que es Amor. Y si Dios te ama, ya no tienes nada que temer; pase lo que pase, estás salvado. Y si Dios te sonríe, no hay lugar para la tristeza”. Nadie puede celebrar el Adviento si no está lleno de esperanza hasta rebosar, hasta contagiar el gozo y la paz a todos los desesperanzados. Esto sólo es posible por la fuerza del Espíritu. “El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo” (Rm 15, 13)

S

e llama liturgia al culto público de la Iglesia, efectuado como Iglesia, en nombre de la Iglesia y en comunión con la Iglesia. Incluye los ritos y ceremonias con que expresamos el culto a Dios. La liturgia principal es la Santa Misa. Adviento es el periodo litúrgico que precede a la Navidad y dura cuatro semanas. El primer domingo de adviento (este año es el 2 de diciembre) es el comienzo del año litúrgico. Una antigua tradición que podemos hacer en casa es la corona de Adviento, que se prepara con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. El primer domingo de Adviento encendemos la primera vela y cada domingo de Adviento encendemos una vela más hasta llegar a la Navidad. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Lo más importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del

nacimiento de Jesús, quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote. Otra bella tradición es preparar el belén, como si se quisiese revivir junto a María estos días plenos de gozo que precedieron al nacimiento de Jesús. Hacer el belén en casa puede ser una forma sencilla, pero eficaz, de presentar la fe y transmitirla a los propios hijos. El pesebre nos ayuda a contemplar el misterio del amor de Dios que se ha revelado en la pobreza y en la sencillez de la gruta de Belén. La Madre de Jesús es, mejor que nadie, quien puede guiarnos a conocer, amar, adorar al Hijo de Dios hecho hombre. Dejemos, por tanto, que sea ella quien nos acompañe; que sus sentimientos nos animen a predisponernos con sinceridad de corazón y apertura de espíritu a reconocer en el Niño de Belén al Hijo de Dios, venido a la tierra por nuestra redención. Caminemos junto a ella con la oración, y acojamos la repetida invitación que nos dirige la Liturgia de Adviento a permanecer en espera, una espera vigilante y gozosa, pues el Señor no tardará: viene a liberar a su pueblo del pecado.

´ LA EDUCACION

DE LOS HIJOS A

Mamen y Alejandro (Cáceres)

menudo estamos tan envueltos en el día a día, volcados en las tareas que conlleva criar y educar a nuestros hijos, en medio de frustraciones, temores y equivocaciones, que olvidamos lo importante. Por eso es bueno recordar.

El hijo es un don. Un don en préstamo que tenemos que redescubrir Un hijo es un regalo. Sea alto, guapo, tranquilo, sociable, modélico, descortés, huraño, arisco o travieso. No es un trofeo, no demuestra mi valía personal ni mi habilidad para modelarlo a mi gusto. Es un don, no un derecho ni algo de mi propiedad. Un hijo es una responsabilidad, un tesoro escondido que necesita paciencia y mimo.

Eres precioso a mis ojos: te amo Un hijo aprende acerca de sí mismo a través de los ojos de sus padres. Un padre debe mirarle con ojos de asombro, descubrir lo bueno que hay en él, saber el valor incalculable de su persona, apreciar su dignidad, el asombroso potencial que hay en cada hijo, los tesoros que se esconden en su interior. Nuestros hijos son únicos, individuos eternos, dignos de respeto, con su mundo privado, sus propios pensamientos, sentimientos, experiencias y decisiones. Cuando valoramos a un individuo, cuando le mostramos respeto, nos convertimos en personas de valor para él. Una de las maneras de mostrar que

respetamos a nuestros hijos es valorar sus ideas y opiniones. Cuando los hijos saben que sus padres valoran sus ideas y opiniones, se desarrolla en sus vidas un firme sentido de confianza en sí mismos. Lo maravilloso acerca del respeto es que siempre regresa al que lo ofrece.

Descubrir el don de ser padres Ser padres también es un don. No es una carga ni una pesada obligación, aunque a veces así lo sintamos. Desgraciadamente muchas veces somos padres a la carrera, sin disfrutar de la herencia que son nuestros hijos. Dice la palabra de Dios que nuestros hijos son “como flechas en manos de guerreros”. ¡Que puede haber mejor para un guerrero que tener su aljaba llena de flechas para defenderse! Como padre, ¿sientes el gozo y la alegría de haber sido provisto por Dios de la maravillosa riqueza que suponen los hijos en una familia?

Hijo, te necesito Esta necesidad no es una necesidad afectiva. Educar a nuestros hijos nos enseña mucho de nosotros mismos, de cuáles son los verdaderos puntos de referencia en nuestras vidas, de nuestra debilidad, de nuestra necesidad de Dios. La tarea de ser padres nos cuestiona e interpela, nos hace aspirar a los valores e ideales más nobles. Por eso, hijo, seas como seas, te necesito. Te necesito para crecer, del mismo modo que tú me necesitas a mí.

¡Nunca seré perfecto! Ser padres nos da una imagen realista de quiénes somos, de nuestra incompetencia. Por eso tengo que gritar desde lo más profundo, con sincera aceptación ¡No soy perfecto! ¡Qué buena noticia: nunca seré perfecto! Por suerte nuestros hijos no necesitan padres perfectos, pero sí padres sinceros, honestos consigo mismos, que los amen incondicionalmente.

PALABRA DEL SEÑOR I D, D AD F RUTO, C READ.

LA

Dios crea al hombre y la mujer y les dice "Sed fecundos". Éste es el proyecto de Dios para nosotros. “Id, dad fruto, cread. Sed los protagonistas de vuestra vida. Para esto os he hecho a mi imagen”. Henri Nouwen, en su libro “Signos de Vida”, distingue de una manera muy lúcida entre ser fecundos y ser productivos. Nuestros contemporáneos tienden a confundir fecundidad con productividad. El niño de hoy pregunta muchas veces: - Y esto, ¿para qué sirve? ¿qué gano yo al hacer esto? Jesús, en el capítulo 15 del Evangelio de S. Juan, habla al corazón de aquellos que queremos seguirle. Primero nos llama amigos. Después nos invita a la INTIMIDAD con Él “Permaneced en mi Amor”. Es como si nos dijera:

“ S ED F ECUNDOS ” “Disfrutad de mi amistad, acercaos a Mí…Venid a un lugar tranquilo y estad conmigo”. A continuación nos muestra dos signos visibles de esta intimidad: son la FECUNDIDAD “El que permanece en Mí, da mucho fruto” y el GOZO “Mi gozo estará con vosotros”.

INTIMIDAD

FECUNDIDAD

GOZO

Son signos de vida en la persona. Son señales que nos marcan el camino. Y son los tres eslabones de una preciosa cadena que nos engarza al Señor: “Sois míos para siempre”. En este tiempo de Adviento, de preparación al Nacimiento del Señor, preguntaos sobre estas tres palabras en vuestra vida. Referidlas, en primer lugar, a vuestra relación personal con Dios y después referidlas a vuestro cónyuge y a vuestra vida familiar. Al preguntaros a vosotros mismos sobre LA FECUNDIDAD, podréis notar dos sentimientos contradictorios. Por un lado la necesidad de dar más fruto y a veces la incertidumbre. ¿Estaré dando fruto? ¿Estaré respondiendo a este deseo del Señor de que mi vida sea fecunda? Muchas veces necesitaremos la voz del otro -el cónyuge- , de los otros -los hermanos del grupo o de la comunidad y necesitaremos oír la voz del Otro con mayúscula, la voz del Maestro en nuestro corazón.

Encuentro de Familias Valencia sep’07

Ana (Valencia)

“Sed fecundos” fue el lema que motivó el encuentro organizado por Familias Invencibles, en la casa que Verbum Dei tiene en Siete Aguas, el último fin de semana de octubre. Alrededor de 30 familias, venidas de muchos puntos de España (Valencia, Madrid, Alicante, Murcia, Cáceres, Cuenca y Galicia…) se dieron cita para compartir, aprender, escuchar, recibir, divertirse, orar en familia, no importaba si venías solo o acompañado, si estabas casado, viudo o soltero, si tenías hijos, o si ya eras abuelo, todos tenían lugar en este retiro. El Señor tenía preparado para cada uno un regalo muy especial, un encuentro con Él y con los hermanos. El retiro fue organizado por el Grupo Nueva Jerusalem de Valencia. Contamos con el Padre Evaristo, el cual ofició las celebraciones y se puso al servicio de todos sin dudarlo. Las enseñanzas tuvieron como tema central: “Las tres fecundidades”. La primera: la fecundidad mutua, hacer del matrimonio un verdadero encuentro, por el cual un “yo” y un “tú” se convierten en un “nosotros”. La segunda fecundidad: la paternidad y maternidad en la tarea de educar a los hijos. La tercera y última fecundidad, nos hablaba de nuestra labor de dar fruto en el entorno que nos rodea. Cada familia cristiana es en sí misma signo de la presencia de Dios en el mundo. Finalizado el retiro, es momento de asimilar todo lo vivido, de cuidar las nuevas amistades, de cultivar aquello que se ha sembrado en nosotros, así como de poner en práctica todo lo escuchado… Será momento de recordar y de compartir, pero también de esperar a que venga el próximo.

Momentos de Alabanza

Los frutos de los hijos

Bendición en familia

Donde hay Gracia hay Testimonio Emilio y Romi (Valencia)

Fuimos al encuentro de familias de Valencia con mucha ilusión pero también con muchas prisas. Aunque nos cuesta un poco movilizarnos con nuestros tres hijos, íbamos con mucha alegría y ellos se portaron muy bien en el tren. Durante el encuentro lo que más nos reconfortó y alegró es cómo ellos comenzaron a alabar y a conocer un poquito más de Dios. Vemos cómo el Señor sigue renovando nuestros corazones con su amor y notamos cómo nos está uniendo cada vez más como pareja y también como familia. Nos habló claramente sobre ser fecundos, fecundos para nuestro hogar: amándonos, perdonándonos y acogiéndonos con ese amor que ha puesto entre nosotros; y ser fecundos fuera de nuestro hogar: siendo testimonio y también evangelizando. Damos gracias a Dios porque está bendiciendo mucho nuestro hogar. Vemos que el vivir más cerca de Dios nos hace felices y vivir en plenitud. Notamos cómo estos encuentros de familias se están convirtiendo en algo necesario en nuestras vidas. Comenzando en agosto, en Nanclares de la Oca, y continuando ahora, vemos cómo en nuestra relación de pareja vamos reencontrándonos en el amor que Él ha puesto en nosotros, y en nuestros hijos que son nuestros regalos. Damos Gloria a Dios porque lo amamos, queremos ser suyos y vivir junto a Él siempre.

Encuentros 2007 - 2008 FAMILIAS INVENCIBLES ENCUENTRO de OTOÑO en Galicia Parroquia de Sisán-R Ribadumia (Pontevedra) -eentre Barrantes y A Toxa8 de diciembre de 2007 Información: 986 313 795 [email protected] Madrid, Encuentro de Familias : 2 y 3 de febrero de 2008 Huelva, Encuentro de Familias : 3 y 4 de mayo de 2008 Nanclares de Oca, Encuentro de Familias: del 11 al 17 de agosto de 2008 www.familiasinvencibles-rcc.org

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