NO ES LA PRIMERA VEZ QUE CHINA ES POTENCIA MUNDIAL Por Federico Echavarría Olarte *

El impetuoso desarrollo de China en todos los terrenos ha ocasionado el encarecimiento de los combustibles y algunas materias primas. Hubo un momento en que las grúas estaban agotadas por la construcción de la represa más grande del mundo. Lo mismo las máquinas para obras de ingeniería. Infortunadamente, todos los días hay más separación entre la prosperidad de algunas regiones y otras que se quedaron atrás. Ahora existe una diferencia grande entre el nivel de vida de la gente del campo y los habitantes de las ciudades. Hay pocos ricos y millones de pobres que viven precariamente, lo cual dificulta el problema para explicar el dogma comunista de la igualdad. Así que no todo es color de rosa como algunos economistas y planificadores, que sólo ven cifras, nos quieren hacer creer.

Sobre China hay muchos mitos, algunos pocos son: Que no se entienden entre ellos, pero el 92 por ciento habla chino mandarín y todos son educados en ese idioma, aunque en sus hogares las minorías usan la lengua local; que están preparando una invasión a Taiwán, pero hoy prefieren la paz pues les va muy bien con el enorme éxito que tienen en casi todos los campos; que muchos países reconocen a este país; en verdad, son pocos los países, liderados por el Vaticano, que desconocen a la República Popular China, y que se comen a los niños; esto posiblemente sucedió en épocas remotas, y no solamente en China sino en varias partes del mundo, durante hambrunas horrorosas. En los colegios nos enseñaron que los chinos eran unos malvados. Pero jamás nos contaron la verdad sobre por qué su odio hacia los misioneros cristianos, las monjas y los chinos conversos. A los maestros les faltó decirnos que muchos misioneros eran, además de esto, espías de sus iglesias y gobiernos. En 1839 Inglaterra se adueñó de unos islotes en el sur de China, lo que llegó a ser el muy próspero territorio -como dicen los británicos- llamado Hong Kong. En 1840 comenzó la guerra del opio, pues vendían el narcótico contra la voluntad de las autoridades chinas. Al derrotarlos con el respaldo de los cañones en la marina más poderosa que el mundo había conocido, debieron firmar el tratado de Nanking. El país quedó dominado. Japón derrotó a China entre 1894 y 1895. Luego le ganó la guerra a Rusia de 1904 a 1905, algo que parecía imposible: una potencia europea derrotada por un país de Oriente. Como resultado de lo anterior, en 1899 aparece el movimiento Yihetuan o Boxer en inglés, el cual creció rápidamente. En junio de 1900 entraron a Beijing unos 100 mil chinos de fuera llenos de odio. Incendiaron iglesias, atacaron las legaciones diplomáticas, y se enfrentaron a los extranjeros. Entonces estos bajaron las tropas de los buques, los derrotaron, y arrodillaron al gobierno con un tratado infame para

comerciar libremente. Los invasores, en forma prepotente, creían que debían darles una lección. Utilizaron la fuerza bélica muy superior y la venalidad de los funcionarios chinos. La Emperatriz Heredera poco sabía del mundo exterior. En las atrocidades intervinieron: Rusia, Japón, Inglaterra, Australia, Francia, Italia, Alemania y Estados Unidos. También se adueñaron de la próspera ciudad de Shanghai, la cual repartieron entre ellos, donde hoy -como recuerdo de épocas pasadas- aún puede verse en un parque el letrero que dice: ni perros ni chinos. Sin embargo, en las viejas películas de Hollywood los malos siempre eran los de Oriente. El 9 de marzo de 1932 el imperio japonés creó en Manchuria el estado de Manchukuo, con emperador chino y todo. Muchos recordamos la divertida película de ficción: El Último Emperador. En 1945 fueron finalmente expulsados por Mao Zedong y su inmenso ejército. Mao y sus asesores derrotaron al ejército de Chiang Kaisheck, asesorado por altos oficiales de los Estados Unidos quienes les suministraban los últimos equipos militares. Aunque yo sólo era un joven estudiante en los Estados Unidos, recuerdo bien las visitas de la señora de Chiang Kaisheck. La bella señora causaba revuelo en la alta sociedad de Nueva York por su aristocracia, belleza, inteligencia, el inglés impecable con pronunciación británica y modales de princesa. Naturalmente, salía con millones para la causa de su marido. El jefe Mao, cuya familia sufrió tanto en la guerra, creó el 1 de octubre de 1949 la República Popular China durante una imponente ceremonia en la enorme Plaza de Tiananmen, de cuarenta y media hectáreas. (Recordemos que El Vaticano tiene cuarenta y tres). La inmensa plaza estaba repleta de gente con banderas rojas. Mientras cantaban el himno de China lloraban de emoción. De ese momento en adelante el mundo respetaría a la República Popular China, hoy con 1300 millones de personas y un crecimiento enorme sostenido. En la época moderna el desarrollo comenzó en Shenzhen y en otras 3 Zonas Económicas Especiales; especie de zonas francas. Siguieron privatizaciones en el sector de la vivienda, de las carreteras, puentes, ferrocarriles, y compra y venta de acciones. Sin embargo, no debemos olvidar que el sistema político sigue básicamente igual. El patriarca Deng Xiaoping y otros observaron cuidadosamente el rápido crecimiento de los países vecinos, ignorado intencionalmente por la mayoría de los dirigentes. A Deng se le atribuye la frase: Economía de Mercado con Características Chinas, aunque es más llamativa y divertida la que dice: No Importa de Que Color es el Gato con tal Que Cace Ratones. Fue muy difícil para Deng convencer a los jefes. Insistió en que debían aprender de los países industrializados y estudiar a los vecinos, que tanto progresaban. Así la Universidad de Beijing -templo de los dogmas -comenzó a enseñar teorías económicas modernas. Los estatutos del partido fueron parcialmente modificados. Durante la IX Asamblea Popular Nacional, en marzo de 1999, se modificó la Constitución para incluir la economía de mercado. Los comunistas tradicionales debieron revolcarse en sus tumbas. El mayor genio reformador de China había ganado su última batalla, después del exilio, las amenazas de muerte y la burla de muchos colegas comunistas.

El progreso también se debe a la habilidad del Ministerio de Asuntos Exteriores. Allá existe una carrera diplomática muy profesional, donde se asciende poco a poco. No existen los nombramientos de políticos o sus familiares y amigos, como tristemente sucede aquí. Por ejemplo, era muy importante acercarse a Corea del Sur, para lo cual tuvieron muchas reuniones secretas. Con estas nuevas relaciones diplomáticas, y las de Rusia y Corea del Sur, Taiwán quedaba más aislado. En el comunicado conjunto se reconocía a la República Popular como la única China y a Taiwán como parte de ella, igual a como debió hacerlo Colombia y también los Estados Unidos. Olvidaban la muerte, entre 1950 y 1953, de 2 millones de coreanos y 500 mil nacionales chinos. Después de largas y muy complicadas negociaciones, Hong Kong regresó a China el 1 de julio de 1997. Macao el 20 de diciembre de 1999. A Taiwán, una de sus provincias, le hacen periódicamente la oferta para regresar como: Un País dos Sistemas, para que pueda conservar la economía de empresa privada y sus costumbres, que es lo ya practicado en los dos territorios mencionados. Me referiré ahora de manera breve a la antigüedad china. Hay un libro verdaderamente impresionante por su contenido, escrito por el capitán de submarino de la Real Marina Británica Gavin Menzies. Tiene como título: 1421, El Año en Que China Descubrió el Nuevo Mundo. Cuenta que en el siglo XV, de 1421 a 1423, el emperador envió cuatro grandes expediciones muy bien preparadas para recorrer los mares. Los chinos hacía siglos sabían que la Tierra era redonda. Estaban muy avanzados en tecnología y ciencia, de modo que desde el 240 a. de C. consignaban las apariciones del cometa Halley. Exportaban porcelana, cuya fabricación desconocían los europeos. Tenían el papel, la seda, la pólvora, y la imprenta cuando aún no la había “inventado” Guttemberg en Alemania. Utilizaron el papel moneda desde el año 806 de nuestra era. China en el siglo XI producía tanto hierro que Inglaterra demoró 7 siglos en igualar su producción. Era la primera potencia en economía, ciencia y en asuntos militares, incluyendo muy especialmente los adelantos navales. Desde hacia siglos se divertían con la cetrería, pues adiestraban halcones y águilas para cazar. El área amurallada de la ciudad de Beijing era 1500 veces más grande que la de Londres. Contaba con 50 veces más habitantes. La Gran Muralla tenía 6400 kilómetros. Los astrónomos chinos descubrieron en el 1054 la nebulosa El Cangrejo. Hicieron un trazado cartográfico del firmamento y fueron capaces de predecir, tanto los eclipses de sol como los de luna. Hicieron el canal más largo del mundo con 1747 kilómetros, comenzado en el siglo IV. En 1404 iniciaron una gran biblioteca que culminó en 4 mil volúmenes en el Palacio Imperial, mientras para la misma época Enrique V de Inglaterra tenía sólo 6 volúmenes manuscritos. El ejército chino contaba con un millón de hombres con armas de fuego, mientras el rey inglés tenía 5 mil soldados con arcos, espadas y picas. La inmensa flota tenía 3.759 barcos con 28,000 personas. Los navíos llevaban caballos, perros, cerdos, aves, grandes cantidades de cereales y agua. La flota de Nelson, durante la batalla de Trafalgar, en 1805, contaba a lo sumo con 30 naves y transportaba 1800 hombres. Hace pocos años encontraron un timón que mide 10 metros de altura, casi la longitud de la Niña de Colón. Cada barco grande transportaba 2 mil toneladas de carga. Podían hacer viajes de varios años. Navegaban guiados por las estrellas y el sol. Llegaron antes que los portugueses al Africa occidental, y al Brasil antes que Alvares Cabral, considerado su descubridor. Vieron y trazaron el

mapa de Sudamérica por el Atlántico y el Pacífico. Pasaron por el estrecho de Magallanes 98 años antes que el propio navegante portugués. Recorrieron el cabo de Buena Esperanza, al extremo sur de África, 66 años antes que Bartolomé Días. Conocieron la Antártida y el Ártico con 4 siglos de anticipación. Descubrieron a América 60 años antes que Colón, donde muy al norte ya habían llegado los escandinavos. China era la primera potencia militar. Tenía cañones. Los juncos llegaban hasta los 150 metros de largo por 50 de ancho, cuando las carabelas de Colón medían la quinta parte, y mucho después el barco insignia de Napoleón no llegaba al tamaño de los chinos. Llegaron por el Pacífico a Australia 3 siglos antes que el capitán Cook. Por el Índico a la India, Arabia y Africa del Sur. Las expediciones marítimas viajaban como los convoyes de la Segunda Guerra Mundial. En el centro, los buques insignia rodeados por juncos mercantes, la mayoría de 30 metros de largo por 10 de ancho, y en el perímetro los de guerra. Hacía mucho conocían la brújula. Sus barcos podían recorrer grandes extensiones con menor peligro. Llevaban embajadores con su séquito de sirvientes, intérpretes, eunucos como secretarios, y sabios religiosos, pues practicaban la tolerancia. En la expedición llevaban científicos, matemáticos, astrónomos, metalúrgicos, botánicos, ingenieros, arquitectos, médicos. Exploraban y mapeaban los litorales y lugares donde desembarcaban. Dibujaron detallados mapas del inmenso recorrido por el mundo, que más adelante utilizaron Colón, Magallanes y algunos marinos de la época. Parece ser que los conocimientos de los chinos fue un secreto muy bien guardado por los navegantes de Europa. La Flota navegó por el delta del Amazonas, por las Antillas, la Florida, la costa oriental de Norteamérica, Terranova y Groenlandia. Llegaron a Islandia, Rusia, Siberia y el estrello de Behring. Recorrieron desde Alaska hasta México, Centroamérica y Perú. El junco de Pandanan, encontrado en las Filipinas, muestra el comercio con china. El del río Sacramento, cerca de San Francisco, indica que allá también llegaron. Se ha encontrado porcelana Ming -dinastía que duró de 1364 a 1668- en la costa oriental africana, el Golfo Pérsico y Australia. Dejaron estelas –o sea monumentos conmemorativos que se erigen sobre el suelo en forma de lápida- a todo lo largo del recorrido. Llevaron el maíz de América. Equivocadamente nos enseñaron que fue Colón quien descubrió a América en 1492. Llegó pero mucho más tarde y con los mapas o al menos un mapa dibujado por los chinos. Descubrieron como medir la longitud geográfica 300 años antes que los marinos ingleses. Los europeos sólo igualaron todo esto varios siglos después. En 1421 la segunda flota en importancia era la de Venecia, que poseía unas 300 galeras sólo aptas para cruzar de isla en isla en el verano del Mediterráneo. Una batalla entre la Flota China y las demás hubiera aparecido como entre tiburones y sardinas. Mucha gente se pregunta ¿Por qué hasta ahora se descubre todo esto? Como a veces sucede, la respuesta es sencilla. Durante años el capitán de la Real Marina Británica estudió las posibles rutas de salida de China y llegada a lugares remotos. Al ser marino profesional, se dio cuenta que los historiadores carecen de los conocimientos para describir los vientos y las mareas. No saben leer las estrellas ni el sol para navegar, y desconocen la técnica para manejar un barco en alta mar. Por lo tanto, no pudieron descubrir los viajes de la inmensa flota china del año 1421. Así que preparémonos mentalmente para cambiar nuestros conocimientos, pues lo que nos enseñaron en los colegios ya no es válido. Los lugares “descubiertos” por los europeos

ya habían sido visitados por la Flota China. Así lo demuestran estelas con ideogramas antiguos y restos de la civilización oriental dejados en los más apartados lugares de la Tierra. Queda una incógnita por averiguar. ¿Que pasó con las toneladas de información que recogieron? Debieron regresar con cientos de mapas y cantidades de datos científicos en los diversos campos. Muy probablemente firmaron tratados con muchos pueblos. Las observaciones de los expertos debieron ponerse por escrito. La tradición indica que los capitanes de los barcos escriben lo sucedido cada día. Pero hoy muy poco de todo esto tan importante se conoce. ¿Qué sucedió?

* Ex Embajador de Colombia en China.