No más Sangre expiatoria!

www.laverdadeterna.com 2010 ¡No más Sangre expiatoria! El Pecado o Blasfemia contra el Espíritu Santo Este tema es crucial para obtener la vida etern

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¡No más Sangre expiatoria! El Pecado o Blasfemia contra el Espíritu Santo Este tema es crucial para obtener la vida eterna Este estudio es la continuación de Hijos de Ira - Hijos de Dios => Ver primero! ¡O seremos salvos, o habremos pecado contra el Espíritu Santo! Todos los que se pierdan, será por haber cometido la Blasfemia contra el Espíritu Santo ¡O somos sellados por el Espíritu Santo, o habremos pecado contra Él! RH, July 31, 1888 Ellen White "Debemos tener un conocimiento tal de las Escrituras, que podamos identificar y seguir las líneas proféticas, y entender las especificaciones dadas por los profetas, y por Cristo y los apóstoles; para que no seamos ignorantes, pero seamos capaces de ver que el día se acerca, de modo que con mayor celo y esfuerzo, podamos exhortarnos a fidelidad, piedad, y santidad. "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados." Aquí está una de las más solemnes declaraciones, y una en la que deberíamos frecuentemente presentar a las almas, para mostrarles el peligro de entrar en el terreno del pecado después de haber recibido el conocimiento de la verdad de Dios. Debemos advertir a hombres y mujeres de salir de ese terreno. Todos haríamos bien en recordar, que cuando estemos bajo la tentación de abandonar el camino recto y bueno, como aquellos que habiendo recibido el conocimiento de la verdad, apostataron, "pecan voluntariosamente", transgreden la ley de Dios ("pues el pecado es infracción de la ley"),-- para tales no hay más sacrificio en favor del pecado. "No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará." (Hebreos 10:35-37). Los que cuestionan, los que dudan, y los apóstatas dicen a aquellos que han estado buscando el advenimiento de su Señor, "Ustedes son falsos profetas."

Cita en Inglés original RH, July 31, 1888 Ellen White "We must have a knowledge of the Scriptures, that we may trace down the lines of prophecy, and understand the specifications given by the prophets, and by Christ and the apostles; that we may not be ignorant; but be able to see that the day is approaching, so that with increased zeal and effort, we may exhort one another to faithfulness, piety, and holiness. "For if we sin willfully after that we have received the knowledge of the truth, there remaineth no more sacrifice for sins." Here is a most solemn statement, and one which should often be presented to souls, to show them the danger of entering into sin after they have received a knowledge of the truth of God. We would warn men and women off this ground. All would do well to remember, when tempted to leave the straight path of right, that those who, having received a knowledge of the truth, apostatize, "sin willfully," transgress the law of God ("for sin is the transgression of the law"),--for such there remaineth no more a sacrifice for sin. "Cast not away therefore your confidence, which hath great recompense of reward. For ye have need of patience, that, after ye have done the will of God, ye might receive the promise. For yet a little while, and he that shall come will come, and will not tarry." Questioners, doubters, and apostates say to those who have been looking for the appearing of their Lord, "You are false prophets."

La mayoría de las personas no quieren escuchar o estudiar el tema de la Deidad por miedo a cometer la Blasfemia imperdonable, pero no saben que ignorando esta Verdad Eterna están blasfemando contra Él. ¡Nadie puede comprender el pecado contra el Espíritu Santo si no sabe Quién es ese Espíritu! Primero es crucial entender contra Quién se va a dirigir la Blasfemia

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www.laverdadeterna.com 2010 Los trinitarios que adoran a tres Personas divinas entienden que la Blasfemia contra el Espíritu es el pecado contra la tercera persona de la Trinidad Los que creen que el Espíritu no es una Persona sino un poder o influencia (Testigos y adventistas unitarios), deben creer que el pecado es contra ese poder o influencia Las Escrituras enseñan claramente que el Espíritu Santo es una Persona. Y esa Persona es Yeshúa ha Mashiaj, el Hijo de Dios => Ver videos "El Espíritu Santo es una Persona", "El otro Consolador", "Cristo y su Justicia" y "Templo de Dios o habitación de demonios" Marcos 3:28-29 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Lucas 12:10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.

Mateo 12:22-28 Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba. (23) Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? (24) Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. (25) Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. (26) Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? (27) Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. (28) Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Espíritu de Dios => Dedo de Dios => Poder de Dios => CRISTO Mateo 12:28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Lucas 11:20 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Éxodo 8:17-19 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. (18) Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. (19) Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. Éxodo 31:18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. Deuteronomio 9:10 y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

Mateo 12:29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

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www.laverdadeterna.com 2010 El hombre fuerte esclavizado Mateo 12:29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. Lucas 11:21-22 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. (22) Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. Juan 8:31-36 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; (32) y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (33) Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? (34) Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. (35) Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. (36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres."

Hombre fuerte: Adán => Hombre Casa del hombre fuerte: Su cuerpo = templo Otro más fuerte: Malos espíritus que nos saquean y esclavizan Jesús: Nos liberta del enemigo y de la esclavitud del pecado Romanos 6:16-23 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (17) Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; (18) y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. (19) Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. (20) Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. (21) ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. (22) Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. (23) Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. 2 Corintios 3:17 "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad." Mateo 12:43-45 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. (44) Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. (45) Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.

Mateo 12:30-37

El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. (31) Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. (32) A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. (33) O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. (34) ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (35) El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. (36) Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. (37) Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

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www.laverdadeterna.com 2010 Para comprender qué es el pecado contra el Espíritu Santo debemos entender perfectamente QUIÉN es el Espíritu Santo ¡El Espíritu Santo NO es un ser llamado "Dios Espíritu Santo"! ¡El Espíritu Santo NO es la tercera persona de una trinidad! ¡El Espíritu Santo NO es un ser separado o distinto de Cristo! ¡El Espíritu Santo NO es la unión interna entre el Padre y el Hijo! ¡El Espíritu Santo es Cristo en su naturaleza primaria o Divina! ¡El Espíritu Santo es Cristo desvestido de su humanidad! ¡El pecado contra el Espíritu Santo NO es hablar en contra de Cristo o sacarle su Divinidad! ¡El pecado contra el Espíritu Santo es el rechazo a la obra interna de Cristo Divino! ¡El pecado contra el Espíritu Santo es la sentencia de muerte del Juez Divino y la renuncia de nuestro Abogado! ¡Sólo puede darla Cristo! Cristo humano => Hijo del hombre => Naturaleza adquirida y visible Cristo Divino => Hijo de Dios => Naturaleza primaria espiritual, divina, invisible al ojo humano y omnipresente

Un Espíritu divino morando en un templo de carne 7-A CBA 157; 4CBA 1169 Ellen White "Pensad en la humillación de Cristo. Tomó sobre sí la naturaleza caída y doliente del hombre, degradada y contaminada por el pecado. Tomó nuestros dolores, llevó nuestro pesar y nuestra vergüenza. Soportó todas las tentaciones con las que es acosado el hombre. Unió la humanidad con la divinidad; un espíritu divino moraba en un templo de carne. Sé unió a sí mismo con el templo. "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros", porque al hacer eso podía relacionarse con los pecaminosos y dolientes hijos e hijas de Adán (YI 20-12- 1900)." El Camino a Cristo 24-25 Ellen White "La Biblia no enseña que el pecador deba arrepentirse antes de poder aceptar la invitación de Cristo: "¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso!" (Mateo 11:28). La virtud que viene de Cristo es la que guía a un arrepentimiento genuino. [San] Pedro habla del asunto de una manera muy clara en su exposición a los israelitas, cuando dice: "A éste, Dios le ensalzó con su diestra para ser Príncipe y Salvador, a fin de dar arrepentimiento a Israel, y remisión de pecados". (Hechos 5: 31) No podemos arrepentirnos sin que el Espíritu de Cristo despierte la conciencia, más de lo que podemos ser perdonados sin Cristo. Cristo es la fuente de todo buen impulso. Él es el único que puede implantar en el corazón enemistad contra el pecado. Todo deseo de verdad y de pureza, toda convicción de nuestra propia pecaminosidad, es una prueba de que su Espíritu está obrando en nuestro corazón. Jesús dijo: "Yo, si fuere levantado en alto de sobre la tierra, a todos los atraeré a mí mismo" (S. Juan 12: 32)."

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www.laverdadeterna.com 2010 El Camino a Cristo 25-26 Ellen White "Es verdad que algunas veces los hombres se avergüenzan de sus caminos pecaminosos y abandonan algunos de sus malos hábitos antes de darse cuenta de que son atraídos a Cristo. Pero cuando hacen un esfuerzo por reformarse, con un sincero deseo de hacer el bien, es el poder de Cristo el que los está atrayendo. Una influencia de la cual no se dan cuenta, obra sobre el alma, la conciencia se vivifica y la vida externa se enmienda. Y a medida que Cristo los induce a mirar su cruz y contemplar a quien han traspasado sus pecados, el mandamiento despierta la conciencia. La maldad de su vida, el pecado profundamente arraigado en su alma se les revela. Comienzan a entender algo de la justicia de Cristo y exclaman "¿Qué es el pecado, para que exigiera tal sacrificio por la redención de su víctima? ¿Fueron necesarios todo este amor, todo este sufrimiento, toda esta humillación, para que no pereciéramos, sino que tuviéramos vida eterna?" . El pecador puede resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo; pero si no se resiste será atraído a Jesús; un conocimiento del plan de la salvación lo guiará al pie de la cruz, arrepentido de sus pecados, que han causado los sufrimientos del amado Hijo de Dios. La misma inteligencia divina que obra en la naturaleza, habla al corazón de los hombres y crea un deseo indecible de algo que no tienen. Las cosas del mundo no pueden satisfacer su ansiedad. El Espíritu de Dios está suplicándoles que busquen las cosas que sólo pueden dar paz y descanso: la gracia de Cristo y el gozo de la santidad. Por medio de influencias visibles e invisibles, nuestro Salvador está constantemente obrando para atraer el corazón de los hombres de los vanos placeres del pecado a las bendiciones infinitas que pueden disfrutar en él. A todas estas almas que están procurando vanamente beber en las cisternas rotas de este mundo, se dirige el mensaje divino: "El que tiene sed, ¡venga! ¡y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente!" (Apocalipsis 22: 17)" A Fin de Conocerle 18 Ellen White "Adán y Eva estuvieron como criminales delante de su Dios, esperando la sentencia que les había acarreado la transgresión. Pero antes de que oyeran de los espinos y los cardos, el dolor y la angustia que sufrirían y el polvo al cual debían volver, escucharon palabras que debían inspirarlos con esperanza. Aunque debían sufrir por el poder de su adversario, podían mirar hacia adelante a la victoria final. Dios declara, "pondré enemistad". Esa enemistad es puesta sobrenaturalmente y no se mantiene naturalmente. Cuando pecó el hombre, su naturaleza se convirtió en mal, y estaba en armonía... con Satanás... Pero cuando Satanás oyó que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente, supo que aunque había tenido éxito en depravar la naturaleza humana y asimilarla a su propia naturaleza, sin embargo, por algún proceso misterioso, Dios restauraría al hombre a su poder perdido y lo capacitaría para resistir y vencer a su vencedor. La gracia que Cristo implanta en el alma es la que crea la enemistad contra Satanás. Sin esa gracia, el hombre continuaría como cautivo de Satanás, como siervo siempre dispuesto a sus órdenes. El nuevo principio en el alma crea conflicto donde hasta allí había habido paz. El poder que imparte Cristo capacita al hombre para resistir al tirano y usurpador. Siempre que se vea a un hombre que aborrece el pecado en vez de amarlo, cuando resiste y vence esas pasiones que lo habían regido interiormente, allí se ve la operación de un principio enteramente de lo alto. El Espíritu Santo debe ser constantemente impartido al hombre, o no tendrá voluntad para contender contra los poderes de las tinieblas (Review and Herald, 18-7-1882). ¿No aceptaremos la enemistad que Cristo ha colocado entre el hombre y la serpiente?... Tenemos derecho a decir: En la fortaleza de Jesucristo, seré vencedor (Manuscrito 31, 1911, pág. 19).

¿Qué ocurre cuando voluntariamente se rechaza esa gracia que Cristo implanta en cada corazón? Hebreos 6:1-12 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, (2) de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. (3) Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. (4) Porque es imposible que los que una vez fueron

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www.laverdadeterna.com 2010 iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, (5) y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, (6) y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. (7) Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; (8) pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. (9) Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. (10) Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. (11) Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, (12) a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. Hebreos 10:26-31 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, (27) sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. (28) El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. (29) ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (30) Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. (31) ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 12:14-17 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (15) Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; (16) no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. (17) Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. 2 Pedro 2:18-22 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. (19) Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. (20) Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. (21) Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. (22) Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

¡El pecado contra el Espíritu Santo es el fin de la gracia individual! Ellen White sobre el pecado contra el Espíritu Santo A Fin de Conocerle 245 Ellen White “Conozco el peligro de los que rehúsan andar en la luz que Dios les da. Atraen sobre sí la terrible crisis que significa quedar abandonados a sus propios caminos, a su propio juicio. La conciencia se torna cada vez menos impresionable. La voz de Dios parece más distante, y el que hace el mal es abandonado a su propia infatuación. Resiste tercamente cada invitación, desprecia todo

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www.laverdadeterna.com 2010 consejo, y se aleja de cada provisión realizada para su salvación. El Espíritu de Dios ya no ejerce un poder restrictivo sobre él, y se promulga la sentencia:"Es dado a ídolos; déjalo" (Ose. 4: 17). ¡Cuán oscura, cuán sucia, cuán obstinada es su independencia! Parecería como si la insensibilidad de la muerte estuviera en su corazón. Este es el proceso por el que pasa el alma que rechaza la obra del Espíritu Santo... Nadie necesita considerar el pecado contra el Espíritu Santo como algo misterioso e indefinible. El pecado contra el Espíritu Santo es el pecado de un rechazo persistente a responder a la invitación a arrepentirse. Si rehusáis creer en Jesucristo como vuestro Salvador personal,... significa que amáis la atmósfera que rodeó al primer gran apóstata. Elegís esa atmósfera antes que la atmósfera que rodea al Padre y al Hijo, y Dios os permite elegir (Review and Herald, 29-6-1897) 246 “Quien es atraído una vez y otra por su Redentor, y desatiende las advertencias dadas, no cede a su convicción de que debe arrepentirse y no escucha cuando es exhortado a buscar perdón y gracia, está en una posición peligrosa. Jesús lo está atrayendo, el Espíritu está ejerciendo su poder sobre él, instándole a entregar su voluntad a la voluntad de Dios, y cuando esta invitación es desatendida, el Espíritu es contristado. El pecador elige permanecer en el pecado y la impenitencia, aunque tiene evidencias para estimular su fe, y una evidencia adicional no será de ninguna utilidad... Está respondiendo a otra atracción, y ésa es la atracción que Satanás ejerce sobre él. Presta obediencia a los poderes de las tinieblas. Esta conducta es fatal y deja al alma en obstinada impenitencia. Esta es la blasfemia más generalizada entre los hombres, y obra en forma muy sutil, hasta que el pecador no siente remordimiento, no oye la voz de la conciencia, no experimenta el deseo de arrepentirse, y en consecuencia no tiene perdón... Los que resisten al Espíritu de Dios piensan que en futuro podrán arrepentirse, cuando estén listos para iniciar una reforma; pero entonces el arrepentimiento estará fuera de su alcance. Las tinieblas de los que rehúsan andar en la luz, teniendo la luz, serán proporcionales a la luz y los privilegios que se les dieron (Review and Herald, 29 6-1897).” RH, Enero 18, 1898 Ellen White "Cristo continuó su trabajo con los necesitados y sufrientes. Éstos le juzgaron por su trabajo. "Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba." Cuando este hombre fue curado, la gente estaba asombrada, y expresaron su convicción cuando dijeron, "¿Será éste aquel Hijo de David?" queriendo decir ¿no es este el Mesías? Las maravillosas obras que habían atestiguado eran pruebas convincentes que el que las realizaba tenía el poder de Dios, y no se les había pasado por su mente atribuírselas a otro poder. ¿De ahí la pregunta, "¿Será éste aquel Hijo de David?" Pero cuando los Fariseos lo oyeron, dijeron irrespetuosamente, "Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios." Estas palabras fueron inspiradas por Satanás. La enemistad y el prejuicio de la autoridad se convirtió en una furia de locura; y sacerdotes y jefes, Fariseos y Saduceos, se unieron en su odio. De la tesorería de sus duros y obstinados corazones vinieron las palabras, "Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios." Ellos no podían ignorar las maravillosas obras de Cristo, o atribuirlas a causas naturales, por eso dijeron, Estas son las obras del diablo. En su incredulidad hablaron del Hijo de Dios como un ser humano. Las obras de curación realizadas delante de ellos, obras que ningún hombre había hecho alguna vez o podría hacer, eran una manifestación del poder de Dios. Pero acusaron a Cristo de estar aliado al infierno. Su talento para hablar fue usado para insultar al Redentor del mundo, y el ángel anotador escribió sus palabras en los libros de cielo. Atribuyeron a agencias satánicas el santo poder de Dios, manifestado en las obras de Cristo. De esa forma los Fariseos pecaron contra el Espíritu Santo. Obstinados, malintencionados, con el corazón de hierro, decidieron cerrar sus ojos a todas las evidencias, y así cometieron el pecado imperdonable. "Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado," Cristo dijo, "pero ahora no tienen excusa por su pecado... Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. "Las obras misericordiosas de Cristo contrastaban demasiado con su orgullo, egoísmo, y malas acciones. No podían soportar la idea de ser bondadosos, tiernos y compasivos y actuar como Él, aun con aquellos que despreciaban.

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www.laverdadeterna.com 2010 "Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol." En las obras de Cristo, a los Fariseos se les fue dada suficiente evidencia de su misión, pero ellos rechazaron esta evidencia. "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca." Por sus palabras los Fariseos y Saduceos ejercían una influencia mortal en la gente, que los consideraba como sabios y buenos. Eran maestros falsos, envenenando los principios religiosos de las personas por su engaño, y enseñando como doctrina mandamientos de hombres. Especialmente los Fariseos estaban movidos por un poder de abajo, y se esforzaron seriamente para exaltar sus preceptos fabricados, sus tradiciones y sus mandamientos hechos por hombres, por encima de la ley de Dios.

En cuanto a ustedes, dijo Cristo, sus palabras revelan la malignidad de sus corazones. "El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado." Sus palabras son un reflejo de su carácter, y será un testigo contra ustedes. Aquí vemos la importancia del cuidado en el empleo del habla. Este talento es un gran poder para el bien cuando es usado con la verdad, pero es gran poder para el mal cuando las palabras dichas son venenosas. Si abusan de este talento, del corazón salen malas cosas. Las palabras son sabor de vida para vida o de muerte para muerte." Cita en Inglés original RH, January 18, 1898 Ellen White "Christ carried on his work among the needy and suffering. These judged him by his works. "Then was brought unto him one possessed with a devil, blind, and dumb: and he healed him, insomuch that the blind and dumb both spake and saw." When this man was healed, the people were amazed, and they expressed their conviction when they said, "Is not this the Son of David?" meaning, Is not this the Messiah? The gracious works they had witnessed were to them a convincing evidence that he who performed them had the power of God, and they had no thought of attributing them to any other agency. Hence the inquiry, "Is not this the Son of David?" {RH, January 18, 1898 par. 6} But when the Pharisees heard it, they said, contemptuously, "This fellow doth not cast out devils, but by Beelzebub, the prince of the devils." These words were inspired by Satan. The enmity and prejudice of the rulers were stirred into a fury of madness; and priests and rulers, Pharisees and Sadducees, united in pouring forth their hatred. From the treasure-house of their hard, stubborn hearts came the words, "This fellow doth not cast out devils but by Beelzebub, the prince of the devils." They could not ignore Christ's wonderful works, or attribute them to natural causes, so they said, They are the works of the devil. In unbelief they spoke of the Son of God as a human being. The works of healing done before them, works which no man had ever done or could do, were a manifestation of the power of God. But they charged Christ with being in league with hell. Their talent of speech was used to abuse the world's Redeemer, and the recording angel wrote their words in the books of heaven. They attributed to satanic agencies the holy power of God, manifested in the works of Christ. Thus the Pharisees sinned against the Holy Ghost. Stubborn, sullen, iron-hearted, they determined to close their eyes to all evidence, and thus they committed the unpardonable sin. {RH, January 18, 1898 par. 7} "If I had not come and spoken unto them, they had not had sin," Christ said, "but now they have no cloak for their sin. . . . But this cometh to pass, that the word might be fulfilled that is written in their law, They hated me without a cause." Christ's works of mercy contrasted too sharply with their pride, selfishness, and evil actions. They could not bear to have his goodness and tender sympathy acted out, even to those whom they despised. {RH, January 18, 1898 par. 8} "Jesus knew their thoughts, and said unto them, Every kingdom divided against itself is brought to desolation; and every city or house divided against itself shall not stand: and if Satan cast out Satan, he is divided against himself; how shall then his kingdom stand? And if I by Beelzebub cast out devils, by whom do your children cast them out? therefore they shall be your judges. But if I cast out devils by the Spirit of God, then the kingdom of God is come unto you. Or else how can one enter into a strong man's house, and spoil his goods, except he first bind the strong man? and then he will spoil his house. He that is not with me is against me; and he that gathereth not with me scattereth abroad. Wherefore I say unto you, All manner of sin and blasphemy shall be forgiven unto men: but the blasphemy against the Holy Ghost shall not be forgiven unto men. And whosoever speaketh a word against the Son of man, it shall be forgiven him: but whosoever speaketh against the Holy Ghost, it shall not be forgiven him, neither in this world, neither in the world to come. Either make the tree good, and his fruit good; or else make the tree corrupt, and his fruit corrupt: for the tree is known

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www.laverdadeterna.com 2010 by his fruit." In Christ's works the Pharisees were given sufficient evidence of his mission, but they rejected this evidence. {RH, January 18, 1898 par. 9} "O generation of vipers, how can ye, being evil, speak good things? for out of the abundance of the heart the mouth speaketh." By their words the Pharisees and Sadducees were exerting a deadly influence upon the people, who looked upon them as wise and good men. They were false teachers, poisoning the religious principles of the people by their deception, and teaching for doctrine the commandments of men. The Pharisees especially were stirred by a power from beneath, and they strove earnestly to exalt their manufactured precepts, their traditions and man-made commandments, above the law of God. {RH, January 18, 1898 par. 10} As for you, Christ said, your words reveal the malignity of your hearts. "A good man out of the good treasure of the heart bringeth forth good things: and an evil man out of the evil treasure bringeth forth evil things. But I say unto you, That every idle word that men shall speak, they shall give account thereof in the day of judgment. For by thy words thou shalt be justified, and by thy words thou shalt be condemned." Your words are an index of your character, and they will testify against you. {RH, January 18, 1898 par. 11} Here we see the importance of carefulness in the employment of speech. This talent is a great power for good when it is used aright, but it is just as great a power for evil when the words spoken are poisonous. If this talent is abused, out of the heart proceed evil things. The words are either a savor of life unto life or of death unto death. {RH, January 18, 1898 par. 12}

RH, Julio 27, 1897 Ellen White "Al rechazar la luz que brillaba sobre ellos, negándose a examinar la evidencia para ver si los mensajes eran del cielo, los Fariseos pecaron contra el Espíritu Santo. Cristo, el Redentor del mundo, estaba en el mundo. "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella... En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. La voz de su Espíritu vino a ellos, diciendo, "Este es el Hijo de Dios; crean en él." Pero dando vuelta sus caras de la luz, rechazaron escuchar, eligiendo en cambio cultivar su incredulidad. Así la luz que, de haber sido recibida, habría sido sabor de vida para vida, rechazándola, se convirtió en sabor de muerte para muerte, - muerte espiritual. Los Fariseos se auto-engañaron. Rechazaron la enseñanza de Cristo porque él expuso la maldad de sus corazones y reprobó sus pecados. No vinieron a la luz, temiendo que sus hechos fueran reprobados. Eligieron la oscuridad en vez de la luz. "Y esta es la condenación:" dijo Cristo, "que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." "Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre." Y en la destrucción de Jerusalén los Fariseos cosecharon su siembra. Los judíos prosiguieron en su curso de rechazar a Cristo hasta que en su autoengaño, pensaron que crucificándolo hacían un servicio a Dios. Así será con todos los que rechacen los ruegos del Espíritu de Dios, e insistan en hacer lo que saben que está mal. El Espíritu una vez resistido, será menos dificultoso resistirlo la segunda vez. Si mantenemos la independencia del corazón natural, y rechazamos la corrección de Dios, de la misma forma, como hicieron los judíos, obstinadamente realizaremos nuestros propios propósitos e ideas ante las más claras evidencias, y estaremos en el peligro del mismo gran engaño que vino a ellos. En nuestro ciego encaprichamiento podemos ir muy lejos como ellos lo hicieron, y aún estar orgullosos de que hacemos el trabajo para Dios. Aquellos que continúan en este curso cosecharán lo que sembraron. Se les ofreció un refugio, pero lo rechazaron. Las plagas de Dios caerán, y no los advertirá."

Cita en Inglés original RH, July 27, 1897 "By rejecting the light that was shining upon them, by refusing to examine the evidence to see whether the messages were from heaven, the Pharisees sinned against the Holy Ghost. Christ, the world's Redeemer, was in the world. "All things were made by him; and without him was not anything made that was made. In him was life; and the life was the light of men. And the light shineth in darkness; and the darkness comprehended it not. . . . He was in the world, and the world was made by him, and the world knew him not. He came unto his own, and his own received him not." The voice of his Spirit came to them, saying, "This is the Son of God; believe on him." But turning their faces from the light, they refused to listen, choosing, instead, to cultivate their unbelief. Thus the light which, if received, would have been to them a savor of life unto life, rejected, became a savor of death unto death,--death to spirituality. {RH, July 27, 1897 par. 2} The Pharisees were self-deceived. They rejected the teaching of Christ because he exposed the evil of their hearts and reproved their sins. They would not come to the light, fearing that their deeds would be reproved. They chose darkness rather than light. "This is the condemnation," said Christ, "that light is come into the world, and men loved darkness rather than light, because their deeds were evil." "If I had not come and spoken unto them, they had not had sin: but now they have no cloak for their sin. He that hateth me hateth my Father also. If I had not done among them the works which none other man did, they had not had sin: but now have they both seen and hated both me and my Father." And at the destruction of Jerusalem the Pharisees reaped their harvest. {RH, July 27, 1897 par. 3}

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www.laverdadeterna.com 2010 The Jews pursued their course of rejecting Christ until, in their self-deceived, deluded state, they thought that in crucifying him they were doing God a service. Thus it will be with all who resist the entreaties of the Spirit of God, and persist in doing what they know to be wrong. The Spirit once resisted, there will be less difficulty in resisting it a second time. If we maintain the independence of the natural heart, and refuse the correction of God, we shall, as did the Jews, stubbornly carry out our own purposes and ideas in the face of the plainest evidence, and shall be in danger of as great deception as came on them. In our blind infatuation we may go to as great lengths as they did, and yet flatter ourselves that we are doing work for God. Those who continue in this course will reap what they have sown. They were afforded a shelter, but they refused it. The plagues of God will fall, and he will prevent them not. {RH, July 27, 1897 par. 4}

Minneapolis 1888 1888 911-916 Ellen White "En el trabajo de Cristo no puede haber ninguna neutralidad, no hay terreno imparcial declaró, "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama." Jesús vio y leyó como en un libro abierto los motivos que actuaban en aquellos que estaban frente a él, cuyas conciencias los pronunciaban culpables. El gran conflicto se veía fuerte. Cristo no estaba en guerra contra hombres finitos, sino contra principados y potestades, contra la maldad espiritual en regiones celestes. Él dice a sus oyentes que toda clase de pecados y blasfemias pueden ser perdonados si es hecho en la ignorancia. En su gran ceguera podrían decir palabras de insulto y burla contra el Hijo de hombre, y aún estar dentro de los límites de la misericordia. Pero cuando el poder y el Espíritu de Dios descansara sobre sus mensajeros, estarían en tierra santa. Ignorar el Espíritu de Dios, y acusarlo de ser el espíritu del diablo, los colocaría en una posición donde Dios no tendría poder alguno para alcanzar sus almas. En ninguna de las provisiones de Dios habría poder para alcanzarlos y corregir sus equivocaciones. Algunos en Battle Creek seguramente van a alcanzar este punto si no cambian su curso. Se pondrán donde ninguno de los medios ordenados por Dios serían capaces de enderezarlos. Su voluntad no es la voluntad de Dios, su persistencia no es la perseverancia de los santos. Hablar en contra de Cristo, declarando su trabajo a agencias Satánicas, y atribuyendo las manifestaciones del Espíritu al fanatismo, no es en sí un pecado imperdonable, pero el espíritu que induce a los hombres a hacer estas aseveraciones los coloca en una posición de obstinada resistencia, donde no pueden ver la luz espiritual, Algunos nunca volverán sobre sus pasos, nunca humillarán sus corazones reconociendo sus equivocaciones, tal como los judíos continuarán haciendo aseveraciones que engañarán a otros. Rechazan investigar las evidencias de una manera sincera y franca, y como Coré, Datán, y Abiram, se opondrán a la luz. El malvado e incrédulo corazón hará a la falsedad aparecer como verdad y a la verdad como falsedad, y se adherirá a esta posición sin importar las evidencias en su contra que pueda mostrarse. La determinada perseverancia en la terrible acusación contra Cristo, coloca a los culpables en una posición donde los rayos de luz del cielo no pueden alcanzarlos. Ellos seguirán andando a luz de las chispas de su propia leña, hasta que blasfemen contra las más sagradas influencias que alguna vez hayan venido del cielo. Entran en un camino que lleva a la oscuridad de medianoche. Piensan que están siguiendo un sano juicio, pero están siguiendo a otro líder. Se han colocado bajo el control de un poder del cual en su ceguera, son totalmente ignorantes. Han resistido al único Espíritu que podría guiarlos, iluminarlos, salvarlos. Están siguiendo la senda de la culpabilidad para la cual no puede haber ningún perdón en esta vida ni en la venidera. No es que algún grado de culpabilidad agote la misericordia de Dios, pero el orgullo y la persistente obstinación los llevan a despreciar al Espíritu de Dios, a ocupar un lugar donde ninguna manifestación del Espíritu puede convencerlos de su error. Sus obstinadas voluntades no están dispuestas a ceder. En nuestros días los hombres se han colocado donde ellos son totalmente incapaces de cumplir las condiciones del arrepentimiento y la confesión; por lo tanto no pueden hallar la misericordia y el perdón. El pecado de la blasfemia contra el Espíritu Santo no radica en alguna palabra o hecho repentino, sino es la firme y determinada resistencia contra la verdad y la evidencia. El Señor ha estado llamando a su pueblo. En la manera más marcada él ha revelado su divina presencia. Pero el mensaje y los mensajeros no han sido recibidos, sino despreciados. Añoré que aquellos que han necesitado enormemente el mensaje del amor divino oirían el golpe de Cristo en la puerta del corazón, y que dejarían al invitado celestial entrar. Pero en los corazones de algunos, Jesús ha llamado en vano. Al rechazar el mensaje dado en Minneapolis, los hombres cometieron pecado. Han cometido un pecado aun mucho mayor manteniendo durante años el mismo odio contra los mensajeros de

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www.laverdadeterna.com 2010 Dios, rechazando la verdad que el Espíritu Santo ha estado urgiendo. Quitando importancia al mensaje dado, han quitado importancia a la palabra de Dios. Cada petición rechazada, cada súplica desatendida, ha endurecido más el corazón, y los colocan en el asiento del despreciador. Estos que rechazan la luz dejan de reconocer la luz. Sus almas están rodeadas por una atmósfera de malaria, y aunque algunos no muestren una abierta hostilidad, los que tengan discernimiento espiritual notarán la helada frialdad que rodea sus almas. Estoy obligada por Dios a llamar su atención a las palabras de Cristo, "Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz." (Juan 12:35-36)... El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero." (Juan 12:44-48) "Escuchad y oíd; no os envanezcáis, pues Jehová ha hablado. Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas. Mas si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de vuestra soberbia; y llorando amargamente se desharán mis ojos en lágrimas, porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo." (Jeremías 13:15-17) Desde los Olivos Cristo miró a Jerusalén, y con labios temblorosos y con el alma cargada con pena él dijo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Él pensó en lo que Jerusalén podría haber sido si ella hubiera mantenido una conexión viva con Dios, de las bendiciones que podrían haber descansado sobre el pueblo, hubieran mejorado sus privilegios y bendiciones de las cuales habían disfrutado por la misericordia y la gracia de un sufriente y paciente Dios. Jerusalén se podría haber convertido en hermosa para la situación, la alegría de la tierra entera. Dios habría hecho a Sion su santa residencia. El corazón de Cristo dijo "¿Cómo podré abandonarte?" Él había tratado a Israel como un padre cariñoso y perdonador trataría con un niño desobediente y desagradecido. Con el ojo de la Omnisciencia él vio que la ciudad de Jerusalén había decidido su propio destino. Por siglos le había dado la espalda a Dios. La gracia había sido resistida, los privilegios abusados, las oportunidades menospreciadas. El pueblo mismo había estado llenando la nube de venganza que sin mezcla de misericordia estaba a punto de estallar sobre ellos. Con ahogo, pronunciando a medias, Cristo exclamó, "¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos." La sentencia irrevocable fue pronunciada. En este tiempo la luz del trono de Dios ha sido resistida por mucho tiempo como algo objetable. Ha sido considerado como oscuridad y declarada como fanatismo, como algo peligroso, que debe ser rechazado. De esa forma los hombres se han convertido en postes indicadores que señalan en la dirección equivocada. Han seguido el ejemplo dado por el pueblo judío. Han abrazado sus falsas teorías y máximas en sus corazones hasta convertirlas en preciosas doctrinas fundamentales. Han llegado a la conclusión de que si les dejan ir, los fundamentos de su fe serían destruidos. Si todos aquellos que afirman creer la verdad presente hubieran abierto sus corazones para recibir el mensaje y el espíritu de verdad, que es la misericordia, la justicia y el amor de Dios, no se hubieran unido a una oscuridad tan densa que no les permite discernir la luz. No habrían llamado fanatismo y error a la obra del Espíritu Santo.

Cita en Inglés original 1888 911-916 Ellen White "In Christ's work there can be no neutrality, no middle ground He declared, "He that is not with me, is against me, and he that gathereth not with me scattereth abroad." Jesus saw and read like an open book the motives which actuated those before him, whose consciences pronounced them guilty. The great controversy was waxing strong. Christ was not warring against finite men, but against principalities and powers, against spiritual wickedness in high places. He tells his hearers that all manner of sin and blasphemy may be forgiven if done in ignorance. In their great blindness they might speak words of insult and derision against the Son of man, and yet be within the boundary of mercy. But when the power and Spirit of God rested upon his messengers they were on holy ground. To ignore the Spirit of God, to charge it with being the Spirit of the devil, placed them in a position where God had no power to reach their souls. No power in any of God's provisions to correct the erring can reach them. {1888 911.2} Some in Battle Creek will surely reach this point if they do not change their course. They will place themselves where none of God's ordained means will be able to set them right. Their will is not God's will, their persistency is not the perseverance of the saints. To speak against Christ, charging his work to Satanic agencies, and attributing the manifestations of the Spirit to fanaticism, is not of itself a damning sin, but the spirit that leads men to make these assertions places them in a position of stubborn resistance, where

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www.laverdadeterna.com 2010 they cannot see spiritual light, Some will never retrace their steps, they will never humble their hearts by acknowledging their wrongs, but like the Jews will continually make assertions that mislead others. They refuse to investigate evidence candidly and frankly, but like Korah, Dathan, and Abiram, set themselves against the light. {1888 912.1} The evil heart of unbelief will make falsehood appear as truth and truth as falsehood, and will adhere to this position, whatever evidence may be produced. The terrible accusation against Christ, if perseveringly persisted in, places the guilty ones in a position where rays of light from heaven cannot reach them. They will continue to walk in the light of the sparks of their own kindling, until they will blaspheme the most sacred influences that ever came from heaven. They enter upon a path that leads to the darkness of midnight. They think they are following sound reason, but they are following another leader. They have placed themselves under the control of a power which in their blindness they are wholly ignorant of. They have resisted the only Spirit that could lead them, enlighten them, save them. They are following in the path of guilt for which there can be no forgiveness, in this life or in the life to come. Not that any degree of guilt would exhaust the mercy of God, but because pride and persistent stubbornness leads them to do despite to the Spirit of God, to occupy a place where no manifestation of the Spirit can convince them of their error. They will not yield their stubborn wills. {1888 912.2} In this our day men have placed themselves where they are wholly unable to fulfil the conditions of repentance and confession; therefore they cannot find mercy and pardon. The sin of blasphemy against the Holy Spirit does not lie in any sudden word or deed; it is the firm, determined resistance of truth and evidence. {1888 913.1} The Lord has been calling his people. In a most marked manner he has revealed his divine presence. But the message and the messengers have not been received but despised. I longed that those who have greatly needed the message of divine love would hear Christ's knock at the door of the heart, and let the heavenly guest enter. But at the hearts of some Jesus has knocked in vain. In rejecting the message given at Minneapolis, men committed sin. They have committed far greater sin by retaining for years the same hatred against God's messengers, by rejecting the truth that the Holy Spirit has been urging home. By making light of the message given, they are making light of the word of God. Every appeal rejected, every entreated unheeded, furthers the work of heart-hardening, and places them in the seat of the scornful. {1888 913.2} These rejecters of light cease to recognize light. Their souls are surrounded by a malarious atmosphere, and though some may not show open hostility, those who have spiritual discernment will realize the icy coldness which surrounds their souls. {1888 914.1} I am constrained by God to call your attention to Christ's words, "Yet a little while is the light with you, walk while ye have the light, lest darkness come upon you: for he that walketh in darkness knoweth not whither he goeth. While ye have the light, believe in the light, that ye may be the children of light. . . . He that believeth on me, believeth not on me, but on him that sent me. And he that seeth me seeth him that sent me. I am come a light into the world, that whosoever believeth on me should not abide in darkness. And if any man hear my words, and believe not, I judge him not: for I came not to judge the world, but to save the world. He that rejecteth me, and receiveth not my words, hath one that judgeth him: the word that I have spoken, the same shall judge him in the last day." "Hear ye, and give ear; be not proud: for the Lord hath spoken. Give glory to the Lord your God, before he cause darkness, and before your feet stumble upon the dark mountains, and while ye look for light, he turn it into the shadow of death, and make it gross darkness. But if ye will not hear it, my soul shall weep in secret places for your pride; and mine eye shall weep sore, and run down with tears, because the Lord's flock is carried away captive." {1888 914.2} From Olivet Christ looked upon Jerusalem, and with trembling lips and grief-burdened soul he said, if thou hadst known, even thou, in this thy day the things that belong unto thy peace: but now they are hid from thy eyes. He thought of what Jerusalem might have been had she maintained a living connection with God, of what blessings might have rested upon the people had they improved their privileges and blessings they enjoyed through the mercy and grace of a long suffering God. Jerusalem would have become beautiful for situation, the joy of the whole earth. God would have made Zion his holy habitation. {1888 915.1} Christ's heart had said "How can I give thee up." He had dealt with Israel as a loving forgiving father would deal with an ungrateful wayward child. With the eye of Omniscience he saw that the city of Jerusalem had decided her own destiny. For centuries there had been a turning away from God. Grace had been resisted, privileges abused, opportunities slighted. The people themselves had been loading the cloud of vengeance which unmingled with mercy was about to burst upon them. With choked, half broken utterance, Christ exclaimed, "O that thou hadst known, even thou in this thy day the things that belong unto thy peace; but now they are hid from thine eyes." The irrevocable sentence was pronounced. {1888 915.2} In this time light from the throne of God has been long resisted as an objectionable thing. It has been regarded as darkness and spoke of as fanaticism, as something dangerous, to be shunned. Thus men have become guide-posts pointing in the wrong direction. They have followed the example set by the Jewish people. They have hugged their false theories and maxims to their hearts until they have become to them as precious fundamental doctrines. They have come to think that if they let them go, the foundations of their faith will be destroyed. If all those who claim to believe present truth had opened their hearts to receive the message, and the spirit of truth, which is the mercy and justice and love of God, they would not have gathered about the darkness so dense that they could not discern light. They would not have called the operations of the Holy Spirit fanaticism and error. {1888 915.3}

1888 1642 Ellen White "El Espíritu santo a menudo ha estado en su medio, pero estos hombres, cuyos corazones deberían haber estado abiertos para recibir a los mensajeros celestiales, estuvieron cerrados a sus ruegos. Han ridiculizado, se han burlado, y se han mofado de los siervos de Dios que les han llevado el mensaje de misericordia del cielo. Unos han jugado con las cosas preciosas de Dios que son luz y verdad y gracia. No han tenido ningún miedo de que el pecado de la blasfemia pudiera haber sido cometido por ellos. Seguramente habrían temido sino fuera que estaban tan cegados por el enemigo. Pobres y tontas almas engañadas. No conocen las cosas que son para su paz. Dios ha

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www.laverdadeterna.com 2010 dicho, "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras."

Cita en Inglés original 1888 1642 Ellen White "Holy Spirit has often been in your midst, but these men, whose hearts should have been open to receive the heavenly messengers, were closed to its entreaties. They have ridiculed, mocked, and derided God's servants who have borne to them the message of mercy from heaven. Some have trifled with the precious things of God which are light and truth and grace. Had these men no fear that the sin of blasphemy might be committed by them. They would certainly fear were they not blinded by the enemy. Poor foolish, deluded souls. They know not the things that make for their peace. God has said, "The heart is deceitful above all things, and desperately wicked: who can know it? I the Lord search the heart, I try the reins, even to give every man according to his ways, and according to the fruit of his doings."

TM 97-98 (94-95) Ellen White "Quiero presentar una amonestación para los que por años han resistido la luz y albergado un espíritu de oposición. ¿Por cuánto tiempo odiaréis y despreciaréis a los mensajeros de la justicia de Dios? Dios les ha dado su mensaje. Llevan la palabra del Señor. Hay salvación para vosotros, pero sólo por medio de los méritos de Jesucristo. La gracia del Espíritu Santo os ha sido ofrecida una y otra vez. La luz y el poder de lo alto han brillado abundantemente en vuestro medio. Aquí había evidencia, para que todos pudieran discernir a quién reconocía el Señor como su siervo. Pero existen personas que desprecian a los hombres y el mensaje que ellos presentan. Se han burlado de ellos tratándolos como fanáticos, extremistas y entusiastas. Permitidme que profetice acerca de vosotros: A menos que humilléis rápidamente vuestros corazones delante de Dios, y confeséis vuestros pecados, que son muchos, cuando sea demasiado tarde veréis que habéis estado luchando contra Dios. Por la convicción del Espíritu Santo, que no contenderá por más tiempo para producir reforma y perdón, veréis que estos hombres contra los cuales habéis hablado han sido como señales en el mundo, como testigos de Dios. Entonces querréis dar todo el mundo si pudierais redimir el pasado, y ser precisamente tales hombres celosos, movidos por el Espíritu de Dios para elevar vuestra voz en solemnes amonestaciones al mundo; y, como ellos, ser firmes como una roca en los principios. La forma en que dais vuelta completamente las cosas es conocida por el Señor. Continuad por un poco más de tiempo como habéis andado, rechazando la luz del cielo, y estaréis perdidos. "Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación". No tengo un mensaje suave para presentar a aquellos que han sido por tanto tiempo falsos postes indicadores, señalando el camino erróneo. Si rechazáis a los mensajeros delegados por Cristo, rechazáis a Cristo. Descuidad esta gran salvación, que ha sido mantenida ante vosotros durante años, despreciad está gloriosa oferta de justificación por medio de la sangre de Cristo, y esta santificación por el poder purificador del Espíritu Santo, y no quedará más sacrificio por el pecado, sino ciertamente una horrenda esperanza de juicio y un hervor de fuego. Os ruego que os humilléis y ceséis en vuestra obstinada resistencia a la luz y la evidencia. Decid al Señor: Mis iniquidades han hecho separación entre mí y mi Dios. Oh Señor, perdona mis transgresiones. Borra mis pecados de tu libro de memoria. Gracias a su santo nombre, hay perdón en él, y podéis ser convertidos y transformados. "Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada a los inmundos, santifica para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?"

¡Lo que pasó en 1888 en Minneapolis se repetirá con el cuarto Ángel! Eventos 213 Ellen White "En las iglesias [adventistas del séptimo día] habrá una manifestación maravillosa del poder de Dios, pero no obrará en favor de aquellos que no se han humillado ante el Señor ni abierto la puerta del corazón mediante la confesión y el

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www.laverdadeterna.com 2010 arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que ilumina la tierra con la gloria de Dios, sólo verán algo que en su ceguera considerarán peligroso, algo que despertará sus temores, y se afirmarán para resistirlo. Debido a que el Señor no actúa de acuerdo con sus ideas y expectativas, se opondrán a la obra. "¿Por qué dicen- no debiéramos nosotros conocer al Espíritu de Dios, cuando hemos estado en la obra por tantos años?"-RH Extra, Diciembre 23, 1890. El mensaje del tercer ángel no será comprendido por aquellos que se niegan a caminar en su gloria creciente, y los tales llamarán una luz falsa a la luz que iluminará la tierra con su gloria.-RH Mayo 27, 1890.

Más citas sobre el pecado imperdonable PP 553-554 Ellen White "Las ciudades de refugio destinadas al antiguo pueblo de Dios eran un símbolo del refugio proporcionado por Cristo. El mismo Salvador misericordioso que designó esas ciudades temporales de refugio proveyó por el derramamiento de su propia sangre un asilo verdadero para los transgresores de la ley de Dios, al cual pueden huir de la segunda muerte y hallar seguridad. No hay poder que pueda arrebatar de sus manos las almas que acuden a él en busca de perdón. "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús." "¿Quien es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros," "para que . . . tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta." (Rom. 8: 1, 34; Heb. 6: 18.) El que huía a la ciudad de refugio no podía demorarse. Abandonaba su familia y su ocupación. No tenía tiempo para despedirse de los seres amados. Su vida estaba en juego y debía sacrificar todos los intereses para lograr un solo fin: llegar al lugar seguro. Olvidaba su cansancio; y no le importaban las dificultades. No osaba aminorar el paso un solo momento hasta hallarse dentro de las murallas de la ciudad. El pecador está expuesto a la muerte eterna hasta que encuentre un escondite en Cristo; y así como la demora y la negligencia podían privar al fugitivo de su única oportunidad de vivir, también pueden las tardanzas y la indiferencia resultar en ruina del alma. Satanás, el gran adversario, sigue los pasos de todo transgresor de la santa ley de Dios, y el que no se percata del peligro en que se halla y no busca fervorosamente abrigo en el refugio eterno, será víctima del destructor. El prisionero que en cualquier momento salía de la ciudad de refugio era abandonado a la voluntad del vengador de la sangre. En esa forma se le enseñaba al pueblo a seguir celosamente los métodos que la sabiduría infinita había designado para su seguridad. Asimismo no basta que el pecador crea en Cristo para el perdón de sus pecados; debe, mediante la fe y la obediencia, permanecer en él. "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios." (Heb. 10: 26, 27.) PP 429 Ellen White “Por la manifestación de su Espíritu, Dios obra para reprender y convencer al pecador; y si se rechaza finalmente la obra del Espíritu, nada queda ya que Dios pueda hacer por el alma. Se empleó el último recurso de la misericordia divina. El transgresor se aisló totalmente de Dios; y el pecado no tiene ya cura. No hay ya reserva de poder mediante la cual Dios pueda obrar para convencer y convertir al pecador. "Déjalo" (Ose. 4: 17), es la orden divina. Entonces "ya no queda sacrificio por el pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios." (Heb. 10: 26, 27.) 7-A CBA 32, 1CBA 1114 "Cada prueba adicional del poder de Dios que resistió el monarca egipcio, lo indujo a un más fuerte y persistente desafío de Dios. Así prosiguió la obra: el hombre finito luchando contra la expresa voluntad de un Dios infinito. Este caso es una clara ilustración del pecado contra el Espíritu Santo. "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará". El Señor retiró su Espíritu gradualmente. Al quitar su poder represor, entregó al rey en las manos del peor de todos los tiranos: el yo. (RH 27-7-1897)."

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www.laverdadeterna.com 2010 DTG 288-292 “Precisamente antes de esto, Jesús había realizado por segunda vez el milagro de sanar a un hombre poseído, ciego y mudo, y los fariseos habían reiterado la acusación: "Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios."* Cristo les dijo claramente que al atribuir la obra del Espíritu Santo a Satanás, se estaban separando de la fuente de bendición. Los que habían hablado contra Jesús mismo, sin discernir su carácter divino, podrían ser perdonados; porque podían ser inducidos por el Espíritu Santo a ver su error y arrepentirse. Cualquiera que sea el pecado, si el alma se arrepiente y cree, la culpa queda lavada en la sangre de Cristo; pero el que rechaza la obra del Espíritu Santo se coloca donde el arrepentimiento y la fe no pueden alcanzarle. Es por el Espíritu Santo cómo obra Dios en el corazón; cuando los hombres rechazan voluntariamente al Espíritu y declaran que es de Satanás, cortan el conducto por el cual Dios puede comunicarse con ellos. Cuando se rechaza finalmente al Espíritu, no hay más nada que Dios pueda hacer para el alma. Los fariseos a quienes Jesús dirigió esta amonestación no creían la acusación que presentaban contra él. No había uno solo de aquellos dignatarios que no se sintiese atraído hacia el Salvador. Habían oído en su propio corazón la voz del Espíritu que le declaraba el Ungido de Israel y los instaba a confesarse sus discípulos. A la luz de su presencia, habían comprendido su falta de santidad y habían anhelado una justicia que ellos no podían crear. Pero después de rechazarle, habría sido demasiado humillante recibirle como Mesías. Habiendo puesto los pies en la senda de la incredulidad, eran demasiado orgullosos para confesar su error. Y para no tener que confesar la verdad, procuraban con violencia desesperada rebatir la enseñanza del Salvador. La evidencia de su poder y misericordia los exasperaba. No podían impedir que el Salvador realizase milagros, no podían acallar su enseñanza; pero hacían cuanto estaba a su alcance para representarle mal y falsificar sus palabras. Sin embargo, el convincente Espíritu de Dios los seguía, y tenían que crear muchas barreras para resistir su poder. El agente más poderoso que pueda ponerse en juego en el corazón humano estaba contendiendo con ellos, pero no querían ceder. No es Dios quien ciega los ojos de los hombres y endurece su corazón. El les manda luz para corregir sus errores, y conducirlos por sendas seguras; es por el rechazamiento de esta luz como los ojos se ciegan y el corazón se endurece. Con frecuencia, esto se realiza gradual y casi imperceptiblemente. Viene luz al alma por la Palabra de Dios, por sus siervos, o por la intervención directa de su Espíritu; pero cuando un rayo de luz es despreciado, se produce un embotamiento parcial de las percepciones espirituales, y se discierne menos claramente la segunda revelación de la luz. Así aumentan las tinieblas, hasta que anochece en el alma. Así había sucedido con estos dirigentes judíos. Estaban convencidos de que un poder divino acompañaba a Cristo, pero a fin de resistir a la verdad, atribuyeron la obra del Espíritu Santo a Satanás. Al hacer esto, prefirieron deliberadamente el engaño; se entregaron a Satanás, y desde entonces fueron dominados por su poder. Estrechamente relacionada con la amonestación de Cristo acerca del pecado contra el Espíritu Santo, se halla la amonestación contra las palabras ociosas y perversas. Las palabras son un indicio de lo que hay en el corazón. "Porque de la abundancia del corazón habla la boca." Pero las palabras son más que un indicio del carácter; tienen poder para reaccionar sobre el carácter. Los hombres sienten la influencia de sus propias palabras. Con frecuencia, bajo un impulso momentáneo, provocado por Satanás, expresan celos o malas sospechas, dicen algo que no creen en realidad; pero la expresión reacciona sobre los pensamientos. Son engañados por sus palabras, y llegan a creer como verdad lo que dijeron a instigación de Satanás. Habiendo expresado una vez una opinión o decisión, son, con frecuencia, demasiado orgullosos para retractarse, y tratan de demostrar que tienen razón, hasta que llegan a creer que realmente la tienen. Es peligroso pronunciar una palabra de duda, peligroso poner en tela de juicio y criticar la verdad divina. La costumbre de hacer críticas descuidadas e irreverentes reacciona sobre el carácter y fomenta la irreverencia e incredulidad. Más de un hombre que seguía esta costumbre ha proseguido, inconsciente del peligro, hasta que estuvo dispuesto a criticar y rechazar la obra del Espíritu Santo. Jesús dijo: "Toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado." Luego añadió una amonestación a aquellos que habían sido impresionados por sus palabras, que le habían oído gustosamente, pero que no se habían entregado para que el Espíritu Santo morase en ellos. No sólo por la resistencia, sino también por la negligencia, es destruida el alma. "Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre --dijo Jesús,-- anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Me volveré a mi casa de donde salí: y cuando viene, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí."

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www.laverdadeterna.com 2010 En los días de Cristo, como hoy, eran muchos los que parecían momentáneamente emancipados del dominio de Satanás; por la gracia de Dios habían quedado libres de los malos espíritus que dominaran su alma. Se gozaban en el amor de Dios; pero, como los oyentes representados en la parábola por el terreno pedregoso, no permanecían en su amor. No se entregaban a Dios cada día para que Cristo morase en su corazón y cuando volvía el mal espíritu, con "otros siete espíritus peores que él," quedaban completamente dominados por el mal. Cuando el alma se entrega a Cristo, un nuevo poder se posesiona del nuevo corazón. Se realiza un cambio que ningún hombre puede realizar por su cuenta. Es una obra sobrenatural, que introduce un elemento sobrenatural en la naturaleza humana. El alma que se entrega a Cristo, llega a ser una fortaleza suya, que él sostiene en un mundo en rebelión, y no quiere que otra autoridad sea conocida en ella sino la suya. Un alma así guardada en posesión por los agentes celestiales es inexpugnable para los asaltos de Satanás. Pero a menos que nos entreguemos al dominio de Cristo, seremos dominados por el maligno. Debemos estar inevitablemente bajo el dominio del uno o del otro de los dos grandes poderes que están contendiendo por la supremacía del mundo. No es necesario que elijamos deliberadamente el servicio del reino de las tinieblas para pasar bajo su dominio. Basta que descuidemos de aliarnos con el reino de la luz. Si no cooperamos con los agentes celestiales, Satanás se posesionará de nuestro corazón, y hará de él su morada. La única defensa contra el mal consiste en que Cristo more en el corazón por la fe en su justicia. A menos que estemos vitalmente relacionados con Dios, no podremos resistir los efectos profanos del amor propio, de la complacencia propia y de la tentación a pecar. Podemos dejar muchas malas costumbres y momentáneamente separarnos de Satanás; pero sin una relación vital con Dios por nuestra entrega a él momento tras momento, seremos vencidos. Sin un conocimiento personal de Cristo y una continua comunión, estamos a la merced del enemigo, y al fin haremos lo que nos ordene. "Son peores las cosas últimas del tal hombre que las primeras: así también --dijo Jesús-- acontecerá a esta generación mala." Nadie se endurece tanto como aquellos que han despreciado la invitación de la misericordia y mostrado aversión al Espíritu de gracia. La manifestación más común del pecado contra el Espíritu Santo consiste en despreciar persistentemente la invitación del Cielo a arrepentirse. Cada paso dado hacia el rechazamiento de Cristo, es un paso hacia el rechazamiento de la salvación y hacia el pecado contra el Espíritu Santo. Al rechazar a Cristo, el pueblo judío cometió el pecado imperdonable, y desoyendo la invitación de la misericordia, podemos cometer el mismo error. Insultamos al Príncipe de la vida, y le avergonzamos delante de la sinagoga de Satanás y ante el universo celestial cuando nos negamos a escuchar a sus mensajeros, escuchando en su lugar a los agentes de Satanás que quisieran apartar de Cristo nuestra alma. Mientras uno hace esto, no puede hallar esperanza ni perdón y perderá finalmente todo deseo de reconciliarse con Dios. Mientras Jesús estaba todavía enseñando a la gente, sus discípulos trajeron la noticia de que su madre y sus hermanos estaban afuera y deseaban verle. El sabía lo que sentían ellos en su corazón, y "respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre." Todos los que quisieran recibir a Cristo por la fe iban a estar unidos con él por un vínculo más íntimo que el del parentesco humano. Iban a ser uno con él, como él era uno con el Padre. Al creer y hacer sus palabras, su madre se relacionaba en forma salvadora con Jesús y más estrechamente que por su vínculo natural con él. Sus hermanos no se beneficiarían de su relación con él a menos que le aceptasen como su Salvador personal. ¡Qué apoyo habría encontrado Jesús en sus parientes terrenales si hubiesen creído en él como enviado del cielo y hubiesen cooperado con él en hacer la obra de Dios! Su incredulidad echó una sombra sobre la vida terrenal de Jesús Era parte de la amargura de la copa de desgracia que él bebió por nosotros.

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El pecado o blasfemia contra el Espíritu Santo es: -La sentencia de muerte del Juez y la renuncia de nuestro Abogado! ¡Sólo puede darla Cristo! -El fin de la gracia individual!

¿Cómo se llega a esa sentencia?

1- Rechazando voluntariamente la obra de Cristo en el corazón 2- Es UN PROCESO, no es una palabra o una acción repentina 3- La determinada y firme resistencia a la Verdad, a la Luz y a la evidencia

4- La negligencia o descuido a la Verdad, a la Luz y a la evidencia 5- Atribuyendo el poder y la obra de Cristo a Satanás => Rechazando a sus mensajeros elegidos

Final Hasta ahora pudiste haber estado "HONESTAMENTE ENGAÑADO", pero después de este mensaje, únicamente puede haber dos posibilidades: 1- O dejas de estar "ENGAÑADO" y aceptas la verdad juntamente con el bautismo en Nombre de Jesús! 2- O dejas de ser "HONESTO"

¡Cristo está viniendo! No hay un momento que perder! Leyes de casamiento del mismo sexo y leyes para que estas parejas ahora "normales" adopten hijos!! Si en el pasado estos actos trajeron la indignación de Dios... Sin lugar a dudas presenciaremos muy, pero muy pronto la Ira de Dios! 17

www.laverdadeterna.com 2010 Como dijo un famoso predicador... "Si ahora Cristo retrasa más su venida... tendrá que pedirle perdón a Sodoma y Gomorra" ¡Los pecados ocultos y olvidados Dios los traerá a cuenta! No alcanza con confesarlos a Dios solamente, debes pedir perdón a la persona contra quien pecaste u ofendiste Si tienes algún pecado oculto en tu vida, debes confesarlo a la persona que ofendiste o contra quién pecaste y debes hacerlo tan pronto como sea posible! Este punto es demasiado vital e importante para pasarlo por alto Aunque sea lo más vergonzoso y terrible que hayas hecho, debes confesarlo a los hombres que ofendiste y a Dios!! Este es el poder de Satanás más fuerte y más engañoso para mantener en la esclavitud del pecado a sus víctimas! LA VERGÜENZA y COBARDÍA!!!! Los cobardes no entran al Cielo No te dejes vencer por la vergüenza y la cobardía!! SÉ VALIENTE!!!!!!! CONFIESA TU CULPA Y TU PECADO => Abandona la maldad! ACEPTA A YESHÚA COMO TU SALVADOR PERSONAL, PODEROSO Y CAPAZ DE REMOVER TU PECADO Y VIVIRÁS PARA SIEMPRE!! Que el Señor te bendiga y tenga misericordia de ti y de mi, y nos encontremos en la Patria Celestial!! Amén!! Cristian Silva www.laverdadeterna.com

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EXTRAS 5T 596-597 "Hermano P, usted pregunta si ha cometido el pecado que no tiene perdón en esta vida o en la venidera. Contesto que no veo la menor evidencia de que éste sea el caso. ¿En qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo? En atribuir voluntariamente a Satanás la obra del Espíritu Santo. Supongamos, por ejemplo, que uno presencie la obra especial del Espíritu de Dios. Tiene evidencia convincente de que la obra está en armonía con las Escrituras, y el Espíritu testifica a su espíritu que es de Dios. Pero más tarde, cae bajo la tentación; lo domina el orgullo, la suficiencia propia, o alguna otra característica mala; y rechazando toda la evidencia de su carácter divino, declara que lo que antes reconoció como ser del Espíritu Santo era poder de Satanás. Por medio de su Espíritu es cómo Dios obra en el corazón humano; y cuando los hombres rechazan voluntariosamente al Espíritu, y declaran que es de Satanás, cortan el conducto por medio del cual Dios puede comunicarse con ellos. Al negar la evidencia que Dios le agradó darles, apagan la luz que había resplandecido en sus corazones, y como resultado son dejados en tinieblas. Así se cumplen las palabras de Cristo: "Mira pues, si la lumbre que en ti hay, es tinieblas" (Luc. 11:35). Por un tiempo, las personas que han cometido este pecado pueden aparentar ser hijos de Dios; pero cuando se presenten circunstancias que han de desarrollar el carácter, y manifestar qué clase de espíritu las posee, se descubrirá que están en el terreno del enemigo, bajo su negro estandarte. Hermano mío, el Espíritu le invita hoy. Acuda de todo corazón a Jesús. Arrepiéntase de sus pecados, haga su confesión a Dios, abandone toda iniquidad, y podrá acogerse a sus promesas. "Mirad a mí, y sed salvos" (Isa. 45:22), es su misericordiosa invitación. Llegará el día cuando se promulgará la espantosa denuncia de la ira de Dios sobre todos los que han persistido en su deslealtad para con él. Será entonces cuando Dios deberá hablar y hacer cosas terribles en justicia contra los transgresores de su ley. Pero no necesita hallarse entre aquellos que caerán bajo la ira de Dios. Ahora es el día de su salvación. La luz de la cruz del Calvario resplandece ahora en rayos claros y brillantes, que revelan a Jesús como nuestro sacrificio por el pecado. Mientras lea las promesas que le he presentado, recuerde que son la expresión de un amor y una compasión inefables. El gran corazón lleno de un amor infinito se siente atraído hacia el pecador con compasión ilimitada. "Tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados" (Efe. 1:7). Sí, crea tan sólo que Dios es su auxiliador. Quiere restaurar en el hombre su imagen moral. En la medida en que usted se acerque a él con confesión y arrepentimiento, él se acercará a usted con misericordia y perdón. Todo lo debemos al Señor. Es el Autor de nuestra salvación. Mientras obra su propia salvación con temor y temblor, "Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:13)."

Recibiréis Poder 37 "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. (Mateo 12: 31). Escribo este mensaje a quienes anduvieron en la luz, tuvieron privilegios, recibieron advertencias y súplicas, y no hicieron ningún esfuerzo definido para darse a sí mismos en completa rendición a Dios. Este aviso es para que ninguno, por temor de haber pecado contra el Espíritu Santo, quede a la deriva y sumergido en un letargo mortal, sin recibir perdón jamás. ¿Por qué permanecer en la escuela de Satanás siguiendo una dirección que imposibilita el arrepentimiento y la reforma? ¿Tiene sentido resistir las propuestas de su gracia? ¿Por qué dice: "Déjenme solo", hasta que Dios sea forzado a darle lo que usted desea? Los que resisten al Espíritu de Dios piensan que algún día se van a arrepentir y dar el paso para una reforma; pero el arrepentimiento está más allá de su poder. Según la luz y los privilegios concedidos, así será la oscuridad en la que se sumirán los que rechacen andar en la luz mientras tienen luz. Nadie necesita considerar el pecado contra el Espíritu Santo como un asunto misterioso e indefinible. Es el continuo rechazo de las invitaciones de arrepentimiento. Si uno se niega a creer en Cristo como su salvador personal, tendrá oscuridad en lugar de luz, y gustará de la atmósfera que rodeó al primer gran apóstata. Si escoge ese ambiente en vez del medio que rodea al Padre y al Hijo, Dios respeta su decisión. Al considerar este tema, ninguno necesita desanimarse. No deje caer a los que se esfuerzan por hacer la voluntad del Maestro. Su esperanza es Dios. El Señor Jesús ha manifestado infinita

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www.laverdadeterna.com 2010 consideración y aprecio por usted. Dejó la corte real y su trono para vestir su divinidad con la humanidad, y morir la vergonzosa muerte de cruz a fin de que usted pueda ser salvo.- Review and Herald, 29 de junio de 1897. PP 428-429 "Los hebreos no querían someterse a la dirección y a las restricciones del Señor. Estas los dejaban inquietos, y no querían recibir reprensiones. Tal era el secreto de las murmuraciones de ellos contra Moisés. Si se les hubiera dejado hacer su voluntad, habría habido menos quejas contra su jefe. A través de toda la historia de la iglesia, los siervos de Dios han tenido que arrostrar el mismo espíritu. Al ceder al pecado, los hombres dan a Satanás acceso a sus mentes, y avanzan de una etapa de la maldad a otra. Al rechazar la luz, la mente se obscurece y el corazón se endurece de tal manera que les resulta más fácil dar el siguiente paso en el pecado y rechazar una luz aun más clara, hasta que por fin sus hábitos de hacer el mal se hacen permanentes. El pecado pierde para ellos su carácter inicuo. El que predica fielmente la Palabra de Dios y así condena a los pecados de ellos, es con demasiada frecuencia el objeto directo de su odio. No queriendo soportar el dolor y el sacrificio necesarios para reformarse, se vuelven contra los siervos del Señor, y denuncian sus reprensiones como intempestivas y severas. Como Coré, declaran que el pueblo no tiene culpa; quien lo reprende es causa de toda la dificultad. Y aplacando su conciencia con este engaño, los celosos y desconformes se combinan para sembrar la discordia en la iglesia y debilitar las manos de los que quieren engrandecerla. Todo progreso alcanzado por aquellos a quienes Dios llamó a dirigir su obra, despertó sospechas; cada una de sus acciones fue falseada por críticos celosos. Así fue en tiempo de Lutero, Wesley y otros reformadores, y así sucede hoy. Coré no hubiera tomado el camino que siguió si hubiera sabido que todas las instrucciones y reprensiones comunicadas a Israel venían de Dios. Pero podría haberlo sabido. Dios había dado evidencias abrumadoras de que dirigía a Israel. Pero Coré y sus compañeros rechazaron la luz hasta quedar tan ciegos que las manifestaciones más señaladas de su poder no bastaban ya para convencerlos, Las atribuían todas a instrumentos humanos o satánicos. Lo mismo hicieron los que, al día siguiente después de la destrucción de Coré y sus asociados, fueron a Moisés y Aarón y les dijeron: "Vosotros habéis muerto al pueblo de Jehová." A pesar de que en la destrucción de los hombres que los sedujeron, habían recibido las indicaciones más convincentes de cuánto desagradaba a Dios el camino que llevaban, se atrevieron a atribuir sus juicios a Satanás, declarando que por el poder de éste Moisés y Aarón habían hecho morir hombres buenos y santos. Este acto selló su perdición. Habían cometido el pecado contra el Espíritu Santo, pecado que endurece definitivamente el corazón del hombre contra la influencia de la gracia divina. "Cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado: mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado" (Mat. 12: 32), dijo nuestro Salvador cuando las obras de gracia que había realizado en virtud del poder de Dios fueron atribuidas por los judíos a Belcebú. Por medio del Espíritu Santo es cómo Dios se comunica con el hombre; y los que rechazan deliberadamente este instrumento, considerándolo satánico, han cortado el medio de comunicación entre el alma y el Cielo. Por la manifestación de su Espíritu, Dios obra para reprender y convencer al pecador; y si se rechaza finalmente la obra del Espíritu, nada queda ya que Dios pueda hacer por el alma. Se empleó el último recurso de la misericordia divina. El transgresor se aisló totalmente de Dios; y el pecado no tiene ya cura. No hay ya reserva de poder mediante la cual Dios pueda obrar para convencer y convertir al pecador. "Déjalo" (Ose. 4: 17), es la orden divina. Entonces "ya no queda sacrificio por el pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios." (Heb. 10: 26, 27.)"

7-A CBA 212; 5CBA 1068 Ellen White "Cristo no luchaba contra hombres limitados, sino contra principados y potestades, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. El dice a sus oyentes que toda clase de pecados y blasfemias pueden ser perdonados si se deben a ignorancia. En su gran ceguera podrían proferir insultos y burlas contra el Hijo del hombre, y sin embargo, quedar dentro de los alcances de la misericordia. Pero cuando el poder y el Espíritu de Dios descansaron sobre los mensajeros de Cristo, estaban en terreno santo. Ignorar al Espíritu de

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www.laverdadeterna.com 2010 Dios, acusarlo de que era el espíritu del diablo, los colocaba en una posición en donde Dios no tenía poder para llegar a su alma. Ningún poder en cualquiera de las provisiones de Dios para corregir a los que yerran [en tales circunstancias], puede alcanzarlos... Hablar contra Cristo, atribuyendo su obra a influencias satánicas, y las manifestaciones del Espíritu, a fanatismo, no es en sí mismo un pecado para condenación; pero el espíritu que induce a los hombres a que hagan esas afirmaciones los coloca en una condición de obstinada resistencia, donde no pueden ver la luz espiritual... Piensan que están siguiendo un sano juicio, pero están siguiendo a otro guía. Se han colocado bajo el dominio de un poder del que están completamente ignorantes debido a su ceguera. Han rechazado al único Espíritu que podría guiarlos, iluminarlos, salvarlos. Están siguiendo la senda de la culpabilidad para la cual no puede haber perdón ni en esta vida ni en la venidera. No es que cualquier grado de culpabilidad agote la misericordia de Dios, sino porque el orgullo y la continua obstinación los induce a despreciar al Espíritu de Dios, a ocupar un lugar donde ninguna manifestación del Espíritu puede convencerlos de su error. Sus mentes endurecidas no están dispuestas a ceder. En nuestros días los hombres se han colocado donde son completamente incapacitados para llenar las condiciones del arrepentimiento y la confesión; por lo tanto, no pueden hallar misericordia y perdón. El pecado de la blasfemia contra el Espíritu Santo no radica en cualquier palabra o hecho súbito, sino en la firme y determinada resistencia contra la verdad y la evidencia (MS 30, 1890).

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