Alfred Wegener y la deriva continental (1880-1930) Los continentes ocuparon posiciones distintas de las actuales.
Publicó sus hallazgos en “El origen de los continentes y los océanos” 1915. Hipótesis de la deriva continental (Supercontinente Pangea).
Pruebas: Ø Geográficas. Coincidencia entre las formas de la costa de los continentes, sobre todo si se tienen en cuenta las plataformas continentales. Ø Paleontológicas. Fósiles de organismos idénticos en lugares que hoy distan miles de kilómetros lo que hace pensar en puentes continentales en el pasado (Sudamérica, Africa, India, Australia). Ø Geológicas y tectónicas. Rocas del mismo tipo y edad a ambos lados del Atlántico, así como coincidencia de cadenas montañosas. Ø Paleoclimáticas. Zonas de la tierra cuyos climas no coinciden con los que tuvieron en el pasado, lo que se refleja por registros geológicos. En el Carbonífero India y Australia estuvieron cubiertas por hielo (tillitas), mientras Norteamérica y Europa eran bosques cálidos (carbón) y zonas polares tenían climas áridos (depósitos evaporíticos).
Pruebas geográficas geológicas y tectónicas
Yacimientos de diamantes
Pruebas paleoclimáticas
Pruebas paleontológicas
Problemas: 1. Wegener pensó que los continentes se movían sobre la corteza de la Tierra y que las fuerzas centrífugas y de las mareas eran las responsables de mover los continentes. No convenció. 2. Erró en algunos cálculos de desplazamiento importantes 3. Era meteorólogo. (“el hombre del tiempo”)
Arthur Holmes y las corrientes de convección del manto (1929)
Ø Propuso que la deriva continental podía deberse a la actuación de corrientes de convección térmica en el manto. Contribuyó con ello a afianzar las teorías movilistas sobre la historia de nuestro planeta, frente a las fijistas que fueron definitivamente descartadas en los años sesenta.
Conocimiento de los fondos oceánicos gracias al sónar (1945)
Ø El sónar permitió realizar mapas de la topografía del fondo marino, descubriéndose las dorsales y las fosas oceánicas y su relación geográfica con la distribución de volcanes y terremotos.
Ø Los sondeos permitieron conocer datos sobre la diferencia de espesor y composición de ambas cortezas, así como de la mayor antigüedad de la corteza oceánica en la proximidad de los continentes, aunque nunca supera los 200 ma frente a la continental que en los cratones llega a 3.800 ma.
Conocimiento del magnetismo de las rocas Se debe al campo magnético terrestre: Los minerales ferromagnéticos de hierro como la magnetita o el hematites poseen la propiedad de imantarse cuando son sometidos a un campo magnético creando su propio campo magnético. Esto permite demostrar: Ø El movimiento de los continentes: midiendo la magnetización de los minerales ferromagnéticos presentes en las rocas de edades conocidas se puede determinar la posición de los polos magnéticos terrestres en esa época. Si estudiamos rocas de distintas edades se deducen distintas posiciones para el mismo polo magnético que nos dibujan la trayectoria de los continentes en su movimiento hasta las posiciones actuales. Al conocer la posición de los polos a lo largo de la historia se observa un cambio en la polaridad del campo magnético en varias ocasiones.
Ø Al medir el paleomagnetismo de las rocas volcánicas basálticas del fondo oceánico se observó que las anomalías magnéticas formaban bandas paralelas, dispuestas simétricamente a ambos lados de las dorsal Hess y la expansión del fondo oceánico (1960)
Hess formuló la hipótesis de la expansión del fondo oceánico al intuir que la corteza oceánica se originaba en las dorsales y se separaba progresivamente a medida que se formaba nueva corteza, y que se imantaba según la polaridad que tuviera el campo magnético en ese momento. Así la corteza oceánica sería más joven en la proximidad de las dorsales y más vieja cerca de los continentes, como se demostró después.
Para poder conservarse el perímetro terrestre era necesario encontrar algún mecanismo por el que se consumiera corteza oceánica. La respuesta fue el descubrimiento de las zonas de subducción. Por eso la corteza oceánica no supera la edad de los 200 ma. el fondo oceánico surge a partir de las dorsales oceánicas y se destruye en las fosas marinas .
Evidencias: - Distribución simétrica de bandas magnéticas a ambos lados de la dorsal. - La edad del fondo oceánico. - Las trazas dejadas por los puntos calientes. Las placas litosféricas están en movimiento.
Ø La tomografía sísmica demuestra que las dorsales no se sitúan indefinidamente sobre las raíces térmicas que las originan, procedentes del manto profundo. Se empieza a creer que constituyen un sistema de fracturas que se desplaza a medida que crecen las placas donde se sitúan, y que la fusión de los materiales subyacentes puede producirse por bajada de la presión en la base de la placa con aumento de temperatura.