No title

Etapa Catequística FORMACIÓN CATEQUÍSTICA Colección Misión Permanente No. 6 “ESTA ES NUESTRA FE, ESTA ES LA FE DE LA IGLESIA” Visitanos en: www.ig
Author:  Ana Segura Soto

10 downloads 21 Views 1MB Size

Story Transcript

Etapa Catequística FORMACIÓN CATEQUÍSTICA

Colección Misión Permanente No. 6

“ESTA ES NUESTRA FE, ESTA ES LA FE DE LA IGLESIA”

Visitanos en:

www.iglesiatijuana.org/pastoralprofetica

N CRISTO “ CO

EN ACCIÓN, ENCARNEMOS LA MISI ÓN ”

DIÓCESIS DE TIJUANA, B.C.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

COMISIÓN DE PASTORAL PROFÉTICA DIOCESANA Jefe eclesial de Pastoral Profética: Pbro. Lic. José Gpe. Rivas Saldaña. Coordinador laico de Pastoral Profética: José Alberto Ocegueda Jiménez. Dpto. de Kerigma: Pbro. Víctor Ramírez G. Depto. de Pastoral Bíblica: Pbro. Lic. José de Jesús de Luna T. Depto. de Catequesis: Pbro. Manuel Varela P. Depto. de Pastoral de Misiones: Pbro. Jaime Morales Crusalei. Depto. de Pequeñas comunidades: Pbro. Érick Édgar Molina Becerril. Pastoral Familiar: Pbro. Lic. Mónico Margarito Hdz. Pastoral Juvenil: Pbro. Miguel Ángel Sánchez.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

ÍNDICE

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 TEMA 1 Celebro mi fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Tema 2 Creo en Dios uno y trino: Padre , Hijo y Espíritu Santo . . . . . . .14 Tema 3 Creo en la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Tema 4 María Madre de Cristo, Madre de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . .27 Tema 5 Mi vida en Cristo . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Tema 6 Señor enseñame a orar . . . . . . . . . . .44 Jornada de oración Orar como Jesús . . . . . . . . . . . . .51

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

PRESENTACIÓN.

Oración de Petición:

Estimados hermanos: como sabemos, en este momento estamos viviendo la segunda etapa de nuestro “Año de la Misión en la Familia y en la Juventud” que corresponde a la etapa Catequística. A continuación queremos presentar el siguiente folleto que incluimos en esta etapa, elaborado por el Departamento de Catequesis. Este es el número 6 que corresponde a una serie de folletos que hemos editado a lo largo del presente año y que seguramente habrá de ayudarte en la catequesis de toda tu gente que has motivado en la misión de tu parroquia. Los temas que se incluyen en este presente folleto son: 1.- Celebro mi fe, 2.- Creo en Dios Uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.-, 3.- Creo en la Iglesia católica, 4.- María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, 5.- Mi vida en Cristo, 6.- Señor, enséñame a orar. Y, concluimos con una Jornada de Oración. Orar como Jesús. Como sabemos; el año de la Misión no termina, pues la misión de la Iglesia se prolonga y los departamentos de la Pastoral Profética deseamos seguir trabajando para ofrecerte el material de crecimiento y fortalecimiento de tus comunidades que has integrado a lo largo de éste año.

Leer Mateo 7,7. “Pidan y Dios les dará, busquen y encontrarán, llamen y Dios les abrirá”.

Motivación: Confiando en estas Palabras de Jesús, expresémosle al Señor nuestras necesidades, con la confianza puesta en Él y en la comunidad aquí presente que une sus plegarias y súplicas e implora el auxilio del Señor. -Momento de silencio. -Momento para compartir -Canto: El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra (2) Levanto mis ojos a los montes; ¿De dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

.

Conclusión: Antes de concluir, inspirados en el cántico de María, alabemos a Dios por las maravillas realizadas entre nosotros: Lucas 1, 47-55. “Mi alma glorifica al Señor mi Dios, y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones...”

De antemano agradecemos todo tu apoyo brindado al vivir fervientemente la experiencia de la misión en tu comunidad parroquial, experiencia que fortalece la vida pastoral de nuestra Diócesis.

Terminemos nuestra jornada de oración, recitando juntos la oración que Jesús nos enseño, el Padre Nuestro, saboreemos cada palabra, cada petición, comprometiéndonos a orar unos por otros.

Con afecto y gratitud: Pbro. Lic. Jose Gpe. Rivas Saldaña. Jefe Eclesial de Pastoral Profética.

Expresemos la alegría de esta experiencia de oración, con una manifestación de gozo; puede ser una palabra de aliento o felicitación de unos a otros u otro gesto 38 fraterno. 38

2

Esta jornada de oración esta tomada del Proyecto Nacional de Catequesis De Adultos; Etapa de iniciación Cristiana II, pp.125-29

55

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Oración para pedir perdón:

INTRODUCCIÓN

Lucas 23,34: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”.

Motivación: Jesús, desde la Cruz, nos enseña a perdonar, al pedir perdón por los que lo están crucificando. ¡Padre, perdónales porque no saben lo que hacen!. En nuestra vida, a lo mejor hemos sentido la necesidad de pedirle perdón a Dios, por algo o por alguna persona que a lo mejor le hicimos algún mal y no hemos tenido la oportunidad de expresarle nuestros sentimientos. - Momento de silencio. - Momento para compartir. - Canto: Perdón, ¡Oh! Dios mío, perdón e indulgencia Perdón y clemencia, perdón y piedad.

Oración de Acción de Gracias: Lucas 11,41 “Padre, te doy gracias porque me has escuchado”.

Motivación: Jesús, cuando va a visitar la tumba de Lázaro, antes de resucitarlo, mirando al cielo da gracias al Padre celestial, con la finalidad de suscitar la fe en Él. -Momento de Silencio. -Momento para compartir. -Canto: Te doy gracias, Jesús por haberme encontrado; por haberme salvado, te doy gracias Jesús. Hoy ya sé, el camino y hacia él me dirijo es la senda bendita que representa el Hijo. 54

Querido hermano y hermana, con gusto te saludamos pidiendo a Dios esta experiencia del Año de la Misión, la Familia y la Juventud, sea motivo de renovar en ti el celo misionero y apostólico. Esperamos que también vayas descubriendo la importancia de recibir una formación permanente que te ayude a ir consolidando tu fe en el Señor y tu compromiso con la Comunidad: La Iglesia. La Comisión Diocesana de Catequesis, desea ayudarte a ir consiguiendo estas metas, es por eso que te ofrece este folleto para que apoyándote en él puedas iniciar tu inquietud por conocer y amar más tu fe. Los temas que te proponemos no pretenden ser lo único que haya sobre ellos, ya que deseamos que profundices en estos, empleando otros textos como la Sagrada Escritura, el Catecismo de la Iglesia Católica u otro material de apoyo en el que puedas conocer más estos principios doctrinales. Son 6 temas los que te presentamos. En la vida de fe - Dios Uno y Trino, María, la Iglesia. En la vida litúrgica - los sacramentos. En la vida moral - los mandamientos. En la vida espiritual - la oración Concluimos esta etapa catequística con un retiro teniendo como centro el tema de la oración. Esperamos pues que estos pequeños puntos de reflexión te ayuden a ir consolidando tu fe de modo que puedas también ser testimonio de ella en el compromiso a tu comunidad parroquial. ATENTAMENTE COMISIÓN DIOCESANA DE CATEQUESIS PBRO. LIC. MANUEL VARELA PEREZ

3

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Sencillez de corazón; para otros quizá sea ésta la primera experiencia. (Dejar que dos o tres personas compartan) Es muy importante tener presente que la oración, personal o en grupo, nos acerca a Dios. La Iglesia de todos los tiempos, ha tenido gran estima por la oración y nos motiva para que los cristianos la practiquemos. Hay oraciones litúrgicas ya establecidas y de mucha variedad, como la Liturgia de la Horas, la que en diferentes puntos del universo y en diferentes momentos y lenguas, se levanta hacia el mismo Dios y Padre; y la riqueza inigualable de la Oración Eucarística que es la Oración por excelencia. Orar es siempre posible, es una necesidad vital. Oración y vida cristiana son inseparables, ya sea personalmente, en comunidad, en contemplación, la oración es siempre eficaz. También la Iglesia cuenta con el ejemplo de los santos, que siguiendo las huellas de Jesús, experimentaron y nos dejaron un camino en la práctica de la oración en sus diferentes formas.

INDICACIONES: Nuestra jornada tendrá tres momentos comunicación. 1.- Oración de Perdón. 2.- Oración de Acción de Gracias. 3.- Oración de Petición.

de

Cada momento tendrá a su vez, cinco partes: + Lectura de la Palabra de Dios. + Una motivación e invitación a la oración. + Un momento de silencio. + Un momento para compartir. + Un canto.

6

53

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Introducción: Dejando a un lado todas nuestras preocupaciones, le pedimos al Señor Jesús, nos disponga interiormente, para tener un encuentro profundo con El en esta Jornada de Oración.

Tema 1: “Celebro mi fe”

1er. Momento: Nos preguntamos; ¿en qué momentos oraba Jesús?; ¿Cuándo oraba? ¿Para qué? (se deja tiempo para dialogar, se comparten las respuestas)

2º. Momento: Ahora nos preguntamos: ¿Yo hago oración? ¿Cuándo, cómo y para qué oro? (se deja tiempo para dialogar, se comparten las respuestas) El Evangelio nos habla en repetidas ocasiones sobre la oración de Jesús. El buscaba momentos de soledad para comunicarse con su Padre Dios; en los momentos importantes de su misión, cuando emprendía una acción de trascendencia, siempre lo hacía acompañado de momentos fuertes de oración, leer: + Marcos 14, Getsemaní”.

38-39:

“La

oración

de

Jesús

en

+ Lucas 6, 12: Cuando eligió a sus apóstoles. + Juan 17,1-25: “Jesús ora por los suyos”. Nos disponemos a vivir esta experiencia de oración ante la presencia de Jesús, que hoy de nuevo nos dice: “Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré”; confiemos plenamente en su palabra y sintámoslo entre nosotros. A lo mejor, alguien ya ha tenido alguna experiencia de oración compartida y quiera comunicárnosla con 52

Objetivo: Introducirnos en el estudio de la Economía Sacramental para ver este tiempo de la Iglesia, tiempo en el que Cristo vive y actúa en y con ella por medio de los sacramentos.

5

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEXTOS: + De la carta de san Pablo a los efesios 1, 3-6. + Juan 13, 1; 17, 1.

Jornada de Oración. Orar como Jesús

+ Juan 14, 26. + PO 4: “El pueblo de Dios se reúne, sobre todo, por la Palabra de Dios vivo... necesita la predicación de la palabra para el ministerio de los sacramentos. En efecto, son sacramentos de la fe que nacen y se alimentan de la palabra’. CONFRONTAMOS: La liturgia es obra de la Santísima Trinidad, en ella la Iglesia se comunica y se revela la bendición divina: El Padre es reconocido y adorado como fuente y fin de todas las bendiciones de la Creación y de la Salvación, en su Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por él derrama en nuestros corazones el don que contiene todos los 1 dones: El Espíritu Santo . El Hijo “sentado a la derecha del Padre y derramando su Espíritu Santo sobre su Cuerpo que es la Iglesia, actúa ahora por medio de los sacramentos, instituidos por él para comunicar su gracia. Los sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la acción de Cristo por el poder del 2 Espíritu Santo” . El Espíritu Santo. La misión del Espíritu Santo en la liturgia de la Iglesia es la de preparar la Asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y 1 2

6

Obejtivo: Descubrir el gran valor de la oración, teniendo como modelo a Jesucristo; “El Maestro”, y compartir con sencillez la experiencia de fe de cada uno.

Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, No.1082. Catecismo de la Iglesia Católica, No.1084 51

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

El catequista invita a todos a ponerse en círculo, dice la siguiente monición:

actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer fructificar el don de la comunión 3 en la Iglesia.

El modelo perfecto de oración se encuentra en la oración de Jesús, hecha a veces en soledad, en lo secreto o en comunidad, oración que es abandono en la manos de su Padre, ahora todos juntos uniendo nuestras manos, sigamos su ejemplo y proclamemos la oración que Él nos enseñó: Padre Nuestro...

El Misterio Pascual en los sacramentos de la Iglesia. La vida litúrgica de la Iglesia gira en torno a la Eucaristía y los demás sacramentos. Son siete los sacramentos que hay en la Iglesia: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio.

CELEBRAMOS.

Los Sacramentos de Cristo. + Los sacramentos de la nueva Ley fueron instituidos por nuestro Señor Jesucristo. + Son fuerza que brotan del Cuerpo de Cristo, acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son llamadas las 'obras maestras' de Dios en la nueva y eterna Alianza. Los Sacramentos de la Iglesia. + Los sacramentos de la Iglesia tienen un doble sentido: 1. Existen por ella: Porque la Iglesia es sacramento de la acción de Cristo que actúa en ella gracias a la misión del Espíritu Santo. 2. Existen para ella: Porque constituyen a la Iglesia, manifiestan y comunican, sobre todo la Eucaristía, el misterio de la Comunión del Dios Amor, Uno y Trino. La Iglesia celebra los sacramentos como comunidad sacerdotal estructurada por el sacerdocio bautismal y el de los ministros ordenados.

3

50

Catecismo de la Iglesia Católica, No. 1112 7

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Los Sacramentos de la Salvación. La Iglesia afirma que para el creyente los sacramentos son necesarios para la salvación. La gracia recibida en ellos es la gracia del Espíritu Santo dada por Cristo. El Espíritu cura y transforma a quien los recibe, los conforma con el Hijo de Dios. Los Sacramentos de la Vida Eterna. El fruto de la vida sacramental es personal y comunitario. Es para todo fiel la vida de Dios en Cristo Jesús y para la Comunidad, crecimiento de caridad, en 4 su misión y testimonio.

6º. No nos dejes caer en la tentación. Pedimos a Dios que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Esta petición implora el Espíritu de discernimiento y de fuerza; solicita la gracia de la vigilancia y la perseverancia final. 7º. Y líbranos del mal. El cristiano pide a Dios con la Iglesia que manifieste la victoria, ya conquistada por Cristo, sobre el 'príncipe de este mundo', sobre Satanás, el ángel que se opone personalmente a Dios y a su plan de salvación. Amén: Esta es expresión de respeto a las siete peticiones: Así 36 sea.

Los siete sacramentos de la Iglesia. “Los sacramentos de la Nueva Ley fueron instituidos por Cristo y son siete, a saber, el Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio. Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. Hay aquí una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida 5 espiritual”.

- Nos enseña la oración del Padre Nuestro, la cual se compone de 7 peticiones:

Siguiendo esta analogía, podemos dividir en tres apartados los 7 sacramentos: los de iniciación cristiana, los de curación y los de servicio de la comunidad y misión de los fieles.

- Las tres primeras tienen por objeto la Gloria del Padre: + La santificación del nombre + La venida del reino + El cumplimiento de la voluntad divina.

A. Sacramentos de la Iniciación Cristiana. La iniciación cristiana se realiza mediante el conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía.

- Las otras cuatro presentan al Padre nuestros deseos que conciernen a nuestra vida para: + alimentarla + curarla del pecado + y se refiere a nuestro combate por la victoria del 37 bien sobre el mal.

4 5

8

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1076-1130 Catecismo de la Iglesia Católica, No.1210

ASIMILAMOS: - El Señor Jesús es una persona que ora al Padre Dios de una forma muy especial en los momentos decisivos de su vida y su misión. - Jesucristo nos enseña a orar con fe, perseverancia y como hijos de un Padre bueno.

36 37

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2857-2865 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2857 49

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

1º. Santificado sea tu Nombre. Entramos en el plan de Dios, la santificación de su Nombre, revelado a Moisés, después en Jesús, por nosotros y en nosotros, lo mismo que en toda nación y en cada ser humano. 2º. Venga a nosotros tu reino. La Iglesia tiene principalmente a la vista el retorno de Cristo y la venida final del Reino de Dios. También ora por el crecimiento del Reino de Dios en el “hoy” de nuestras vidas. 3º. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Rogamos al Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo para realizar su Plan de salvación en el mundo. Las otras cuatro presentan al Padre nuestros deseos: Estas peticiones conciernen a nuestra vida para alimentarla o para curarla del pecado y se refieren a nuestro combate por la victoria del Bien sobre el Mal. 4º. Danos hoy nuestro pan de cada día. Expresamos en comunión con nuestros hermanos, nuestra confianza filial en nuestro Padre del cielo. “Nuestro pan” designa el alimento terrenal necesario para la subsistencia de todos y significa también el Pan de Vida; Palabra de Dios y Cuerpo de Cristo. Se recibe en el 'hoy' de Dios, como el alimento indispensable, lo más esencial del Festín del reino que anticipa la Eucaristía. 5º. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Se implora para nuestras ofensas la misericordia de Dios, la cual no puede penetrar en nuestro corazón si no hemos perdonado a nuestros enemigos, a ejemplo y ayuda de Cristo.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Bautismo: El Bautismo constituye el nacimiento a la vida nueva en Cristo. Es necesario para la salvación. La gracia del Bautismo comprende: el perdón del pecado original y de los pecados personales, el nacimiento a la vida nueva, todo bautizado se convierte en hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Por medio del Bautismo el bautizado se incorpora a la Iglesia, Cuerpo de Cristo y se hace partícipe del sacerdocio de Cristo. Confirmación: La Confirmación perfecciona la gracia bautismal. Por este sacramento, nos enraizamos más profundamente en la filiación divina, nos incorporamos más firmemente a Cristo, hace más sólido nuestro vínculo con la Iglesia, nos asocia más a su misión y nos ayuda a dar testimonio de fe en palabra y obras. Eucaristía: La Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia. La celebración eucarística comprende: la proclamación de la Palabra de Dios, la acción de gracias a Dios por sus beneficios (Oración de los fieles); la consagración del pan y del vino, que se convierten en la presencia real de Jesucristo en su Cuerpo y su Sangre, y por último la participación del pueblo en el banquete eucarístico. Todos estos elementos constituyen un mismo acto y culto. La Eucaristía es memorial de la Pascua de Cristo, de su obra de salvación: su muerte y resurrección, obra que se hace presente por la acción litúrgica. Es Cristo mismo, sumo y eterno sacerdote, quien por el ministerio de los sacerdotes, ofrece el sacrificio eucarístico.6 6

48

Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1213-1405 9

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

B. Sacramentos de Curación.

Sacramento de la Reconciliación. Este sacramento consagra un proceso personal y comunitario de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del que comete pecado. Es la confesión de los pecados ante un sacerdote quién concede al penitente el perdón y la paz, reconciliándole con Dios. Este sacramento perdona los pecados cometidos después del Bautismo, por este medio se vuelve a la comunión con Dios. Manifiesta la misericordia de Dios, deseoso de la salvación del ser humano. Este retorno a Dios es llamado conversión y arrepentimiento, implica dolor de corazón por haber cometido faltas y el propósito firme de no volver a pecar. La conversión mira al pasado, y al futuro, se nutre de la esperanza en la 7 misericordia divina.

comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas 'escuelas de oración', donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adoración contemplación, escucha y viveza de afecto hasta el 'arrebato del corazón'. Una oración intensa, pues, que sin embargo no aparta del compromiso en la historia, abriendo el corazón al amor de Dios, lo abre también al amor de los hermanos, y nos hace capaces de construir la historia según el 35 designio de Dios. Padre nuestro... “Estando Jesús en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos; 'Maestro, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.” En respuesta a esta petición, el Señor confía a sus discípulos y a su Iglesia la oración cristiana fundamental:

Sacramento de la Unción de los Enfermos. “El sacramento de la Unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad 8 grave o de vejez”. La gracia especial de este sacramento tiene como efectos los siguientes:

Padre nuestro, que estás en el cielo, Santificado sea tu Nombre; Venga a nosotros tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

-la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia; -el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez; -el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia; -el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual;

Esta oración se compone de 7 peticiones. Las tres primeras tienen por objeto la Gloria del Padre: La santificación del nombre, la venida del Reino y el cumplimiento de la voluntad divina.

9

-la preparación para el paso a la vida eterna. 7 8

10

9

35

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1422-1460 Catecismo de la Iglesia Católica, No. 1527. Catecismo de la Iglesia Católica, No. 1532

Comisión Episcopal de Evangelización y Catequesis, Proyecto Nacional de Catequesis de Adultos. Maestro ¿donde vives?, vengan y vean. Etapa de Iniciación Cristiana II. Pp. 121-23, México 2003 47

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

+ Lucas 22,32: para que Pedro no decaiga y sea fuerza para sus hermanos. La oración de Jesús ante los acontecimientos de salvación que el Padre le pide que cumpla es una entrega, humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre. Los Evangelistas han conservado las dos oraciones más explícitas de Cristo durante su ministerio. + Mateo 11,25-27, Jesús ora al Padre, le da gracias y lo bendice porque ha escondido los misterios del Reino a los que se creen doctos y los ha revelado a los pequeños. Su conmovedor “Sí Padre” expresa el fondo de su corazón: la adhesión amorosa al querer del padre. + Juan. 11,41-42, sobre la resurrección de Lázaro: “Padre te doy gracias por haberme escuchado”, lo que implica que el Padre escucha siempre su súplica; y Jesús añade a continuación: “ya sabía yo que tú siempre me escuchas”, lo que revela que Jesús pide de una manera constante. Jesús Enseña a orar. Lucas 11, 1. En respuesta a la petición de sus discípulos, Jesús les entrega la oración cristiana fundamental, el Padre Nuestro y les insistió en ser perseverantes en ella. Es cuando el discípulo ve al Maestro orar que le viene el deseo de orar también. Por tanto aprende del Maestro, contemplándolo y escuchándolo orar al Padre. Jesús como pedagogo, nos toma donde estamos y, progresivamente nos conduce al diálogo y encuentro con el Padre. El Papa Juan Pablo II, en su carta Apostólica: Novo Millennio Ineunte, insiste en la necesidad de orar, nos dice: “Sí queridos hermanos y hermanas, nuestras

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

C. Sacramentos al servicio de la Comunidad. Sacramento del Orden. El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza, el culto divino y por el gobierno pastoral. Desde sus orígenes el sacramento del orden fue conferido y ejercido en tres grados: obispos, presbíteros y diáconos. El obispo es cabeza de la diócesis, participa en la responsabilidad apostólica y en la misión de la Iglesia bajo la autoridad del Papa. Los presbíteros son cooperadores diligentes del obispo, asumen con el obispo la responsabilidad de la Iglesia particular (diócesis). Los diáconos son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia. Cumplen tareas importantes como la del ministerio de la Palabra, del culto divino, de la 10 pastoral y del servicio de la caridad. Sacramento del Matrimonio. El sacramento del matrimonio, significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia: la gracia del sacramento perfecciona el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna. El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo. La unidad, indisolubilidad y apertura a la fecundidad son esenciales al matrimonio. El hogar cristiano es el lugar en que los hijos reciben el primer anuncio de la fe. 10

46

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1537-1589 11

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Por eso la casa familiar es llamada “iglesia doméstica”, comunidad de gracia y de oración escuela de virtudes 11 humanas y de caridad cristiana. ASIMILAMOS. - La liturgia es obra de la Santísima Trinidad, en ella la Iglesia se comunica y revela la bendición divina. - Los sacramentos son signos eficaces de la gracia instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. - Son 7 los sacramentos de la Iglesia: + los de iniciación:Bautismo, Confirmación, Eucaristía. + los de curación: Penitencia o de Reconciliación, Unción de los Enfermos. + los de servicio a la comunidad: Orden Sacerdotal, Matrimonio.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEXTOS: + Marcos 14, 32-36. + Lucas 11, 1. + Mateo 6, 9-13. + Juan 11, 41-42. + Juan 17, 1-25. CONFRONTAMOS: El Hijo de Dios, también aprendió a orar conforme a su corazón, como ser humano. Él aprende de su Madre, María, las fórmulas de oración de ella, que conservaba todas la maravillas del Todopoderoso y las meditaba en su corazón. Lo aprende en las palabras y en los ritmos de la oración de su pueblo, en la Sinagoga de Nazaret y en el Templo. Pero su oración brota de una fuente distinta, como lo deja presentir a la edad de los doce años. Aquí comienza a revelarse la novedad de la oración en la plenitud de los tiempos: la oración filial, que el Padre esperaba de sus hijos, va a ser vivida por fin por el propio Hijo único en su Humanidad, con la humanidad y a favor de ella. En el Evangelio según san Lucas, se subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de la oración en el ministerio de Cristo, nos muestra a Jesús orando antes de los momentos decisivos de su misión: + Lucas 3,21-22: antes que el Padre de testimonio de Él en su bautismo. + Lucas 9,28-36: antes de su transfiguración. + Lucas 22,41-44: antes de dar cumplimiento con su pasión, al designio de amor del Padre. + Lucas 6,12-16: antes de la elección de los 12. + Lucas 9,18-20: antes de que Pedro lo confiese como “el Cristo.”

11

12

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1661-62; 1664;1666 45

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Tema 6: Señor enséñame a orar

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

CELEBRAMOS. Tener un cirio encendido y la Sagrada Escritura al centro del salón (el pasaje a leer será; Éxodo 13, 1722.) Tener copias de la Oración para cada participante. Lector 1: Lee Éxodo 13, 17-22 Lector 2: lee: Tú marchaste a la cabeza del pueblo, fuiste guía, fuiste camino. Tú los condujiste con la nube, de día. Te pusiste delante de ellos. Siempre. Y por la noche, estuviste en el fuego. Tú marchas frente a mí, eres mi guía, eres mi camino. Tú eres nube que me acompaña, cada día. Eres la luz que alumbra mi oscuridad.

Objetivo: Aprender del ejemplo de Jesucristo que la oración es el diálogo ordinario entre Dios y los humanos para crecer en santidad y constituir el Reino con la fuerza divina.

44

Todos: Yo creo en un solo Dios, en ti que eres el Señor. Haz que yo abra estas dos manos a los demás, ayudando a los que lo necesitan. Después de tres días has resucitado, ésta es mi fe. Yo escucho tu Palabra: tú estás en los cuatro Evangelios. Con cinco panes tú has saciado la muchedumbre: hoy regalas a todos tu amor. Seis son los días de trabajo: el domingo es consagrado a ti. Siete los colores del arco iris, siete los días de la creación, siete son los sacramentos, siete las virtudes. Ayúdame a perdonar setenta veces siete, siempre. Como tú perdonas. Guía: Terminemos nuestra jornada dando gracias a Dios y proclamando la Oración que Cristo nos enseño... Padre Nuestro...

13

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Tema 2 “Creo en Dios Uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10º. No codiciarás los bienes ajenos. CELEBRAMOS. Tener la Sagrada Escritura abierta en un ambón y un cirio encendido. Pasa algún participante y hace la lectura del Éxodo 20, 1-21. Al terminar se proclama la siguiente oración: Tú, Señor, nos has elegido, aquí quisiste tu casa. Descansaste entre nosotros, nos has colmado de bendiciones. Los que guardamos tu alianza y las leyes que nos enseñaste seremos arropados de salvación. Los que custodiamos tu alianza y las leyes que nos enseñaste disfrutaremos tu amor para siempre. Dios, nuestro Padre, queremos ser hijos que obedeciendo tu ley construyamos un mundo donde reine siempre tu Alianza.

Objetivo: Descubrir el misterio de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, como sacramento de Amor que lleva a la comunión y fraternidad entre los hermanos.

14

43

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Por tanto este mandamiento prohíbe la avaricia y el deseo de una apropiación inmoderada de los bienes terrenos. La avaricia es raíz de robo, rapiña y fraude. La envidia es pecado capital, manifiesta la tristeza que se experimenta ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de apropiárselo. El cristiano es invitado a desprenderse de las riquezas para poder entrar en el Reino de los cielos. Jesús mismo invita a dejarlo todo por El, esto lleva a lograr la felicidad verdadera, pues aparta al ser humano del apego desordenado de los bienes de este mundo. 34 ASIMILAMOS. - Los mandamientos son respuesta de amor que el ser humano está llamado a dar a Dios. - Los mandamientos son conocidos también como el Decálogo, que significa: Diez Palabras. - Estas Diez Palabras, resumen y proclaman la ley de Dios. - El don de los mandamientos de la ley forma parte de la Alianza sellada por Dios con los suyos. - Dios hace posible por su gracia lo que manda, esto es cumplir los mandamientos. - Los mandamientos son: 1º. Amarás a Dios sobre todas las cosas. 2º. No tomarás el nombre de Dios en vano. 3º. Santificarás las fiestas. 4º. Honrarás a tu padre y a tu madre. 5º. No matarás. 6º. No cometerás actos impuros. 7º No robarás. 8º. No dirás falso testimonio ni mentirás. 34

42

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEXTOS: + Isaías 44,6. + Deuteronomio 6,4-5. + Isaías 45,22-24. + Marcos 12,29-30. + Éxodo 3,6; 13-15. + Isaías 45,15. + Éxodo 34,6. + Juan 3,16-18. + Juan 14,15-26; 15,26. + Juan 20, 19-23. + Mateo 11,27. + Juan 1,1. + De la carta de san Pablo a los colocenses 1,15. + De la carta a los hebreos 1,3. CONFRONTAMOS: 1.1. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los cristianos somos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en “los nombres” de éstos, no hay más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la Santísima Trinidad. El misterio de la Trinidad es el centro de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo, fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es enseñanza fundamental y esencial en la jerarquía de verdades de fe. Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia de camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único,

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2534-2550 15

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos. La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto. Dios, ha dejado huella de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo. 1.2. El Padre La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir, que es en El y con El, el mismo y único Dios. La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo y por el Hijo que junto al Padre, revela que El es con ellos el mismo Dios único. Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria. El Espíritu Santo procede del Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de éste al Hijo en comunión. Por la gracia del bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe, y después de la muerte, en la luz eterna. La fe católica es ésta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, y la coeterna majestad.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

8º. No dirás falso testimonio ni mentirás. El cristiano no debe avergonzarse de dar testimonio del Señor, en obras y palabras. Vivir en la verdad es ser auténtico, no se debe vivir en la duplicidad, la simulación o la hipocresía. Todo cristiano es llamado a respetar la reputación y honor de los demás, no han de tener actitudes de maledicencia o calumnia. La mentira consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo quien tiene derecho a la verdad. 32 Cualquier falta contra la verdad exige reparación. 9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Este mandamiento pone en guardia contra el desorden o la concupiscencia de la carne. Se puede luchar contra esta tentación por medio de la purificación del corazón y por la práctica de la templanza. La pureza del corazón nos da la capacidad de ver según Dios todas las cosas. Es necesaria la oración para lograr la pureza de corazón, la castidad y la pureza de intención de mirada. La pureza de corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor preserva 33 la intimidad de la persona. 10º. No codiciarás los bienes ajenos. El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro y pertenece a otra persona.

32 33

16

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2504-2509 Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2528-2533 41

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

6º. No cometerás actos impuros. Dios creó al ser humano hombre y mujer y les confiere la dignidad personal de manera idéntica. A cada uno le corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual. Cristo es modelo de castidad, a la cual todo bautizado es llamado a llevar según su estado de vida. Castidad significa la integración de la sexualidad en la persona donde se debe dar también el aprendizaje del domino personal. Los pecados contra la castidad son; la masturbación, la fornicación, las actividades pornográficas y las prácticas homosexuales. El matrimonio es manifestación de una alianza libre que implica fidelidad. Esta alianza les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio. La fecundidad es un bien y un fin del matrimonio, ya que dando vida los cónyuges participan de la paternidad de Dios. La regulación de la natalidad es un aspecto de la paternidad responsable, más no es lícito recurrir a medios moralmente reprobables para ello, por ejemplo: la esterilización o la anticoncepción. Por último, el adulterio, el divorcio, la poligamia, la unión libre, son 30 ofensas a la dignidad del matrimonio. 7º. No robarás. “El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera al prójimo injustamente de sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres. Con miras al bien común exige el respeto del destino universal de los bienes al derecho de la propiedad privada. La vida se esfuerza por ordenar a Dios y a la caridad fraterna los bienes de este mundo”. 31

30 31

40

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2392-2400 Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2401.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo. 1.3. El Hijo. En el momento establecido por Dios, el Hijo único del Padre, la Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza divina asumió la naturaleza humana. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina: por esta razón Él es el único Mediador entre Dios y los hombres. Él posee dos naturalezas: la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios. Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, tiene una inteligencia y una voluntad humana perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y a su voluntad divinas que tienen en común con el Padre y el Espíritu Santo. La encarnación es pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única Persona del Verbo. 1.4 El Espíritu Santo. Leer la carta de san pablo a los galatas 4, 6. “Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abba!, o sea: Padre”. Desde el inicio y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía siempre a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable. En la plenitud de los tiempos, el Espíritu Santo realiza en María todas las preparaciones para la venida de 17

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Cristo al Pueblo de Dios. Mediante la acción del Espíritu Santo en ella, el Padre da al mundo el Emmanuel, “Dios con nosotros”. El Hijo de Dios es consagrado Cristo mediante la unción del Espíritu Santo en su Encarnación y por su Muerte y Resurrección, Jesús es constituido Señor y Cristo en la gloria. De su plenitud, derrama el Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Iglesia. El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el sacramento de la Comunión de la Santísima 12 Trinidad con la humanidad. ASIMILAMOS. - Dios es amor. Padre, Hijo y Espíritu Santo son todo amor por nosotros. - La prueba más grande de que Dios nos ama, es habernos entregado a su Hijo, para que por Él, tuviéramos la vida. - Esa vida de paz, amor, concordia, fraternidad y justicia que todos anhelamos. - La liturgia en los sacramentos, invoca a la Santísima Trinidad: - Recordemos que fuimos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. - En la misa después de la consagración y antes del Padre Nuestro, se dice: “Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos, Amén. 13

12 13

18

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 261-267; 479-483; 742-747. Comisión de Catequesis Arquidiócesis de México. Permanezcan en mi amor, ciclo A, México 2004, pp.80-81.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

4º Honrarás a tu padre y a tu madre. Dios quiere que después que a El, honremos a nuestros padres y a los que El reviste de autoridad para nuestro bien. Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud, justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar. Los padres a su vez, son los primeros educadores en la fe de sus hijos, deben atender en sus posibilidades las necesidades materiales y espirituales de ellos. Deben respetar la vocación de sus hijos pero han de recordar y enseñar que la vocación 27 primera del cristiano es la de seguir a Jesús. 5º. No matarás. Toda la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo. Causar la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador. El aborto directo, esto es como fin, es una práctica contraria a la ley moral, la Iglesia sanciona bajo pena de excomunión este delito. La eutanasia voluntaria constituye un homicidio es contrario a la dignidad de la persona y al respeto de Dios, su creador. El suicidio es contrario a la justicia a la esperanza y a la caridad, es prohibido por este 28 mandamiento. Por causa de los males y de las injusticias que ocasiona la guerra, se debe hacer lo razonablemente posible por evitarla, pero la Iglesia afirma la validez permanente de la ley moral durante los dichos conflictos armados. Toda práctica deliberadamente contraria al derecho de las 29 gentes y a sus principios universales son crímenes.

27

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2247-2257 Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2319-25 29 Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2327-28 28

39

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

La superstición es una desviación del culto al único y verdadero Dios, ésta lleva a la idolatría y a otras formas de adivinación y magia. Tentar a Dios de palabra o de obra, el sacrilegio, la superstición y el ateísmo en cuanto niega la existencia 24 de Dios, son pecados contra el primer mandamiento. 2º. No tomarás el nombre de Dios en vano. Este mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor que es Santo y por lo tanto prohíbe todo uso inconveniente del nombre de Dios. La blasfemia consiste en usar de una manera injuriosa el nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de los santos. El juramento en falso invoca a Dios como testigo de una mentira. El perjurio es una falta grave contra el Señor, 25 que es siempre fiel a sus promesas.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

- Nuestra fe es ésta: Venerar un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad. - No confundimos las personas, ni separamos las substancias: una es la Persona del Padre, otra la del Hijo y del Espíritu Santo; pero en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria. - La Trinidad es inseparable en su ser y en su obrar. - Pero cada persona manifiesta lo que le es propio en la Trinidad sobre todo en las misiones divinas de la 14 Encarnación y del don del Espíritu Santo. CELEBRAMOS. Se proclama la siguiente oración: Bendito seas, Padre, que en tu infinito amor nos has dado a tu hijo unigénito, hecho carne por obra del Espíritu Santo en el seno purísimo de la Virgen María y nacido en Belén.

3º. Santificaras las fiestas. El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo. La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado el día del Señor. El domingo y las demás fiestas de precepto son de obligación y por tanto los fieles han de participar en la misa. Los fieles se abstendrán de hacer trabajos y actividades que impidan dar principalmente culto a Dios, deben gozar de la alegría del día, obtener descanso de la mente y del cuerpo y propiciar momentos en que se cultive la vida familiar, cultural, social y religiosa. 26

El se hizo nuestro compañero de viaje y dio nuevo significado a la historia, que es un camino que hacemos juntos en las penas y los sufrimientos, en la fidelidad y el amor, hacia los cielos nuevos y la tierra nueva en los cuales Tú, vencida la muerte, serás todo en todos. ¡Gloria y alabanza a ti Santísima Trinidad único y eterno Dios!

24

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos.2133-41 Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2160-67 26 Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 2189-2195

25

38

14

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 266-267 19

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Tema 3 “Creo en la Iglesia Católica”

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

guarda los mandamientos.” Y continua a enunciar al joven los mandamientos que se refieren al amor del prójimo: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, termina resumiendo estos en el mandamiento del amor: “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús no viene a abolir la ley, sino que invita a la persona a encontrarla en la Persona del Maestro que es quien le da la plenitud perfecta. Los Diez Mandamientos, enuncian obligaciones importantes. Sin embargo la obediencia a estos preceptos implica también obligaciones cuya materia es, en sí misma leve, aún así, el no cumplir uno de estos 23 mandamientos significa quebrantar la ley. Los Mandamientos son los siguientes: 1º. Amarás a Dios sobre todas las cosas. 2º. No tomarás el nombre de Dios en vano. 3º. Santificarás las fiestas. 4º. Honrarás a tu padre y a tu madre. 5º. No matarás. 6º. No cometerás actos impuros. 7º. No Robarás. 8º. No dirás falso testimonio ni mentirás. 9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10º. No codiciarás los bienes ajenos.

Objetivo: Introducirnos en el estudio de la Iglesia como sacramento de nuestra unión íntima con Dios para comprenderla, apreciarla y comprometernos en su misión.

1º. Amarás a Dios sobre todas las cosas. Este mandamiento es un llamado a creer en Dios, esperar en Él y amarlo sobre todas las cosas. Adorar a Dios, orar a Él, ofrecerle culto, cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos actos de la virtud de la religión que constituye la obediencia a este primer mandamiento. 23

20

Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1691-97; 2052-53. 37

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEXTOS: + Juan 1, 12.

TEXTOS:

+ 1ra. carta del apóstol san Juan 3, 1.

+ Lumen Getium 1: “La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano”

+ De la carta del apóstol san pablo a los Filipenses 1, 27. + Mateo 7, 13. + Deuteronomio 30, 15-20. + Mateo 5, 3-12. + Deuteronomio 5, 6-21. CONFRONTAMOS: El camino de Cristo nos lleva a la vida, todo camino contrario a Él, lleva a la perdición (Mateo 7, 13.) Esto significa la importancia de nuestras decisiones morales para nuestra salvación. Son dos los caminos, uno de la vida y otro de la muerte, entre estos hay una gran diferencia. Cristo exige el camino de la vida, para esto hemos recibido al Espíritu Santo, que inspira, conduce, rectifica y fortalece nuestra vida. Hemos recibido la gracia que nos salva, esta misma gracia ayuda a que nuestras obras den fruto para la vida eterna. Cristo mismo nos traza un camino, el de las bienaventuranzas (Mateo 5, 3-12), único camino hacia la dicha eterna a la que aspira el corazón de todo ser humano. Tenemos también el Decálogo (los Mandamientos), cuyo don fue concedido en el marco de la alianza que Dios establece con su pueblo. Los Mandamientos de Dios reciben su significado verdadero en y por esta Alianza. Jesús fiel a la tradición del pueblo, reconoce en ellos una importancia y significado importante. De hecho la respuesta que le da al joven que le pregunta: “Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?, le responde: “Si quieres entrar en la vida , 36

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

+ De la carta de san Pablo a los colocenses 1, 24-27.

+ “Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia. Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, la Iglesia es también el sacramento de la unidad del género humano. Esta unidad ya está comenzada en ella porque reúne hombres de 'toda nación, raza, pueblo y lengua' (Apocalipsis 7,9) al mismo tiempo, la Iglesia es 'signo e instrumento'(Catecismo de la Iglesia Catolica 775) 15 realización de esta unidad que aún está por venir”. CONFRONTAMOS: “Cristo es la luz de los pueblos. La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol. La Iglesia es guiada por el Espíritu Santo, fuente y dador de toda santidad. Creer que la Iglesia es Santa y Católica y que es Una y Apostólica es inseparable de la fe en Dios, Padre, Hijo y 16 Espíritu Santo”. La Iglesia en el Designio de Dios. La palabra 'Iglesia' proviene del griego: ek-kalein: llamar fuera; significa 'convocación'. Designa asambleas del pueblo, en general de carácter religioso.

15

Cfr. Comisión Episcopal de Evangelización y Catequesis; Proyecto Nacional de Cateqeusis de Adultos. Maestro ¿dónde vives? Vengan y vean., Etapa de iniciación cristiana III, La Iglesia, misterio-sacramento de salvación, México, 2005. 16 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 748-750.

21

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Este término es frecuentemente empleado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (Éxodo 19.) Dándose a sí misma el nombre de “Iglesia”, la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea. En ella, Dios convoca a su Pueblo desde todos los confines de la tierra.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEMA 5: “Mi vida en Cristo”

En el lenguaje cristiano, la palabra “Iglesia” designa no sólo la asamblea litúrgica, sino también la comunidad local o toda la comunidad universal de los creyentes. La Iglesia es el pueblo de Dios que reúne en el mundo entero. La Iglesia de Dios existe en las comunidades locales y se realiza como asamblea litúrgica, sobre todo eucarística. La Iglesia vive de la Palabra y del Cuerpo de Cristo y de esta manera viene a ser ella misma Cuerpo 17 de Cristo. Origen, fundación y misión de la Iglesia. El origen de la Iglesia se da desde dentro del designio de la Santísima Trinidad. La Iglesia es a la vez camino y término del designio del PADRE; prefigurada en la creación, preparada en la Antigua Alianza, fundada por las palabras y las obras del HIJO, realizada por su Cruz redentora y su Resurrección, se manifiesta como misterio de salvación por la efusión del ESPIRITU SANTO. Quedará consumada en la gloria del cielo como asamblea de 18 todos los redimidos de la tierra. El Misterio de la Iglesia. La Iglesia está en la historia, es una realidad visible y espiritual, sociedad jerárquica, Cuerpo Místico de Cristo 17 18

22

Objetivo: Reconocer que en la vida en el Espíritu Santo se realiza la vocación del ser humano, el cual es llamado a llevar adelante una vida digna del Evangelio de Cristo.

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 751-52. Catecismo de la Iglesia Católica, Cfr. Nos. 758-769 35

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

- Ella es madre allí donde Él es Salvador y Cabeza del Cuerpo místico. - La Santísima Virgen María fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, donde participa en la gloria de la resurrección de su Hijo. - María ha sido proclamada como Madre del Pueblo de Dios que es la Iglesia. - Creemos que María, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con 22 respecto a los miembros de Cristo. CELEBRAMOS: Colocar una imagen de la Virgen María en el centro de nuestra reunión con un cirio encendido y un arreglo floral. Leer pausadamente el texto evangélico de Juan 19, 2627. Posteriormete hacer una oración donde cada persona a modo de letanía diga una aclamación a María como Madre; por ejemplo: Madre Dios, Madre de Cristo, Madre de las familias, Madre de la Iglesia, etc. Y a cada invocación todos responden: Ruega por nosotros. Después se hace la siguiente oración: Dios misericordioso, que quisiste que tu Hijo unigénito proclamara desde la cruz como Madre nuestra a su propia Madre, haz que tu Iglesia, por la mediación y cooperación maternal de la Virgen María, crezca cada día en santidad y atraiga a su seno a todas las naciones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Se termina con un canto mariano.

22

34

Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 973-975

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

pero al mismo tiempo es divina. Sólo con la fe se puede ver en esta realidad visible una realidad espiritual, portadora de vida divina. La Iglesia es en este mundo, el sacramento de la salvación, signo e instrumento de la 19 comunión con Dios y entre los seres humanos. La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica. Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí indican rasgos esenciales de la Iglesia y su misión. La Iglesia no los tiene por sí misma; es Cristo, quién por el Espíritu Santo, se los da. Es Una: Porque tiene un solo Señor, profesa una sola fe, nace de un solo bautismo y de la celebración común del culto divino y del resto de los sacramentos, forma un solo Cuerpo, el de Cristo, vivificado por un solo Espíritu y de la sucesión apostólica. Es Santa: Porque Dios es su autor, Cristo se entregó por ella para santificarla. El Espíritu de santidad la vivifica. En los miembros de la Iglesia la santidad es imperfecta, está todavía por alcanzarla, pero todos estamos llamados a la perfección y santidad, cuyo modelo es el Padre. Es Católica: La palabra católica significa universal. La Iglesia es católica en un doble sentido: porque Cristo está presente en ella y porque ha sido enviada por Cristo en misión a todos los pueblos, se dirige a toda la humanidad, abarca todos los tiempos y es por naturaleza misionera.

19

Catecismo de la Iglesia Católica, Cfr. Nos. 770-76 23

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Es Apostólica: Es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles: + Es edificada por los apóstoles, enviados en misión por Cristo + Guarda y transmite, con ayuda del Espíritu Santo, la enseñanza y el depósito de fe trasmitida a los apóstoles + Sigue siendo santificada y dirigida por los sucesores de los apóstoles: El Papa, los obispos y sacerdotes. El Papa: Es el obispo de la Iglesia de Roma, sucesor de Pedro, es Cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra. Goza de potestad suprema, plena, inmediata y universal para cuidar las almas. Los Obispos: Suceden a los apóstoles, son principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares. Sus colaboradores son los sacerdotes y diáconos. Ellos tienen la misión de enseñar auténticamente la fe, celebrar el culto divino y dirigir la Iglesia como pastores. Los fieles laicos. La Iglesia se compone también de fieles laicos. Laicos son todos los cristianos (excepto los miembros del orden sagrado y religioso reconocido por la Iglesia), que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el Pueblo de Dios y que participan de las funciones de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo. Gracias a su misión profética, son llamados a ser testigos de Cristo en todas las cosas, también en el interior de la sociedad humana. Por su misión regia, tienen el poder de arrancar al pecado su dominio sobre sí mismos y sobre el mundo por medio de su abnegación y santidad de vida.

24

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Amor que se desprende del conocimiento íntimo de lo que es María y de lo que Ella supone en la vida cristiana de cada ser humano. Ella es la Madre amable, la Madre del Amor Hermoso. No se puede amar a Cristo sin amar, en Él y por Él, a quien lo hizo nuestro hermano. Invocación como Madre de misericordia e intercesora universal ante su Hijo Jesucristo. Imitación de todas sus virtudes y gracias que nos lleva a la configuración con Jesucristo: “Hagan lo que él les diga” (Juan 2,5). “Creemos que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia, continúa en el cielo ejerciendo su oficio materno con respecto a los miembros de Cristo” (Catecismo de la Iglesia Catolica No 975). Por vocación divina, que le ha encomendado el Padre en la Anunciación, María es Madre biológicamente de Jesús, y Madre espiritual del Cristo total: Cabeza y miembros. María es Madre en el orden de la gracia. Es verdadera madre de los miembros de Cristo, por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de Cristo Cabeza, su Hijo Primogénito; por habérnosla entregado el mismo Jesucristo desde la Cruz; por su presencia en la manifestación de la Iglesia el día de Pentecostés; y por su amor y protección que 21 sigue mostrando a todos los redimidos por Cristo. ASIMILAMOS: - María, al pronunciar el “hágase en mí” de la Anunciación y al dar su consentimiento al Misterio de la Encarnación, pasa a ser colaboradora de toda obra que lleva a cabo su Hijo.

21

Este tema esta tomado del Proyecto Nacional de Catequesis de Adultos: Maestro ¿dónde vives? Vengan y vean. Etapa de iniciación cristiana III, Pp. 245-251. México 2005.

33

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Beatísima, es muy justo y propio de hijos agradecidos que le correspondamos con un entrañable amor, que se manifieste en un culto de especial veneración, como merece la Reina del cielo, pero teniendo muy claro que jamás debemos rendirle adoración. “Recuerden los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un sentimiento estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (Lumen Gentium 67). Nuestra misma Madre, la Santísima Virgen María de Guadalupe, nos lo ha dicho a través de San Juan Diego en sus apariciones en el Tepeyac: “Sábelo, ten por cierto, hijo mío el más pequeño, que soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive...Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto: lo daré a las gentes, todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación: porque yo soy en verdad vuestra Madre compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra estáis en uno, y de las más variadas estirpes de hombres, mis amores, lo que a Mí clamen, los que confíen en Mí, porque allí les escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, sus dolores. Y para realizar lo que pretende mi compasiva mirada misericordiosa” (Nican Mopohua).

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

ASIMILAMOS: - La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, inseparable de la fe en Dios uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. - La palabra Iglesia significa: convocación, convocación del Pueblo de Dios, quienes se alimentan del Cuerpo de Cristo convirtiéndose ellos mismos en Cuerpo de Cristo. - La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica. - Los fieles laicos forman el Pueblo de Dios, los bautizados que participan de las funciones de Cristo: 20 Sacerdote, Profeta y Rey. CELEBRAMOS: Preparar un mapa del mundo, una vela, pan y la Sagrada Escritura. Hacer un círculo y poner al centro el mapa, donde se irán colocando el resto de los artículos. Catequista: 1. Saludo y Señal de la cruz. “Uno es el Cuerpo de Jesús que se entrega por nosotros”. (Alguno de los participantes coloca el pan en medio, junto al mapa). “Uno es el Espíritu que baja sobre nosotros”. (Alguno de los participantes enciende la vela). “Una es la esperanza de todos los cristianos”. (Alguno de los participantes abre y coloca la Sagrada Escritura con el resto de las cosas).

El verdadero culto a la Santísima Virgen María es por lo tanto de: Veneración que consiste en el reconocimiento de la excelencia de la Madre de Dios, que nos lleva a una piedad filial como Madre nuestra que es.

“Uno es Dios Padre que nos ama” (Se invita a tomarse de la mano). Juntos proclamemos la Oración del Padre Nuestro. 20

32

Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 811-865; 897-913 25

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

2. Se invita a alguno de los participantes a leer Efesios 4, 1-6. 3. Final mente el catequista hace lectura de lo siguiente: Muchos los rostros, única es la paz. Muchos los corazones, un solo amor. Muchas las personas, una la comunidad. Tú Señor nos reúnes. Tú nos quieres uno, como el pan. Muchas las ideas, una la verdad. Muchas las oraciones, uno el Espíritu. Muchas las palabras, una la comunidad. Tú Señor nos reúnes. Tú nos quieres uno, como el vino. Un solo cuerpo, un solo espíritu; una la esperanza que a todos nos une Una es la vida, para el que te ama. Tú, Señor, nos quieres amigos, más bien, nos quieres hermanos. Nosotros somos hijos de un único Padre.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

La actitud materna de María hacia nosotros se manifiesta en su función de “Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora”. Intercedió en la boda de Caná por los novios que no tenían vino, y hoy sigue intercediendo por nosotros. Aunque fue una criatura salvada por Dios, como toda persona humana, es también Colaboradora, que con amor materno coopera a la generación y eduación de los hijos e hijas de la Iglesia para alcanzar la salvación si seguimos a su Hijo Jesucristo y pedimos su auxilio. Por eso a ella dirigimos nuestra mirada y nuestra oración como pueblo que camina hacia la patria celestial. Y ella “con su amor materno cuida a los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y viven entre peligros angustias hasta que lleguen a la patria feliz” (Lumen Gentium 62). María es Madre de la Iglesia, con un amor y atención personal y único para cada uno de nosotros aunque seamos muchos sus hijos. Donde cada hijo es rodeado del mismo modo por aquel amor materno que caracteriza su misma esencia maternal. Es nuestra madre que nos educa en la fe con la pedagogía del Evangelio ofreciéndonos la “presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios" (Documento de Puebla 291). María Santísima es modelo de la Iglesia en el orden de la fe, de caridad y de la perfecta unión con Cristo. Es modelo porque vivió las virtudes con ejemplaridad suprema. Por ello, la Iglesia imita a la Madre de su Señor que conservó la fe íntegra, la solida esperanza y la sincera caridad. Y al unirse a las oraciones de los Apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Consolador, se convirtió en modelo de la Iglesia suplicante. Culto a nuestra Madre Santísima. Si la Virgen María es Madre de Dios y Madre nuestra, si es nuestra intercesora y mediadora ante la Trinidad

26

31

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

de María. María por ser Madre de Cristo es, a la vez, Madre de los miembros del Cuerpo Místico que es la Iglesia. Por otra parte, María, la Madre de Cristo, encontrándose al pie de la cruz, en el centro del misterio pascual del Redentor, es entregada, por él mismo, a cada uno y a todos los hombres como madre.

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEMA 4: María Madre de Cristo, Madre de la Iglesia

Nos dice el texto bíblico: “Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: - Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió como suya. (Juan 19, 26-2.7) Estas palabras de Jesús, dirigidas, desde la cruz, a María su Madre, “son palabras que determinan el lugar de María en la vida de los discípulos de Cristo y expresan su nueva maternidad como Madre del Redentor. La maternidad espiritual, nacida de lo profundo del misterio pascual del Redentor del mundo. Es una maternidad en el orden de la gracia, porque implora el don del Espíritu Santo que suscita los nuevos hijos de Dios, redimidos mediante el sacrificio de Cristo: aquel Espíritu que, junto con la Iglesia, María ha recibido también el día de Pentecostés” Nuestra relación filial con María es diferente a la de Jesús, porque Jesús es Dios. Mientras que El le debe la humanidad, ella se lo debe todo a El, como Dios. Nosotros somos humildes hijos de esta Madre, que nos ha adoptado profunda y espiritualmente en El. María que ha dado a Jesús la humilde humanidad, tiene la misión de colaborar en la obra de nuestra divinización en Jesucristo. Es cooperadora con Cristo en la obra salvífica del Padre.

30

Objetivo: Contemplar la presencia amorosa y solícita de la Virgen Santísima en el caminar de la Iglesia, para venerarla, invocarla e imitarla como Madre nuestra y de todos los hombres.

27

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

TEXTOS: + Génesis 3,20. +Juan 2,5. + Juan 19,26-27. + Lucas 1,38. + Lucas 1,43. + Lucas 1,48. + Lumen Gentium 53: “La Virgen María es reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor. Redimida del modo más sublime en atención a los méritos de su Hijo y unida a él con vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con esta suma prerrogativa y dignidad: ser la Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu Santo. Debido a esta gracia tan extraordinaria, supera con mucho a todas la criaturas del cielo y de la tierra. Sin embargo, al mismo tiempo se encuentra unida, en la descendencia de Adán, a todos los hombres que han de ser salvados; más aún, es verdaderamente la madre de los miembros de Cristo por haber colaborado con su amor a que naciesen en la Iglesia de los creyentes, que son miembros de aquella cabeza. Por eso también es saludada como miembro excelentísimo y del todo singular de la Iglesia, y como prototipo y modelo destacadísimo en la fe y en el amor, a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como madre amantísima”. CONFRONTAMOS: La presencia discreta y universal de María, visible e invisible, se halla en toda la vida de la Iglesia. En la historia, en los dogmas, en los templos y santuarios, en las imágenes. María ha sido también la inspiradora de las iniciativas y de las victorias de la

28

“Con Cristo en acción, encarnemos la misión”

Iglesia, siempre con una presencia amorosa, solicita y maternal. El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo. María está íntimamente unida a la vida de Cristo, desde la encarnación hasta la hora de su pasión; con una presencia amorosa y maternal y con su total adhesión a la voluntad del Padre, colaborando “de manera totalmente singular a la obra del Salvador, por su fe, esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta razón es nuestra Madre en el orden de la gracia” (Lumen Gentium 61; Catecismo de la Iglesia Catolica 968). Es Madre de la Iglesia, Madre de todos los creyentes, Madre de todos los hombres. El título de la Virgen María Madre de la Iglesia, ha sido proclamado solemnemente el 21 de noviembre de 1964 por el Papa Pablo VI con estas palabras: “Para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el Pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los Pastores, que la llaman Madre amorosa; y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título” (Pablo VI, Discurso del 21 de noviembre de 1964). . Este título contemplado en María como Madre de la Iglesia expresa una verdadera maternidad eclesial y es consecuencia del hecho mismo de la Encarnación. En efecto, si por la Encarnación se crea una unión vital entre Cristo y los fieles, por el mismo motivo se crea una unión vital entre María y la Iglesia. Ya que la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo; la Cabeza es Cristo, y su cuerpo son los fieles, miembros de la Iglesia. Y María por ser Madre de Cristo-Cabeza, es también Madre de todo el Cuerpo, en virtud de que ese Cuerpo forma una Persona Mística con el Cristo único, el Hijo 29

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.