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Los yacimientos de plomo y zinc del estado de Sonora se presentan en zonas de reemplazamiento rnetasomático y en vetas hidrotermales. La mayor parte de los primeros son de edad larami'dica, mientras que los segundos se asocian generalmente a rocas volcánicas del Cenozoico Medio (Echavarri et. al., 1977). Las principales localidades con depósitos de estos tipos son: Cananea, San Felipe, El Tecolote, Sierra de Cabuliona, Lampazos y San Javier. Los depósitos de plata y oro se localizan principalmente en la superficie de las vetas hidrotermales que contienen los yacimientos de plomo y zinc, anteriormente mencionados. Las principales localidades con este tipo de yacimientos son El Tigre, Las Chispas, Lampazos y San Javier.
Figura 1.21
El tungsteno constituye un elemento de significativa ocurrencia en las zonas de metamorfismo de contacto del estado de Sonora. Generalmente se encuentra formando al mineral scheelita, y en ocasiones se le encuentra asociado a depósitos metasomáticos de cobre, zinc y a brechas de colapso asociadas a depósitos de pórfidos cupríferos (Echavarri et. al., op. cit.). Los depósitos más importantes de tungsteno se ubican cerca de Baviacora.
Por lo que respecta al estado de Sinaloa (Fig. 1.21), los depósitos de cobre y molibdeno forman yacimientos de tipo pórfido cuprífero, como los de Santo Tomás-Cuchicari y Tameapa; yacimientos asociados a stocks o filones de cuarzo con presencia de wolframio y tungsteno, como los de las minas El Magistral, La Guadalupana, San José del Desierto y El Guayabo; yacimientos de molibdeno tipo stockwork como los de las minas Los Chicharrones y Las Higueras, y yacimientos de brechas y vetas hidrotermales como El Magistral (loe. 5), la región de Choix (loe. 5), Bahuita, Las Patillas, La India, asi' como las regiones de Sinaloa de Leyva, Culiacán, San Ignacio y Plomoso. En los yacimientos de vetas hidrotermales hay importantes contenidos de plomo, zinc y plata. Estos últimos filones son parte de una banda que corre a lo largo de la mitad oriental del estado, y que incluye, además, a los depósitos de los bordes occidentales de Chihuahua y Du rango. En esta banda predominan las canteras ep¡termales con presencia de oro, plata, plomo y zinc, que son los más importantes del estado de Sinaloa. Las rocas encajonantes de esta clase de depósitos son, generalmente, las andesitas de la base de la secuencia volcánica Sierra Madre Occidental y algunas rocas plutónicas. Dentro de este tipo de yacimientos se encuentran los de las zonas de Guadalupe y Calvo, Rosaratilo, Guadalupe de los Reyes, Panuco y Tayoltita Esta última constituye el más rico distrito minero de oro en el pals.
Nota. El tamaño denota la importancia
Depósitos minerales conocidos en los estados de Sonora y Sinaloa (tomado del mapa metalogenético de la República Mexicana, G. P. Salas, 1975).
1.4. Sierra Madre Occidental La Sierra Madre Occidental está formada por una extensa meseta volcánica afectada por grabens y fallas normales que la privan, sobre todo en los flancos, de su apariencia homogénea y seudohorizontal. El borde oriental de la sierra varia gradualmente hacia la Provincia de Cuencas y Sierras de Chihuahua, en tanto que el borde occidental constituye una terminación abrupta con fallas normales de grandes desplazamientos y zonas de profundas barrancas. Según Me Dowell y Clabaugh (1979), la Sierra Madre Occidental está compuesta por dos importantes secuencias ígneas, cuyo contacto marca un periodo intermedio de calma volcánica. La secuencia más antigua la forman rocas volcánicas, principalmente intermedias, y cuerpos Igneos cuyas edades varían entre 100 y 45 millones de años. La más reciente está integrada por ignimbritas riolfticas y riodacíticas en posición generalmente horizontal, o ligera-
mente inclinada y con edades que varían entre 34 y 27 millones de años. El complejo volcánico inferior posee una forma dominante de derrames y unidades piroclásticas de composición andesítica, pero también cuenta con intercalaciones de ignimbritas silícicas. Este complejo inferior contrasta en gran medida con el superior, por su carácter ligeramente deformado e intensamente afallado y alterado; las secuencias que lo constituyen son, por lo general, rocas encajonantes de las principales mineralizaciones de gran parte de esta región de Mexico. Los afloramientos de este complejo inferior son, por tanto, más restringidos que los del superior y han sido reconocidos sobre todo en la vertiente del Pacífico, en los estados de Sonora y Sinaloa.. El contacto superior se manifiesta por la superficie irregular de un fuerte paleorelieve y por el marcado contraste en la alteración de las secuencias. El complejo superior constituye la cubierta ignimbrítica continua más extensa
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Los depósitos no metálicos más importantes son la fluorita y el grafito. La primera es de origen hidrotermal y constituye vetas que son explotadas principalmente en Esqueda y Santa Rosa; el segundo se encuentra asociado al carbón y se presenta intercalado en la secuencia palustre del Grupo Barranca del Triásico Superior.
de la Tierra, y se observa en una área alargada de orientación noroeste-sureste con 250 km de ancho y más de 1 200 km de largo. Hacia el norte, esta cubierta tiene sus últimos afloramientos a la altura de la frontera con Estados Unidos, y hacia el sur desaparece debajo de las rocas intermedias y básicas del Eje Neovolcánico. Según Demant y Robin (1975), el espesor de estas ¡gnimbritas llega a superar en algunas localidades los 1 000 metros. Me Dowell y Clabaugh consideran que el número de calderas originadas durante la emisión de estos grandes volúmenes de roca debe haber sido entre 200 y 400; muchas de ellas rebasan en diámetro los 40 kilómetros, aunque su configuración semicircular queda actualmente oculta por la presencia de fallas normales y depósitos aluviales recientes.
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El complejo volcánico inferior constituye un típico arco magmático de carácter calcoalcalino relacionado con una margen continental convergente en donde la Placa Paleopacífica se hundía debajo de la corteza continental de México. Este fenómeno de convergencia duró hasta hace 29 millones
de años cuando el sistema de expansión del Pacífico del este chocó contra la margen occidental de México (Atwater, 1970). Sin embargo, la interrupción del magmatismo en el intervalo 45-34 millones deaños manifiesta una irregularidad en la continuidad de estos procesos. Me Dowell y Clabaugh (1979) consideran que este periodo de calma se debió a dos posibles causas: una de ellas es la disminución en el porcentaje de convergencia o en el cambio de inclinación de la placa subduccionada; la otra es la subducción de una dorsal oceánica activa. Estos mismos autores no encuentran una explicación tectónica satisfactoria a lo súbito de la actividad volcánica del complejo superior y el carácter bimodal de esta secuencia volcánica en lo que a sílice y anortita normativa se refiere. Demant y Robin (1975) explican el origen de la cubierta ignimbrítica de la Sierra Madre Occidental como el volcanismo típico de una zona de "rift", atrás de un arco andes ft ico, por reacción de la corteza a los movimientos de subducción, y señalan la coexistencia de un volcanismo de tipo compresivo y un volcanismo de tipo distensivo.
Las principales mineralizaciones en el ámbito de la Sierra Madre Occidental fueron comentadas parcialmente en los incisos anteriores, pero se complementan con las consideraciones sobre la geología del área de Chihuahua; sin embargo, es conveniente señalar algunas generalidades relacionadas con este tema. Gran parte de las masas minerales que se localizan en la Sierra Madre Occidental están estrechamente relacionadas con el complejo volcánico inferior. Los pórfidos cupríferos de Cananea y Nacozari corresponden a los episodios de emplazamientos intrusivos del limite Cretácico Terciario y los yacimientos hidrotermales pertenecen a un periodo que fluctúa entre 49 y 28 millones de años (Clark et. al., 1980). Dentro de este último tipo de filones se encuentran los cinturones situados en ambos flancos de la Sierra Madre Occidental. El primero de ellos, ubicado al oeste, comprende los yacimientos de oro-plata de Si na loa y Sonora, como los de Tayoltita y San José de Gracia. El segundo cinturón, al oriente de la sierra, abarca los yacimientos de plomo-zinc-plata, como los de Santa Bárbara y San Francisco del Oro.
Vista de las ¡gnimbritas del flanco oeste de la Sierra Madre Occidental, en el trayecto del ferrocarril Chihuahua-Pacífico.
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CUBIERTA VOLCANICA DE LA SIERRA MADRE OCCIDENTAL
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Vista panorámica de la cubierta de ignimbritas de la Sierra Madre Occidental, en la localidad de Barrancas del Cobre, Chihuahua.
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