Olivares, Albaida del Aljarafe y Sanlúcar la Mayor

Olivares, Albaida del Aljarafe y Sanlúcar la Mayor Acercándonos a la historia y la formación del paisaje en las tierras del Aljarafe noroccidental y

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Olivares, Albaida del Aljarafe y Sanlúcar la Mayor

Acercándonos a la historia y la formación del paisaje en las tierras del Aljarafe noroccidental y valle del Guadiamar. Primeros resultados.

© Rafael Rodríguez Moreno. 2010

Rafael Rodríguez Moreno. Asesor Científico de la Prospección Sistemática Intensiva de Cobertura Total de los TM de Olivares y Albaida del Aljarafe y de la Carta Arqueológica de Sanlúcar La Mayor. [email protected] www.turismo-olivares.es

Algunas consideraciones sobre el Paleolítico en la zona

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Los vestigios hasta ahora encontrados así como el estudio del medio geográfico y el entorno cultural conocido para esta época nos indican o sugieren la existencia de poblaciones de cazadores- pescadores y recolectores, al menos desde los tiempos más recientes del Paleolítico Superior. El contexto histórico en el que se encuadra la zona y su situación geográfica nos ayuda a establecer algunas hipótesis sobre estos posibles grupos humanos. Lugares cercanos a la costa y a sus recursos, había, a su vez, abundancia de aguas superficiales, ríos y arroyos, manantiales, magníficos abrevaderos, un paisaje cuyo centro era una marisma, humedales excelentes para la caza, la pesca y la recolección y cuyo entorno de vegas y suaves lomas proporcionaba el suelo a una importante masa forestal de gran riqueza faunística y vegetal, al tiempo que, tras el último periodo glaciar, el clima empezaba a derivar, lo haría poco a poco y a través de distintas fases de mayor o menor humedad, hacia el que hoy conocemos como mediterráneo, pudiéndose pensar para estos tiempos paleolíticos postglaciares unas temperaturas suficientemente templadas. Todo ello nos impulsa a pensar que el clima y la geografía permitían ya la existencia de un habitat nómada o seminómada de algún o algunos grupos de cazadores- recolectores en campamentos al aire libre, más o menos estables, que se instalan, fundamentalmente, en lugares cercanos a dichas aguas que servirían tanto al abastecimiento humano como al de los animales objetivos de caza y pesca. El río luego conocido como Maenuba y Guadiamar proporcionaba ya en estos sitios cercanos al mar el material lítico necesario, en primer lugar, las cuarcitas y otros materiales rodados de Sierra Morena que se depositaban por estos lugares del www.turismo-olivares.es

curso bajo de entonces, donde sus aguas transcurrían lentas por un estuario, entre marismas, a desembocar poco más allá de esta zona de nuestro estudio, como muy lejano, aproximadamente a la altura del hoy Aznalcázar. De esta sedimentación son huella aún las graveras que, hasta tiempos recientes, se han explotado por aquí y que hoy han sido reconvertidas en humedales que nos permiten visualizar algo de aquel paisaje ya perdido. Entre los factores del contexto histórico de esta zona, para tiempos paleolíticos, que inducen a pensar en la existencia en nuestra zona también de población, están los descubrimientos realizados al sur de la Puebla del río, lugares ya prácticamente costeros entonces y únicos cercanos donde se ha realizado alguna prospección superficial en la orilla izquierda del río con metodología arqueológica. Se han localizado industrias del Paleolítico Inferior y Medio, en las fincas Dehesa de Abajo y Cortijo de la Torre de Benamajón. En el Palacio del Acebrón se exponen muestras del paleolítico de aquellos lugares que nos sirven como significativas de las que, en futuras prospecciones, podemos encontrar en estas tierras del presente estudio. A partir de lo observación de la geografía de estos lugares, y también por materiales encontrados en ellos, consideramos algunos sitios como primordiales a la hora de sospechar una ocupación paleolítica avanzada y proyectar prospecciones específicas, sobre todo en las cercanías a cursos de aguas y manantiales.

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Algunas de las piezas que presentamos, parecen llevarnos a tiempos Paleolíticos más antiguos, shoppers. Otras, por el contrario, podrían sugerirnos una identificación más reciente, neolítica o incluso ya calcolítica. En ocasiones, parecen haber sido tratadas las piedras en su estado natural para, mediante pequeños retoques ser usadas como herramientas, inclusive tratarse sólo de objetos apropiados para un uso antrópico (user tool), sin tratamiento alguno (faber tool). Esta cornisa noroccidental del Aljarafe, con sus valles y cárcavas, debieron constituir, con sus abundantes recursos de agua, pesca y recolección, lugares de enorme atracción para aquellas poblaciones nómadas o seminómadas que se instalarían en sus entornos, a su vez siempre cercanos al estuario y marismas del posterior Maenuba- Guadiamar, el paisaje nuclear de la zona e integrador de ilimitados recursos para aquellas poblaciones. En todo caso estas tierras, de aguas abundantes, debieron ofrecer atractivos recursos para plantas y animales y, desde luego y en consecuencia, además de por su ubicación, para las actividades de los grupos de cazadores, pescadores y recolectores.

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Como lugares de abastecimiento de comida y agua así como de ubicación de ocasionales campamentos, estos pocos grupos que se sucederían en la zona, al menos durante el paleolítico postglaciar, ocuparon e hicieron sus habitats, puntual y alternativamente, en la mayoría de los mismos sitios favorables mencionados que posteriormente atrajeron, por su situación, orientación, abundancia de aguas y, a partir del neolítico, también por sus ricas tierras, a gente que en ellos se iban asentando ya de manera permanente llegando, algunos, como habitats hasta el presente mientras que otros, a tenor de las fluctuaciones climáticas que acompañaban a la formación del clima mediterráneo, es posible que sufrieran transformaciones que los hicieran menos propicios a una ocupación permanente, sobre todo por la pérdida de caudales en manantiales y arroyos.

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Recreación de las antiguas marismas del Maenuba- Guadiamar en las graveras del Corredor Verde

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Paisaje marismeño en los humedales de las graveras orientales cercanas a Laelia Cauce

Humedal

Cauce

Laelia

Laelia Humedal

Laelia

Humedales de las graveras occidentales del Guadiamar frente a Laelia

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Núcleo y pequeñas herramientas talladas de los entornos inmediatos del Cerro de La Cabeza. Este núcleo podría ser ubicado también en tiempos posteriores, hasta Calcolítico

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Cabezo del Ventenero

Era de Damián

Donadío

Montijo. Probable shopper

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Herramienta de la Era de Gerardo, definida como hachuela o punta. Clemente Franco Fraile la ubica en el Calcolítico. Publicada en su obra “Albaida. Desde sus orígenes a su consolidación como pueblo”, 2006 www.turismo-olivares.es

Probable raspador de la zona Valdárrago

Clemente Franco Fraile, publicado en su obra “Albaida. Desde sus orígenes a su consolidación como pueblo”, 2006 www.turismo-olivares.es

Hacha de mano. Cerro de Ver y Oír, en cercanías al Cortijo de Chichina

Clemente Franco Fraile, publicada en su obra “Albaida. Desde sus orígenes a su consolidación como pueblo”, 2006 www.turismo-olivares.es

Camino de Palmilla, entorno de Cruz Gorda

Monte Torrús (Olivares)

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Camino de Palmilla, hacia yacimiento Tablantes y entornos de Cruz Gorda Oeste.

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Camino de Palmilla, entre los yacimientos Atahonas 2 y Cruz Gorda Este www.turismo-olivares.es

Camino de Palmilla, entornos de Cruz Gorda oeste y Cruz Gorda Norte

Probable shopper

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Camino del Romeral, a la altura del yacimiento

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El Calvario- San Cristóbal (Olivares)

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Algunas consideraciones sobre el Neolítico en la zona

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Algo más claros y frecuentes son los vestigios que pudieran relacionarse ya con el neolítico y también más sugerente el contexto histórico para suponer la presencia de grupos de agricultores y ganaderos neolíticos en estos lugares, asentados en aldeas. Esto es lo que nos indican tanto el contexto espacial como temporal, es decir, la existencia de una geografía y un clima favorables al asentamiento de agricultores y ganaderos al aire libre, la constatación en lugares cercanos a estas tierras del Aljarafe noroccidental de dichos grupos, tanto en la cercana sierra, al norte, como al este y al sur del propio valle del Guadiamar, y la comprobación en esta zona del inmediato periodo calcolítico, ya en su fase precampaniforme. Todo esto hace menos hipotético y más cierto el neolítico en la zona de éste estudio, seguramente ya con una población mayor que la del Paleolítico por la trascendencia que para el crecimiento de esta tuvo la agricultura y la domesticación de animales traídas a unas tierras ricas y abundantes en agua. Esto supone una primera transformación antrópica del paisaje. No sabemos, sin embargo, que plantas fueron las primeras aquí cultivadas aunque hemos de suponer que serían las mismas que en otros lugares cercanos, fundamentalmente el trigo y la cebada, entre los cereales y, quizás ya, alguna leguminosa, lentejas posiblemente, y que se criarían cabras, ovejas, bóvidos y cerdos. Como estas especies habían sido domesticadas en el Cercano oriente y en parte no se habían conocido antes en la Península Ibérica, hay que suponer que ellas jugaron un importante papel, de una u otra forma, en el establecimiento de los primeros contactos con gentes llegadas por el Mediterráneo, al menos hasta el sudeste andaluz para desde allí expandirse los nuevos descubrimientos, y que significaron la introducción de especies foráneas en www.turismo-olivares.es

estos sitios de la mano de la primera intervención de fondo sobre la naturaleza, la domesticación de plantas y animales. El carácter colectivista de los grupos paleolíticos y neolíticos tendría, respecto a estos últimos, su referencia en un paisaje donde se roturan zonas silvestres para preparar campos agrícolas y asentar las aldeas pero donde no se delimitan propiedades individuales sino parcelas de cultivos estacionales. El habitat sería en cabañas estables, probablemente de adobe, cañas, otros materiales vegetales o madera, trabados con barro y utilizados también para cubierta. Es muy posible que se iniciase entonces el uso de las abundantes piedras amorfas, cuarcitas sobre todo, sedimentadas por el río. Es posible pensar, al menos en un principio del periodo, en un seminomadismo de algunos de estos grupos, movimientos dentro de la zona y relacionados, más que con otros motivos, con la necesidad de encontrar soluciones al agotamiento y a la recuperación de la fertilidad del suelo. El clima, en proceso hacia el tipo mediterráneo, era aún de muy fuerte influencia atlántica, más fresco y húmedo, quizás ya desde tiempos finales del Paleolítico según las tablas diseñadas por A. Caro Bellido y M. Guy (Caro Bellido en Aubet, M. E., 1989) sobre la hipotética dinámica climática para el sur andaluz desde el neolítico hasta la Edad Moderna, que nos muestran las oscilaciones térmicas y pluviométricas que acompañan la formación del clima mediterráneo y su evolución. El neolítico habría sido en la zona de Andalucía occidental una fase climática húmeda que fluctúa, ya en sus finales y en los comienzos del calcolítico a una fase más seca y más templada. www.turismo-olivares.es

Al menos en el Paleolítico postglaciar, nuestra zona era prácticamente costera ya que a la altura de Coria del Río y Puebla o de Aznalcázar, desembocaban los ríos luego llamados Baetis y Maenuba, Guadalquivir y el Guadiamar respectivamente. Para el Neolítico esa zona atlántica ya constituye la gran bahía que luego será llamada sinus Tartessius en los textos, probablemente púnicos, del siglo VI a. C., recogidos por Avieno (Ora Marítima). Un largo estero, donde empiezan a asentarse aldeas neolíticas, sobre todo al este, bordeaba la bahía y constituyen las avanzadillas humanas estables que se generalizarán con el Calcolítico, en torno al 3000 a. C.. Poco hay plenamente seguro, hasta ahora, sobre vestigios dejados por la existencia de pobladores neolíticos en el valle del actual Guadiamar o cercanías. Se constata la localización de un taller de útiles de sílex en Puebla del Río que podría datarse entre el sexto y cuarto milenio a. C. y existían ya, hasta esta investigación, algunas noticias, no plenamente confirmadas, de posibles sitios en el término de Sanlúcar la Mayor. Ya en los finales de aquel último milenio, es decir, cercanos ya los tiempos calcolíticos, se conoce con detalles, también en el término de Puebla del Río, en Las Marismillas, un lugar donde se elaboró sal utilizándose las aguas de la bahía atlántica en la desembocadura del Guadalquivir y hay algunos indicios para suponer ya un poblado neolítico en la posterior Aznalcázar.

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También estos lugares de Olivares y cornisa del Aljarafe noroccidental, cercanos a la gran bahía atlántica, si no costeros sí de total influencia marítima, como se testimonia en los no raros encuentros de conchas no fosilizadas en los yacimientos, pudieron ver asentarse crecientes poblaciones de agricultores y ganaderos, grupos ya más numerosos y con más miembros que los paleolíticos, que habitaban aldeas con viviendas de adobe, cañas y otros materiales vegetales o madera trabados con barro y para las que se usaron ya, probablemente, las piedras irregulares, las cuarcitas sedimentadas por el río. Posiblemente se ubicaron en algunos de los mismos lugares de atracción para los grupos paleolíticos por su situación, orientación y suministro de aguas a lo que, a partir de ahora, se añadiría, por la existencia de sus buenas tierras fácilmente regables. Vestigios materiales hallados durante las prospecciones de la zona refuerzan la posibilidad de definir como habitats neolíticos algunos de aquellos sitios.

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A. Caro Bellido, “Consideraciones sobre el Bronce Antiguo y Pleno en el Bajo Guadalquivir”, en Aubet 1989. M. Guy, “Changements dans les vois dèau naturelles, variations climatiques et variations du niveau des mers”, 1975

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1. Caro Bellido, “Consideraciones sobre el Bronce Antiguo y Pleno en el Bajo Guadalquivir”, en María Eugenia Aubet , “Tartessos. Arqueología protohistórica del Bajo Guadalquivir”, Sabadell, Barcelona Ausa, 1.989.

Olivares Albaida Sanlúcar La Mayor

2. Escacena Carrasco, Izquierdo de Montes y Conde Escribano, “Consagrado a Baal Saphón. Un santuario fenicio en la antigua Caura”, Revista Azotea nº 15, 2005, Área de Cultura del Ayuntamiento de Coria del Río, Sevilla.

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Olivares Albaida Sanlúcar La Mayor Golfo Tartésico

Golfo Tartésico

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Cerro de la Cabeza

Cabezo del Ventenero

Las Coronas NE

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Núcleo minero de Aznalcóllar A. Las Pescaderas A. La Torre

Río Agrio

A. Valdegallinas

Río Guadiamar Tizón y Las Charcas

Arroyos Ardanchón y Molinillo

A. Valdárrago- La Sargenta Alameda Albaida

Laelia

Olivares

A. El Aspero

Sanlúcar

Arroyo Las Corianas www.turismo-olivares.es

Estos son varios de los fundamentos para plantear una hipótesis neolítica en los lugares de éste estudio. También, algunas herramientas halladas en las recientes prospecciones pudieran apoyarla pero trabajamos sobre lugares muy impactados por la erosión natural, por la agricultura actual y por una larga historia y aquellos están, en muy grande medida, posiblemente descontextualizados, al menos de su estrato original. Sólo la tipología puede orientarnos pero, a su vez, creemos que en estos sitios se dio una muy larga pervivencia de las tecnologías y de aquellos útiles o modelos cuyo elaboración era fácil y los materiales a usar se escogían en abundancia en el medio o en sus cercanías, siendo así, en consecuencia, difícil definir cronológica y étnicamente algunos de estos vestigios. Se fabricaron, al parecer durante un largo tiempo, algunos útiles, como los molinos de mano de moleta barquiformes y, al tiempo que los metales, el uso de la piedra para herramientas agrícolas se extendió hasta época turdetana. Por tanto, y respecto a las herramientas pulimentadas hemos de tener una gran cautela sobre su ubicación temporal. Las hay que las podemos presentar como propias del neolítico pero, aún así, estas apreciaciones no dejan de ser hipótesis de trabajo. En algunos ejemplos de la zona, parece haberse usado la pulimentación creando formas muy locales. Lo global es la técnica del pulimento. Lo particular, la forma que, en no pocos casos, como veremos enseguida, parece producto de algunos retoques sobre la piedra en su estado natural para acomodarla más a la mano o a un mango o para asegurar y perfeccionar su función como útil. Esto se hizo durante el neolítico de manera habitual, el aprovechamiento de la forma dada a la piedra por la naturaleza, mediante pequeños retoques de pulimentación de una piedra ya con una www.turismo-olivares.es

sugerente y útil forma dada por ella, casi user tool. Aparecen así las que podrían haberse utilizado como hachas de mano, percutores y machacadores de mineral, estos a partir del Calcolítico, etc… Otras podrían resultar de su uso como afiladorespulidores para la elaboración de las propias herramientas. Una parte de estos posibles vestigios neolíticos, herramientas, debieron ser usados, de manera fundamental, para desbrochar y hacer sitio para la agricultura en el bosque o en la vegetación salvaje y para trabajar, en parte, la madera. Algún hallazgo puede identificarse como lasca cortante para hoz. Con todo, hay que mantener la posibilidad de su ubicación en periodo calcolítico.

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Entornos del Cerro de la Cabeza sobre el Arroyo Alameda

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Cabezo del Ventenero

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Herramienta desechada durante el proceso de su fabricación. Camino Palmilla, entre La Higuerita y El Villar

Norte de La Higuerita

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Camino Palmilla- Cruz Gorda Este

Higuerita Norte www.turismo-olivares.es

Cruz Gorda Este. Percutor con posible ubicación temporal también en el Calcolítico

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Camino de Palmilla, entre Cruz Gorda Este y Oeste. Percutor.

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Percutor del Camino de Los Juncos, cercano a Las Cañadillas

Cuchillo de Torre de San Antonio www.turismo-olivares.es

Cortijo de San Antonio

1938, fotografía realizada por José María González- Nandín. Hallazgos de Antonio González – Nandín www.turismo-olivares.es

Posible pulidor. Camino de Palamilla, Altura de Cruz Gorda Norte

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Probable pulidor. Cambullón- Estacada Baja

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El Cañito (Albaida)

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Herramienta del Sitio 4 de Las Carboneras, aunque posiblemente halla que ubicarla en el calcolítico

Sitio 2 Camino Palmilla- Gerena

Cruz Gorda Oeste

Norte Área Palmilla www.turismo-olivares.es

Cambullón Norte

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Soberbina Norte

Fot. Urbano López Ruíz www.turismo-olivares.es

Camino Palmilla en La Higuerita

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Lasca para hoz. Tierras de Tablantes. Probable ubicación también en Calcolítico

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Distintas localizaciones

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Distintas localizaciones

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De momento estos son algunos de los hallazgos que podrían proporcionar algunas pistas neolíticas en la zona, pero queremos precisar de nuevo que la pulimentación y, quizás, también las tipologías, aunque algunas podrían ser definidas como muy locales, se mantienen por largos periodos históricos dada su utilidad y facilidad para elaborarlas, y que los materiales descritos, aunque muchos encontrados in situ, están posiblemente muy descontextualizados de su nivel o estrato natural, el correspondiente a su cronología. Algunas de estas herramientas podrían corresponder, por dichas pervivencias tecnológica y tipológica, al Calcolítico o, inclusive, trabajarse aún en el Bronce Final, si es que no llegamos en estas tierras a mantener su elaboración y uso hasta tiempos romanos, contexto superficial en el que han aparecido, dada la tradición turdetana del trabajo de la piedra para la fabricación de herramientas agrícolas y la primacía de las costumbres indígenas en estos lugares de la Baetica, como luego veremos, pervivencia de modelos antiguos que parece que se da también con los molinos de manos barquiformes y otros de moleta. Por tanto, hay que reservar dudas sobre la pertenencia al neolítico de algunas de las herramientas que estamos viendo. Ello se complica cuando percibimos que las piezas, tanto pulimentadas como talladas, claramente prehistóricas por su fábrica y tipologías, paleolíticas, neolíticas y algunas de las que enseguida definiremos como pertenecientes al Calcolítico, aparecidas en caminos o en sus entornos inmediatos pueden ser productos de acarreos por la costumbre de afianzar el firme con escombros de construcción y, sobre todo, con gravas o cantos rodados traídos, al menos hasta hace muy poco, de las graveras del Guadiamar. Se hace imposible entonces conocer su procedencia con exactitud y, en esos casos, no hay más remedio que poner estas piezas en cuarentena, no ya por su definición sino www.turismo-olivares.es

por su lugar de origen o su grado de cercanía o de pertenencia a la zona de este estudio. En todo caso, de provenir de las inmediatas graveras del Guadiamar, ello nos indicaría un poblamiento muy antiguo de este valle tanto en sus cauces alto y medio como en el entonces cauce bajo cercano a la desembocadura, teniendo en cuenta los fenómenos de arrastre por las avenidas y la sedimentación. Si al neolítico correspondieran todas o algunas de ellas, es muy posible que ulteriores intervenciones señalen la presencia en esos lugares de otros útiles del periodo y que los sitios mencionados como de procedencia de dichas herramientas lo fueran también, en sus lugares mas abrigados, al este o al sur, sitios de establecimientos de aldeas. Muchos otros, por su orientación, situación y abundancias de agua, pueden ser candidatos a estos hallazgos y a su definición como aldeas neolíticas pero sólo prospecciones específicas futuras o encuentros ocasionales lo podrán determinar. En todo caso, como en el paleolítico, algunos de ellos pudieron ser disfrutados por poblaciones neolíticas sólo o prioritariamente por sus posibilidades de pesca, caza y recolección silvestre, esenciales aún en la dieta de estos primeros grupos de agricultores y ganaderos.

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