GEDEON es el periódico de menos circulación de España.

Ex-DiPUTÁDO Á CORTES POR MADRID

SEMAKARIO SATÍRICO

¡Z^^ZZT^Z-

BE priBUCA LOS JUEVES

Afto .„ e Provincias, semeatrff 5 — año 8 Extranjoro, aílo, . . , t6 25 ejemplares 2^ • AOMFNISTRACIÓN Número atrasado.... 0^ • OañoB, -4, 'bajo. Anuncios: 30 céntimos línea. Madrid 27 d e Agosto de 1903. NúM.

Í 5 céntimos número

LA MAYOR ESTAFA DEL SIGLO

El coffre-fort de Teresa Hmhbert y Fernánde* de ViUaverde.

405

GEnEON que el marqués del Vadillo no sabe á Gedeón, si la bocina de D. IJ'a.teundo estas fechas por qué salió del Ministerio sirvió para colarnos en, el.jpoder, ¿no y por qué no^forma parte del gabinete tendrá fuerza suficiente .para sostenerSan i^ebas^án d~e^-^'Agosio 1'903.' actual, y que en cuanto tropieza por nos en él? •- •' \ • E l . CONDE DE SJVN B E R N A R D O E N C A S A . B E atii con alguno de sus compañeros del — ¡Ay querido conde!, también á eso G E D E Ó N , — í Q u É t í E N S A USTfíD DE NOSgabinete Sil vela-Maura, le interroga da elocuente respuesta Sánpbé?; Toca en OTROS?—NUESTRA DEFENSA NAVAL Ó con la mayor ansiedad:—diga usted, el prólogo de su folleto. \''ará. usted*. LAtí NARICES DE SANCH-EZ T O C A . — U Ñ A ¿por qué nos fuimos?—Siendo esto así, cuenta, muy mal por cierto, que unos ESTAtlÓN SECUNDARIA.—LA BOCINA DE no podía extrañarme que al conde de sagaces hilanderos fuerón'^á.'sentar sus ViLLAVERDE.—D. R A Y M U N D O SIN ROPA. San Bernardo le desvele mi opinión — ¡ERA tik PITO! . , reales en no sé- qué corto asegurando' acerca de su permanencia y la de' sus que ellos lejian la tela niás maravillosa compañeros en jas altas esferas del Esque conocieron las gentes. Era esa'téla ^qüe halíándouÉ: yo. en mi cuarto del Hotel, 'na^aifa ea manó y cara en j a b ó n / tadq, ;pues con el -niismo fundamento 'invisible, á su-decir, para^ todos menos que'los -'interiores ministros se pregunpara los sabios, de suerte que los ignopara despojar mi rostro de, la an'tiestétan ¿por qué nos fuimos? pueden los acrantes y los estultos no podían verla. tica broza de la barba, entró un camatuales consejeros de la Corona pregun«El Emperador y su corte (hf^bla Sánrero en mi cuarto, á puntó de saltarme tarse ¿por qué entramos? chez Toca),.acudieron para admirar el yodos cañones, y entró diciendo: «Este trabajo, y los tejedores les presentaron, señor desea verle á ustedc Pensé si seY decidido a contestar cumplidamencomo procedentes de sus telares,,trajes rías tú, que me obsequiabas con la grata te al conde y á su perro de San Bernaresplendorosos de ceremonia recamados sorpresa de aparecer por aquí, sin predo, alargué la diestra á la mesa de node oro, en lugar de los plateados y de luvio anuncio, pero como e! camarero me che y cogí (no te asustes), el último ces usados en el pais los días solemnes.» alargaba una tarjeta la cogí, leyendo parto de la inspiración íeliz de Sánchez Vamos, que era un país de banderilleen ella: Toca, un folleto titulado Nuesirade/'enros cuando en él repicaban gordo. Pues sanaí;ai,elcual tiene un prologuito ¡que El c o n d e cZe S a n Bernardo bien, amigo mío de jornada, losgrandes pone las cosas navales de punta! y exclamé con desconsuelo: ¡no es Caseñores,dignáronse ac:}ptar el obsequio —Amigo y conde, le-dije al de San linez, sino el ministro de jornada! Aunde los falaces hilanderos, prometiéndoBernardo, ustedes están en el gobierno que entre vosotros doá existe algún pales recorrer, cu nii;eitra de gratitud, por la bocina de Vi I bi verde.—¿Por la recido, la visita del conde no podía en proccsionalmcnte la capital, vestidos bocina de D. Hay mundo?—-No le quepa maneraalgunícons:)larmede tu ausencon sus U'ievas preiidis deslumbradoá usted duda, asi lo dice Sánchez Toca. cia; pero como no hay más remedio en ras, á fin d e q u e l a i multitudespudieEscuche usted, y leí en vo'¿ alta los sieste mundo que aceptar las cosas tal ranadmirarlo-í. Sulii^ron como va dicho, guientes párrafos del susodicho folleto como ellas son, dije al camarero que y todos los babitíintes de aquella fannaval. introdujese al ministro y me limpié el tástica ciudad, por pa-ar plaza de sabios, «Es muy de temer que nuestra instijabón de la cara con una toalla. Pocos • se hacían lenguas de los esplendorosos tución de gabinete produzca, por algún " momentos después, el conde y el perro trajes que lucían los m:ignates, deseo-' tiempo, el efecto de una deesas estacio-, de San' Bernardo (pues el ministro tiene liando en los espasrm-s del asombro, la nes secundaríais de vía férrea, en que un can que no le deja ni á sol ni á somclase de tendero-i. (Tómate esa, amigo toda clase de gentes entran y salen de bra), eutravon eii mi habitación, preciAlbal- Pero abora viene lo bueno. «En continuo sin que nadie tome perm^ienpit^ndosé ambos sobre la toalla; el mi :7l'-^^¡a^csq',l^ina de una calle, vm rapazuelo, \ nisti-o exclamando: ¡excelente abono!, y' cia. La movilidad y tropel dé traiiseun--. ' ^aupado por sn madre, al ver pasar la cotes se agrava, además, en tal lugar, p'or", el perro creyendo que el jabón era memitiva, esíclanió de pronto con toda la la circunstancia de que el público que ' rengue,'y emprendiéndola con él á leninocencia y verdad de su corazón infanmás frecuenta esa estación, aparece ad.gíietada's. til:—Pero madre, si ninguno de esos severtido de que para calmar allí voce—¡Grande honra la que recibo, señor ñores magnates lleva nada puesto.» ríos, tropeles y tumultos, el jefe suele conde!—exclamé—viéndole á usted por Cualquier otro escritor menos pudorosalir del compromiso dando trato ó puesestehumilde cuartoy siendo yo unhomso que Sánchez Toca, le hubiese hecho to de preferencia, y á Zas veces el gobierbre que ni siquiera sabe plantar cebodecir al chico ¡Pero madre, si todos esos no de la, estación misma, á los inquietos : Has y usted un agricultor tan eminenseñores magnates van desnudos! Mas [ y ruidosos. En el seno de los parlamente, además de ministro de la Corona. en suma, este detalle no tiene importantos, lo mismo que en cualquier lugar Dígame en qué puedo servirle, pues la cia. Y, ahora, querido conde, imagínepúblico, se tiene plena experiencia h u impaciencia de complacerle supera, si se usted que el rapazuelo de marras, enmana, por lo menos tan probada como cabe, á la alegria que me produce su tra aupado por su madre, en la estación en las estaciones ferroviarias, de que visita!' secundaria de vía férrea de la cual es . por lo general se alcanza casi inmediato —Gedeón—me respondió el conde de jefe el ilustre Yillaverde, á punto de que silencio del que abusa de bocina en deiSari Bernardo, sentándose sobre un tieséste, vestido ó desnudo con su traje re • manda de puesto ó preferencia de tra'tó, en el cual ha plantado lentejas un •camado de oro, se dispone a dar salida to»... Con que ^yado sabe usted, señor pinche de cocina del Hotel, tiesto que á un tren. Toda la gente que invade conde, D. Raymundo sacó la bocina, se galantemente me ha cedido el fondislos andenes, excLma en luj espasmos • asustó Silvela y entraron ustedes en la ta, conociendo mi afición á los grandes del asombro: ¡qué bocina la del-jete de estación secundaria de la vía férrea espectáculos delaNaturaleza.—Gedeón, estación!; más el rapazuelo, con toda la como un tropel de segadoros gallegos anoche me fué imposible dormir... ¿Le verdad y la inocencia de su corazón ininquietos y ruidosos. Ahora, según la descubro á usted nuestras futuras alianíántil; dice de pronto, ¡pero madre, si opinión de Sánchez Toca, no tomarán zas? No, Gedeón ilustre; la causa de mi n o e s una bocina, si es lin pito!.(porustedes permanencia en esa estación ó desvelo lué el ignorar su pensamiento que, efectivamente, con pito y no con ministerio de segundo orden ni siquiera dé usted acerca de la situación política, bocina dan el .toque de partida á los el tiempo necesario para que Gasset a la cual presto el concurso de m i s e s trenes los jefes de estación), ¡ya están arregle los pantanos de- «caballeros» y casas luces. En suma, no podía dormir, ustedes aviados! «señoras». preguntándome, presa de la mayor in-Una vez deshecha la leyenda dorada • , • —¡píos mío! exclamó el conde de San quietud, ¿qué pensará Gedéón de nos. .'Bernardo cuanílo a^abésdefdecir esto., de la bocina de D. Raymundo y,;eori^' ••.•; otros?- . -. ;•. ^ e han contado, Calínez del alma, -'• ¡iyios mío, ip«íirt'a¿f jóvenes! s'cgún-caií-!™,-..;vfeneida la gente de que se tl'áta de un-?^"

VERANEO DE GEDÉÓN

personas dignas de completo crédito,

G-EDEOJSr dcr dos mituitos. [Tengan uátei:ies,pijes, q u e r i d o conde, m u c h i s i m o cuidado cou q u e se la vean los chiqnillos! Alzóse del tiesto el ministro de j o r n a da, derramíindo acerbo llanto por mis terribles proíecias, y al hacerlo, vi y o cotí los espasmos del asooibro q u e la planta de lentejas, en vezde chafarse del todo, había crecido m e t r o y medio, niosti'ando una lozania y un vigor v e r d a deramente inicomprensiblcs. iQué conocimientos agrícolas no t e n d r á esto conde cuando de ese modo hace crecer [as plantas! Les dosperJiáól y d su perro en la escalera y llamé al pinche de cocina p a r a q u e contemplase el prodigio. ¡Hoy nos iienios comido las lentejas! T e abraza on los espasmos de su digestión dificilísima, tu invariable

¡BOMBO! La actualidad nos í'aluí y hay muy pocoa asuntos de ioteiéB; para lleuur columnas de ^oriódicos uo aabemo3 qué hacer.

¡Alabamos :l Alix f:cnio murcisEo .-•que iirde eó GobcrDucióa] ¡Su elocuento decreto sobro pósitos 'bien merece ese bonor] "'•;':

fAplá^isos A Uesada, que ha sabido ' lias caiijatas lauír, •' ' , activando oí doápactin do expedíeatea con esfuerzo viril! ¡Y suene el bombo celebrando el genio ' dol amigo G ÍBEOC, que renueva en ios cimpos el hermoso jnUagi'j de Moisós! {Himnos sin íln á loa miniatroa aupar, y á su snpor-ardor! ¡Y reciban también el íupor-bombo desuper-Gedaóü! ObaouroB, ipuorados y pequeños 50 les Uamah.-i ayer, lY ahora resaUan codos colosales, con taloQto y con fe! ¡Oh'musa adormecida del.verano que, ;?rflüiá3 al-calor, ves en tres modíidtísimos decretos la santa redención! Siguo en los brazos de la dulce siesta que ül doscaoso te dá, no esajeres ¡as bromas super-flnas ¡y déjanos en paz!

La eaMPaNiLLA Villaverda. audaz viajero, ni el humor ni e! tiempo pierdo,.. ]SG sabe que Villaverde ya ha convencido á Romero! For BU partido trabaja y con laudable inconsciencia le ofreció ia presidencia de nuestra Cámara baja. ] Admiremos el tesón del ilustre financiero y aplaudamos á Romero por su falla de aprensión!

Conseguirán lo que quieren y yo pnr ellas, mfl eosiincho... ¡Ya a la protesta se adhieren con el gancho! SI suspenden BUS fanciones, pronto por la calle impura bo elevarán los montones de basura. Yfaíno se encuentran modos de revocar sus acuerdos, al fin viviremos todos como cerdos...

¡El papel vale m á s ! (JIOTAS BIBUOaR.ÍFICAS)

Kn vista dQ e'llo, !aa «ifalanas plamas se mueven t;ou afán , , y buscando loa viejos adjetivos bomboan sin ceea-r.

~

LfXa HUELGA ¡Malos tiempos se declaran, mnldH y tristes de veras! [Hast'. en huelga se preparan las traperasl

Huelga angustiosa, imprudente, terrlb e á más DO poder,.. ¡Ahora que bay precisamento tantos trapos que coger.

GEDEÜN.

•''•vi'*

Que así premian su trabajo y ahora de fijo no chilla... ¡Ta tiene la campanilla pura agitarla!... ¡Badajo!

— Y a se h a acabado el imperio de la oratoria T e r m i n ó el m a n d o exclusivo de la palabrería f/á)ri¿¿a.—Estas.Iicrriiosas trasea, q u e tantas veces hemos oído p r o n u n c i a r , desde q u e se cometizo á h a r blar de la regeneración y europeización, á varios señores que, natnralmente, hablaban bastante m a l j tienen aplicación y razón de ser a q u í , en Madrid, pero^uü í u e r a de esta desdichada capitaL No es q u e se nos h a y a n acabado los oradores, es q u e se han m a r c h a d o á ' provincias, donde tienen t-mto éxit^, como los poetas de juegos florales y Jos; aeróstatos grotescos ó,'como suelen decir en A r a g ó n , los tocinos que vuelan. B u e n a p r u e b a de io que decimos es e l . Sr. D. Domingo Villar Grangel, que'.en la noche del lo de mayo de este corriép"^ te año 1903 ([nocíhe, á la verdad, infausta p a r a las letras!), pronunci.ó, en, c l Círculo mercantil de Santi:ig6 'de .Gonipostela u n a conferencia, cuj;ó .texto h a tenido la imprevisión de iniprifiii'r y ' ¡ a mala o c u r r e a c i a de reniitirnosrSina vez impreso. L a conferencia versó, digámoslo asi, sobre el Porvenir económico de Espafíaj asi c ó m o d a s q u e , a n t e s se daban por;señores de la m i s m a graduación a l c o h ó lica que.i),, D o m i n g o Villar G r a n g e l s o r lían referirse al divorcio, la pena 'de muerte ó el sufragio universal. ' ¿V I). Domingo V i ü a r G r a n g e l e s un orfí^dor con íodaá íaé de la /ey, como decimos los periodistas cuando no sabemos qué decir. y como no somos amigos de afirmaciones a v e n t u r a d a s , lean, lean ustedes algunos párrafos del Poroenir económico de España: / •'• «precisa, el pueblo esp.&nol.(áíce el señor Villíir (-rangel, confundiendo lastimosamente la significacrón'y la sintaxis del verbo precisar], no ser iluso, no creer que puedan alterarse las cegueras del hombre hecho: concretándose á form a r en la enseñanza y en-el bien á las generaciones venideras. renünci'O.ndo á la actual generación.!) Eso, como q u i e n r e n u n c i a á tomar buñuelos con el c h o -

colate. Fero lo malo es q u e vamos á tener q u e r e n u n c i a r t a m b i é n , en tal caso, al Br. Villar G r a n g e l , p o r q u e de las ge • neracioties venideras no será ese señor. «Precisa—añade nuestro hombre—cl pueblo cspañolserá prctico, e d u c a n d o el sentido económico de la j u v e n t u d , i n s t r u y é n d o l a en el e x t r a n j e r o , como hizo el -lapón y hacen las repúblicas híspano-amerieanas (¡aviados estábamos si nos educásemos como en Venezuela, á tiro limpio!], para cimenUtr su g r a n d e z a y e n g r a n d e c e r su porvenir; dotando á la enseñanza con fundaciones y donativos p a r t i c u l a r e s , que son la c a r i d a d p a r a el espíritu, eímgoroso sentido prÁc' tico de loK nútlonarios que forman la riqueza dal futuro norteamericano.ii T o t a l , qtio p:tra cl Sr. Villar Graiigel nadie tieun sentido practico, sino los millonarios, en lo cual estamos conformes, ¡pero q u é poco millonario debe ser el señor Villar!, porque figúrense ustedes q u e toda Ja conferencia relativa al Porvenir económico se r e d u c e a párrafos como el q u e v a m o s á copiar para salud y oblecUmento de nuestros lectores, como dice en l a v e r j a del J a r d í n B o t á nico. ffElevándose el poeta en alas de la fantasía—asevera, m u y serio, el s^^ñor Grangel, en vez de h a b l a r del 4 por 100 y de las tarifas a d u a n e r a s , — e n c e n d i d a su mente con la fiejjrc dol arto, entona desde ias a l t u r a s •(Grangcl cree q u e los poetas aún viven en tiOtabancos. ?ío, Grangel, mu¿:.,.C)avestany v i v e en piso primGsro''y .en "casa propia) un Inmno • á'la n a t u r a l e z a . . C u á n t o m á s d e s o r d u n a • da, más.jiermosá; c q a n t o m á s Sfilvnje, m á s . belhi; Rinanto más, t r a n q u i l a , m á s - dulce, m á s idílica, más sola, g r a n d e si • r u g e , tierna si caÜa; b r a v i a , perfnma• da, ardiendo de pasión, susph-ando de a m o r . . . lleva en los aires silenciosos la placidez .d,él a l m a ; en las c a l m a d a s a g u a s de los ríos la inmovilidad de s e • ros felices; en la c i é n a g a resplandecida pbr la luna, .todo el arte; en el p á r a m o dorado por el sol, toda la vida; en la llan u r a m u e r t a , todo el misterio... y en la c a m p i ñ a a g r e s t e , m o n t a r a z , el m u n d o • fuerte, y en las a g u a s despeñadas y en l a s ó l a s deshechas, el m u n d o g r a n d e , y / eti la tenipestad, eñ el h u r a c á n , en la torjiíentaj el'mundo s u b l i m e ( ¡ b a ú l m u n . .^dój^scyendel'), voces de dioses, b r a m i d o s 'de monstruos, xjgw'es q u e combalcn, •'triunfos,gigantescos.-., vibraciones trágicas, vibraciones majestuosas, vibraciones (estas últimas sin n i n g ú n adjetivo), desmayos, encantadores...*! Todo esto a c e r c a del porvenii- e c o nómico de Espaaa»4sa^eit • ustedes? Y los compostP'laóosi-Tiíe'^Jn oyeron, tan ; contentos. ¡Ah! y el-.Sr,...Villar . Gran^el pasará por un g e n ^ - e n Sjintiago d e G a • ••licia...'. .''I',••'!?(•.j¿V;1^". ¡Qué se le h a dé^lítídef! No tenemos remedio. ¡Yii lo ven ustedes! En Madrid estamos m u y m a l , y la j u v e n t u d de provincias lo quiere a r r e g l a r todo h a blando en latiguillo perpetuo, como los g a l a n e s j ó v e n e s del T e a t r o líspañol... Nosotros . creemos q u e en S a n t i a g o p c u r t e n estas cosas por la nefanda i n "flueiiciade jMontero l^ios. fístns son his consecuencias del h o m b r e del t r a t a d o de P a r í s , P e r o la v e r d a d es q u e cuanrlo se p r o n u n c i a un ^párrafo como el citado y otros, debía "intervenir la a u t o r i d a d , que no siempre ha de ocuparse en operar detenciones... >^"í:

¡La manga riega... y aquí no llega!

Gedeón.—Pero, diga usted; de esa manga sale todo menos agua.

LO .QUE HACEN SMS MINISTROS

Sai> i^ÉTnaí'do.—Descabeaa un sueño.

• Bügallal .-^Sestea.

Santos Guzmán.—Honca. .L-

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VÜlaverde.

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Dormk ft.

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""I Cobídn. —Duerme.

ÁfartiH'gui.—Se aletarf^a. Y

t o c i o s o K• L i p a n ,

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GEDEOJSr

Sueltos con rabo El malogrado exministro de Marina D. Joaquín Sánchez de Toca, que fué sorprendido por la crisis última cuando empezaba á presentarnos una nueva Invencible, ba publicado un folleto nutridísimo (de letra, naturalmente), para explicar sus proyectos á la opinión pública. TitúlaseiVuesíra defensa navat, y contiene los presupuestos, estados, apéndices, preámbulos, exposiciones, artículos, consideraciones y demás ligeras vaciedades necesarias par-a que el respetable público se quede completamente en ayunas d Pues, ;.qué esperaba el estimado colega que hiciese D. Kaymundo? Cada cual hace lo que sabe, lo que ha aprendido. Y para Viliaverde, la vida'no es más que una continua seducción. Y él es la madama Putifar de la política. « Por fin ha visto la mar el nuevo ministro de Marina y aplaudido pasante de Gamazo, Sr. Cobián. Y el liquido elemento le ha gustado tanto que... que (lo dicen los telegra-

mas) se ha mostrado muy afable con los obreros del Arsenal de San Fernando. Después de maduras reílexiones, el buen señor [no sabemos si este dictado es justo, aun cuando sea completamente gratuito) se decidió á meterse en un bote; pero sea porque S. E. no tiene aún el pie marino, sea porque le tenga metido en algún proyecto, lo cierto es que se escurrió y hubiera caído al agua si no le hubiesen auxiliado dos viejos lobos do mar, que en su vida han' salido de la Carraca. —Bien, mis bravos, bien—dijo con un poco de jindama el nove! aventurero.—Os doy mil gracias Y el un lobo de mar le dijo al otro lobo, con el más puro acento de los Puertos: —Ya lo sabeh, Pescoiya; á quinientas tocamo. . * *

El notición de estos días es que Romero Robledo va á ser nombrado ministro de la Guerra. O en otros términos, que á D. Paco le van á dur Guerra. ¡E! Sumo Hacedor haga que se la den á él solo! * 4

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Y se añade que va á Guerra por secundar el plan de economías de Villaverde y porque Romero Robledo no tiene ningún compromiso. ¡Caramba, pues eso... cabalmente eso es lo que más falta hace en este caso! •:

4:

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El conde de San Bernardo es el ministro que más se divierte. Ahora ha ido y ha regalado al Club Cantábrico una copa de plata. Así nos dice nuestro corresponsal de San Sebastián que la voz general en el Casino es la siguiente: —Señores, se dan copas. ¡Vaya, vaya, cómo está el patio, vecinas! ¿Se acuex'dan ustedes de las acusaciones de Sánchez Toca contra Viliaverde en el indescifrable libro de D. Joaquín, que comentábamos el otro día? Pues, vean, vean por dónde respiran los marinos, según un apreciable colega. «Bajamos á despedir al ministro de Marina—ha dicho el general Lazaga,— porque se trata de un hombre honrado y bueno, cuyas aspiraciones en Marina son las nuestras...» Que es como decirle á Sánchez Toca: —Chúpese esa V. E., que V. E.'no es de esos. • ¡Demonio, D. Joaquín, saque usted un par de párrafos de esos laberínticos y enigmáticos, que le van picando ú usfccd'La-zaga. *

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Otro admirable descubrimiento de este verano es el de la brillantez de la carne de vaca. Y hay quien se queja de ello. La humanidad es, naturalmente, desconten tadiza c injusta. ¡Miren que no querer carne de vaca brillante! ¡Yesos mismos que la rechazan-en la mesa la apetecerán en los palcos del Real, cuando comiencen á funcionar la Lucía, la Linda y las damas protegidas de Carmena! Jinprtnlá iíodernt — CañOB, 4.-—Madrid

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—La yérdad es, D. Francisco, que nadie mejor quo usted jiara presidir el Congreso. *—Gracias, gracias. Sí, mi larga carrera política... —Precisamente: usted debe tener numerosos correligionarios en la mayoría... de las minorías.