Órgano oiícial M insliliilo Hoiiicopiltico de Madrid. í 30 SETIEMBRE Y OCTUBRE 1884 jn." I8-Í9-20 SECCIÓN CLÍNICA

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raisw uiiüiiim Órgano oiícial M insliliilo Hoiiicopiltico de Madrid

AÑO I

í 30 SETIEMBRE Y 15 ¥ 30 OCTUBRE 1884 jN." I8-Í9-20

SECCIÓN CLÍNICA

i;s CASO UR CÚWillA NOSTRAS, CUR.Vn:) CON IinS VF.llSICOLOU

Por el Dr. Rodríguez Pinílla Durante el 7erano último, PP, han presentado en la consulta que á mi cargo tiene la Sociedad Protectora de los Niños muchos cagos de indigestiones, empachos g-ástricos, colitis y enterocolitis, que cedían prontamente á los medicamentos más generalmente empleados por todos los homeópatas. Sin embargo, el caso que voy á relatar, importante por más de un concepto, me dio k conocer la necesidad de meditar en cada caso clínico, particularizándolo lo más posible y no dejándose guiar nunca por reglas generales, ó caminos trillados y rutinarios. El niño N. N., nacido en parto prematuro, á los siete meses de la concepción, tuvo que alimentarse con el biberón desde el principio de su vida, y desde entonces viene padeciendo írecuentes trastornos gástricos. Ha tenido el sarampión, el muguet, diversas

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líEVISTA IIAUNKMANMVNA

escrofulides, y por último, cuando recurre su madre á mis consejos, teniendo el niño 12 meses, su estado es el siguiente: Todo el aspecto del enfermit j revela profunda Fideracion y grave trastorno de su organismo. Acostado, tal puede decirse, sóbrela palma de la mano de la mndre, es decir, en decúbito abdominal, toda otrn posición le produce malestar y llanto. La cara pálida-amarillenta, con señalados circuios azulados, bajo los párpados inferiores (ojeras), y los ojos medio cubiertos por los párpados contribuyen con su aspecto á dibujar una verdadera manifestación de endoloriraiento general, y los labios secos y pálidos completan el triste aspecto de su facies. La lengua no denota mucho de particular: está poco humedecida, pero con la capa blanquecina que siempre ha tenido en el niño, lín el corto espacio de tiempo qE1 curso que aquí se observa desde la presentación del primer caso, no es otro que el que revisten todas las dolencias infeccio* sas. Ninguna diferencia, y en cuanto & la síntomatologla ninguna diversidad tampoco puede anotarse en los casos aquí presentados de cólera. Lo ánico que puede tostarse muy en cuenta, es el horror que inspira á ioi enfermos la presentación del médico por el temor de que éste les denuncie. Hurror á ia muerte, sueño atn poder dormir hasta coosegair la reacción. Afonía, orina casi

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suprimida, dejando después escozor en la uretra al hacerse abundantes, síntomas cerebrales muy raros (algunos enfermos acusan ligeras cefalalgias) son particularidades de detalle que no deben despreciarse; pero que, como le indicaba en mi anterior, la méis saliente corresponde k la constante presentación del color cianótico en el semblante, que se desfigura con el hundimiento de ojos y arrugas en toda la frente. »Los medicamentos, que muy particularmente han de tenerse presentes, son: Camphor, páralos preludios. Ipecacuana y Veretr., para la presentación de diarrea con capas blanquecinas y vómitos aguanosos, y Ars. y Ácid hidrociama, para el cuadro desconsolador y que hace del enfermo, en breves Uoras, la imagen de la muerte esqueletada. »Le suplico haga el uso que quieta de esta carta, pero no olvidando el silencio de mi nombre y domicilio. «Siempre suyo con la mayor consideración seguro servidor y compañero, q. s. m. b. ÜN 8USCSlT0a.''>

MKMOBIA tBIDA £N U.L ACTO DE LA INAUOUttACION DEL CUBSÜ OS 1 8 8 4 - 8 5

DEL INSTITUTO HOMEOPÁTIOO POR EL SKCRKTARIO

X>. M.

FLOUES.

SBSOHBS:

Una vez mfts me veo en la necesidad de cumplir el deber reglamentario que me impone el honroso cargo de secretario de

áííS

REVISTA HAH.NEM.VNNIASA

este Instituto, para dar á conocer al ilustrado público aquí presente la marcba que en sus trabajos ha llevado este establecimiento y los resultados que ha obtenido nuestra ductrina en las clínicas y consultorio de este hospital en el último año acadético. Principiaré manifestándoos, sin bellas frases pero sí coa claridad, pues las verdades no necesitan engralanarse, que al entrar este Instituto en el sétimo año de su fundación lo hace con brillantes auspicios, viendo que las ideaó aquí emiliüaa se propagan, se difunden y hacen aumentar el número de los defensores de la doctrina homeopática. Verdad es que este Instituto cuenta en su seno con encanecidos profesores, discípulos de su fundador y que, enseñados á trabajar con fé y entusiasmo en pro de nuestro sistema desde loa tiempos en que sin medios de acción y sin un centro de enseñanza como el que hay hoy, tenían que esparcir sus ideas y limitar sus trabajos á una esfera reducida; lioy que esos medios de acción han aumentado, que hay un Instituto en el que se desarrolla, extiende y perfecciona la ciencia habnemanniana, han aumentado su ardor, porque tienen la convicción de que trabajan para el progreso y para la sucesiva realización de sus ideales científicos. Siete años antes, los alumnos médicos que querían instruirse para conocer y practicar nuestra doctrina, no contaban con más medios de acción que sus estudios privados y las lecciones de algunos de estos médicos que, amantes de la ciencia, les preparaban para que dieran los primeros pasos eo la difícil práctica de nuestra materia médica. Siete años hace que este santuario, centro de enseñanza y de caridad, donde no se venera más que un Dios, el üios de la verdad, ni se rinde culto más que á la intelig'encia y al saber, ha abierto sus puertas á todos los que amanted del progreso médico

BEVrsTA HAHNEMANNIANA

',&.)

vienen á inculcarse en nuestras doctrinas. En este santuario tienen los alumnos cátedras para aprender teóricamente nuestros principios, basados en leyes fijas, y clínicas para corroborarlos y comprobarlos por medio de nuestros agentes farmacodinámicos. La homeopatía, verdadera ciencia del arte de curar, que tantos y tan inmarcesibles laureles conquista á los que la cultivan, por los repetidos triunfos que cada dia obtiene, es la que el claustro de este Instituto Homeopático, siempre fiel á la noble y delicada misión que su esclarecido fundador le encomendó y fiel á la doctrina de Ilahnemann, ha sabido ilustrar é inculcar á sus discípulo! Nuestro principio fundamental, el similia simüibus curantur, entrevisto ya en los antig-uos tiempos por el g-rande Hipócrates y sacado jior ei genio inmortal de nuestro maestro Samuel Ilahnemann de entre las tinieblas del olvido en que durante larg-os siglos fué envuelto por la influencia de los sistemas hipotéticos que se fueron sucediendo en nuestra historia médica, es el que se da á conocer en nuestras cátedras y se comprueba en nuestras clínicas. Este principio, que es la ley fundamental empírica de la doctrina homeopática y que está confirmado por las semejanzas entre las enfermedades y los efectos de los medicamentos, seria acaso incomprensible sin el descubrimiento de otra ley fundamental, deducida también por Ilahnemann de la observación y de la experiencia, de la gran ley del Dinamismo vital: ley deducida de la observación repetida y constante, del hecho universal del organismo humano, la reacción vital: ley por la cual toda impresión primitiva física y moral produce una reacción consecutiva en sentido diametralmente opuesto durante la vida: así vemos que la aplicación del frío produce consecutivamente calor y la del calor consecutivamente frió. De aquí que un medicamento cuyo conjunto sintomático patogenésico se parezca al Conjunto sintomático de una enfermedad, cure ésta, siempre que la

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HEVI8TA HAHNKMASlílANA.

energía ó la cantidad de la sustancia que se emplee sea compatible con la fuerza ó energía de la reacción vital del organismo, pueato que ios efectos del medicamento excitan, neutralizan y destruyen los que las causas morbosas produjeron en él. Así podemos comprender el cómo la quinina cura las intermitentes, cuyos síntomas patogenésicos son anéilogoa ai cuadro sintomático de las fiebres producto de esta; el mercurio las úlceras sifilíticas semejantes á las que este metal produce, la vacuna la viruela, el acónito la fiebre, etc., etc. Estas leyes de nuestra doctrina, comprobadas por la experiencia, demuestran al mundo entero que la Homeopatía es la medicina del porvenir, por ser una verdad demostrada y patente é imperecedera como todas las verdades. Así ea que ncnotros, con una entereza sin rival por la fé que tenemos en nuestros principios, que nos impulsa por el camino de la verdad en medicina, nos atrevemos á proclamar que esta verdad no está, ni en las doctrinas ni en las falsas leyes de la medicina tradicional, sino eu los principios y procedimieutot légleos y racionales y experimentados de la nueva medicina; lo cual demostramos con los hechos en nuestras clínicas, y ante ellas retamos t nuestros adversarios con la seguridad de salir victoriosos. Hoy como ayer, llenos de entusiasmo por nuestra doctrina, abrimos este santuario científico, este centro de enseñanza, h esa juventud estudiosa, para que, guiados por nosotros, no sin reconocer nuestra insuficiencia y peqne&ez para tan gran empresa, ae convenzan, si no les bastan nuestK» argumentos, con ios hechos de nuestras clínicas y en ellas reconocer&n la supremacía de nuestro método curativo. Bn este centro de enseñanza podrán estudiar, analizar y someter al crisol de la experiencia los principios de nuestra escuela, convenciéndose de la verdad que en-

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cierra y de los beneficios que su práctica reporta á la humanidad doliente. Después, completada su educación homeopática y llenos de la misma fe y del mismo entusiasmo que sus maestros, fuertes con la fortaleza que dá el saber y la convicción de practicar la verdad módica, podrán ayudarlos en sus trabajos y en el objeto de su ministerio: en difundir la instrucción, en propagar el bien. Tal es, señores, nuestra aspiración; tal es el objeto de este Instituto, que entra boy en el sétimo año de su instalación. Durante este espacio de tiempo se han matriculado en este Instituto jóvenes estudiosos que, si bien en escaso número si lo com« paramos con los matriculados en la escuela^ oficial, son para nosotros la suficiente semilla qae germinará y multiplicará el número de nuestros prosélitos. En mayor número estarían nuestros alumnos si tuviéramos los elementos materiales con que cuentan nuestros adversarios; pero h pesar de esto y de los motivos que ya señalé en mi Memoria del anterior curso, el número de alumnos va aumentando cada año, aunque paulatinamente, si bien es verdad que podemos decir que lo que no va en cantidad va en calidad. De ello podrá daros pruebas los brillantes ejercicios que han hecho los alumnos de este año y las excelentes netas que á juicio de sus profesores han merecido, de tal manera que se han visto estos en la necesidad, para recompensar sus estudios, de aumen» tar el número de premios que el reglamento señala para distinguir el celo y la aplicación de los discípulos de este Bstablecimieoto. Loa alumnos que en este curso han merecido tal diatíDcioa son los jóvenes y aventajados Doctores D. Esteban Espars» y Domínguez, D. Fermin Rodríguez Ortega y D. Alfredo La Puente é Ibarra, alumnos del segundo año y á quienes el Tribunal' les ha concedido el título de médico homeópata libre de gastos, y al no

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menos aventajado Doctor D. Francisco Javiez Ainsua, alumno del primer año, el premio de 250 pesetas por au aplicación y brillantes exámenes. Seguro es que estos alumnos y otros que han completado su educación homeopática aprobando los dos cursos señalados en este Instituto para el estudio de nuestra medicina, convencidos de la verdad que encierra, se deücarán á persuadir con la palabra y los hechos á todos sus compañeros, de la supremacía del método homeopático. Para esto no tendrán más que dirigirlos á nuestras clíriicas, traerlos á este hospital y que vean los resultados obtenidos en nuestros enfermos, desde la instalación de este Centro benéfico. Que comparen nuestras estadísticas con las de cualquier hospital que emplee el tratamieato de la medicina traclicio nal, y de estas podrán deducir cuál es el método más ventajoso, más humanitario y más satisfactorio. (Concluirá.)

VAKIEDADE8

BIEN VENIDO.—Ha regresado á Madrid completamente restablecido de su pasada enfermedad, nuestro distingoido amigo Dr. A.ro8tegal. También han regresado los Sres. García López y Pelliccr. Este ultimo contestaré en el plazo mia breve todas las cartaa que sobre lo» Mantos de la BKVUTA. hemos recibido.

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REVISTA HAimEMANNUNA

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¡HoNORA MBPICUM!—La Asociación de la Prensa Médica en Madrid ba resuelto abrir una suscricion para costear unas honres fúnebres al médico Manterola, muerto en el naufraprio del Qüon heroicamente, y para enviar en testimonio de admiración un objeto de coate al médico Menendez Valdés, que salvó por un acto de arrojo á la tripulación del Oravina. LA REVISTA HAHNEMANNIANA, y en su nombre nuestro compañero el Sr. Pínula, se ha asociado á tan plausible proposición.

ÍKSTITUTO HOMROPATICO.—Gomo verán nuestros lectores por los discursos que insertamos, el dia 4 c'e Noviembre se inauguró el curso académico de 1884-85 en el Instituto homeopático, con la solemnidad de otros años. Asistieron al acto machos distinguidos médicos, entre los caalea recordamos, además de los Profesores del Institato, á los Sres. Nuüez, Rivas, VlJlafranca, Alvarez Alcalá y Alvarez Araujo. Hubo aplausos tanto para el discurso del 8r. Pelllcer como para el del Sr. Flores.

OBRAS RECIBIDAS.—-Agradecemos al Sr. Hysern el envío de sn folleto sobre el cólera, digno de ser leido por lo bien expuesto del tratamiento. Igualmente damos las gracias al editor Sr. Aguilar, de Valencia, por el envió de un librito sobre Za (eoría de Koch. El libro se vende ¿ diez reales en todas las librerías, tiene algunos grabados y laminosas notas de los traductores.

tJNivBRaiTARio.—NO es pequeño el promovido por nn «rticulo de la Rtvne Uebdomadaire, de París, en el cual se trata de probar que el Dr. Encinas, ai publicar su libro de Mttodologia deníiflea, no ba hecho más que traducir á Schut^emberger. Sobre este asunto nos parece que es SI Siglo Médico el que dice: *¿Pero qvé tt etof — Hn periódico de Medicina viene aparentsmente indignado, y entre tanto tirando de la manta, á propósito del calificativo de escándalo vnivertiiario que un acreditadísimo periódiico ESCÁNDALO

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KBVI6TA HAHNBMAKWUKA

francés de Medicina aplica al hecho, qae él aSrina, de ser caai ana traducción de obra extranjera cierta obra de Patología quirürgic» dada á luz recientemente por an oitedritico «sp^fiol de Medicina. «Aunque sabemos que una de las debilidades de dicho estimable autor es Ter originalidad, mucha originalidad en todo lo propio, hemos leído esa obra y nos parece injusta la reclamación extranjera, pues aquella contiene muchos juicios sobre materias nacionales. «De todos modos, esperamos que se haga algo de luz en el asunto, pues, verdadera ó falsa la acusaciun, interesa aclarar lo que haya de cierto en tan delicado asunto.»

* *

DESAFIO k LOS UICROBIOS T A. LOS KicKouioifAN'os .—Dos valerosos italianos, que par ahora desean guardar el más riguroso incógnito, han dirigido una carta al director de! Dirüio arrojando el guante de desaño á los microbios y i los microblomanos. Dichos sefiores están dispuestos á comer la cantidad de gelatina con microbios que una comisión científica juzgue necesaria para determinar el desarrollo del cólera. Das son las ünicas condiciones que para ello imponen: 1.', que sus nombres permanezcan completamente ignorados de todos, excepto de ia autoridad científica que ha • ga el experimento y de on ministro; 2.', que, en el caso de que fallezcan, se asigne á sus familias la pensión reservada á las familias de los médicos que mueren combatiendo la epidemia.

LiaAiMT0{.HAaoKA.L uémcA.,-^! C«agr«Mt«el«B co, para «í eatodU de la» wfermecbMhwfanfeocioaaeé btdkmeion de Uw medidas proñlátieas, onya comiaioa podrá reetdir en Tiena y habría áe e&eMTgarse de preaentar i te adopeiea d» todo* loa gobtaraoa «n Código liitaHMietoBftl d» &%«»&«. WL Sr. VMlx frtétd al aobiem

RBVISXiV HA.HNBMANM1ANA

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holandés q a e tomara la Iniciativa para organizar esta comisión sa-

nitaria internacional.

Los MICROBIOS EN BL AOüA —La trasmisión del cólera á Genova se ha veriflcado, segan leemos en un periódico italiano, de la siguiente manera: Genova tiene tres acueductos que la proveen de agua potable en abundancia. Uno de ellos, el Nlcolay, recoge el agua de la Scrivia, donde se lavaron las ropas de los coléricos de Busalla, y, al beber los habitantes de Genova de este agua, bebieron con ella los gérmenes fatales. La enfermedad estalló el 24 en Genova, y del 24 al 25 atacó á 51 individuos. Al cerrar completamente el acueducto Nicolay, hubo una remisión notable. Como hecho singular, ae cita el que todos los peces de las balsas alimentadas con aquella agua murieron sübitamente.

LA EXPOSICIÓN »B NIÑOS.—La que| debia celebrarse en París ya no ae celebrará, porque la ha prohibido el gobernador ó prefecto, inspirándose en la opinión del comité consultivo de Higiene publica de Francia, el cual cree que la reunión de numerosos niños (se hablaba de 3.000) sin vigilancia médica po'dia tener sus inconvenientes b»jo el punto de vista de las enfermedades contagiosas. £sta disposición habrá llevado el desconsuelo á muchas mujeres, que 80 disponían á exhibir el más legítimo y noble orgullo que puede tener ana hija de Bva, el orgullo maternal.

INOCUIDAD DBt. BACILO coLEsaiaiNO.—EI Gobierao de las Indias ha enviado á Bombay una oomialoo atédica para bacer nuevos estudios sobre «I cólera. Uno de loa laleiabro* de «at» Dojulaion, el Dr. Kieín»

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HBVISTA HAltNKMANNIANA

adversario conocido de las teorías de £ocb, ba hecho sobre si mismo un experimento para demostrar lo falso de estas teorías. Ha tragado una cierta cantidad de bacilos, y diez días después todavía no se resentía de nada.

DESINPBCTAKTB,—Leemos en la Mmísta áe Cmmmimim üliU$: «•Un desin/ectanU que $e antmcia contra el celera.—M precio de ocho pesetas nada menos, se anuncia un desinfectante que hemos tenido la curiosidad de averiguar lo que es, y bem(»i quedado sorprendidos al ver que constí^ de dos frascos, uno con cloruro de cal y otro con una solución de &cido oxálico con esencia de salvia. oEn fin, esto se vende como un invento ó secreto al precio de ocho pesetas. »A.quí quien queda peor parada es la Facultad de Medicina de Madrid y el cuerpo Médico-Farmacéutico del Hospital militar, que certifican, sin decir lo que es, de la asombrosa acción del novísimo y extraordinario desinfectante.» •Por eso estuvieron tan cortos en el informe que sobre este desinfectante emitieron nuestros ilustrados compafiercs destinados en el Hospital de San Cit\os.-~(BoUtin de Medicind Natal.)»

MADRID, 18B4.—Imprenta de á.lffedo Alonso, Soica'^o, 8

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