Origen, uso y decadencia

UNIVERSITAT DE VALÈNCIA FACULTAT DE FILOLOGIA, TRADUCCIÓ I COMUNICACIÓ TRABAJO FINAL DE GRADO DE ESTUDIOS HISPÁNICOS: LENGUA ESPAÑOLA Y SUS LITERATURA

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UNIVERSITAT DE VALÈNCIA FACULTAT DE FILOLOGIA, TRADUCCIÓ I COMUNICACIÓ TRABAJO FINAL DE GRADO DE ESTUDIOS HISPÁNICOS: LENGUA ESPAÑOLA Y SUS LITERATURAS

El FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL Origen, uso y decadencia

Presentado por Alba Molina Genovés Dirigido por Prof. Fco. Javier Satorre Grau Curs: 2014-2015

Valencia, 2015

DECLARACIÓN JURADA

Yo, Alba Molina Genovés, con DNI 53876315B, declaro que he sido la única persona que ha realizado el presente trabajo íntegramente y que ninguno de los materiales que se adjuntan ha sido escrito o elaborado por otra persona, excepto las citas o el material identificado como perteneciente a otro.

Hago esta declaración jurada sabiendo y comprendiendo que, de comprobarse su falsedad, la calificación será negativa.

Fdo. Alba Molina Genovés En Valencia, 27 de Mayo de 2014

V.º B.º del tutor/a

PRESENTACIÓN

El presente trabajo ha sido elaborado con el propósito de ofrecer una recopilación de gran parte de las opiniones, tesis y valoraciones habidas hasta la fecha sobre la creación, usos y progresivo declive del futuro de subjuntivo español. El trabajo pretende ser accesible a todos los públicos, sobre todo a aquellos estudiantes de Filología Hispánica -ahora conocida como Estudios Hispánicos- que comienzan sus estudios de Fonética y Fonología, Diacronía o Gramática histórica del español; materias que a mi parecer deberían ser estudiadas simultáneamente por la aportación sin igual que conjuntamente los estudios fonético-fonológicos, diacrónicos y gramático-históricos aportan. Así pues, siendo este un Trabajo Final de Grado en Estudios Hispánicos, se ha procedido a la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos durante cuatro cursos académicos de formación filológica; siendo las materias de Historia de la Lengua Española las de mayor relevancia para este trabajo. Por lo que al contenido se refiere, puesto que la mayoría de las obras consultadas se dedican, bien a la investigación del origen y formación del futuro de subjuntivo a través de análisis de corpus y obras literarias1, bien a la investigación de su decadencia, se pretende aquí ofrecer una recopilación grosso modo de las tesis defendidas tanto en cuanto al origen como a la decadencia del futuro de subjuntivo. Asimismo, se ha llevado a cabo un análisis comparativo de tres obras literarias pertenecientes a los siglos

XVI, XVII

y principios del

XIX

-siglos donde la disminución del

uso del futuro de subjuntivo va in crescendo- consultando a posteriori en el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) algunas de las formas verbales con mayor presencia en dichas obras.

1 Obras imprescindibles a este respecto son las pertenecientes a filólogos tales como: Diez (1858), MeyerLübke (1894), Blase (1898), Mohl (1899), o Menéndez Pidal (1940).

2

ALBA MOLINA GENOVÉS EL FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL: ORIGEN, USO Y DECADENCIA

2

ÍNDICE

1.

INTRODUCCIÓN

1.1. Estado de la cuestión………………………………………………

3

1.2. Objetivos y diseño del trabajo……………….…………………… 7 1.3. Metodología ……………….………………………………………. 9 2.

ORIGEN, USOS Y SUSTITUCIONES

3.

2.1. Del latín al romance……………………………………………….

10

2.2. Lengua hablada/lengua escrita…………………………………..

18

2.3. Distribución complementaria del futuro de subjuntivo ………

21

DECADENCIA

3.1. Pérdida de un tiempo marcado …………………………………… 28 3.2. Visión comparativa: siglos XVI, XVII y XIX……………………….. 32 3.2.1.

Cuadro comparativo: ……………………………………… 33 El diálogo de la lengua El médico de su honra El sí de las niñas

3.2.2.

Corpus Diacrónico del Español (CORDE) ……………… 34

3.2.3.

Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) ……... 35

4.

CONCLUSIONES…………………………………………………..

36

5.

BIBLIOGRAFÍA…………………..………………………………..

38

3

ALBA MOLINA GENOVÉS EL FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL: ORIGEN, USO Y DECADENCIA

1. 1.1.

3

INTRODUCCIÓN

Estado de la cuestión

Muchas son las obras filológicas dedicadas ya sea a la investigación del origen del futuro de subjuntivo, ya a su decadencia, si bien todavía no se puede hablar -y se espera nunca llegue tal momento- de una muerte lingüística del futuro de subjuntivo español. Las obras más recientes se dedican sobre todo a la investigación de su decadencia por tener vigencia en nuestros días y, en opinión de Álvarez Rodríguez, por creer resuelta la cuestión de su origen ante la vasta bibliografía disponible (Álvarez, 2001: 13). En efecto, estudiosos de la lengua española dedicaron gran parte de sus investigaciones al origen del futuro de subjuntivo; de dichos estudios han sido tradicionalmente extraídas las cuatro tesis propuestas que pretenden explicar el origen del futuro de subjuntivo, las cuales se presentan a continuación: Por un lado, la primera tesis según la cual el origen del futuro de subjuntivo español se hallaría en el futurum exactum -en el futuro perfecto de indicativo latino

AMAUERO-

fue la

defendida por Diez, Meyer-Lübke, Menéndez Pidal, Hanssen, Lenz, Bassols de Climent y Lapesa -quien cambiaría más tarde su opinión a favor de la tesis fusionista-. La tesis se basaba principalmente en argumentos fonéticos y semánticos. Por otro lado, en contraposición con la apología del futurum exactum como precedente histórico del futuro de subjuntivo español, está aquella según la cual este tendría su origen en el pretérito perfecto de subjuntivo latino

AMAUERIM.

Sin embargo, esta hipótesis nunca

ha gozado de demasiados adeptos, siendo Mohl prácticamente su único defensor y seguidor. La pugna entre el futuro perfecto de indicativo y el pretérito perfecto de subjuntivo latinos se debe principalmente a sus similitudes morfológicas -AMAUERO y

AMAUERIM

respectivamente–, pues en la lengua clásica tan solo se diferenciaban en la forma morfológica primipersonal, siendo las desinencias para el resto de personas idénticas. Frente a estas teorías separatistas, hay quienes sostuvieron y sostienen que el origen del futuro de subjuntivo se encontraría en la fusión fónica y semántica del futurum exactum y del pretérito perfecto de subjuntivo latino. Esta tesis fue defendida y ampliamente respaldada por latinistas, romanistas e hispanistas a lo largo del siglo

XX

y goza todavía de

4

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4

gran prestigio. Fue Blase2 quien expuso esta conciliadora tesis, conciliadora por su intento de encontrar un origen para el futuro de subjuntivo español que tuviera en consideración las dos tesis más relevantes hasta el momento. No obstante, si bien esta hipótesis fue generalmente aceptada, hubo todavía quienes la rechazaron desde el primer momento u otros, como Lausberg, para quien la tesis, si bien correcta en su planteamiento original, necesitaba de algunas correcciones. Para Lausberg, tanto la terminación –o de la primera persona del futuro perfecto de indicativo latino AMAUERO como la primera persona –IM del pretérito perfecto de subjuntivo latino

AMAUERIM

habrían convivido alternativamente como formas primipersonales del

futuro de subjuntivo romance en sus primeras etapas y hasta aproximadamente el castellano medieval. Tal alternancia explicaría la presencia de formas medievales cuya variante AMARO

coexistía al lado de la mayoritaria y actual forma

AMARE,

reflejos del futurum

exactum y del pretérito perfecto de subjuntivo latino respectivamente. En cambio, para Blase tan solo en la desinencia –o del futurum exactum se encontraría la que luego sería primera persona del futuro de subjuntivo romance; excluyendo así la desinencia –IM. En lo que no parecen estar en desacuerdo Blase y Lausberg es en la fusión morfológica del futurum exactum y del pretérito perfecto de subjuntivo latino para la formación de las desinencias verbales del resto de personas del futuro de subjuntivo romance. Por si fuera poco, todavía hubo quienes sugirieron la intervención del pretérito imperfecto de subjuntivo latino, en su forma originaria

AMAREM3,

junto con el futurum

exactum AMARO y el pretérito perfecto de subjuntivo AMARIM, en la formación del futuro de subjuntivo romance. Lingüistas como Wright (1931), Lloyd (1993), Marcos Marín (1982) o Andres-Suárez (1994) fueron quienes defendieron esta participación del imperfecto de subjuntivo basándose en una posible convergencia de los temas de presente y perfecto una vez producida la síncopa en los temas de perfecto

AMA(VE)RIM, AMA(VE)RO4.

No obstante,

en contra de esta supuesta participación del pretérito imperfecto de subjuntivo

AMAREM,

Álvarez señala que: «en los verbos irregulares (hubiere, dijere, supiere…) se ve claramente que el futuro de subjuntivo romance deriva del tema de perfecto, y no del tema de presente, al que pertenece el imperfecto de subjuntivo latino» (2001: 22). Así pues, si bien se podría 2 Blasé expuso la tesis fusionista en su artículo «Zur Geschichte der Futura und des Konjunktivs des Perfekts im Lateinischen» traducido por Rosa María Elorza: «De la historia del futuro y del perfecto de subjuntivo en latín» y disponible en: Marcos Marín (1982): Introducción plural a la gramática histórica, Madrid, Cincel, pp. 147-169. 3 AMAREM, forma originaria del pretérito imperfecto de subjuntivo latino, había desaparecido ya en el siglo V y su lugar fue ocupado por la forma del pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo AMAVISSEM. 4 La síncopa de -ve- ante /r/ se produjo tempranamente en latín vulgar.

5

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dar la coincidencia fonética entre

AMARES

5

(segunda persona del singular del imperfecto de

subjuntivo originario) y AMA(VE)RIS (segunda persona del plural del perfecto de subjuntivo), no sería posible entre verbos irregulares, verbigracia, DICERES (segunda persona del singular del imperfecto de subjuntivo) y

DIXERIS

(segunda persona del singular del perfecto de

subjuntivo (Álvarez, 2001: 22). Así pues, en opinión de Álvarez, incluso teniendo en cuenta rasgos modales y semánticos comunes -tales como los matices de irrealidad, posibilidad y eventualidad-, parece innegable, si se tiene en cuenta la divergencia fonética en los verbos irregulares, que el futuro de subjuntivo romance tiene su origen en el tema de perfecto latino; esto excluye, por tanto, al pretérito imperfecto de subjuntivo en el proceso de su formación. De las cuatro teorías expuestas, ni la propuesta por Mohl (1899) a favor del pretérito perfecto de subjuntivo latino como el precedente histórico del futuro de subjuntivo, ni la propuesta en pro de la participación del pretérito imperfecto de subjuntivo latino, cuentan con la aprobación de la mayoría de lingüistas. El debate queda así reducido a la cuestión de si en el origen de nuestro futuro de subjuntivo tan solo intervino un tiempo verbal, el futuro perfecto de indicativo latino, o si por el contrario este confluyó con el pretérito perfecto de subjuntivo en su formación. Pareciera ser que la opinión común es aquella según la cual tanto el futurum exactum como el pretérito perfecto de subjuntivo latino habrían intervenido en la formación del futuro de subjuntivo romance. No obstante, obras más recientes como la ya mencionada de Álvarez junto con la revalorización de la tesis del futurum exactum consagrada en obras de prestigiosos historiadores de la lengua como Menéndez Pidal5, demuestran que no está todavía dicha la última palabra en lo que al origen del futuro de subjuntivo se refiere. En cuanto a la decadencia del futuro de subjuntivo, parece haber aquí mayor consenso habida cuenta de lo superfluo de la existencia de este tiempo ya desde sus orígenes romances. El futuro de subjuntivo español siempre ha estado en distribución complementaria con otros tiempos capaces de sustituirlo cualquiera que fuera el tipo de construcciones. El futuro de subjuntivo habría venido a ser ya desde sus orígenes un tiempo marcado en tanto que podía ser sustituido por un número considerable de tiempos verbales, pero estas sustituciones no eran viables a la inversa. No podría haber aparecido

5

La obra lapesiana a partir de 1981 sostiene la validez de la teoría fusionista, contrariamente a la tesis defendida por su maestro Menéndez Pidal y a lo expuesto por él mismo en sus obras anteriores (Lapesa, 1985: 3.2).

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así en construcciones cuyo dominio era exclusivo de otros tiempos verbales, careciendo este de dominios exclusivos6. Sin embargo, pese a la alta frecuencia de tales sustituciones, el futuro de subjuntivo ha sido portador de matices exclusivos de incertidumbre e improbabilidad no presentes en ninguno de los tiempos verbales operativamente capaces de sustituirlo. Estos matices exclusivos del futuro de subjuntivo muestran la riqueza expresiva del paradigma verbal español y habría de ser prueba suficiente de la necesidad de conservar un tiempo verbal como el futuro de subjuntivo, tan rico en matices. Así pues, la disminución en el uso del futuro de subjuntivo parece deberse principalmente a razones de economía lingüística, siendo generalmente aceptada la primera mitad del siglo

XVI

como el comienzo de tal declive7. Habiendo tiempos verbales mucho

más operativos y capaces de sustituirlo en todas sus construcciones, la debilidad estructural del futuro de subjuntivo en el sistema se acrecienta y viene a ser todavía más redundante y superflua su existencia dentro del paradigma verbal que, recordemos, tiende siempre a la reducción. Sea como fuere, el uso del futuro de subjuntivo sigue siendo académicamente correcto según lo dicta la Real Academia Española; no obstante, es opinión compartida por muchos la ya defendida por Alarcos (1971:61) según la cual el futuro de subjuntivo habría «desaparecido prácticamente de la lengua moderna» Igualmente, el futuro de subjuntivo también queda excluido de la conjugación castellana en la GDLE: (1999: § 44.5.1) «La forma verbal cantare (junto con su compuesta hubiere cantado), no puede considerarse, en líneas generales y con alguna excepción geográfica, integrante de la conjugación española actual. El llamado ‘futuro de subjuntivo’ es un arcaísmo gramatical que hoy día apenas si aparece residualmente en el lenguaje jurídico, en alguna construcción fija tipo sea lo que fuere o en estilos deliberadamente solemnes o arcaizantes».

Por otro lado, su comportamiento sintáctico tampoco está exento de controversias. Algunos estudiosos dicen no tener completa certeza de que en español antiguo el futuro de subjuntivo no pudiera aparecer en cláusulas no subordinadas -de hecho ahora su aparición se limita a cláusulas subordinadas-. Hubo lingüistas que rechazaron la aparición del futuro de subjuntivo en cláusulas no subordinadas como Keniston (1937), para quien tan solo podía aparecer en cláusulas subordinadas de condición, manera, lugar, relativa o tiempo, o Sastre Ruano (1997: 39), quien limita las subordinadas tan solo a las de relativo, temporales y condicionales. No obstante, hubo también quienes, habida cuenta de la Cf. § 2.3. «Distribución complementaria del futuro de subjuntivo». No obstante, hay un número considerable de estudiosos, cuyo mayor representante sería Morreale (1980), que consideran que el comienzo de la decadencia del futuro de subjuntivo no data del siglo XVI. 6 7

6

7

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7

libertad con la que los escritores utilizaban el futuro de subjuntivo -tal y como se recoge en un cuadro que analiza los usos de cantare en el siglo

XIII

en López Rivera (1994: 110) -,

defendieron que el futuro de subjuntivo no tenía su aparición restringida a las cláusulas subordinadas. A este respecto, Spaulding (1943: 172) advierte que los escritores no eran generalmente partidarios de seguir las normas de uso del futuro de subjuntivo y que el subjuntivo y el indicativo eran en muchos casos intercambiables. En opinión de Solomon, ya en español antiguo: «parece que este tiempo superfluo tenía su función más grande como recurso retórico» (2007: 416). Asimismo, aceptada la utilización del futuro de subjuntivo por razones principalmente pragmáticas -quedando a disposición de las necesidades expresivas de los escritores-, tiene mucho peso la idea de que el futuro de subjuntivo ha sido siempre un tiempo perteneciente a la lengua escrita y que, así como nunca fue generalmente un tiempo verbal propicio a aparecer en discursos orales -al menos no en discursos orales de registro espontáneo-, tampoco es un tiempo verbal utilizado por la gran mayoría de hablantes de español actual. Así pues, hay quienes argumentan que el hecho de que el futuro de subjuntivo esté todavía vigente en gran cantidad de textos legales se debe principalmente al arcaísmo de estos, ya que, ya en lengua romance, se empleó el futuro de subjuntivo para traducir muchos de los tiempos latinos presentes en documentos legales (sobre todo para traducir el futuro perfecto de indicativo latino); esto explicaría la pervivencia del futuro de subjuntivo en textos legales contemporáneos8.

1.2.

Objetivos y diseño del trabajo

Los objetivos principales del trabajo son los siguientes:

1.2.1.

Cuestionar la necesidad de la creación del futuro de subjuntivo romance

teniendo en cuenta que:  El proto-indoeuropeo no tenía ni siquiera un tiempo del futuro de indicativo, utilizando el modo subjuntivo para expresar futuro por la virtualidad y consiguiente futuridad que el subjuntivo aportaba (Sastre Ruano, 1997: 39).

8

Cf. § 2.1.2. «Lengua hablada/escrita», p. 24.

8

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 En indo-europeo la posibilidad de expresar futuro en el paradigma subjuntivo se lograba tanto con el modo subjuntivo en sí mismo como con el optativo -perteneciente igualmente al paradigma subjuntivo-9. La diferencia fundamental entre ambos, la expresión de un futuro inmediato y seguro con el subjuntivo o la expresión de un futuro remoto y por tanto menos seguro con el optativo, podría haber sugerido la necesidad de un futuro de subjuntivo independiente.  Por último, el latín hubiera expresado originariamente el futuro a través del presente o perfecto de subjuntivo, argumento expuesto en el modelo protoindoeuropeo de Hahn (1953: 148). Sería posteriormente cuando un futuro perfecto de indicativo aparecería en el paradigma verbal con el propósito de expresar un futuro con certidumbre, alejado de la incertidumbre del subjuntivo, que, en cierto modo, es intrínseca al futuro. 1.2.2.

Analizar comparativamente la presencia del futuro de subjuntivo romance

en algunos de los paradigmas verbales más representativos de la historia de la lengua española -Nebrija, Villalón, Miranda, Correas y Bello- con el fin de mostrar las consideraciones que de este tiempo se han tenido a lo largo de la historia lingüística del español. 1.2.3.

Exponer las cuatro tesis propuestas para la explicación del origen del futuro

de subjuntivo, apostando por el futurum exactum10 como único precedente histórico del futuro de subjuntivo romance. Para este propósito, la lectura y revalorización de la obra de Menéndez Pidal serán esenciales. Asimismo, pese a que la tesis fusionista goza todavía de gran prestigio, siguiendo a Álvarez, se expondrá cómo Blase -fundador de la tesis fusionista- no demostró documentalmente que el futuro de subjuntivo romance se hallara en la fusión del futuro exactum y del perfecto de subjuntivo latinos (Álvarez, 2001: 24). A este respecto, será imprescindible la consideración de la desinencia –o procedente de la primera persona del futuro perfecto de indicativo latino

AMAUERO

como

etimológica, siendo la desinencia primipersonal –e analógica por influencia de las otras personas y no como evolución de la desinencia –IM del pretérito perfecto de subjuntivo latino como Lausberg propuso (Álvarez, 2001: 80). 1.2.4. Demostrar la variación en el uso del futuro de subjuntivo en la lengua escrita y en la lengua oral. 9

Remitimos aquí a Hahn (1953: 139). Así pues, este trabajo considera la teoría primeramente postulada por Diez (1858) la correcta.

10

9

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9

1.2.5. Exponer las sustituciones más comunes del futuro de subjuntivo, cuya frecuencia variará según el tipo de construcciones. Dichas muestras serán extraídas principalmente de las tres obras analizadas en este trabajo -El diálogo de la lengua, El médico de su honra y El sí de las niñas- así como de diferentes obras teóricas. 1.2.6. Consultar en el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) los términos más comunes presentes en las tres obras analizadas con el fin de dar muestra no solo de su evidente descenso con el transcurrir de los años, sino también de la relevancia de las áreas temáticas y países como variables en el uso del futuro de subjuntivo. 1.2.7. Analizar el uso actual que del futuro de subjuntivo se hace, consultando el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) y teniendo en cuenta aquellas zonas regionales en las que este tiene un uso mayor, ya sea por mayor presencia de arcaísmos, ya por influencia del portugués en zonas cercanas a la frontera hispanoportuguesa -el portugués mantiene un uso relativamente estable del futuro de subjuntivo-. 1.2.8. Demostrar la necesidad de hacer uso del futuro de subjuntivo español en pro de la riqueza expresiva y sobre todo cuando se desea incluir matices de incertidumbre e improbabilidad. 1.2.9. Exponer de un modo claro y preciso las conclusiones derivadas del presente estudio.

1.3.

Metodología

Se ha procedido en primer lugar a la revisión del paradigma verbal latino para trazar la continuación histórica que de este se tuvo, dando así lugar a nuestro primitivo paradigma romance. Seguidamente, se da muestra de cómo se dio la evolución fonética siguiendo la tesis de Diez (1858) a favor del futurum exactum como precedente histórico del futuro de subjuntivo romance. No obstante, también se ha hecho referencia a la evolución fonética sugerida por las otras tres restantes teorías. Asimismo, se ha llevado a cabo una recopilación de los valores y usos más comunes del futuro de subjuntivo así como de las opiniones en cuanto a su aparición se refiere, valorando incluso la posibilidad de que su aparición se diera también en cláusulas no subordinadas por el uso arbitrario que del futuro de subjuntivo romance se hizo en español

10

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10

antiguo. Dicha tarea ha sido realizada mediante la consulta de corpus y obras teóricas que recogen datos relevantes para el propósito del trabajo. Se da muestra así de la debilidad estructural que siempre ha sufrido el futuro de subjuntivo. Quizás la originalidad del trabajo esté en llevar a cabo una lectura de tres obras literarias representativas de los siglos

XVI, XVII

y principios del

XIX

-El diálogo de la

lengua, El médico de su honra y El sí de las niñas- con el fin de aportar más ejemplos y de realizar una investigación de la disminución en el uso del futuro de subjuntivo a menor escala. Así pues, los términos consultados en el CORDE han sido extraídos exclusivamente de dichas obras. En cuanto a la elección de las obras analizadas se refiere, se han tenido en cuenta dos criterios: En primer lugar debían ser obras representativas de los siglos

XVI, XVII

y XVIII ya que,

pese a la opinión de aquellos que defienden que el futuro de subjuntivo nunca ha gozado de un gran uso, el futuro de subjuntivo fue utilizado de un modo relativamente estable durante la Edad Media y fue a partir del siglo

XVI

cuando comenzó su progresiva

disminución de uso; de ahí la relevancia del análisis comparativo de estas tres obras. En segundo lugar, las obras habían de ser obras mayoritariamente dialogadas con el fin de analizar un habla más cercana a la lengua oral. Así pues, a pesar de la retórica inherente a las tres obras, se espera encontrar una lengua lo más cercana posible a la lengua hablada en los siglos

XVI, XVII

y

XVIII

a pesar de que esta pudiera ser principalmente

representación de las esferas más altas de la sociedad. Por último, con el fin de dar muestra del escaso uso que del futuro de subjuntivo se hace hoy en día, se ha consultado el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) de nuevo con los términos extraídos de El diálogo de la lengua, El médico de su honra y El sí de las niñas.

2. 2.1.

ORIGEN, USOS Y SUSTITUCIONES Del latín al romance

El origen del futuro de subjuntivo se sitúa aproximadamente alrededor del siglo

V

o

VI

d. C., paralelo a la aparición del español romance como lengua autónoma del latín (Solomon, 2007: 411). Así pues, el futuro simple de subjuntivo español amare es una

11

ALBA MOLINA GENOVÉS EL FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL: ORIGEN, USO Y DECADENCIA

11

creación romance derivada del reajuste del sistema verbal latino y cuya forma compuesta, el futuro perfecto de subjuntivo hubiere amado, se crearía analógicamente en castellano medieval a partir de la perífrasis

HABUERIM, HABUERO

+

AMATUM.

Esta utilización de

perífrasis construidas con el verbo haber como auxiliar no es en absoluto un hecho aislado; siempre ha sido una tendencia en español y se utilizó muy tempranamente para la creación de las formas simples castellanas de futuro (amar + he) y condicionales (amar + (hab) ía) (Echenique y Martínez: 186). Así pues, sería de nuevo una perífrasis con el auxiliar haber la utilizada para la formación de los tiempos compuestos, donde en un estadio inicial, en construcciones del tipo ouieron enviadas, el verbo haber «mantenía en castellano medieval su carácter transitivo y se utilizaba para expresar la posesión junto a tener» (Echenique y Martínez, 2013: 187)11. Así pues, esta proclividad al uso de perífrasis en detrimento de las formas sintéticas sigue presente en el español actual donde es muy frecuente la sustitución de las formas sintéticas de futuro (amaré) por perífrasis con ir o querer como voy a ir. A continuación se expondrá cómo tuvo lugar la formación del futuro de subjuntivo romance y en qué condiciones se produjo su adición al paradigma verbal romance; asimismo, se realizará un análisis comparativo de los paradigmas verbales latino y romance. No obstante, antes de analizar el proceso de evolución histórica que sufrió el latín, sería conveniente tener en cuenta algunas consideraciones acerca del indoeuropeo y del protoindoeuropeo. La reconstrucción lingüística del protoindoeuropeo señala la existencia de un paradigma verbal carente de un tiempo específico para el futuro de indicativo. En la morfología protoindoeuropea la necesidad de expresar situaciones de futuro quedaba cubierta con la utilización del subjuntivo (Humez, 1976: 80). La lógica subyacente en esta utilización del subjuntivo para la expresión de futuridad es la siguiente: puesto que todo lo que pertenece al futuro está todavía por venir, ha de ser considerado hipotético e incierto, matices estos prototípicos del subjuntivo que es así capaz de expresar, per se, valores de futuridad12.

11

Ya el latín comenzó a hacer uso de formas analíticas en detrimento de formas sintéticas con la forma cuyo doble valor, por un lado el de anterioridad al presente y, por el otro, su valor de pasado en la narración, hizo necesaria una distinción entre ambos valores. Así pues, para la expresión de anterioridad al presente se utilizó la perífrasis latina HABEO AMATUM donde el participio pasado AMATUM funcionaba como predicativo del complemento directo: tengo escrita la carta. Este valor predicativo del participio pasado fusionado con la forma HABERE (gramaticalizada muy tardíamente en el siglo XVII por lo que todavía mantiene aquí su significado de posesión) dio lugar a las formas compuestas romances. 12 En alusión a la futuridad intrínseca al subjuntivo, Sastre Ruano, refiriéndose al pretérito perfecto de subjuntivo y al futuro perfecto de subjuntivo apunta: «por el mero hecho de pertenecer al subjuntivo, son ya virtuales y, por consiguiente, con perspectiva de futuro» (Sastre Ruano, 1997: 39). AMAVI,

12

ALBA MOLINA GENOVÉS EL FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL: ORIGEN, USO Y DECADENCIA

12

Por lo que al indoeuropeo se refiere, la posibilidad de expresar futuro seguía siendo característico del paradigma subjuntivo, el cual estaba formado por un lado por el modo subjuntivo y, por el otro, por el modo optativo (Hahn, 1953: 139). A pesar de que no en pocas ocasiones ambos modos eran intercambiables, el modo subjuntivo se debía utilizar para expresar un futuro cercano y certero, mientras que el optativo expresaba un futuro más remoto e incierto. Sin embargo, se produciría muy pronto una confusión entre los modos subjuntivo y optativo13 que, en opinión de Solomon (2007: 408) habría contribuido «a la idea de la necesidad de un futuro de subjuntivo autónomo». En opinión de Hahn, el subjuntivo indoeuropeo habría dotado al latín de tiempos del futuro cercano y certero mientras que el optativo indoeuropeo habría proporcionado al latín los subjuntivos con los que se expresaría un futuro incierto y remoto (Hahn, 1953: 147).14 En definitiva, con el propósito de poner fin a la confusión causada ante tal multiplicidad de formas para expresar futuridad, se habría producido la formación de un futuro simple de indicativo en las lenguas derivadas del protoindoeuropeo. En un primer momento, el latín, tal y como señala Hahn en su modelo protoindoeuropeo, habría utilizado el presente o perfecto del subjuntivo para expresar futuro (Hahn, 1953: 148), creando más tarde futuros de indicativo latinos portadores de matices de certidumbre. En efecto, uno de los futuros de indicativo creados fue el futuro perfecto

AMAVERO

en el cual se pueden ver las raíces del

futuro indicativo español amaré (Wright, 1931: 107), así como, siguiendo la propuesta de Díez (1858), del futuro de subjuntivo español amare. Por último, en español romance esta relación dialéctica entre futuros se resolvería de la siguiente manera: el futuro de indicativo expresaría futuros certeros y cercanos, mientras que el de subjuntivo tendría matices de incertidumbre e improbabilidad. Tal y como señala Penny (2002:215), la creación del futuro de subjuntivo era necesaria ya que seguían dándose los problemas del latín clásico y sobre todo del latín vulgar de la península ibérica para expresarse en futuro. Igualmente, Wright hace hincapié en que la confusión entre los tiempos y entre los modos de indicativo y subjuntivo para expresar futuro contribuiría a la creación del futuro de subjuntivo romance (Wright, 1931: 107).

13

La confusión entre el modo subjuntivo y el optativo se produjo también en español antiguo, dando lugar a la supresión del modo optativo como se expondrá a continuación. 14 Algunas lenguas procedentes del indoeuropeo seguirían utilizando el subjuntivo para expresar futuridad mientras que otras crearían un tiempo específico de futuro de indicativo, lo que explicaría la similitud entre la morfología de los subjuntivos de algunas lenguas y los futuros de indicativo de otras (Humez, 1976: 80).

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ALBA MOLINA GENOVÉS EL FUTURO DE SUBJUNTIVO EN ESPAÑOL: ORIGEN, USO Y DECADENCIA

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Justificada así la necesidad de añadir un nuevo tiempo al paradigma verbal, hecho que contrasta con la fuerte tendencia a la simplificación reguladora de los paradigmas, se expone a continuación la evolución fonética producida del latín al romance que daría lugar a la forma amare. En primer lugar, si tal y como propone Diez (1858), el futuro perfecto de indicativo latino es el precedente histórico del futuro de subjuntivo español, la evolución fonética desde la forma AMAVERO se habría producido de la siguiente manera: La desaparición de -ve- ante /r/ se produciría tempranamente en latín vulgar, por lo que no solo la formas del futuro perfecto de indicativo

AMA(VE)RO

>

AMARO

afectadas, sino también las del pretérito pluscuamperfecto de indicativo AMARAM,

el pretérito perfecto de subjuntivo

del plural del pretérito perfecto de indicativo

AMA(VE)RIM

>

AMA(VE)RUNT

AMARIM

>

se verían

AMA(VE)RAM

>

y la tercera persona

AMARUNT.

En consecuencia,

el tema en –o del futuro de subjuntivo romance amaro, tan presente en documentos medievales, sería el etimológico, desinencia procedente de la evolución de la forma primipersonal del futuro perfecto de indicativo latino

AMAVERO.

Uno de los argumentos

esgrimidos con más contundencia para probar este valor etimológico de la desinencia –o es aquel que apela a la alta presencia de formas de tema en -o amaro sobre todo en los documentos del siglo del

XIII

XII

y, en menor medida, en los documentos de las primeras décadas

(Álvarez, 2001: 81). Así pues, formas con desinencia –o del tipo: «Quando yo

yxiero de la cibdat, espandiré mis manos e luego se aquedarán los truenos e el pedrisco» (Fazienda de Ultramar, fol. 14 v., ápud Álvarez 2001: 78), se documentan junto con las formas de tema en –e frecuentemente hasta el siglo

XIII

y, en menor medida, hasta el

XIV

como formas arcaizantes en textos notariales (Herrero 2005: 940).15 Por consiguiente, para la gran mayoría de los partidarios de la tesis de Diez (1858), las formas en –e no serían portadoras de la desinencia –e derivada de la evolución fonética del pretérito perfecto de subjuntivo latino

AMA(VE)RIM16

-tal y como los defensores de las tesis

fusionistas y de la de Mohl (1899) querrían- , sino que entenderían las formas en –e como creaciones analógicas por influjo de las otras personas del futuro perfecto de indicativo latino, todas ellas de tema en –e: AMA(VE)RIMUS

> amáremos,

AMA(VE)RIS

AMA(VE)RITIS

> amares,

> amareis,

AMA(VE)RIT

AMA(VE)RINT

> amare,

> amaren. La

Herrero coincide aquí con Álvarez que señala que si las formas de tema en –o aparecen en los siglos y XV es muy de vez en cuando y solo en documentos notariales característicos por su arcaísmo (Álvarez, 2001: 81). 16 Lausberg (1962) es uno de los filólogos que con más fuerza ha defendido la idea de que las formas en -e derivan del perfecto de subjuntivo AMAVERIM dentro de su propuesta fusionista para la formación de amare. 15

XIV

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coexistencia de las formas en –e y –o se dio muy temprano, aproximadamente en el siglo XII; sin embargo, fue sobre todo en el último cuarto del siglo

XIII

cuando las formas de

creación analógica en –e (amare) habrían comenzado a sustituir a las formas originarias en –o (amaro) de un modo generalizado17. A propósito del proceso de sustitución de las formas con –o por las formas de tema en -e, La Real Academia Española señala que podría haber influido «la concurrencia de la 1. ª y la 3.ª personas en los pretéritos imperfectos de subjuntivo y del indicativo, así como en el presente de subjuntivo»; no obstante, recuerda «que es esta una cuestión muy debatida entre los especialistas (…) que han presentado varias hipótesis en otras direcciones» (NGLE 2009: 24.3a p. 1811). En la misma línea, Álvarez (2001: 82) señala que las formas del pretérito imperfecto de subjuntivo (AMA(VI)SSEM > amasse18) también podrían haber influido en la creación analógica del tema en –e del futuro de subjuntivo ya que comparten el mismo tema verbal y existe una similitud entre los valores de eventualidad y posibilidad de ambos tiempos. Álvarez hace hincapié en que siempre se han producido interferencias entre los dos tiempos y señala que el influjo analógico fue bilateral; el futuro perfecto de indicativo también parece haber influido en la creación de formas analógicas del imperfecto de subjuntivo, tal y como se documenta en textos medievales donde aparecen ocasionalmente formas primipersonales en -o como quisiesso, oviesso o diesso (ibídem). En síntesis, siguiendo a Álvarez (2001), el paradigma morfológico romance habría sido modificado por esta tendencia a lo analítico, creándose por analogía las formas medievales de tema en –e, muestra esta, en opinión de Álvarez, de que el origen del futuro de subjuntivo romance se halla en el futuro perfecto de indicativo latino. En cuanto al resto de tesis propuestas, la de Mohl, según la cual el perfecto de subjuntivo latino sería la única base latina del futuro de subjuntivo romance, no goza de gran apoyo entre los lingüistas quizá por la gran carencia que supone el no considerar las formas medievales en –o. La evolución fonética del pretérito perfecto de subjuntivo latino (AMA(VE)RIM >

AMARIM

> amare) explicaría la forma primipersonal del futuro de

subjuntivo romance amare, pero su actuación en solitario en la creación del futuro de Álvarez señala que ya en el siglo XII se encuentran muestras de la sustitución de las formas en –o por las formas en –e apocopadas (por ejemplo en los documentos notariales editados por Menéndez Pidal) y que en la Fazienda de ultra mar del primer tercio del siglo XIII hay un empate de formas en –o y –e (Álvarez, 2001: 83). 18 AMAREM, forma originaria del pretérito imperfecto de subjuntivo latino, había desaparecido ya en el siglo V y su lugar fue ocupado por la forma del pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo AMAVISSEM. 17

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subjuntivo romance no podría explicar la presencia de las formas medievales con tema en -o (amaro). Así, Mohl parece basarse únicamente en la equiparación fonética entre las formas del perfecto de subjuntivo latino (AMA(VE)RIM, -IS,-IT, -IMUS, -ITIS, -INT) y el futuro de subjuntivo del español clásico y romance (Álvarez, 2001: 20), ignorando las formas de tema en –o. Por otro lado, la tesis fusionista goza actualmente de una gran credibilidad y prestigio 19, pero si se aceptara el origen analógico de la desinencia –e, gran parte de los argumentos esgrimidos a favor de la tesis fusionista se verían debilitados, e incluso descartados, en pro de la teoría del futuro perfecto de indicativo latino. En opinión de Álvarez (2001:85), la tesis fusionista «se sustenta en asertos metodológicamente incorrectos y en textos depurados» ya que Blase, creador de la tesis fusionista, se limitó a señalar, según Álvarez, que el origen de la forma primipersonal del futuro de subjuntivo romance amare se hallaba en la primera persona del futuro perfecto de indicativo deliberadamente a forma –IM del perfecto de subjuntivo

AMA(VE)RO,

AMA(VE)RIM,

excluyendo

sin explicación

alguna. De acuerdo con Álvarez, puesto que la tesis de Blase era una tesis fusionista, dicha exclusión demuestra cierta arbitrariedad

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ya que la forma primipersonal amare no sería

para Blase, al contrario del resto de formas personales del futuro de subjuntivo, origen de la fusión entre el perfecto de subjuntivo y el futuro perfecto de indicativo, sino que en este caso tan solo habría intervenido, según Blase, el futurum perfectum. Por último, la tesis de la triple fusión (futuro perfecto de indicativo, pretérito perfecto de subjuntivo y pretérito imperfecto de subjuntivo) no tiene en cuenta la diferencia entre los temas verbales de perfecto del futurum exactum y del perfecto de subjuntivo por un lado, y del imperfecto del pretérito imperfecto de subjuntivo, por otro (Álvarez, 2001: 85). Esta teoría se basa sobre todo en la equiparación de formas con la evolución fonética

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y en la

coincidencia de los matices de irrealidad, posibilidad y eventualidad. De igual manera, así como son varias las teorías postuladas para la explicación del origen del futuro de subjuntivo, son también diversas las consideraciones que de este se ha tenido en las diferentes gramáticas de español. González (2006) resume en su artículo 19 No obstante, hay que recordar que la RAE no se pronuncia a favor de ninguna tesis en particular, no pudiendo ser ninguna de las tesis irrevocablemente descartada (NGLE 2009: 24.3a p. 1811). 20 La contribución de Lausberg (1962: 827), quien defiende el origen fusionista para todas las formas personales del futuro de subjuntivo, incluida la forma primipersonal amare, otorga a la tesis fusionista más coherencia (cf. § Estado de la cuestión, p.6). 21 Cf. § Estado de la cuestión, p.7.

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sobre la evolución de los tiempos verbales en el español del siglo de oro los paradigmas verbales de las gramáticas de Antonio de Nebrija (1492), Cristóbal de Villalón (1558), Juan de Miranda (1556) y Gonzalo de Correas (1627). Para el propósito de este trabajo tan solo es necesario prestar atención a las formas del futuro de subjuntivo, tanto en las gramáticas comparadas por González, como en la gramática de Bello (1847), cuyo análisis se añade al de González por aportar datos relevantes sobre la consideración del futuro de subjuntivo. En la primera gramática de la lengua española (Nebrija 1492), el futuro imperfecto de subjuntivo amare aparece como tiempo verbal venidero en el modo subjuntivo; entendiendo por tiempo venidero aquel «por el cual demostramos que alguna cosa se a de hazer» (Nebrija, 1926 [1492]: 150). En cuanto a la forma compuesta, el futuro perfecto de subjuntivo ouiere amado aparece clasificado, también en el modo subjuntivo, como tiempo passado acabado por rodeo22 «por el cual demostramos lo que se hizo i se acabó» (Nebrija, 1926 [1492]: 150)23. Así, tanto el carácter perfectivo de hubiere amado «como el hecho de que marque una acción anterior a otra sobre la noción de futuridad» (González, 2006: 19) habría quedado ya establecido desde Nebrija. Se mantiene en Nebrija la distinción entre el modo subjuntivo «para aiuntar», es decir, para expresar subordinación sintáctica, y el optativo «para dessear», para expresar deseo o hipótesis (Nebrija, 1926 [1492]: 149). En cuanto a la gramática de Villalón, el futuro perfecto de subjuntivo no aparece en el paradigma verbal ya que, siendo esta una gramática destinada a estudiantes no hispanohablantes, «lo prioritario para el aprendiz era distinguir el pasado del presente y del futuro» (González, 2006: 20). Así pues, el paradigma verbal de Villalón está excesivamente simplificado y tan solo se da muestra de amare de nuevo como tiempo que esta por venir; en esta ocasión como perteneciente al modo indicativo (de manera de mostrar), no al subjuntivo. Se mantiene en Villalón la distinción subjuntivo «en la manera de ayuntar» / optativo «en la manera de desear». En Miranda (1556) el futuro perfecto de indicativo huuiere amado se clasifica en el modo subjuntivo como tempo davenire, junto con el futuro imperfecto de subjuntivo amare y el futuro compuesto de indicativo haure amado, no haciéndose diferencia entre el futuro

22

Por rodeo se utiliza como equivalente a por creación analógica. Las formas aia amado y avre amado son igualmente clasificadas como passado por rodeo (Nebrija, 1926 [1492]: 150). 23

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imperfecto amare y el perfecto hubiere amado. Se mantiene aquí tímidamente la diferencia entre el modo subjuntivo y optativo aunque ya se va perdiendo el valor distintivo de estos dos modos24. En el paradigma verbal propuesto por Correas, el futuro simple de subjuntivo amare aparece clasificado como futuro y el compuesto uviere amado como otro futuro de subjuntivo por rodeo; ambos en el modo subjuntivo. Correas ha eliminado ya la vetusta distinción entre el modo subjuntivo y el optativo. A propósito de los matices de imposibilidad y condicionalidad del futuro simple de subjuntivo amare, son estos ya apuntados por Correas, para quien el futuro de subjuntivo simple es «vago i condizional» y el futuro de subjuntivo compuesto es «condicional con preferencia» (Correas 1984 [1627]: 73), por lo que se requiere de una condición previa (González, 2006: 23). Bello (1847) distingue entre los siguientes modos: § 475 (223). «Tenemos, pues, dos modos enteramente distintos: el indicativo y el subjuntivo; pero este último se subdivide en subjuntivo común y subjuntivo hipotético. El subjuntivo común presta sus formas á un cuarto Modo, el optativo, y el optativo tiene una forma particular en que se llama imperativo» (Bello, [1847] 1903: 126).

De esta manera, para Bello las formas propias del subjuntivo hipotético25

son

exclusivamente el futuro de subjuntivo cantare y la forma compuesta hubiere cantado ya que «las otras las toma del subjuntivo común y del indicativo» (Bello, [1847] 1903: 170). Asimismo, Bello señala que el subjuntivo hipotético «es modo peculiar de la conjugación castellana, pues no lo hubo en latín, ni lo hay en ninguno de los dialectos romances» (Bello, [1847] 1903: 124). Además, para Bello cantare es tanto presente como futuro, así como hubiere cantado no es tan solo un ante-futuro, sino también un ante–presente (Bello, [1847] 1903: 170). Bello ofrece sendos ejemplos para demostrar esta dualidad de las formas exclusivas del subjuntivo hipotético: Por un lado, Bello expresa el valor presente de cantare tomando un ejemplo de la obra cervantina: «No sabemos quién sea esa buena señora que decís: mostrádnosla; que si ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremío alguno 24

Para González es prueba evidente de la confusión entre los modos subjuntivo y optativo el hecho de que Miranda divida las formas entre un modo y otro; no las repite en cada uno como hicieron sus predecesores (González, 2006: 21). 25 El futuro de subjuntivo no puede aparecer en oraciones subordinadas regidas por verbos como dudar o desear al contrario del resto de tiempos verbales del modo subjuntivo por lo que Bello lo clasifica en el grupo denominado subjuntivo hipotético (Bello: 1988: 365).

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vieres» (Zuluaga, 1982: 1075) tienen un uso más o menos estable en la lengua hablada y confesaremos la verdad». Sea y fuere designan aquí un mismo tiempo en diversos modos, presentando fuere como una hipótesis la hermosura presente de la señora. Por otro lado, para dar muestra del valor futuro tradicional, Bello toma un ejemplo de Valbuena: «Si el cielo diere fuerzas para tanto, cantaré aquí, y escribiré entre flores de Tirsis y Damón el dulce canto» (Bello, [1847] 1903: 170). En cuanto al futuro compuesto de subjuntivo, este es capaz de expresar tanto tiempo ante-presente: «Si hubiere llegado ya el correo», como ante-futuro: «Si para fines de la semana hubiere llegado el correo» (Bello, [1847] 1903: 171). En resumidas cuentas, las consideraciones acerca del futuro de subjuntivo, a lo largo de la historia lingüística del español, se han caracterizado, en cierta medida, por su heterogeneidad.

2.2.

Lengua hablada/lengua escrita

Frente a la opinión bastante generalizada según la cual el futuro de subjuntivo español ya habría desparecido, o bien estaría próxima su exclusión definitiva del sistema verbal español, Zuluaga (1982) hace hincapié en la necesidad de hacer una distinción explícita en español entre lengua hablada y lengua escrita, pues, en su opinión, el futuro de subjuntivo todavía funciona con cierta funcionalidad en la lengua escrita. Zuluaga (1982) argumenta que si bien la aparición del futuro de subjuntivo se ha reducido en la lengua hablada a unidades fraseológicas con significados idiomáticos y sin ninguna libertad combinatoria, en la lengua escrita el futuro de subjuntivo sigue siendo un elemento operativo del sistema; existen así, para Zuluaga: «diferencias considerables entre los paradigmas funcionales del español hablado y del español escrito» (Zuluaga, 1982: 1071). Siguiendo a Zuluaga (1982), una de las diferencias fundamentales entre el español hablado y el escrito se halla en la inmovilidad y restricción a la que el futuro de subjuntivo está sometido en la lengua hablada por oposición a su todavía libertad de combinación en la lengua escrita (Zuluaga, 1982: 1077). Por un lado, el futuro de subjuntivo aparece en español hablado sobre todo en construcciones del tipo sea como fuere, características por su idiomaticidad e inmovilidad y cuya función más representativa es la de modalización o comentario de una oración (Winreich (1966) en Zuluaga, 1982: 1077). Así pues, construcciones del tipo: «Él nunca la vería más. Costare lo que costare» (Alazraki, Poética y poesía de Neruda. 1965: 104 ápud Zuluaga, 1982: 1075) o «Adonde fueres, haz lo que

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vieres» (Zuluaga, 1982: 1075) tienen un uso más o menos estable en la lengua hablada y son susceptibles de aparecer de igual manera en la lengua escrita. Por otro lado, por lo que a la lengua escrita se refiere, el futuro de subjuntivo es para Zuluaga un elemento libre de la gramática actual del español (Zuluaga, 1982: 1077). De esta manera, el futuro de subjuntivo funciona libremente con el valor opositivo de eventualidad futura en los siguientes ejemplos: «En nombre de la República de México y como Juez del Estado Civil de este lugar, hago saber a los que la presente vieren y certifico que…» (Copia de Acta de Nacimiento, Cuernavaca, 1973 ápud Zuluaga, 1982: 1076); «Cuando al fin del renglón no cupiere un vocablo entero, se escribirá sólo una parte…» (Normas de Ortografía, de la Real Academia Española, Madrid, 1969, p. 34 ápud Zuluaga, 1982: 1076).

No obstante, Zuluaga es consciente de que este uso funcional del futuro de subjuntivo no se da en todos los ámbitos escritos, sino que se halla sobre todo en textos administrativos, normativo-jurídicos y literarios26. Habría que valorar la posibilidad de que el hecho de que el futuro de subjuntivo tenga un uso más generalizado en la lengua escrita, se deba más a la necesidad en el registro escrito de expresar matices de incertidumbre e improbabilidad intrínsecos a lo hipotético, que a diferencias en el sistema gramatical del español hablado y escrito. A este respecto, Zuluaga se postula en contra de la tesis según la cual «el español hablado y escrito se diferencian por la frecuencia de realización de ciertos rasgos morfosintácticos y léxicos», diferencias que «conciernen a la norma pero no al sistema lingüístico» (Berschin, 1979 en Zuluaga, 1982:1071). Para Zuluaga, el hecho de que el futuro de subjuntivo se utilice con mucha más frecuencia en el español escrito se explica por las diferencias existentes entre los paradigmas funcionales del español escrito y hablado; no es para Zuluaga por tanto una cuestión de norma. A nuestro entender, si bien la diferenciación entre español hablado y escrito es oportuna e indispensable para cualquier estudio funcional, las diferencias entre el español hablado y el escrito, de acuerdo con Berschin (1972), obedecen a la norma, no habiendo así, grandes diferencias entre los sistemas gramaticales. Asimismo, consideramos que la relativamente alta frecuencia de uso del futuro de subjuntivo en el lenguaje legal, administrativo y jurídico no se explica tan solo por el arcaísmo de estos, sino también por la necesidad de hacer hincapié en matices hipotéticos de incertidumbre (por ejemplo en la formulación de 26 Lapesa apuntará más tarde que la supervivencia del futuro de subjuntivo es mínima y que «incluso va despareciendo de las formas actuales de los códigos» (2000: 851).

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indicativo al ser utilizado en lengua romance para traducir tiempos latinos en indicativo, leyes). Al mismo tiempo, en la lengua hablada los hablantes de español son generalmente reacios a utilizar el futuro de subjuntivo ya que podría resultar afectado o condescendiente, carente de toda naturalidad; esto agravaría la diferencia entre el español escrito y el hablado en cuanto a la frecuencia de uso del futuro de subjuntivo se refiere. De un modo similar, Solomon también presta especial atención al futuro de subjuntivo en el registro escrito, no obstante, frente al estudio sincrónico de Zuluaga (1982), Solomon realiza un estudio diacrónico para defender la funcionalidad del futuro de subjuntivo en español romance escrito. Para Solomon (2007: 419) «el futuro de subjuntivo siempre ha sido un tiempo escrito y no hablado» pues en su opinión no hay evidencia de que amare fuera comúnmente utilizado en la lengua hablada y lo considera, en cierto grado, un «error de traducción» (Solomon, 2007: 420). En opinión de Solomon, el hecho de que el futuro de subjuntivo se utilizara para traducir lo que formaría parte del paradigma de indicativo latino -por ejemplo en situaciones que requieren el futuro perfecto de indicativo latino (Williams, 1962: 204)

27

, demuestra que «los escritores no estaban seguros de qué quería

decir este nuevo tiempo verbal» (Solomon, 2007: 412). Solomon sugiere que una vez añadido el futuro de subjuntivo al paradigma verbal romance «parece que la decisión de utilizar el futuro de subjuntivo en muchos casos fue arbitraria y enfática»28, siendo los escritores en castellano romance los encargados de decidir cuándo y cómo utilizar el futuro de subjuntivo, atendiendo, sobre todo, a sus necesidades expresivas. Así, el futuro de subjuntivo habría sido un tiempo predominantemente escrito utilizado para traducir tiempos latinos y para cubrir las necesidades expresivas de los escritores. Por tanto, si se considera, tal y como cree Solomon, que el futuro de subjuntivo jamás fue un tiempo utilizado en el registro oral, no sorprende que se haya producido la desaparición de este en el español hablado contemporáneo. Asimismo, Solomon insiste en que la debilidad estructural del futuro de subjuntivo y lo arbitrario de su uso son las causas principales de su desaparición en el registro escrito, donde, a diferencia de lo que sucedió en el registro oral, este sí gozaba de cierta estabilidad. Sea como fuere, para Solomon el futuro de subjuntivo siempre ha sido un tiempo fundamentalmente escrito que adquirió su valor subjuntivo precisamente con su desarrollo escrito ya que en sus inicios formaría parte en cierta medida del paradigma 27

Williams (1962: 204) aporta ejemplos de traducciones desde el futuro perfecto de indicativo latino al futuro de subjuntivo romance extraídos de las Glosas Emilianenses. 28 Solomon analiza una serie de fragmentos literarios romances y alude al análisis llevado a cabo por López Rivera sobre los usos de cantare en el siglo XIII (López Rivera, 1994: 110) con el fin de dar muestra de esta aludida arbitrariedad del uso del futuro de subjuntivo.

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indicativo al ser utilizado en lengua romance para traducir tiempos latinos en indicativo, (Solomon, 2007: 420). En suma, para Solomon el futuro de subjuntivo habría sido utilizado para cubrir las necesidades expresivas de los escritores y, sobre todo, como recurso retórico (Solomon, 2007: 416). En cuanto a su presencia en el español contemporáneo, para Solomon no tendría ya existencia en la lengua hablada y la todavía alta presencia de este en el lenguaje jurídico se debería al arcaísmo inherente del lenguaje jurídico.

2.3. Distribución complementaria del futuro de subjuntivo: Contextos sintácticos de aparición y sustituciones

El futuro de subjuntivo ha estado ya desde sus orígenes romances en distribución complementaria con una serie de tiempos verbales, cuyas apariciones se han visto determinadas por el tipo de construcciones y contextos sintácticos. La mayoría de gramáticas, estudios sobre el sistema verbal español y obras diacrónicas parecen coincidir en lo siguiente: - El futuro de subjuntivo expresa sobre todo valores de incertidumbre en el futuro. En español antiguo, la elección del modo subjuntivo o indicativo dependía del grado de incertidumbre o duda de la situación (Solomon, 2007: 413). - El futuro de subjuntivo habría sido utilizado en un principio como equivalente al indicativo en latín, principalmente para traducir tiempos en indicativo y alternando más tarde con otras formas del subjuntivo o indicativo según preferencias de los escritores de español antiguo (Sastre Ruano, 1997: 39). - Su aparición quedó muy pronto restringida a determinados tipos de oraciones subordinadas29, restricciones que ya habrían sido adquiridas por el futuro perfecto latino en la baja latinidad (Bastardas, 1953: 150-151). No puede aparecer en cualquier tipo de subordinada, como por ejemplo en las subordinadas sustantivas, sino que aparece «en prótasis condicionales y concesivas, en las oraciones de relativo [especialmente en las relativas libres] y en el término de

29

Recordamos que no todos los estudiosos de la lengua española han coincidido en este punto. Cf. Estado de la cuestión p. 9.

§

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algunas conjunciones subordinantes [temporales, locativas, modales, comparativas de modo y cuantitativas]» (NGLE, 2009: 24.3b p. 1812). Dicho esto, a pesar de que es un anacronismo hablar de reglas del uso del futuro de subjuntivo en la Edad Media teniendo en cuenta que hasta Nebrija no hubo una codificación gramatical (Spaulding, 1943: 136), se mostrarán a continuación las construcciones sintácticas de aparición del futuro de subjuntivo, así como los tiempos sustitutos de este. El tiempo que con más frecuencia ha sustituido al futuro de subjuntivo ha sido el presente de subjuntivo cante que habría estado en distribución complementaria con el futuro de un modo estable y equitativo, al menos en las primeras etapas del castellano medieval (Veiga, 1989: 293). El presente de subjuntivo cante sustituiría al futuro de subjuntivo en las oraciones de relativo en función sustantiva de carácter generalizador y las adverbiales de lugar, tiempo y modo (Herrero 1992: 506). Así pues, el presente de subjuntivo cante sería sustituto mayoritario del futuro de subjuntivo, si bien su utilización en condicionales con si no sería posible, oscilando aquí la sustitución del futuro de subjuntivo, bien por el presente de indicativo, bien por el imperfecto de subjuntivo. En cuanto al futuro compuesto de subjuntivo hubiere cantado: «designa una situación contingente anterior a otra que es posterior a algún punto de referencia» (NGLE, 2009: 24.3i, p. 1814), rasgos que coinciden con el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo hubiera cantado, por lo que este «sustituye mayoritariamente en la lengua actual al futuro compuesto, fuera de ciertos usos restrictivos» (ibídem). 2.3.1.

PRESENTE DE INDICATIVO/IMPERFECTO DE SUBJUNTIVO El caso de las condicionales con si

Lapesa en su Morfosintaxis del español analiza los cuatro períodos hipotéticos del español antiguo frente a los tres del latín: 1) la hipótesis real -indicativo en la condición y tiempo y modo libres en la consecuencia-; 2) la hipótesis contingente, en su forma de hipótesis posible y probable -uso de cantare en la condición y libre consecuencia-, y en su forma de hipótesis de contingencia dudosa e improbabilidad -subjuntivo cantare en la condición y cantaría en la consecuencia-30; y 3) la hipótesis irreal referida por un lado al

30

Cantase en caso de que el verbo subordinante exigiera subjuntivo.

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presente -expresada como la contingente dudosa-, y, por otro, al pasado -cantase en la condición y cantara en la consecuencia- (Lapesa, 2000: 848). Así pues, la hipótesis contingente se expresaba con el futuro de subjuntivo amare31, ocupando el lugar que estaba reservado primeramente para el presente de subjuntivo, cuyo vetusto uso para la expresión de la hipótesis contingente del tipo «…dueña pequeña, si todo amor consienta, / non ha plazer del mundo que en ella non se sienta» ([Libro de Buen Amor, 1611 c-d] Lapesa, 2000: 847), tiene presencia hasta incluso la prosa humanística del siglo XV32. El anterior esquema propuesto para los períodos hipotéticos del español antiguo se vería alterado más tarde, sobre todo con la aparición de los tiempos compuestos, dando lugar a la situación del español contemporáneo con tan solo tres períodos hipotéticos33: 1) Período real: «se expresan hechos que se tienen por verdaderos o por esperables» como en «si se lo explican, lo entiende», «si tiene, da» (NGLE 2009: 47.8b, 3571). Se forma con prótasis en indicativo. 2) Período potencial: «expresa situaciones abiertas relativas a eventos que pueden tener lugar». Se ajusta a la pauta [Si (tuviera – tuviese), daría] como en «si fuera rico, viviría aquí» (NGLE 2009: 47.8b, 3571)34. 3) Período irreal: «designa situaciones que contradicen algún estado de acontecimientos, concretamente hechos no verificados si la oración es afirmativa (…) y verificados si es negativa». «Si se lo hubieran explicado, lo habría entendido» (NGLE 2009: 47.8b, 3571). Destaca la ausencia del futuro de subjuntivo en este nuevo esquema de distribución de tiempos ya que en el idioma ha desparecido la distinción entre la hipótesis contingente -antes dominio del futuro de subjuntivo en la prótesis- y la irreal presente. Las etapas de esta desaparición -Lapesa habla de «evolución»- se deben en opinión de Lapesa a:

Lapesa defiende en esta obra la tesis fusionista refiriéndose al futuro de subjuntivo como «formado a partir del perfecto de subjuntivo, AMAVERIM , fundido con el futuro perfecto de indicativo AMAVERO» (2000: 847); esta apología está en contra de lo defendido en obras anteriores cf. nota a pie de página nº15. 32 No obstante, Lapesa apunta que estas muestras podrían ser tanto una perduración «ya muy pobre» del uso latino o simplemente latinismos sintácticos (Lapesa, 2000: 854). 33 Cf. § Lapesa, 2000: 854. 34 Lapesa utiliza el término «hipótesis imaginaria de contingencia e irrealidad» para la hipótesis potencial del segundo período hipotético (Lapesa, 2000: 852). 31

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(Lapesa, 2000: 852): «El uso de cantase en la prótasis contingente en lugar de cantare (con o sin matiz de duda); aparición y expansión de hubiese / hubiera tenido…; paso de tuviera y hubiera tenido de la consecuencia a la condición, en competencia con cantase y cantare, sobre los que domina a partir de época barroca; por último, decadencia y desaparición de las formas cantare y hubiere cantado»35.

Por lo que se refiere al uso de cantare en español antiguo, este se utilizaba en las prótasis condicionales para enfatizar sus valores hipotéticos. La condición expresada se podía referir tanto a hechos venideros: «si por ventura vierdes aquel que yo más quiero/decilde que adolezco, peno y muero» (San Juan de la Cruz, Cántico en NGLE 24.3b: 1812), como a situaciones presentes: «Si ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno confesaremos la verdad que por parte vuestra nos es pedida» (Cervantes, Quijote I en NGLE 24.3b: 1812). El carácter eventual del hecho se destacaba a menudo en la prótasis con expresiones como por ventura, por acaso etc.: «si por caso tuviéredes en poco mis trabajos, ni por esso dexaré de serviros» (Guevara, Reloj en NGLE 24.3b: 1812). Con respecto a las formas sustitutas del futuro de subjuntivo, no hay acuerdo unánime en lo que concierne a las condicionales con si. Algunos gramáticos consideran al presente de indicativo canto sustituto único del futuro de subjuntivo en prótasis con si; otros, en cambio, apuestan por el imperfecto de subjuntivo cantara/cantase. A este respecto, el trabajo de Alexandre Veiga recoge grosso modo los nombres de los principales defensores de ambos tiempos: Por un lado, «Bello señala inequívocamente que es el presente de indicativo canto quien reemplaza al futuro de subjuntivo cante» (Veiga, 1989: 276), junto con Cejador (2005), Pountain (1983: 161), Luquet (1988: V.1.1, nota 3), Keniston (1937), Wright (1931: 108), Spaulding (1952: 67), Mendeloff (1960: 25) y Seco en la segunda versión de su Manual (1954: 73, 227). Por otro lado, autores de la difusión de Lapesa (1942)36, Gili Gaya (1943) y Alarcos (1949) aceptaron canto como sustituto de cantare en prótasis con si, si bien no como inequívoco o exclusivo sustituto del futuro de subjuntivo; más bien con cierta predilección

35

Así pues, para Lapesa la desaparición del futuro hipotético cantare es un hecho.

Lapesa señala precisamente que fue la expansión en el uso de –ra en la hipótesis contingente e irreal la causa del reemplazamiento absoluto del futuro de subjuntivo. (Lapesa, 2000: 852). 36

25

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por el imperfecto de subjuntivo cantara/cantase como el heredero y sustituto de cantare en el contexto sintáctico de las condicionales con si. Por último, hay quienes, como Rojo y Montero (1983), Urrutia y Alvarez (1983: 279), Cano Aguilar (1988: 5.2.2.3), y Lamíquiz (1982: 4.2.4), descartan de antemano al presente de indicativo como sustituto del futuro de subjuntivo y apuestan deliberadamente por el imperfecto de subjuntivo. No obstante, es difícil aceptar de antemano el descarte del presente de indicativo ya que hay innumerables muestras de su uso en detrimento del futuro de subjuntivo, sobre todo en las hipótesis reales: «Ca si non comedes, non veredes cristianos» (Cantar de Mio Cid, 2005, 1033b ápud Solomon, 2007: 414). En cuanto a la frecuencia con la que se dieron las sustituciones, Keniston (1937: 408)37 señala que la distinción entre los conceptos expresados por el presente de indicativo, que enfatizaba «the factual aspect of the condition», y el futuro de subjuntivo, que hacía hincapié en «the hyphotetical carácter of the condition», ya no eran precisas en el siglo XVI imponiéndose crecientemente el presente de indicativo en todas las condiciones de futuro. Keniston (ibídem) encuentra un uso del 34 % del futuro de subjuntivo en la primera mitad del siglo XVI frente al presente de indicativo en las condicionales reales, reduciéndose a un 19 % en la segunda mitad del siglo. En contraste con estos datos aportados por Keniston, sorprende el hallazgo de Herrero derivado del análisis comparativo de tres comedias humanísticas del primer cuarto del siglo

XVI ya

que tan solo encuentra un uso del 10, 52 %

del futuro de subjuntivo frente al presente de indicativo en la prótasis de las condicionales reales; es este un porcentaje incluso menor que el aportado por Keniston para la segunda mitad del siglo

XVI.

Para Herrero, el bajo porcentaje del uso del futuro de subjuntivo (10,

52 %) en estas obras humanísticas reflejaría una tendencia de la lengua hablada dado el carácter dialogado de estas comedias -a pesar de la retórica presente-; así pues, este porcentaje no sería reflejo del español escrito38 (Herrero 2005: 943). En opinión de Lapesa (2000: 852), esta distribución complementaría de tiempos entre el futuro de subjuntivo, el presente de indicativo y el imperfecto de subjuntivo se debería sobre todo a que, frente a la hipótesis de realidad del indicativo y la de duda con el imperfecto de subjuntivo, el futuro de subjuntivo cantare expresaba una situación intermedia, no tan polarizada como las demás. La competición del futuro hipotético 37

Keniston indica que esporádicamente se encuentran ejemplos de sustituciones en cláusulas condicionales por el futuro de indicativo o el presente o perfecto de subjuntivo (1937: 408). 38 Por otro lado, también hay que considerar que el corpus de Herrera, en comparación con el de Keniston, es bastante limitado.

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cantare con estos tiempos, se resolvería, como ya se ha expuesto, con la desaparición de este (ibídem).

2.3.2.

PRESENTE DE SUBJUNTIVO

El presente de subjuntivo ha sido utilizado con mucha más frecuencia que el futuro en todas aquellas construcciones susceptibles de la aparición de ambos tiempos. Herrero encuentra en el análisis ya mencionado 13 ejemplos de presente de subjuntivo (61,9 %) frente a 8 de futuro (38,1 %); de nuevo se halla menor frecuencia de uso del futuro de subjuntivo pero no con una diferencia tan desmesurada como en el caso de las prótesis de las condicionales reales. Herrero señala que el futuro de subjuntivo es sorprendentemente más utilizado que el presente en particular en una de las comedias humanísticas analizadas, la Serafina, e indica que la elección entre un tiempo y otro se basa en «el tipo de relación temporal que se establezca» (Herrero 1992: 506). La elección entre el presente y el futuro de subjuntivo en las oraciones temporales en las que ambos tiempos alternaban39 dependía en parte de las conjunciones que encabezaban las oraciones. Por ejemplo, en oraciones encabezadas por conjunciones del tipo cuando, cuanto, deque, se prefiere el presente de subjuntivo: «Pues, Sergia, id con la bendición de Dios, y cuando os halléis desocupada os podéis venir hazia acá» (Thebaida: 7872-73, en Herrero 1992: 506). No obstante, también se encuentran casos con el futuro de subjuntivo: «bien puedes andar, hermano, cuando mandares» (T, 1363-64 ibídem). Por otro lado, encabezadas por una conjunción del tipo mientras, entretanto que, se prefiere el futuro de subjuntivo: «Mientras menos fuéremos será la cosa más secreta» (T, 960-961 en Herrero 1992: 507). Por lo que a las oraciones relativas se refiere, el futuro de subjuntivo es muy frecuente en las relativas de carácter generalizador. Herrero cuenta, conjuntamente entre las tres comedias analizadas, 42 oraciones con verbo en futuro de subjuntivo del tipo [artículo + que + or]: «Aora puedes dezir lo que quisieres» (S: 233 en Herrero 1992: 507-508), frente a dos con presente de subjuntivo; 5 ejemplos con quien introduciendo una subordinada con verbo en futuro de subjuntivo frente a uno en presente de subjuntivo; y, en la Thebaida, 3

39

Herrero recuerda que no en todas las temporales podía darse la alternancia entre el presente y futuro de subjuntivo; por ejemplo, las oraciones encabezadas por antes que, o hasta que no admitían el futuro de subjuntivo (Herrero, 2005: 946).

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ejemplos de cuanto con futuro de subjuntivo y ninguno con presente de subjuntivo (Herrero 1992: 508). En las concesivas, el futuro de subjuntivo también ha sido frecuentemente sustituido por el presente: aunque viniere > aunque venga. Asimismo, se ha sugerido la formación de subjuntivos concesivos a través del futuro de subjuntivo indicando «aceptación, permiso, o resignación en circunstancias inevitables» (Jensen y Lathrop, 1973: 19 en Solomon, 2007: 414) presentes, aunque no con libertad combinatoria, en La Celestina: «Hermana, no seamos nosotras lastimeras; [6825] haga lo que quisiere, mátele como se le antojare» (Rojas, 2005 ápud Martínez Marín, 1978: 320). En ocasiones, el futuro de indicativo también podía sustituir al futuro de subjuntivo en oraciones temporales, condicionales y de relativo; por ejemplo en una temporal del tipo: «Esta noche a las diez, ya que Cantaflua será echada, podéis venir al huerto» (T: 5913-15 en Herrero1992: 508). Sin embargo, esta sustitución por el futuro de indicativo no fue frecuente, gozando el futuro de subjuntivo de una presencia mucho más estable: «poco bivirá quien no viere el fin de lo que deseamos» (T, 4269-70 en Herrero1992: 509).

2.3.3.

DESVIACIONES DE LA NORMA

A pesar de que el futuro de subjuntivo siempre ha tenido bastantes restricciones de aparición, parece ser que estas eran con frecuencia olvidadas ya que no son escasos los ejemplos en los que el futuro de subjuntivo aparece en construcciones alejadas de su norma de uso. Una de estas agramaticalidades sería el uso del futuro de subjuntivo en oraciones sustantivas y finales, cuyos ejemplos, tal y como señala Herrero (2005: 948), han sido aportados entre otros por Luquet (1988b: 129-130), Folgar y Ramos (1992: 409-410) Lopez Rivera (1994: 93), Lopez Rivera (1994:44, 46) y Eberenz (1990:390). En opinión de Herrero, se trataría en la mayoría de los casos de errores por el imperfecto de subjuntivo que podría deberse a una «hiperutilización» (Herrera 2005: 948) por parte de los escritores de español medieval, deseosos de reavivar el uso del futuro de subjuntivo en la lengua escrita. También se documenta un uso bastante extendido del futuro de subjuntivo en cláusulas adjetivas con antecedentes indefinidos o hipotéticos con perspectiva de futuro del tipo «el que assí lo fizier» (Penny, 2002: 2016); uso que todavía sobrevive en textos legales y de lenguaje

solemne

para

describir

el

futuro

hipotético

(Solomon

2007:

414).

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3. DECADENCIA 3.1. Pérdida de un tiempo marcado: El futuro de subjuntivo en nuestros días El hecho de que el futuro de subjuntivo siempre haya estado en situación precaria y en clara competencia con otras formas (Sastre Ruano, 1997: 39) lo ha llevado a su estado de improductividad lingüística, así como a su desuso y casi desaparición en la lengua oral. Para cualquier paradigma verbal, siempre propenso a la simplificación y reducción lingüística, la presencia de dos formas para la expresión de un mismo contenido es, en cierto modo, una redundancia. Así, teniendo en cuenta que «las estructuras no utilizadas muy frecuentemente en la lengua no son retenidas en el sistema lingüístico» (Faingold, 2003: 93), la situación de decadencia del futuro de subjuntivo era, ya desde sus inicios, un tanto predecible. En cuanto a las causas de su desaparición, Lapesa hace referencia a una tesis según la cual el futuro de subjuntivo habría sido sobre todo utilizado en el lenguaje cortesano, por lo que la disminución en el uso de la cortesía disminuiría también el uso del futuro de subjuntivo. Sin embargo, para Lapesa esta tesis no está justificada ya que no se tuvieron en cuenta los usos del futuro de subjuntivo en los fueros medievales, donde cantare aparece en muchas ocasiones e incluso «en expresiones malsonantes» (Lapesa, 2000:852). En cambio, Lapesa señala que las causas de la desaparición del futuro de subjuntivo son de origen interno, dadas su debilidad estructural y condición de tiempo marcado. Así pues, las sustituciones del futuro de subjuntivo eran unidireccionales, siendo el futuro de subjuntivo susceptible de ser sustituido por otros tiempos competidores, pero no a la inversa (Lapesa, 2000: 852)40. Por lo que a la cronología de su disminución se refiere, la Nueva Gramática de la lengua (24.3b: 1812) señala que el futuro simple de subjuntivo cantare «comenzó a perder su vitalidad» ya en el siglo

40

XIV,

si bien sería en la segunda mitad del siglo

XVI

cuando se

Asimismo, Lapesa apunta al origen híbrido del futuro de subjuntivo, mezcla, en opinión de Lapesa, de como otra de las causas de su debilidad estructural.

AMAVERIM y AMAVERO,

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produciría una considerable reducción de su uso41. Así pues, la RAE señala que sería en la época barroca cuando el futuro de subjuntivo perdería gran parte de su vigencia aunque seguiría siendo en cierto grado de uso común en la lengua escrita, sobre todo en algunas variedades regionales del español de América. Asimismo, Nowikow señala que entre 14451605 y 1620-1662 hay un descenso a casi la mitad de los empleos del futuro de subjuntivo (Nowikow 1993: 156-157 en Herrero, 2005:945). Igualmente, Herrero coincide con la Academia e insiste en que, si bien la disminución en el uso del futuro de subjuntivo es ya evidente en el siglo XVI, su uso no es «ni mucho menos, excepcional» (Herrero 1992: 506). En opinión de Herrero, hasta al menos el siglo

XVII

y posiblemente principios del XVIII42

el futuro de subjuntivo habría sido apoyado por la norma culta; cronología que se ajusta a la de Keniston (1937), quien acepta también la segunda mitad del

XVI

como primer estado

del retroceso del futuro de subjuntivo (también en la lengua escrita), pero considera que la disminución en su uso aumentaría sobre todo en la segunda mitad del siglo

XVIII,

hasta

quedar como una forma totalmente residual en el siglo XIX. Más adelante, la RAE señala que hasta bien entrado el siglo XX los gramáticos siguieron recomendando su empleo para «expresar lo contingente o lo conjetural», aunque las sustituciones se daban ya de ordinario. Un estudio llevado a cabo por Wright (1931: 108 ápud Solomon, 2007: 418) analiza los usos del futuro de subjuntivo del siglo

XI

al

XX,

analizando 3.551 muestras de futuro de subjuntivo, 3.442 de las cuales se encuentran en textos anteriores al siglo

XVIII,

documentándose tan solo 11 casos desde el siglo

decir, tan solo un 0,3 % de los casos se documentan después del siglo

XVIII

XIX;

es

(Solomon,

2007: 418). Por lo que a su frecuencia de uso en el español contemporáneo se refiere, la RAE señala que el futuro de subjuntivo «ha caído hoy en desuso en la lengua oral de todas las áreas lingüísticas con la excepción de algunos núcleos rurales de las islas Canarias (España) y de algunos países del área caribeña» (NGLE, 2009: 24.3h, 1812-1813). Lapesa es más concreto cuando apunta específicamente a la isla canaria de La Palma, ciertas partes de Puerto Rico, Santo Domingo, Venezuela, y Jalisco (México); Sastre, añade parte de Panamá, el norte y algunos departamentos de Colombia (Bolívar, Santander y el Norte de 41

La reducción se produciría tanto en la lengua oral como, en menor medida, en la escrita; no obstante, sería mucho más notable en la lengua oral por el escaso uso que del futuro de subjuntivo se había hecho en el español hablado, donde una generalizada reducción en el uso supondría casi su desaparición. 42 Herrero insiste en que el futuro de subjuntivo aparece «de un modo continuo en todos los textos que he examinado correspondientes a la segunda mitad del XVII y primera del XVIII » (Herrero 2005: 945).

30

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Antioquia) y Ecuador (Sastre Ruano, 1997: 40-41). Sin embargo, la escasa pervivencia del futuro de subjuntivo en estas regiones no implica que este sea, ni siquiera en esas áreas lingüísticas, de uso común o coloquial (Butt y Benjamín 1971: 277)43. Sea como fuere, si bien el futuro de subjuntivo ya no es de uso común en la lengua oral, ni tan siquiera en las áreas mencionadas44, tal y como indica la Academia: «se registra hoy con profusión en leyes, normas, reglamentos y otros textos de carácter oficial que se caracterizan por su lenguaje arcaizante» (NGLE, 2009: 24.3h, 1813). Por otro lado, se documentan también usos del futuro de subjuntivo en otras variedades de lengua aunque «son escasos los que aparecen en escritos científicos de índole no jurídica» del tipo: «Si esta transferencia no estuviere basada en procesos subjetivos sería muy interesante» (Psicología/2002 en NGLE, 2009: 24.3h, 1813), siendo más numerosos los testimonios de futuro de subjuntivo en textos literarios, ensayos, correspondencia y otras variedades de la lengua escrita: «Contéstame lo más extensamente que quisieres» (NGLE, 2009: 24.3h, 1813). Asimismo, se documenta su presencia ocasionalmente en la prensa contemporánea «aunque poco frecuentemente en textos que no se refieren a alguna norma legal», verbigracia: «Para cualquier diferencia que hubiere de ser dirimida por vía judicial, las partes renuncian al propio fuero» (Hora 4/1/1997 en NGLE, 2009: 24.3h, 1813). De igual modo, siguiendo a la RAE, el futuro de subjuntivo permanece en fórmulas rituales como en: «Si así no lo hiciereis, Dios y la patria os lo demanden»; en algunos refranes: «Adonde fueres, haz lo que vieres»; en ciertas expresiones fijas: « ¿Y ahora, qué es lo que sucede? La carreta, o lo que fuere que me transportaba, se ha detenido (Quintero, E., Danza)»; y en fórmulas reduplicadas de sentido concesivo: «Recuerde que todo lo que es bueno, venga de donde viniere, proviene del Espíritu Santo (García Márquez, Amor)» (NGLE, 2009: 24.3h, p. 1814). En cuanto al futuro compuesto de subjuntivo hubiere cantado, la RAE hace notar que a pesar de que el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo hubiera llegado puede expresar igualmente el significado hipotético, «el futuro compuesto se prefiere a veces en los textos jurídicos para acentuar el carácter hipotético de la situación que se describe» (NGLE, 2009: 43 Herrero señala que si se acepta, tal y como él cree, que hasta al menos el siglo XVII y posiblemente principios del XVIII el futuro de subjuntivo fue apoyado por la norma culta, no habría una diferencia sustancial entre el español peninsular y el español de América en cuanto al declive del futuro de subjuntivo se refiere. 44 La única excepción en opinión de Solomon podría ser en regiones con influencia lingüística de Portugal o Brasil que tendrían un uso del futuro de subjuntivo en el lenguaje formal como ocurre en el portugués (Solomon, 2007: 419).

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24.3h, p. 1814-1815), como en el siguiente ejemplo: «La antigua Ley de Arrendamiento Urbanos […] excluía del beneficio de la subrogación “mortis causa” a quien hubiere convivido de modo marital y estable con el arrendatario fallecido» (Mendoza Losada, Parejas ápud NGLE, 2009: 24.3h, p.1815). Con respecto a su aparición, el futuro compuesto se registra sobre todo en la lengua clásica y aparece en los mismos contextos que el futuro simple, es decir, sobre todo en oraciones de relativo, prótasis condicionales y concesivas y como término de algunas conjunciones subordinantes (NGLE, 2009: 24.3h, p. 1815). Asimismo, la Academia señala que «el uso de hubiere cantado se documenta hoy en el mismo tipo de textos que se analizaron en el caso de cantare» (ibídem). En opinión de Herrero, se ha perdido ya el valor de futuridad del futuro de subjuntivo manteniéndose principalmente su valor como elemento textual en fórmulas del tipo sea como fuere, o utilizándose con referencia a hechos pasados: «se puso en pie y se dirigió a la ducha. Sea como fuere, decidió empezar el día con un buen desayuno y una larga caminata» (Guelbenzu, No acosen al asesino, p. 142 en Herrero 2005: 950). En estas ocasiones se combina a menudo con el imperfecto de subjuntivo: «además, ¿qué importaba ya la razón? Fuera la que fuere el mal estaba ya hecho» (Guelbenzu, No acosen al asesino p. 309). En síntesis, la disminución en el uso del futuro de subjuntivo fue gradual, in crescendo, pero no definitiva. Sigue gozando de un uso relativamente estable en el lenguaje legal, jurídico, normativo, administrativo e incluso literario, si bien es cierto que en otras variedades de la lengua escrita su presencia es prácticamente inexistente. Peor suerte ha corrido el futuro de subjuntivo en el español hablado ya que su aparición se reduce principalmente a unidades fraseológicas cuyos componentes son, en cualquier caso, arcaicos. En otras ocasiones, tal y como señala la RAE, el futuro de subjuntivo se emplea «con intención deliberadamente arcaizante» y, «por ultracorrección», de un modo equivocado en contextos sintácticos que no le son propios, como por ejemplo, en oraciones principales: «Frente a la moda del bueno, yo diría, que apesta, Tierno se descuelga con un “yo dijera” e incluso un “ yo dij ere ”

que deja atónitos a los interlocutores (Miguel,

Perversión)» (NGLE, 2009: 24.3h, 1813-1814). Por último, cabe recordar que el futuro de subjuntivo, si bien ha sido prácticamente eliminado en castellano y gallego, se utiliza con profusión en portugués donde su uso, más que

disminuirse,

se

ha

reforzado

(Herrero

2005:

953).

32

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32

3.2. Visión comparativa: siglos XVI, XVII y XIX En el cuadro comparativo de la figura 1 se recogen todas las muestras de futuro de subjuntivo halladas en las tres obras analizadas, caracterizadas por ser obras dialógicas, con narraciones sencillas imitando en gran medida la lengua hablada, a pesar de la retórica que pudiere encontrarse en ellas; sobre todo en El médico de su honra. En cuanto a la extensión, si bien es cierto que El diálogo de la lengua y El médico de su honra tienen 15 y 2145 páginas más que El sí de las niñas, que tan solo consta de 57, la disminución en el uso del futuro de subjuntivo en esta última sigue siendo sorprendente. En El diálogo de la lengua se documentan 69 casos con futuro de subjuntivo en sus 72 páginas mientras que en El médico de su honra, tan solo un siglo más tarde, se hallan 12 casos en 78 páginas (figura 1). En cuanto al siglo

XIX

se refiere, el futuro de subjuntivo es casi inexistente en El sí de

las niñas con apenas 4 casos. Por otro lado, las formas con mayor frecuencia de aparición en las obras analizadas han sido consultadas en el CORDE (figura 2) con el fin de dar muestra tanto de su frecuencia de uso entre los siglos XVI, XVII y XIX46 como de sus ámbitos prototípicos de aparición47. Por ultimo, la consulta de fuere, quisiere y cantare en el CREA (figura 3) pone de relieve la creciente disminución en el uso del futuro de subjuntivo.

45 La extensión de las obras variará según las ediciones consultadas; en este caso se han consultado las ediciones de cátedra tal y como se muestra en la bibliografía. 46 Cf. § 3.1. Pérdida de un tiempo marcado p. 33 para comparar estos datos con los aportados por otros estudiosos de la lengua. 47 Los ámbitos que aparecen en la figura 2 tan solo son los más característicos; para ver todos los ámbitos de aparición consúltese el CORDE.

33

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3.2.1.

Fuere fueren quisiéredes viere vieres viereis viéredes vieren viéremos supiere pudiere quisiere halláredes habláredes mandáredes cantaren pensare oyere oyeres hubieres hubiereis hiciéredes preguntáremos viniere vinieren dixere valiere pareciere tocare tuviere quedare uviere acordare escriviere quisieren satisfizieren estuviere preguntaren quadrare pudiéredes pusiéredes durare dixéredes entendiéredes Total

CUADRO COMPARATIVO (figura

El diálogo de la lengua 9 0 12 1 0 0 4 1 1 1 1 4 2 1 2 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2 1 1 3 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 4 1 2 69

1)

El médico de su honra El sí de las niñas 0 2 0 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 1 0 1 0 0 1 1 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12 4

33

34

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3.2.2.

CORDE (figura

34

2)

1500-1600

1600-1700

1800/1900

16191/162148

5956/843

2366/438

Prosa científica 28.08 %

Prosa periodística 100 %

Prosa jurídica 45.74 %

fuere

Prosa jurídica 25.26 % quisiéredes

viéredes

514/124

136/58

14/5

Prosa narrativa 37.89 %

Prosa narrativa 48.52%

Prosa narrativa 57.14 %

Prosa histórica 16.01%

Prosa histórica 19.85 %

Prosa histórica 21.42%

163/80 Prosa periodística 100.00 %

quisiere

durare

Prosa histórica 12.20 %

4195/735

77/33 Prosa periodística 100.00 %

1/1 Prosa histórica 100.00 %

2144/517

198/82

Prosa de sociedad 19.25 %

Prosa narrativa 15.39 %

Prosa periodística 100.00 %

Prosa jurídica 17.14%

Prosa científica 14.25 %

293/ 157

230/131

20/17

Prosa científica 17.74 %

Prosa periodística 100.00 %

Prosa periodística 100.00 %

Prosa narrativa 16.04 %

48

La primera cifra indica el número de casos encontrados mientras que la segunda se refiere al número de documentos consultados (verbigracia: 16191 casos de fuere documentados en 1621 documentos entre el siglo XVI y XVII).

35

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3.2.3.

fuere

cantare

35

CREA49 (figura 3)

1985-2000 774 casos

2000-2015 241

España 56,79 %50 Argentina 12,26 % México 8 % Colombia 4,40 % Chile 3,73 % Venezuela 3,20 % Perú 2, 26 % Guatemala 2 % Puerto Rico 1,46 % Otros 5,86 %

España 63,18 % Argentina 6,81 % Guatemala 5,45 % Costa Rica 5 % México 5 % Bolivia 3,63 % Cuba 2,27 % El Salvador 2,27 % EE.UU. 2,27 % Otros 4,09 %

2 casos

No existen datos para esta consulta

Argentina 50 % España 50 % quisiere

15 casos

5 casos

España 53,33 % Perú 20 % Argentina 6,66 % Guatemala 6,66 % Puerto Rico 6,66 % Uruguay 6,66 %

México 60 % España 40 %

49 Tal y como se indica en la página web de la Real Academia: «los datos correspondientes a la nómina de la parte oral del CREA se incorporarán en breve». 50 Sorprende que sea el español peninsular el que esté conservando actualmente el uso del futuro de subjuntivo ya que la reducción de su uso se produjo más tempranamente en la península.

36

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4.

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CONCLUSIONES

1.

La creación romance del futuro de subjuntivo era necesaria dados los

problemas del latín clásico, y sobre todo del latín vulgar de la península ibérica, para expresarse en futuro (Penny, 2002:215): el futuro de indicativo expresaría futuros certeros y cercanos; el de subjuntivo tendría matices de incertidumbre e improbabilidad. 2.

La confusión entre los tiempos y entre los modos de indicativo y subjuntivo

para expresar futuro contribuiría a la creación del futuro de subjuntivo romance (Wright, 1931: 107). 3.

Las consideraciones acerca del futuro de subjuntivo a lo largo de la historia

lingüística del español se han caracterizado por su heterogeneidad. 4.

De entre las cuatro tesis propuestas para la explicación del origen del futuro

de subjuntivo51, caracterizadas por la pugna entre el futuro perfecto de indicativo y el pretérito perfecto de subjuntivo, la fusionista goza de más credibilidad y prestigio en nuestros días. No obstante, la RAE no se pronuncia a favor de ninguna tesis en particular sino que señala, haciendo referencia a las similitudes morfológicas entre el futuro perfecto de indicativo y el pretérito perfecto de subjuntivo, que «es muy polémica la cuestión de si el futuro simple de subjuntivo castellano (AMARE) procede del primero, del segundo o de la confusión de los dos» (NGLE, 2009: 24. 3a p. 1811). 5.

En el presente trabajo, se apuesta por el futurum exactum como el único

precedente histórico del futuro de subjuntivo romance; esto es, creemos que la tesis primeramente postulada por Diez (1858) a favor del futuro perfecto de indicativo latino es la correcta. Así pues, siguiendo a Álvarez (2001: 83), la desinencia –e de las formas medievales de tema en –e (amare) sería una creación analógica que habría comenzado a sustituir a las formas originarias en –o (amaro) de un modo generalizado en español medieval; muestra esta, en opinión de Álvarez, de que el origen del futuro de subjuntivo se halla en el futuro perfecto de indicativo latino. 6.

La frecuencia de uso y los contextos de aparición del futuro de subjuntivo

varían según se trate del español hablado o escrito. Las diferencias entre el español hablado y el escrito, de acuerdo con Berschin (1972), obedecen a la norma, no habiendo así grandes diferencias entre los sistemas gramaticales. 7.

Hay quienes defienden que el futuro de subjuntivo siempre ha sido un

tiempo característico del español escrito, como Solomon (2007: 416). Sea como fuere, 51

Cf. Páginas 5,6 y 7 del presente trabajo para encontrar una explicación detallada de las cuatro tesis.

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la existencia del futuro de subjuntivo en el español oral actual se reduce a unidades fraseológicas; en la lengua escrita, por el contrario, es todavía de uso común, principalmente en el ámbito jurídico y en menor medida en literatura, a veces haciendo uso de un lenguaje más bien afectado y condescendiente. Asimismo, no faltan los errores por ultracorrección, sobre todo en la lengua escrita (NGLE, 2009: 24. 3a p. 1814). 8.

El presente de subjuntivo cante sería sustituto mayoritario del futuro de

subjuntivo simple, si bien su utilización en condicionales con si no sería posible, oscilando aquí la sustitución del futuro de subjuntivo, bien por el presente de indicativo, bien por el imperfecto de subjuntivo. En cuanto al futuro compuesto de subjuntivo hubiere cantado, el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo hubiera cantado «sustituye mayoritariamente en la lengua actual al futuro compuesto, fuera de ciertos usos restrictivos» (NGLE, 2009: 24.3i, p. 1814). 9.

El futuro de subjuntivo no puede aparecer en cualquier tipo de subordinada,

sino que aparece «en prótasis condicionales y concesivas, en las oraciones de relativo [especialmente en las relativas libres] y en el término de algunas conjunciones subordinantes [temporales, locativas, modales, comparativas de modo y cuantitativas]» (NGLE, 2009: 24.3b p. 1812). 10.

Los datos extraídos del CORDE (figura 2) coinciden con los aportados por

académicos y estudiosos de la lengua española según los cuales sería a partir del siglo XVI

cuando se produciría un cambio y un debilitamiento en la utilización del futuro de

subjuntivo (López Rivera 1994: 102 y 128-130); en concreto alrededor de la segunda mitad del siglo

XVI

(NGLE, 24.3b: 1812). Desde este momento, la reducción en el uso

iría in crescendo hasta llegar a la situación contemporánea en que el futuro de subjuntivo «ha caído hoy en desuso en la lengua oral de todas las áreas lingüísticas con la excepción de algunos núcleos rurales de las islas Canarias (España) y de algunos países del área caribeña» (NGLE, 2009: 24.3h, 1812-1813). No obstante, por lo que al español escrito se refiere, «se registra hoy con profusión en leyes, normas, reglamentos y otros textos de carácter oficial que se caracterizan por su lenguaje arcaizante» (NGLE, 2009: 24.3h, 1813). 11.

Puesto que la lengua legal y administrativa es especialmente conservadora,

se entiende está preeminencia del futuro de subjuntivo en tales contextos. Asimismo, la naturaleza de los propios documentos facilita la aparición del futuro de subjuntivo ya

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que en textos legales y administrativos hay una gran presencia de oraciones condicionales reales de cumplimiento posible y de oraciones de relativo de carácter generalizador así como de anacronismos léxicos y sintácticos 12.

Los datos extraídos del CREA (figura 3) ponen de relieve la decadencia en

el uso del futuro de subjuntivo, si bien, según la RAE, su utilización sigue siendo adecuada y gramaticalmente correcta. 13.

Sea como fuere, la utilización del futuro de subjuntivo sigue aportando

matices de incertidumbre e improbabilidad exclusivos que deberían utilizarse en pro de la riqueza lingüística del español.

5.

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