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 Asignación de lectura núm. 4 Para todo hay una primera vez III. COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS. D. Los primeros discípulos de Jesús (en Judea)

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Asignación de lectura núm. 4

Para todo hay una primera vez

III. COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS. D. Los primeros discípulos de Jesús (en Judea) (Jn. 1.35–51). E. El primer milagro de Jesús (en Caná de Galilea) (Jn. 2.1–11). F. La primera vez que Jesús reside en Capernaum (en Galilea) (Jn. 2.12).

David Roper 

IV. DE LA PRIMERA PASCUA A LA SEGUNDA. A. La primera Pascua del ministerio de Jesús. 1. Purificación del templo (Jn. 2.13–25). 2. Enseñanza dada a Nicodemo (Jn. 3.1–21). B. La primera vez que Jesús ejerce Su ministerio en Judea (y testimonio adicional dado por Juan) (Jn. 3.22–36).

LOS PRIMEROS DISCÍPULOS (JN. 1.35–512) La lección «¡El Mesías está aquí!» terminó con el primer testimonio que da Juan el Bautista acerca de Jesús: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (vers.o 29). Al día siguiente, Juan estaba con dos de sus discípulos. Uno era Andrés, hermano de Simón Pedro (vers.o 40), y es probable que el otro fuera Juan, el autor del cuarto evangelio.3 Por alguna razón, Juan rehusó mencionarse a sí mismo.4

Cuando Jesús pasaba, el predicador dijo de nuevo: «He aquí el Cordero de Dios» (vers.o 36). Sus dos discípulos siguieron a Cristo y pasaron el día con Este (vers.os 37–39). El texto dice qué hora era: «la hora décima» (vers.o 39). Si Juan estaba usando la forma judía de calcular el tiempo, esta habría sido las cuatro de la tarde.5 Si estaba usando la forma romana de calcular el tiempo, eran las diez de la mañana.6 Suponiendo que el discípulo no mencionado era el mismo Juan, la ocasión fue tan memorable que recordó la hora exacta. Después de varias horas con Jesús, Andrés halló a su hermano Simón y lo trajo a Cristo (vers.os 40–42). Uno de los dones de Andrés era traer a otros a Jesús (vea Juan 6.8–9; 12.20–22). Son dignas de notarse las palabras que dijo Andrés a Simón: «Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)» (1.41). Los primeros discípulos de Jesús reconocieron a Este por lo que era (vea también vers.os 45, 49).7 Cuando Jesús conoció a Simón, le dijo que se llamaría «Cefas» o «Pedro». El primer nombre es arameo, y el segundo es griego; los dos significan

1 Este compendio da por sentado que «una fiesta» mencionada en Juan 5.1 era la Pascua. 2 Vea reflexiones adicionales relacionadas con la primera parte de este texto en “The Power of Bringing” («El poder de traer»), “Preaching on Church Growth” («Prédicas sobre crecimiento de la iglesia»), The Preacher’s Periodical (Julio 1987): 31–34. 3 Hay varias razones para creer que este era Juan: 1) Los detalles que siguen parecieran haber sido referidos por un testigo presencial; 2) Juan acostumbra omitir su nombre (vea el pie de página que sigue); 3) si este no era Juan, no habría dado cuenta de cómo fue llamado para ser discípulo. 4 En siete ocasiones, omitió su nombre (Juan 13.23; 19.26, 35; 20.2–8; 21.7, 20, 24).

5 Los judíos contaban el tiempo desde la puesta del sol hasta la salida de este, y desde la salida del sol hasta la puesta. 6 En vista de que esto fue escrito mucho tiempo después de la destrucción de Jerusalén, y en vista de que Juan usó más adelante el tiempo romano (vea los comentarios en una edición a publicarse, sobre Juan 20.19), la mayoría de los autores creen que la expresión se refiere a las diez de la mañana. 7 Como veremos después, ellos no entendían todas las implicaciones de los términos usados, pero, por lo menos, se daban cuenta de que Él era el cumplimiento de los anuncios antiguotestamentarios acerca del Mesías.

INTRODUCCIÓN Se ha dicho que para todo hay una primera vez. En las lecciones anteriores, hemos visto la primera vez de muchos eventos del ministerio público de Jesús; sin embargo, esta lección está atestada de ellos. A los primeros días del ministerio de Cristo se les ha llamado «el período de las sombras». Los autores sinópticos empezaron sus informes sobre la obra pública de Jesús, narrando sobre un período posterior que se centra en el éxito que Él tuvo en Galilea. Juan no hizo así, sino que comenzó enterándonos de los días anteriores, que fueron menos espectaculares.

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«roca».8 Jesús vio las posibilidades de este hombre, así como ve el potencial de todos nosotros. Al día siguiente, cuando Jesús se preparaba para volver a Galilea, Él llamó a Felipe, que probablemente también era discípulo del Bautista. El llamado de Cristo al discipulado era entonces, y es ahora, «sígueme» (vers.o 43). Felipe halló de inmediato a un amigo llamado Natanael, y lo trajo a Jesús (vers.os 45–46). Cristo dejó boquiabierto a Natanael al revelarle detalles de su carácter y de su vida (vers.os 47–49). Jesús le dijo: «Cosas mayores que estas verás» (vers.o 50).9 No tenemos certeza acerca de quién era Natanael, pero se cree que pudo haber sido el mismo Bartolomé, uno de los doce apóstoles de Jesús.10 Fue de este modo como Jesús consiguió formar Su primer grupo de discípulos (vea 2.2).11 La palabra griega que se traduce por «discípulo» significa básicamente «aprendiz». Se refería a alguien que seguía a otro con el fin de aprender de él. Jesús desearía que todos fuéramos Sus discípulos.12 EL PRIMER MILAGRO (JN. 2.1–11) Jesús y Sus discípulos se dirigieron al norte, esto es, a Galilea. Al tercer día, llegaron a Caná, una aldea que no estaba lejos de Nazaret13 y que era el pueblo natal de Natanael (Juan 21.2). Habían 8 Vea información adicional sobre estas palabras en el comentario de Mateo 16.18–19 en «La vida de Cristo, núm. 6». 9 Esta enigmática aseveración de Cristo, acerca de «ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre» (vers.o 51) es probable que se base en la historia antiguotestamentaria de la escalera de Jacob (Génesis 28.12). Por medio de Su muerte, sepultura y resurrección, Jesús llegaría a ser la «escalera» de Dios para que los hombres lleguen al cielo. 10 Hay varias razones para llegar a esta conclusión. Entre ellas está el hecho de que el resto de los primeros discípulos de Jesús, fueron elegidos más adelante como Sus apóstoles. Es como J. W. McGarvey señaló: «Ninguno fue tan elogiado como Natanael» (J. W. McGarvey y Philip Y. Pendleton, The Fourfold Gospel or A Harmony of the Four Gospels [El evangelio cuádruple, o armonía de los cuatro evangelios] [Cincinnati: Standard Publishing Co., 1914], 111). 11 Se mencionan específicamente cinco discípulos en Juan 1.35–51: cuatro de ellos son mencionados por nombre, y a uno no se le menciona el nombre, que probablemente era el autor del libro. Hay quienes creen que el contexto indica que Juan también halló a su hermano Jacob. Si así fue, el número de discípulos era de por lo menos seis, cuando Jesús se dirigió al norte. 12 Jesús a menudo habló acerca del desafío del discipulado (Lucas 14.26–27, 33; Juan 15.8). Después que la iglesia se estableció, el término más corriente para los miembros de ella era «discípulos» (Hechos 6.1–2, 7; 9.1). 13 El mapa de la página 6 de «¿Por qué eligió Dios a María?» indica la ubicación tradicional de Caná, unos seis kilómetros al noreste de Nazaret. Hay eruditos que prefieren creer que se trataba de una región a unos quince o veinte kilómetros al norte de Nazaret.

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llegado para asistir a unas bodas (2.1–2). Vemos así cómo Jesús se identificó con los que vino a salvar. También estaba presente la madre de Jesús, María (vers.o 1). Los eventos posteriores indican que ella estaba ayudando a servir en el banquete de bodas (vea vers.os 3, 5). Tal vez era un pariente o un amigo el que se estaba casando. Estaban en medio de la celebración, cuando se les acabaron los refrescos. Tal vez habían llegado más personas de las que esperaban. Cual haya sido la razón, era una situación que se podía tornar embarazosa. María se acercó a su Hijo, y le dijo: «No tienen vino» (vers. o 3). No sabemos qué esperaba ella que hiciera Él; pues anteriormente no había llevado a cabo ningún milagro (vers.o 11). Sin embargo, es probable que, al haber dependido de Él por varios años,14 ella creía que Él podía hacer algo. La respuesta de Cristo es significativa: «¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora»15 (vers.o 4). En aquella sociedad, no era un insulto llamar «mujer» a la madre de uno.16 (El término sería usado más adelante con cariño [Juan 19.26].) No obstante, las palabras de Cristo constituían una leve reprimenda. Ernest Hauser escribió que esta fue una de tres reprensiones cuyo fin era «acostumbrar a María a la idea de que Jesús, aunque hijo suyo, no le “pertenecía” a ella». Hauser añadió que la aseveración de Cristo aquí, «sirve para notar que, a partir de ese momento, sus vínculos terrenales debían soltarse».17 María no desistió. Les dijo a los siervos: «Haced todo lo que os dijere» (vers.o 5), ¡lo cual es buen consejo para todo el mundo! Aparentemente, Jesús llegó a la conclusión de que este uso de Sus poderes milagrosos no sería incongruente con el propósito de ellos (hacer bien), y no apresuraría Su «hora» (el momento de Su muerte), siempre y cuando solo lo supieran los siervos. Después, Él llevó a cabo el muy conocido milagro de convertir el agua en vino (vers.os 6–10). Ha habido una encendida polémica sobre si este suceso prueba que Jesús estaba de acuerdo con el consumo de bebidas alcohólicas. Un bando de la controversia recalca la palabra «vino» y el comentario que se recoge en el versículo 10. El otro bando ha hecho notar que Jesús hizo entre 120 y 14

Vea el pie de página 17 de «¿Por qué eligió Dios a María?». 15 La palabra «hora» aparece a menudo en el relato de Juan, en referencia al momento de la muerte de Cristo en la cruz. (Vea 2.4; 4.21, 23; 5.25, 28; 7.30; 8.20; 12.23, 27; 13.1.) Jesús sabía que los milagros captarían la atención de Sus enemigos, y podían apresurar Su muerte. 16 Donde yo vivo, referirse a la madre de uno como «mujer» se consideraría irrespetuoso. 17 Ernest O. Hauser, “Mary, Mother of Christ” («María, la madre de Cristo»), Reader’s Digest (Diciembre 1971): 171.

180 galones de vino;18 si el vino tenía un nivel significativo de alcohol, 19 entonces Él habría estado instando a la ebriedad, que es censurada en toda la Biblia (Proverbios 20.1; Gálatas 5.21). No obstante, este no es el pasaje para resolver esta cuestión.20 La palabra griega que se traduce por «vino» (oinos) es la palabra general para referirse al vino, y se usaba incluso en el Antiguo Testamento21 para referirse al jugo que todavía estaba en la uva (Isaías 65.8). Tal disputa pasa por alto el punto del pasaje: De una forma callada, casi inadvertida, en una recóndita y minúscula aldea, Jesús había comenzado a flexionar Sus músculos espirituales. ¡Había llevado a cabo Su primer milagro! Hoy día usamos la palabra «milagro» muy a la ligera, para referirnos a cualquier cosa que sea extraordinaria. La Biblia, en cambio, usa la palabra en un sentido especial, para referirse a un acto sobrenatural. Jesús ciertamente había hecho mucho que se consideraba extraordinario, durante Sus primeros treinta años de vida, pero esta era la primera vez que usaba Sus poderes sobrenaturales. Debido a que vivimos en el mundo natural, no estamos capacitados para explicar lo sobrenatural. Es por fe que recibimos lo que la Biblia dice sobre el tema. Juan no pasó por alto la trascendencia del evento. Usó su palabra favorita para referirse a los milagros: la palabra «señal»22 (vers.o 11a). ¡Lo que Jesús había hecho era señal de que Él realmente venía de Dios! ¡Juan hizo notar que Cristo «manifestó su gloria» (vers.o 11a)! Este fue un anticipo de las poderosas obras que haría. Además, como resultado de esta primera «señal», «sus discípulos creyeron en él» (vers.o 11b). ¡La fe de ellos en que Jesús era el Mesías, se fortaleció! LA PRIMERA VEZ QUE JESÚS RESIDE EN CAPERNAUM (JN. 2.12) De Caná, Jesús viajó al norte y al este.23 «Después

18 Eran seis tinajas que servían para almacenar agua para los lavados ceremoniales (vea Marcos 7.3). El texto griego hace notar que en cada una cabían dos o tres metretai, y que fueron llenadas hasta arriba (Juan 2.7). En términos de hoy día, esto equivaldría a veinte o treinta galones (esto es, 75 a 115 litros) en cada tinaja. 19 A veces se hace notar que la bebida corriente de la tierra consistía en una parte de vino por seis partes de agua. 20 Las palabras tan a menudo citadas del versículo 10, serían verdaderas, haya tenido el vino contenido alcohólico o no. 21 Es decir, se trata de la palabra que aparece en la traducción griega del Antiguo Testamento (la Septuaginta). 22 Vea la página 31 de «La vida de Cristo, núm. 1». 23 Vea el mapa en la página 16.

de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días» (vers.o 12). Capernaum era un activo centro comercial, que estaba a la orilla del mar de Galilea, no lejos de Betsaida, la ciudad natal de Pedro y de Andrés (Juan 1.44).24 La ciudad no estaba lejos de una importante carretera que cruzaba Palestina de este a oeste. Más adelante se convertiría en el centro de operaciones de Jesús (Mateo 4.13). LA PRIMERA PASCUA (JN. 2.13–25) Jesús tuvo que abreviar Su estadía en Capernaum, con el fin de asistir a la fiesta de la Pascua.25 Podemos estar seguros de que Jesús había estado asistiendo regularmente a esta fiesta desde que tenía doce años (Lucas 2.41–42); sin embargo, esta fue la primera Pascua de Su ministerio público.26 Esta era también la primera aparición en público que hacía Jesús, desde que había comenzado Su ministerio. Comenzó de una manera dramática, ¡llevando a cabo Su primera purificación del templo!27 El comercio que se llevaba a cabo en el templo había sido el resultado de la llegada de los judíos que venían de todo el mundo, para celebrar las fiestas judías más importantes (vea Hechos 2.5, 9– 11a). A todo judío se le exigía pagar al templo un impuesto anual de medio siclo.28 Las autoridades del templo no permitían que tal impuesto se pagara con moneda extranjera, de modo que eran necesarios los cambistas. También, todo judío debía hacer ciertos sacrificios de animales durante los días de fiesta.29 La mayoría de los que venían de otras tierras, no podían traer animales con ellos, de modo que tenían que comprarlos después que llegaban. Fue así como se originó la 24 Aparentemente, Pedro y Andrés se mudaron más adelante a Capernaum (Marcos 1.21, 29). 25 La fiesta de la Pascua conmemoraba cuando Dios «pasó por encima» de los israelitas, en Egipto, que habían untado con sangre de cordero el dintel y los dos postes de su puerta (Éxodo 12.1–28). Vea la tabla «Las fiestas de los judíos», en la página 28 de «La vida de Cristo, núm. 1». 26 Vea la importancia de las Pascuas que se mencionan en Juan, en «¿Cuánto duró el ministerio personal de Cristo?», en «La vida de Cristo, núm. 1». 27 No se debe confundir esta, con la purificación del templo que llevó a cabo en la última semana de Su ministerio (Mateo 21.12–13). 28 Las autoridades judías sustentaban esta práctica en Éxodo 30.13, a pesar de que no había indicio de que este fuera un requisito permanente. El incidente de Mateo 17.24–27 tiene que ver con el pago de este impuesto. 29 Vea la tabla «Las fiestas de los judíos» en «La vida de Cristo, núm. 1».

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venta de ganado en el templo. Estos negocios se llevaban a cabo, aparentemente, en el atrio de los gentiles.30 Pudieron haberse originado como un servicio para los viajeros que venían de todo el mundo, pero se deterioraron hasta convertirse en una forma de hacer dinero, controlada por los sacerdotes. El primer acto público de Jesús constituyó una manifestación de Su celo por la casa de Dios y la voluntad de Dios. Cuando echaba a los mercaderes, decía: «no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado» (vers.o 16b). Más adelante, en una ocasión parecida, diría: «Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones» (Mateo 21.13). El primer acto público de Jesús también fue una manifestación de Su autoridad aprobada por Dios (Mateo 3.17; vea Mateo 7.29). Molestos, los jerarcas del templo desafiaron esa autoridad. La New Living Translation traduce Juan 2.18, con estas palabras: «“¿Qué derecho tienes de hacer estas cosas?” —preguntaron los dirigentes judíos— “Si tienes autoridad de Dios, muéstranos una señal milagrosa para probarlo”». A los que estaban dispuestos a ver y a creer, Jesús les daría muchas señales durante Su ministerio (vea vers.o 23), pero el milagro más trascendental sería el de Su resurrección (Romanos 1.4). Por lo tanto, respondió diciendo: «Destruid este templo,31 y en tres días lo levantaré» (Juan 2.19). «… él hablaba del templo de su cuerpo» (vers.o 21), pero Sus enemigos le entendieron mal (vers.o 2032), al pensar únicamente en el edificio de mármol y de oro que les rodeaba.33 Mientras Jesús estuvo en Jerusalén, Él hizo sus primeros milagros en público (vers.o 23). No se nos dice la naturaleza de esos milagros, pero sí habrían incluido la sanidad de los enfermos 30 Hay dos palabras griegas para referirse al «templo». Una de ellas (naos) se refería a la parte sagrada del templo. La otra (hieron) se refería al complejo del templo en su totalidad, incluido el atrio de los gentiles. Es la segunda palabra la que se usa aquí. Para la ubicación del atrio de los gentiles, vea el diagrama del templo en la página 35. Vea más información sobre el templo en «Hechos, 2», La Verdad para Hoy, p. 4; y «Hechos, 9», La Verdad para Hoy, p. 23. 31 La palabra griega que se traduce aquí por «templo» es naos. Vea el pie de página 30. 32 La referencia a cuarenta y seis años se usa para calcular cuándo nació Jesús. Vea «¿Cuándo nació Cristo?», en «La vida de Cristo, núm. 1». 33 Esta aseveración de Jesús causó una impresión en ellos. La mala interpretación del anuncio fue presentada en el juicio de Cristo (Marcos 14.58). Vea una descripción del «edificio de mármol y de oro» (el templo), en «Y se fue», en «La vida de Cristo, núm. 10».

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(Mateo 4.23).34 El grupo de creyentes comenzó a crecer (Juan 2.23), pero Jesús sabía que la fe de ellos era débil (vers.os 24–25). La Living Bible parafrasea el versículo 25 de esta manera: «¡No tenía necesidad de que nadie le dijese cuán fácilmente cambia la naturaleza humana!». PRIMER DISCURSO PROLONGADO (JN. 3.1–21) Mientras Jesús estaba en Jerusalén, «un principal entre los judíos»35 que se llamaba Nicodemo, vino a verlo una noche (vers.os 1–2). El hecho de que Nicodemo «vino […] de noche» puede tener algún motivo (Juan 19.39); tal vez fue indicio de algún nerviosismo de su parte.36 Era uno de los que habían sido impresionados por los milagros de Jesús (2.23). Este le dijo: «Rabí,37 sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él» (3.2). Jesús, que podía leer los pensamientos de los hombres (2.24–25), sabía por qué había venido Nicodemo. Aparentemente, el dirigente judío tenía preguntas acerca del reino mesiánico. También tenía el concepto erróneo, generalizado entre los judíos, acerca del reino. Por esta razón, Cristo respondió: «De cierto, de cierto38 te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios» (3.3).39 La figura del nuevo nacimiento es llamativa, y expresa el dramático cambio que debe caracterizar a quienquiera que desee ser discípulo de Jesús. No obstante, no era el propósito de Cristo dar una lista de las condiciones del discipulado.40 Después que 34 No hay indicio de que, a estas alturas, Jesús estuviera echando demonios. El primer evento que se recoge de esta clase de milagro se encuentra en Marcos 1.23–28 y Lucas 4.33–37. El asombro causado en esa ocasión puede ser indicio de que el echar fuera demonios era una nueva manifestación del poder de Jesús. 35 Aparentemente, Nicodemo era miembro del concilio o el sanedrín (vea Juan 7.45–52). Vea información sobre el concilio en «La vida de Cristo, núm. 1». 36 Por otro lado, pudo haber sido la única hora en que Jesús y Nicodemo pudieron reunirse. 37 «Rabí» era un título honorario de respeto, y Nicodemo lo usó para referirse a Cristo. 38 La expresión «de cierto» es traducción de la palabra griega que significa «amén», que puede significar: «esto es (así)». La repetición de la palabra es una manera categórica de recalcar, como si dijera: «¡Lo que estoy a punto de decir es verdadero!». 39 Vea información adicional acerca de la enseñanza de Jesús sobre el nuevo nacimiento, en el bosquejo «Comienza con un nacimiento», en «El amor es cosa seria, núm. 2», La Verdad para Hoy. 40 Las condiciones para llegar a ser cristiano están implícitas en las palabras de Jesús sobre el nuevo nacimiento:

la iglesia se estableció, a nadie se le dijo alguna vez que «[naciera] de nuevo» para llegar a ser cristiano. En lugar de esto, a los que sinceramente deseaban conocer las condiciones, se les decía que debían creer, arrepentirse y bautizarse (Hechos 2.37–38; 22.16).41 El propósito de Jesús era, más bien, recalcar la naturaleza del reino mesiánico: no era un reino terrenal en el que se entraba por un nacimiento terrenal (como había sido el reino de Israel). Más bien, era un reino celestial, en el que se entraba por medio de un renacimiento celestial (esto es, un cambio de carácter). No era un reino que se caracterizara por la marcha de ejércitos humanos, sino por la obra del Espíritu de Dios (vers.os 6–842). Estos eran conceptos nuevos para Nicodemo, y los halló difíciles de entender (vers.os 4, 10). El mensaje básico de Jesús es seguido de una prolongada porción que es característica del evangelio de Juan. El libro de Juan se distingue por sus segmentos reflexivos. Que estas palabras hayan sido una continuación de los comentarios que Jesús hizo a Nicodemo, o que hayan sido comentarios inspirados de Juan, no es algo que sepamos.43 De todos modos, contienen un caudal de verdades que invitan a reflexionar; incluyendo el hecho de que Jesús sería «levantado» (en la cruz) (vers.o 14) y la necesidad de creer que Jesús es el Cristo (el Mesías) (vers.os 15–16, 18). Se incluye en el discurso el pasaje de las Escrituras que más se conoce en el mundo: Juan 3.16, el llamado «texto de oro de la Biblia». No se incluye en él todo lo que necesitamos saber acerca de la salvación (como algunos afirman), pero es una hermosa y poderosa aseveración sobre el amor de Dios para con nosotros.44

Se menciona la fe varias veces (vers.os 15–16). Con el paso de los años, la mayoría de las personas han coincidido en que la expresión «naciere del agua» (vers.o 5) es una referencia al bautismo. No obstante, Jesús no estaba haciendo énfasis en estas condiciones, sino en la naturaleza del reino. 41 Pedro señaló más adelante a los cristianos que, al haber obedecido estos mandamientos, habían «renacido» (vea 1era Pedro 1.22–23). 42 La ilustración del viento que usa Jesús, consiste en un juego de palabras: La palabra griega que significa «viento» es la misma que significa «Espíritu». No podemos ver el viento, pero sí podemos ver el efecto de su presencia. Lo mismo pasa con la obra del Espíritu. 43 La manera más sencilla de enfocar el asunto es recibiendo el discurso como palabras de Jesús, y esta es la forma como lo trata la NASB. (N. del T.: La Reina-Valera trata el discurso de igual manera.) 44 Vea el sermón «Porque de tal manera amó Dios al mundo», en «La vida de Cristo, núm. 3».

LA PRIMERA VEZ QUE JESÚS EJERCE SU MINISTERIO EN JUDEA45 (JN 3.22–36) Después de la fiesta en Jerusalén, Jesús y sus discípulos se dirigieron a la campiña de Judea con el fin de predicar y enseñar. Los estimados de tiempo de este ministerio varían entre los tres y los ocho meses. Se nos dan dos datos sobre este período. En primer lugar, Cristo «estuvo allí con [sus discípulos]»; les estuvo enseñando y dándoles la oportunidad de que lo conocieran. En segundo lugar, «bautizaba» (vers.o 22), como Su precursor había hecho.46 El ministerio de Jesús en Judea fue aparentemente exitoso, pues los discípulos de Juan se quejaron, diciendo: «… mira que […] bautiza, y todos vienen a él» (vers.o 26). El capítulo que sigue asevera que «Jesús [hacía y bautizaba] más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos)» (4.1–2). El éxito de Jesús fue recibido favorablemente por el Bautista, pero no por los discípulos que quedaban con él. Se habían llenado de celos (vers.o 26). Se han perdido batallas por causa de los celos entre generales. Los celos constituyen una constante amenaza a la armonía de la obra del Señor. Las quejas de los discípulos de Juan hicieron que este diera testimonio nuevamente, acerca de quién era Jesús (vers.os 27–35). El Bautista recalcó la importancia de creer que Jesús era el Mesías:47 «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él» (vers.o 36; LBLA). Note que los conceptos creer y obedecer se usan de modo intercambiable.48 La fe que salva es la fe obediente (Santiago 2.20; vea Romanos 1.5; 16.26). Cuando Juan definió una vez más su propia función (vers.os 28–29), él manifestó uno de los más nobles sentimientos de las Escrituras: «Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe» (vers.o 30). No importa quién sea usted, llegará el 45 Más adelante en Su ministerio, Jesús volvería a enseñar en Judea durante unos tres meses o así. 46 Este bautismo era aparentemente una continuación del bautismo de Juan, y también era, por lo tanto, un bautismo de preparación. 47 En este pasaje, al igual que en la conversación que Jesús sostuvo con Nicodemo, es difícil saber donde terminan las palabras del que habla, y dónde comienzan las del autor del evangelio. La NASB le atribuye todas estas palabras a Juan el Bautista. 48 En la KJV se lee «cree» dos veces en el versículo, sin embargo, en los mejores manuscritos griegos se usan dos palabras diferentes. (N. del T.: En la Reina-Valera se lee igual que en la KJV.)

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momento en que deberá usted renunciar, y dejar que otro tome su lugar. ¡Cuántos resentimientos se evitarían si todos pudiéramos decir con dignidad, sin animosidad: «Es necesario que él [o ella] crezca, pero que yo mengüe»! CONCLUSIÓN Hay quienes rehúsan probar lo nuevo, diciendo: «Pero yo nunca lo he hecho». Si este argumento

tuviera validez, jamás se intentaría nada. Un niño de brazos jamás daría su primer paso, ni diría su primera palabra. Un niño en edad escolar jamás aprendería a leer. Los hombres y las mujeres jamás aprenderían nuevas destrezas. Los padres jamás tendrían hijos. Recuérdelo: para todo tiene que haber una primera vez. Si una nueva tarea es buena y necesaria, trate de hacerla. ¡Se sorprenderá del resultado!

El nuevo nacimiento «Algunas personas nacen una vez, y morirán dos veces; otras nacen dos veces, y morirán una sola vez». El significado del anterior acertijo se aclara en la conversación que sostuvo Jesús con Nicodemo en Juan 3.1– 9, donde el Señor habló acerca de un «nuevo nacimiento». Cuando Jesús dijo que es necesario «nacer de nuevo», Él estaba hablando en lenguaje figurado o alegoría. Más adelante les dijo a Sus discípulos: «Estas cosas os he hablado en alegoría; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre» (Juan 16.25). Cuando Cristo incluyó Sus condiciones para la salvación en la Gran Comisión, Él no habló de «nacer de nuevo», no habló en alegoría, sino que habló «claramente», diciendo: «El que creyere y fuere bautizado, será salvo» (Marcos 16.16a; vea Mateo 28.19). Cuando el Señor inspiró a Pedro para predicar el primer sermón del evangelio, el apóstol no les dijo a las personas que debían «nacer de nuevo», tampoco habló en alegoría, sino que, también les habló «claramente», diciéndoles: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados» (Hechos 2.38). Cuando la gente oyó y obedeció las palabras de Pedro (Hechos 2.41), ¿tuvieron las personas un «nuevo nacimiento»? La respuesta es «Sí». Más adelante, el apóstol escribió: «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad […] siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre» (1era Pedro 1.22–23; énfasis nuestro). La frase «siendo renacidos» es otra forma de referirse al proceso de llegar a ser cristianos por la fe y la obediencia. No obstante, no deberíamos desechar el mandamiento de Jesús en el sentido de «nacer de nuevo», diciendo simplemente: «es solamente otra manera de referirse al proceso de hacerse cristiano». La ilustración del nuevo nacimiento recalca el dramático cambio que debe tener lugar en la vida del que llega a ser hijo de Dios. Este cambio se subraya en la primera epístola de Juan. Juan escribió que el que ha «nacido» de Dios hace justicia (1era Juan 2.29), evita un estilo de vida pecaminoso (3.9–10), ama a los demás (4.7), y tiene una fe permanente en Jesús (5.1–5). Puede que valga la pena analizar estas características y preguntarnos: «¿Habré verdaderamente “nacido de nuevo”?». Volvamos al acertijo que se propuso al comienzo de este artículo: «Algunas personas nacen una vez, y morirán dos veces». Estas personas nacen físicamente, pero jamás renacen espiritualmente. Por lo tanto, tristemente, después de su muerte física, sufrirán «la muerte segunda» en el infierno (Apocalipsis 20.14; 21.8). «… otras [personas] nacen dos veces, y morirán una sola vez». Estos son los que «nacen de nuevo» al hacerse cristianos. Si se mantienen fieles hasta la muerte (Apocalipsis 2.10), «no sufrirá daño de la segunda muerte» (vers.o 11). ¿Ha «nacido usted de nuevo»?

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 NOTAS

Esta lección está llena de textos que se pueden usar para grandes sermones. He aquí varias ideas. Un comentario sobre cómo Andrés y Felipe trajeron a otros a Jesús, puede ser el punto de partida de un sermón sobre la necesidad de que nosotros traigamos a nuestros familiares y amigos a Cristo. Elaboré un sermón sobre «El poder de traer», que apareció en la edición de Truth for Today (La Verdad para Hoy) de Julio de 1987.49 Las palabras que Jesús dijo a Natanael, sobre «ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre» (Juan 1.51) pueden usarse de base para un sermón sobre «La escalera de Jacob», al comparar la «escalera» original de Génesis 28.10– 17 con la cruz. Las palabras que María dijo a los siervos: «Haced todo lo que os dijere» (2.5), pueden ser el comienzo de un sermón sobre la importancia de obedecer al Señor haciendo todo lo que nos pida. Se puede predicar un sermón de estudio de carácter sobre Nicodemo. Sus apariciones posteriores en Juan se encuentran en 7.50–52 y 19.39. Es aconsejable que recalque usted su fe y valentía crecientes. La mayoría de los predicadores tienen por lo menos un sermón sobre «El nuevo nacimiento». Puede que desee usted elaborar uno, por medio de ampliar las ideas del artículo complementario que se presenta a continuación. Se puede basar un sermón en 3.14. Para esto se trazan paralelos entre la serpiente de bronce y Cristo en la cruz. Vea el bosquejo «La serpiente en el desierto», en “A Survey of the Old Testament” («Reseña del Antiguo Testamento»), Truth for Today (La Verdad para Hoy) (Junio de 1993).50 Hay muchas otras ideas disponibles en ediciones anteriores de La Verdad para Hoy.

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Pensamientos sobre la tentación «Cuando un espíritu malo tienta al hombre ocupado, hay mil que tientan al ocioso». «El hombre que huye de la tentación no debe dejar señales que le indiquen cómo volver». «Cuando el diablo llama, deje que Jesús responda». «El objetivo del cristiano es alcanzar la victoria, no lo es estar libre de ataques». «Somos tentados, no para ser destruidos, sino para ser fortalecidos». «La tentación es una oportunidad para mantenerse firme por Cristo». «Si ha de tener dominio de la tentación, deje que Cristo tenga dominio de usted». «Quien trate de pelear contra el diablo usando su propia fuerza, se encontrará en el más grave peligro». «Al que manipula suciedad, algo de ella se le pegará». «Si bien no somos responsables de los pensamientos que pasan por el frente de nuestra puerta, sí lo somos de los que hacemos pasar y albergamos».

N. del T.: Esta edición no ha sido traducida al español. N. del T.: Esta edición no ha sido traducida al español.

Adaptado de The Cream Book, comp. Keith L. Brooks

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