PAN DIARIO 2016 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PAN DIARIO. Octubre Noviembre - Diciembre CONTENIDO

PAN DIARIO 2016 Octubre – Noviembre - Diciembre CONTENIDO Salmos 116:1-129:8 Octubre 1-20 Introducción a Filipenses Filipenses 1:1-6:23 Octubre 21-3
Author:  Emilia Aranda Moya

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PAN DIARIO 2016 Octubre – Noviembre - Diciembre CONTENIDO Salmos 116:1-129:8

Octubre 1-20

Introducción a Filipenses Filipenses 1:1-6:23 Octubre 21-31 Números 13:1-22:20 Lucas 4:14-5:26

Noviembre 1-16 Noviembre 17-23

Salmos 65:1-13 Noviembre 24 (Día de acción de gracias) Lucas 6:1-7:17 Salmos 131:1-150:6

Nov. 25 – Dic. 1 Diciembre 2-20

Introducción a Colosenses Colosenses 1:1-2:5 Diciembre 21-23 Mateo 1:18-2:12

Diciembre 24-25 (Navidad)

Colosenses 2:6-4:18 Salmos 23:1-6

Diciembre 26-30 Diciembre 31

Fraternidad Bíblica Universitaria

INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL PAN DIARIO ORAR: Antes de leer la palabra de Dios, preparemos nuestro corazón. “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad: Avívame en tu camino.” (Sal. 119:37) LEER: ¿Qué es lo que la palabra dice? Note los hechos cuidadosamente para que podamos saber qué es lo la palabra nos dice en estos momentos. MEDITAR: ¿Qué significa? ¿Cuál es el significado que el autor está tratando de comunicar? Note especialmente: Enseñanza acerca de Dios el Padre, Jesús el Hijo Unigénito, y el Espíritu Santo. Enseñanzas a ser seguidas en la vida cristiana:      

¿Hay promesas qué creer y por las cuáles clamar? ¿Hay mandamientos que obedecer? ¿Hay advertencias que obedecer? ¿Hay hábitos que debemos cambiar? ¿Hay pecados que debemos evitar? ¿Cuáles son las enseñanzas más importantes de éste pasaje?

ESCRIBIR: Encuentre el versículo clave y las enseñanzas importantes y trate de escribirlas. Escriba de qué forma éstas se aplican en su propia situación. ORAR: Concluya este estudio escribiendo su propia oración basada en la palabra. Escriba su propia ‘Una palabra.’

Sábado, 1 de octubre

Domingo, 2 de octubre

ALABAD A JEHOVÁ, NACIONES TODAS

PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA

Salmos 116:1-117:2

Salmos 118:1-29

“Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadles.” (117:1)

“Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.” (29)

Primero, ciertamente yo soy tu siervo (116:1-19). Estos son Salmos de alabanza. El Salmista estaba en gran angustia, incluso su vida estaba amenazada. Eso le llevó a suplicar a Jehová por su liberación. Ese es el lugar donde Dios reveló su compasión y su amor que nunca falla. El tiempo de desesperación fue usado para que Dios revelara su salvación y gloria. A la luz de esa gloria, el salmista mismo es revelado como siervo de Dios, un testimonio de su salvación eterna y su amor, luchando no contra la vida y la muerte, sino en el amar a Dios y cumplir con su llamamiento como de Dios mismo.

Primero, él me ha sido por salvación (1-16). El salmista expresa el amor infalible de Dios a Israel y a todo aquel que le teme. ¿De dónde recibió tanta confianza en la misericordia de Dios? Él atravesó los tiempos de ser fuertemente presionado y seriamente amenazado por sus enemigos. Allí tomo refugio en Dios. Cuando hizo esto, Dios se reveló a sí mismo salvándole a él y a las naciones. Dios mostró ser su fuerza y su defensa. Su diestra es sublime.

Segundo, naciones todas, pueblos todos (117:1-2). Mientras el salmista encontró a Dios durante su angustia personal, Dios tenía algo grandioso en mente. Él usaría al salmista para proclamar su amor y fidelidad a todas las naciones. Dios quiere que todas las naciones le alaben. Señor, gracias por revelarse usted mismo a mí en mi situación desesperada. Ayúdeme a vivir conforme a su llamamiento y servir su propósito. Úseme para proclamar su amor a todas las naciones.

Segundo, mi Dios eres tú, y te alabaré (17-29). En estos versículos podemos ver la lucha espiritual que personalmente tenía cuando su nación fue amenazada. Él lo aceptó como castigo de Dios, el cual al mismo tiempo era la puerta por la cual él podía entrar en la justicia de Dios. Es una imagen futura del refugio que Jesús provee a su pueblo. Al mismo tiempo, él es el crucificado y nuestra salvación eterna. Es más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos, y aun así es el mismo lugar donde Dios se reveló a todas las naciones. Bendecimos y alabamos a Dios por esto. Su eterna misericordia es mostrada de esta manera. Señor, ayúdeme a tener refugio en usted, para que pueda conocer su eterna misericordia.

Una palabra: Alaben a Dios todas las naciones. Una palabra: Gracias Dios por su eterna misericordia.

Lunes, 3 de octubre

Martes, 4 de octubre

EN MI CORAZÓN HE GUARDADO TUS DICHOS

Y MIRARÉ LAS MARAVILLAS DE TU LEY

Salmos 119:1-16

Salmos 119:17-40

“En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” (11)

“abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.” (18)

Primero, tus estatutos guardaré (1-8). Salmos 119 es el capítulo más largo de la Biblia. Está enfocado en Dios quien habla y trabaja a través de su palabra. La persona bendecida es aquella que guarda la palabra de Dios con todo su corazón. Es cuestión de obedecer a sus estatutos como buscándole a él y caminar con él. Aquellos que hacen esto recibirán la bendición de crecer para conocer a Dios desde su corazón. Ellos son considerados perfectos y justos a los ojos de Dios, y alabar su nombre.

Primero, abre mis ojos (17-32). El mundo está lleno de personas que tratan la idea de Dios y su palabra con arrogancia y desprecio. Aquellos que viven sus vidas de acuerdo a la palabra de Dios son tratados con oprobio. En ese momento Dios nos da su palabra para que podamos ver sus maravillas. Él da sus mandamientos para revelarse a sí mismo en este mundo pecaminoso. Él satisface el deseo de nuestra alama de encontrarse con Dios. En este mundo nuestras almas se cansan, y enfrentamos momentos de muerta segura. Al mismo tiempo, tenemos la palabra de Dios para revelarnos al único que nos gobierna, para que podamos entender sus caminos. ¡Qué cosa maravillosa es el que podamos ver a Dios!

Segundo, limpiar su camino (9-16). Los jóvenes son tentados a pecar de muchas maneras. ¿Cómo puede el joven limpiar su camino en este mundo contaminado, donde las personas abandonan la palabra de Dios? El salmista nos enseña el valor de las apalabras de Dios. Cuando guardamos sus palabras en nuestro corazón, cuando meditamos en su palabra con oración, somos llamados a alabar a Dios. Entonces podemos discernir su presencia en nuestras vidas y él se vuelve la fuente de nuestra alegría y regocijo para su pueblo. Señor, venga a mi corazón a través de su palabra. Manténgame puro delante de usted. Una palabra: Guarda la palabra de Dios en tu corazón.

Segundo, aparta mis ojos, que no vena la vanidad (33-40). El salmista ora para ser guiado en el camino de la ley de Dios. Siempre estamos siendo tentados a seguir nuestro propio interés, a la avaricia a expensas de las ganancias eternas. Nuestros ojos están tentados para mirar cosas vanas y perenes en este mundo. En ese momento nos es dada la palabra de Dios. Allí podemos encontrar a nuestro Dios, quien confirma sus palabras de promesa y se lleva nuestro oprobio por causa de su nombre. Cuando volteamos nuestros ojos a mirarle, tenemos vida. Señor, usted se revela a mí. Aparte mis ojos de cosas vanas para ver cosas maravillosas. Una palabra: Mira las maravillas.

Miércoles, 5 de octubre

Jueves, 6 de octubre

LA TIERRA ESTÁ LLENA DE LA MISERICORDIA DE DIOS

DIOS ES BUENO Salmos 119:65-88

Salmos 119:41-64 “De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; enséñame tus estatutos.” (64)

Primero, venga a mí tu misericordia (41-56). La adherencia del salmista a la palabra de Dios es expresada en su esperanza y confianza en la misericordia de Dios y su promesa de salvación, el cual es revelado en su palabra. En ella está protegido de los que se burlan, allí recibe verdadera libertad y es protegido de la vergüenza. En especial, allí aprende del amor de Dios. Esta relación de amor no le aísla de los sufrimientos o las burlas o la indignación a manos de los incrédulos. Pero en la palabra de Dios, el salmista encontró consuelo. Lo que recordó al final del día es que el nombre de Dios es su palabra. La misericordia de Dios nos da descanso. Segundo, mi porción es Jehová (57-64). Esta es la ofrenda de nuestra vida a Dios, estar totalmente ligado a él a través de su palabra. Esto es sin importar la situación. Es estar ligado a todos aquellos que dan sus vidas como ofrenda a él. Cuando nos sometemos a la palabra, aprendemos que la tierra está llena del amor de Dios. Podemos estar muy oprimidos, pero allí es donde Dios se revela a sí mismo a todos los que se aferran a su palabra. Allí es cuando Dios nos enseña que somos gobernados solamente y siempre por su amor soberano. Señor, sea mi porción. Enséñeme su palabra para que pueda conocer su misericordia. Una palabra: La misericordia de Dios.

“Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.” (71)

Primero, conforme a tu fidelidad me afligiste (65-80). El salmista pudo orar a Dios que le haga bien. Esto no significa que vivió una vida descuidada. Al contrario, él fue afligido de muchas maneras. Fue calumniado por gente orgullosa, pero allí no pudo aprender de los decretos de Dios. Él se había descarriado, pero en su humillación aprendió de la misericordia de Dios y su fidelidad. Aprendió de la compasión de Dios, quien carga con nuestros pecados y nuestras debilidades, pero es siempre fiel para darnos su palabra. Él nunca quita su misericordia de nosotros. Dios es bueno. Las aflicciones nos recuerdan que son dados por Dios para que regresarnos a él y para que aprendamos de su palabra. Segundo, ¿cuándo me consolarás? (81-88) Nosotros somos débiles y pecadores, cortados de Dios. Nosotros nunca le podemos ver con nuestros ojos. Al mismo tiempo, enfrentamos persecuciones y arrogancia de un mundo pecaminoso. ¿Cuál es nuestro consuelo? Esta es la situación en el que el salmista puso su esperanza en Dios, él recordó su ley y la obedeció. Muchas veces buscamos consuelo a través de la resolución de nuestras aflicciones. Pero la verdadera consolación es aferrarnos a la ley de Dios y recibir las aflicciones como su amor por nosotros. Señor, en mi aflicción ayúdeme a ver su rostro. Consuéleme con su ley y su amor. Una palabra: Para que pueda aprender tus estatutos.

Viernes, 7 de octubre

Sábado, 8 de octubre

LÁMPARA ES A MIS PIES TU PALABRA

DAME ENTENDIMIENTO

Salmos 119:89-112

Salmos 119:113-136

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” (105)

“Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer tus testimonies.” (125)

Primero, para siempre permanece tu palabra (89-96). La palabra de Dios es eterna e incambiable. Nos revela la naturaleza divina de Dios, y al mismo tiempo nos revela que él ha creado todas las cosas para servirle y para cumplir con su propósito. La ley de Dios es el poder de Dios para preservar y dar vida. Con nuestros ojos físicos nunca podremos ver la perfección ilimitada de Dios, y sus mandamientos no tienen fronteras. Tanto más le busquemos a través de sus leyes, podemos crecer hacia él que es eternamente fiel.

Primero, amo su ley (113-120). Cuando el salmista tuvo que vivir entre los malos, tomó refugio en la palabra de Dios. Esto no era simplemente un medio de escape. Él tomó refugio para poner su esperanza en Dios y en su salvación. Dios se hizo la fuente de su vida. Él aprendió que el malo puede parecer intimidante ante los caminos de este mundo, pero al final son como escoria, son falsedad. Allí aprendió la naturaleza maravillosa y eterna de Dios. Entonces él pudo temer a Dios y amar su palabra.

Segundo, lumbrera a mi camino (97-112). La palabra eterna de Dios está siempre con nosotros, dando conocimiento y entendimiento a quien se aferra de ella. La palabra de Dios mantiene nuestros pies en el camino hacia él. La palabra de Dios es lámpara para nuestros pies y lumbrera a nuestros caminos. Cuando nos encontramos con sufrimientos o con la maldad del mundo, es tentador ir por un camino diferente, el camino de menos resistencia, el camino que evade el sufrimiento y conflicto, o el camino que se compromete con el mundo. El salmista buscó el camino de Dios. Para los cristianos, este camino es el camino de la cruz. La palabra de Dios es nuestro guía en nuestro peregrinaje hacia él.

Segundo, tu siervo soy yo, dame entendimiento (121-128). El poder de la palabra de Dios radica en que tiene la habilidad para revelar a Dios ante nosotros. Cuando nos encontramos con oposición en este mundo, no vemos descanso o justicia. Pero cuando encontramos a Dios en su palabra, él nos da entendimiento. Podemos encontrar a Dios quien ha estado cargando con los pecados de los hombres en él mismo con amor. A través de su palabra podemos encontrar a Dios quien se unió a nosotros en nuestros sufrimientos. Allí podemos ver su palabra descubierta ante nosotros. Tenemos luz para ver su misericordia. La esperanza de redención eterna nos da lágrimas, así como el peso del pecado con el que él carga. La obediencia a la palabra de Dios nos da una nueva y gloriosa vista con el que podemos discernir la presencia de Dios en este mundo.

Señor, gracias por su palabra que guía mi camino hacia usted. Una palabra: La palabra de Dios es lámpara para mis pies.

Señor, ayúdeme a amar su palabra, que yo pueda conocer su presencia gloriosa. Una palabra: Ama la palabra de Dios, discierne su presencia.

Domingo, 9 de octubre

Lunes, 10 de octubre

VIVIFÍCAME

DESEA LA SALVACIÓN DE DIOS

Salmos 119:137-160

Salmos 119:161-176

“Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.” (149)

“He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia.” (174)

Primero, las promesas de Dios son muy fieles (137-144). Dios es justo y fiel. Sus promesas son rectas y muy fieles. Nuestro celo nos consume, pero las palabras de Dios son para siempre. Su palabra es sumamente pura, probada por muchos creyentes a través de la historia, y son verdaderamente son ciertas. Aun cuando los problemas y la aflicción llegan, la palabra de Dios nos da paz.

Primero, tu salvación he esperado (161-168). El salmista se encontró con persecución sin ninguna causa, y estaba afligido por las falsas acusaciones. En ese momento, él no trató de defenderse, tampoco respondió a las acusaciones contra sus enemigos. En lugar de eso encontró gozo y paz en la ley de Dios. Él fue a Dios con temor santo y tembló ante su palabra. Él no trató de salvarse a sí mismo; él esperó a la salvación de Dios. Él esperó en Dios quien le formó y quien conocía todos sus caminos.

Segundo, esperé en tu palabra (145-160). Las promesas y los mandamientos de Dios son verdaderos y eternos. Aún en las vigilias de la noche, cuando Dios parece estar muy lejos, Él está cerca y listo para ayudarnos. Cuando clamamos a él, él está allí. Él vivifica conforme a su juicio (149, 154, 156, 159). Él ama a aquellos que aman y confían y obedecen a sus mandamientos. La salvación está lejos de aquellos que desprecian la palabra de Dios, quienes hacen maldad en lugar de seguir la ley de Dios. Pero todos los mandamientos de Dios son verdad, y su ley es eterna. Los incrédulos no obedecen a la ley de Dios. Ellos no pueden ser salvos. Pero la vida de aquellos que claman por ayuda a Dios serán preservados de acuerdo a sus promesas. Señor, usted es mi esperanza y mi salvación. Ayúdeme a obedecer su palabra eterna y tener vida eterna.

Segundo, he deseado tu salvación (169-176). Vivimos en tiempos en el que la gente no tiene dirección. Quien no tiene dirección ha perdido su camino, como una oveja perdida. Cuando nos volvemos a Dios y a su palabra, tenemos esperanza de ser encontrados por Dios y ser restaurados como sus siervos. El siervo de Dios es quien busca la salvación de Dios. Cuando buscamos a Dios a través de su palabra, ponemos todas nuestras esperanzas en él. En lugar de desear una liberación temporánea en la dificultad, busquemos la verdadera salación, la cual solamente Dios puede proveer. Él se hace nuestra esperanza de salvación eterna en este mundo pecaminoso. Señor, solamente usted puede liberarme verdaderamente y salvarme verdaderamente. Ayúdeme a poner mi esperanza en usted.

Una palabra: Dios me vivifica. Una palabra: Dios es mi salvación.

Martes, 11 de octubre

Miércoles, 12 de octubre

LIBRA MI ALMA, OH JEHOVÁ

MI SOCORRO VIENE DE JEHOVÁ

Salmos 120:1-7

Salmos 121:1-8

“Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta.” (2)

“Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.” (2)

Primero, labios mentirosos (1-4). El salmista clamó a Dios en el tiempo en que estaba enfrentando a labios mentirosos y lenguas fraudulentas. En lugar de ir en una guerra de palabras contra aquellos que esparcían mentira, o defenderse a sí mismo de esas acusaciones, él oró que Dios le salvara. Él buscó a Dios y no una solución personal. En lugar de buscar salvar su propia reputación, él buscó a Dios quien es Juez, quien responde a los clamores y se revela a sí mismo. Jesús describió a Satanás como mentiroso y asesino desde el inicio. Cuando nos enfrenamos con lenguas fraudulentas es el tiempo de clamar a Dios. Solamente él nos puede salvar.

Primero, ¿de dónde vendrá mi socorro? (1-4) Este es llamado el salmo del viajero. Es uno de las muchas canciones de ascensión, para los peregrinos que iban a Jerusalén. Ese peregrinaje podría presentar un peligro y pruebas desconocidas. Cuando el salmista vio la majestad de las montañas, sabía que la ayuda viene de aquel que creó tal majestad. Él sabía que la ayuda viene de Dios. El pie del viajero podía resbalar. Él podía estar exhausto. Pero Dios le daría protección día y noche. Él no duermo. Él es nuestra ayuda constante en nuestro peregrinaje al reino de Dios.

Segundo, yo soy pacífico (5-7). Mesec y Cedar representan a aquellos que apoyan las guerras. Ellos vivieron con hostilidad contra otros. En nuestro tiempo ellos pueden ser representados por aquellos que quieren destacar en el mundo a pesar de las consecuencias de otros. El salmista parece que estaba familiarizado con este tipo de vida. Sin embargo, aquí proclama diciendo que es pacífico, así como Dios es pacífico. Él no haría más guerra con su lengua, sino que dependería en la paz de Dios.

Segundo, él guardará tu alma (5-8). Dios protege a su pueblo de toda clase de cosas en este mundo, guardándonos de todo mal. Pero él hace más que guardarnos de la maldad del mundo. Dios cuida de nuestra vida. Él es nuestro centinela para toda la eternidad. En cualquier momento que experimentamos su ayuda en nuestro peregrinaje terrenal, deberíamos pensar que él es el Creador de los cielos y la tierra. Nuestro destino es el reino de Dios.

Señor, cuando enfrento los engaños del mundo, ayúdeme a vivir en paz y depender en usted.

Señor, gracias por guardarme de todas las cosas. Usted es mi ayuda. Ayúdeme a crecer para conocer su esperanza eterna en todas las cosas.

Una palabra: Ayúdeme, Señor, de mentir con los labios.

Una palabra: ¿De dónde vendrá mi socorro?

Jueves, 13 de octubre

Viernes, 14 de octubre

IREMOS A LA CASA DE DIOS

TEN MISERICORIDA DE NOSOTROS

Salmos 122:1-9

Salmos 123:1-4

“Yo me alegraré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.” (1)

“A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.” (1)

Primero, alaba el nombre de Dios (1-5). Para el pueblo de Israel, la ciudad de Jerusalén representaba la presencia de Dios entre ellos. Era la ciudad del templo, el templo donde Jehová habitaba con su pueblo. Era la casa de Dios. Era el lugar donde Dios invitaba a su pueblo a glorificar y alabar su nombre. Pero éste era más que una ciudad terrenal. Jerusalén y el templo representaban la ciudad eterna, el reino donde Dios habata en su majestad eternamente. Pararse delante de las puertas de Jerusalén significaba alabar el nombre de Dios y pararse delante de su trono.

Primero, hasta que tenga misericordia de nosotros (1-2). El salmista alzó sus ojos a Dios y le vio, el Dios Soberano que habita en los cielos. Él vio a Dios como un esclavo mira la mano de su señor. Era una dependencia completa, como la mente de un siervo. Así era como el salmista describió a aquellos que buscan a Dios con esa solamente y propósito. ¿Qué era lo que buscaba tan atentamente? Era la misericordia de Dios. El que es nuestro rey, nos gobierna con su misericordia. Su misericordia es lo que su pueblo espera, verlo, conocerlo y experimentarlo en todas las cosas.

Segundo, la paz sea contigo (6-9) El salmista oró por la paz de Jerusalén. Él oró por la seguridad de la ciudad y el templo. Era una oración por las naciones que por la nación que fue llamado por el nombre de Dios. Era también una oración por la casa de Dios. Era una oración de que Dios no alejaría su presencia de su pueblo, pero también que viviría en paz en medio de ellos. Es verdaderamente nuestra fuente de gozo el ser invitados a ir a la presencia de Dios y orar por la paz.

Segundo, hastiada está nuestra alma (3-4). ¿Bajo qué condiciones pidió por misericordia el salmista? Su petición vino cuando el pueblo de Dios estaba siendo escarnecido y menospreciado por los arrogantes y orgullos, los enemigos de Dios. Pudo haber parecido que era momento de orar por alivio, pero el salmista aceptó profundamente sus pruebas bajo la voluntad soberana de Dios. Allí oró para encontrarse con Dios quien habita en los cielos y gobierna sobre todas las cosas con su misericordia.

Señor, lleve mis pies a pararse delante de usted. Permita la paz a su pueblo.

Señor, usted es Dios y el soberano de todas las cosas. Por favor, gobierne a sus siervos con misericordia y ayúdenos a buscarle en todas las cosas.

Una palabra: Ven a Dios, ora por la paz. Una palabra: Tenga misericordia de nosotros.

Sábado, 15 de octubre

Domingo, 16 de octubre

NUESTRO SOCORRO ESTÁ EN EL NOMBRE DE JEHOVÁ

COMO JERUSALÉN TIENE MONTES ALREDEDOR DE ELLA

Salmos 124:1-8

Salmos 125:1-5

“Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.” (8)

Primero, a no haber estado Jehová por nosotros (1-5). Israel era una pequeña nación entre muchas fuerzas poderosas. Vivir allí era como estar constantemente bajo amenaza de ataque. El furor de las naciones era abrumador, como estar inundados de aguas torrenciales. ¿Qué fue lo que se reveló en las constantes luchas del pueblo de Israel? El salmista aprendió: “A no haber estado Jehová por nosotros.” El pueblo de Israel no era simplemente una pequeña nación entre súper poderosos. Ellos eran el pueblo escogido de Dios para revelar su gloria al mundo. Dios escogió a esta débil cosa del mundo para revelar su grandeza y poder. Segundo, bendito sea Jehová (6-8). En este momento Israel había sido liberado por Dios. Parecía que eran pájaros encerrados, atrapados por sus enemigos. Dios proveyó de salvación cuando parecía que no había escape. Él se reveló tanto como su ayuda y como el Creador del cielo y la tierra. Nosotros llegamos a experimentar muchas tentaciones que amenazan con amarrarnos, y estamos indefensos contra nuestros enemigos. Pero tenemos a Dios quien nos ayuda, quien envió a su Hijo para morir por nosotros, liberándoos del poder del pecado y la muerte, y de todos nuestros enemigos que quieren amarrarnos. Alabado sea Dios. Señor, soy débil, pero usted es mi ayuda. Gracias por liberarme del lazo de Satanás, y por estar a mi lado.

“Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre.” (2)

Primero, como el monte de Sion (1-2). El salmista asemeja a aquellos que confían en Dios con el monte de Sion. El monte de Sion era una fuerte e impenetrable montaña en la ciudad de Jerusalén, y era el lugar donde David había escogido para construir el templo donde Dios podía habitar con su pueblo. El reino de Dios es también referido como Sion. Es la perdurable y eterna ciudad de Dios, su lugar de habitación eterna. Así como los montes que rodeaban a Jerusalén le daban protección al templo y al pueblo, así también Dios protege a los suyos, a aquellos que confían en él, en todas las cosas. Él nos protege para siempre. Dios nos rodea y nos lleva a Sion, su habitación celestial. Segundo, la heredad de los justos (3-5). Los israelitas tuvieron muchos gobernadores que no vivieron conforme a la justicia de Dios, sino que fueron malvados. Aquellos gobernadores no prevalecerían, porque Dios ya ha heredado la tierra a los justos. En ese preciso momento Dios proclamará su juicio eterno y su salvación. Su pueblo espera por el día en que heredarán su tierra en el reino de Dios. Señor, ayúdeme a confiar en usted. Rodéeme con su protección y lléveme usted mismo. Una palabra: Confía en Dios.

Una palaba: Los lazos han sido rotos.

Lunes, 17 de octubre

Martes 18 de octubre

HAZ VOLVER NUESTRA CAUTIVIDAD, OH JEHOVÁ

SI EL SEÑOR NO CONSTRUYE LA CASA Salmo 127:1-5

Salmos 126:1-6 “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.” (3)

Primero, Dios ha hecho grandes cosas (1-3). Cuando el pueblo de Dios estuvo exiliado, su fortuna y su futuro parecían desalentadores. No pudieron tener esperanza de volver a Israel, y no pudieron tener esperanza de adorar a Dios en el templo. Pero Dios les hizo volver de la cautividad. Él les trajo de regreso como había prometido. Era como un sueño hecho realidad. El pueblo esto lleno de risa y alabanza, y la Fuente de gozo era Dios mismo. De la misma manera, los cristianos son aquellos que son traídos de la cautividad del pecado, en que están desamparados, del desalentador prospecto de muerte al gozo de la esperanza de vida. Qué grande es Dios. Él es nuestra fuente de gozo y vida; él ha hecho grandes cosas por nosotros. Segundo, lágrimas y gozo (4-6). Nuestra esperanza está en Dios, quien nos restaura en todas las maneras. Esta vida es como el desierto, donde nosotros frecuentemente sembramos con lágrimas. Pero nuestra esperanza está en Dios. Él es el que trae el agua al desierto y convierte el llanto en gozo. Él hace que su pueblo sea fructífero en su sufrimiento. Nuestro gozo viene cuando nos encontramos con él en ese lugar. Señor, haga volver de la cautividad a su pueblo. Vuelva nuestras lágrimas en gozo. Una palabra: Siembra con lágrimas, siega con regocijo.

"Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia."(1)

Primero, a menos que el Señor... (1-2). La vida es del Señor. Vivimos nuestras vidas para el Señor. Apartados de él todo nuestro trabajo es en vano. Muchas personas buscan acumular riqueza o el poder en este mundo. Pero el legado de la vida apartados del Señor es perecedero. Es una vida de maldición, trabajando para la comida se termina en la muerte. No hay descanso en una vida así, porque al fin se va a colocar en el polvo de la tierra. Dios es nuestro creador. En la casa que se revela Dios, Él construye a su pueblo. Cuando nos entregamos al Señor él nos usa y nos bendice con la seguridad de que esta vida no es en vano, sino un bloque en la construcción valiosa de su gloria eterna. Segundo, los hijos son una herencia del Señor (3-5). Los niños son un regalo del Señor. Ellos son realmente una bendición, y pertenecen a él. Son una parte de lo que Dios está construyendo. Cuando vivimos como administradores de la vida de ellos en Dios, sabemos que tenemos la dicha. Ellos nunca serán avergonzados, porque pertenecen al Señor, una parte de su casa y su reino. Señor, hágame una parte de su casa y su reino eterno. Utilíceme como se requiere. Una palabra: El Señor construye la casa.

Miércoles 19 de octubre

Jueves, 20 de octubre

BIENAVENTURADOS TODOS LOS QUE TEMEN AL SEÑOR

JEHOVÁ ES JUSTO Salmo 129: 1-8

Salmo 128: 1-6 "Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos." (1)

Primero, la bendición para el hombre que teme al Señor (1-4). El salmista dijo: "Bienaventurados los que temen al Señor." Entonces, ¿qué es lo que temen al Señor? Significa caminar en obediencia a él. Noé era un hombre que caminaba con Dios. Él obedeció el mandato de Dios para construir un arca. Cuando lo hizo Dios lo usó como fuente de vida para el mundo. Es una cosa terrible caminar con Dios, porque somos pecadores, que sólo merecemos el justo juicio de Dios. Pero aquellos que caminan con él en tensión aprenden que es un Dios de bendición. Bendice nuestra familia y nos crece para ser una fuente de bendición, que lo lleva a este mundo. Segundo, que el Señor los bendiga (5-6). Esta es la oración para todo el pueblo de Dios. Es la oración de bendición eterna del Señor. Cuando tememos al Señor tenemos acceso a su amor, al perdón y a la bendición eterna. Cuando vivimos bajo su gobierno experimentamos la bendición desbordante, bendición del cielo, del mismo Señor. Aprendamos a orar continuamente por la bendición del Dios de Sion. Señor, usted es mi creador y soberano. Enséñeme cada día lo que es temer a Dios. Hágame una bendición en la actualidad. Una palabra: Temed a Dios, bendecidos.

"Jehová es justo; Cortó las coyundas de los impíos." (4)

Primero, cortados de los lazos de los impíos (1-4). La nación de Israel fue oprimida desde el principio por las naciones más fuertes y más poderosas. Había muchos que odiaba a Israel. Parecía que la nación estaba siempre bajo ataque, siempre amenazado con la aniquilación, incluso tomados prisioneros y exiliados a un país extranjero. Pero nunca, ninguno de sus enemigos obtuvo la victoria. La nación se mantuvo como pueblo de Dios, con el apoyo de su justicia. La justicia de Dios tiene poder para cortar y nos libera de los lazos de maldad. Su justicia es nuestra salvación para todos los que padecen violencia. Segundo, podrán ser vueltos atrás en vergüenza (5-8). Hay muchos que odian al pueblo del Señor y al Señor mismo. Buscan oprimir a sus escogidos, pero se convertirán de nuevo en vergüenza. Los que odian y rechazan al Señor están cortados de la fuente de la vida. Como la hierba que se convierte en paja y es lanzada lejos por el viento. Apartados del Señor no hay vida o bendición. Es la justicia del Señor que sostiene la bendición y la vida de su pueblo. Señor, no puedo defenderme contra la opresión de los malvados. Enséñeme a depender de su rectitud y ser puesto en libertad. Una palabra: El Señor es justo.

Viernes, 21 de octubre

INTRODUCCIÓN A FILIPENSES Filipo era una colonia romana y una ciudad líder en Macedonia. Una carretera principal a Roma pasa a través del centro de la ciudad. Había pocos judíos allí, y sin sinagoga. Hechos 16:11-40 describe cómo Pablo fue pionero en la iglesia de Filipo. Predicó a algunas mujeres en la orilla del río y Lidia se convirtió. Este evento marcó la entrada del Evangelio en Europa. Así, cambió el curso de la historia del mundo. Los cristianos filipenses eran activos en su apoyo a Pablo, y Pablo escribe esta carta a ellos, dándoles las gracias por su apoyo e informar sobre su trabajo. Al momento de escribir, Pablo estaba bajo arresto domiciliario en Roma. A pesar de que escribe desde la prisión, él está lleno de alegría y acción de gracias. Esta carta ha sido llamada la "Epístola de la alegría." Vamos a aprender el secreto de la alegría de Pablo en todas las circunstancias. Contexto: 

Saludos, acción de gracias y oración (1:1-11)



Cadenas de Pablo, el progreso del evangelio (1:12-30)



Tener la misma actitud de Cristo Jesús (2:1-18)



Timoteo y Epafrodito (2:19-30)



La grandeza del conocimiento de Cristo Jesús (3:1-4:1)



Exhortación a alegrarse y orar (4:2-9)



Acción de Gracias por los regalos y saludos finales (4:10-23)

UNA RELACIÓN EXCELENTE Filipenses 1:1-11 "…siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;" (45)

Primero, gozosa acción de gracias de Pablo (1-8). Pablo escribe a los santos en Filipo."Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros." Desde el primer día Pablo se encontró con Lidia en el río, fuera de Filipo, Dios había trabajado para establecer una relación excelente en el Evangelio. Si Pablo estaba encadenado en Roma o viajaba como misionero, la iglesia en Filipo compartía en la gracia de Dios a través de su amor, la oración y el apoyo para él. Pablo estaba convencido de que la gran obra de Dios en ellos continuaría hasta su finalización maravillosa en el día de Cristo. ¡Nada puede romper estos lazos de hermandad! Dicha asociación es lo que Dios quiere para todos sus hijos. Dios es glorificado cuando trabajamos juntos y mucho, el uno con el otro, con el afecto de Cristo. Segundo, el contenido de la oración de Pablo (9-11). Pablo oró por que se produzca una reacción sorprendente en cadena. Oró por su amor y conocimiento de Dios para crecer y para el discernimiento de vivir una vida pura y sin mancha. Lo que sigue, son vidas que están llenas de frutos de justicia y buenas acciones que traen gloria a Dios. El ejemplo de Pablo nos enseña cómo orar por todos nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Padre, denos una sociedad sana y alegre en el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Una palabra: ser socios en compartir la gracia de Dios.

Sábado, 22 de octubre

Domingo, 23 de octubre

LO QUE REALMENTE IMPORTA

EXALTAR A CRISTO EN VIDA Y MUERTE

Filipenses 1:12-18 "¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado…" (18a)

Primero, a pesar de las cadenas, el Evangelio avanza (12-14). Sin duda, los santos de Filipo estaban angustiados por el encarcelamiento de Pablo. Pero Pablo les aseguró que lo que le ocurrió en realidad sirve para que el evangelio avance. Pablo estaba encadenado a los soldados romanos de la guardia del palacio. Uno a la vez, escuchó de él el testimonio a los visitantes y escucharon mientras oraba y cantaba himnos. También experimentaron el amor y la bondad de Cristo y de cómo llegó a conocer a cada uno de ellos personalmente. De esta manera, el Evangelio se extendió a toda la guardia del palacio. Además, la fe inquebrantable de Pablo inspiró el coraje en los demás a medida que crecían en valentía en su predicación y en la difusión del Evangelio aún más amplia que antes. Segundo, a pesar de la envidia y la rivalidad, Cristo es predicado (1518). Algunos se dieron cuenta de que Pablo fue encarcelado por la voluntad de Dios por defender el Evangelio y predicaban de buena voluntad. Otros, sin embargo, tenían envidia y celos del apóstol Pablo. Se aprovecharon de su encarcelamiento y predicaron por razones egoístas. De cualquier forma, Pablo se regocijó porque lo que importaba era que Cristo fuera predicado. Nosotros también podemos regocijarnos al igual que Pablo, cuando sólo Cristo es nuestra esperanza. Padre, ayúdenos a comprender que el avance del Evangelio es lo que realmente importa. Ayúdenos a ser humildes.

Filipenses 1:19-30 "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (21)

Primero, la confianza de Pablo (19-26). Pablo estaba lleno de confianza, basada en la provisión de Dios del Espíritu Santo y las oraciones de los santos de Filipo. No sólo estaba confiado en su reivindicación, sino también que, si vivía o moría, Cristo será exaltado en su cuerpo. Si vivía, confiaba en que su fructífera obra para el Señor continuaría. Si moría, él sabía que iba a estar en la presencia y la gloria de Cristo para siempre. En la vida o la muerte, Cristo era todo lo que exaltaba Pablo. Mientras pensaba en lo que prefiere, se dio cuenta de que por el bien de los creyentes en Filipo, era mejor para él vivir. Todavía hay mucho trabajo por hacer. Segundo, una vida digna del Evangelio (27-30). Sea que Pablo viviera o muriera, exhorta a los Filipenses que se comporten de una manera digna del evangelio de Cristo. Esto es cierto para todos los cristianos. Hemos de trabajar como un solo cuerpo, manteniéndonos firmes en el espíritu, combatiendo unánimes como uno por la fe del Evangelio, y vivir sin miedo a la oposición. Dicha unidad en la fe y el sufrimiento demuestra la verdad de nuestra salvación. Una vida digna del Evangelio es la que exalta a Cristo en armonía con los demás. Es una vida llena de confianza basada en la gracia de Cristo. Señor, nos preocupan y nos esforzamos por las cosas del mundo. Por favor perdónenos. Ayúdenos a vivir y morir por Cristo, que puede ser exaltado en todo lo que hacemos. Una palabra: Ten confianza en Cristo.

Una palabra: Alégrate de que Cristo es predicado.

Lunes, 24 de octubre

Martes, 25 de octubre

LA MENTALIDAD DE JESUCRISTO

¡ALEGRESE, DIOS ESTÁ TRABAJANDO EN USTED!

Filipenses 2:1-11 "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,..." (5)

Primero, la unidad en Cristo (1-4). Hay ciertas cosas que todos los creyentes comparten. Todos nosotros hemos experimentado la ternura y la compasión de nuestro Señor Jesucristo y una nueva vida a través de la comunión del Espíritu Santo. Estas garantías dulces deben llevarnos a vivir en hermosa armonía entre sí, que comparten el mismo corazón, mente y alma en Cristo. Tal unidad se produce cuando somos humildes y pobres de espíritu, nos deshacemos de todo egoísmo y vanidad. La unidad viene cuando realmente valoramos a los demás más que a nosotros mismos. Segundo, la mentalidad de Cristo (5-11). Nuestro Señor Jesús dejó a un lado toda la gloria y la riqueza de su posición en el cielo y entró en el mundo como un simple niño, nacido de una virgen. Se humilló aún más, ya que sufrió voluntariamente y murió en la cruz por nuestra salvación en obediencia a la voluntad del Padre. ¡Cuán grande es su amor! Hemos de ser como él en nuestra humildad y amor por los demás. Dios exaltó a nuestro Señor y le dio un nombre que es sobre todo nombre. De la misma manera, él exaltará al que se humilla como Jesús en sus relaciones con los demás. Padre, gracias por el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, que, en su gran humildad, murió por los pecados del mundo. Ayúdenos a ser como Él. Una palabra: Tener la mentalidad de Cristo Jesús.

Filipenses 2:12-18 "...porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad...” (13)

Primero, esforzarse en su salvación (12-13). Bueno y maravilloso es el propósito de Dios para nosotros, es crecer en la imagen de Cristo. Este es el proceso de toda la vida de santificación y es algo que no podemos hacer por nuestra cuenta. El deseo y el poder para esto vienen de Dios, Él trabaja en nuestros corazones por el Espíritu y la palabra. ¡Nuestra parte es cooperar! A la luz del ejemplo de la obediencia y la exaltación de Cristo, hemos de ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor. ¡Cuán grande fue el precio de nuestra salvación y lo maravilloso de la gloria que nos espera! La gracia y la misericordia de nuestro Señor nos motivan a obedecer su palabra y crecer. Segundo, hacer todo sin murmuraciones y contiendas (14-18). La visión de Dios para nosotros es brillar como estrellas en esta generación oscura y malvada. Para ello, hemos de ser irreprochables y sencillos, lo cual es imposible si nos permitimos quejas y discutimos entre nosotros. La luz y las quejas ¡están en completa oposición! El Espíritu Santo se entristece cuando se lucha entre sí. En cambio, hay que mirar el ejemplo de Pablo. Incluso si su vida estaba siendo derramada en libación sobre el sacrificio y servicio de la fe de los filipenses, se alegró. Esto era para alegrarse porque Dios estaba usando su obediencia para producir la imagen de Cristo en ellos. Padre, ayúdenos a caminar en el Espíritu y para crecer en Cristo. Perdone nuestras quejas y discusiones. Una palabra: ¡Dios es el que en vosotros!

Miércoles, 26 de octubre

Jueves, 27 de octubre

DOS HÉROES DE LA HUMILDAD

CRISTO ES NUESTRA CONFIANZA

Filipenses 2:19-30 "pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros." (20)

Primero, el ejemplo de Timoteo (19-24). Timoteo era un maravilloso ejemplo de un sirviente de confianza y desinteresado que tenía la mentalidad de Cristo. Tenía un corazón de pastor, lo que demuestra una preocupación genuina por el bienestar de los demás. Al parecer, Timoteo era único en este sentido. Pablo dice: "Porque todos buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo." Esta es una declaración sorprendente que mueve nuestros corazones, porque es cierto de muchos cristianos hoy en día. Nuestras vidas ocupadas son a menudo demasiado llenas de gente y demasiado conflictivas para los intereses de Cristo. Un servidor de Cristo tiene que ponerse a disposición del Señor y poner en primer lugar la voluntad de Cristo. Segundo, el honor de las personas como él (25-30) Epafrodito era un gran ejemplo de un laico que sirve el cuerpo de Cristo. Pablo se refiere a él como "mi hermano, compañero de trabajo, y compañero de lucha." Epafrodito fue enviado a ofrecer soporte a Pablo y para cuidar de sus necesidades. En el camino, él se enfermó y estaba a punto de morir. Esto no lo sacudía, pero él se preocupó más de la ansiedad de los filipenses por su bienestar y regresó antes de lo esperado. Pablo dice, en honor a los funcionarios como él, que están dispuestos a arriesgar la vida por la obra de Cristo. Padre, llena nuestros corazones con la humildad y la compasión de nuestro Señor Jesucristo y concédanos una verdadera preocupación por el bienestar de los demás. Una palabra: buscar primero los intereses de Cristo.

Filipenses 3:1-11 "a fin de conocerle..." (10a)

Primero, no teniendo confianza en la carne (1-9). Estamos tentados a ganar por nuestra propia justicia, como si eso fuera posible. Los falsos maestros estaban infiltrando la iglesia y la enseñanza de que la salvación requiere la circuncisión y la obediencia a las leyes y tradiciones judías. Pablo dice que si eso fuera cierto, ¡sería mejor que todos! Sin embargo, su conversión en el camino a Damasco le enseñó de manera diferente. Cuando Cristo intervino en su vida, se dio cuenta de que todo lo que había hecho en la carne era pura basura. Lo único que importaba era ganar a Cristo y tener la justicia que viene de Dios mediante la fe. Segundo, toda la confianza en Cristo (10-11). En Cristo, encontramos la salvación, la santificación, el discipulado y la glorificación. Conocer a Cristo es tener una relación con él y tener vida eterna. Jesús dijo: "Permaneced en mí, y yo permaneceré en ustedes." Experimentar el poder de la resurrección es experimentar el poder del Espíritu Santo que da forma y nos moldea a la imagen de nuestro Señor. Para participar en los sufrimientos de nuestro Señor es necesario negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirle. Para llegar a la resurrección de entre los muertos, estar con él y participar de su gloria para siempre. Nuestra única esperanza, nuestro único deseo, nuestra única pasión es conocer a Cristo. Padre, ayúdenos a aferrarnos a la única cosa que importa, la justicia que tenemos en Cristo. Una palabra: Quiero conocer a Cristo.

Viernes, 28 de octubre

Sábado, 29 de octubre

PROSIGO HACIA LA META

NUESTRA CIUDADANÍA ESTÁ EN EL CIELO

Filipenses 3:12-16

Filipenses 3:17-21

"prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús..." (14)

Primero, prosigo (12) ¿Por qué Cristo se ha apoderado de ti? Juan describe la consumación de nuestra salvación en 1 Juan 3:2, donde dice: "Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." Ninguno de nosotros, ni siquiera Pablo, puede decimos que hemos obtenido la perfección de Cristo en este mundo. Se logra sólo en ese gran momento cuando aparece el Señor. Pero sigue siendo nuestra meta y Cristo nos ha dado el poder seguirlo. Debemos ser como los corredores de carreras en su vida con sus ojos fijos en la línea de meta. Segundo, pero una cosa hago...(13-16) ¿Está ejecutando la carrera para ganar? El ganar requiere un enfoque singular en la meta. Pablo dice: "Pero una cosa hago..." Todo en su vida se aplica a este propósito: ganar el premio. Ganar nos obliga a mirar siempre hacia adelante. Incluso una breve mirada detrás de nosotros para ver nuestros logros o ensayos en el pasado nos puede distraer y hacer que perdamos nuestra posición. Por último, con gran resistencia, estamos en tensión hacia la línea de meta: el día está llegando más y más cerca cuando Cristo, con una llamada al cielo, reunirá a su pueblo para estar con él para siempre. Señor, denos un nuevo espíritu para correr hacia la meta que ha establecido para nosotros.

"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;" (20)

Primero, el ejemplo de Pablo (17-19). Hay dos caminos que podemos tomar. Podemos seguir el ejemplo de Pablo y otros como Timoteo y Epafrodito y la lucha hacia la perfección de Cristo. Este es el movimiento en la dirección de nuestra salvación. O bien, podemos vivir como enemigos de la cruz, en contra de la salvación ofrecida en Cristo. Esto significa que vivimos para la satisfacción de nuestros deseos pecaminosos e incluso la gloria en nuestra vergüenza. Es una vida que conduce a la destrucción. ¿Está nuestro enfoque en lo terrenal o en las cosas del cielo? El ejemplo de Pablo es el que debemos elegir. Segundo, nuestra motivación (20-21). Pablo nos da tres razones para seguir su ejemplo. En primer lugar, por la gracia de Dios, hemos adquirido una nueva ciudadanía cuando fuimos salvos. Ahora somos ciudadanos del cielo, no de la tierra. Esta realidad da forma a la manera en que debemos vivir. En segundo lugar, estamos esperando con impaciencia a Jesús, nuestro Señor y Salvador. Queremos que esté satisfecho con nosotros cuando llegue. Por último, estamos a la espera de ese momento impresionante cuando el Señor transformará nuestro cuerpo miserable para ser como su cuerpo glorioso. Demostramos nuestra fe y nuestro anhelo de aquel gran día, cuando luchamos para vivir una vida santa que agrada a Dios. Padre, ayúdenos a centrarnos en las cosas del cielo.

Una palabra: ¡El Señor ha hecho esto! Una palabra: vivir como ciudadanos del cielo.

Domingo, 30 de octubre

Lunes, 31 de octubre

VIVO EN PAZ Y ARMONÍA

CONTENTO Y GENEROSO

Filipenses 4:1-9

Filipenses 4:10-23

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." (7)

Primero, vivir en armonía unos con otros (1-4). El amor y el afecto de Pablo por los Filipenses fueron tremendos. Con gran ternura, los instó a ser de un mismo sentir en el Señor. Para que esto suceda, se necesitaban resolver los conflictos que amenazaban su unidad. Así que Pablo rogó a Evodia y Síntique resolver sus diferencias con la ayuda de otros en la iglesia. Eran obreros evangélicos fructíferos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. ¿Cómo iban a dejar que nada los dividiera de esta manera? Segundo, la paz de Dios (5-9). Con el fin de guardar nuestros corazones y las mentes de todo lo que pueda dividirnos y los problemas entre nosotros, necesitamos la paz sobrenatural de Dios. Esta paz viene a nosotros cuando nos regocijamos en el Señor en todas las circunstancias y ofrecemos oraciones al Señor con acción de gracias de manera genuina. La paz viene a nuestros corazones cuando vivimos en la presencia del Señor y confiamos en su provisión en lugar de estar preocupados por nuestras vidas. Viene cuando mostramos la dulzura a los demás, pensamos pensamientos nobles, y ponemos la palabra de Dios en práctica. De esta manera, no sólo podemos recibir la paz de Dios, también al mismo Dios de paz.

"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (13)

Primero, la forma de estar satisfechos (10-13). Pablo conocía el secreto para estar satisfechos en cada circunstancia. Había experimentado la pobreza y la abundancia y en todo tiempo se regocijó en el Señor. Pablo declara: "Yo puedo hacer todo esto a través de él que me fortalece." Dios nos da la fuerza y la sabiduría para vivir para su gloria donde quiera que nos lleve. ¡Nada nos puede separar del cuidado amoroso de Dios! Podemos descansar satisfechos. Nuestro Padre conoce todas nuestras necesidades y Él promete proveer para nosotros. Traemos gloria a su nombre cuando estamos satisfechos con su provisión. Segundo, una ofrenda fragante (14-23). Aunque Pablo era muy agradecido por su regalo, el regalo en sí no era lo que importaba. Lo que importaba era lo siguiente: su preocupación por Pablo, su participación en sus problemas, su participación en el evangelio y su crédito en el cielo. Pablo dice que sus regalos eran "una ofrenda fragante, un sacrificio aceptable, agradable a Dios." Nuestro generoso apoyo a los demás es una forma de adoración y cuando adoramos a Dios de esta manera, se compromete a cumplir con todas nuestras necesidades conforme a las riquezas infinitas de Cristo. Pablo concluye su carta con el culto y un saludo a todos los miembros de la iglesia en Filipos. Cuando vivimos en unidad con los demás y en la dispensación del Evangelio, tales saludos son lo mejor del mundo.

Padre, ayúdenos a vivir en armonía con los demás y dejar que su paz llene nuestros corazones y nuestras mentes.

Señor, ayúdenos a estar satisfechos y ser generosos en Cristo.

Una palabra: La paz de Dios te protegerá.

Una palabra: Dios te dará la fuerza.

Martes, 1 de noviembre

Miércoles, 2 de noviembre

VE Y MIRA; VEN Y COMPARTE

¡SIN DUDA PODEMOS HACERLO!

Números 13:1-24 "Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos." (1-2)

Primero, recibieron la llamada a explorar la tierra (1-16). Los israelitas llegaron a la frontera de la tierra prometida. Dios dio una orden para algunos líderes de ir y explorar la tierra. Esta misión se inició con un mandato de Dios. A veces tratamos de ir a una misión sin un llamado de Dios. Sin embargo, cualquier persona que se dedique a una misión debe comenzar con un mandato personal del Señor. Este es un llamado de Dios. Segundo, Dios quería aprender sobre la tierra para fortalecer su fe y animar a la gente (17-24). Fueron a ver todas las cosas buenas que la tierra podría proporcionar. También tenían que reunir información que ayude a las personas a tener estrategias acerca de su misión, la búsqueda de formas inteligentes para entrar en la tierra. Con esta información los israelitas, fortalecerían y promoverían su fe. Ellos estaban listos para seguir adelante. Señor, ayúdeme a escuchar su llamado para ir y ver como "la tierra". Ayúdeme a ver todas las cosas buenas que tiene reservadas y una visión de su estrategia para la misión.

Números 13: 25-33 “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos." (30)

Primero, Caleb fue rápido para sembrar palabras de aliento de fe (2530). Dios mostró a los espías una tierra maravillosa, llena de recursos. Nadie podría negarlo. Todo lo que Dios les había prometido era verdad. La tierra era de hecho la tierra de leche y miel. Pero había algunas ciudades fortificadas y las personas fuertes. La gente sabía que no iba a ser fácil y empezaron a quejarse. Caleb vio lo que estaba pasando y él era muy proactivo. Dirigió rápidamente la conversación en la dirección correcta, hacia la fe en Dios y la obediencia a su palabra. Caleb dio gloria a Dios en el momento adecuado. Segundo, había diez espías llenos de incredulidad (21-33). Como resultado, sus corazones fueron capturados por el miedo. Sus mentes derivaron hacia lugares oscuros que estaban llenos de dudas, el pesimismo y la rebelión hacia el Señor. Es porque desviaron sus ojos de Dios y sus promesas. Si sólo tuvieran la fe de Caleb para ver que Dios estaba con ellos y que lo único que tenían que hacer es abrazar la fe, confiar en el Señor y entrar en la tierra por orden de Dios. Señor, muéstreme su voluntad y ayúdeme a hablar palabras de aliento en el momento adecuado.

Una palabra: Ver la tierra y animar a la gente. Una palabra: Anime a otros a la luz de la verdad.

Jueves, 3 de noviembre

Viernes 4 de noviembre

¿POR QUÉ TEMER CUANDO DIOS ESTÁ CONTIGO?

BUSCANDO GLORIFICAR Y HONRAR A DIOS Números 14:11-25

Números 14: 1-10 “Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis." (9)

Primero, las personas que tenían tanto miedo, que querían volver a Egipto (1-5) Antes murmuraron contra el Señor y querían sustituir a Moisés. Se olvidaron del poder, las promesas de Dios y cayeron en el miedo paralizante. En realidad, creían que Dios estaba planeando una mala voluntad sobre ellos. ¡Estaban en el engaño! Dios les había hecho un pueblo libre con un futuro brillante. Estaban siendo llevados a la tierra prometida. Dios era su pastor. Sí, hubo dificultades. Pero eran las dificultades fructíferas. En vez de ir hacia atrás, tenían que ver lo que Dios estaba haciendo. Segundo, Josué y Caleb se pusieron de pie para alentar a su pueblo (5-10). Los líderes estaban tan horrorizados que cayeron boca abajo y rasgaron sus ropas. Caleb y Josué declararon al pueblo. No sólo tenían que demostrar arrepentimiento y oración, también les recordaron lo que Dios estaba haciendo y por qué. Hablaron palabras de aliento. Ellos audazmente declararon la verdad y la fe fue sembrada. Señor, aunque las cosas son difíciles a veces, ayúdeme a estar de pie y seguir su liderazgo. Confío en usted. Una palabra: No hay razón para tener miedo.

“Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo.” (17)

Primero, Moisés quería glorificar a Dios (11-19). El Señor le hizo una oferta a Moisés. Él destruiría a los israelitas y comenzaría de nuevo a través de la familia de Moisés. Él crearía una nación aún más grande con sus descendientes. Moisés no aceptó la oferta de Dios. Él quería que Dios perdonara a los israelitas y continuara siendo su Dios (19). Moisés tenía la actitud correcta. Él no buscaba la gloria de su propio nombre. Él sabía que el nombre y el honor de Dios estaban en riesgo. Él no sólo tenía un corazón de pastor hacia su pueblo, sino que también amaba a Dios y quería defender el honor de Dios ante la gente de las naciones paganas. Segundo, Caleb tenía un espíritu que agradaba a Dios (20-25). Dios perdonó a su pueblo después de la oración de Moisés. Pero Dios se toma muy en serio las consecuencias del pecado. Nadie de esa generación entraría a la tierra, excepto por Caleb y Josué. Caleb tenía un espíritu distinto al de los demás. Él demostró que era un hombre de fe y obediencia, y que buscaba seguir al Señor de todo corazón como lo hizo Josué (32:12). Él también vivió para la gloria de Dios. Señor, lléneme con un fuerte deseo de glorificar su nombre y obedecerle con todo mi corazón. Una palabra: Glorifica a Dios y síguele

Sábado 5 de noviembre

Domingo 6 de noviembre

UNA LECCIÓN SOBRE CÓMO NO ARREPENTIRSE

DIOS QUISO RESTAURAR A SU PUEBLO Números 15:1-21

Números 14:26-45 “Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien.”

Primero, el castigo de Dios fue firme y justo (26-35). Dios estableció claramente que él estaba molesto por las quejas del pueblo. Ninguna persona que hubiera tratado al Señor con desdén entraría a la Tierra Prometida. En su lugar, ellos vagarían por el desierto hasta que toda esa generación muriera, todos excepto por Caleb y Josué. Sus hijos también sufrirían por cuarenta años por causa de su pecado. Segundo, el pueblo trató de arrepentirse a su manera (36-45). Cuando los israelitas escucharon sobre la plaga que cayó sobre la gente que habló mal, ellos tuvieron temor y se lamentaron amargamente. Ellos estaban yendo en camino al arrepentimiento y mostrando un deseo de regresar a Dios. Pero después de lamentarse, ellos hicieron algunas suposiciones falsas sobre cómo corregir las cosas con el Señor. Ellos creyeron que Dios aceptaría cualquier gesto de arrepentimiento que ofrecieran. Su plan de entrar a la tierra fue otro acto de rebelión. Su lamentación no los guio al arrepentimiento verdadero sino a una acción desesperada por evitar el castigo. Dios trató de ayudarlos a través de Moisés, pero ellos no escucharon. Dios debe haberse entristecido por esto. Señor, cuando me revele mi pecado, debo lamentarme por él. Enséñeme el camino del arrepentimiento. Una palabra: Arrepiéntete según la voluntad de Dios.

“Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación que yo os doy, y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto, o sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en vuestras fiestas solemnes olor grato a Jehová.” (2-3a)

Primero, Dios abrió el camino a la restauración (1-17). Dios se dirige ahora a los jóvenes que nacieron en el desierto (2). Los israelitas habían caído en gran pecado y habían traído el juicio sobre ellos mismos. Pero Dios creó un camino para que su pueblo fuera restaurado a través de ofrendas que fueran gratas al Señor. Las ofrendas eran caras: un carnero, un novillo, aceite de oliva, granos y vino. Se requiere de fe para ofrecer estas cosas. Esta forma de sacrificio estaba disponible para los israelitas y para los extranjeros entre ellos. Dios tenía la seguridad de que ellos entrarían a la tierra, vivirían una vida espiritual y se acercarían a Él en la manera descrita. Segundo, Dios buscaba la fe en la ofrenda (18-21). El pueblo debía ofrendar de su primer alimento proveniente de la tierra. Una persona que hace una ofrenda de las primicias expresaba fe, pues ellos no sabían si tendrían más después. Por tanto, esta ofrenda tenía un aroma grato para el Señor porque expresaban fe por parte de quien la entregaba. Señor, gracias por abrir un camino para que los pecadores sean restaurados de vuelta a Usted. Vengo a Usted por fe. Una palabra: Sé restaurado a través de una ofrenda agradable.

Lunes 7 de noviembre

Martes 8 de noviembre

SÉ PROACTIVO EN TU VIDA DE FE

REBELIÓN EN CONTRA DEL SEÑOR SOBERANO

Números 15:22-41 “Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.” (40-41)

Primero, antes los ojos de Dios hay dos categorías de pecado: intencional y no intencional (22-36). El sacrificio por los pecados no intencionales era necesario por la complejidad de las leyes. Dios abrió el camino del perdón. Los pecados intencionales eran deliberados, para desafiar a Dios. Dicha persona peca con un propósito y debía cortarse de en medio del pueblo, lo que significaba la muerte en el tiempo de Moisés. El pecado nunca puede ser ignorado. Éste corta a las personas de la presencia de Dios, conduce a la muerte y desvía el propósito de Dios de establecer a su pueblo como Reino de Sacerdotes y Nación Santa. Segundo, la sabiduría de los cordones azules (37-41). Dios quería que su pueblo fuera proactivo al evitar el pecado. Ellos debían poner cordones en los bordes de sus vestidos. El simbolismo de los cordones ayudaba a la gente a vivir una vida espiritual. Ellos eran un recuerdo diario. Ellos les recordaban el llamado de obedecer a Dios, consagrarse a Él, recordar quién es Él y recordar su gracia hacia ellos. Dios le da herramientas a su pueblo para evitar los caminos del pecado. Señor, yo he pecado, pero vengo a Usted para pedir perdón y ser restaurado. Guarda mi corazón. Una palabra: Un recuerdo diario de Dios

Números 16:1-14 “Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?” (11)

Primero, algunos líderes trataron de conseguir posiciones de liderazgo (1-3). Ellos iniciaron una conspiración y fueron insolentes hacia Moisés y Aarón. Ellos sintieron que les faltaba liderazgo y las ventajas que éste trae consigo. Ellos querían saltarse el llamado de Dios y la mayordomía. Ellos mezclaron la verdad con falsedad. Sí, toda la comunidad era santa y Dios estaba con cada uno de ellos, pero Moisés y Aarón no se habían nombrado líderes por su propio beneficio. El grupo de Coré en realidad se quejaba de lo que Dios había hecho y se rebelaba contra Su soberanía. Segundo, Dios intervino a través de Moisés (4-14). Moisés estaba muy conmocionado, por lo que se postró sobre su rostro delante de Dios y trajo todo este asunto delante del Señor. Dios actuó. Moisés habló con la verdad, los llamó al arrepentimiento y les recordó la soberanía de Dios. Dios entonces hizo llamar a los seguidores de Coré para que se acercaran. El Señor iba a hacer una distinción. Dios es el Señor Soberano. Señor, hay momentos en los que lo pierdo de vista. Me arrepiento. Ayúdeme a seguir su Espíritu y edificar su iglesia según su voluntad. Una palabra: El Señor Soberano trabaja entre su pueblo.

Miércoles 9 de noviembre

Jueves 10 de noviembre

DIOS AYUDA AL PUEBLO A TOMAR UNA DECISIÓN

DIOS SOSTIENE EL OFICIO SACERDOTAL Números 16:36-50

Números 16:15-35 “Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.” (28)

Primero, Moisés era un pastor de oración (15-27). Moisés vino a Dios. Él encontraba fuerza y dirección por medio de Dios y dejaba las cosas en las manos del Señor. Coré y sus seguidores vinieron con incensarios, tal como el Señor había indicado. Ellos se pusieron en pie junto a la puerta del tabernáculo donde eran vistos por todo el pueblo. El pueblo aprendería una importante lección. Moisés y Aarón percibieron que Dios destruiría a todos los involucrados. Ellos no querían que esto sucediera. Ellos rogaron en oración por el pueblo porque eran verdaderos pastores. Segundo, el pueblo tenía que elegir a quién iban a seguir (28-35). Coré y sus seguidores fueron tragados por la tierra. Otros 250 hombres fueron quemados por fuego que vino de sus incensarios. Esta fue una acción de juicio que solo podía venir de Dios. El resultado público de esta prueba daba al resto de los israelitas una oportunidad de tomar la decisión de seguir al Señor. Como los israelitas de los tiempos antiguos, debemos estar listos para elegir seguir al Señor. Señor, otórgueme la perspicacia, sabiduría y fuerza para elegir seguirle. Una palabra: La elección es clara: sigue al Señor.

“Y se puso entre los muertos y los vivos; y cesó la mortandad.” (48)

Primero, el oficio sacerdotal es considerado santo (36-40). Después de que Dios hizo que saliera fuego de los incensarios y quemó a los 250 hombres que retaron al sacerdocio, el sacerdote Eleazar hizo que se destruyeran los incensarios y los ataran al altar. Los incensarios serían una señal para recordar a los israelitas que nadie, excepto por los descendientes de Aarón, debían quemar incienso ante Dios. Los oficios dentro de la iglesia son santos y deben ser sostenidos. Segundo, Moisés y Aarón demuestran por qué el oficio del sacerdocio es tan importante (41-50). El pueblo estaba quejándose y cuestionando la legitimidad del juicio de Dios. El juicio de Dios era inminente. Moisés y Aarón asumieron su papel como sacerdotes rápidamente. Ellos se postraron y oraron. Ellos tomaron los incensarios e hicieron expiación por los pecados del pueblo. Aarón hacía cualquier cosa, lo que fuera, por fe. Al hacer esto, él se colocó entre los vivos y los muertos y la plaga se detuvo. Dios aceptó sus oraciones y sus ofrendas de expiación, pero no antes de que murieran 14, 700 personas. Señor, levante a pastores que puedan responder con rapidez y ser ministros para el pueblo. Una palabra: Pastores que puedan orar prontamente por el pueblo.

Viernes 11 de noviembre

Sábado 12 de noviembre

LA GLORIA DE DIOS ES REVELADA EN LA VARA SECA

EL SEÑOR AL QUE SERVIMOS ES NUESTRA RECOMPENSA

Números 17:1-13 “Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.” (5)

Primero, Dios tenía una manera única de resolver el problema de las quejas (1-7). El pueblo cuestionó la autoridad espiritual de Aarón. Dios se dispuso a revelar a quién había elegido como sacerdote de una manera gentil. Moisés dio una vara al líder de cada tribu. Sus nombres estaban en las varas. Aarón también tendría una vara. Las varas fueron colocadas frente al arca. Entonces, Dios revelaría su elección para el liderazgo del sacerdocio milagrosamente durante la noche. Moisés obedeció, oró y esperó a que Dios actuara.

Números 18:1-32 “Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.” (20)

Primero, Dios les record su identidad y misión como Levitas (1-7). Ellos tenían una misión para ellos y para toda su familia; servir al Señor. Tenían constante trabajo, lo cual requería que trabajaran en unísono. Su trabajo era de absoluta importancia, pues su misión estaba vinculada a que la ira de Dios no fuera provocada. Los sacerdotes estaban parados entre la humanidad pecaminosa y el Dios santo al facilitar sacrificios y acercar al pueblo a Dios. Los colaboradores de esta misión eran provistos como un regalo. El trabajo era un regalo y Dios estaba con ellos.

Segundo, Dios reveló su propia elección soberana (8-13). La vara de Aarón se llenó con retoños y flores de almendra en una noche. ¡Este era un absoluto milagro! Solo el Creador Dios puede dar vida a los muertos. Dios mostró su gloria y poder y confirmó que Aarón era el siervo que había elegido. Moisés recibió instrucción de colocar la vara de Aarón en el arca. Esta serviría de testimonio de que Dios es el Señor soberano que elige a quien Él quiere y su voluntad prevalece. El pueblo estaba aterrorizado porque ellos sabían que estaban equivocados. Ellos deben aprender a acercarse a Dios por la fe.

Segundo, los levitas tenían a Dios como heredad (8-32). Los diezmos eran asignados a los levitas y a su sustento, pues ellos no tenían tierra en Canaán. A pesar de que ellos no tenían heredad, sus necesidades eran abundantemente satisfechas. Pero no solo se trataba de recibir. Ellos también tenían que ofrendar. Ellos sabían que Dios mismo es la mejor parte y heredad para cualquiera. Si pertenecemos a Dios y Dios nos pertenece, lo tenemos todo.

Señor, gracias por ayudarnos a conocer su voluntad. Ayúdenos a acercarnos a usted, incluso cuando estamos equivocados.

Señor, gracias por la bendición de servirle en un papel sacerdotal. Usted es nuestra gran recompensa.

Una palabra: La voluntad del Señor soberano prevalece.

Una palabra: El Señor es la mejor herencia.

Domingo 13 de noviembre

Lunes 14 de noviembre

DEBEMOS CONOCER LA SERIEDAD DEL PECADO

HONRA A DIOS PORQUE ES SANTO Números 20:1-29

Números 19:1-22 “Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación.” (9)

Primero, las cenizas de la vaca roja (1-10). El pueblo debía saber qué tan serio es el pecado. Se trajo una vaca roja sin imperfecciones. Era muy valiosa; era perfecta en apariencia. Ella nunca conoció el yugo. La sangre de esta vaca fue rociada en el altar y quemada por completo. Sus cenizas se usaron en ritos de purificación. Todos los que manipularon las cenizas tenían que purificarse. El pecado es tóxico y contaminante, y debe ser evitado a toda costa. Pero si estamos contaminados, Dios proveyó una manera costosa de ser limpiados. Segundo, la muerte es la expresión final del pecado en este mundo (11-22). Cuando una persona tocaba el cuerpo de un difunto, no podía acercarse a Dios para adorarlo. La muerte contamina. Es el resultado final del pecado en este mundo. La restauración de la persona, su vivienda, muebles y vasijas solo podía lograrse aplicando una pasta hecha con las cenizas de la vaca roja. Todo este proceso servía para enfatizar lo terrible que es el pecado. Señor, estoy desensibilizado ante el pecado. Gracias por recordarme que debo evitar el pecado mientras lo sigo. Una palabra: Sé consciente de la seriedad del pecado.

“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.” (12)

Primero, agua de la roca (1-13). Las muertes de María y Aarón, así como el cambio en el sacerdocio (1, 22-29) indican que el tiempo de errar en el desierto se había terminado. No porque el pueblo se hubiera dejado de quejar, sino porque era el tiempo perfecto de Dios. Aquí vemos que se quejan otra vez. Ellos estaban muy sedientos. Ellos se opusieron a Moisés y querían morir. Moisés y Aarón respondieron postrándose ante el Señor. Dios respondió y quiso trabajar a través de ellos para traer el agua. En lugar de obedecer a Dios, Moisés estaba frustrado. Mientras regañaba a la multitud él golpeó la roca con su vara. La frustración le hizo desobedecer y no honrar a Dios por su santidad. Segundo, Moisés respeta a los edomitas (14-29). Los israelitas viajaron a Edom para llegar a la Tierra Prometida. Su paso les fue negado. Moisés fue muy diplomático. Él los llamó “hermanos”. Él habló de la gracia de Dios. Él dijo: “por favor”. Cuando Edom se negó, Moisés no se enojó. Él honró la santidad de Dios. Él confió en el tiempo de Dios. Señor, a veces mi frustración me lleva a la desobediencia. Ayúdeme a honrar su santidad. Una palabra: Honra la santidad de Dios ante su pueblo.

Martes 15 de noviembre

Miércoles, 16 de noviembre

EL TIEMPO DE DIOS HACE TODA LA DIFERENCIA

SIRVE DIOS CON MOTIVOS PUROS Números 22:1-20

Números 21:1-35 “Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo.” (2-3a)

Primero, la victoria de Dios no depende de emociones cambiantes (120). Era el tiempo de Dios para que los israelitas entraran a la tierra. Dios los guio y les dio la victoria. Los corazones de la gente estaban llenos de fe y confianza en Dios. Su victoria no fue por sus sentimientos, sino por la gracia y el tiempo perfecto de Dios. De hecho, el pueblo no pudo mantener su entusiasmo. Cuando vinieron las dificultades, ellos hablaron de nuevo contra Dios y contra Moisés, trayendo el juicio de Dios sobre ellos en forma de serpientes. Dios proveyó una manera de salvarlos. El pueblo fue restaurado. Dios siguió guiándolos y proveyendo (10-20). Segundo, la victoria de Dios fue abundante (21-35). Los israelitas querían pasar por la tierra de los amorreos, pero ellos se negaron. Por obediencia a Dios, ellos derrotaron al rey de Basán y a los amorreos. Durante cuarenta años hubo quejas, juicio y vagaron por el desierto. Ahora, en el tiempo perfecto de Dios, hubo gritos de júbilo y victoria. Señor, yo me impaciento. Ayúdeme a seguirle según su tiempo perfecto. Una palabra: Prueba la victoria cuando sea el tiempo de Dios.

“Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bandito es.” (12)

Primero, nunca abuses de la relación con Dios por ganancias (1-13). Dios sembró miedo en el corazón de Moab. El rey Balac trató de contratar a Balaam, un adivino, para que maldijera a Israel, enviándole delegados con dádivas de adivinación. Ellos fueron invitados a su casa, mientras Balaam consultaba a Dios. Él debió despedir a los delegados inmediatamente. Pero Balaam estaba esperando que Dios le dijera: “Si,” para que pudiera recibir el pago. Dios le dijo claramente que no fuera y que no pusiera maldición en el pueblo bendecido por Dios. Balaam envió a los hombres a sus casas. S problema fue que quería utilizar la relación con Dios para hacer dinero. Segundo, piénsalo dos veces cuando Dios concede nuestras opciones (14-20). Los delegados reportaron la negativa de Balaam, y fueron enviados nuevamente con riquezas. Balaam les invitó a quedarse mientras él consultaba a Dios. Él quería las riquezas y la adulación del rey. Él estaba esperando que Dios dijera que sí, aunque era algo incorrecto. Dios se cansó de pelear con Balaam. Si realmente quería ir, entonces Dios le dejaría ir bajo una condición. Dios puede concedernos cosas sin estar de acuerdo con ello. Señor, ayúdeme a servirle con un motivo puro para glorificar su nombre entre las naciones. Una palabra: Sirve a Dios con motivos puros.

Jueves, 17 de noviembre

Viernes, 18 de noviembre

JESÚS ES RECHAZDO EN NAZARET

EL MINISTERIO DE SANACIÓN Y DE PREDICACIÓN DE JESÚS

Lucas 4:14-30 “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;” (18a)

Primero, el Espíritu del Señor está sobre mí (14-21). Después de superar las tentaciones del diablo, Jesús regresó a Galilea lleno del poder del Espíritu. Él trabajó como un predicador ambulante principalmente en las sinagogas judías. Mientras estaba en ciudad natal, Nazaret, leyó del libro del profeta Isaías sobre el Mesías que tendría el Espíritu del Señor para proclamar las buenas nuevas a los pobres y liberar a los cautivos y dar libertad a los oprimidos. La venida de Jesús era realmente el año del favor de Dios. Jesús cumplió con las escrituras; él es el Mesías prometido que todos estaban esperando (18-19, 21). Segundo, ningún profeta es acepto en su propia tierra (22-30). Extrañamente, justo en ese momento en que la gente debería haber reconocido a Jesús como el Mesías, ellos quedaron enganchados con su trasfondo humano. Jesús les dijo que ningún profeta es acepto en su propia tierra. Tanto Elías como Eliseo fueron enviados a ayudar a gentiles que les dieron la bienvenida, en lugar a los israelitas. Esto hizo que se enfurecieran y trataron de tirarlo de un peñasco, pero Jesús pasó por en medio de ellos, y se fue. Jesús no fue lastimado porque todavía no era el tiempo de Dios para que él muriera. Señor Jesús, yo le acepto como el Mesías. Lléneme con su Espíritu para proclamar las buenas nuevas a los pobres y liberar a los oprimidos. Una palabra: El Espíritu del Señor está en mí.

Lucas 4:31-44 “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.” (43)

Primero, “Cállate, y sal de él.” (31-37) Jesús fue a Capernaum para enseñar y la gente estaba asombrada de sus enseñanzas porque era diferente a la de los fariseos. Las palabras de Jesús tenían autoridad. Durante el estudio de la Biblia, un hombre con un espíritu inmundo comenzó a gritar. Era Satanás que trataba de asustar a las personas y detener a Jesús para que no enseñara las palabras de vida de Dios. Pero Jesús para nada se intimidó. Él regañó al demonio impuro, diciendo: “Cállate, y sal de él.” (35) Entonces el demonio salió del hombre y hubo una gran conmoción. La gente estuvo aún más maravillada y se difundió sobre la autoridad de Jesús sobre los demonios (36). ¡Jesús es maravilloso! Su palabra da vida y echa fuera a los demonios. Segundo, para esto he sido enviado (38-44). Después de que salió de la sinagoga, Jesús fue a la casa de la suegra de Simón, quien estaba en cama con una gran fiebre. Jesús regañó a la fiebre e inmediatamente ella comenzó a servirles. Para el atardecer, muchos fueron a la casa donde estaba Jesús llevando a sus enfermos, y Jesús les sanaba uno por uno. Pero puso en claro que su prioridad era predicar el evangelio del reino de Dios, y se fue a otras sinagogas. Señor, gracias por Jesús, el Mesías, quien vino a predicar el evangelio como su prioridad. Ayúdeme a estar concentrado en el reino de Dios. Una palabra: Para esto he sido enviado.

Sábado, 19 de noviembre

Domingo, 20 de noviembre

LA GRAN PESCA

QUIERO; SÉ LIMPIO

Lucas 5:1-11

Lucas 5:12-16 “Pero Jesús le dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” (10b)

Primero, boga mar adentro (1-7). Jesús estaba predicando la palabra mientras que una gran multitud se reunía para escucharle. Jesús pidió a Simón que le apartara un poco de la orilla con su barca, donde él pudiera enseñar a la gente más efectivamente. Cuando terminó, Jesús le dijo a Simón que navegara mar adentro y echaran sus redes. Simón debió haber pensado que eso era totalmente innecesario, pero de todos modos obedeció. Cuando lo hizo así, tuvieron tantos peces que sus barcas estaban por hundirse. Por primera vez, Simón experimentó el profundo mundo de la fe. Sus compañeros también se maravillaron de la gran pesca. Segundo, desde ahora serás pescador de hombres (8-10). Simón debió haber estado muy excitado, pero fue lleno de miedo. Él cayó de rodillas ante Jesús, y dijo: “Apártate de mí, Señor.” Sus ojos espirituales fueron abiertos para ver que él era un vil y egoísta pecador sin una misión delante de Dios Santo. Pero Jesús calmó su miedo y le estableció para ser pescador de hombres y mujeres. La vida de discípulo de Simón en realidad comenzó en ese momento. Este evento era un punto de inflexión y determinaría el resto de su vida. Sin Jesús, soy solamente una vil persona sin misión. Señor Jesús, tracias por bendecir mi humilde obediencia. Haga de mí un pescador de hombres y mujeres. Una palabra: Desde ahora serás pescador de hombres.

“Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.” (13)

Primero, “si quieres…” (12-13) Un hombre cubierto de lepra se acercó a Jesús. Los leprosos eran considerados maldecidos por Dios. La ley les prohibía una vida social normal. Pero este hombre quería tanto el ser sano que fue valientemente a Jesús con una petición de oración. Sin embargo, él no estaba seguro si Jesús quería hacerlo. Él sufrió de extrema baja autoestima y dudó del amor de Dios. El pecado es como la lepra; desfigura el espíritu del hombre y le hacer ser un desterrado social. Segundo, Jesús quiere (14). Sin dudarlo, Jesús tocó al hombre. Le dijo: “Quiero; sé limpio.” Jesús es el Mesías quien está lleno de misericordia, gracia y poder para sanarnos. Él quiere contestar nuestras oraciones. Tercero, al instante la lepra se fue de él (15-16). Cuando Jesús tocó al hombre y le habló, su palabra era la pura palabra de Dios quien creó los cielos y la tierra. El hombre fue curado inmediatamente. Jesús le dijo que fuera ante el sacerdote para confirmación de su sanidad, pero en lugar de esto, él comenzó a hablar a todos sobre Jesús. Aunque fue curado de su lepra, él necesitaba aceptar la palabra de Jesús como la autoridad en su vida. Señor Jesús, creo que usted quiere sanarme de todas mis enfermedades y perdonarme de todos mis pecados. Haga una nueva creación en mí con el poder de su palabra. Una palabra: Jesús quiere.

Lunes, 21 de noviembre

Martes, 22 de noviembre

LEVÁNTATE, TOMA TU LECHO, Y VETE A TU CASA

JESÚS, EL DOCTOR PARA LOS ENFERMOS POR EL PECADO

Lucas 5:17-26 “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.” (24)

Primero, la fe de unos amigos (17-20). Mientras Jesús estaba enseñando en la casa rodeado de una gran multitud, unos hombres llevaron a un paralítico sobre su lecho. Ellos eran verdaderos amigos, pues llevaron a su amigo a Jesús. Incluso hicieron un hoyo en el techo y por allí bajaron a su amigo paralítico justo enfrente de Jesús. Cuando queremos ayudar a un amigo, debemos superar obstáculos para llevarlo a Jesús. Jesús reconoció su fe y perdonó los pecados de aquel hombre. Segundo, la autoridad para perdonar pecados (21-26). Algunos escribas y fariseos que estaban allí comenzaron a pensar que Jesús habló blasfemia. Jesús supo exactamente lo que ellos estaban pensando y les desafió, diciendo: “¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Entonces, con la autoridad de Dios, Jesús mandó al hombre a que se levantara, tomara su lecho, y anduviera. Inmediatamente, el hombre se levantó, tomó su lecho y se fue a su casa glorificando a Dios. A través de este evento, Jesús mostró que él es Dios, quien tiene poder para hacer que un paralítico camine, y tiene autoridad para perdonar nuestros pecados (24). Señor, gracias por su gracia de perdón y por su poder para cambiar vidas. Ayúdeme a levantarme de mi desesperanza y que hoy pueda caminar por la fe. Una palabra: ¡Levántate!

Lucas 5: 27-32 “Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” (31-32)

Primero, sígueme (27-28). Era inusual para Jesús llamar a un recaudador de impuestos, pero él lo hizo, Jesús sabía que Leví no podía ir a él así que él fue a la oficina de recaudación de impuestos de Leví. Él debía saber cuan miserable era a pesar de la buena paga que tenía. Como recaudador de impuestos, Leví vendió a sus compatriotas y su conciencia para ganarse la vida. Jesús le dijo solo una palabra que cambiaría su vida para siempre: “Sígueme”. Jesús les da a los pecadores una nueva dirección para sus vidas. “Sígueme” significa “ve y sé mi discípulo”. Leví se levantó, lo dejó todo y le siguió (28). Segundo, no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (29-32). Leví estaba tan feliz que él hizo un banquete para Jesús para celebrar su nueva vida. Los fariseos trataron duramente a Jesús por comer y beber con los pecadores. Pero él aclaró el por qué lo hacía. Un doctor tiene que ver a los pacientes que están enfermos para sanarlos. De la misma manera, Jesús tenía que visitar a los pecadores con el fin de amarlos y sanarlos. Jesús no vino a llamar a las personas que se creen justas sino a los necesitados que reconocen que son pecadores y necesitan de un Salvador. Señor Jesús, gracias por amarme y llamarme a ser un discípulo. Ayúdame a seguirte y aprender de tu vida pastoral hacia los pecadores. Una Palabra: Jesús vino a llamar a los pecadores

Miércoles, 23 de noviembre

Jueves, 24 de noviembre

VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS

ESPERANZA DE TODOS LOS TÉRMINOS DE LA TIERRA

Lucas 5: 33-39 “Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan.” (38)

Primero, el esposo y los que están de bodas (33-35). Los fariseos no podían entender porque los discípulos de Jesús no eran muy espirituales ya que ellos no ayunaban seguidamente como ellos. Jesús les respondió hablándoles por medio de una parábola. Los invitados del novio no ayunan mientras tienen al novio con ellos. Ellos comen y beben para celebrar sus días de soltería con él. Luego, cuando él se haya ido, ellos ayunarían. Jesús es el novio; los discípulos son los que están de bodas, los invitados. Ese era el tiempo de celebrar con su Salvador mientras él estaba con ellos. Segundo, dos parábolas (36-39). Jesús relató dos parábolas para mostrar la vida cristiana ante las tradiciones judías. Uno no puede ser cristiano añadiendo unas pocas enseñanzas de Jesús, como colocar un pedazo de un vestido nuevo en su viejo estilo de vida. El arrepentimiento radical es el único camino. De la misma manera, uno no puede continuar viviendo de acuerdo a las formas a las que estamos acostumbrados, que son cómodas. El vino nuevo es colocado en nuevos odres. El evangelio es explosivo y dinámico, como el vino nuevo. Demanda un cambio de vida. Los discípulos de Jesús eran como odres nuevos, deseosos de aprender y crecer en Jesús. Pero los fariseos eran incapaces de cambiar sus viejos odres. Los discípulos deben abrazar el estilo de vida del evangelio que transforma toda nuestra vida.

Salmos 65: 1-13 “Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar.” (5)

Primero; tuya es la alabanza en Sion, oh Dios (1-2). David inicia este salmo de alabanza con una declaración de que la alabanza es de Dios, que está en Sion. Nuestro Dios es digno de toda alabanza, porque él oye las oraciones de su pueblo. A él vendrán todos los pueblos de todas las naciones de la tierra. Segundo, bienaventurado el que tú escogieres (3-13). Dios perdona todos nuestros pecados. Bienaventurados son aquellos a quienes él escoge y atar hacia él (4). Dios responde con tremendas cosas. Él es la esperanza de todos los términos de la tierra (5). Dios formó los montes, sosiega el estruendo de los mares y el alboroto de las naciones con su poder (7). Todos en la tierra temen sus maravillas (8). Él visita la tierra y la riega, enriqueciéndola en gran manera (9). Como hijos de nuestro Padre celestial, tenemos mucho porque estarle agradecidos. Cantemos y demos voces de júbilo con el resto de la creación (8, 13).

Padre, gracias por Jesús, nuestro novio. Ayúdame a ser como un odre nuevo, listo para cambiar.

Padre celestial, gracias porque en tu amor cuidas de mí y de toda la creación. Gracias por atraerme hacia ti por medio de Cristo. Llena mi corazón con cánticos de júbilo.

Una Palabra: El vino nuevo en odres nuevos.

Una Palabra: ¡Alabanzas sean dadas a nuestro Dios Padre!

Viernes, 25 de noviembre

Sábado, 26 de noviembre

JESÚS ES SEÑOR DEL DÍA DE REPOSO

JESÚS ESTABLECIÓ A LOS DOCE APÓSTOLES

Lucas 6: 1-11

Lucas 6: 12-19 “Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (5)

Primero, ¿qué es lícito en el día de reposos? (1-5). Durante un día de reposo, los discípulos arrancaban espigas y comían, mientras caminaban por los sembradíos. Arrancar espigas de un campo y comer los granos era algo lícito (Dt. 23:25). Sin embargo, los fariseos categorizaron el arrancar y comer las espigas como un trabajo, y por ende, algo ilícito durante el día de reposo. Jesús citó el ejemplo de David y sus acompañantes. En gran necesidad, ellos una vez comieron los panes de la proposición, de los cuales solo los sacerdotes podían comer, pero no fueron condenados. De la misma manera, Jesús no condenó a sus discípulos, sino que vio lo que ellos hacían como algo lícito. Jesús tiene la autoridad de hacerlo porque él es Señor del día de reposo. Segundo, haciendo el bien durante el día de reposo (6-11). Durante otro día de reposo, Jesús estaba enseñando en la sinagoga donde había un hombre con una mano seca. Los fariseos vigilaban a Jesús muy cercanamente para ver si él sanaba a este hombre. Jesús les preguntó si era lícito hacer bien o mal, salvar o quitar la vida durante el día de reposo. Dios hace el bien y salva vidas sin importar que día de la semana sea. Jesús sanó al hombre, lo que enardeció a los líderes religiosos. Señor Jesús, tu eres el Señor del día de reposo. Ayúdame a no ser legalista sino a hacer el bien y salvar vidas cada día, especialmente durante el día de reposo. Una Palabra: Jesús es Señor del día de reposo.

“Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles.” (13)

Primero, los doce apóstoles (12-16). Las necesidades de las personas eran enormes. Al mismo tiempo, la oposición hacia Jesús se volvía más fuerte. ¿Qué hizo Jesús? Jesús pasó una noche orando a Dios. En la mañana él estableció a doce para que fuesen apóstoles. Ellos eran un variado grupo de hombres con diferentes historiales. Jesús los amaría y los entrenaría y los enviaría al mundo a dirigir su ministerio. Jesús puede usar cualquier clase de persona en la obra de su reino. Jesús aun llama y entrena a las personas que serán fieles a él al hacer su obra. Segundo, Jesús sana a muchos (17-19). Jesús y sus nuevos apóstoles descendieron del monte. Ellos estaban siendo esperados por una gran y necesitada multitud. Ellos habían venido de muchos lugares, incluso del territorio de Galilea, para escuchar las enseñanzas de Jesús y para ser sanados. Algunos tenían espíritus inmundos. Ellos eran pobres, eran personas necesitadas y Jesús usó su poder para sanarlos a todos. Señor, el mundo está en gran necesidad de tu palabra y tu sanación. Por favor levanta muchas personas comprometidas que sean fieles a tu obra, empezando conmigo. Una Palabra: Los doce apóstoles.

Domingo, 27 de noviembre

Lunes, 28 de noviembre

BIENAVENTURANZAS Y AYES

AMA A TUS ENEMIGOS

Lucas 6: 20-26

Lucas 6:27-36 “Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios” (20)

“Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.” (35)

Primero, cuatro bienaventuranzas (20-23). Al mirar Jesús a la multitud, él vio a sus discípulos y empezó a enseñarles. Él comenzó con cuatro bienaventuranzas. Aquellos que son pobres, que están hambrientos, que lloran y que son aborrecidos no parecen ser tan bienaventurados. Pero la pobreza, el hambre, las lágrimas y la persecución pueden ayudarnos a reconocer nuestra profunda necesidad de Jesús. Estos padecimientos pueden llevarnos a una profundad relación con Jesús. Jesús nos da el reino de Dios. Él nos satisface y nos da gozo. Podemos ser menospreciados en la tierra a causa de nuestra fe, pero tendremos una gran recompensa en el cielo.

Primero, “Haz bien a los que te aborrecen” (27-31). Jesús enseñó a sus discípulos a amar a sus enemigos. Nosotros naturalmente tratamos a otros de la misma manera en la cual hemos sido tratados. Pero, los discípulos de Jesús deben ser diferentes radicalmente. El odio debe ser pagado con buenas acciones. Oramos por aquellos que nos maltratan. Damos generosamente y sin retener el amor de Dios. La vida de Jesús es el mejor ejemplo. Jesús amó a aquellos quienes lo aborrecieron. Así es como Dios ha amado a cada uno de nosotros.

Segundo, cuatro ayes (24-36). Jesús también pronunció cuatro ayes. Aquellos que son ricos, que están saciados, que ríen y de quienes hablan bien, no están necesariamente en desgracia. Pero estas cosas buenas en el mundo pueden ser grandes barreras para la fe en Jesús. Las personas que están satisfechas con lo que el mundo les ofrece no conocen su necesidad personal por Cristo. No debemos envidiar a aquellos que están en buenas condiciones humanas sino orar por ellos para que reconozcan sus necesidades espirituales y se vuelvan a Dios.

Segundo, vivir mejor que los pecadores ordinarios (32-36). Uno no necesita ser cristiano para amar y hacer bien a otros. El reto es a quienes nosotros hacemos bien y amamos. Los pecadores ordinarios hacen ambos a aquellos quienes les responderán de manera recíproca. Jesús lleva a su pueblo a un nivel mucho más alto. Los hijos de Dios aman a sus enemigos y hacen bien a ellos sin esperar algo a cambio. El amor, la bondad y la gracia de Dios se revelan al mundo de esta manera. Dios promete recompensar a sus hijos cuando ellos vivan como Jesús lo hizo.

Señor, gracias por enseñarnos como ser verdaderamente bienaventurados. Ayúdame a ser pobre en espíritu y a vivir para ti, alabándote.

Señor, gracias por ser bueno con un ingrato y terrible pecador como yo. Ayúdame a amar como tú. Una Palabra: Demostrar el amor de Dios

Una Palabra: Bienaventurados son ustedes.

Martes, 29 de noviembre

Miércoles, 30 de noviembre

OYE Y HAZ LAS PALABRAS DE JESÚS

LA FE QUE MARAVILLA A JESÚS

Lucas 6:37-49

Lucas 7:1-10 “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.” (47)

Primero, una medida buena y un buen árbol (37-45). Los ojos y corazones de crítica fácilmente ven las fallas y pecados de otros. Jesús nos enseña que no debemos juzgar ni condenar. Más bien debemos perdonar y usar una medida generosa para aquellos quienes nos han agraviado. Debemos primeramente arrepentirnos de nuestros pecados y buscar perdón. Luego seremos capaces de ayudar a otros. Esto es un buen fruto que Jesús desraberen nosotros. Que el Espíritu Santo llene nuestros corazones con buenas cosas. Segundo, oír y hacer van juntos (46-49). Oír las palabras de Jesús no es suficiente; Jesús también nos enseña a ser hacedores de su palabra. Tanto oír como hacer las palabras de Jesús es la forma en que nosotros podemos poner un fundamento profundo a nuestra fe. Luego, en tiempos de severa adversidad nosotros estaremos firmes. Sin embargo, cuando no hacemos las palabras de Jesús, somos como una casa edificada sin un fundamento. Esta colapsaen los torrentes de la vida. Señor, gracias por perdonar nuestros pecados. Ayúdame a oír y a hacer tu palabra.

“Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.” (9)

Primero, el siervo enfermo de un centurión (1-6a). En Capernaum, había un centurión cuyo siervo tenía una enfermedad terminal. Un centurión era un oficial en la armada Romana. Él era un hombre de autoridad y privilegios. La guerra y el poder no habían corrompido su conciencia. Este centurión quería mucho a su siervo enfermo. Más aún, él amaba al pueblo judío y edificó una sinagoga para ellos. Él envió a algunos ancianos para pedirle a Jesús que viniera a sanar a su siervo. Segundo, “Pero di la palabra...” (6b-10). Jesús fue con los ancianos. Pero en el camino, los amigos del centurión vinieron y dijeron a Jesús que su presencia física era innecesaria. El centurión reconoció la autoridad de la palabra de Jesús. Cuando el centurión daba una orden, sus soldados la obedecían. El centurión creyó que Jesús tenía una autoridad mucho mayor. Si Jesús decía la palabra, su siervo sería sano. Jesús se maravilló por la gran fe del centurión. Entonces Jesús sanó al siervo enfermo desde la distancia por la autoridad y el poder de su palabra. Señor, tu palabra tiene autoridad y poder sobre cualquier situación. Por favor dame una fe que te maraville.

Una Palabra: Edifica tu vida sobre la palabra de Jesús Una Palabra: Ten una gran fe en la palabra de Jesús

Jueves, 1 de diciembre

Viernes, 2 de diciembre

JESÚS RESUCITA A UN JOVEN

ESPERO A JEHOVÁ

Lucas 7:11-17

Salmos 130:1-131:3 “Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.” (14)

Primero, “No llores” (11-13). Jesús, sus discípulos y una gran multitud estaban en camino a Naín. Al acercarse a la puerta de la ciudad, se encontraron con una procesión funeraria. El único hijo de una viuda había muerto y una gran multitud del pueblo estaba con esta viuda para enterrar a su hijo. Esta viuda había perdido todo, su esposo y ahora a su hijo. Su futuro parecía sombrío y triste. El corazón de Jesús fue a esta viuda. Él dijo: "No llores." La vida puede hacernos llorar, pero Jesús nos consuela en todas nuestras tristezas. Segundo, “A ti te digo, levántate” (14-17). Jesús tenía algo más en mente que solo consolar a esta viuda. Él se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: "Joven, a ti digo, levántate" El muerto se levantó y estaba vivo otra vez. Jesús es Dios quien da vida a los muertos. La gente glorificó a Dios. Reconocieron que Dios había visitado a su pueblo. Jesús da esperanza a los desesperanzados y convierte nuestras tristezas en gozo. Señor, gracias por tu compasión y poder vivificante. Por favor, consuela a los tristes y da nueva vida a los muertos espirituales. Una Palabra: Jesús puede levantar a los muertos y volverlos a la vida

“Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado.” (5)

Primero, de lo profundo (1-8). Hay momentos en que pasamos nuestros límites. Nos deprimimos. Quizás tal sufrimiento proviene de eventos externos fuera de nuestro control; tal vez de nuestras propias fallas o debilidades. Pero cualquiera que sea la causa, es el momento de que el hijo de Dios clame al Padre por misericordia y vaya a él como un pecador arrepentido. Dios siempre nos escucha cuando le pedimos misericordia, porque él está dispuesto a perdonar al pecador arrepentido. Su perdón es medicina para el corazón y el alma. Las promesas de Dios plantan la esperanza en los corazones de las personas. Las promesas miran hacia el futuro, y las promesas de Dios son tan confiables como el propio carácter fiel de Dios. Cuando mi alma espera en el Señor y pongo mi esperanza en sus palabras, él obra poderosamente en mí. Con él está la completa redención. Él mismo redime a su pueblo del pecado y la desesperación. Segundo, como un niño destetado (131:1-3). Cuando somos humildes, podemos dejar de lado la vanidad y la ambición. Somos como unos destetados, que están tranquilos y contentos. Dios quiere que entreguemos nuestro orgullo y pasión y pongamos nuestra esperanza en él. Él quiere darnos su profunda paz y enseñarnos a disfrutar de la comunión con él. Clamo a ti desde lo profundo, y mi alma espera en ti. Pongo mi esperanza en ti. Una Palabra: Espero al Señor

Sábado, 3 de diciembre

Domingo, 4 de diciembre

DOS JURAMENTOS

HABITAR JUNTOS EN ARMONÍA

Salmo 132:1-18

Salmos 133:1-3

“Allí haré retoñar el poder de David; He dispuesto lámpara a mi ungido.” (17)

“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía!” (1)

Primero, el juramento de David (1-10). El rey David hizo un juramento al Señor que no descansaría hasta que el arca del pacto fuese llevada al lugar de su morada en el corazón de la tierra. La morada de Dios entre su pueblo fiel era de gozo y deleite. Adorarlo y servirle en justicia era la mayor bendición para la nación.

Primero, como el precioso aceite de unción (1-2). Es difícil que los hermanos habiten juntos en armonía. Jesús oró para que sus discípulos pudieran ser uno (Jn 17, 11b, 21). Los cristianos no pueden evitar la comunidad. Se nos manda a amar a Dios y amarnos unos a otros. Cuando obedecemos, Dios derrama una gran bendición sobre nosotros. Su bendición es como el aceite de la unción vierte sobre Aarón el sumo sacerdote. La unción de Dios trae paz y poder en la oración. Esto equipa a su iglesia para la obra sacerdotal de llevar el mundo a Dios por medio de la predicación del evangelio (Ro 15:16).

Segundo, el juramento del Señor (11-18). Dios hizo un juramento a David, prometiendo que su descendiente se sentaría en el trono de David para siempre. Jesús es el Rey eterno; su reino es para siempre. El cuerno representa la fuerza y el poder. Jesús es llamado el cuerno de salvación (Lc 1:69). Él es la luz que no se apaga. Él es Dios quien vino a morar con su pueblo. La presencia del Señor en medio de su pueblo es la fuente de bendición. Dios bendeciría y protegería a su pueblo, siempre y cuando le adoraron fielmente. Señor, gracias por tu gran fidelidad al mantener tus promesas. Ayúdame a adorarte y ser fiel a ti hasta el final.

Segundo, como el rocío del Monte Hermón (3). El Monte Hermón era la montaña más alta alrededor. El rocío que caía sobre sus alturas cada mañana era abundante y refrescante. Esto representa el derramamiento del Espíritu de Dios y su bendición de vida para siempre. Tal rocío cae sobre el monte de Sion y el pueblo de Dios cuando lo adoran con un mismo corazón y una misma mente (Hch 1,14).

Una Palabra: el juramento de David; el juramento de Dios.

Señor, ayúdanos a habitar juntos en armonía. Una Palabra: como el aceite de la unción y el rocío

Lunes, 5 de diciembre

Martes, 6 de diciembre

EL SEÑOR ES GRANDE

PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA

Salmos 134:1-135:21

Salmo 136:1-26

“Porque yo sé que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.” (5)

“Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque para siempre es su misericordia.” (1)

Primero, nuestro Señor es grande (134:1-135:14). Alabamos a Dios, Creador del cielo y de la tierra. Nosotros sus siervos levantamos nuestras manos en su santuario y cantamos alabanzas a él. Puesto que, él nos ha escogido. El Señor es grande. Él hace lo que quiere. Él controla los vientos y las nubes y las tormentas; él liberó a su pueblo Israel de la esclavitud en Egipto y les dio la tierra prometida como herencia. Él me libró de la esclavitud del pecado y me dio una nueva vida. El Señor es bueno. Toda su actividad se dirige hacia el cumplimiento de su propósito de la salvación del mundo. Alaben al Señor, todos los siervos del Dios vivo.

Primero, Dios es el Creador Todopoderoso (1-9). Este salmo estaba destinado a ser cantado para a alabar al Todopoderoso, Dios de amor. El Señor Dios es el Creador Todopoderoso de los cielos y la tierra. Lo más sorprendente y maravilloso es que este Dios Todopoderoso está lleno de amor y misericordia. Su amor nunca cambia, permanece para siempre.

Segundo, los dioses de las naciones (15-21). Las personas que adoran ídolos son muy necias. Ellos hacen una imagen con sus propias manos y la adoran; los ídolos tienen ojos pero no pueden ver, orejas pero no pueden oír. Ellos no pueden ayudar a aquellos quienes los llaman. Por otra parte, un hombre se convierte en lo que él adora. Los hombres que adoran el dinero o el poder se convierten en esclavos de estas cosas. Pero nosotros adoramos al Señor con todo nuestro corazón, porque él es digno de nuestra adoración.

Segundo, Dios es el Libertador Todopoderoso (10-15). Él liberó a su pueblo Israel de la esclavitud en Egipto. Fue una liberación costosa. Esto requirió matar a los primogénitos de Egipto, la división del Mar Rojo en dos, arrojando al mar al ejército del faraón. Él liberó a su pueblo a causa de su gran amor, que no cambia. Tercero, Dios cumple sus promesas (16-26). En amor él condujo a su pueblo a través del desierto y mató a reyes poderosos para protegerlos. Dios vio que su pueblo en su abatimiento y los rescató cuando eran incapaces de hacerlo. Debemos recordar su amor y dar gracias.

Señor, quiero adorarte y alabarte, porque tú eres el Dios grande. Ayúdame a compartir de tu obra redentora.

Señor, te alabo, porque para siempre es tu misericordia. Todo lo que haces por tu poder soberano es hecho en amor. Alabado sea Dios que nos recuerda en nuestro abatimiento.

Una Palabra: Alaba y adora al Dios Todopoderoso

Una Palabra: Da gracias al Señor Todopoderoso

Miércoles, 7 de diciembre

Jueves, 8 de diciembre

¿CÓMO CANTAREMOS CÁNTICO DE JEHOVÁ?

EL SEÑOR CUMPLIRÁ SU PROPÓSITO EN MÍ

Salmo 137:1-9

Salmo 138:1-8

“¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños?” (4)

Primero, acordándonos de Sion (1-4). Los judíos fueron llevados a Babilonia a vivir allí en exilio durante 70 años. Esta fue la disciplina de Dios por su infidelidad. Fue un tiempo doloroso. Ellos sabían que habían pecado; anhelaban estar en casa. Sus captores babilonios eran superficiales, orgullosos y empeñados en la búsqueda del placer. Ellos disfrutaron escuchando el canto de los cautivos de Israel. Pero los exiliados no tenían canción en sus corazones, porque estaban lejos de su casa y Dios parecía muy lejano. Su mayor alegría estaba recordando Jerusalén y el templo en su gloria. Segundo, Oh Jehová, recuerda (5-9). Ellos no podían cantar; no podían tomar represalias; pero podían orar. Su oración suena amarga y cruel y de hecho lo era. Era muy diferente de la oración de Jesús desde la cruz: "Padre, perdónalos..." Pero era real, pusieron sus sentimientos ante Dios. Su esperanza era sólo en Dios. Señor, límpiame del pecado y gobierna mi corazón para que yo puedo cantar sus canciones durante mi peregrinación terrenal. Una Palabra: Cantar el canto del Señor

“Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos.” (8)

Primero, has exaltado tu nombre y tu palabra (1-5) David conocía el corazón de Dios. Dios exalta su nombre y su palabra sobre todas las cosas. El nombre de Dios representa a Dios mismo. David adoraba a Dios; él lo adoraba por su amor y fidelidad. Él exaltó la palabra de Dios obedeciéndola. Cuando él llamó a Dios en oración, Dios respondió, lo fortaleció en su corazón y le dio valentía para servir a Dios y obedecerle. Segundo, tú cumplirás tu propósito en mí (6-8) David era un héroe conquistador, y, finalmente, un rey, que anduvo humildemente delante de Dios. Dios mora en las alturas, pero él extiende su mano para ayudar a los que tienen un corazón humilde. Cuando caminamos en medio de la angustia, Dios preserva nuestras vidas. Dios nos salva para poder usarnos. El Soberano Dios tiene un propósito para nuestras vidas, y seguramente cumplirá su propósito. Él me salvó del pecado y la muerte para que él pudiera usarme en su gran plan de salvación del mundo. Señor, ayúdame a caminar humildemente delante de usted, confiando en su mano protectora y listo para hacer su voluntad. Una Palabra: Dios cumplirá su propósito.

Viernes, 9 de diciembre

Sábado, 10 de diciembre

EXAMÍNAME, OH DIOS, Y CONOCE MI CORAZÓN

EL SEÑOR LEVANTA MI CABEZA Salmos 140:1-13

Salmos 139:1-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.” (23,24)

Primero, ¿A dónde me iré de tu Espíritu? (1-12). Algunas personas son buenas escondiéndose de las tareas difíciles y de las personas exigentes, ¡incluso en la época de los beepers! Nadie, sin embargo, puede esconderse de Dios. Él conoce nuestros pensamientos más profundos. Él nos conoce mejor que lo que nos conocemos a nosotros mismos. Su Espíritu está con nosotros cuando escalamos las alturas o cuando nos sumergimos en lo profundo. Dios nos conoce porque él nos ama. Su propósito es bendecirnos, hacernos vivir vidas útiles y gozosas. Segundo, me creaste (13-18). Mi existencia no es un accidente. Dios personalmente me creó para su propio propósito (Ef. 2:10). Mi vida tiene significado cuando cumplo el propósito de Dios en mi. Dios mismo está trabajando en el vientre de cada madre para crear al ser humano a su imagen. Tercero, odio a los que te aborrecen, Señor (19-24). David amaba a Dios, así que él odiaba a aquellos que odiaban a Dios. David no se conocía a sí mismo. Tampoco yo me conozco a mí mismo, por lo que le pido a Dios que examine y conozca mi corazón. Señor, examina y conoce mi corazón y guíame en el camino eterno. Una Palabra: Dios me creó para servirle.

“Jehová Señor, potente salvador mío, Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla.” (7)

Primero, mi potente salvador (1-8). David peleó muchas batallas tanto antes como después de que había sido el rey. Nuestras batallas son contra el príncipe de las oscuridades, porque estamos involucrados en la batalla espiritual. Satanás hace guerra contra mi alma todos los días. Pero el Soberano Señor es mi potente Salvador. El guía mis pasos, que son tan propensos de vagar y guiarme a trampas. Él protege mi cabeza, mi punto más vulnerable en el día de batalla. Segundo, destruye tus enemigos, Oh Señor (9-13). David fue atacado tanto física como verbalmente. Satanás usa rumores malvados y calumnias para atacar a los siervos de Dios en nuestro tiempo también. Él es un experto en guerra psicológica. ¿Qué podemos hacer? Nosotros no dependemos en nosotros mismos, porque somos débiles. Nuestras armas son la oración y la palabra de Dios. El seguramente defenderá a su pueblo y destruirá a sus enemigos, por el bien de su nombre. Señor, usted eres mi guía y mi potente Salvador. Proteja mi cabeza en el día de batalla y cubra las cabezas de sus enemigos con problemas. Una Palabra: El Señor protegerá mi cabeza.

Domingo, 11 de diciembre

Lunes, 12 de diciembre

OH JEHOVÁ, MIRAN MIS OJOS EN TI, SEÑOR

EL SEÑOR ES MI PORCIÓN

Salmos 141:1-10

Salmos 142;1-7

“Por tanto, a ti oh Jehová, Señor, miran mis ojos en ti” (8a)

“Clamé a ti, oh Jehová. Dije: Tú eres mi esperanza y mi porción en la tierra de los vivientes” (5)

Primero, Adoración diaria (1-4). David adoraba a Dios en el desierto aun cuando él estaba lejos del lugar de adoración; sus oraciones eran como el sacrificio de la tarde. El pidió la protección de Dios para sus labios y corazón. Él no quería de ser arrastrado a actividades impías.

Primero, Clamo con mi voz al Señor (1-5). Cuando yo estoy en medio de dificultades y bajo gran presión, y nadie me puede ayudar, clamo al Señor. Él conoce el camino. Él conoce las trampas que hace el camino inseguro. Y fielmente, él me guía. Cuando yo estoy solo y nadie parece cuidar de mi vida, el Señor me cuida. Él es mi refugio. Nadie puede satisfacer las necesidades profundas de mi corazón, pero el Señor es mi porción. El satisface mi alma.

Segundo, el reproche a un hombre justo (5-7). David daba bienvenida al reproche de la gente piadosa, pero él no escuchó o se comprometió con los enemigos de Dios. Nosotros debemos dar gratuitamente la bienvenida al reproche de los siervos de Dios y orar por la ayuda de Dios cuando nosotros somos atacados por malhechores. Tercero, mis ojos miran en el Señor (8-10). Cuando somos atacados por los enemigos internos o externos, podemos tener victoria si fijamos nuestros ojos en el Señor y tomamos refugio en él. Él nos ayudará para pasar con seguridad las trampas que han sido puestas ante nosotros. Hebreos 12:2a, dice “ Pongámonos nuestros ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe…” Señor, guarda mi corazón y labios: ayúdeme a crecer a través de los reproches de tus siervos y ayúdeme a fijar mis ojos en ti. Una Palabra: Fija tus ojos en el Señor

Segundo, hazme libre desde mi cárcel (6-7). Hay muchos tipos de cárceles. Las cárceles de malos hábitos, del estilo de vida pecaminoso y de las situaciones fatalistas parecen que nos atan muy fuertemente. Pero el Señor nos hace libre de la cárcel cuando nosotros clamamos a Él por su misericordia y ponemos nuestras tribulaciones ante Él. Él nos hace libre para que nosotros le sirvamos en santidad y justicia durante todos los días. Señor, hágame libre de mi prisión del pecado y de mi ego. Hágame libre de la trampa de mis enemigos y mis malos hábitos. Sea mi porción y Rey de mi vida eternamente. Hágame libre para que yo pueda alabarle y servirle. Una Palabra: El Señor es mi porción eterna.

Martes, 13 de diciembre

Miércoles, 14 de diciembre

MUÉSTRAME EL CAMINO POR DONDE ANDE

BIENAVENTURADO EL PUEBLO CUYO DIOS ES JEHOVÁ.

Salmos 143:1-12 “Hazme oír por la mañana tu misericordia. Porque en ti he confiado. Haz me saber el camino por donde ande. Porque a ti he elevado mi alma” (8)

Primero, mi alma sedienta por ti (1-6). Cuando somos atacados interior y exteriormente por nuestro enemigo, el diablo, en nuestro espíritu desfallece. Es fácil temer y desanimarnos. ¿Cómo podrá ser refrescada nuestra alma desfallecida? No es con la victoria, ni por éxitos. Solamente cuando el espíritu de Dios es derramado sobre nuestra alma sedienta, podemos ser verdaderamente curados y renovados. Cuando meditamos en la palabra de Dios y le alabamos por la gracia de la obra redentora en nosotros y en el mundo, y extendemos nuestras manos hacia él en la oración, él derrama su Espíritu refrescante. Segundo, muéstrame el camino donde yo debo ir (7-12). Dios derrama su Espíritu para que su pueblo sea equipado para hacer su voluntad. ¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios? Nosotros debemos pedirle por dirección. David hizo esto varias veces (1 Sam. 30:6-8). Cuando nosotros confiamos en el amor implícito de Dios y estamos dispuesto a obedecer su voluntad, él nos enseña su voluntad. Su Espíritu nos guiará por tierras de rectitud por amor de su nombre. Él nos protegerá, guiará y usará conforme a su voluntad. Señor, levanto mi alma hacia usted. Derrame su Espíritu sobre mí, como lluvia que cae a la tierra seca. Yo pongo mi confianza en usted. Una Palabra: Señor, muéstreme el camino por donde ande.

Salmos 144:1-15 “Bienaventurado el pueblo que tiene esto: Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.” (16)

Primero, Alabado sea el Señor mi Roca (1-11). La vida del hombre en la tierra es tenue e incierta, como una sombra fugaz. Pero Dios es eterno. ¡Cuán admirable es esto que él nos ama y cuida de nosotros! Él nos entrena para pelear contra el enemigo Satanás, y luego nos protege y da la victoria, aunque Satanás está lleno de mentira y engaño. Segundo, las bendiciones de Dios (12-15). Cuando Dios bendice nuestras vidas, somos verdaderamente bendecidos. Cuando nuestros hijos llegan a ser hombres y mujeres fieles, nuestras necesidades materiales se cumplen, nuestras ovejas crecen por millares y miles de millares y nosotros vivimos en la seguridad de la protección de Dios. Esto es por la bendición de Dios. A veces, Dios nos da sequedad, dificultad y tiempos infructíferos para entrenarnos en la fe, pero él es el Dador de todas las buenas y perfectas dádivas. Bienaventurados el pueblo cuyo Dios es Jehová. Señor, entrene mis manos para la batalla, para que yo pueda pelear contra los enemigos interiores y exteriores. Ayúdeme a vivir como uno de su pueblo. Una Palabra: Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.

Jueves, 15 de diciembre

Viernes, 16 de diciembre

GRANDE ES EL SEÑOR, DIGNO DE SUPREMA ALABANZA

BIENAVENTURADO AQUEL CUYA ESPERANZA ESTÁ EN JEHOVÁ

Salmos 145:1-21

Salmo 146:1-10 “Grande es el Señor y digno de alabanza: su grandeza es inescrutable” (3)

“Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios.“ (5)

Primero, yo te exaltaré mi Dios y Rey (1-13). Dios creó todas las cosas para su gloria. Nosotros, sus criaturas, debemos alabarle y exaltar su gran nombre para siempre. Cuando meditamos en sus grandes obras, llegamos a ser grandes; debemos hablar de sus actos majestuosos a nuestros hijos y a nuestras ovejas. Aunque él es el Creador Todopoderoso del cielo y de la tierra, él es misericordioso. Y él es amoroso hacia todo lo que él ha creado. Sus santos, aquellos quienes pertenecen a él a través de la fe en Jesús, debemos hablar de la gloria de su reino eterno.

Primero, no confiéis en los hombres ni en los príncipes (1-4). Aún los hombres de gran poder y autoridad, y muchas buenas intenciones pueden salvarnos. Por más que un hombre quiera ser fiel, él no puede serlo. El hombre es mortal. Él debe morir dejando todas sus buenas intenciones y grandes planes incompletos. Por eso, aquellos que ponen su confianza en los hombres van a ser desilusionados.

Segundo, Jehová es fiel hacia todas sus promesas (14-21). Nuestro Dios es el Dios quien hace promesas, y él cumple todas sus promesas. El prometió a Abraham que a través de su descendencia serán benditas todas las personas; él envió a Jesús para traer perdón y paz a todo el que confíe en él. Él prometió abrir sus manos para suplir todas nuestras necesidades y él prometió para cumplir los deseos de aquellos quienes le temen. Él también prometió estar cerca de todos quienes lo llaman en verdad. Señor, yo exalto su nombre. Gracias por cumplir fielmente sus promesas.

Segundo, bienaventurado es aquel cuya esperanza está en Jehová (510). Dios es el Hacedor del cielo y de la tierra, y todas las cosas en ellos. Él es fiel por siempre. Si nuestra esperanza está en Él y Él es nuestro guía, somos bendecidos. ¿Cuándo él ayuda? El ayuda a los oprimidos y hambrientos. Él liberta a los prisioneros. Él da vista a los ciegos y levanta a los caídos por las preocupaciones y anciedades del mundo. Él guarda a los extranjeros y sostiene al huérfano y a la viuda. El ama al justo. El ayuda a los que le buscan humildemente y le claman por misericordia. Señor, mi esperanza está en usted. Usted abrió mis ojos y mi hizo libre de la prisión del pecado y muerte. Una palabra: Esperanza en Jehová

Una Palabra: Nuestro gran Dios cumple sus promesas.

Sábado, 17 de diciembre

Domingo, 18 de diciembre

DIOS SANA A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN

ALABADLE TODAS LAS CRITURAS GRANDES Y PEQUEÑAS

Salmo 147:1-20

Salmo 148:1-14

“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.” (3)

“Alaben el nombre de Jehová; porque él mandó, y fueron creados.” (5)

Primero, Él exalta a los humildes (1-9). El pueblo de Israel fue derrotado y dispersado por causa de sus pecados. Pero, ellos se arrepintieron y Dios les perdonó y los recogió. Dios sana a los quebrantados de corazón y venda las heridas de los pecadores arrepentidos. Dios es grande. Él creó los cielos y la tierra. Él puso cada estrella y la conoce por su nombre. Su poder y entendimiento son ilimitados. Sólo Él puede sanar a los quebrantados de corazón. Él está listo para ayudar a todos los que le invocan humildemente.

Primero, alabad a Jehová vosotros, sus criaturas (1-12). Dios creó todas las cosas para su gloria. Hagamos que todas las cosas en el cielo y en la tierra le alaben. El sol, la luna y las estrellas lucientes le alaban. Los monstruos marinos, todos los animales salvajes, las aves que vuelan y todos los ganados deben alabar su nombre. Aún el granizo, el relámpago, la nieve, las nubes, el viento de tempestad, las montañas y los árboles ejecutan su palabra. Tanto los reyes, todos los príncipes, los jóvenes, las doncellas, los ancianos como los niños deben alabar su nombre porque Él es nuestro Creador.

Segundo, Dios se complace en los que le temen (10-14). Dios no se complace en la gente hermosa que usa su tiempo en gimnasios. Él se complace en los que le temen y en los que ponen su esperanza en su amor indefectible. Él concede paz y bendición a la ciudad que está llena de tales personas. Tercero, Dios se manifiesta en su palabra (15-20). Dios ordena y toda la naturaleza le obedece. Él se reveló en sus obras de creación. Dios se manifestó a Israel a través de la ley y sus actos poderosos de salvación y juicio los cuales están escritos en la Biblia.

Segundo, Él ha exaltado el poderío de su pueblo (13-14). Un cuerno es el símbolo de fuerza. Dios estableció un rey poderoso y pastor para su pueblo. Esto es una gran bendición. Él ha levantado al Rey de reyes y al Señor de señores. Jesús es el cuerno de salvación. Todos los que pertenecen a Jesús son los santos de Israel y el pueblo cercano al corazón de Dios. Señor, me uno a todas las criaturas que alaban su nombre. Especialmente, yo le alabo por Jesús, el cuerno de salvación Una palabra: Alaba al Señor

Señor, sane a los quebrantados de corazón con su palabra. Una palabra: Dios sana a los quebrantados de corazón

Lunes, 19 de diciembre

Martes, 20 de diciembre

JEHOVÁ TIENE CONTENTAMIENTO EN SU PUEBLO

ALABA A JEHOVÁ Salmo 150:1-6

Salmo 149:1-9

“Todo lo que respire alabe a JAH. Aleluya.” (6) “Exalten a Dios con sus gargantas, y espadas de dos filos en sus manos,” (6)

Primero, Él hermosea a los humildes con la salvación (1-5). El pueblo de Dios debe reunirse para cantar, bailar y hacer música delante del Señor. Somos sus niños. Los niños son humildes. Ellos pueden bailar delante del Señor con sencillez y sinceridad. El rey David bailó una vez delante del Señor. Su esposa lo despreció por esto, pero Dios se alegró. Dios quiere que su pueblo sea gozoso. Cuando venimos a Él con corazón humilde lleno de amor y confianza, y apremiantes por aceptar su gracia, él nos corona con salvación. Segundo, una espada de dos filos (6-9). Dios dio trabajo que hacer a su pueblo. Esto no es siempre agradable. Él llamó a Israel del Antiguo Testamento para que fueran su instrumento para ejecutar juicio sobre los enemigos de Dios. Dios llama a Israel del Nuevo Testamento para que pelearan la batalla contra Satanás con la espada de dos filos del Espíritu la cual es la palabra de Dios (Efesios 6:17; Hebreos 4:12). Señor, ayúdeme a alabarle con una nueva canción y un nuevo espíritu desafiador. Concédame un corazón humilde, gozoso y obediente.

Primero, ¿dónde debe ser alabado el Señor? (1). Alaben a Dios en su santuario. Alábenle en cualquier lugar y en todos los lugares bajo sus cielos. Cuando sea que el pueblo de Dios se junte, no debe ser para quejarse ni para criticar. Cuando nos reunimos, debe ser para alabar y agradecerle a Dios. Los ejércitos celestiales alaban a Dios día y noche en su firmamento. Segundo, ¿por qué Él debe ser alabado? (2) Alaben a Dios por sus proezas. Él es el Creador de todas las cosas. Él redimió a su pueblo de la servidumbre en Egipto por su mano poderosa y nos redimió de la esclavitud al pecado por enviarnos a su Hijo Unigénito. Alábenle por su grandeza incomparable. Tercero, ¿cómo Él debe ser alabado? (3) Cuando las palabras fallan, podemos expresar nuestra gratitud y alabanza con músicas alegres y bailes. Cuarto, ¿quién debe alabarle? (6) Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. Señor, sintonice mi corazón para alabar su nombre. Ayúdeme a alabarle con mi vida dondequiera que yo esté. Una palabra: Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.

Una palabra: Regocijémonos en el Señor, nuestro Creador

Miércoles, 21 de diciembre

INTRODUCCIÓN A LA EPÍSTOLA A LOS COLOSENSES

JESÚS NOS HA LIBRADO

(JESÚS ES LA RAÍZ DEL REINO DE DIOS) “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” (Versículo clave 2:9) Pablo escribió esta epístola a los creyentes en Colosas, Laodicea e Hierápolis a quienes él no había conocido en persona (1:1-2; 2:1; 4:13). Parece que Pablo la escribió aproximadamente en los 60-62 d.C. durante su primer encarcelamiento en Roma (Hch. 28:16-31; Col 4:3,18). Colosas era una ciudad ubicada en la actual Turquía, a 100 millas al este de Éfeso (12 millas al este de Laodicea, que fue de 9 millas de Hierápolis). Estas iglesias fueron iniciadas por Epafras (1:7), quien se habría convertido a través del ministerio de Pablo en Éfeso (Hch. 19:10). Epafras visitó a Pablo en Roma y reportó la condición espiritual de las iglesias (4:12). Lo falsos maestros habían introducido herejías en las iglesias, diciendo que Jesús no era suficiente para su salvación, por tanto, negaban que Jesús fuera el único camino. Ellos enfatizaron cosas como filosofías mundanas que eran vacías y engañosas (2:21, 23), ceremonias judías (2:11, 16-7), alabanza a los ángeles (2:18-29), y ascetismo (2:21, 23). Pablo enfatizó la supremacía de Cristo, quien es la plenitud de Dios (1:18-19; 2:9-10). Él les escribió para animar a los creyentes de corazón y unirlos en amor para que puedan alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento para conocer los misterios de Dios (2:2). Nuestra situación y era son muy similares a la de los cristianos en Colosas. Parece que no hay una verdad absoluta en el mundo. El relativismo y el pluralismo sobreabundan. Los jóvenes están confundidos espiritualmente por ideas humanas y argumentos que suenan bien, y dudan si Jesús es realmente el único camino. A través de este estudio, oro que podamos conocer la supremacía y la suficiencia de Cristo y que seamos arraigados y edificados en él (2:7).

Colosenses 1:1-14 “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” (13,14)

Primero, saludos, agradecimientos y oraciones (1-12) Pablo estaba en cadenas y escribió a la iglesia de Colosas la cual fue establecida por Epafras aproximadamente en el año 60 d.C. Pablo no tenía nada de que agradecer por su situación de prisión, pero, agradeció a Dios por el evangelio que se esparcía entre los colosenses quienes tuvieron fe, amor y esperanza en Jesús para llevar frutos a todo el mundo. Por lo tanto, Pablo siguió orando por ellos para que ellos conocieran la voluntad de Dios; para que llevaran una vida digna del Señor y que le agradaran en todos los aspectos; para que ellos tuvieran gran paciencia y longanimidad; para que agradecieran con gozo al Padre que les hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Segundo, Jesús nuestro redentor (13-14) Todos sus agradecimientos provienen de Jesús. Jesús nos ha librado de la potestad de las tinieblas. Él nos ha trasladado al reino de su amado Hijo. En Jesús, tenemos redención y el perdón de pecados. Señor, gracias por su redención, el perdón de nuestros pecados y por hacernos aptos para heredar su reino, aunque no lo merecíamos. Una palabra: Jesús, nuestro redentor

Jueves, 22 de diciembre

Viernes, 23 de diciembre

LA PREEMINENCIA DE JESUCRISTO

EL MISTERIO DE DIOS, CRISTO

Colosenses 1:15–23 “…para que en todo tenga la preminencia.” (18b)

Primero, Jesús, el creador, la cabeza de la iglesia (15-19). Jesús es supremo con el Hijo, la imagen del Dios invisible. Nadie ha visto a Dios pero Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;” (Juan 14:9b). El es el Creador. Todas las cosas fueron creadas en él, por él y para él. Él es el comienzo y el primogénito de los muertos mediante su resurrección. De este modo, él se hizo la cabeza de la iglesia designada por Dios (Ef. 1:22). Como Dios se agradó de que en Jesús habitase toda plenitud, él sólo es suficiente. Segundo, Jesús es él que reconcilia (20-23). Por medio de Jesús, Dios se reconcilió con todas las cosas tanto de la tierra como del cielo, hacienda la paz mediante la sangre de su cruz. En otro tiempo, éramos extraños para Dios y enemigos en nuestra mente haciendo malas obras. Pero, ahora nos ha reconciliado en el cuerpo de carne del Cristo por medio de la muerte para presentarnos santos y sin mancha e irreprensibles. Esto es las buenas nuevas que debemos proclamar a toda la creación bajo el cielo. Señor, usted es supremo y suficiente para salvarnos por medio de su muerte y resurrección. Ayúdanos a proclamar este evangelio a todas las naciones. Una palabra: ¡Jesús es supremo y suficiente para nuestra salvación!

Colosenses 1:24-2:5 “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,” (2:2)

Primero, el misterio de Dios (1:24-29). Pablo se regocijó en el sufrimiento por los creyentes colosenses porque Jesús le llamó para que sufriera a causa de su nombre y fuera hasta lo último de la tierra, España con el fin de anunciarles la palabra de Dios en su plenitud. El punto principal era Jesucristo: las riquezas gloriosas del misterio y la esperanza de gloria. Esto ha sido oculto por siglos y generaciones. Pero, ahora fue dado a conocer al pueblo del Señor a quien Dios escogió para que todos puedan ser perfectos en Cristo. Segundo, en Cristo están escondidos todos los tesoros de Dios (2:15). Pablo luchó mucho para alcanzar su meta de que ellos conocieran el misterio de Dios, o sea, el Cristo. En Jesús están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Pablo quiso que nadie les engañara con palabras persuasivas. Él escribió esto para que ellos fueran firmes en su fe en Jesús. Señor, gracias por revelar a Jesús, el Tesoro Escondido de la sabiduría de Dios. Ayúdenos para que nunca seamos engañados por palabras persuasivas. Una palabra: El misterio Escondido de Dios revelado, Jesús

Sábado, 24 de diciembre

Domingo, 25 de diciembre (Navidad)

JESÚS, EMANUEL, NUESTRO SALVADOR

ADORA AL PASTOR Y REY, JESÚS

Mateo 1:18-25

Mateo 2:1-12

“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (21)

“Porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.” (6b)

Primero, el nacimiento de Jesús mediante la obediencia de José, el descendiente de David (18-20, 24-25). El nacimiento de Jesús fue por la autonegación dolorosa de María y José. José era feliz de estar comprometido con María. Pero, pronto, supo que ella estaba embarazada por el Espíritu Santo. José pudo haberla apedreado a muerte como la ley demandaba. Pero, él decidió divorciarse de ella en secreto como un hombre justo y real. Pero, el Señor intervino. José dejó su propio plan. Él tomó la cruz de recibirla como su esposa. Así, el Cristo sufrido nació en el linaje de David como fue prometido.

Primero, un guiador que apacienta (1-8). Jesús, el Rey Salvador nació en Belén de Judá como Dios había prometido. Nadie se dio cuenta de esto excepto los que buscaron la verdad, los magos del este. Ellos lo buscaron día y noche, vieron su estrella (Números 24:17), dejaron todo y fueron a Jerusalén para adorarle. Pero, el rey Herodes se turbó grandemente. El convocó todos los estudiosos de la Biblia para encontrar el lugar (Miqueas 5:2) y el tiempo fingiendo que quería ir y adorarle. Pero, en realidad, él quería matarlo secretamente. Sin embargo, el Rey de los judíos recién nacido no vino para matar sino para morir como un buen pastor para su pueblo. Él es el verdadero rey que debe ser buscado para adoración.

Segundo, llamarás su nombre Emanuel (21-23). Mateo encontró muchas escrituras cumplidas en Jesús. Jesús nació para salvar a su pueblo de sus pecados. ¡La virgen dio a luz un hijo! Ellos llamaron su nombre Emanuel, “Dios con nosotros”. Dios mora con los pecadores. Mateo, un publicano egoísta, fue conmovido por Jesús Emanuel quien le escogió como uno de los 12 discípulos y estuvo con él hasta que fuera cambiado para ser la luz y la sal del mundo. ¡Alabemos a Jesús Emanuel! Señor, gracias por su venida para salvarnos de nuestros pecados mediante su morada con nosotros, los pecadores. Una palabra: Jesús, Emanuel, vino a salvarnos de nuestros pecados

Segundo, los magos adoraron al bebé Jesús (9-12). ¡Los magos se regocijaron con muy grande gozo al ver la estrella de nuevo! Ellos siguieron a la estrella como si fuera un sistema de GPS y encontraron al bebé pequeño en un pesebre. Ellos le adoraron y le entregaron presentes de oro al Rey eterno, incienso para su sumo sacerdote y mirra para el Mesías que moriría y resucitaría para vivir eternamente. Ellos se regresaron experimentando gran gozo después de entregar todas las cosas al Señor. Ellos burlaron el plan malvado de Herodes al tomar otra ruta de regreso. Señor, gracias por enviarnos el Rey y Pastor, Jesús. Permítame adorar a Jesús con pureza como uno de los hombres sabidos de esta época. Una palabra: ¡Yo le alabo a Jesús, mi buen Pastor y Rey!

Lunes, 26 de diciembre

Martes, 27 de diciembre

ANDAN EN CRISTO

NUEVA VIDA EN CRISTO

Colosenses 2:6-23 “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.” (6-7)

Primero, andan en Cristo (6-15). Después de recibir a Jesús como el Señor, debemos seguir creciendo en él. Nuestra fe debe ser arraigada y debe crecer en él abundando en acciones de gracias. Una vez, fuimos engañados por la filosofía terrenal. Pero, el Cristo nos salvó desarmando las potestades y autoridades porque triunfó sobre ellos en la cruz públicamente. En Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Una vez, estábamos muertos en nuestros pecados que no nos condenaba. Pero, Dios nos circuncidó, quitando todos los cargos legales y crucificándolos en la cruz. Él nos resucitó para que llevemos una nueva vida. Segundo, no sean engañados por herejías vacías (16-23). Pablo no permitió que el legalismo judío los juzgara porque todo era sombra del Cristo. Su culto a los ángeles no tenía ninguna relación con la Cabeza, Dios. El estoicismo era tan solo el mandamiento humano y la enseñanza humana. No tiene valor alguno contra los apetitos de la carne (23). Señor, ayúdenos a crecer en Jesús, la plenitud de Dios en forma corporal. Ayúdenos a que no seamos engañados por las meras enseñanzas humanas.

Colosenses 3:1-11 “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” (1)

Primero, buscad las cosas de arriba (1-4). El estado actual del creyente es muertos al pecado y ‘resucitados con Cristo.’ Nuestra meta y destino cambió completamente del infierno al reino de Dios. Como el piloto da dirección y el avión va hacia el destino, así también nosotros iremos al reino de Dios o al infierno de acuerdo a dónde ponemos la dirección de nuestro corazón, a las coas de arriba con Cristo o a las cosas de la tierra. Nuestra vida está escondida con Cristo. Pero cuando Cristo, quien sufrió, murió, pero resucitó, se manifieste, entonces nosotros también seremos manifestados en gloria. Segundo, revestidos del nuevo hombre (5-11). Cuando tenemos nueva vida en Cristo, debemos hacer morir toda la vida vieja terrenal: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos, avaricia, ira, enojo, malicia, blasfemia, palabas deshonestas de nuestra boca y mentira. Hacer morir significa reconocernos como muertos al pecado. También significa no entregar nuestros cuerpos al pecado, sino a Dios (Ro. 6:13). Aquí no hay gentil o judío. Todos deben despojarse de su viejo hombre y ser revestidos con Jesús. Señor, ayúdeme a poner mi corazón en usted, haciendo morir mi naturaleza vieja y poniéndome a Jesús, la vida nueva, cada día.

Una palabra: Continuar creciendo en Jesús Una palabra: Pon tu corazón en Jesús, en las cosas de arriba.

Miércoles, 28 de diciembre

Jueves, 29 de diciembre

LA PAZ DE DIOS GOBIERNE EN VUESTROS CORAZONES

CRISTO EN LA FAMILIA Y EN EL TRABAJO Colosenses 3:18-4:1

Colosenses 3:12-27 “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (15)

Primero, vestíos de amor (12-14). Ahora, como pueblo escogido de Dios, santos y amados, debemos despojarnos de nuestro viejo ser. Y en lugar de ello, debemos poner a Jesús, con su entrañable misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia. Debemos soportarnos unos a otros, y perdonarnos unos a otros, así como Cristo nos perdonó. Y, sobre todo, debemos vestirnos de amor (1 Cor. 13:1-4), que es el vínculo perfecto. Segundo, la paz de Dios gobierne en vuestros corazones (15-17). Alguna vez no tuvimos paz en Dios, no teníamos paz con otros. Pero por la reconciliación a través de Jesús, llegamos a ser miembros de un cuerpo llamados a ser hacedores de paz. Cuando la paz y el mensaje de Cristo gobiernan y habitan ricamente entre nosotros, podemos enseñar y amonestar unos a otros con salmos, cantando a Dios, y siempre dando gracia a Dios. Sobre todo, en cualquier cosa que hagamos debemos hacerlo todo en el nombre de nuestro Señor Jesús y para su gloria. Señor, ¡ayúdeme a ponerme a Jesús y permita que la paz de Jesús gobierne mi corazón! ¡Permita que su mensaje habite en mí para que en cualquier cosa que haga, pueda hacerlo para la gloria del nombre de Jesús! Una palabra: ¡Hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús!

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” (23)

Primero, los hogares cristianos (3:18-21). Ahora Pablo da instrucciones: “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas a sus maridos. A los maridos: “Amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Ef. 5:25) “No seáis ásperos con ellas.” Luego, los hijos deben obedecer a los padres, porque esto es lo que agrada al Señor. Los padres tampoco deben exasperar a los hijos para que no se desalienten. En una palabra, Cristo es el estándar y centro de los hogares cristianos. Segundo, hacedlo como para el Señor (3:22-4:1). “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.” Esto es porque su recompensa está en el Señor. Los amos deben proveer a los siervos con lo justicia y rectitud, sabiendo que ellos también tienen un Amo en los cielos. Aquí, tanto los siervos (empleados) y los amos (empleadores) deben responsables en el Señor quien les pagará correspondientemente. Señor, bendíganos en nuestra familia como en nuestro trabajo, como pueblo de Dios. Una palabra: ¡Todo lo que haga, hágalo como para el Señor!

Viernes, 30 de diciembre

Sábado, 31 de diciembre

QUE EL SEÑOR NOS ABRA PUERTA PARA LA PALABRA

JEHOVÁ ES MI PASTOR; NADA ME FALTARÁ Salmos 23:1-6

Colosenses 4:2-18

“Jehová es mi pastor; nada me faltará.” (1)

“orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso,” (3)

Primero, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (2-6). Pablo concluye exhortando a los colosenses: “Perseverad en la oración.” Él no pidió que oraran por su liberación de prisión. En lugar de eso pidió: “…que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo… para que lo manifieste como debo hablar.” La obra del evangelio es obstaculizada por Satanás y sus agentes. Por eso debemos orar que Dios abra las puertas, así como lo hizo con Lidia en Macedonia. Pablo también les exhortó a que estén velando con acción de gracias, redimiendo el tiempo con palabras de gracia para que Cristo sea predicado por cualquier medio. Segundo, mensajeros y colaboradores (7-18). Pablo mencionó el nombre de muchos colaboradores, como Tíquico, Onésimo, Aristarco quienes fueron mensajeros, y sus compañeros de prisiones, como Marcos, que alguna vez huyó, pero se hizo un gran escritor en Epafras, la iglesia pionera de los colosenses, y Lucas quien cuidó de la salud de Pablo. Pablo no solamente aprovechó su ayuda, sino que les ayudó para que llegaran a ser grandes líderes. Señor, ábranos las puertas para predicar el evangelio claramente a todas las naciones. Úsenos para que también podamos crecer a líderes. Una palabra: ¡Ábranos las puertas!

Primero, él provee a sus ovejas todo lo que necesitan (1-3). Como un buen pastor provee a sus ovejas de pasturas verdes y aguas de reposo para saciar su sed, Dios es nuestro buen pastor que nos alimenta con su abundante palabra y refresca nuestras tristes almas con su Espíritu Santo. Él va delante para guiarnos hacia los caminos correctos por amor de su nombre, durante todo este año 2016 y también toda nuestra vida. Segundo, él protege a sus ovejas (4-5). Estos días nos pueden parecer que caminamos por valles de sombra de muerte, con amenazas como el terrorismo por ISIS en cada momento. Aun así, no temimos a mal alguno en todo el 2016, por cuanto el Señor Dios Todopoderoso estuvo con nuestros como Emanuel. Su vara y su cayado han sido nuestro aliento para protegernos del mal y guiarnos y disciplinarnos. Dios nos hizo más que vencedores sobre en presencia de nuestros angustiadores ungiéndonos y haciendo rebosar nuestra copa (Rom. 8:37). Tercero, él persevera (6). El bien y la misericordia de Dios nos han seguido, no solamente en éste 2016, sino también nos seguirá todos los días de nuestra vida. Habitaremos con Dios para siempre en su reino. Señor, gracias Jesús por ser nuestro buen pastor durante todo el año 2016. ¡Tampoco me faltará nada en los años que vienen! Una palabra: Jehová es mi pastor; nada me faltará.

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