Para Educar Leyendo. La Maestra Thompson

Para Educar Leyendo Esta sección se presenta con intención de cumplir varios objetivos todos de gran interés en el campo educativo. En primer lugar, f

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Para Educar Leyendo Esta sección se presenta con intención de cumplir varios objetivos todos de gran interés en el campo educativo. En primer lugar, fomentar el gusto por la lectura mediante la inclusión de narraciones educativas seleccionadas que contienen siempre un mensaje ético. En segundo lugar, que dichas lecturas sirvan de apoyo didáctico a los educadores, los cuales mediante breves relatos puedan desvelar y transmitir valores a sus alumnos y fomentar por este medio una buena pedagogía de los valores, y en tercero, estimular el espíritu de indagación, reflexión y búsqueda de temas de interés, de acuerdo a sus áreas de incumbencia académica, situaciones familiares o educativas, sociales, de actualidad o de otra índole. Didácticamente, las lecturas incluirán el valor o valores que están involucrados en el contenido de las mismas. La Maestra Thompson Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5° grado, el primer día lo iniciaba diciendo a los niños que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado: Teddy Stoddard. Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que él no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño. Teddy comenzaba a ser un tanto desagradable. Llegó el momento en que Mrs. Thompson disfrutaba al marcar los trabajos de Teddy con un marcador rojo haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas. En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Teddy para el final. Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa. La profesora de primer grado escribió: "Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales... Es un placer tenerlo cerca". Su profesora de segundo grado escribió: "Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy dificil". La profesora de tercer grado escribió: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. Él trata de hacer su mejor esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas". Su profesora de cuarto escribió: "Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase". Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que él había tomado de una bolsa de papel. A Mrs. Thompson le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con sólo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca.

Teddy Stoddard se quedó ese día al final de clase el tiempo suficiente para decir: "Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá". Después que el niño se fue ella lloró por lo menos una hora... Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial en Teddy. Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, él respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Teddy se convirtió en uno de los consentidos de la maestra. Unos años después, ella encontró una nota ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida, que había terminado el bachillerato siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores y le reiteró a Mrs. Thompson que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita. Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Theodore F. Stoddard, MI). La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio, por supuesto Mrs. Thompson acepto y adivinen... Ella llegó usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído, "Gracias Mrs. Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia". Mrs. Thompson con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, "Teddy, te equivocas, tu fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia. No sabía cómo educar hasta que te conocí". "Los amigos son Ángeles que nos levantan sobre nuestros pies cuando nuestras alas tienen problemas para recordar como volar". CETA. ¿Existe el Mal? Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: -¿Dios creó todo lo que existe? Un estudiante contestó valiente: -Sí, lo hizo. -¿Dios creó todo? -preguntó de nuevo el profesor. -Sí señor -respondió el joven. El profesor contestó: -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo.

El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo: -¿Puedo hacer una pregunta, profesor? -Por supuesto -contestó el profesor. El joven se puso de pie y preguntó: -Profesor, ¿existe el frío? -¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío? El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe. Según las Leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: -¿Dios creó todo lo que existe? Un estudiante contestó valiente: -Sí, lo hizo. -¿Dios creó todo? -preguntó de nuevo el profesor. -Sí señor -respondió el joven. El profesor contestó: -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo. El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo: -¿Puedo hacer una pregunta, profesor? -Por supuesto -contestó el profesor. El j oven se puso de pie y preguntó: -Profesor, ¿existe el frío? -¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío? El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe. Según las Leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos, si no tenemos calor. Y ¿existe la oscuridad? -Continuó el estudiante. El profesor respondió: -Por supuesto. El estudiante contestó: -Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un

término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente. Finalmente, el joven preguntó al profesor: -Señor, ¿existe el mal? El profesor respondió: -Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal. A lo que el estudiante respondió: -El mal no existe, señor, o al menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es al igual que los casos anteriores, un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existe el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como existe el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz. Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado. El joven se llamaba

Dejemos que Nos Enseñen A los adultos, querría decirles lo siguiente: Hablen con los niños Y no simplemente a los niños. Escuchen lo que tienen que decir. Respeten su derecho a ser escuchados. Hagan para ellos un espacio de justicia en nuestro pueblo mundial. Ayúdenlos a ser ellos mismos en nuestra gran familia. Y por encima de todo, dejen que los enseñen lo que quizás ustedes ya han olvidado: la comprensión, la tolerancia, la amistad, la paz, la fraternidad y ante todo, el amor y la ternura. La mejor forma de hacer buenos a los niños es... Hacerlos felices. La Familia Un artista, insatisfecho de su trabajo, un día le dijo a su Esposa: -Me voy a ir de viaje. Necesito encontrar inspiración para pintar mi obra maestra. Viajó por muchos países. Contempló mucha belleza, pero no encontró lo que andaba buscando. Un día salió a pasear, detuvo a una novia en el día de su boda y le preguntó: -Dime, por favor, ¿qué es para ti lo más hermoso del mundo? Ella le contestó con mucha naturalidad: -El amor El artista continuó su camino pensativo. ¿Cómo pintar el amor? Poco tiempo después, encontró a un soldado que volvía de la Guerra. El pintor le sorprendió: ¿Cuál es la cosa más bella del mundo?

El soldado le contestó sin dudar: -La paz. Y el artista apesadumbrado se preguntaba: -¿Cómo pintar la paz? Siguiendo su búsqueda, se acercó a un creyente que iba camino al templo y le hizo la misma pregunta. El creyente contestó: -La fe es la cosa más bella del mundo. Y el artista continuó pensativo: -¿Cómo pintar un cuadro de la fe? Casi desesperado, después de tanta búsqueda de inspiración, volvió a su casa, cansado. Pero a su llegada la esposa lo recibió con ternura y calor. Y el artista encontró el amor del que le había hablado la novia. Todo en su lugar respiraba tranquilidad y seguridad. Era la Paz de la que le había hablado el soldado. Y cuando sus hijos le besaban, vio en sus ojos de niños... la fe del creyente. Había encontrado en su hogar la inspiración que andaba buscando afanosamente fuera de casa; lejos de la familia.

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