Story Transcript
Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Julio y Agosto de 2014 1. ¿Cómo nos ayuda Levítico 18:3 a no desarrollar un concepto equivocado de lo bueno y lo malo? (Efes. 4:17-19.) [7 de jul., w02 1/2 pág. 29 párr. 4.] w02 1/2 pág. 29 Preguntas de los lectores Tampoco debe pasarse por alto la conciencia que Dios nos ha dado. Todos nacemos con un sentido de lo que es correcto o incorrecto, de lo que está bien y lo que está mal (Romanos 2:15). La conciencia nos dice qué es lo normal y apropiado, y qué es antinatural y ofensivo, a menos que esté distorsionada o endurecida a causa de prácticas pervertidas. Jehová aludió a este hecho cuando dio a los israelitas la ley contra el matrimonio entre parientes carnales cercanos. “De la manera como hace la tierra de Egipto, en la cual moraron, no deben hacer ustedes —leemos—; y de la manera como hace la tierra de Canaán, en la cual voy a introducirlos, no deben hacer ustedes; y en los estatutos de ellos no deben andar.” (Levítico 18:3.) Los cristianos aprecian muchísimo su conciencia basada en la Biblia y no permiten que la corrompa el sentido distorsionado del bien y el mal que tienen las naciones (Efesios 4:17-19). 2. ¿Qué nos enseña el mandato de Levítico 19:2, y por qué deberíamos esforzarnos por obedecerlo? [7 de jul., w09 1/7 pág. 9 párr. 5.] w09 1/7 pág. 9 “Yo Jehová su Dios soy santo” El mandato de Dios de ser santos nos ayuda a comprender mejor su modo de pensar y actuar. Para empezar, nos enseña que si queremos agradarle, debemos vivir en armonía con sus normas y esforzarnos por tener una conducta santa (1 Pedro 1:15, 16). Así disfrutaremos de la mejor vida posible (Isaías 48:17). Este mandato también muestra que Jehová confía en sus siervos. Nunca espera de nosotros más de lo que podemos dar (Salmo 103:13, 14). Al estar hechos a su imagen y semejanza, está seguro de que tenemos el potencial para cultivar cierto grado de santidad (Génesis 1:26). ¿Verdad que saber esto nos motiva a acercarnos más al Dios santo, Jehová? 3. ¿Qué nos enseña el principio en que se basaba la antigua ley de la rebusca? (Lev. 19: 9, 10.) [7 de jul., w06 15/6 pág. 22 párr. 13.] w06 15/6 págs. 22-23 párr. 13 “¡Cómo amo tu ley, sí!” 13 El principio en que se basa la ley de la rebusca aún permanece: Jehová espera que sus siervos sean generosos, en particular con los necesitados. Cuanto más generosos seamos, mayores serán nuestras bendiciones. De hecho, Jesús afirmó: “Practiquen el dar, y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio” (Lucas 6:38). CAPITULO 17: w88 1/9 págs. 10-11 párr. 10 Se desenmascara a la Serpiente 10. ¿Cómo se hizo mención limitada de Satanás en las Escrituras Hebreas? 10 Aunque Jehová denunció las actividades inspiradas por los demonios, es obvio que, en su sabiduría, tuvo buenas razones para asegurarse de que en las Escrituras Hebreas solo se hiciera mención limitada de su Adversario, Satanás. (Levítico 17:7; Deuteronomio 18:10-13; 32:16, 17; 2 Crónicas 11:15.) Así, a los escritores hebreos, aunque de seguro tenían algún conocimiento de Satanás y de su papel de rebelde celestial, solo se les inspiró para definir y denunciar los pecados del pueblo de Dios y de las naciones que lo rodeaban, y para exhortar contra la iniquidad de estos. (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 18:9-13.) Rara vez se mencionó el nombre de Satanás. w91 15/2 pág. 16 párr. 4 ‘Ustedes fueron comprados por precio’ 4. a) ¿Con qué propósito limitó Dios el uso de la sangre? b) ¿Qué tiene de significativa la manera como se dio muerte a Jesús? 4 ¡No es de extrañar, pues, que bajo la Ley se castigara con muerte cualquier uso incorrecto de la sangre! (Levítico 17:10.) Todos sabemos que cuando una sustancia se hace poco común o su uso se limita en sumo grado, su valor aumenta. La limitación que Jehová impuso respecto al uso de la sangre aseguró que esta no se considerara algo de valor ordinario, sino precioso, valioso. (Hechos 15:29; Hebreos 10:29.) Esto concordaba con Página 1
el propósito elevado que cumpliría la sangre de Cristo. Apropiadamente, él murió de una manera que llevó al derramamiento de su sangre. Así que fue patente que Cristo no solo sacrificó su cuerpo humano, sino que derramó su alma, ¡sacrificó su mismísima vida como humano perfecto! (Isaías 53:12.) Cristo no perdió el derecho legal a aquella vida debido a imperfección, de modo que su sangre derramada tenía gran valor y podía ser presentada ante Dios para expiar los pecados de la humanidad. w86 1/11 pág. 23 párr. 10 Padres, ¿cómo pueden ‘edificar’ su hogar? 10. ¿Cómo fue que el examinar una aparente situación más a fondo evitó hostilidades en tiempos bíblicos? 10 Un ejemplo bíblico que muestra el valor del discernimiento está registrado en Josué 22:9-34. Las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, que heredaron tierras al este del río Jordán, construyeron en ellas un enorme altar. Las otras tribus, considerando esto un acto de apostasía, se prepararon para castigar lo que parecía ser una violación deliberada de la ley de Dios. (Levítico 17:8, 9.) Antes de tomar acción, enviaron una delegación para hablar con las dos tribus y media. (Proverbios 13:10.) La conversación reveló que el altar no fue construido para ofrecer sacrificios, sino “debido a solicitud ansiosa”. Al estar separadas de las otras tribus por el río Jordán, las dos tribus y media estaban muy preocupadas en cuanto a la posibilidad de que sus generaciones futuras fueran cortadas de la adoración de Jehová. El altar serviría como un constante recordatorio, “un testigo”, de que ellos también eran el pueblo de Dios. ¡Qué cambio produjo esta explicación! Se arrojó una luz diferente sobre lo que parecía ser un pecado desafiante. Por ser ‘tardas para la cólera’, las demás tribus pudieron discernir cuál era la verdadera situación, lo cual resultó en entendimiento. (Proverbios 14:29.) w03 15/2 págs. 15-16 párr. 18 ¿Por qué debemos observar la Cena del Señor? 18. ¿Por qué no realizó Jesús una conversión milagrosa del pan y el vino de la Conmemoración? 18 Al instituir esta cena, Jesús no realizó un milagro convirtiendo literalmente los emblemas en su carne y sangre. Comer carne y beber sangre de seres humanos sería canibalismo, lo que constituiría una violación de la ley divina (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10). Jesús aún conservaba su cuerpo y su sangre intactos. No ofreció su cuerpo como sacrificio perfecto ni derramó su sangre sino hasta la siguiente tarde del mismo día judío, 14 de Nisán. Por consiguiente, el pan y el vino utilizados en la Conmemoración poseen un carácter emblemático: representan la carne y la sangre de Cristo. w04 15/12 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Por qué podían los israelitas vender a un extranjero un animal que no había sido desangrado? Un extranjero o un residente forastero que no fuera prosélito no estaban sujetos a la Ley. Por ello se permitía a los israelitas dárselo o vendérselo (Deuteronomio 14:21). En cambio, el prosélito debía obedecer la Ley, de modo que no podía consumir carne sin desangrar de dicho animal (Levítico 17:10).—15/9, página 26. w91 15/8 págs. 28-29 ¿Recuerda usted? ¿Por qué ha decretado Dios que los humanos no deben comer sangre? (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10, 11; Hechos 15:22-29.) La vida es una dádiva de Dios y la vida humana depende del tejido líquido que la sustenta, llamado sangre. (Salmo 36:9.) Por respetar la sangre como cosa especial, los humanos muestran que dependen de Dios para la vida. Por lo tanto, la razón dominante para el decreto de Dios sobre la sangre no era que el ingerir sangre pudiera perjudicar la salud, sino que la sangre tenía significado especial para Dios.—15/6, páginas 8, 9. w91 15/6 pág. 9 párr. 5 Salvación de la vida mediante sangre... ¿cómo? 5. ¿Qué razón primordial tenían los israelitas para no ingerir sangre? 5 Dios mencionó de nuevo la sangre cuando dio a Israel el código de la Ley. Levítico 17:10, 11, según la versión judía de Editorial Sigal, dice: “Cualquier hombre de la casa de Isra-e-l, o de los extranjeros que moran entre ellos, que comiere cualquier clase de sangre, Yo Me volveré contra el que come la sangre, y le exterminaré de entre su pueblo; porque la vida de la carne está en la sangre”. Esa ley podía beneficiar la salud, pero había mucho más que eso implicado. Por tratar como cosa especial la sangre, los israelitas habían de mostrar que dependían de Dios para la vida. (Deuteronomio 30:19, 20.) Sí, la razón dominante por la cual no habían de ingerir sangre no era que hacer aquello podía perjudicarles la salud, sino que la sangre tenía significado especial para Dios.
Página 2
w96 1/7 pág. 10 párr. 11 ‘Una casa de oración para todas las naciones’ 11. a) ¿Qué uso se daba a la sangre de las víctimas animales, y a qué señalaba esto? b) ¿Cómo ve Dios la sangre humana y animal? 11 La sangre de los animales sacrificados se llevaba al altar. Este acto recordaba diariamente a la nación su estado pecaminoso y su necesidad de un redentor cuya sangre vertida expiara permanentemente sus pecados y la salvara de la muerte. (Romanos 7:24, 25; Gálatas 3:24; compárese con Hebreos 10:3.) Tal uso sagrado de la sangre también recordaba a los israelitas que esta representa la vida y que la vida pertenece a Dios. Él ha prohibido siempre al hombre cualquier otro uso de la sangre. (Génesis 9:4; Levítico 17:10-12; Hechos 15:28, 29.) w91 15/2 pág. 16 párr. 3 ‘Ustedes fueron comprados por precio’ 3. a) ¿Cómo consideran la sangre los adoradores de Jehová, y por qué? b) ¿Qué demuestra que la sangre tiene poder legal para expiar pecados? 3 ¿Qué papel desempeña la sangre de Cristo en nuestra salvación? Desde los días de Noé, los adoradores verdaderos han considerado sagrada la sangre. (Génesis 9:4-6.) La sangre desempeña un papel importante en el proceso de la vida, pues la Biblia dice que “el alma [o la vida] de la carne está en la sangre”. (Levítico 17:11.) Por eso la Ley de Moisés requería que al sacrificar un animal se derramara su sangre delante de Jehová. A veces se ponía sangre también sobre los cuernos del altar. Es evidente que el poder expiatorio de un sacrificio estaba en su sangre. (Levítico 8:15; 9:9.) “Casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón.” (Hebreos 9:22.) w92 1/10 págs. 13-14 párr. 17 ¡“Hemos hallado al Mesías”! 17. ¿Cómo mostró claramente la profecía de Daniel que el Mesías tendría que morir, y por qué moriría? 17 Además, las profecías mesiánicas mostraron claramente que el Mesías tenía que morir. Por ejemplo, la misma profecía que predijo cuándo llegaría el Mesías también predijo en el versículo siguiente: “Después de las sesenta y dos semanas [que siguieron a las siete semanas] Mesías será cortado”. (Daniel 9:26.) La palabra hebrea ka·ráth que se utiliza aquí para “cortado” es la misma palabra que se usó para la pena de muerte impuesta bajo la Ley de Moisés. No hay duda de que el Mesías tenía que morir. ¿Por qué? El versículo 24 nos da la respuesta: “Para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error, y para introducir la justicia para tiempos indefinidos”. Los judíos sabían bien que solo un sacrificio, una muerte, podía hacer expiación por el error. (Levítico 17:11; compárese con Hebreos 9:22.) w10 1/5 págs. 5-6 ¿Qué está haciendo Dios? Se dibujan los planos para restaurarla. Jehová proporcionó a los israelitas un código de leyes y diseñó un templo para que lo adoraran. La Biblia explica que ambas cosas eran “una sombra de las cosas por venir” (Colosenses 2:17). Las leyes y el templo eran, como el plano de una vivienda, una representación de algo futuro. Una de esas leyes, por ejemplo, establecía que los israelitas sacrificaran animales para expiar sus pecados (Levítico 17:11). ¿Qué representaban estos sacrificios? Algo mucho más importante: un sacrificio que se ofrecería siglos después para rescatar definitivamente a la humanidad del pecado. Por otro lado, el diseño del tabernáculo y del templo simbolizó lo que haría el Mesías —la predicha “descendencia”— desde que entregó su vida hasta que subió al cielo w12 15/11 pág. 6 párrs. 12-13 “Enséñame a hacer tu voluntad” 12, 13. ¿Por qué derramó David el agua que le trajeron tres de sus hombres? 12 También son dignos de imitar la comprensión que David tenía de los principios reflejados en la Ley y su deseo de regirse por ellos. Analicemos lo que ocurrió cuando expresó que tenía muchas ganas de “beber del agua de la cisterna de Belén”. Tres de sus hombres entraron por la fuerza en la ciudad —ocupada entonces por los filisteos— y volvieron con el agua. Sin embargo, “David no consintió en beberla, sino que se la derramó a Jehová”. ¿Por qué? Él mismo explicó: “¡Es inconcebible, de parte mía, en lo que respecta a mi Dios, hacer esto! ¿Es la sangre de estos hombres lo que debería beber a riesgo de sus almas? Porque fue a riesgo de sus almas que la trajeron” (1 Crón. 11:15-19). 13 Como conocía la Ley, David sabía que la sangre no debía ingerirse, sino derramarse ante Jehová. También entendía el porqué, ya que la Ley indicaba que “el alma de la carne [es decir, su vida] está en la sangre”. Pero si aquello era agua y no sangre, ¿por qué se negó a beberla? Porque comprendía el principio en que se basaba ese requisito legal: que Jehová considera sagrada la sangre. En vista de que estos tres hombres habían Página 3
arriesgado su vida, David llegó a la conclusión de que beber esa agua habría sido una falta de respeto a la sangre de ellos. Por lo tanto, le resultaba inconcebible beberla. Más bien, razonó que debía derramarla en el suelo (Lev. 17:11; Deut. 12:23, 24). w91 15/6 pág. 14 párr. 5 Ande como instruye Jehová 5. ¿Qué debe haber sabido David tocante al punto de vista de Dios sobre la sangre? 5 Debe notarse que a David se le había enseñado desde la niñez el punto de vista de Dios sobre la sangre, algo que no era un misterio religioso. Cuando al pueblo se le leía de la Ley, necesariamente David oyó esto: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación en virtud del alma en ella. Por eso he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre, y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre’”. (Levítico 17:11, 12; Deuteronomio 4:10; 31:11.) w11 1/11 pág. 17 ¿Cómo nos benefician las leyes de Dios? ¿Cómo nos beneficia la santidad de la sangre? La sangre es sagrada porque Dios dice que representa la vida, o alma, de los seres vivos (Génesis 9:3, 4). La ley de Dios, que establece que la sangre tiene el mismo valor que la vida, nos beneficia. ¿Por qué? Porque sobre la base de esa ley, Dios hizo posible el perdón de los pecados. (Lea Levítico 17:11-13 y Hebreos 9:22.) La sangre de Jesús fue especialmente valiosa porque él era perfecto. Después de sacrificar su vida por la humanidad, Jesús ofreció a Dios el valor de su sangre, que representaba su vida (Hebreos 9:12). Su sangre derramada permite que obtengamos vida eterna. (Lea Mateo 26:28 y Juan 3:16.) w83 1/11 pág. 25 párrs. 14-15 “Busque la paz y vaya en pos de ella” 14, 15. a) ¿Por qué sería apropiado que el cristiano cazara o matara animales para usarlos como alimento? b) Pero ¿qué proceder pudiera resultar en que el cristiano no fuera elegible para privilegios especiales, y por qué? 14 ¿Sería apropiado que el cristiano poseyera armas de fuego para cazar animales con el fin de alimentarse de ellos? Desde el Diluvio, Dios ha permitido que se mate a los animales como fuente de alimento, pero se tiene que derramar la sangre en el suelo, no comerla (Génesis 9:3, 4; Deuteronomio 12:23-25). En lugares donde la ley local lo permite, algunos testigos tienen pistolas para protegerse contra animales salvajes o para cazar (Mateo 22:21). Puede que para ellos ésta sea una fuente de alimento importante o práctica. Pero nadie jamás debería creer que Jehová aprobaría el que se quite la vida a un animal por deporte, por el gusto de matar... como lo han hecho los “Nemrodes” de la antigüedad y del tiempo moderno. Puesto que “el alma de la carne está en la sangre”, ésta es preciosa a la vista de Jehová. (Levítico 17:11, 14.) 15 Si una cantidad considerable de Testigos de alguna congregación se sintieran perturbados debido a que alguien cazara animales simplemente por deporte, y no para obtener alimento, dicho cristiano, debido a su reputación ofensiva, tal vez no estaría en posición de recibir privilegios especiales de servicio. (1 Timoteo 3:2.) w85 15/4 pág. 12 párr. 11 Sea fiel a Dios, “que mira en secreto” 11. ¿Cuál es la base para la posición cristiana respecto al uso de la sangre? 11 La ley de Dios respecto a la sangre ciertamente no es nueva ni confusa. Mediante nuestro antepasado común Noé, Jehová dio el siguiente mandato a toda la humanidad: “Carne con su alma —su sangre— no deben comer” (Génesis 9:4). Lo sagrado de la sangre, que representa la vida procedente de Dios, se recalcó en la Ley de Moisés. Se podía usar la sangre en el altar, pero de otro modo se tenía que ‘derramar sobre el suelo como agua’ (Levítico 17:11-14; Deuteronomio 12:23-25). ¿Continuó en vigor la prohibición en contra de sostener la vida con sangre después que la Ley mosaica dejó de tener vigencia? Así es. En lo que algunas personas pudieran llamar el primer concilio cristiano, los apóstoles y hombres de mayor edad (que componían el cuerpo gobernante) concluyeron que los cristianos tenían que ‘abstenerse de la idolatría, de la fornicación, de lo estrangulado [a lo cual se le había dejado la sangre dentro] y de la sangre’. El usar incorrectamente la sangre era un mal moral tan serio como las relaciones sexuales ilícitas. (Hechos 15:20, 21, 28, 29.) w95 15/11 pág. 10 párr. 1 Las ciudades de refugio, una provisión misericordiosa de Dios
1. ¿Cómo ve Dios la vida y la culpabilidad por derramamiento de sangre? JEHOVÁ Dios considera que la vida humana es sagrada. Y la vida está en la sangre. (Levítico 17:11, 14.) Por eso Caín, el primer ser humano que nació en la Tierra, fue culpable de derramamiento de sangre cuando asesinó a su hermano Abel. Por consiguiente, Dios le dijo: “La sangre de tu hermano está clamando a mí desde el suelo”. Página 4
La sangre que manchó el suelo donde se cometió el asesinato daba testimonio silencioso, pero elocuente, de la vida que había sido arrebatada brutalmente. La sangre de Abel clamaba a Dios por venganza. (Génesis 4:4-11.) w86 1/9 pág. 23 párr. 2 Respeto piadoso por la sangre 2. a) ¿Por qué era el comer sangre un pecado castigable con pena de muerte para los que vivían en Israel? b) ¿Cómo se beneficiaron los israelitas al obedecer esa ley? 2 La ley que Dios dio a Israel con relación a la sangre declaraba enfáticamente: “No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma [la vida, La Biblia al Día] de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado”. Para los israelitas y los residentes forasteros que vivían entre ellos, el comer sangre era un pecado castigable con pena de muerte, aunque fuera para alimentación necesaria. Antes de comerse la carne, tenían que derramar la sangre de esta y cubrirla con polvo; así, de manera figurativa, devolvían la vida a Dios. (Levítico 17:13, 14.) Esa era una ley divina. Al obedecerla, los israelitas mantenían una relación espiritual saludable con Jehová, la Fuente de la vida. Y también disfrutaban de beneficios secundarios, pues preservaban la salud física. w84 1/9 pág. 12 párr. 15 “¿Quién ha llegado a conocer la mente de Jehová?” 15. a) ¿Qué impulsa al corazón físico, y cómo funciona éste? b) ¿Qué relación existe entre el corazón físico y el cerebro y la mente? 15 Sabemos que el “espíritu de vida” mueve al corazón físico (Revelación 11:11; Génesis 7:22). Esta fuerza de vida da impulso al corazón de carne que vive y éste bombea la sangre vital a todas las partes del cuerpo humano, incluso al cerebro. Jehová Dios dijo: “El alma [néphesh] de toda clase de carne es su sangre por el alma en ella. En consecuencia dije yo a los hijos de Israel: ‘No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre’” (Levítico 17:14). Para que todo el cuerpo viva, el corazón físico tiene que impulsar la sangre sostenedora de vida a todas las partes del cuerpo, sea que la circulación de la sangre se efectúe mediante el corazón natural que Dios nos ha dado o mediante un corazón transplantado del cuerpo de otra persona o por un insensible corazón mecánico que no sea de carne. Así la sangre es impulsada al cerebro y las facultades del pensamiento son estimuladas, lo cual resulta en que la mente funcione. Por lo tanto, es patente que el corazón físico alimenta al cerebro por medio de suplirle la sangre que contiene la fuerza activa vital, el “espíritu de vida”. Sea que la persona esté consciente o no, el corazón continúa impulsando la sangre al cerebro y a todas las demás partes del cuerpo. w86 1/9 pág. 24 párr. 7 Respeto piadoso por la sangre 7. ¿Por qué podemos regocijarnos por el cumplimiento de aquellos tipos antiguos? 7 ‘La vida está en la sangre.’ La sangre de Jesús era perfecta, de modo que su sacrificio causa que se conceda vida perfecta a todas las personas que ejercen fe. ¡Cuánto podemos alegrarnos de que aquellos tipos antiguos se hayan cumplido mediante el sacrificio amoroso de Jesús! (Levítico 17:14; Hechos 20:28.) w86 15/2 pág. 18 párr. 11 El “pan de la vida” al alcance de todos 11. ¿Qué otras palabras de Jesús escandalizaron a los judíos, y por qué? 11 El discurso de Jesús escandalizó a muchos de aquellos oyentes galileos. Esto no fue óbice para que Jesús, todavía hablando sobre su carne, fuera un poco más allá: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día; porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida”. (Juan 6:53-55.) ¡Realmente chocante! No solamente les repugnaba a aquellos judíos la idea del canibalismo, sino que la Ley, en Levítico 17:14, prohibía específicamente comer “la sangre de cualquier clase de carne”. w97 15/1 pág. 21 párr. 17 ¿Qué requiere Dios de nosotros? 17. ¿Cómo ve Jehová la vida y la sangre? 17 Al conformarnos a las normas divinas, llegamos a comprender lo valiosa que es realmente la vida. Analicemos ahora el tercer requisito divino: debemos mostrar respeto a la vida y la sangre. La vida es sagrada para Jehová. Es lógico que así sea, pues él es la Fuente de la vida. (Salmo 36:9.) Incluso la vida de una criatura no nacida que está en el vientre de su madre es de gran valor para Jehová. (Éxodo 21:22, 23.) La sangre representa la vida. Por eso, la sangre también es sagrada a los ojos de Dios. (Levítico 17:14.) Así que no debe extrañarnos que Dios espere que veamos la vida y la sangre igual que él. Página 5
w84 1/1 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Por qué dice Deuteronomio 14:21 que al “residente forastero” se le podía vender carne no desangrada, mientras que Levítico 17:10 prohíbe que el “residente forastero” coma sangre? La explicación tiene que ver con la posición religiosa del forastero en cuestión. Parece que la clase de persona a la que se hace referencia en Deuteronomio 14:21 no era prosélito por completo, sino alguien que no estaba tratando de guardar todas las leyes de Dios y que tal vez usaba para sus propios fines los cuerpos muertos que los israelitas y los prosélitos consideraban inmundos. Pero el “residente forastero” que se menciona en Levítico 17:15 era un forastero que era prosélito en el pleno sentido de la palabra, por lo cual estaba bajo la obligación de obedecer la ley de Dios tocante a la sangre.—15/10, págs. 30, 31. CAPITULO 18: w10 15/6 págs. 8-9 párrs. 13-15 El pueblo de Jehová nos ofrece protección 13-15. a) ¿Qué le sucedió a Dina, y qué nos enseña su experiencia? b) ¿Por qué es una protección relacionarnos con otros cristianos? 13 El ejemplo de Dina, la hija de Jacob, ilustra los peligros de las malas compañías. El relato de Génesis señala que solía frecuentar a las muchachas cananeas que vivían cerca de su familia. Sin embargo, los habitantes de Canaán no compartían las altas normas morales de los siervos de Jehová. Todo lo contrario. Según testimonios arqueológicos, terminaron llenando su país de idolatría, inmoralidad, violencia y depravados ritos sexuales (Éxo. 23:23; Lev. 18:2-25; Deu. 18:9-12). ¿En qué acabó la amistad de Dina con aquellas jóvenes? 14 Siquem, un cananeo que, según el relato, era “el más honorable de toda la casa de su padre”, la tomó, “se acostó con ella y la violó” (Gén. 34:1, 2, 19). ¡Qué tragedia! ¿Cree usted que Dina se imaginaba que podría ocurrirle algo así? Lo más probable es que solo le interesara la amistad de los jóvenes de la región y que los considerara inofensivos. Sin embargo, no podía estar más equivocada. 15 Este pasaje nos enseña una lección importante: es poco realista esperar que no pase nada malo si hacemos vida social con no creyentes. Como advierten las Escrituras, “las malas compañías echan a perder los hábitos útiles” (1 Cor. 15:33). En cambio, es una protección relacionarse con quienes aman a Jehová y comparten nuestras creencias y normas morales. Ellos siempre nos animarán a actuar con sabiduría (Pro. 13:20). w97 15/7 pág. 8 párrs. 1-2 Virtuosos en un mundo dominado por el vicio 1, 2. ¿Por qué ordenó Dios el exterminio de los cananeos? LOS mandatos de Jehová no dejan lugar para las concesiones. Los israelitas estaban a punto de entrar en la Tierra Prometida cuando el profeta Moisés les dijo: “Sin falta debes darlos por entero a la destrucción, a los hititas y los amorreos, los cananeos y los perizitas, los heveos y los jebuseos, tal como Jehová tu Dios te ha mandado”. (Deuteronomio 7:2; 20:17.) 2 Puesto que Jehová es un Dios misericordioso, ¿por qué ordenó el exterminio de los habitantes de Canaán? (Éxodo 34:6.) Una razón fue: ‘A fin de que los cananeos no enseñaran a los israelitas a hacer conforme a todas las cosas detestables que hacían a sus dioses y así pecaran contra Jehová Dios’. (Deuteronomio 20:18.) Moisés también dijo: “Es por la iniquidad de estas naciones por lo que Jehová las va a expulsar de delante de ti”. (Deuteronomio 9:4.) Los cananeos eran la misma personificación del vicio. La depravación sexual y la idolatría constituían las principales características de su adoración. (Éxodo 23:24; 34:12, 13; Números 33:52; Deuteronomio 7:5.) El incesto, la sodomía y la bestialidad conformaban ‘el camino de la tierra de Canaán’. (Levítico 18:3-25.) Se sacrificaban cruelmente niños inocentes a los dioses falsos. (Deuteronomio 18:9-12.) No es de extrañar que Jehová viera la mera existencia de estas naciones como una amenaza para el bienestar físico, moral y espiritual de su pueblo. (Éxodo 34:14-16.) w02 1/6 págs. 15-16 párr. 12 Deleitémonos en la justicia de Jehová 12. ¿Qué habrían obtenido los israelitas si hubieran observado cuidadosamente la Ley? 12 Dado que la Ley de Jehová era justa en todo aspecto, si los israelitas la hubieran obedecido, habrían obtenido la condición de justos ante Dios. Moisés hizo el siguiente recordatorio a los israelitas que estaban a punto de entrar en la Tierra Prometida: “Significará justicia para nosotros, que cuidemos de poner por obra todo este mandamiento delante de Jehová nuestro Dios, tal como él nos ha mandado” (Deuteronomio 6:25). Además, Jehová les había prometido: “Tienen que guardar mis estatutos y mis decisiones judiciales, los cuales, si el hombre los hace, entonces tendrá que vivir por medio de ellos. Yo soy Jehová” (Levítico 18:5; Romanos 10:5). Página 6
w09 15/8 pág. 6 párr. 14 La vida eterna en la Tierra: una esperanza que Dios nos ha dado 14. ¿Qué demuestra que los israelitas necesitaban algo más que la Ley mosaica para tener la esperanza de la vida eterna? 14 Los descendientes de Abrahán se convirtieron en una nación cuando Jehová hizo un pacto con ellos. Al darles la Ley, Jehová declaró: “Tienen que guardar mis estatutos y mis decisiones judiciales, los cuales, si el hombre los hace, entonces tendrá que vivir por medio de ellos” (Lev. 18:5). Sin embargo, los israelitas fueron condenados por la Ley debido a que no pudieron cumplir con sus normas perfectas, por lo que necesitaban una liberación (Gál. 3:13). w96 1/9 pág. 12 párr. 15 La ley antes de Cristo 15. ¿Cómo distorsionaron los líderes religiosos judíos las leyes sobre la purificación y el incesto? 15 Los fariseos también distorsionaron las leyes de la purificación. Se decía que los fariseos habrían purificado el mismo Sol si se les hubiera dado la oportunidad. Su ley afirmaba que la dilación en “responder a la llamada de la naturaleza [ir al baño]” contaminaba al hombre. La acción de lavarse las manos se convirtió en un complejo ritual, con reglas que indicaban qué mano debía lavarse primero y cómo. Se consideraba impuras particularmente a las mujeres. Basándose en el mandato bíblico de no “acercarse” a ningún pariente carnal (en realidad una ley contra el incesto), los rabíes prohibieron que el esposo anduviera detrás de su esposa; no podía ni conversar con ella en el mercado. (Levítico 18:6.) w97 15/1 pág. 20 párrs. 13-14 ¿Qué requiere Dios de nosotros? 13, 14. a) ¿Qué cambios tenemos que hacer en nuestra vida cuando adquirimos conocimiento de Dios? b) ¿De qué prácticas inmundas requiere Dios que nos abstengamos? 13 Al adquirir conocimiento de Dios, nos damos cuenta de que debemos hacer cambios en la vida. Esto nos lleva al segundo requisito: tenemos que vivir en conformidad con las normas de Dios sobre la conducta apropiada y aceptar su verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Le importa realmente a Dios lo que creemos y lo que hacemos? Es obvio que hoy muchos opinan que no. En 1995 la Iglesia Anglicana publicó un informe en el que indicaba que vivir con otra persona sin casarse no debe considerarse pecado. “La frase ‘vivir en pecado’ estigmatiza y no es positiva”, declaró un obispo. 14 ¿Significa esto que “vivir en pecado” ya no es pecado? Jehová nos dice sin ambages lo que piensa acerca de dicha conducta. Su Palabra, la Biblia, declara: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros”. (Hebreos 13:4.) Aunque los clérigos y los feligreses liberales no vean como pecado las relaciones sexuales premaritales, constituyen un pecado grave a la vista de Dios, al igual que el adulterio, el incesto y la homosexualidad. (Levítico 18:6; 1 Corintios 6:9, 10.) Dios requiere que evitemos estas prácticas, que considera inmundas. w12 1/9 págs. 6-7 ¿Valora Dios a la mujer? Derecho al respeto. Uno de los Diez Mandamientos estipulaba: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). Y el sabio rey Salomón dijo en uno de sus proverbios: “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre” (Proverbios 1:8). La Ley regulaba con detalle el trato con personas del sexo opuesto y manifestaba gran respeto por las mujeres (Levítico 18:6, 9; Deuteronomio 22:25, 26). Incluso les recordaba a los hombres que debían tener en cuenta los límites físicos y biológicos de su esposa (Levítico 18:19). w91 15/4 págs. 14-15 párrs. 5-6 ¿Imitará usted la misericordia de Dios? 5, 6. ¿Cómo se manifestó justicia en los tratos de Dios con Israel? 5 Cuando Dios escogió a Israel para que fuera su pueblo, le preguntó si ‘obedecería estrictamente su voz y verdaderamente guardaría su pacto’. El pueblo, reunido en asamblea al pie del monte Sinaí, contestó: “Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos a hacerlo”. (Éxodo 19:3-8.) ¡Qué serio era aquel compromiso! Mediante ángeles, Dios dio a los israelitas unas 600 leyes que, como pueblo dedicado a él, tenían la responsabilidad de observar. ¿Qué pasaría si alguien no las observara? Un especialista en la Ley de Dios explicó: “La palabra hablada mediante ángeles resultó firme, y toda transgresión y acto de desobediencia recibió retribución en conformidad con la justicia”. (Hebreos 2:2.) 6 Sí; el israelita que no obedeciera se encaraba con “retribución en conformidad con la justicia”, no la deficiente justicia humana, sino la justicia de nuestro Creador. Dios estipuló diversas penas o castigos por el quebrantamiento de la ley. El castigo más severo consistía en el ‘cortamiento’ del culpable, o su ejecución. Esto aplicaba a violaciones graves, como la idolatría, el adulterio, el incesto, la bestialidad, la homosexualidad, el Página 7
sacrificio de niños, el asesinato y el uso incorrecto de la sangre. (Levítico 17:14; 18:6-17, 21-29.) Además, se podría ‘cortar’ de la existencia a cualquier israelita que voluntariosamente, impenitentemente, violara cualquier ley divina. (Números 4:15, 18; 15:30, 31.) Cuando se ejecutaba esta justicia divina, pudiera ser que los descendientes del malhechor sintieran los efectos de ello. w91 1/7 pág. 11 párrs. 12-13 El papel de la mujer en las Escrituras 12, 13. a) ¿Cómo se puede describir la condición de las mujeres bajo la Ley de Moisés? b) ¿Cómo les iba en sentido espiritual a las mujeres bajo la Ley? 12 Según las leyes que Jehová dio mediante Moisés, la esposa había de ser “estimada”. (Deuteronomio 13:6.) La dignidad de la esposa debía respetarse en los asuntos sexuales, y no se había de abusar sexualmente de ninguna mujer. (Levítico 18:8-19.) Hombres y mujeres eran iguales ante la Ley cuando se les declaraba culpables de adulterio, incesto o bestialidad. (Levítico 18:6, 23; 20:10-12.) El quinto mandamiento requería que se manifestara igual honra al padre y a la madre. (Éxodo 20:12.) 13 Sobre todo, la Ley daba a las mujeres plena oportunidad de desarrollar su espiritualidad. Se beneficiaban de la lectura de la Ley. (Josué 8:35; Nehemías 8:2, 3.) Se requería que observaran las fiestas religiosas. (Deuteronomio 12:12, 18; 16:11, 14.) Participaban en guardar el sábado semanal y podían hacer el voto del nazareo. (Éxodo 20:8; Números 6:2.) Estaban en relación personal con Jehová y le oraban individualmente. (1 Samuel 1:10.) w96 1/12 págs. 13-14 párr. 18 Padres que se complacen en sus hijos 18. a) ¿Cómo pueden los padres proteger a los hijos? b) ¿Qué instrucción recibieron los niños en Israel sobre los órganos reproductores? 18 Tal como los árboles nuevos necesitan a menudo que se les proteja de las plagas, en este sistema inicuo de cosas los niños necesitan protección de los “hombres inicuos”. (2 Timoteo 3:1-5, 13.) ¿Cómo pueden ofrecer los padres esta protección? Ayudándolos a adquirir sabiduría divina. (Eclesiastés 7:12.) Jehová mandó a los israelitas, entre ellos los “pequeñuelos”, que escucharan la lectura de su Ley, lo que incluía la explicación de lo que constituía conducta sexual propia e impropia. (Deuteronomio 31:12; Levítico 18:6-24.) Se mencionaban en varios pasajes los órganos de reproducción, como los “testículos” y el “órgano genital”. (Levítico 15:1-3, 16; 21:20; 22:24; Números 25:8; Deuteronomio 23:10.) Debido a la corrupción extrema del mundo de hoy, los niños necesitan saber cuál es el uso propio y el impropio de tales partes del cuerpo, que están incluidas en la creación que Dios llamó ‘muy buena’. (Génesis 1:31; 1 Corintios 12:21-24.) w97 1/9 pág. 15 párrs. 10-11 Cuidado con los falsos maestros 10, 11. ¿Qué tres ejemplos amonestadores suministra Pedro? 10 Para recalcar que Dios tomará medidas contra los malhechores voluntariosos, Pedro suministra tres ejemplos bíblicos amonestadores. Primero, escribe: “Dios no se contuvo de castigar a los ángeles que pecaron”. Estos, dice Judas, “no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación” en el cielo. Vinieron a la Tierra antes del Diluvio y tomaron cuerpos carnales para cohabitar con las hijas de los hombres. Como castigo por su conducta impropia y contranatural, se les arrojó al “Tártaro”, o como dice el relato de Judas, se les “ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día”. (2 Pedro 2:4; Judas 6; Génesis 6:1-3.) 11 Después, Pedro se refiere a la gente de los días de Noé. (Génesis 7:17-24.) Dice que en el tiempo de Noé, Dios “no se contuvo de castigar a un mundo antiguo [...] cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía”. Finalmente, escribe que Dios puso “para personas impías un modelo de cosas venideras” al “reducir a cenizas a las ciudades de Sodoma y Gomorra”. Judas nos indica además que aquellas personas cometieron “fornicación con exceso, [y fueron] en pos de carne para uso contranatural”. (2 Pedro 2:5, 6; Judas 7.) Los hombres no solo tenían relaciones sexuales ilícitas con las mujeres, sino que deseaban con lujuria la carne de otros hombres y posiblemente incluso la carne de animales. (Génesis 19:4, 5; Levítico 18:22-25.) w96 15/12 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Cuál fue el propósito principal de la Ley mosaica? En primer lugar, enseñó a los israelitas la necesidad que tenían de que el Mesías los redimiera de su estado pecaminoso. (Gálatas 3:24.) La Ley también les enseñaba temor piadoso y obediencia, y ayudó a Israel a mantenerse al margen de las prácticas corruptas de las naciones vecinas. (Levítico 18:24, 25.)—1/9, página 9.
Página 8
w96 1/9 pág. 9 párr. 5 La ley antes de Cristo 5. a) ¿Qué enseñó Jehová a los israelitas mediante la Ley mosaica? b) ¿Cómo debía afectar la Ley a la conducta de sus observantes? 5 ¿Cómo podía un pueblo así producir la Descendencia prometida y beneficiarse de ella? Jehová no los controló como a autómatas, sino que les enseñó por medio de la ley. (Salmo 119:33-35; Isaías 48:17.) De hecho, la palabra hebrea para “ley”, toh·ráh, significa “instrucción”. ¿Qué enseñaba? Fundamentalmente, la necesidad que tenían los israelitas de que el Mesías los redimiera de su estado pecaminoso. (Gálatas 3:24.) La Ley también les enseñaba temor piadoso y obediencia. Según la promesa abrahámica, los israelitas tenían que ser testigos de Jehová ante todas las naciones. De modo que era misión de la Ley enseñarles un código de conducta elevado y noble que hiciera honor a Jehová, y ayudarlos a mantenerse al margen de las prácticas corruptas de las naciones vecinas. (Levítico 18:24, 25; Isaías 43:10-12.) w11 15/7 pág. 12 párr. 9 ¿Seguiremos la amorosa guía de Jehová? 9. a) ¿Por qué es peligroso que el viajero decida el camino por puro impulso? b) ¿Qué lograban los israelitas al obedecer Números 15:37-39? 9 La segunda influencia peligrosa es interna. Volvamos a la comparación del viaje. ¿Qué ocurrirá si dejamos a un lado los mapas y actuamos por impulso, quizás eligiendo cierto camino porque nos gusta más el paisaje? Muy probablemente no lleguemos a nuestro destino. Este ejemplo nos ayuda a entender otro principio divino. Se encuentra en un mandamiento que Jehová les dio a los israelitas: su ropa tenía que llevar flecos y un cordón azul (léase Números 15:37-39). Hoy esta ley pudiera parecer un tanto extraña, pero cumplía un importante objetivo. Les recordaba a los israelitas que eran diferentes de las naciones paganas que los rodeaban, algo imprescindible para disfrutar de la aprobación de Dios (Lev. 18:24, 25). Por otro lado, ese mandato nos muestra que dentro de nosotros tenemos una peligrosa influencia que puede sacarnos del camino de la vida. ¿A qué nos referimos? w10 1/1 pág. 14 ¿Por qué mandó Dios exterminar a los cananeos? Dios no favorece hoy a ninguna nación en particular. Al rechazar a Jesús como Mesías, la nación de Israel dejó de actuar como representante de Dios y, por tanto, de ejecutar sentencias en Su nombre (Mateo 21:42, 43). A partir de ese momento, Israel pasó a ser una nación como otra cualquiera (Levítico 18:24-28). Desde entonces, ninguna nación tiene derecho a afirmar que cuenta con el respaldo divino en una guerra. CAPITULO 19: w00 15/8 págs. 19-20 párr. 9 Sacrificios de alabanza que agradan a Jehová 9. ¿Cuál era la diferencia principal entre los sacrificios que se hacían a Jehová y los que se ofrecían a los dioses falsos? 9 La importancia que se concedía a la pureza de los sacrificios era de hecho la principal diferencia entre los que se ofrecían a Jehová y los que las naciones vecinas de Israel presentaban a los dioses falsos. Sobre ese rasgo distintivo de los sacrificios de la Ley de Moisés, una obra de consulta observa: “Podemos darnos cuenta de que no hay conexión con la adivinación o el augurio; no hay frenesí religioso, ni automutilaciones ni prostitución sagrada, y los ritos de fertilidad, orgiásticos y sensuales son completamente prohibidos; no hay sacrificios humanos ni sacrificios por los muertos”. Todo ello pone de relieve un hecho: Jehová es santo y no pasa por alto ni aprueba ningún tipo de pecado ni corrupción (Habacuc 1:13). La adoración y los sacrificios que se le rinden han de ser limpios e incontaminados física, moral y espiritualmente (Levítico 19:2; 1 Pedro 1:14-16). w01 1/2 pág. 14 párr. 3 ¿Cumplimos con nuestra dedicación? 3. ¿Cómo debe influir la dedicación en nuestra conducta? 3 De este relato se desprende que la dedicación es algo importante. Implica presentarse voluntario para servir a Dios, y exige una conducta limpia. Por tanto, comprendemos por qué razón citó el apóstol Pedro estas palabras de Jehová: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Los cristianos dedicados tenemos la enorme responsabilidad de cumplir con nuestra dedicación y de ser fieles hasta el fin. Pues bien, ¿qué conlleva la dedicación cristiana? (Levítico 19:2; Mateo 24:13.) w02 1/6 pág. 18 párr. 1 Un pueblo purificado para efectuar obras excelentes 1. ¿Qué exige Jehová de todos los que lo adoran? “¿QUIÉN puede ascender a la montaña de Jehová, y quién puede levantarse en su lugar santo?” El rey David del antiguo Israel planteó esta pregunta, que induce a la reflexión, sobre la adoración que Jehová acepta. Luego Página 9
dio la respuesta: “El inocente de manos y limpio de corazón, que no haya llevado mi alma a pura indignidad, ni prestado juramento engañosamente” (Salmo 24:3, 4). Para que nos acepte Jehová, la personificación de la santidad, debemos ser limpios y santos. Jehová había recordado con anterioridad a la congregación de Israel: “Ustedes tienen que santificarse y tienen que resultar santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44, 45; 19:2). w10 15/7 pág. 18 párr. 14 Participemos plenamente en la gran cosecha espiritual 14. ¿Qué importante condición deben cumplir los que desean participar en la cosecha? 14 Citando de las Escrituras Hebreas, el apóstol Pedro explicó cuál es la voluntad de Dios para las personas que le sirven: “De acuerdo con el Santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo’” (1 Ped. 1:15, 16; Lev. 19:2; Deu. 18:13). Este texto muestra que los cosechadores tenemos que mantenernos limpios moral y espiritualmente. Y podemos cumplir con esta importante condición dando los pasos necesarios para lavarnos en sentido simbólico. ¿Qué es lo que nos purificará? La palabra de verdad de Dios. w95 15/7 pág. 13 párrs. 14-15 El digno papel de la mujer entre los primeros siervos de Dios 14, 15. ¿Cómo sabemos que se respetaba a las mujeres de Israel, y por qué podía Jehová esperar con toda la razón que sus adoradores varones las respetaran? 14 Había que respetar a las mujeres. La Ley que Dios dio a Israel mandaba que se respetara tanto a los padres como a las madres. (Éxodo 20:12; 21:15, 17.) “Ustedes deben temer cada uno a su madre y a su padre”, dice Levítico 19:3. En cierta ocasión, cuando Bat-seba fue a ver a su hijo Salomón, “en seguida el rey se levantó a su encuentro y se inclinó ante ella” en muestra de respeto. (1 Reyes 2:19.) La Encyclopaedia Judaica observa: “Las comparaciones proféticas del amor de Dios a Israel con el amor del esposo a su esposa solo podían hacerse en una sociedad en que se respetara a las mujeres”. 15 Jehová espera que sus adoradores varones respeten a las mujeres porque él las respeta. Esto se muestra en algunos textos bíblicos en los que Jehová utiliza experiencias de mujeres como ejemplos ilustrativos y asemeja sus propios sentimientos a los de las mujeres. (Isaías 42:14; 49:15; 66:13.) Esta información ayuda a los lectores a comprender lo que siente Jehová. Es interesante que el término hebreo traducido “misericordia” o “piedad”, que Jehová se aplica a sí mismo, está estrechamente relacionado con la palabra para “matriz”, y puede referirse a “sentimiento materno”. (Éxodo 33:19; Isaías 54:7.) w06 1/7 págs. 22-23 párrs. 8-9 Nacieron dentro del pueblo escogido por Dios 8, 9. a) ¿Qué sistema permitía a los israelitas demostrar que estaban dedicados a Jehová? b) ¿Qué se granjeaban los israelitas que hacían ofrendas voluntarias? 8 Jehová dio a su pueblo muchas oportunidades de demostrar que en realidad era una nación dedicada a él. Por ejemplo, su Ley estipuló un sistema de sacrificios, u ofrendas, algunos de los cuales eran obligatorios y otros voluntarios (Hebreos 8:3). Las ofrendas quemadas, de grano y de comunión eran voluntarias, pues se trataba de regalos ofrecidos a Jehová para conseguir su favor y expresarle gratitud (Levítico 7:11-13). 9 Aquellos sacrificios de carácter voluntario complacían a Jehová. De las ofrendas quemadas y de grano se decía que tenían para él un “olor conducente a descanso” (Levítico 1:9; 2:2). En el sacrificio de comunión, la sangre y la grasa del animal se ofrecían a Dios, mientras que las porciones de carne eran para los sacerdotes y el israelita que hacía la ofrenda. Se trataba, pues, de una comida simbólica que evidenciaba una relación pacífica con Jehová. La Ley decía: “Ahora bien, en caso de que sacrifiquen un sacrificio de comunión a Jehová, deben sacrificarlo para granjearse aprobación” (Levítico 19:5). Es verdad que todos los israelitas estaban dedicados a Jehová por nacimiento; sin embargo, los que con sus ofrendas voluntarias demostraban su deseo de escogerlo como su Dios ‘se granjeaban la aprobación’ de Jehová y recibían incontables bendiciones (Malaquías 3:10). w94 1/11 pág. 10 párr. 5 Jehová, nuestro Padre tiernamente compasivo 5. ¿Cómo se hizo patente la misericordia en la Ley de Moisés? 5 La tierna compasión de Dios se hizo muy patente en la Ley que dio a la nación de Israel. Tenía que tratarse con compasión a las personas que se hallaban en situaciones desventajosas, como las viudas, los huérfanos y los pobres. (Éxodo 22:22-27; Levítico 19:9, 10; Deuteronomio 15:7-11.) Todos, incluso los esclavos y los animales, se beneficiaban del sábado de descanso semanal. (Éxodo 20:10.) Además, Dios tenía en cuenta a los que trataban con ternura a los de condición humilde. Proverbios 19:17 dice: “El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato”.
Página 10
w03 1/12 pág. 17 párr. 9 ‘Mostrémonos agradecidos’ 9. ¿Qué enseñó Jehová mediante la disposición de la rebusca? 9 En tercer lugar, Jehová suministró una ley que regulaba la rebusca: “Cuando ustedes sieguen la mies de su tierra, no debes segar las orillas de tu campo completamente, y no debes recoger la rebusca de tu siega. Además, no debes juntar los sobrantes de tu viña, y no debes recoger las uvas esparcidas de tu viña. Para el afligido y el residente forastero los debes dejar. Yo soy Jehová el Dios de ustedes” (Levítico 19:9, 10). De nuevo, no se especificaba la cantidad. Se dejaba a discreción de cada israelita decidir cuánto dejaría para los necesitados. Y como muy bien dijo el sabio rey Salomón: “El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato” (Proverbios 19:17). De este modo, Jehová enseñó a tener compasión y consideración para con los desfavorecidos. w06 15/6 pág. 22 párr. 11 “¡Cómo amo tu ley, sí!” 11. ¿En qué consistía la ley de la rebusca? 11 Un segundo aspecto de la Ley mosaica que reflejaba el interés de Dios por el bienestar de su pueblo fue la rebusca. Jehová mandó a los agricultores israelitas que permitieran a los pobres recolectar el producto de los campos que se quedara atrás. Los agricultores no debían segar completamente las orillas de los sembrados, ni repasar las viñas o los olivos, ni tampoco recoger las gavillas olvidadas. La rebusca era una medida amorosa en favor de los pobres, los inmigrantes, los huérfanos y las viudas. Claro está, exigía trabajo arduo de parte de estos, pero gracias a ella, no tenían que mendigar (Levítico 19:9, 10; Deuteronomio 24:19-22; Salmo 37:25). w11 1/2 pág. 15 ¿Lo sabía? ¿Qué era la rebusca, y a quiénes beneficiaba? ▪ La Ley mosaica prohibía a los agricultores recolectar absolutamente todo el producto de sus campos. Por ejemplo, durante la cosecha no podían segar las orillas de los trigales y tenían que dejar en los viñedos las uvas que hubieran quedado esparcidas, así como las que no hubieran madurado todavía. Además, debían olvidarse de las aceitunas que no cayeran de las ramas al varear los olivos (Levítico 19:9, 10; Deuteronomio 24:19-21). Así, los pobres, los huérfanos, las viudas y los inmigrantes tendrían la oportunidad de hacer la rebusca, es decir, de recoger los frutos que hubieran quedado atrás. La rebusca beneficiaba a la entera sociedad israelita. En los dueños de los campos fomentaba la generosidad y la confianza en que Jehová los bendeciría. Y en los necesitados fomentaba la laboriosidad, pues la rebusca no era una tarea fácil (Rut 2:2-17). Gracias a esta ley, los pobres podían obtener su alimento con un trabajo digno, sin tener que mendigar y sin convertirse en una carga para los demás. w00 1/12 pág. 18 párrs. 15-16 ¿Amamos en sumo grado los recordatorios de Jehová? 15, 16. ¿De qué manera influye en nuestra conducta la observancia de los recordatorios de Jehová? 15 La observancia de los recordatorios divinos nos distingue de este mundo perverso. Por ejemplo, nos libra de la inmoralidad sexual (Deuteronomio 5:18; Proverbios 6:29-35; Hebreos 13:4). Nos ayuda a vencer la tentación de recurrir a mentiras, prácticas deshonestas o incluso robos (Éxodo 20:15, 16; Levítico 19:11; Proverbios 30:79; Efesios 4:25, 28; Hebreos 13:18). También nos impide tomar venganza, abrigar rencor o calumniar al prójimo (Levítico 19:16, 18; Salmo 15:1, 3). 16 Cuando hacemos caso a los recordatorios de Dios, nos mantenemos santos, es decir, apartados para el servicio divino. Ciertamente, es vital permanecer separados de este mundo. Al orar a Jehová durante la última noche de su vida terrestre, Jesús hizo esta súplica a favor de sus discípulos: “Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. Te solicito, no que los saques del mundo, sino que los vigiles a causa del inicuo. Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:14-17). Tengamos siempre en alta estima la Palabra de Dios, la cual nos aparta para darle a él servicio sagrado. w01 1/12 pág. 22 párr. 16 Temamos a Jehová y guardemos sus mandamientos 16. a) ¿De qué maneras demostró Job bondad amorosa? b) ¿Cómo sabemos que Job no negó el perdón a sus ofensores? 16 Sin embargo, el temor piadoso implica no solo evitar el mal, sino obrar el bien; de ahí que Job tratara compasivamente a los ciegos, los cojos y los pobres (Levítico 19:14; Job 29:15, 16). Comprendía que la persona “que retiene de su propio prójimo la bondad amorosa, también dejará hasta el temor del Todopoderoso” (Job 6:14). Una forma de retener del semejante tal bondad sería no perdonarlo o guardarle rencor. Cuando Dios así se lo indicó, Job oró por sus tres compañeros, que tantos disgustos le habían dado (Job 42:7-10). En nuestro caso, Página 11
¿podríamos imitar su espíritu indulgente con algún hermano en la fe que nos haya lastimado? Algo que contribuirá mucho a superar el enojo es orar con sinceridad a favor de quien nos ha ofendido. Las bendiciones de que disfrutó Job por su temor piadoso nos dan una idea de ‘la abundante bondad que Jehová ha guardado cual tesoro para los que le temen’ (Salmo 31:19; Santiago 5:11). w03 15/3 pág. 20 párrs. 1-2 Los primeros cristianos y la Ley mosaica 1, 2. ¿Cuáles fueron algunos beneficios que obtuvieron los israelitas que obedecieron cuidadosamente la Ley mosaica? EN 1513 antes de la era común, Jehová dio a los israelitas un código de leyes y les dijo que si obedecían Su voz, los bendeciría y disfrutarían de una vida feliz y gratificante (Éxodo 19:5, 6). 2 Aquel código, llamado la Ley mosaica o simplemente “la Ley”, era “santo y justo y bueno” (Romanos 7:12). Promovía la buena vecindad y valores como la bondad, la honradez y la moralidad (Éxodo 23:4, 5; Levítico 19:14; Deuteronomio 15:13-15; 22:10, 22). También estimulaba a los judíos a amarse unos a otros (Levítico 19:18). Además, no debían mezclarse con gentiles que no estaban sujetos a la Ley ni tomar esposas de entre esas personas (Deuteronomio 7:3, 4). Como un “muro” que separara a judíos de gentiles, la Ley mosaica protegió al pueblo de Dios de contaminarse con la forma de pensar y las prácticas del paganismo (Efesios 2:14, 15; Juan 18:28). w92 15/8 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Cuáles eran algunos de los principios que tenían que aplicar los jueces de Israel al cumplir con sus asignaciones? Justicia equitativa para los ricos y para los pobres, absoluta imparcialidad y no aceptar sobornos. (Levítico 19:15; Deuteronomio 16:19.)—1/7, página 13. w92 1/7 pág. 13 párr. 18 Jehová, el imparcial “Juez de toda la tierra” 18. a) ¿Cuáles eran algunos de los principios que tenían que aplicar los jueces de Israel? b) ¿Qué tenían que recordar los jueces, y qué textos bíblicos muestran las consecuencias de que olvidaran eso? 18 Entre los principios que los jueces de Israel tenían que aplicar estaban estos: igual justicia para los ricos que para los pobres (Éxodo 23:3, 6; Levítico 19:15); absoluta imparcialidad (Deuteronomio 1:17); no aceptar sobornos. (Deuteronomio 16:18-20.) Los jueces tenían que recordar de continuo que las personas a quienes juzgaban eran ovejas de Jehová. (Salmo 100:3.) De hecho, una de las razones por las que Jehová rechazó al Israel carnal fue que sus sacerdotes y pastores no juzgaban con justicia y trataban a la gente con dureza. (Jeremías 22:3, 5, 25; 23:1, 2; Ezequiel 34:1-4; Malaquías 2:8, 9.) w92 15/11 pág. 22 párr. 19 Sirva a Jehová lealmente 19. a) ¿Qué advertencia sobre los esfuerzos de Satanás dio esta revista años atrás? b) Para evitar las trampas de Satanás, ¿qué cuidado debemos tener al tratar con compañeros de creencia? 19 Esta revista advirtió en una ocasión: “Si Satanás, el diablo, puede causar disensión en el pueblo de Dios, puede hacer que Sus siervos discutan y se peleen, o que manifiesten y cultiven una disposición egoísta que disipe el amor fraternal, entonces habrá cumplido su propósito de devorarlos” (The Watch Tower, 1 de mayo de 1921, página 134). No permitamos que el Diablo destruya nuestra unidad, induciéndonos, por ejemplo, a calumniar a nuestros hermanos o pelear con ellos. (Levítico 19:16.) Que Satanás nunca nos engañe de modo que perjudiquemos personalmente a aquellos que sirven con lealtad a Jehová o les hagamos la vida más difícil. (Compárese con 2 Corintios 2:10, 11.) Más bien, apliquemos las palabras de Pedro: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien. Pero pónganse en contra de él, sólidos en la fe”. (1 Pedro 5:8, 9.) Si nos ponemos firmemente en contra de Satanás podremos mantener nuestra bendita unidad como pueblo de Jehová. (Salmo 133:1-3.) w92 15/3 pág. 20 párr. 11 La libertad que Dios nos da trae gozo 11. ¿Cómo podemos ser una bendición para otros, y cómo pueden bendecirnos ellos? 11 Por usar la libertad que Dios nos da según la guía del espíritu de Dios, manifestaremos amor y seremos una bendición para otros. Debemos acostumbrarnos a permitir que el espíritu santo nos domine y dirija. Así no nos inclinaremos a ser egoístas y dar a nuestra carne pecaminosa, que “está contra el espíritu en su deseo”, lo que esta quiere. Si el espíritu de Dios nos dirige, haremos lo que es amoroso, pero no porque haya reglas que exijan acatamiento e impongan castigos sobre los malhechores. Por ejemplo, el amor —no simplemente una ley— impedirá que calumniemos a otros. (Levítico 19:16.) El amor nos moverá a hablar y obrar con bondad. Porque Página 12
desplegamos amor, un fruto del espíritu, otros nos bendecirán, o hablarán bien de nosotros. (Proverbios 10:6.) Además, nuestra compañía será una bendición para ellos. (Gálatas 5:16-18.) w97 15/11 pág. 16 párr. 14 La fe nos motiva a actuar 14. ¿Cómo recalca Santiago la necesidad de que nos esforcemos por controlar la lengua? 14 Todos debemos admitir honradamente que controlar la lengua requiere un gran esfuerzo. (Santiago 3:5-12.) Comparado a un caballo, el freno es pequeño, así como lo es el timón comparado al barco. La lengua es asimismo de reducido tamaño cuando se compara al cuerpo humano, “y sin embargo hace grandes alardes”. Como las Escrituras dicen sin ambigüedad que la jactancia desagrada a Dios, pidamos su ayuda para no incurrir en ella. (Salmo 12:3, 4; 1 Corintios 4:7.) Refrenemos nuestra lengua también cuando nos sintamos provocados, recordando que solo hace falta una chispa para incendiar un bosque. Como indica Santiago: “La lengua es un fuego” que puede causar estragos. (Proverbios 18:21.) De hecho, una lengua ingobernable “constituye un mundo de injusticia”. Todas las malas características de este mundo impío se relacionan con la lengua incontrolada. Esta es responsable de prácticas tan dañinas como la calumnia y la enseñanza falsa. (Levítico 19:16; 2 Pedro 2:1.) ¿Qué piensa al respecto? ¿No debería motivarnos la fe a hacer lo posible por controlar la lengua? w02 15/11 pág. 17 párr. 15 Sigamos sirviendo hombro a hombro 15. ¿En qué se diferencia el chisme de la calumnia? 15 En vista de que murmurar puede llevarnos al chisme dañino, hemos de vigilar lo que decimos. Los chismes son habladurías sobre la gente y sus asuntos. La calumnia, por otro lado, consiste en una acusación falsa que se hace contra alguien para dañar su reputación. Tal forma de hablar es maliciosa e impía. Por eso, Dios les dijo a los israelitas: “No debes andar entre tu pueblo con el fin de calumniar” (Levítico 19:16). w97 15/11 págs. 12-13 párrs. 19-20 Manténgase firme en la fe a pesar de las pruebas 19, 20. a) Según Santiago 1:26, 27, ¿qué demanda de nosotros la adoración limpia? b) ¿Cuáles son algunos ejemplos de adoración incontaminada? 19 Si deseamos el favor divino, debemos recordar que la adoración verdadera no consiste en un mero formulismo. (Santiago 1:26, 27.) Puede que pensemos que somos ‘adoradores formales’ aceptados por Jehová, pero es su parecer en cuanto a cada uno de nosotros lo que verdaderamente cuenta. (1 Corintios 4:4.) Una grave deficiencia pudiera ser el no ‘refrenar la lengua’. Si pensamos que a Dios le complace nuestra adoración aunque calumniemos a los demás, mintamos o empleemos mal la lengua de otras maneras, nos estamos engañando a nosotros mismos. (Levítico 19:16; Efesios 4:25.) Desde luego, no queremos que nuestra “forma de adoración” sea “vana” e inaceptable a Dios por ninguna razón. 20 Aunque Santiago no especifica todo aspecto de la adoración limpia, dice que incluye el “cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación”. (Gálatas 2:10; 6:10; 1 Juan 3:18.) La congregación cristiana se interesa especialmente por el cuidado de las viudas. (Hechos 6:1-6; 1 Timoteo 5:8-10.) Como Dios es el Protector de la viuda y del huérfano, cooperemos con él haciendo lo que esté a nuestro alcance por ayudar a estos necesitados tanto de manera espiritual como material. (Deuteronomio 10:17, 18.) La adoración limpia también significa “mantenerse sin mancha del mundo”, es decir, la sociedad humana injusta que yace en el poder del inicuo. (Juan 17:16; 1 Juan 5:19.) Evitemos, por tanto, la conducta impía del mundo para que podamos glorificar a Jehová y serle útiles en su servicio. (2 Timoteo 2:20-22.) w06 15/1 págs. 21-22 párr. 5 No dejemos lugar para el Diablo 5. ¿Qué hacía Diótrefes, por lo que merecía que le pidieran cuentas? 5 A los israelitas se les mandó: “No debes andar entre tu pueblo con el fin de calumniar” (Levítico 19:16). El apóstol Juan dijo lo siguiente sobre cierto calumniador de su tiempo: “Escribí algo a la congregación, pero Diótrefes, a quien le gusta tener el primer lugar entre ellos, no recibe nada de nosotros con respeto. Por eso, si voy, traeré a memoria sus obras que sigue haciendo, charlando acerca de nosotros con palabras inicuas” (3 Juan 9, 10). Diótrefes calumniaba a Juan y merecía que le pidieran cuentas de su proceder. ¿Qué cristiano leal quisiera ser como Diótrefes e imitar así a Satanás, el gran calumniador? w12 15/2 págs. 21-22 párr. 13 Cómo mantener un buen espíritu en la congregación 13. ¿Qué graves consecuencias espirituales pueden acarrearle las críticas a la congregación? 13 Las críticas pueden acarrearle consecuencias espirituales muy graves a la congregación, como perturbar su paz y unidad. Si habláramos mal de nuestros hermanos en la fe, no solo les haríamos daño a ellos, sino que podríamos acabar cayendo en la calumnia y la injuria (Lev. 19:16; 1 Cor. 5:11). En el siglo primero, algunos Página 13
estaban “desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos”, es decir, de los responsables de la congregación (Jud. 8, 16). Sin duda, a Dios no le agradó ese comportamiento. w13 15/3 págs. 10-11 párrs. 13-14 ¿Está su corazón dispuesto a conocer a Jehová? 13, 14. ¿Cómo podría causarle daño a un cristiano su propio corazón? 13 Jesús afirmó: “Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias” (Mat. 15:19). Por supuesto, un hermano con un corazón insensible podría cometer adulterio o fornicación, y si no se arrepintiera, perder para siempre el favor divino. Pero incluso un cristiano que no ha cometido tales pecados podría estar alimentando un mal deseo en su corazón (lea Mateo 5:27, 28). Ahí es donde un buen autoexamen puede ser de mucha ayuda. Si lo lleváramos a cabo, ¿encontraríamos algún sentimiento impropio hacia alguien del sexo opuesto, algún anhelo secreto que Dios no aprobaría y que deberíamos arrancar? 14 ¿Y qué hay de aquel que no ha llegado a cometer un asesinato pero deja que el rencor crezca en su interior hasta el punto de odiar a un hermano en la fe? (Lev. 19:17.) ¿Luchará por desarraigar esos sentimientos que podrían endurecerle el corazón? (Mat. 5:21, 22.) w93 15/8 págs. 20-21 párrs. 13-14 Hagan que su autodominio exista y rebose 13, 14. a) ¿Qué sucede con frecuencia entre las personas del mundo debido a que no reprimen sus emociones? b) ¿Qué puede contribuir a que un cristiano guarde rencor? 13 Muchas personas del mundo que no reprimen sus emociones se envuelven en disputas implacables, a veces de carácter violento, con relación a una injusticia, real o imaginaria, cometida contra ellas o algún familiar. Una vez que las emociones se descontrolan, pueden tener una influencia dañina durante mucho tiempo. (Compárese con Génesis 34:1-7, 25-27; 49:5-7; 2 Samuel 2:17-23; 3:23-30; Proverbios 26:24-26.) Todo cristiano, prescindiendo de sus antecedentes nacionales o culturales, debe reconocer que tales hostilidades y rencores despiadados son incorrectos, malos, algo de lo que debe guardarse. (Levítico 19:17.) ¿Considera usted que no guardar rencor es una manera de dominar las emociones? 14 Como ocurrió en el caso de Evodia y Síntique, no contener las emociones pudiera causar dificultades hoy día. Puede ser que una hermana se sienta ofendida porque no se la invitó a una boda, o debido a que no se invitó a su hijo pequeño o a su prima. O tal vez un hermano compró un automóvil de segunda mano que pertenecía a un compañero cristiano, y poco tiempo después se le averió. Cualquiera que haya sido la razón, resultó en sentimientos heridos, no hubo dominio de las emociones y los implicados se molestaron. ¿Cuáles pudieran ser las consecuencias? w05 15/4 pág. 16 párr. 4 Dejemos que la palabra de Dios ilumine nuestro camino 4. ¿Qué efecto tiene el cariño por la palabra de Dios en quienes sufren aflicción? 4 El salmista “habría perecido en [su] aflicción” de no haberse “encariñado” con la ley de Dios (Salmo 119:92). No eran los extranjeros quienes le causaban sufrimiento; quienes lo odiaban eran israelitas que desobedecían la ley (Levítico 19:17). Pero ello no lo abrumó, pues amaba la ley divina que lo sostenía. En Corinto, el apóstol Pablo se vio “en peligros entre falsos hermanos”, algunos de los cuales quizás fueran los “apóstoles superfinos”, que buscaban un pretexto para acusarlo (2 Corintios 11:5, 12-14, 26). Aun así, Pablo mantuvo su espiritualidad porque sentía cariño por los dichos divinos. Como estimamos la Palabra escrita de Jehová y aplicamos lo que dice, amamos a nuestros hermanos en la fe (1 Juan 3:15). Ni siquiera el odio del mundo puede hacernos olvidar una sola de Sus instrucciones. Junto con nuestra amorosa hermandad, seguimos efectuando la voluntad de Jehová mientras anhelamos servirle gozosos por la eternidad (Salmo 119:93). w06 15/1 pág. 25 párrs. 21-22 No dejemos lugar para el Diablo 21, 22. ¿Cómo podemos seguir el consejo de Pablo recogido en Efesios 4:26, 27? 21 A los cristianos no nos mueve “el espíritu del mundo”, sino que nos guía el espíritu de Dios, el cual produce en nosotros cualidades como el amor y el autodominio (Gálatas 5:22, 23). Estas cualidades nos ayudan a resistir los ataques que el Diablo lanza contra nuestra fe. Él quiere que ‘nos mostremos acalorados solo para hacer el mal’, pero el espíritu de Dios nos ayuda a ‘deponer la cólera y dejar la furia’ (Salmo 37:8). Aunque es verdad que hay momentos en que nos enojamos con razón, Pablo nos aconseja: “Estén airados, y, no obstante, no pequen; que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado, ni dejen lugar para el Diablo” (Efesios 4:26, 27). 22 La ira puede dar lugar al pecado si no la dominamos. Permitir que controlara nuestro estado mental le daría al Diablo la oportunidad de sembrar la discordia en la congregación o impulsarnos a hacer cosas malas; por esto es necesario que resolvamos las diferencias con prontitud y a la manera de Dios (Levítico 19:17, 18; Mateo Página 14
5:23, 24; 18:15, 16). Dejémonos guiar, pues, por el espíritu de Dios, ejerciendo autodominio y no permitiendo nunca que la ira —aunque sea justificada— se convierta en amargura, malicia y odio. w90 1/2 pág. 21 párrs. 5-6 Se desenmascara al “hombre del desafuero” 5, 6. a) ¿Qué mandó Jesús que hicieran sus discípulos, lo cual los identificaría? b) ¿En qué sentido era ese un nuevo mandamiento? 5 Por lo tanto, los cristianos verdaderos están bajo la obligación de amar a otras personas, especialmente a sus hermanos y hermanas cristianos de toda la Tierra. (Hechos 10:34; Gálatas 6:10; 1 Juan 4:20, 21.) En realidad los compañeros cristianos deben tener “amor intenso unos para con otros”. (1 Pedro 4:8.) Esa clase de amor de alcance mundial los identifica como adoradores verdaderos, pues Jesús dijo: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”. (Juan 13:34, 35.) 6 ¿Qué tenía de nuevo aquel mandamiento? ¿Acaso no habían recibido los judíos bajo la Ley de Moisés el mandato: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’? (Levítico 19:18.) Sí; pero Jesús indicó algo adicional cuando dijo: “Así como yo los he amado”. El amor de él incluyó entregar su vida por otros, y sus discípulos deben estar dispuestos a hacer lo mismo. (Juan 15:13.) Ese amor era de un nivel superior, pues la Ley de Moisés no exigía tal sacrificio. w92 1/11 págs. 12-13 párr. 13 La educación en tiempos bíblicos 13. ¿Por qué difería la Ley de Israel de los sistemas legales de otras naciones? 13 Esto también distinguió a Israel de las demás naciones e incluso de las del día moderno. Las naciones políticas de hoy tienen un cuerpo de leyes, pero la población en general solo conoce algunas de estas. Cuando la gente está en conflicto con la ley, tiene que pagar mucho dinero por los servicios de un abogado que la defienda. Las escuelas de derecho son para los especialistas. Sin embargo, en Israel Dios utilizaba la Ley para decir a su pueblo cómo debían adorarlo y cómo debían vivir en conformidad con Su voluntad. A diferencia de otros códigos legales, la Ley estipulaba que se tenía que amar a Dios y al prójimo. (Levítico 19:18; Deuteronomio 6:5.) La Ley de ninguna manera era un libro frío y lleno de reglas. Contenía doctrina, enseñanza e instrucción sobre un modo de vivir que el pueblo tenía que aprender. w92 15/3 pág. 20 párr. 10 La libertad que Dios nos da trae gozo 10. ¿Qué responsabilidad tenemos como parte de la hermandad cristiana? 10 La libertad que Dios da nos ha llevado a asociarnos con una hermandad amorosa, pero tenemos que hacer nuestra parte para mostrar amor. Los gálatas no debían usar su libertad como “incentivo para la carne” ni como pretexto para desplegar desamoroso egoísmo. Debían servirse como esclavos unos a otros con el amor como motivo. (Levítico 19:18; Juan 13:35.) También nosotros tenemos que evitar la murmuración y el odio que pueden llevar a que nos aniquilemos unos a otros. Por supuesto, eso no ocurrirá si desplegamos amor fraternal. (Gálatas 5:13-15.) w93 15/11 págs. 20-21 párr. 14 ¡Tenga buen ánimo! 14. ¿En conformidad con qué mandamiento obraron Áquila y Prisca cuando arriesgaron el cuello por Pablo? 14 Al arriesgar el cuello por Pablo, Áquila y Priscila obraron en conformidad con lo que dijo Jesús: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros”. (Juan 13:34.) Este mandamiento era “nuevo” en el sentido de que iba más allá del requisito de la Ley de Moisés de amar al prójimo como a uno mismo. (Levítico 19:18.) Exigía que la persona mostrara un amor abnegado hasta el punto de dar la vida por otros, como lo hizo Jesús. El escritor Tertuliano, de los siglos II y III citó los comentarios de la gente mundana respecto a los cristianos: “‘Ved —dicen— cómo se aman entre sí’ [...]. ‘Y cómo están dispuestos a morir unos por otros’”. (El Apologético, capítulo XXXIX, traducción de Germán Prado.) Puede ser que tengamos que mostrar nuestro amor fraternal, sobre todo durante tiempos de persecución, arriesgando con ánimo la vida a fin de proteger a nuestros compañeros de creencia del trato cruel o de la muerte a manos del enemigo. (1 Juan 3:16.) w96 1/9 pág. 11 párr. 9 La ley antes de Cristo 9. ¿Qué papel desempeñaba el amor en la Ley mosaica? 9 Además, la Ley mosaica destacaba el amor. Imagínese a un país moderno con un código legal que preceptuara incluso el amor. Así, la Ley mosaica no solo prohibía el asesinato, sino que mandaba: “Tienes que Página 15
amar a tu prójimo como a ti mismo”. (Levítico 19:18.) No solo vedaba el trato injusto al residente forastero; ordenaba: “Tienes que amarlo como a ti mismo, porque ustedes llegaron a ser residentes forasteros en la tierra de Egipto”. (Levítico 19:34.) No solo condenaba el adulterio; requería que el esposo regocijara a su esposa. (Deuteronomio 24:5.) Tan solo en el libro de Deuteronomio aparecen una veintena de veces términos hebreos que denotan la cualidad del amor. Jehová les aseguró a los israelitas su propio amor, pasado, presente y futuro. (Deuteronomio 4:37; 7:12-14.) En realidad, el mayor mandamiento de la Ley mosaica era: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital”. (Deuteronomio 6:5.) Jesús dijo que toda la Ley pendía de este mandamiento, junto con el de amar al prójimo. (Levítico 19:18; Mateo 22:37-40.) No extraña que el salmista escribiera: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso”. (Salmo 119:97.) w96 15/7 págs. 18-19 párr. 13 Conservemos la unidad en estos últimos días 13. ¿Por qué tenemos que ser perdonadores? 13 A fin de mantener la unidad cristiana, es esencial perdonar al ofensor que se disculpa. ¿Y cuántas veces hemos de perdonar? Jesús dijo a Pedro: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces”. (Mateo 18:22.) Negar el perdón va en detrimento de nuestros propios intereses. ¿Por qué? Porque la animadversión o el rencor nos privan de paz interior. Y si adquirimos fama de crueles e implacables, nos tornaremos odiosos a los demás. (Proverbios 11:17.) El rencor desagrada a Dios, y podría inducirnos a cometer un pecado grave. (Levítico 19:18.) Recordemos que Juan el Bautizante fue decapitado por maquinación de la inicua Herodías, quien “le abrigaba rencor”. (Marcos 6:19-28.) w99 15/9 ¿Pide Jehová demasiado de nosotros? 18. ¿Qué pedía Jehová en realidad de los israelitas? 18 Jesús enseñó lo que Dios realmente quiere. Lo hizo cuando se le preguntó: “¿Cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús contestó: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente’. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas” (Mateo 22:36-40; Levítico 19:18; Deuteronomio 6:4-6). El profeta Moisés dio a entender lo mismo cuando preguntó: “¿Qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios sino que temas a Jehová tu Dios, de modo que andes en todos sus caminos, y lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos?” (Deuteronomio 10:12, 13; 15:7, 8). w02 15/7 pág. 14 párr. 18 Añadamos devoción piadosa a nuestro aguante 18. ¿Qué responsabilidad tenemos en lo que respecta a las ofensas personales? 18 Los malentendidos y las ofensas personales pueden poner en peligro nuestra devoción piadosa. Tal vez provoquen ansiedad o impulsen a algunos a tomar la imprudente decisión de aislarse de sus hermanos espirituales (Proverbios 18:1). Sin embargo, conviene recordar que si abrigamos mala voluntad para con otros o les guardamos rencor, puede perjudicarse nuestra relación con Jehová (Levítico 19:18). De hecho, “el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 4:20). En su Sermón del Monte, Jesús subrayó la necesidad de tomar medidas para resolver de inmediato los roces personales. Dijo a sus oyentes: “Si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mateo 5:23, 24). Una disculpa puede sanar las heridas que hayamos causado mediante palabras o actos desconsiderados. Si pedimos perdón y admitimos que no actuamos bien, es posible que se cierre la brecha y se restablezcan las relaciones pacíficas. Jesús dio más consejos para zanjar las dificultades (Mateo 18:15-17). ¡Qué felices nos sentimos cuando logramos solucionar los problemas! (Romanos 12:18; Efesios 4:26, 27.) w03 15/8 pág. 12 párrs. 15-16 Los siervos de Jehová tenemos una esperanza verdadera 15, 16. ¿De qué actos malvados eran culpables los contemporáneos de Miqueas? 15 En Miqueas 2:1, 2 se describe vívidamente un ejemplo de la maldad de los contemporáneos de Miqueas: “¡Ay de los que traman lo que es dañino, y de los que practican lo que es malo, sobre sus camas! A la luz de la mañana proceden a hacerlo, porque está en el poder de su mano. Y han deseado campos y se han apoderado de ellos; también casas, y las han tomado; y han defraudado a un hombre físicamente capacitado y a su casa, a un hombre y su posesión hereditaria”. Página 16
16
Hay individuos codiciosos que pasan la noche despiertos tramando la manera de apropiarse de los campos y las casas de su prójimo, y al llegar la mañana, se apresuran a realizar sus planes. Pero no cometerían esos actos malvados si recordaran el pacto que tienen con Jehová. La Ley mosaica contiene disposiciones para proteger a los pobres. Bajo la Ley, ninguna familia debería perder permanentemente su herencia. No obstante, eso no les importa a aquellos individuos codiciosos. Pasan por alto las palabras de Levítico 19:18, donde dice: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”. w10 15/5 pág. 31 párr. 15 No contristemos el espíritu santo de Jehová 15. ¿Cómo debemos responder si alguien nos ofende? 15 Seamos amables, compasivos y perdonadores. Pablo aconsejó: “Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes” (Efe. 4:32). Aun si alguien nos lastima profundamente, debemos perdonar tal como lo hace Dios (Luc. 11:4). Imagínese que un hermano ha hablado mal de usted. En un esfuerzo por arreglar las cosas, usted decide abordarlo, y él se siente mal por lo sucedido y le pide una disculpa sincera. ¿Basta con perdonarlo? No. Hay algo más que hacer, como dice Levítico 19:18: “No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová”. w04 15/5 pág. 24 Puntos sobresalientes del libro de Levítico Respuestas a preguntas bíblicas: Levítico 19:27. ¿Qué quiere decir el mandato de no “cortar los mechones de sus lados de modo que queden cortos en derredor” o “destruir la extremidad” de la barba? Obviamente se dispuso esta ley para evitar que los judíos se cortaran la barba o el cabello como solían hacerlo ciertos paganos (Jeremías 9:25, 26; 25:23; 49:32). Sin embargo, el mandato divino no significaba que los judíos no pudieran recortarse la barba en lo más mínimo (2 Samuel 19:24). w04 15/11 pág. 11 párr. 8 Proclamemos con valor la palabra de Dios 8. ¿Qué conducta pasaban por alto los sacerdotes malvados? 8 Mientras tanto, ¿qué hacían los sacerdotes de Israel? Para averiguarlo, centremos nuestra atención en otro escenario. Fijémonos en qué pecados permitían los sacerdotes “en la casa de sus dioses”. Mediante Amós, Dios dijo: “Un hombre y su propio padre han ido a la misma muchacha, con el propósito de profanar mi santo nombre” (Amós 2:7, 8). ¡Qué desvergüenza! Padres e hijos israelitas cometían actos inmorales con la misma prostituta de templo, y aquellos sacerdotes malvados pasaban por alto semejante inmundicia (Levítico 19:29; Deuteronomio 5:18; 23:17). w91 15/8 págs. 19-20 párr. 7 Produzca “toda clase de bondad” 7. ¿De qué maneras podemos mostrar consideración a los que han envejecido? 7 Las personas que en sentido físico son de edad avanzada también merecen nuestra consideración. Un mandamiento específico de la Ley de Moisés decía: “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido, y tienes que estar en temor de tu Dios. Yo soy Jehová”. (Levítico 19:32.) ¿Cómo se puede mostrar tal consideración? Puede que los jóvenes deseen ofrecerse para ayudarles a hacer compras o a efectuar otros quehaceres. Por consideración, los superintendentes pueden averiguar si alguna persona de edad avanzada necesita ayuda para asistir a las reuniones. En las asambleas, las personas jóvenes, vigorosas, no desplegarán impaciencia tratando de abrirse paso a empujones entre las personas de edad que caminan con lentitud, y serán pacientes si alguna de ellas es algo lenta al sentarse o conseguir alimento. w93 1/9 pág. 21 párr. 2 La familia cristiana ayuda a los de edad avanzada 2. ¿Cómo ve Jehová a la gente mayor, según lo indican las Escrituras Hebreas? 2 Ahora bien, no era así como se debía tratar a la gente mayor en el antiguo Israel. La Ley estipulaba: “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido, y tienes que estar en temor de tu Dios. Yo soy Jehová”. El libro de sabios proverbios inspirados nos aconseja: “Escucha a tu padre, que causó tu nacimiento, y no desprecies a tu madre simplemente porque ha envejecido”. También nos manda: “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre”. La Ley de Moisés enseñaba al pueblo a mostrar respeto y consideración a los hombres y mujeres de edad avanzada. Es obvio que Jehová desea que se honre a la gente mayor. (Levítico 19:32; Proverbios 1:8; 23:22.) Página 17
w99 1/8 pág. 20 párr. 15 Honremos a las demás personas 15. ¿Qué consideración se muestra a los de edad avanzada, y cómo deben responder ellos? 15 En la congregación cristiana hay quienes son particularmente dignos de honra, como las personas mayores. “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido.” (Levítico 19:32.) Así es, sobre todo, en el caso de los que han servido fielmente a Jehová durante muchos años, pues “la canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia” (Proverbios 16:31). Los superintendentes deben dar el ejemplo mostrando el debido respeto a los hermanos cristianos que tienen más edad que ellos. Por supuesto, las personas mayores han de ser asimismo respetuosas con los más jóvenes, sobre todo con los que tienen la responsabilidad de pastorear el rebaño (1 Pedro 5:2, 3). w00 15/12 págs. 18-19 párrs. 21-22 Ayudemos al prójimo a andar de una manera digna de Jehová 21, 22. a) ¿Por qué deben interesarnos las palabras de Colosenses 4:11? b) ¿Qué oportunidades tenemos de imitar el ejemplo de los hermanos que estaban con Pablo? 21 Lo que Pablo escribió sobre ser “un socorro fortalecedor” nos permite comprender mejor cómo asistir a otros hermanos. Tal vez anden de una manera digna de Jehová observando sus normas morales, yendo a las reuniones cristianas y saliendo a la predicación. Por todo ello son dignos de nuestro reconocimiento. Ahora bien, ¿podríamos hacer más, ser “un socorro fortalecedor”, como lo fueron aquellos hermanos para Pablo? 22 Si conocemos a una hermana que ha seguido sabiamente el consejo de 1 Corintios 7:37 y que no tiene cerca a la familia, ¿sería posible incluirla en alguna de nuestras actividades familiares, invitarla, por ejemplo, a una comida o una pequeña reunión de amigos o parientes? ¿Por qué no decirle que vaya con nuestra familia a una asamblea o de vacaciones? También tenemos la opción de quedar con ella a una hora conveniente para hacer la compra. Lo anterior también es aplicable a los hermanos y las hermanas que son viudos o que no saben conducir. Quizá nos resulte valioso escuchar sus experiencias o aprovecharnos de sus conocimientos en asuntos tan normales como elegir la fruta o la ropa de los niños (Levítico 19:32; Proverbios 16:31). Al obrar así conseguiremos estrechar nuestra relación con facilidad. Ellos tal vez se sientan más libres de acudir a nosotros si necesitan algún medicamento de la farmacia o algo parecido. Los hermanos que estaban con Pablo en Roma debieron de darle ayuda práctica y fortalecedora, y lo mismo podemos hacer nosotros. Tal como en el pasado, obtenemos un beneficio más: se refuerzan los vínculos de amor, y nos resolvemos firmemente a servir juntos a Jehová con lealtad. w94 15/6 pág. 19 párr. 6 Haga de la enseñanza saludable su modo de vivir 6. ¿Qué consejo dio Pablo a “los hombres de edad”, y por qué fue una muestra de bondad hacerlo así? 6 Para principiar, Pablo dio consejo a los hombres mayores de la congregación. Sírvase leer Tito 2:2. Como grupo, “los hombres de edad” reciben honra y son considerados ejemplos de fe y lealtad. (Levítico 19:32; Proverbios 16:31.) Debido a este hecho, otros quizás tengan reparos en dar consejo o sugerencias a los hombres mayores sobre asuntos que no sean de mucha seriedad. (Job 32:6, 7; 1 Timoteo 5:1.) Por lo tanto, es un acto de bondad el que Pablo se dirija primero a ellos; y sería bueno que tomen a pecho lo que les dice y se cercioren de que, al igual que Pablo, son ejemplos dignos de imitar. (1 Corintios 11:1; Filipenses 3:17.) w00 15/6 pág. 21 párr. 14 “Todos ustedes son hermanos” 14. ¿Cómo podemos honrar a los miembros mayores de la congregación? 14 En la congregación, nuestra familia extensa espiritual, también podemos ‘llevar la delantera’ en lo que respecta a honrar a los miembros de edad avanzada (Romanos 12:10). Tal vez estos no puedan hacer tanto como en el pasado y se sientan frustrados (Eclesiastés 12:1-7). Un Testigo ungido de edad avanzada que estaba postrado en cama en una enfermería expresó en cierta ocasión esa frustración al decir: “Estoy esperando con ansia el momento de la muerte para volver al trabajo”. El reconocimiento y la honra que demos a estos cristianos mayores puede serles de ayuda. A los israelitas se les mandó: “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido” (Levítico 19:32). Mostramos consideración a los mayores cuando hacemos que se sientan necesitados y apreciados. ‘Levantarse’ puede significar en ocasiones sentarse con ellos y escucharles mientras nos explican lo que hicieron años atrás. Tal consideración dignifica a los mayores y enriquece nuestra vida espiritual.
Página 18
w01 15/8 pág. 17 párrs. 10-11 Abrahán, un ejemplo de fe 10, 11. a) ¿Por qué razón, probablemente, se quedó Abrán en Harán algún tiempo? b) ¿Qué estímulo puede darse a los cristianos que atienden a sus padres envejecidos? 10 Abrán se domicilió en Harán, probablemente por consideración a Taré, su anciano padre (Levítico 19:32). Muchos cristianos de nuestros días también tienen el privilegio de cuidar a sus padres envejecidos o enfermos; algunos hasta han debido hacer ciertos cambios con ese fin. Cuando eso es necesario, estos hermanos pueden tener la certeza de que sus amorosos sacrificios son ‘aceptos a vista de Dios’ (1 Timoteo 5:4). 11 Pasó el tiempo, “y los días de Taré llegaron a ser doscientos cinco años. Entonces murió Taré en Harán”. No cabe duda de que Abrán lloró la pérdida de su padre, pero una vez que acabó el período de duelo, partió de inmediato. “Abrán tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán. Así que Abrán tomó a Sarai su esposa y a Lot el hijo de su hermano y todos los bienes que ellos habían acumulado y las almas que habían adquirido en Harán, y procedieron a salir para ir a la tierra de Canaán.” (Génesis 11:32; 12:4, 5.) w01 15/8 pág. 17 párrs. 10-11 Abrahán, un ejemplo de fe 10, 11. a) ¿Por qué razón, probablemente, se quedó Abrán en Harán algún tiempo? b) ¿Qué estímulo puede darse a los cristianos que atienden a sus padres envejecidos? 10 Abrán se domicilió en Harán, probablemente por consideración a Taré, su anciano padre (Levítico 19:32). Muchos cristianos de nuestros días también tienen el privilegio de cuidar a sus padres envejecidos o enfermos; algunos hasta han debido hacer ciertos cambios con ese fin. Cuando eso es necesario, estos hermanos pueden tener la certeza de que sus amorosos sacrificios son ‘aceptos a vista de Dios’ (1 Timoteo 5:4). 11 Pasó el tiempo, “y los días de Taré llegaron a ser doscientos cinco años. Entonces murió Taré en Harán”. No cabe duda de que Abrán lloró la pérdida de su padre, pero una vez que acabó el período de duelo, partió de inmediato. “Abrán tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán. Así que Abrán tomó a Sarai su esposa y a Lot el hijo de su hermano y todos los bienes que ellos habían acumulado y las almas que habían adquirido en Harán, y procedieron a salir para ir a la tierra de Canaán.” (Génesis 11:32; 12:4, 5.) w08 15/10 pág. 21 párr. 1 ¿Trata usted a los demás con profundo respeto? 1. ¿Qué se ha perdido en muchos lugares? EN ALGUNAS partes del mundo no está bien visto que los niños estén de pie al lado de un adulto sentado, pues quedarían por encima de él. Por eso se sientan en el suelo junto a él como señal de respeto. También demuestran su respeto a los mayores evitando darles la espalda. Por supuesto, cada cultura tiene su forma particular de mostrar respeto a los demás. En cualquier caso, este ejemplo nos recuerda el siguiente mandamiento de la Ley mosaica: “Ante canas debes levantarte [en señal de respeto], y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido” (Lev. 19:32). Lamentablemente, en muchos lugares se ha perdido el respeto que antes había hacia la gente. De hecho, la falta de respeto está a la orden del día. w92 15/4 pág. 9 párrs. 11-12 Sea ciudadano o extranjero, ¡Dios lo recibe con gusto! 11, 12. a) ¿Cómo habían de tratar los israelitas a los extranjeros que se unieran a ellos en su adoración? b) ¿Por qué pudiera ser que necesitáramos mejorar en seguir el ejemplo de Jehová? 11 Dios dio a los israelitas la instrucción de que imitaran Su actitud para con los extranjeros que se unieran a ellos en su adoración: “El residente forastero que reside como forastero con ustedes debe llegar a serles como natural suyo; y tienes que amarlo como a ti mismo, porque ustedes llegaron a ser residentes forasteros en la tierra de Egipto”. (Levítico 19:33, 34; Deuteronomio 1:16; 10:12-19.) Esto nos da una lección, aunque no estamos bajo la Ley. Es fácil ceder a prejuicios y hostilidad para con personas de otra raza, nación o cultura. Así que hacemos bien en preguntarnos: ‘¿Estoy esforzándome por librarme de tales prejuicios y seguir el ejemplo de Jehová?’. 12 Los israelitas tuvieron prueba visible de la buena acogida que Dios daba. El rey Salomón oró: “Al extranjero, que no es parte de tu pueblo Israel y que realmente venga de una tierra distante a causa de tu nombre [...] y realmente venga y ore hacia esta casa, dígnate escuchar tú mismo desde los cielos [...] a fin de que todos los pueblos de la tierra lleguen a conocer tu nombre para que te teman”. (1 Reyes 8:41-43; 2 Crónicas 6:32, 33.) w98 15/3 pág. 12 párr. 3 La dedicación y la libertad de elección 3. ¿Por qué no manifestó Jehová parcialidad al escoger a Israel como su pueblo? 3 Jehová no fue parcial cuando hizo de los israelitas su pueblo dedicado, pues amorosamente tuvo en cuenta también a quienes no formaban parte de Israel. Dio las siguientes instrucciones a su pueblo: “En caso de que un residente forastero resida contigo como forastero en la tierra de ustedes, no deben maltratarlo. El residente Página 19
forastero que reside como forastero con ustedes debe llegar a serles como natural suyo; y tienes que amarlo como a ti mismo, porque ustedes llegaron a ser residentes forasteros en la tierra de Egipto. Yo soy Jehová el Dios de ustedes” (Levítico 19:33, 34). Siglos más tarde, Dios inculcó firmemente su manera de pensar en el apóstol Pedro, quien reconoció: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35). w96 1/10 págs. 16-17 párr. 10 La hospitalidad cristiana en un mundo dividido 10. ¿Cómo mostramos que de verdad somos hospitalarios con los “extranjeros” que hay entre nosotros? 10 Sigamos la admonición de Pablo: “Recíbanse con gusto unos a otros, así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira”. (Romanos 15:7.) Puesto que las personas de otros países o culturas muchas veces viven marginadas, debemos mostrarles bondad e interesarnos por su bienestar hasta donde podamos. Debemos acogerlas, tratarlas a todas como si fuesen ‘naturales’ del país y ‘amarlas como a nosotros mismos’. (Levítico 19:34.) Tal vez no nos resulte fácil hacerlo, pero lo lograremos si recordamos el consejo: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios”. (Romanos 12:2.) w99 1/11 pág. 11 párr. 8 ¿Cuánto amamos la Palabra de Dios? 8. ¿Cómo pueden ayudarnos los ejemplos que se citan en este párrafo a valorar más la Ley mosaica? 8 El escritor del Salmo 119 exclamó: “¡Cómo amo tu ley [...]!” (Salmo 119:97). ¿A qué ley se refería? A la palabra revelada de Jehová, que incluye el código de la Ley mosaica. Quizá haya quienes desechen a primera vista el código de la Ley por anticuado y se pregunten cómo puede alguien amarlo. Sin embargo, al meditar sobre los diferentes rasgos de la Ley mosaica, como lo hizo el salmista, podemos percibir la sabiduría que encierra esa Ley. Aparte de sus muchos aspectos proféticos, se encuentran en ella estipulaciones sanitarias y dietéticas, que fomentaban la limpieza y la buena salud (Levítico 7:23, 24, 26; 11:2-8). La Ley promovía la honradez en los negocios y exhortaba a los israelitas a compadecerse de sus congéneres necesitados (Éxodo 22:26, 27; 23:6; Levítico 19:35, 36; Deuteronomio 24:17-21). Las decisiones judiciales tenían que ser imparciales (Deuteronomio 16:19; 19:15). Cuando el escritor del Salmo 119 tuvo más experiencia en la vida, pudo comprobar lo bien que les resultaban las cosas a los que seguían la Ley de Dios, lo cual acrecentó el amor que le profesaba. De igual modo hoy, el amor y el aprecio que los cristianos tienen a la Palabra de Dios se intensifica a medida que experimentan los buenos resultados de observar los principios bíblicos en su vida. CAPITULO 20: w83 15/5 pág. 14 párr. 13 “El Dios de todo consuelo” está con nosotros 13. ¿Dónde fue apedreado Pablo? ¿Detuvo aquello su ministerio? 13 Una vez fui apedreado: En Listra, judíos fanáticos “apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, imaginándose que estaba muerto”. Por supuesto, el objetivo de aquel apedreamiento era matar a Pablo. (Compare con Levítico 20:2; Hechos 7:58-60.) Pero “cuando lo cercaron los discípulos, se levantó y entró en la ciudad” para reanudar sus viajes ministeriales al día siguiente mismo. (Hechos 14:19-22.) w00 15/8 pág. 16 párrs. 17-18 Sacrificios que agradaron a Dios 17, 18. ¿Para qué se suministró la ofrenda por el pecado, y qué propósito tenían las ofrendas por la culpa? 17 La ofrenda por el pecado se aceptaba solo para cubrir pecados involuntarios contra la Ley provocados por la debilidad de la carne. ‘En caso de que pecara un alma por equivocación en cualquiera de las cosas que Jehová mandaba que no debían hacerse’, el pecador tenía que presentar una ofrenda por el pecado adecuada a su posición social en la comunidad (Levítico 4:2, 3, 22, 27). Por otra parte, los pecadores impenitentes eran cortados del pueblo; no había sacrificios para ellos (Éxodo 21:12-15; Levítico 17:10; 20:2, 6, 10; Números 15:30; Hebreos 2:2). 18 El significado y el propósito de la ofrenda por la culpa se aclaran en los capítulos 5 y 6 de Levítico. Aunque una persona pecara involuntariamente, su transgresión podía haber vulnerado los derechos de su prójimo o de Jehová Dios, error que exigía una satisfacción o reparación. Se mencionan varias categorías de pecado. Algunos eran pecados íntimos (5:2-6); otros, pecados contra “las cosas santas de Jehová” (5:14-16), y otros, aunque no totalmente involuntarios, pecados provocados por deseos impropios o debilidades de la carne (6:1-3). Además de confesar tales pecados, el oferente tenía que hacer compensación en los casos debidos y luego presentar a Jehová una ofrenda por la culpa (Levítico 6:4-7). Página 20
w13 15/6 pág. 32 ¿Recuerda usted? Ejecutaban los israelitas a los criminales colgándolos de un madero? No. Otras naciones sí lo hacían, pero no los israelitas. Al menos en tiempos de las Escrituras Hebreas, el criminal era ejecutado primero, quizás lapidándolo (Lev. 20:2, 27). Luego tal vez se colgara su cadáver en un poste para que sirviera de advertencia (15/5, página 13). w80 15/4 pág. 31 Preguntas de los lectores ¿Por qué prescribió la ley mosaica pena capital al que invocara el mal contra sus padres? La ley de Dios declaraba: “En caso de que hubiere algún hombre que invocare el mal contra su padre y su madre, debe ser muerto sin falta. Es contra su padre y su madre que ha invocado el mal. Su propia sangre está sobre él.” (Lev. 20:9) El que un hombre maldijera a sus padres, deseara que alguna tremenda calamidad les sobreviniera, indicaría una disposición rencorosa, de asesinato. Eso sería una espantosa falta de gratitud con relación al cuidado y la atención que le habían dado sus padres. Aunque personalmente ese hombre no estuviera usando un arma para herir a sus padres, en el fondo deseaba que de otra manera les viniera la muerte. A los ojos de Dios, un espíritu cruel como ése constituye asesinato. (Compare con Mateo 5:21, 22; 1 Juan 3:15.) Por lo tanto, en su ley a Israel, el Altísimo prescribió para el acto de injuriar a los padres la misma pena que prescribió para el matarlos efectivamente. w84 15/2 págs. 29-30 Levítico... llamada a la adoración santa de Jehová Levítico 20:9—¿Por qué se prescribió la pena capital para cualquiera que “invocare el mal” contra sus padres? La persona que maldijera a sus padres y deseara que les acaeciera alguna calamidad terrible estaría desplegando odio e inclinación al asesinato. Aunque no había usado un arma para matarlos, en su corazón deseaba que murieran. Puesto que dicho espíritu malvado constituye asesinato a la vista de Jehová, la Ley prescribía la misma pena para el que injuriara de dicha manera a sus padres que para el que efectivamente los asesinara. Esto debería impulsar al cristiano a mostrar amor, no odio, para con sus compañeros de creencia. (1 Juan 3:14, 15.) w92 15/10 pág. 9 párr. 5 La familia: una provisión amorosa de Jehová 5. ¿Cómo se definió en la Ley de Moisés el papel de los hijos en la familia? 5 La Ley de Dios también expresaba claramente el papel de los hijos en la familia. Deuteronomio 5:16 dice: “Honra a tu padre y a tu madre, tal como Jehová tu Dios te ha mandado; para que resulten largos tus días y te vaya bien sobre el suelo que Jehová tu Dios te da”. La falta de respeto a los padres era una ofensa muy grave bajo la Ley de Moisés. (Éxodo 21:15, 17.) “En caso de que hubiera algún hombre que invocara el mal contra su padre y su madre —decía la Ley—, debe ser muerto sin falta.” (Levítico 20:9.) El rebelarse contra los padres equivalía a rebelarse contra Dios mismo. w96 15/6 pág. 13 párr. 5 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra 5. ¿Cuál es el significado de la palabra “maldición”? 5 El antónimo de bendición es maldición. La palabra “maldición” se refiere a la acción de hablar mal del prójimo o al deseo expreso de que le venga algún daño. El término hebreo qela·láh tiene su raíz en el verbo qa·lál, que significa literalmente “ser liviano”; no obstante, cuando se usa en sentido figurado, quiere decir ‘invocar el mal sobre’ o ‘tratar con desprecio’. (Levítico 20:9; 2 Samuel 19:43.) w04 15/5 pág. 24 Puntos sobresalientes del libro de Levítico Lecciones para nosotros: Levítico 20:9. Un espíritu de odio y crueldad equivalía al asesinato ante los ojos de Jehová. Por ello, Dios prescribió la misma pena tanto para el que injuriara a sus padres como para el que realmente los asesinara. ¿No debería este hecho impulsarnos a mostrar amor a nuestros hermanos en la fe? (1 Juan 3:14, 15.) w81 1/12 pág. 18 párr. 6 El Dios de amor odia un divorciarse 6. ¿Qué decía la ley de Moisés sobre el adulterio? 6 Por eso el séptimo de los Diez Mandamientos decía: “No debes cometer adulterio.” (Éxo. 20:14) No solo eso; la ley de Moisés requería que los israelitas mataran a pedradas a cualquiera que cometiera adulterio con la esposa de otro hombre, y también a la esposa adúltera. (Lev. 20:10) Muy apropiadamente, en Hebreos 13:4 el apóstol Pablo advierte que Jehová Dios juzgará a los adúlteros y a los fornicadores. Página 21
w81 15/11 págs. 14-15 párrs. 1-2 La expulsión... desde qué punto de vista verla 1, 2. ¿Cómo sabemos que Dios espera que su adoradores sostengan Sus normas? JEHOVÁ es justo y santo. Aunque es misericordioso y comprensivo para con las criaturas humanas imperfectas, espera que los que le adoren reflejen su santidad mediante esforzarse por sostener Sus justas normas.—Sal. 103:8-14; Núm. 15:40. 2 El israelita que deliberadamente violara los mandatos de Dios, como los que prohibían la apostasía, el adulterio o el asesinato, habría de ser cortado del pueblo, ser muerto. (Núm. 15:30, 31; 35:31; Deu. 13:1-5; Lev. 20:10) Esta firmeza con que se sostenían las normas razonables y justas de Dios era para el bien de todos los israelitas, pues ayudaba a mantener la pureza de la congregación. Y servía para disuadir a cualquiera de esparcir corrupción entre el pueblo que llevaba sobre sí el nombre de Dios. w93 15/2 pág. 20 párr. 10 Cultivemos la nueva personalidad en el matrimonio 10. ¿Cómo podemos fortalecer de manera positiva la fuerza que impulsa la mente? 10 El tener una relación estrecha con Jehová nos ayudará a agradarlo y a rechazar lo que es malo, como lo es la infidelidad matrimonial. A Israel se le animó a hacer “lo que es bueno y recto a los ojos de Jehová [su] Dios”. Pero Dios también aconsejó: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. En vista del séptimo de los Diez Mandamientos —“no debes cometer adulterio”—, los israelitas tenían que odiar el adulterio. Ese mandamiento mostraba el punto de vista estricto de Dios sobre la fidelidad en el matrimonio. (Deuteronomio 12:28; Salmo 97:10; Éxodo 20:14; Levítico 20:10.) w06 15/11 pág. 23 párr. 14 Mantengámonos en el amor de Dios 14. ¿Qué lección sobre el pecado extraemos de Proverbios 6:30-35? 14 Asimismo, saber que no hay forma de compensar al cónyuge inocente debería impelernos a no cometer un acto tan egoísta como es el adulterio. Proverbios 6:30-35 muestra que la gente quizá se compadezca de un ladrón que roba para comer, pero desprecia al adúltero por sus malos motivos. De hecho, el que comete adulterio “está arruinando su propia alma”, es decir, su vida. Bajo la Ley mosaica se le hubiera condenado a muerte (Levítico 20:10). Con tal de satisfacer su apetito sexual, al adúltero no le importa el daño que pueda causar. Si no se arrepiente, no permanecerá en el amor de Dios y será expulsado de la congregación cristiana, que es limpia y pura. w10 15/10 pág. 11 párrs. 16-17 Sigamos buscando primero “la justicia de Dios” 16, 17. ¿Cuál pudo haber sido la razón por la que Jehová no aplicó su ley del adulterio en el caso de David y Bat-seba? 16 Veamos lo que sucedió cuando David cometió adulterio con Bat-seba (2 Sam. 11:2-5). La Ley mosaica dictaba que ambos fueran ejecutados (Lev. 20:10; Deu. 22:22). Sin embargo, aunque Jehová los castigó severamente, decidió no aplicar su propia ley y les perdonó la vida. ¿Actuó de manera injusta? ¿Violó sus rectas normas por favoritismo hacia David? A algunos lectores de la Biblia les parece que sí. 17 No obstante, debemos tener en cuenta que eran jueces imperfectos y limitados quienes debían aplicar la ley del adulterio. Como eran incapaces de leer el corazón de los acusados, esta ley establecía que tomaran la misma decisión en todos los casos. En cambio, Jehová sí puede ver lo que hay en nuestro interior (Gén. 18:25; 1 Cró. 29:17). Por eso no era necesario que él se ciñera a dicha ley, que estaba destinada a los jueces humanos. Esperar que lo hiciera sería como obligar a alguien con visión perfecta a usar lentes correctivos. Como Jehová podía leer el corazón de David y el de Bat-seba, vio su arrepentimiento sincero y los juzgó con misericordia y amor. w12 15/11 págs. 22-23 párrs. 8-9 ¿Qué significa para usted el perdón de Jehová? 8, 9. ¿Cómo revela el Salmo 51 los sentimientos de David, y qué nos enseña sobre Jehová? 8 El sincero arrepentimiento del rey David queda reflejado en una canción que compuso más tarde. En el Salmo 51 leemos sus conmovedoras súplicas a Jehová, que indican claramente que no solo admitió sus pecados, sino que también se arrepintió de ellos. Lo que más le preocupaba era su relación con Dios. “Contra ti, contra ti solo, he pecado”, confesó. También le rogó: “Crea en mí hasta un corazón puro, oh Dios, y pon en mí un espíritu nuevo, uno que sea constante. [...] Restáurame, sí, el alborozo de la salvación por ti, y quieras sostenerme aun con un espíritu bien dispuesto” (Sal. 51:1-4, 7-12). ¿Somos tan sinceros como él cuando le hablamos a Jehová de nuestras flaquezas? 9 Jehová no escudó a David de las penosas consecuencias de sus pecados, que tendrían que perseguirle por el resto de sus días. Con todo, lo perdonó al ver que tenía “un corazón quebrantado y aplastado” y que estaba Página 22
realmente arrepentido (léase Salmo 32:5; Sal. 51:17). El Dios todopoderoso conoce la verdadera actitud y los motivos que llevan a alguien a pecar. En lugar de permitir que jueces humanos condenaran a muerte a los adúlteros según la Ley mosaica, Jehová se compadeció de David y Bat-seba e intervino personalmente (Lev. 20:10). Y hasta hizo que Salomón, un hijo de ambos, fuera el siguiente rey de Israel (1 Crón. 22:9, 10). w00 1/11 pág. 8 párr. 6 Veamos la pureza moral como Dios la ve 6. ¿Qué abarca en la Biblia el término fornicación? 6 ¿Qué significa el término fornicación? Esta palabra traduce la voz griega por·néi·a, que a veces hace referencia a las relaciones sexuales entre personas no casadas (1 Corintios 6:9). En otros lugares, como en Mateo 5:32 y 19:9, tiene un significado más amplio, de modo que también abarca el adulterio, el incesto y el bestialismo. Otras prácticas entre individuos no casados, como el coito oral o anal y la manipulación sexual de los genitales de otra persona, constituyen asimismo por·néi·a. Todos estos actos se condenan —sea explícita o implícitamente— en la Palabra de Dios (Levítico 20:10, 13, 15, 16; Romanos 1:24, 26, 27, 32). w84 1/1 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Cuál es el parecer de Dios tocante a la homosexualidad? La ley de Dios exigía que los homosexuales en el antiguo Israel ‘debían ser muertos sin falta’ (Levítico 20:13). La ley que Él ha dado a los cristianos muestra que no ha cambiado de parecer al respecto. Los “homosexuales” están clasificados con otros que no “heredarán el Reino de Dios”. Sin embargo, los homosexuales pueden arrepentirse y ganar la aprobación de Dios. (1 Corintios 6:9, 10, Biblia de Jerusalén.)—15/9, pág. 25. w04 15/10 pág. 11 párrs. 12-13 ¿Estará usted en el Paraíso? 12, 13. ¿Qué debemos hacer para permanecer en el paraíso espiritual? 12 Sin embargo, hay algo que no debemos pasar por alto. Dios dijo a los israelitas: “Tienen que guardar todo el mandamiento que [les] estoy mandando hoy, para que se hagan fuertes y verdaderamente entren y tomen posesión de la tierra” (Deuteronomio 11:8). En Levítico 20:22, 24 se menciona esa misma tierra: “Ustedes tienen que guardar todos mis estatutos y todas mis decisiones judiciales y ponerlos por obra, para que no los vomite la tierra a la cual los llevo para que moren en ella. Por lo tanto les dije a ustedes: ‘Ustedes, por su parte, tomarán posesión del suelo de ellas, y yo, por mi parte, se lo daré para que tomen posesión de él, tierra que mana leche y miel’”. En efecto, la posesión de la Tierra Prometida dependía de que tuvieran una buena relación con Jehová Dios. Como no fueron obedientes, Dios permitió que los babilonios los conquistaran y se los llevaran lejos de su hogar. 13 En nuestro paraíso espiritual recibimos numerosas bendiciones. El ambiente es sosegado y agradable a la vista. Estamos en paz con cristianos que han luchado contra características animales y que procuran ser bondadosos y serviciales. No obstante, permanecer en el paraíso espiritual exige más que llevarse bien con ellos. Es preciso que tengamos una buena relación con Jehová y que hagamos su voluntad (Miqueas 6:8). Aunque hemos entrado en el paraíso espiritual de manera voluntaria, poco a poco podríamos alejarnos —o ser echados de él— si no nos esforzamos por conservar nuestra buena relación con Dios. w06 1/4 pág. 21 párr. 1 ‘Vayan y hagan discípulos, bautizándolos’ 1. ¿Qué decisión tomó la nación de Israel al pie del monte Sinaí? HACE unos tres mil quinientos años, una nación entera hizo un voto a Dios. Congregados al pie del monte Sinaí, los israelitas prometieron abiertamente: “Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos a hacerlo”. A partir de ese momento, Israel se convirtió en un pueblo dedicado a Dios, su “propiedad especial” (Éxodo 19:5, 8; 24:3). Como tal, ansiaba recibir la protección divina y vivir generación tras generación en una tierra que “mana[ba] leche y miel” (Levítico 20:24).
Toda la información ha sido sacada de la Watchtower Library 201 2013 3 Este archivo, es simplemente una ayuda para nuestra preparación, el propósito principal de esto, es que investiguemos más nosotros. (km 99--2006)
Página 23