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PATRI URKIZU REFLEXIONES SOBRE EL MIN0TAURO VASCO
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PÓRTICO Desde que Bernat Etxepare publicara en Burdeos la primera obra en euskera titulada Linguae Vasconum Primitae…el año de 1545 hasta la actualidad en la que se editan más de dos mil obras anuales, el periplo de la literatura vasca ha sido difícil, accidentado y con más sombras que luces. Sin embargo, al lado de la tradición oral, siempre vigente y en auge en estos últimos tiempos, no han faltado euskarólogos y cultivadores de la vieja lengua, cuyos resultados han sido poco conocidos o no han sido valorados adecuadamente. Cuando me licencié en Filología Románica por la Universidad de Salamanca el año 1970, tras estudiar entre otros con los maestros Lázaro Carreter, José Antonio Pascual y Luis Michelena me di cuenta clara de los vacíos existentes tanto en lo referente a los estudios literarios y filológicos como en el cultivo de la literatura, y a esa tarea de análisis y escritura, a la vez que a la docencia me he dedicado estos últimos cuarenta años, cuyo resultado aunque discreto no es del todo desconocido. Así, al margen de algún que otro premio uno de los artículos referentes a la poesía vasca de la segunda mitad del XX ha sido descargado mas de dos mil quinientas veces de la plataforma creada por la UNED para los investigadores que colaboran en sus revistas. Los Congresos y Jornadas en las que he participado tanto dentro de la Península: Sitges, Tarragona, Barcelona, Madrid (Ateneo, Blanquerna, Euskal Etxea…), Valencia, Ávila, Mérida, Denia, A Coruña, Iruñea, Gasteiz, Bilbao, Donostia, como en el extranjero:Bordeaux, Paris, Lille, Lancaster…con mis conferencias en el ámbito de la lengua y la literatura y en especial del teatro han dado lugar a una serie de textos que se hallan dispersos en revistas especializadas (CUADERNOS DEL NORTE, EPOS, GALEUZCA, LAPURDUM, MUNDAIZ, REVISTA DE FILOLOGÍA ROMÁNICA, REVISTA DE LENGUAS Y LITERATURAS CATALANA, GALLEGA Y VASCA, SERTA-Revista iberorrománica de poesía y penasmiento poético, …) de no fácil acceso, aunque algunas de ellas se hallen digitalizadas.
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Es la razón por la que he reunido aquí dicho corpus junto con algún trabajo inédito con la intención de facilitar su acceso a los curiosos de la literatura y la cultura vasca, a los alumnos de filología o de periodismo con el fin de que si no dominan la vieja lengua, puedan al menos tener una aproximación a ciertos aspectos poco conocidos de ella, a autores y escritos un tanto marginados por los habituales repetidores de tópicos. Estimado lector, espero que estos ratos de lectura y contacto con la literatura en euskera y sus coordenadas europeas le sean amenos y provechosos, y sirvan para aproximarse y ajustar mejor su idea del mundo cultural de Euskal Herria..
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1 NUEVO DOCUMENTO INÉDITO (1511) SOBRE LA VIDA DE BERNAT ETCHEPARE Y RELECTURA DE LINGUAE VASCONUM PRIMITIAE, PRIMER LIBRO EDITADO EN EUSKERA (1545)1
1. Breves notas sobre las lenguas y culturas en el reino de Navarra durante la Edad Medía y el Renacimiento
No todos los vascos o navarros eran como nos los describe el peregrino picardo Aimery Picaud a mediados del siglo XII en su Codex Calixtinus, evidentemente, ya que a comienzos del siglo XII, Rodrigo Ximénez de Rada, que nació según algunos en Puente la Reina (Gares en euskera) y según otros en el pueblecito desaparecido de Rada hacia 1175, estudió en Bolonia y París, y fue desde 1210 arzobispo de Toledo (1212) y murió en 1247, es el autor de una de las mejores descripciones que el mapa lingüístico de Europa tuvo durante la Edad Media, razón por la cual ha sido repetidamente comentada por el lingüista Giuliano Bonfante y otros. Como conocedor de lenguas que era el navarro, al hablarnos de las consecuencias de la Torre de Babel hace mención de las lenguas europeas, que eran según él: el latín, el griego, el eslavo, las lenguas germánicas, el húngaro, los dos grupos celtas galés-bretón e irlandés-escocés...y el vasco junto con el navarro. He aquí su descripción:
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Adaptación del texto en euskera “Bernat Etxepare[re]n bizitza-garaiaz albiste gehiago eta Linguae Vasconum Primitiae (1545)-ren berrirakurketa”, RLLCGV, 2012, 203-235.
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Se dice que Europa tomó su nombre de cierta hija del rey Agenor, a la cual raptó Júpiter, y así dio el nombre de ella a la tercera parte del mundo. Estos, después de la división de las lenguas, para ir a sus regiones y evitar la tiranía de Nemrod, se dividieron en lenguas y naciones y tomaron la lengua que ahora se llama latina; otros, también hijos de Jafet, que se establecieron en partes de Europa, tuvieron otras lenguas: una los griegos, otra los blacos y búlgaros, los cumanos otra, los eslavos, bohemios y polonios otra, los húngaros otra, y también las islas de Irlanda y Escocia usan lenguas especiales. Teutonia y Dacia, Noruega, Suecia, que tomó su nombre de los suevos y escitas. Flandria e Inglaterra tienen una lengua única, aunque se distingan dialectos; Escandinavia y otras islas septentrionales del océano, que se consideran parte de Europa, usan otras lenguas. A Gales, vecina de Inglaterra, y a la Bretaña menor, próxima a la costa de Gran Bretaña, les tocaron en suerte lenguas propias. De la misma manera los Vascones y Navarros. Es de todos conocido, también, que tanto en Navarra como en el resto del País Vasco no hubo una unidad lingüística durante la Edad Media, puesto que se pueden encontrar las siguientes lenguas que corresponden a cada una de las comunidades que compartían dicho espacio. Además que como dice José María Lacarra: "Al historiar la Edad Media del País Vasco nos asalta constantemente la preocupación de estar reconstruyendo el pasado de un pueblo que se expresa por escrito en un idioma que no es el que se habla, y que el suyo se le escapa a través de los documentos". a) El árabe que la población musulmana y la mozárabe, circunscritas a una determinada parte de Navarra (Tudela...) conocían. b) El hebreo, que las comunidades judías utilizaban (juderías de Pamplona, Estella, Tudela, Vitoria...), que no descartaba su conocimiento del euskara como en el caso de los Guevara. c) El occitano, con su variedad gascona en San Sebastián y alrededores, así como con una koiné o lingua franca en Navarra que conservó en Pamplona, Estella y menor proporción en Sangüesa y Tudela. d) El romance navarro, cuyos rasgos diferenciales con respecto al castellano no son muchos ni muy marcados, y
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e) El euskera, que pudo durante la Edad Media como señala Lacarra, tener sucesivos vaivenes de avance y retroceso, por lo que hay que alejar la idea de un retroceso constante desde una fase ideal de máxima extensión. Por lo que respecta a la zona fronteriza que va desde Hendaya a San Sebastián, pasando por Fuenterrabía, y Pasajes...es conocida su toponimia por la abundancia de gasconismos como : Higuer, Lezo, Molinao, Manteo, Miramón, Morlans, Montpas, Pontica, Ulía, Urgull..., así como que muchos documentos referentes a Donostia y Pasajes se hallan escritos en lengua gascona. Según nos señala José Múgica en su artículo "Los Gascones en Guipúzcoa" [1967, 3-25] San Sebastián debía ser ya desde fines del siglo XII una localidad trilingüe, donde el euskera y el gascón se emplearían como lenguas vulgares, y el castellano como lengua oficial. Por otro lado sabemos también que el euskera podía usarse en los juicios durante la Edad Media como señalan Las costumes de la ciutat Daqs... Según los dichos usos y costumbres que venían de antiguo los habitantes de Mauleón, capital de Zuberoa, que pertenecía a la diócesis de Dax, podían utilizar su lengua en los juicios en los que se hallaran, a falta de conocer otra lengua. Un documento que nos indica la importancia del euskera a finales del siglo XV, a este lado de los Pirineos es el que se halla en el Registro del Sello del Archivo General de Simancas , que se halla firmado por el rey, donde se indica en agosto de 1498 que la escribanía y receptoría de número de la Audiencia de Valladolid es para Juan de Murga, ya que por ser vascongado no necesita intérprete para los testigos que se presentaran de esta lengua. Si nos adentramos en el siglo XVI nos encontramos en Navrra con un personaje de gran trascendencia: Juan de Rena (Venecia, - Toledo 1539). sacerdote, protonotario, vicario, vendedor de bulas y recolector de fondos para pagar los gastos de la guerra de la conquista de Navarra, que fue un fiel servidor de los reyes Fernando llamado El Católico y de Carlos V. El año 1539 los canónicos de la catedral de Pamplonatras morir el obispo Juan Remmio redactan un memorial dirigido a Carlos V, pidiendo que siguiendo la tradición se nombre para el cargo a un navarro, ya que el pueblo navarro amaba de modo especial su natura y lengua y porque saben la lengua vascongada. Sin embargo no tuvieron éxito y el memorial se les devolvió sin respuesta (Goñi Gaztambide, 1979) siendo nombrado para el cargo Pedro Pacheco. Aquello que Nebrija decía en la dedicatoria de su Gramática de 1492 a la reina Isabel La Católica de que siempre la lengua fue compañera del imperio, aunque 7
refiriéndose a los romanos, se fue aplicando con rigor y el castellano fue la lengua que se impuso obligatoriamente, quedando las demás relegadas. El año de 1539 Francisco I, rey de Francia, bajo cuyo gobierno se hallaban las provincias vascas de Lapurdi (Labourd) y Zuberoa (Pays de Soule) firma el decreto de Ordonnance de Villers-Cotterêts siguiendo la tradición de otros reyes, subrayándose cuál debe ser la lengua del derecho, de las órdenes, leyes y documentos oficiales, que suponía era el francés. Dice así exactamente: art. 111.- […] Nous voulons que doresenavant tous arretz ensemble toutes aultres procedeures, soient de nous cours souveraines ou aultres subalternes et inferieures, soient de registres, enquestes, contractz, commisions, sentences, testamens et aultres quelzconques actes et exploictz de justice ou qui en dependent, soient prononcez, enregistrez et delivrez aux parties en langage maternel francoys et non aultrement. Esta norma que se aplicó en el estado francés también se hizo obligatoria en España, y así en Constituciones synodales de Pamplona de 1584 se obliga a los escribanos y notarios, tanto civiles como eclesiásticos, a no dar testimonio en latín o lengua no comprensible distinta del castellano bajo sanción de tres ducados y expulsión del cargo durante seis meses. Así mismo en las Ordenanzas del Consejo Real (1594) se obliga a transcribir con fidelidad las palabras de los testigos y su traducción en castellano, poniendo las mismas palabras formales que dixeren los bascongados en bascuence. Gracias a esta ordenanza se han conservado en el Archivo Diocesano de Pamplona muestras de la poesía satírica de la época, que daban lugar a juicios posteriores, y a algunas cartas familiares, ámbitos a los que estaba reducida el euskera. ***
Las luchas por el poder y las tierras han sido una constante desde tiempos ancestrales hasta la actualidad. Ciñéndonos al tema de nuestro estudio, a mediados del siglo XV, y más precisamente durante los años de 1442 a 1461 las contiendas de beamonteses y agramonteses en el reino de Navarra fueron crueles y sangrientas. Los primeros, o sea los beamonteses, eran partidarios de Carlos IV, y los capitaneaba Luis 8
de Beaumont, conde de Lerín, que se hallaba casado con Doña Juana de Navarra , hija bastarda de Carlos III el Noble. El conde de Lerín murió en Madrid en 1464, siendo considerado como traidor y rebelde en la Crónica de Juan II, por haberse hecho vasallo de Don Enrique. En el otro bando se hallan los agramonteses, partidarios del rey de España, que lucharon bajo el mando de Pedro de Peralta. Tras diversas vicisitudes el reino de Navarra pasó de ser patrimonio de los Evreux, a serlo de los Albret, tras el matrimonio de Catalina de Foix con Juan de Albret (1483-1530). El profesor George Desdevises du Dézert en su tesis (1889) sobre Don Carlos, el príncipe de Viana ( 1421-1461), nos habla de la biblioteca de este príncipe amante de las artes, historiador, poeta, y gran amigo de Ausias March (1397-1459), describiéndonos sus 101 libros, de los cuales 52 eran en latín y el resto en griego, francés, castellano y catalán. Y aparte de los autores greco-latinos se pueden encontrar en dicho catálogo obras de Dante, Leonardo d´Arezzo y Petrarca. En Navarra la imprenta inicia su camino de la mano de Arnao Guillén de Brocar en Pamplona-Iruña el año 1492. He aquí la lista de incunables: Manuale secundum consuetudinem ecclesie Pampilonensis (1490); E. de Masparrauta Regulae... (1492) ; J. de Kethan Epílogo en medicina y cirugía (1495); Commentum seu Scriptum super libros politicorum Aristotelis (1496); Commentum seu Scriptum super libros economice (1496); P. de Castrovol Formalitates breves (ca. 1496); San Buenaventura Dieta Salutis (1497). 1499 es el año de mayor producción: de N. de Blony,
Tractatus
sacerdotalis de Sacramentis de que dignis officiis; de G. de Peralta Enseñamiento de religiosos, de A. de Fuentedueña Título virginal de nuestra señora en romance, P. de Castrovol
Tractatus vel si mauis expositio in simbolum quincumque vult, de A.
Hispanus
Confessionale, Interrogationes confessorum eta Tractatus qui stella
clericorum inscribitur así como Breviarum secundum consuetudinem ecclesie et diocesis Pampilonensis renovatum in regulis. Los últimos incunables conocidos son de B. Magno Institutiones de moribus (ca. 1500), Missale Pampilonense (ca. 1500), y de G. de Columna La Crónica Troyana (ca. 1500) . En conjunto la mayoría en latín y de tema religioso. De las 29 obras editadas la mayoría fue obra de Brocar, pero la situación de guerras constantes hizo que trasladara su imprenta a Logroño, y en Navarra no hubo otro impresor hasta que se estableciera Miguel de Eguía y de Jasso (Estella 1495-1547) casado con la hija de Brocar en 1518 en Estella-Lizarra. Tras su muerte sigue su labor editora Adrian de Anvers. 9
No se editó al parecer en Pamplona durante el siglo XVI en euskera más que un catecismo bilingüe escrito por Sancho de Elso (Doctrina Christiana y Pasto espiritual del alma para los que tienen cargo de almas y para todos estados en castellano y vascuence. Pamplona, Adrian de Anvers 1561 ) que se perdió, y unos refranes, que según Julio de Urquijo debió recogerlos el historiador Esteban de Garibay (Refranes y Sentencias comunes en Bascuence, declaradas en Romance con números sobre cada palabra, para que se entiendan las dos lenguas. Impresso con licencia en Pamplona por Pedro Porralis de Amberes, 1596. www. euskaltzaindia.net.). Este librito fue hallado en la biblioteca ducal del Darmstadt por el vascólogo Wilhem Van Eys en 1894 y editado cuasifacsimilarmente en 1896, pero el ejemplar único según dicen se perdió en la segunda guerra mundial. Martin Azpilikueta (Barasoain 1491- Erroma 1586), el famoso Doctor Navarrus, autor de numerosísimas obras religiosas, en una de ellas editada en Roma (Miscellaneum centum de Oratione... 1586) señala que hace 35 años un Cantaber pius et doctus con el permiso del Consejo del Rey Católico tradujo y enseñó una doctrina en euskera que fue de mucho provecho. Si tenemos en cuenta la terminología de la época y el uso habitual de Cantaber como lo hacía el erudito bibliotecario Nicolas Antonius (Sevilla 1617 – Erroma 1684) en su Bibliotheca Hispana Nova (1696), cantabrus, es decir, ex provinciis Guipuzcoa ac Vizcaia y no navarrus o alavensis, nos hallamos ante una doctrina diferente de la de Sancho de Elso, editada aproximadamente por las mismas fechas ( 1551 / 1561), probablemente para las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya, y cuyo único resto podría ser el Ave Maria, que el pintor zumaiarra Baltasar de Echabe recoge en su Discursos de la antigüedad de la lengua cántabra Bascongada.... (Mexico 1607). A los puertos de Pasajes y de Bilbao llegaban desde Flandes barcos que trasportaban entre otras mercadurías libros umpresos en las imprentas de Plantin, donde entre otras obras Esteban de Garibay imprimió su Compendio Historial... (1571). Mathías Mares creó su propia imprenta en Bilbao en 1577, tras pasar por Salamanca, Logroño, Pamplona..., y editó numerosas obras entre ellas obras de Guiciardini, Timoneda, Poza, ...También el editor Pedro Cole de Ibarra, natural de la Champaña en Francia, puso su imprenta en Bilbao y entre sus diversas obras editadas imprimió un pequeño catecismo bilingüe titulado, Doctrina Christiana en Romance y Basquence, hecha por mandato de Dn Pedro Manso, Obispo de Calahorra y de la Calçada y del Consejo del Rey nuestro Señor, para las tierras bascongadas de su obispado, reducida 10
por el Doctor Betolaza a lenguaje más comun … Impressa, con licencia en Bilbao, por Pedro Col de Ybarra, impressor de este muy noble y muy leal Señorío de Vizcaya. Año de 1596. (http://www.vc.ehu.es/gordailua/doctrina.htm ). Obra del doctor Juan Pérez de Betolaza, que no hizo sino traducir la obrita de Francisco del Canto: .Doctrina Christiana que cualquier christiano es obligado a saber. Que se canta quyd nos vos por amor de Dios. Medina del Campo, 1558 . Mientras no aparezcan algunas obras supuestamente perdidas, la imprenta en San Sebastián no empieza a trabajar hasta finales del XVII, y en Lapurdi hasta 1642, por lo que no es raro que los escritores vascos como Bernat Etchepare y Joanes Leizarraga buscaran como lugares de impresión las ciudades de Burdeos y La Rochelle, al amparo de sus respectivos mecenas. 2. Bernat Etchepare autor del primer libro impreso (1545) Como es bien conocido, Bernat Etchepare es el autor del primer libro impreso en euskera en la imprenta de François Morpain en Burdeos en 1545 (v. gallica.bnf), bajo el título latino de LINGUAE VASCONUM PRIMITIAE... . Está dedicado al noble y de todas virtudes pleno el abogado real del Parlamento de Burdeos, Bernard de Lehet, Erregeren advocatu videzco eta nobleari virthute eta hon guciez complituyari bere iaun eta iabe Bernard Leheteri Bernard echeparecoac, que dado su rango pagó la edición del librito del que sólo se ha conservado un ejemplar que se halla en la Biblioteca Nacional de Francia. Bernard Lehet (Burdeos + 1562) era originario de una samilia de Sara (Lapurdi), estudió en la Universidad de Toulouse (1514) de la que fue Lecteur en 1516..., y tras ser abogado real en la Guyenne (1524-29), fue nombrado abogado general real en el Parlamento de Burdeos, donde murió. Estuvo casado con Antonie de Guilloche, de noble familia bordelesa. Estuvo en su casa como profesor de su hija Margarita el escritor y músico de la escuela marotiana Eustorg de Beaulieu (Beaulieu-sur-Ménoire 1495 – Bâle 1552). Éste en un poema dedicado à scientifique & tres-prudent Seigneur Monsieur Maistre Bernard de Lehet (Urkizu 1999: 107-114) tras llenarlo de alabanzas comenta cómo se entretenían allá por los años de 1529 en las veladas de su palacio. Lehete tocaba el espinete, y también participaba el conocido compositor Clement Janequin (Châtelleault c. 1485 – Paris 1558). Dice así: 11
Si tu trouvois de Musique aulcung livre Toi, Blaise et moi, chantions jusque à my nuyct, […] Tu t´acontoys de Clement Jennequin, Et d´autres maintz, tous gens d´experience Et où gisoit Musicalle science. C´estoit en l´An mil cinq cens vingt & neuf. (Les Divers Rapports…1544) Beaulieu, Jannequin, Cornier du Prè formaban alrededor de Beranrd de Lehet un grupo humanista y renacentista, amante de la música y de las artes que recibieron la influencia de Erasmo y de Marot, entre otros. Tuvo también Lehet relaciones con el portugués André de Gouvéa (1497-1548) que tras estudiar con su hermano en París, fue director del Colegio de Guyenne de los años 1534 a 1547, y posteriormente de la Universidad de Coimbra. Otros humanistas de la época que vivieron en Burdeos y con los que tuvo relación y correspondencia fueron Robert Breton “Britannus”, Johannis de Boyssone y Joanes de Ibarrola. Joanes de Ibarrola (Burdeos, 1537), era también originario de Sara, sacerdote, canónigo de la catedral de San André, entró como consejero en el Parlamento en 1518, cargo que ofició hasta su muerte. Fue llamado como canónigo a la Asambles de los Estado de Guyenne el 7 de febrero de 1520 a fin de que redactar Les Coutumes de Bordeaux. Así mismo el 7 de octubre del mismo año fue enviado como comisario para que redactar La Coutume d la Soule. Doctor utriusque juris, es decir, en derecho canónico y civil, fue nombrado en 1521 Rector de la Universidad, y es el autor del primer libro impreso en Bazas el año 1530 (Opus quod Baptista Salvatoris...Biblioteca de Ste Geneviève, OEXV 290(2) Res.). El historiador Ernest Gaullier (1884) nos habla en su historia del coelgio de Gueyenne, donde estudió Montaigne, de los fundadores del mismo entre los que se hallaban Jehan d´Ybarrola y Delahet (sic) y que cultivaban las letras latinas: Au Parlement, les présidents François de Belcier, Jehan d´Ybarrola, Sauvat de Pomiers et l´avocat général Delahet dont nous avons cité les noms comme fondateurs du Collège de Guyenne, n´étaient pas seuls à cultiver les lettres: Guillaume de Lur, auquel Britannus dédia 12
ses poésies, Arnaud de Ferron, le savant commentateur, qui préparait alors son livre De rebus gestis gallorum, et Briand de Vallé, l´ami de Rabelais jouissaient déjà d´une certaine célébrité. Incluso al hablar de Delahet y que mantenía correspondencia con Robert Britannus, indica que se ocupaba de recherches sur la littérature et la langue basque, qu´il possédait à fond [1884 :117]. Sería realmente de gran interés si aparecieran esos escritos del mecenas de Bernat Etchepare, ya que nos darían luz sobre esa época de la lengua y la literatura vascas tan poco y mal conocidas. Poco conocmeos realmente de la vida de Etchepare, aparte de las noticias que nos da émismo en su libro. En la portada señala que es Rectorem Sancti Michaelis veteris, rector de San Miguel el viejo; y en uno de sus poemas que estuvo preso en el Béarn. Según los historiadores y en concreto Javier de Ibarra (1951: 96-98) dice que estuvo preso, por motivo de ser beaumontés, fue llamado a Pau por el Rey (Enrique II, sin duda), fue condenado y que sufrió un largo cautiverio. Así también el historiador Pedro Esarte señala que en algunos casos, informantes de uno u otro bando fueron apresados (2001:262). En realidad no se tiene sobre este proceso noticias fehacientes y exactas. Sabemos, sin embargo por dos documentos publicados por José María de Huarte (1926: 246-248), que tuvo relaciones con el capitán Gonzalo Pizarro en 1518 como testigo. Dicen así el primero: E despues de lo susodicho en la villa de San Juan de Pie del Puerto veynte e syete dias del dicho mes de março e año susodicho (de 1518), el dicho Capitán Gonçalo Piçarro rescibió juramento en forma devida de drecho de Bernar de Chaparre Rector de San Miguel el qual syendo preguntado por tenor de la dicha provisyon dixo que deste caso no sabe mas de quanto al tiempo que esta villa de San Juan estuvo cercada por el Rey don Juan que puede aver dos años vido al dicho don Juan de Orbara estar en San Miguel ques junto a la villa de San Juan con gente de armas e otra gente de guerra que allí estava en deservicio del Rey nuestro Señor pero que no sabe sy el dicho don Juan tenia alli alguna gente mas de quanto de allí le vio yr hacia las montañas del Burguete e Val Descua e despues le vio otra vez con la dicha gente en 13
San Miguel e se fue con ella al tiempo que la dicha gente fue huyendo del exercito del Rey nuestro Señor e que deste caso no sabe ni ha oydo otra cosa e firmolo de su nombre. Dechapare. (“Información recibida en Burguete y en San Juan de Pie del Puerto por el capitán Gonzalo Pizarro y el emisario Pedro de Feria con provisión del Virrey, duque de Nájera a consecuencia de una petición elevada al Rey por el licº don Juan de Orbara, canónigo de Pamplona”, Archivo de Navarra, P.S., 2ª serie, leg 15, carp.27, 1518); De lo que se deduce que para el año de 1518 ya era Rector de San Miguel y ante las preguntas de Gonzalo Pizarro colabora con su información sobre los movimientos de tropas del rey francés. Cuestión que podría haber sido en aquella época suficiente para su encarcelamiento. Y el segundo documento indica lo siguiente: + Bastida mi agoazil: Lo que abeys de dezir e infformar de mi parte al Vicario General del Señor Obispo de Bayona, es lo siguiente: Que el Obispo de Vayona ultimo qui fue a rogaria y por muchas importunaçiones que lo hizieron los jurados de la villa y tierra de San Johan, a causa de la mala ministración de la justicia y dissoluçiones de los ecclesiasticos y otras cosas non debidas que se hazian en tiempo de don Pedro de Mendicoaga exeçitaba el Vicario Generalado de San Johan, me scribió tubiesse por bien que el hiziesse mutaçion en el dicho Vicariado por lo que convenía al descargo de su conçiençia y buena ministraçion de la justiçia. Y que assi el dicho Obispo conssiderando la avilidat suffiçiençia y letras y otras virtudes y buena fama de Mossen Bernart de Chapare Rector de Sant Miguel proveyó a él del dicho Vicariado general de Sant Johan, lo quoal yo tuve por bien por ser el dicho Mossen Bernart muy abil para el exerçiçio del dicho offiçio y scribi y mandé a los de la dicha villa y a los otros del Obispado de Bayona que obedesçiessen y cumpliessen lo que el dicho Obispo mandaba pues hera en serviçio de Dios y para la buena ministraçion de la justiçia. 14
Y que despues de muerto el dicho Obispo visto que el dicho Mossen Bernart exerçitaba bien el dicho offiçio, yo scribí al Capítulo de la Yglesia Cathderal de Vayona que no hiziessen mutaçion en el dicho offiçio ni quitassen aquel al dicho Mossen Bernart, lo qual assi se hizo. Y que agora paresçe ser an infformado a la Magestad del Rey nuestro Señor en nombre de la villa de Sant Johan, deziendo que la dicha villa tiene privilegio que el Vicario General que ha de ser en Sant Johan a de ser hijo natural y residente de la dicha villa y otras cosas, lo qual es contrario a la verdat porque no tiene la dicha villa tal privilegio y qoando lo tuviessen mostrandolo a mi yo ternía forma como se les goarde y cumpla qoando mas que el dicho Mossen Vernart vibe a media legoa de Sant Johan y sus audiençias tiene en Sant Johan. Y que el dicho Mossen Vernart ha seydo y es muy buen servidor de Su Magestad y que yo infformaré a Su Magestad de su perssona y virtudes como se aya descargo de la carta que su Magestad ha scripto al Señor Obispo. Y si os dixiere el Vicario General de Vayona que la clerecía le suplica que quite del offiçio al dicho Mossen Vernart, vos le dezid que no es la clerezia en general sino algunos particulares a quien el ha corregido y traydo de mal y desonesto vivir al bueno, y porque les ha bedado los juegos y otras disposiciones lo quoal se conssentia en tiempo de don Pedro de Mendicoaga. Y assí le rogat de mis partes que no aga mutaçion en el dicho offiçio de Vicario General, mas antes le dé nuevo titulo al dicho Mossen Mernart, que en ello servirá a Dios, y a mi hará singular complazimiento y descargará a su conçiencçia. Y que en las cosas que tocaron al Señor Obispo siendo requerido por él yo lo haré y mandaré con mucha voluntad como lo verá por obras, y cobrad respuesta del. Y si por caso no quisiere hazer esto que le ruego, le dexid que no se dará lugar a otra cosa ni es cosa que cumple al servicio de Su Magestad que otro sea Vicario General de Sant Johan sino el dicho Mossen Bernart, ni se conssentirá que en el dicho offiçio ni en totro alguno en este Reyno se pongan personas sino que sean aceptas a 15
servicio de su Magestad. Esto último le direys quoando mas no pudieredes hazer, y sea bien dicho de manera que conozca que a otra cosa no se dará lugar. ( “Instrucciones reservadas dadas al alguacil Bastida acerca de cuanto en nombre de S.M. debia manifestar al vicario general del Obispado de Bayona respecto a la confirmación del título de vicario general de San Juan de Pie del Puerto hecho a a favor de Mosen Bernat Dechapare, rector de San Miguel y suscesor en el expresado cargo de don Pedro de Mendicoaga.”, Archivo citado. Ibidem, carpeta 31, S.A). Es más preciso y añade más datos sobre la vida de Bernat Etchepare este documento. Nos dice que vivia a media legua de San Juan de Pie del Puerto-Donibane Garazi, o sea, como indica Gil Reicher en Sarrasketa, aldea que dista cinco kilometros de San Juan, y que fue nombrado vicario general de San Juan considerando su avilidat suffiçiençia y letras y otras virtudes y buena fama. Y al parecer era bastante extricto en su comportamiento y crítico con los que llevaban una vida poca honesta y se dedicaban al juego. El nombre de Bernard Detchepare aparece también en la obra Statuta synodalia Baionensis diocesis… que editó en Toulouse Jacques Colombies en 1533. En ésta se señalan los clérigo y científicos varones que participaron en la elaboración de dichos estatutos. Exactamente se le menciona de este modo: Deputati fuerunt a toto clero discreti et scientifici viri magistri […] Ex ea parte que est in regno Navarre: Dominicus Donciondo, juris licenciatus, in dicto regno generalis vicarius, eta Bertrandus de Chaparre, rector Sancti Michaelis veteris. [Dubarat, reed. 1892:66] Es evidente que el editor se ha equivocado y ha escrito Bertrandus en vez de Bernardus. Fue el obispo de Bayona Etienne Ponchier (1508-1552), quien dandóse cuenta de la escasez de libros de su diócesis convocó dicho sínodo para redactar las normas que rigieran sus relaciones para el que convocó además de a Bernat Etchepare a Johanes de Lenda y Johanes de Mondaco canónicos de la catedral de Bayona, ambos bachilleres en leyes; a Estebe de Sanctis, canónigo de St. Esprit; a Martin Darkie, de Uztaritze; a 16
Johanes de Haranburu rector de San Estebe; a Petrus Dibusti, comendador de Bonlok y rector de San Martin de Garro; a Johanes de Jerobi de Errenteria, y a Michael de Ambulodi de Oiartzun, siendo estos dos últimos pertenecientes al arcipreztago de hauek Hondarribia que dependía de Bayona. Etienne Poncher convocó a estos expertos en materia eclesiástica para poner orden en su diócesis que se hallaba dividida en reinos, costumbres y lenguas diferentes, propter linguarum varietatem et morum diversitatem, y ordena que en días especiales y en los domingos se rece en lengua materna el Padre Nuestro en alta voz e inteligiblemente, el Ave María, los artículos de la fe y de vez en cuando los diez mandamientos. Pronunciabunt singulis diebus dominicis alta eta intelligibili voce orationem dominicam, videlicet, Pater Noster, cum salutatione angelica Ave Maria, articulos fidei et aliquando, ad minus semel mente decem precepta Decalogii et nonnunquam verbis maternis si eis videatur expedire. Entre otras muchos aspectos que abordan los Statuta se habla em más de uma ocasión de la prohibición de los sacerdote em participar en los ludi theatrales, o sea en el teatro y en las lascivas et obscenas cantinelas. De todos modos hay también otro documento publicado por Urquijo ( Julio de Urquijo, “El proceso de Dechepare”, Revista Internacional de Estudios Vascos, I, Donostia 1907, 369-381.) en el que aunque no menciona nada del encarcelamiento de Etchepare en Pau nos habla de dos documentos uno en el que aparece su nombre en una carta de cesión del 14 de marzo de 1559 y otro en el que según Jaurgain aparece como testigo del contrato de matrimonio celebrado 5 de agosto de 1505 entre Tristan de Ahaxe y Maria de Uhart: In dei nomine amen. Sea magnifiesto y publico a quantos esta carta de cession transporte veran et oyran en la villa de Sant Juan de pie del puerto reyno de Navarra obispado de Bajona a xiiii dias del mes de março de mil quinientos y cincuenta y nuebe contando de la navidad de nuestro Señor Jesu Cristo costituidos en persona los reverendos y discretos maestre Pieres de aquerreta y don Juan de sosiondo y Pieres de Landa y don Miguel de Lezarraga 17
canonigos y rendantes del obispado de Bajona […] testigos que presentes se hallaron maestre Bernard de Echapare y don Ramon de Arozteguy y los dichos de Aquerreta y Sosziondo y Lezarraga y De la Landa se signaron a una con mi el dicho notario y los dichos testigos y me dieron poder [...] Martin de Aroztegui notario”. ¿Quién es este maestre Bernard de Echapare? ¿Se tratará acaso de nuestro autor, que vivía según se señala en 1518 a media legua de San Juan de Pie del Puerto, es decir en Sarrasketa? ¿Es posible que Noble Bernard, seigneur d´Etchepare de Sarasquette, sea él aún sin haber recibido las órdenes eclesiádticas? Probablemente. En la búsqueda y pesquisa de las huellas de nuestro poeta una pista indicada por Gilbert Reicher (1957), nos dirigió los pasos a la biblioteca y Archivo de la Colegiata de Roncesvalles, donde tuvimos el feliz hallazgo, de la mano del catálogo de Fermín Mairanda García y Eloísa Ramírez Vaquero (1997) y de su bibliotecario Don Emilio Linzoain, a quien agrademos su amabilidad, de un pergamino en el que el obispo de Bayona Betrand de Lehet, nombra el 12 de junio de 1511 a Bernardo Dechepare presbítero (sic) de las parroquias de San Martín de Zaro y San Vicente de San Miguel el Viejo (Eiheralarre). El documento comienza así: Bertrandus, miseratione divina episcopus baionensis, dilecto nostro domino Bernardo Dechepare presbitero, diocesis nostre oriundo, salutem in domino sempiternam. Tuis exigentibus meritis, quibus apud nos multiplici commendaris testimonio inducimus ut tibi reddamus ad gratiam liberales. Hinc est quod ad presens vaccantibus de jure et facto ecclesiis parrochialibus Sancti Martini de Çaro et Sancti Vincenti de Sancto Michaele Vetere adiudicem unitis per mortem naturalem seu obitum domini Johannis de Lessaque presbiteri ultimi et immediati earumdem ecclesiarum rector et possessor... (Pergamino , n º 455). De donde podemos deducir que tras la muerte de Juan de Lesaca y siendo ya sacerdote, el obispo Bayona Bertrand de Lehet (1504-1519), de la familia de Bernard de Lehet el ya mencionado abogado real de Burdeos le nombra primero párroco de las pequeñas aldeas de Zaro y Eiheralarre en 1511. Por otro lado sabemos que ya en 1518 18
era Vicario General de San Juan de Pie del Puerto. El historiador y genealogista Jaurgain en carta a Urquijo consideraba que Bernardo Etchepare y Bernardo Lehet debían tener aproximadamente la misma edad, pero su deducción de que tuviera 45 años cuando edita su obra es errónea claramente. Ya que como sabemos Lehet estaba estudiando en la Universidad de Toulouse en 1514, y si tenemos en cuenta que los estatutos sinodiales de Bayona de 1533 dan como edad autorizada para recibir las órdenes sacerdotales los 25 años, nuestros cálculos remiten hacia 1485, como fecha probable del nacimiento del poeta. Con lo que la cronología biográfica de Beranrdo Etchepare podría establecerse con los márgenes habituales para las dudas razonables y los futuros documentos que puedan aparecer del siguiente modo: c. 1485
Nacimiento de Bernardo Etchepare en Sarrasketa.
1505
Testigo de la boda de Tristan de Ahaxe y Marie d´Uhart (?)
1511
Nombramiento de párroco de Zaro y San Miguel el Viejo – Eiheralarre
1518
Confirmación como Vicario general de San Juan del Pie del Puerto – Donibane Garazi.
1533
Participación en la elaboración de los Estatutos Sinodiales de Bayona
1545
Edición de Linguae Vasconum Primitiae en Burdeos.
1559
Testigo de una carta de Cesión en San Juan del Pie del Puerto – Donibane Garazi (?).
3. LINGUAE VASCONUM PRIMITIAE per Dominum Bernardum Dechepare Rectorem Sancti Michaelis veteris. Bordeaux, François Morpain, 1545. La primera obra impresa en euskera que como hemos dicho es un unicum y se halla en la Biblioteca Nacional de Francia, (RES-Yp-1. www.gallica.fr ) está compuesta del siguiente modo: En primer lugar la portada con el título indicado y la imagen de un calvario semejante al que se halla en el folio 126 del Missale de Baiona de 1543 impreso por Johannem Karbriand alias Duguelin. No aparece en esta portada ni el lugar, ni el año, ni el nombre del editor que se indican en la última página. 19
El prefacio dirigido a Bernard Lehet comprende 31 líneas en prosa y posteriormente se halla una breve nota sobre el modo de pronunciación de los textos. Sigue la Doctrina Christiana con un total de 595 versos, cuyos poemas principales son: Hamar manamenduyac (Los Diez Mandamientos) y el Judicio Generala (El Juicio final). A continuación siguen unos poemas amorosos que suman 403 versos cuyos títulos son: Amorosen gaztiguya (Aviso de amantes), Emazten favore (A favor de las mujeres), Ezconduyen coplac (Coplas de los casados), Amoros secretuqui dena (Quien está secretamente enamorado), Amorosen partizia (Separación de amantes), Amoros jelosia (El amante celoso), Potaren galdacia (Petición de beso), Amorez errequericia (Requerimiento de amores), Amorosen disputa (Disputa de amantes), Amore gogorraren despita (Despecho del amor cruel); un poema autobiográfico de 102 versos: Mossen Bernat Echaparere[n] cantuya, y al final dos poemas cortos de 40 y 19 versos en elogio del euskera, titulados Contrapas y Sautrela. Los
profesores
Beñat
Oiharçabal
y
Aurelia
Arkotxa
consideran
(www.basqueliterature.com) que hay uma influencia claramente erasmista em la doctrina cristiana de Etchepare y expresamente en los siguientes versos: Eta hala çinhex beça nahi eztenac enganatu Apezeq ez apezpicuq ez etare aytasainduc Absolvatcen halacoaren eceyn bothereric eztu… [Y finalmente quien no quisiera engañarse crea / que ni los curas, ni onispos ni siquiera el papa / tiene el poder de absosolver a tal pecador] Mas como ha demostrado claramente Inañi Aldecoa (ASJU 2010) estos versos ya se halla en la obra Opus tripartitum de Jean Gerson (Certissime sciant hi et consimiles non episcopum / aut papam eos absolvere posse. In Jean GERSON, Opus tripartitum, Paris, c. 1483, f. 12r.) , autor reconocidísímo y muy traducido tanto en el XV como en el XVI, por lo que nás que como erasmista deberíamos considerar a Etchepare como bergsonista. Por otro lado si analizamos los versos del Iudicio Generala que dicen: Eta lurra icigarri oro iqharaturic çuhamuyec dacartela odolezco ycerdi, [Y la tierra estremecida / al ver cómo los árboles traen sudor de sangre] 20
Nos damos cuenta de que se trata de un topos extendido en toda la Edad Media, el de los Signa Iudicii , que ya aparecen desde en Pedro Damián (+ 1072): Signum decimi diei: Omnia ligna silvarum, et olea herbarum sanguineum fluent rorem; en Petrus Comestor (+1178): Quinta, herbae et arbores dabunt rorem sanguineum; o en el más cercano Gonzalo de Berceo (1264 a.): El quinto de los signos será de grant pavura, de yervas e de árbores e de toda verdura, como diz sant Jerónimo, manará sangre pura; los que no lo veyeren serán de grand ventura. (Los signos que aparecerán antes del Juicio. http://www.vallenajerilla.com/berceo/michelgarcia/introduccion-signos.htm) Se trata, por lo tanto, de una larga tradición de la que bebe nuestro poeta y la traslada a su lengua materna. Si nos centramos ahora en los poemas de amor hace tiempo señalamos (1991) algunas de las posibles fuentes ya mencionadas por René Lafon, y que serían entre otros: Bernard de Ventadour, Peire de Corbiac, Peire Cardinal, Raimbaut de Vacqueiras, Berceo, Pedro de Luna, Sem Tob y el arcipreste de Talavera. Pero que como sucede con los buenos poetas al pasar por sus venas poéticas las fuentes quedan totamente asimiladas y casi desconocidas. Veamos, por ejemplo, cómo se pasa del canto XVIII del poema del poeta catalán Ausias March (Beniarjó, 1397 - Valencia, 1459), traducido por Baltasar de Romani, No hay mayor deleyte, y mas cumplido, Que imaginar la dama a quien se dieron Aquellos los deleyta de tal modo, Que a si y al mal olvidaran del todo (Ed. Juan Navarro, 1539). Al poema Emazten favore [A favor de las mujeres], donde en un estilo rabelesiano pasa el amor cortesano por la crudeza de lo cuotidiano: Munduyan ezta gauçaric hayn eder ez placentic Nola emaztia guiçonaren petic buluzcorriric,
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Besso viac çabalduric dago errendaturic, Guiçonorrec daguiela harçaz nahiduyenic. [No hay en el mundo cosa más hermosa ni plecentera / como la mujer desnuda bajo el hombre / con los dos brazos abiertos y rendida / a que el hombre haga de ella lo que desea] Aldekoa considera siguiendo la línea de Arkotxa y Oyharçabal que los poemas de amor se articulan según diversas situaciones ficticias que forman parte de la casuística habitual. No creemos sin embargo, que esto sea en nuestro caso del modo señalado por estos críticos, ya que siguiendo a Jaurgain y corroborado por el análisis lingüístico de la redacción de los poemas en varias épocas, según Lafon, pudo haber en la vida de Bernardo Etchepare dos etapas diferentes. Una, la de caballero andante como aparece en Amoros secretuqui dena, que empieza con el verso Andre eder gentil batec vihoça deraut ebaxi [ Una señora hermosa y gentil me ha robado el corazón] y cuya cuarta estrofa acaba con el verso Haren haurrac eta eniac aurride osso lirate [Sus niños y los míos serían compañeros], que hacen suponer se halla casado y con hijos. Versos que están en la línea de los mencionados por Jaurgain del poema Amoros gelosia [El amante celoso]: Iangoicoa, edetaçu amoria gogotic, Eta haren yrudia ene veguietaric. Harc nigana eztaduca vnsa leyaldateric; Ni ere eliçaturenyz oray, hura gaberic, Saroya da lohitu eta eztut haren veharric, Nahi badut uqhenen dut oray ere berriric. [Oh Dios, aleja el amor de mi mente / y su imagen de mi vista / pues él no tiene lealtad conmigo / sin él yo ahora también me haré eclesiástico / la majada se ha embarrado y no la necesito / pues si quiero incluso ahora lograré uno nuevo ] Como hipótesis biográfica con visos de acercarse a la realidad, por lo tanto, podríamos suponer que el noble Bernardo Etchepare fue un gentilhombre navarro ilustrado, que tal vez hiciera como su amigo Bernard Lehet los estudios de derecho en la Universidad de Toulouse donde se conocerían, que después de casarse y tener hijos, tras una traición amorosa, o por viudez, decide abrazar la carrera eclesiástica.
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Su obra literaria sería, por tanto una colección de poemas juveniles, los dedicados a la pasión amorosa anteriores a 1511, unos poemas religiosos posteriores a esta fecha, una canción autobiográfica donde narra su encarcelamiento, debido probablemente a ser beamontés y procastellano que debió darse entre los años de 1521 y 1530. Y finalmente la dedicatoria y los poemas en honor al euskera poco anteriores a la impresión de 1545. El libro acaba con la expresión de un deseo en la fórmula latina: DEBILE PINCIPIUM MELIOR / FORTUNA SEQUATUR; y con un texto francés extraído de los registros del Parlamento de Burdeos (Archives de la Gironde B, 7, ) firmado por De Pontac en Burdeos a 30 de abril de 1545, único lugar de la obra en que se especifica el nombre del editor: François Morpain. El profesor Francisco J. Oroz (2008) rastrea los avatares de la frase latina e indica que el texto ovidiano tuvo sus seguidores, como en el caso vasco y en el del autor del arquitrabe del ayuntamiento italiano de Sava, antiguo Palazzo Baronale. Como conclusión recordamos las palabras de Francisque Michel (1857:454), que consideraba a nuestro poeta un sabio letrado que había leído los autores grecolatinos cuyo poso se ve claramente en su poesía. En conclusión, podemos resumir expresando que es la obra de un autor que cabalga entre las corrientes de finales de la Edad Media en su Doctrina Christiana, y las del Renacimiento en su valoración de las lenguas nacionales, pues éstas van tomando ya conciencia de sí mismas y desean obtener a través de la disciplina, la armonía, el orden y demás cualidades el rango, — que Etchepare expresa como thornuya — de las literaturas clásicas.
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2 JOAN PEREZ DE LAZARRAGA PRIMER NOVELISTA Y POETA VASCO (1567)2 El hallazgo en una biblioteca madrileña de un manuscrito vasco del siglo XVI por parte del historiador Borja Aginagalde, Director del Centro de Documentación del Gobierno Vasco ubicado en el palacio Recalde de Bergara, ha sido en palabras del profesor de la UPV Joseba Lakarra, no sólo uno de los descubrimientos más importantes de estos últimos años, sino incluso algo inimaginable. Dicho manuscrito lo compró la Diputación de Gipuzkoa y en su presentación pública del 18 de febrero de 2004, lo colocó en Internet en su propio portal [www.gipuzkoakultura.net/iazarraga. MS Reserva 091 PERber. Koldo Mitxelena kulturunea.], poniéndolo a disposición de todos los interesados en la literatura vasca. Tuvo este descubrimiento un amplio eco en la prensa del País Vasco, en las columnas de estudiosos habituales de la lengua y la literatura vasca como Xabier Kintana, Henrike Knor, Martín Anso, Xabier G. Arguello, Jon Kortazar, David Taberna, Alberto Barandiarán y Pruden Gartzia que inmediatamente dieron su opinión sobre dicho manuscrito. Tras unos meses de dedicación intensa y exclusiva hemos tenido el honor de realizar y presentar este mismo año de 2004 la primera edición de dicho manuscrito gracias a la labor de la editorial Erein. Dicha obra consta de introducción (pp. 1-70), transcripción moderna (pp. 71-255), índices (257-278), aparato de 730 notas, bibliografía (pp. 279-285), ilustraciones y fac-simil de dicho manuscrito que consta de 51 folios. Aquí intentaremos resumir lo expuesto en dicha edición. Juan Pérez de Lazarraga nacido en Larrea (Álava) hacia 1548 y muerto el 11 de abril de 1605, no es un desconocido, ya que era conocido con el sobrenombre de El
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RLLCGV, 2004, 165-170.
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Poeta. Era oriundo de Oñate y descendiente de Juan López de Lazarraga que fue secretario de los Reyes Católicos. Señala Ángel Allende Salazar en su Biblioteca del vascófilo [1887:283], que: Landazuri en sus «Advertencia á la historia de Álava» dice: «Lazarraga dejó un dilatado manuscrito comprobando la mayor parte de su narración con do cumenlos literales estampados á su continuación. No se extendió á otra parte alguna de las que integran la historia de Álava, que a escribir de su gobierno político, sin hacer expresión de la antigua y moderna geografía, historia civil y eclesiástica, varones ilustres y todo lo demás de que se necesita para dar una completa historia de cualquier provincia». Elogia al autor por su sólido juicio y laboriosidad; sin embargo, le nota algún defecto y mucha omisión de noticias importantes, y el uso á veces, sin conocerlo, de algún documento supuesto. Floranes, en su «Carta al P. Risco sobre San Prudencio, obispo de Tarazona» habla de Juan Pérez de Lazarraga, señor del palacio de Larrea que escribía por los años 1593, y que presume el Sr. Muñoz y Romero sea el mismo. Floranes no cita esta historia, pero sí un manuscrito muy extenso, en que se trata de su genealogía, y por incidencia de la provincia de Álava. De dicha genealogía existen varias copias. Una de ellas es un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid (MS 11263/7) de la que hemos podido extractar algunos datos sobre la vida de Lazarraga. También hemos consultado el Archivo Diocesano de Vitoria para completar un breve esbozo biográfico. Resumiendo dichas noticias más las que se deducen de la lectura atenta de los poemas del manuscrito euskérico sabemos que Juan Pérez de Lazarraga nació hacia 1548, que su padre Pedro Pérez de Lazarraga estuvo casado con Graciana de Naharria primero y Elena López de Erdoñana después, y que murió en 1564. Que él se halla en Madrid en mayo del 1567, que ya se había casado para el año 1577 con Catalina González de Langarica que tuvo una hija casada con Juan Velasco, y que murió el 11 de abril de 1605. El manuscrito, que dada su paginación de 1138-1204, tal vez formara parte de la gran Historia de Álava, escrita por Lazarraga y que no conocemos, consta de dos partes. 26
Una primera parte escrita en prosa en la que falta el comienzo, el final y tiene destrozos considerables, nos presenta una imitación de la Diana de Jorge de Montemayor. Y su segunda parte se halla formada por una colección de XLVl poemas, de los que nueve se hallan escritos en castellano y el resto en euskera. Como es sabido Jorge de Montemayor (1520-1561) fue un escritor portugués al servicio de la hija de Carlos V, María de Austria, que publicó diversas obras entre ellas: Cancionero (1554), Segundo Cancionero y Segundo cancionero espiritual (1558) y Los Siete Libros de Diana (1559). Esta última obra fue considerada como modelo de las novelas pastoriles de la época, a la que imitaron y tradujeron tanto autores españoles como extranjeros. Entre los imitadores se hallan Alonso Pérez, autor de La Segunda parte de la Diana (1563) y Gaspar Gil Polo con su Diana enamorada (1564). Entre las traducciones como señala Eugenia Fosalba - en su tesis sobre ediciones, traducciones e influencias, las hubo al latín, al francés, al italiano, al inglés, al alemán y al catalán. Al analizar Máxime Chevalier'' el éxito de las Dianas considera que entre otras razones se halla la avidez de lectura de las damas de la época, y que en ella tuvieron que ver tanto la importancia de las mujeres en las disputas de amor de dichas novelas, así como el bucolismo. Éste estaba de moda en la corte castellana, y se hacía eco contradictoriamente del dicho, menosprecio de corte y alabanza de aldea. Así la reina Isabel de Valois, la princesa Juana y las damas de la corte en las mascaradas que tuvieron lugar en 1564, se disfrazaban de pastores, magos, ninfas y sátiros siguiendo a la diosa Diana, cual si la realidad buscara imitar a la literatura''. En la Dianea de Lazarraga ha habido una clara imitación de la de Montemayor pero con unos arreglos. Se han cambiado por ejemplo los nombres de los personajes que participan en la novela del siguiente modo: Montemayor, La Diana (1559)
Lazarraga,
Dianea (1567)
Sireno
Sirena
Silvano
Silverio
Selvagia
Silvia
Dorida
Dorido
Arsileo (Persona)
Arsileo (Ciudad)
Felicia (sabia)
Narvaez (sabio)
Marte
Marte 27
Cupido
Cupido
Salvajes
Salvajes
—
Clarián
Narvaez es un personaje que aparece en la novelita El moro Abindarraez y la bella Xarifa que se editó junto a La Diana en Valladolid en 1562, y Clarián es otro personaje pero de la novela de caballerías de Gabriel Velázquez titulada Clarián de Landanis (Toledo, 1518), donde como en la Diana aparece el espejo mágico. El tema central se puede resumir en un estribillo de un villancico que se hallaba muy de moda en la época: Amor loco, ¡ ay, amor loco! Yo por vos y vos por otro. Las cuitas que conforman el círculo amoroso son las siguientes: Silverio se halla enamorado de Sirena que a su vez lo está de Doristeo (a veces llamado Dorido) y éste de Silvia, que se halla enamorada locamente de Silverio. Podemos representar la historia en el siguiente círculo: Silverio > Sirena > Doristeo/Dorido > Silvia > Silverio... Como señala Marcelino Menéndez Pelayo en sus Orígenes de la novela (1905), la Diana de Montemayor es la mejor escrita de todas las novelas pastoriles, por su estilo culto y sin afectación. Aunque la prosa vasca al parecer no se hallaba muy trabajada literariamente, — si exceptuamos la traducción del Nuevo Testamento por Joanes Leizarraga (La Rochelle 1571)—, y el imitador no era sino un joven de unos dieciocho años, no deja de ser interesante esta novela escrita en euskera, la primera novela vasca, redactada en el dialecto nororiental de Álava, que coincide en sus rasgos lingüísticos fundamentales con la variante occidental, es decir, con el vizcaíno, y que presenta unas pequeñas variantes respecto a otros dos textos vascos alaveses del siglo xvi, conocidos: el Dictionarium Linguae Cantahricae de Landuccio (1562) y la Doctrina Christiana de Betolaza(1596). El manuscrito de Lazarraga tenía vocación de libro, aunque por desgracia tuvo que esperar más de cuatro siglos para ser impreso, ya que dice en el folio 46v: Porque este librico ha de andar por el mundo a donde aunque haya muchas personas que entiendan mejor que yo lo sabré decirlo. En el contenido habrá hartas que teman deseo de lo saber, me páreselo no ser 28
cosa superflua al cabo desta hobrecilla dalle entender a los tales subjetandome en todo a los deseos y discretos para que suplan y corrijan mi ignorancia. Quiero decir, que van en algunas coplas algunas autoridades y nombres castellanos ansí métricos como prosaicos, las cuales aunque como arriba digo hay muchos que las entenderían, habrá también hartos que no estarán en cuenta de lo que por ellas o en ellas quiero decir, por no haber leído la historia y origen dellas y en lo que toca a lo significado dellas. Digo. Es clara, pues, la confesión de las fuentes castellanas del autor y de sus deseos frustrados de que el librico andará por el mundo. El resumen de los poemas por temas y lenguas es el siguiente: -
POEMAS
-
EUSKARA
-
CASTELLANO
-
TOTAL
-
Amorosos
-
24
-
2
-
26
-
Burlescos
-
6
-
2
-
8
-
De refranes
-
1
-
—
-
1
-
Crónica
-
2
-
—
-
2
histórica -
Religiosos
-
4
-
5
-
9
-
TOTAL
-
37
-
9
-
46
Un total de aproximadamente 2.860 versos, entre los que sobresalen los amorosos. Precisamente el primer poema del Cancionero de Lazarraga , —podríamos denominarlos así—, está compuesto en honor del Amor "Amoriozko errege jaunaren omenez". En él se ve cómo los nobles de Guevara, Ozaeta, Eredia, Ezkerekotxa, etc., se hallan reunidos con sus damas para celebrar las justas del amor, lo que sería habitual en la pequeña corte de los Guevara. También tiene versos muy habituales en los pliegos sueltos de la época como los de la Bella malmaridada. Son mencionados también Macías O namorado famoso gallego, servidor de Enrique de Villena, prototipo de mártir del amor. Existe un poema que es una protesta de una jovencita contra su padre porque no la quiere casar y se halla escrito en la línea de la canción compuesta por el músico de la
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corte de Carlos V, Comelius Canis (Gante, 1506-1562) en francés, cuyo primer verso es Mariez moy, mon père. Y así como hay algún poema sobre la Bella malmaridada no falta tampoco el de la Bella malmonjada, tema también tópico en la época. Es curioso reseñar que no todos los poemas que aparecen en el Cancionero se hallan inéditos, pues nos encontramos con un poema en castellano [XLIII], que es la transcripción del pliego suelto titulado. Glosa sobre el romance De la mia gran pena forte... Una pregunta razonable sería, si ese pliego suelto fue obra de Lazarraga, aunque si se tiene en cuenta que ese pliego se halla junto a Las Coplas de los Comendadores por mi mal os vi, editados en el Cancionero llamado Flor de Enamorados (Barcelona 1562), y que en ese año tendría unos catorce nuestro poeta parece un poco difícil fuera su autor. Aunque también es posible que dicho pliego no fuera de ese año, por lo que la interrogante quedaría en pie. Es interesante también la Canción-Crónica sobre la Quema de Salvatierra (1564), compuesta en la navidad de ese mismo año, y al parecer para cantar sobre la melodía conocida de Antes era el día/ya salía el lucero, que se halla en el Cancionero de La Colombina.''
Al alba venid. Música profana del renacimiento español. Marta
Almajano. Ensemble La Romanesca. Dr: José Miguel Moreno. Glossa Music, Fundación Caja de Madrid, 1996. Entre los poemas religiosos es de destacar que nos hallamos en el manuscrito con el primer villancico vasco, que es imitación de otro que fue recogido por Francisco de Ocaña en su Cancionero. Y su melodía sería la que recoge Francisco de Salinas en su famosa obra De Música lihri septem (Salamanca 1577), que se refiere Al tono de No me le digays madre a Fray Anton/Buenas nuevas Buenas/Perucho y Antón. Dicha melodía se puede escuchar en el portal de internet señalado abajo. También hallamos entre los poemas religiosos uno sobre el último juicio, otro sobre María Magdalena, etc. Resumiendo mucho concluiríamos que Joan Pérez de Lazarraga bebe fundamentalmente de tres fuentes. Una es la Biblia y la literatura religiosa de la época. Otra los cancioneros de los siglos xv y xvi, que a su vez recogen los modelos italianos y éstos los grecolatinos. Y en tercer lugar la veta popular, que pone en contacto al poeta con la naturaleza, su terruño y sus costumbres tradicionales. 30
Es de resaltar también que en dicho Cancionero nos encontramos con tres poemas escritos con otro tipo de letra y lengua (XXXIII, XXXIV, XXXV), que fueron escritos por una mujer, María Estibaliz de Sasiola, perteneciendo este apellido a una familia noble originaria de Deba y Zumaya (Gipuzkoa). Estos tres poemas se pueden considerar amorosos aunque tienen más de laudatorios, y podemos hallar en ellos fórmulas de canciones populares, como: Mendi altuan erurra dago/Aran baxuan eguzki... [Hay nieve en lo alto y luce el sol en el valle...], y Etai lelo yhai lelo... que aparece también en Detxepare, y es un remedo del Helo, Helo castellano. Estos poetas del Renacimiento vasco a ambos lados del Pirineo, el navarro Bemat Detxepare, el alavés Joan Pérez de Lazarraga, y la guipuzcoana Estibaliz Sasiola, aun siendo cultos por su formación, — no hay que olvidar el fresco del palacio de los gizones de los Lazarraga en Zalduendo (Álava) donde se ve a una mujer leyendo—, está claro que son poetas del pueblo, ya que se expresan en su lengua natal, la de la mayoría de su época: el euskera.
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LA COPIA DE GIROLAMO DA SOMMAIA (C. 1600) DE REFRANES Y SENTENCIAS COMUNES EN BASCUENCE, DECLARADAS EN ROMANCE... (1596)3 Girolamo da SOMMAIA (Firenze 1573 – Pisa 1635) Nieto del político, filosofo e historiador Francisco Guicciardini (Firenze 1483 – Arletrire 1540), se licenció en De utriusque iure por la Universidad de Salamanca donde permaneció de 1599 a 1607. Dejó un Diario (1603-1607) editado por George Haley (Diario de un estudiante de Salamanca...1979) que supone se perdió la primera parte donde narra su estancia en dicha universidad. El diario es obra importante como fuente histórica sobre la vida salmantina de la época porque menudea informaciones difíciles de conseguir por otras fuentes, sobre todo económicas, pues su diario es ante todo un libro de cuentas en que apunta cuidadosamente los precios que paga por todo: libros, ropa, comidas, piezas teatrales de los corrales de comedias (copia incluso los títulos y precios de aquellas a las que no asistía)... Hace una descripción curiosa del ambiente cultural y de sus relaciones sociales: los Anaya, los Maldonados, el conde Monterrey… Pedro Gómez -el barbero-, sacerdotes, menestrales, las predicaciones, los entresijos de la vida universitaria, sus relaciones con prostitutas (Petrona, Belisa, Francisca di Salas… "per dolcitudine… 4 reali"), hasta detalles muy íntimos (In somniis emisi seminem). El estudiante poseía una buena posición económica que le permitió alquilar una casa a la que invitaba a compañeros de estudios, amigos e influyentes miembros de la sociedad local, entre ellos eruditos y literatos a los que frecuentaba, como Ambrosio Alemán o Lorenzo Ramírez, con quien cambiaba voluntariamente libros e impresiones.
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Avance del estudio en elaboración.
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En 1604 el joven y prometedor jurista Juan Solórzano Pereira (que obtendrá en 1606 la prima cátedra de leyes) le hizo leer en primicias su tratado sobre el parricidio, Parlai a Solórzano del suo libro de Parricidijs. Da Sommaia era un apasionado del teatro y buen conocedor de varias lenguas: español, francés y estudiaba el inglés, experto jugador de cartas; también era muy devoto y participaba regularmente en todas las ceremonias religiosas anotando el contenido de los sermones o de las lecciones universitarias de Teología. Incluso anotaba los pecados de que se confesaba, no sólo por sus excesos sensuales con ragazze compiacenti, sino de sus lecturas heterodoxas: «Confessai con fra Lamberto – scrive il 10 novembre 1606 – ventiuna fornicazione. Baci. Il Bodino. Il Machiavello. Le scritture di Benetia». Leía escritos que circulaban clandestinamente por Salamanca, como las Relaciones del ex secretario de Felipe II de España, Antonio Pérez, portadoras de una dura crítica al gobierno absoluto, de las cuales hizo copiar numerosas hojas. Mostraba un especial interés por las instrucciones y tratados sobre gobierno, como las de Carlos V a Felipe II, las Advertencias de Escipión de Castro a Marco Antonio Colonna, la Utopia de Tomás Moro, el De Rege de Juan de Mariana, adquirido en 1604 junto al De ponderibus et mensuris del mismo autor por 8 reales. También anota las intervenciones de la Inquisición: «Mandò la Inquisition recoger il quarto tomo del padre Francisco Suárez sopra la terza parte di Santo Tomás», como escribe el 1 de abril de 1606. Aunque frecuentaba las bibliotecas del Colegio de Salamanca, su disponibilidad económica le permitió adquirir muchos libros, sobre todo de derecho canónico y civil. Pero su verdadera pasión eran los clásicos grecolatinos, las relaciones de viajes, la historia y la literatura española y del Renacimiento italiano; leyó las obras de Luis de Góngora, los Sueños de Francisco de Quevedo, La Celestina de Fernando de Rojas, las comedias de Lope de Vega y, en 1605, la primera parte del Quijote de Cervantes apenas impresa y todavía en rama, sin encuadernación. Tuvo relación también con el librero flamenco Juan Connan y con Juan Contreras a quien presta 5 libri: Epitecto, Galateo Español, Refranes, Romancero, Fiestas de Carnestolendas (1605-VIII-14). Entre los profesores y alumnos tuvo relación con navarros y vizcainos. Pedro Arisbe, de la diócesis de Bayona, y copistas y mayordomos como Irazabal (probablemente vergarés, v. Archivo de Bergara hasta 1605 , y posteriormente Juan de Arralde (Juanito Navarro), Sancho Hurtado, Juan de Heras, Juan de Uriath (Uriarte?) (per copiare poesia del Fraile Benito in due quaderni (1606-VI-30); al biscaino (Juan 34
de Heras) per comprare fogli. Reali 30.); al licenciado Sancio Hurtado neri quello tenevo di suo: 2 fogli , 1 di Roncesvalles et altro di Biscaya o tierra de Vascos copiati (11-V-1606 ); al biscaino per copiare le ragioni di Gesuiti sopra il non passare a India altri religiosi.... Cuando volvió a Italia trabajó para el Vaticano en una Abreviaduría de Pisa, y en esta ciudad fue director del Studio, siendo de su incumbencia la administración de profesores y alumnos, el calendario escolar y la censura y selección de textos. Tuvo también buena relación con el astrónomo Galileo Galilei. Sus manuscritos se hallan en el fondo Magliabechiano de la Biblioteca Nacional florentina, pues tras su muerte en 1635 pasaron a poder del erudito Anton Francesco Marmi (Florencia 1665-1736), bibliotecario de Cosimo III de Medicis, siendo éste quien los dispuso en la biblioteca florentina que pasó a ser pública en 1747. Ésta hoy día contiene más de cuatro millones de libros, 80.000 periódicos, 35000 incunables y 24.000 manuscritos. Entre dichos manuscritos se halla en la denominada Miscelánea Hispánica (MS Cl. VIII, 25 (Marmi) NC 21. f. 95r-113v) la copia de la obra que el impresor Pedro Porralis de Amberes editó en Pamplona en 1596 bajo el título de Refranes y Sentencias comunes en Bascuence, declaradas en Romance con números sobre cada palabra, para que se entiendan las dos lenguas. Por desgracia, este manuscrito recoge solo los refranes en castellano, excepto uno que dice Conocer las carnes su carne. Ezaun araguiac, vere araguia. (f.107; RS 369). Existen unas mínimas diferencias entre la copia y el original. Así: “obero” que según J. Lakarra (1996:330) es un happax, se copia como “obrero”, Saruc bat uste / tresnatcen dauenac beste, “Uno piensa el obrero, otro quien le apareja”, (f. 106; RS 335) ; Aotic bero ezac labea eta çarra, “Por la boca calienta el horno y el viejo”; Por la boca calienta il forno, y el viejo, (f.106v; RS 355); esta diferencia el horno / il forno se repite en el f. 111, RS 488; y en el f. 112 transcribe principale, por principal, RS 507). Falta la transcripción de RS 511, y la contabilidad del copista no va de la mano del original ya que le salen 548 refranes cuando según las cuentas habituales sólo hay 539. Este hallazgo viene de algún modo a echar un poco de luz en la falta de noticias casi absoluta que se tenía de dicha obrita hasta que el vascólogo Wilhem Jan van Eys descubrió dicha obrita en 1894 en la biblioteca ducal de Darmstadt, y la reeditó cuasifacsimilarmente en 1896, en Ginebra. 35
La afirmación de Luis Michelena, me atrevería a afirmar que tal vez escapa todavía a nuestro conocimiento una buena mitad del original que fue manejado en los talleres que tenían en Pamplona Pedro Porralis de Amberes, teniendo en cuenta esta copia mandada realizar, o hecha por el mismo Girolamo da Sommaia, — con lo que se explicaría algun italianismo—, podría ser también sujeta a revisión.
Manuscrito de Girolamo da Sommaia (c.1600 ) Biblioteca estatal de Florencia (MS Cl. VIII, 25 (Marmi) NC 21, f. 95r-113v)
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INTRODUCCION A LAS FARSAS CHARIVARICAS VASCAS4 Yo me reí mucho con aquella farsa. Encontré a la gente de Añoa de muy buen humor, y el sacristán, Dominique Elissalde de Elissagaray, y su colaborador, Juan Pedro de lrunberry Mz. parecieron dos plautos campesinos Pío Baroja, El amor, el dandismo y la intriga. (1922)
1.- DE LOS DIVERSOS NOMBRES CON QUE SE DENOMINAN LAS FARSAS. Ya que todo lo nombrado existe, como reza un viejo refrán vasco, y es la sombra de lo que denomina, según otro, iniciemos nuestra breve introducción con el estudio de los diversos nombres que reciben en el País Vasco las farsas chariváricas. Charivari en francés, cencerrada en castellano, esquellotada en catalán, calhabari en occitano, astolasterrak en euskara. Estos y otros diferentes denominan en Europa y el resto del mundo algunas de las ceremonias y ritos que sancionan y festejan las segundas nupcias. Según Dauzat' la palabra charivari aparece ya en el siglo XIV Y deriva del bajolatín, además de hallarse relacionada con la griega karebaria "dolor de cabeza' ', Variantes de la misma aparecen entre otros muchos testimonios medievales y renacentistas en La Faree du Maitre Pathelin, y en Gargantua et Pantagruel. No obstante, Rey-Flaud' opina que se trata de una palabra relacionada con la caza primitiva y que es de origen onomatopéyico. Los nombres que reciben en vasco son muy diversos. El primero es el de asto lasterrak, astolasterkak, literalmente "carreras de burros", nombre con el que se cita en 4
MUNDAIZ, Universidad de Deusto, Donostia, 1988, 31-38.
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una farsa cuyo título es Juanik Hobe eta Arlaita', representada en Olhaibi en 1788. Pierre d'Urte, escritor nacido en San Juan de Luz (1664), capuchino convertido al protestantismo Y exiliado en Londres tras la revocación del edicto de Nantes (1685) en su diccionario nos traduce "asinaria" como astobastakomedia', Y aunque sea de paso, es de señalar la semejanza que guarda la Asinaria de Plauto con las comedias suletinas. La palabra astolasterra pasó metonímicamente de significar parte del espectáculo al conjunto de la fiesta. Galarrotsak es otro de los términos. Sobre su significado etimológico se barajan dos hipótesis. La primera es la de Lhande', lingüista y novelista de principios de siglo que la hace derivar de gare, goare, joare "campana" y de otsak "sonidos", es decir, "sonidos de campanas". La segunda es la de J.M. Iribarren", etnólogo y folklorista navarro que supone procede de galar "árbol viejo" y de arrosak "rosas". Palabra que al parecer utilizaban los vecinos de Valcarlos. Zintzarrotsak, zintsarrot, zintzerroak jo son otros modos y expresiones con que se conocen las farsas que tienen como base la palabra zintzarri "campanilla", al parecer relacionada con la castellana "cencerrada", de origen onomatopéyico según Cororninas' Karrosak, toberak, tobera-mostrak, tupina, thupina-itsu, turutak, tutak y trajeriak son otros nombres más que reciben las farsas, en cuyo comentario no nos extenderemos a causa del espacio. Sólamente señalaremos que los de más uso, son el de Toberak' y el de Galarrotsak. Este último es el que recibe el festival de teatro vasco de Hazparne, que se celebra actualmente.
II.- DE LAS DIFERENTES HIPOfESIS SOBRE SU ORIGEN. Pocos son los críticos de la literatura vasca que se hayan interesado en el origen de las farsas, y quienes lo han hecho de modo tangencial se han conformado con vaguedades del tipo: L'origine du charivari remonte si loin dans le passé qu 'on ne saurait fixer une date, méme aproximative, it son apparition', Puntualiza algo más el profesor Juaristi cuando dice: Posiblemente la tradición teatral de Soule podría remontarse a los siglos XVI o XVII, pero no existen noticias de la misma hasta finales del siglo XVII/lO. Mas con ello indica no haber leído la bibliografía que él mismo cita, ya que en las páginas iniciales de su obra sobre le charivari Charles Desplat" nos da un texto de Jacques de Bela (1586-1667), en el que este abogado protestante mauleonense 38
denuncia un charivari celebrado en Donapaleu. Acto que los jueces habían de castigarlo por ser una costumbre pagana y contraria a la moral. A comienzos del siglo XVII, el juez del Parlamento de Burdeos e inquisidor de triste recuerdo, Pierre de LANCRE, escritor brillante e iluminado, nos habla de que los jóvenes labortanos ne manquent jamais de jaire un Evéque, et en leurs jeux un autre Abbé de Maugouver. Or tout cela n'est que prendre le nom et rendre ridicule le mystére", Maugouver no es sino la forma abreviada de Mauvais Gouvernement, "mal gobierno" con que eran conocidas en todo el sur de Francia las sociedades alegres que se encargaban de organizar las fiestas populares. El hispanista George Hérelle, uno de los mayores conocedores del teatro popular vasco, asegura que este tipo de organizaciones existía en el País Vasco en la Edad Media y que esta costumbre se halla tan profundamente arraigada en su sociedad que aflora en pleno siglo XX con gran vitalidad cuando se trata de revivir dichas costumbres medievales y ancestrales". Las farsas, sin embargo, tuvieron un enemigo constante en las autoridades eclesiásticas y civiles. Julio Caro Baroja" menciona las constantes prohibiciones del Parlamento de Navarra durante todo el siglo XVIII, lo que indica su propia vitalidad, y Lebrun 15 por su parte nos ha señalado las diferentes condenas de la iglesia desde el siglo XIV (Lyon, 1321) hasta el siglo XVIII. A pesar de estas prohibiciones el charivari era considerado como consecuencia del "droit de pilote", derecho que todo viudo en segundas nupcias debía pagar. Esta sanción popular fue prohibida en el Rosellón el año 1300 por Jaime 1, y en Francia definitivamente con la Revolución Francesa, aunque al estar tan enraizada la costumbre era dificil que el poder desautorizara rotundamente dichas fiestas, como en el caso de la licencia dada por Louis Napoleon Bonaparte el año 1848 a la juventud de Heleta a fin de que pudiera s'amuser et de rire a ce sujet tant qu'illui plaira", Esta condescendencia de la autoridad civil tiene sus precedentes en la Edad Media, ya que por ejemplo Analrico de Credomio, senescal del Ducado de Vasco ni a en 1315, ordena que si al~uno fuera hallado en adulterio currant villam secundum quod est jieri consuet ... 7, es decir, debería sufrir la farsa charivárica o pagar diez libras, as cuales habrían de repartirse entre el rey y los jurados de la población. Henry Rey-Flaud, en la obra anteriormente citada, considera que la ceremonia que se inicia bajo la ventana de los charivarizados no es sino la renovación de los actos ancestrales de los hombres salvajes, los señores de la selva, lupercos o Gandharva, que tras cercar la aldea y castrar a los hombres de la misma, violaban y raptaban a las mujeres del lugar. El rito charivárico no es sino un vestigio de una ley que se halla más 39
allá de la historia, un recuerdo de una época en la que los hombres cazadores gozaban de una libertad sin límites. Sin remontarnos tanto en este túnel del tiempo, sí es cierto que la farsa charivárica se puede considerar junto con la cencerrada como una norma que restringe el movimiento de las mujeres y que asegura la continuación de los clanes y los linajes. Julio Caro Baraja, por su lado la considera como una inversión de los rituales eclesiásticos, a la vez que una especie de desagravio a la memoria de los muertos. En la interpretación de ley no escrita coinciden Desplat y Rey-Flaud al considerar que estas instituciones populares, oficiales o resultado de un acuerdo tácito, ofrecían a la sociedad de la época un módulo de comportamiento, una defensa de la moralidad pública. Creadas en la antigüedad remota, transformadas a través de los siglos, formaban parte junto con los demás reglamentos, costumbres, fueros y leyes de las naciones y estados vascos un corpus legal completo. Por tanto, las segundas nupcias que eran consideradas con cierta tolerancia por los poderes oficiales tendrán una respuesta condenatoria a través de las farsas. Estas, sin embargo, con el paso del tiempo fueron dulcificándose, y si la pareja, causa del escándalo y su correctivo, no lograba comprar el silencio de los jóvenes convertidos en jueces de la moral pública mediante el pago de una sanción estipulada, ya no eran ellos mismos los actores de la farsa, ni eran corridos por las calles expuestos a la vergüenza pública, sentados del revés y atados a la cola de los burros, o sobre una carroza tirada por burros, o expulsado de la población y quemadas sus huellas con paja en una liturgia purificadora, sino que eran unos actores ya habituados a las fórmulas teatrales los que parodiaban las relaciones matrimoniales escandalosas.
III DEL ANONIMATO Y DE ALGUNOS AUTORES CONOCIDOS Una de las características fundamentales de la literatura popular medieval ha sido la de ser una literatura sin nombres, sobre todo en el género de la épica, y lo mismo podría decirse del teatro, ya que aún teniendo documentación fehaciente sobre su existencia pocos son los autores e incluso los textos que nos han llegado de esa época. Teniendo en cuenta que las farsas dieron lugar a denuncias y a juicios delante de los tribunales, e incluso a venganzas sangrientas, no es extraño que los autores de las mismas quisieran permanecer en el anonimato, y que incluso los manuscritos que 40
sirvieron de base a las representaciones, que tenían gran parte improvisada, fueran arrojados al fuego. Con todo, nos han llegado algunos nombres de autores como el de Oxamendi d'Arrosa" que intervino en una "karrosa" en el pueblo de Hortzaitze en 1766. Uno de los más conocidos, sin embargo, fue Pierre Topet Etchahun", el poeta más romántico y trágico de la literatura vasca, autor de diversas canciones utilizadas en las farsas, y que incluso nos han llegado hasta hoy por tradición oral. Piarres Adames, coplero conocidísimo en la primera mitad del siglo XIX, y sobre cuya vida Jean Baptiste Elissamburu escribió una novela que es considerada de las primeras y mejores de la literatura vasca". Jakes Oihenart, nativo de Uharte- Amikuze, autor de la farsa Kaniko eta Belxitine", que se ubica en la época de la revolución francesa, y que es autor de diversas pastorales de título tan conocido como: Roland (1927), Aymonen lau semeak (1951) Y Santa Helena (1854). Joanes Oxalde" de Bidarray, guarda forestal y emigrante por poco tiempo en Argentina, poeta laureado en los Juegos Florales de Sara (1868, 1878), Mauleon (1880), San Juan de Pie del Puerto (1894), y que participará durante más de cuarenta años en casi todas las fiestas, bodas, partidos de pelota y toberas que se representen. Jean Baptiste Hardoy, también guarda forestal, autor de Belkader, Afrikako erregea, y de Tuduk Anam-eko enperadorea, obras perdidas, así como de la única preceptiva del modo en que se han de representar las farsas, que ha llegado a nuestros días. Larramendi (1892), Ibarrart (1919), Agerre (1929) no son sino algunos nombres más de los actores principales de los charivaris que durante siglos se han representado y que aún hoy se representan aunque de modo mucho más esporádico en el País Vasco.
IV.- DE ALGUNOS TEMAS COMUNES Y DE OfROS PARTICULARES Como hemos ya indicado es difícil hallar los textos de las farsas y por tanto establecer un catálogo completo de temas, a pesar de lo cual intentaremos establecer los temas más sobresalientes Y otros adyacentes. Cuando la noticia de que un viudo iba a adquirir nuevas nupcias, o de que un viejo solterón iba a casarse con una joven se extendía, la juventud reunida iniciaba los preparativos de la fiesta, haciendo acopio de cencerros, pucheros, cacerolas, cuernos y otros instrumentos ruidosos. Con un coplero al frente, y generalmente de noche se 41
dirigían a la casa de los futuros esposos, o de los causantes del escándalo, cantándoles y vociferándoles del modo más grosero, a la vez que colgaban de un árbol cercano un gato que no dejaba de maullar. Katzenmusik, música de gatos, es precisamente el nombre que recibe en alemán el charivari. Y después, se anunciaba la celebración de la farsa. Uno de los temas básicos de éstas es el de las peleas conyugales como en la farsa titulada Bala eta Bilota", matrimonio donde las viejas inquinas entre los vecinos bearneses y suletinos se presentan de un modo totalmente descarnado, y donde la mezcla de lenguas entre marido suletino y mujer bearnesa es constante, pudiéndose considerar casi como obra bilingüe. La infidelidad conyugal y las menciones de todo tipo de "adarrak", cuernos, son constantes como en Bubane eta Xiloberde", Generalmente, es el pobre anciano quien sale malparado, abofeteado, insultadov y lleno de escobazos y agravios. Son frecuentes las apariciones de hijos bastardos, e incluso se da la mención de un aborto en la farsa Ardeatina eta Ludobina", En Agardentegilea eta bere emaztea" los que serán juzgados serán un hacedor de aguardiente y su joven y coqueta esposa, quienes serán amenazados de galeras y de expulsión del lugar. El cura Belot "el que duerme sólo", es un personaje cómico que aparece en diversas farsas, tales como Mehalzu eta Benus, Saturno eta Benus, y Malkus eta Malkulina. Así como él, los curas serán criticados por diversas razones: porque las mozas de hoy no sirven sino para el solaz de los curas", porque no piensan sino en la panza y en el dinero, y porque sus latinajos son incomprensibles para el pueblo bajo. Los actores de la farsa, por tanto, ejercen su crítica de los poderes establecidos, tanto en la Iglesia como del Poder Civil, allí donde desde siempre, y sobre todo durante la Edad Media ha gozado de su contrapoder: en la calle, en la plaza pública y en el espacio teatral. El tablado que muchas veces se alzaba en el frontón frente a la Iglesia y el Ayuntamiento. Tienen, pues, clara conciencia de que sus temas de diversión no tratan como las pastorales, de viejas historias de reyes y príncipes, papas y santos, extraídos de los libros de hagiografía o de historia, sino de la vida cotidiana. La vida ordinaria, llena de necesidades, peleas, enfados e infidelidades, es más real, dura y cruda que aquella, y nada ni nadie de ésta, incluídos los curas, quedará libre de crítica áspera, acerba y a veces sangrante. Ricos y pobres todos serán objeto de farsa, y hasta incluso el mismo actor de hoy tiene plena conciencia de que si llega a romper la moral establecida por esa ley no escrita, él mismo podrá ser objeto de la siguiente farsa, en loor de la costumbre sagrada y de la diosa Risa. 42
V.- DE LA MUSICA, LA DANZA Y EL VESTUARIO Música, danza y vestuario son algunos de los aspectos sobre los que han insistido los eventuales comentaristas, más que en los rasgos lingüísticos y literarios. Uno de los estudios más detallados es el de lean Michel Guilcher", que nos cuenta cómo en Irisarri B. Larraburu organizaba paradas chariváricas y cabalgatas que llegaron a contar a veces de ciento cincuenta a doscientos participantes. Nos habla del baile denominado "kaskarot" o "moresque" que remonta como mínimo al siglo XVI, ya que fue éste danzado ante Eleonor de Austria en Bayona. Leamos ahora una descripción dada por el médico lean Etxepare, uno de los prosistas vascos más finos del XX, de un charivari celebrado en Hazparne en 1896, del que fue un ilustre espectador: Como siempre había cuatro jinetes: el capitán con su amiga (éste llevaba toda la vestimenta típica de la más bella doncella) y el oficial con la suya; los volantes, que llevaban sobre sus cabezas unos muñecos tan altos como feos y que los sacudían constantemente; las mujeres salvajes, marimachos armados de grandes tijeras; las blancas mujeres de talle ceñido y piernas incansables, ligeras y danzarinas, lanzadoras de tiernas miradas, las "kaxkarotak" todo cintas y ribetes, flores y dorados, desde la punta de las alpargatas hasta el cogote; tres jueces de luengas barbas y gruesos volúmenes bajo el brazo; dos ujieres desvergonzados; cuatro gendarmes; dos copleros; cinco o seis gitanos llenos de andrajos, los casados montados del revés sobre la grupa de dos burros; y, cómo no, la música de Donibane. Rojos, blancos, morados, amarillos, verdes, azules, pero sobre todo rojos que brillaban al sol adornaban todos los ropajes de la comitiva que se hallaba en cuatro filas alrededor de la plaza, fascinaban al espectador que no se saciaba de mirarlos.
De pronto se hizo un gran silencio entre la multitud y los copleros que habían subido sobre un improv~ado tablado montado sobre barricas, comenzaron a cantar y contar la historia' . Algo diferentes al modo labortano eran las farsas suletinas que seguían la liturgia pastoral, es decir, la dramaturgia semejante a la de los misterios franceses medievales, pero de modo paródico.
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La danza y la música, totalmente codificadas, eran parte fundamental del espectáculo y se hallaban preñadas de significados que el espectador traducía con claridad. Cada movimiento específico tiene su propia interpretación, y el conjunto forma un todo semiótico, que exige un estudio que no ha lugar en esta breve introducción. La diferencia fundamental entre la pastoral y la farsa, a parte de sus orígenes, ya que su dramaturgia es a veces coincidente, estriba en los temas y en el lenguaje que vamos a mencionar seguidamente.
VI.- DE LOS DIFERENTES REGISTROS IDIOMATICOS Así como el euskara asoma en algunas ocasiones en el teatro castellano o francés con una función fundamentalmente cómica creando el personaje de "El vizcaino" (Gaspar Gomez, ... ) o el de "Le poete basque" (R. Poisson ... )31, el teatro vasco ha creado también la contrafigura, cual es la del "muxhil"h o la del jendarme, castellano o francés que habla incorrectamente el euskara. Teniendo en cuenta que el País de Soule era una encrucijada de gentes, no es de extrañar que se mezclen sus respectivos idiomas, como en el caso del poema de Piarres Topet Etchahun "Eihartxe eta Miñau" cuya primera estrofa mezcla el latín, el francés, el castellano, el bearnés y el euskara. Las fórmulas latinas eran utilizadas sobre todo por los curas y los abogados. Los sermones y oraciones de los clérigos eran objeto de parodia, creando así una literatura cómica basada en juegos de palabras que segun Jacques Heers" se halla relacionada con las fiestas de los locos, y son parte integrante, según Mijail Batjin" de la literatura popular occidental, tal como se puede ver en esta estrofa vasca: Esterqus canis in ore vestro et lepus meus in ore meo. St Fouren lehen kapitulian ageri dira hitz horik oro" B
El uso de cada idioma se halla definido claramente por las características propias de los personajes. Así, hablan con frases en francés los gendarmes, notarios y abogados, es decir, la administración. El castellano aparece siempre en boca de los satanes y de los
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personajes de poca monta, y en algunas fórmulas de saludo como Ave María Purísima / Sin pecado concebida": El bearnés, a parte de ser utilizado en los insultos y maldiciones se usa también en algún caso con valor críptico, como en el discurso de despedida del cura Belot a los recién casados recomendándoles que se apresuren en su labor procreadora.
VII.- DE LOS VALORES LITERARIOS Y DE LA CRITICA En general los prejuicios morales han prevalecido en el momento de dar una valoración crítica y de editar los textos. Una muestra clara de ello es el hecho de que Julio de Urquijo, director de la Revista Internacional de Estudios Vascos (París, San Sebastián, 1909-1936), considerara el lenguaje de las farsas tan "libre y grosero" que no merecían se editaran, por lo que no les dio un lugar en su revista que editó los autores clásicos de la literatura vasca, Y que todavía muchos manuscritos se hallen sin estudiar ni publicar, exceptuando los editados por Gabriel Aresti, Txomin Peillen, Iñaki Mozos, y por mí. El romanista Georges Hérelle ya señaló en su día el interés paremiológico, lingüístico y etnológico de las farsas, a pesar de lo cual el desinterés de los estudiosos de la literatura vasca ha hecho que sean como en gran parte la literatura vasca, no digo una gran desconocida, sino una pequeña y extraña desconocida. Sólo se salvan algunos comentarios marginales como el del sacerdote Piarres Lafitte, escritor vasco de pluma sabrosa y juicio crítico acertado, que juzga de este modo las farsas: Le basque y est meilleur que dans les pastorales a sujet tragique: les poetes ne s'y échauffent pas en vane pédanterie: ils vont droit devant eux, rasant le sol, exágerant certes a la maniere de Rabelais, mais en termes clairs et sonares pris dans le trésor quotidien'".
He aquí, pues, una breve introducción del teatro vasco (y tal vez europeo) más antiguo, un intento de aproximación a las farsas chariváricas vascas que bien merecen un estudio más detallado y una edición total del corpus, comparándolo con temas y formas semejantes de la literatura europea y universal.
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5 LA
VERSIÓN
VASCA
DE
ABRAHAM,
DRAMA
LATINO
DE
HROTSWITA DE GANDERSHEIM (s. X) En recuerdo de María Jesús Lopez de Ayala, compañera inolvidable De los diversos estudios generales y particulares que he dedicado al teatro vasco, editados tanto en español como en francés, en inglés y euskera, (v. Bibliografía) se puede deducir una constante a través de los siglos: la literatura dramática en euskera es como un péndulo que se mueve entre la traducción, la adaptación y la recreación. En el punto de partida no faltan obras originales de autores franceses, italianos, escandinavos, americanos, ni españoles. Incluso podríamos afirmar sin gran margen de error que son los autores castellanos la mayoría, aunque no hay una línea de investigación en este sentido, ni casi en ningún otro, por desgracia. Sin embargo el mundo del espectáculo en el País Vasco es algo vivo y floreciente, lo que conlleva a una serie de contradicciones que sería interesante analizar y tal vez lo hagamos próximamente. Por ello nos ha parecido interesante presentar aquí el manuscrito inédito del siglo XVIII de la colección Campan-Latsague del Museo Vasco de Bayona, titulado Abraham y que sirvió de base a una representación dada en el pueblo de Altzabeheti (Zuberoa, País Vasco-Francés) el 19 de junio de 1773. Esta obra, aún inédita, es una versión libre de Abraham, drama latino de Hrotswita de Gandersheim, autora que nació hacia el año 935 y murió pasado el 973. Hija de familia noble, - era al parecer sobrina de Otton I-, recibió una educación esmerada y entró monja muy joven, donde tuvo como maestras a Rikkardis y a Gerberge, hermana de Otton, esposa primero de Louis IV y que fue después al igual que Hroswitha abadesa en el monasterio de Gandersheim.
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Aficionada a la lectura (Terencio, Virgilio, Estacio, Prudencio, Boecio, Alcuino...) y a la escritura, sus primeros trabajos literarios consistieron en versificar leyendas sagradas así como Gongolfus, Maria, De ascensione Domini, Pelagius, Theophilus, Basilius, Dionysus y Agnes. Parece ser que la leyenda de San Pelayo la recogió de boca de un cordobés, pero para componer las demás obras se balió de textos apócrifos como El Evangelio de San Juan y en historias ricas en sucesos milagrosos y pactos con el diablo que al parecer agradaban sobremanera a la noble poetisa. Sus últimas obras fueron de tipo histórico, tal que Gesta Oddonis I imperatoris, cuya coronación se dio el año 962, y Primordia coenobii Gandeshemensis. Pero todas estas obras no le hubieran dado la relevancia que tiene en la literatura medieval latina, si no hubiera compuesto las piezas teatrales que recogió en su Liber secundus: opera dramatica. Gran conocedora de los clásicos, es la primera autora que conocemos que imitara en el medioevo la obra terenciana. Como es sabido las comedias de Terencio se hallan entre las obras más leídas, estudiadas y apreciadas de los escolásticos, aunque no agradase a la moral estricta cristiana su espíritu libre. Por ello Hroswitha consiguió la fórmula para dar otro sentido a aquellas obras, y es que en vez de representar la lascivia de las malas mujeres celebró la castidad y el arrepentimiento de las mismas. Las fuentes de sus piezas teatrales se hallan, pues, en la literatura hagiográfica y como se dio cuenta de que en la comedia eran elementos relevantes los amores culpables introdujo éstos en dichas historias. Así Abraham y Paphnutius representan la conversión de dos meretrices. Otras dos tituladas Callimachus y Dulcitius tratan del triunfo de una casta señora y de tres vírgenes sobre los torpes asaltos de dos libertinos. En fin las dos últimas, Gallicanus y Sapientia, se sustraen a esta regla. Estos textos fueron descubiertos por el humanista alemán Conrad Celtes y editados en 1501. Celtes (Wipfeld, 1459-Viena, 1508) hijo de un leñador, a los dieciocho años huye de la casa paterna y se dirige a Colonia donde inicia sus estudios, los prosigue en Heidelberg en 1484 donde se introduce en el mundo de su maestro Rodolfo Agricola. Frecuentó igualmente los círculos intelectuales de Erfurt, Rostock y Leipzig donde editó en 1486 sus primeros poemas latinos y comenzó a dar lecciones de poética. Enseñó igualmente el griego. En 1487 fue coronado poeta laureado por el emperador Federico III en Nuremberg, siendo el primer poeta alemán en recibir esta distinción. Inmediatamente después de dirigió a Italia para conocer a los más señalados 48
humanistas de Pomponio Leto a Marsilio ficino. Tras pasar por Venecia se fue a Cracovia donde estuvo un par de años. Siguiendo el ejemplo italiano fundó academias en la ciudades más importantes. La primera fue la Solidalitas Rhenana creada en Heidelberg en 1491, pero la más célebre fue la Solidalitas Danubiana instituida en Viena en 1497. Celtes se consagró apasionadamente a la búsqueda de textos antiguos y conoció la suerte insigne de descubrir en el convento de Sankt Emmeran, cerca de Ratisbona un manuscrito que contenía los dramas latinos de Hroswitha, que como hemos dicho editó en 1501. Este mismo año llevó a la escena en Linz su obra El juego de Diana, y al año siguientes editó su mejor obra titulada: Amores. Hedonista refinada murió precozmente de sífilis, dejando tras de sí además de su varia obra (Cartas de humanistas, Table de Peutinger, Correspondencias...), su interés por el mundo del espíritu y su promoción creadora de estos estudios. En el siglo XIX el historiador del teatro Charles Magnin lo tradujo al francés, y lo editó exactamente en 1845 , pero como hemos señalado el dramaturgo vasco que remodeló el texto de Abraham y lo hizo representar en el siglo XVIII no pudo utilizar esta obra sino alguna otra que no conocemos. Por otro lado la versión vasca no es realmente una traducción literal sino que se separa bastante del original, hasta poder considerarse que casi es una recreación nueva. Respecto al autor no podemos por ahora, hasta que acabemos de realizar unas investigaciones en los Archivos Departamentales de Pau, sino deducir que sería nativo, dada la lengua que utiliza, del mismo Alzabeheti y que considerando el tipo de letra es suyo también el manuscrito de la obra teatral titulada La vida de San Eustachio, que se representó cuatro años antes, exactamente el ocho de septiembre de 1769. Por ahora se sabe bien poco de estos dramaturgos suletinos del dieciocho entre los que escapan del anonimato: Jean Espil (1701-1786), maestro de Mendi, traductor de la tragedia bíblica Esther de Jean Racine; Pierre d´Arhex de Larrañe, remodelador de la novela de caballería Jean de Paris (1760), o Bernard Etchebarne de Sarrikotapia que sigue de cerca Le Miracle de Clovis (1770), entre otros... Y es muy probable que aunque supiera latín no fuera cura, ya que las escenas licenciosas que aparecen en Abraham son numerosas, por lo que nos inclinamos más a que fuera algún colega de Jean Espil. Esta obra latina tiene como indica el hispanista George Hérelle, traductor de Blasco Ibañez y de D´Annunzio y a su vez gran estudioso del teatro popular vasco, una farsa entremezclada que teniendo en cuenta a los personajes principales titula Lerat y Rucila 49
COLLECTION CAMPAN-LATSAGUE.
La farce est mêlée à la
pastorale hagiographique de Saint Abraham ermite. Représentations connues : le 19 juin 1773, à Alçabéhéty; le 18 mars 1800 à Mauléon, avec la pastorale hagiographique à laquelle la farce est mêlée. He aquí el resumen del análisi dado por Hérelle. Lerat, el intendente del príncipe de Londres Leandre, se va al desierto a rezar junto a Abraham y su sobrina María. Cuando se hallan sólos Lerat fascina a María y consigue librarle de la tutela de su tío, pero luego la abandona. Ruzila se queja porque no encuentra amantes jóvenes y tiene que conformarse con un vinicultor bearnés, quien le paga cincos suses. Vuele a la semana el viticultor diciendo que tiene la bolsa llena y a pesar de no agradar a Ruzila pasan al cubículo. El bearnés alega que no puede ir a la taverna sin dibnero y se esacapa de Ruzila sin pagarle el estipendio. Lerat consigue tras enamorar a Ruzila, que trabeje para la señora del príncipe Isabel. Al encontrar ésta a los dos amantes abrazados expulsa a Lerat y maltrata a Ruzila. Llega Leandre que logra liberar a Ruzila de las garras de Isabel, y la manda a una casa de putas regentada por Clerisa. Arrepentida de su mal tratado envía Isabel a Cleona a buscar a Ruzila, y decirle que la recibirá con gusto de nuevo en palacio. Y aquí la farsa deviene en melodrama, según dice Hérelle. Vuelve Ruzila, pero mata a Lerat, así mismo confiesa a Leandre que su mujer lo engaña, y en consecuencia Leandre mata a Isabel. Posteriormente Ruzila, que está enamorada de Leandre, le confiesa que le ha mentido respecto a Isabel. Leandre desesperado se suicida. Los personajes de ambas piezas son los siguientes HROWSWITHA
EL AUTOR SULETINO DE ALTZABEHITI.
Abraham
Abraham
Maria
Maria
Ephrem
-
Um amigo de Abraham
-
El ostelero
Lerat Bi aingeru Leandre Isabela 50
Cleona Cleriça Rucila Es evidente que la farsa se há entremezclado com la historia santa, y podemos reseñar que no se trata de uma pastoral a pesar de que Hérelle la incluya en su Catalogue.... como el número 16 del Ciclo hagiográfico. Al menos no contiene las carcaterística típica de las pastorales: prólogo, batallas, satanes, epílogo... Pero en el resto sigue claramente la línea argumental de Abraham, es decir, los viajes al desierto, la fonda... en la que entra el ermitaño disfrazado para convencer a su sobrina que vuelva a la vida santa. Comparemos la traducción de Migne con la versión vasca del adapatador suletino: ABRAHAM.─ Où est votre pudeur virginale? Où est votre chasteté admirable? MARIE .─ Perdue. MARIA .─
Oh, aitetaco trendena Ginco salbaçalia, Galdu dut ene floria Ainu galdu bicia. [b.95]
Como hemos señalado este manuscrito titulado Abraham eta Maria, se representó el 19 de junio de 1773 en Altzabeheiti (Zuberoa) y suma 540 estrofas. Y si la monja alemana demuestra en latín, selon Migne (1854), une véritable science du coeur féminin, un auténtico conocimiento del alma femenina, el recreador vasco, que es el mismo que compuso San Eustaquio, muestra una gran calidad de lengua y gran conocimiento de los efectos dramáticos.
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6 ANTON ABBADIA Y LOS JUEGOS FLORALES 1. Origen y antecedentes de los Juegos Florales En esta parte del mundo que denominamos Occidente los Concursos Literarios llamados hoy Juegos Florales son como es sabido de luenga tradición y en general consisten en Concursos de Poesía, cuyo origen se halla en Tolosa de Francia, en la Baja Edad Media, exactamente en el año 1323. Aquel primer concurso organizado por el Consistori de la gaya Sciencia, hizo su convocatoria en lengua occitana, y el primer premio – la violeta de l´aur – la violeta de oro se le concedió a un poema escrito por Arnaut Vidal de Castelnau de Ari en honor a la Virgen María. Era el 3 de mayo de 1324 y la forma poética un sirventés. Estos concursos duraron durante siglos con variadas vicisitudes y fortuna. Según constata el profesor Martín de Riquer [1964] en sus estudios de la literatura occitana y catalana uno de los defectos de esta literatura producida en los Juegos Florales era la escasa variedad de temas abordados, ya que la mayoría de los temas eran religiosos, lo cual por otra parte es comprensible teniendo en cuenta los ataques de la Inquisición a todo aquello considerado como herejía. Ello conllevó que la literatura de los países mediterráneos y en especial la italiana del Renacimiento no llegara con sus novedades a Cataluña sino tardíamente. Durante los siglos XIV-XVI no sólo en el sur de Francia, sino que también a este lado de los Pirineos, en Cataluña, Valencia y en las Islas Baleares se celebraban numerosoas fiestas con juegos florales, donde destacó al menos un navarro llamado Francsco de Amezkua. Y si en un principio estos juegos eran sólo poéticos, organizados en honor del Corpus Christi, La Virgen María o el Santo patrono de la localidad, a partir de 1487 en la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se aceptaron textos en prosa, y fue ganador de dicho concurso Ferrando Dieç. 53
En los siglos llamados de oro no faltaron en las principales ciudades de España dichas lides poéticas con ocasión de alguna fiesta religiosa o en honor del santo del lugar. Así, por ejemplo, en Navarra a comienzos del siglo XVII, en los años 1609 y 1610 exactamente, el obispo Antonio Venegas de Figueroa organizó en honor del Santisimo, dichos concursos con esta convocatoria expresa: Y porque celebrandose en este Reyno de Navarra la solemnidad de esta fiesta, no es razon que la lengua matriz del Reyno quede desfavorecida, se pide en este certamen un romance de doze coplas en Bascuence, que lleve un estribillo de tres a tres coplas. Y al que mejor lo hiziere se le darán tres baras de tafetan. Y al segundo, dos de Olanda. Al tercero, tres pares de guantes blancos. [1609]
Los vencedores del primer año del concurso en euskara fueron Pedro de Ezcurra, Miguel de Aldaz y Joan de Eliçalde y en el segundo Martín Portal. Sabemos también que en la ciudad de Barcelona el año de 1656 se organizó en la catedral de Santa María del Mar, en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen un concurso en el que participó el poeta y militar Francisco Bustamante con un romace en euskera. [Urkizu 1997:12] Entrados en el siglo XIX y siguiendo con Cataluña, como señala Antònia Tayadellas, en el año 1841 el escritor Joaquim Rubió i Ors, autor del libro de poemas Lo Gayter de Llobregat habla en este tono de los Juegos Florales catalanes: Catalunya pot aspirar encara á la independencia, no á la politica [...], pero si á la lliteraria [...] Catalunya fou per espay de dos seggles la mestra en lletras dels demés pobles: ¿ perque puix no pot deixar de fer lo humillant paper de deixeble ó imitadora,creantse una lliteratura propria [...]? ¿ Per que no pot restablir sos jocs florals y sa academia del gay saber y tornar á sorprender al món ab sas tensons, sos cants de amor, sos sirventeses y sas aubadas? [1992:51].
Y siguiendo este anhelo un grupo de escritores formado entre otros por Joaquim Rubió i Orsa, Joan Cortada, Victor Balaguer, Antoni Bofarull y Manuel Milà i Fontanals, fue quien organizó en Barcelona Els Jocs Florals, tan importantes en el renacimiento cultural decimonónico. Algunos años más tarde, en 1861, en A Coruña 54
José Pascual López Corton, indiano enriquecido en Puerto Rico, organizó y fue el mecenas de los juegos que llamó Xogos Florales de Galizia, pero que por desgracia tuvieron como señala Manuel Rodriguez Alonso corta duración [1992]. 2.
Los Juegos Florales de Anton Abbadia
2.1.
Primera época: Urruña, Sara y Donapaleu (1851-1878)
Anton Abbadia (Dublín 1811-Paris 1897), rico heredero, gran viajero, astrónomo y amante de las letras vascas organizó en Urruña (País Vasco-Francés), pueblecito del Lapurdi el año de 1851 sus primeros concursos, siendo el primer ganador el bardo Joanes Oxalde con Kantu Berriak Urruñeko pilota partidaren sujeten gainean [Nuevas Canciones sobre el partido de pelota de Urruña]. En esta nueva canción se habla del mencionado juego de la pelota, y Abbadia repartió entre los jugadores nada menos que mil francos de la época. Se considera generalmente el año 1853 como el año en que se inician con toda pompa los juegos florales vascos, pero entre los manuscritos de Abbadia se puede leer expresamente: Lieux où j´ai donné mes prix basques: / 1851 Urrugne : début. / Y en otros papeles que dejó de su mano y se hallan en la Biblioteca Nacional de Francia dice: Voici le résultat de mes recherches: de 1851 à 1898 il y a 48 années... (BNF. FCB, nº 164, f.1) Hay que mencionar que dichos Juegos Florales recibieron diversos nombres. Así en el cartel anunciador de 1853 se denominan Phertxuetaco gudua [La guerra de los Versos], y en la edición de los mismos que llevé a cabo en 1997, con ocasión del centenario de su muerte, los llamé Koplarien Guduak [La guerras de los bardos], pues fue así como se denominaron generalmente a partir de que los nombrara de ese modo el canónigo Intxauspe uno de los miembros del Jurado. Posteriormente también se denominaron Neurtizlarien gudua [La guerra de los versificadores] (1879), Joko loretuak [Juegos florales] (1880), Bertsularien gudua [La guerra de los bertsolaris] (1887) , Eskribitzaileen indar-neurtzea [Concurso de escritores] (1891), Neurtitz gudua [La guerra de los poemas] (1896) ... pero en la convocatoria que se hacía en francés siempre se denominaban Concours de poésie nationale (1853) y Concours de Poésie Basque (1858)... Como es bien conocido el siglo XIX estuvo lleno de guerras y revoluciones y de años convulsos. Así tras el golpe de estado de Charles Louis Napoleon Bonaparte en 55
diciembre de 1851 los representantes de las letras más eximios, como Victor Hugo, y el vasco Agustín Chaho, que dirigia en Bayona el periódico Ariel, tuvieron que exiliarse. Tampoco faltaban versos que trataran de los aconteciemtos históricos del momento, ya que Martin Halsouet “Ttipi”, que en el año 1852 escribió un poema en honor de Chaho, así mismo al igual que Joanes Oxalde escribió “nuevas canciones” en honor de Napoleón. Ttipi que fue soldado y desertor decía así en uno de sus versos: Mila zortzi ehun eta berrogoita hamabian Prima eman daukugu bigarren aldian . (AAKG, 4-VI). [ En 1852 hemos recibido el premio por segunda vez] Al quedar Abbadia contento con la aceptación que su idea estaba teniendo y las muestras de amor de sus compaisanos hizo un llamamiento en 1852 dirigido a todos los bardos de las Siete Provincias Vascas. ( Le Messager de Bayonne, (MB) 1852-IX-30). Y esta convocatotia se extendió el año 1853 a la prensa de Bayona y Pau. El premio consistiria en la Makhila ´El bastón de mando´ y una onza de oro, siendo el tema obligado: Montevideora dihoan euskal gaztearen bihotz-minak [Los lamentos del joven emigrante camino de Montevideo]. El máximo de versos estaba limitado a 50, ya que se consideraba que eran los recordables por una memoria ordinaria, y éstos los cantaría un coro preparado para el momento de la fiesta. El cartel anunciador se hallaba firmado por el alcalde de Urruña A. de Larralde-Diustegui, y llevaba la fecha de 29 de agosto de 1853. Cartel que se halla actualemente en la sala de plenos de dicha población. Como se indicaba en el anuncio los miembros del Jurado nombrados para el evento sólo tendrían en cuenta el valor literario de los versos. De la organización de los partidos de pelota posteriores a la actuación coral se encargó un experto, el señor Bascary el cual reunió a los mejores pelotaris de la época: Sebastian, Bizente, Gaskoina y Pascot. Le Messager de Bayonne, el periódico más leido en Lapurdi en aquella época, en la sección de Variétes del 13 de septiembre de 1853 dio los resultados del concours de poésie nationale, cuya finalidad era doble. Una Literaria y otra Moral. Cómo se presentaron canciones de todos los dialectos del euskera y cómo el ganador fue Bernard Celhabe, por su poema Entzunik espantutan Indien Berria [Habiendo escuchado con espanto las noticias de las Indias] (AAKG, 6), y que había de cantarse según la melodía 56
conocida de Atharratze jauregian. De los 37 poemas que se presentaron al evento sólo se han conservado siete. Como es habitual en este tipo de concursos no todos quedaron contentos con el veredicto y el conocido bardo Pierre Topet-Etxahun escribió posteriormente versos satíricos en contra del autor y de los jueces. El año de 1855 el tema elegido fue el de La Mujer bebedora, y el ganador Leon Elissamburu. Éste nació en 1816 en Ortzaize (Baja-Navarra) y murió en 1861, fue en palabras del crítico Jean Haritschelhar, uno de los más destacados versificadores del XIX, y era hermano del que será sin duda uno de los mayores poetas del siglo. Las Fiestas del Pueblo será el tema de 1856, y como era habitual se anunció en la prensa local el concurso en el que salió ganador Jean Baptiste Larralde. No se hallaban todos los miembros de jurado acordes con la elección pero como era habitual salió ganadora la opinión del que fuera el traductor de la Biblia, el capitán Jean Duvoisin. El 20 de octubre de 1856 el príncipe Luis Luciano Bonaparte, vascólogo mandaba un saludo desde Londres a su amigo Abbadia con esta palabras en euskara: Euskaldun maiteak! Lenago maite zituztean, bano orain ezagutu ezkero maiteago zaituztet. Gaur urtebete Euskererrian izan nai dedila! Ondo bizi zaitezte, nere adiskideak. ´[Queridos Vascos, antes os amaba mucho, pero ahora más. Espero estar dentro de un año entre vosotros. Amigos queridos, ¡que viváis bien! ] [BNF, naf., nº 21746, f. 425]. El año 1858 ya el tema de la composición fue libre, y se presentaron dieciocho trabajos de entre los cuales se consideró como la mejor obra, el poema de Jean Baptiste Elissamburu (Sara 1828-1891), Bero deno burdina jo [Se debe golpear el hiero mientras esté caliente]. En el año de su centenarios se estudió la obra completa de este gran poeta y los trabajos se recogieron en la revista Euskera (1992) de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskalltzaindia. En el anuncio del año de 1859 se indicaba que uno de los premios sería una antorcha de bronce, símbolo de la nación vasca y de la vieja lengua. Se presentaron 32 trabajos y como era habitual Duvoisin en el Courrier de Bayonne hacía la crítica habitual de los mismos. El canónigo Intxauspe, que fue traductor de Dante, pedía más miembros laicos en el jurado. El ganador fue otra vez el médico Jean Baptiste Larralde (Hazparne 1804-Donibane Lohitzune 1870), con la obra Ama haurraren sehaskan lohakartzen [ La madre adormeciendo al niño en la cuna]. Tambien presentó en este 57
concurso el maestro de Senpere Jean Etcheto (Itsasu 1801-Senpere 1877) ocho poemas entre ellos uno dedicado a la Gerra de Sebastopol, tema que también trató genialmente Tolstoi. Etcheto se quejaba a Abbadia en sus cartas de que los jueces no consideraran mejor sus obra que siempre intentaba unir lo útil con lo agradable, y que esta norma horaciana debiera ser considerada por el jurado donde se imponían generalmente las opiniones de Duvoisin e Intxauspe. El año 1863 fue el último en celebrarse en esta fase en Urruña, siendo galardonado con el primer premio Bethiuri Olhondo por su poema titulado Marinela ´El marinero´. Y es el año 64 cuando empiezan a celebrarse los Juegos Florales en Sara y donde se darán haste el año 78, con la única excepción de 1877 año en que se celebran en Donapaleu-Saint-Palais. Ese año de 1864 el ganador fue Larralde con su poema Muthilzaharra ´El solterón´, y recibió el segundo premio la obra de M. A. Salaberri Solferinoko itsua ´El ciego de Solferino´. Se ha discutido entre los críticos sobre la personalidad de Salaberri, y hay quien ha visto en dicho nombre el seudónimo de Jean Baptiste Elizanburu, pero Urkizu considera que comparando las grafías de los manuscritos no se pude atribuir a Elizanburu dicho poema, que ha sido reiteradamente cantado por el pueblo y los cantautores, y cuya primera estrofa dice así: Harmen hartzera deitu ninduen gazterik zorte etsaiak, Urrundu nintzen, herrialderat itzuliz usu begiak, Itzuliz usu begiak. [AAKG, 165] [ La traidora suerte me llamó joven a tomar las armas, / me alejé tornando los ojos con frecuencia hacia mi aldea, / tornándolos muchas veces.]
El año 66 Intxauspe en carta dirigida a Abbadia, que seguía todos los prolegómenos de sus Juegos desde París, indica que se halla satisfecho poque es un año de buena cosecha y hay dónde elegir. El premiado será por tanto Jean Baptiste Elissamburu. Joanes Verjes será galardonado el año 67 por su poema Oraiko neskatxa batzu ´Algunas chicas de hoy día´. Quedó en segundo lugar Jean Baptiste Elissamburu con su poema Eskalduna, y en tercer lugar el sacerdote Gratien Adema “Zalduby” (Senpere
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1828 - Baiona 1907) que era en ese momento vicario de Bidarrai con el poema Xanxundegiko xakhurra [El perro de Xanxundegi]. Y en el año 1868 será otra vez vencedor Joanes Oxalde con su poema dedicado a la emperatriz Emperatrizari, por , recogiendo las palabras de Duvoisin, la corrección y pureza del lenguaje, aunque les hallara un cierto tono recitativo a su versos. Agustin Etcheverri, que fue más tarde profesor de euskera de Hugo Schuchardt, fue el vencedor en 1869, con su poema Hiltzera dohan haur baten auhenak ´Los lamentos del niño en trance de morir´. No fue de la misma opinión del jurado el lingüista y bibliógrafo Julien Vinson que recogió en la Revue de Lingüistique de Paris [ 1870] tanto los poemas como las críticas. Señala Vinson que también hubo concurso de improvisadores, o sea, de bertsolaris, en el que participaron un zapatero de Jatsu llamado Ibarra, y una joven de Azkain llamada Maris Luisa Osorio, siendo el tema de la disputa: La petición de mano. Añade también Vinson, que no era nada habitual que contendieran las mujeres en estos concursos, ya que hasta esta fecha sólo una chica hondarribitarra fue la única que se atrevía a cantar en las plazas. El año 70 no hubo concurso, no se pudieron celebrar los Juegos Florales, a causa de la guerra, pero fue un año feliz para la historia de la canción vasca, porque el abogado de Mauleón, Jean Dominique Sallaberry editó en Bayona el libro de canciones vasca más hermoso hasta el momento bajo el título de Chants populaires du Pays Basque. Paroles et musique originales recueillis et publiées avec traduction française. Goyetche el alcalde de Sara en una de sus cartas dirigidas a Abbadia cuenta cómo pasaron los Juegos del 71, y comenta los partidos de pelota, los temas que cantaron los bertsolaris (el debate entre el casero que queda guardando su ganado y el que anda de feria en feria, y el debate entre el soldado que cumple con su obligación militar y el que deserta ). Sin embargo no hay mención del trabajo de los poetas. Pero hubo muchos poemas escritos por poetas de ambos lados del Pirineo, siendo el ganador Jean Baptiste Elizanburu con su Xori berriketaria ´El pájaro parlanchin´. (AAKG, 220) Zalduby presentó un poema titulado Jeus ´Nada´, poema original , del que comentó Duvoisin, morceau original, jeu de mots d´un bout à l´autre , bon à lire, o sea, que se trataba de un texto original, lleno de juegos de palabras del primer verso al final, basado en el pensamiento de Parménides, ex nihilo nihil fit, y siguiendo el juego poético y filosófico del humanista francés Jean Passerat. [ Urkizu, 2007]
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Otro año más Goyetche le escribe a Abbadia, contándole cómo el 13 de septiembre se lucieron los bertsolaris Choperena y Dufau de Senpere, Irigoien de Azkaine, Etcheo de Sara y Etchart de Ezpeleta. Cómo el debate se centro en la discusión de si la educación es necesaria al hombre o de si hay que dejarlo libre en su natura. Y de cómo los dos últimos versificadores se llevaron a medias el premio de ochenta francos. El año 1873, Gratien Adema bajo el seudónimo de Hergaray envia una fábula titulada Bildotsa eta otsoa ´El cordero y el lobo´, que merece el premio. Como es conocido, las Fábulas tienen una larga tradición en las literaturas tanto orientales como occidentales, entre los autores grecolatinos, empezando con Fedro y Esopo, siguiendo con el francés La Fontaine y los españoles Samaniego e Iriarte, los dos de origen vasco, y tampoco faltan sus cultivadores entre los escritores euskéricos entre los que destacan: Vicenta Mogel (1804), Juan Antonio Mogel, (s. XIX), Agustín Iturriaga (1842), Jean Baptiste Archu (1852), Martin Goyetche (1852) y Jean Moulier “Oxobi” (1926)… Por primera vez en la historia de lo Juegos Florales se dará el premio a un escritor del sur en 1874. Se hallaba el País Vasco en pleno apogeo de las guerras carlistas, y era evidente la simpatía que tenía Abbadía por la buena causa del pretendiente. De modo que fue premiado el poema del padre jesuita Arana bajo el seudónimo de Biscaitarra. El poema, sin embargo, cómo le señalaba Intxauspe a Abbadia, había de tener dificultades para su impresión por ser claramente político, cosa que en principio estaba prohibido en las bases. El año 75 ganó Goyetche el premio con su poema Ezkila ´La Campana´. Al año siguiente, es decir, en el 1876 no se concedió ningún premio a pesar de considerar los miembros del jurado que el mejor poema era el escrito por Gratien Adema con el título de Biba Republica!, canción satírica, prevaleciendo en este caso el criterio de no aceptación de versos políticos. El año de 1877 se dirigió Abbadia al alcalde de Donapaleu Baratxart para celebrar en esta localidad los Juegos, a cuyo ofrecimiento dio una respuesta positiva y por primera vez se celebraron en lo que fuera capital de la Baja Navarra, siendo el ganador Martín Arrupe con su canción titulada Xori kaiolatik ihes goan dena ´El pájaro que ha huído de su jaula. El alcalde mauleonense señor Begieux propuso a Abbadia el año 1878 extender los juegos a Zuberoa, pero vuelven a Sara donde por la cercanía con la frontera asisten muchísimos vascos de allende los Pirineos. El primer premio de este año quedará desierto, pero ganará el segundo premio Joanes Oxalde con el poema Khilo-egilearen 60
kantuak ´Las canciones de la hilandera´, que había de cantarse según la melodía de Kaiolako xoriak alegera dira ´Están alegres los pájaros de la jaula´. También participó este año el galardonado y conocido vate Pierre Ibarrart con su fábula Xinaurria eta xoria ´La hormiga y el pájaro´[AAKG, 277, 284].
2.2.
Segunda época (1879-1897): A través del Norte y Sur de Euskal Herria
Siguiendo el espíritu y los deseos de Anton Abbadia los Juegos Florales atravesarán la cadena de los Pirineos y se celebrarán el año de 1879 en Elizondo, la hermosa población navarra del Baztán. En este intento será el historiador y euskarólogo Arturo Campión quien ayude a Jean Duvoisin. Éste señala en una carta dirigida al navarro que ya tiene una experiencia de treinta años en esa labor y que le parece lo más adecuado que el tema de composición sea libre, ya que los problemas surgidos a raíz del uso de diversos género en principio teóricos se solventan con cierta facilidad en la práctica. Se dieron este año dos premios. La usual Makhila y las 80 pesetas al mejor poema, y por otro lado 125 pesetas de la Asociación Euskara concedidas al mejr texto que tratara sobre Euskaldunen gaucic maiteena ´Lo preferido por los vascos´[Revista Euskara, II, Pamplona 1879 21.] Fue el poeta vizcaino Felipe Arrese-Beitia el ganador del primer premio con su poema Ama Euskeriari Azken Agurrak ´Último adios a la Madre Euskera´, el segundo premio lo recibió Ramon Artola, por su poema Altabizkarko Kantua ´La Canción de Altabizkar´y el premio para la prosa lo ganó el maestro de Hondarribia Claudio Otaegi por su leyenda titulada Lamiaren kantua ´La canción de la lamia´. Estas composiciones se editaron en la Revista Euskara que veía la luz en Iruña-Pamplona. El ejemplo navarro fue seguido en numerosas poblaciones, de modo que en el año 80 la semilla sembrada por Abbadia ya dio sus frutos y se celebraron Juegos Florales en Begoña, Bera, Donostia y Maule, dándose inicio a una nueva fase de la literatura vasca que irá de 1876 a 1936, es decir, desde el fin de la segunda guerra carlista hasta el comienzo del guerra civil. El año de 1878 Arturo Campión crea en Pamplona la ya nombrada Revista Euskara, el escritor, periodista y poeta Fermín Herrán crea a su vez en Vitoria-Gasteiz 61
un revista de vida breve (1878-80), con propósiros político-literarios titulada, Revista de las provincias éuskaras. En Bilbao Vicente de Arana creará la Revista de Vizcaya (1885-89), pero será en San Sebastián donde realmente cuaje el movimiento vasquista, y José Manterola dará lugar al nacimiento y dirigirá la revista de más duración, titulada Euskal Erria, Revista Vascongada, (1880-1914) donde con espíritu amplio y abierto ejercitaban su pluma tanto liberales como carlistas y republicanos, y en cuya lista de colaboradores aparece en primer lugar Anton Abbadia. En la correspondencia mantenida entre el alcalde de Maule y Abbadia, éste proponía que en 1880 se mantuviera el programa de Donapaleu, a cuyos gastos que siempre pagaba con detalle añadía 100 francos en el caso de que representaran una pastoral para repartirlos entre el errejenta (autor-director) y los actores. [BNF, naf 21746]. Sin embargo esta novedad en los Juegos no pudo darse ya que consideraba el señor Beguieux que era imposible levantar el tablado en la plaza tras el pertido de pelota. De todos modos pudo ver Abbadia sus Juegos Florales en la tierra de los ancestros, Zuberoa. El año 81 pasarán otra vez la frontera y se celebrarán en Irun [Loidi, 1983]. Abbadia le escribía a Genaro Echeandia en una carta en castellano su permiso, a la que contestaba el alcalde irunés en francés que sería un gran honor para su villa. Y se celebraron con gran pompa y variedad, puesto que además de los habituales concursos de poesía y de bertsolaris, hubo partidos de pelota, regatas de traineras desde Azken Portu hasta la isla de los Faisanes, carreras de mujeres, etc. Se presentaron diecisiete poemas al concurso poético y ganó la makhila (ofrecida como era habitual por Laborde Noguez) y las 80 pesetas Victoriano Iraola, por su poema titulado Lore Igartua ´La flor marchita´. El premio ofrecido por la Asociación Euskara, una medalla dorada, fue para Antonio Arzac, por su poema Iltzen bazaigu Ama Euskera Euskaldunak illak gera ´Si muere el euskera los vascos estamos muertos´, y la mención de honor se la llevó el vate vizcaino Felipe Arrese Beitia por su poema Jaungoikua eta Fueroak ´Dios y los fuerosa´. También había un premio para el mejor poema que tratara el tema de Euskal Herriaren Batasuna ´La unidad de Euskal Herria´, premio que adjudicó a Claudio Otaegi, el maestro de Hondarribia por su poema Elkar gaitezen denak napar Euskaldunak ´Unámonos todos, navarros y vascos´ . Y se dieron algunos premios más…
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En 1882 en los Juegos celebrados de nuevo en Sara, el tema fue libre y el premio para Piarres Ibarrart por su canción Ikhazkin mendian ´Carbonero en el monte´. Fue el año de 1883 el año que Abbadia extendió sus Premios a Vizcaya, y para que no fueran tildados de políticos se celebraron en vez de en Gernika en Markina. Tanto El Noticiero Bilbaino, Euskal Erria y la Revista Euskara dieron con todo detalle su celebración, ya que se concedieron nada menos que dieciocho premios distintos a las distintas especialidades de los concursos. En lo literario fue ganador Carmelo Etxegarai (Azpeitia 1865 – Gernika 1925), con el poema Zertako ´¿Para qué?. Así mismo se le concedión una rosa de oro a Felipe Arrese Beitia por su poema Jaungoikoaren probidentzia ´La providencia divina´. Y entre los bertsolaris que participaron fueron premiados Pedro Elizegi “Pello Errota” de Asteasu y Peru de Markina-Etxeberri. Entre las biografías fue galardonada la escrita por Claudio Otaegi en honor del general Mazarredo. El tolosarra
Joaquín Larreta presentó el cuento Mozolua noiz
ezkero dan ontza ´Desde cuándo es el mochuelo buho´, y algunos cuentos más de su cosecha como Alonsotegiko zubiya ´El puente de Alonsotegi´, Miluzeko zubiya ´El puente de Miluze´ y Ernion euskaldun eta erromatarren arteko borrokez ´Sobre las batallas habidas en el Ernio entre los vascos y los romanos´ han sido editados por Ana Toledo (1990). Estaban de moda tanto en verso como en prosa a causa de un romanticismo tardío las tan dudosas y tantas veces falsificadas batallas que tuvieran los vascos y los romanos. A pesar de que el famoso periodista y aqueólogo alavés José Cola y Goiti le propusiera a Abbadia se celebraran los Juegos en Llaudio, el año 84 se celebraron de nuevo en Sara, siendo premiado otra vez Piarres Ibarrart por su canción Uso saretan atzemana ´La paloma en la red´. Otro año el intento de Abbadia de cambiar de lugar y de celebrar en el pueblo navarro de Etxarri se topó con el cólera que se había extendido en el lugar, por lo que Cipriano Jauregi, el alcalde, declinó el honor.Y de nuevo se celebraron los Juegos en Sara, más no hubo premios, ya que informaba Duvoisin, que la cosecha había sido pobre en cantidad y calidad. Urnieta será la población elegida para la celebración de los Juegos en 1886. El alcalde de la misma Juan Bautista Ichaso-Asu firmaba la convocatoria, y realmente se celebraron con toda pompa, llegando a dicha población Abbadie en compañía de su mujer y de Duvoisin. Arzak, el director de la revista Euskal Erria, los recibió en francés 63
y euskera y uno de los premios fue para Carmelo Etxegarai por su poema Menditar baten kantua ´Canción de un montañes´. Entre los diversos actos estuvo la representación de la obra del dramaturgo Marcelino Soroa, Barrenen arra ´La larva´y Anton Kaiku, dando paso al Nuevo Teatro Vasco [Urkizu 2009]. Entre los bertsolaris se hallaban Pello Errota, Udarregi, Juan José Elizegi y Juan José Ugalde. En 1887 la Fiestas Euskaras se celebraron en Azkaine siendo el primer laureado José Artola por su fábula Erbi inudea eta katua ´La comadreja y el gato´. La mención de honor fue para Gratien Adema por su canción titulada Beharra eta Ahala ´La necesidad y el poder´. De nuevo intentó Abbadia que sus Juegos se celebraran en Navarra, pero el alcalde de Auritz Miguel María de Masso contestó a la invitación con una negativa [BNF, naf, 21748, f.124]. No era al parecer el momento adecuado y de nuevo se celebraron en Lapurdi, concretamente en Kanbo, pero al no encontrar Duvoisin poema de calidad el primer premio quedó desierto. Entre los bertsolaris estuvieron Ibarrat, Lasteyric, Irissarri y Marianne Hargain. Éllos debían cantarle a Marianne un aproposición de matrimonio, y al parecer las picantes respuestas de esta bersolarisa debieron encantar al público. Tampoco faltaron esta vez textos en prosa, como el del donostiarra Marcos Latasa que escribió sobre el famoso pirata Pellot, Monsieur Pelloten abotik aditutako historia farragarria ´Historia graciosa oidaa de boca del señor Pellot´, y el de Laurent Diharassari que se tituló Lilluratua (Eskualherriko gazteriari) ´Fascinado . A la juventud de Euskal Herria´, texto hermoso, pero en opinión de Intxauspe, nada original [BNF, naf., 21748, f.44]. El famoso botanista de Narbarte José María de Lakoizketa fue el intermediario con el alcalde de Doneztebe Wenceslao Zubiburu, y se celebraron en esta población los Juegos de 1889, siendo el primer premio para Claudio Otaegi por su obra Amerikatik ´Desde América´. La mención de honor fue para Ramón Artola por su Eguzkiyaren sarrera ´El ocaso del sol´. En 1890 se celebraron en Maule de nuevo, tras diez años de los últimos Juegos. Participaron de nuevo poetas de ambos lados del Pirineo, y el ganador resultó el donostiarra Felipe Casal, que junto con su hermano Pablo y su hermana María formaba parte del nuevo y exitoso grupo teatral donostiarra llamado Euskaldun-fedea ´La fe vasca´ por su poema Gure euskara maita dezagun ´Amemos nuestro euskara´. En 1891 se celebraron por segunda vez en Vizcaya los Juegos de Abbadia en el pueblecito de Iurreta, siendo la convocatoria firmada por su alcalde Julián Unamunzaga. 64
Parece ser que ya las normas iban adquiriendo cierta rigidez, y que los versos debían presentarse por un lado y en plica aparte el nombre del autor. De nuevo en esta ocasión fue premiado otro poeta de la escuela donostiarra, Francisco López Alen, por su poema Duvoisin jaunaren oroimengarriari ´Homenaje al señor Duvoisin´. Jean Duvoisin (Ainhoa 1819 – Ziburu 1891), el traductor vasco de la Biblia, y autor de muchos opúsculos entre otros el de Laborantzako liburua ´El libro de la agricultura (1858), fue, como hemos dicho una de las columnas básicas sobre las que se edificaron Los Juegos Florales, ya que además de colaborador directo con Abbadia y el canónigo Intxauspe, fue uno de los jueces más estrictos y crítico literario en la prensa de la época. Este año de 1891 se presentaron poetas vizcainos, guipuzcoanos, laburdinos y bajonavarros, pero como hemos señalado ganó el primer premio López Alén, de la escuela donostiarra. Las fiestas de 1892 celebradas en Donibane Lohizune-San Juan de Luz fueron magníficas, y el lema de Zazpiak bat! ´Las siete unidas´ fue la reivindicación general. Abbadia en el banquete inaugural tras hablar de sus viajes por África acabó con esta evocación. Charles Petit, también acabó su loa a Antoine d´Abbadie con las frases “Zazpiak bat des Pyreénées à l´Adour! Zazpiak bat des Pyrénées à l´Océan´. Y el poeta donostiarra Felipe Casal presentó un soneto acróstico con que decía ZAZPIAK BETI BAT ´Siempre las siete unidas´. En el litigio sobre cuál era el mejor poema se consideró que éste era el de Victoriano Iraola, titulado Gaisuak ´Pobrecitos´. También por primera vez en esta fiesta hubo una representación de una pastoral, siendo su director y autor Heguiaphal de Xohüta, pequeña población cercana a Maule, y cuyo título era Abraham. Entre los espectadores se hallaban Antoine d´Abbadie con su esposa Virginie, la reina Nathalie de Servia y el cardenal Lavigerie, entre otros. Las Fiestas que se organizaron en honor de Anton Abbadia en Azpeitia en 1893 se celebraron el 2,´3, 4 y 5 de septiembre, siendo sus valedores el alcalde Juan de Antón y el párroco Agustín de Jauregi. En principio se había pensado en la población de Cestona, pero pensando que las corridas de ésta eran demasiado concurridas se eligió la villa natal de San Ignacio. Los poetas Gratien Adema y Basilio Joanategi se hallaban en esta ocasión entre el jurado. El tema era libre y de nuevo fue galardonado Francisco López Alen por su poema ´Las palabras de una madre junto a la cuna´, siendo el segundo premio para Felipe Casal por su poema Ama euskara eta bere umiak ´La madre euskara y sus hijos´. Tampoco faltaron como en otras ocasiones los vates 65
improvisadores entre los que destacaron Pello Errota, Joxe Bernardo y Juan José Alkain. El poema de Adema titulado Zazpi Eskual Herriek bat egin dezagun ´Unámonos los Siete Pueblos Vascos, cantado por el coro también obtuvo un éxito notable. Los años de 1894, 1895 y 1896 tuvieron como tema el mismo, Magdalena Larralde. Esta mártir de la revolución francesa fue una de las obsesiones del anciano Abbadia, y se celebraron sus Juegos Florales en Donibane Garazi-San Juan de Pie del Puerto, Vera de Bidasoa y Mauleón. En las fiestas celebradas en esta última población ganó por fin, ya que en las ocasiones anteriores se declaró desierto el premio, el poeta Laurent Diharasarri, siendo el segundo premio para el vizcaino de Ochandiano Felipe Arrese Beitia y el tercero para el donostiarra Francisco López Alen. Anton Abbadia murió en París el 19 de marzo de 1897, cuando se hallaba traduciendo del árabe el manuscrito de Futhuh el-Habach, que narraba la historia del conquistador del siglo XVI, Imad Ahmad. En la prensa bayonesa se recibió la noticia de su muerte con gran pena y Le courrier del 23 de marzo comentaba que acababa de morirse uno de los hombres más sabioa y famosos del País Vasco, que fue enterrado en su Palacio de Hendaya, construido por Violet le Duc. Siguiendo los deseos de su difunto marido, la viuda Virginie Vincent de Saint Bonnet hizo que se celebraran los Juegos Florales iniciados en 1851 en la población vizcaina de Villaro el 8 de septiembre y dieron una crónica exacta de los mismos entre otros medios la revista Euskal Erria de Donostia (1897:149, 266), y la revista vizcaina creada por Resurreción María de Azkue, corresponsal y amigo de Abbadia, Euskalzale (1897-I: 289). En esta ocasión se presentaron diecisiete poemas y el ganador fue el titulado Oroitz bat Antoine Abbadie-ren obian ´Un recuerdo en la tumba de Anton Abbadia´ cuyo autor fue Francisco López Alen. 3. Juegos alternativos y conclusiones El señor Guilbeau, que otrora fuera premiado y era alcalde de Donibane Lohizune-San Juan de Luz junto con sus amigos ( Julien Vinson, Wethorth Wwebster, D´Abartiague…) creó una entidad denominada Association Labourdin, y organizaron los juegos alternativos que se clebraron en Uztaritze (1893), Hazparne (1894), Ezpeleta (1895), Kanbo (1896) y Sara (1897). 66
Como ha señalado Jean-Louis Davant [2010] se trataron a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX numerosos temas: la emigración, la agricultura, la mujer bebedora, las fiestas patronales, los vascos, lo más querido de los vascos, la unificación del País Vasco, la historia del País Vasco, Magdalena Larralde… Y fueron muchas las ideas expresadas por los poetas que eran de variado talante, extracción, cultura e ingenio. Así, por ejemplo, tenemos la escuela de Etchahun y Oxalde por un lado, y por otro, la escuela donostiarra, conformando entre todos una pensamiento político, filosófico y literario que normalmente no aparece en las habituales historias literarias. Jean Haritschelhar, en el análisis ideológico dedicado a las canciones [1998], subraya y comenta las ideas motrices, los leit-motiv, y los temas fundamentales de la segunda mitada del siglo XIX: el mantenimiento del binomio euskaldun-fededun ´vascocreyente´, la alabanza de la aldea, la importancia dada al caserío, la añoranza del pueblo natal, las guerras, la conciencia de la extinción del euskera… En la colección reunida por Urkizu en 1997 se pueden encontrar sesenta y un poetas diferentes y quinientas canciones, así como cincuenta y siete melodías, y un repertorio de más de cien tipos métricos diferentes. No escasean en este conjunto imágenes brillantes y originales, así como encantadoras metáforas en un euskara correcto, rico, y hermoso que guarda las variedades y detalles dialectales de cada vate. Es, pues, una fuente de inspiración inolvidable tanto para los poetas actuales como para los cantautores. Este humus surgido con el Romanticismo servirá de levadura y de base para el movimiento literario vasco, que crecerá durante el siglo XX hasta cotas no alcanzadas anteriormente.
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7 SERAFIN BAROJA, ESCRITOR BILINGÜE Hace unos años edité en Txertoa (1988), un librito sobre Serafín Baroja y su obra, bajo el título de Serafín Bertsoak, Pudente, Tormesko Lazarotxoa, y en el que tuve el honor de compartir portada y prólogo con Julio Caro Baroja, a quien ya conocía desde inicios de los años 70. En un principio pretendía publicar toda la obra en euskera de Serafín, pero razones presupuestarias y editoriales hicieron que dicha antología sólo tuviera unas ciento cincuenta páginas, de las cuales las tres primeras son las más interesantes, ya que son las de Julio Caro, y que me vais a permitir transcribir aquí en honor a su memoria y como introducción inmejorable a Serafín: El editor de esta compilación de versos de Baroja y Zornoza (18401912), quiere que escriba unas líneas introductorias. He de advertir en primer lugar, que no conocí a este abuelo materno mío, que murió en Vera de Bidasoa el día del Carmen de 1912 poco después de llegar a Madrid y sin estrenar Itzea, la casa recién adquirida por su hijo Pío. Nací yo después: pero la imagen que dejó grabada en la familia y en todos los que trataron con él, fue la de un hombre fundamental, esencialmente, bueno. En casa decían que el más bueno de la familia misma. Otros tenían la bondad condicionada o ajustada a principios y reglas: él no. Su bondad era alegre, instintiva, casi carnal. Esto en la vida produce muy buen resultado, si va unido a cierta despreocupación. No tan buenos si se tienen proyectos o ambiciones fuertes. Pero cabe preguntar: ¿Puede ser, siempre bueno, un hombre emprendedor o ambicioso? Serafín Baroja, ingeniero de minas, vivió en la época de las vacas gordas de la minería vasca. Tuvo cargos importantes y pasó por ellos sin sacar un real. Con su modesto sueldo de ingeniero del Estado vivíó: no digo que resistiendo a tentaciones, porque no las tuvo, como las tuvieron los santos a los que el
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Demonio quería seducir. Vivió desde muy joven casado con una mujer a la que idolatraba, a la que llamaba ederreta, y que también era de una bondad grande: pero con cierto matiz puritano y no optimista. La alegría del marido no se le contagió. Vivieron, sin embargo, como uña y carne, allá donde Serafín Baroja iba destinado: las Minas de Río Tinto, Madrid, Pamplona, Valencia. Pasaron por apuros económicos: también por algunos infortunios familiares. El marido lo superaba todo con su alegría, la mujer con su resignación. Cuando se quedó viuda se vistió de negro, se puso un delantal negro y sobrevivió veintitrés años recordándole. Serafín Baroja era donostiarra, de una familia de editores e impresores, que tenían esta profesión desde que el abuelo de Serafín, Rafael Martínez de Baroja, instala por afición una imprentilla en Oyarzun, como complemento a la farmacia, de la que aún queda recuerdo; botica zarra. La tinta de imprenta y la caja le fueron familiares desde niño, porque su padre, Pío Baroja y Arrieta, también fue impresor, aunque murió joven y no alcanzó el prestigio que tuvo el hermano, Ignacio Ramón. La familia era liberal, como otras del comercio y la industria de las capitales de la tierra. En Serafín Baroja el Liberalismo creció, paralelamente a como en otras ramas de la familia disminuyó de modo sensible. Fue, así, muy anticlerical, aunque su mujer era piadosa, muy poco amigo de las leyes viejas, de los fueristas, etc... Nada se diga de los carlistas. Durante la segunda guerra fue voluntario. Esto eximio a sus hijos después del servicio militar. A muchos les parecerá hoy que con estas notas no sería tampoco muy dado al cultivo de la lengua vieja: pero no acertarían. En el siglo XIX hubo copia de escritores y poetas vascos que fueron liberales, como mi abuelo. Entre ellos su amigo admirado, Indalecio Bizcarrondo, Vilinch. En la ciudad natal el vasquismo se cultivaba con una divisa que podría ser la de jovialiter alegremente. El donostiarra era alegre. Vilinch con todo su patetismo lo fue. Más aún Raimundo Sarriegui, el músico cojo, fraternal colaborador de mi abuelo, que compuso la música de la marcha de San Sebastián y zortzicos preciosos. Más entonado resultaba otro ingeniero de minas que también colaboró con Serafín Baroja: Don Mariano Zuaznabar. Todos sentían el amor por la ciudad. Todos participaban en sus alegrías, sin dar importancia a lo que hacían y en especial mi abuelo, capaz de emprender las tareas más extrañas, como pueden ser la de escribir un libreto de una zarzuela en trece actos, el de una ópera en vasco que pasaba en las Minas del Río Tinto y en tiempo de los romanos, o una novela, en vasco también, con aire folletinesco y en clave. La cuestión para él era demostrar jovialidad siempre, como el personaje que creó
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Dickens en The life and adventures of Martin Chuzzlewit. Él admiraba a M. Tapley y en relación con cualquier persona, simplemente seria, siempre tenía la sospecha de que se parecería a Mr. Pecksniff. ¿Qué resultó de esto? Que todos los que le conocieron al hablar de él sonreían. No porque no lo tomaran en serio como carácter, sino porque recordaban su alegría, su bondad, su despreocupación. Si viera que hoy setenta y seis años después de muerto, hay un joven que se interesa y compila su obra, sonreiría también. Pero con lo que no sonreiría es con la ortografía vasca actual. Aunque no. Como escribió en una Humorada Donostiarra después de que en otra el cajista le metió una K en cierto verso vasco escribiría, Konfíeso ke estoy inkomodado, y se volvería a reír”. (JCB, Itzea, 4 de agosto de 1988).
Vamos, pues, a ir analizando y haciendo una lectura amplificatoria de estas notas introductorias dedicadas al padre de Pío. En la revista Euskal-Erria fundada en 1880 en San Sebastián, y en la que colaboró con frecuencia, sus compañeros de lides literarias glosarán su figura tras su muerte (1912). Entre éstos se hallan J. Bengoechea, Alfredo de Lafitte, Eugenio Gabilondo, que cuentan anécdotas sabrosas del humor de nuestro josemaritarra, de este errikoseme y koskero pur sang. Así también José Elizondo, Juan Ignacio Uranga, Toribio Alzaga, José Gamboa, José Galdós, Pepe Artola, Rosario Artola, José Zapirain y unos cuantos más lo recuerdan con gran cariño en sus versos y prosas dedicadas a este egiyetaco Donostiarra, irutxulotar seme jatorra, iskribatzalle azkarra, etc, es decir, Donostiarra de pro, digno hijo irutxulotarra, grácil escritor, eta. Como botón de muestra del humor de Serafín sirva el que cuando su hijo se hizo famoso como novelista, se hizo imprimir unas tarjetas que decían: Serafín Baroja, padre de Pío Baroja. Y en una caricatura que le hizo su hijo Ricardo vestido de dominico lo subtitula como El orador sagrado Serafín Baroja. La imprenta de la Casa Baroja se hallaba ubicada en la Plaza de la Constitución y es la importante de la ciudad en el siglo XIX. En ella se editaron, por ejemplo, por primera vez en castellano la Historia de la Revolución Francesa de Adolphe Thiers, traducida por el abate Miñano, autor de las célebres cartas de El pobrecito holgazán, o El Cuerpo Humano, de Monedero, o el Compendio Historial de la MN y ML Provincia de Guipúzcoa de Lope de Isasti, o el Guipuzcoaco dantza gogoangarrien condaira... de Juan Ignacio de Iztueta… Serafín se crió, pues, entre los moldes de las letras de la 71
imprenta familiar y quedó impregnado para siempre de una afición incontrolable por la que también la trasladó a sus hijos Ricardo y Pío. Como indica su hijo Pío en Familia, Infancia y Juventud [1944: 74 ss] de joven se fue a Madrid a acabar primero el bachillerato y estudiar después la carrera de Ingeniero de Minas, recomendado a Pascual Madoz (Pamplona, 1806-Génova, 1870) que fue Ministro de Hacienda, autor del Diccinario geogrdfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones en Ultramar y uno de los promotores de la segunda amortización, y pronto bajo su escuela y protección se convirtió en un espíritu liberal y anticlerical. Tuvo de compañero, como nos cuenta Julio Caro [1986:llss], a Lucas Mallada, hombre de personalidad poderosa que recorrió España con su martillo de geólogo recogiendo fósiles, autor de obras de Geología y Paleontología, además de una obra que tituló como Los males de la patria y la futura revolución española,consideraciones acerca de las causas y efectos (Madrid, 1890), y que creó acaloradas polémicas. Su conclusión era que vivía en un país ramplón. También fue amigo del pianista pamplonés José María Guelbenzu, y asistía al teatro con frecuencia, llegando en alguna ocasión a tener de compañero de butaca a Francisco Martínez de la Rosa, que le aburrió soberanamente hablándole de todas las condesas, marquesas y duquesas que veía en los palcos. Durante las vacaciones volvía por supuesto a veranear a su ciudad natal, y con sus amigos y compañeros de estudios así como con su violonchelo bajo la batuta del Maisu zarra, José Santesteban, actuaba en la Iglesia de Santa Maria. Sus aficiones literarias son también tempranas, ya que para los veinticinco años tiene publicadas dos obritas: Los Pillos de Playa. / Novela escrita en vascuence / por / TANTANFIRULET, célebre tamborilero de Mizpirandienea / y vertida al castellano por ANDRE GRASHI. San Sebastián. En la imprenta de Pío Baroja. 1865. Noveluchas y cuentos / Sucedidos y pasatiempos / de S. B. Z. Edición ilustrada con excelentes grabados / ¡en papel! / 1865. San Sebastián, Plaza Nueva, n° 7. Los Pillos de Playa, cuyo original en euskera supondría que se trata de la primera novela escrita euskera, por desgracia no la hemos podido encontrar. De todos modos considerando su título completo como otra humorada más de Serafín. Es curioso que también Jean Baptiste Dasconaguerre, notario bayonés y miembro del Consejo General des Basses-Pyrénnées editó en Paris Les échos du Pas de Roland (1867), dice que es traduit du basque, y cuando le piden el original tendrá que elaborarlo en equipo 72
con otros amigos y escritores vascos, publicando su Atheka Oihartzunak en Bayona el año de 1870. En realidad, la obrita de Serafín es una pequeña novelita costumbrista de cincuenta páginas. El autor nos señala al terminar la misma que es el Fin de la primera Parte. No parece, sin embargo, que hubiera segunda. Dividida en trece capítulos narra las aventuras de unos pillos que van detrás de Craveliñ, una monísima chica, que no parecía la hija de un pescador. Aparecen también la famosa Romería de Lezo con su baile, un astrólogo, la marquesa de Urepel, etc. etc., ingredientes habituales todos del costumbrismo vasco. De la segunda obrita sólo conocemos la nota a pie de página de Julio Caro [1986: 16], en la que dice que contiene corresponde, casi todo, a fechas posteriores. Serán tal vez unos bocetos que no llegó a editar, pues no hemos podido ni con consultarlos ni encontrar ninguna referencia bibliográfica de los mismos. La revolución del 68, la septembrina, cogió a Serafín con la carrera acabada, casado con Carmen Nessi y Goñi, que era de Madrid, y destinado a las Minas de Río Tinto a donde fue con su mujer y la suegra Doña Gertrudis Goñi y Alzate. Podemos encontrar en la obra de Julio Caro: Del País: Familia y Maestros [1986], diversos dibujos realizados por Serafin, que se refieren a la vida de la mina. Había que poner orden en la explotación de la mina y a ello dedicó sus energías juveniles. Ante la amenaza de desórdenes que aparecían por doquier, Serafín fue elegido por mayoría absoluta de los votos como teniente de voluntarios tiradores. Obreros, capataces e ingenieros trabajaban en condiciones muy duras, a veces con el agua hasta la rodilla, y Serafín contrajo un reuma crónico, con el que convivió el resto de su vida. Tuvo aquí en Río Tinto, el año 1870, a su primer hijo, Darío, nombre con el que lo bautizó en honor a su compañero, también ingeniero y paisano, Darío Arana. Este hijo murió a los veinticuatro años en Valencia, tras dar pruebas de poseer una inteligencia fuera de lo común, como estudiante de Derecho y haber dejado escrito un Diario. Su segundo, nació también en Río Tinto en 1871 y lo llamó Ricardo. El tercero y más conocido, Pío, nació el día de los Santos Inocentes de 1872 cuando ya estaba en San Sebastián. Y el cuarto, Carmen, madre de Julio y Pío, nació el 10 de diciembre de 1883 en Pamplona. La decisión del gobierno para agenciarse fondos de arrendar las minas y subastarlas adjudicándolas a la casa Matheson & Co. de Londres, fue un jarro de agua fría para los jóvenes ingenieros que habían trabajado con entusiasmo y actividad técnica 73
la década del sesenta. Serafín debió perder entonces su entusiasmo profesional, aunque no se jubiló de su actividad hasta 1910. De Huelva pasó a Guipúzcoa, de aquí a Madrid, de Madrid a Pamplona, de Pamplona a Madrid otra vez, luego a Valencia, Granada y Bilbao. Estando en San Sebastián como profesor de Historia Natural en el Instituto publicará un libro titulado Aves. Cabezas y Patas. Clasificación de Cuvier. Colección interesante de láminas litografiadas para los que se dedican al estudio de la Zoología. Este librito costaba cuatro reales, pero como nos cuenta en el epigrama “A una obra mía”: Tras de tareas ingratas, Publiqué un cuaderno yo De AVES (Cabezas y Patas). Y ninguno se vendió.
Algo más tarde publicó su primer libro de poemas Gaci-Guezac, poesías prosaicas en vascuence y castellano (Baroja, 1875), donde se ríe del libro dedicado a las aves, contando en su último poema el epigrama mencionado, que no podría vender ni un ejemplar de los pájaros hasta que éstos supieran cantar. Hemos podido utilizar el ejemplar del Fondo Julio de Urquijo de la biblioteca Koldo Mitxelena, que se halla dedicado de propia mano a su amigo Pepe Manterola (Donostia, 1849-84) que fue autor de uno de los primeros Cancioneros (1877), y director de la revista Euskal-Erria (1880). En la DEDICATORIA impresa dirigida a un nieto o nieta nos expresa las razones familiares de dicha obra, no escrita en principio para el gran público. Dice así: Mi querido nieto ó nieta: Á ti te dirijo estos malos versos, porque sé que únicamente haciéndolo así podrán llegar á la posteridad, aun sin salir de casa. Muchos años han de transcurrir todavía antes de que vengas á este pícaro mundo. Mi hijo, que probablemente será tu padre, tiene, el año 71 en que te escribo, veinte y un meses y un colmillo fuera. Mi deseo es que, allá, cuando entremos por la gran arcada del siglo veinte, jóvenes vosotros y yo viejo, (lo cual no dejará de ser una lástima) reunidos en el hogar doméstico, nos puedas leer estas desaliñadas líneas que me recordarán una de las épocas más felices de mi vida. Tu futuro abuelo que te quiere Serafín.
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Contentábame, pues, con ser escritor casero de remoto porvenir y de gloria casi póstuma, puesto que me bastaban los aplausos de la futura prole de la mía, cuando hé aquí que los recibidos á causa de dos versos en vascuence dedicados á los valientes Auxiliares de Bilbao, despertaron en mí la malhadada ambición de escribir para el público, quien, con su exagerada bondad, hizo que llegara a creer mis escritos de más mérito que el que yo les había dado hasta entonces, y de más valor su aplauso que el de mis tiernos y parciales alabarderos del siglo veinte. Excitada la vanidad, de la que no me creo exento, (créame el lector, que no le será dificil), enristré la pluma con más ardor que nunca, considerándome ya escritor público; procedí á una monda y rastreo de algunas poesías escritas tiempos atrás, y agregando otras más recientes, hoy las doy á la estampa, dispuesto á conformarme con el fallo que del público merecieren; pero dispuesto también á acusarle de haberme impulsado á salir á la luz del día, cuando me conformaba modestamente con la del quinqué de mi cuarto.
Se trata, pues, de una colección de veinticinco poemitas en euskera y en castellano, que hacen un volumen de sesenta y dos páginas, y en el que combina todos los estilos, pero donde la nota sobresaliente es el humor. El único poeta mencionado es Indalecio Bizcarrondo (Vilinch) al que considera el primero de nuestro poetas vascongados y de cuyos versos titulados Zaldi baten vicitza. (La vida de un caballo) hace una traducción libitum (46 ss). Sobre Bilintx tiene también Julio Caro un artículo de título “En torno al centenario de Vilinch Recuerdos familiares y musicales” [1978: 85-105] donde nos cuenta cómo su abuelo Serafin escribió en el periódico “El Tiempo” de Madrid (nº 2104) una crónica sobre los últimos días del vate, que murió a raíz de haber sido herido por una bomba carlista. Poeta también admirado por su hijo Pío, que consideraba que los poetas vascofranceses eran en general mejores que los vasco-españoles, excepto en el caso preciso de Bilintx. Como señala Caro, Bilintx fue un poeta popular de núcleo urbano, amigo o contemporáneo de otros hombres que se unían al pueblo de esa manera peculiar que era la de los donostiarras de vieja cepa, entre los que se hallaba Serafín, a pesar de los cambios de domicilio.
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Con respecto al poema “¡Ay au dolorea!”, al que le pusiera música otro ingeniero, Don Mariano Zuaznavar, dice Manterola, que era catedrático de Literatura del Instituto de San Sebastián: Y con todo, y ser obra de dos vascongados la composición “Ai au dolorea!” tiene algo de extraño y exótico. Su poesía verdaderamente original y bellisima, parece, así por el asunto como por su corte especial, una balada alemana: la música por su ritmo y cadencia, semeja del mismo modo canto árabe. De todos modos, “¡Ai, au dolorea!” es un trabajo llamado a alcanzar popularidad. (Euskal Erria, 1912: 59-60]
No tanta popularidad por supuesto como conseguido la letra de la tamborrada de San Sebastián, aunque en alguna conferencia Bernardo Atxga rescatándola del olvido haya leído dicho poema, que acaba así: Laroguei urte: berac amasei. ¡Orren berandu billatu! Camposantura ni nuanian Ura munduban arguitu: Eta penaric aundiena det ¡Ez ditala beguiratu! [Ochenta años ya y ella dieciséis. / Qué tarde la he encontrado! / Cuando voy camino del cementerio ella ha aparecido: /Y mi mayor pena es / Que ni siquiera me ha mirado! ]
El tema de las guerras carlistas fue uno de los utilizados por Serafín en sus versos como “Txapari” (Zaldi zurien kanten soinuan; “Melodía de la canción del Caballo Blanco”) donde satiriza a Carlos VII o en “Karlistaren panparroikeria” (La chulería del Carlista) los versos más anticarlistas que leído nunca, o “Honoriaren kanpuan” (En el campo del honor) donde critica a los jefes carlistas o el soneto dedicado a Puigcerdá “Puigcerdari” , bastión de la lucha liberal contra los carlistas catalanes. Pero no sólo en verso y en euskera sino también en prosa castellana y como corresponsal de guerra para ‘El Tiempo” de Madrid, que dirigía Cárdenas, participó en la contienda desde el 10 de enero de 1876 al 26 de febrero del mismo año, como recoge
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Julio Caro en la edición que hace de los textos de su abuelo: Crónica de la guerra carlista. Enero y febrero de 1876. Serafín Baroja (Txertoa 1986). Son una serie de cartas del final de la guerra, cuando el ejército carlista se halla ya casi totalmente derrotado y el pretendiente Carlos VII ya había huído a Francia (1875-11-28), escritas en Hernani, Fuenterrabia, San Sebastián, Guetaria, Zarautz, Elbetea (Elizondo), Azpeitia, Cestona, Toloasa y Beasain. En las mismas se nos muestra como un corresponsal de guerra atento no sólo a los mínimos detalles sino también a la descripción del paisaje en el que transcurre la sangrienta contienda. La última lleva esta postdata: En vista de que ya no ha de haber más encuentros, me traslado a San Sebastián. La guerra creo que ha terminado, y la misión de los corresponsales está ya en su fin. Si ocurre algo digno de mención, escribiré de allí. Soy sin más su afectísimo SSQBSM. S. Baroja.
La segunda Guerra Carlista acaba con el triunfo de los liberales a los que pertenecía Serafín, que veía en los guerrilleros, generales y gente de Iglesia carlista un movimiento en contra de las libertades individuales y de la idea del progreso, que estaba en boga en Europa en el siglo XIX. Imagen que conservó Serafín hasta el final de su vida y transmitió a sus hijos. Su medalla por méritos de guerra la conservó siempre Pío en su habitación de Itzea. Paradójicamente, para aquellos que veían en la derrota carlista la de la causa vasca, esto no fue así, y se fueron creando revistas de tipo vasquista, como la creada por Arturo Campión en Pamplona, titulada “Revista Euskara” (1878-1883), que tiene entre sus proyectos, el cultivo de la literatura vasca, hoy olvidada o desconocida. Manterola creará a su vez en San Sebastián la “Revista Euskal Erria. Revista vascongada” en 1880, que también tiene como finalidad entre otras muchas cosas, el dar a conocer su antiquísima lengua, su especial literatura, sus originales cantos y traducciones, etc... Su afición periodística le llevará a Serafín a crear junto con su hermano Ricardo un periódico de vida relativamente breve, ‘El Urumea”, (1 de mayo de 1879-6 de junio de 1885, 1.727 ns), cuya imprenta y redacción se hallaban en el nº 4 de la calle Oquendo, y al que subtituló como periódico no político. Periódico defensor de los intereses de Guipúzcoa. Se publicaba tres veces por semana y se halla en la Hemeroteca de la Biblioteca Municipal de Donostia. Puede considerarse un poco también como
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contrapunto de ‘El Ibaizabal, Diario político. Diario de noticias generales. comerciales, industriales y mineras”, que se editaba en Bilbao desde octubre de 1876. “El Urumea”, es un periódico breve de cuatro páginas, al precio de 5 céntimos, siendo su suscripción mensual de una peseta. Su sección más importante es la de Anuncios, y en ella se anuncia gran parte del comercio de la ciudad. Entre los que se halla la empresa para la que trabaja Ricardo, que era licenciado en Derecho Civil, como subagente de la Compañía de Seguros LE NORD, con sede también en Oquendo, 4. Ricardo, según Pío, [1944: 80] trabajaba como un loco, de director, de redactor, de cajista y de maquinista, y debió morir joven. Serafín, que es uno de los principales redactores, presenta también noticias internacionales, traducciones de la prensa inglesa, traducciones de artículos de Schiller, noticias de concursos de bertsolaris, de poemas y traducciones, de regatas, de toros, de conciertos, etc. En el primer n° se halla un artículo de SBZ dedicado al Padre Meagher, famoso por sus alabanzas al vino. En el n° 4 nos habla de “Las sidrerías”. En el nº 17, de ‘Las damas y el vascuence”, que concluye así: Concluyo, después de esto, repitiendo lo que dije al principio, que cualquier mujer da quince y raya en el vascuence a todos los vascófilos, vascófobos,
vascómanos,
vasqhidrocéfalos,
vasquiípteros,
vasquiprotos,
vascocánicos y vascoelcánicos antiguos y modernos.
En este periódico publicó también una novela titulada Entre Madrid y San Sebastián (Amores prosaícos), de más de doscientas páginas y XXXVII capítulos. La rareza de la publicación y no haber encontrado un ejemplar completo son la causa de que no hayamos podido conseguir más que las tres primeras partes que completan 222 páginas, acabándose en el nº 156 del último día de 1879. El comienzo del Capítulo 1 es característico de la vida de Donostia en la época y lo transcribimos como muestra del buen humor de Serafín: En San Sebastián y una noche de Carnestolendas —la del martes por más señas— varios amigos nos reuníamos á cenar en la primitiva fonda de Ezcurra, con ánimo de acudir más tarde al baile del Teatro á despedirnos del
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carnaval, dando así cumplido adiós a sus alegres noches, transcurridas haciendo el oso en las máscaras Una hora después de sentarnos a la mesa, el buen humor se desbordaba en estrepitosa confusión, y de seguro que ninguno de nosotros pensó en el tremendo día de Ceniza que nos había de cojer camino del infierno á ser cierto el apotegma famoso de un sabio teólogo, que dice: ¡Oh niña que estás bailando! al infierno vas saltando! ¿Pero quién abandona á una niña en medio de un camino y entre los acordes de un vals ó de una habanera?
Es una novela de aventuras y enredos, pero sobre todo llena de amor y humor. No faltan desafíos en la Isla de Santa Clara, ni tempestades, ni otros ingredientes típicos de los folletines de época. Ya para entonces Serafín había publicado en 1878 un libreto de ópera que se venderá a peseta, llamado, Pudente, con música de J. A. Santesteban. Según señalaba Julio Caro, Serafín fracasó como libretista, mas esta afirmación necesita una puntualización, ya que como señala J. Bengoetxea [1912: 55-56], dicha ópera tuvo un éxito colosal en el Teatro-Circo de la época, actual Iglesia de los Jesuitas. Los arreglos musicales de Santesteban y la dirección del dúo Salaberria-Alzaga fueron muy bien acogidos en la época. Éxito que se volvió a repetir el Lunes de Carnaval de 1885. Y para entenderlo hay que echar una mirada al Nuevo Teatro Vasco que renacía en aquel momento de la mano de Marcelino Soroa, que estrenó tras volver del exilio, por haber publicado unos versos contra rey Amadeo, en el Teatro Principal de San Sebastián el 12 y 19 de mayo de 1879 una zarzuela bilingüe titulada, Iriyarena, considerada como la primera obrita de la época moderna. Junto a Serafín y Marcelino sobresalieron en esa época, en el mundo del teatro vasco, Victoriano Iraola, los manos Pepe y Rosario Artola, Juan Ignacio Uranga Felipe y María Casal, etc., etc. El coro de los romanos que se hallan en las minas de Río Tinto canta así en la primera escena del acto primero, con la melodía popular de Intxauspeko Alaba (La hija de Intxauspe): Erromaren aomenak mundua Bete hadu, gerrari zor dio; Armen bidez dauka menperatua,
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Armai eskerrak du ainbat balio. [Coro. Si el nombre de Roma ha llenado el mundo, á la guerra se lo debe, por medio de las armas lo tiene dominado, merced á ellas vale tanto].
Pudente (nombre que encontró Serafín en inscripción de la mina) es el jefe romano, amigo Trajano, explotador con sus esclavos de la mina. Pero tiene un enemigo llamado Umbreno, y a pesar de estar enamorado de su hija Fluvia, que a su vez lo está de su hermano Lépido, enviará a éstos fuera de la mina, mientras que él, quedándose con Umbreno y sus enemigos, derriba la columna en la que se apoya la mina y ésta, en la última escena acto tercero, mientras el coro canta: Baco, Venus: beti, beti! (Baco y Venus, siempre y siempre) tras un espantoso estruendo se hunde.)
Se trata, pues, de una obra simbólica, de venganza literaria de Serafín, en relación a aquellas ilusiones y esfuerzos de ingeniero joven destruidaa por el Estado. Esta obra, en la que el propio Serafín participó confundiéndose entre los improvisados mineros, y en la que bellísimas donostiarras —según el cronísta de la época— componían el coro de romanas, fue considerada como la iniciadora de la lírica teatral vasca. Y diez años más tarde se iniciará en Bilbao, con la zarzuela de Resurrección Mara de Azkue, Vizcaytik Bizkaira, lo que Sabino Arana dio en llamar Teatro Nacional Vasco. Pero antes del Pudente, parece que ya había algunos chistosísimos juguetes que se estrenaron con gran regocijo del público como la obra de título italiano: Il ritorno de D. Estefan. Zarzuela . En castellano, vascuence y chapurrado. Música del maestro Santesteban (padre). Y según la Enciclopedia Espasa, también escribió el libreto de otra zarzuela titulada Mis ocho alojados Esto de los títulos en italiano, debía ser bastante común en aquella época donostiarra, porque Alzaga (1861-1941), escribió también un titulado Gli cornamenti, que sepamos se mantiene inédito. Y después del Pudente, aunque sin el éxito de esta opera, publicó Serafín tres obritas: un Hirni ama-alabac (Iruñea, 1882); una zarzuela Amairu Damacho (Madrid, 1904); y una ópera Luchi (Madrid, 1904). Elkano, quedó
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entre los manuscritos inéditos que hemos conseguido editar aquí, gracias a la colaboración de Pío Caro Baroja. Hirni ama-alabac, drama en dos actos en vascuence y en verso de doce sílabas, con su traducción en prosa castellana, se publica en Pamplona pero sin demasiado éxito, pues comenta que las piedras del viejo castillo ubicado entre Vera de Bidasoa y Elizondo que ambientan románticamente la obra le habían costado mucho dinero. En la nota respecto a la traducción que él mismo hace nos dice sin tapujos y sin miedo a ser tachado de neologista lo siguiente: … advertiré para siempre, que acepto como vascongadas todas aquellas palabras, que como horizonte, gas, canal, clima, temperatura, perla y otras muchas, son iguales, salvo la última sílaba de algunas, en los idiomas más conocidos.
Este dramón romántico que acaba con la muerde trágica de los enamorados Hirni y Bilgotx, jóvenes de 17 y 20 años respectivamente, y ambientado En tiempos anteriores a nuestra época, no tuvo, pues, gran eco. No se arredra por ello Serafín, y arremete al año siguiente con un semanario bilingüe que titula así: Bat. Semanario bilingüe, castellano y vascuence. Egui - Arguí Berri - Onac. Verdades - Conocimientos - Novedades - Intereses (Iruñea - Pamplona, 1883). En este semanario fundamentalmente literario nos da traducciones al euskera de poemas de W. Shakespeare, P. A. Alarcón, A. López de Ayala, R. Campoamor, A. García Gutiérrez, J. Selgas, etc., poemas originales suyos en castellano, el comienzo del Lazarillo de Tormes Tormesko Lazarotxoaren Bizia, descripciones geográficas, artículos sobre el euskera, sobre el porvenir de los teatros en verso en las capitales de provincia, e incluso un ENSAYO de una nomenclatura, en Castellano, Vascuence y Latín, de los peces mós conocidos de la costa Cantábrica y de los ríos que en ella desembocan. Tampoco tiene mucho éxito este intento, ya que al final del sexto ejemplar líquida con estas palabras su periódico:
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No habiendo conseguido reunir el número suficiente de suscriptores para pagar la mitad de los gastos de impresión se suspende la publicación de este semanario bilingüe.
Es decir que inicia esta aventura pamplonesa el 1 de enero de 1883 y la acaba el 16 de febrero del mismo año. Pero antes de seguir su ruta leamos el famoso monólogo de Hamlet, soneto del inconmensurable Shakespeare en versión euskaldún de Serafín: Izan edo ez izan, ontan dago dena Zer da nobleago, sufritu indar gabe Makur, mugaitz oker, zori zurkaitzena; Edo bein urratu gogo atsekabe. Guzien jazarrak. bertan? —Hil, hil; —lo egin: — Besterik ez; —eta lo batein penak Desegin, jatorriz ditugun mila ozin Neurri gabe oyek, — akabail au denak Naiko kenduke izan gustoz. Hil; —lo egin, —lo! Nork daki amets egin; Traba aundia ona emen, Bada pentsatzean lurpetu ordurako Zer nolako ametsak egingo diraden Atzeratzen gera: Ala da ain luzea Naiz, penaz josia, gure izatea.
Se pueden deducir interesantes conclusiones si comparamos esta versión con la de Bingen Ametzaga, traductor del Hamlet [1952:84], con la de B. Larrakoetxea, traductor de las obras completas del inglés [1976:269], o con alguna más actual como la de Juan Garzia [Alberdania, 1995], a los que como autor dramático que es aventaja en recursos propios del teatro. Así como si comparamos su traducción del Lazarillo con la de Orixe [1929], al que aventaja claramente en fidelidad respecto al original. Alguna influencia tuvo este semanario, siquiera en su hijo ya que cuando nos habla cuando está de médico en Cestona, de los diversos modos de tratamiento en el verbo vasco, el ejemplo que nos pone [1944:329], es exactamente el mismo (banoa / banian / baniac ‘ya (te) voy’) que da su padre en el Bai, Jauna, Bai [1883, n° 6, 1] , aunque las consideraciones que hace sobre el mismo son diferentes.
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Participa también en el “Eco de San Sebastián”, Periódico político independiente, de noticias y anuncios consagrado a la defensa de los intereses de Guipúzcoa, cuyo Número Prospecto sale a la luz el 6 de julio de 1883. Entre sus compañeros de lid en el suplemento literario, que se publica generalmente los sábados, y titulado Paréntesis, se hallan V. Iraola, M. Soroa, G. C. Medrano, C. Otaegi, J. Zahonero, A. Arzac, etc., y Serafín publica el 31 de Agosto de 1886 su poema “Arrats Izugarria”, que ya se había publicado en la revista “Euskal-Erria’ [1880; 73-77], con traducción al castellano, poema sobre el famoso incendio de San Sebastián, que va precedido de esta introducción; Siendo menos conocida de lo que debiera creemos agradar á nuestros lectores publicando la siguiente bellísima composición de nuestro buen amigo el distinguido escritor D. Serafín Baroja. El 5 de junio de 1888 comienza a publicar en el nº 1247 de “La Voz de Guipúzcoa”, Diario Republicano, un folletín titulado Perico Pello de Alabaindanere, que ya había anunciado en su semanario bilingüe. El título completo es Perico Pello de Alabaindanere. Apuntes para la Historia de un buen apunte escritos por el mismo en vascuence y traducción al castellano por S. B. y se desarrolla en 80 entregas. Nos cuenta las aventuras de Perico, huérfano donostiarra, primero como ayudante de una compañía de teatro, y después en Madrid como improvisado profesor de francés y participante de las revueltas madrileñas de la época así como de la bohemia nocturna y miembro de la Sociedad el Acabóse. Al final de muchas aventuras llenas de humor el pintor Marisparra, amigo de Perico, se casará con Isabel, que en realidad es Luisa. Es evidente en algunas escenas la influencia de Nôtre Dame de Paris, de Víctor Hugo, y capítulos como ‘El cafetín’, son de una viveza, difícil de encontrar. En el mismo periódico republicano de Donostia publicará el año 1895 otro folletín de título De Chamberí a Madrid, 100 metros en 25 días. Obra que se inicia el 1 de julio y finaliza su Primera Parte el 23 de agosto del mismo año, en el capítulo XXII dedicado a El concierto-monstruoso, tras la redacción de 434 columnas. No hemos podido leer, sin embargo, más que a partir del capítulo XIII, ya que un desaprensivo ha tenido la incultura de cortar los XII primeros capítulos del único ejemplar que queda de esa época en la Hemeroteca de la Biblioteca Municipal de San Sebastián. Narra la vida de estudiantes de Madrid repartida entre los libros, los amores y el teatro, sin que falte el típico duelo de folletín.
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Podríamos preguntarnos si estos folletines como señala Juan Ignacio Ferreras en La novela por entregas 1840-1900, si esta novela popular destinada a la clase trabajadora recogía los valores de esta clase o los de la pequeña burguesía no revolucionaria, y si realmente fue una estafa económica e ideológica [1971; 314]. O como Ángeles Carmona, en La mujer en la novela por entregas del siglo XIX, plantearnos si realmente cumplió una función negativa porque contribuyó a paralizar los impulsos de la mujer en el momento en que se empezaba a apuntar un cambio de concebir su función en la sociedad [1990; 232]. Y nuestra opinión no estaría ni con uno ni con otro, sino con Julio Caro Baroja cuando comenta en un coloquio recogido en Creación y público en la literatura española, que la novela por entregas, y añado, en concreto la de Serafín, está en relación con una propaganda o una ideología de cierto tipo liberal y progresista [1974; 139]. Por esa época escribe Serafín en “La Voz de Guipúzcoa” sus “Humoradas Donostiarras”, bajo distintos seudónimos como Y griega, Equech, etc.. donde al cuadro costumbrista se añade casi siempre como una pincelada algo de euskera, unos versos, unas expresiones o frases cortas, etc. Fórmula que también aparece en su hijo Pío. Y al hablar de las influencias recibidas por éste, siempre se cita a Schopenhauer, a Dostoyewski, a Balzac y a otros muchos, pero no estaría de más que se constatara esta influencia paterna y del entorno familiar, que olvidan con frecuencia tanto vasquistas como hispanistas. El primer libro de Pío Baroja es un tomo de cuentos, publicado en 1900 y titulado Vidas sombrías. En el prólogo que le dedica Julio Caro a su edición de Alianza (1966), nos dice que se trata de una colección de cuentos escritos entre 1892 y 1899, y que algunos de ellos ya habían visto la luz en “La Justicia”, el periódico de Salmerón. Es evidente, sin embargo, que en este librito no recogió todos los cuentos escritos anteriormente, porque en “La Voz de Guipúzcoa”, ya aparecieron en época que también escribía su padre, entre otros algunos cuentos como El remedio (Cuentos de la- tierra) (nº 4128, 25-VIII-1896) y El Charlatán (Cuentos Propios) (n° 4147, 14-IX-1896). No tenemos muchos datos sobre la estancia Serafín en Valencia, ciudad a la que se trasladó para que pudiera su hijo Pío acabar la carrera de Medicina, y donde Darío, que era el mejor estudiante de los tres, murió a los 24 años, tras dejar un Diario escrito. De Bilbao, en la que fue ingeniero jefe, pero donde no hizo en la época de las vacas gordas de la minería vasca como otros grandes negocios, sino pequeñas
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colaboraciones con la Sociedad Echevarrieta y Larrinaga. De Granada o de San Sebastián tampoco. En Madrid, lo encontramos vendiendo en la panadería familiar junto al pan de Viena otra vez sus frutos literarios, que esta vez se titulan al igual que en Pamplona, Bai, Jauna, Bai. Periódico bilingüe, castellano y vascuence (Madrid, 1904), donde además de firmar con las iniciales de su nombre y apellidos (SBZ), firma como Anish, y Malcosh. En su nº 1 nos dice lo siguiente: En nuestro Prospecto —al que llamamos Propósito temerosos de no ver realizados nuestros deseos— saludamos a la Prensa y al Público, hoy, en este primer número, saludamos a las eminencias literarias, poniendo como prestigioso blasón al frente de nuestros trabajos la bellísima poesía de D. Juan Valera titulada La Iglesia Perdida, con su traducción al vascuence.
En nota a pie de página señala también cómo le indicó el propio Valera, que las bellezas de aquel poema se debían a Luis Uhland, que lo escribió en alemán. Entre otros autores traducidos nos hallamos con poemas de Carolina Coronado, con los de Pulgarcito y Los cuentos del buen rey Dagoberto. Versión de los populares versos franceses que empiezan por Le bon roi Dagobert a mis sa culotte à l´envers..., que partiendo del rey del siglo VII, sirvió en sus múltiples variantes como sátira de Luis XVI y de Napoleón, como nos señalan Martine David y Anne-Marie Delrieu al analizar las fuentes de las canciones populares [1984: 229ss]. Para Pulgarcito, traducido como Ucabílcho (n° 2-4, pp. 1-2) pone la siguiente nota (Se suplica la música y para orfeón a ser posible), y para el rey Dagoberto presenta una melodía y traducción libre (n° 6-7, pp. 1-2), cuyo comienzo es así; Oker zeuzkan frakak Dagoberto, on Erregeak, Eloy donecarra Zan bere adiskide zarra Eta esan diyo Magestadeari: —Galtz oyec ditu Aldazpiz jarri. —Baietz, diyo Erregek, Zuzen egokiago ziaudek.
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[Llevaba los pantalones al revés / el buen rey Dagoberto / y su viejo amigo san Eloy / le ha dicho / a su Magestad :/ — Lleva los pantalones al revés. —Sí, sí — le contesta el Rey— / están mejor del revés.]
En este semanario vuelve a reeditar Amairu Damacho (Trece señoritas). Zarzuela en trece actos y un epílogo, con letra hablada en castellano y en verso, y letra cantada (coros) en vascuence. En ella aparecen un sinfín de personajes, y la escena pasa en Pasajes, en San Sebastián, en la Isla de los Faisanes (Irún) y en Fuenterrabía. En el año de 1660, época de Felipe IV. La música es del maestro D. Marcelino Galatas. No publicó, sin embargo, de esta obra más que el acto décimo en San Sebastián en una edición sin fecha, en el que entre otros personajes aparece Velázquez retratando a la Infanta Teresa, y el acto 1 que se edita en Madrid. En un número especial de Bai, Jauna Bai, editado en diciembre de 1904, Serafín nos da el libreto bilingüe de otra ópera en tres actos: Luchi. La escena acaece en diciembre de 1512 y los personajes son los siguientes: Luchi, 18 años. Huérfana. Hija de un ferrón; recogida y protegida por D luana. Dª Iuana. Viuda. Madre de D. Fernando. D. Fernando, Conde de Urumeola, 21 años, Oficial de Marina. Marcelo, 27 años. Maestro ferrón. Allorbe, 60 años. Carbonero y Versificador. Amu, Pescador. Miquela, Mujer de Amu. Mirotza, Cazador Burnizuri, Minero y tamborilero. Gipuch, Aprendiz de ferrón y Violinista. Etc, etc. La primera escena que representa la ferrería de Urumeola, se inicia con la canción del coro que canta en euskera la melodía de Lucia de Lammermoor: Come vinti da stanchezza. En la segunda escena se canta según las melodías de Rigoletto, Scorrendo uniti remota via, y de Norma, mi protegge, mi difendi. En la tercera con la de Hugonote Dispersa sen vada ó pif paf. Allorbe, que es el bertsolari, sin embargo, cantará según el zortziko de Murillo titulado Guetariarrai. La cuarta escena se inicia con la melodía de Hernani, Lo vedremo veglio audace. La quinta y última escena que se
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inicia con la acción popular, se canta inicialmente con la melodía de Artolataucaren, y finalmente con la de los Hugonotes, La causa e santa e in petto. El argumento narra las penas de amor de Dª Iuana y su hijo D. Fernando por Marcelo y Luchi respectivamente, pero que se aman mutuamente, en un contexto que es la costa guipuzcoana y la guerra de guipuzcoanos y navarros, el año de 1512. La obra Elkano, inédita hasta esta edición cuenta la famosa hazaña del marinero guipuzcoano de Getaria, que fue el primero en dar la vuelta al mundo. Las óperas y dramas de Serafín, pues, se insertan en el contexto de los dramas históricos del siglo XIX, y la música responde como señala Jon Bagües en su trabajo La ópera en Euskal Herria [1984: 115-130] a unos modelos italianizantes. Y nuestro Baroja será uno de los adelantados e iniciadores de lo que fue el momento culminante de la ópera vasca los años que van de 1909 a 1914, época en la que tenemos catalogadas 18 obras, entre las que sobresalen Maitena (1909) de Charles Colin, Mendi-Mendian (1910) de José María Usandizaga, Ortzuri (1911) de Resurección María de Azkue, Azi ona (1912) de Pedro Alberdi, Zara (1913) de Eduardo Mocoroa, y Urlo (1914), también de Azkue. Como señala Pío Caro en su Itinerario Sentimental (Guía de Itzea), realizado con textos de Pío Baroja y de Julio Caro (Pamiela, 1995), Serafín murió en la casa donde está el antiguo estanco del pueblo de Bera, en plena curva de la carretera de Irun a Pamplona, y donde paraban antiguamente las diligencias y más tarde los autobuses de línea, el 16 de julio de 1912, y su cuerpo se halla enterrado junto al de Pío en el cementerio de Bera.
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8 BREVES NOTAS SOBRE LA NOVELA HISTÓRICA VASCA5 Compatriotas y amigos, señoras y señores. Con este vocativo inicia Alfonso R. Castelao el número 1. de la revista Galeuzca en 1945 su conferencia política sobre La posición ideológica de Galicia. En este primer número se habla también entre otros temas, de las gestiones que se realizaban en aquellos críticos momentos para formar un gobierno republicano en el exilio. Yo todavía no había nacido, y mi deseo hoy es más humilde. Charlar un rato con mis amigos de Galeuzca sobre literatura. No pretendo con estas breves e inconexas notas abordar un ensayo sobre la novela histórica vasca, ni mucho menos intento redactar un estudio sobre la dialéctica actual entre Historia y Narrativa, y la "reciente tendencia de la novela a abordarternas o ambientes históricos". Esto exigiría de mí una dedicación y un tiempo del que no dispongo, por lo que, ya que me lo han pedido, intentaré esbozar unas cuantas líneas que responderán más o menos a las ideas y preocupaciones que me han ido surgiendo al filo de las últimas lecturas, y que procuraré conectar con el terna de la ponencia. 1. Dice Borges hablando sobre El pudor de la Historial, que Saxo Gramátíco escribió con razón en sus Gesta Danorum, aquello de que a los hombres de Thule (Islandia) les deleitaba aprender y regh la historia de todos los pueblos. y que no tenían por menos glorioso publicar las excelencias ajenas que las propias, y que, no el día en que el sajón dijo sus palabras, sino aquél en que su enemigo las perpetuó marca una fecha histórica. Una fecha profética de algo que aún está en el futuro: el olvido de sangres y naciones, la solidaridad del género humano. Lógicamente la solidaridad parece que debe iniciarse con aquéllos de la propia familia y lengua que se hallen en situación más precaria. Sin embargo, los vascos hemos 5
GALEUZCA. GALIZA. EUZKADI. CATALUNYA. VII encuentro de escriotes gallegos, vascos y catalanes. Mallorca, 11-14 de octubre de 1990.
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dado a través de la historia más muestras de ser sólidarios con el resto de las naciones y lénguas que con la propia. ya que la mayoría de sus hombres de pluma' se han dedicado a tejerlhístorías de otros, olvidándose con excesiva ~iJencia de la propia. Recordemos como prueba algunos títulos de novelas de escritores nacidos aquende y allende los Pirineos. Tal.Ios del vizcaíno Antón Trueba, el de los Cantares, (1819-1889) que publicó las novelas históricas El Cid Campeador. y Las Hijas del Cid; o la del vianés Francisco Navarro Villoslada (1828-1895), que ubica su Doña Urraca de Castilla en el siglo XII; o la de mi paisano Eugenio de Ochoa (1815-1871),lider romántico y liberal radical que escribió su Auto de Fe sobre la vida y muerte del primogénito de Felipe n. Al otro lado de los Pirineos surgen también una serie de vascos, que escribieron en francés, como Joseph Augustin ChaIlo (1811-1858), nacido en Tardets, mas6n,historiadory brillante periodista, creador de la primera gacetilla en euskara, Ariel (1848), que simboliza el ángel de la magia y de la imaginación. Chaho publica en 1844 Sofer et les houris espagnols, historia romántica de la época de Alhakan, supuesta transcripción de un manuscrito árabe. Tal, Charles Moulle, alias Thierry Shady, bayonés (1890-1950), que escribe sobre corsarios, o sobre Roben le diable, uno de los personajes más novelados de la Edad Media; o Pierre Daguerre (1891), autor de Le Roman d'une infante (1940), cuya trama se desarrolla en España en la primera mitad del siglo XIX. Supongo que esta' breve enumeración es suficiente. 2. Amado Alonso, 'navarro eminente, paisano de Francisco Navarro Villoslada, en uno de sus magistrales ensayos, al tratar de la novela histórica, intenta analizar la aparente incompatibilidaddeeste género y la poesía Nos habla de cómo Shakespeare, Lope, Calderón, Racine, Goethe, Schiller y un largo etcétera hallan sus fuentes de inspiracién en la tradición que abunda a su vez en materiales históricos, legendarios o míticos, y que, ciertamente los grandes trágicos y épicos no gozan del perenne privilegio de fecundar el corazón humano por haber reconstruido con arte un tiempo pasado, sino porque, en un tiempo que apenas excluye otros tiempos, en un ambiente hecho no más que con la atmósfera vital de sus héroes, forjaron unas vidas humanas de alta tensión, almas singulares habitantes de cuerpos singulares donde las fuerzas de la vida se presentan con aleccionante nitidez', Por tanto, en su opinión, la causa del favor perenne de ciertos escritores no se halla tanto en su arte arqueol6gica, en sus conocimientos eruditos de una época, algo 90
secundario o previo, como en su capacidad de plasmar la tensión de unas vidas con nitidez y belleza, lo principal. 3. Historia magistra vitae. Era lo que nos enseñaban al estudiar los latines en la adolescencia, pero según van los últimos acontecímientos bélicos que podemos contemplar tranquilamente desde casa somos muy malos alumnos y no escarmentamos. Si hiciéramos una historia de la novela nos sería imprescindible repostar en la riquísima literatura oriental o en la tardohelenística, y es evidente ya desde lenofonte con su Ciropedia, de inspiraci6n semejante a las biografías noveladas de hoy, donde pone en boca de su héroe sus propias ideas sobre la organizaci6n militar; o desde Darit6n de Afrodisia con sus Aventuras de Quéreas y Calirroe; o en Antia y Habrócomes de Jenofonte de Efeso ... que se insiste en situar un argumento puramente ficticio dentro de un ambiente histórico y en conexi6n con personajes conocidos, alamaneradeDumas. Por otro lado, los elementos que componen la intriga de estas novelas están altamente estilizados. Un joven y una muchacha se ena- moran. su amor se ve dificultado
por
desgracias
m~vmadü,ywsoosooammooossev~
amenazados
por
tremendos peligros que deben afrontar cada uno por su cuenta, sin embargo logran vencerlos y salen de ellos incólumes para casarse al finalizar el relato. Este esquema que presentan aún en laactnaIidad muchos éxitos, nos muestra que no es lo esencial la fidelidad arqueológica del pasado, por otro lado inaccesible e inaprehensible en su totalidad, y sólo abordable en aproximaciones relativas más o menos fieles, y donde el anacronismo voluntario puede llegar a ser un auténtico arte, sino en la tensión vivida por los protagonistas, presentada con arte y ~eza. 4. Sin remontarnos tanto en la historia, podemos considerar junto con Lukács, que la novela histórica es un producto literarío más reciente, que tiene su" primera teorización en Alemania, y que sobre todo a partir de Walter Seott se pone de relieve el conocimiento de la relación entre personaje y realidad históricosocial. Éstas son sus palabras: "La esperanza de un renacimiento nacional toma en parte su fuerza en la resurrección de la grandeza nacional. La lucha por esta grandeza nacional exige que las causas históricas de la decadencia, de la desintegración de Alemania sean estudiadas y representadas artísticamente. Por consiguiente, en Alemania que, en el cursa de los siglos transcurridos, fue solamente un objeto de transformadones históricas, el arte se hace histórico antes y más radícalmente''. n 91
Partiendo de esta concepción, en opinión del crítico francés lean Thibadeau, Alemania sería la sede central de la convergencia entre ideología y ficción que se da en la novela histórica, Inglaterra su cielo novelesco (ficción sin ideología), Estados Unidos e Italia los apéndices de Inglaterra y Alemania, Rusia un caso aparte, y España Wl eco de Francia, en aquel momento reprimida. Evidentemente no existen para este crítico los autores de las literaturas d~ámbito restringido, ni existimos los de Galeuzca. ¿Dónde entramos, pues, nosotros en este concierto histórico? Es conocido, aunque no muy extendido, que algunos autores de origen vasco recibieron la influencia de Walter Scott en época temprana. Así, el ya mencionado Eugenio Ochoa, que en su obra sobre Don Carlos recuerda a sus lectores que había compuesto una ficción y no una obra histórica, puesto que como erudito conocía muy bien los deslindes entre la ciencia histórica y la literatura, menciona a Byron y a Seott en sus notas. Por otro lado, el personaje de Don Carlos, preso por su padre Felipe II y muerto a los trece años, tres meses después de la muerte de la reina Isabelle, tercera mujer del catolicismo rey. era inevitable que diera lugar a leyendas y a su utilización por parte de los románticos liberales, como es el caso de Ochoa, y de otros autores europeos como Alfieri, de la Motte Fouqué..., y Schiller, cuya obra sirvió de inspiración para la famosa ópera de Verdi, Tampoco puedo dejarde mencionar de nuevo a Chaho, discípulo de Nodier', y autor de obras en euskara, que en su exaltación romántica al escribir La Fée des Montagnes ou Lélo (1848), narraun episodio de la guerra entre beamonteses y agramonteses, siendo estos comandados por César Borgia, a cuya derrota asistimos, así como a la historia de amor entre Lélo, hijo de un adivino suletino, y Marilia, hija del Roncal, hada de la montaña. En el prólogo de esta novela histórica nos babIa del Ilustre escocés, de los italianos, de los españoles.de losnoruegos, y .•. de la escuela parisina que se distingue par la grace et le bon gollt. La influencia de las traducciones de Scott a partir de Ivanhoe (1819) fue enorme como es bien sabido, y así la Oda a la Patria de Bonaventura CarIes Aribau en El Vapor (24 de agosto de 1833) se presenta con el patriótico orgullo con que presentarla un escocés los versos de Sir Walter Seott a los habitantes de su patria. y también es aún romántica a la manera del escocés O niiw de pombas (1901) de Antonio López Ferreiro. 92
5. De la misma manera que E1s Jocs Florals de los años 30, los Concours de Poésie Basque iniciados por Antoined' Abbadie el año 1853 en Urrugne (Labourd) suponen el lento resurgir de las letras euskaras. Fenómeno que dura toda la segunda parte del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. y sobre el que. no compartimos ni las reservas ni la valoración negativa de Ibón Sarasola", pues opinamos junto con Joaquim Molas? que los Juegos Florales tanto en el País Vasco como en Cataluña supusieron la primera plataforma específica destinada a la organización y a la difusión cultural de la lengua, a la recuperación de la identidad, y planificaron la creación literaria. de la que resultó beneficiada en primer lugar la poesía, y posteriormente la narrativa. Precisamente por imitacién de las justas poéticas celebradas allende el Bidasoa, el año 1879 se crean en San Sebastián l~ bases de un concurso literario que premiaba ~q&!l autor que mejor escribiera sobre un aspecto parcial de alguna historia, leyenda o costumbre propia, digna de recuerdo. Los escritores que se animaron y participaron con sus narraciones encontraron un sustancioso acervo de materiales en los cantos tradicionales. y las leyendas, incluidas las apócrifas, ya publicadas anteriormente por Chaho (1843), Goizueta (1851), Michel (1859), Araquistain (1866) y Cerquand (1875). Los narradores postrománticos crean una nueva "historia" del País Vasco, que había sido ignorada en cuanto tal generalmente por los historiadores oficiales, y se abastecen de antepasados célebres, incluso se inventan la tradición vasca, utilizando la expresión de Jon Juaristi", Se parte de la leyenda de Aitor, padre de los vascos, alegoría que creó el iluminado Chaho, y que hoy subsiste como si de un personaje real se tratara en las canciones populares y en el nomenclátor juvenil de las nuevas generaciones. . •. y como señala Ana Toledo", se atribuye el origen del pueblo vasco a Aitor, que vino del Este. de allápor los montes de Ararat de Armenia (Echegaray, 1882). Asentados en las estribaciones de los Pirin'eos los éuskaros so-portan los ataques de los romanos que nunca llegaron a conquistar esas zonas montañosas (Campión, 1881; Arrue 1882). Pelean bravamente contta los francos en la época de la cristinianización (López Alén, 1890; Aguirre, 1898), así corno contra los visigodos y los moros (Echegaray, 1883; Arrue, 1884), y al final de la Edad Media se enredan y enzarzan en sangrientas peleas fratricidas dirigidas por los parientes mayores, oñacinos y gamboínos (Echegaray, 1891). Los personajes de las leyendas, así corno posterionnente los de la primera novela histórica Auñamendiko Lorea "La flor del Pirineo" (1898) de Domingo Aguirre, o los del primer drama histórico Karmela (1886) de Pedro Harispe, así como los de las 93
novelas de costumbres son la plasrnaci6n y encamación de un ideario, la representación de las características y afanes de un colectivo, el espejo de los vascos que se nos muestran en general corno hombres rectos, leales, cristianos, fervorosos, amantes de la libertad y de la paz ... Sin embargo, la moda importada de Castilla en La Flor del Pirineo en la que deambulaban por doquier los Chilperico, Childelberto, Teodorico y otros personajes de su ralea no iba a tono con los gustos sencillos y elementales del lector en euskara, y el autor que reconocía su deuda para con Amaya o los vascos en el Siglo VllI de Navarro Villoslada, la considerará un fracaso, y en consecuencia, abandonando los libros eruditos y de historia, tornará su cuaderno de notas y bajará a pasearse por el puerto a recoger directamente la vida y expresiones del mundo marinero, lo que transcribo casi literalmente se transformarán en Kresala "Salitre", novela que tuvo mucha mayor aceptación y que incluso fue traducida al francés por P. Arburu. De fruto tardío e intempestivo ha sido considerada la novela éuskara, cuyo primer exponente, en la opinión de algunos críticos esLaFlor del Pirineo, y es cierto lo del retraso en el tiempo. Sin embargo, si hablamos de narrativa sensu lato el panorama cambia. Nos cuenta uno de los mejores conocedores de la lengua y de los críticos literarios más perspicaces de este siglo, Pierre Lañne'", que un día le" preguntaron si existían novelas en euskara, a lo que contestó que teníamos algo mucho mejor: las vidas de santos. Y ciertamente éstas no se hallan exentas de imaginaci6n, están construidas con rara habilidad, en estilo directo y gran dramatismo. Al margen de anécdotas, si concediéramos como válida la clasificaci6n que hace Perreras de novelas histáncas de aventuras contemporáneas podríamos incluir en este grupo la novela escrita por lean Baptiste Dasconaguerre Les ichos du pas de Roland, que en su versión de 1867 decía, haber sido traducida del euskara, pero al pedírsele el original se halló obligado a traducirla en equipo. Esta novela recoge las aventuras de un contrabandista de la primera guerra carlista, Ganix, que ayud6 a la princesa de Beira a pasar la frontera y que se arruin6 por defender la causa carlista, y es saludada por Pierre Lafitte como la primera novela vasca. $e tratade unanarraci6n llena de ritmo y viveza, dfít, la que el autor según sus propias palabras, intenta pintar junto a la fisonomía del héroe, las costumbres y el carácter del País. De tradici6n escottiana es también la novela del jesuita Pierre Lhande, titulada Yolanda (1921). Este prolífico autor public6 múltiples novelas en francés, siendo
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algunas traducidas al castellano: Mirentxu, Bilbilis, Luis, Mon petit prétre, Fils de Dauphin ... Yolanda refleja la vida de un pueblo marinero en el siglo XVII, enmarcada en las peleas de los hombres de Hondarrlbia y Flandes, con mezcla de acciones diversas como raptos, abordajes, etc., hasta que al final se casan Yolanda, la hija de la fragua de Urdanibia y Joanes Azturiaga en la capilla del Santo Cristo deLezo. Aunque con algunos anacronismos exigidos por su afán pedagógico esta novela tiene un ritmo ágil, bien estructurada de principio a final, muestra el saber y el buen oficio de un novelista auténtico. Del año 22 podemos destacar un deseo en euskara y una realidad en castellano. Por un . lado Nicolás Ormaechea "Orixe", uno de los mejores prosistas del siglo escribe que los vascos somos muy desmemoriados y que es necesario refrescarnos la memoria mostrándonos lo que hemos sido y somos. Está abogando, por tanto, ya por una narrativa histórica como antídoto contra el olvido, como por una novela realista. Por otro lado, Pío Baroja, hijo de Serafín Baroja, autor, entre otras obras, de dramas históricos, y que había publicado ya diversas obras sobre ~l XIX y sus héroes, da a la prensa La Leyenda de Jaun de Alzate, Leyenda donde se integran poéticamente narrativa y drama en un ambiente medieval idealizado. Pasaremos de largo sobre muchos dramas o leyendas históricas que intentaron recuperar ese pasado perdido de la memoria colectiva y que tuvo entre otros teóricos al fundador del PNV, Sabino Arana, autor él mismo de dramas como libe (1895) o Atzaneuko, Labozko y Galozko, dos melodramas históricos legendarios que suceden en Vizcaya durante la época romana, y al final de la Edad Media. Frutos tardíos de la literatura postromántíca que recurre a la leyenda como medio de propaganda política en función de su eficacia práctica en la modelación de las ideologías, y que en lajerarquía del programa sabiniano era del siguiente orden. Primero, la prensa; segundo, el teatro; y tercero, el libro. Con este planteamiento, evidentemente fueron la prensa nacionalista y el teatro quienes salieron beneficiados, ya que en este último género se escribieron más de quinientas piezas dramáticas, mientras que el cómputo de novelas antes del 36 no llega a la veintena. Y para mayor desgracia, así como se representaban con gran aplauso múltiples obras teatrales a lo largo de todo el afio yen los Días del Teatro, que se celebraron durante la república. el primer día de la novela vasca - Eleberri Eguna, que se acordó se festejara ell de octubre de 1936 no llegó a celebrarse por causas 95
sobradamente conocidas. La guerra civil supuso casi un golpe mortal al resurgir de la cultura vasca y al renacimiento de las letras éuskaras. 6. Analicemos aunque sea de modo somero el momento actual. Hoy la biografía novelada, especie de prolongaciÓll y transfonnaciÓll artística de la novela histórica se produce en masa y tiene un éxito universal de librería como las novelas históricas de la primera mitad del siglo XIX. En el ámbito vasco es Jon Echaide (San Sebastián 1920) el autor que reinicia el género histórico con tres novelas: Alos'Torrea "La Torre de Alós" (1950), Joanak Joan. "Lo pasado, pasado" (1955), y Gorrotoa Leg« "La ley del odio" (1964). A su vez rompe con los personajes idealizados de las narraciones anteriores. presentando las pasiones y tragedias del hombre vasco, que distan mucho del prototipo ideal anterior. Dos de ellas se hallan ubicadas a finales de la Edad Medía, cuyo mareo ejerce un atractivo _ especial sobre el autor, un tradicionalista de estirpe integrista que ha hallado refugio en las batallas entre los parientes mayores, la trágica vida del poeta romántico Pierre TopetEtchaJlun. y la amistad de uno de los mayores noveli~ éuskaros, el parisino Jon Mirande, suicidado en 1971. Echaide es un obseso de la obra perfecta y a la vez un heterodoxo que halla en la novela histórica además de una evasión de la realidad --que aborrece visceral y apasionadamente--, una especie de alegoría de la vida actual, coctel de sangre, crueldad. incomprensión e injusticia. Si podemos juzgar como considerable el avance en la creación de algunos personajes que no se hallan ya idealizados ni desdibujados en favor de una acción trepidante, quedan aún lejos de ser reales, y de nave8ar independientemente por sus páginas, ya que la dispersa aparición de la voz omnisciente del autor no deja que la historia adquiera su propia vía y su ser autónomo. Además, su excesivo prurito de magisterio gramatical reflejado en múltiples notas a pie de páginaresultaunapesadalosadiffcilde soportar por un lector moderno, ávido sobre todo del placer de la lectura en sí y no de un aprendizaje de la lengua, cuyo conocimiento se sobreentiende. El tema de las luchas fratricidas entre afiacinos y gamboÚlos ya había sido utilizado anteriormente a su vez por otros autores como Domingo Aguirre que tituló su embrión de novela histórica: Ni eta ni "yo y yo" (1917). La vida trágica del poeta suletino, el Verlaine vasco, ha sido también tratada en unanovela reciente por Xipri Arbelbide, titulada Piarre Topet Etchaun, 1786-1862 (Elkar, 1987), que como en otros muchos casos de escritores vascos.más preocupados en su creación que en la lectura de 96
otros creadores, desconocía la obra de Echaide, al tiempo que sigue con excesivo mimetismo la obra del francés Pierre Espil, Etchahun le malchanceux (Euzkadi, 1947). No es el vasco, evidentemente el único caso de pasión por un personaje. Alejandro Magno (356-323 a. C.), que parece encamar el ideal del Aquiles homérico, una vida breve pero gloriosa, dio lugar desde las biografías de Diodoro de Sicilia, Arríen, Plutarco o Quinto Curcio a múltiples leyendas, llenas de anacronismos, que se extendieron durante la Edad Media por toda Europa occidental sirviendo de libro de historia a todas las escuelas medievales. Incluso hoy día sirve de materia novelística para Mary Renault en sus Funeral Games (1981). En el polo opuesto un esclavo rebelde servirá para que Howard Fast escriba su Spartacus, y A. Koestler su The Gladiators, variaciones sobre un mismo tema. Caso aparte es el de Hermano Broch con Der Tod des Yergil (1958), donde traza un paralelo entre la época de Augusto y la suya planteándose cuestiones fundamentales como la posibilidad del conocimiento o de la función del arte en una época de crisis. Este largo poema en prosa, de un barroquismo delirante describe las últimas horas de Vírgílio, que cae en un estado de delirio donde se funden presente y pasado, sueño, realidad y alucinación. Descripción y análisis que se corresponden en la forma con una investigación profunda de las posibilidades del lenguaje. ¿ Cómo resistir a la tentación de citar a Marguerite Yourcenar y sus Mémoires (/ Hadrien, que halló en euskara y enJ.A. Arrieta un traductor encomiable? Ella intenta rehacer desde dentro lo que los arqueólogos del siglo XIX habían hecho desde fuera, perorecordemos las palabras que cita Jean d'Ornesson en su respuesta al discurso de entrada de la primera mujer en la Academia Francesa: "Il faut faíre id un aveu quejen' ai fuit ápersonne; je n ' ai jamais eu le sentiment d' appartenir completement A aucunlieu, pasméme ámon Athenes bienairnée, pas méme aRome. Étrangerpartout,je ne me sentais partículíerement isolé nuUe pan"." ¿Quién habla? ¿Quién es el autor del texto? ¿Adriano, Marguerite, ... 0 Borges? ¿O cualquiera de nosotros? " Siendo como es el euskara nuestro lugar, nuestra patria y nuestra obsesión y sueño volvamos en este viaje, de lo universal a lo particular. El año pasado, segundo centenario de la revolución francesa puso en el mercado del libro 732 obras escritas en euskara, SégÚD el cómputo de Juan Mari Torrealdai'", y encontramos corroborada en los ciento veintiúp títulos de liter~tura la tendencia de amplio.d~io de la narranva sobre los otros géneros literanos, ya que supone el 62' 5%, 97
siguiéndole de lejos la poesía con el21 '5%, lo que parece según algunos críticos, exponente de la normalización lingüística y cultural. Pero, por lo que respecta a la novela histórica encontramos muy pocas obras de este subgénero. Babilonia de Juan Mari Irigoyen aborda el mundo de la segunda guerra carlista. Influenciado por su estancia y lecturas sudamericaranas, intenta recuperar el Alza de su infancia, mezclando mito e historia con buenas dosis de poesía. 1789, fecha de la pérdida de autonomía de las provincias de Labourd, BajaNavarra y la Soule, no dio lugar a ninguna novela histórica, aunque en 1985 1.M. Arrieta, autor de algunas novelitas históricas desde una perspectiva religiosa conservadora abordara el tema con su obra Landetaratuak; escrita para un público juvenil. También para este público escribe sus novelas y biografías Xabier Gereño, entre las que podemos mencionar: Gerra ezkutua; Zumalakarregi, euskal buruzagi; Napoleon, Frantziako enperadore ... La voz disidente, marginal y crítica de las pequeñas naciones como la vascltiene evidentemente un tema de la historia pendiente en la revolución francesa y su eco en el País vascocontinental. También se public6 el año pasado, entre otras muchas reediciones la obra de Nicolás Ormaechea Orixe sobre el guerrillero decimon6nico El cura de Santa Cruz (1930), personaje controvertido cuya vida ha sido llevada a la pantalla y presentada en el festival de cine de San Sebastián de este septiembre, en realización de J.M. Tuduri. Otro de los temas que para nuestra generación puede ser considerado como objeto de novelahist6rica y para las anteriores de memoria biográfica es el de la guerra civil y el exilio. Ya en el año 1957 Sebero Altube, alcalde de Guernica durante el bombardeo, public6 una novela titulada Laztantxo eta Betargi, donde se nos presenta una historia de amor en el San Sebastián ocupado por las fuerzas fascistas, en la que el protagonista muere fusilado. Algunos años más tarde, en 1964, Sebastián Salaverria dio a la Imprenta su Neronek tirako nizkin, "Yo mismo te los dispararía". Historia donde se nos cuentan aventuras de aquella lucha fratricida. Entre otros, José María Etxabwu publica sus
memorias
Neure
lau
urteko
ibillerak
"Cuatro
años
de
andanzas"
(1989)enlacolecciónAuspoa que recoge a lo largo de doscientos títulos y a través de una labor de campo realizadainfatigablemente por el jesuita Antonio Zavala, las vidas Y obras de hombres que no cultivaron en su mayoría la profesi6n literaria, pero que
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guardaron en el arcano de su memoria extraordinariamente vivas sus aventuras ÚDpregnadas de abundantes fórmulas narrativas populares. 7. Finalmente, sería injusto dejar de mencionar las obras de tres escritores. Uno de ellos se halla presente hoy aquí. Laobra de José Mari Iturralde Nafan-oako Artizarra "La Venus de Navarra" (1984), novela neomedieval, ÚDpregnada de poesía. Euzkadi merezi zuten "Se merecieron Euzkadi" (1984) de Koldo lzaguirreen homenaje, lleno de amor y delicadeza a aquellos hombres que se merecieron algo mejor que el exilio o la prisión. Y la obra de Mario Onaindia Garateako baxilera "La tau y el caldero" (1984) que narra las herejías de los fratricelli durangueses. Este autor en su intento de reconstrucción de la época, según propia confesién, introdujo en su novela todo el léxico utilizado por Bemat Detxepare, el primer POeta vasco (1545). Aparte de que el léxico vizcaíno yel bajonavarro del XVI difieren notablemente, ese intento de novela arqueológica al estilo de los eruditos e historiadores como pueden ser un Simonet o un Amador de los Ríos, no tiene ningún sentido novelístico, ya que lo fundamental, como hemos señalado en diversas ocasiones a lo largo de estas notas, no es la veracidad o falsedad del marco sino la tensión conseguida en la descripción de la vida del héroe. EvideIÍti tementeno se le ocurrió a Marguerite Yourcenar escribir L'OEuvre au Noir en un francés rabelaisiano. Cuando durante las vacaciones de este verano descansaba en las plácidas playas tunecinas de la isla de Yerba y leía La vieja Sirena de José Luis Samped.ro (1990), El laberinto del General de Gabriel García Marquez (1989), y León el africano de Amín Maalong (1986) encontraba razones suficientes paca reír, llorar y sentirme melancólico a la vez que gozaba con esas novelas históricas, mucho más que con otras lecturas, y hacía votos para que nuestra historia, la de Galeuzca y la de los pueblos y naciones oprimidas encontraran voces suficientemente singulares para que merecieran el eco de la traducción. Voces de la historia como las de Amantia o Chaho pudieran encontrar su intérprete y la dimensión universal que merecen, y sirvieran en el contexto de homogeneización internacional de contrapeso, de llama singular portadora de luz propia inextinguible.
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9 EXILIO Y LITERATURA EN EUSKERA El exilio, una experiencia humana Polixene Trabudua de Mandaluniz, conocida activista vasca de la 2ª República en una entrevista que le hizo el periodista, novelista, dramaturgo y poeta Pako Aristi en El Diario Vasco [29-IV-1992] con motivo de sus memorias publicadas por la Fundación Sabino Arana, se expresaba en estos términos: El exilio te deja sin punto de referencia. Cuando estoy en Maracaibo deseo volver a Euskal Herria, y cuando estoy aquí añoro volver allí, siempre está una dominada por la nostalgia. En los papeles viene tu nacionalidad , pero eso no vale para nada. Sólo tu corazón te puede decir de dónde eres, pero eso no vale para nada, y nosotros los exiliados no somos de ninguna parte. [1991]
Joseba Sarrionaindia exiliado en los 80 en un texto titulado Aberrigabea ´El apátrida´ y dedicado a Bernardo Atxaga dice desde otro ángulo: El apátrida no volverá jamás a la tierra que le vio nacer, allá donde viva vivirá como extranjero, sólo de recuerdos y deseos de perfección. La tierra que lleva en su interior es más bella y digna que la que aparece ante sus ojos. Por eso vive desarraigado, rebelde, recreando otro mundo que sólo deviene aire y nada para el mundo. [1989]
He aquí dos perspectivas distintas del exilio. Pues, ¿qué es la patria? ¿Qué el exilio? ¿Qué es sentirse extranjero? ¿Qué el no sentirse de ninguna parte? ¿Ni particularmente sólo en ninguna parte? …
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La Guerra Civil supuso casi el colapso total de las actividades culturales y literarias vascas que durante la República habían ido adquiriendo un auge y una progresión bastante esperanzadora, de tal modo que el decenio posterior al inicio del exilio ha solido ser denominado como la era de las catacumbas. Poesía de urgencia y del exilio Según iba avanzando el ejército rebelde, se iban llenando las cárceles de patriotas, prohombres de la cultura, escritores vascos y poetas. Algunos de ellos, los más sobresalientes, fueron fusilados. Así, por ejemplo, Esteban de Urquiaga Lauaxeta (1905-1937), José de Ariztimuño Aitzol (1896-1936), sacerdote que organizó el movimiento tanto obrero como cultural durante la Segunda República, crítico literario, autor de prólogos del renacimiento literario; Martín Lecuona, coautor, con su hermano Manuel, de obras de teatro, género que también cultiva José Marquiegui (1895-1936), otro más de los es critores fusilados por el franquismo. Todos ellos formaron parte de la Generación Enterrada, en expresión gráfica de Bernardo Estornés. Sin embargo, tanto desde el interior como desde el exterior, la resistencia se organizó alrededor del Gobierno Vasco que contaba con numerosos órganos de expresión propagandística. Euzko Deya [La voz de Euzkadi / La voix des Basques] (París, 1936-1940) será uno de los órganos más importantes, ya que tras la caída de París en manos de los alemanes se trasladó a Buenos Aires (1941-1943), posteriormente a México (19431945) y, definitivamente, de nuevo a París. Aquí, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, inicia una nueva época que va de 1945 a 1972. El número 1 sale a la calle el 29 de noviembre de 1936. Su director es Felipe Urcola, ex director de El Pueblo Vasco de Donostia. Entre 1936 y 1938 dirige sus esfuerzos a destacar el carácter católico y de orden de los vascos, y a conseguir la solidaridad de grupos británicos, irlandeses, americanos, holandeses, italianos e incluso chinos. Entre las múltiples y variadas secciones del semanario, ya en el número 7 del 20 de diciembre hallamos un poema en euskera de Manuel M. Apalategui Sabiaga (Ataún, 1901), titulado «Erbesteko Mintzoa» [«La voz del exilio»]. El autor, en religión Bonifacio de Ataún (OFMC), ya había traducido y publicado el año 33 la obra Amal de Rabinbranath Tagore, y, tras su paso por Baiona, Barcelona, Valencia, Madrid, dejó el 5 de diciembre de 1938 Toulouse para ir a Argentina. Al asentarse en Buenos Aires unos cuantos años más tarde, será el director del Boletín del Instituto Americano de 102
Estudios Vascos, donde escribirá en euskera y castellano, y cuyo programa es como dice: “Esta revista [...] tiene por objetivo la investigación de temas vascológicos ajenos a toda controversia partidaria, ya se refieran al País Vasco ya a hechos realizados por naturales u oriundos de él en el continente americano o cualquier otro lugar de la tierra” (núm. 1, abril-junio, 1950). Fue sin duda Euzko-Deya una de las publicaciones más importantes del Gobierno Vasco en el exilio, que junto a este órgano y otros de propaganda política y cultural creó dos agrupaciones artísticas (Eresoinka y Elai-Alai) y una selección de fútbol, Euzkadi, que actuarían en diveros países de Europa y América, reclamando la solidaridad con la República y los exiliados vascos. En las páginas de Euzko Deya podemos hallar sobre todo en lo referente a la literatura vasca, considerada ésta sensu stricto, poemas diseminados por sus páginas tanto de corte bertsolarístico como de tipo culto, alguna obrita de teatro, y un ensayo sobre la historia del bertsolarismo, escrito por José Zubimendi (1898-1939) titulado Bertso Minez [Ansiado Verso] en veintinueve entregas. En el diario Eguna (Bilbao, 1937) se dieron cita más de medio centenar de poetas y bertsolaris vascos, y casi otros tantos en Euzko Deya (1936-1940), pero la imposibilidad de analizar siquiera someramente a todos nos obliga a centrarnos en los que aparecen con más asiduidad en las páginas de las diversas publicaciones, o en los autores que publicaron algún libro de poemas: Zapirain, Basarri, Lopetegi, Leizaola, Monzón, Zaitegi ... Joseba Zapirain (Renteria, 1871-1957) ya aparece en 1897 en El Heraldo de San Sebastián junto a Pello Errota y Otaño, dos de los poetas populares más célebres de la época. En unos versos dedicados a la guerra nos cuenta el encarcelamiento de dos de sus hijos, el fusilamiento de otros dos y un sinfín de desgracias que soporta con espíritu estoico. Versifica también en una crónica la Guerra Mundial. La línea poética que continúa Zapirain, nos dice Leizaola, es aquella que vivió en su infancia y juventud bajo la influencia de Iparraguirre (1820-1881) Y de Indalecio Vizcarrondo Bilintx (18311876), de los que toma por un lado el aire, la música con la que se han de cantar sus versos, por ejemplo la melodía «Ara nun diran» [«He ahí donde están»] o la del «Zibilak esan naute» [«Me han dicho los civiles»], junto con una tierna melancolía que abunda también en Bilintx. Zapirain, pues, se nos presenta como un poeta popular, que sigue una tradición secular, heredero legítimo de Iparraguirre, que incluye la Guerra
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Civil y sus muertes en una alusión más general a todas las destrucciones de la Guerra Mundial que acabó con la derrota hitleriana el año 45. Ignacio Eizmendi Basarri (Régil, 1913-Zarautz, 1999), célebre por ser uno de los bertsolaris más prolíficos, y porque ya en 1936 ganara el campeonato, es un autodidacta. Colabora en múltiples revistas y periódicos, ya en la preguerra (El Día, Euzkadi ...). Entre su inmensa producción tal vez cabría mencionar aquella composición que sigue la formulación dramática de los bertsolaris en escena cantando versos a los tres dictadores: Mussolini, Hitler y Franco (Euzko Deya, 16-IV-1939). Basarri es uno de los bertsolaris con más escuela, respetuoso de la tradición y sus fórmulas de la manera más estricta, por lo que ha sido considerado como maestro y el padre del bertsolarismo actual. Estuvo exiliado en Las Landas y allí trabajó echando pinos y haciendo versos. Mientras en el exterior el Gobierno Vasco seguía con su campaña de concienciación internacional (París, Londres, Nueva York, México, Buenos Aires, Caracas ... ), en el interior también proseguía su tarea a través de tres revistas: Eguna [El día], Gudari [Miliciano] y Euzkadi en Catalunya. Ésta es una publicación editada por un grupo de refugiados vascos en Barcelona, que inicia su andadura el 12 de diciembre de 1936 y, tras cincuenta números, muere el 20 de noviembre de 1937. En su editorial de nacimiento confiesa: nuestra fe para Aguirre y Aguirre para la causa de Euzkadi y España redimidas.» Así mismo, Emill Diez la definía con las siguientes palabras: Euzkadi en Catalunya, fidel reflexe de la vostra opinió antifaxista, i setmanari nascut en plena revolució, no deu morir, ten que sigui el gran nexe ideológic entre bascs i catalans, Gora Euzkadi!!! Visca Catalunya!!! (núm. 2, diciembre, 1937). Joxé Mari Lopetegi (Irún, 1875-Arruta-Sarrikota, 1942), era un bertsolari republicano conocido a quien Txirrita le dedicó versos en euskera por su hombría, y Xanti Meabe en castellano (Irún Republicano, 11-XII-1931). Como he dicho, este poeta publicó versos varios en Euzkadi en Catalunya y, tras denunciar cómo los fascistas extranjeros se hallaban ayudando a Franco y Queipo de Llano, acaba así una estrofa: «oinperatuaz gezurti danak / gora España ta Euzkadi». [Venciendo a todos los mentirosos, vivan España y Euskadi.] . En otro poema escrito en Lannemezan (Francia, Pirineos Centrales) en 1939 y publicado en Euzko Deya (núm. 322, 15-III-1950) titulado «Nere Ametsa» [«Mi sueño»] dice: Intentaré hermanar a todos / con los que estamos en el destierro, / liberemos a los presos, / obremos todos juntos, / y vivamos en
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buena paz / los vascos con la República. Joxan Elosegi (2004) editó su obra con un estudio preliminar muy interesante. Jesús María Leizaola (Donostia, 1896-1989), ya en 1915 es abogado titular, iniciando en seguida su labor en la Diputación de Gipuzkoa. En 1931 y 1933 es diputado por Gipuzkoa en las Cortes de la República, Y del 34 al 36 será secretario de la Diputación. En 1936 José Antonio Agirre le nombra ministro de Defensa y Cultura. Exiliado, trabajó para los aliados en los Servicios de Información, Y de 1941 a 1944 residió en Betharram, donde tuvo como compañero a Orixe. Aquí escribió un libro de poemas titulado, Jon, Itsasoko Euzkotarra [Jon, el marinero vasco} (1944). Tras participar en los Congresos de Biarritz (1948) y de París (1956), cuando muere José Antonio de Agirre, será nombrado presidente de Euskadi en el exilio y jurará su cargo de lehendakari el 28 de marzo de 1960 en el cementerio de Donibane Lohizune-San Juan de Luz. Después de 40 años de vivir en el destierro, vuelve al País Vasco el 16 de diciembre de 1979, dejando la Presidencia del Consejo General Vasco en manos del que será el tercer lehendakari, Carlos Garaikoetxea. De todos modos, es más conocido como ensayista que cormo poeta, y entre los múltiples ensayos que dedicó a la literarura vasca podemos citar: Estudios sobre poesía vasca (1951), La crónica en la poesía popular vasca (1961), 1808-1814 en la poesía popular vasca y otros estudios (1965), Los romances vascos (Uskal Khantoriak) y sus relaciones con reliquias literarias de la Prehistoria (1970), Acontecimientos del siglo XX y su influencia en la poesía vasca (1974), y El refranero vasco antiguo y la poesía euskérica (1978), de los que el más interesante es el de 1974, en el que enmarca la literatura vasca dentro los trágicos hechos del siglo. Telesforo Monzón (Bergara, 1904- Baiona, 1981), abogado, ministro del Interior del Gobierno Vasco, figura eminente del exilio y del posexilio en las filas del nacionalismo radical, no es sólo uno de los prohombres de la política, sino también una figura señera en la literatura. Tras un viaje de exilio que pasa por París, Flandes, La Provence, Senegal, Marruecos y México, publica en este último país el primer libro de poemas del exilio: Urrundik [Desde Lejos] (1945). Lilile) pleno de frescura, juventud y optimismo, donde muestra un buen instinto rítmico y maneras populares, ya por los temas como por la forma de abordarlos. En su segunda obra, Gudarien Egiñak [Los hechos de los milicianos] (1947), iniciado y finalizado en Lapurdi, nos presenta una verdadera crónica de la guerra, en la que la parte Euskal Guda 1936-1937 desarrolla un poema épico corto. Al comentar esta segunda obra, dice Orixe que las cualidades de 105
frescura, juventud y optimismo presentes en su primera obra reaparecen pero siendo el tono humano más profundo y dolorido, siendo a su vez un gran acierto la selección de melodías de danza, apartándose así de modo deliberado de los esquemas excesivamente rígidos de la canción popular. Jokin Zaitegi (Mondragón 1906-Donostia 1979), tras estudiar en Loiola, Oña, y Marneffe con los jesuítas, el año 44, al considerar que no encuentra en la Compañía el ambiente adecuado para su trabajo abandona ésta sin dejar el sacerdocio. Hay una anécdota de este año que retrata su carácter . En la frontera guatemalteca presenta su pasaporte escrito en vasco que no entienden los gendarmes, pero lo dejan entrar advirtiéndole que debe hacerse con el pasaporte español. Llaman varias veces al Ministerio para conocer si ha regularizado su situación, mas Jokin se mantiene en sus trece. Al final el dictador, el general Jorge Ubico, le llama a su despacho, y tras una larga conversación Zaitegi tendrá abierta a todas horas la casa del Presidente. En adelante también la casa de Zaitegi estará abierta a todos los refugiados y emigrantes vascos. Da clases de latín y griego en la Univcrsidad de San Carlos, que abandona para crear el Instituto América al que bautizará con el nombre de Liceo Landíbar. Y el año 50 surge Euzko Gogoa, que se redactará exclusivamente en euskera y donde participaron autores como Andima, Orixe, Etxaniz, Urruzola, Onaindia, Labaien, Krutwig, Mirande, Aresti, San Martín ... Durante los diez años que se mantiene viva la revista, se publicará del 50 al 56 en Guatemala y del 56 al 59 en Biarritz. y de sus tres mil seiscientas cincuenta y ocho páginas, parte está dedicada a la literatura y el resto a la lingüística, la sociología, la historia, la religión, la filosofía, las bellas artes, las ciencias naturales, la psicología, etc. Según un recuento realizado en la revista Jakin, el porcentaje de los diversos géneros literarios es el siguiente: poesía 10,7 %; narrativa 12,02 %; teatro 19,5 %; y crítica 15,26 %. Euzko Gogoa. siguiendo la ruta iniciada por Gernika (Paris, 1948-1953), abrió la vía de la secularización a la cultura vasca. Zaitegi además de impulsar y pagar de su bolsillo la revista, tradujo las Tragedias de Sófocles (Guatemala, 1958) y los Diálogos de Platón (1975-1989), Los Hechos de los Apóstoles utilizando el griego, el hebreo e incluso el arameo; a los poetas catalalanes Costa i Llobera, Verdaguer y Maragall; al novelista americano Henry Wadsworth Longfellov; a poetas franceses como Baudelaire, Jully-Prudhomme ... ; publicando dos libros de poemas de gran interés: Goldaketan [En el surco] (1945) y Berriz ere Goldaketan [De nuevo en el surco] (1962).
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Nicolás Ormaetxea Orixe (Orexa, 1888-Añorga, 1961), ex jesuita, compañero de Zaitegi y de Ibiñagabeita, que ya había publicado un libro de poemas titulado Barnemuinetan [En las médulas del interior] (1934) de tendencia mística, no dejó de escribir poemas en su exilio. Exiliado primero en Francia, estuvo posteriorrnenre en Argentina, Chile, Perú y El Salvador, volviendo a su tierra natal en 1954. Sus poemas así como toda su ingente obra ha sido editada por Paulo Iztueta. Mientras se hallaba en Guatemala, publicó en Zarautz en 1950, su gran poema Euskaldunak [Los Vascos}, ya escrito antes del comienzo de la Guerra Civil. Es un magno álbum del mundo rural vasco, donde se halla ausente el industrial. Sus poemas de exilio también siguen la línea religioso-mística anterior, como si nada hubiera sucedido. Pedro Ormaetxea Lontzi Aba (Etxano, 1891- Viña del Mar, Chile, 1949), es un carmelita exiliado, que tras escribir en diversas revistas publica en Santiago de Chile dos libros de poemas titulados Ipuintxuak [Cuentitos] (1947), y Bigarren lpuintxuak [Los segundos cuentitos} (1948). Son, a pesar del título, breves poemillas donde el dolor por la pérdida y lejanía del solar nativo es patente. Juan Ignacio Goikoetxea Gaztelu ( Gaztelu, 1908-Donostia, 1983), capuchino, es otro poeta laureado que estuvo muchísimos años en el destierro argentino. Tradujo poemas de fray Luis de León y de san Juan de la Cruz en su poemario Musika ixilla [Música callada] (1962). De uno de sus poemas titulado «Atzerritik» [«Desde el exilio»], extraemos el siguiente fragmento: En el exilio ¿de qué va el verso? / Pero de la uva ¿qué mana? -Vino. / De la manzana ¿qué? -Sidra. / y del corazón desarraigado ¿qué, pues? / ¡Sólo amor patrio'. Para acabar con la serie de poetas no podemos dejar de citar al poeta socialista Toribio Echebarría (Eibar, 1887 -Caracas, 1968). Creador de ALFA y director de CAMPSA durante la República, en el destierro escribió numerosas obras en castellano y euskera como: La experiencia socialista en España, vista desde mi pueblo (México, 1966); Del trabajo, la sabiduría y la oración (México, 1967), Ibiltarixanak [Poemas del caminante} (Zarautz, 1967) ... Un amigo que le veía empeñado en estos trabajos desinteresados le solía decir: «orrek biarrok denda baten eingo bazendu zembat bolivar» [«¡Cuántos bolívares si todas esas horas de trabajo las metieras en una tienda!»]. Su compromiso con el pueblo y la lengua nativa, así como la solidaridad humana le abandonaron nunca.
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Narrativa del exilio Así como la poesía del exilio es relativamente abundante, centrada en tres temas básicos (La Patria, La Naturaleza y Dios), y aquí no hemos podido sino presentar algunos autores y títulos, los escritores transterrados del 39 que cultivaron la novela euskérica serán, por razones varias, menos numerosos, pero al menos podemos mencionar a los cuatro siguientes: Eizagirre, Irazusta, Altube y Ugalde. José de Eizagirre (Tolosa, 1881-Donibane Lohizune, 1948), tolosarra, tras sus estudios de Derecho en las universidades de Oñate y Madrid, fue diputado a Cortes y Presidente del Tribunal Militar de Euzkadi. Colaboró en numerosas revistas y en 1948 publicó en Buenos Aires en la editorial Ekin, su novela Ekaitzpean [Bajo la tormenta}. Con un ritmo ágil y vivo narra las vicisitudes entre la hija de un caserío de tendencia carlista y un joven gudari al que recogen y esconden afrontando los riesgos. Tras ser delatados y pasar por diversas peripecias, tendrá un final feliz. Es un autor crítico que no funciona con los esquemas arquetípicos de identificación del caserío con la bondad, ya que el delator es un casero. Juan Antonio Irazusta (Tolosa, 1884-Lima, 1952), también fue tolosarra y diputado por el PNV por Guipúzcoa, y exiliado. Tras pasar un tiempo en Francia se trasladará a Panamá primero y finalmente a Perú, donde morirá como misionero, opción de su vocación tardía. Publicó dos novelas: Joanixio (1946), y Bizia garratza da [La vida es amarga} (1950). En Joanixio traza la vida arquetípica del «americano». La realidad americana, como se sabe, es muy dura, y cuando vuelve el emigrante a su tierra como indiano rico ya han pasado treinta y cinco años. El resultado es el de siempre: no ha vivido realmente ni aquí, ni allí, y a la vuelta, el recurso de siempre, casarse con la sobrina. Llegan los hijos, unos hijos de viejo, enfermizos, y Joanixio envidia a los amigos que no salieron del pueblo. Y a la hora final, igual que el autor lleno de añoranza bajo el peso de la culpabilidad, se confiesa del pecado de «haber ido a las Américas». El argumento de La vida es amarga es semejante. Irazusta nos presenta las aventuras de dos amigos, Andoni y Ander, que tras embarcar en el transatlántico Cuba en Burdeos para evitar el servicio militar, y posteriormente en el Pichincha, llegan a través del Atlántico y del río Magdalena a Bogotá. Aquí empieza la dura búsqueda de trabajo invadiéndoles la fiebre del oro, que acaba con la vida de ambos, pues no llegan a gozar la vida feliz que soñaran con las que fueran sus novias. De ritmo vivo y 108
trepidante, son interesantísimas las aventuras del contrabandista guechotarra, el cojo Gómez, así como las descripciones del río Magdalena. Severo Altube (Arrasate, 1879-Gernika, 1963) fue alcalde de Guernica en la época del bombardeo, médico, lingüista, académico, músico y escritor. Exiliado primero en Argentina, publicó más tarde una novela titulada Laztantxo eta Betargi (Bayona, 1956), y un ensayo filosófico en francés, La fonction de la douleur (1957). En su novela, como en el folletón publicado por Domingo Arruti en Eguna titulado Loretxo (1937) y en Ekaitzpean de José Eizagirre, el tema que sobresale a través de la trama amorosa es la contraposición entre la ideología nacionalista y la carlista. Martín Ugalde (Andoain, 1921- Hondarribia 2004), tras vivir durante la Guerra Civil en Iparralde y hacer la mili en Marruecos, se exiló a Venezuela donde vivió hasta que volvió el año 1969 al País Vasco. Empezó a trabajar en el mundo periodístico después de estudiar la carrera en Chicago, y dentro de su prolífica obra se pueden mencionar los libros de cuentos publicados en Caracas Iltzailleak [Los asesinos} (1961), y Umeentzako kontuak [Cuentos para niños] (1966). Iltzalleak obtuvo el Primer Premio del Gobierno Vasco en el exilio, y según su propio autor son “cuentos de la resistencia”. Tras volver a la patria, publicó Itzulera baten istorioa [Historia de un regreso] (1989), y Pedrotxo (1993) donde, con un claro trasfondo autobiográfico, narra el exilio y desarraigo cultural de una familia vasca provocados por la Guerra Civil. El teatro: creación y traducción Si abordamos ahora el teatro, hemos de señalar que se trata del género que ha tenido en euskera un mayor cultivo, sobre todo en la época de la preguerra denominada por algún crítico como la edad de plata de la literatura vasca. De enero a mayo, es decir, durante el invierno y la primavera, se representaban todos los domingos en San Sebastián obras que preparaban las juventudes nacionalistas de Guipúzcoa y Vizcaya con gran esmero, y entre las que sobresalía el grupo donostiarra dirigido por Toribio Alzaga Euzko Iztundea [Escuela de Declamación Vasca]. En 1937, según nos informa el diario Eguna, todavía se representaban en Bilbao piezas de teatro tanto en euskera como en castellano. y así constatamos que el once de febrero el grupo Bilboko Euzko Gaztedija [Juventud Vasca de Bilbao] representa las obras Ezer ez ta festa [Por nada hay fiesta} e Iru gudari [Tres milicianos] siendo esta última obra de Pearse, traducida y arreglada por Manu Sota y Lauaxeta. Y no sólo en 109
Bilbao, en la Provincia -en la zona no ocupada-, también se ponen en escena obras teatrales como Nekane [Dolores], y Uste diñat [Me parece} en el pueblecito de Ea, y Negarrez igaro zan atsua [La vieja que pasó llorando}, obra de Yeats traducida y arreglada también por Manu Sota y Josu Altuna, representada el 4 de febrero en Bermeo. Ese mismo 4 de febrero en el teatro Albia de Bilbao escenifican los jóvenes de Euzko Eresbatza y de Izquierda Republicana conjuntamente el drama histórico Libe de Sabino Arana. y en el Liceo de Barcelona en solidaridad con los vascos se representará la obra de Arturo Campión Pedro Mari, el 30 de mayo de 1937. Estanislao Urruzola Uxola (Tolosa, 1909-1986), gudari que pasó por diversas cárceles, siendo su última visita en el período último del franquismo (1971), es un autor prolífico, ya que ha escrito y publicado novelas, poemas, y traducciones. En el prólogo de su obra teatral Askatasun Garratza [Amarga libertad] cuenta que escribía sus obritas teatrales incluso en la cárcel de Larrínaga (1938), donde en compañía de los otros presos llegó a representar alguna de sus piezas. Al otro lado del Bidasoa, la revista Gure Herria seguía publicando en Bayona sus textos, entre los que hallamos una obrita traducida por Antonio Labayen (Tolosa, 1898-1994). Este último es el primer crítico de teatro tanto en los años de la preguerra como en la posguerra, ya que fue el director de la revista Antzerti, que duró en su primera época los años 32-36, publicando 54 números en los que además de noticias y críticas teatrales aparecieron 46 textos teatrales, unos originales, y otros traducidos del castellano, francés, alemán y griego. Como se ha indicado la revista Euzko Gogoa, que se publicó en Guatemala y Biarriz, dedicó al teatro un lugar preferente, exactamente el 19,5 por 100 de sus textos, pudiéndose encontrar en ella tanto creaciones como traducciones. Entre los creadores hemos de señalar a Jon Etxaide, Antonio Labaien, Telesforo Monzón y Etienne Salaberry, Antonio Ruiz de Azua, Martin Ugalde; y entre los traductores a Andima Ibiñagabeitia, Vicente Amézaga, Jokin Zaitegi y Benito Larrekoetxea que traducen respectivamente a Benavente, Esquilo, Sófocles y Shakespeare. El ensayo y los ensayistas Acabemos nuestro periplo literario por el exilio con el ensayo. Seguiremos en parte para abordar este apartado el trabajo del profesor Xabier Altzíbar sobre el ensayo vasco del siglo xx. Salbatore Michelena, Orixe. Jokin Zaitegi y Andima Ibiñagabeitia 110
son los ensayistas más interesantes del exilio, no sólo por su obra literaria que en su mayoría, a falta de ediciones actualizadas, es desconocida por las nuevas generaciones, sino también porque en ella se gestan los cambios fundamentales de la corriente de pensamiento nacionalista crítico y del movimiento cultural vasquista de la actualidad. Salbatore Mitxelena (Zarautz, 1919-Suiza, 1965), fraile franciscano, que descontento de las relaciones de la iglesia católica con el franquismo, estuvo de misionero en Bolivia y Panamá (1954-1963), acabando sus días asistiendo a los emigrantes en Suiza. Escribió en Montevideo y publicó en Bayona un ensayo titulado: Unamuno eta Abendats. Bilbotar filosofuaren eta Euskal-Animaren jokerei antzemate batzuk [Unamuno y Abendats, Algunas intuiciones en tomo a las actitudes (o conducta) del filósofo bilbaíno y del alma vasca} (1958), firmado con el seudónimo de Iñurritza y con prólogo de Azpiazu. A la afirmación de Unamuno de la incapacidad del euskara para expresar la vida espiritual contesta S. Mitxelena diciendo que eso es generalizar, criticando también a los que particularizan el caso de Unamuno. Dice: «Si Unamuno hubiese escrito en euskara, no habría escrito tan bien; y, por tanto, no habría llegado a tener tanta fama.» La estructura del ensayo no es rígida: «los temas, separándose a veces y confluyendo otras, van, como en una sinfonía, saltando de un ámbito a otro, unas veces apareciendo a la vista, otras escondiéndose». Cada capítulo desarrolla un punto, generalmente: va de la idea general a su realización en el carácter vasco. El tono general del ensayo es serio y coloquial a la vez. Cuando discute con Unamuno el autor usa el tono familiar propio de la discusión entre paisanos. En cambio, el tono cambia cuando se refiere al régimen franquista: hay críticas y alusiones veladas e irónicas al régimen. Como señala Altzíbar, Ortega, que escribió aquello de que «el vasco es incapaz de expresar la fluencia fugitiva de la vida interior», no tenía ni idea del euskara que estaban forjando ensayistas como el médico Jean Etchepare, el filósofo Salbatore Mitxelena, el poeta Jon Mirande o el lingüista Koldo Mitxelena. Ixaka López Mendizábal (Tolosa, 1879-1977), hijo de impresores carlistas, hizo el bachillerato en los escolapios de Tolosa, derecho en Deusto y Salamanca, e historia en Madrid, consiguiendo su doctorado en ambas especialidades teniendo sólo veinticuatro años. Ya por 1916 estuvo en un Congreso en Laussane sobre las Naciones sin Estado junto a José Eizagirre y Koldo Eleizalde. En 1931 fue elegido alcalde por el PNV Cuando llegó la guerra se exilió, primero a Francia y luego en 1938 a Argentina.
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Aunque las condiciones de trabajo no fueran las óptimas, en seguida intentó implantar en Argentina la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, creada por Manuel Inchausti. El 10 de mayo de 1939 salía el primer ejemplar de Euzko Deya de Buenos Aires, y en 1942 creaba, siguiendo la tradición familiar, la editorial Ekin. El primer número fue El genio de Nabarra de Arturo Campión, y la obra de José Antonio Aguirre, De Guernica a Nueva York pasando por Berlín, que también se tradujo al inglés, se editó en dicha editorial, cuyo catálogo llegó a 150 títulos. En una reunión celebrada el 15 de julio de 1944 en el Laurak-Bat, se creó el grupo Euskaltzaleak, para aprender y difundir la lengua vasca, y en su Junta Directora se hallaban: Ixaka, Edouard Lhande, Maurice Dufau, Pablo Pildain. Maite Cunchillos, Miguel Ortiz de Zárate y Eulogio Arteche. Ixaka editó entre otras las obras siguientes: Jeanne Hebbelynck, Otoitzak (trad.) (Buenos Aires, Desclée de Brouwer, 1942); La Lengua Vasca. Gramática, conversación, diccionario vasco-castellano y castellano-vasco (Ekin, 1943); El País Vasco. Descripción general (Ekin, 1946); Etimologías de Apellidos Vascos (Buenos Aires, 1958)... Nicolás Ormaetxea Orixe, poeta y prosista ya mencionado, guía de los escritores vascos de la vieja generación, es autor de numerosos artículos periodísticos y otros de investigación, sobre temas de filosofía, crítica literaria, folclor, religión, lingüística, etc., en muchas revistas culturales: Jesusen Biotza'ren Deya, RlE\/, Euskera, Euskal Esnalea, Yakintza, Euzko Gogoa. Gernika ... La serie de 10 artículos sobre arte y belleza o estética, publicados en Euzko Gogoa (1951-1955) podría considerarse ensayo por su unidad formal, estilo literario, y así lo hace el editor de sus obras completas, Pablo Iztueta. Altzíbar señala, de acuerdo con Iztueta. la importancia de este ensayo porque sustenta las ideas literarias que aplica en sus numerosos artículos de crítica literaria. Su obra titulada Quito'n arrebarekin [En Quito con mi hermana} (Euzko Gogoa. 1950-54), escrita en forma de diálogo entre el autor y su hermana, con muchas referencias autobiográficas, se sitúa entre la mística y el ensayo. Jokin Zaitegi, ya mencionado como poeta y traductor de los trágicos griegos lo es también de Platón y autor del libro Platon' eneko atarian [En el pórtico de la casa de Platón] (1961), formado por una serie de estudios y prólogos a sus traducciones de las obras de Platón, en euskara cultivado y purista. 112
Andima Ibiñagabeitia, (Elantxobe, 19ü6-Caracas, 1967) pertenecía a una familia nacionalista, siendo su padre Galo, un activista que participó en los mítines de principios de siglo. Tras pasar por los jesuitas (Tudela, Loyola, Oña ) y hacerse amigo de Zaitegi, Lauaxeta, Goenaga, Mugika que llegarían a ser grandes escritores vascos, al hacer filosofía tuvo la disyuntiva de hacer la mili en Madrid o ir de maestrillo a Colombia. Eligió esta última solución. Hizo después Teología y Derecho Canónico en Marneffe (Bélgica), y en vísperas de ordenarse colgó los hábitos y se fue a casa de su madre a Deusto. La guerra lo encontró trabajando en una oficina de Portugal, más exactamente en Trafaria, cerca de Lisboa. De 1947 a 1954 residirá en París, y trabajará al servicio del Gobierno Vasco, escribiendo, haciendo programas para la BBC, y dando clases de euskera a Mirande, Peillen y otros serán sus alumnos. Aquí, el 24 de marzo de 1951, creará junto a Zaitegi, Mirande, Krutwig, los Peillen e Irujo el Pen Euskel Kluba [El club de los escritores vascos}, enviando a la revista de esta organización ubicada en Londres, artículos sobre escritores y obras vascas. Reclamado desde Guatemala por Zaitegi para codirigir su revista, dejará París donde residirá del 54 al 56, y desde 1956 hasta su muerte trabajará en Caracas. Su obra en euskera es abundante. Como traductor empezó a publicar las Bucólicas y las Geórgicas de Virgilio (1954) que posteriormente reeditará Íñigo Ruiz de Arzalluz, el Ars Amandi de Ovidio en colaboración con Jon Mirande (1952), que ha reeditado Aintzane Arrieta, Abere-indarra [La fuerza bruta] y Gaitzetsia [La Malquerida} de Benavente en colaboración con Zaitegi (Euzko Gogoa, 1951, 19541955) dejando sin editar entre otras obras los poemas de Catulo y la obra teatral del portugués Julio Dauta Kardinalen zauta. Editó en París un librito titulado Euskera irudi-bidez [El euskera por imágenes] (1953). En 1958, no contento con la línea de Euzko Gogoa, en colaboración con el eibarrés Marxari creó la revista Irrintzi (19581962), y más tarde Eman (1967). Luchador infatigable y crítico no sólo con sus propios camaradas por la falta de conciencia con respecto a la cultura eusquérica, también lo será desde el primer momento crítico con la línea etarra, proponiendo «Odol gabeko matxinada» [Una revolución sin sangre] . En resumen, se puede considerar que la cultura eusquérica de los escritores vascos transterrados desde 1936 es una cultura de resistencia, cuyos frutos los estamos recogiendo ahora, y no está de más recordar y valorar en su justo precio el esfuerzo 113
ímprobo que realizaron estos hombres de una cultura universal en la adecuación de la vieja herramienta, la lengua vasca, expresión primigenia de Euskal Herría. a las nuevas situaciones que la modernidad exigía.
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10 MODELOS LINGÜÍSTICO-LITERARIOS VASCOS ANTERIORES AL 68
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Recorda sempre això, Sepharad, Fes que siguin segurs els ponts del dialèg, I mira de comprendre i estimar Les raons i les parles diverses dels teus fills La pell de Brau (Salvador Espriu)
Harkaitz Cano, joven escritor y licenciado en Derecho, - caso que demuestra cómo se puede vivir sólo de la literatura en euskera sin ejercer la abogacía-, que participó en una de las últimas Ferias de Frankfurt en el acto organizado por la Asociación de Editores en Lengua Vasca, citando al poeta inglés Auden, y sus Cartas desde Islandia, hablaba de la soledad de la literatura vasca y la comparaba con la soledad de las islas. Es una imagen y una idea similar la que desarrolla María José Olaziregi [2001:325-336] en su artículo sobre la narrativa vasca contemporánea. El sistema literario vasco es una isla, y la novela vasca contemporánea tiene un carácter insular. Y al buscar las razones del hecho, piensa que además de las razones extraliterarias (falta de curiosidad de la institución literaria española hacia las literaturas periféricas, - y no digamos de la institución literaria francesa-, o el continuo bombardeo de noticias que asocian lo vasco únicamente al terrorismo) tendríamos que encontrar en el propio sistema literario vasco las razones de este aislamiento. Una isla a la que arriban cada día más barcos pero de la que zarpan pocos. Es decir, que se traduce mucho al euskera pero poco del euskera a otros idiomas. Las razones son muy complejas. En primer lugar habría que tener cuenta de las dificultades 6
RLLCGV, 2013.
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inherentes a toda traducción. Ya que como sabéis toda traducción exige: a) un dominio perfecto de ambas lenguas, es decir, de la de partida y de la de llegada, b) un conocimiento profundo de la materia de que se trata, y c) ser un buen escritor y acertar con el tono. Podríamos hablar del caso chino y ver cómo lo han resuelto. Uno de los mayores y mejores traductores al chino era un gran poeta que ni conocía inglés ni francés. Un conocedor de estos idiomas le vertía al chino las obras de Dickens, Balzac o Dumas, y él les daba el hálito poético. Por eso cuando fue Mitterand a China el presidente chino le habló de un autor de segunda fila que en China estabá considerado como de los mejores de Occidente, lo que extrañó en gran medida al presidente francés. Se trataba de un milagro o simplemente del arte chino de la traducción, según Simon Leys (1998). Hay quien considera que para qué traducir del euskera. Claro que las razones extraliterarias tienen en esta postura mucha culpa, pero también hay autores que piensan que si su obra se traduce disminuirá el número de lectores en euskera, por lo que la lengua ya en dificultades correrá aún más riesgos. Opino de todos modos, que existe también un problema de solidaridad cultural, y que de ese modo tal vez se pudiera pagar algo la deuda adquirida con los otros, con los demás escitores y con las otras culturas, y que el conocimiento del País Vasco no fuera de ciencia-ficción, como se podría deducir si se leyeran exclusivamente los periódicos madrileños, sino más profundo, con esas matizaciones y detalles que sólo da la literatura. Los términos habituales con los que se adjetivan la lengua vasca y su literatura son,
insular, periférica y minoritaria,
pero éstos epítetos creo que merecen ser
puntualizados y revisados, pues no se corresponden en mi opinión exactamente con la realidad. y creo que dependen fundamentalmente de dónde se ubique la mirada Se ha repetido con frecuencia que la lengua vasca es una lengua isla, y hasta llegó esta idea a Saussure que consideraba que on ne pouvait rien tirer du basque, parce que étant isolé, il ne se prête à aucun comparaison. Es decir, que nada se podía deducir del euskera porque siendo una lengua aislada no se prestaba a ninguna comparación. Contra esta idea ya se alzó Michelena en su obra Lenguas y protolenguas de 1963, -algo así como El Discurso del Método de la Reconstrucción Lingüística-, al considerar que el euskera no es una lengua isla, y que sí se puede comparar con el latín y las lenguas romances vecinas, y sacar conclusiones importantes para su Historia.
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El asentamiento de distintas lenguas y culturas durante la Edad Media en el territorio vascón, y el ser el País Vasco un lugar de paso hacia Santiago de Compostela, uno de los lugares de religiosidad y peregrinación más importantes de la Edad Media lógicamente ha hecho que quien más quien menos, haya dejado su huella en los territorios por los que pasaban.Un estudio a fondo tanto del léxico como de la toponimia y antroponimia nos llevaría a concluir sobre la importancia del multilingüismo en estos lares, y descartar la idea tópica de su carácter insular. En este sentido pero refiriéndonos a la literatura hay que recordar aquello que dice René Wellek. Que es evidentemente falsa la idea de una literatura nacional aislada, porque la literatura occidental, al menos, forma una unidad, una totalidad, ya que no sólo emigran temas y motivos, formas y géneros, ideas y símbolos sino que hay un desarrollo general europeo y americano de la literatura. En este sentido Yuri Lotman ve la literatura (1978) como una totalidad, es decir un sistema supralingüístico en términos de D. Fokkema (1998: 153) Con respecto al término periférico, me parece que corresponde al mundo de la geografía, de la circulación o de los ordenadores, y no realmente al de las culturas, porque como ya lo expresó el ensayista valenciano Joan Fuster (1969), las lenguas del estado español y sus culturas, excepto la castellana, han sido postergadas, y sus hablantes ...marginados, convertidos en episodio apendicular aberrante, o, a lo sumo, complementario... En la misma recopilación de estudios citada arriba aparece un trabajo de Steven Tötösy, en el que al hablar de centro y margen , piensa que aunque es obvio que el centro ejerce poder e influencia ello debe ser conciliable con la comprensión de las literaturas de los márgenes. No sólo conciliable sino muy saludable (Estos críticos modernos americanos están descubriendo la tortilla de patatas, y pronto nos la van a vender como el último hallazgo...) Así pues, hay que tener en cuenta que como respondió Txillida cierta vez a un periodista de El País, cuando le preguntó si era nacionalista, ´yo veo el mundo desde San Sebastián´. Como Baroja que lo veía desde Donostia, muy diferente al mundo que veía Unamuno, desde Salamanca por supuesto. Todo depende del punto de vista que se tome. Como dice uno de los personajes en el comienzo de una novela, de cuyo nombre de autor no quiero acordarme, no perdamos la perspectiva.
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Y la perspectiva es, que Uno, cada uno es el centro de sí mismo y el Otro es la periferia. Y si hablamos de centros culturales europeos y del mundo, y si consideramos hoy como tales a Berlín, París, Londres o Nueva York, se halla Madrid tan a su periferia o más que Donostia o Barcelona o Valencia. Claro que también hay que tener en cuenta que un porcentaje altísimo de la cultura que se recibe aquí referente a estos focos es en castellano, pero como decía Michelena el castellano también, o el francés (añado) es patrimonio de los vascos. Además, es evidente que hoy día incluso estando en la aldea más remota puede uno participar de la cultura mundial, sin tener que soportar a los tertulianos madrileños. Minoritario es otro de los clichés que están en boga, y que a veces suele ser el camino para la exclusión y minusvaloración. He de confesar que a mí no me importa en absoluto ser autor de una lengua minoritaria y escribir for the happy few, para la felicidad de unos pocos. En concreto cuando me propuse escribir en euskera a los diecisiete años tras ganar un premio en castellano ya sabía cuál era mi destino, y cuando escribí una novela-crónica de la guerra civil, sólo pensé que podía dicho trabajo hacer pensar algo a los de mi pueblo. El día de la presentación no cabía la gente en el salón consistorial y hubo quien leyó por primera vez en su vida un libro en euskera y le gustó y además al parecer casi no tuvo ningún problema de comprensión al leerlo. Además uno al cabo de los años, a pesar de que haya publicado muchos libros, y tal vez por eso mismo, se da cuenta que es un escritor corriente, normal y no ningún genio. Y si es evidente que el euskera no entra en el ranking mundial de lenguas habladas entre las diez primeras, sí entra entre las cincuenta y uno, y si nos referimos al uso de la lengua en Internet nos hallamos entre las treinta y tantas más utilizadas. Es cierto que las tiradas de algunos libros han bajado, pero esto también es algo general. De un libro de cuentos que publiqué el año 84 se vendieron más de 3000 ejemplares, lo que quiere decir que en cifras relativas haciendo el cambio al número de castellano-hablantes equivale a más de un millón. Claro que también de otro libro que publiqué hace unos años (2000), un epistolario de exilio sólo se publicaron 300 ejemplares. Injusticias literarias. Por lo tanto el tópico de que el euskara sea una lengua isla, y pertenezca a una literatura
periférica
y minoritaria es bastante cuestionable, o por lo menos
puntualizable.
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Una lengua, la más antigua del continente europeo, con 750.000 hablantes aproximadamente, que los más optimistas alargan hasta el millón y los más pesimistas bajan al medio, según los grados de conocimiento y uso. 2000 libros producidos el año 2007 contra 732 de 1979, 70 de 1969
y 10 en el 1949. Como se ve una irresistible
ascensión. Y de la que la parte del león se la lleva la narrativa con un 60% de la producción. Cinco novelas en los 40, ocho en los 50, diecisiete en los 60, y...doscientas en el 2000. Pero hablemos de los modelos lingüístico-literarios anteriores al 68, que es el tema impuesto por mi amiga la profesora Maite Etxenike. Durante los días 3, 4 y 5 de octubre de 1968 se celebró en el Monasterio franciscano de Aranzazu un Congreso de la Academia de la Lengua VascaEuskaltzaindia, en el que participé siendo muy joven, ya que en aquella época era estudiante de Filología Románica en Salamanca. Se trataba de aprobar un informe escrito por el profesor de Lingüística Preindoeuropoea de la Universidad de Salamanca y miembro de Euskaltzaindia el Dr. Luis Michelena, sobre la Unificación del euskera escrito. Se titulaba Euskeraren Batasuna (Donostia, 1969), y se trataba de poner las bases de unificación en principio de la ortografía vasca. Seguía las pautas ya señaladas en el Congreso de Bayona de 1964 y que algunos de los escritores más importantes del momento seguían y proponían. Tenía varios puntos importantes: 1.
Bases
2.
La Ortografía
3.
Sobre las palabras antiguas
4.
Sobre los Neologismos
5.
Morfología
6.
Sintaxis Era evidente que es cuestión de vida o muerte la unificación de una lengua, y
que no se podían seguir utilizando para la palabra ´cama´ siete formas diferentes, sino que entre todas las variantes había que elegir aquella de más raigambre literaria, cual podía ser la forma ohe. Así mismo entre las formas dut / det / dot entre otras para decir ´tengo´ había que elegir una, que tuviera más aceptación. Fue un Congreso muy disputado sobre todo, porque se centró a veces en vez de en los principios programáticos de base, en el uso o no uso del grafema .
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De todos modos la consideración de Mitxelena de que la unificación para la enseñanza del euskera escrito, no del hablado ni del literario había de basarse sobre dos pilares, uno de tipo literario y otro de tipo sociolingüístico fue bastante bien recibida. En primer lugar se hallaba el modelo laburdino, lapurtar klasikoa, y la escuela de Saint-Jean de Luz ´Donibane Lohizune´- Ziburu-Sara, representado en concreto por Axular, el gran escritor del siglo XVII, que mostraba las pautas a seguir. Esta propuesta venía avalada por diversos artículos de Luis Villasante.Y más tarde una vez hecha la unificación de la ortografia había que elegir entre los diversos modelos de la morfología verbal, aquel que tuviera más aceptación social, por lo que se optó por la morfología del verbo guipuzcoano con algunos aderezos labortanos. Era como señalaba Pierre Lafitte , ─ que había editado en 1944 y reeditado en 1966 una Grammaire basque (Navarro-labourdin littéraire), donde en la balanza de los dialectos, la norma en contra de la tradición literaria labortana se inclinaba hacia el bajo navarro de mayor peso sociolingüístico ─, con una imagen culinaria, cuestión de hacer una buena mayonesa, para lo que había que saber evidentemente dosificar bien el aceite y los demás ingredientes. ¿Pero cuáles eran los modelos lingüísticos y literarios anteriores y cuál su prestigio? Había en principio cuatro modelos lingüísticos en debate: a) El modelo de Leizarraga. b) El modelo de Axular c) El modelo del gipuzkera osatua ´guipuzcoano completado´. d) Otros modelos dialectales. Y a nivel literario según los diversos géneros los modelos serán diferentes : a) Poesía popular / poesía culta. b) El cuento tradicional / el cuento literario / la novela. c) El ensayo religioso / didáctico-filosófico-político. d) El teatro popular / el teatro culto. Joanes Leizarraga traductor del Nuevo Testamento (1571) y de opúsculos protestantes (1559...) según J.M. Olaizola nació en 1506 y murió en Labastida en 1601. En el prólogo dedicado a los vascos, señala que como todo el mundo sabe en HeuscalHerria casi de una casa a otra hay diferencia y diversidad en las maneras de habla, y que por ello ha intentado ahalic guehienic guciey eraciteari iarrequi içan gaitzaitza, eta 120
ez choil edocein leku iaquineco lengoage bereciri [expresarse en el modo de aquel mayor número pudiera entenderle, y no en la manera de lenguaje de un lugar concreto]. Y así para ayudar a los suletinos en la comprensión del texto escribe al final del Nuevo Testamento un breve léxico Çuberoaco herrian usançatan eztiraden hitz bakoitz batzu hango ançora itzuliac [Algunas palabras que no se usan en Zuberoa traducidas al modo de allí]. Fue realmente una pena que el modelo lingüístico propuesto por Leizarraga y su grupo de traductores no tuviera el éxito que se merecieron por la corrección de presupuestos en los que se basaban, como lo tuvo Lutero en Alemania y que sirvió para la unificación del alemán, pero como es sabido en las catolicísimas Francia y España, los protestantes, calvinistas y hugonotes fueron brutalmente perseguidos y sus obras pasto de la hoguera. Luis Villasante el año 1952 publicó un largo artículo de 70 páginas titulado “Literatur-euskera, laphurtarr klassikoaren gain eratua”, [El euskera literario conforme al laburdino clásico] donde pergeña las bases de lo que será el euskera unificado, tema que ya había sido tratado en el Primer Congreso de Estudios Vascos de 1918, organizado por Eusko Ikaskuntza. Villasante, que hizo diversas ediciones de Axular, y de otros clásicos, a la pregunta de por qué los clásicos respondió que porque son éstos los mejores testigos de la lengua, los que debemos conocer, analizar y usar, a fin de que las raíces de la misma lengua ahonden más en nuestro ser, era en una encuesta del año 77 uno de los diez autores preferidos, y su diccionario de Axular una de las obras más leídas. Realmente hay que confesar que los que intentábamos escribir en la lengua estandar utilizamos bastante dicho léxico. El modelo leizarraguiano, pues, no tuvo mucho éxito. Krutwig, -y algunos de sus seguidores posteriormente-, intentó promoverlo. En mayo del año 52 en su discurso de respuesta a Villasante, se alineó con la proposición de éste, pero los componentes políticos del mismo disgustaron a las autoridades vizcainas de tal manera que tuvo que exiliarse. En el exilio de París tomó contacto con escritores como Andima Ibiñagabeitia y Jon Mirande y juntos crean en 1953 el Pen Euskal Klub. Y escribió uno de los libros que según Mitxelena, ha sido uno de los que mayor daño ha hecho al País Vasco, Vasconia (1963), mezcla delirante de nacionalismo radical y de manual de guerrilla tercermundista. Aunque habría que matizar y puntualizar que probablemente en las cárceles franquistas de los años 60 se leyó bastante más la novela histórica de Navarro 121
Villoslada, titulada Amaya o los vascos en el siglo VIII, e incluso, lo que es curioso sigue reeditándose actualmente con bastante éxito, lo que considera como patológico José-Carlos Mainer (2000). A la vuelta del exilio ya no le convencían las fórmulas del euskara batua, y el idiolecto que propuso, el krutwigiano, mezcla de euskara clásico y de griego a expuertas, y de escribir todos los términos cultos según los modelos grecolatinos, estaba tan alejado del habla del pueblo que sus novelas se le indigestaban hasta al mayor militante de la lengua . Las propuestas de Michelena y Lafitte fueron bastante más sensatas y aunque personalmente no tenían ninguna dificultad para adoptar aquel sistema , - los dos eran profesores de una vasta cultura-, vieron que la mayoría de vascoparlantes tendría dificultades invencibles, por lo que prefirieron el modelo español al francés. Pedro de Aguerre “Axular” con su obra Gero (1643), - que acaba de ser traducida al catalán con un estudio de Jean Haritschelhar-, fue considerado como el modelo a seguir. El maestro para los escritores del XVII, pero también para los del XVIII como Etxeberri de Sara, y del XIX como Chaho Antoine d´Abbadie al hablar de la obra y del prólogo, dice, que contiene frecuentes citas de clásicos sagrados y profanos, lo que produce una variedad de erudición y de pensamiento que se encuentra raramente en los libros de ascética. El estilo es simple y bello, y la dedicatoria a Bertrand d´Etchauz, arzobispo de Tours, llena de candor, elocuencia y fe. Ya lo indicaba el censor Pedro d´Urthubie, al decir que unía a su gran facundia la erudición, atque uberem authoris facundiam magna cum erudictione. Axular es un autor que tiene bastante relación con Fray Luis de Granada, por ejemplo y con otros autores renacentistas y barrocos, y el profesor Patxi Salaberri (1998) ha publicado una colección de exempla profanos que aparecen dispersos en el Gero. Los exemplos y fuentes clásicas que ornaban los sermones y libros de la época también han sido señalados por Jean Baptiste Orpustan (1996) al hablar de Tartas, o por Inaxio Mujika (1996) al reeditar la obra de Agirre de Asteasu. En un sermón inédito de la época que edité en el homenaje a Axular (1999) encuentro las mismas características, el mismo modo y el mismo color en esa varietas ingeniorum, variedad de recursos (descripciones, recursos patéticos, etc.) y que lo jesuitas denominaban la corriente asianista, que dejaba al predicador ante la variedad de modelos, crear el suyo propio.
122
Claro que ya desde el siglo XV fueron abundantes las ediciones de las Artes praedicandi como la editada en la imprenta de Martinus Herbipolensis de Leipzig, o la de Etienne Hoert editada en Estrasburgo en 1513. Como hemos señalado el doctor Joannes Etcheberri de Sara en su obra de 1712 Laburdiri Escuararen hatsapenac ´Principios del euskara a Lapurdi´ editada en 1907 por Julio de Urquijo tiene un capítulo que se titula, P. AXULAR, Saraco errotora escuarazco autoretaric hautuena eta famatuena. ´Pedro de Axular el vicario de Sara, el más selecto y famoso entre los autores vascos´. Siguiendo esta línea Agustín Chaho decía, aun siendo él suletino: Le basque de Sare, de Saint-Jean-de-Luz et de la côte, voilà le dialecte qu´il faut étudier de préferance, qu´on doit être jaloux de conserver et de reproduire sans cesse.El vasco de Sara, San Juan de Luz y de la costa, he aquí el dialecto que hay que estudiar preferentemente, que hay que conservar celosamente y reproducir sin cesar. Es decir, el modelo labortano clásico. En el siglo XVIII también el jesuíta Agustín de Cardaberaz escribió una obrita titulada Eusqueraren berri onac eta ondo escribitceco, ondo iracurteco ta ondo itzeguiteco erreglac...”Noticias del eusquera y Reglas para hablar, leer y escribir bien...” (1761). En esta obra también la referencia de obras clásicas es constante, y no faltan las de Quintiliano, Jerónimo, Agustín de Hipona, etc. Cardaveraz cita las semejanzas del euskera con el latín, compara los dialectos vascos con los griegos, considera que a los jóvenes vascos les es más facil el latín que el castellano, etc. Pero la finalidad del librito es la de presentar el euskera como una lengua de cultura, y propone la naturalidad como fórmula, seguir a los clásicos, a quienes les viene de sí su retórica natural, considera que ha de ser también la ars rethorica vasca, ya que la validez de la retórica latina era universal. Este librito sirvió también para que el mundo greco-latino fuera algo más conocido entre los vascos. Luis Luciano Bonaparte, sobrino del emperador Napoleón I, gran romanista y dialectólogo que publicó en Londres en 1863 la famosa Carte des Sept provinces basques. La délimitation actuelle de l´escuara et sa division en dialectes, sous-dialectes et variétés, publicó también en diversas obras como la Biblia completa en euskera (1859) traducida por Jean Duvoisin, y dos años antes unos Diálogos vascongados en guipuzcoano, vizcaino, laburdino, suletino, francés y español (1857).
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Unos años más tarde en el 1884 editó Arturo Campión una voluminosa gramática de los cuatro dialectos literarios, dando en el apéndice del segundo tomo textos con notas de: Dialecto guipuzcoano: F.I. Lardizabal, Testamentu zarreco eta berrico kondaira (1855). A.
Dialecto labortano: P. Axular, Gero (1643).
B.
Dialecto suletino: J.B. Archu, Lafontainaren alegia bereziak (1848); E. Inchauspe, Jesu-Kristen Imitacionia (1883)
C.
Dialecto vizcaino: J.A. Mogel, Peru Abarca (1880); F. Arrese-Beitia , Olerkiak (s. XIX)
Claro que en esta selección de autores, obras, géneros y dialectos faltan bastantes puntos dignos de reseñarse. En primer lugar faltan los dialectos navarros, tan bien estudiados por Bonaparte. Autores altonavarros y bajo navarros de primera calidad como: Etxepare, Mendiburu, Lopez, Leizarraga de Elkano,... Mendiburu, Cardaveraz, Larramendi y Palacios fueron de los predicadores más famosos del siglo XVIII en el País Vasco, y fuera de él. La base sobre la que reposa el sermón es evidentemente la Biblia y más exactamente el Nuevo Testamento, siendo otras fuentes complementarias los primitivos padres de la Iglesia y los autores clásicos como Plinio el Joven y Cicerón.. El uso de citas latinas es constante, aunque siempre viene a renglón seguido la traducción vasca generalmente no literal, sino libre. Las referencias de Mendiburu a la antigüedad clásica no se hallan en función de un mayor conocimiento de ésta sino de ser un elemento válido para la educación moral. Y la riqueza de Mendiburu no se halla en la variación de la composición, que siempre es semejante sino en la riqueza léxica y sintáctica. Hacia el final del siglo XIX y comienzos del XX con el surgir del periodismo vasco se desarrollan fundamentalmente tres modelos. El modelo navarro-laburdino propuesto por Jean Hiriart-Urruty (Hazparne, 1859-1915) que dirigió el semanario Escualduna de 1905 a 1915, periódico que duró hasta el año 1944. Autor de mayor interés como estilista que como ideólogo, ya que era un católico conservador y beligerante. Línea que siguió en cuanto al estilo el médico Jean Etchepare, no así respecto a los temas, ya que en su obra de 1910 titulada Buruchkak defendía de modo bastante liberal las relaciones amorosas. El modelo vizcaino promovido por R.M. de Azkue en su Euskaltzale (18971899), totalmente en euskera, por lo que fue prohibida, que contiene una cantidad de 124
textos literarios muy interesante.A la que siguió el diario político bilingüe Euzkadi (1913-1937) con 7.637 números. El modelo guipuzcoano promovido desde Euskal Erria (1880-1918) con 1215 números, a la que siguió el semanario Argia (1921-1936). Y no hay que olvidar el órgano de la Academia de la Lengua VascaEuskaltzaindia, Euskera, que tuvo una edición bastante irregular desde 1919 hasta 1936, pero en la que se promovió la unificación de la lengua y en la que Azkue propuso el modelo denominado Gipuzkera osotua, los años 34 y 35. Modelo sobre el que escribió su novela Ardi Galdua ´La oveja perdida´(1918), así como Pierre Lhande su Yolanda (1921), siendo como eran el uno labortano y el otro vizcaino. Era evidentente que las razones sociolingüísticas pesaban mucho. ¿En que consistía este modelo? Simplemente la mayonesa que puso Lizardi en práctica, más en su prosa que en su poesía, fue un acercamiento del guipuzcoano al labortano clásico con unas pocas cucharadas de aceite vizcaino. Todo esto y con más detalle se puede leer en la obra del Villasante (1970), titulada, Hacia la lengua literaria común, y en la tesis de Koldo Zuazo (1988) sobre el proceso de unificación del euskera. Pero hablemos de los modelos no sólo lingüísticos sino también literarios aunque sea de modo breve. En cuanto a la poesía, podemos comparar la poesía de tradición oral con la poesía culta o elaborada, pero muchas veces las oposiciones y los límites entre lo que los alemanes llamaban la Naturpoesie y la Kunstpoesie no son muy precisos y la influencia de la primera en la segunda es evidente, como se puede comprobar en la cancion medieval de Doña Emilia, reelaborada en el primer tercio del siglo XX por Lauaxeta. Si nos referimos al cuento tradicional y al cuento literario, la influencia y persistencia tanto del modelo tradicional como de su temática en el cuento actual es también evidente, aunque habría que establecer muchas más variaciones. Así el cuento de las lamias, ´las doines d´aigua´ de Cataluña, que aparecen junto a fuentes y que se constata en la toponimia vasca ya desde el año 1025 en el cartulario de San Millán de la Cogolla en el texto que dice, de illo fonte qui vocatur lamiturri ´de aquella fuente que llaman fuente de las lamias´ tiene diversos modelos, como el recogido por Wentworth Webster en su Basque Legends (1877), traducido del inglés al castellano por Julio Velasco (Miraguano, 1989), y editado el original después de sus traducciones al inglés, al francés y al español, ciento veinte años después por Xipri Arbelbide (1993). 125
Uno de los cuentos de lamias ha sido reelaborado por Jean Elissalde “Zerbitzari” (1833-1961), prosista labortano extraordinario, autor además de una crónica sobre la primera guerra mundial en la que participó, en el estilo realista más rudo y crudo, y al margen del modelo costumbrista generalizado en la narrativa. Del teatro popular del que son expresión las pastorales suletinas (v. Urquizu, 2008) podemos considerar que son arreglos y adaptaciones de misterios, novelas de caballerías y en general de la literatura de colportage francesa, literatura extendidísima por toda Europa. Y como modelo de teatro culto podemos considerar las propuestas teatrales de Gabriel Aresti y Bernardo Atxaga, ambos autores siguen el modelo unificado, aunque el último es posterior al 68. Del ensayo religioso y retórico ya hemos hablado al mencionar a Axular y a Cardaveraz, pero tenemos en el siglo XIX además del ensayo político, generalmente traducido, un ensayo de cosmogonía como es el titulado Azti Begia de 1834, del filósofo y periodista Agustín Chaho pero que se puede considerar como un modelo aislado, así como la obra mencionada Buruxkak (1910) del médico bajonavarro Jean Etchepare en la que unos de los artículos trataba del amor libre, pero que él mismo expurgó posteriormente a instancias de su mujer. Y no podemos olvidar, por supuesto el modelo que supone el profesor Mitxelena en su presentación de las bases de la Unificación en el texto de Aranzazu, ya que aunque Axular valía para el siglo XVII, las necesidades del hombre vasco del siglo XXI son harto diferentes, pero como podemos ver en el texto elegido y en las palabras expresas de Koldo, la cadena no se ha roto, ya que el eslabón y el viejo lazo entre los de antes y los de ahora sigue en pie, adecuándose a la nuevas circunstancias, vertiendo vino nuevo en el viejo odre.
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11 A PROPÓSITO DE NI EZ NAIZ HEMENGOA “NO SOY DE AQUÍ” DE JOSEBA SARRIONAINDIA7 Cuando a la razón de la amistad, -ya un tanto lejana, pues pronto hará una década que nos vimos por última vez, y que no ha podido ser cultivada por razones evidentes (los medios de oomunicaci6n españoles se ocuparon extensamente de él, tras su huída en junio de 1985 de la cárcel de Martutene), sino a través del regalo que suponía el encontrarme todos los años en la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango con un libro nuevo suyo-, se añade la admiración, puede una presentación pecar de mera epístola laudatoria, mas espero que la objetividad y distancia exigidas por la crítica lo impidan. Además el propio autor nos da pie a ello, cuando en su «Nota a la edición en castellano» (mayo de 1991) considera que su obra contiene algunas opiniones. errada contundencia . Mas no adelantemos nada e iniciemos una breve biobliografía introductoria del mismo. Joseba Sarrionaindia Uribelarrea (Igorreta, 1958) nace en un pueblo vízcaíno cercano a Durango donde pasará. sus años juveniles que coinciden con la última época del franquismo. «Sarri» mostrará una afición temprana a la escritura, pues ya escribe cuentos y breves ensayos filosóficos a los quince años. Pero tras estos inicios en castellano, su concienciación política le lleva a recuperar el euskera ya un tanto olvidado de su infancia, y a enriquecerlo con la lectura de autores vascos, iniciando así mismo su andadura en dicho mundillo literario, a través de colaboraciones sobre cine y literatura en Zeruko Argia de San Sebastián y Anaitasuna de Bilbao. Acaba su licenciatura en Filología Vasea y comienza a trabajar en el Centro Asociado de la UNED de Bergara impartiendo clases de Fonética. Colabora tambíén en
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EPOS, Revista de Filología. UNED, Madrid 1996, 565-572.
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la Universidad Vasca de Verano que discurre en el colegio Larraona de Pamplona. donde le conozco. Todavía recuerdo admirado aquella tertulia literaria que iniciamos en el Hotel Europa en compañía de Jon Casenave, y donde Joseba desplegaba con su típica humildad sus innumerables lecturas. En los primeros años del postfranquismo se juntan en la parte vieja bilbaína una serie de jóvenes escritores entre los que se hallan Bernardo Atxaga, Jon Juaristi, Ruper Ordorika, Jimu Iturralde, Manu Erzilla, Joseba Sarrionaindía ... etc., que deciden fundar una revista literaria. La llamarán Pott, y en su editorial declaran que no están al servicio de nadie, ni de ninguna politica; sino únicamente para aclarar nuestras mentes. . Asímismo en Donostia se reúne otro grupo en el que participan Ramon Saizarbitoria, Koldo Izagirre, Andu Lertxundi, Josetxo Lizarza, Ramon Etxezarreta ... etc., que editan la revista Oh, Euzkadi, en la que también colabora «Sarrí». En el n.º 6 de la misma al hablar de la renovación del lenguaje que se está dando en la literatura euskaldun dice José Azurmendi, que uno de los problemas más graves de la vanguardia literaria vasca es que el escritor euskaldun ha vivido en su ghetto, y que a pesar de poder oir a los músicos vanguardistas en euskera, Oteiza, Txillida e Ibarrola, por ejemplo, siempre le habían hablado en castellano, pero que últimamente un espíritu libre y desenfadado ha entrado en nuestra literatura. “Sarri” se da a conocer sobre todo el 80, pues este año gana tres premios literarios: el VI Premio Resurrección M.ª de Azkue de Poesía con su obra lzuen gordelekuetan barrena [A través del laberinto de los miedos], el lgnacio Aldecoa, y el Ciudad de Bilbao de cuentos, con Maggie, indazu kamamila [Maggie, hazme la camamila
] y Enperadore eroa [El emperador loco] respectivamente.
La edición de su primer libro de poemas que prologa desde la cárcel de Carabanchel el 15 de febrero de 1981, supone un auténtico acontecimiento literario. Ese «cuaderno de bitácora», como lo denomina, se desarrolla en siete territorios: Sorterria La patria, París, Grecia, Lisboa, Irlanda, Praha, y Deserrta «El destierro». A la vez que propone en cada punto del viaje un homenaje a sus autores preferidos: Kavafis, Kafka, Pessoa ... Hasta tal punto está pleno de alusiones literarias que el crítico Ion KortazarS Jo definirá como un poeta que «segueix el corren: de la metaUteratura», tendencia cultivada por los del grupo Pott, Estos consideraban no sin cierta razón que literatura oro literaturaren literatura da «toda literatura es literatura de la literatura» .
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La obra de «Sarri» se inserta en la tradición de vanguanJismo vasco, corta pero interesante, de Ibon Sarasola (Poemagintza. 1969) y Bernardo Atxaga (Etiopia, 1978) entre otros. Su estancia carcelaria durante los años 80-85 dejará una huella indeleble en él, mas no será un paso infructífero, ya que al margen de la participación en la lucha contra las injusticias sufridas, se refugiará en la escritura que le supuso una «defensa contra las ofensas de la vida» como gustaba de repetir recordando a Pavese. Los treinta y cinco poemas de Gartzelako Poemak, recogidos en Marinel Zaharrak «Los viejos marineros» (1987) suponen ya un paso de la metalíteratura a una poesía política de denuncia y compromiso. Aprovechará también los ratos «libres» para traducir el drama estático O Marinheiro de Fernando Pessoa, para escribir los cuentos de Narrazioak (1983), así como la obra publicada de modo anónimo y colectivo con la firma Puerto de Santa María-tik y titulada Intxaur azal baten barruan eta Eguberri Amarauna «Dentro de una cáscara de nuez y La red de araña de Navidad» donde se ve claramente su mano en el prólogo firmado el 12 de enero de 1983. Como señala el novelista y comentarista Aíngeru Epalza, se vivió la publicación de Narrazioak como una bofetada, ya que como otros muchos él aprendió en aquellas historias que «los senderos no hollados son los más bellos de andar. Obra que ha tenido un grán éxito como lo muestran sus nueve ediciones y una traducción al catalán, lo que indica mayor interés en las editoriales catalanas de Barcelona que en las de Madrid, ya que de estas narraciones sólo se ha publicado en castellano Estazioko begiradak “Las miradas de la estación”. Su relectura no decepciona nunca, pues conjuga en una escritura elegante la perfecta yunción de las voces clásicas con las de la lengua materna. Estas obras conseguían atravesar las rejas de la prisión, y “Sarri” no dejaba de colaborar en revistas como Maiatz de Bayona y Pamiela de Iruñea. Así, por ejemplo, en Maiatz se presentaban las traducciones de Miquel Marti i PoI, Delamare. Michaux, Wordsworth y Prévert que recreó como poemas que llegaban de detrás de la noche. En la revista pamplonica publicó también un poema titulado HAGOLA, que acaba precisamente así: Orhin habia arranoek eta handik Nagusi ibarretan. Arren esaiezu Datozela landetara gure xerka Libro itzuli nahi dugu eta herrira..
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[ En el monte Orbi tienen las águilas sus nidos, y desde allí planean magestuosas por los valles. Díles, por favor, que bajen a la llanada en nuestta busca, pues queremos volver libres al pueblo.]
Y a los meses de evadirse de esa cárcel a la que llegaron las águilas en forma de baf1es nos ofrece «Sarri» su Ni ez naiz hemengoa «No soy de aquí». Un libro que en palabras de su autor es una «Casa de citas», donde la forma de dietario ha sido el método de trabajo. Un puzzle hecho de prensa, radio y noticias dadas por las visitas, como lo define su primer prologuista Txema Larrea. Puzzle construido de ciento dos retazos elaborados a lo largo de la primera mitad del afio: enero 9, febrero 17, marzo 23, abril 17, mayo 14, junio 12 y julio 10. Se trata de un ensayo donde la discontinuidad es esencial, y donde a navés de unas dotes de estilo y gusto exquisitas se da una teoría de urgencia, y donde la traducción se convierte en transcreación, en una nueva creación y por tanto en «crítica, lectura crítica en profundidad, recreación de los placeres de una escritura irreductiblemente otra». «Sarri» se transforma así en «intraductor» de embajadores de las diversas culturas y nos hace partícipes del modo más agradable de las obras de la literatura universal. como lo volverá a hacer en títulos posteriores: Izkiriaturik aurkitu ditudan ene poemak «Mis poemas hallados escritos» (1985) y Hezurrezko xirulak «Flautas de hueso» (1991). La pista que nos da al iniciar su primer texto no es sino una confesión del mentor: Roland Bartbes. Y aunque no diga de qué obra del autor residente en el pueblecito vasco de Ahurti, se trata evidentemente de Mythologies. Obra que recoge en medio centenar de artículos escritos entre 1954 y 1956 sus reflexiones sobre los mitos de la vida cuotidiana francesa, siendo el material base muy vario: un artículo de prensa, una fotografía de revista, un film, un striptease, un combate de catch, el Tour de France ... Pero sobre todo ello aparece la aplicación del método barthesiano con una función desmitificadora y de denuncia del abuso ideológico subyacente. Los textos sarrionandianos no se corresponden con lo que hoy podríamos denominar el columnismo periodístico, que tiene unas leyes muy específicas y constrictivas, sino con un ritmo interior mucho más libre, cuya producción va desde el microtexto a la reseña bibliográfica o la elucubración lingüística, lo cual convierte al libro en un cajón de sastre. Precisamente «Sarri» tiene su propia versión de los géneros literarios que clasifica del modo siguiente:
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Sei jenero literario dago: Poesía, nobela, ipuina, teatroa, entsegua eta lardaskeria. Argitaratzen diren obra gehienak azken jenero honetakoak dira. No consideramos, sin embargo, que pertenezca esta obra al género lardaskeria «miscelánea», «ensalada» o «revoltijo», sino que evitando todo lo peyorativo que se puede hallar en la palabra vasca lardaskeria que además de «revoltijo» significa «embrollo» y su verbo lardaskatu “hacer cosas a la buena de Dios”, “echar a perder una cosa”, se halla en la línea del más puro ensayismo. Ensayo de luenga tradición tanto en la literatura francesa (Montaigne, Montesquieu, Barthes ... ) como en la castellana (Gracián, Unamuno, Machado ... ) y que tampoco escasea en cultivadores vascos, sobre todo de Iparralde como: Los dos Etchepare, Pagola e Irigaray entre otros. Sobre el carácter de la «brevitas» de sus textos nos habla él mismo en el prólogo de su Ez gara gure baitakook «No somos para siempre», al presentar sus acertijos, perversiones de cuentos infantiles, cintas moebius, paradojas, sueños, cortometrajes, pensamientos sueltos y otros botones de muestra perdidos. Dice así: ¿Por qué breves? Porque aquien ama la búsqueda la pequeñez aumenta el placer del hallazgo. El contexto donde se insertan dichos descubrimientos es, sin embargo, harto lúgubre: Hoy hemos iniciado una protesta en contra del régimen carcelario ... De noche, cuando cierran las celdas enciendo la radio ... Condiciones que explican en cierto modo algunas de las deficiencias (?) de la obra, que por otro lado, habrían podido subsanarse tras la fuga, a no ser que dicha tendencia indique un uso poco respetuoso con los textos originales. Claro que la restitución de la autenticidad de un texto corresponde más bien al filólogo, pero no dejan de ser las citas poco exactas fuentes de interpretaciones erróneas. Así, por ejemplo, el texto de Leizarraga (Luc. XI, 27) se hace a través del diccionario de Retana (sin nombrarlo) y no del original, como hubiera sido de desear. Tampoco indica excesivo respeto al traductor Xabier Kintana, cuando se toman de su traducción de la Metamorfosis de Kafka tres textos sin nombrar la procedencia. Esta tendencia se evitaría si se citaran los originales «comme il faut», y ahorraría esfuerzos y duplicidades como el de Iñigo Arambarri. al prologar la traducción de Koldo Izagirre y Victor Butxmeniuk de los poemas de Maiakovski y traducir su último texto antes de suicidarse. Igualmente en la versión de Macbeth, acto V, escena V no existe una fidelidad con el original. lo que se hubiera evitado caso de tomar la traducción del Instituto 131
Shakespeare dirigido por Manuel Conejero. pues no es lo mismo «Debiera haber muerto más tarde», que «Un día u otro había de morir». Ni se hubiera echado de menos la mención de la primera traducción, adaptación, representación y edición de la misma obra hecha por Toribio Alzaga el año 26 en Donostia. A la afirmación del artículo «Si yo fuera pintor» de que en la literatura vasca apenas hay material acerca de los colores que permita estudiar el desarrollo de sus ~rrninos el mejor mentís es la obra posterior de Patziku Perurena Koloreak eusluú usarioan22 «Los colores en la tradición vasca». También la visión actual de la obra de Larramendi es mucho más positiva de lo que se señala al comentar «Un soneto en dos idiomas», puesto que además de ser el primero en publicar una gramática vasca (1729) y un diccionario trilingüe castellanovascuence-latino (1745) fue un gran promotor de escritores euskaldunes. Autor reivindicado sobre todo en el tercer centenario de su nacimiento por Joseba Lakarra, Patxi Altuna, Ignacio Telletxea y otros. Así pues, muchas de las deficiencias con las que se moteja y menosprecia la literatura euskaldun se derivan de la falta de conocimiento de la misma, y en parte, es cierto, tanto de las propias deficiencias como del estado en el que se hallan los estudios de crítica. Es evidente que lo señalado en «Reflexiones en torno a la poesía» es de puro Catón, ya que «el compromiso político y el ético no son suficientes, como tampoco lo son los sentimientos para hacer buena poesía. Se ha hecho mucha mala poesía en nombre de buenas ideas ... », y por eso mismo sería más riguroso el planteamiento si tras la denuncia, que comparto, hecha contra la guardia civil y los GAL del 15 de junio de 1985, no llegara tras un salto en el vacío a la conclusión, que no comparto, pues es evidente como señalaba Montesquieu que: Une injustice fait à un seul est une ménace fait à tous. Tampoco me parece aceptable la utilización parcial de un autor como Jon Mirande, del que admiramos como «Sarri» su modernidad, su heterodoxia, su calidad literaria, no su ideología, pero del que se menciona en «La melancolía y Jon Mirande» sólo su bello soneto ERESI, himno a la muerte heroica, y se vuelve a insistir en Marginalia, diciendo que «no es un (escritor) orgánico. sino un poeta intelectual y agonista solitario [ ... ] que rompió los límites de la temática vasca», conociéndose la carta a Jokin Zaitegi en 1956 que dice: «ha sido una estupidez anunciar La Buena Nueva de la fuerza a los vascos [ ... ] me arrepiento mucho mea maxima culpa». y otra 132
escrita a Txomin Peillen en 1970 donde le dice: Podéis construir sin mi lo que escrito en términos de Shakespeare sería algo como The State of Euzkadi. Otro de los temas preferidos por «Sarri» es el del laberinto, cuya imagen reaparece en diversas ocasiones y en «Habitar el laberinto» del siguiente modo: Dedalus ata hilos a la pata de las hormigas, y cada hormiga parte hacia una dirección mostrando infinitos caminos diferentes. El creador, sea de donde sea, se adentra voluntaria y conscientemente, a sabiendas de todos los riesgos, en el laberinto, en el que, cual nuevo Teseo, ha de luchar a muerte con el Minotauro. La transformación del yo que se opera en el centro del laberinto al término del paso de las tinieblas a la luz marca la victoria de lo espiritual sobre lo material, y al mismo tiempo, de lo eterno sobre lo perecedero. de la inteligencia sobre lo instintivo, del saber sobre la violencia ciega ... Y como señala Mircea Eliade, «Los rituales laberínticos sobre los cuales se funda la ceremonia de la iniciación tienen justamente por objeto, enseñar al neófito en el curso mismo de su vida terrestre la manera de penetrar sin perderse en los territorios de la muerte». En la lucha contra el Minotauro, -símbolo del dictador y de la injusticia--, no caben. sin embargo, ni todos los caminos. ni todos los medios, pues como es evidente y nos repite Ernesto Sábato, - con quien acabo esta presentación convertida a su vez en «casa de citas»: Ya no se puede dudar, después de terribles experiencias: el fin no justifica los medios, y es trágicamente ilusorio perseguir fines nobilísimos con medios innobles. Joseba, bihotz-bihotzetik diotsut, har itzazu nere besarkadarik beroenak, eta laister arte!
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12 NI EZ NAIZ NOR, NO SOY QUIEN. NOTAS SOBRE MEMORIAS, RECUERDOS, DIARIOS Y AUTOBIOGRAFÍAS8 Un año más nos reunimos en Asturias bajo la tutela del profesor Víctor García de la Concha y del director general del Libro, Femando Rodríguez Lafuente, a quienes agradezco su invitación que nos da ocasión para poder escuchar, intercambiar, y profundizar en nuestras varias experiencias literarias. El hilo amoroso de Ariadna nos lleva esta vez del complejo macrolaberinto de la Literatura hacia no sé si más o menos, pero sin duda alguna intrincados microlaberintos específicos cuales son los de las Memorias, recuerdos, diarios y autobiografías. Como señala el profesor José Domínguez Caparros en "Algunas ideas de Bajtin sobre la autobiografía" [1993: 177-187], citando de paso diversos trabajos de Philippe Lejeune y Ángel G. Lourenzo ya clásicos sobre el género autobiográfico, en principio no había una distinción entre biografía y autobiografía, ya que lo que importa estéticamente es el valor biográfico, siendo la coincidencia de autor y protagonista un hecho al margen de lo artístico. Ilustra Caparros su exposición con el caso de las Actae quaedam Rdi Patris Ignatii, recogidas por el contemporáneo Luis Gon9alves de Cámara, que en las ediciones del siglo XX incorpora en su título la palabra autobiografía. Es conocido, cómo Iñigo López de Recalde o Ignacio de Loyola, a petición de su compañero de orden. Nadal, empezó a contarle al portugués en septiembre de 1553, "toda su vida" y éste a trasladar con exactitud casi literal gracias a su prodigiosa memoria. Lo que al principio eran Actae finalmente se ha dado en llamar autobiografía.
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RLLCGV, 1996-7; 341-346.
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Ésta no se redactó ni en portugués, ni en castellano, ni en italiano, ni en vasco, por supuesto, sino como era ley en la época, en latín. No han faltado, sin embargo, vidas de San Ignacio en euskera. La primera la escribió el jesuíta Agustín de Cardaberaz el año de 1766, pero por expresa * Conferencia leída en los Encuentros de Verano de 1996. prohibición del Conde de Aranda, de no convenir hacer impresiones en otra lengua que la castellana, no se editó hasta 1901 en Tolosa. Es anterior, por tanto en cuanto a año de publicación (Baiona, 1867) la del navarro Francisco Laphitz, Bi saindu hescualdunen bizia, San Inazio Loiolacoarena eta San Franzizco Zabierecoarena, que se basó en las anteriores de Pedro de Ribadeneira, Dominique Bonhours, Francois Rohrbacher, J.M. Daurignac y Daniel Bartoli, y que ha sido considerada como una de las diez mejores obras de la literatura vasca. Mas dejemos al ilustre cojo contrarreformista, y demos el protagonismo y la bandera de iniciador al que se la merece, al bajonavarro Bernardo Detxepare, que editó un librito de poemas, el primero conocido en euskera y publicado en Burdeos en 1545 bajo el título de, Linguae Vasconum Primitiae. Expresaba Detxepare al final del mismo un deseo, debile principium melior fortuna sequatur, "que la fortuna siga a este débil principio". Deseo que no se cumplió. Pero entre los diversos poemas amorosos y religiosos que escribió hay uno que es autobiográfico, y que se titula así: Mossen Bernat echaparere cantuya "La canción de Mossen Bernat Echapare". En la misma Detxepare se queja de su estancia en la cárcel de Beam, por haber sido partidario del rey español, aunque se consuela a sí mismo pensando que: Mossen bernat pensa ezac cárcel hori gayz bada Non baytere yfernuya are gaygago déla
es decir, que si es mala esa cárcel, sin duda peor ha de ser el infierno, y que así como la libertad es entre todas las cosas la mejor, estar encarcelado es la peor. Libertatia ñola vayta gaucetaco hobena Gathibutan egoytia hala pena gaycena.
Por desgracia, como es sabido, la fortuna del euskera no fue muy grande, ni siquiera regular, en los siglos XVII y XVIII, por razones diversas y evidentes que no
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vienen al caso, ya que hombres tan defensores de la lengua como el también jesuíta Manuel de Larramendi (1690-1766), que fue confesor de la reina, escribió su Autobiografía en castellano (1973) y tendremos que esperar al XIX, y concretamente al año 1834 para encontramos con algo que podemos denominar poema autobiográfico. Se trata también de una canción escrita por el vate suletino Pierre Topet Etchahun, el cual escribe al Procurador del Rey, para evitar su encarcelamiento L'Histoire de ma vie par changons basques, es decir, Etchahunen bizitziaren khantoria, en 49 estrofas de 5 versos de trece sílabas cada una. El bardo dedica a cada año de su vida una estrofa, y estos versos cantados delante del juez debieron ser tan convincentes que salió libre de la acusación. Dice así en referencia a sus treinta y tres años: Hogeta hamahirur dena nian triste Agenen behar nila hil beinian usté sekursik ezin ukhen, hanko jana kuntre finirazten nundian, emaztik hantxe Ezpaleit Jinkuk heltu, Chaho Atharratze. (El año trigésimo tercero fue para mí un año triste / pues creí morir en Agen / no pudiendo obtener socorro y siéndome contraria la comida / mi mujer me hubiera hecho perecer allí abajo / si Dios no me hubiera enviado a Chaho de Tardets).
Esta misma vida, que se hizo famosa a través de los bertsolaris de la época, fue reescrita primero por el hijo de su protector, Jean Fierre Chaho, bajo el título Histoire du Poete Basque Etchahun de Barcus, traducida por su hermano con el título Une existence de barde, y publicada en 1838, en la Revue de Voyans de París (1994) por Agosti Chaho, escritor discípulo de Charles Nodier. Estamos ante un poeta romántico sin saberlo, cuya vida trágica, desgarrada y resignada, ha dado lugar a una poesía del yo, comparada a la de Verlaine. A lo largo del siglo XIX y comienzos del XX no faltaron como en otros lugares canciones compuestas con ocasión de crímenes célebres, como indica el crítico Francisque Michel en su Le Pays Basque [1857: 423]. En alguna ocasión el autobiografiado es el autor de dichas coplas, tal es el caso de Martín Larralde "Bordaxuri" (1815), o el de José Larreina (1825), etc., pero según el parecer de Julio Caro Baroja: Desde un punto de vista literario o ideológico no cabe duda de que la Literatura popular sobre crímenes no está escrita, en su mayor parte, por criminales y
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que lo que refleja no son tanto hechos reales debidos a aquéllos como conceptos válidos en una sociedad popular, o admitidos por una parte considerable de aquélla. Los cantos sardos, corsos o sicilianos recogidos por Bouillier, Tommaseo y, sobre todo. Pitre, son producto de una sociedad entera, no de unos criminales dedicados a la versificación, salvo en casos contados (1968: 148). Tendremos que llegar al siglo XX, para encontramos en euskera con memorias, diarios y autobiografías en prosa. No parece, de todos modos, que los vascos hayan sido muy dados a este tipo de confesiones, pues, como dice Jean Battit Etcheberry a sus 84 años al iniciar sus Memorias: Gure buruaren aipatzea, joko guzietan perilosena. Hori baita soka lerrakor baten gainean dantzan aritzea "Hablar de uno mismo es, como decía San Francisco de Asis, en todos los juegos el más peligroso, pues es bailar sobre una cuerda resbaladiza" (1989: 5). Y el mismo Pío Baroja, autor de unas Memorias en siete volúmenes, recogidas bajo el título de Desde la última vuelta del camino, paradójicamente, no da muchos detalles de su vida. Como indica Juan Manuel Díaz de Guereñu, estas memorias menosprecian la autobiografía en sí, la crónica de la existencia de esa primera persona, pero desbordan de datos para definirla como perspectiva, para retratarla como personalidad y universo mental (1989: 148). Será un acontecimiento de la dimensión de la Primera Guerra Mundial el que incite a escritores como Jean Elissalde (1883-1961), Jean Etchepare (1877-1935) y Jean Saint-Pierre (1884-1951) a enviar desde el frente sus crónicas, comentarios y diarios al semanario Eskualduna de Bayona. Textos que han sido recopilados y editados recientemente por Piarres Charritton (1992), y Patri Urkizu (1995). También tuvo la Gran Guerra su eco en autores de este lado de los Pirineos, como Ebaristo Bustinza "Kirikiño" (1866-1929), responsable de la sección de euskera del diario Euskadi y cuyos textos han sido recogidos por XabierPerea(1989). Por supuesto que la guerra civil, la segunda guerra mundial y el exilio también fueron fuente abundante de textos autobiográficos, pero al margen de obras sueltas dispersas aquí y allá, como la de Fermín Irigaray "Larreko", Gerla urte gezur urte. Iruñea 1936-40, isiltasunean mintzo "Año de guerras, año de mentiras. Pamplona 193640, hablando en el silencio" (1993), o las memorias inéditas de mi padre escritas en verso, Nere azterketa I910tik 1973ra, que me sirvieron como punto de partida para editar sus recuerdos de la guerra y exilio, Zoazte hemendik (1936ko Santakrutzak) "Iros de aquí" (La Santa Cruz de 1936) (1995), etc., hemos de paramos a presentar la labor de
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un jesuíta, Antonio Zavala, que durante estos cuarenta últimos años ha editado en la colección Auspoa, más de 200 volúmenes, muchos de ellos de memorias. En una conferencia titulada "Erri-kontakizunak" "Narraciones populares" dada en marzo de 1992 y recogida en Auspoaren auspoa II (ItzaldiakIconferencias) [1996: 111-137] narra paso a paso el proceso de elaboración de dichas obras, su experiencia como transcriptor y coautor. Empieza con Pello Errotaren bizitza here alabak kontatua "La vida de Pedrito Errota contada por su hija", (1963) obra sobre la vida del bertsolari guipuzcoano (18401919), elaborada a partir de las preguntas de Zavala y contestaciones de Mikela grabadas en un magnetófono. Fue muy estimada por el público y Gabriel Aresti confesó a su transcriptor que si se hubiera presentado dicha obra a un premio de novela no hubiera dudado en otorgarle el primer premio. Ha sido reeditada por la editorial Emak hakia, que dirigía Bernardo Atxaga, con el título de Mikela Elicegui-ren oroitzapenak "Memorias de Mikela Elicegui"(1993). La segunda obra es la de Sebastián Salaberría, Neronek tirako nizkin, que se reeditó (Auspoa, 1994), lo que es índice de la aceptación de dicha obra, que no se realizó por el método del magnetófono, ya que su autor temía decir incon- veniencias ante el aparato. Salaberría escribía primero él los textos y Zabala se los pasaba a máquina, y después los leían juntos, los corregían y estudiaban las líneas a seguir. Con la habilidad propia de su experiencia, Zabala entraba en casa de conocidos bertsolaris, o personas que eran famosas por sus facultades narrativas y en equipo elaboraban el escrito de sus vidas, en charla amena alrededor de una mesa merendando un poco de queso y bebiendo un vaso de rioja. Memorias, de la guerra, de América, de la vida de bertsolari de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta, etc. En algún caso como el de Mattin, quien escribió la historia de su vida fue su mujer Mayi. Esta colección que ha llegado ya al n° 237, es una auténtica biblioteca de poesía y narrativa popular euskérica, en la que la memoria y la autobiografía ocupan un lugar relevante. Mas la labor de Zabala no se ha ceñido exclusivamente a la lengua vasca, ya que últimamente ha presentado diez tomos de la Biblioteca de Narrativa Popular, en castellano. Tres dedicados a las memorias del bardo alto-aragonés Hilario Jamé, titulados Junto al fogaril de Atares (1995), dos del pastor Justo Peña, El pastor del Páramo (1995), etc. Ya sé que más de uno pensará que estas obras no pertenecen a la Literatura con mayúscula, y que podrían relegarse perfectamente a la sección de la 139
Antropología, pero pienso con Zabala que cumplen por lo menos con alguna de las características fundamentales de las buenas obras, que es la de ser amenas y divertidas. Por otro lado, tampoco faltan, aunque no abundan, diarios de escritores consagrados o profesores universitarios como es el caso de Txomin Peillen que narra en una especie de diario titulado Aldjezairia askatuta (1982) sus experiencias de la guerra de Argel en los años 1959-1960. O Joseba Sarrionaindia que en su obra Ni ez naiz hemengoa "No soy de aqui" (1985), cuenta desde la cárcel en una especie de dietario convertido en "casa de citas" las noticias que recibe desde el exterior, a través de la prensa, la radio, las visitas, los libros que le introducen y que comenta desde enero a julio, y donde la traducción se convierte en transcreación, y "Sarri" se convierte así en "introductor" de diversas culturas y literaturas, pues siguiendo la línea barthesiana de Mythologies (1957), reflexiona sobre los mitos de la vida cotidiana, y denuncia el abuso ideológico de los mismos. O la obra que en esta misma línea Xan Irigaray, profesor parisino escribe, Itzala harnean "La sombra interior" (1992) donde critica lo que en los mensajes de los media es propaganda, publicidad y puro eslogan, mas separa a ambos las diversas consideraciones que hacen sobre la violencia, etc. Para acabar con estos breves apuntes, deseo constatar que en la literatura vasca actual cada día se va perdiendo más el miedo a bailar en la cuerda resbaladiza de las memorias, recuerdos, diarios íntimos o de la autobiografía, y que son más los que salen a la calle diciendo M ñor naiz "Yo soy alguien".
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13 REFLEXIONES SOBRE EL MINOTAURO VASCO9 Buenos días, bon dia, bos dias, egunon: En primer lugar deseo agradecer al Ministerio de Cultura, y en especial al profesor Víctor García de la Concha, la amabilidad de invitarme a esta X edición de los Encuentros de Escritores y Críticos de las Letras españolas. Invitación que me da la oportunidad de estar de nuevo con viejos amigos, a los que encontré aquí hace unos cuantos años y cuyo resultado lo recogió el número 3 de Los Cuadernos del Norte, titulado «El Estado de las Poesías» (1986). Espero también que éstos sean por lo menos tan productivos como aquéllos, para lo que no hace falta sean ecuménicos, pues como señala ]akobson, el éxito de una convención científica o poética, que no política, no depende del acuerdo, sino del nivel del debate. Cuenta Plutarco en sus Vidas Paralelas, que Minos pactó con Ática le enviarían en tributo siete bellos mancebos y siete hermosas doncellas. Que arribados a Creta estos jóvenes eran despedazados en el Laberinto por el Minotauro. O que perdidos en sus rodeos, y no pudiendo acertar con la salida perecían allí mismo. Mas que habiendo recibido uno de ellos, llamado Teseo, de parte de Ariadna un hilo, e instruido de cómo se podía salir de aquella encerrona, dio muerte al Minotauro y regresó llevando consigo a Ariadna y a los muchachos. Añade también al compararlo a Rómulo que “la mayor prueba de la superioridad de Teseo consiste en que éste, sin haber sido agraviado, en venganza ajena se arrojó sobre los facinerosos, y Rómulo y Remo, mientras en nada fueron molestados por el tirano, le dejaron que oprimiese a los demás”(Ed. 1964:72).
9
AAVV, Literatura en el laberinto. Ed. Cátedra / Ministerio de Cultura, Madrid, 1995, 177-191.
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La leyenda del Laberinto y el Minotauro, como es sabido, ha sido leit-motiv para creadores de todas las épocas, desde Catulo a Nikos Kazantzakis, pasando por Monteverdi, Strauss, Picasso o George Neveux ... No intentaremos aquí entrar en detalles, sino solamente reflexionar un poco sobre la significación del mito y sus posibles conexiones, aunque sean lejanas, con algunos escritores vascos y en concreto con Jo Mirande. El laberinto obviamente es el símbolo de un sistema de defensa, y anuncia la presencia de algo precioso o sagrado, al que se tiene acceso a través de un viaje iniciático, sólo permitido a los elegidos. y como señala Mircea Eliade, “los rituales laberínticos sobre los cuales se funda la ceremonia de la iniciación tienen justamente por objeto enseñar al neófito en el curso mismo de su vida terrestre la manera de penetrar sin perderse en los territorios de la muerte” (1949:321). En cierto sentido, la experiencia iniciática de Teseo en el Laberinto equivale a la búsqueda de las Manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides, o del Santo Graal de la caballería medieval. Cada prueba volvía de nuevo, con su propio lenguaje, a penetrar en un espacio difícilmente accesible y bien defeñdido, en el que se hallaba un símbolo más o menos transparente del Poder, lo Sagrado y la Inmortalidad. A los ojos de los alquimistas, por ejemplo, el laberinto representa la imagen del trabajo perfecto de la Obra y las dificultades para alcanzarla. Indica la vía que conviene seguir para lograr el centro donde se libra el combate de las dos naturalezas, y la del camino que ha de seguir el artista para poder salir de él. Es precisamente éste el sentido con que nos presenta el poeta y dramaturgo surrealista George Neveux su “nueva interpretacion” en Le voyage de Thésée (1943). Aquí el Minotauro se identificará con el Otro del autor, el otro rostro del propio héroe, equivaliendo la victoria sobre el monstruo a una victoria sobre sí. Interpretacion que va de la mano también de la doctrina ascético-mística. La concentración sobre sí mismo a través de los mil vericuetos de las sensaciones, emociones e ideas, suprimiendo todo obstáculo a la intuición pura, y llegando a la luz sin dejarse fascinar por fuegos fatuos en las revueltas del camino. Por lo que la ida y retomo del laberinto serían el símbolo de la muerte y resurrección espirituales. La transformación del yo que se opera en el centro del laberinto, al término del paso de las tinieblas a la luz, marca la victoria de lo espiritual sobre lo material, y al mismo tiempo, de lo eterno sobre lo perecedero, de la inteligencia sobre lo instintivo, del saber sobre la violencia ciega ... 142
El creador, sea de donde sea, se adentra voluntaria y conscientemente, a sabiendas de todos los riesgos, en el Laberinto, en el que, cual nuevo Teseo, ha de luchar a muerte con el Minotauro. Uno de estos Teseos vascos será en la preguerra Esteban de Urkiaga «Lauaxeta», que huyendo del laberinto jesuítico se sumergió en el de la política y la literatura publicando en Bilbao el año 33 su Bide-Barrijak “Nuevos Rumbos”. En el poema clave del mismo, titulado «¡a la mar!», dice así: Desnudo sobre la proa del barco, piloto de la altura, recorro los mares por caminos desconocidos. [ ... ] Somos nuevos Ulises, pero no hay sirenas. Aquí no tuvo su cuna la encantadora Afrodita. Como nuestra raza, somos jóvenes pionners. [1933:137] Esta búsqueda de nuevos rumbos, esta voz que abogaba por «circundar el cinturón de la Tierra, pero no con espuma ni esfuerzos vanos, sino con ideas», con ideas incontaminadas y terranovas, hacen de Lauaxeta un nuevo Ulises, un pionero de una nueva tierra literaria. Un nuevo Teseo ante el Minotauro tradicional, que responderá insidioso al título de su obra «Nuevos Rumbos» con críticas tituladas como «Rumbos peligrosos» o «¡Qué rumbos y qué ochocuartos!», o «Vanguardisrnorik ez diagu bear», No necesitamos vanguardismos. Comentaban los críticos que suficientes peripecias y vericuetos tenía ya de por sí el laberinto de la lengua y la sociedad vascas como para complicarlo aún más ... Sin embargo, Lauaxeta no cejó en su empeño y, aunque remodeló su estrategia, siguió adaptando entre otros a Federico García Lorca y a Maurice Maeterlinck, dando nueva luz a la poesía y al teatro euskaldun. Luz, que junto a la de otros Teseos que anunciaban el alba de una nueva época, de una nueva literatura, fue apagada por las hordas fascistas. Muchos de los que se enfrentaron con el Minotauro franquista perdieron su vida en el intento, y otros muchos tuvieron que tomar la amarga vía del exilio. En el exilio americano de Guatemala y Venezuela precisamente y de la mano de Jokin Zaitegi e Indima Ibiñagabeitia, traductores de los clásicos greco-latinos y directores de revistas Euzko Gogoa y Eman, publicará sus primeros poemas Mirande.
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Este escritor vasco, hijo de emigrantes suletinos en París, simboliza dentro del laberinto literario vasco, la ruptura y la heterodoxia, el nacimiento de un nuevo modo que se da por los años 50, modo en el que hay que incluir entre otros a Federico Krutwig (Getxo, 1921) y a Dominique Peillen (París, 1932). Mirande es uno de los pocos escritores vascos traducidos al castellano, mas no con la fidelidad y rigor exigidos, ya que tanto su novela La ahijada (Pamiela, 1991), traducida por Eduardo Gil Bera, como sus poemas Ilhun-Argiak «Claroscuros» (Universidad del País Vasco, 1992), traducidos por Felipe Juaristi, tienen vacíos y errores. Intentaremos con las líneas siguientes subsanar algunas desidias y malinterpretaciones. Peillen, en su Discurso de entrada en Euskaltzaindia «Real Academia de la Lengua Vasca», nos presenta dos poemas y tres cartas inéditas de Mirande (Euskera 1989) dignas de más atención. De un lado nos presenta una traducción de Two Corbies de Edgar Allan Poe, hecha en 1946, así como un soneto de 1948, no recogido por Juaristi en una edición que pretende ser «crítica del conjunto de la obra total». Por otro lado, las tres cartas dirigidas a su amigo Jean Loustau, escritas entre febrero y abril de 1948. Éstas son de indudable importancia, pues nos dan claves del proceso ideológico y literario de Mirande, fuentes básicas de la ironía mirandeana estudiada por Jan Kortazar en su Laberintoaren oroimena. Gure garaiko olerkiqintzaz (La Memoria del Laberinto. Sobre nuestra poesía contemporánea, Baroja, 1989). Dice Mirande a Lousteau: Nik maite dut neure herria Angles edo Frantses batek maite duen bezala. Euskal-herri'ko dantza ta abesti herkoiak laket zaizkit naski; eusko edestia ikasten ari naiz; bainan geroari be ha bizi behar ginukela deritzait. Nere ametsa, hauxe da: egun batez, Euzkadi izan dadien ludiko herrialde argituenetarik bat -Iphar-Europa'ko erresuma ttipi zenbait diren bezala (gogoan ditut Holanda, Dinamarka, Finlandia ... . Ni ere kristotarra naiz -bai eta demokrata ere. Bainan izena baino nahiago dut izana (erraiten ohi den bezala) eta ezin ahantz dezaket gehiegi aldiz arrotzek atzipetuak izan garela iragan denboran, Eliza edo Demokratagoa zain tzeko aitzakian -1789'ko erkaldarrak «idemokratak» othe ziren geure lege-zaharra kendu zaukutenean? «demokratak- ordutik 144
hunat, ikusi ditugun frantses jaurlaritzak, nahiz beren buruak hola deitzen? (
Amo a mi pueblo como un inglés o un francés ama al suyo. Me
encantan las danzas y canciones populares del País Vasco; estoy aprendiendo la historia vasca; pero me parece que deberíamos vivir mirando al futuro. Mi sueño es éste: que un día Euzkadi sea una de las naciones más ilustres de la Tierra -como lo son algunos pequeños estados del Norte de Europa (pienso en Holanda, Dinamarca, Finlandia ... . Yo también soy cristiano -incluso demócrata. Pero prefiero el ser al parecerlo (como dice el refrán), pero no puedo olvidar que durante tiempo hemos sido esclavos de extraños, que bajo la excusa de guardar la Iglesia o la Democracia - ¿acaso los que en 1789 nos robaron la ley vieja eran «demócratas» populares?- ,"democratas», acaso, los gobiernos franceses que de entonces a hoy han sido, a pesar de autoproclamarse como tales ?) Evidentemente esta confesión aclara bastante la evolución que textos posteriores indican, pero que ya se apunta en el soneto de 1948: Ez abesti latiñik, ur deunik ez, apaiz! Ez garbairik, anaiak, naizenean ilko: Anaiaren garbaia gezurra bai da maiz. (¡No deseo cura, ni canciones latinas, ni agua bendita! Ni perdones cuando me muera, hermanos: Que es mentira muchas veces el perdón del hermano.) Este afán de sinceridad y autenticidad será precisamente una de las notas características de toda su obra. El corpus poeticum de Mirande es reducido. Unos setenta poemas. Y para entenderlos son claves tres documentos del año 53. El primero es el del prólogo (Olarra 1984) que escribió a una selección de poemas que recopiló con la intención de editarlos en Caracas. En él se defiende de los ataques que ha sufrido por escribir «poemas panteístas», y contesta que no los ha compuesto por el bien moral de nadie, sino por simple solaz y for the happy few; para que los degusten unos pocos.
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El segundo documento es la entrevista que le hace Ibiñagabeitia para radio Euzkadi en París, y que se titula ·”Olerkarienean” («En casa del poeta») (Gernika 1953) . Aquí hace un repaso de sus filias y fobias. Por supuesto, Lauaxeta y Zaitegi se hallan entre los amados. También habla de cómo ha hollado tierras vírgenes, todavía no mancilladas por poeta vasco alguno, como la masturbación, la paidofilia, el lesbianismo, etc., lo cual no tenía nada de raro, ya que hasta entonces la mayoría de los poetas vascos había pertenecido al clero. El tercer documento es el titulado «Liburu Lizunetaz»? «Sobre los libros pornográficos»), donde arremete contra la vigencia del binomio euskaldun-fededun («vascongado y cristiano»), considerando que entre los vasquistas y nacionalistas del momento
podían
hallarse
perfectamente
tanto
panteístas
como
neopaganos,
mahometanos como ateos, y que por supuesto, el bautismo no tenía nada que ver con la vasquidad. Por esta razón nos habló aquí, en esta tribuna hace diez años, Kortazar de la esencia pagana de Mirande, y en su Memoria del Laberinto ... , de la influencia del pasado celta, del paganismo céltico precristiano en su ideología. Habría que puntualizar, empero, esta afirmacion, ya que a pesar de que no faltan elementos mitológicos celtas en su poesía, lo que domina es su espíritu barojiano y nietzscheano, así como las referencias mitológicas vascas. Éstas quedan patentes en su último poema, publicado en 1966 pero escrito hacia 1963, época de sus últimas colaboraciones en euskera, en la revista que codirigió en París, titulada «Igela», euskaldun heterodoxoen errebista. Dice así el poema: SANGUIS MARTYRUM XXXIV Europar sinhesmenagatik bizia eman duten Euskaldun sorgin, azti eta belhagileen orhoitzapenetan Jon Mirande 1 Ene herri on bakezalea, eliza zuriz bethea, Goizerritiko Jaungoikoaren herri hautetsi maitea,
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II Hire zerua garbi duk, kheak Hegoak ditik ohildu; oiharzun gabe hire orhoitzan auhenak dituk ixildu ... III Zuen auhenak, ene arreba plazetan errhauts eginak, gozan beltz heiek erre zaituzten Euskalherriko sorginak! IV Sekula zuen martyrioa ez da khantatu euskaraz. Niketz orhoit naiz: dietzadala bertso berriak sortaraz. V Zinez alpherrik hil zaretea? Galdu zarete orozbat? Ezin da ... ezen zuen odola date pagano-hazi bat. VI Zuen odolaz erein'utzue Europako laur hegalak, zuhauiek eta zuen ahizpek, oi! aphez-eme aphalak. VII Belhaunik belhaun zueri esker da begiratu azkarra geure leinuak asmaturiko theologia zaharra.
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VIII Zuen arima Gazte-Lurrean kontsolaturik daudenei, arartekotzat harturik eta, egiten diet egun dei. IX Zuen bitartez hunki ailitza zorioneko egoitzak Ortzi-Thor edo Akher Beltzari nik dagiodan othoitzak: X Zu, eta bertze jainkoak ere hor zinetenak aspaldi, gure arrazak adaratuak gizaldirikan gizaldi, XI Mari Munduko, basajaun-jainko okher jakitun osoa, jainkoa zaintzen zenituztenak ibaia eta baso a, XII Baal arrotza ukhatzen dugu, zuentzat berriz sagara eginen dugu aldareetan zathozte, arren! zain gara. XIII hil ez zaiturte gizon beltz hauiek, lotan zaudete bakharrik;
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gure bihotzak adi'zazue, jaiki zaitezte, atzarrik! SANGUIS MARTYRUM En recuerdo de las brujas, magos y adivinos vascos que dieron su vida por la fe europea. Jon Mirande 1. Oh pueblo mío, bondadoso y pacífico, lleno de blancas iglesias, pueblo amado y elegido por el Dios Oriental. II. Tu cielo es límpido, pues el Sur ha aventado los humos y ha acallado los lamentos en tu honor, sin eco ... III. Vuestros suspiros, ioh hermanas mías, brujas de Euskal Herria, quemadas y hechas cenizas en las plazas por aquellos hombres negros! IV. Nunca fue cantado vuestro martirio en euskera. Mas yo os recuerdo y ofrezco estos versos nuevos. V. ¿Acaso habéis muerto en vano? ¿Desaparecido para siempre? No, no puede ser. .. , pues vuestra sangre tal vez será semilla de paganismo. VI. Habéis regado con vuestra sangre los cuatro costados de Europa, vosotras y vuestras hermanas, ¡oh sacerdotisas prudentes! VII. Gracias a vosotras se ha conservado firme de generación en generación la vieja teología creada por nuestros linajes. VIII. y tomando vuestra intercesión llamo hoya las almas que se hallan consolándose en la Tierra de los Jóvenes. IX. ¡Ojalá que la oracion que dirijo a Ortzi-Thor o al Negro Cabrón pueda hallar con vuestra ayuda las mansiones de la felicidad! X. Porque Tú y los demás dioses estabais ya ahí tiempo ha, admirados por nuestra raza, por los siglos de los siglos. XI. Mari Munduko, sabedora de todos los entuertos, y todos los dioses y diosas del bosque que protegíais ríos y selvas. XII. Negamos al Baal extranjero, y os ofrecemos altares. Venid, por favor, os esperamos. XIII. No habéis muerto a mano de estos hombres negros, sólo estáis dormidos. Oíd, pues, nuestra súplica. Levantaos. ¡Despertad!
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Mas estas llamadas no lograron el eco deseado. Es evidente que en el lenguaje poético de Mirande, la mitología amada es la céltica y vasca frente a la judea-cristiana; pero sobre todo el panteón más invocado es el vasco, con sus «sorgin», «azti», «belhagile», Ortzi-Thor, Akher Beltz, Mari-Munduko, los basajaun-jainko y jainkosas, es decir, los dioses y diosas del bosque. Esta reivindicacion de mitos precristianos y exaltación del pasado halla su correspondencia lingüística en el uso de formas verbales y prefijos arcaicos, caídos en desuso, como el votivo ai-, utilizado por el poeta suletino del siglo XVII Arnaud Oihenart, pero que habían dejado de usarse ya hacia 1920. Este prefijo aparece en uno de los sonetos mirandeanos más conocidos, titulado “Eresi” («Canción»), que empieza así: Aineza gal bizia goiz batez […] (¡Ojalá perdiera la vida un amanecer...) Forma que ha sido recuperada por la nueva generación de poetas como José Agustín Arrieta, Joseba Sarrionaindia, etc. Mas quisiera indicar aquí el uso fuera de contexto a que ha dado lugar la obra de Mirande, citando un párrafo de una carta suya a Peillen. Carta escrita en 1970, dos años antes de su suicidio, y que transcribí, sin demasiado eco, al escribir la biografía apócrifa (Urkizu, 1984) del mismo. Dice así en su carta fechada el 15 de noviembre en París: Adiskide maitiak: Atzo Kér Vreizhen izan nuan, Pennaud ikhusiko niala ustez. Ez zuzun han, bena bazuan mintzaldi bat bestaldeko ETA'ko euskaldun gazte batek emaite ziana politikaren gain, eta Hélene Gueraçague ere han zuzun, eta euskal kulturaz mintzatu duzu, ETA koak marxismo leninismoa pheredikatu dikuzu Geraçagasa beraren erranetik ez duzu ideologia honen althe, eta harriturik ere dena - bera marxisten «bide-lagun- egin duzuez beitu uste hurak gabe deus egin deikiala Euskal Herrian. Ni gabe eginen dizie ... something is worten as The State of Euzkadi Shakespearek bezala erraiteko ... Mila goraintzi, bai eta Roberti eta haren etxenkuer. Jon Mirande
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(
Queridos amigos: ... Ayer estuve en Kér Vreizh! esperando encontrar a Pennaud. No
estaba allí, pero había una charla de un vasco de ETA del otro lado, sobre la situación política. También encontré a Hélene Cueracague que me habló de cultura vasca. El de ETA nos predicó el marxismo-leninismo según me dijo la Ceracaga ella no es partidaria de esta ideología, pero lo que me extraña es que se ha hecho amiga de los marxistas, porque piensa que sin ellos no es posible hacer nada en Euskal Herria. Podéis construir sin mí lo que, escrito en términos de Shakespeare, sería algo como The State of Euzkadi ... Un abrazo a ambos, y a Robert y su familia. Jon Mirande.) Es más que probable que Mirande hubiera leído las críticas de Cide a la URSS en su Retour de l'URSS, escritas tras su viaje a Moscú, que supusieron como una ducha de agua fría a sus denuncias del capitalismo y su proclamación de simpatías por un Estado sin religión, sin clases y sin familias. Y tampoco le serían desconocidas las críticas de su íntimo amigo Peillen, recién viajado a la URSS. Para quienes vivimos en el laberinto, y lo habitamos cuotidianamente, como nos dice Sarrionaindia: J. Dedalusek xinaurrien zangoetan lotu ditu hariak, maskorraren elezaharrean bezala, eta xinaurri bakoitza alde baterantza doa, hamaika bide ezberdin erakutsiaz. (J. Dedalus ata hilos a la pata de las hormigas, y cada hormiga parte hacia una dirección mostrando infinitos caminos diferentes ). En la lucha contra el Minotauro, sin embargo, no caben ni todos los caminos ni todos los medios, pues es evidente y nos repite Ernesto Sábato lo que también todos sabemos: Ya no se puede dudar, después de terribles experiencias: el fin no justifica los medios, y es trágicamente ilusorio perseguir fines nobilísimos con medios innobles. 151
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ÍNDICE Reflexiones sobre el minotauro vasco Pórtico……………………………………………………………………………............3 1.
Nuevo documento inédito (1511) sobre la vida de Bernat Etchepare y relectura de Linguae Vasconum Primitiae, primer libro editado en euskera (1545)...........5
2.
Joan Perez de Lazarraga, autorde Dianea & Koplak (1567), primer novelista vasco....................................................................................................................25
3.
La copia de Girolamo de Sommaia (c. 1600) de Refranes y Sentencias comunes en Bascuence, declaradas en Romance...(1596).................................................33
4.
Introducción a las farsas chariváricas vascas...................................................... 37
5.
La versión vasca de Abraham, drama de Hrotswita de Gandersheim (s. X).......47
6.
Anton Abbadia y los Juegos Florales del siglo XIX............................................53
7.
Serafin Baroja. Escritor bilingüe…………….....………………………............69
8.
Breves notas sobre novela histórica vasca………………………………... .......89
9.
Exilio y literatura en euskera……………………………………………….....101
10.
Modelos lingüístico-literarios vascos anteriores al 68.......................................115
11.
A propósito de Ni ez naiz hemengoa. No soy de aquí de J. Sarrionaindia .......127
12.
Ni ez naiz nor ´No soy quien´. Notas sobre memorias, recuerdos, diarios y autobiografías…….............................................................................................135
13.
Reflexiones sobre el Minotauro Vasco……………………………………......141
Referencias Bibliográficas.............................................................................................153
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