Pautas sintácticas para una adecuada puntuación

Pautas sintácticas para una adecuada puntuación Christian Olaechea Monge Resumen Muchos se guían de la pronunciación para puntuar adecuadamente las o

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Pautas sintácticas para una adecuada puntuación Christian Olaechea Monge

Resumen Muchos se guían de la pronunciación para puntuar adecuadamente las oraciones, párrafos o textos debido a que, generalmente, estos signos se definen como pausas pequeñas, intermedias o largas (ver RAE 1999). Sin embargo, la escritura de los signos de puntuación –más que someterse a los designios de las pausas– depende de la organización textual de los distintos grupos sintácticos y de cómo estos se relacionan dentro de la oración. Por ejemplo, muchos escriben una coma entre un sujeto y un predicado sin saber que están interrumpiendo la linealidad de los constituyentes básicos de la oración.

Introducción En este breve análisis, se ha elegido solo la coma y los dos puntos porque estos signos de puntuación se presentan en oraciones simples (frente al punto y coma que aparece básicamente en oraciones compuestas, que, en consecuencia, merece un análisis mayor). Además, muchos usuarios dudan en la escritura de estos signos debido a sus diversos usos. El corpus está constituido por el balotario de preguntas del Touring Automóvil Club del Perú (TACP). Este documento contiene preguntas (a modo de interrogantes u oraciones por completar) acerca de las normas de tránsito –con tres alternativas y su respuesta– y otros temas relacionados con la regulación del transporte particular. Se ha elegido este documento porque muchos usuarios lo leen y estudian con el objeto de aprobar una evaluación denominada examen de reglas. En caso de que aprueben este examen, estarán aptos para el examen de manejo (que consiste en

conducir un auto). Como dicho texto es leído por quienes desean obtener la licencia de conducir, se asume que el documento debe ser entendido por todos; sin embargo, no es así y constituye un buen ejemplo de escritura poco acertada de los signos de puntuación, pues dificultan la inteligibilidad textual.

1. Pautas teóricas El DPD no define la puntuación explícitamente, sino que habla de los signos de puntuación, de los cuales dice: “Sus funciones son marcar las pausas y la entonación con que deben leerse los enunciados, organizar el discurso y sus diferentes elementos para facilitar su comprensión, evitar posibles ambigüedades en textos que, sin su empleo, podrían tener interpretaciones diferentes (...)”. Sin embargo, el énfasis que hace el DPD –por así decirlo– se presenta en el marcado de pausas y la entonación cuando la primera función que debería ubicarse es la de organizar el texto, ya que solo algunos signos marcan la entonación, tal como sucede con los de exclamación, los de interrogación o los puntos suspensivos. Por otro lado, Carolina Figueras, en la introducción de su libro Pragmática de la puntuación, sostiene que la puntuación organiza el texto, esto es, “distribuye jerárquicamente la información en el texto y que cada signo de puntuación constituye una indicación, colocada intencionalmente, para que el lector interprete el texto en el sentido previsto por el escritor” (p.11). Más adelante, ya en la definición de la puntuación, afirma que “es un sistema de signos gráficos cuya función es distribuir la información en el texto”, es decir, ordena la información que se agrupa en estructuras como el texto, párrafo o enunciado. En consonancia con lo expresado, afirma: “Establecer una vinculación tan estrecha entre entonación y puntuación supone volver, de alguna manera, a la vieja idea de que la escritura es una mera reproducción o transcripción de la lengua oral (…)”. En el mismo párrafo (p. 21), la autora cita a Cassany, quien advierte que “es mucho más rentable y comprensible fundamentar el uso de los signos de puntuación en la observación y el análisis sintáctico”, esto es, los grupos sintácticos y cómo estos se organizan nos deben guiar en la aplicación de los signos de puntuación. Así pues, Figueras plantea que cada signo de puntuación tiene una función dentro de la estructura textual: "Desde el punto final, que señala la unidad mayor –el propio texto– hasta la coma, que define la unidad menor –el sintagma en el inferior de cada enunciado individual– signos como el punto y aparte, el punto y seguido, el punto y coma y los dos puntos permiten delimitar unidades intermedias entre el texto y el

sintagma (...)" (p. 27). La autora destaca claramente la función organizativa de la puntuación dentro del texto. No es un error plantear que la fonología guía la puntuación porque algunos signos – como los puntos suspensivos, los de interrogación y los de exclamación– se ciñen a pausas y entonaciones; el defecto es afirmar que las comas, los dos puntos o los punto y coma también se someten a los designios de la fonología. En suma, los signos de puntuación se deben usar según dos criterios: el análisis sintáctico y la organización textual. El criterio sintáctico se basa en las unidades o grupos sintácticos que conectan los signos de puntuación (grupos nominales, grupos verbales, etc.); mientras que la puntuación organiza el texto y lo provee de una estructuración jerárquica que permite leerlo sin problemas.

2. Signos de puntuación 2.1. Coma Según la ORAE, la coma (,) indica una pausa breve que se produce dentro del enunciado. En ese mismo sentido, Serafini dice: “La coma indica un cambio de inflexión entonativa o una breve pausa, y se usa con funciones muy variadas”. En ambos casos, la fonología marca la pauta para puntuar adecuadamente. En

cambio,

Valle

Degregori

afirma

que

este

signo

de

puntuación

“articula

armoniosamente los elementos que contribuyen a redondear la expresión del pensamiento”, es decir, la coma facilita el ordenamiento de nuestras ideas para asegurar que nos entiendan adecuadamente. Esta afirmación es más acorde con la función primordial de la puntuación: organizar la información. 2.1.1. La coma entre sujeto y predicado Pregunta 1 del balotario (TACP) El Servicio Obligatorio de Accidentes de Tránsito, cubre los gastos médicos de prehospitalización, atención médica hospitalaria, quirúrgica, farmacéutica, el transporte al lugar donde recibirá la atención médica y todos los gastos que sean necesarios para la rehabilitación de las víctimas. El caso más común de uso incorrecto de la coma es cuando se la usa entre sujeto y predicado. Como se muestra en el párrafo anterior, la coma interrumpe el tránsito

entre el sujeto el Servicio Obligatorio de Accidentes de Tránsito y su predicado (lo demás). Respecto de la coma, en el libro de Metz se puede leer que sirve “para separar un sujeto muy largo que antecede a otros elementos constitutivos de la oración”. Es decir, valida el uso de la coma después de sujeto, tal como se aprecia en el ejemplo que

expone:

las

decisiones

que

últimamente

ha

tomado

Octavio,

tienen

desconcertados a sus padres. Asimismo, Serafini justifica el empleo de la coma entre sujeto y predicado cuando el sujeto presenta una oración de relativo (proposición subordinada): Quien tenga algo que decir, debe decirlo ahora. No obstante, líneas arriba, admite que “se rechaza tajantemente el uso de la coma entre el sujeto gramatical y el núcleo verbal del predicado o bien entre el núcleo del predicado y su complemento directo” (p. 249). En consecuencia, se observa claramente una contradicción (¿una excepción?), porque el sujeto es quien tenga algo que decir y el predicado, debe decirlo ahora. Este uso incorrecto de la coma se funda, a todas luces, en que cada pausa debe graficarse mediante un signo de puntuación, en especial, la coma. Además de este uso equívoco de la puntuación (sustentado por Metz), también se rompe con la linealidad entre sujeto y predicado debido a una supuesta pausa (se desvinculan los dos componentes básicos oracionales). Esta suposición se justifica en la escritura de muchas frases o dichos en los que se presenta su empleo: el que calla, otorga. Por otro lado, Alfredo Valle Degregori califica a esta coma de criminal, porque “parte, rompe o destruye las relaciones normales entre los elementos de la cadena escrita” (p. 129). Él mismo ensaya una justificación: “[este error se debe] a la funesta creencia de que es necesario y obligatorio poner una coma donde se respira o donde se hace una pausa”. La escritura de la coma no se rige por pausas porque, sencillamente, la presencia de pausas en la emisión de cada hablante depende de la cantidad de aire que espira. Finalmente, el DPD asume una posición clara frente al uso de la coma entre sujeto y predicado, al afirmar acertadamente que “cuando el sujeto es largo, suele hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe marcarse gráficamente mediante coma”. Es decir, por más que se efectúe una pausa (de la extensión que sea) esta no debe marcarse con una coma. 2.1.2. Una coma explicativa ausente

Aunque no se presenta en el corpus, se debe recalcar que, en ciertas ocasiones, se inserta información de carácter explicativo o aclarativo dentro de la oración (en el medio) sin aislarla con dos comas –como es lo normado o recomendado– sino solo con una. El único caso que pude encontrar en este corpus corresponde al uso de la expresión por ejemplo, tal como se muestra abajo (debería estar entre comas): Pregunta 150 del balotario (TACP) Los colores de la luz, las palabras o los signos de los semáforos tienen significados como por ejemplo, el color rojo intermitente indica: a) Pare. b) Siga. c) Sobrepare. 2.2. Dos puntos La ORAE define los dos puntos según una pausa: “los dos puntos (:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue”. De manera semejante, se lee en el DPD que este signo de puntuación “representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente (…)”. El inconveniente de ambas definiciones –o, por lo menos, comenzar a definir de ese modo– es que nuevamente destaca su dependencia de la fonología. Además, la definición que brinda el DPD es muy general cuando habla de “llamar la atención” del texto posterior, es decir, implica que cada vez que desee destacarse alguna información, podemos antecederla con los dos puntos. A diferencia de la coma, Serafini no se guía de criterios fonológicos cuando define los dos puntos, pues afirma que estos “(…) sirven en raras ocasiones para establecer pausa en el período, cometido típico del punto o del punto y coma. A menudo, en cambio, desempeñan una auténtica función conectiva” (p. 253). Es decir, destaca su empleo como relacionante, ya que enumera sus usos empezando por su valor de conjunción (causal, consecutiva, explicativa): no quería salir de la piscina: hacía mucho calor. 2.2.1. Entre preposición y su término (usualmente antes de enumeración)

Este uso incorrecto de los dos puntos –no se expone ninguno en la ORAE ni en el DPD– se presenta entre una preposición y su término o complemento (ver RAE 2010, 29.1.1a). Se debe generalmente a que luego de la preposición hay una enumeración de términos. En el corpus estudiado, no se muestra ninguna ocurrencia, pero se puede asumir que este uso es producto de la confusión de los dos puntos que presentan una enumeración detallada o con antecedente –así como para destacar lo que sigue– y la enumeración sin antecedente. a) Dos puntos correctamente usados (enumeración con antecedente) Según el reglamento, los colores del semáforo son tres: rojo, ámbar y verde. Las palabras que siguen a los dos puntos constituyen el desarrollo o el detalle del antecedente (tres). b) Dos puntos empleados erróneamente (que separan la preposición de sus términos, en una enumeración sin antecedente) El límite de velocidad de un vehículo es de: 30 km/h., 40 km/h, o 60 km/h., según la zona donde se transite. Los dos puntos interrumpen la relación entre la preposición y sus términos (usualmente con dos o más términos). 2.2.2. Antes de listados en los que se continúa la oración o idea Los dos puntos aparecen al final de oraciones que presentan alternativas múltiples (a, b, c), muy comunes en listados de preguntas. Una posible justificación de su empleo es señalar el final del encabezado y su continuación con alguna de las alternativas, pero ¿acaso no es suficiente el salto de línea para cada opción? (además se interrumpe la relación entre la última palabra del encabezado con una de las alternativas que completa la idea). Además, esta incorrección –que para ser estilística, resulta excesiva– conlleva un error en el empleo de letras mayúsculas en lugar de minúsculas porque la idea u oración continúa (los dos puntos no finalizan la oración). a) Entre verbo y su complemento Pregunta 3 del balotario (TACP)

Como consecuencia de un accidente de Tránsito el SOAT cubre: a) A los ocupantes del vehículo b) A los peatones únicamente c) A todas las personas, sean ocupantes o no ocupantes del Vehículo b) Entre preposición y su término Pregunta 5 del balotario (TACP) La póliza del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito indemniza por cada muerte consecuente de tránsito con: a) 3 Unidades Impositivas Tributarias. b) 5 Unidades Impositivas Tributarias. c) 4 Unidades Impositivas Tributarias. c) Entre un sustantivo y su adjetivo Pregunta 47 del balotario (TACP) En las carreteras y caminos los vehículos motorizados de transporte terrestre deben circular en horario nocturno usando luces: a) Altas. b) Altas o bajas de acuerdo a la necesidad de visibilidad. c) Bajas.

3. Conclusiones En general, la escritura de los signos de puntuación analizados en este trabajo presenta dependencia de la pronunciación (pausas o entonación). Debido al arraigo de esta asunción, muchos se guían de la fonología en la escritura de dichos signos. Por el contrario, solo se debe considerar la entonación y las pausas en el empleo de los signos de interrogación y exclamación así como los puntos suspensivos. Si la pronunciación guía la puntuación, se corre el riesgo de dificultar la sintaxis entre las unidades relacionadas, ya que interponer una coma entre sujeto y predicado, o dos

puntos entre el verbo y sus complementos, entre otros casos frecuentes, produce pequeñas rupturas en la sintaxis del texto. La función básica de la puntuación es facilitar la lectura de un determinado texto, gracias a que constituye un sistema gráfico –un código– que tanto escritor como lector deben conocer para que la comunicación sea eficaz. Tal como menciona Figueras, la puntuación debe ordenar y jerarquizar el texto. Por último, la puntuación en textos de carácter oficial debe ser formal (como el corpus analizado), es decir, su escritura debe ser objetiva y alejada de cualquier estilo personal, debido a que el uso formal o académico de los signos de puntuación asegura la inteligibilidad del texto íntegro.

4. Bibliografía FIGUERAS, Carolina. Pragmática de la puntuación. Barcelona: Octaedro, 2001 METZ, M. L. Redacción y estilo: Una guía para evitar los errores más frecuentes. 2da edición. México: Editorial Trillas, 1990. MINISTERIO DE TRANSPORTES Y COMUNICACIONES. Banco de preguntas para postulantes a obtener licencia de conducir. Acceso: http://www.mtc.gob.pe/portal/normas_transito/BALOTARIO.pdf REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Nueva gramática de la lengua española. MANUAL. Madrid: Espasa, 2010. ___________________________.

Diccionario

panhispánico

de

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