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P.J. IBÁÑEZ
Pedro José Ibáñez nació en Villarquemado (Teruel), en marzo de 1935. Desde pequeño sintió una gran atracción hacia las artes en general y hacia la pintura en particular. Realizó estudios en Artes y Oficios, y desde muy joven se dedicó a la pintura. Se le considera un pintor autodidacta, con un estilo muy personal que ha ido desarrollando con el paso de los años. A lo largo de su dilatada carrera ha realizado más de 200 exposiciones individuales por toda España y parte del extranjero, donde ha cosechado un gran éxito de público y crítica. Su técnica se fundamenta en el óleo sobre lienzo a espátula y pincel, con un estilo hiperrealista e impresionista de fino dibujo. Sus temas están basados en la tradición y el costumbrismo, los paisajes urbanos de rincones típicos de los pueblos de España, los bodegones y los retratos. En su paleta predomina una policromía meridional y mediterránea, dentro de un rico cromatismo basado en los colores ocres, cálidos y de tierra. Su obra está repartida por toda España, además de en colecciones particulares en el extranjero: Francia, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Argentina.
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Mascaró Pasaríus: "Pintura hiperrealista de la más alta calidad. Mirar sus cuadros es una verdadera delicia por su finísimo dibujo, por su policromía meridional y mediterránea, y por su delicado cariz poético. Pintor de calles angostas, medievales, casas de puertas claveteadas y diminutas ventanas, como para proteger al máximo la intimidad de sus moradores, y flores de maceta y de parterre, que dan al tema alegría y frescor. Nos encontramos ante un pintor destinado a pasar a la historia del arte".
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V.J. Amiguet: P.J. Ibáñez, el "gran pintor rural por excelencia", como le llamara Mario Ramos, conoce y sabe tratar como pocos esa singular gama cromática propia de las tierras turolenses del llano y de la montaña, Sierra de Albarracín, pueblos de entraña centenaria y castigados por la emigración y el abandono, pueblos de calles y plazas silentes recoletas, batidos por ese cierzo viril que templa caracteres y empeños; pueblos con arquitectura tradicional, con tejas, balcones y faroles, capaces de servir de motivo a un artista inspirado y enamorado de ese siempre difícil paisaje aragonés. Una galería analógica de todo un mundo en trance de desaparecer para siempre y que el artista ha captado con toda su propiedad y en su propio ambiente".
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P.J. IBÁÑEZ J.L.Marchante: "Sus bodegones poseen ese realismo que en cada momento gusta ver por su gran atractivo. Están bien trabajados, con una pincelada fina y segura. Sus paisajes están llenos de una sencillez innata y dotadas del encanto que siente por lo real y natural. Es un artista que en cada pincelada se ve profesionalidad y que en ningún momento intenta mentir en su pintura". Damián Manzanares Peco: "La pintura, con mayúsculas, de este artista turolense, a veces nos conmueve y a veces nos transporta a ese gusto clasicista y neo-romántico. Pedro J. Ibáñez es un artista plástico muy notable, y su capacidad de trabajo excepcional en todos los sentidos. Bodegones, retratos y paisajes arquitectónicos, nos llevan a apreciar el óleo de calidad y las evocaciones de su tierra natal de Aragón. No en vano recibe, en el tratamiento del color sobre todo, los influjos del también aragonés D. Francisco de Goya, y sus composiciones alegran el alma y denotan y connotan gratitud y entusiasmo, alegría y romántica entrega a los temas rurales y castizos, y al gusto exquisito de colores y formas, adornando siempre la línea con una técnica depurada, experimentada y plena de sensatez y elevación a esferas poéticas del Aragón secular y celoso de bravura".
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P.J. IBÁÑEZ V.J. Amiguet: “Ambiente, figuras, la pura realidad de pueblos y sus gentes aparecen fielmente reflejados en la obra de Pedro José Ibáñez, que incide también de manera destacada en el capítulo de los bodegones, felizmente conseguidos en la misma gama cromática, los ocres, que caracterizan el conjunto de su fecunda obra”.
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