Perfil Sociodemográfico y de Salud. de los Maestros de Puerto Rico

        Perfil sociodemográfico y de  salud de los Maestros de  Puerto Rico   Estudio  encomendado  por  el  director  ejecutivo  del  Sistema  de  R

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Perfil sociodemográfico y de  salud de los Maestros de  Puerto Rico   Estudio  encomendado  por  el  director  ejecutivo  del  Sistema  de  Retiro para Maestros,  Harold González Rosado     El  diseño  de  políticas  efectivas  para  los  maestros  conlleva  estudiar  las  características  sociales  y  de  salud  de  éstos,  así  como  los  incentivos  y  factores  institucionales  que  caracterizan  la  composición  de  la  colectividad  docente  y  que  influencia  su  desempeño  profesional.    Este  documento  provoca  la  gestión  de  educación  en  cuanto  a  prevención  de  las  condiciones  de  salud  de  los  maestros.  Además, fundamenta como base empírica la situación económica de los maestros   y sus comportamientos en la demografía para con carácter de urgencia fortalecer  sus fondos de pensiones.     

Hernando Mattei, Ph. D.  Melba Sánchez Ayéndez, Ph.D.  20 de diciembre de 2007     

Perfil Sociodemográfico y de Salud de los Maestros de Puerto Rico

Informe de Progreso sometido al Sistema de Retiro de Maestros del Estado Libre Asociado de Puerto Rico

por

Hernando Mattei, Ph.D Escuela Graduada de Salud Pública Recinto de Ciencias Médicas Universidad de Puerto Rico y Melba Sánchez Ayéndez, Ph.D. Gerontóloga Catedrática Jubilada, Programa de Gerontología Escuela Graduada de Salud Pública Recinto de Ciencias Médicas Universidad de Puerto Rico

20 de diciembre de 2007

Introducción El diseño de políticas efectivas para los maestros conlleva estudiar las características sociales y de salud de éstos, así como los incentivos y factores institucionales que caracterizan la composición de la colectividad docente y que influencian su desempeño profesional. Parte de esto es lo que se ha propuesto en la investigación que se presenta en este documento. El objetivo de este informe es desarrollar un perfil sociodemográfico y de salud de los maestros de Puerto Rico que sirva de base para elaborar posteriormente un estudio de necesidades de los maestros con el fin de que el Sistema de Retiro de Maestros pueda identificar nuevos servicios y benificios que pueda ofrecer a sus miembros. . Este perfil incluye las siguientes áreas: 1) características demográficas, sociales y económicas de los maestros 2) enfermedades y condiciones de salud más comunes entre la población puertorriqueña que ha completado una educación universitaria. El contenido y alcance específico del perfil se determinó en consulta con el Lcdo. Harold González y la Lcda. Danette Rosario del Sistema de Retiro de Maestros.

1

Organización del informe

Este documento consta de cinco partes: 1.

Perfil sociodemográfico de los maestros en Puerto Rico

2.

Perfil de salud de la población en edad laboral con educación universitaria

3.

Descripción de la población de 60/65 años o más del país

4.

Breve recuento del envejecimiento de la población de Puerto Rico y sus implicaciones para el Sistema de Retiro de Maestros

5.

Implicaciones de los hallazgos

Aunque se ha señalado que el objetivo de este documento es la población magisterial activa, no obstante se pretende sentar bases para su comparación con grupos de edad mayores de 60 años.

2

I. Características sociodemográficas de los maestros

De acuerdo a los datos del Censo del año 2000 el 78.8 por ciento de los maestros son mujeres, y esta proporción se observa en todos los grupos de edad y tenían una mediana de edad de 43 años. Estos datos concuerdan con los datos del Sistema de Retiro de los Maestros al 30 de junio de 2003. Los datos más recientes de la Encuesta de la Comunidad de Puerto Rico para los años 2005 y 2006 indican que este patrón se mantiene, y en todo caso sugieren que puede haber habido un pequeño aumento en la proporción de maestros mujeres (cf Tabla 1 y Tabla 2 en el Apéndice). El 67.2 por ciento de los maestros están casados, el 17.2 por ciento nunca se ha casado, el 13.7 por ciento está divorciado y el 2.5 por ciento está divorciado (cf. Tabla 7). Encontramos diferencias importantes en el estado civil de los maestros de acuerdo a la edad y el sexo. Aunque el porciento de maestros casados es similar para hombres (68.3%) y para mujeres (66.9%), en el caso de los hombres este por ciento aumenta a medida que aumenta la edad, llegando a un 83.3 por ciento entre las edades de 55 a 59 años, mientras que en el caso de las mujeres la cantidad de maestras casadas va disminuyendo con la edad, con un 60.7 por cineto entre las edades de los 55 a los 59 años. El porciento de hombres nunca casados (22.7 por ciento) es mayor que el de las mujeres (15.7 %). En ambos grupos el por ciento más alto lo encontramos en los maestros más jóvenes, casi la mitad de los hombres (46.7%) y cerca de una de cada tres (30.6%) de las maestras. En ambos casos en el grupo de 55 a 59 años solamente el 5 porciento nunca se ha casado. Hay una mayor proporción de maestras que de maestros viudos y divorciados. El 2.5 por ciento de las maestras son viudas vs. el 0.1 por ciento de los maestros. En el caso de las

3

maestras en el grupo de edad más viejo alcanza un nueve porciento. Hay un mayor proporciónde mujeres divorciadas (14.9%) que de hombres(8.9%) y para ambos sexos esta proporción aumenta con la edad. Los datos por estado civil reflejan que aunque la mayoría de los maestros eventualmente se casa, tiende a casarse bastante tarde. Es significativo notar que en el grupo de maestras entre los 55 y los 59 cerca del 40 porciento no estaba casada ( 25.0% divorciada, 9.2% viuda y 5.2% nunca se ha casado). Este dato tiene implicaciones importantes para el retiro pues la mayoría de los maestros son mujeres y los datos para las maestras de 45 años y más indican claramente que una proporción elevada de las maestras que están cerca de la edad del retiro son viudas o divorciadas. La relación de parentesco del maestro con el jefe del hogar refleja las características del estado civil (cf. Tabla 3). La mayoría de los maestros son jefes (37.7%) o cónyuges (44.8%) del jefe del hogar y sólo un 14.1 por ciento son hijos del jefe del hogar. En el caso de los hombres siete de cada diez (71.1%) es jefe de su hogar y dos de cada cinco (19.4%) son hijos del jefe. La proporción de maestros que son jefes aumenta con la edad, mientras que la mayor proporción de maestros hijos del jefe (42.0%) la encontramos en los menores de 35 años. Para las maestras observamos que el 28.7 por ciento son jefes de su hogar el 55.2 por cineto son cónyuges del jefe y 12.6 por ciento son hijas del jefe del hogar. En el caso de las mujeres la jefatura del hogar depende de su estado civil, es decir las maestras casadas son casi todas cónyuges del jefe, y las que son jefes del hogar son en su gran mayoría divorciadas, viudas y nunca casadas. Así encontramos que la proporción de maestras jefes aumenta con la edad. La proporción más alta de maestras que son hijas del jefe se encuentra en el grupo de edad más joven 4

(menores de 35 años) que es el grupo con la proporción más alta de maestras nunca casadas. Esta información junto a los datos de la relación de parentesco sugiere que la gran mayoría de los maestros vive en hogares nucleares, i.e. el núcleo conyugal completo con o sin hijos o núcleo conugal incompleto hijos). Esto queda confirmado con los datos de la Tabla 4 y la Tabla 5. Sobre el noventa por ciento de los maestros vive en hogares de familia y el 5.7 por cento vive solo. La mayoría vive en hogares de familia de pareja casada (71.6%). Es importante señalar que en el grupo de 55 a 59 años el 16.4 por ciento de las maestras vive sola, lo que es consistente con la alta proporción de maestras viudas y divorciadas en este grupo de edad. También debemos indicar que una de cada cinco maestras (22.2%) vive en hogares de familia donde la mujer es el jefe sin esposo presente. Aunque la mayoría de los maestros vive con un cónyuge, la proporción de maestros que vive solo o sin cónyuge e hijos aumenta a medida que se acercan a la edad del retiro. El tamaño promedio del hogar del maestro es de 3.5 personas, lo que indica que el número promedio de hijos que viven en el hogar es muy reducido. Un punto que es en términos generales la red de apoyo familiar en el hogar de los maestros cerca de la edad de la jubilación es bastante pequeña, encontramos entre los 55 a los 59 años, el 16.4 por ciento de las maestrasvive sola y otro 39.6 por ciento vive con solo una persona. Más del cuarenta por ciento de los maestros vive en hogares sin niños (menores de 18 años) (ver Tabla 8). Este patrón es similar tanto para los hombres como para las mujeres. Uno de cada cinco maestros viven en hogares con un solo niño y otro veinte por ciento en hogares con dos niños y cerca del diez porciento en hogares de tres niños. El 5

nuúmero de niños por hogar varía de acuerdo a la edad del maestro. El por ciento de maestros con niños en el hogar aumenta entre los 20 a los 44 años alcanzando un 77 por ciento para las maestras entre las edades de 35 a 44 y luego disminuye. Llama la atención la alta proporción de maestros entre las edades de 45 a 59 que no viven con niños en el hogar. Cuando observamos la edad de los niños en el hogar (cf. Tabla 10) vemos que la edad y número de los niños es consistente con un patrón de formación de hogar de pocos hijos. El 28.2 por ciento de las maestras entre los 21 a los 34 años viven en hogares con niños solamente menores de 6 años y el 36.8 por ciento no viven con niños. En el grupo de edad de 35 a 44 años el 19.1 por ciento vive en hogares con niños menores de 6 años y entre las edades de 45 a 54 se reduce a un siete por ciento. Entre las edades de 35 a 44 año solo una de cada tres maestras vive en hogares con niños en edad escolar (de 6 a 17 años) y casi el 60 por ciento vive en hogares sin niños. En un trece por ciento de los hogares de maestros hay una personas de 65 años o más (cf. Tabla 9). La proporción más alta la encontramos El mayor porciento lo encontramos entre las maestras de 55 a 59 años, lo que es consistente con maestras casadas con hombres mayores que ellas. El por ciento de maestros que se encuentran bajo el nivel de pobreza es de 8.5 porciento (cf. Tabla 11) un nivel muy por debajo del de la población total que es de 48.2 por ciento . Esto que los maestros tienen unas carácterísticas económicas muy favorables comparadas con los de la población general. Este hallazgo no es inesperado debido a que en Puerto Rico el nivel de pobreza está fuertemente asociado al nivel de escolaridad, es decir a mayor esoclaridad menor el nivel de pobreza, y siendo los maestros graduados de universidad es de esperar que tengan bajos niveles de pobreza. Las características de la estructura del hogar de los maestros también ayuda a a explicar su bajo nivel de pobreza. 6

El nivel de pobreza de un hogar depende del total de ingresos y número de personas en el hogar. Esto hace que las características demográficas de los maestros y su estructura del hogar los ponga en una posición bien favorable. La gran mayoría de los maestros son mujeres y viven en hogares con cónyuges, por lo que una alta proporción de los hogares de los maestros tienen dos personas que trabajan. Esto aumenta el ingreso total del hogar de los maestros y si recordamos que losmaestros viven en hogares con un tamaño promedio pequeño nos encontramos con un perfil sociodemografico bien favorable con respecto al nivel de pobreza. Sin embargo es importante señalar que en el grupo de 55 a 59 años un 8.6 por ciento de los hombrse y un 8.9 por ciento de las mujeres viven bajo el nivel de pobreza, lo que sugiere que hay un grupo grupo de maestros con ciertas vulnerabilidades económicas, justo antes del retiro. Es importante enfatizar que los datos sobre el nivel de pobreza de los maestros no son suficientes para concluir que estén en una posición económica desahogada, pues habría que conocer los gastos totales y obligaciones económicas de los maestros, pero esa información no está disponible en el censo. La gran mayoría de los maestros (85.8%) son dueños de su vivienda (cf. Tabla 13). Uno de cada tres maestros tiene vivienda propia salda (34.0%), el 51.8 por ciento tiene una vivienda propia con deuda hipotecaria, el 10.8 por ciento vive en viviendas de alquiler y 3.5 por ciento viven en viviendas donde no tiene que pagar. Cómo es de esperar a mayor edad mayor la proporción que ha saldado la hipoteca. En el grupo de 55 a 59 años de edad el 42.3 por ciento tiene una vivienda propia sin deuda. Encontramos unas diferencias interesantes entre los hombres y las mujeres. En el caso de las maestras de 55 a 59 años el 45.2 por ciento de las mujeres tiene vivienda propia salda y un 6.5 por ciento 7

vive en una vivienda alquilada, pero en el caso de los maestros tan solo el 29.4 tiene una vivienda propia salda y el 12.0 por ciento vive en vivienda alquilada. Esta diferencia puede deberse a maestros que se divorcian y vuelven a casarse, en cuyo caso tienen que asumir una nueva hipoteca o alquilar una vivienda. La información sobre el lugar de residencia cinco años antes del censo es consistente con los datos sobre la tenencia de la vivienda. En la tabla 12 se presenta el por ciento de maestros que vivían en otra casa cinco años antes. En el caso de las mujeres el por ciento que vivía en otra casa disminuye claramente con la edad, pero en entre los hombres este por ciento aumenta entre el grupo de 45-54 año (con 19.5%) y el de 55-59 años con 26.2 por ciento que es el doble del de las mujeres en ese grupo de edad (13.1%). Se debe señalar que al acercarse a la edad del retiro la mayoría de los maestros o tienen una vivienda propia sin hipoteca o están cerca de saldarla. Un dato que puede ser de interés, es ver cuantos maestros han prestado servicio militar. En la Tabla 14 vemos que uno de cada cuatro hombres es veterano, pero entre los hombres más jóvenes disminuye a cerca del cinco por ciento. Esto sugiere que los maestros de mayor edad pueden contar con servicios médicos a través del Hospital de Veteranos, pero los maestros más jóvenes no van a tener esta opción, lo que podría indicar que los maestros más jóvenes tienen menos opciones de servicios médicos.

8

La población de edad avanzada de Puerto Rico1

El 17.3 por ciento de la población de Puerto Rico tiene 60 años o más. La gráfica a continuación ilustra la proporción de personas de 60 años y más al igual que la distribución por las categorías de edad 60 a 69, 70 a 79 y 80 o más.

Población de Puerto Rico 2005, distribución porcentual 60+ 35 30

%

60+

25 20

60-69

18.6

17.3

15.8

70-79

15 10

8.7

5.5 3.1

5

80+

9.1

8.3

5.9

5.0 2.6

3.6

0

Total Fuente:

Hombres

Mujeres

U.S. Census Bureau, Puerto Rico Community Survey 2005 H. Mattei & M. Sánchez Ayéndez

Las féminas constituyen una proporción mayor que sus coetáneos masculinos en todos los grupos de edad de 60 años o más.

1

En Apéndice ____ aparecen más gráficas que ilustran características de la población en estas categorías de edad.

9

Población 60+ en Puerto Rico 2005, distribución porcentual por sexo y edad 100 90 80

%

70 60 50

56.0 44.0

54.4 45.6

60.2

56.3 43.7

40

39.8

Hombres Mujeres

30 20 10 0

60+ Fuente:

60-69

70-79

80+

U.S. Census Bureau, Puerto Rico Community Survey 2005 H. Mattei & M. Sánchez Ayéndez

Contrario a la creencia popular, la inmensa mayoría de la población de 65 años o más vive en la comunidad (98.8%) y es una proporción mínima la que vive en establecimientos residenciales o alojamientos de grupo (1.2%). La inmensa mayoría de los adultos que viven en hogares de familias en la comunidad es jefe de su hogar (67.8 %). Dos terceras partes de las personas de 60 años o más que residen en hogares de familia viven solos (22.7%) o con otra persona (44.9%).

Las personas de 65 años o más tienden a padecer de 3 a 4 enfermedades crónicas. Las principales enfermedades que confrontan aparecen en la gráfica a continuación.

10

Principales condiciones de salud población 65+, Puerto Rico 2004 44.1

Hipertensión

26.9

Artritis

23.0

Diabetes

18.3

Trastorno de las lipoproteínas

11.5

Problemas circulatorios

10.8

Osteoporosis

8.4

Asma

5.0

Catarata

4.3

Hipertiroidismo Gastritis

4.2

Sinusitis crónica

3.8

Glaucoma

3.7 0

10

20

30

40

50

60

Fuente: Estudio Continuo de Salud para los Municipios de Puerto Rico, 2004; Cortesía Dr. Gilberto Ramos

H. Mattei & M. Sánchez Ayéndez

.

11

Consideraciones demográficas para el Sistema de Retiro de los Maestros Uno de los puntos que más queremos enfatizar es que las características demográficas y de salud de los maestros de Puerto Rico y las implicaciones que éstas tienen para el Sistema de Retiro de los Maestros hay que entenderlas dentro del contexto de los cambios demográficos de la población de Puerto Rico en general. Actualmente Puerto Rico está entrando en una nueva etapa demográfica con unas características marcadamente distintas a las que había experimentado hasta hoy.. Durante la decada de los 90 Puerto Rico concluyó su transición demográfica (es decir. el descenso de altas tasas de natalidad y mortalidad a bajas tasas de natalidad y mortalidad).cuando la tasa de fecundidad alcanzó el nivel de reemplazo en el 1994. En ese año el promedio de hijos por mujer descendió a 2.1 y para el 2004 había bajado a 1.8 hijos por mujer. Las bajas tasas de mortalidad que tiene Puerto Rico hace que su esperanza de vida sea parecida a la de los países desarrollados de altos ingresos a pesar de la diferencias que hay en las las características de la economía de Puerto Rico comparada con esos países. Entre las implicaciones que esto tiene es que la población de Puerto Rico tiene características de salud similares a la de los países desarrollados y enfrenta problemas con su sistema de servicios de salud parecidos a la de esos países sin que tenga la misma capacidad económica para atenderlos. Puerto Rico está actualmente inciando una etada de envejecimeinto acelerado de su población que va a hacer más urgente el problema del financiamiento de los servicios y gastos de salud. Aunque en Puerto Rico se habla del envejecimiento de la población entendemos que no hay una idea clara de la magnitud del

12

cambio demográfico que se acerca aceleradamente y que tiene implicaciones muy serias para el Sistema de Retiro de Maestros.

Esperanza de vida al nacer en Puerto Rico 2000-2050 Año

Ambos sexos

Hombres

Mujeres

2000

76.1

72.3

79.9

2010

78.9

75.0

83.0

2020

80.3

76.5

84.2

2050

83.0

79.6

86.5

El envejecimiinto de la población de Puerto Rico El aumento proporcional y numérico de la población de edad avanzada en Puerto Rico presenta un reto para la planificación de servicios sociales y de salud. Trae debates públicos sobre la capacidad de los gobiernos y la sociedad civil para atender las necesidades resultantes de una estructura de edad cambiante y de una población que envejece al igual que para el mejoramiento del bienestar económico y el acceso adecuado a servicios de salud para todos los ciudadanos. El envejecimiento de la población de Puerto Rico es un fenómeno reciente. Los demógrafos sostienen que una población ha envejecido cuando el diez por ciento de sus habitantes tiene 65 años o más y la mediana de edad de su población ha llegado a los 30 años. La población de Puerto Rico comenzó a cruzar este umbral en la década de los 1990. A principios de la década de los años cincuenta, los adultos de 65 años o más componían el cuatro por ciento de la población puertorriqueña y la mediana de edad era

13

de 18 años. Las cifras del Censo de Población y Vivienda de 1990 indican que para 1990, esta proporción aumentó a 9.2 por ciento; lo que significa que este sector de la población se duplicó en un período menor de cuarenta años. En la década de los 1990, la mediana de la población aumentó de 28 años de edad a 32 años. Para el 2000, un 11.2 por ciento de la población de Puerto Rico tenía 65 años y la mediana de edad era de 32 años. Para el 2005, la mediana de edad del país era de 34 años y la proporción de personas de 65 años y más había ascendido a 12.5 por ciento de un total de 3,912,054 habitantes.

Estudiosos del envejecimiento de la población de Puerto Rico pronostican

que para el 2020, una de cada cinco personas en Puerto Rico tendrá 65 años o más y que la mediana de edad será de 41 años (Sánchez Ayéndez y Mattei 2007). Para mediados del siglo XXI, uno de cada 4 habitantes en el país tendrá 65 años. Se contempla que la mediana de edad será de 51 años; o sea, la mitad de Puerto Rico tendrá 51 años y más. Los datos que presentamos a continuación nos ayudan a visualizar este proceso de envejecimiento en años pasados y futuros.

14

Población de Puerto Rico, 1910-2050

Año

Población

Por ciento de la Población de 65 años y más

1910

1,118,012

2.3

18.5

1920

1,299,809

2.4

18.4

1930

1,543,913

2.6

18.3

1940

1,869,255

3.4

19.2

1950

2,210,703

3.9

18.4

1960

2,349,544

5.2

18.5

1970

2,712,033

6.5

21.5

1980

3,196,520

7.9

24.6

1990

3,522,037

9.7

28.5

2000

3,808,610

11.2

32.1

2010

3,987,837

14.2

36.5

2020

4,083,429

19.9

40.8

2025

4,095,850

21.1

42.8

2030

4,079,167

22.2

44.7

2040

3,965,723

25.0

48.1

2050

3,770,496

26.6

50.9

Mediana de edad

15

El envejecimiento de la población de Puerto Rico 1950

2005

85+

85+

80-84

80-84

75-79

75-79

70-74

70-74

65-69

65-69

60-64

60-64

55-59

55-59

50-54

50-54

45-49

45-49

40-44

40-44

35-39

35-39

30-34

30-34

25-29

25-29

20-24

20-24

15-19

15-19

10-14

10-14

05-09

05-09

00-04

00-04

2025

2050

85+

85+

80-84

80-84

75-79

75-79

70-74

70-74

65-69

65-69

60-64

60-64

55-59

55-59

50-54

50-54

45-49

45-49

40-44

40-44

35-39

35-39

30-34

30-34

25-29

25-29

20-24

20-24

15-19

15-19

10-14

10-14

05-09

05-09

00-04

00-04

H. Mattei & M. Sánchez Ayéndez

La razones principales para el envejecimiento de la población del país fueron: 1. el descenso en las tasas de fecundidad 2. la emigración masiva de adultos jóvenes a los E.E.U.U. en la década de los 1960 y 1970 3. la migración de retorno de personas de 50 años o más en las décadas de 1970 y 1980, primordialmente de las que habían migrado a los E.E.U.U.

Estos procesos demográficos contribuyeron a alterar la estructura de edad que había prevalecido por muchos años. Los cambios se observan mejor en las pirámides de población que aparecen a continuación y que nos presentan las alteraciones en la estructura de edad que indican el envejecimiento de la población para ciertos años seleccionados y proveen una visión del pasado al futuro.

16

Durante los 1960 y 1970, la situación socioeconómica de Puerto Rico mejoró debido a la instauración de programas federales y a la industrialización y urbanización del país.

Esto trajo unas mejoras en salud pública, infraestructura económica y

educación. La regionalización de los servicios de salud en la década de los 1960 proveyó un mayor acceso a servicios de salud. El sistema de salud incluía desde centros de diagnóstico y tratamiento a nivel municipal hasta una atención muy especializada en centros especializados en ciertas regiones.

Otros aspectos como mejor nutrición,

incorporación de vitaminas, inmunizaciones y el uso antibióticos prolongaron la vida de todos en Puerto Rico, incluyendo los adultos de 60 años o más y los niños, contribuyendo así a un aumento en la longevidad de la población.

El proceso de envejecimiento de la población de Puerto Rico ha estado acompañado de un extraordinario descenso en los niveles de mortalidad. En 1990 la esperanza de vida de los puertorriqueños superó los 74 años; cifra que compara favorablemente con la de países que exhiben bajos patrones de mortalidad.

En la

actualidad, la esperanza de vida al nacer para ambos sexos es de 77.5 años. Las mujeres en Puerto Rico tienen una esperanza de vida de 81.1 años mientras que la de los hombres es de 73.7 años. La esperanza de vida una vez se cruza el umbral de los 65 años de edad aparece representada en la tabla a continuación y por categorías de edad.

17

Esperanza de vida a partir de los 65 años Puerto Rico, 2003 Edad

Hombres

Mujeres

65

17.4

20.6

70

14.1

16.7

75

11.1

13.1

80

8.6

10.0

85

6.5

7.4

El envejecimiento súbito de la población de Puerto Rico no permitió una adecuada planificación de servicios dirigidos a la población de 65 años o más. El índice de envejecimiento del país aumentó de 25 por cada 100 personas menores de 15 años en 1980 a 57 en el 2005.

Indicadores del envejecimiento de la población, Puerto Rico 1980-2005 Criterio

1980

1990

2000

2005

Indice de envejecimiento (65+ cada 100 personas menores de 15 años)

25

36

47

57

Razón de dependencia de personas de edad mayor (65+ / cada 100 personas 20-64)

16

18

20

22

Mediana de edad

24.6

28.5

32.1

34.3

18

El envejecimiento de la población tiene unas implicaciones bien serias para el Sistema de Retiro de Maestros. Como resultado delas bajas tasas de natalidad ya se observa una reducción en el número absoluto de niños en edad escolar, y las proyecciones de población hasta el año 2050 muestran una reducción verdaderamente dramática en estas edades. Para los próximos 20 años se espera una reducción de 26.1 por ciento en la cantidad de niños en edad escolar y de cerca de un 50 porciento entre los años de 2005 al 2050. Esto llevará necesariamente que se cierren una cantidad sustancial de escuelas y a una reducción en el número de plazas para maestros. Dado que el Sistema de Retiro de Maestros depende exclusivamente de este grupo ocupacional, las consecuencias para la viabilidad del Sistema como Sistema independiente son muy serias y tienen que ser atendidas lo antes posible.

Crecimiento poblacional por grupos de edad Puerto Rico1990-2000

85+ 80--84 75-59 70-74 65-59 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4

-80,000

19 -60,000

-40,000

-20,000

0

20,000

40,000

60,000

80,000

Crecimiento poblacional por grupos de edad Puerto Rico 2005-2025 63 676

85+

44 636

80-84 75-79

83 587

70-74

82 547 87 253

65-69

77 779

60-64 55-59

35 653

50-54

35 289 28 825

45-49

7 374

40-44

-4 550

35-39

-9 856

30-34

-36 790

25-29

-64 471

20-24

-65 400

15-19

-72 261

10-14

-66 218

5-9

-43 277

0-4 -100,000

-80,000

-60,000

-40,000

-20,000

0

20,000

40,000

60,000

80,000

100,000

Por ciento de cambio por grupos de edad, Puerto Rico 2005-2050

0 a 14 años 15 a 64 años 65 años y más 65-69 70-74 75-79 80+

2005-2025 % de cambio -26.1 3.7 24.7 79.3 92.0 109.4 37.3

2005-2050 % de cambio -45.4 -14.6 171.1 100.6 140.6 157.9 307.8

20

V. IMPLICACIONES

Los procesos demográficos son objeto de continúa preocupación con relación al tema de la previsión social en general, y las pensiones de jubilación, en particular. La transición demográfica en nuestro país, al igual que en otros países de alto desarrollo tecnológico, se ha caracterizado por un marcado descenso de los niveles de fecundidad. Puerto Rico en la actualidad confronta niveles inferiores a los necesarios para asegurar la renovación de las generaciones. La consecuencia directa de este hecho, junto con la disminución de la mortalidad, es que la estructura de la población tiende a que sea cada vez mayor la proporción de personas de edad avanzada. La proporción de personas con más de 65 años es creciente, y seguirá aumentando progresivamente en el futuro, según lo presentado en este informe. La evolución de los índices de fecundidad y mortalidad junto con otros procesos demográficos como la migración y la reducción del tamaño de las familias han tenido, y seguirán teniendo, una consecuencia trascendente en la estructura de la población pero también en la economía general y las políticas sociales.

Las reacciones de adaptación de los sistemas de pensiones a los cambios demográficos cuando éstos ya se han producido suelen ser lentas y, por ello, lo importante para hacer frente a esas situaciones es conocer, en la medida que es posible, la evolución demográfica presente futura y coordinar las medidas de política públicas en este ámbito. Es importante también reconocer las características sociales y de salud de la población para poder planificar programas y coberturas que den respuesta a las 21

necesidades de los individuos. Los cambios que a medio y largo plazo experimenta la estructura por edades de la población influyen notablemente en los sistemas de pensiones y en el sistema de prestación de servicios sociales y de salud, dada su relación y susceptibilidad ante cualquier variación de las circunstancias demográficas.

Implicaciones para la jubilación de los miembros del Sistema de Retiro de Maestros

Aunque este informe no centra su atención en la jubilación, ofrece una visión de ciertas características de los maestros que son importantes en la planificación de servicios y beneficios que el Sistema de Retiro de Maestros ofrece y pueda ofrecer a sus miembros tanto activos como jubilados. La jubilación, como paso de la vida, es un mecanismo que interviene en la salida del mercado de trabajo denominado como formal al alcanzar una edad reglamentaria. Las políticas de gestión de los recursos humanos han influido en las actitudes y expectativas sobre la jubilación, tanto en el desarrollo de una jubilación obligatoria, como en promover –según las circunstancias— que las personas se retiren del mercado laboral antes, o que permanezcan más tiempo en el mismo. La edad, la jubilación y el proceso de envejecimiento de nuestra población están estrechamente vinculados en nuestro sistema económico. El aumento de la proporción de las personas mayores de 65 años ha influido en el desarrollo de los sistemas de pensiones y en la edad –o edades—que se consideran propias para retirarse las personas del mundo laboral formal.

22

La jubilación o retiro puede ser una etapa de satisfacción personal para unas personas mientras que para otras puede resultar inquietante y plena de preocupaciones, limitaciones y soledad. Sin embargo, contrario a la creencia popular, la mayoría de las personas se adapta adecuadamente a su jubilación y no es una experiencia traumatizante (Atchley 2000). Sin embargo, el retiro conlleva un proceso de ajuste y redefinición de roles que implica un reto para el individuo. La percepción y satisfacción individual con la jubilación está vinculada a ciertos factores, tales como: género, edad, estado de salud, estado civil, ingreso, adecuacidad de la vivienda, tipo de ocupación laboral, actitud hacia el trabajo, redes sociales y planificación del retiro (Atchley 2000, Hardy 2002, Kupperbusch, Levenson & Ebling 2003, Lee & Law 2004, Lohmann 1980, Rosenkoetter & Garris 1998, Russell 1984, Smith & Mohen 2004, Vaillant 2002). Diversas áreas de convivencia social también afectan la jubilación; cambios en el ciclo familiar y en las relaciones significativas al igual que cambios residenciales. Por ende, el retiro se asocia tanto con sentimientos positivos como negativos.

Entre los sentimientos positivos asociados con la jubilación o retiro, usualmente se encuentran (Atchley 2000, Hardy 2000, Smith & Mohen 2004):

1.

sentimiento de libertad

2.

tiempo para disfrutar de la vida

3.

tiempo para descansar tras años de vida laboral ardua

4.

disposición de tiempo para entretenimientos preferidos

23

5.

disposición de tiempo para dedicarle a la familia y a la pareja

6.

el fin de la vida de trabajo

7.

el fin de conflictos entre roles laborales y familiares

Los sentimientos más comúnmente expresados que se vinculan con este proceso son:

1.

asociación de jubilación con vejez e inutilidad

2.

idea de estar llegando a ser denominado una persona vieja

3.

mala salud

4.

pérdida de poder adquisitivo

5.

no tener nada que hacer

6.

aburrimiento o tedio

7.

soledad

8.

necesidad de buscar otros medios para ganarse la vida

Las preocupaciones de la persona que piensa jubilarse usualmente giran en torno a si serán suficientes sus ingresos como jubilado/a para poder vivir adecuadamente y si estos ingresos serán suficientes para cuando se encuentre débil de salud. La salud es un área crítica para las personas que piensan jubilarse. La preocupación por el deterioro en salud y las condiciones crónicas asociadas con el envejecimiento asumen una importancia

24

trascendental y con ello, que tan adecuado será el plan de salud con el que contarán. Algunas de estas preocupaciones son:

1.

¿Cubrirá el plan de salud el costo de las medicinas que se necesitarán?

2.

¿Cubrirá el plan de salud el costo de las medicinas que se necesitarán antes de recibir Medicare?

3.

¿Serán los deducibles del plan de salud llevaderos económicamente?

4.

¿Se perderán algunos de los beneficios del plan médico que tenía en el trabajo?

De igual manera y a la par, las jubiladas y los jubilados confrontan preocupaciones sobre su seguridad económica una vez renuncien a sus trabajos. Estas preocupaciones económicas giran en torno a:

1.

¿Necesitará buscar un trabajo a tiempo parcial una vez se jubile?

2.

¿Podrá encontrar algún trabajo a tiempo parcial de así necesitarlo?

3.

¿Se tendrá que mudar a un lugar más pequeño o a una égida o a casa de sus hijos en un futuro?

4.

¿Tendrá dinero adicional para hacer actividades que pensó hacer una vez se jubilara, tales como viajar?

La perspectiva demográfica, las esxpectativas de vida y las características de salud de la población de 50 años o más en nuestro país presentan al Sistema de Retiro de

25

Maestros unas consideraciones en cuanto a los beneficios de su matrícula a largo y corto plazo. En cuanto a las personas ya jubiladas, se sugieren las siguientes consideraciones dentro de sus servicios y pensiones:

1.

Seguro de salud apropiado a las características de una población de 60 años o más

2.

Acceso adecuado a servicios de salud

3.

Servicios de salud que hagan énfasis en la promoción de la salud y el retraso del comienzo de la incapacidad

4.

Servicios de salud que garanticen calidad de vida, incluyendo opciones de cuidado prolongado

5.

Aspectos psicosociales de deterioro en salud, dependencia y soledad y su efecto en autoestima y calidad de vida

6.

Aspectos psicosociales de envejecer y ser reconocido socialmente como persona vieja

7.

Programas y orientación encaminados al mantenimiento de autonomía, independencia y funcionalidad

8.

Socialización

9.

Orientación sobre servicios existentes en el país

El grupo de personas que está pronta a la jubilación dentro del Sistema de Retiro de Maestros forma parte de la llamada Generación de Manos a la Obra (Sánchez Ayéndez y Mattei, 2006)2 . Estos cohortes no son producto de la Depresión y un Puerto Rico rural sino de la industrialización y modernización del país bajo el programa del mismo nombre.

Durante su etapa formativa y adultez joven tuvieron acceso a mejores

2

Puerto Rico nunca experimentó como los E.E.U.U. un llamado “baby-boom” debido a características de su proceso de transición demográfica.

26

condiciones de salud pública que sus padres y abuelos. Se beneficiaron de programas federales de alimentación, de programas de inmunización y de un sistema adecuado y coherentemente planificado de servicios de salud.

Un mejor acceso a la educación

pública trajo como resultado que es un grupo de edad con mayor educación formal que las generaciones que le preceden. De hecho, la mayoría ha terminado estudios de escuela superior o más, algo que no caracteriza a las generaciones anteriores (ver Apéndice sobre características de la población de 50 años o más en Puerto Rico). También fueron los primeros

cohortes que pasaron su niñez y adolescencia teniendo acceso a y

familiarizándose con medios de comunicación masiva como la televisión y el teléfono. Inclusive, fueron los primeros cohortes en ingresar a la fuerza laboral bajo la seguridad del Seguro Social y Medicare. Aunque el primero no atañe a las maestras y los maestros adscritos al Sistema de Retiro de Maestros, esta perspectiva de derechos laborales para la población en la fuerza laboral formal una vez se acoge a la opción de una jubilación, y la mera opción de una jubilación tras un determinado número de años en la fuerza laboral y llegar a una edad específica3, creó ciertas expectativas que no tenían generaciones anteriores en cuanto a derechos y sistemas de jubilación y beneficios.

Esto afecta la

percepción de la jubilación y de las expectativas que se tienen de la misma. El cohorte de maestros, que se acogerá a la jubilación en los próximos 20 años, y de los cuales es parte esta Generación de Manos a la Obra, se caracteriza por ser una población de muchas más mujeres que varones, lo que implica mayor longevidad y sin un cónyuge a su lado durante la vejez. Esto afecta las redes de asistencia, tanto formales como informales.

3

La jubilación es un concepto que se desarrolla en el siglo XX y surge a fines del siglo XIX en Alemania.

27

En cuanto a la Generación de Manos a la Obra y la generación que le sucederá en un marco de los próximos veinte años, y que verán un envejecimiento de la población del país mayor aún y un declinar de la población joven, se indican las siguientes consideraciones dentro de la planificación de servicios y beneficios:

1.

Consideración de pensiones adecuadas, incluyendo aumento de cuotas o deducciones para lograr este fin

2.

Consideración de sustitución de pensión por cuentas individuales de retiro

3.

Opción o perentoriedad y requisito de un seguro de cuidado prolongado para los nuevos miembros del Sistema de Retiro de Maestros y presentación de opciones para aquellos que ya están adscritos

4.

Planes de salud que provean medicamentos a un costo adecuado para las personas jubiladas que no cualifican aún por su edad para Medicare debido al alto costo de medicinas ya que: se pierden beneficios de deducibles bajos cuando más se necesitan, tope para medicamentos de personas jubiladas puede fluctuar entre $500- $1,200, muchos planes limitan a 5-6 repeticiones para medicamentos de mantenimiento y ciertos planes reducen costo medicinas por 40%

5.

Servicios de salud adecuados para una población envejecida y que tiene altas expectativas de vida y que hagan énfasis en promoción de la salud, en cuanto a: a. b.

6.

Mantenimiento de autonomía, independencia y funcionalidad Retraso del comienzo de incapacidad

Esperanzas de vida altas e implicaciones para dependencia a. b. c.

Dilema de cantidad versus calidad de vida Servicios de apoyo en el hogar ¿Mayor probabilidad de institucionalización en hogares para personas de edad avanzada?

28

7.

Nuevas opciones de tipos de vivienda en la comunidad, además de las égidas ya existentes o de establecimientos residenciales

Consideraciones finales

El estudio de las características y procesos sociodemográficos es necesario para realizar cualquier planificación de un sistema de pensión y de protección social. Los cambios que a mediano y largo plazo experimenta la estructura por edades de la población influyen en el sistema de pensiones y, sobre todo, de jubilación.

Las

necesidades de la edad avanzada o vejez configuran una de las eventualidades protegidas de todo sistema de protección social, y, por ende, de jubilación. Estos sistemas aspiran a cubrir las necesidades al llegar a determinada edad. Las pensiones de jubilación tratan de sustituir la falta de ingresos que se ocasiona al presentarse dicha situación. Factores como la esperanza de vida, la tasa de desempleo, la situación del mercado de trabajo y la distribución por edades de la población han de considerarse al fijarse edades para la jubilación, ya bien requerida a una determinada edad

o electiva que permita una

flexibilidad de dicha edad o edades más jóvenes o más avanzadas. El Sistema de Retiro de Maestros confronta la disyuntiva de una plasticidad que permita a sus asegurados optar por una pensión antes o después de la edad establecida por dicho sistema o dilatar la edad mínima actual. Estas decisiones habrán de tomar como punto de partida un ajuste actuarial para que no se vean afectadas las condiciones actuales de la membresía en su generalidad. Ante la perspectiva demográfica de Puerto Rico, la edad actual mínima para 29

la jubilación en el Sistema de Retiro de Maestros implica un mayor tiempo de disfrute de la pensión y dejar de pagar las cotizaciones que abonan al fondo común de una población que sigue envejeciendo y aumentando a un ritmo visible.

Los costes al Sistema en un

periodo de 10 años apuntan a la necesidad de nuevas alternativas, ya bien dilatar la edad mínima para la jubilación o un ajuste en el importe de las pensiones. El que la gente tenga altas expectativas de vida y que los adultos de edad avanzada hayan aumentado tanto numérica como proporcionalmente, al igual que la proyección de la relación futura entre personas de edad avanzada y personas activas en la fuerza laboral, imponen retos al Sistema de Retiro de Maestros.

30

Referencias

Atchley. R. C. (2000). Social Forces and Aging (9th Ed.). Belmont, CA: Wadsworth. Hardy M.A. (2002). The transformation of retirement in twentieth-century America: From discontent to satisfaction. Generations, 26(2):9-16 Summer. Kupperbusch C., Levenson R.W.& Ebling R. (2003). Predicting husbands' and wives' retirement satisfaction from the emotional qualities of marital interaction. Journal of Social and Personal Relationships, 20(3): 335-354. Lohman N. (1980). Life satisfaction research in aging: Implications for policy development. New York: Academic Press. Lee W.K.M., Law K.W.K. (2004). Retirement planning and retirement satisfaction: The need for a National Retirement Program and Policy in Hong Kong. Journal of Applied Gerontology, 23(3):212-233. Rosenkoetter M.M., Garris J.M. (1998). Psychosocial changes following retirement. Journal of Advanced Nursing 27 (5), 966–976. Russell R.V. (1984). Correlates of Life Satisfaction in Retirement. Ann Arbor, MI: University Microfilms International. Sánchez Ayéndez M., Mattei H. (2006). Perfil de los adultos de edad mayor en Puerto Rico. Conferencia Magistral, Primer Simposio de Gerontología de Puerto Rico, Isla Verde, P.R. 26 de octubre de 2006. Smith D.B., Moen P. (2004). Retirement satisfaction for retirees and their spouses. Do gender and the retirement decision-making process matter? Journal of Family Issues, 25( 2): 262-285. Vaillant G.E. (2002) Aging Well. Pp.219-248. New York: Little, Brown and Company.

31

Apéndice

Tablas demográficas

Tabla 1 Distribución por sexo de los maestros

Hombres %

Mujeres %

Total %

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