Pío XII, el defensor de los judíos: Introducción: Uno de los Papas que más problemas tuvo que enfrentar fue, sin duda alguna, el Santo Padre Pío XII a quien le tocó el periodo de la Segunda Guerra Mundial donde el nazismo extendió un auténtico horror contra el pueblo judío y contra todo aquel que fuera un obstáculo contra el régimen de Hitler. En un panorama desolador el Papa Pío XII fue una luz cargada de esperanza y de acciones concretas que salvaron a más de 700.000 judíos. En el año de 1963 se iniciaron una serie de criticas contra el Papa Pío XII a quien se le calificó como un Papa que fue indiferente al problema del holocausto y que además apoyaba las ideologías nazis, todo esto resulta una auténtica difamación, puesto que desde que el Papa Pablo VI abrió el Archivo Secreto Vaticano, relacionado con Pío XII y la Segunda Guerra Mundial, se han encontrado documentos que muestran, con fundamento histórico, que el Papa Pío XII, efectivamente, fue todo un defensor de los judíos, así mismo, no solo establecen esto los archivos del Vaticano sino diversos judíos que en repetidas ocasiones dieron gracias a Pío XII por su oportuna intervención en el horror nazi. A continuación se presentan diversos puntos que nos aclararán la labor, ciertamente cristiana, que el Papa Pío XII y demás miembros de la Iglesia Católica realizaron a favor de los perseguidos. Pío XII acusado de callar: Al Santo Padre Pío XII se le ha acusado de callar ante el holocausto, sin embargo, debemos comprender que lo que el Papa hizo no fue callar sino hacer uso de la diplomacia pues sí él condenada, abiertamente, a los nazis las acciones de Hitler, como respuesta, serían terribles porque sería aún más fuerte la persecución. Cuando los Obispos de Holanda, con buena fe, decidieron denunciar públicamente a los nazis, las víctimas aumentaron por parte de las represalias nazis, ante esto, debemos entender que Pío XII en lugar de dar provocadoras declaraciones se dedicó a usar la fuerza diplomática de la Santa Sede para evitar, a toda costa, que las muertes continuaran al grado de abrir el Vaticano y Castelgandolfo además de conventos en toda Roma para acoger a los perseguidos. El tener conocimiento diplomático, como lo tenía Pío XII, pues durante el Pontificado de Pío XI tuvo la oportunidad de ser el Nuncio Apostólico en Alemania, es lo que lo llevó a comprender que su modo de proceder tenía que ser inteligente y nunca con palabras que agrandaran la irá de Hitler y con ello un aumento, como sucedió en Holanda, de las víctimas. Enfrentar al nazismo no es fácil, sin embargo, difamar a una persona sí que lo es, ante esto, debemos tener la certeza de que Pío XII fue un Papa de bien, un

Papa que se esforzó por defender a los judíos abriendo las estructuras de la Iglesia Católica y dando dinero para expandir la ayuda y de esta manera poder responder a los crímenes que se estaban viviendo. El P. José Guzmán Ponce de León, Misionero del Espíritu Santo, le tocó vivir en Roma durante la Segunda Guerra Mundial y explica en su libro “El Primogénito” que en la residencia de la congregación llegaron a estar hasta 18 judíos refugiados lo cual prueba como el Vaticano impulsó que las casas religiosas se abrieran para apoyar a los judíos, lógicamente, sería exhaustivo mencionar todas las diversas congregaciones, como las Ursulinas, que llevaron a cabo una auténtica labor solidaria por orden del Papa Pío XII. Pío XII condena la violencia: A pesar de que no condenó a Hitler, específicamente por razones ya anteriormente mencionadas, sí denunció los actos de violencia contra las personas y esto lo hizo, claramente, en el mensaje de Navidad que emitió en el año de 1942. Sí Pío XII no hubiera sido un estorbo para el nazismo, no hubiera estado en los planes de Hitler mandarlo secuestrar y destruir el Vaticano ya que, en las difamaciones se maneja que eran aliados, ante lo cual, el simple hecho de que Hitler hablara, según testigos, con quejas sobre Pío XII y el plan que, por varios de sus seguidores fue frustrado, de secuestrarlo es una prueba más de que el Papa efectivamente actúo contra los nazis de lo cual el discurso de la Navidad de 1942 da fe. Recordemos que Hitler era un ser maligno, sin embargo, era inteligente por lo cual podemos entender que sí el Papa hubiera sido su aliado lo hubiera apoyado, incluso, dotado de lo necesario para expandir el terror. Desde el momento en que Hitler empieza a dar lugar en su mente de un ataque contra la Santa Sede y contra el Papa es porque sabía, de buena fuente, que Pío XII lejos de callar y de aparecer como un Papa indiferente resultó un auténtico defensor de los nazis. Muchas veces se han criticado las construcciones Vaticanas, sin embargo, no creo que los que ahí sobrevivieron pensaran lo mismo. Acciones de Pío XII: Pío XII no solo condenó la violencia con la palabra sino que la condenó con acciones concretas e inteligentes, una de estas acciones, fue la de crear “La Red de asistencia Vaticana” a través de la cual el Papa hizo uso de toda la capacidad de la Santa Sede para brindar información a todas las personas afectadas por no saber nada de sus seres queridos. Las Nunciaturas Apostólicas jugaron un papel esencial porque a través de todas estas se lograba recabar la información necesaria y así poder responder a lo que se pedía, así

mismo, fue el Papa quien intervenía directamente en todas las gestiones realizadas, imaginemos todo el consuelo que se esparció al dar información segura a las familias que no sabían nada de sus seres queridos. Así mismo Pío XII buscó pagar, con recursos del Vaticano, por los judíos y perseguidos, de hecho, se encargó de hacer uso del dinero de la Iglesia para acrecentar la ayuda humanitaria y de esta forma continuar con la causa solidaria de Cristo. El papel de la Santa Sede fue clave pues uso toda su capacidad, especialmente, diplomática para hacer frente al terror nazi lo cual reflejó la eficiencia del Vaticano en este punto. El silencio del Vaticano, en cuanto a condenar rigurosamente a Hitler, permitió que los nazis no lograran terminar con la ayuda de la Iglesia de otro modo las muertes hubieran crecido y la ayuda dada se vendría abajo. El testimonio de Sor Pascalina, la secretaría particular de Pío XII: Los que critican a Pío XII no estuvieron cerca de él, es decir, no fueron testigos oculares mientras que Sor Pascalina si lo fue. Ella misma relata lo siguiente que muestra como el Papa sabía quien era Hitler y, en particular, que no compartía nada con él, veamos lo que Sor Pascalina escribe al respecto: “El cardenal alemán Michael von Faulhaber y otros obispos estaban persuadidos de que Hitler estaba endemoniado, así que alertaron al Santo Padre, y éste, cuando se empezó la guerra, no sólo hizo oraciones, sino que recurrió al exorcismo sobre Hitler en su Capilla privada, presentes nosotras, las religiosas”. Sí Pío XII compartiera las ideologías de Hitler no hubiera procedido a llevar a cabo este proceso, así mismo, tampoco lo hizo para aparentar puesto que si esa hubiera sido su intención no lo hubiera realizado en la intimidad de su capilla privada que fue, sin duda alguna, testigo de las repetidas oraciones del Papa por el mundo, oraciones que fueron acompañadas de acciones concretas. Albert Einstein agradece a la Santa Sede: En una entrevista que le hicieron, Albert Einstein en relación al terror nazi dijo lo siguiente: “Cuando la revolución [nazi] llegó en Alemania, yo, que era un amante de la libertad, dirigí mi atención a lo que harían las universidades, sabiendo que ellas se habían jactado siempre de su devoción a la causa de la verdad; pero no, las universidades fueron silenciadas inmediatamente. Entonces dirigí la mirada a los editores de los grandes periódicos, que en años pasados habían publicado editoriales flamígeros proclamando su amor por la libertad; pero lo mismo que la universidades, ellos fueron silenciados en unas pocas semanas. Sólo la Iglesia se plantó firmemente en el camino de la campaña de Hitler por suprimir la verdad. Nunca había tenido ningún interés en particular por la Iglesia, pero ahora siento un gran afecto y admiración porque solamente la Iglesia ha tenido el coraje y la persistencia de plantarse en favor

de la libertad intelectual y moral. Me veo compelido a confesar que lo que alguna vez había despreciado ahora alabo sin reserva alguna.” Testimonios como el de este personaje, de suma importancia, constituyen el fondo histórico que respalda la misión realizada por el Papa Pío XII y por muchos católicos y católicas que, siendo fieles al bautismo, acogieron a quien más lo necesitaba. Realmente ignorar este tipo de testimonios sería algo deshonesto y sin lógica. El Proceso de Canonización de Pío XII: Toda persona, sujeta al proceso de canonización, por lo regular, es constantemente criticada, sin embargo, es cierto que en varios casos estas acusaciones pueden ser verdad es por eso que la Iglesia Católica evalúa muy bien los datos sobre el candidato a ser inscrito en el libro de los santos, sin embargo, con base a la verdad histórica podemos decir que Pío XII no es de esos candidatos que son difamados con razón porque este Papa fue totalmente ejemplar por su entrega a favor de los perseguidos. Actualmente su proceso de canonización sigue adelante contra toda tormenta pues es justo que se estudie su caso que presenta como la Iglesia, así como ha cometido errores, ha hecho grandes cosas a favor de los demás por amor a Cristo. El 1 de mayo del 2006, la agencia católica de noticias ACI prensa, reveló en uno de sus artículos lo siguiente: “En un reciente congreso sobre la obra del recordado Pontífice Pío XII, el Cardenal Fiorenzo Angelini hizo un llamado al reconocimiento de los "grandes méritos y virtudes" del Papa Pacelli, para impulsar su causa de beatificación y canonización”, lo cual muestra que su proceso sigue adelante, aunque evidentemente, será el magisterio de la Santa Madre Iglesia el que determine, sin embargo, nosotros podemos orar para que pronto podamos ver a este promotor de la defensa de los perseguidos en el honor de los altares. Créditos: Este escrito fue elaborado con base al artículo publicado en la siguiente dirección web: http://corazones.org/apologetica/nazi_iglesia/holocausto_pio12.htm

Mensaje de Navidad de 1942