Posible papel de la citicolina en la rehabilitación tras un ictus: revisión de la bibliografía

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Posible papel de la citicolina en la rehabilitación tras un ictus: revisión de la bibliografía Julio J. Secades

Resumen. El ictus es una de las causas más importantes de muerte y la causa principal de incapacidad grave y duradera en adultos. Tras el tratamiento durante la fase aguda de la enfermedad, persiste la necesidad de continuar el tratamiento de los pacientes durante la fase de rehabilitación, de cara a mejorar la recuperación y las actividades de la vida diaria. Éste es el papel de los programas de rehabilitación. La rehabilitación se centra e incrementar la plasticidad cerebral con el fin de recuperar algunas de las funciones perdidas o disminuidas basándose en diferentes metodologías, que incluyen el tratamiento farmacológico. En este contexto, se revisa el posible papel que pudiera desempeñar la citicolina en la rehabilitación de pacientes afectos de un ictus. Palabras clave. Citicolina. Ictus. Neuroprotección. Neurorreparación. Rehabilitación. Secuelas. Tratamiento.

Departamento Médico. Ferrer Grupo. Barcelona, España. Correspondencia: Dr. Julio J. Secades. Departamento Médico. Ferrer Grupo. Avda. Diagonal, 549. E-08029 Barcelona. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 16.12.11.

Introducción El ictus es una de las principales causas de incapacidad. Se encuentra un deterioro funcional moderado en el 40% de los pacientes que sobreviven, mientras que el 15-30% de los casos presenta una incapacidad grave [1]. Esto se refleja en la elevada carga económica de esta enfermedad [2]. El objetivo de la rehabilitación es la mejoría del resultado funcional de los pacientes que han sufrido un ictus. No obstante, una elevada proporción de pacientes nunca obtiene una recuperación total tras el ictus [3]. Las intervenciones efectivas de rehabilitación que se inicien precozmente tras el ictus pueden mejorar el proceso de recuperación y minimizar la incapacidad funcional [4]. La rehabilitación del ictus es un campo clínico que se basa en la neurociencia de la recuperación y de la restauración [5,6]. El procesamiento de la información propioceptiva extracerebral y de la información exteroceptiva puede influir en el desarrollo de la neuroplasticidad, que contribuye a la recuperación o a la persistencia de los déficits sensoriomotores que acontecen tras un ictus [7]. Los mecanismos involucrados en la recuperación funcional incluyen la restitución de las zonas de penumbra, la plasticidad cerebral y la neurogénesis [8]. Para conseguir el mejor resultado posible, el proceso de rehabilitación debe iniciarse desde fases muy precoces [9] y debe continuarse con un abordaje multidisciplinario [4,10], incluyendo técnicas motoras [11,12], cognitivas [13],

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farmacológicas [14-17], estimuladoras [18,19] y neurorregeneradoras [20,21]. Se sabe que los lípidos desempeñan un papel primordial en la fisiopatología de la lesión cerebral y de las enfermedades neurológicas; éstos se ven involucrados en procesos de señalización celular y de la fisiología tisular, y las alteraciones en el metabolismo lipídico cumplen una función primordial en la muerte neuronal asociada a la isquemia cerebral [22,23]. La citicolina, un fármaco con un efecto sobre el metabolismo fosfolipídico y sobre ciertos neurotransmisores, ha demostrado poseer propiedades neuroprotectoras y neurorrestauradoras en situaciones de isquemia cerebral [24]. De acuerdo con estas premisas, se revisa la posible contribución del tratamiento con citicolina en el proceso de rehabilitación de pacientes tras haber sufrido un ictus.

Cómo citar este artículo: Secades JJ. Posible papel de la citicolina en la rehabilitación tras un ictus: revisión de la bibliografía. Rev Neurol 2012; 54: 173-9. © 2012 Revista de Neurología English version available at www.neurologia.com

Datos experimentales La citicolina es un fármaco que actúa a diferentes niveles de la cascada isquémica (Fig. 1), y con acciones que, además, promueven la neuroplasticidad. Todas estas características ya se han publicado con antelación [24]. En condiciones de hipoxia o isquemia, la citicolina reduce el volumen de las lesiones isquémicas, inhibe los mecanismos de apoptosis y mejora el aprendizaje y la memoria en modelos animales de envejecimiento cerebral. Además, la citicolina ha demostrado ser capaz de restaurar la actividad de la

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Figura 1. Cascada isquémica. Los cuadros más oscuros indican los lugares en los que se ha comprobado que la citicolina tiene algún efecto farmacológico [24]. Nótese el efecto sobre los mecanismos reparadores.

ATPasa mitocondrial y de la Na+/K+ATPasa de membrana, de inhibir la activación de ciertas fosfolipasas y de acelerar la reabsorción del edema cerebral en varios modelos experimentales. En esta revisión nos centramos sólo en los datos experimentales más relevantes que ayudarán a comprender los efectos neurorrestauradores del fármaco. Hurtado et al [25] estudiaron el efecto del tratamiento crónico con citicolina sobre el resultado funcional y los cambios neuromorfológicos tras un ictus experimental. Para valorar la recuperación funcional se utilizaron la prueba de la escalera y la prueba de oscilación corporal elevada, para estudiar la integración sensoriomotora y la función motora asimétrica respectivamente. El tratamiento con citicolina, iniciado a las 24 horas de la oclusión permanente de la arteria cerebral media (MCAO) y mantenido durante 28 días, mejoró el resultado funcional tanto en la prueba de la escalera (MCAO + citicolina = 87,0 ± 6,6% frente a MCAO + solución salina = 40,0 ± 4,5% de pellets comidos; p < 0,05) como en la prueba de oscilación corporal elevada (MCAO + citicolina = 70,0 ± 6,8% frente a MCAO + solución salina = 88,0 ± 5,4% del giro contralateral; p < 0,05). Además, para estudiar los potenciales sustratos neuronales que pudiesen explicar la mejo-

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ría funcional, se examinó la morfología dendrítica de las células piramidales de la capa V en el córtex motor no dañado, mediante la técnica de GolgiCox. Los animales tratados con citicolina mostraron una mayor complejidad dendrítica y un aumento de la densidad de espinas dendríticas, en comparación con los animales que fueron tratados con solución salina. Estos resultados sugieren que el tratamiento crónico con citicolina, iniciado a las 24 horas de la lesión isquémica, es capaz de incrementar la plasticidad neuronal en áreas cerebrales no lesionadas y conectadas funcionalmente, así como de promover la recuperación funcional. La restauración de las interacciones entre las neuronas y las células de la glía es esencial para el mantenimiento de diversas actividades del sistema nervioso, tanto en condiciones de salud como en situación de enfermedad [26]. También se sabe que el neurotransmisor acetilcolina puede ejercer un papel importante en el control de la activación glial. Por este motivo, Bramanti et al [27] estudiaron los efectos de la acetilcolina y de los precursores de la colina, la citicolina y la alfa-glicerilfosforilcolina sobre la expresión de la transglutaminasa y de la ciclina D1 en cultivos primarios de astrocitos, utilizando microscopia láser confocal, con la captación de la monodansil-cadaverina como marcador de actividad enzimática, y estudios de inmunoquímica (Western blotting). El análisis de la microscopia láser confocal evidenció un incremento de la citofluorescencia en los astrocitos tratados con 0,1 μM de colina. El tratamiento con citicolina incrementó de forma dependiente de la dosis la expresión de transglutaminasa. La exposición in vitro durante 14 días a un total de 1 μM de citicolina aumentó la citofluorescencia en los cultivos de astrocitos. Los cultivos expuestos a un total de 1 μM de alfa-glicerilfosforilcolina durante 24 horas revelaron una elevación de la citofluorescencia tanto en el citosol como en el núcleo. El análisis inmunoquímico demostró un incremento de la expresión de la transglutaminasa en los cultivos expuestos durante 24 horas a 1 μM de colina o de alfa-glicerilfosforilcolina, mientras que en los cultivos expuestos durante 24 horas a 1 μM de citicolina y acetilcolina, la expresión de transglutaminasa no se vio afectada. El tratamiento con 1 μM de acetilcolina redujo la expresión de transglutaminasa a los 21 días in vitro. En cultivos a 14 y 35 días, la exposición in vitro a precursores colinérgicos durante 24 horas indujo una marcada retrorregulación de la expresión de ciclina D1, con una expresión reducida en los astrocitos tratados de este marcador. Estos datos sugieren un papel de los precursores colinérgicos estudiados, independiente de la

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acetilcolina, sobre la maduración y la diferenciación de las células astrogliales in vitro. A partir de estos resultados, los autores concluyen que la administración de este tipo de compuestos puede considerarse terapéuticamente útil y particularmente eficaz en la recuperación de enfermedades neurológicas relevantes, como el ictus. Una de las consecuencias de la isquemia cerebral es el desarrollo de lesiones en la sustancia blanca y éstas se correlacionan con el desarrollo de deterioro cognitivo. En este sentido, Lee et al [28] investigaron si la citicolina podría atenuar las lesiones de la sustancia blanca y el deterioro cognitivo causado por la hipoperfusión cerebral crónica en un modelo experimental con ratas. Los animales se dividieron en dos grupos, uno con tratamiento inmediato y otro con tratamiento diferido. Los animales del grupo de tratamiento inmediato recibieron la operación simulada, o bien citicolina (500 mg/kg/día) o solución salina tamponada con fosfato (PBS). La citicolina o la PBS se administraron por vía intraperitoneal durante 21 días tras la oclusión bilateral de la arteria carótida común. Los animales del grupo de tratamiento diferido fueron tratados con 500 mg/kg/día de citicolina o PBS por vía intraperitoneal durante 21 días; el tratamiento se inició el octavo día tras la operación. A partir del 17.º día de tratamiento, se colocó a los animales en un laberinto radial de ocho brazos para examinar sus facultades cognitivas. Tras completar la administración de los tratamientos, los tejidos se aislaron y se prepararon para la tinción Klüver-Barrera y para el análisis de apoptosis mediante la técnica TUNEL (TdT-mediated dUTP nick end labelling). En el grupo de tratamiento inmediato, las funciones cognitivas se preservaron en el grupo de la citicolina, y tanto la lesión de la sustancia blanca como el número de células TUNEL positivas fueron significativamente diferentes entre el grupo de animales tratados con citicolina y el grupo tratado con PBS. En el grupo de animales con tratamiento diferido, no se observaron diferencias en la lesión de sustancia blanca ni en el número de células TUNEL positivas, pero la mejoría cognitiva fue evidente en los animales tratados con citicolina en relación con los tratados con PBS. Los autores concluyen que sus resultados muestran cómo la citicolina puede prevenir la lesión de la sustancia blanca y ayudar a la mejoría cognitiva, incluso con cierto grado de progresión de la enfermedad. Es conocido que la estimulación de los factores tróficos endógenos o que la administración exógena de células madre mesenquimales pueden incrementar las neurorreparación y la recuperación tras una lesión isquémica en el cerebro. Gutiérrez et al [29]

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han comunicado recientemente los resultados de un experimento planificado para analizar los efectos terapéuticos de la citicolina, las células madre mesenquimales y de su combinación en la reparación y en la recuperación funcional en un modelo de infarto cerebral en rata. En su estudio, 35 ratas SpragueDawley macho se distribuyeron en cinco grupos: – Simulación: cirugía sin infarto. – Control: cirugía + infarto. – Citicolina: cirugía + infarto + citicolina intraperitoneal (500 mg/kg). – Células madre mesenquimales: cirugía + infarto + células madre mesenquimales por vía intravenosa (2 × 106 células). – Combinación: cirugía + infarto + células madre mesenquimales por vía intravenosa (2 × 106 células) + citicolina intraperitoneal (500 mg/kg). La eficacia se analizó tomando como base la evaluación neurológica de los animales en combinación con la valoración del volumen de la lesión, mediante resonancia magnética y tinción con hematoxilina-eosina. La tasa de muerte neuronal se valoró mediante la técnica TUNEL. La proliferación celular (BdrU) se analizó mediante técnicas inmunohistoquímicas y la expresión por inmunofluorescencia del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF). La migración de las células madre mesenquimales se estudió mediante inmunohistoquímica y técnicas de neuroimagen. Los niveles plasmáticos de interleucina 6 y de factor de necrosis tumoral α se determinaron mediante ELISA. Los animales se sacrificaron a los 14 días. A las 24 horas y a los 14 días, todos los grupos de animales tratados presentaron mejores puntuaciones neurológicas que los animales de los grupos control, con diferencias estadísticamente significativas (p < 0,05), pero sin que se observasen diferencias entre ellos. Ningún tratamiento redujo el volumen del infarto, aunque sí que se encontraron diferencias con los grupos control en la disminución del número de células TUNEL positivas, el incremento del número de células BrdU positivas y el incremento de la expresión de VEGF en la zona periinfarto, lo que refleja un incremento de la neurogénesis y de la angiogénesis favorecido por los tratamientos. Además, la citicolina redujo la respuesta inflamatoria. Según estos resultados, los autores concluyen que la administración de citicolina y de células madre mesenquimales tiene la misma eficacia en la recuperación neurológica, de manera que disminuye la muerte neuronal e incrementa la neurorreparación, aunque su combinación no parece acrecentar el beneficio.

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Figura 2. Mortalidad e incapacidad a largo plazo. Gráfico Forest del metaanálisis del efecto de la citicolina frente a control en estudios con pacientes con infarto cerebral, hemorragia intracerebral e ictus sin confirmación del subtipo con neuroimagen. C010: estudio 010 de citicolina; CSSG: Grupo de Estudio de la Citicolina en el Ictus (Citicoline Stroke Study Group); df: grados de libertad; Fixed: modelo de efectos fijos; IC: intervalo de confianza; M-H: estimador de Mantel-Haenszel. Con permiso de [31].

Los resultados obtenidos experimentalmente podrían tener implicaciones relevantes en el tratamiento de pacientes con ictus, ya que podrían aumentar sus opciones terapéuticas durante la rehabilitación. La citicolina podría ser útil en el tratamiento de pacientes con ictus agudo, así como en estadios crónicos que cursen con deterioro cognitivo.

Datos clínicos La citicolina se ha estudiado en numerosos pacientes afectados por diferentes enfermedades neurológicas sin que se hayan encontrado problemas de seguridad [24]. La eficacia en el tratamiento del ictus agudo se ha comprobado en un análisis de datos agrupados de pacientes con ictus isquémico agudo [30] y en un metaanálisis basado en estudios [31]. Este metaanálisis, basado en 10 estudios con 2.279 pacientes, sugiere que los pacientes que reciben tratamiento con citicolina presentan una sustancial reducción de las frecuencias de muerte e incapa­ cidad a largo plazo (Fig. 2). Y estos resultados son coste-efectivos [32].

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En el análisis de datos agrupados [30], la recuperación total a los tres meses se dio en el 25,2% de los pacientes tratados con citicolina y en el 20,2% de los pacientes del grupo placebo (odds ratio, OR = 1,33; intervalo de confianza del 95%, IC 95% = 1,101,62; p = 0,0034); el efecto de seis semanas de tratamiento con citicolina quedó demostrado, debiendo tener en cuenta los efectos potenciales sobre la neurorreparación durante este prolongado período de tratamiento. Recientemente se ha sugerido que períodos de tratamiento con citicolina más prolongados podrían añadir algún efecto beneficioso [33]. También se ha publicado recientemente que el tratamiento con citicolina mejoraría la recuperación funcional de los pacientes con ictus isquémico agudo mediante el incremento de células progenitoras endoteliales circulantes, un efecto ligado a las propiedades neurorreparadoras del fármaco [34]. Por otro lado, se dispone de una revisión Cochrane [35], en la que se demuestran los efectos positivos de la citicolina en el tratamiento de los trastornos conductuales y de memoria asociados a patologías cerebrales crónicas, especialmente de tipo isquémico, en ancianos.

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En referencia a los efectos de la citicolina en las secuelas cognitivas de un ictus isquémico, ÁlvarezSabín y Román [36] han comunicado los resultados de un estudio diseñado para evaluar la eficacia y seguridad de la citicolina cuando se usa en el tratamiento de un primer episodio de ictus isquémico y se prolonga éste durante seis meses como método de ayuda para preservar funciones neurocognitivas. En este estudio se incluyó a pacientes con un primer episodio de ictus isquémico. Las funciones cognitivas se evaluaron mediante una batería neuropsicológica completa a las seis semanas (± 3 días), a los seis meses (± 7 días) y a los 12 meses (± 14 días) tras el ictus. Todos los pacientes recibieron tratamiento con citicolina (2 g/día) hasta la sexta semana. La mitad de los pacientes se aleatorizó para continuar el tratamiento con citicolina (1 g/día) hasta el mes 12, mientras que los pacientes del otro grupo no continuaron el tratamiento con citicolina. El declinar cognitivo se evaluó mediante el estudio de las funciones neurocognitivas. Se desarrollaron modelos de regresión logística para estudiar la asociación entre el tratamiento con citicolina y el deterioro cognitivo para cada función neurocognitiva al mes 6 y 12. Se incluyó a un total de 347 pacientes, con una edad media de 67,2 años; 186 (56,6%) eran de sexo masculino. El tiempo medio educacional fue de 5,70 ± 3,97 años. Un total de 172 pacientes (49,6%) fueron tratados con citicolina hasta el año; ambos grupos fueron comparables. Durante el año de seguimiento, 38 pacientes fallecieron, hubo 49 recurrencias vasculares y 54 pérdidas de seguimiento, sin diferencias entre ambos grupos. Sólo cuatro pacientes (2,33%) presentaron efectos adversos relacionados con la citicolina, y el tratamiento se retiró en dos casos. Las funciones neurocognitivas deterioradas a los seis meses fueron memoria, 43,5%; funciones perceptivas y visuoespaciales, 31,5%; atención y funciones ejecutivas, 40,5%; velocidad motora, 54,8%; lenguaje, 34,5%, y orientación temporal, 24,5%. Aquellos pacientes que no siguieron el tratamiento con citicolina presentaron un deterioro cognitivo significativamente más pronunciado en la esfera de las funciones ejecutivas y atención (OR = 1,725; IC 95% = 1,090-2,729; p = 0,019) y en orientación temporal (OR = 1,728; IC 95% = 1,021-2,927; p = 0,042). Al cabo de 12 meses, las funciones neurocognitivas deterioradas fueron memoria, 40,5%; funciones perceptivas y visuoespaciales, 29,5%; atención y funciones ejecutivas, 39,5%; velocidad motora, 52%; lenguaje, 33%, y orientación temporal, 20%. Las diferencias observadas a los seis meses se mantuvieron al cabo de los 12 meses. Los autores concluyeron que el tratamiento con citicolina en pa-

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Figura 3. Efecto del tratamiento con citicolina (1 g/día/8 semanas) en pacientes hemipléjicos tras un ictus sobre la mejoría de 1 grado o más en el Hemiplegia Function Test, en extremidades superiores (a) e inferiores (b). a

b

cientes con un primer episodio de ictus isquémico durante un período de un año es seguro y eficaz, ya que mejora el deterioro neurocognitivo, y explican que este efecto se debería a las propiedades neurorreparadoras de la citicolina, así como a sus efectos sobre el sistema colinérgico (nivel de evidencia B). En cuanto a los efectos de la citicolina sobre los déficits motores tras un ictus, en 1980 Hazama et al [37] publicaron los resultados de un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, llevado a cabo para evaluar los efectos del fármaco en la recuperación funcional de la hemiplejía, usando una escala estandarizada de 12 grados (Hemiplegia Function Test) para la evaluación de los pacientes. Se incluyó a 165 pacientes que habían sufrido un ictus entre 3 y 51 meses antes, con un promedio de 6 meses. De los 165 pacientes incluidos, 55 se aleatorizaron al grupo de dosis alta de citicolina (1 g/día/ 8 semanas + rehabilitación), 56 al grupo de dosis baja de citicolina (250 mg/día/8 semanas + rehabilitación) y 54 al grupo placebo (placebo + rehabilitación). Mejorías de un grado o más a las 4 y a las 8 semanas se observaron respectivamente en el 44,4 y el 53,3% de los pacientes que recibieron la dosis alta, y en el 29,3 y el 54,8% de los pacientes tratados con la dosis baja. Estas tasas de mejoría fueron más altas que las observadas en el grupo placebo (un

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29,3 y un 31,8%, respectivamente). Estas diferencias alcanzaron significación estadística a las ocho semanas (p = 0,006). La tasa de mejoría del grupo de dosis baja fue equivalente a la del grupo placebo a las cuatro semanas. Los autores concluyen que estos hallazgos sugieren que la citicolina promovería la recuperación natural en pacientes hemipléjicos. Ueda et al [38] realizaron un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado, para comparar el tratamiento con citicolina (1 g/día/8 semanas) frente a placebo en 258 pacientes que hubieran sufrido un ictus desde un año a cuatro semanas antes y que estuviesen bajo un programa de rehabilitación específica, con el propósito de establecer el valor de la citicolina en el tratamiento de la hemiplejía tras un ictus (fomento de la recuperación de la función en extremidad superior) utilizando el Hemiplegia Func­ tion Test. Las tasas de mejoría de un grado o más en la función de la extremidad superior, de acuerdo con el método de valoración de 12 grados usado, fue del 67,8% en el grupo de la citicolina y del 55,4% en el grupo placebo (p = 0,047), sin que hubiese problemas de seguridad. Los autores concluyeron que la citicolina mejoraría la función motora en pacientes con hemiplejía tras un ictus en régimen de rehabilitación. El metaanálisis de los dos estudios anteriores, con nivel de evidencia A, ratifica la eficacia del tratamiento con citicolina (1 g/día/8 semanas) en la mejoría de un grado o más en el Hemiplegia Func­ tion Test en extremidades superiores (OR = 1,863; IC 95% = 1,218-2,851; p = 0,004) (Fig. 3a), mientras que el efecto no es significativo en extremidades inferiores (OR = 1,036; IC 95% = 0,681-1,563; p = 0,864) (Fig. 3b). El menor efecto observado en extremidades inferiores es atribuido por los autores al relativamente pequeño número de pacientes en fases precoces de recuperación. Iranmanesh y Vakilian [39] realizaron un estudio con el fin de valorar la eficiencia de citicolina para incrementar la fuerza muscular en pacientes con hemorragia cerebral no traumática. Se trata de un estudio doble ciego y aleatorizado, con 32 pacientes afectos de una lesión isquémica secundaria a una hemorragia supratentorial no traumática, que se aleatorizaron en dos grupos. Un grupo recibió tratamiento con citicolina (250 mg/12 h por vía intravenosa) durante 14 días y el otro obtuvo placebo, y se valoró su fuerza muscular mediante un examen físico antes de iniciar el tratamiento y a los tres meses. Los grupos fueron comparables en cuanto a edad, sexo y volumen del sangrado. La fuerza muscular de ambos grupos se comparó mediante la prueba no paramétrica de Mann-Whitney. La mi-

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tad de los pacientes era de sexo masculino y la fuerza muscular media en ambos grupos antes de la intervención fue de 2,5 (rango: 0-4,5). Tras el tratamiento, la fuerza muscular media fue de 4 en el grupo de pacientes tratados con citicolina, mientras que en el grupo placebo fue de 3,12, con una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,019). Los resultados de este estudio, según los autores, muestran que la fuerza muscular en pacientes con hemorragia cerebral se incrementan cuando éstos son tratados con citicolina, lo que sugeriría que la citicolina podría ser un tratamiento eficaz en pacientes con hemorragia cerebral (nivel de evidencia B).

Conclusiones Según los datos aportados, se podría decir que existe cierto grado de evidencia que sugeriría un posible efecto beneficioso del tratamiento de la citicolina en la fase de rehabilitación de pacientes afectos de ictus agudo, aunque se precisarían nuevos estudios para corroborar estos datos preliminares. Bibliografía 1. World Health Organization: The World Health Report. Geneva: WHO; 1999. 2. Demaerschalk BM, Hwang HM, Leung G. US cost burden of ischemic stroke: a systematic literature review. Am J Manag Care 2010; 16: 525-33. 3. Dobkin BH. Rehabilitation after stroke. N Engl J Med 2005; 352: 1677-84. 4. Duncan PW, Zorowitz R, Bates B, Choi JY, Glasberg JJ, Graham GD, et al. Management of adult stroke rehabilitation care: a clinical practice guideline. Stroke 2005; 36: e100-e43. 5. Carter AR, Connor LT, Dromerick AW. Rehabilitation after stroke: current state of the science. Curr Neurol Neurosci Rep 2010; 10: 158-66. 6. Cramer SC. Brain repair after stroke. N Engl J Med 2010; 362: 1827-9. 7. Díaz-Arribas MJ, Pardo-Hervás P, Tabares-Lavado M, Ríos-Lago M, Maestú F. Plasticidad del sistema nervioso central y estrategias de tratamiento para la reprogramación sensoriomotora: comparación de dos casos de accidente cerebrovascular isquémico en el territorio de la arteria cerebral media. Rev Neurol 2006; 42: 153-8. 8. Hurtado O, Pradillo JM, Alonso-Escolano D, Lorenzo P, Sobrino T, Castillo J, et al. Neurorepair versus neuroprotection in stroke. Cerebrovasc Dis 2006; 21 (Suppl 2): S54-63. 9. Martínez-Vila E, Irimia P. Challenges of neuroprotection and neurorestoration in ischemic stroke treatment. Cerebrovasc Dis 2005; 20 (Suppl 2): S148-58. 10. Marsden D, Quinn R, Pond N, Golledge R, Neilson C, White J, et al. A multidisciplinary group programme in rural settings for community-dwelling chronic stroke survivors and their careers: a pilot randomized controlled trial. Clin Rehabil 2010; 24: 328-41. 11. Platz T, Eickhof C, Van Kaick S, Engel U, Pinkowski C, Kalok S, et al. Impairment-oriented training or Bobath therapy for severe arm paresis after stroke: a single-blind, multicentre randomized controlled trial. Clin Rehabil 2005; 19: 714-24.

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Probably role of citicoline in stroke rehabilitation: review of the literature Summary. Stroke is a leading cause of mortality and the main cause of severe and long-term disability in adults. Following treatment during the acute phase, there is a need to continue the treatment of the patients in the rehabilitation phase, in order to improve the outcome and daily life activities. This is the role of rehabilitation programs. Rehabilitation is focused on increasing brain plasticity to recover some of the lost functions, based on different methodologies, including pharmaco­ therapy. In this context, the role of citicoline in the rehabilitation of patients with stroke is reviewed. Key words. Citicoline. Neuroprotection. Neurorepair. Rehabilitation. Sequelae. Stroke. Treatment.

www.neurologia.com  Rev Neurol 2012; 54 (3): 173-179

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