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El primer positivismo: Comte, Mach y Crítica del fin de la teoría del Conocimiento. Karla Martínez Pelegrí. Segundo de Filosofía. Introducción: Desde tiempos de la primera filosofía griega, el camino hacia la búsqueda del conocimiento por parte del individuo estaba estrechamente relacionada con los orígenes de la existencia y conocer las causas de todos los particulares de la realidad. Con la aparición de una nueva filosofía, el denominado positivismo se dio un giro Coperniquiano a la concepción del saber. En un primer momento, en el positivismo aparece la figura de Comte. El Positivismo, forma parte de una nueva forma de pensar que tiene que ver con el lenguaje, con lo práctico, útil y con la historia desde una perspectiva social que analiza el individuo como tal. Dentro de esta nueva forma de pensar nos encontramos también con el pragmatismo, desarrollado principalmente en América en figuras como Pierce y Dilthey donde se reduce lo verdadero a lo útil, y también nos encontramos con la hermenéutica, un nuevo método ontológico que considera al ser como evento ligado a una época, y se fija en lo contingente y lo mutable de la existencia humana. De allí deriva también el Historicismo que reduce la realidad humana a su condición histórica. El Positivismo Comte fue el fundador del positivismo. Fue el primero en crear un nuevo tipo de pensamiento, substituyendo la teoría del conocimiento por una teoría de la ciencia. Los principios básicos del positivismo son: • No admitir como válidos otros conocimientos, si no los que proceden de la propia experiencia, rechazando por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El echo es la única realidad científica, y la experiencia y la intuición, los métodos exclusivos del saber. • El positivismo pretende atenderse a los hechos, y toma como modelo de racionalidad la ciencia experimental, por lo tanto difiere totalmente del pensamiento romántico aunque la idea de progreso, una de las obsesiones románticas, sigue destacada como ideal en la filosofía. Así podemos considerar al positivismo como un romanticismo de la ciencia. • No existe diferencia entre apariencia y esencia. • Nominalismo: Los objetos son los referentes últimos de cualquier conocimiento. • Ciencia única: La aspiración máxima de la filosofía es el monopolio del saber. El saber positivo es un saber supremo, en cuanto a su lado negativo es negación de todo ideal, de los principios absolutos (esencias), es decir, de la metafísica. La teoría de la ciencia es una mutilación de la inteligencia humana. Evolución del Positivismo Algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al francés Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint−Simon, y al alemán Immanuel Kant. Después Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que el reclamó para el aspecto teórico de la doctrina, Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830−1842). Se interesó por la reorganización de la 1
vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico. Los dos oponentes principales del positivismo, la filosofía y el gobierno, fueron más tarde unificados por el mismo Comte bajo la concepción de una religión, pero una religión en la cual la misma humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron no obstante aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positiva original. Sin embargo muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde aceptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer, así como por el filósofo y físico austriaco Ernest Mach. Positivismo lógico A principios del siglo XX, un grupo de filósofos interesados en la evolución de la ciencia moderna rechazó las tradicionales ideas positivistas (que consideraban que la base del verdadero conocimiento estaba en la experiencia personal) y resaltó la importancia de la comprobación científica y del empleo de la lógica formal. De las teorías de estos pensadores (entre los que se encontraban el austriaco Ludwig Wittgenstein y los británicos Bertrand Russell y George Edward Moore) nació el denominado positivismo lógico. El Tractatus logico−philosophicus (1921), obra de Wittgenstein, resultó tener una influencia decisiva en el rechazo de las doctrinas metafísicas por su carencia de sentido y en la aceptación del empirismo como una materia de exigencia lógica. Eempiristas lógicos, para disociarse de la importancia que dieron los primeros pensadores del positivismo lógico a la comprobación científica. Mantienen que el principio de verificación en sí mismo es in verificable en el campo filosófico. Sin embargo, autores tan representativos como Rudolf Carnap han propuesto nuevos sentidos del tradicional principio de verificación neopositivista. August Comte Filósofo francés que nace en 1798. Perteneció a una familia muy católica y realista. En 1814 entró en la escuela politécnica, y ya desde entonces dio pruebas de no hallarse conforme con los medios existentes de enseñanza y las formas de la sociedad, llegando incluso a auto convencerse que debía fundar una revolución filosófica. En ese momento las ciencias matemáticas y la física ocupaban su atención. Con estas ideas y siendo aún muy joven ingresó en la escuela de Saint Simón que comenzaba a figurar en París. El maestro mismo de dicha escuela lo llamó el benjamín de la escuela. Saint Simón y Comte comenzaban a estar en desacuerdo. Dicha discrepancia no se manifestó contundente hasta la muerte de Saint Simon ocurrida en 1825. por lo tanto Comte se separó de todo lo relacionado con la escuela Simoniaza. En 1826 sufrió una enfermedad a lo que él mismo llamó una crisis mental. Se obsesionó de tal manera que también perjudicó su pensamiento. En ese momento vivía entonces de lo que producía su cátedra de matemáticas. Posteriormente, algunas diferencias con sus colegas y la ascensión de Luís Napoleón al Imperio le hicieron perder su cátedra, reduciéndolo a la mayor indigencia, viviendo entonces de los donativos voluntarios de sus admiradores y amigos en Francia e Inglaterra. Publicó durante un período de 26 años una serie de obras dedicadas todas a fundar la definición de filosofía positiva. Otras obras de Comte son: Sistema de política positiva, Consideraciones sobre las ciencias, los sabios y el poder espiritual, Tratado elemental de geometría analítica, Tratado filosófico de astronomía popular, Calendario Positivista y Curso de filosofía positiva en 1839. Sin lugar a dudas la obra más importante de Comte fue la del discurso sobre el espíritu positivo, publicada en 1844 dando una forma más popular a las doctrinas que expuso en su anterior obra Curso de filosofía positiva. 2
Poco después de terminar su obra culminante sufrió una segunda crisis, no cerebral, si no más bien de tipo sentimental por cierta señorita llamada Clotilde, cuya muerte le causó gran dolor. A partir de ese momento, y ya que Comte se sentía profundamente afectado, su situación psicológica se plasmó también en su posterior obra impregnándola de un aspecto más sentimental y religioso. A este último periodo de la vida de Comte pertenecen obras como el Tratado de sociología. No modifica sus ideas positivistas, pero suple el positivismo con cierta efusión del corazón, para dar prioridad y fundar la sociología en su pensamiento, de echo, Comte fue el primer sociólogo. Contexto histórico El siglo XIX, influyó de forma notable en su pensamiento. Los años de su vida son los años posteriores a la Gran Revolución. Todos los espíritus europeos, fatigados ya de tanta guerra, sienten el deseo de un orden social estable, pero de un orden que a su vez se armonice con todos los avances del progreso. Para los científicos de la época, la nueva ciencia, que se manifiesta segura y poderosa, supone algo en lo que se debe creer sin regateos. Solo en la ciencia se ha de encontrar al auténtico progreso. Toda esta serie de acontecimientos condicionaron su pensamiento filosófico. Dentro de este acontecimiento, el positivismo comtiano con su pretensión de restituir el orden social se sitúa en una línea contrarrevolucionaria. A esto Comte en su Ensayo de un sistema de política positiva añade: La única manera de poner término a tan turbulenta situación, de contener la anarquía que invade, día tras día, a nuestra sociedad, en pocas palabras, de reducir la crisis a un simple movimiento moral, es convencer a las naciones civilizadas de que abandonen la dirección crítica y tomen la orgánica, de que dirijan todos sus esfuerzos a la formación del nuevo sistema social. La ideología del liberalismo económico favoreció el proceso de industrialización. Con la revolución industrial se le dio gran importancia a la economía. La revolución Francesa, como bien se sabe, significó el tránsito de la sociedad estamental a la sociedad capitalista. Junto con la independencia de EEUU y las tres revoluciones liberales de principios del siglo XIX, es evidente que en el entorno de Comte, los ideales más deseables eran el progreso técnico por encima de todo y el bienestar económico. Esta idea de progreso, es la que Comte hace vincular en todo su pensamiento con una filosofía de la historia. Teoría de la clasificación de las ciencias En primer lugar Comte pretende determinar cual es el número de las ciencias puras como la astronomía. La geología no es por tanto una ciencia pura porque se ocupa de un objeto natural particular del globo terráqueo, y acude hacia la resolución de todos los problemas que les están sometidos a los medios que le proporcionan o le ofrecen las ciencias puras. Comte distingue también entre ciencias especulativas y ciencias concretas. La filosofía es eminentemente especulativa. Por otro lado el autor francés distingue seis ciencias puras: • Las matemáticas • La astronomía • La física • La química • La biología • Ciencia Social Este resumen comprende la totalidad del ser humano. Nada se omite. Nada si no es inaccesible a la 3
inteligencia del hombre: La investigación de las causas finales. Partiendo de toda la división que hace Comte de las ciencias coloca a la actividad humana pasando por tres estados correspondientes a los tres estados por los que ha pasado la humanidad, y estos tres estados de la actividad los llama: Actividad Militar Conquistadora, Actividad Militar Defensiva y Actividad Pacífica. La ley de los tres estados: Los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la filosofía positiva es a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados se llaman: • Estado Teológico: Es ficticio, provisional y preparatorio. En él la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. En este estado predomina la imaginación y corresponde a la infancia de la humanidad. • Estado Metafísico: O estado Abstracto, es esencialmente crítico y de transición. Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En él se siguen buscando los conocimientos absolutos de preparación del paso al estado positivo; una especie de crisis de pubertad en el espíritu humano antes de llegar a ser adultos. • Estado Positivo: Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca solo hechos y sus leyes. No causas ni principios de la esencia o sustancia. Todo es inaccesible. El positivismo se atiene a lo que se nos revela como real. Es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se detiene al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos. De la nueva religión a la Sociología: Comte, tras su crisis de carácter sentimental, trató de encontrar o fundar una nueva religión que pudiera estar de acuerdo con los principios fundamentales del positivismo; mas como su filosofía niega toda deidad o espíritu invisible y no admite más que la humanidad, hizo a la humanidad un nuevo objeto de culto. En 1848 publicó su discurso sobre la totalidad del positivismo, en el cual la noción de la nueva religión fue promulgada como un apéndice necesario a su filosofía. En el año siguiente, una obra muy original, cuyo título ya se ha citado Calendario Positivista, culto sistemático de la humanidad o sistema general de conmemoración pública. En esta obra propuso un sistema de culto o adoración de la humanidad por la humanidad misma, representada en todos los hombres de todas las edades y épocas. En 1852 apareció su Catecismo Positivista, o su exposición de la religión universal. Comte llegó a practicar la religión que él mismo había ideado, adjudicándose el mismo el título de pontífice de su propia religión. Sus discípulos en este punto fueron muy escasos en número. En su obra Sistema de Política Positiva o Tratado de Sociología, cuyo primer tomo se publicó en 1851, en ella se quejaba de la deserción de sus discípulos que le abandonaron uno tras otro, y se dolía que no veía ni adivinaba a un hombre al que pudiera nombrar su sucesor en la cátedra de la filosofía y el pontificado de la nueva religión. Como fundador en la Sociología, que califica de positiva, tenía el firme propósito de lograr su superación de la crisis mediante la instauración de un nuevo orden social. A Comte sociólogo pertenecen estos dos fragmentos: La sociología, la más compleja
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de las ciencias es la cumbre del método positivo, disfruta de todos los recursos de las demás ciencias. −Augusto Comte − La única manera de poner término a tan turbulenta situación, de contener la anarquía que invade, día tras día, a nuestra sociedad, en pocas palabras, de reducir la crisis a un simple movimiento moral, es convencer a las naciones civilizadas de que abandonen la dirección crítica y tomen la orgánica, de que dirijan todos sus esfuerzos a la formación del nuevo sistema social La intención del primer positivismo comtiano El positivismo como una teoría de la ciencia pretende desplazar a la teoría del conocimiento. (Habermas, Conocimiento e interés) Esquema comparativo entre Positivismo y Teoría del conocimiento: POSITIVISMO | TEORIA DEL CONOCIMIENTO
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ABSOLUTO (Totalidad) Sujeto cognoscente Metafísica Intención:
Monopolio del conocimiento No interesa el sentido del conocimiento Hechos (y sus relaciones)
El origen Interesa el sentido del conocimiento Esencia (causas)
La intención del primer positivismo, equivale a decir su objetivo fue el monopolio de todo conocimiento posible, al reemplazar a la arraigada teoría del conocimiento para la adquisición del saber, por una teoría de la ciencia. Se rechazó brutalmente toda forma de autorreflexión a favor de un cienticismo puro. El positivismo de hecho aparece en un primer momento como una nueva filosofía, pero hay una paradoja en dicha afirmación ya que el propio positivismo sostiene que el conocimiento es solo posible dentro del marco de las ciencias experimentales; pero como se verá más adelante, nace dentro del análisis de una filosofía de la historia, que no es una ciencia experimental. Dicha paradoja queda resuelta si tenemos en cuenta que la ciencia, como dijo Comte es el único modo de todo conocimiento posible. Pero como la Teoría del Conocimiento no podía ser sustituida de inmediato por la ciencia, esto se hace progresivamente, aparece una reflexión previa del sujeto desde una determinada filosofía de la historia y de las consecuencias sociales. Habermas en su libro Conocimiento e Interés critica este punto de vista dado que la ciencia no puede ser comprendida sobre un conocimiento del que se reflexiona previamente, porque se supone que el conocimiento se considera completamente definido, según el modelo de las ciencias. Por otro lado, la tarea del primer positivismo es la de fundar la creencia cientifista. Esto es que por medio de la construcción de la historia y de 5
la especie se establece el espíritu positivo. Conviene recordar el contexto de Comte donde había numerosos cambios revolucionarios e industriales y grandes progresos científicos. Por lo tanto lo que hace es tratar de vincular a este progreso de su época una filosofía de la historia, con el fin de esclarecer luego lo que es ciencia. Representa esta tesis en su teoría de los Tres Estados. Explica que la mente del individuo tiene que pasar por tres estados mentales. El teológico se correspondería con la infancia del ser humano, el metafísico como la adolescencia y el positivo como la madurez. Como curiosidad conviene destacar que el positivismo realmente en sus ideas no es nada novedoso. Cuando Comte habla de la división de las ciencias en las seis fundamentales, dicha jerarquización no es original pues la toma de la concepción enciclopédica de las ciencias. Cuando habla de metodología científica se le puede comparar a las tradiciones tanto empiristas como racionalistas. Pero es precisamente esta mezcla de cosas ya muy conocidas lo que hace importante el primer positivismo. Es por eso que revolucionó la posición de la filosofía frente a las ciencias, substituyendo el sujeto cognoscente de la teoría del conocimiento por un progreso técnico científico como en sujeto de una filosofía cientifista de la historia. El positivismo, primero, tiene que hacer una reflexión para llegar a la definición de Ciencia. Y la misma Ciencia es el camino necesario para reducir la Teoría del Conocimiento a la Teoría Científica. Comte define el Positivismo como lo preciso frente a lo indeterminado, lo útil frente a la imaginación. De ahí que el Positivismo rechace la Metafísica. Nuestra inteligencia tiene que dirigirse a los objetos y fenómenos realmente alcanzables. Al igual que el empirismo, todo conocimiento debe proceder de la certeza sensible, y mediante la observación se puede alcanzar una única verdad. El ser humano cree en lo que observa porque en la realidad se sigue siempre un mismo esquema, y al ver que todo se repite, forma en su mente un concepto que automáticamente se le revela como verdadero. Así la ciencia afirma la primacía del método sobre la cosa, lo importante son las leyes, las reglas y la construcción de conceptos mentales más que los hechos sueltos. Comte de forma inteligente capta la importancia de las conexiones deductivas frente a la pura descripción de lo que vemos. No solo observamos, si no más bien deducimos, y solo por este camino de la deducción se puede alcanzar una armonía. De esta forma es como Comte hereda la tradición Racionalista de creer en las deducciones, antes de creen el los hechos mismos. Pero ha diferencia de esta tradición no debemos utilizar el método deductivo con el fin de llegar a una teoría del conocimiento, si no para formular reglas normativas del proceder científico. Así el Positivismo tiene una utilidad técnica. Sirve por así decirlo para la mejora de nuestra vida, tiene una finalidad práctica y social, no olvidemos que Comte fue el fundador de la Sociología por lo tanto siempre sus fines teóricos tienen como objetivo, inmediato o a largo plazo una sociedad determinada. La utilidad de la ciencia es lógicamente prever los fenómenos. Otro punto de polémica que señala Habermas en el planteamiento de la teoría fundadora del positivismo en Comte es que si los criterios de la cientificidad son: la certeza, la exactitud y la utilidad, entonces nuestro conocimiento es relativo e inacabado, pues interesa solo eso y no y no ya tanto conocer la esencia es decir los orígenes y el todo, frente a la metafísica que busca el conocimiento absoluto. Pero naturalmente que Comte no comprende que la ciencia sea relativa, se limita a afirmar la oposición entre ciencia y metafísica, el positivismo, se limita a declarar su desinterés por el campo de las esencias y búsqueda de las causas de la realidad metafísicamente, tachándolas de mera apariencia. Las esencias para Comte no interesan frente a los hechos desnudos y sus relaciones, Habermas dice que se sustituye la sustancia por la relación y el ser en su conjunto queda sustituido por las regularidades empíricas. Entonces llegados a este punto el positivismo no abre polémica alguna sobre los contenidos de la filosofía, del saber y sus problemas, Comte simplemente desprecia la metafísica eliminando la discusión. Un ejemplo que pone para hacer tal cosa es el que nadie ha demostrado nunca la existencia de Apolo, Minerva o cualquier dios griego y no por ello se puede decir que existan. Pero este ejemplo no aplaca la situación dogmática que critica Habermas, pues no discute, solo rechaza sin justificación.
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Por el contrario más adelante se sostiene que el positivismo solo puede analizarse a si mismo por medio de conceptos metafísicos. El conocimiento entonces pasa a ser conocimiento científico que es lo que propone esta nueva teoría de la ciencia recién fundada, posteriormente también, pero la critica que a este punto ya se deja entrever es que hay entonces una pre−comprensión de la ciencia, así en la teoría de los tres estados, que hemos visto, Comte mediante una filosofía de la historia elimina la teoría del conocimiento y la sustituye gradualmente por ciencia. Ernst Mach
Mach, Ernst (1838−1916), filósofo y científico alemán nacido en Turas (Moravia) y fallecido en Haar (Baviera). Realizó sus estudios en Viena y más tarde fue profesor de física en Graz (1864) y Praga (1867) y de historia y teoría de las ciencias inductivas en Viena (1895). Desde la cátedra y por medio de sus conferencias y de su talante de divulgador científico, contribuyó a formar el clima que haría posible el nacimiento del círculo de Viena. Sufrió un ataque de apoplejía en 1897 que le produjo una parálisis parcial, por lo que abandonó la Universidad en 1901. Ello no impidió que ingresara en el parlamento austriaco y ejerciera ese cargo durante doce años más. Como científico, realizó importantes aportaciones a la mecánica, la acústica, la electrología, la óptica, la termodinámica, la hidrodinámica y la psicología de la percepción. En 1885 obtuvo unas imágenes de un proyectil en vuelo, acompañado por un conjunto de estelas que fueron identificadas como las ondas de choque que éste provocaba al desplazarse a una velocidad supersónica. Hoy en día recibe el nombre de número de Mach a la relación entre la velocidad de un objeto y la velocidad del sonido en el medio en el que se mueve. En su obra Mecánica (1863) expuso el ahora conocido como Principio de Mach, según el cual un cuerpo carece de masa inercial si no hay presentes ninguna otra masa o cuerpo. Este principio influyó notablemente en las ideas de A. Einstein, quien las incorporó a su teoría de la relatividad. El resultado no agradó a Mach y la rechazó. También investigó en los mecanismos de la visión y la audición. Aunque no se consideraba especialista en filosofía, su nombre ha quedado vinculado a una serie de doctrinas conocidas con el nombre de fenomenismo. Se trata de una posición afín al empiriocriticismo de Avenarius. Mach rechaza todo elemento apriorístico en la constitución del conocimiento: la ciencia es el reflejo conceptual de los hechos, cuyos elementos son contenidos de conciencia o sensaciones. Desaparece en él toda distinción entre fenómeno y cosa en sí, y se eliminan, tanto en física como en psicología, los conceptos de causa y de sustancia. La categoría de causalidad se sustituye en el proceso efectivo de la ciencia, por la de función. Hasta el concepto de "yo" es auxiliar y funcional: en el empiriocriticismo, la primacía no recae en el yo, sino en los elementos. La diferencia entre física y psicología se reduce al modo distinto de considerar las relaciones de las sensaciones: la psicología estudia la relación entre los complejos generales de sensaciones y el complejo particular, que es el organismo; la física, por su parte, estudia las sensaciones en su dependencia funcional. Las doctrinas de Mach influyeron notablemente en el nacimiento del neopositivismo.
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Sus obras principales son Historia crítica del desarrollo de la mecánica (1883), Análisis de las sensaciones (1886) y Conocimiento y error (1905). Aunque para los filósofos generales (si es que existe tal categoría) Comte es el padre y el máximo sacerdote del positivismo, para los filósofos de la ciencia el positivista más profundo y depurado es Ernst Mach (1838−1916), quien nació en Taras, Moravia (hoy República Checa pero entonces parte del Imperio austro−húngaro) y estudió matemáticas y física en Viena. A los 26 años de edad fue nombrado profesor de matemáticas en la Universidad de Graz, tres años más tarde pasó a Praga como profesor de física, en 1885 llegó a Viena como profesor de historia y teoría de las ciencias inductivas, y en 1901 ingresó a.la cámara alta del parlamento austriaco; falleció en Haar, cerca de Munich, a los 78 años de edad. La diversidad de sus intereses académicos contrasta con la imagen estereotipada que tenemos del Herr Geheimrrat alemán, en vista de que hizo contribuciones originales en acústica, óptica, percepciones sensoriales en general y estética, así como en electricidad, mecánica, hidrodinámica y termodinámica, además de sus estudios fundamentales en historia y filosofía de la ciencia; también escribió sobre otros temas tan diferentes como la química de la maduración de las uvas, el sitio de los clásicos en la educación secundaria, y la fotografía de los proyectiles en pleno vuelo. Tal amplitud de intereses no traducía un simple diletantismo, sino todo lo contrario: Mach estaba convencido de que la división de la ciencia en especialidades como física, química o psicología es artificial y arbitraria, además de ser peligrosa, si se toma como algo más que una mera conveniencia práctica. En el desarrollo de su filosofía positivista, Mach alcanzó el concepto que subtiende al Círculo de Viena, a la Escuela de Berlín y a la Enciclopedia universal de la ciencia unificada, uno de los más grandes proyectos de la escuela conocida como positivismo lógico. De hecho, la primera organización pública que formaron varios futuros miembros del Círculo de Viena se registró con el nombre de "Ernst Mach Verein", o sea "Sociedad Ernst Mach''. William James, quien lo visitó en 1882 en Praga, dijo que le parecía que Mach había leído todo y pensado en todo.
Relación entre Comte y Mach
En contra de lo que pudiera pensarse, la relación entre Comte y Mach no fue directa ni importante; aunque en una ocasión Mach se refiere a la ley de las tres etapas del conocimiento como si la tomara en serio, su formación tuvo un carácter mucho más riguroso y experimenta¡ que el de Comte, y Mach nunca se apartó del terreno científico para internarse en el de la política o la sociología, y mucho menos en la religión. Pero su epistemología es estrictamente fenomenológica, su rechazo de toda metafísica es rotundo y total, y su insistencia en el enfoque histórico de la filosofía de la ciencia es sistemática. Estas razones, junto con las mencionadas arriba, justifican de sobra que se incluya a Mach entre los positivistas, aunque en un momento veremos que también ha sido considerado como operacionista o instrumentalista. El uso de estos términos sugiere que se trata de escuelas bien definidas y fácilmente distinguibles entre sí, pero la realidad es otra; ya hemos mencionado que se reconocen diferentes variedades o tipos de positivismo, dependiendo de la amplitud de la manga dentro de la que se acomodan. Mach parece haber llegado a su postura filosófica esencial a los 17 años de edad, por medio de un episodio semejante a una "revelación" religiosa, estimulada por la lectura de Kant dos años antes; en sus propias palabras: Repentinamente, comprendí lo superfluo de¡ papel desempeñado por la "cosa en sí". En un día brillante de verano y al aire libre, de pronto el mundo y mi ego se me presentaron como una masa coherente de sensaciones... Todos los que han leído a Kant estarán de acuerdo en que pretender entenderlo a los 15 años puede tener 8
consecuencias graves e indelebles; esto parece ser lo que ocurrió con Mach, quien pasó el resto de su vida tratando de explicarse el sentido y las implicaciones de la visión del universo y de su yo, como una "masa coherente de sensaciones". Otro filósofo que tuvo una profunda influencia en las ideas de Mach fue Berkeley, a quien se encontró por primera vez en el Apéndice de los Prolegómenos de Kant, la permeación de la filosofía de Mach por ciertos postulados de Berkeley es tan completa que algunos autores consideran más bien al idealista obispo irlandés, en lugar del positivista filósofo francés, como su verdadero precursor. Es muy probable que Mach hubiera aceptado el "Esse est percipit" "de Berkeley, pero en cambio es seguro que hubiera rechazado la noción de que Dios se encargaba de evitar que su fenomenología empirista radical se transformara en un solipsismo estéril. Mach también eliminó de su sistema filosófico científico al cartesianismo, de modo que todas las leyes y principios de la ciencia se basan exclusivamente en la experiencia, que para él significa un conjunto de sensaciones. Los conceptos cartesianos a priori no existen, los imperativos categóricos kantianos son entidades ficticias, lo único que debe creerse es lo que puede experimentarse. De acuerdo con esta posición, los elementos esenciales del conocimiento son las sensaciones; por lo tanto, lo que debe promoverse es la determinación de las relaciones entre los distintos tipos de sensaciones. Éste parece un programa positivista a la Comte, pero la filosofía de Mach era fundamentalmente monista; lo que pedía era la eliminación definitiva de cualquier remanente metafísico y el apego fiel a las circunstancias empíricas actuales. En este renglón, Mach se acerca al operacionismo, cuando señala que ciertos conceptos científicos se basan en sensaciones específicas: Postulo que cada concepto físico sólo representa un cierto tipo definido de conexión con los elementos sensoriales... Tales elementos... son los materiales más simples con los que se construye el mundo físico, y también el psicológico. Con esta base, Mach rechaza de la ciencia, igual que Comte, todo aquello que no se deriva de nuestras sensaciones. Pero para un físico experimental metido a filósofo, tal posición tenía a fines del siglo XIX muchos más bemoles que para un matemático y astrónomo metido a filósofo a principios del mismo siglo. Comte podía darse el lujo de negarle existencia científica a los átomos, pero para Mach esto era mucho más problemático porque en su tiempo, aunque todavía no demostrable objetivamente, el átomo ya servía para comprender y coordinar una masa enorme de datos empíricos; por ejemplo, es más fácil recordar la composición química de las sustancias por su fórmula que por su peso molecular, a pesar de que era este último el que se determinaba en forma más o menos directa. Esto podría explicar que Mach, aunque por un lado excluye formalmente a "todo lo que nos representamos además de las apariencias", o sea a las hipótesis o teorías, por otro lado las deja entrar subrepticiamente por la puerta falsa, diciendo que sólo son fórmulas o "memoria technica", con valor puramente didáctico o heurístico, pero sin existencia real. De hecho, el uso de conceptos no empíricos para facilitar la predicción de fenómenos registrables como sensaciones objetivas, o sea como instrumentos imaginarios de toda investigación que contribuya a obtener resultados reales, es muy anterior a Mach: es otra forma de describir la doctrina medieval de que deben "salvarse las apariencias". Pero también explica que, ocasionalmente, la filosofía positivista de la ciencia de Mach haya sido calificada de "instrumentalista". Éste no es el momento de examinar críticamente al instrumentalismo, pero conviene señalar que tal postura filosófica renuncia a explicar los fenómenos observados; de acuerdo con los instrumentalistas, la función de las hipótesis y teorías es únicamente la de facilitar la descripción objetiva de los hechos. Recordemos que la definición de Mach de la ciencia enfatizaba, como su característica más sobresaliente la máxima economía en la descripción del mayor número de hechos. De hecho, se ha dicho que el concepto de ciencia de Mach era "la expresión del máximo de conocimientos con el mínimo de esfuerzo". Pero si las hipótesis y teorías científicas sólo funcionan como "memoria technica", si sólo son instrumentos para generar conocimientos y no poseen realidad objetiva, resulta difícil concederles algún sentido o significado propio. Se trata de estrategias diseñadas para alcanzar objetivos que no sólo no las incluyen sino que las rebasan. No nos dicen nada 9
respecto a la realidad sino que su mensaje se limita a señalar regularidades en nuestras sensaciones. Mach sabía todo esto, pero también sabía otras cosas. En su tiempo se promulgó la teoría darwiniana de la evolución por medio de la selección natural. Ningún científico que se respetara podía mantenerse al margen de esta teoría, y Mach se tenía un enorme respeto. Por lo tanto, procedió a incorporar no sólo el lenguaje sino también las ideas de Darwin en su filosofía de la ciencia, señalando que puede suponerse que ciertas hipótesis o teorías científicas no se adapten satisfactoriamente a los hechos, mientras que otras sí lo hagan; la consecuencia natural sería que las hipótesis bien adaptadas a la realidad sobrevivieran y que las incongruentes con ella desaparecieran. Además, algunos pensamientos pueden estar más o menos adaptados a otros y cuando lo primero es lo que ocurre, el resultado es una buena teoría. De esta manera logró Mach reintroducir las hipótesis y teorías en su esquema positivista de la ciencia, después de haberlas expulsado con su rechazo inicial de la metafísica. Sin embargo, con este giro biologista, Mach realmente cambió su esquema filosófico de la realidad: como positivista comtiano, su mundo estaba constituido nada más por sensaciones y las relaciones entre ellas, mientras que como positivista darwiniano, estaba aceptando que también existían pensamientos y "hechos", a los que las ideas podían estar más o menos adaptadas. Cohen ha señalado que esto nos permite distinguir a dos Mach, uno, el austero e inflexible fenomenólogo, nominalista y reduccionista, y el otro, el filósofo menos rígido y menos opuesto al sentido común, que aceptaba hipótesis y teorías, junto con un mundo real más allá de las sensaciones que produce. Finalmente, conviene señalar otro aspecto de la filosofía de la ciencia de Mach directamente relacionado con su concepto del método científico. Me refiero a los llamados Gedankenexperimenten o"experimentos mentales", que en los escritos de Mach desempeñan un importante papel. Como investigador activo, Mach sabía muy bien que ni él ni sus colegas científicos llegaban a sus laboratorios a hacer experimentos sin ideas preconcebidas, sino todo lo contrario; los experimentos eran la etapa final de un proceso largo y cuidadoso de análisis conceptual, de clarificación de las ideas, de diseño de distintas opciones y de selección de las más viables por medio de confrontaciones con ciertas circunstancias críticas generales. Sólo al final de este proceso, cuando ya no es posible distinguir entre varias hipótesis para explicar un fenómeno dado, en función de la información conocida, se procede a diseñar un experimento cuyo resultado permita tal distinción. A toda la parte teórica de este proceso es a lo que Mach llamaba "experimentos mentales", señalando además que tenían un elevado valor pedagógico y que su costo era mínimo. En años ulteriores, el concepto de "experimento mental se ha hecho menos amplio y dentro de toda esa actividad teórica se ha intentado separar de la definición de conceptos, de la generación de hipótesis y de su análisis comparativo, quedando reducido el "experimento mental" a las preguntas y las respuestas teóricas (estas últimas basadas en información existente) que permiten descartar una o más de las hipótesis propuestas para explicar una relación entre dos o más hechos, o la existencia de un fenómeno. En condiciones ideales (o por lo menos favorables), después de realizado un "experimento mental", el siguiente paso sería un "experimento crucial", o sea un diseño de manipulación de la naturaleza cuyo resultado permitiría discriminar entre las hipótesis que no pudieron distinguirse por medio del "experimento mental". Los "experimentos mentales" son episodios de cerebración, que pueden llevarse a cabo en posición supina en el dormitorio o (mejor aún) en la playa, con los ojos entrecerrados y con mínimo ejercicio muscular, mientras que los "experimentos cruciales" son manipulaciones de la naturaleza que sólo pueden realizarse en el laboratorio o en el campo, casi siempre en posición erecta o sentada, con los ojos bien abiertos y con un gasto de energía física que oscila entre moderado y exhaustivo. Critica que hace Habermas a Mach en su libro Conocimiento e interés. Para justificar el dominio de las ciencias como unica esfera del conocimiento, Mach introduce su teoría de los elementos explicando la totalidad del mundo como conjunto de hechos y los hechos como esencia de la realidad, ya que los hechos son fácticos tiene también que haber ideas intersubjetivas. Para Mach los hechos 10
tienen dos momentos, el momento en que se convierten en sensaciones inmediatas de un yo, y cosas o cuerpos independientes de cualquier sujeto. Están por así decirlo en el sujeto y también fuera de él, las sensaciones y los cuerpos son los que dan testimonio de los hechos. Mach utiliza los términos elemento y sensación como sinónimos, los diferencia argumentando que los elementos son sensaciones en el momento en que entran en contacto con el Yo, y cuando, por el contrario, se relacionan entre si, son propiedades de los cuerpos. Para clarificar este punto Mach recurre a un ejemplo práctico en el cual expone que un color cualquiera en contacto con la luz, otros colores, etc es un objeto físico; pero cuando se encuentra fuera del individuo y de su retina es un objeto psicológico. ¿Entonces hay una inmanencia de la conciencia, de la subjetividad para el positivista de Mach? Por el camino del sensualismo como dice Habermas, Mach inconscientemente acabaría en la rechazada teoría del conocimiento. Una defensa de Mach sería que él entiende el Yo como unidad y fundamento de ciertas sensaciones elementales, como parte de ellas, hay por lo tanto una cosificación del Yo, el Yo pasa entonces a ser un hecho entre los hechos de la realidad y ya que la realidad existe como totalidad de los elementos y sus combinaciones, también el yo, la conciencia cognoscente, está dentro de la propia realidad. El objetivo de la ciencia, como ya hemos dicho es la fundamentación de la ciencia en un estudio de los hechos, pero se amputa, con la teoría de los elementos y las sensaciones de Mach, la cuestión epistemológica de las condiciones subjetivas para el conocimiento posible, destruye, dicho de otro modo, que a la hora de conocer la realidad intervenga el Yo, reduciéndolo a simples elementos variables, hay una degradación de la subjetividad, solo importan los hechos, Mach elimina la trascendencia. Ya no interesa tampoco la cuestión entre apariencia y realidad, ya que solo son reales los hechos. La crítica de Habermas resumiendo, se basa en que el sujeto en el positivismo ya no es el punto más importante por el cual se capta la objetividad del conocimiento, sino que es por medio del ámbito de los objetos mismos y de sus relaciones. Se impone la teoría de la ciencia frente a la reflexión. La función del conocimiento para Mach queda oscura, porque solo acepta la reflexión para disolver las condiciones subjetivas de la metafísica, acepta el pensamiento mental de la conciencia como una copia de la realidad, esta idea se encuentra también en el realismo tradicional. Habermas afirma llegados a este punto que el propio estado de la teoría de los elementos de Mach es contradictorio, ya que no puede justificar una reflexión que supere a la ciencia, con lo que no puede justificarse a si misma, `porque impide toda reflexión que no vaya más allá de ella, es un circulo vicioso. Destruye toda reflexión posible y restringe el conocimiento a pura ciencia relativizándolo de esa manera. Hay un problema que prevalece entonces, si ha de suspenderse toda teoría del conocimiento, nos encontramos con otro círculo vicioso, puesto que solo por el camino del estudio del ser de los hechos se llega a la teoría de los elementos, a una fundamentación por tanto cientifista de la ciencia. Este círculo se encubre mediante un objetivismo que prohíbe sin justificación alguna, la autorreflexión del saber. Mach proyecta a l física y a la psicología en un mismo plano, para justificar la teoría de los elementos y la ciencia. Conclusión La presuposición básica del objetivismo y su crítica más contundente, es que las ciencia ejemplares sólo pueden justificarse si damos por probado que describen de manera suficiente y completa la realidad tal como es, pero según Habermas es una fe cientifista, en que las informaciones científicas captan toda la realidad, sin embargo no se dan cuenta que limitan el acceso a dicha realidad al dogmatizar la interpretación pre− científica del conocimiento como copia de la realidad. El fallo en otras palabras reside en el hecho de que se considera al conocimiento como una copia de la realidad, solo eso, que no hay por lo tanto otro tipo de conocimiento a priori, ni tampoco hay nada fuera de la ciencia luego, el saber queda indiscutiblemente limitado. 11
Posteriormente aparecen otras teorías que si reflexionan sobre si mismas como la de el pensador Dilthey o Peirce, que hace metodología sobre una teoría del conocimiento. Las repercusiones de este modo de pensar científico, tecnológico y de ideal de progreso son notables, llegan a su cenit con Popper y hoy en día se palpa una filosofía neopositivista en la mayoría de las culturas occidentales. Afortunadamente también aunque en menor cuantía, algunos filósofos han rescatado la esencia de las cosas formulando nuevas teorías del conocimiento. Bibliografía La intención del primer positivismo, Comte y Mach Habermas Conocimiento e interés • A. Comte, Discurso sobre el espíritu positivo (1844) (Varias ediciones) • A. Comte, Curso de filosofía positiva (1830− 1842) (Varias ediciones) • A. Comte, Sistema de política positiva • A.Comte, Consideraciones sobre las ciencias • A. Comte, Tratado De Sociología • A. Comte, Calendario positivista • A. Comte, Catecismo positivista (1852) • Ulises Moulines, La génesis del positivismo en su contexto científico • www.epdlp/comte.html • Mariano Artigas, Física y religión en perspectiva, Rialp, 1991 (Apartado de : E.Mach, P. Deum. El significado filosófico de la historia de la ciencia) • E. Mach, Análisis de las sensaciones, Barcelona, Ata Fulla, 1987. − March, Ernst, Conocimiento y error, traducción de Cortés Pla. Buenos Aires : Espasa−Calpe, , 1948 • www.geocities.com/pedroj.geo/Mach_p.htm • Kremer Marietti, Angelo, El positivismo
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