Prevención de Riesgos Ergonómicos y Psicosociales Asociados a Becarios de Investigación

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Zerb43DEF.qxd 27/6/08 02:43 Página 73 Prevención de riesgos psicosociales en el sector sociosanitario y de atención a la dependencia Pablo Arrieta

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2. Factores ergonómicos. 2.1. Calidad del ambiente interior. La calidad del ambiente interior si bien no ocasiona riesgos graves para la salud si puede ocasionar con el tiempo la aparición de enfermedades derivadas de la actividad laboral, o bien el agravamiento de enfermedades congénitas provocado por un ambiente perjudicial para cierto tipo de afecciones. Tales como neumonitis por hipersensibilidad, fiebre por humificadores, asma, rinitis, dermatitis, legionelosis (enfermedad del legionario), resfriado común, gripe, bronquitis… En el caso de que la calidad del ambiente interior no sea la adecuada se pueden ocasionar molestias y ser perjudicial para el trabajo. Dentro del estudio de la calidad de ambiente interior se pueden distinguir tres apartados, el ambiente térmico, el ruido y la iluminación.

2.1.1. Ambiente térmico. A. El bienestar térmico. Como se ha comentado anteriormente, cuando el trabajo se realiza en locales cerrados y es de tipo sedentario, las condiciones termohigrométricas del aire, no suelen ser fuente de trastornos patológicos en los trabajadores, aunque sí suelen ser fuente de molestia. Los ambientes calurosos pueden provocar por ejemplo un aumento del ritmo cardíaco, sudoración excesiva, aumento de la temperatura interior del cuerpo, fatiga, vértigos o náuseas. Los ambientes fríos pueden provocar palidez, debido a la falta de riego sanguíneo en la piel, congestión nasal, goteo nasal, estornudos, dolor de garganta De manera general, estos efectos van acompañados de una disminución de las capacidades mentales y físicas, tales como debilidad, somnolencia, letargo, dificultad para concentrarse, irritabilidad, ansiedad. Como se puede apreciar, la falta de confort térmico afecta a los trabajadores provocando malestar e insatisfacción, dando lugar a numerosas quejas cuando las temperaturas son extremas, normalmente los trabajadores coinciden en que o bien la temperatura es muy alta o muy baja. Es conveniente señalar que la sensación térmica es una respuesta psicológica del individuo influida tanto por factores subjetivos como objetivos. Entre los cuales destacan la temperatura, la actividad, la humedad relativa, las corrientes de aire, etc. El Real Decreto 486/1997 del 14 de abril marca las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, estableciendo requisitos para la temperatura, humedad relativa y velocidad del aire. Sin embargo este Real Decreto no recoge otros aspectos, como la vestimenta del trabajador, la intensidad del trabajo o la temperatura radiante, media que también pueden influir en el bienestar térmico del trabajador. 11

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Estos requisitos a los que se ha hecho referencia se establecen en el Anexo “Condiciones ambientales de los lugares de trabajo”, y se detallan a continuación. Temperatura La temperatura adecuada de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas debe estar comprendida entre 17 y 27 °C. Para los locales donde se realicen trabajos ligeros con exigencias físicas leves o moderadas, estará comprendida entre 14 y 25 °C. Corrientes de aire La falta de bienestar o insatisfacción térmica no sólo puede deberse a una sensación incómoda de frío o de calor en todo el cuerpo. Una corriente de aire elevada puede causar un enfriamiento o un calentamiento no deseado de una parte del cuerpo. Los trabajadores no deben estar expuestos de forma frecuente o continuada a corrientes de aire cuya velocidad sea superior a 0,25 m/s para trabajos en ambientes no calurosos; 0,5 m/s para trabajos sedentarios en ambientes calurosos y 0,75 m/s para trabajos no sedentarios en ambientes calurosos. Estos límites no deben aplicarse a las corrientes de aire que son utilizadas para evitar el estrés térmico en exposiciones intensas de calor, ni a las corrientes de aire acondicionado, para las cuales el límite será de 0,25 m/s en el caso de trabajos sedentarios y de 0,35 m/s en el resto de casos. Humedad relativa Otro aspecto importante que influye en la sensación de confort térmico es la humedad relativa. Una humedad relativa baja puede provocar sequedad de las mucosas y facilitar además la aparición de irritaciones y picores, por otro lado, si es excesiva, puede agravar la sensación de calor o frío.

B. Evaluación del bienestar térmico: Método de Fanger. El estudio del ambiente térmico requiere el conocimiento de una serie de variables del ambiente, del tipo de trabajo y del individuo. La mayor parte de las posibles combinaciones de estas variables que se presentan en el mundo del trabajo, dan lugar a situaciones de disconfort, sin que exista riesgo para la salud. Con menor frecuencia pueden encontrarse situaciones laborales térmicamente confortables y, pocas veces, el ambiente térmico puede generar un riesgo para la salud. Esto último está condicionado casi siempre a la existencia de radiación térmica (superficies calientes), humedad (> 60%) y trabajos que impliquen un cierto esfuerzo físico. El Método de Fanger es empleado en situaciones de ambientes moderados, y utiliza los siguientes factores a la hora de evaluar el bienestar: nivel de actividad, características del vestido, temperatura seca, humedad relativa, temperatura radiante media y velocidad del aire. Los resultados son mostrados en forma de porcentaje de personas que se sentirán inconfortables en un ambiente determinado (PDD: Porcentaje Estimado de Insatisfechos). Las

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cuales muestran su satisfacción o insatisfacción mediante el índice llamado IVM (Índice de Valoración Medio), el cual recoge la siguiente escala numérica de sensaciones: Valor +3 +2 +1 0 -1 -2 -3

Sensación Mucho Calor Calor Algo de Calor Neutra Algo de Frío Frío Mucho Frío

Índices de sensación térmica Se considera como aceptable que el Porcentaje Estimado de Insatisfechos sea inferior al 10%, lo cual corresponde a un IVM entre -0,5 y 0,5, asegurando así el bienestar térmico al 90% de las personas de un grupo numeroso que estuviesen en idénticas condiciones ambientales, vestidas de forma similar y realizando la misma actividad.

Proporción prevista de personas insatisfechas en función del valor del índice IMV. (Fuente: Povl Ole Fanger) La vestimenta es de suma importancia a la hora de evaluar el confort térmico de una persona. Para los distintos tipos de vestimenta se establece la siguiente escala, medida en la unidad denominada "clo", relacionada con la resistencia térmica del vestido: Desnudo: 0 clo. Ligero: 0,5 clo (equivalente a un atuendo típico de verano. Pantalón ligero, camisa de manga corta, calcetines ligeros y zapatos). Medio: 1,0 clo (equivalente a un atuendo típico de verano. Prendas interiores, camisa manga larga, pantalón, jersey, calcetines gruesos, zapatos). Pesado: 1,5 clo (uniforme militar de invierno).

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El IVM (Índice de Valoración Medio) debe ser corregido mediante el factor de corrección por humedad Fh, cuando la humedad relativa difiere del valor del 50%, el cual se ha tomado de referencia. Cuando la temperatura radiante media difiere de la seca, el IVM debe ser también corregido mediante el factor de corrección Fr. Para ello es necesario calcular la Temperatura radiante media. 𝑇𝑅𝑀 = 𝑇𝐺 + 1,9 𝑣 · (𝑇𝐺 − 𝑇𝑆) Donde: TRM = temperatura radiante media, ºC TG = temperatura de globo, ºC TS = temperatura seca, ºC v = velocidad relativa del aire, m/s Para una actividad sedentaria propia de oficina, se pueden calcular los factores de corrección por humedad Fh y por temperatura Fr.

(Fuente: Povl Ole Fanger) Recalculándose el IVM como: 𝐼𝑉𝑀′ = 𝐼𝑉𝑀 + 𝐻𝑟 − 50 + 𝑇𝑅𝑀 − 𝑇𝑆 · 𝐹𝑟 Donde: Hr = Humedad relativa, %. IVM = Índice de Valoración Medio sin corregir. IVM’ = Índice de Valoración Medio corregido. 14

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2.1.2. Iluminación. A. La iluminación en las oficinas. Las tareas de oficina están ligadas a la lectura, la mecanografía, la escritura, tanto de documentos como de textos sobre la pantalla de visualización de datos. Se trata por tanto de tareas con altos requerimientos visuales en las que las condiciones de iluminación resultan muy importantes para prevenir la aparición de errores en la realización de las tareas, así como para prevenir molestias tales como la carga visual y la fatiga. Los problemas más frecuentes en las oficinas es el provocado por los deslumbramientos, la insuficiencia de luz, los fuertes contrastes de luz, la luz directa y los reflejos en las pantallas de visualización de datos. Estos problemas están asociados a la presencia de focos de luz directa, tanto natural como artificial.

Ejemplo de reflejos molestos sobre la superficie de trabajo (Fuente: sisoconsultores.com)

Ejemplo de reflejos molestos sobre la superficie de trabajo (Fuente: http://www.unican.es) Para evitarlos, es necesario analizar la distribución de focos de luz con relación a los puestos de trabajo, disponiendo, en caso necesario, de los elementos de difusión de luz adecuados. Hay que señalar que en muchas ocasiones estos reflejos inducen al trabajador a disponer de un puesto de trabajo con una distribución incorrecta generándose un problema postural. En caso de detectar reflejos, se debe actuar comprobando que las lámparas están correctamente apantalladas, de manera que no produzcan deslumbramiento ni causen reflejos 15

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molestos en las pantallas de visualización, o bien se debe atenuar la luz natural colocando persianas o cortinas orientables. La existencia de fuentes de luz directa muy intensas puede provocar deslumbramientos, es decir, luz reflejada sobre superficies muy claras. Las soluciones para las luces directas son similares a las anteriormente descritas, esto es, disponer de elementos que difundan la luz, como persianas o cortinas. El nivel de iluminación general de las oficinas no debe ser menor de 500 lux, que es el mínimo recomendable para la lectura y escritura de impresos y otras tareas según los Reales Decretos486/1997 y 488/1997. Para ello se debe disponer de una iluminación homogénea de luz difusa, con un nivel suficiente, utilizando otros focos de iluminación complementaria en los puntos en los que sea necesario. Como por ejemplo haciendo uso de flexos, siempre evitando que incida directamente la luz en la pantalla de visualización. Finalmente, hay que tener especial cuidado con los contrastes (relación entre la luz emitida por dos superficies) entre las diferentes superficies de trabajo (papeles, la pantalla de visualización de datos y mesa de trabajo). Con los programas actuales, en los que se utilizan caracteres negros sobre fondo claro, han desaparecido los fuertes contrastes entre los documentos y la pantalla de visualización de datos. No obstante, es conveniente prestar atención al contraste entre la mesa y el resto de superficies; aspecto especialmente importante a la hora de elegir el mobiliario de trabajo. Por ejemplo, disponer las paredes de colores pálidos y las superficies en gris, beige, crema, proporcionan contrastes adecuados, siendo preferible siempre los acabados mate frente a los brillantes, los cuales pueden dar lugar a reflejos.

B. Elección de las fuentes de luz y del tipo de iluminación. Conocidas las exigencias visuales de la tarea y los requisitos del medio ambiente visual debemos escoger el sistema de iluminación más adecuado a nuestras necesidades. En particular debemos tener especial cuidado en: 

Las características de las lámparas empleadas.



Las características de las luminarias.



Las características del local y del entorno.

Por lámpara podemos entender el dispositivo generador de luz. Mientras que las luminarias son los aparatos que distribuyen, filtran o transforman la luz emitida por una o varias lámparas. Las lámparas Los principales parámetros a tener en cuenta en su selección son: 

La eficiencia energética o el rendimiento luminoso. 16

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La vida media.



La tonalidad de la luz.



El rendimiento en color.



La estabilidad del flujo luminoso.

Las luminarias Mediante los elementos que constituyen la luminaria es posible distribuir adecuadamente el flujo de luz de las lámparas, permitiendo ocultar el cuerpo brillante de las lámparas evitando así el deslumbramiento. También nos permite concentrar en un haz más o menos estrecho el flujo luminoso proveniente de las lámparas.

Ejemplo de luminaria (Fuente: 1000 WATTS Proyectos & Luminarias) Distribución espacial del flujo luminoso La distribución espacial del flujo luminoso puede ser de cinco tipos: Iluminación directa: Todo el flujo luminoso se dirige a la zona que se desea iluminar. Se utiliza para aquellos trabajos que requieren altos niveles de iluminación. Puede provocar deslumbramiento y es un sistema relativamente económico. Iluminación semidirecta: La mayor parte del flujo luminoso se dirige hacia la zona que se desea iluminar pero una pequeña parte se envía hacia el techo o las paredes con el fin de obtener una cierta componente de iluminación indirecta. No produce tanto deslumbramiento y es un sistema muy utilizado en oficinas. 17

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Iluminación uniforme: El flujo luminoso se distribuye en todas las direcciones de manera que un parte de él llega directamente a la tarea mientras el resto se refleja en el techo y las paredes. No produce deslumbramiento y es un sistema muy adecuado para oficinas. Iluminación semi indirecta: Sólo una pequeña parte del flujo se dirige de manera directa hacia abajo, la mayor parte llega por medio de varias reflexiones. El rendimiento obtenido es bastante bajo aunque se consigue una iluminación muy uniforme. Iluminación indirecta: Todo el flujo luminoso se dirige hacia el techo

Tipos de distribución espacial del flujo luminoso (Fuente: Instituto de Biomecánica de Valencia)

C. Recomendaciones sobre la iluminación. 

La iluminación general y la iluminación especial (lámparas de trabajo), cuando sea necesaria, deberán garantizar unos niveles adecuados de luminancias entre la pantalla y su entorno, habida cuenta del carácter del trabajo, de las necesidades visuales del usuario y del tipo de pantalla utilizado. 18

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Las fuentes de luz deben colocarse de manera que eviten los deslumbramientos y los reflejos molestos en la pantalla o en otras partes del equipo.



Los puestos de trabajo deberán instalarse de forma que las fuentes de luz, tales como ventanas y otras aberturas, los tabiques transparentes o translúcidos y los equipos o tabiques de color claro no provoquen deslumbramiento directo ni produzcan reflejos molestos en la pantalla.

Orientación correcta e incorrecta del puesto de trabajo. (Fuente: Universidad Complutense de Madrid) 

Las ventanas deberán ir equipadas con un dispositivo de cobertura adecuado y regulable para atenuar la luz del día que ilumine el puesto de trabajo.



Los valores mínimos de iluminación artificial quedan regulados en el RD 486/1997 y en las normas UNE 72-163-84 y UNE 72-112-85, y se muestran en la siguiente tabla: REAL DECRETO 486/1997 Exigencias Nivel mínimo de la tarea requerido (Lux) Bajas 100 Moderada 200 s Altas 500 Muy altas 1000 -

NORMAS UNE Nivel mínimo Categoría de la tarea recomendado (Lux) D (fácil) 200 E (normal) 500 F (difícil) 1000 G (muy difícil) 2000 H (muy complicada) 5000

Nivel de iluminación mínima según RD 486/1997 y normas UNE 72-163-84 y UNE 72-112-85 Ejemplos de tareas visuales según UNE 72-112-85: Categoría D: Manejo de máquinas herramienta pesadas, lavado de automóviles, etc. Categoría E: Trabajos comerciales, reparación de automóviles, planchado, confección, etc. Categoría F: Escritura y dibujo con tinta, ajuste en mecánica, etc. Categoría G: Escritura y dibujo con lápiz, costura en actividades de confección, etc.

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Categoría H: Montaje sobre circuitos impresos, trabajos de relojería, etc.

2.1.3. Ruido. El ruido es un sonido no deseado que puede llegar a ser perjudicial para las personas. Existen diversos factores que pueden influir en la peligrosidad del ruido: 

Su intensidad: se mide en decibelios (dB). La escala de decibelios es logarítmica, por lo que un aumento de tres decibelios en el nivel de sonido representa una duplicación de la intensidad del ruido.



La impulsividad: picos elevados de ruidos, los cuales son muy perjudiciales.



La frecuencia: es la que determina el tono de los sonidos, a igual intensidad son más lesivas las frecuencias agudas.



La duración de la exposición: los ruidos no tienen por qué ser agudos ni intensos para resultar molestos o dañinos, una exposición continuada puede ser igualmente perjudicial.



La vulnerabilidad individual: existen clases de personas que son más susceptibles de sentir las molestias ocasionadas por el ruido. Como puede ser las personas mayores de 50 años y la embarazadas, ya que el ruido puede llegar a afectar al feto.

A. Efectos del ruido desde el punto de vista ergonómico. Efectos sobre la audición: El efecto más común del ruido es la pérdida de audición, conocida como hipoacusia y depende del nivel de presión acústica y del tiempo de exposición, y se estudia detalladamente dentro de la Higiene Industrial. Sin embargo el ruido puede tener otros efectos extra auditivos y que si son elemento de estudio de la Ergonomía. Efectos sobre el aparato circulatorio: Este efecto es producido por un aumento de la presión arterial del ritmo cardiaco. Efectos sobre el metabolismo, acelerándolo. Efectos sobre el aparato muscular aumentando la tensión muscular. Efectos sobre el aparato digestivo al producirse la inhibición de dichos órganos. Efectos sobre el aparato respiratorio al modificar el ritmo de la respiración. Efectos sobre el aparato respiratorio: Otro de los posibles efectos del ruido es la disfonía, que puede llegar a aparecer en aquellos trabajadores que eleven el tono de su voz durante el transcurso de una comunicación verbal.

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Efectos psicológicos: El ruido puede igualmente afectar al orden psicológico, ya que generalmente es causa de molestia y desagrado, provocando modificaciones del carácter o del comportamiento y favoreciendo el estrés laboral. En el aspecto psicofisiológico, el ruido puede provocar trastornos del sueño, reduciendo el número y duración de los ciclos de sueño profundo. Como consecuencia de todo ello, la persona no habrá descansado bien y será incapaz de realizar adecuadamente sus tareas cotidianas. El ruido puede provocar también disminución de la atención, por lo que exigen al trabajador el sobreesfuerzo de abstraerse de éste, con el consiguiente aumento del desgaste y la fatiga. Aunque en circunstancias y tareas concretas el ruido pude incluso servir para mejorar el rendimiento, en tareas muy repetitivas y monótonas, una ligera fuente de ruido, por ejemplo música, puede hacer más llevadera la actividad.

B. Evaluación del riesgo por exposición a ruido en ergonomía. No existe una legislación específica para el estudio del ruido en lugares de trabajo desde el punto de vista ergonómico, como sucede desde el punto de vista de la higiene industrial, sin embargo, el Real Decreto 488/1997 en su anexo III establece que las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. Ruido en oficinas Es de aplicación el RD 488/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización de datos. El cual específica en su anexo “disposiciones mínimas” que el ruido producido por los equipos instalados no deben perturbar la realización del trabajo. Para ello se deben usar equipos de bajo nivel sonoro, ya que se considera que para tareas complejas que requieran concentración el nivel de ruido no debe exceder los 55 dB (A), según “Guía Técnica de Pantallas de Visualización del INSHT”. En base a estas especificaciones existen distintos métodos específicos de evaluación para el ruido en oficinas, uno de los más utilizados es el método IRO (Índice de Ruido en Oficinas). El método IRO es muy adecuado para la evaluación de ruidos en oficinas y está basado en el estudio del ruido total que podemos encontrar en una oficina, hecho que nos puede proporcionar también una idea del grado de aislamiento acústico necesario para los edificios. Mediante cuestionarios de satisfacción se solicita la opinión sobre el ruido a los ocupantes. Utilizando para ello una escala de satisfacción que va de 1 a 7 puntos, siendo el 1 muy satisfactorio y el 7 muy insatisfactorio. Con los valores conocidos de los porcentajes de insatisfacción, se relacionan éstos con los valores de las mediciones realizadas mediante la siguiente fórmula: 21

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𝐼𝑅𝑂 = 𝐿90 + 2,4 · 𝐿10 + 𝐿90 − 14 Donde: L10 = Nivel de presión acústica (dB A) que se sobrepasa durante el 10% del tiempo de observación. L90 = Nivel de presión acústica (dB A) que se sobrepasa durante el 90% del tiempo de observación. La siguiente tabla nos muestra los porcentajes de insatisfechos para distintas combinaciones de L10 y (L10 – L90): L10 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65

7 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34

8 17 19 21 23 25 27 29 30 32 34 36

9 20 22 23 25 27 29 31 33 35 37 39

10 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42

L10 – L90 11 12 25 28 27 30 29 32 31 34 33 36 35 38 37 40 39 42 41 44 43 46 45 48

13 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51

14 34 36 38 40 42 44 46 47 49 51 53

15 37 39 40 42 44 46 48 50 52 54 56

Porcentaje de insatisfechos con el ruido de las oficinas según Método IRO. En la gráfica siguiente se muestra la relación entre el porcentaje de insatisfechos y el índice de ruido en oficinas (IRO), la cual nos indica que unos de los factores que más agrava el grado de molestia de los trabajadores es la variabilidad temporal del ruido.

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Proporción prevista de personas insatisfechas en función del valor del índice IRO

2.2. El diseño ergonómico del espacio de trabajo. Las condiciones ergonómicas del espacio de trabajo son fundamentales para evitar cualquier tipo de riesgo en el trabajador. Los factores más importantes asociados al espacio de trabajo son las dimensiones del propio espacio de trabajo y del mobiliario empleado. El espacio de trabajo, debe ser como mínimo aquel que permita realizar de forma cómoda las tareas que se realiza en aquella zona. El mobiliario de trabajo debe adaptarse al trabajador y a la tarea realizada. Un diseño inadecuado del puesto de trabajo puede conllevar a malas posturas por parte de los trabajadores y derivar en la aparición de enfermedades y problemas musculoesqueléticos. Entendemos por trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo a un conjunto de daños que afectan a los tendones, a sus vainas, a la lubricación sinovial de éstas y a los correspondientes huesos, músculos y nervios. Se producen generalmente en la espalda, el cuello, los hombros, los codos, las manos y muñecas. Su consecuencia más común es el dolor, aunque puede provocar daños más severos, como es el caso de daños en la espalda.

2.2.1. El puesto de trabajo. El entorno de trabajo puede afectar negativamente si no hay espacio suficiente para moverse, ya que provoca posturas estáticas o forzadas. Cuanto más estático y sedentario sea un trabajo más importante es que el entorno facilite los movimientos y los cambios posturales. La selección de un mobiliario correcto es un elemento fundamental para evitar la aparición de trastornos musculoesqueléticos en el trabajador. El mobiliario de las oficinas consta principalmente de una silla y una mesa de trabajo, con unas determinadas características que serán descritas a continuación. Aunque es muy común que dentro del mobiliario exista una pantalla de visualización de datos, elemento de trabajo clave, y cuyas características ergonómicas también deben ser consideradas.

A. Pantalla de visualización de datos. El uso de pantallas de visualización puede provocar entre otros trastornos fatiga visual, trastornos musculo-esqueléticos, carga física y mental. Las características de las pantallas de visualización deberán de ser las siguientes, según RD 486/1997. 

La imagen de la pantalla deberá ser estable, sin destellos, centelleos u otras formas de inestabilidad.

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La pantalla deberá ser orientable e inclinable a voluntad, con facilidad para adaptarse a las necesidades del usuario.



En el trabajo habitual de oficinas se recomiendan:



Tamaño de la diagonal: 35 cms.



Resolución (Píxeles): 640 x 480.



Frecuencia de imagen: 70 Hz.

Las pantallas TFT son más recomendables ya que eliminan mejor los reflejos, reducen (en opinión de muchos usuarios) la fatiga visual y permiten un aprovechamiento mejor del espacio, además de la menor emisión de calor y un menor coste energético frente a las pantallas convencionales.

Tipos de pantallas de visualización. (Fuente: Universidad Complutense de Madrid)

B. Silla de trabajo. Sus formas, dimensiones y su adecuada regulación afectan a la postura del tronco, a la movilidad de la espalda y de las piernas. Toda silla de trabajo debe recoger las siguientes características básicas: 

La silla de trabajo deberá tener ruedas y ser estable, proporcionando al trabajador libertad de movimientos y procurándole una postura confortable.



El asiento debe ser de forma más o menos cuadrangular, con esquinas redondeadas y sin aristas ni cantos duros. El borde delantero debe ser suavemente curvado para evitar compresiones debajo de los muslos y rodillas y el relleno del asiento y del respaldo no debe ser demasiado mullido.



Las sillas destinadas a trabajos de oficina deberán ser regulable en altura y tener respaldo reclinable para conseguir el correcto apoyo de las vértebras lumbares. Los elementos de regulación deben ser simples en cuanto a su manejo y accesibles mientras se está sentado en la silla

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Es conveniente que la silla disponga de unos reposabrazos adecuados que permitan apoyar los brazos en determinadas tareas, aliviando la tensión muscular en los hombros.

Ejemplo de silla ergonómica. (Fuente: http://serbagunamarine.com)

C. Mesa de trabajo. La selección correcta de la mesa de trabajo, según la actividad a desarrollar, es tanto o más importante que la silla para prevenir determinadas molestias, sobre todo las relativas a la zona del cuello y de los hombros, que son precisamente los problemas más frecuentes en las oficinas. Las dimensiones del tablero de la mesa determinan la posibilidad de distribuir adecuadamente los elementos de trabajo, especialmente la pantalla de visualización de datos, evitando las posturas con torsión de tronco o giros de la cabeza. Es conveniente dejar libre el perímetro de la mesa para aprovechar bien la superficie de trabajo y permitir la movilidad del trabajador. Siendo especialmente importante el espacio libre detrás de la mesa, debiendo quedar un espacio adecuado para poder tener movilidad con la silla. El espacio libre debajo de la mesa determina la posibilidad de aprovechar mejor la mesa y favorece la movilidad. Siempre que sea posible, es conveniente colocar los archivadores y las cajoneras fuera del perímetro de la mesa, de modo que no impidan o dificulten los movimientos. Es muy importante dejar libre todo el espacio posible debajo de la mesa. Por ello, las mesas con bloques de cajones móviles resultan más funcionales que las que tienen los cajones fijos.

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Otras características de la mesa, como sus acabados, están relacionadas con cuestiones de seguridad (bordes y esquinas redondeadas, electrificación para evitar la existencia de cables sueltos, etc.). Finalmente, la existencia de determinados complementos puede mejorar mucho la funcionalidad y ergonomía de la mesa (reposapiés, soportes para el monitor, superficies auxiliares, bandejas para documentación, etc.). Toda mesa de trabajo debe recoger las siguientes características básicas: 

Altura de 700 mm aproximadamente si ésta es fija. O bien con una amplitud entre 680 mm y 700 mm si es regulable.



Superficie mínima de 1.200 mm de ancho por 800 mm de largo.



Espesor no superior a 30 mm.



La superficie debe ser de material mate y color claro suave, no siendo adecuadas las superficies brillantes y oscuras.



Los bordes de la mesa no deben ser cortantes, evitando cantos agudos y cualquier tipo de saliente.



Debe permitir la colocación y los cambios de posición de las piernas.

Ejemplo de mesa ergonómica. (Fuente: Recomendaciones ergonómicas y psicosociales. Trabajo en oficinas y despachos, Universidad complutense de Madrid)

D. Ubicación de elementos auxiliares sobre la mesa. Se debe prestar especial atención a la colocación de la pantalla de visualización de datos y de los elementos accesorios en la mesa de trabajo. Muchos de los problemas

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musculoesqueléticos que se producen en los trabajos de oficina tienen su origen en la mala ubicación de estos elementos que provocan posiciones de trabajo inadecuadas. Colocación de la pantalla de visualización de datos En primer lugar debe valorarse la importancia relativa que para el trabajador tienen las diferentes tareas que realiza en su puesto de trabajo, (trabajar con la pantalla de visualización de datos, atender visitas, manejar papeles o estudiar información sobre documentos, etc.). De esta forma debemos distribuir los elementos de trabajo de manera que las tareas más frecuentes se realicen en las posturas más cómodas. De forma general deben cumplirse las siguientes condiciones: 

Si el trabajo que realiza es esencialmente informático, la pantalla de visualización de datos debe ocupar la posición principal, es decir, en la mesa de trabajo y frente al trabajador, de tal manera que se eviten giros del cuello. No obstante, debe disponer de espacio a los lados para los documentos



Retrasar la pantalla todo lo que se pueda. La distancia mínima entre los ojos y la pantalla debe ser de 40 cm. Debe comprobarse que el borde superior de la pantalla queda a la altura de los ojos o algo por debajo.



Deberá utilizarse un atril o un soporte de documentos cuando se esté introduciendo datos en la pantalla de visualización de datos. De este modo se evitaran giros y flexiones del cuello.



La pantalla de visualización de datos debe colocarse en función de la posición que resulte más cómoda para que el trabajador pueda desarrollar su trabajo con eficacia. Si en esta posición se aprecian reflejos en la pantalla o existen determinadas fuentes de luz que provoquen algún tipo de molestia, deberá actuarse modificando las fuentes de luz molestas. De ninguna manera deberá colocarse la pantalla de visualización de datos en un sitio que obligue al trabajador a adoptar posiciones forzadas.



El teclado deberá colocarse de manera que no esté justo en el borde de la mesa. Entre el teclado y el borde de la mesa debe quedar un espacio adecuado para apoyar las muñecas.

Colocación de los accesorios de trabajo La colocación de los accesorios es una parte esencial para garantizar el correcto uso de la mesa de trabajo y favorecer unos hábitos de postura adecuados. Las siguientes recomendaciones deben cumplirse para asegurar un correcto orden de la mesa de trabajo: 

Es recomendable reservar las zonas más accesibles de la mesa para colocar la pantalla de visualización de datos y el atril, o para dejar espacio libre para trabajar. Los

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elementos accesorios (teléfono, fax, impresoras, etc.) deben colocarse en la zona de cajones y en las partes que no resultan útiles para trabajar. 

Si existen bloques de cajones móviles y de suficiente espacio en el entorno de trabajo, deberán colocarse fuera del perímetro de la mesa.



Debe evitarse la acumulación de demasiados papeles sobre la mesa, ya que restan espacio para trabajar con comodidad. Encima de la mesa sólo deben estar los documentos con los que se esté trabajando en cada momento.

Colocación de los accesorios de trabajo. (Fuente: Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM)) Teclado y ratón El teclado y el ratón deben cumplir las siguientes características: 

El teclado debe ser inclinable e independiente de la pantalla, para evitar el cansancio y las molestias en los brazos.



El teclado no debe ser demasiado alto. Como norma general, la tercera fila de teclas debe estar a menos de 3 cm de altura sobre la mesa.

Ejemplo de teclado. (Fuente: INSHT) 

Deberá disponerse de espacio suficiente delante del teclado para poder apoyar las muñecas y antebrazos sobre la mesa.



Al igual que ocurre con la mesa de trabajo la superficie deberá ser mate para evitar los reflejos. 28

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La disposición del teclado y las características de las teclas deberán ayudar a facilitar su utilización, así como disponer de unos símbolos los suficientemente resaltados como para ser legibles desde la posición normal de trabajo.



El ratón debe tener una forma que permita su utilización cómoda tanto por personas diestras como zurdas.

2.2.2. La postura de trabajo. Los problemas de tipo musculoesqueléticos asociados al trabajo de oficina, particularmente en las tareas informáticas, se deben principalmente a los factores que se detallan a continuación. Movilidad restringida, asociada al trabajo sedentario. Malas posturas, asociadas tanto a la forma de sentarse (falta de apoyo en la espalda, posturas con la espalda muy flexionada), como a la posición de la cabeza-cuello (flexión o torsión del cuello al escribir o mirar la pantalla, respectivamente) y a la posición de los brazos y muñecas mientras se teclea (brazos sin apoyo, falta de sitio para apoyar las muñecas, desviación cubital de las manos al teclear).

Ejemplo de postura correcta e incorrecta. (Fuente: INSHT) La conjunción de estos dos factores (malas posturas mantenidas durante periodos de tiempo prolongados) determina la existencia de esfuerzos musculares estáticos. Este tipo de esfuerzos corresponden a pequeñas contracciones de diferentes grupos musculares, fundamentalmente de la espalda, cuello y hombros, contracciones que se mantienen de forma prolongada a lo largo de la jornada de trabajo. Aunque su nivel es lo suficientemente bajo para que los usuarios no los perciban, este tipo de pequeños esfuerzos es suficiente para provocar fatiga y dolores musculares, sobre todo en aquellas personas que llevan una vida sedentaria con poco ejercicio. Además, la posición sentada supone una sobrecarga en la zona lumbar de la espalda, que está sometida a esfuerzos mecánicos superiores a los que se producen de pie. Este factor es importante en personas que ya padecen lesiones de espalda pudiendo, incluso, contribuir a la 29

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aparición de alteraciones lumbares, junto con otros muchos factores ajenos al trabajo (fumar, vida sedentaria, cuidar niños pequeños, esfuerzos fuera del trabajo, etc.). La posición sentada puede dar lugar a otros problemas de tipo circulatorio (entumecimiento de las piernas), debido a la presión del asiento en los muslos y corvas y a la poca movilidad de las piernas. Siguiendo unas adecuadas pautas de conducta a la hora de realizar la tarea es posible prevenir cualquier efecto contra la salud del trabajador derivado de una postura inadecuada. 

Se debe evitar inclinar mucho el tronco adelante y, en especial, girarlo o echarlo hacia atrás sin apoyarlo en un respaldo



Todo lo que se mire con frecuencia debe estar enfrente del trabajador y por debajo de los ojos.



Se debe iluminar adecuadamente la zona de trabajo, evitando reflejos y sombras molestas.



Realizar pequeñas interrupciones del trabajo (de uno o dos minutos) cada pocos minutos



Evitar el trabajo prolongado muy por debajo de los codos o por encima de los hombros.



Mantener apoyados los antebrazos, cuando la tarea lo permita así como evitar trabajar con el codo completamente extendido o doblado.



Realizar pequeñas interrupciones del trabajo (de uno o dos minutos) cada pocos minutos.



Alargar los ciclos de trabajo muy cortos, por ejemplo, ampliando el número de tareas a realizar.



Evitar el trabajo repetitivo, alternando tareas diferentes durante la jornada.

2.3. Carga física. Durante el transcurso de una jornada de trabajo, el cuerpo humano es forzado a realizar un trabajo físico; ya sea mover el cuerpo o alguna de sus partes, transportar o mover objetos o simplemente mantener la postura del cuerpo. Para llevar a cabo estas acciones el cuerpo activa los mecanismos adecuados para contracción muscular de las distintas partes del cuerpo, lo cual permite que realicemos la actividad o ejercicio demandados. Estos mecanismos tienen lugar en muy diversos órganos, como son el sistema nervioso, los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos y los músculos. A la respuesta que se produce en el organismo se denomina Carga Física de Trabajo, la cual será específica de cada trabajador y dependerá de la capacidad física de cada persona. 30

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Tipos de contracción muscular y efectos en el organismo: Algunas demandas físicas provocan que el músculo se contraiga y estire rítmicamente, como puede ser andar, correr, levantar peso, etc. A este tipo de contracción muscular se la denomina isotónica y el trabajo realizado recibe el nombre de trabajo dinámico. Existen otras demandas físicas por las que el músculo es obligado a contraerse de manera continuada durante un tiempo variable, como puede ser sostener un peso o mantener una postura determinada durante cierto tiempo. A este tipo de contracción se la denomina isométrica y al trabajo realizado trabajo estático. Siempre y cuando el trabajo dinámico se lleve a cabo a un ritmo adecuado a la persona y al esfuerzo, éste puede ser realizado durante varias horas. Además, la contracción rítmica del músculo favorece el riego sanguíneo a la zona que trabaja. Todo lo contrario ocurre durante la realización del trabajo estático. Ya que la contracción prolongada en el tiempo provoca un menor riego sanguíneo al comprimir los vasos, con lo que el músculo contraído recibe un menor aporte de sangre, y por tanto menor aporte de nutrientes y oxígeno. Por este motivo el trabajo muscular viene acompañado de una fatiga, la cual limita el mantenimiento de la contracción. Los principales síntomas de aparición de la fatiga muscular son sensación de calor en la zona del músculo o músculos, temblores musculares, sensación de hormigueo o, incluso, dolor muscular. La fatiga muscular afecta a los músculos implicados en el esfuerzo, y desaparece con el reposo de dichos músculos. Si este reposo no se produce o es insuficiente pueden llegar a desarrollarse trastornos musculoesqueléticos. Evaluación del trabajo dinámico: Usualmente las actividades laborales son una mezcla de trabajos dinámicos y estáticos. Por este motivo la evaluación de la carga física de una actividad deberá tener en cuenta en primer lugar qué tipo de trabajo es predominante respecto al otro. En los casos en los que la actividad es mayoritariamente dinámica, los métodos más adecuados son aquellos que estiman la energía consumida durante la actividad. Dicha estimación se realiza a partir de la medición de parámetros fisiológicos como el consumo de Oxígeno o la frecuencia cardiaca. Comúnmente se usa como medición la frecuencia cardiaca al ser mucho más sencillo de medir, aunque la determinación del consumo de oxígeno es el más exacto de los dos. Durante el transcurso de una actividad dinámica, la frecuencia cardiaca aumenta una vez que iniciamos el ejercicio, estabilizándose pasados unos segundos, y manteniéndose relativamente constante hasta que finaliza la actividad, punto en el que comienza a descender hasta alcanzar de nuevos los niveles que se tenían cuando el cuerpo estaba en reposo.

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Como es de esperar, cuanto más intensa sea la actividad, más elevada será la frecuencia cardiaca y por tanto más largo será el periodo de recuperación de los valores originales en reposo. Evaluación del trabajo estático: En los casos en los que la actividad es mayoritariamente estática, o afecta a poca masa muscular, la evaluación de la carga física es mucho más compleja. No existiendo por tanto un único método válido para todas las situaciones posibles, siendo necesario emplear distintos métodos complementarios entre sí. Dichos métodos pueden incluir por ejemplo técnicas biomecánicas, mediciones de la actividad muscular, mediciones de los ángulos articulares, entre otros. Estos métodos tienen un carácter meramente objetivos, por lo que se hace necesario otros métodos subjetivos, que recojan por ejemplo el grado de fatiga, molestia o dolor muscular sufrido por el trabajador. Aspecto que lo métodos anteriores no contemplan. Estos métodos subjetivos consisten principalmente en muestreos por medio de cuestionarios, en los cuales se recopila información sobre el grado de dolor o molestias que se padecen en las distintas zonas del cuerpo.

2.3.1. Fatiga física La fatiga física o muscular es la disminución de la capacidad física del individuo debida bien a una tensión muscular estática, dinámica o repetitiva, bien a una tensión excesiva del conjunto del organismo o bien a un esfuerzo excesivo del sistema psicomotor (musculoesquelético). Cuando la carga física de trabajo supera la capacidad del individuo se llega a un estado de fatiga muscular, que se manifiesta como una sensación desagradable de cansancio y malestar, acompañada de una disminución del rendimiento. La fatiga muscular por lo tanto es la disminución de la capacidad física del individuo después de haber realizado un trabajo durante un tiempo determinado. Estos esfuerzos excesivos pueden estar motivados, entre otras causas, por: 

Factores dependientes de una incorrecta organización del trabajo.



Factores dependientes del mismo individuo (defectos visuales, lesiones esqueléticas preexistentes).



Condiciones ergonómicas y ambiente de trabajo no satisfactorios.

En caso de hacer aparición la fatiga física, sus síntomas suelen ser: 

Algias cervicales, tirantez de nuca.

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Dorsalgias.



Lumbalgias.

En cualquier caso, la fatiga es un fenómeno complejo que depende, tanto de los factores relativos a la tarea y las condiciones en que se realiza, como de las características individuales (la edad, el sexo, la forma física etc.). Si una persona que sufre fatiga no se recupera de ésta, entra en un estado de fatiga crónica o patológica, que puede tener graves repercusiones en la salud y que no siempre son reversibles. Dentro de las alteraciones irreversibles se pueden citar entre otras: 

Degeneración crónica de las articulaciones (artrosis).



Degeneración de los discos intervertebrales o lesiones de los mismos (hernias).



Enfermedades del corazón (infarto, angina de pecho...).

Las medidas para prevenir la fatiga deben ir encaminadas a mejorar, por una parte el trabajo y las condiciones en que éste se realiza y por otra, sobre las personas mediante el entrenamiento, la dieta etc. Destacaremos las siguientes acciones para reducir las situaciones de fatiga física: 

Mejorar los métodos y medios de trabajo. Por ejemplo, disminuir el trabajo manual mediante la mecanización, automatización, disponer de buenos equipos y herramientas que faciliten el trabajo físico, etc.



Respetar el tiempo de descanso.



Respetar los límites de peso manipulado, y utilizar unas técnicas adecuadas en el manejo de cargas. Estos límites están definidos en la normativa (RD487/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas).



Mejorar las posturas de trabajo, evitando las más desfavorables (estar de pie, agachado, en cuclillas) sobre todo al acometer acciones especialmente delicadas, como puede ser levantar peso.



Dotar al lugar de trabajo de un ambiente térmico adecuado para evitar la aparición de la fatiga por un exceso de calor o por un ambiente poco ventilado o cargado.



Establecer medidas organizativas, como pueden ser, la rotación de puestos de trabajo para evitar movimientos repetitivos, alternar tareas pesadas con otras más ligeras, etc.

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A. Posturas forzadas: de pie-sentado. Entendemos por posturas forzadas las posiciones de trabajo que suponen que una o varias regiones anatómicas dejan de estar en una posición natural de confort para pasar a una posición forzada que genera la consecuente producción de lesiones por sobrecarga. Al principio se suelen manifestar como ligeras molestias, llegando a convertirse en lesiones crónicas. Trabajo de pie El trabajo de pie ocasiona una sobrecarga de los músculos de las piernas, los hombros y la espalda. A veces puede tener efectos negativos en la salud del trabajador, como pueden ser: 

Dificultad en la circulación de la sangre en las piernas. Posible aparición de varices.



Fatiga de los músculos.



Comprensión de las estructuras óseas, sobre todo, en la zona lumbar.



Dolores de espalda.

Es recomendable seguir las siguientes pautas, para facilitar el trabajo y así evitar en la medida de lo posible la aparición de sobrecargas: 

Si un trabajo debe realizarse de pie, el trabajador deberá hacer uso de un asiento o taburete para que pueda sentarse a intervalos periódicos.



Se debe trabajar con los brazos a lo largo del cuerpo y sin tener que encorvarse ni girar la espalda excesivamente.



Si se va a estar de pie o caminando durante un tiempo excesivo es aconsejable evitarlos zapatos de tacón alto. Así como los zapatos completamente planos. Lo adecuado es el uso de un tacón de entre 1,5 a 3 cm.



La superficie de trabajo debe ser ajustable a las distintas alturas de los trabajadores y las distintas tareas que deban realizar. Si la superficie de trabajo no es ajustable, se debe facilitar un pedestal para elevar la superficie, o una plataforma, para elevar su altura.



Es preferible que en el suelo haya una estera para que el trabajador no tenga que estar de pie sobre una superficie dura. Si el suelo es de cemento o metal la estera absorberá el peso de las pisadas favoreciendo que las rodillas no se vean afectadas. El suelo debe estar limpio, liso y no ser resbaladizo.



Debe haber espacio suficiente en el suelo para las rodillas a fin de que el trabajador pueda cambiar de postura mientras trabaja.

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Trabajo sentado El trabajo sentado, aunque a simple vista es más cómodo que el trabajo de pie, puede provocar también en el trabajador la aparición de trastornos musculoesqueléticos, como la patología vertebral, la fatiga muscular por carga estática, trastornos circulatorios como pueden ser las varices por una falta de riego sanguíneo en las piernas, así como la lipoatrofia semicircular, que se manifiesta por la pérdida de tejido graso bajo la piel en forma de semicírculos, sobre todo en la cara interna de los muslos de la pierna y en los glúteo Durante la ejecución de un trabajo en una postura sentada el trabajador deberá seguir las siguientes recomendaciones: 

Sentarse recto, cerca de la mesa, la espalda contra el respaldo, las rodillas dobladas y los pies en el suelo. Si la silla no fuera ergonómica se debe usar un cojín para apoyar la parte baja de la espalda contra el respaldo de la silla.



Se debe disponer de un buen asiento de trabajo que permita al trabajador mover las piernas y cambiar de postura con facilidad.



Se debe cambiar de postura periódicamente, o bien realizar descansos, en los que el trabajador pueda realizar estiramientos o dar ligeros paseos andando.



El mobiliario debe estar correctamente dispuesto, de manera que el trabajador debe de poder llegar a todo lo que necesite sin alargar excesivamente los brazos ni girarse innecesariamente.



Siempre que sea posible se debe alternar las tareas laborales de forma que el trabajador no tenga que hacer únicamente trabajo sentado.

B. Movimientos repetitivos. Durante la realización de cualquier trabajo, podemos estar expuestos a la realización de movimientos continuos que impliquen la acción conjunta de los músculos, huesos, articulaciones y nervios de una parte del cuerpo, provocando en la misma zona fatiga muscular, sobrecarga, dolor y por último, una lesión. Los ciclos de trabajos cortos y repetitivos (de menos de 30 segundos), acompañados de un ritmo de trabajo elevado, son uno de los principales problemas a la hora de sufrir lesiones musculoesqueléticas, manifestándose especialmente en lesiones de brazos, muñecas, espalda y miembros superiores. Como pueden ser Para intentar paliar los efectos adversos de los movimientos repetitivos se deben seguir los siguientes consejos: 

Se debe diseñar el puesto de trabajo de tal forma que se realice el trabajo con comodidad y sin necesidad de realizar sobreesfuerzos, evitando las posturas incómodas del cuerpo y manteniendo la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y los hombros en posición de reposo. 35

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Antes del comienzo de la tarea se debe ajustar la superficie de trabajo de forma que se eleve el plano de trabajo convenientemente. Si la superficie de trabajo no es ajustable, se debe utilizar una plataforma o pedestal para elevar la altura de trabajo siempre que sea posible.



Las tareas deben realizarse evitando las posturas incómodas del cuerpo y mantener, la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y los hombros en posición de reposo.



Es conveniente la utilización de herramientas manuales de diseño ergonómico que permitan que la muñeca permanezca recta con el antebrazo



Reducir la fuerza que se emplea en ciertas tareas (carpinterías, industrias cárnicas, textil, etc.), mediante el empleo de las herramientas adecuadas para cada tipo de trabajo y conservarlas en buenas condiciones y sin desperfectos. Así como manteniendo afilados los útiles cortantes evitando los esfuerzos prolongados y la aplicación de una fuerza manual excesiva.



Evitar las tareas repetitivas programando ciclos de trabajo superiores a 30 segundos. Del mismo modo se debe evitar que se repita el mismo movimiento durante más del 50por ciento de la duración del ciclo de trabajo. Pudiéndose establecer pausas periódicas que permitan recuperar las tensiones y descansar, favoreciendo así la alternancia o el cambio de tareas.

2.3.2. Los trastornos musculoesqueléticos (TME). Por TME se entienden “los problemas de salud del aparato locomotor, es decir, de músculos, tendones, esqueleto óseo, cartílagos, ligamentos y nervios. Esto abarca todo tipo de dolencias, desde las molestias leves y pasajeras hasta las lesiones irreversibles y discapacitantes”. Los trastornos musculoesqueléticos se encuentran hoy en día en casi todos los ámbitos laborales. Aunque pueden afectar a cualquier zona del cuerpo se localizan principalmente los codos, hombros, manos y muñecas y en la espalda (por zonas: zonas cervical, dorsal y lumbar). De acuerdo con algunos autores, existen factores de exposición externa ligados al entorno físico de trabajo (tales como, la altura del plano de trabajo, el peso de los objetos o la duración de la tarea) que se asocian con factores de exposición interna, como la carga electromiográfica, la presión intramuscular o la flexión/abducción del brazo. Diversos estudios han intentado relacionar los factores externos con los factores de exposición interna, pero sin que se haya comprobado que existan relaciones en la incidencia de los TME. Además existen factores como la edad, o el sexo, que pueden jugar un papel de factores de confusión por lo que deben ser controlados durante el estudio, control que pocas veces se realiza.

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Existen un número significativo de métodos para el registro y evaluación de ciertos factores concretos, como las posturas de trabajo, la manipulación de cargas, o de factores asociados al riesgo de TME de la extremidad superior, pero sólo son aplicables para el estudio de ciertas situaciones y no pueden ser generalizables para la evaluación de la carga física total asociada con los TME. Todo ello conlleva a que no exista un método ni criterios de evaluación adecuados que permitan registrar y evaluar la totalidad de los factores asociados con los TME. Como se ha dicho con anterioridad los TME se pueden producir en cualquier segmento del cuerpo, aunque los más frecuentes son los producidos en la espalda, en el cuello, los hombros, codos, manos y muñecas. En cuanto a los efectos sobre la salud, el más comúnmente descrito es el dolor, el cual puede preceder a daños más severos.

A. TME de la espalda y factores laborales asociados. Los (TME) más frecuentes en la espalda son el síndrome cervical por tensión y lumbalgia. El síndrome cervical por tensión Está producido por una contractura muscular en la región cervical posterior. Puede afectar a un músculo o grupo de músculos. La contractura provoca que se compriman pequeños vasos sanguíneos dificultando la irrigación del músculo. Los músculos más comúnmente afectados por esta contractura son los músculos del trapecio (el más superficial en la zona posterior de cuello) y el elevador de la escápula.

Músculos afectados por el síndrome cervical por tensión. (Fuente: INSHT) La principal forma de prevenir el síndrome es evitar las tareas que obliguen a trabajar por encima del nivel de hombros o de la cabeza, así como evitar las posiciones de trabajo en las que se flexiona de manera forzada el cuello y los hombros. Los síntomas en general tienden a remitir cuando se reduce la duración de las posturas forzadas, lo cual se puede conseguir con un buen diseño ergonómico del puesto de trabajo así como realizando descansos y alternando las tareas.

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Lumbalgia Se produce por una contractura de los músculos que se encuentran en la parte baja de la espalda, específicamente en la zona lumbar, debido a sobrecargas continuadas de los músculos de la zona lumbar.

Músculos afectados por la lumbalgia. (Fuente: INSHT) Su prevención incluye evitar el esfuerzo lumbar, evitando las posturas forzadas y alternando de postura periódicamente. En el caso de que se requiera la manipulación de cargas, se deberá limitar la exposición durante largos periodos, así como minimizar la exigencia física.

B. TME del hombro y factores laborales asociados. El TME más común es la tendinitis del manguito de los rotadores. Se produce por una inflamación de un grupo de tendones que forman el manguito de los rotadores, y que rodean la articulación glenohumeral. La estrechez de esta zona provoca un rozamiento de los tendones con los huesos provocando una inflamación, la cual puede deteriorar los tendones del manguito pudiendo producir la fatiga del tendón o bien su ruptura.

Tendones afectados por la tendinitis del manguito de los rotadores. (Fuente: INSHT)

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Para su prevención se deben evitar realizar trabajos por encima del nivel de hombros así como evitar las flexiones o abducciones forzadas de los hombros por un periodo de tiempo continuado.

C. TME del codo (epicondilitis) y factores laborales asociados. La epicondilitis es un TME caracterizado por una inflamación de los tendones de los músculos de la cara externa del codo, generando dolor en la cara externa del codo, concretamente en la región del epicóndilo. Esta lesión está asociada a trabajos combinados de fuerza y repeticiones. La fuerza y la contracción repetida de los flexores y extensores del codo, la cual puede ser causada por la flexión y extensión de la muñeca, incrementan el riesgo de epicondilitis.

Epicondilitis o “codo de tenista”. (Fuente: INSHT) Para prevenirlo se deben evitar las extensiones prolongadas de muñeca, así como las tareas que provoquen la contracción repetida de los flexores y extensores del codo. Si estos movimientos fueran necesarios para la realización de la tarea se debe acometer un calentamiento previo de los músculos antes y después de la jornada de trabajo.

D. TME de la mano/muñeca y factores laborales asociados. El síndrome del túnel carpiano (STC) El túnel carpiano es un espacio localizado en la muñeca y por el que pasan los tendones flexores de los dedos y el nervio mediano. Está limitado por los huesos de la muñeca y por el ligamento anular del carpo.

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El STC se produce por la compresión del nervio mediano por los tendones flexores de los dedos. Los síntomas pueden ser entre otros, ardor y hormigueo frecuente, o entumecimiento con picores en la palma de la mano y los dedos, especialmente el pulgar, el índice y dedo medio El riesgo de padecer el STC se ve incrementado por factores laborales que combinan repetición, fuerza y posturas forzadas, en definitiva, ambientes laborales en los que se demanda esfuerzos manuales intensos. La prevención para evitar la aparición del STC conlleva evitar las posturas prolongadas de flexión y extensión de muñeca. Intentando en todo momento una postura natural por parte de la muñeca. Esto puede conseguirse mediante a un buen diseño ergonómico del puesto de trabajo. Tendinitis de la mano o muñeca La Tendinitis es la inflamación de un tendón. La tendinitis en la muñeca, la mano y los dedos de la mano se produce por uso excesivo o por movimientos repetidos. Los síntomas pueden incluir dolor, hipersensibilidad, hinchazón menor, y limitación del movimiento. La Tendinitis de la mano o muñeca está normalmente provocada por las elevadas repeticiones, o esfuerzos de la mano/muñeca. Síndrome de la vibración mano/brazo La transmisión de vibraciones al sistema mano-brazo puede conllevar una serie de trastornos neuro-vasculares, conocidos en conjunto como “síndrome de vibración en manobrazo”, “síndrome de dedo blanco”, o enfermedad de Raynaud, caracterizada en sus etapas iniciales por un entumecimiento de los dedos, pérdida de sensación de control, y palidecen los dedos. Normalmente es debido a la exposición a vibraciones en condiciones de trabajo donde la intensidad de la vibración es transmitida a las manos y brazos del trabajador procedente de maquinaria, herramientas o útiles vibrátiles. Para prevenirlo es conveniente la correcta selección de maquinaria de baja vibración y sistemas antivibratorios para soportar el peso de la herramienta y reducir la fuerza aplicada por el operario. Se deben también establecer pausas periódicas en aquellos trabajos que impliquen vibración y programar una rotación de los trabajadores entre las diferentes tareas que requieran el uso de herramientas con vibración.

2.3.3. El método OWAS de medición de posturas forzadas. El método finlandés OWAS (Ovako Work Posture Analyzing System) fue desarrollado entre 1974 y 1978 por la empresa Ovako y el Instituto Finlandés de Salud Laboral. El método inicialmente se basaba en la observación y el registro de las posturas adoptadas por los distintos segmentos corporales. 40

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El registro de la postura se realiza asignando un dígito a cada una de las posturas observadas y al esfuerzo realizado, por lo que cada postura del cuerpo está identificada por un código compuesto de 6 dígitos, tres de las posturas del tronco, brazos y piernas, otro para la carga o fuerza y otros dos complementarios que corresponden a la fase del trabajo en la que se ha hecho la observación. La siguiente figura muestra un ejemplo del sistema de códigos empleados: Espalda: 1= derecha 2= inclinada hacia adelante o atrás 3= inclinada torcida o de lado 4= inclinado y torcido o inclinado avanzado y de lado

Piernas: 1= sentado 2= de pie con las 2 piernas derechas 3= de pie con el peso en una pierna 4= de pie o agachado con las 2 rodillas inclinadas 5= de pie o agachado con una pierna inclinada 6= arrodillado con una o dos piernas 7= andando o en movimiento

Brazos: 1= los dos por debajo del hombro 2= uno por arriba y otro por abajo 3= los dos por encima del hombro

Fase de trabajo: Peso o Fuerza: 1= Peso o fuerza menos de 10 kg. 2= Peso o fuerza entre 10 y 20 kg. 3= Peso o fuerza mayor de 20 kg.

00 01 02 03 . . 99

Sistema de códigos del método OWAS (Fuente: INSHT) En la primera de las casillas se anota la postura del tronco, en la 2ª la de los brazos, en la tercera las de las extremidades inferiores, en la 4ª la carga o fuerza usada, y en las dos últimas la fase del ciclo de trabajo o tarea. Evidentemente es necesario realizar un análisis del trabajo realizado por el trabajador, sus fases y las operaciones que se realizan. Una vez analizadas las distintas posturas de trabajo se pasa a la evaluación de las mismas. Para esta evaluación se hace uso de la tabla que se representa a continuación y que nos permite la evaluación de la carga de trabajo probable correspondiente a esa postura.

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Categorías de acción según las posturas adoptadas E s p a l d a

B r a z o s

1

2

3

4

1

2

3

4

5

6

7

Piernas

1 2

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1

2

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1

2

3

1

2

3

1

2

3

1

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2

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1

1

1

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2

2

2

2

2

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1

1

1

1

1

2

1

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1

1

1

1

1

1

2

2

2

2

2

2

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1

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1

1

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1

1

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1

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3

3

3

3

3

3

3

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1

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4

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4

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4

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4

3

3

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4

4

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3

4

4

4

4

4

4

4

4

4

4

2

3

4

Uso de fuerza

Evaluación de la postura del trabajo (Fuente: INSHT) El procedimiento para hallar el valor de la evaluación es el siguiente: 1. Situar el valor registrado en la primera casilla de la hoja de recogida de las posturas, en la columna correspondiente a la espalda. 2. Para el valor anterior, buscar en la segunda columna el valor correspondiente a la postura de los brazos observados. 3. Sobre la primera fila de la tabla buscar el código relativo a la postura de las piernas. 4. Para este último valor, situar el código registrado del uso de fuerza sobre la fila correspondiente. 5. El valor final de la evaluación estará en la casilla situada en el cruce de la fila obtenida en el paso 2º, con la columna obtenida en el paso 4º. El valor final obtenido nos da la categoría de acción para cada una de las posturas registradas. Estas categorías son: 

Categoría de acción 1. No se requieren medidas correctoras.



Categoría de acción 2. Se requieren medidas correctoras en un futuro cercano.

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Categoría de acción 3. Se requieren medidas correctoras tan pronto como sea posible.



Categoría de acción 4. Se requieren medidas correctoras inmediatas.

Una vez hayamos concluido la evaluación de todas las posturas, podremos agruparlas en estas categorías y elaborar un plan de intervención, corrigiendo las posturas más forzadas o actuando sobre aquellas que se repitan mucho a lo largo de la jornada. Por otro lado el método OWAS también proporciona una tabla para poder evaluar la aceptabilidad de la postura en función del tiempo de exposición. Si la actividad es frecuente, aunque la carga sea ligera, el procedimiento de muestreo permite en función de la estimación de la proporción del tiempo de trabajo que cada parte del cuerpo está en una posición determinada la categoría de acción de la postura observada.

Espalda

1 Erguida

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

2 inclinada adelante

1

1

1

2

2

2

2

2

3

3

3 girada

1

1

2

2

2

3

3

3

3

3

2

2

3

3

3

3

4

4

4

1

4 girada e inclinada Brazos

Piernas

2

1 ambos por debajo de hombros

1

1

1

1

1

1

1

1

1

1

2 uno por encima del hombro

1

1

1

2

2

2

2

2

3

3

3 ambos por encima de hombros

1

1

2

2

2

2

2

3

3

3

1 sentado

1

1

1

1

1

1

1

1

1

2

2 de pie con una pierna estirada

1

1

1

1

1

1

1

1

2

2

3 de pie con una pierna estirada

1

1

1

2

2

2

2

2

3

3

2

2

3

3

3

3

4

4

4

2

2

3

3

3

3

4

4

4

4 ambas rodillas dobladas

1

5 una rodilla doblada

1

2 2

6 arrodillado

1

1

2

2

2

3

3

3

3

3

7 andando

1

1

1

1

1

1

1

1

2

2

% del tiempo de trabajo

20

0

40

60

80

100

Categoría de acción en función del % del tiempo de trabajo (Fuente: INSHT)

A. Consejos para la aplicación del método. Es preferible la observación directa en lugar de la utilización de videos, aunque estos últimos son buenos elementos complementarios de la observación directa. Debemos ser cautos en la selección de los periodos de observación de tal manera que podamos garantizar que se cubre todo el ciclo completo de trabajo. Para los trabajos no cíclicos se deberá escoger intervalos de muestreo iguales, de entre 30 y 60 segundos. Es recomendable que los observadores se entrenen antes de aplicar el método.

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El método OWAS está limitado en cuanto a que utiliza intervalos muy anchos de categorías y de estimación de fuerzas, sin embargo tiene la ventaja de su facilidad de uso y que puede aplicarse prácticamente a cualquier tipo de trabajo. Su facilidad de aplicación le permite también, una vez implantadas mejoras en las deficiencias observadas, volver a realizar mediciones y comprobar de forma rápida las mejoras logradas.

2.4. Carga mental. Durante la ejecución de cualquier tarea el trabajador debe desarrollar unas operaciones motoras y cognitivas. Para ello pone en marcha los mecanismos físicos y mentales necesarios para llevar a cabo su trabajo, dichos mecanismos determinan la carga de trabajo. La carga de trabajo viene determinada por la interacción entre el grado de exigencia de la tarea y el grado de movilización del trabajador, es decir, el esfuerzo necesario para llevar a cabo la tarea. Dicho grado de movilización dependerá de las características del individuo, edad, formación, experiencia, etc. La actividad de cualquier trabajo requiere esfuerzos físicos y mentales. Si para llevar a cabo la tarea predominan los esfuerzos físicos se habla de carga física. Si por el contrario predomina el esfuerzo intelectual se habla de carga mental. El avance de la tecnología ha provocado en los últimos años que los trabajos predominantemente físicos hayan dejado de serlo, ya que con la automatización (control de procesos automáticos, informatización, etc.) el trabajador tiene cada vez menos cargas físicas que realizar. Esta disminución de cargas físicas lleva consigo aparejada un aumento de las cargas mentales, ya que la comentada automatización conlleva un incremento de la información manejada. La carga mental está determinada por la cantidad y el tipo de información que debe tratarse en una actividad laboral. La información actúa en forma de estímulos para el cerebro a los cuales el trabajador debe dar respuesta, lo que implica una actividad cognitiva que podemos diferenciar en los siguientes pasos: detección de la información, identificación e interpretación de la información, elaboración de las posibles respuestas y emisión de dichas respuestas. Además de la mayor o menor complejidad de la información recibida, la carga mental también depende del tiempo de exposición al estímulo. Si éste es continuo la capacidad de análisis del individuo puede verse saturada. Por el contrario, si existen periodos de descanso y de menos exigencia el trabajador puede recuperar su capacidad de reacción y evitar una carga mental excesiva. A estos factores, además, hay que añadir los relativos a las condiciones físicas (ruido, temperatura, iluminación), psicosociales (relaciones jerárquicas, sistema de comunicación, etc.) en las que se desarrolla el trabajo, así como otros de origen extra laboral.

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Por último, hay que tener en cuenta al individuo que realiza el trabajo y sus circunstancias personales. Ya que la capacidad de respuesta dependerá de factores como la edad, el aprendizaje, el estado de fatiga, la personalidad, la actitud hacia la tarea (motivación, interés, satisfacción, etc.) Si una tarea implica la realización de un esfuerzo mental prolongado que supera las capacidades de respuesta del trabajador puede dar lugar a fatiga mental. Ésta se manifiesta por una sensación subjetiva de fatiga y una disminución del rendimiento. Existen dos tipos de fatiga. Si la fatiga aparece como una reacción del organismo para adaptarse al medio, en cuyo caso los síntomas son una reducción de la actividad, como consecuencia de una disminución de la atención y la motivación. O bien si aparece provocado por un desequilibrio prolongado entre la capacidad del organismo y el esfuerzo requerido. Esta fatiga puede llegar a ser crónica y sus síntomas pueden llegar a ser permanentes. Estos pueden ser irritabilidad, ansiedad, alteraciones del sueño, mareos, alteraciones cardíacas, problemas digestivos, etc.

2.4.1. Carga mental de trabajo. Factores. Como ya se ha comentado los factores que determinan la carga de trabajo depende de la naturaleza y exigencias de la tarea, de las capacidades cognitivas y características personales del trabajador y de las circunstancias del trabajo. Los mecanismos de la carga mental son complejos porque las funciones cognitivas no pueden ser analizadas sólo desde un ángulo cuantitativo (cantidad de informaciones tratadas), sino que deben serlo también bajo un aspecto cualitativo, es decir, según la dificultad cognitiva e intelectual de la tarea a realizar. Estos dos aspectos se pueden presentar tanto por exceso (sobrecarga) como por defecto (infracarga o subcarga). La sobrecarga cuantitativa se produce cuando se han de realizar muchas operaciones en poco tiempo, debido al volumen de trabajo, a la especialización y estandarización de tareas que se han de llevar a cabo, a la necesidad de una atención sostenida y a los apremios de tiempo o de ritmo de trabajo elevado. La sobrecarga cualitativa hace referencia a unas excesivas demandas intelectuales o mentales en relación con los conocimientos y habilidades del trabajador. No consiste en demasiado trabajo, sino en la dificultad excesiva del mismo. El problema aparece cuando el sujeto no posee la habilidad suficiente para realizar su tarea. La infracarga o subcarga cuantitativa se genera cuando el volumen de trabajo está muy por debajo del necesario para mantener el mínimo nivel de activación en el trabajador. La infracarga o subcarga cualitativa se produce cuando la tarea no implica ningún compromiso mental resultando para el trabajador insuficiente y produciéndole rechazo y desmotivación.

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La infracarga laboral, tanto cuantitativa como cualitativa, puede ocasionar malestar emocional, hostilidad, estrés, incremento de la accidentalidad, concentración deficitaria, ya que la falta de estimulación es tan perjudicial como el exceso, aunque resulte paradójico, un poco de tensión produce un efecto estimulante y es beneficioso para el trabajador. Es lo que se denomina eutrés, o estrés positivo La sobrecarga laboral tiene una incidencia directa sobre el incremento de la ansiedad y la disminución de la satisfacción laboral.

A. Exigencias de la tarea. Normalmente cualquier tarea relacionada con el tratamiento de la información se requiere por parte del trabajador un cierto grado de atención y concentración. Para cumplir los objetivos que se requieren es necesario enfocar la percepción, para la selección de información que sea de interés. Esta atención necesaria será necesaria tanto si se está realizando una sola actividad como si se realizan varias simultáneamente. En la realización de tareas monótonas, la concentración juega un papel muy importante, ya que la atención puede en cualquier momento decaer, ya sea por cansancio o por falta de motivación. En este aspecto, una tarea que exija una atención para varias actividades, que exija la recepción de información difusa y difícil de seleccionar, puede ejercer sobre el trabajador una gran presión, y provocar en ella grandes tensiones que produzcan una falta decaimiento de la atención. Además, la tarea puede que requiera grandes flujos de información, necesidad de síntesis rápida, ser ágil de reflejos, coordinar funciones motoras y sensoriales, necesidad de búsqueda de soluciones en el mismo instante que se recibe la información, etc. En resumen, las exigencias más comunes que una tarea puede requerir son: 

Necesidad de atención permanente sobre una o más fuentes de información.



Codificación de la información, que dependerá del número de fuentes de información, la calidad de éstas, la toma de decisiones si es requerida, etc.



El nivel de responsabilidad o peligrosidad que requiere la tarea.



La duración de la tarea y su perfil temporal, es decir, si es a turnos, nocturno, si permite pausas y ritmos de trabajo.



El contenido de la tarea: control, planificación, ejecución, evaluación, supervisión, etc.

Una fuerte exigencia de atención de la tarea, un diseño inadecuado del puesto de trabajo, una mala organización del material y del tiempo de trabajo, la escasez de pausas para el descanso, una exigencia del trabajo superior a las capacidades de respuesta del trabajador; todo ello afectan negativamente a la carga de trabajo mental y puede provocar efectos adversos o riesgos psicosociales para la persona. Pudiendo producirse fatiga metal, de manera 46

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liviana en forma de reducción del rendimiento y de la capacidad de trabajo, o bien en forma de bloqueo mental del trabajador e imposibilidad de analizar nueva información. Si el estrés laboral se convierte en crónico puede provocar una situación de fatiga laboral o “Burnout”.

B. Las condiciones de trabajo. Según la Ley de Prevención de riesgos laborales en su apartado 7 del artículo 4 “se entenderá como "condición de trabajo" cualquier característica del mismo que pueda tener una influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador”. La importancia de unas condiciones físicas (espaciales, acústicas, climáticas, etc.) adecuadas se hace evidente cuando se necesita crear un entorno que facilite la percepción, la atención y, en definitiva, la realización de tareas con exigencias de trabajo mental; así se facilita a la persona la detección de señales e informaciones (visuales, acústicas, táctiles, etc.) que necesite para el desempeño del trabajo. A modo de ejemplo, cabe citar la conveniencia de un entorno acústico controlado, limitando las fuentes y niveles de ruido cuando se necesita concentración, cuando hay que escuchar o comunicar datos, señales u órdenes verbalmente, etc. Entre las condiciones de realización de la tarea también deben considerarse los efectos del uso de equipos de protección individual. Por ejemplo, la utilización regular de algunos de tales equipos como: gafas, guantes, mascarilla, ropas especiales, etc. no debería interferir con las capacidades perceptivas y de rapidez de respuesta motora necesarias para la tarea. Estos equipos de protección individual se establecen, según el art. 15 de la LPRL, como penúltima medida a la hora de prevenir un riesgo por la incomodad y peligros anejos que pueden producir al trabajador. Condiciones de iluminación. Los niveles adecuados de iluminación y contraste en el puesto de trabajo, así como la ausencia de deslumbramientos, contribuyen al bienestar en el trabajo, en tanto en cuanto que no se solicitan esfuerzos visuales innecesarios para el nivel de percepción (agudeza perceptiva) que requiere la tarea. Además, la fuente de luz puede ser de importancia para la sensación de bienestar de las personas prefiriéndose, en la medida de lo posible, la iluminación natural frente a la artificial. Condiciones térmicas. La sensación de confort térmico depende, en gran medida, del tipo e intensidad de trabajo que se lleva a cabo. Las sensaciones de frío y de calor, los cambios bruscos de temperatura, la sensación de humedad y de la circulación del aire (ventilación y corrientes de aire) afectan a la percepción de carga que conlleva el desempeño del trabajo mental ya que dificultan o favorecen el mantenimiento de la atención sobre la tarea e influyen en el estado de vigilia. Es difícil evaluar los efectos de un entorno muy frío o muy caluroso sobre el desempeño mental o intelectual; algunos de los efectos negativos del calor (las funciones cerebrales son 47

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vulnerables al calor) pueden verse compensados, por ejemplo, por un alto grado de motivación de la persona. En general, se puede esperar que el desempeño empeore conforme la temperatura ambiental alcance valores extremos, por encima o por debajo, de temperaturas a las que el organismo esté aclimatado. Si se trabaja en un medio muy frío, la capacidad de vigilancia de la persona se puede ver alterada. Asimismo, para una persona que no esté aclimatada al calor, se puede observar deterioro en el rendimiento intelectual y mental para tareas complejas, a temperaturas ambientales superiores a los veinticinco grados centígrados; si la persona estuviese aclimatada al calor este umbral aumentaría hasta los 30 o 35 grados centígrados. Condiciones acústicas. El ambiente sonoro influye en la carga de trabajo mental, afectando a la concentración y al esfuerzo necesario para mantener el nivel de atención que requiere la realización de la tarea. La presencia de ruido continuo procedente del tráfico, de conversaciones, de equipos, etc., así como de ruidos discontinuos de teléfonos, puertas y equipos puede ser muy molesta, sobre todo si se trata de ruidos que se perciben como «innecesarios y evitables». Cuando la diferencia entre los niveles de ruido máximo y mínimo es menor de 5 dBA se habla de «ruido estable» y éste, en principio, si se encuentra en un nivel aceptable (por debajo de los 55 dBA, para tareas de oficina y aún por debajo de los 45 dBA, si se requiere mucha concentración), no tiene por qué perturbar el mantenimiento del nivel de atención y concentración necesario (ver NTP nº 503). Calidad del aire. La presencia de olores, humos, vapores, etc., que no constituyen información relevante y necesaria para la realización del trabajo, tienen un efecto de distracción sobre la atención y dificultan la concentración. Es muy recomendable que la renovación del aire sea suficiente y se garantice una adecuada calidad del mismo. Los factores psicosociales y de la organización incluyen: el tipo de organización laboral (su estructura de control y de comunicaciones), el clima social de la organización (aceptación personal, relaciones interpersonales), los factores de grupo (estructura de grupo, cohesión), la jerarquía de mando (vigilancia, niveles de mando, etc.), el clima laboral (dentro de los grupos, entre grupos o entre personas, así como los conflictos sociales), el aislamiento en el trabajo, el trabajo a turnos, las relaciones con clientes, etc. Tales aspectos, debidamente diseñados, pueden configurar un entorno laboral sano, de cooperación y de apoyo para la realización del trabajo, en el cual sea fácil la adquisición de las informaciones y ayudas que se necesiten.

2.4.2. Carga mental de trabajo. Indicadores. Existen diversos métodos objetivos para la evaluación de las condiciones de trabajo, que incluyen variables relativas a la carga mental. Según el INSHT y “Rubio y Díaz (1999)” Si lo que se pretende es realizar un análisis de las exigencias cognitivas o de los recursos atencionales que demanda una determinada tarea, el método más adecuado es el de los perfiles del puesto. El método de los perfiles de puestos fue elaborado por la Régie Nationale des Usines Renault y pretende valorar desde un punto de vista objetico las variables que definen un puesto de trabajo.

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Para ello se llevan a análisis 8 factores evaluables por medio de 23 criterios, a los cuales hay que sumarles cuatro criterios más que comprenden la concepción global del puesto. Altura-Alejamiento 1 Alimentación-Evacuación 2 Concepción del puesto Aglomeración-Accesibilidad 3 Mandos-Señales 4 Factor seguridad A Seguridad 5 Ambiente térmico 6 Ambiente sonoro 7 Iluminación artificial 8 Entorno físico B Vibraciones 9 Higiene ambiental 10 Aspecto del puesto 11 Factores Postura principal 12 ergonómicos Postura más desfavorable 13 Esfuerzo de trabajo 14 Carga física C Postura de trabajo 15 Esfuerzo de manutención 16 Postura de manutención 17 Operaciones mentales 18 Carga mental D Nivel de atención 19 Autonomía individual 20 Autonomía E Autonomía de grupo 21 Factores Relaciones independientes del trabajo 22 Relaciones F Psicológicos Relaciones dependientes del trabajo 23 y Repetitividad G Repetitividad de ciclo 24 Sociológicos Potencial 25 Contenido del trabajo H Responsabilidad 26 Interés del trabajo 27 Factores y criterios de evaluación analítica de un puesto de trabajo (Fuente: Régie Nationale des Usines Renault) El método define cinco niveles de satisfacción para valorar cada uno de los criterios anteriores. Nivel

Significado general

5

Muy penoso o muy peligroso. A mejorar con prioridad

4

Penoso o peligroso a largo plazo. A mejorar

3

Aceptable. Mejorar si es posible

2

Satisfactorio

1

Muy satisfactorio

Niveles de satisfacción (Fuente: Régie Nationale des Usines Renault)

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Estos niveles presentan una progresión sensiblemente idéntica para todos como queda reflejado en la siguiente tabla. Factores Niveles

A Niveles

B Entorno Físico

C Carga Física

D Carga Mental

1

Muy bien

Muy bien

Muy ligero

Muy ligero

> 30 min

2

Bien

Bien

Ligero

Ligero

16-30 min

3

Aceptable

Aceptable

Moderado

Moderado

5-15 min

4

Peligroso

Penoso

Pesado

Pesado

1-4 min

5

Muy peligroso

Muy penoso

Muy pesado

Muy pesado

< 1 min

E Autonomía

F Relaciones Trabajo en grupo, relaciones fáciles con otros gruposen Trabajo grupo, relaciones dentro del grupo Trabajo individual, relaciones fáciles con otros Trabajo puestos individual, relaciones difíciles con Trabajo otros puestos individual aislado

G Repetitividad

H Contenido del trabajo

> 10 min

Muy elevado

> 10 min

Muy elevado

3-5 min

Medio

1-2 min

Bajo

< 1 min

Nulo

Progresión de los niveles de satisfacción (Fuente: Régie Nationale des Usines Renault) La aplicación del método consiste en valorar el puesto de trabajo teniendo en cuenta las características del mismo. 

Concepción del puesto:

La adaptación de las características físicas del puesto al trabajador se determina por los siguientes criterios: Altura-Distancia: se refiere al confort postural del trabajador a partir de la postura de sus manos y de sus pies. Alimentación - Evacuación: comprueba si los dispositivos de alimentación y evacuación son compatibles con las posturas del trabajador. Aglomeración - Accesibilidad: está relacionada con la movilidad del trabajador en el puesto de trabajo, teniendo en cuenta los posibles obstáculos físicos y la densidad de trabajadores. Mandos - Señales: valora las dimensiones y el emplazamiento del puesto de trabajo, y si éstos permiten una actividad laboral normal. 

Seguridad: evalúa la peligrosidad del puesto y el riesgo de accidentes, la valoración se realiza de acuerdo a la naturaleza del riesgo, la probabilidad de accidente y la gravedad de las consecuencias.



Entorno físico: valora los elementos físicos que influyen en el entorno del puesto de trabajo. Comprende los siguientes criterios:

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Ambiente térmico: se valoran la temperatura seca, temperatura húmeda y de globo, la velocidad del aire y el tipo de vestido. Ambiente sonoro: se tienen en cuenta el nivel de ruido en el ambiente de trabajo, así como la intensidad, frecuencia y tiempo de exposición. Iluminación artificial: este factor evalúa el correcto nivel de iluminación en el puesto de trabajo. Vibraciones: al igual que en la evaluación del ruido se debe tener en cuenta la intensidad, frecuencia y tiempo de exposición. Higiene ambiental: se procede a evaluar la calidad del ambiente de trabajo, en relación a las concentraciones de polvos, humos, gases y nieblas. Aspecto del puesto: en base a su limpieza, estética, espacio, colores e iluminación natural. 

Carga física: se pretende determinar la carga física de trabajo en función de las cargas estáticas, dinámica y de manutención. Para ello tiene en cuenta los siguientes criterios:

Postura principal: se valora la postura más común y más repetida durante la realización de la tarea. Postura más desfavorable: se evalúa cuando se trata de una postura más desfavorable que la postura principal. Esfuerzo de trabajo: este factor está referido a los esfuerzos necesarios para llevar a cabo la tarea y que determinan básicamente la componente principal de la carga dinámica. Postura de trabajo: hace referencia a la postura en la que se realizan los esfuerzos requeridos por la tarea. Puede coincidir con la principal o la más desfavorable. Esfuerzo de manutención: se valoran los esfuerzos necesarios durante el proceso de alimentación y extracción de piezas. Este factor está orientado a un perfil de trabajo de una cadena de montaje. Postura de manutención: de forma similar al anterior, se valoran las posturas necesarias durante el proceso de alimentación y extracción de piezas. Este factor está orientado a un perfil de trabajo de una cadena de montaje. 

Carga mental: se entiende por carga mental la interacción entre el grado de exigencia de la tarea y el grado de movilización del trabajador. Esta se determina por los criterios:

Operaciones mentales: Se valora la carga mental de las operaciones en función de la densidad de las alternativas y la incidencia de la duración del ciclo.

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Nivel de atención: este factor se evalúa teniendo en cuenta la duración de la atención, la precisión del trabajo y la incidencia de la duración del ciclo. 

Autonomía: se puede definir la autonomía como la facultad que tiene un trabajador de modificar a su elección su ritmo de trabajo incluso llegando a abandonar el puesto de trabajo sin incidir en la producción. Los criterios que la determinan son:

Autonomía individual: determina el grado de libertad del puesto de trabajo y depende en gran medida de la capacidad de variación del ritmo de trabajo por parte del trabajador. Autonomía de grupo: este factor pretende valorar la capacidad de un grupo de trabajadores reducido parar realizar paradas a su elección sin interferir en la producción. 

Relaciones: las relaciones entre trabajadores dependen de la capacidad de comunicación durante el transcurso de la jornada de trabajo. Ayudan a reducir es aislamiento del trabajador y a trabajar en grupo. Las relación es se evalúan a partir de los siguientes factores.

Relaciones independientes del trabajo: con este factor se pretende evaluar las posibles relaciones interpersonales durante la realización del trabajo pero sin que éstas tengan relación con el trabajo. Este tipo de relaciones dependerán en gran medida de la naturaleza del trabajo, de su localización y del ambiente de los puestos. Relaciones dependientes del trabajo: A diferencia del factor anterior, se pretende identificar y evaluar las relaciones entre trabajadores que tiene su origen en las tareas que se desarrollan. 

Repetitividad: las actividades de duración corta y que estén caracterizadas por una repetición secuencias gestuales iguales, puede suponer para el trabajador cierto grado de desinterés y sentimiento de monotonía en su trabajo. La repetitividad es valorada por un sólo criterio:

Repetitividad del ciclo: la repetitividad es valorada por un sólo criterio, el cual pretende determinar el interés del trabajo por la fatiga producida por la repetición de gestos idénticos. 

Contenido del trabajo: el contenido del trabajo indica en qué medida la tarea de un operario está acorde con sus aptitudes potenciales, invita al trabajador a implicarse y provoca su interés en su puesto de trabajo. Este factor se evalúa a través de los siguientes 3 criterios: potencial, responsabilidad e interés por el trabajo.

Los resultados obtenidos de la valoración de criterios, pueden representarse mediante gráficos o histogramas, permitiendo observar de una manera rápida cuales son los aspectos favorables y cuales los desfavorables, sobre los que sería necesaria una intervención, para la mejora de las condiciones estudiadas.

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