COMUNICACIÓN LIBRE 21
PRODUCCION RORSCHACH EN EL DUELO POR LA MUERTE DE UN HIJO Adriana Muñoz Fernández La pérdida de un miembro en una familia es un tema comprometedor y mucho más cuando se trata de la pérdida de un hijo. En mi tarea diaria en el Servicio de Psicodiagnóstico del Hospital Alvear recibo derivaciones de Juzgados. En los casos que abordaré se solicitó un Estudio Psicodiagnóstico individual para evaluar daño psíquico a matrimonios que habían perdido un hijo. La muestra está conformada por cuatro matrimonios de un rango etareo entre 42 y 60 años. Todos han perdido un hijo varón, en ningún caso era hijo único. En dos familias ha sido el hijo menor. Las edades de los hijos eran: 6, 17, 21 y 23 años. Los desenlaces del fallecimiento fueron: accidente automovilístico, caída de un tren tras intento de robo, ahogo en un río y golpe en un juego deportivo, es decir que las circunstancias fueron inesperadas e imprevistas. Las pérdidas se habían producido entre dos y seis años antes de la evaluación. Al llegar el Oficio Judicial yo desconozco cuál fue el motivo del inicio del juicio. Cuando la persona demandante se presenta a la entrevista y comienzo a explicar cómo trabajaremos, inmediatamente inicia su relato de la pérdida, en algunos casos con pesar y sufrimiento, en otros con ira. No hay tiempo para reacomodarse, intuyo que el dolor será el protagonista. Cuando estoy frente a estos entrevistados la reacción contratransferencial remite al temor a ser intrusivo, yendo más allá de lo que el entrevistado puede tolerar, a incrementar su angustia y como consecuencia que disminuya la relación empática.
Considero que la actitud de apertura, con intervenciones medidas, a través de una escucha sensible y aceptando el dolor del otro, permite que el entrevistado configure un clima emocional que fluya entre momentos de extremo pesar y otros de serenidad a semejanza de las fases de duelo en las que se producen avances y retrocesos. La muerte de un hijo es un acontecimiento perturbador. Como dijo Alba, una de las entrevistadas: “es la caída a un abismo, a un agujero negro”. Advertimos que esta pérdida es traumática no solo por ser imprevista, sino que a ello se agrega la etapa vital en la que ocurre. Al ser un niño, un adolescente, un joven, se truncan las esperanzas y los proyectos de las familias. Siguiendo a Lévi-Strauss: “…colocadas unas tras otras, las sucesivas filiaciones forman líneas de descendencia, la realidad de la familia se basa, ante todo, en su continuidad temporal: los padres procrean hijos, los cuales harán lo mismo cuando lleguen a adultos…” Al producirse un corte en esta continuidad generacional se quiebra la ley natural, llevando a que estas pérdidas sean “impensadas” y originando una elaboración de duelo compleja y ardua. Un duelo se desarrolla en distintas fases, entendiéndolas, no como un proceso lineal, sino con idas y vueltas: en principio la persona se siente incapaz de aceptar la realidad, apareciendo episodios de rabia y dolor muy intenso, posteriormente se produce una desorganización que se refleja en las dificultades para adaptarse al medio y a los cambios de su realidad. Luego a través de la aceptación y la redefinición del nuevo contexto logra la reorganización y la ubicación de la persona perdida en su mundo interno como un recuerdo. Entonces se crea la posibilidad de una reparación del yo, de lo contrario se convertiría en un duelo complicado. Sin perder de vista que el trabajo de duelo es único y singular en cada persona, el estudio de los Psicogramas de la muestra dio como resultado signos recurrentes que pasaré a detallar: Disminución de: Número de respuestas
Porcentajes F + y F+% Determinante M Contenidos amortiguadores I.R. Aumento de: Suma Color, (predominando CF y C) Contenidos perturbadores Indice de Conflicto Asimismo se observó la presencia moderada de Color acromático negro puro y con forma secundaria y solo en dos protocolos el determinante claroscuro de profundidad con forma secundaria (KF). Su presencia sugiere que solo dos entrevistados tendrían la posibilidad de tramitar la angustia psíquicamente (José y Alba). Respecto de los fenómenos especiales, los que alcanzaron mayor puntuación son: Autoreferencia, específica sobre el hijo perdido, la combinación de Contenido Siniestro con Contenido Mórbido y Contenido Siniestro con Acción Padecida. Ambas combinaciones se encontraron en todos los protocolos. Hasta aquí podemos realizar una primera inferencia: Los sujetos de la muestra cuentan con escasa energía para desarrollar un pensamiento productivo y generador de respuestas creativas frente a una situación nueva. Podríamos decir que se asemeja al desafío de enfrentar la pérdida. Se encuentran muy limitados para llevar a cabo una conducta autoafirmativa. Sus afectos desbordan las posibilidades de control yoico, el mundo externo no puede percibirse con realismo y objetividad en tanto proyectan en él su desorganización interna, en la que albergan imágenes siniestras. La vulnerabilidad y fragilidad se mantiene a lo largo del tiempo. En estos entrevistados el estímulo de las Láminas del Rorschach, en tanto inestructuradas, provócan una reexperimentación de la situación traumática que los lleva a un intenso malestar. Mencionaré algunas respuestas de distintos entrevistados, obtenidas en distintas láminas:
- Lam III: “Me parecen dos personas llevando un regalo con un moño rojo arriba, ó una torta. Se viene el 10 de Mayo, el cumpleaños de F. y mis hijos no tuvieron mas cumpleaños, para su cumpleaños en vez de darle un regalo, como llevarían estas dos personas, ayer fui para averiguar una placa.” - L VIII: “Yo diría de nuevo, como si fuera el cerebro, vería el cerebro de M., lo rojo es la sangre, todo partido, no quiero verlo más.” - L I: “Parecieran dos angeles que se llevan un cuerpo, tal vez el de M., el cuerpo ó su alma es la que elevan, lo que queda es el cuerpo”. Estas respuestas transmiten el dolor por la pérdida que se expresa a través de las Autoreferencias sobre el hijo muerto, nombrándolo. En otras aparece el horror, donde no hay posibilidad de nombrar: - Lam IV: “Lo peor, todo feo, malo, la muerte, enfermedad sin futuro, sin esperanza, como parte de mi vida”. - Lam III: “Lo que me tiene mal es la parte roja, lo de arriba y abajo y las manchas, no pienso nada que fuera sangre, no quiero pensar, no, me pone mal, no quiero ni saber lo que hay ó lo que puede llegar a ser”. Estas dos últimas respuestas hacen referencia a impulsos agresivos, destructivos y tanáticos. El instinto de muerte se encuentra en relación estrecha con el sentimiento de culpa. En psicoanálisis, este sentimiento, tiene una acepción muy amplia, por ejemplo puede designar un estado afectivo consecutivo a un acto que el sujeto considera represible ó un sentimiento difuso de indignidad personal sin relación con un acto preciso del que el sujeto pudiera acusarse. Este sentimiento de indignidad podría estar ligado a lo condenable como resultado de traicionar al hijo. Los padres parecen sentir una deslealtad hacia su hijo muerto si prosiguieran su camino en el trabajo de duelo hasta la completa aceptación de la pérdida y su consecuente desligamiento de la libido, lo cual implicaría la supremacía del instinto de vida. La acción judicial como atenuante de la culpa enmascara el dolor y puede paralizar el proceso de duelo ya que la energía puesta en la contienda evita la
conexión con el dolor y permite cierto alivio al traspasar la culpa al demandado. En este trabajo, no profundizaré sobre algunos puntos que son comunes con otro tipo de duelos, tales como: los sentimientos de culpa asociados a conflictos ambivalentes del sujeto hacia su objeto perdido, el estudio de la personalidad previa y los componentes narcisistas de cada entrevistado. Sabiendo que todos ellos son susceptibles de interferir, dificultando ó facilitando, el trabajo de duelo. Curiosamente, en todos los casos, he encontrado antecedentes de familiares en generaciones anteriores que han fallecido en forma repentina y accidental. Considerando que la muestra es estadísticamente poco representativa no podríamos tomar esta información más que como un dato significativo para ser indagado. Intentando lograr un estudio más específico y debido a que los signos recurrentes anteriores, no son patognomónicos del proceso de duelo, decidí tomar la Lámina X, en virtud de la información que nos brinda como pronóstico y respecto de cómo se relaciona el sujeto con el medio. Procuré explorar en qué medida se refleja la conexión con el afuera y si las respuestas daban cuenta ó no de la fase que transitan en el trabajo de duelo. • Matrimonio 1 – Evaluado a los dos años y seis meses de la pérdida. Esposo: - “Figuras asimétricas, como si fuera un cuadro, por el amarillo, verde, azul, beige, pero todo como si fuera la parte del cerebro tomada desde arriba.” La respuesta refleja la imposibilidad de simbolizar y no siendo estrictamente Color Descriptivo, hay un intento de poner distancia y de alejar la imagen perturbadora, el cerebro, ya que a lo largo de su producción perseveró en este contenido acompañado de autoreferencias sobre su hijo. Su cónyuge dice:
- “Algo más alegre, flores, dos toros (D. grises), escarabajos (D. Popular), que es venenoso, en el mar. No veo vida, como si fuera una naturaleza muerta.” En el interrogatorio aclara: “Las flores (D amarillo ext.), capullos de rosa, lo único que me parece una naturaleza viva.” Aquí podemos hablar de una tendencia ambivalente hacia el medio, hay vida y muerte. La inusual combinación de escarabajo venenoso remite a un entorno vivenciado como amenazante y persecutorio. • Matrimonio 2 – Evaluado a los seis años de la pérdida. Esposo: -“La parte pulmonar, los huesos, como huesos desparramados” Lo siniestro y hostil de su mundo interno se proyecta masivamente. Su cónyuge dice: - “Los amarillos parecieran pajaritos (D. amarillo ext.), se destacan por el color, los celestes cucarachas (D. Popular), estos bichos (D. marrón oscuro) tipo cucarachas de perfil y las otras vistas de arriba.” Rta. Adicional: “Estas cosas rojas como sangre, un lugar con sangre desparramada, y los bichos acercándose ahí a los charcos de sangre por el color rojo y aguado”. Fue la lámina que menos le gustó. Vemos que aquello que en la respuesta principal mantiene defensivamente controlado, se diluye en el interrogatorio, donde surge el contenido siniestro, que con mayor contundencia, se plasma en el período de asociaciones cuando relaciona la respuesta adicional con su hijo muerto. Interpreto que las respuestas obtenidas de los matrimonios 1 y 2 dan cuenta de sus dificultades para encontrar bienestar emocional en el entorno. No han podido arribar al reinvestimiento e interés por la vida y el mundo. • Matrimonio 3 – Evaluado a los cuatro años de la pérdida. José dice:
-“Arañas, (D. Popular), la parte rosa pareciera la isla de Japón, arriba dos insectos, como roedores (D. grises)”. Rtas. Adicionales: “Pescaditos, dos hormigas” (y como última respuesta en posición invertida) “La verdad parece un ramo de flores por el colorido, distintos tipos de flores, el verde las hojas” En estas respuestas encontramos contenidos vitales, un adecuado ajuste a la realidad y si bien en un primer momento pone distancia, alejándose del entorno (Contenido Geo-Isla), tiene como posibilidad latente contactarse con sus propios afectos y abrirse al medio. Las respuestas de José cuentan con buena organización, realismo y vitalidad que harían pensar en el predominio del instinto de vida. José alcanzó un esperable I.R. -6- (único en la muestra) y dio una respuesta KF. Veamos ahora la respuesta que dio su esposa: - “Flores. No. Es así. (Invierte Lámina). Una flor con los pistilos, pétalos, ramitas”. Interrogatorio: (V) “Acá la flor cortada (gesto que indica un corte longitudinal), sus partes, pistilos, pétalos, por el color y la forma.” Vemos que en el interrogatorio desvitaliza el contenido “flor” al verla “cortada”, pero aún mantiene el color. Quiero contarles, que he logrado hacer un seguimiento de este caso. Desde su evaluación han pasado doce años y dieciséis desde el fallecimiento de su hijo. José expresa: “Ya estamos bien, siempre con el recuerdo, por supuesto, los chicos se han casado, han venido nietos, estamos bien, con doce años más.” A partir de lo que dice José, estimo que el trabajo de duelo tuvo una evolución favorable y advierto que su respuesta ante la Lámina X lo anticipaba. El “recuerdo” le permite continuar estableciendo nuevos vínculos profundos. • Matrimonio 4 – Evaluado a los tres años y ocho meses de la pérdida. Dice Jorge:
-“Un conejo, éste clarito (parte central del D. verde inferior). Dos bichos como la vinchuca (D. grises), que la veo asquerosa. Un globazo, (D. Popular) un globo de agua que habían tirado. Se desintegró.” Esta última expresión resume gráficamente la totalidad de su producción Rorschach. Fue el que alcanzó la puntuación más alta en Contenido Siniestro y Contenido Mórbido y no obtuvo puntaje para el I.R. Fue el caso que estimé de mayor gravedad. Ahora transcribiré la respuesta de Alba, su esposa: -“Esto rojo como si fuera sangre ó el sufrimiento, dos pájaros (D. amarillo int.) que los puedo asociar con la alegría de F., con sus ganas de vivir, este verde dos hojas y flores (D. amarillo ext.), el amor por la naturaleza, las manchas celestes podrían representar el cielo, la creencia que él tenía en Dios. La mancha blanca (Fondo superior) me representa el momento en que lo golpearon, como que todo quedó en blanco, como que fue un estallido, (señala D. Naranja) es como la vida de él que se va cayendo en un pozo y hay dos pinzas (D. gris sup.) queriéndolo ayudar para que salga, también representa a mi familia cayendo en un pozo y la necesidad de que algo, ó que tengo yo, de sacarla a flote, de traerla.” Sacar la familia a flote, transmite la aceptación de la caída, en tanto pérdida, y la búsqueda de reparación, como una alusión al trabajo de duelo. Creo que es significativo que Alba dio como José una respuesta KF. También pude contactarme con este matrimonio para hacer el seguimiento. Pasaron siete años desde su evaluación y once años de la muerte del hijo. Alba me informó que su esposo había fallecido. Esto ocurrió cinco años después de la evaluación. Explicó que a raíz de fuertes dolores en el pecho se le practicaron estudios médicos sin poder detectarse el origen de su afección. Ambos hijos están cursando la Universidad. Sobre ella dijo que si bien se jubiló, continúa trabajando en un cargo suplente y que su único objetivo es dejar a sus hijos la fortaleza para que puedan enfrentar lo que les toque vivir y salir adelante. “Le puedo decir que ando, soy como los árboles que mueren de pié”.
“Los árboles mueren de pié” es el título de una obra de Alejandro Casona, (autor español 1903-1965), en ella uno de los personajes principales dice: “Que no me vean caída, muerta por dentro, pero de pié. Como un árbol.” Interpreto que aquí opera el proceso de retroalimentación, guiado por el instinto de vida, donde Alba transmite fortaleza a sus hijos, siendo ellos, los que alimentan la entereza de esta madre. Seguramente, su esposo, Jorge, no se ha dejado rescatar y salir a flote quedando inmerso en su desesperanza, como lo había anticipado su respuesta a la Lámina IV: “Lo peor, todo feo, malo, la muerte…”
Nota de Autor: El tema que trato en este trabajo es vasto, quedando puntos a seguir desarrollando. Uno de ellos, por ejemplo, es la riqueza del estudio comparativo con el material de entrevista y gráficos, por lo que el objetivo
final de este trabajo es compartir experiencias y reflexiones para continuar con futuras investigaciones.
Autora: Adriana Muñoz Fernández – Riglos 255 – 1 A – (1424) Cap. Fed.
[email protected] - 4902-7483 Bibliografía: -FREUD, S (1996) Duelo y Melancolía – Obras Completas – Volumen XIV Buenos Aires, Amorrortu. -GRIMBERG, L (1963) Culpa y Depresión – Buenos Aires, Ed. Paidos. -LEVI-STRAUSS, C (1988) « Prólogo » en BURGUIERE, A y Otros Historia de Familia – Tomo I Madrid, Alianza. -PASSALACQUA, A y Colaboradores (1989) El psicodiagnóstico de Rorschach: Interpretación, Buenos Aires, alex. -PASSALACQUA, A - GRAVENHORST, M. C. (1998) Los fenómenos Especiales en Rorschach, Buenos Aires, JVE Psiqué