PROPUESTAS DESDE LAS MUJERES POR UN NUEVO ORDEN MUNDIAL HACIA EL VIVIR BIEN
Documentos de trabajo del proceso participativo de las organizaciones de mujeres en el G77 + China
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[email protected] Foto Portada: Naciones Unidas Impreso en Bolivia 2014
Presentación El 29 y 30 de mayo, la ciudad de Santa Cruz fue la sede de la Cumbre Internacional rumbo al G77+China denominada Propuestas desde las mujeres para un Nuevo Orden Mundial, que en el marco de las actividades de la cumbre por el 50 aniversario del Grupo de los 77 más China, se constituyó como un espacio de reflexión de propuestas y bases para encarar un Nuevo Orden Mundial, desde las mujeres de este grupo de países y de Bolivia. Anteriormente y en preparación a la misma, tuvieron lugar nueve cumbres departamentales en Bolivia. La primera fue en Cobija, el 15 de abril, donde participaron autoridades electas, designadas, representantes de organizaciones sociales, partidos políticos y otras organizaciones de mujeres. La siguiente se realizó en Sucre el 21 de abril, donde hubo masiva participación de mujeres. El 22 y 23 de abril las mujeres del departamento se reunieron en Oruro. El 28 y 29 en Cochabamba se reunieron organizaciones de mujeres para generar sus propias conclusiones. El 30, Santa Cruz organizó su cumbre departamental, con la participación de autoridades como concejalas y asambleístas departamentales. El 5 de mayo, en forma paralela, se hicieron las cumbres departamentales de mujeres en Tarija, Potosí y Beni. Finalmente, el 15 y 16 de mayo se realizó la última cumbre, en la ciudad de La Paz.
Todo ello, para que en la Cumbre Internacional se trataran las propuestas que emergieron de los departamentos, organizadas bajo los siguientes ejes temáticos: avances en la conquista de los derechos de las mujeres, desafíos desde las mujeres para un nuevo orden mundial, erradicación de la pobreza y liberación económica; y agenda post2015. Fue, también con base en estos cuatro lineamientos, que mujeres autoridades y dirigentes de once países diferentes pertenecientes al grupo de G77+China, elevaron sus propuestas para afrontar la agenda de las mujeres en un Nuevo Orden Mundial. En la ocasión el Presidente Evo Morales Ayma, renovó su compromiso con las mujeres del país y del G77+China participando del evento. En esta publicación, usted encontrará la sistematización de las mesas de trabajo que tuvieron lugar durante la cumbre y que estuvieron realizadas con base a los cuatro ejes temáticos señalados y, además, el manifiesto final que emergió de la misma; en el que se señala a la despatriarcalización como el horizonte posible hacia el cual se encaminan las mujeres de los países del G77+China.
Tesis Política Alianza de organizaciones de mujeres por la revolución cultural y la unidad
La Paz, 17 de Septiembre de 2012. Las mujeres hemos jugado roles fundamentales en diferentes momentos y procesos en la historia de Bolivia, aunque nuestras luchas y reivindicaciones para lograr la emancipación no han sido visibilizadas. En el actual proceso de cambio histórico que vive el país, desde el cual se funda un nuevo Estado Plurinacional, que se inaugura formalmente con la instauración de la Asamblea Constituyente, presidida por una mujer y con importante participación de 33% de mujeres, la aprobación de la Constitución Política del Estado que recoge los debates sobre la despatriarcalización como parte del proceso de cambio y transformación del Estado. En Bolivia se están produciendo ideas novedosas y revolucionarias en relación a la participación de las mujeres. Uno de esos avances es el debate sobre despatriarcalización y patriarcado entre las organizaciones sociales de mujeres y que ha sido asumida y recogida por el Estado, en el marco de la Revolución Democrática y Cultural que el pueblo boliviano está encarando. Como avance histórico contamos con una nueva Constitución Política del Estado que da origen al Estado Plurinacional sustentado en principios y valores fundamentales, que promueve y garantiza el ejercicio de los derechos individuales, colectivos de pueblos y naciones; en especial de las mujeres en la que se incorporan varias de nuestras demandas y propuestas, otro avance constituye el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades, la Unidad de Despatriarcalización y el reconocimiento de la descolonización y la despatriarcalización entre los principios y fines de la Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez. Estamos conscientes de que existen avances importantes pero también de que debemos seguir implementando y desarrollando acciones conjuntas y coordinadas con el Estado para el ejercicio de nuestros derechos. 9
DESPATRIARCALIZACIÓN Para hablar sobre despatriarcalización, tenemos que entender qué es patriarcado. El patriarcado es el Sistema de todas las opresiones, todas las discriminaciones, todas las explotaciones y todas las violencias que vive la humanidad y la naturaleza, construidas históricamente sobre el cuerpo de las mujeres, y que debemos transformar. Es fundamental entender que hablar de patriarcado es también hablar de poder, de las relaciones de opresión y poder que se ejercen y que no queremos reproducir. Las mujeres estamos asumiendo el poder. Debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo las mujeres con el poder? y ¿cómo lo estamos ejerciendo?. Tenemos que transformar el poder, un poder no opresor, no violento. La despatriarcalización por ahora, la estamos entendiendo como cuestionar, revolucionar el patriarcado desde todas las estructuras, para que no se generen reacciones que obstaculicen nuestro proceso de transformación y fortalecimiento para vivir bien. Para despatriarcalizar debemos realizar acciones conjuntas, coordinadas entre diferentes instancias institucionales, los Órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y las organizaciones sociales para desarrollar el Plan Nacional de Despatriarcalización cuya base sea el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades y trabajar en la visión de fortalecer la “comunidad que deseamos construir”. Entendemos que la comunidad es como un cuerpo, en el que un lado del cuerpo somos las mujeres y el otro, son los hombres. En la actualidad el cuerpo está incompleto, pues no se toma en cuenta a las mujeres que somos la mitad del cuerpo. Asumimos el reto histórico de cambiar el Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, en este sentido la despatriarca10
lización plantea recuperar los valores del vivir bien, suma qamaña, sumak kausay, ñande reko. Debemos construir armonía, equilibrio y reciprocidad en la comunidad entre mujeres, hombres, personas intersexuales y la naturaleza, porque las mujeres somos la mitad de las comunidades, la mitad de cada pueblo, de cada organización social, etc. Para sostener el proceso de cambio debemos garantizar que mujeres y hombres estemos bien y fortalecidos. En esta tarea es necesario superar la visión del “chacha - warmi” “kjari -warmi”, pues no sólo nos referimos a marido y mujer, como pareja, ni sólo pareja heterosexual, más bien se plantea la figura del par político, para que las mujeres tengamos representación y participemos políticamente con nuestra propia voz y dando nuestros propios pasos. El machismo es producto del sistema patriarcal, debemos cuestionarlo en nuestra sociedad, al interior de nuestras organizaciones y en nosotras mismas, pues es la forma en la que se reproduce y fortalece el patriarcado. Debemos construir otras formas de relación entre mujeres, para desmontar las relaciones de poder y las expresiones del patriarcado en las relaciones sociales de mujeres en base al respeto, solidaridad, sororidad, complementariedad, reciprocidad y transparencia. Debemos hacer oír nuestras voces sobre todos los temas estructurales. Se debe fortalecer las instituciones estatales, la Unidad de Despatriarcalización y el Vice Ministerio de Igualdad de Oportunidades para impulsar la implementación del Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades; y crear unidades de género y despatriarcalización en todos los niveles e instituciones del Estado con asignación presupuestaria suficiente para cumplir con sus roles. Demandamos el compromiso, la articulación y coordinación entre las mujeres que se encuentran en cargos de poder: las Ministras, las 11
Presidentas de las Cámaras de Diputados y Senadores, Diputadas y Senadoras; el Ministerio de Culturas (Unidad de Despatriarcalización) Ministerio de Justicia (Viceministerio de Igualdad de Oportunidades), Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Ministerio de Desarrollo Productivo , Ministerio de Transparencia y Ministerio de Autonomías, para impulsar la implementación del Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades en las Cartas Orgánicas y Estatutos Departamentales, en coordinación con las organizaciones de la Alianza de Mujeres. De igual manera, demandamos el compromiso y responsabilidad de nuestros compañeros hombres de todas las instancias del Estado Plurinacional, a nivel central, departamental, municipal, indígena originaria campesinas y local con el proceso de despatriarcalización. Además es necesario generar espacios de reflexión, socialización y difusión, sobre la despatriarcalización y los alcances de las normativas para encarar este proceso con nuestras organizaciones de mujeres en todo el país. VIOLENCIA A pesar de los pasos dados, en nuestro país, 9 de cada 10 mujeres sufrimos violencia, discriminación, nuestras necesidades no son atendidas ni consideradas como prioritarias, somos consideradas un tema, un sector, un problema, cuando en realidad las mujeres somos la mitad de cada pueblo encargadas de la crianza, cuidado y educación de la otra mitad. Consideramos necesario reconocer que la violencia hacia las mujeres es una violencia estructural del sistema patriarcal, colonial, capitalista y neoliberal que visibiliza todas las violencias que sufrimos en nuestros cuerpos, sea física, psicológica, sexual, económica, social, política, la infidelidad. Esto no significa que negamos las violencias que sufren las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, los pue12
blos indígenas y nuestros compañeros varones, ya que todos y todas sufrimos la violencia estructural que ejerce el sistema patriarcal en nuestra sociedad; pero con mayor fuerza las mujeres. Es importante entender la violencia intrafamiliar como delito de orden público, ejerciendo el derecho a la no violencia, que debe ser considerado desde el Estado como un problema público. Los avances normativos respecto al tema de la violencia se traducen en la Ley Contra el Acoso y Violencia política hacia las Mujeres, Ley Orgánica de Ministerio Público, Ley de Seguridad Ciudadana, la Ley Contra la Trata y Tráfico de personas. Es imprescindible socializar estas leyes aprobadas, que nosotras las mujeres y la sociedad en su conjunto debemos hacer cumplir. Sabemos que actualmente se está trabajando el proyecto de Ley Integral Para Garantizar una Vida Libre de Violencia a las Mujeres, en la que consideramos importante incluir el concepto de “violencia estructural hacia las mujeres”. Para seguir avanzando es necesario generar e incrementar nuestra participación en la elaboración de normativas como Ley Integral Para Garantizar una Vida Libre de Violencia a las Mujeres, Ley de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, entre otras y los códigos de familia, penal y civil y sus respectivos procedimientos. También es preciso socializar y operativizar el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades, recuperando el marco conceptual. Y que la aplicación de las normativas y políticas públicas existentes, sean asumidas con responsabilidad y asignación de recursos suficientes. Por otra parte es importante visibilizar que los avances no deben limitarse al tema normativo, consideramos necesario mayores acciones de parte de los diferentes Ministerios y los niveles subnacionales autonómicos, las organizaciones sociales incorporando el tema de 13
eliminación de la violencia en las Cartas Orgánicas y Estatutos Autonómicos. La nueva normativa aprobada debe ser implementada en la currícula educativa para avanzar en la transformación de lo simbólico, las formas de pensar. Es necesario adecuar la normativa de protección a los y las prestatarias, tomando en cuenta la violencia económica y psicológica que ejerce la banca y el órgano judicial e incluso en contra de nuestra familia. DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y POLÍTICOS El reconocimiento de los derechos humanos, y en particular de los derechos económicos sociales, culturales y políticos, no son una concesión, sino el resultado de las luchas de los pueblos, de nuestras organizaciones en diferentes momentos históricos. En nuestro país, la Constitución Política del Estado garantiza estos derechos.Evidenciamos importantes avances en el reconocimiento de los derechos y que se van plasmando en diferentes leyes y políticas, que se van progresivamente implementando. En particular, debemos resaltar los avances normativos para lograr incrementar la participación política de las mujeres: la Ley de Régimen Electoral Transitorio, Ley de Régimen Electoral, Ley de Órgano Electoral, Ley de Tribunal Constitucional, Ley de Órgano Judicial, que nos permite contar con 27% de mujeres en la Cámara de Diputados, 47% en la Cámara de Senadores; 43% del Órgano Judicial; 66% del Órgano Electoral. Las cámaras de Diputados y Senadores son presididas por 2 mujeres. Cabe resaltar que hemos logrado contar con Gabinete paritario en el Ejecutivo. Y seguiremos trabajando para lograr en las gobernaciones y gobiernos municipales participación paritaria y equitativa de mujeres. Ha sido fundamental también la promulgación de la “Ley Contra la Violencia y Acoso Político Hacia las Mujeres” que establece los mecanismos de preven14
ción, atención, sanción contra el acoso y violencia política hacia las mujeres y que garantiza el ejercicio pleno de sus derechos políticos. Participar en política para las mujeres es todavía difícil, porque todavía no hemos superado el cuádruple rol que jugamos las mujeres, como madres y consideradas exclusivas responsables de las tareas de cuidado en nuestras familias, trabajando para generar recursos y participando en nuestras organizaciones. Hemos ingresado en la vida política; pero no hemos logrado compartir nuestras responsabilidades domésticas. Parte de esos esfuerzos debe ser la Ley de Equivalencia, como una propuesta que incluya la igualdad y la plurinacionalidad, que debe ser asumida por los diferentes niveles de gobierno y participar en el debate sobre la Ley de Organizaciones Políticas para continuar avanzando. En cuanto a los derechos económicos, la mayor parte de la población pobre del país está constituida por mujeres, en relación al control de los recursos naturales se están dando avances paulatinos a partir del reconocimiento de los derechos en el acceso, tenencia y herencia de la tierra en la Constitución Política del Estado, que se acentúa con la aprobación de la Ley 3545 de Reconducción Comunitaria de la Ley INRA (2006), que garantiza y prioriza la participación de la mujer en los procesos de saneamiento y distribución de tierras, sin discriminación alguna, respetando su identidad y cultura. Sabemos que el 75% de la población boliviana está incorporada en la economía informal, siendo la mayoría mujeres, si bien se ha avanzado con la promulgación de la Ley de Pensiones, aún debemos buscar mecanismos para que la mayoría de la población acceda a los derechos de la jubilación, a la seguridad social a corto y largo plazo. El desafío es lograr que las políticas se efectivicen, desde los diferentes niveles de gobierno, en el marco del Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades, que plantea generar las condiciones necesarias para 15
el ejercicio pleno de los derechos económicos, productivos y laborales de las mujeres, a fin de que alcancen mayor autonomía económica. En ese sentido es fundamental avanzar en la implementación de la Ley de Revolución Productiva Comunitaria y participar en la elaboración de los anteproyectos de Ley de las Organizaciones Económicas Comunitarias (OECOM), Ley del Artesano/a que deben incorporar derechos económicos primordiales a favor de las mujeres, poniendo en vigencia la cadena productiva (tierra, agua, semillas nativas, transformación y comercialización). En relación al acceso a servicios básicos, hubo avances importantes en las ciudades capitales, sin embargo, se puede afirmar que en los sectores y comunidades rurales la carencia y pobreza de los mismos es evidente, por la falta de agua potable, servicios sanitarios, recolección de basuras o seguridad ciudadana, donde la población debe asumir por medios propios el acceso a los mismos y tiene un impacto en la vida de las mujeres. Tenemos grandes e importantes desafíos para seguir avanzando: Diversificar mecanismos, iniciativas legislativas innovadoras y políticas para la efectivización de derechos económicos, sociales y políticos, para disminuir la pobreza. Debemos avanzar en lograr mayor empoderamiento y autonomía económica de las mujeres. Creación de bancos comunales solidarios para emprendimientos, como un mecanismo para garantizar los pagos diversificados por programas y otros, con bajos intereses, sin muchos requisitos y burocracia. Se debe trabajar en la elaboración de normas modificatorias o abrogatorias de la ley de bancos N° 1488 y la Ley 1760 de procedimiento abreviatorio, en sus artículos 48 al 52 que anule multas penales, gastos judiciales, honorarios de abogados y otros. 16
Se debe garantizar la implementación de un presupuesto obligatorio desde todos los niveles de gobierno (Ministerio de Economía y Finanzas, de gobiernos departamentales y municipales), para inversión en género y proyectos orientados a revertir las situaciones de inequidad que viven las mujeres. MEDIO AMBIENTE Reconocemos que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que “Madre Tierra” es una expresión común en muchos países y regiones, y observamos que algunos países reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promoción del desarrollo sostenible. Estamos convencidas de que, para lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza. La aprobación de la Ley de la Madre Tierra es el cimiento, el camino de vivir bien que recupera la visión de vivir en armonía y equilibrio entre seres humanos y la naturaleza. El Decreto Supremo 1113 es parte de las normas que buscan cuidar la tierra, la Pachamama que es sagrada, que nos da alimentos, y nos quiere a nosotras y a nuestros hijos, nos da el don de vida. Debemos recuperar prácticas y saberes ancestrales, rituales de agredecimiento a la Pachamama (Alaj Pacha, Taypi Pacha, Manqa Pacha), recuperar la concepción de que la tierra es madre, es hija, hermana, guagua y awicha que hay que dejar descansar, que es coincidente con el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades. La Pachamama nos da vida y sabiduría, por eso es necesario defenderla y prohibir su mercantilización. Es importante trabajar con enfoque de género con nuestro medio ambiente desde las unidades educativas y sectores sociales en coordinación con toda la estructura del Estado Plurinacional. 17
Es necesario realizar un compendio de leyes para darlas a conocer, aportar desde las organizaciones socializar el proyecto de Ley de Madre Tierra y plantear la modificación, adecuación de normativas existentes en relación al medio ambiente. Debemos implementar políticas de defensa del medio ambiente, a través de medidas drásticas, sanciones, con prioridad en áreas urbanas. Plantear acciones innovadoras desde nuestras iniciativas como organizaciones de mujeres de manera coordinada con el Ministerio de Medio Ambiente y nuestras autoridades municipales. Debemos tomar medidas educativas promover campañas de reforestación para cuidar el medio ambiente, en los diferentes municipios, a través de la coordinación con el Ministerio del Medio Ambiente. Las fuerzas armadas deben cumplir un verdadero control social en la explotación de la madera; se debe crear un Ley de reforestación y de maderas exóticas (mara, cedro, quina, etc.) y plantas frutales e incidir en la Ley de Bosques con propuestas desde las mujeres. Demandamos la construcción de un sistema de recojo, tratamiento de la basura, para evitar la contaminación. Demandamos que las inversiones extranjeras se adecuen a las normar bolivianas para cuidar el medio ambiente. SOBERANÍA ALIMENTARIA La alimentación es un derecho fundamental de todos los seres humanos. La soberanía alimentaria es un derecho de todas las naciones a decidir cómo producir y qué alimentos consumir, promoviendo la producción agroecológica y cuidando la madre tierra y el medio ambiente.
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Debemos incentivar y promocionar el consumo de productos nativos y naturales reemplazando a los productos importados, enlatados, a base de hormonas, transgénicos y compuestos químicos, impuestos por el consumismo del sistema capitalista neoliberal. Se debe controlar y fiscalizar los alimentos importados. Es necesario incentivar a través del sistema educativo, la protección y conservación del medio ambiente y la alimentación con productos ancestrales, como parte del vivir bien. También se debe apoyar las iniciativas de producción nacional como la producción agroecológica que garanticen la soberanía alimentaria, y que no permita el uso de pesticidas y plaguicidas que contaminan nuestro medio ambiente y la tierra. En seguridad y soberanía alimentaria es preciso trabajar desde las comunidades lejanas con el apoyo de las organizaciones locales, fundaciones y gobiernos municipales en la construcción de caminos rurales y proyectos para agua potable. La Alianza de Mujeres nos declaramos protagonistas y consejeras del Proceso de Cambio.
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Manifiesto
G77 Propuestas desde las mujeres para el Nuevo Orden Mundial
Encuentro Internacional rumbo al
Las causas de la discriminación de las mujeres son estructurales y comparten raíces con las crisis que azotan el mundo en esta época: crisis financiera, crisis alimentaria, crisis climática. Las mujeres somos la mitad de cada pueblo y nuestra participación garantiza la calidad de la democracia, por lo que deben dejarse atrás las políticas que abordan los derechos de las mujeres como una minoría. Se hace imprescindible ratificar y hacer los esfuerzos para cumplir la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing y el Programa de Acción del Cairo. Ratificamos el Consenso de Montevideo de agosto de 2013. La agenda de Desarrollo debe desafiarnos a impulsar cambios profundos y estructurales, debe basarse en el reconocimiento de los derechos humanos y los derechos de las mujeres son derechos humanos. Además esta agenda debe tener como centro a las personas y pueblos, y el respeto y equilibrio con la madre tierra. Siendo éste el tiempo de los países y pueblos del sur, debemos avanzar en nuestras economías y sociedad para cubrir las necesidades de nuestros pueblos de manera sostenible. Deben respetarse las diversas maneras que tienen los Estados y los pueblos de entender el Desarrollo Sostenible, reconociendo el VIVIR BIEN como una concepción para alcanzar el desarrollo sostenible en todas sus esferas. La búsqueda de un mundo justo, la reducción de las inequidades sociales, la erradicación de la pobreza y la generación de mejoras en la calidad de vida deben guiar el trabajo de todas y todos para promover el desarrollo integral de los pueblos, que no debe entenderse solamente como crecimiento económico. La protección del medio ambiente y el desarrollo social deben ser parte de la agenda de desarrollo.
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La agenda de desarrollo debe poner en el primer plano la reducción de la inequidad al interior de nuestros países y entre países, y poner especial énfasis en la concentración de la pobreza que coexiste con el hambre. El colonialismo sigue generando daño a nuestros países y se constituye en un freno al desarrollo de nuestras economías y a nuestras sociedades. Por lo que es imprescindible reafirmar la soberanía sobre nuestros recursos naturales y el derecho de los pueblos y sus Estados a utilizarlos de manera sostenible en el beneficio fundamentalmente de la gente, respetando las diferencias en el desarrollo de los Estados y garantizando el derecho que cada uno tiene de llevar su propia agenda de desarrollo de acuerdo a las realidades que les toca afrontar. Esta nueva agenda post 2015 debe ser construida desde los consensos de los pueblos hasta los niveles estatales. La nueva agenda debe ser de todos y de todas, no puede ser trabajada por una minoría para aplicar a una mayoría. La despatriarcalización como propuesta estratégica significa una ruptura con los sistemas de dominación. Lucharemos para que las Naciones Unidas logren posicionar la despatriarcalización como objetivo estratégico. Es imprescindible diseñar nuevos indicadores de monitoreo y evaluación para dar cuenta de la despatriarcalización , de la distribución de la riqueza, y de la construcción de una nueva forma de ejercer el poder. Todos los gobiernos deberán poner en práctica criterios que incorporen en las cuentas nacionales presupuestos suficientes para superar las desigualdades entre las personas. Los compromisos asumidos respecto a las mejores condiciones de vida de las mujeres deberán traducirse también en financiamientos de políticas públicas relacionadas a sus derechos.
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Los avances en la participación política de las mujeres sin importantes aunque aún existen un camino por recorrer. Es necesario garantizar la participación de las mujeres en todos los órganos encargados de adoptar decisiones en todos los niveles de gobierno, en el ámbito local las mujeres jugamos un rol decisivo en la cercanía con la población y sus necesidades y en los niveles intermedios y nacionales la presencia de la mujer no puede circunscribirse sólo a mecanismos o instancias específicas, debe alcanzar todos los ámbitos de la vida política de nuestros Estados, y sobre todo en las esferas de la política nacional de desarrollo. Sin la participación de las mujeres la democracia y la efectivización de los derechos humanos se debilitan. Los Estados deben promover, garantizar y fortalecer a las organizaciones sociales como mecanismos para la participación en la toma de decisiones que conduzcan a la liberación real y efectiva de los pueblos. Es necesario transparentar y democratizar la toma de decisiones y acción de los organismos internacionales, como también que sus estructuras de conducción sean espacios de participación de las mujeres y que se adecuen para garantizar su participación. Es imperativo evitar la resolución de conflictos a través de formas violencias, intervenciones o guerras, por lo que la mirada de las mujeres debe estar presente en las instancias de las Naciones Unidas encargadas de garantizar la solución pacífica de conflictos, por su destacada actuación en la prevención y la solución de conflictos. Reconocemos los esfuerzos de nuestros Estados para abordar el derecho a la igualdad de mujeres y hombres al trabajo digno, decente, pleno y productivo. Sin embargo, somos conscientes de que estos 25
esfuerzos no tendrán los frutos esperados si no se reconoce el trabajo doméstico no remunerado que realizan las mujeres en el hogar. Deben hacerse los esfuerzos necesarios, según las políticas públicas de cada Estado, para la adopción de medidas que se ajusten a cada realidad para: • La facilitación de la lactancia materna para mujeres trabajadoras, • Que tanto mujeres como hombres tengan derecho a licencia de maternidad o paternidad, • La reducción de la segregación vertical y horizontal en el trabajo, • Garantizar servicios de guarderías accesibles, • Procedimientos de contratación, retención y ascenso dirigidos a las mujeres, • La negociación colectiva, • Derecho a la jubilación diferenciada. Por otro lado, es necesario impulsar la adopción por parte de los Estados del Convenio 189 de protección de los derechos de las Trabajadoras Domésticas o Trabajadoras del Hogar, ya que el equilibrio entre labores domésticas y trabajo fuera del hogar no puede ser recargado sobre mujeres migrantes o en situación de mayor pobreza, sin el reconocimiento de sus derechos como trabajadoras y su aporte al desarrollo.
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Enfrentar la crisis alimentaria es una tarea fundamental que no podrá llevarse a cabo sin el reconocimiento del papel de la mujer en la seguridad alimentaria y nutricional, y de manera especial la importancia del aporte de los conocimientos ancestrales de los pueblos y las naciones indígenas, en particular de las mujeres. El acceso equitativo a la tierra, la capacitación y el acceso al agua son algunos de los elementos más importantes para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria en equilibrio con la madre tierra. El microcrédito con tasas usureras es un impedimento para el crecimiento económico y los emprendimientos de las mujeres. A pesar de ser buenas pagadoras, todavía somos castigadas por altas tasas de interés y, considerando que la mayor parte de las mujeres somos cuenta propistas, indígenas, campesinas, artesanas, emprendedoras, el financiamiento es central en nuestra autonomía económica. Es necesario ampliar la cobertura de las leyes sociales y leyes laborales y las condiciones de acceso hacia todas las mujeres que trabajan en unidades productivas pequeñas. La agricultura comunitaria y familiar sostenible en armonía con la madre tierra, es en nuestros países una herramienta muy potente para enfrentar la crisis alimentaria. Debe ser fortalecida por los Estados. Es importante reconocer, promover y apoyar la actividad económica de las micro, pequeñas y medianas empresas con la visión comunitaria, porque genera mejores condiciones de vida a las mujeres. Es imprescindible garantizar el acceso de las niñas, adolescentes y mujeres a los sistemas educativos en todos sus niveles para generar igualdad de oportunidades en la familia y en la sociedad. Facilitando además su capacitación en tecnologías de la comunicación y la información. Existen avances importantes en el acceso equitativo a 27
la educación, pero es necesario seguir trabajando en medidas que hagan efectivo este derecho. Se debe construir y consolidar políticas y programas de atención integral a la mujer en el marco de la prevención y el acceso a una atención oportuna e integral con calidad y calidez y el acceso a la salud sexual y reproductiva. La reducción de la mortalidad materna y la mortalidad infantil siguen siendo un reto para algunos Estados y requiere de una estrategia global que se sostenga en el tiempo. La elevación de la incidencia de enfermedades no transmisibles en nuestros países debe tomarse en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas en salud. Se ha evidenciado la relación en la afectación de las mujeres por este tipo de enfermedades por su papel en el cuidado. Se debe prevenir el embarazo adolescente estableciendo mecanismos efectivos de salud y educación, con la visión interdisciplinaria. Reconocemos nuestra diversidad como mujeres urbanas, rurales y personas con diferentes capacidades y opciones sexuales. Al menos la mitad de los migrantes son mujeres, lo que requiere de medidas específicas de atención de esta población para garantizar el acceso de estas personas a la salud y seguridad social. En este contexto se hace cada vez más necesaria la visibilización y el diseño de políticas públicas efectivas para atacar el flagelo de la trata de personas y tráfico de migrantes que afecta a grandes poblaciones de mujeres, adolescentes y niñas. La violencia contra las mujeres es un obstáculo para el desarrollo, la paz y la igualdad. No existe vigencia de los derechos humanos mientras las niñas, adolescentes y mujeres sufran violencias.
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Se debe asumir que la violencia no es un problema privado ni familiar, sino estructural, de las sociedades y los Estados, por lo que la erradicación de la violencia debe ser un reto fundamental de la agenda post 2015. Hay importantes avances legislativos, sin embargo es necesario fortalecer los mecanismos de aplicación efectiva con indicadores específicos. Planteamos una alianza de mujeres revolucionarias de los países miembros del G77 + China.
Santa Cruz, 30 de mayo de 2014
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Declaración de Santa Cruz Artículos relacionados a las luchas de las mujeres
(Santa Cruz de la Sierra, Estado Plurinacional de Bolivia, 14 y 15 de junio de 2014) Inclusión de la mujer en el desarrollo
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Recordamos el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, reafirmamos el papel fundamental de la mujer y la necesidad de lograr su participación y liderazgo plenos y en pie de igualdad en todos los ámbitos del desarrollo sostenible, y decidimos acelerar el cumplimiento de nuestros respectivos compromisos en este sentido, que figuran en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, así como en el Programa 21, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, la Declaración del Milenio y el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994.
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Reconocemos también que el potencial de las mujeres para colaborar en el desarrollo sostenible, contribuir a este y beneficiarse de él como líderes, participantes y agentes de cambio no se ha hecho plenamente efectivo. Apoyamos que se asigne prioridad a las medidas para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todas las esferas de nuestras sociedades. Resolvemos aprovechar el potencial de las mujeres como impulsoras del desarrollo sostenible por numerosos medios y nos comprometemos a crear un entorno propicio para mejorar la situación de las mujeres y las niñas en todas partes, especialmente en las zonas rurales y las comunidades locales, así como entre los pueblos indígenas y las minorías étnicas.
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Estamos comprometidos a lograr la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres en la adopción de decisiones políticas y económicas y la asignación de recursos, a otorgar a las
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mujeres iguales derechos que los hombres a los recursos económicos y a asegurar su acceso a la educación, las finanzas, las tecnologías de la información y las comunicaciones, los mercados, la asistencia letrada y otros servicios básicos, entre ellos los servicios de atención de la salud, incluidos los métodos modernos seguros, eficaces, asequibles y aceptables de planificación familiar.
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Recordamos los compromisos respectivos que asumimos con arreglo a la resolución 61/143 de la Asamblea General y otras resoluciones sobre la cuestión, reconocemos que la violencia contra la mujer viola gravemente todos sus derechos humanos, y acordamos por tanto adoptar medidas para eliminar todas las formas de violencia contra la mujer, incluidos el feminicidio y la discriminación de las mujeres y las niñas, mediante una respuesta más sistemática, amplia, multisectorial y sostenida, apoyada y facilitada adecuadamente por sólidos mecanismos institucionales y métodos de financiación, así como por planes de acción nacionales, incluidos los que se realizan con el apoyo de la cooperación internacional, y, según proceda, por planes nacionales de desarrollo, incluidas las estrategias de erradicación de la pobreza y los enfoques sectoriales y basados en los programas.
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Reafirmamos el compromiso de trabajar juntos para formular una agenda para el desarrollo después de 2015 con perspectiva de género.
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Instamos a que se haga frente a los problemas fundamentales que siguen teniendo las mujeres y las niñas mediante un enfoque amplio y con vocación transformadora y hacemos un llamamiento para que la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas se recojan en un objetivo de desarrollo sostenible independiente y se incorporen por medio de metas en las políticas inclusivas para superar la pobreza y fomentar el desarrollo social y económico de nuestros países.
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Equilibrio
Despatriarcalización Descolonización Igualdad Vivir bien Comunidad Autonomía
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Las mujeres somos la mitad de los pueblos. Históricamente hemos estado silenciadas. Y hoy ha llegado nuestro tiempo. Queremos decir, desde el sur, somos parte de los Estados y gobiernos del mundo. Traemos con nosotras propuestas de despatriarcalización y descolonización, basadas en principios de equilibrio, autonomía, comunidad e igualdad, orientadas hacia el Vivir Bien.
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