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PROYECTO GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA E IGUALDAD DE GÉNERO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: MÉXICO CEPAL - Chile
Inmujeres - México
Documento conclusivo del proyecto
Mercedes Barquet* Consultora Nacional Diciembre, 2003
Dra. Line Bareiro, Consultora Internacional, CEPAL- Chile Dirección General Adjunta de Asuntos Internacionales, del Inmujeres: Lic. Patricia Wohlers, Dir. Gral. Adjunta de Asuntos Internacionales Lic. Aída Carreño, Dir. de Seguimiento de Asuntos Internacionales
*Agradezco la colaboración sustantiva de la Mtra. Sandra Osses, asistente del Proyecto
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Tabla de Contenido
I.
Introducción
II.
Una estrategia: un proceso a. Antecedentes b. Proceso de identificación de las áreas de intervención del Proyecto en México. 1. Espacio de Interlocución a. Desarrollo del Espacio de Interlocución Primer encuentro Segundo encuentro Tercer encuentro Cuarto encuentro b. Elementos para una estrategia 2. Construcción institucional de una cultura política con equidad de género a. Los vínculos interinstitucionales IFE SEGOB CEPAL b. Elementos para una estrategia 3. Marco Jurídico Institucional a. Proceso b. Elementos para una estrategia 4. Análisis de la Encup 2003 a. Proceso de análisis b. Elementos para una estrategia 5. Foro Conclusivo
III.
Conclusiones
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I. Introducción
México asiste hoy, y desde hace varios años, a una serie de cambios orientados a consolidar una democracia posible y anhelada. A ese proceso largo y controvertido se ha llamado transición.
Aunque no hay consensos generales
sobre qué significa la transición, cuándo empezó y cuáles son sus perspectivas, en este texto nos referiremos al término transición como el proceso de generación de las reglas e instituciones tendientes a lograr un régimen democrático a partir de un orden sociopolítico carente –en diversas medidas- de dichos elementos.
Efectivamente, en el país se ha dado un importante proceso de cambio político en el que son muchos los hechos que han marcado avances, especialmente en lo tocante a los campos político y electoral.
Podríamos mencionar, entre otros,
hechos como la creación del sistema de Diputados de Representación Proporcional, la ampliación del sistema de partidos, una reforma electoral que dio paso a la consolidación y autonomización del IFE, los cambios en las proporciones partidarias en las cámaras y la elección de un candidato de un partido de oposición (PAN) como Presidente de la República. . No sobra reiterar que estos cambios no se han dado de forma espontánea sino que surgen como resultado de la reformulación de normatividades y procesos continuos de ajuste institucional que no buscan poner punto final a los procesos políticos sino por el contrario, establecer un equilibrio de la incertidumbre propia de una verdadera democracia. Por ello, la mirada de algunos cientistas políticos, especializados en los estudios de la transición a la democracia, en torno a una búsqueda de estabilización definitiva y resultados unívocos de la transición, no sería la más adecuada, desde nuestro punto de vista.
La reformulación es
continua e implica ajustes y acercamientos sucesivos, ejemplo de los cuales el país está viviendo en la actualidad.
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En este panorama las mujeres han estado presentes y han sido -ciertamente en muchos casos y de diversas maneras- protagonistas de los cambios. Vale decir que el aumento, aunque aún no suficiente, de su participación en espacios de poder público y toma de decisiones, su ingerencia en el diseño de políticas públicas desde los entes legislativos y la generación de acciones positivas como la llamada ley de cuotas1, son elementos que hacen parte de la transición a la democracia. Se trata de un continuo correlato de la participación de las mujeres con los procesos nacionales. Hablamos de correlato, no con la idea de pensar la condición política de las mujeres de forma aislada, sino en la relación de subordinación que el análisis de género permite develas, y a su vez busca comprender y transformar.
Así, aunque pareciera no ser tan evidente, desde los asuntos que parten de la separación de la esfera pública y privada, la división sexual del trabajo, hasta la representación y la construcción de una ciudadanía propia de las mujeres, el género es una transversal en el tema de la democracia y por supuesto de la gobernabilidad. En un examen detallado de los conceptos de transición y gobernabilidad hechos por diversos autores, se puede ver una gran confluencia en la definición y las posibles formas de implementación de los mismos. Por ejemplo, Hurtado y Cepeda afirman que la transición es y debe ser tan sólo la existencia de determinadas reglas, medios o procedimientos a través de los cuales se debe competir por el acceso al poder público y participar en la toma de decisiones; mientras que para Joan Prats, Un sistema social es gobernable, entonces, cuando está estructurado socio-políticamente de modo tal que todos los actores estratégicos se interrelacionan para tomar decisiones colectivas y resolver sus conflictos conforme a un sistema de reglas y de procedimientos formales o informales –que pueden registrar diversos niveles de institucionalización- dentro del cual formulan sus expectativas y estrategias.
Para Virginia Guzmán, el
concepto de gobernabilidad democrática hace referencia, como hemos visto, al
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La llamada ley de cuotas fue aprobada en marzo de 2002 y puesta en práctica, por primera ocasión, para las elecciones federales intermedias de julio, 2003.
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cambio de las instituciones. Las instituciones y reglas del juego que gobiernan las relaciones entre los individuos y los grupos- delimitan, por un lado, las oportunidades, y por otro, las restricciones que los individuos y grupos enfrentan e su relación con los demás en distintos ámbitos institucionales.
En definitiva el proceso de transición en México está íntimamente ligado al asunto de la gobernabilidad democrática en el país y eso se ubica en una condición regional de crisis que la misma V. Guzmán dibuja claramente: Los países de la región enfrentan entonces riesgos de caer en situaciones de crisis de gobernabilidad de distinta intensidad, en el caso de no mediar reformas institucionales profundas y la consolidación de una cultura democrática que amplíe la participación hacia nuevos actores sociales y debilite los mecanismos que generan desigualdad. En ese vértice en el que confluyen por un lado la conceptualización del género como eje de desigualdad, y por otro la debilidad institucional y fragilidad del proceso de democratización, es justamente donde se inserta el Proyecto de Gobernabilidad Democrática e Igualdad de género en América Latina y el Caribe y concretamente en México.
Por ello, el Proyecto en México aglutinó sus acciones especialmente sobre dos de los tres ejes en que Virginia Guzmán identifica la participación del género en los procesos de reforma del Estado: la institucionalización del género en instancias del Estado, y los mecanismos generados para asegurar la participación ciudadana en los programas y políticas de reforma del Estado.
El eje concerniente a la institucionalización del género en instancias del Estado fue la columna vertebral del proyecto a través del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
Esta
recién
creada
institución
–aunque
con
reconocidos
antecedentes en el Programa Nacional de la Mujeres y la Comisión Nacional de la Mujer (1995-2000)-
fue formalizada con la ley correspondiente, en enero del
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2001. En dicha ley figura como objeto general del Instituto: promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato entre los géneros, el ejercicio pleno de todos los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social del país bajo los criterios de transversalidad (...), federalismo (...) y fortalecimiento de vínculos con los poderes legislativo y judicial. (Inmujeres, 2003: 104). La identificación de las fortalezas y posicionamiento del mecanismo de la mujer en el país es en gran medida la posibilidad y factibilidad de vincular el género y la gobernabilidad en el contexto actual del país. En cuanto al segundo eje, se hizo especial énfasis en mecanismos tendientes a contribuir a la construcción de una cultura política democrática en México, a partir del conocimiento de dicha cultura en la población nacional, en particular de la población femenina. El énfasis en estos mecanismos, derivó, a su vez, en un interés particular por revisar los vínculos interinstitucionales y los programas de educación cívica, ambas líneas
tendientes a enmarcar y garantizar la
participación ciudadana en los procesos de reforma del Estado.
Sobre estos dos ejes abundaremos a lo largo del presente documento, que busca constituirse en elemento para una estrategia en la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México. Una estrategia construida desde el proceso mismo de ejecución del proyecto, su explicitación y la identificación de las debilidades, fortalezas, oportunidades y lecciones aprendidas a lo largo de los ocho meses de ejecución del proyecto. Tal como se define en los términos de referencia del Proyecto, La selección de México como un país viable para llevar a cabo este proyecto, lo posiciona internacionalmente ante los países de la región como un país en donde se están impulsando cambios que beneficien la participación equitativa de hombres y mujeres. La experiencia de México durante y hasta el término del proyecto, podrá ser de utilidad para impulsar las buenas prácticas de los países de la región, al igual que compartir las experiencias nacionales con otros países en el marco del este proyecto. De esta manera,
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esperamos que este documento pueda ser de gran utilidad para la operativización y réplica, así como para el desarrollo de lecturas críticas en proyectos similares tanto dentro del país como de la región. Con este fin, el documento que aquí presentamos se establecerá sobre el diálogo constante entre las propuestas teóricas, la dimensión institucional del proyecto y los hallazgos empíricos.
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II.
Una estrategia: un proceso
Tal como lo afirma uno de los documentos rectores del Proyecto la estrategia de intervención (...) tiene por objetivo principal fortalecer los Mecanismos del Género en el Estado, contribuyendo a las estrategias que ellos despliegan para legitimarse como interlocutores válidos entre los otros actores del Estado, transversalizar la perspectiva de género e integrarse en los debates y programas de reforma del Estado y gobernabilidad democrática. En México este espíritu marcó la ejecución del proyecto y por lo mismo se presenta como estrategia para construcción de una cultura democrática con perspectiva de género en el país. La estrategia es el proceso mismo.
a. Antecedentes
La Asamblea General de la ONU aprobó el financiamiento, desde la Cuenta para el Desarrollo de Naciones Unidas, del proyecto propuesto en consulta con la División para el Adelanto de la Mujer de Naciones Unidas y la Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL: “Gobernabilidad Democrática e Igualdad de Género en América Latina y el Caribe”. El objetivo general de este proyecto es fortalecer la capacidad de los mecanismos nacionales para la promoción de la equidad de género para integrar las demandas y necesidades de la mujer en los programas nacionales de buen gobierno y reforma del Estado.
La Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL identificó a los países de la región con características favorables para la ejecución del proyecto a partir de la respuesta a un cuestionario que tuvo por objetivo recoger información específica sobre la consideración de la equidad de género en el diseño, ejecución y evaluación de políticas de reforma y modernización del Estado, en agosto de 2002. Esta actividad inicial permitió presentar las bases institucionales, los avances e iniciativas que se han impulsado en materia de equidad de género y cultura democrática en México, por lo que a finales del año 2002 se invitó a nuestro país,
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a través del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) -en tanto instancia titular u órgano rector de los asuntos de género a nivel federal- a participar en la ejecución del proyecto y compartir su experiencia con los países que integran la región.
En diciembre de 2002 se definió el marco operativo del proyecto en nuestro país y se identificó como eje del mismo, la contribución a la incorporación de la perspectiva de género en las políticas, programas e iniciativas que se llevan a cabo y se impulsan en México en materia de gobernabilidad, democracia y en relación a la creación de una cultura política con perspectiva de género, cuestiones y temas que corresponden al mandato sustantivo del Inmujeres de transversalizar el diseño del género en la administración pública federal.
b. Proceso de identificación de las áreas de intervención del Proyecto en México.
El punto de partida se dio desde dos elementos sustantivos que fueron, en primer lugar, la respuesta de México –a través de Inmujeres- al cuestionario aplicado en varios países de la región, acerca de procesos e instituciones democráticas; y en segundo lugar, pero con un propósito y resultados fundamentales, la Consultoría internacional por parte de la Dra. Line Bareiro, consultora de CEPAL, quien identificó actores y escenarios posibles para la construcción del proyecto. En su primera misión a México, en diciembre de 2002, la Dra. Bareiro expresó los temas que se planteaban como justificación de la pertinencia del proyecto desde CEPAL-Chile, así como explícitamente por parte de la Sra. Sonia Montaño –Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo- y su equipo: el contexto regional de los procesos de transición democrática altamente positiva, pero que se identifica, sin embargo, como de gran fragilidad. En este proceso las instituciones son sometidas a fuertes presiones que presentan escenarios problemáticos para la gobernabilidad. ¿Qué papel tiene o aportaría un análisis de género, en la construcción de procesos de
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consolidación democrática?
¿Cómo promover y reconocer el papel de las
mujeres, en tanto actores sociales, en su capacidad de agentes de la formación y consolidación institucional y de la gobernabilidad? Como marco original del Proyecto podemos identificar también varios documentos de carácter teórico-temático,
fundamentales
para
su
ubicación
analítica:
“Remoción de obstáculos electorales para una participación equitativa de mujeres en la representación política de América Latina” de L. Bareiro; “Gobernabilidad democrática
y
género:
una
articulación
posible”,
de
V.
Guzmán;
y
“Descentralización y desarrollo local en América Latina: ¿Nuevas alternativas para la equidad de género?”, de P. Cortés.
Aunque no se descarta la pertinencia del
tema tratado por el tercero de ellos, la coyuntura y especificidades contextuales de México, hicieron que se optara por seguir la pista analítica de temas que bordaron más cercanamente sobre los abordajes comprendidos en los dos primeros artículos mencionados.
De esta manera, los actores prioritarios en nuestro contexto, y que se identificaron en una primera instancia, fueron el Instituto Federal Electoral – IFE, organismo público y autónomo; la Secretaría de Gobernación – SEGOB, a través de la Dirección General de Desarrollo Político; académicos de El Colegio de México – COLMEX, institución de estudios de posgrado en Ciencias Sociales; y por parte de la sociedad civil, la organización GIMTRAP (Grupo Interdisciplinario Mujer, Trabajo y Pobreza). La consultoría se constituyó a partir de acercamientos individuales, así como de la conferencia “Sistemas y resultados electorales, una visión regional desde las mujeres” y la impartición del seminario “Hablemos sobre el empoderamiento de las mujeres”, temas que representan uno de los intereses coyunturales de México en estos momentos: la participación creciente y cada vez más visible -así como controvertida-, de las mujeres en los espacios del poder público, tema que fue posicionado por el propio personal Inmujeres, aludiendo a la necesidad de formular indicadores de este proceso.
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La constitución de todos estos actores en ejes y protagonistas del proyecto es un primer indicador de la pertinencia de las áreas de intervención identificadas desde el planteamiento mismo del proyecto.
Cada una/uno de ellas/ellos expresó, a su
vez, intereses y áreas problemáticas o sensibles, para convertirse en objeto de un análisis con miras a la gobernabilidad democrática.
La Dra. Jacqueline Peschard, Consejera Ciudadana integrante del Consejo General, la Mtra. María del Carmen Alanís, Directora Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica, y el Lic. José Luis Gutiérrez, Director de Educación Cívica y Participación Ciudadana
-todos ellos integrantes del IFE- expresaron
sus prioridades alrededor de la necesidad de fortalecer las iniciativas existentes tanto institucionales como de la sociedad civil, alrededor de la promoción de cultura política y gobernabilidad democrática; apoyar y fortalecer los sistemas de información sobre procesos electorales y la ley de cuotas, así como promover una cultura ciudadana de exigencia de rendición de cuentas a los partidos políticos, a través de la educación e información sobre cultura democrática, específicamente con la intención de incorporar a las mujeres a los procesos de interés público.
Acerca de los partidos políticos como organizaciones ahora novedosamente sometidas al escrutinio público, se señaló la necesidad de sensibilizar a sus integrantes y dirigencias sobre la pertinencia de incorporar el género como criterio de análisis de sus prácticas y procesos internos, la necesidad de recopilación y difusión de información cuantitativa, se apuntó la constitución excluyente en sus marcos normativos, en sus vínculos y en su falta de interlocución con otros agentes de la sociedad.
Por el lado del ámbito académico se discutió, con la Dra. Ma. Luisa Tarrés, de El Colegio de México la pertinencia de estrechar lazos ya existentes con el IFE y con el INEGI, con la posible iniciativa de generar un banco de datos sobre participación política, promoviendo la formulación de indicadores de género en este espacio; se señaló la relevancia de ambas instituciones como generadoras 11
de información amplia, accesible, confiable, y cada vez más próxima a mostrar la realidad permeada por eventos de género a través de recoger la información pertinente. Se habló también de la calidad y accesibilidad de la información, que aunque es razonablemente buena, siempre se puede perfeccionar, por ejemplo con desagregación regional; es relevante, así mismo, impulsar su explotación para fines investigativos.
Surgió, así mismo, la idea de promover reuniones entre
académicas y políticas, como protagonistas de una historia reciente.
Por último
se abordó el punto del seminario de análisis de la Segunda ENCUP 2003, que ya entonces se proyectaba para el mes de septiembre, con la asistencia de académicas/os nacionales e internacionales, así como con la participación también de funcionarias/os y tomadores de decisiones. La idea principal que se abordó y que permeó el encuentro con la Dra. Dalia Barrera, de GIMTRAP y con la Mtra. Alejandra Massolo, consultora independiente, fue la de la necesidad de construir y fortalecer vínculos cooperativos con las organizaciones de la sociedad civil cuyo objetivo principal sea el de promover las actividades de cultura política, ciudadanía y participación política.
Se habló
también de la importancia del nivel local de gobierno, sobre todo como instancia cercana para el ejercicio político de las mujeres, y como espacio fundamental de gobernabilidad, asociado estrechamente con los intereses actuales de profundizar el federalismo en México.
Por otro lado, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) se ubica, en los términos y pretensiones de este proyecto, en un lugar prioritario dentro de la construcción de posibilidades de una cultura política hacia la gobernabilidad.
Su carácter de
instancia de la administración pública federal encargada de los asuntos internos del país -y específicamente la Dirección General de Desarrollo Político, bajo cuya responsabilidad se llevan a cabo tanto el Programa Especial para el Fomento de la Cultura Democrática, como el levantamiento de las Encuestas Nacionales sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (2001 y 2003)- la convierte en referente obligado de nuestro proyecto.
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En este contexto, la consultora Dra. Bareiro entró en contacto con el Mtro. Eric Suzán Reed, Dir. Gral. de Desarrollo Político.
Coincidieron en señalar los
numerosos esfuerzos desplegados por múltiples actores durante las últimas décadas, para que el país viva hoy bajo condiciones de gobernabilidad democrática. Tal como se señala entre los objetivos del Programa Especial para el Fomento de la Cultura Democrática, se pretenden sumar esfuerzos que contribuyan a la viabilidad, solidez, estabilidad y permanencia de la vida democrática en México. Este programa es de carácter interinstitucional y como tal, convoca los esfuerzos del Inmujeres, SEP, SRE, SECODAM (hoy Sría. de la Función Pública), SEDESOL, CONAFE, INEA, CONEVyT y la Ofna. de la Representación de los Pueblos Indígenas, bajo la rectoría de la SEGOB.
Algunos de los puntos más importantes abordados en este primer encuentro de la consultora internacional, fueron la necesidad de profundizar en un sistema de información que nos proporcione datos confiables y compartibles sobre la cultura política en México –y para el caso, un mejor conocimiento sobre el comportamiento político de las mujeres, las posibilidades y obstáculos de participación que presentan las prácticas intrapartidarias, posibilidades de representación de los intereses de género,
los términos y así como el
conocimiento y el nexo ciudadano con la jurisprudencia y la legalidad. Se habló, así mismo, de la importancia de contar ya con la información de la primera y segunda ENCUP y de la riqueza de información que representan, la posible comparación diacrónica –que muestra avances democráticos a la vez que rezagos persistentes y vacíos de conductas a llenar con nuevas prácticas.
Se acordó que el Indujeres co-participaría en la organización del seminario de análisis de la ENCUP 2003, -ya mencionado-
cuya información levantada y
procesada se esperaba para septiembre de 2003.
También se habló de la
posibilidad de organizar, para la segunda misión de la Dra. Bareiro, un seminario de reflexión con funcionarios de nivel de SEGOB, IFE, INEGI, INAFED, SESEM, junto con académicas del PUEG y PIEM.
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Algunos otros temas tratados que se visualizan como factibles de abordarse en el proyecto se refieren a los siguientes puntos: § § §
§
§ § § §
La gobernabilidad relacionada con la modernización de la administración pública federal –lo que hace referencia al gran tema de cultura institucional Cómo las organizaciones civiles están generalmente identificadas con ideologías partidistas específicas, y no con la idea más abstracta de democracia Se reconoce que el tema de la inclusión de las mujeres está legitimado en el discurso y en el escenario de una nueva democracia: se han tomado medidas legislativas, de capacitación, financieras y de monitoreo para la inclusión de las mujeres. Aún así, todavía falta trabajar la Jurisprudencia: normatividad que permita y promueva el acceso de las mujeres a los partidos políticos Se sabe poco del voto hombres / mujeres, porque la ley no lo autoriza; de 21 iniciativas de reformas electorales, sólo la de cuotas prosperó y se aprobó en 2002, para aplicarse en 2003; se verá en su momento el efecto de la ley de cuotas en términos del porcentaje de representación en la Cámara de Diputados El ámbito de lo municipal y local es muy complejo, hay poco interés, poca investigación; faltan redes de autoridades municipales; Falta desagregar la información Mujeres en gobiernos locales: requerimiento de voluntad personal y gubernamental, de redes y capacitación Capacitación de funcionarios: sensibilización para transformar la cultura política, que permee la acción institucional, que transforme la sociedad
Precisamente en este último punto, las autoridades de SEGOB manifestaron mucho interés y sensibilidad.
Son conscientes de un mandato del Ejecutivo
Federal, en el sentido de asumir un compromiso explícito con los temas de género y aprehender las prácticas necesarias para su implementación.
A partir de esta serie de entrevistas con actores identificados en la primera misión de la Dra. Bareiro, surgieron los temas principales que evidenciaban tener legitimidad y representar un interés particular para el caso de nuestro país. Estos temas y áreas siguieron discutiéndose y decantándose entre las consultoras (M. Barquet es invitada a participar como Consultora Nacional en abril-mayo de 2003)
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y con el equipo de la DGAAI del Inmujeres, hasta dar con los objetivos a tratar a lo largo del desarrollo del proyecto en México. Es así como, de hecho, las áreas de intervención definidas se traducen en tres objetivos específicos que, siendo muy concretos, inciden determinantemente en el ámbito de la gobernabilidad democrática2:
Objetivo específico 1: Creación y fortalecimiento de un espacio de interlocución
interinstitucional
e
intersectorial
para
contribuir
a
la
construcción de una cultura política con equidad de género en México.
Objetivo específico 2: Generar una propuesta de estrategia para la construcción de una cultura política con equidad de género en México que incluya la identificación de las necesidades , obstáculos y fortalezas.
Objetivo específico 3: Edición de la compilación del “Marco jurídico institucional de la participación política de la Mujer”.
Esta identificación se ubica en un contexto de las prioridades que señala el requerimiento de una vinculación interinstitucional dado el carácter emergente del nuevo Instituto Nacional de las Mujeres, que busca consolidarse en medio del proceso generado por el cambio del sistema político, es decir, por la transición política que vive México. Esto se constituyó en una verdadera oportunidad para entrar a espacios tradicionalmente poco sensibles al tema del género y posicionar de forma contundente al Inmujeres como interlocutor válido y capacitado para incidir en la toma de decisiones y la generación de mecanismos institucionales que ubiquen el género como eje transversal en el desarrollo de políticas públicas y la construcción de una cultura democrática.
Se puede observar una fuerte tendencia a vincular el proyecto al tema de la cultura democrática y de hecho ésta se valora como la especificidad más rica del 2
Términos de Referencia del Proyecto para México, mayo 2003.
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Proyecto en el contexto mexicano. Como lo mencionamos antes, la coyuntura que vive el país es propicia para buscar entradas que permitan construir nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad con miras a generar procesos de gobernabilidad democrática. Este desplazamiento del proyecto es clave ya que amplió las pautas de acción e insertó el proyecto en hechos y mecanismos concretos que se desarrollaron en el transcurrir del mismo con gran trascendencia. Las elecciones federales intermedias, realizadas el 6 de julio y la realización de encuestas de cultura política por parte de diversas instituciones, son la muestra de dicha oportunidad. Estos aspectos serán abordados con más amplitud enseguida.
Las actividades desarrolladas en el marco del Proyecto correspondieron a cada uno de los objetivos planteados, los cuales a su vez se insertan en los ejes de la gobernabilidad a que alude Virginia Guzmán, y que mencionamos anteriormente.
1. Espacio de interlocución
La creación y fortalecimiento de un espacio de interlocución interinstitucional e intersectorial para contribuir a la construcción de una cultura política con equidad de género en México (Objetivo específico 1) dio pie a un seminario de cuatro reuniones a las que se convocó a los actores identificados a partir de la primera visita de la Consultora Internacional y hace parte de los mecanismos que promueven la participación ciudadana en los programas y políticas de reforma del Estado.
Como lo afirma Lechner, La gobernabilidad democrática se apoya en estructuras comunicativas que involucran a todos los actores. Tal comunicación funciona en la medida en que existan marcos de referencia conmensurables. Es decir, supone que los participantes compartan determinadas coordenadas3. Justamente, la
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Cultura política y gobernabilidad democrática Conferencia dictada el 8 de marzo por Norbert Lechner en el ciclo de conferencias magistrales organizado por el IFE en México, 1995.
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ubicación, comprensión y construcción de dichas coordenadas se ubicaron como el eje para sentar las bases de este espacio de construcción colectiva. a. Desarrollo del Espacio de Interlocución
A lo largo del proyecto se hicieron cuatro reuniones, o encuentros. El espacio fue útil para vincular actores institucionales del nivel nacional en torno a un mecanismo concreto para discutir el asunto del género y pensarlo como un elemento esencial y no sólo como un componente formal de la gestión pública. En esta medida, se logró la asistencia constante de algunos miembros de instituciones como propio Inmujeres, IFE , SEGOB (Secretaría de Gobernación), la Junta de Mujeres Políticas, ANCIFEM, CEPAL, y El Colegio de México, lo cual permitió discutir las temáticas propuestas sobre un lógica de proceso. Así, se puede identificar como un logro concreto la existencia de un grupo permanente que mantuvo el hilo de la reflexión y valoró la existencia de este espacio como fuente de reflexión para la gestión.
Los resultados de las reflexiones de cada encuentro pueden ser leídos como los puntos de una agenda de discusión sobre el nexo entre la gobernabilidad democrática y la igualdad de género en México, en tanto articulan las demandas y las inquietudes de personas provenientes de diversos sectores. A continuación ubicaremos, a manera de relatoría analítica, los puntos centrales abordados en cada encuentro.
Primer encuentro. El desarrollo de la reunión evidenció la amplitud y potencialidad de tema central del Proyecto, así como los diferentes enfoques que puede tener desde la mirada intersectorial. En resumen, quedaron planteados los siguientes aportes: §
El tema eje del proyecto puede ser enriquecido si se ubica dentro del marco de los derechos económicos y sociales vistos de forma integral. 17
§
La información que se puede canalizar a través de elementos como las encuestas es fundamental en el avance del proyecto que nos convoca. Esta información puede ser muy enriquecedora del proceso en la medida en que puede dar cuenta de aspectos centrales como el conocimiento de los ciudadanos y ciudadanas de las instituciones y los canales de comunicación entre ellos; el momento de transición democrática al que asiste el país; los recursos mismos del ejercicio ciudadano; la visibilización de las mujeres en el ámbito político y las dimensiones de la participación política, entre otros. Al respecto, se planteó como uno de los posibles ejes de trabajo en este Espacio de Interlocución el estudio de dicha información orientada a la pregunta de ¿qúe explica la participación de las mujeres en la política?.
§
La ciudadanía como canal de la participación y la vinculación de las mujeres a la vida política se presenta como una veta importante, tanto por su potencialidad como por lo que representa frente a la creciente fragilidad de los partidos políticos como espacio de convocatoria y articulación a la vida política del país. En este sentido, también se habló sobre las formas de adscripción y vinculación entre las mujeres y los partidos desde la ubicación como clientelas o la generación de plataformas que las incluyan como mayoría votante, hasta la valoración de ellas como agentes políticos influyentes y protagonistas de los mismos partidos.
§
El movimiento que se da en diversos ámbitos, pero especialmente en el plano electoral, de las mujeres en pro de la igualdad de género en la política requiere de un seguimiento. En este aspecto, se habló de la existencia de pactos realizados entre mujeres políticas en varios momentos, especialmente en la coyuntura electoral que se vivía en ese periodo. La inminencia de las elecciones del 6 de julio puso sobre la mesa una amplia gama de hechos y temas que son claves dentro del campo de la gobernabilidad democrática.
§
La existencia y evaluación de medidas positivas como las cuotas es un eje de análisis que está en la mira de la opinión pública. Debido a la novedad de la Ley de Cuotas, cuya aplicación se inició en las elecciones del 6 de julio, y la necesidad de evaluarla sobre la coyuntura presente, éste se identificó como un elemento fundamental de análisis en el Proyecto. §
El vínculo de las mujeres, en su subjetividad, con la realidad política sufre un rezago. Es vital trabajar en la construcción de vínculos de las mujeres con las instituciones y viceversa, en todos los niveles y no sólo en el puramente electoral. Igualmente, se habló de la necesidad de renovación del discurso feminista en general y en especial, frente al reto de la transición democrática al que México asiste hoy.
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Segundo encuentro En la segunda reunión se contó con la presencia de la consultora internacional del proyecto Dra. Line Bareiro, así como con la participación de algunos funcionarios directivos del Inmujeres. Vale destacar que participaron la mayoría de los que aceptaron la primera convocatoria a la reunión lo que facilitó un trabajo de discusión fluido y un sentido de proceso en el abordaje de algunos temas. La Dra. Bareiro habló sobre la ubicación y particularidades del proyecto y posteriormente, Christina Alnevall, de la Universidad de Estocolmo, quien expuso información y análisis comparativos sobre el tema de las cuotas en diez países de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana).
Los siguientes fueron los tópicos principales que surgieron en la reflexión: •
El proceso de ubicación de México y América Latina en el mundo respecto a la adopción de medidas afirmativas como las cuotas. En este punto, se destaca que es el continente donde más se aplican las cuotas, incluso convirtiéndolas en ley, y donde el proceso se ha dinamizado rápidamente desde 1996 hasta la fecha. Sin embargo, es necesario ser conciente de que los mecanismos de acción positiva no garantizan la calidad en su aplicación.
•
El ámbito político es hostil pero se requiere que las mujeres jueguen un papel importante en él, de otro modo, las acciones que se lleven a cabo en otras esferas o a nivel micro son infructuosos porque no se garantizan en los espacios de toma de decisiones.
•
Existe una gran necesidad de adelantar procesos de cultura política en tanto las medidas solas no son suficientes. Se habló no del sometimiento de una a otra sino más bien de la necesidad de una conjunción conciencia – ley. En este punto surgió el asunto de la responsabilidad de las instituciones y en concreto del Inmujeres en el desarrollo de esa cultura política, como un proceso que es fundamental en el ámbito de la gobernabilidad democrática.
•
Surgió un cuestionamiento fuerte en torno a si la presencia de mayor número de mujeres en los espacios de decisión como el parlamento efectivamente marca una diferencia, especialmente en favor de las mujeres en general. La Dra. Bareiro destaca el hecho de que si bien no se logran cambios en las tradiciones políticas, los procesos demuestran que las mujeres insertan nuevos temas en el debate y facilitan la articulación en momentos de conflicto.
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•
En el proceso de incursión de las mujeres a la política en México se ven dos aspectos importantes, por una parte la participación vigorosa del movimiento amplio de mujeres acompañando a las mujeres políticas en los avances en el acceso a espacios de poder. Por otro, el hecho de que aparentemente no se da en el caso de las mujeres una carrera política procesual, de trayectoria acumulativa que comience desde las posiciones de poder local, más cercano. En este punto se abre una veta de investigación que requiere además de lo que se ha trabajado en términos cualitativos, un abordaje cuantitativo que amplíe los factores explicativos de dicho fenómeno.
•
Se puso énfasis en el hecho de que el ingreso de las mujeres en espacios de poder institucional y político emerge recientemente como un tema en el marco del género. En México particularmente, este aspecto se evidencia en casos como el de la Legislatura LVIII (anterior a la actual), la inclusión fuerte del tema en la ley del trabajo, la conversión de la Comisión de Equidad y Género en ordinaria (ya no extraordinaria) y la expedición de leyes específicas como la misma ley de cuotas.
•
Los resultados electorales del 6 de julio aparecieron constantemente en la discusión para ejemplificar, evidenciar problemas o dar cuenta de procesos. Aunque no se llegó al porcentaje del 30% previsto por la ley, se alcanzó un 22.8% de mujeres en la cámara baja, lo que podría ser leído como evidencia de un resultado rápido de la aplicación de la ley de cuotas. Sin embargo, esto tiene muchos atenuantes y factores que se deben seguir estudiando
Tercer encuentro En esta ocasión la reunión giró principalmente en torno a la presentación de algunos resultados de dos encuestas: La segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP 2003) realizada por SEGOB y la encuesta nacional denominada La Naturaleza del Compromiso Cívico: Capital Social y Cultura Política en México, realizada por IFE y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Ya desde la primera reunión de este grupo intersectorial, se identificó la necesidad de vincular instrumentos de información empírica, como las encuestas, a los procesos de fortalecimiento de la gobernabilidad democrática con perspectiva de género, a través del planteamiento de ciertas preguntas centrales: ¿Qué explica la participación de las mujeres en la política? ¿Son cualitativamente diferentes su percepción y sus prácticas
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ciudadanas?
¿Cómo podemos articular las características de su inserción en el
espacio público, con la especificidad de las relaciones de género? •
La importancia de las encuestas como fuentes de toma de decisiones, lo que influye sustancialmente en la gobernabilidad democrática.
•
La preocupante desafección de los ciudadanos en general, y de las mujeres en especial, frente a la política, lo cual se traduce en una muy baja participación efectiva en los mecanismos políticos y los espacios ciudadanos en general.
•
La actitud pesimista de las mujeres frente a la democracia actual y sus perspectivas futuras. El análisis sobre este punto puede remitir a una fuerte incidencia de la crisis económica que afecta principalmente a las mujeres y se convierte en un criterio de juicio importante en la vivencia democrática, o bien en la posición más crítica de ellas frente a los aspectos que afectan el justo desarrollo de la democracia, como la corrupción, la legitimidad y la credibilidad en los funcionarios, las instituciones y las reglas y valores democráticos.
•
Se evidenció la gran similitud de respuestas entre las dos encuestas, lo cual es altamente favorable en términos de consolidar su confiabilidad y pensar en que se constituyen en elementos que no pueden ser ignorados a la hora de gestionar políticas y ejercer acciones a favor de la gobernabilidad democrática. Se destacaron algunos temas que atienden al carácter del análisis de género concretamente, como es el caso de la definición de la relación público privado, y la inclusión de otras categorías que pueden ser más explicativas de la condición de las mujeres, como la de lo doméstico.
•
Las pequeñas diferencias son consistentes a lo largo de la encuesta, lo cual permite identificar tendencias importantes en el análisis de género en la cultura política. Dentro de los puntos diferenciales del factor de género se destacan ejemplos como el de el hecho de que la preferencia de las mujeres hacia las instituciones se define más por aquéllas que tiene más que ver con la vida cotidiana, como el caso de las organizaciones de salud pública, mientras que para los hombres la identificación está mayormente ubicada en las entidades que representan el gobierno federal.
•
La encuesta del IFE muestra que las mujeres son más conservadoras que los hombres tanto en los asuntos domésticos como en los políticos y que la relación entre la situación económica y la democracia es más estrecha desde su perspectiva.
•
El género debería ser una transversal de las encuestas y no sólo un elemento que se muestre exclusivamente en la separación por sexo; o bien, se debería considerar por parte de instituciones interesadas, particularmente del
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Inmujeres, la necesidad de elaborar un instrumento que pretenda dar cuenta de esto específicamente. •
Las contradicciones que aparecen constantemente en diversos resultados – entre las respuestas a ciertas preguntas- se podrían adjudicar a la intencionalidad diferente de las preguntas, a su formulación, o a los ejemplos explícitos que señalan, que en unos casos atienden a las prácticas concretas y en otros a captar las percepciones y concepciones sobre el deber ser de los aspectos de la democracia.
Cuarto encuentro El hilo conductor de la discusión fue el concepto de capital social y en ese sentido se formula ron algunos cuestionamientos que siguen abriendo caminos a la reflexión sobre la perspectiva de género en la construcción de una cultura democrática en México. La traducción de las inquietudes en interrogantes e hipótesis generales resultó un ejercicio importante para ser desarrollado en los diferentes contextos profesionales e institucionales de quienes han venido trabajando en este Espacio de Interlocución.
A continuación destacamos los
principales: •
¿Existe una manera particular de las mujeres para acceder a los asuntos de lo público y lo político? De ser así, ¿Cuál es y qué la hace distinta?
•
En la encuesta resulta un muy bajo (35%) el porcentaje de mujeres que afirman haber realizado acciones comunitarias. Frente a esto surge la pregunta de si ¿no será más bien que gran parte del trabajo comunitario que las mujeres ejercen está considerado parte la cotidianidad y no se toma como voluntario?
•
Hace parte de un imaginario político muy arraigado en la población mexicana la concepción de legitimidad guberna mental de acuerdo al éxito material de la gestión pública. ¿Esto qué implica en términos de capital social?
•
Los grados de confianza que tiene la población, y en particular las mujeres, en los diversos actores e instituciones de la vida nacional parecen responder a una confianza fuerte en actores del círculo de relaciones cercanas como la familia, los maestros o la iglesia, pero débil en actores que se consideran lejanos como el gobierno, los sindicatos y los partidos políticos, lo que hace difícil la gobernabilidad y construcción de capital social.
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•
¿Cómo revertir las tendencias (que generan círculos viciosos) en parámetros cruciales para la gobernabilidad como la desconfianza de la gente en las instituciones y viceversa?
•
Cuando no se logra consolidar la construcción de un capital social fuerte, se adoptan soluciones externas que terminan siendo muy costosas. Un caso paradigmático de ello es el propio IFE, institución fundamental de la transición democrática, que a su vez está fincada en superar la desconfianza, a través de todo tipo de candados impuestos a los procedimientos electorales.
•
La educación aparece como el elemento de la política social más eficiente y por ello más apreciado entre la población como servicio de la gestión pública. A su vez, los niveles de educación aparecen íntimamente relacionados con las distintas apreciaciones sobre democracia, y con los comportamientos ciudadanos.
•
¿Cómo valorar datos como el de que el 15% de las mujeres aproximadamente consideran que las propias mujeres no deben participar en política? ¿Cómo valorar la negativa de un amplio sector de la población a la inclusión de mujeres, jóvenes e indígenas en la política nacional?
•
El tránsito entre ONG y movimientos sociales y una sociedad civil sólida ¿es sólo un desplazamiento discursivo?
•
Si la definición de las ONG es la oposición al Estado, ¿es posible considerar una cooperación entre estos dos sectores? En esa medida, ¿de qué capital social se puede hablar? ¿Cuál es la posición y el actuar de estas organizaciones, sobre todo las de mujeres, en estos momentos de cambio político?
•
La reflexión sobre la sociedad civil es aún una tarea por hacer en México. Aún falta mucho por investigar sobre su naturaleza y acciones, más allá de los ejercicios teóricos. El tema amerita nuevas miradas y abordajes específicos para nuestra realidad.
b. Elementos para una estrategia Los encuentros realizados en torno al Espacio de Interlocución podrían ser leídos como un sondeo de una propuesta más amplia de un espacio de reflexión intersectorial que promueva por una parte, el fortalecimiento del Inmujeres como promotor de debates sobre la cultura política y la equidad de género y por otra, la generación de espacios que permitan instalar el género como eje transversal de 23
las acciones de instituciones de diverso tipo a través de la participación constante en dicho espacio.
Como éxito de este mecanismo consideramos que se puede señalar el que se logró vincular la reflexión a hechos importantes del discurrir político coyuntural, como fue el caso de las elecciones intermedias del nivel federal realizadas el 6 de julio y en las que se eligieron Diputados Federales, 6 gobernadores, 10 congresos estatales y 381 ayuntamientos. Así mismo, se han vinculado a la discusión los resultados de tres encuestas sobre cultura política: La segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP 2003) realizada por SEGOB, la encuesta nacional La Naturaleza del Compromiso Cívico: Capital Social y Cultura Política en México realizada por IFE en convenio con el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y la Encuesta del Instituto de Investigaciones Jurídicas, sobre asuntos Constitucionales, la ley y la legalidad. Ésta última no se abordó en el Espacio de Interlocución porque no se contó con su base de datos; sin embargo, sí fue objeto de análisis durante el seminario ya referido, realizado en septiembre.
El proceso vivido a lo largo del Espacio permitió identificar formas de hacer que facilitan la interlocución, tales como la vinculación de los propios actores en el aporte de contenidos para la reflexión, la inserción de la discusión en coyunturas que son de importancia para todos y ponen el asunto del género sobre la realidad cotidiana
del discurrir institucional y la identificación de las principales
preocupaciones y reflexiones de los actores en torno al género. Así mismo, se pudo observar que quienes asumen el compromiso de participación con el Espacio desarrollan hilos de reflexión que inciden en la gestión y tienden puentes de relación interinstitucional a diversos niveles. En este sentido, el espacio constituyó un canal importante de intercambio de materiales teóricos e institucionales con miras a alimentar la gestión de quienes participaron de manera permanente en esta actividad. La participación de personal del Indujeres es altamente valorada,
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porque representa una oportunidad de vínculo personal e institucional con otras/os funcionarias/os abocadas al tema.
No obstante los éxitos señalados, la asistencia al espacio fue reducida: entre ocho y once personas por cada reunión. Esto se identifica como una dificultad cuando el objetivo inicial propuesto fue el de generar un espacio amplio e incluyente de discusión que implicara la presencia de integrantes de sectores importantes en el ámbito de la gobernabilidad como el Estado, las organizaciones de la sociedad civil, los partidos políticos y la academia.
A partir de las lecciones aprendidas se pudo establecer la capacidad del Inmujeres para convocar y facilitar un espacio de este tipo. Sería necesario, sin embargo, ampliar la convocatoria e identificar qué actores pueden hacer parte del espacio en cuanto a sus disposiciones, intereses y compromisos institucionales. Queda la pregunta, por ejemplo, de si los partidos políticos tienen muy poca sensibilidad frente al tema y por eso no acuden a estas convocatorias, o si tal vez fuera necesario convocar a sectores o actores específicos dentro de los partidos que se interesen por el tema del género y puedan influir desde allí en la gestión general de sus organismos.
Así mismo, consideramos que es necesario arriesgar la
creación de espacios de este tipo que confronten la tradición en la cual la participación en espacios colectivos se hace sólo a cambio de reconocimiento, acreditación, premiaciones, u otro tipo de incentivos que aseguren saldos de dicha participación. Pero, es entonces, fundamental encontrar los puntos de articulación y la captación de intereses que promuevan y faciliten la creación de espacios como éste, y transformen el sentido de productividad que se les asigna regularmente.
En el caso de este Espacio de Interlocución se destaca la presencia del Inmujeres, IFE y SEGOB a través de funcionarios interesados que aportaron mucho a las discusiones
e
hicieron
acercamientos
iniciales
para
tender
puentes
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interinstitucionales. Además, se espera que en realidad este tipo de iniciativa retroalimente a la institución participante e incida en su toma de decisiones.
El espacio fue, así mismo, útil para vincular actores institucionales
(Objetivo
Específico 2, del Proyecto) del nivel nacional en torno a un mecanismo concreto para discutir el asunto del género y pensarlo como un elemento esencial y no sólo como un componente formal –o de obligatoriedad exclusivamente discursiva- de la gestión pública. En esta medida, se logró la asistencia constante de algunos miembros de instituciones como propio Inmujeres, IFE, SEGOB, la Junta de Mujeres Políticas (Asociación Política Nacional), ANCIFEM, CEPAL- México, la UNAM y El Colegio de México lo cual permitió discutir las temáticas propuestas sobre una lógica de proceso. Así, se puede identificar como un logro concreto la existencia de un grupo permanente que mantuvo el hilo de la reflexión y valoró la existencia de este espacio como fuente de reflexión de la gestión.
2. Construcción institucional de una cultura política con equidad de género
De acuerdo al objetivo de generar una propuesta de estrategia para la construcción de una cultura política con equidad de género en México que incluya la identificación de las necesidades , obstáculos y fortalezas (Objetivo Específico 2) se desarrollaron actividades en vistas a fortalecer la capacidad del Instituto para generar relaciones con otras instituciones del nivel gubernamental y ser un interlocutor válido frente a organismos internacionales, así como un mecanismo confiable para las organizaciones de la sociedad civil, especialmente las que trabajan con mujeres, abordando temas de participación política, habilitación de funcionarias y legisladoras, o más ampliamente, de promoción de ciudadanía. En este punto, el objetivo del Inmujeres de transversalizar el género en la gestión
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pública en general, y en comunicación con los organismos de la sociedad civil, es el más grande desafío.
a. Los vínculos interinstitucionales
El fortalecimiento del Inmujeres pasa por la legitimidad y credibilidad que tenga en el entorno social y político mexicano la institución, pero además por la capacidad de vincularse con redes e instituciones que le permitan conformar un campo político en el que se puedan desarrollar las acciones necesarias para responder a las demandas de las mujeres en diversas esferas y a la necesidad de garantizar su participación equitativa en la vida nacional.
Estos elementos son problemáticos en el contexto de crisis que hemos referido como trasfondo del proyecto.
De hecho, el propio Inmujeres es parte de los
continuos arreglos institucionales propios de la transición y objeto, como otras instituciones del nivel federal, de la confianza y desconfianza de sectores amplios de la sociedad.
Tal como lo dejó ver la ENCUP 2003, las ciudadanas y los
ciudadanos tienen bajos niveles de confianza en instituciones relacionadas con el gobierno. Y en el caso específico de las mujeres, la confianza se encuentra más ligada a instituciones y actores que están cercanos a su vida cotidiana o se mueven en el ámbito de la vida privada como la escuela o la iglesia, que en las que significan un compromiso público, y aún más político, como sería el congreso o los sindicatos, por ejemplo.
Así mismo, se puede captar una dificultad para incorporar las demandas de algunas de las organizaciones civiles de mujeres, que perciben la institución ya no como el proyecto colectivo generado en el entorno de las luchas feministas y en el marco de la oposición, sino como la contraparte estatal que genera desconfianza y resquemor, nos atreveríamos a decir que a priori. Esto requiere también de un trabajo continuo de comunicación e interlocución que permita hacer la transición a
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una nueva institucionalidad y permita que el mecanismo de la mujer sea un factor clave y aglutinador de las diferentes dimensiones de la equidad de género, en interlocución con las organizaciones de la sociedad civil.
En el proyecto, el énfasis estuvo puesto en los vínculos interinstitucionales del Inmujeres con otras instancias de gobierno y de la sociedad civil. Esto se desarrolló básicamente en tres dimensiones: a través de reuniones de acercamiento y sensibilización con funcionarios de las instituciones identificadas como contraparte en el Proyecto; en la realización de una sesión de trabajo con funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Gobernación; y en la realización de un foro de reflexión como punto de llegada de las diversas acciones desarrolladas en cumplimiento de los objetivos del Proyecto. Vínculos con el IFE Desde la identificación de las áreas de intervención del Proyecto en México se ubicó al IFE como un actor clave en su desarrollo. Esto se debe a varios factores que son cruciales en la discusión sobre la gobernabilidad democrática, tal como lo afirma Bareiro: Pensar en aumentar la gobernabilidad democrática implica pensar en sistemas democráticos capaces de dar seguridad y bienestar a la población. Pero significa también que los sistemas deben ofrecer suficientes posibilidades de participación de manera tal que la diversidad societal pueda pensar que sus problemas y demandas son procesados en el sistema político. A la representación legítima y buen gobierno se suma entonces la participación ciudadana. Pero la participación no implica solamente organizarse como parte de la sociedad civil, tener capacidad crítica y propositiva, incidir en la agenda pública, sino también en la inclusión efectiva de los actores en el sistema político, en la representación, en la toma de decisiones (...) Y en este contexto, la inclusión de las mujeres en los espacios de poder público en pie de igualdad a los hombres es uno de los desafíos al que se apunta cuando de mejorar la calidad de la democracia, y en consecuencia la gobernabilidad democrática, se trata. (Bareiro, 2003: 10).
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En este marco queda aún más claro por qué la importancia de la presencia del IFE en el Proyecto. Esta institución autónoma juega un doble papel en el sentido de ser responsable de la agenda electoral mexicana, pero también es clave en el área de la formación y la educación cívica orientadas a la participación. De esta manera, en el proyecto se buscó capitalizar tanto su papel en la dinámica política electoral y la construcción de ciudadanía, como su credibilidad en el contexto nacional lo cual se evidencia en que, de acuerdo a la ENCUP, ocupa el cuarto puesto en confianza al interior de la ciudadanía entre 15 actores más.
Los vínc ulos mantenidos con el IFE se establecieron prinicipalmente a través de dos funcionarias: la Mtras. María del Carmen Alanís,
Directora Ejecutiva de
Capacitación Electoral y Educación Cívica, quien desde 1999 venía trabajando en el tema de la vinculación de las mujeres en el ámbito electoral; y la Dra. Jacqueline Peschard, la única Consejera Electoral, ya que el resto de Consejeros fueron hombres en el periodo en que se desarrolló el Proyecto. (Vale aclarar que a partir de noviembre del 2003 son tres las Consejeras Electorales).
La pregunta central que articuló los acercamientos con el IFE fue aquélla que también está en el núcleo del trabajo de la Dra. Line Bareiro: ¿Cómo podrían mejorarse los sistemas electorales para que permitan la inclusión equitativa de mujeres y hombres en la representación política?
Posterior al proceso electoral del 6 de julio, en el que se eligieron Diputados Federales (renovación total de la Cámara Baja), seis gobernadores, diez congresos estatales y 381 ayuntamientos, se estableció una reunión con la Mtra. Alanís, en la que estuvieron también presentes por parte del IFE, el Lic. Gabriel de la Paz y la Lic. Maricela Muñoz Ruiz y la cual encabezó la consultora Internacional, Dra. Line Bareiro, en su segunda Misión de asesoría técnica presencial. El tema central fue una evaluación breve de las elecciones y el papel de las mujeres en el evento.
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Para Alanís, en términos generales, el abstencionismo que alcanzó un 58% significó un castigo a la política actual; así mismo, el incremento de votos nulos es una señal de descontento con la política y con las campañas. Pero, a pesar del abstencionismo, cualitativamente hay crecimiento de la calidad cívica
Las mujeres representan el 54% en la integración e instalación de casillas de votación y aunque sigue siendo bajo el nivel de representación política de las mujeres, se ha dado un cambio en el acceso al poder. Ahora hay que cambiar, renovar el discurso, trascender la victimización aludir a nuevos argumentos justificatorios de las demandas de las mujeres. Está implícito un desafío en el ejercicio de este liderazgo ya ganado. En ese mismo sentido, se habló de la importancia del pacto del 26 de junio anterior entre candidatas a diputadas, iniciativa de la comisión del Senado encargada del 50 aniversario del voto de las mujeres. El pacto de comprometerse con su condición de género en el espacio político y de representación que ejerzan, sería ratificado por las candidatas electas a Diputadas, en el Senado. Bareiro hizo énfasis en que la gran resistencia está en conjuntar los espacios privado y público, ubicar la responsabilidad doméstica y redistribuir actividades y espacios.
Otro aspecto que se tocó en la conversación con el IFE fue el referente a la encuesta de La Naturaleza del Compromiso Cívico: Capital Social y Cultura Política, realizada en colaboración con el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Se trató el tema del compromiso que representa la cultura política y educación cívica: ¿Qué tipo de compromiso y de responsabilidad muestran los distintos grupos sociales? Frente a éste, igual que frente a otros instrumentos similares en ejecución el desafío que se propone es que todos los instrumentos de recolección de información empírica propongan, desde su concepción y diseño, un análisis de género. Alanís se comprometió a ello en el caso de la encuesta levantada por el IFE y habló de la necesidad de transversalizar el género en todo, tal como lo demuestra el modelo del Center for Civic Education, en Calabazas,
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California, Estados Unidos. Pero el concepto de transversalidad es aun difícil de comprender y aplicar.
Otro punto destacado fue el de la educación cívica, que no puede ser reemplazada por la capacitación y es una gran responsabilidad por parte de muchas instituciones, entre ellas el IFE. En esta educación cívica la mirada de género es vital, y se tienen contempladas modificaciones al actual programa.
Para finalizar la entrevista se tocó el tema de las actividades y/o compromisos del IFE con el Proyecto: Participar en el Espacio de Interlocución, hacer el análisis de las encuestas con perspectiva de género, participar en el foro conclusivo del Proyecto, posibilitar y aprovechar la información sobre la participación de las mujeres en los procesos electorales. En general, la experiencia del IFE en capacitación y educación cívica se considera fundamental para la construcción democrática y la gobernabilidad. En seguimiento con el proceso de articulación llevado con el IFE a lo largo del Proyecto, el 4 de diciembre se realizó una entrevista colectiva con la Directora de Capacitación Electoral y Educación Cívica del IFE, Mtra. Alanís y
las nuevas
Consejeras Electorales: Mtra. Teresa González Luna Corvera, Lic. Alejandra Latapí Renner y Lic. Lourdes López Flores. Las ideas centrales de la reunión giraron alrededor de la posición de género de las Consejeras en el marco del nuevo Consejo del IFE, y por el lado institucional se trató el tema de las alianzas interinstitucionales y la posibilidad de hacer convenios que toquen los siguientes puntos: posicionamiento de los temas de género en el contexto de las elecciones municipales y locales, colaboración en programas de capacitación, transversalidad del género en las acciones del IFE, cultura institucional y sus implicaciones en el quehacer cotidiano del propio IFE, intercambio de materiales, publicaciones, bases de datos, etc., y por último, se abordó el tema de la importancia de dejar constancia del proceso en el que están y estamos involucradas.
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Vínculos con SEGOB La Secretaría de Gobernación es la instancia del ejecutivo federal abocada a los principales temas concernientes a la política interna del país. La interlocución del Proyecto con esta institución se hizo a través del Mtro. Eric Suzán Reed, Director General de Desarrollo Político, Lic. Leticia Aguiar Meugniot, Directora de Cultura Democrática, y
Lic. Rocío Romano Morales, entonces Subdirectora de
Vinculación con Organizaciones y Relaciones Internacionales; además, fue designada como asistente para seguimiento del proyecto, Mariana Pineda.
Las actividades desarrolladas con SEGOB en el curso del proyecto fueron fundamentalmente entrevistas con los funcionarios para reflexionar sobre el tema de género y su incidencia en la gestión institucional,
una sesión de trabajo
realizada con funcionarios de alto nivel de la Secretaría y el análisis con perspectiva de género de la Encuesta de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP 2003) realizada por esta institución, y a la cual destinaremos un apartado especial. En el trasfondo de estas actividades se identificó como eje articulador el Programa Especial para el Fomento de la Cultura Democrática, al cual están enlazadas ocho instituciones del nivel federal: SEGOB, Inmujeres, SEP, INEA/CONEVyT (descentralizada), Subsecretaría para América del Norte de la SRE, Oficina para la Representación de los Pueblos Indígenas, Sedesol y Secretaría de la Función Pública (entonces SECODAM). Como lo mencionamos anteriormente, el énfasis del Proyecto en México fue la construcción de cultura democrática y por ello este vínculo es fundamental.
También se destacó reiteradamente en las entrevistas realizadas con SEGOB que el marco de referencia de este Proyecto, y del propio Inmujeres, es el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (Proequidad) el cual compete a todo el Gobierno Federal.
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La Secretaría de Gobernación se comprometió en todas las actividades programadas en el desarrollo del Proyecto y se lograron establecer relaciones importantes que deben desembocar más adelante en el diseño mismo de políticas y la toma de decisiones en la institución.
Sesión de trabajo: Equidad de Género en la Gobernabilidad Democrática El proceso mismo de preparación de la sesión de trabajo, constituyó un espacio de acercamiento y reflexión con las y los funcionarias/os de la SEGOB. Se planearon como contenidos de la sesión: la cultura democrática vinculada a Proequidad como marco de compromisos; el entrecruzamiento de la gobernabilidad democrática y la equidad de género, su significado e importancia y sus implicaciones políticas y prácticas para las/os funcionarias/os; la relación públicoprivado en la adscripción de las mujeres a las instituciones; las necesidades, requerimientos, retos y vacíos, identificados en el tema objeto del proyecto y de la sesión. Además, se pensó en contar con una intervención de la Dra. Bareiro que tendría como objeto hacer evidente cómo es transversal el género como eje de discriminación; desnaturalizar los procesos de conceptualización de hombre y mujer; consolidar la institucionalidad gubernamental; y por último, pero de la mayor relevancia para la institución, hacer de estos temas un elemento fundamental aplicable al trabajo cotidiano de las/los funcionarias/os que participarían.
La realización de esta sesión tuvo lugar el 23 de julio, en las instalaciones de la SEGOB. Asistieron alrededor de 25 funcionarias/os de la Secretaría y dieron la bienvenida al evento el Subsecretario de Desarrollo Político, Dr. José Francisco Paoli Bolio y la Presidenta del Inmujeres, Lic. Patricia Espinosa Torres. En la sesión se hizo explícito el hecho de que para el Estado hay un compromiso con hacer válida la condición ciudadana como capacidad de tomar parte e influir en los asuntos de la conducción del Estado, y para darle vigencia a la no -discriminación, por lo que insertar un Proyecto como éste en el entorno institucional de SEGOB es no sólo pertinente, sino necesario.
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En su presentación, la Dra. Bareiro retomó principalmente los siguientes puntos: En perspectiva de equidad de género ya hay una acumulación de conocimiento académico –teórico y empírico- muy relevante; hay un mandato internacional y nacional que asume ese conocimiento; y ya es un tema que aparece en la agenda pública. Su aplicación representa un fuerte desafío a las tradiciones y las prácticas, porque atañe a un vínculo estrecho entre lo público y lo privado. Por esta dificultad, también existe una enorme distancia entre el discurso y su aplicación. Desde la Comisión Trilateral de 1975,
y el papel de las agencias
internacionales en los ’90, el tema se asume públicamente, a la vez que desde la academia se hacen, desde entonces, aportes sustanciales. En este marco, los actores de la gobernabilidad democrática están obligados a asumir el tema de la no discriminación de género: las instituciones del Estado, la sociedad civil y la ciudadanía en general, están involucrados. Como ejes para transversalizar el género aparecen algunos, comunes con otras discriminaciones (naturaleza/cultura, in/visibilidad, poder/privación) pero específico al debate de género es el eje público/privado (política/familia; división sexual del trabajo, violencia doméstica).
Los comentarios de las/los presentes se dirigieron a temas como la invisibilidad estadística, producción y reproducción, los códigos masculinos en la estructura y prácticas laborales, las incompatibilidades entre familia y trabajo extradoméstico; y se habló del déficit de ciudadanía en el caso de las mujeres, y su importancia para ser consideradas en la Reforma del Estado. Apareció, por parte de algunos de los propios funcionarios asistentes, una autocrítica a la institución en términos de la reproducción de inequidades, la necesidad de un cambio en la cultura política interna, las prácticas de la función pública, la insensibilidad a las discriminaciones cotidianas, y finalmente, el señalamiento de que no se pueden tomar decisiones de género hacia fuera, sin dar un cambio al interior de la Secretaría.
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L. Bareiro señala que el Estado sí puede generar igualdad, sobre todo a partir del rol de las instituciones del Estado en el cambio de cultura democrática, de promoción de ciudadanía y gobernabilidad democrática. Se hacen indispensables las condiciones de status jurídico –normatividad-, las instituciones que lo garanticen –instituciones públicas de los tres poderes legislativo, ejecutivo y judicial, - y las condiciones de posibilidad –existencia de derechos, información para ejercerlos, y garantías de acceso e impartición de justicia. Para terminar la sesión se hizo hincapié en la necesidad de encontrar los espacios de aplicabilidad de las políticas de género en el quehacer cotidiano de los funcionarios/as de la Secretaría, en cuestiones tan relevantes como derechos humanos, política de comunicación, política de población, relaciones con la federación (vínculos de gobierno con los Municipios), normatividad migratoria, etc., etc., que reflejan la enorme importancia de los ámbitos de competencia de la SEGOB, y que por lo tanto comprometen en dimensiones insospechadas la pertinencia de incidir en el análisis y diseño de género en sus decisiones.
Como parte del vínculo ya establecido con la SEGOB, está no sólo la participación de algunas/os de sus funcionarias/os en los actos conjuntos relacionados con el Proyecto, sino también su asistencia a las reuniones del Espacio de Interlocución, el intercambio de materiales, y el análisis compartido de las ENCUP, sobre todo la más reciente, de 2003, que como ya dijimos, trataremos más adelante. Vínculos con la CEPAL Además del vínculo de origen que el proyecto tiene con la CEPAL – Chile, la sede en México, jugó un papel importante en el desarrollo del mismo. La relación se estableció a través de la Sra. Ana Sojo, Jefa de la Unidad de Desarrollo Social CEPAL –México, quien insistió en la utilidad de contextualizar el proyecto en el marco de los nuevos derechos económicos y sociales. Además de una reunión en la que se presentó el proyecto a la Sra. Sojo y se generaron los acuerdos para que CEPAL hiciera presencia en el Espacio de Interlocución, la Sra. Sojo presentó una ponencia muy valiosa en el marco del Foro Conclusivo del Proyecto, sobre lo cual 35
ahondaremos
posteriormente.
Al
Espacio
de
Interlocución
asistió
en
representación de CEPAL, la Sra. Pilar Vidal, quien fue pieza central del desarrollo del Espacio con aportes altamente pertinentes y quien también fue el vínculo de intercambio de documentos, proveyéndonos de referencias en el marco de las ideas y los planteamientos de la institución.
Sobra decir que con la oficina de CEPAL-Chile se mantuvo un contacto permanente; se tuvo la asesoría técnica presencial de la Dra. Line Bareiro, como Consultora Internacional, en sus tres Misiones de trabajo: diciembre 2002, julio y diciembre de 2003.
Se intercambiaron los documentos conforme se fueron
produciendo y/o comentando y revisando, a través de la DGAAI del Inmujeres, que siempre funcionó expeditamente como vínculo entre la operativización del Proyecto en México y la asesoría exhaustiva de la Consultora Bareiro.
Además de la constante relación entre estas dos instancias de manera general, se tuvo la presentación y discusión del Proyecto por parte de la Lic. Espinosa, Presidenta del Inmujeres, en el marco de la Reunión de Trabajo convocada por la Sra. Montaño con las Ministras de los mecanismos nacionales de los países de la región en los que se desarrolla el Proyecto. Este evento tuvo lugar en Santiago de Chile, los días 27 y 28 de octubre, con muy buenos resultados para comparar, discutir y retroalimentar las distintas versiones locales del Proyecto.
b. Elementos para una estrategia
Existe hoy en México un mandato del ejecutivo federal en el sentido de la pertinencia y obligatoriedad de abordar las consideraciones de género como parte constitutiva del quehacer público. Esto facilitó la realización de un Proyecto que, como éste, requiere del compromiso y la voluntad política de las instituciones del Estado, en general todavía rezagadas en los asuntos de género. A pesar de los enormes esfuerzos que en materia de transversalización se han realizado desde el
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Indujeres, en la práctica todavía se requiere de la información suficiente, y el conocimiento necesario para su incorporación de manera generalizada y sobre todo de profundidad; esto suscita dudas, reservas y ta l vez hasta molestias, y no deja de haber también cierta rivalidad en algunos casos, especialmente sobre la precedencia de un tema administrativo sobre otro. Éste es, como ya se sabe de otras experiencias internacionales, uno de los complejos retos para enfrentar el proceso y abatir sus resistencias. La ubicación del género en conexión con la gobernabilidad constituye un elemento llamativo y permite una mirada más sólida de la importancia de ubicar del género como eje transversal en el desarrollo institucional y la generación de políticas públicas.
La posibilidad de articular las acciones institucionales en marcha, a un Proyecto específico, es una de las mayores lecciones aprendidas en la etapa de identificación de las áreas de intervención del Proyecto.
Por ejemplo, el
aprovechamiento de la ENCUP, la vinculación al programa de educación cívica del IFE, o el intento de enmarcar el proyecto en los nuevos derechos que trabaja la CEPAL en México, implicó mayores niveles de interlocución y mayores niveles de posibilidad de incidencia en la gestión.
La instalación del tema de género en espacios de alto nivel es vital en su posicionamiento y aplicación. No es gratuito ni sin consecuencias que el discurso de género se difunda y se generalice. En buena medida esto favorece la posibilidad de participación de funcionarios/as y de organizaciones de la sociedad civil
en
el
deseo
de
enterarse,
pero
también
de
profundizar
en
su
conceptualización. Este discurso y su posible implementación no es ya patrimonio de un pequeño núcleo de mujeres feministas; sin embargo, la variedad de sus acepciones también provoca rivalidades de precedencia acerca de su uso y aplicación.
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Para lograr un mayor seguimiento a las acciones de capacitación que se dan a funcionarios, especialmente de alto nivel y medir el impacto de dicha capacitación en la gestión directa de cada institución es fundamental que la formación haga parte de estrategias más amplias vinculadas a la acción institucional y que permitan permear los marcos normativos y operativos institucionales; asuntos que consideramos que deben ser también trabajados en un proyecto tendiente a la gobernabilidad como es el adentrarse en el análisis, diagnóstico y pronóstico de género, en la cultura institucional. De hecho, en la actualidad el Inmujeres avanza en una propuesta en este ámbito, que encontramos enormemente pertinente en estos momentos, en su estrecho vínculo con la posibilidad de transformación de los espacios del quehacer público, en una nueva manera de ejercer la relación gobierno-sociedad.
La actitud de las/os funcionarias/os que asistieron a la sesión de reflexión con SEGOB fue bastante positiva pese a la dificultad para tratar temas de género con este perfil de personas. Sin embargo, una síntesis o vinculación más ‘digerida’, con ejemplos empíricos y de su propio ámbito de competencia, haría una sesión de este tipo más asequible y aplicable para quienes tienen que tomar decisiones inmediatas. Los acuerdos políticos, los intereses de cada quien en su puesto, los compromisos de satisfacer a determinado público, así como el énfasis en la necesidad aparente de ver y demostrar hacia fuera –y no hacia adentro, a las relaciones internas de la Secretaría- pueden haber sido factores importantes para generar en algunos funcionarios cierta insatisfacción con los contenidos de la sesión de trabajo, como se le expresó y fue percibido por la Dra. Bareiro.
La búsqueda de argumentos que permitan relevar y llevar a la práctica institucional (gobernabilidad) la consideración del género en términos de la no discriminación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública (incluso al interior de las organizaciones del Estado), su participación política (ojalá paritaria, como lo menciona L. Bareiro) y la transversalización del tema de género en el diseño de políticas públicas, requiere de estrategias que superen las tradicionales apuestas
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que se hacen solamente a la victimización o la polarización hombre/ mujer, público/privado. A manera de “láminas” que se sobreponen, la igualdad de género ha de ser considerada en las múltiples dimensiones e implicaciones que significa su ejercicio. Lo legal, lo doméstico, lo psicológico, lo administrativo, lo político, lo económico, lo organizativo, son algunas de las láminas que se sobreponen simultáneamente en la configuración de cada acción a favor de la igualdad de género. A manera de ejemplo, la vinculación de una mujer en un alto cargo de una institución del Estado implica la generación de un entorno institucional que prevea, sin detrimento de su eficacia, la distribución de sus responsabilidades domésticas, implica la incorporación de medidas favorables hacia otras mujeres tanto en el entorno institucional como en el diseño de las políticas públicas, requiere de elementos legales para su correcto ejercicio y tiene implicaciones reales en el estilo mismo de la administración, la toma de decisiones, la visibilización y delegación de funciones, entre muchos otros factores.
Los programas especiales que apuntan al crecimiento de la ciudadanía, y que involucran a agencias gubernamentales incluidas en este proyecto, como son los Programas de Capacitación Cívica del IFE, y el Programa Especial para el Fomento de la Cultura Democrática, de SEGOB (en el que también participa Inmujeres) constituyen oportunidades en la ejecución de proyectos como el que nos ocupó. Esto es así en tanto imprimen un sentido institucional y de aplicabilidad a las acciones que se desarrollan en el marco del Proyecto, que podría figurar como un elemento externo y adicional a la gestión; y por otra parte, confieren un marco administrativo y conceptual sobre el que la articulación de acciones y recursos puede ser aprovechado de mejor manera, con la experiencia empírica de la función concreta. Así mismo, este tipo de soportes institucionales en los que se articulan varios organismos pueden facilitar la transversalización de contenidos en el diseño de políticas, en este caso el de la igualdad de género. Evidentemente, esto es un punto a favor de la gobernabilidad democrática en tanto la repuesta a la demanda ciudadana puede ser hecha de manera más eficaz sobre este tipo de instrumentos.
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3. Marco Jurídico Institucional
Lo que finalmente resultó en la compilación editada del libro denominado Marco jurídico institucional de la participación política de las mujeres en México, fue un producto del Proyecto de una manera imprevista originalmente.
Antes de la
primera Misión de asesoría técnica presencial de la Dra. Bareiro, la Lic. Patricia Wohlers y su equipo habían preparado un conjunto de materiales que sobre el tema consideraron que le vendrían muy bien a la Consultora Internacional para ubicarse en el contexto y la coyuntura del país. Si bien la Dra. Bareiro conocía de antemano y estaba totalmente familiarizada con la realidad mexicana por sus repetidos viajes a nuestro país, este conjunto de documentos le sorprendieron positivamente, en el sentido que de por sí mostraban, antes de iniciar el Proyecto en México, un sustrato jurídico favorable para la participación de las mujeres en el espacio público, de representación, y en general de toma de decisiones, pero sobre todo –y más ampliamente- el sustrato jurídico de los derechos políticos de los que gozan como ciudadanas, y que muestran a su vez el avance progresivo en su obtención, desde 1953, año en el que se otorga el voto a las mujeres en México, y con esto se acredita su status de ciudadanía en igualdad de condiciones que el varón.
Indudablemente que este marco de referencia no se integra
exclusivamente por los derechos conquistados a nivel nacional; por el contrario, el marco contempla desde un inicio y de manera fundamental, la normatividad internacional que prescribe sobre la norma interna. a. Proceso En este sentido, fue idea de la Dra. Bareiro convertir el esfuerzo inicial -y hasta ese momento, parcial- de recolección de información, en un texto que vendría a formar parte de las intenciones y por lo tanto de los objetivos específicos del Proyecto, dada la importancia que desde el principio se le atribuyó.
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Tras sucesivos acercamientos, sugerencias para integrar distintos documentos, y corrección del perfil, contenido y secuencia de los mismos, por parte de las consultoras y del propio equipo de la DGAAI, se decidió que la compilación quedaría en manos y a cargo de la Lic. Wohlers y la Lic. Carreño, quienes habían trabajado en el texto desde su origen.
Con posterioridad a la segunda Misión de
la Dra. Bareiro, ella misma realizó nuevos comentarios a la versión que para entonces ya se tenía revisada. Este procedimiento dio pie a una última versión que contiene la reglamentación internacional y nacional, así como las fuentes de referencia. Entre los instrumentos internacionales aparecen aquéllos convencionales, los declarativos, los procedentes de mecanismos y organismos internacionales, así como los planes y programas.
Los instrumentos nacionales comienzan por la
Constitución, le siguen leyes, planes, programas –entre ellos PROEQUIDAD, y el Programa para el Fomento de una Cultura Democrática-
y códigos, como el
COFIPE, en el marco del cual se ubica la ley de cuotas. Contiene, además, señalamientos sobre la naturaleza jurídica de los instrumentos -vinculantes u obligatorios, y no-obligatorios-, así como sobre su alcance –universales, regionales, generales y específicos.
b. Elementos para una estrategia En el contexto del Proyecto en su conjunto, la compilación del Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de las Mujeres en México muestra en toda su extensión el sustrato normativo fundamental para justificar y legitimar, con todo tipo de argumentación exhaustivamente probada, la posibilidad, pertinencia y adecuación para la inclusión de las mujeres en el escenario discursivo y práctico de lo político, así como para reconocer la atribución de su status de ciudadanía política. Así como toda la normatividad jurídica en general contiene justificaciones para su elaboración y emisión, y es precedida de una exposición de motivos, en esa medida dichas argumentaciones son factibles de ser usadas como demostración de la razón que asiste a la participación de las mujeres.
A la vez,
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esta compilación constituye un instrumento básico de información y promoción que da pie para la participación de las mujeres en el espacio público en sus múltiples dimensiones.
La propia compilación de estas documentos jurídicos apunta al hecho de que no corresponden más las actitudes ni los comportamientos de exclusión o victimización, sino la apropiación, el uso y la exigencia de su aplicación. Uno de los requerimientos fundamentales para un amplio ejercicio democrático es el conocimiento y exigencia de la aplicación de la ley, cuestión que en México dista muchísimo de ejercerse –según lo podemos constatar con las ya multicitadas encuestas. De aquí se deriva la necesidad y el compromiso de difusión de una herramienta como ésta, de manera tan amplia como sea posible.
Puede ser, a la
vez, un insumo de relevancia para los programas de capacitación política y de educación cívica, tanto de SEGOB como del IFE, aunque de ninguna manera privativos de ellos: muy por el contrario, su difusión también sería de lo más pertinente entre organizaciones civiles que promocionan la participación política de las mujeres, su inserción en espacios de poder, y su habilitación ciudadana en el más amplio sentido.
4. Análisis de la ENCUP 2003
Un tanto fuera del marco de la relación estrictamente institucional acordada con la SEGOB en el transcurso el Proyecto, el análisis de género de la Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2003 constituyó, sin embargo, uno de los elementos centrales de su desarrollo. El desplazamiento del tema articulador del proyecto en México hacia la cultura democrática en relación con la gobernabilidad, ubicó el análisis de este instrumento en un lugar privilegiado, no sólo por su potencial de información, sino porque constituye una importante puerta de entrada a la comprensión de las preguntas centrales sobre el
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papel de la mujer en la construcción de la democracia
y por ende de la
gobernabilidad democrática.
El proceso de análisis implicó un diálogo constante con los insumos teóricos y los hallazgos empíricos leídos a la luz del propósito central del Proyecto, por lo que gran parte de los contenidos tratados en el Espacio de Interlocución, en la sesión de trabajo con funcionarias/os de la SEGOB, en las sucesivas reuniones con los actores institucionales y en el foro conclusivo se nutrieron de dicho trabajo. Por otra parte, surgieron varios productos del análisis:
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Participación del Inmujeres en el Seminario para el Análisis de Encuestas Nacionales sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (convocado por SEGOB, Inmujeres, Instituto Federal Electoral, Universidad Iberoamericana, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, y Facultad de Derecho–UNAM).
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Inmujeres participó desde el origen de la planeación del Seminario, a pesar de que la parte sustantiva del mismo quedó en manos de SEGOB. Se hizo lo posible por posicionar el tema de género en todas las mesas que integrarían el seminario, pero esto no fue posible. El Seminario tuvo lugar en el Auditorio Héctor Félix Zamudio, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,los días 8, 9 y 10 de septiembre.
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M Barquet, como consultora del Proyecto, participó en la tercera mesa de trabajo: Fenómenos y contrastes, por segmentos, que se observan entre los ciudadanos mexicanos, con la ponencia “Tiempos de ciudadanía: Ciudadanía de las mujeres”. La mesa tuvo como coordinadora a Dulce María Nieto (SEP) y participaron también Luis Estrada, Investigador del ITAM; Beatriz Manzur, Investigadora de PROPAGEC; Alejandro Moreno, Profesor del ITAM y Benjamín Temkin, Investigador de FLACSO-México.
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También se elaboró la ponencia “Virtudes públicas: prácticas políticas de las mujeres en México”, presentada en el marco del Sexto Encuentro de Seminarios del PIEM, de El Colegio de México, 13 y 14 de noviembre.
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-
En el marco de la relación establecida a partir de este proyecto con el IFE, se invitó a la Consultora Nacional a participar el día 27 de agosto en el programa de radio “Voces de la Democracia” con el tema “Elecciones y Minorías” transmitido en directo por Radio UNAM, y simultáneamente grabado para la Red Edusat. Así mismo, se le invitó, por parte de SEGOB, a participar en un programa de televisión grabado por TV UNAM para ser transmitido por la Red Edusat. La grabación se realizó el 8 de septiembre, con el tema de “¿Por qué participar?”.
El análisis del material empírico es materia de las ponencias ya mencionadas, por lo que en este documento nos queremos centrar en los aspectos del proceso de análisis y en el instrumento mismo.
a. Un instrumento sin género
En México actualmente la realización de encuestas por parte de las instituciones del Estado constituye cada vez más un recurso importante para la función de gobierno. México destaca, en este ámbito, en la medida en que se cuenta con una institución que ha probado su eficacia y solidez técnico-académica, que es el INEGI de probada legitimidad en la generación de información confiable; institución que, además se ha mostrado cada vez más sensible a las cuestiones de género, desde el diseño de los instrumentos, o la inclusión de problemáticas como objeto de su recolección de información, por ejemplo. La información que se puede recabar a través de la selección de muestras representativas sobre temas que no son fáciles de captar en la mera observación o en la gestión pública diaria, se constituye en un elemento clave en la toma de decisiones y el diseño de políticas. Existen diferentes formas de abordar el aná lisis de estos instrumentos: hacerlo de forma guiada y sobre un marco conceptual que se evidencia en la lectura posterior de los datos, como en el caso de la encuesta sobre la Naturaleza del Compromiso Cívico, levantada por el IFE bajo el modelo teórico del capital
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social; o de forma más abierta con el propósito de que sirva como material de análisis para diversas investigaciones con ópticas disímiles, como en el caso de la ENCUP de la SEGOB.
Cada una de estas opciones implica riesgos y también oportunidades, por ejemplo, en el caso de un solo análisis los supuestos teóricos que subyacen a las preguntas pueden ser explicados en los resultados y el diseño atiende a preguntas que conducen ala búsqueda de temas concretos, pero esto deja de lado otras posibles interpretación. Pero en el caso de los análisis abiertos, los supuestos no son explícitos pero existen, y pueden convertirse en un obstáculo para el analista. De todas maneras, es importante tener presente que las encuestas muestran y no demuestran, y las lecturas que se hacen son permeadas por la subjetividad del/la investigador/a. No obstante, son sorprendentes las similitudes en las respuestas recogidas en ambas encuestas y frente a esto se puede hablar de hallazgos que efectivamente digan algo sobre la realidad de la cultura política y democrática de las y los mexicanos.
Para el caso específico de este proyecto se requería de un análisis de género, lo cual tuvo una serie de obstáculos.
En primer lugar, la mirada diferencial del
género no era uno de los propósitos iniciales del instrumento por lo que la formulación de las preguntas no lo tenía en cuenta y no se hacían preguntas específicas dirigidas a conocer las particularidades de género. Es más, se podría afirmar que
a la encuesta subyace un imaginario de ciudadanía masculino,
además de la propia formulación de las preguntas. Por otra parte, la muestra de nivel nacional podría tener algunos problemas en tanto la gran mayoría de las mujeres que fueron ubicadas para responder eran casadas, (menos del 10% eran solteras) y más del 50% tenían un nivel educativo que sólo llegaba a primaria, lo cual hace surgir la duda de si esa distribución es representativa de la población nacional. Estos aspectos fundamentalmente hicieron difícil hacer un análisis de género y los resultados muestran una mínima diferencia en las respuestas de las y los entrevistadas/os. Aunque se ve una tendencia constante al déficit de cultura
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política en las mujeres, así como en los No sabe y No contesta (que en general son mayores que en el caso de los hombres), tal vez una diferencia cualitativa reflejada en el diseño del instrumento dejaría ver mucho más de la propia construcción de cultura política y ciudadanía de las mujeres.
De esta manera, abordar un análisis de género con un instrumento no diseñado para ello constituyó un gran desafío.
A partir de la familiarización con el
instrumento y desde el análisis simple de las frecuencias y la lectura detenida de las respuestas separadas por sexo, comenzamos un proceso tendiente a descubrir qué elementos podrían permitirnos caracterizar la ciudadanía de las mujeres y sus formas de construcción de la cultura política. Vale decir que fue importante tener en cuenta las lecturas hechas con perspectiva de género a la ENCUP 2001, porque aunque ambas versiones del instrumento no son totalmente comparables, se pudo imprimir al análisis una lógica de proceso que se enriqueciera de los hallazgos hechos por otros analistas en un momento precedente y no partir de cero en el análisis.
La encuesta encierra una gran riqueza y es susceptible de ser aprovechada ampliamente, incluso con las limitaciones que se anotaron anteriormente. Así que es un material que no se agota y puede seguir siendo aprovechado en el marco de proyectos como éste.
b. Elementos para una estrategia
El análisis de información empírica con perspectiva de género nos permite adelantar algunas conclusiones:
La búsqueda de la especificidad de género pasa tanto por el manejo intencional del género en el diseño y aplicación de instrumentos, como por una necesidad de una apropiación del espacio político como espacio de reflexión que trascienda las
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lecturas dicotómicas tradicionales.
Se hace evidente el requerimiento de una
construcción teórico-pragmática que está por elaborarse.
La calidad de la información que hoy en día tenemos a mano a partir de las encuestas nacionales representa un acervo de conocimiento que nos compromete a su uso y aplicación.
Las lecciones derivadas del tipo y nivel de ciudadanización de las mujeres -a partir de las respuestas- plantea enormes retos para la práctica política, tanto en términos de gestión como de participación y de representación. La distancia –el desapego- de las mujeres frente a la política, y la acumulación de respuestas en el NS (no sabe) son hallazgos fundamentales que hablan de una inserción deficitaria en el espacio público.
5. Foro conclusivo En la planeación de este evento, considerado conclusivo del Proyecto, se acordaron como ejes principales de atención: El establecimiento o fortalecimiento de una red que promueva un acuerdo interinstitucional de SEGOB, IFE, Inmujeres, y academia. Se propone, conocer y sistematizar la experiencia del IFE en todo su alcance, de transversalidad del género, en todos sus componentes de capacitación y educación cívica. Dar seguimiento a las iniciativas ya existentes con SEGOB y vincular principalmente al COLMEX que ha sido la contraparte comprometida desde el sector académico. a. Desarrollo del foro “La cultura política con perspectiva de género para la gobernabilidad democrática en México”.
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El foro se llevó a cabo el jueves 4 de diciembre de 9 a.m. a 3 p.m. en el Salón Constitución del Hotel María Isabel Sheraton, con la asistencia de alrededor de cien personas procedentes de oficinas gubernamentales, organizaciones civiles, partidos políticos y academia.
La organización y logística corrió a cargo del equipo de la DGAAI del Inmujeres.
Se desarrolló con una inauguración en la que participaron la Lic. Patricia Espinosa, Presidenta del Inmuje res; la Sra. Ana Sojo, Jefa de la Unidad de Desarrollo Social, CEPAL – México y la Dra. Line Bareiro, Consultora Internacional, posicionando la importancia del Proyecto Gobernabilidad Democrática e Igualdad de Género en América Latina en el contexto nacional e internacional. En seguida participaron la Lic. Espinosa y la Mtra. Barquet presentando el Proyecto y los aspectos más relevantes de su desarrollo.
En un segundo momento, la Lic. Espinosa y la Dra. Bareiro presentaron el libro Marco Jurídico Institucional de la participación política de las mujeres en México, que exitosamente se logró tener a tiempo y distribuir entre las/os invitadas/os. Se señaló la pertinencia de un texto como éste, dado que constituye un instrumento muy valioso para el desarrollo político de las mujeres y su participación en los espacios de decisión. Esta compilación normativa también representa el corpus de argumentación que ya constituye derecho internacional y nacional para enmarcar y promover políticas públicas de género y su incorporación en la institucionalidad del país.
A continuación, se desarrolló un panel con las intervenciones de la Sra. Ana Sojo de CEPAL – México, el Mtro. Eric Suzán, de SEGOB, la Dra. María Luisa Tarrés del COLMEX , la Mtra. María del Carmen Alanís del IFE, así como de la Dra. Bareiro. Posteriormente, se realizó una ronda de preguntas y respuestas entre asistentes y panelistas.
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b. Elementos para una estrategia
En el marco del foro se desarrollaron de forma sinérgica varios aspectos de una misma problemática: la conexión entre la gobernabilidad democrática y la igualdad de género, en México.
Desde perspectivas institucionales y académicas
diferentes pero coincidentes, se abordaron básicamente seis enfoques de la problemática que podríamos enunciar como:
La propia dinámica del Proyecto Gobernabilidad Democrática e Igualdad de Género en América Latina, que instala el tema en los espacios institucionales tanto a nivel directivo como en la burocracia, y permite abrir brechas e intercambios entre una te rna de instituciones que pueden trabajar en conjunto en procesos concretos (Inmujeres –como órgano rector del tema- con SEGOB e IFE) y con la articulación especial del sector académico representado por el COLMEX. Esta dinámica no se da en el vacío sino que se encuentra enmarcada en el contexto de la región y los países que desde sus coyunturas concretas trabajan en la misma dirección.
Los sentidos de la gobernabilidad que se sitúan en el debate de la confianza, la legitimidad y la cohesión de las instituciones en un escenario de crisis, o de transición en el que las instituciones se reacomodan y abren fisuras que pueden ser aprovechadas para crear nueva institucionalidad (es el caso del Inmujeres) reformando la anterior. Pero esto se constituye en un desafío en la medida en que mantenerse en medio de la inestabilidad y el propio desacomodo institucional cuesta más trabajo en el marco de la transición y dificulta los procesos de gobernabilidad.
La cultura política vista como el ejercicio ciudadano en constante interacción con un sistema político en el que las mujeres comienzan a insertarse con mayor eficacia que antes.
En este sentido medidas como la ley de cuotas son
facilitadoras del proceso de inserción de las mujeres en la vida pública y política.
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En México se probó la ley con éxito, lo que demuestra que se trata de un mecanismo útil en momentos de transición, que no garantiza la participación pero promueve incrementos significativos de la presencia de las mujeres en los entes decisorios. Pese a que el rezago de representación continúa, la ciudadanía es una de las alternativas potencialmente más importantes para el trabajo de la gobernabilidad en conexión directa con la equidad de género.
La educación cívica es un elemento fundante de los aspectos anteriores. Sobre la educación cívica se pueden construir elementos de sensibilización que faciliten la inserción de las mujeres en la vida pública, desestimulen la discriminación, brinden herramientas de participación efectivas y sostenidas en el consenso social y permitan que el género sea efectivamente un eje transversal en el ejercicio cotidiano de la cultura democrática, a nivel individual e institucional.
Finalmente, el desafío de articular igualdad de género, gobernabilidad democrática y cultura política es lo que queda como saldo de este espacio en el que se reflejaron los avances y logros que se dieron en el marco del Proyecto y se pudieron ver claramente los espacios de trabajo y reflexión abiertos con el desarrollo del mismo.
III.
A manera de conclusión
En su investigación sobre la remoción de obstáculos electorales para una participación equitativa de la mujer, Line Bareiro ubica la cultura democrática como vía para la inclusión de los/as excluidos/as.
Se trata, dice, de una cultura
democrática, capaz de incorporar conceptos que permitan el reconocimiento de los/as otros/as y su derecho a la participación y a la igualdad, así como a modificar los contenidos de los conceptos existentes a fin de producir las transformaciones necesarias para que ese reconocimiento exista. (Bareiro, 2003: 52).
Esta
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concepción de cultura democrática es muy apropiada para identificar lo que al finalizar el proyecto podríamos centrar como el eje de una estrategia.
Nos
referimos a la necesidad de incorporación de las lecciones aprendidas de un proceso como elementos que pueden contribuir a la transformación de una situación que pone en evidencia un déficit de participación política de las mujeres y un rezago en la ciudadanía femenina en México.
Pese a la breve duración del proyecto se lograron establecer varias dinámicas simultáneas dirigidas a fortalecer la institucionalidad del mecanismo de la mujer en México y su relación con otros actores; a generar espacios de reflexión que incidieran en la propia cultura política a través de la participación de sectores diversos en la discusión; a analizar los obstáculos y posibilidades de la participación de las mujeres en política, a analizar los elementos que constituyen el perfil de la ciudadanía de las mujeres; a brindar ele mentos para la argumentación jurídica e institucional de la igualdad de género y a incorporar elementos educativos que permitan transformar la situación deficitaria. Todo ello con un gran énfasis en la construcción de una alianza estratégica principalmente entre las tres instituciones del Estado comprometidas, pero además decisivas, en la transformación de la cultura democrática a favor de la igualdad de género, que se han visto involucradas en este Proyecto.
Esto, evidentemente impacta la gobernabilidad, si entendemos ésta como la tarea de gobernar [que] consiste en construir hegemonía, hacer confluir los intereses particulares hacia un interés colectivo que, al ser definido por quien gobierna, confiere ascendencia y control político a los gobernados.
En el proceso de
constitución de la hegemonía adquiere especial relevancia la negociación entre actores estratégicos, es decir, aquéllos que tienen los recursos para incidir en la capacidad de agregar demandas e intereses o en caso contrario, para obstaculizar este proceso. (Guzmán, op. cit.)
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Quedan espacios demarcados, relaciones establecidas, avances reconocidos y visibilizados y una relatoría analítica del proceso con miras a aportar estrategias (no una sola estrategia) dirigidas a construir “culturas democráticas” como lo afirmó Tarrés, que atiendan a las múltiples identidades y los variados intereses de las mujeres que hacen parte de México y reclaman su inclusión.
Para finalizar ubicamos algunos elementos a manera de saldos que deben seguir siendo construidos en el proyecto de gobernabilidad democrática con igualdad de género que está obligado a encarar el país. •
Introducción de consideraciones de género en la discusión sobre la Reforma del Estado, largamente proyectada y pospuesta.
•
Análisis de los actores sociales involucrados en los procesos de democratización; sus vínculos y propuestas estratégicas frente a la institucionalidad de los procesos políticos.
•
Fortalecimiento de vínculos de análisis y discusión con las organizaciones de la sociedad civil, con miras a la elaboración de una agenda consensada sobre cuestiones de promoción ciudadana de las mujeres, en íntima relación tanto con instancias del poder ejecutivo como del legislativo.
•
Inversión en la promoción y generación de capital social como elemento de ciudadanía y gobernabilidad democrática, en el cual tanto hombres como mujeres somos altamente deficitarios.
•
Diagnóstico y análisis de la cultura institucional de género, que sería tanto una evaluación diagnóstica, y a la vez base de proyecciones y pronósticos de transformaciones en la cotidianidad de las prácticas de la gestión pública.
•
Elaboración de propuestas de capacitación cívica permanente en cuestiones de relaciones de género, no sólo para funcionarias/os públicas/os, sino para población en general.
•
Más allá de la casuística individual, hay que clarificar y exponer el vínculo estrecho entre lo público y lo privado, en la medida que constituyen
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referentes recíprocos de im/posibilidades, y en la medida que son reflejo del género como criterio de desigualdad en los más variados ámbitos de desempeño. •
Atención especial a la generación de prácticas de tolerancia, civilidad, razonabilidad y corresponsabilidad, como virtudes públicas inherentes a la convivencia democrática.
•
Difusión de los recursos jurídicos e institucionales existentes en el país, para favorecer su acceso y apropiación por parte de las mujeres. Esta cuestión implica, a su vez, un trabajo colateral con instancias del poder judicial.
Unas cuantas lecciones nos quedan claras: --México está mostrando convicción del ejecutivo federal y de las instituciones encargadas de la política interna, en incluir, aprehender y aplicar las consideraciones de género en la elaboración de la política pública, a través del Inmujeres. --Se trata de un momento político que ubica el proyecto como altamente pertinente por la coyuntura de una transición democrática –que desarticula y reubica los actores sociales de maneras en muchos sentidos imprevistas. Por otra parte, el momento es favorable para el protagonismo y la participación de las mujeres en la escena pública. --De la misma manera, el país cuenta con una infraestructura institucional favorable, que entre muchas otras podría señalarse: una nueva institución – Inmujeres- que posiciona el género como ele mento prioritario de la democracia incluyente, y por tanto de la gobernabilidad; un IFE que ha sido fundamento de las posibilidades de transformación de las estructuras, y garante de los derechos políticos otorgando reconocimiento de ciudadanía a todas y todos, a través de la credencial para votar con fotografía, el padrón electoral y las cifras confiables; y un INEGI con capacidad de diseñar, producir y difundir información nacional; sólo para señalar algunas.
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--A pesar de los rezagos ancestrales y de las debilidades propias del momento de fragilidad e incertidumbre características de las transiciones, se cuenta con la sensibilidad e interés de individuos, grupos, organizaciones e instituciones sobre problemáticas que atañen a la democracia, el género y la gobernabilidad. Aunque los discursos aún adolecen de fuerza y convicción argumentativa, el tema de género está incluido en el escenario discursivo y de aplicación pública, de modo que cada vez se habla menos desde la exclusión y la marginación, para asumir más y más, posiciones de poder y hablar desde ellas.
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ANEXO
PROYECTO “GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA E IGUALDAD DE GÉNERO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE” CEPAL-INMUJERES, MÉXICO
I.
ANTECEDENTES
En el marco de las acciones emprendidas por Naciones Unidas a través de su Cuenta para el Desarrollo, y en el contexto de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y el Programa de Acción Regional para las Mujeres de América Latina y el Caribe (1995-2001), donde los gobiernos se comprometieron a promover la incorporación de la perspectiva de género en todas las políticas y programas oficiales, la CEPAL, a través de la Unidad de Mujer y Desarrollo, se ha propuesto la ejecución del proyecto “Gobernabilidad democrática e igualdad de género en América Latina y el Caribe”. La propuesta de proyecto se elaboró en estrecha consulta con la División para el Adelanto de la Mujer del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. Las actividades del proyecto han sido programadas para ser ejecutadas por la Unidad de Mujer y Desarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en coordinación con la División para el Adelanto de la Mujer del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas y la Comisión Económica para África y su ejecución está prevista para los años 2002 - 2004. México, a través del Inmujeres, es uno de los países que han participado en las acciones preparatorias que se impulsan en el marco del proyecto Gobernabilidad Democrática e Igualdad de Género en América Latina y el Caribe, entre las que se encuentra la respuesta a un cuestionario que tuvo por objetivo recoger información específica sobre la consideración de la equidad de género en el diseño, ejecución y evaluación de políticas de reforma y modernización del Estado. Esto, permitió su identificación como un país que cuenta con algunos avances en el tema y a nivel institucional, por lo que fue seleccionado para ejecutar este proyecto y compartir su experiencia con los países que integran la región. En octubre de 2002, la Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL, se reunió con funcionarios del Inmujeres para identificar áreas de oportunidad y explicar más a fondo el proyecto. En esa ocasión se acordó estructurar las fases del proyecto para México. En diciembre de 2002, se llevó a cabo una consultoría por parte de la Dra. Line Bareiro, consultora de la CEPAL, Chile y experta en el tema de participación política. Se definió el marco operativo de proyecto, se entrevistó con funcionarios de instancias gubernamentales, académica(o)s y Organizaciones de la Sociedad Civil, entre las cuales destacan el Instituto Federal Electoral (IFE), la Dirección General de Desarrollo Político de la Secretaría de Gobernación, el Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, la organización civil GIMTRAP e investigadoras, impartió la conferencia “Sistemas y resultados electorales, una visión regional desde las mujeres” e impartió el seminario “Hablemos sobre el empoderamiento de las mujeres”.
II. JUSTIFICACIÓN El proyecto de la CEPAL es de interés para el Inmujeres, ya que el tema de gobernabilidad democrática e igualdad de género se considera en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 y en el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (PROEQUIDAD) en su Objetivo Específico 8: “Garantizar a las mujeres el acceso y la plena
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participación en las estructuras de poder y la toma de decisiones, en igualdad de condiciones que 4 los hombres.” o
Entre las atribuciones del Inmujeres, establecidas en el artículo 7 de su Ley, se encuentran las siguientes: • “Estimular la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas y en la elaboración de programas sectoriales o, en su caso, institucionales específicos, así como en las acciones de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal 5 centralizada y paraestatal” (fracción III). • “Concertar y suscribir acuerdos de colaboración con organismos gubernamentales, no gubernamentales, públicos y privados, nacionales e internacionales con la banca 6 multilateral, para el desarrollo de proyectos que beneficien a las mujeres” (fracción XIV). • “Participar y organizar reuniones y eventos para el intercambio de experiencias e información tanto de carácter nacional como internacional sobre los temas de las mujeres” 7 (fracción XIX). • “Impulsar la cooperación nacional e internacional para el apoyo financiero y técnico en materia de equidad de género, de conformidad con las disposiciones aplicables” (fracción 8 XXII). La selección de México como un país viable para llevar a acabo este proyecto, lo posiciona internacionalmente ante los países de la región y como un país en donde se están impulsando cambios que beneficien la participación equitativa de hombres y mujeres. La experiencia de México durante y hasta el término del proyecto, podrá ser de utilidad para impulsar las buenas prácticas de los países de la región, al igual que compartir las experiencias nacionales con otros países en el marco de este proyecto. También este proyecto permite aportar, desde el Inmujeres, su valor agregado al incorporar la perspectiva de género a las políticas y programas e iniciativas que se están llevando a cabo en el país en esos temas.
III. OBJETIVO GENERAL Fortalecer las capacidades del Inmujeres en relación a la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México y avanzar en el cumplimiento del objetivo específico 8 del PROEQUIDAD “Garantizar a las mujeres el acceso y la plena participación en las estructuras de poder y la toma de decisiones, en igualdad de condiciones que los hombres”.
IV. OBJETIVOS DEL PROYECTO
ESPECÍFICOS,
RESULTADOS
Y
ACTIVIDADES
Objetivo específico 1: Creación y fortalecimiento de un espacio de interlocución interinstitucional e intersectorial para contribuir a la construcción de una cultura política con equidad de género en México a través del desarrollo del proyecto. Resultado esperado1.1: Operativización del proyecto en México a partir de la organización y programación de actividades necesarias para el desarrollo del mismo. Actividades principales:
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Inmujeres. Programa Nacional de Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (PROEQUIDAD), México, enero 2002, p. 69. 5 6 7 8
Inmujeres. Ley del Instituto Nacional de las Mujeres. México. Noviembre, 2001, p. 6 Ibídem p. 7. Ibídem p. 8. Ibídem
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1.1a) Retomar el contacto con las instancias gubernamentales, No- gubernamentales y académicas que se relacionan con el tema y que fueron identificadas durante la consultoría de la Dra. Bareiro en diciembre de 2002 (pudiéndose agregar otras que se consideren de relevancia en esta coyuntura). 1.1b) Difundir los objetivos del proyecto a las instancias detectadas durante dichas entrevistas e identificar las primeras actividades conjuntas. (Se sentaron las bases durante la consultoría de la Dra. Line Bareiro a través de las entrevistas que se l evaron a cabo con funcionarios de instancias gubernamentales como la Secretaría de Gobernación (SEGOB), el Instituto Federal Electoral (IFE); académicas, como en el caso de El Colegio de México (COLMEX) y con ONG’s, como GIMTRAP). 1.1.c) Conformar un grupo de trabajo interinstitucional e intersectorial que incluya instancias gubernamentales, no gubernamentales y a la academia, para trabajar en el proyecto. 1.1.d) Generar un proceso de interlocución con los actores identificados que aceptaron participar en el proyecto. 1.1.e) Formular y acordar una agenda y un cronograma de actividades. Objetivo específico 2: Generar una propuesta de estrategia para la construcción de una cultura política con equidad de género en México que incluya la identificación de las necesidades, debilidades, obstáculos y fortalezas. Resultado esperado 2.1: Un documento sustantivo con una estrategia que incluya ejes de trabajo para la construcción y promoción de una cultura política con perspectiva de género en México.
Actividades principales: 2.1a) Coordinación con funcionarios de SEGOB en relación a la información y resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) 2001 y de la Segunda ENCUP que se aplicó a inicios de 2003. 2.1b) Análisis con perspectiva de género de los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (la base de datos estuvo disponible en el mes de agosto de 2003). 2.1c) Una sesión de reflexión con funcionarios de nivel de la SEGOB sobre la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México.* 2.1d) Un foro conclusivo de reflexión sobre la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México, que permita generar bases para formular la propuesta de estrategia. Sub-actividades para la realización de los eventos 2.1c) y 2.1d): 1. Coordinación con la CEPAL, Chile sobre la fecha oportuna para la asesoría presencial de la Dra. Bareiro, en función del desarrollo del proyecto. 2. Diseño de metodología y aspectos sustantivos (en relación con el objetivo específico 2) 3. Definición de participantes y títulos de los dos eventos. (consultoría) 4. Gestión de los aspectos administrativos para la realización de los eventos al interior del Inmujeres/DGAAI. 5. Gestión de los aspectos logísticos requeridos para los eventos. (Inmujeres/DGAAI) 6. Elaboración de la memoria/minuta y conclusiones, etc. (consultoría) 7. Para el 2004 editar una publicación de las memorias del foro conclusivo de reflexión sobre la construcción de una cultura política con perspectiva de género. (Esto está aun por definir) NOTA: Las actividades 2.1c) y 2.1d) se realizaron en el marco de la asesoría técnica presencial de la Dra. Line Bareiro, experta de la CEPAL, Chile
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Objetivo específico 3: Edición de la compilación del “Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de la Mujer” en el contexto de la conmemoración del 50 Aniversario del Sufragio Femenino en México. Resultado esperado: Edición y publicación del documento “Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de la Mujer” (noviembre 2003). Actividades principales: 3a) Revisión y edición de la compilación del “Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de la Mujer”. 3b) Validación de la compilación con la consultora Line Bareiro. 3c) Coordinar con la Dirección General de Evaluación y Desarrollo Estadístico, la Coordinación Editorial y el área administrativa del Inmujeres, el proceso y los requisitos para la realización de la publicación. (Inmujeres) 3d) Presentación de la publicación. V. INSUMOS PRESUPUESTO DEL PROYECTO
CONCEPTO Honorarios, consultorías, gastos de oficina, viáticos, etc.
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COSTO En dólares con tipo de cambio 1dl.=10.27 pesos (08/05/2003) $ 12,000
Contratación de una consultora, 8 pagos mensuales Mayo-Diciembre 2003 Publicación Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de la Mujer en $8,000 México (Se cargará al centro de costo de la DGEDE, según minuta del Comité Editorial con fecha 1º. de abril de 2003) Evento en el marco del proyecto. $2,000
DGAAI = $14,000 TOTAL
DGEDE =
$8,000
AMBAS = $22,000
VI. RIESGOS Y OBLIGACIONES PREVIAS DEBILIDADES, FORTALEZAS, REQUISITOS PREVIOS, RESPONSABILIDADES DE LAS PARTES 6.1 Riesgos o circunstancias que podrían afectar el desarrollo del proyecto: v Falta de voluntad política y de cooperación interinstitucional; v El año 2003 es un año electoral en México; v Eventos o circunstancias de prioridad que intercepten el desarrollo del proceso de las etapas del proyecto; v Divergencia de intereses entre las mujeres que pueden ocasionar distorsiones en el cumplimiento de los ejes de trabajo, por ejemplo los político-partidistas; v El ambiente político en México en el contexto de desarrollo del proyecto. v Retraso de actividades agendadas por requerimientos internos administrativos.
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6.2 Compromisos • La contraparte de la CEPAL en México es el Inmujeres y facilitará la articulación entre las instancias locales gubernamentales, las No gubernamentales y la CEPAL. La Dirección General Adjunta de Asuntos Internacionales del Inmujeres será responsable del proyecto en México. • La Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL asesorará el seguimiento y desarrollo del proyecto en México y financiará la asistencia técnica de una consultora para fortalecer la interlocución y reflexión y en el marco de la misma se llevarían a cabo otras actividades, tales como un seminario de capacitación y un foro de reflexión sobre la construcción de una cultura política con equidad de género. • El Inmujeres tomará como base para el desarrollo del proyecto, las líneas y ejes de trabajo que fueron identificados en la consultoría de la Dra. Bareiro. • Para la operativización del proyecto, el Inmujeres contratará a una consultora nacional. La contraparte de la consultora en México para lo sustantivo, por parte de la Unidad Mujer y Desarrollo será la Dra. Olinda Line Bareiro, experta de la CEPAL, quien dará seguimiento y apoyo técnico al desarrollo del proyecto en México. Las comunicaciones entre las involucradas, se marcarán con copia a la Lic. Patricia Cortés, Coordinadora Regional del proyecto con sede en CEPAL, Chile.
6.3 Actores para el desarrollo del proyecto en México Las instituciones que identificaron en la consultoría de la Dra. Line Bareiro para involucrarse en el proyecto son: * Gubernamentales: Secretaría de Gobernación, SEGOB-Dirección General de Desarrollo Político; Instituto Federal Electoral (IFE)- Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica y la Consejera Electoral Jacqueline Peschard; Instituto Nacional del Federalismo, INAFED. * Académicas: El Colegio de México, COLMEX-Centro de Estudios Sociológicos; Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM-COLMEX), Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG-UNAM); Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, (coordinación de René Millán y la asesoría de Julia Flores – Encuesta IFE) *No Gubernamentales: GIMTRAP, entre otras y consultoras internacionales en el tema.
También se puede tomar contacto con el Observatorio de Cuota de Género (IFE-Senado de la República) y otras instancias que en la coyuntura actual se consideran pertinentes.
VII. GESTION: ESTRUCTURA INSTITUCIONALES
ADMINISTRATIVA,
ARREGLOS
7.1Gestiones Administrativas: Por parte de la DGAAI del Inmujeres: 1) Contratación de la consultora nacional, (cotización, documentos requeridos, términos de referencia y firma del contrato) 2) Requerimiento y trámite del pago mensual de los honorarios de la consultora nacional, a través de una carta de conformidad cuyo anexo debe ser el informe mensual de avances.
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3) Requerimiento y trámite de pagos logísticos necesarios para la sesión en SEGOB y el foro de reflexión sobre la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México, en el marco del apoyo técnico presencial de la Dra. Bareiro. 4) Coordinar con la Dirección General de Evaluación y Desarrollo Estadístico, la Coordinación Editorial del Inmujeres y el área administrativa, los requisitos en tiempos definidos para la edición de la publicación “Marco Jurídico Institucional de la Participación Política de las Mujeres”. 5) Gestiones administrativas cuando se realicen la sesión en SEGOB y el foro de reflexión sobre el tema de la construcción de una cultura política con perspectiva de género en México. 6) Posibles cartas de entendimiento interinstitucionales según la necesidad identificada durante el desarrollo del proyecto.
Por parte de la Unidad Mujer y Desarrollo de la CEPAL, Chile: * Financiamiento de los gastos necesarios para la asesoría presencial en México de la Dra. Olinda Line Bareiro. 7.2 ARREGLOS INSTITUCIONALES * La contraparte nacional de la CEPAL es el Inmujeres, y facilitará la articulación entre las instancias y actores que aceptaron participar en el desarrollo del proyecto (la Dirección General Adjunta del Inmujeres será el área responsable del proyecto en México). * La asesoría técnica para México seguirá siendo por parte de la Dra. Line Bareiro, por lo que ella será la contraparte de la consultora que operativizará el proyecto en México.
MONITOREO Y EVALUACIÓN 1) El monitoreo regional del desarrollo del proyecto será de acuerdo al calendario de la CEPAL y a través de reuniones con la consultora nacional y el Inmujeres (DGAAI) 2) Vía correo electrónico se dará la comunicación entre el Inmujeres (DGAAI), la consultora nacional y la consultora experta, la Dra. Line Bareiro, de la CEPAL, mandando copia a la Lic. Patricia Cortés, Coordinadora Regional del Proyecto. 3) La consultora nacional entregará a la DGAAI un informe mensual de avances en relación al proyecto, mismo que se remitirá vía correo electrónico a la Lic. Patricia Wohlers para su revisión y comentarios y posteriormente se enviará la versión final a la Dra. Bareiro y a la coordinadora regional del proyecto, la Lic. Patricia Cortés. La Dra. Bareiro podrá emitir sus sugerencias y comentarios por la misma vía. 4) La asesoría técnica presencial de la Dra. Bareiro en México será un espacio de oportunidad para establecer más claramente recomendaciones y avanzar en el cumplimiento de objetivos del proyecto en México. 5) La evaluación del proyecto en México se basará en el cumplimiento de los objetivos específicos estipulados para el proyecto durante el 2003, considerando los aspectos y delimitaciones que puedan surgir durante el desarrollo del proyecto y que no se habían considerado. 6) El documento final que será elaborado por la consultora nacional incluirá propuestas, recomendaciones y observaciones sobre la construcción de una cultura política en México. Este documento será de apoyo para formular acciones o iniciativas futuras.
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