Quechua

Q Q f. Deci­moc­ta­va le­tra del abe­ce­da­rio cas­te­ lla­no, y de­ci­mo­cuar­ta de sus con­so­nan­tes. Llá­ma­se CU. En vo­ces cas­ te­lla­nas for­

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TERMINOS DE PARENTESCO EN QUECHUA
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS MAESTRIA EN LINGÜÍSTICA CURSO: PROFESORA: VARIACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA Mg. MARÍA CORTEZ MONDRAGÓN TERMINOS D

Bolivia Universidad Indígena Boliviana Quechua "Casimiro Huanca"
Country Name Angola Universidade Agostinho Neto Argentina Universidad Católica de Salta Argentina Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria

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Alain Fabre 2005- Diccionario etnolingüístico y guía bibliográfica de los pueblos indígenas sudamericanos. QUECHUA 1 [Última modificación: 19/06/16]

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ANOTACIONES SOBRE EL TEATRO QUECHUA Alcjandro Ortiz Rescaniere. Dcsdc 10s albores dc la Conquista 10s espafioles apreciaron las fastuosas rcprcscnta

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Q f. Deci­moc­ta­va le­tra del abe­ce­da­rio cas­te­ lla­no, y de­ci­mo­cuar­ta de sus con­so­nan­tes. Llá­ma­se CU. En vo­ces cas­ te­lla­nas for­ma sí­la­ba úni­ca­ men­te con la e y la i, me­ dian­te in­ter­po­si­ción de la u, que pier­de su so­ni­do; v. gr.: que­rer, qui­zá.

Quechua

Qa­tar Geog. Mo­nar­quía he­re­di­ta­ria del es­te de la pe­ nín­su­la ará­bi­ga, en el su­does­te de Asia. Li­mi­ta al nor­te y es­te con el gol­fo Pér­si­co; al sur, con Emi­ra­tos Ára­ bes Uni­dos y Ara­bia Sau­di­ta; y al oes­te, con el gol­fo de Bahréin. Cap., Do­ha. Posee 1.409.000 h. El idioma oficial es el árabe. Pe­que­ño emi­ra­to lo­ca­li­za­do en la pe­ nín­su­la ho­mó­ni­ma, cons­ti­tui­do por un te­rri­to­rio con ba­jas co­li­nas, de­sier­tos y cli­ma ári­do. Orien­ta su eco­no­mía a la ex­plo­ta­ción pe­tro­lí­fe­ra. Ex­por­ta y pro­du­ce pe­tró­leo. Es­ta po­si­ción se de­be al ni­vel de su pro­duc­to bru­to per cá­ pi­ta, que su­pe­ra los 15.000 U$S. Es también el tercer país en reservas de gas del mundo. En 1913 el go­bier­no tur­co le con­ce­de la au­to­no­mía. En 1968 pa­sa a in­te­grar la fe­de­ra­ción de Emi­ra­tos Ara­bes Uni­dos y en sep­tiem­ bre de 1971 pro­cla­ma su in­de­pen­den­cia e in­gre­sa en la ONU y en la Li­ga Ára­be. Como con­se­cuen­cia del Tra­ta­do de Paz con Is­rael en 1979 rom­pe re­la­cio­nes con Egip­ to, las que son res­ta­ble­ci­das en 1987. En ju­lio de 1988 es­ta­ble­ce re­la­cio­nes di­plo­má­ti­cas con Chi­na, en agos­to de 1989 lo ha­ce con Yu­gos­la­via y en di­ciem­bre con Cu­ ba. En la última década del siglo XX se deterioraron sus relaciones con sus vecinos, especialmente con Bahrain y Arabia Saudita. En 1995, el emir es reemplazado por su hijo por medio de un golpe pacífico. El intento de Egipto por restablecerlo, precipitó el rompimiento de las rela­ ciones entre los dos países. En la actualidad, el país ex­ perimenta un proceso de liberalización y modernización. El actual emir es Hamad Al-Thani, quien se encuentra en el cargo desde 1995. Quan­ta m. Fís. Plu­ral de QUAN­TUM. Quan­tas (teo­ría de los) (Del lat. quan­ta, pl. de quan­tum, for­ma neu­tra de quan­tus, cuan­to.) Fís. Teo­ría ex­pues­ta por el fí­si­co ale­mán Max Planck, y con­fir­ma­da pos­te­rior­men­te, se­gún la cual en la emi­sión o ab­sor­ción de la ener­gía por áto­mos o mo­lé­cu­las, el pro­ce­so o cur­ so de ella no es con­ti­nuo, si­no que se efec­túa por eta­ pas, cons­ti­tu­yen­do ca­da eta­pa la ab­sor­ción de una can­ ti­dad de ener­gía, llam­da hv, quan­tum o cuan­to, en cu­ya ex­pre­sión h es la cons­tan­te de Plank, y v es la fre­cuen­cia aso­cia­da con el áto­mo o mo­lé­cu­la. Dí­ce­se tam­bién teo­ ría de los cuan­tos; o del cuan­to. Quan­tum (Loc. la­ti­na.) m. Can­ti­dad co­rres­pon­dien­te a ca­da uno, en un re­par­to he­cho a pro­rra­ta. To­car­le a uno su quan­tum. || Can­ti­dad de­ter­mi­na­da. Fi­jar el quan­tum de las fuer­zas mi­li­ta­res del país. || Quó­rum. || Fís. Can­ti­ dad mí­ni­ma de ener­gía que pue­de emi­tir­se, pro­pa­gar­se o ab­sor­ber­se. Tam­bién CUAN­TO. Quark m. Fís. Ca­da una de las seis par­tí­cu­las ele­men­ ta­les hi­po­té­ti­cas y sus co­rres­pon­dien­tes an­ti­par­tí­cu­las que cons­ti­tu­yen la ma­te­ria. Qua­sar m. Astr. Ob­je­to ce­les­te cu­ya emi­sión ener­gé­ti­ ca de ra­dioon­das es al­gu­nos cen­te­na­res de ve­ces su­pe­ rior a la emi­ti­da por las ga­la­xias. Qua­si­mo­do Lit. Uno de los per­so­na­jes de la no­ve­la de Víc­tor Hu­go Nues­tra Se­ño­ra de Pa­rís.

Que (Del lat. qui.) pr. rel. que con es­ta so­la for­ma con­ vie­ne a los gé­ne­ros mas­cu­li­no, fe­me­ni­no y neu­tro y a am­bos nú­me­ros sin­gu­lar y plu­ral. Si­gue al nom­bre o a otro pro­nom­bre y equi­va­le a EL, LA, LO CUAL; LOS, LAS CUA­LES. Pue­de cons­truir­se con el ar­tí­cu­lo de­ter­mi­na­do en to­das sus for­mas. El QUE, la QUE. ||| Pue­de pre­ce­der al nom­bre y a otras par­tes de la ora­ción, con­cer­tan­do con ella, y en es­te ca­so in­di­ca ca­li­dad o can­ti­dad y equi­ va­le a CUÁL, CUÁN o CUÁN­TO. Di­me QUÉ mo­ne­da es ésa; mi­ra QUÉ ale­gre es­tá. || Con el mis­mo sen­ti­do de en­ca­re­ci­mien­to o pon­de­ra­ción úne­se a la pre­po­si­ción de en mo­dos de ha­blar co­mo el si­guien­te: ¡QUÉ de mos­cas hay en es­te lo­cal ! Co­mo neu­tro, úsa­se sin an­te­ce­den­te y con sig­ni­fic ­ a­ción in­de­fin ­ i­da que equi­va­le a QUÉ CO­SA. no sé QUÉ to­mar; ¿QUÉ di­ré? || conj. cop. cu­yo ofi­cio más co­mún es en­la­zar un ver­bo con otro. De­seo QUE tra­ba­jes; pien­sa QUE eres hom­bre. || Sir­ve tam­bién pa­ra en­la­zar con el ver­bo otras par­tes de la ora­ción. Por lo­ co QUE sea; por po­co QUE ha­gas; an­tes QUE llue­va. || For­ma par­te de va­rios mo­dos ad­ver­bia­les y con­jun­ti­vos. A me­nos QUE; con tal QUE; por más QUE. Úsa­se co­mo conj. com­pa­ra­ti­va. Más quie­ro per­der la ha­cien­da QUE la hon­ra. En fra­ses de es­ta na­tu­ra­le­za omí­te­se fre­cuen­ te­men­te el ver­bo que co­rres­pon­de al se­gun­do miem­bro de la com­pa­ra­ción. Más quie­ro per­der la ha­cien­da QUE per­der la hon­ra. A ve­ces es­ta omi­sión se ha­ce por exi­ gir­lo así las re­glas de la sin­ta­xis. San­tia­go es más al­to QUE Ju­lio. || No pi­de ver­bo en lo­cu­cio­nes fa­mi­lia­res co­ mo és­tas: uno QUE otro; otro QUE tal. || Úsa­se en lu­gar de la conj. co­pu­la­ti­va y de­no­tan­do sen­ti­do ad­ver­sa­ti­vo. Tra­ba­jo pi­do, QUE no li­mos­na; nues­tra es la obli­ga­ción, QUE no vues­tra. || To­ma tam­bién ca­rác­ter de con­jun­ción ila­ti­va, enun­cian­do la con­se­cuen­cia de lo di­cho an­te­rior­ men­te. Me su­pli­có con ta­les pa­la­bras, QUE al fin tu­ve QUE ce­der. || Pre­ce­de a ora­cio­nes no en­la­za­das con otras. QUE me ocu­rra a mí es­to; QUE no tar­des. || Des­ pués de ex­pre­sio­nes de ju­ra­men­to o ase­ve­ra­ción sin ver­ bo al­gu­no ex­pre­so, co­mo a fe, vi­ve Dios, vo­to a tal, etc. || Úsa­se con sen­ti­do fre­cuen­ta­ti­vo de en­ca­re­ci­mien­to, equi­va­lien­do a Y MÁS. Da­le QUE da­le; fir­me QUE fir­me. || Úsa­se pos­pues­to a los ad­ver­bios sí y no pa­ra re­for­zar lo que se di­ce. Sí, QUE iré; no, QUE no iré. || Pre­ce­di­do y se­gui­do de la ter­ce­ra per­so­na de in­di­ca­ti­vo de un mis­mo ver­bo, de­no­ta el pro­gre­so o efi­ca­cia de la ac­ción de es­te ver­bo. Vue­la QUE vue­la; es­tu­dia QUE es­tu­dia. || EL QUE MÁS Y EL QUE ME­NOS. loc. que en las fra­ses de que for­ma equi­va­le a ca­da cual o a to­dos sin ex­cep­ción. || PUES ¡QUÉ! expr. que se em­plea sin vín­cu­lo gra­ma­ti­cal con otra nin­gu­na, an­te­ce­dien­do a fra­se in­te­rro­ga­ti­va en la for­ma, y sus­tan­cial­men­te ne­ga­ti­va. ¡PUES QUÉ! ¿ha de ser siem­pre lo que él quie­ra, y nun­ca lo que yo quie­ ra? || ¡PUES Y QUÉ! expr. que se usa pa­ra in­di­car que no tie­ne in­con­ve­nien­te o que no es le­gí­ti­mo el car­go que se ha­ce. || ¡QUÉ! in­terj. de sen­ti­do ne­ga­ti­vo o pon­de­ra­ti­vo. || SIN QUÉ NI PA­RA, o POR, QUÉ. loc. adv. Sin mo­ti­vo,

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cau­sa ni ra­zón al­gu­na. || ¿Y QUÉ? expr. con que se de­ no­ta que lo di­cho o he­cho por otro no con­ven­ce. Que­bec Geog. Prov. de Ca­na­dá, li­mi­ta­da por las pro­ vin­cias de On­ta­rio y New Bruns­wick, en la cos­ta del La­bra­dor, Es­ta­dos Uni­dos, el es­tre­cho y la ba­hía de Hud­son y el gol­fo de San Lo­ren­zo. Gran ri­que­za fo­res­ tal y mi­ne­ra. Es la provincia más extensa del país, con 1.540.680 km2; pobl., 7.651.531 h. Cap. ho­mó­ni­ma. Ciudad más poblada: Montreal. Idioma: Francés. || Ciu­ dad ca­pi­tal de es­ta pro­vin­cia, a ori­llas del San Lo­ren­zo. Pobl., 500.691 h. La aglo­me­ra­ción ur­ba­na tie­ne más de 700.000 h. Fun­da­da por el ex­plo­ra­dor fran­cés Sa­muel Cham­plain en 1608. Im­por­tan­te puer­to flu­vial.

El río Gatineau en Cantley, Quebec, Canadá. Que­bra­cho m. Amér. Quie­bra­ha­cha. OBS. De los va­ rios nom­bres con que se de­sig­na es­te ár­bol le­gu­mi­no­so, ja­bí, que­bra­ha­cha, que­bra­cho, etc., es­te úl­ti­mo, que se de­be a la gran du­re­za de su ma­de­ra, es el más co­no­ci­ do en los paí­ses su­da­me­ri­ca­nos. Exis­ten dos es­pe­cies: el QUE­BRA­CHO BLAN­CO, de ma­de­ra blan­ca y cor­te­za grue­sa y ás­pe­ra, que usan los na­tu­ra­les en in­fu­sión con­ tra las fie­bres pa­lú­di­cas, y el QUE­BRA­CHO CO­LO­RA­DO, de ma­de­ra ro­ja, muy abun­dan­te en ta­ni­no, que reem­pla­ za con ven­ta­ja al hie­rro por su re­sis­ten­cia a la hu­me­dad, y que se usa es­pe­cial­men­te pa­ra tra­vie­sas de fe­rro­ca­rril, pos­tes y pi­lo­tes, y en tra­ba­jos hi­dráu­li­cos. Que­bra­da f. Amér. Arro­yo, ria­chue­lo. || Aber­tu­ra an­

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1192

QUEBRADIZO, ZA QATAR CAPITAL: DOHA SUPERFICIE: 11.437 km² DIVISIÓN POLÍTICA: 9 MUNICIPIOS POBLACIÓN: 770.000 h. POBLACIÓN URBANA: 93% IDIOMA: ÁRABE RELIGIÓN: MUSULMANES 83%, CRISTIANOS 10%

Fondos coralinos del golfo Pérsico en Qatar.

Desierto que cubre los yacimientos de petróleo, Qatar.

gos­ta y ás­pe­ra en­tre mon­ta­ñas. || Amér. En Ar­gen­ti­na, quie­bro, es­guin­ce, con­to­neo. Que­bra­di­zo, za adj. Fá­cil de que­brar­se. || fig. De sa­ lud y dé­bil de cuer­po. || Aplí­ca­se a la voz ágil pa­ra ha­cer quie­bros en el can­to. || FRÁ­GIL. Que­bra­do, da (De que­brar.) adj. Que ha he­cho quie­ bra o ban­ca­rro­ta. Ú. t. c. s. || Que pa­de­ce her­nia o que­ bra­du­ra. Ú. t. c. s. || Que­bran­ta­do, de­bi­li­ta­do. QUE­BRA­ DO de co­lor. || Di­cho de ca­mi­nos, ca­rre­te­ras, te­rre­nos, etc., tor­tuo­so, de­si­gual, con al­tos y ba­jos. || m. Cu­ba. Ho­ja de ta­ba­co de ca­li­dad su­pe­rior, pe­ro agu­je­rea­da. || pl. Tro­zos ra­ya­dos y tro­zos sin ra­yas exis­ten­tes en una de las va­rias cla­ses de pa­pel pau­ta­do en que apren­den a es­cri­bir los ni­ños. Es­cri­bir de, es­tar en pa­pel de, QUE­ BRA­DOS. || QUE­BRA­DO COM­PUES­TO. Arit. FRAC­ CIÓN DE­CI­MAL. || QUE­BRA­DO DE QUE­BRA­DO. Arit. Nú­me­ro com­pues­to de una o más de las par­tes igua­les en que se con­si­de­ra di­vi­di­do un que­bra­do. || QUE­BRA­ DO IM­PRO­PIO. Arit. FRAC­CIÓN IM­PRO­PIA. || QUE­BRA­ DO PRO­PIO. Arit. FRAC­CIÓN PRO­PIA. Que­bra­du­ra (De que­bra­do.) f. Aber­tu­ra, ro­tu­ra, hen­ de­du­ra. || Her­nia. Que­bra­ja (De que­bra­jar.) f. Ren­di­ja, grie­ta, ra­ja en el hie­rro, la ma­de­ra, etc. Que­bran­ta­pie­dras (De que­bran­tar y pie­dra.) f. Plan­ta her­bá­cea anual, de la fa­mi­lia de las pa­ro­ni­quieas, con ta­llos tum­ba­dos y cu­bier­tos de pe­los ce­ni­cien­tos; ho­jas pe­que­ñas, flo­res ver­do­sas y fru­to se­co. Se ha usa­ do con­tra el mal de pie­dra. Que­bran­tar (frec. de que­brar.) tr. Se­pa­rar, rom­per vio­len­ta­men­te las par­tes de un to­do. || Hen­der una co­sa; po­ner­la en es­ta­do de que se rom­pa con más fa­ci­li­dad. Ú. t. c. r. || Ma­cha­car o mo­ler una co­sa, sin des­com­po­ ner­la o des­ha­cer­la por com­ple­to. || Pro­fa­nar al­gún sa­ gra­do o co­to. || fig. Vio­lar una ley, pa­la­bra u obli­ga­ción. || For­zar, rom­per, ven­cien­do una di­fic ­ ul­tad o im­pe­di­men­to que em­ba­ra­za pa­ra la li­ber­tad. QUE­BRAN­TAR la pri­sión. || Dis­mi­nuir el brío o las fuer­zas; atem­pe­rar o mo­de­rar el ex­ce­so de una co­sa. Aplí­ca­se es­pe­cial­men­te al ca­ lor o al frío. || Fa­ti­gar, mo­les­tar, cau­sar pe­sa­dum­bre o de­sa­bri­mien­to. || Cau­sar com­pa­sión o lás­ti­ma; mo­ver a pie­dad. || Mo­ver, in­du­cir o per­sua­dir con por­fía, in­dus­tria o ar­did; ablan­dar el ri­gor o la ira. || For. Anu­lar, re­vo­car un tes­ta­men­to. || r. Ex­pe­ri­men­tar las per­so­nas al­gún

acha­que o ma­les­tar a cau­sa de un ac­ci­den­te, ejer­ci­cio o tra­ba­jo con­ti­nuo, o por efec­to de la edad, dis­gus­tos o en­fer­me­da­des. || Mar. Per­der la qui­lla de un bu­que su fi­gu­ra, ar­queán­do­se. Que­bran­to m. Ac­ción y efec­to de que­bran­tar o que­bran­tar­se. || fig. Fal­ta de fuer­za, de­sa­lien­to, des­cae­ ci­mien­to. || Cons­mi­se­ra­ción, lás­ti­ma, pie­dad. || Gran pér­ di­da o da­ño. || Pe­na o do­lor gran­de. || QUE­BRAN­TO DE MO­NE­DA. Nom­bre y con­cep­to que sue­le dar­se a la in­ dem­ni­za­ción o gra­ti­fi­ca­ción con­ce­di­da a los ha­bi­li­ta­dos, ca­je­ros o pa­ga­do­res de las ofi­ci­nas. Que­brar (Del lat. cre­pa­re, rom­per con es­tré­pi­to, es­ ta­llar.) tr. QUE­BRAN­TAR. || Do­blar o tor­cer. QUE­BRAR el cuer­po. Ú. t. c. r. || fig. In­te­rrum­pir o em­ba­ra­zar la con­ti­ nua­ción de una co­sa no ma­te­rial. || Mo­de­rar, tem­plar la fuer­za y el ri­gor de una co­sa. || Afear, ajar la tez o co­lor na­tu­ral del ros­tro. Ú. t. c. r. || Ven­cer una di­fi­cul­tad ma­te­ rial u opre­sión. || intr. fig. Rom­per la amis­tad; en­ti­biar­se o dis­mi­nuir­se la co­rres­pon­den­cia. || Ce­der, fla­quear. || In­ te­rrum­pir­se al­gu­na co­sa o de­jar de te­ner apli­ca­ción. || Com. Ce­sar en el co­mer­cio por no po­der ha­cer fren­te a las obli­ga­cio­nes con­traí­das. || r. Re­la­jár­se­le, for­mar­se her­nia a uno. || Re­fi­rién­do­se a cor­di­lle­ras, cues­tas o co­ sas se­me­jan­tes, in­te­rrum­pir­se su con­ti­nui­dad. Que­bra­zón f. Amér. En Chi­le, ro­tu­ra ge­ne­ral o de va­ rias co­sas a la vez. Que­che (Del ingl. ketch.) m. Em­bar­ca­ción cu­yo ar­queo va­ría de 100 a 300 to­ne­la­das, muy co­rrien­te en los ma­ res del nor­te de Eu­ro­pa; su fi­gu­ra es igual por la po­pa que por la proa. Que­che­ma­rín (De que­che y ma­ri­no.) m. Pe­que­ña em­bar­ca­ción de dos pa­los, con ve­las al ter­cio, al­gu­nos fo­ques en su bo­ta­lón a proa, y ga­vias vo­lan­tes en tiem­ po de bo­nan­za. Que­chol m. Méx. FLA­MEN­CO, ave pal­mí­pe­da. Que­chua (De qquech­hua, tie­rra tem­pla­da.) adj. Aplí­ ca­se al in­dí­ge­na que du­ran­te la co­lo­ni­za­ción de Pe­rú vi­ vía en la re­gión que se ex­tien­de al nor­te y po­nien­te del Cuz­co. Ú. t. c. s. || Aplí­ca­se al idio­ma ha­bla­do por es­tos in­dí­ge­nas (OBS. Ú. t. c. s.) || Re­la­ti­vo a es­tos in­dí­ge­nas y a su idio­ma. Que­chuis­mo m. Pa­la­bra o gi­ro del idio­ma que­chua em­plea­do en otro idio­ma. Que­da (Del lat. quie­ta, term. de -tus, p. p. de quie­re,

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des­can­sar.) f. Ho­ra de­ter­mi­na­da de la no­che a que en al­gu­nas po­bla­cio­nes, es­pe­cial­men­te pla­zas ce­rra­das, to­ dos de­ben re­co­ger­se, pa­ra lo cual se avi­sa con la cam­ pa­na u otro me­dio. || Cam­pa­na des­ti­na­da a es­te fin. || To­que que se da con ella. || ant. Mil. Re­tre­ta. Que­da­da f. Ac­ción de que­dar­se en un si­tio o lu­gar. Que­dar (Del lat. quie­ta­re, so­se­gar, des­can­sar.) intr. Es­ tar, de­te­ner­se de gra­do o por fuer­za en un lu­gar, con áni­mo de per­ma­ne­cer en él o de tras­la­dar­se a otro. QUE­ DÓ en el hos­pi­tal. Ú. t. c. r. SE QUE­DA­RÁ en Cór­do­ba. || Res­tar, per­man­cer o sub­sis­tir par­te de una co­sa. me QUE­DAN cin­co pe­sos; de la bi­blio­te­ca só­lo QUE­DAN res­tos. || Se­gui­do de la pre­po­si­ción por, re­sul­tar una per­ so­na con al­gún con­cep­to me­re­ci­do por sus ac­cio­nes, o con al­gún car­go, de­re­cho u obli­ga­ción que an­tes no te­nía. QUE­DAR POR juez. || Se­gui­do de la mis­ma pre­ po­si­ción por, re­ma­tar­se en fa­vor de uno al­go que se ad­ ju­di­ca al me­jor pos­tor. La con­tra­ta QUE­DÓ POR Luis. || Per­ma­ne­cer, sub­sis­tir una per­so­na o co­sa en su es­ta­do, o pa­sar a otro más o me­nos du­ra­de­ro. La edi­fi­ca­ción QUE­DÓ sin ter­mi­nar; el in­ci­den­te QUE­DÓ zan­ja­do. En es­ta acep­ción sue­le usar­se a ve­ces se­gui­do de la pre­ po­si­ción por. QUE­DÓ por con­cluir. || Aca­bar, ter­mi­nar, ce­sar, con­ve­nir de­fi­ni­ti­va­men­te en una co­sa. QUE­DA­ MOS acor­des; QUE­DA­RON en ver­se el mes si­guien­te. || r. Pre­ce­dien­do a la pre­po­si­ción con, re­te­ner en su po­der una co­sa, sea aje­na o pro­pia. Yo me QUE­DA­RÉ con las ar­mas. || Di­cho del vien­to, dis­mi­nuir su fuer­za. || Di­cho del mar, dis­mi­nuir el olea­je. || ¿EN QUÉ QUE­DA­MOS? expr. fam. con que se in­vi­ta a po­ner fin a una in­cer­ti­dum­bre o acla­rar una in­co­he­ren­cia. || NO QUE­DAR A DE­BER NA­ DA a uno. frs. fig. co­rres­pon­der­le en obras o pa­la­bras. || QUE­DAR, o QUE­DAR­SE, uno ATRÁS. frs. fig. So­bre­sa­lir o ade­lan­tar me­nos que otro en for­tu­na, po­si­ción o sa­ber. || fig. No com­pren­der com­ple­ta­men­te una co­sa. || Des­ ma­yar o ce­der en un em­pe­lo. || QUE­DAR uno BIEN, o MAL. frs. Por­tar­se en una ac­ción, o sa­lir de un asun­to, bien o mal. || QUE­DAR uno en una co­sa. frs. Acor­dar­la, con­ve­nir en ella; ofre­cer­se a eje­cu­tar­la. QUE­DÉ EN vol­ver hoy al Mu­seo; QUE­DA­MOS EN ir al tea­tro. || QUE­DAR uno LIM­PIO. frs. fig. y fam. Que­dar sin di­ne­ro. Ú. m. en el jue­go. || QUE­DAR uno POR otro. frs. Fiar­le, sa­lir por él. || QUE­DAR una co­sa POR uno. frs. No ocu­rrir, por de­jar uno de eje­cu­tar lo que de­bía o le to­ca­ba. || QUE­DAR­SE uno A OS­CU­RAS. frs. fig. Per­der lo que te­nía, o no lo­ grar su em­pe­ño. || No en­ten­der lo que ha vis­to u oí­do. || QUE­DAR­SE uno COR­TO. expr. fig. y fam. No exa­ge­rar en lo que di­ce. || QUE­DAR­SE uno FRES­CO, o LU­CI­DO. frs. fig. y fam. No lo­grar aque­llo de que te­nía es­pe­ran­za y en que se ha­bía con­sen­ti­do. Ú. t. el ver­bo c. intr. || QUE­ DAR­SE uno FRÍO. frs. fig. Sa­lir­le una co­sa al re­vés de su de­seo o pre­ten­sión. || fig. Ad­mi­rar­se de ver u oir al­go ines­pe­ra­do. || QUE­DAR­SE uno IN AL­BIS. frs. fig. y fam. Que­dar­se en blan­co. || QUE­DAR­SE uno MUER­TO. frs. fig. y fam. Sor­pren­der­se de una no­ti­cia ines­pe­ra­da que pro­du­ce sen­ti­mien­to o pe­sar. || QUE­DAR­SE uno RIEN­ DO. frs. fig. y fam. Alar­dear de im­pu­ni­dad quien ha eje­cu­ ta­do una ac­ción dig­na de re­pri­men­da. Ú. m. con neg. y en tiem­po fu­tu­ro por vía de amen­zas. || QUE­DAR­SE uno TIE­SO. frs. fig. y fam. QUE­DAR­SE MUER­TO. || fig. Sen­tir mu­cho frío. || QUE­DAR­SE uno YER­TO. frs. fig. Asus­tar­se mu­cho. || QUE­DAR TO­DOS IGUA­LES. frs. No lo­grar una co­sa nin­gu­no de los que la pre­ten­dían. Que­do, da (Del lat. quie­tus, p. p. de quie­re, des­can­ sar.) adj. Quie­to. || adv. m. Con voz ba­ja o que ape­nas se oye. || Con tien­to. || DE QUE­DO. m. adv. Po­co a po­co, con len­ti­tud. || ¡QUE­DO! in­terj. que se usa pa­ra con­te­ ner a uno. || QUE­DO A QUE­DO. m. adv. DE QUE­DO. QUE­DO QUE QUE­DO. expr. Aplí­ca­se al que se mues­tra rea­cio pa­ra eje­cu­tar al­go.

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QUERER

Exclusiva isla Bedarra en la barrera coralina australiana, Queensland. Queens Geog. Uno de los cin­co y el mayor de los dis­ tri­tos de la ciu­dad de Nue­va York. Situado en el condado homónimo. Pobl., 2.293.007 h. Queens­land Geog. Es­ta­do de Aus­tra­lia. Ext., 1.727.200 km2; pobl., 4.182.100 h. Cap., Bris­ba­ne (aprox. 2.000.000 h.). Ma­de­ras, Ga­na­de­ría. Que­ha­cer (De que y ha­cer.) m. Ocu­pa­ción, ne­go­cio. Ú. m. en pl. Quei­li­tis (Del gr. cheî­los, la­bio, y el suf. itis, in­fla­ma­ ción.) f. Pat. In­fla­ma­ción de los la­bios. Que­ja (De que­jar.) f. Ma­ni­fes­ta­ción de sen­ti­mien­to, pe­ na o do­lor. || De­sa­zón, re­sen­ti­mien­to. || QUE­RE­LLA. || FOR­MAR QUE­JA. frs. Bus­car oca­sión de que­jar­se sin cau­sa pa­ra ello. Que­jar (Co­mo el port. quei­zar, tal vez del lat. qua­za­re, graz­nar co­mo las ra­nas.) tr. Aque­jar. || r. Ma­ni­fes­tar con la voz el do­lor o pe­na que se sien­te. || Ex­po­ner uno el re­ sen­ti­mien­to que tie­ne de otro. || QUE­RE­LLAR­SE. Que­ji­go (Qui­zá de un de­riv. del lat. que­reus, en­ci­na.) m. Ár­bol cu­pu­lí­fe­ro, de unos 20 me­tros de al­tu­ra, con tron­co grue­so, ho­jas gran­des, flo­res muy pe­que­ñas y por fru­to be­llo­tas pa­re­ci­das a las del ro­ble. || Ro­ble que aún no ha al­can­za­do su de­sa­rro­llo re­gu­lar. Que­jum­bre f. Que­ja fre­cuen­te y co­mún­men­te sin gran mo­ti­vo. Que­len­que­len (Del arauc. clen­clen.) m. Chi­le. Plan­ ta po­li­ga­lea; de que exis­ten di­ver­sas es­pe­cies, que se ca­rac­te­ri­zan por te­ner flo­res pe­que­ñas, ro­sa­das y en ra­ ci­mos. Sus raí­ces se usan en va­rias en­fer­me­da­des de las vías di­ges­ti­vas. Que­lí­ce­ro m. Zool. Ca­da una de las dos pie­zas que los arác­ni­dos lle­van en la par­te an­te­rior del ce­fa­lo­tó­rax, si­mi­la­res a las de los crus­tá­ceos, en for­ma de gan­cho o pin­za, y a ve­ces con una glán­du­la ve­ne­no­sa. Que­lí­fe­ro (Del gr. che­lé, ga­rra, pin­za, y de for­ma.) m. Zool. Arác­ni­dos que­li­fé­ri­dos cu­ya ca­rac­te­rís­ti­ca es te­ner un so­lo ojo mar­gi­nal a ca­da la­do o ca­re­cer por com­ ple­to de ellos. Ori­gi­na­rios de Eu­ro­pa, vi­ven en lu­ga­res som­bríos, ba­jo la cor­te­za de los ár­bo­les. Hay es­pe­cies que se crían den­tro de las ha­bi­ta­cio­nes, en los li­bros y her­ba­rios. Que­li­te Geog. Río de Mé­xi­co que na­ce en la mon­ta­ña de la Si­lla y de­sem­bo­ca en el océa­no Pa­cí­fic ­ o. 105 ki­ló­ me­tros de lon­gi­tud. Que­loi­de (Del gr. che­lé, pin­za, y eî­dos, for­ma.) f. Pat. Tu­mor cu­tá­neo, fi­bro­so. Que­lo­nio, nia (Del gr. che­lo­ne, tor­tu­ga.) adj. Zool. Aplí­ca­se a rep­ti­les de cuer­po cor­to, pro­te­gi­do por un ca­ pa­ra­zón que cu­bre el dor­so y la es­pal­da, con hue­cos que dan pa­so a la ca­be­za, pa­tas y co­la. Man­dí­bu­las cór­ neas, sin dien­tes, piel ás­pe­ra. Son oví­pa­ros y se ali­men­ tan de sus­tan­cias ani­ma­les y ve­ge­ta­les. Ú. t. c. s. || m. pl. Zool. Or­den de es­tos rep­ti­les, de los que se co­no­cen más de 250 es­pe­cies, co­mo la tor­tu­ga, el ga­lá­pa­go, la ma­ta­ma­ta y el ca­rey. Quel­te­hue m. Amér. Zool. En Chi­le, ave zan­cu­da, pe­ que­ña, es­pe­cie de ave fría. || En Chi­le, per­so­na al­ta y del­ga­da, es­pe­cial­men­te con pier­nas lar­gas.

Que­ma­du­ra (De que­ma­do.) f. Des­com­po­si­ción de un te­ji­do or­gá­ni­co, cau­sa­da por el fue­go o por el con­tac­to de una sus­tan­cia cáus­ti­ca o co­rro­si­va. || Am­po­lla, im­ pre­sión, lla­ga o se­ñal que pro­du­ce el fue­go o una co­sa muy ca­lien­te o cáus­ti­ca apli­ca­da a otra. || En­fer­me­dad de las plan­tas con­sis­ten­te en el de­cai­mien­to de las ho­ jas y par­tes tier­nas con des­pren­di­mien­to de la cor­te­za, pro­du­ci­da por cam­bios gran­des y brus­cos de tem­pe­ ra­tu­ra. || TI­ZÓN. Que­ma­jo­so, sa adj. Que es­cue­ce o pi­ca co­mo que­ man­do. Que­mar (Del gr. cre­ma­re.) tr. Abra­sar o con­su­mir con fue­go. || Ca­len­tar ac­ti­va­men­te; co­mo el sol en el ve­ra­no. || ABRA­SAR. || Pro­du­cir una sen­sa­ción muy pi­can­te en la bo­ca, o ha­cer am­po­lla, lla­ga o se­ñal una co­sa cáus­ ti­ca o muy ca­lien­te. || fig. Mal­ba­ra­tar o mal­ven­der una co­sa. || fig. y fam. Im­pa­cien­tar o de­sa­zo­nar a uno. Ú. t. c. r. || intr. Es­tar ex­ce­si­va­men­te ca­lien­te una co­sa. || r. Sen­tir o pa­de­cer mu­cho ca­lor. || fig. Su­frir la fuer­za de un afec­to o pa­sión. Que­ma­rro­pa (a) m. adv. A QUE­MA RO­PA. Que­ma­zón (Del lat. cre­ma­tio, -onis.) f. QUE­MA. || Ca­ lor ex­ce­si­vo. || fig. y fam. Co­me­zón. || Pa­la­bra pi­can­te o ac­ción con que se pro­vo­ca o za­hie­re a uno pa­ra son­ro­ jar­le. || Sen­ti­mien­to que pro­du­cen se­me­jan­tes ac­cio­nes o pa­la­bras. || Min. Es­pu­ma de me­tal li­ge­ra, ho­jo­sa y cha­ mus­ca­da, que es una de las se­ña­les de la ve­ta. Que­mo­sis (Del lat. che­mo­sis.) f. Pat. Of­tal­mía gra­ve. Que­na (Voz qui­chua). f. Ca­ra­mi­llo o flau­ta con que acom­pa­ñan sus can­tos, y es­pe­cial­men­te el ya­ra­ví, los in­dí­ge­nas de al­gu­nas co­mar­cas de Amé­ri­ca. Que­pis (Del fr. ké­pi.) m. Go­rra que co­mo pren­da de uni­for­me usan los mi­li­ta­res en al­gu­nos paí­ses. Es li­ge­ra­ men­te có­ni­ca y con vi­se­ra ho­ri­zon­tal. Que­ran­dí adj. Dí­ce­se del in­dí­ge­na de una tri­bu be­li­co­ sa que ha­bi­ta­ba el te­rri­to­rio com­pren­di­do en­tre el río de la Pla­ta y el Sa­la­do y a ve­ces has­ta el Car­ca­ra­ñá. Ú. t. c. s. || Re­la­ti­vo a es­tos in­dí­ge­nas. || m. Len­gua que­ran­dí.

Q

Que­ra­ti­na (Del gr. ke­ra­ti­ne, cór­nea o de cuer­no.) f. Hist. Nat. Sus­tan­cia fun­da­men­tal del te­ji­do epi­dér­mi­co y de sus con­gé­ne­res; co­mo el cór­neo, el pi­lo­so y otros. Que­ra­ti­tis (Del gr. ke­ras, -atos, cuer­no, y el su­fij­o itis, adop­ta­do pa­ra sig­ni­fi­car in­fla­ma­ción.) f. Pat. In­fla­ma­ción de la cór­nea trans­pa­ren­te. Que­ra­to­ma m. Pat. Tu­mor cór­neo. Que­ra­to­plas­tia Cir. Tras­plan­te de la sus­tan­cia cór­ nea, sus­ti­tu­yén­do­la por una de ga­lli­na o de ga­to pre­via­ men­te re­cor­ta­da. Se acon­se­jó su ope­ra­ción por pri­me­ra vez en el año 1824. Que­ra­to­sis f. Pat. En­du­re­ci­mien­to de la epi­der­mis. Que­re­lla (Del lat. que­re­la.) f. QUE­JA. || Con­tien­da, dis­cor­dia. || For. Acu­sa­ción an­te juez o tri­bu­nal com­ pe­ten­te, eje­cu­tan­do la ac­ción pe­nal con­tra los res­pon­ sa­bles de un de­li­to. || Re­cla­ma­ción que los he­re­de­ros for­zo­sos ha­cen an­te el juez, pi­dien­do la anu­la­ción de un tes­ta­men­to por ino­fic ­ io­so. Que­ren­cia f. Ac­ción de amar o que­rer bien. || Ten­den­ cia del hom­bre o de al­gu­nos ani­ma­les a vol­ver al lu­gar en que se cria­ron o tie­nen cos­tum­bre de acu­dir. || Ese mis­ mo lu­gar. || In­cli­na­ción na­tu­ral ha­cia al­gu­na co­sa. Que­ren­dón, na adj. Amér. Muy ca­ri­ño­so. Que­rer (In­fi­nit. sus­tan­ti­va­do.) m. Amor, ca­ri­ño. Que­rer (Del lat. quae­re­re, tra­tar de ob­te­ner.) tr. Ape­te­ cer o de­sear. || Amar, te­ner afec­to, in­cli­na­ción o vo­lun­tad a una per­so­na o co­sa. || Te­ner de­ci­sión o vo­lun­tad de eje­cu­tar una co­sa. || De­ter­mi­nar, re­sol­ver. || Pro­cu­rar, in­ ten­tar o pre­ten­der. || Ser con­ve­nien­te una co­sa a otra; re­ que­rir­la, pe­dir­la. || Ave­nir­se o con­for­mar­se uno al in­ten­to o de­seo de otro. || Tra­tán­do­se de jue­gos, acep­tar el en­ vi­te. || CO­MO QUIE­RA QUE. loc. adv. De cual­quier mo­ do, o de es­te o el otro mo­do, que. Tal vez ten­ga ra­zón, pe­ro, CO­MO QUIE­RA QUE sea, no me­re­ce per­dón. || Su­pues­to que, da­do que. CO­MO QUIE­RA QUE co­noz­co mi obli­ga­ción, no he de fal­tar a ella. || CUAN­DO QUIE­RA QUE. loc. adv. CO­MO QUIE­RA QUE. || DON­DE QUIE­RA. m. adv. En cual­quier tiem­po. || CUAN­TO QUIE­RA QUE. loc. adv. CO­MO QUIE­RA QUE. || DON­DE QUIE­RA. m. adv. con que se ad­vier­te ser más que re­gu­lar o co­mún

Quemar. Destrucción de la Amazonia por medio de quemas. aque­llo de que se ha­bla. Es un pin­tor, NO ASÍ CO­MO QUIE­RA, si­no de los más so­bre­sa­lien­tes de Amé­ri­ca; el jue­go es un vi­cio, NO CO­MO QUIE­RA, si­no muy odio­so y des­pre­cia­ble. || ¿QUÉ MÁS QUIE­RES? expr. con que se sig­ni­fic ­ a que lo que uno ha lo­gra­do es to­do lo que po­día de­sear, se­gún su pro­por­ción y sus mé­ri­tos. || QUE QUIE­RA, QUE NO QUIE­RA. expr. adv. Sin aten­der a la vo­lun­tad o apro­ba­ción de uno, con­ven­ga o no con­ven­ga con ello. || ¿QUÉ QUIE­RE DE­CIR ESO? expr. con que se avi­sa o ame­na­za pa­ra que uno co­rri­ja o sua­vi­ce lo que ha di­cho. || ¿QUÉ QUIE­RE SER ES­TO? expr. con que se da a co­no­cer la ad­mi­ra­ción o ex­tra­ñe­za que pro­du­ce una co­sa. || ¡QUÉ QUIE­RES!, o ¡QUÉ QUIE­RES QUE LE HA­GA, o QUE LE HA­GA­MOS! expr. de con­for­mi­dad o de ex­cu­sa. || ¡QUÉ HE­MOS DE HA­CER! || QUE­RER BIEN una per­so­na a otra. frs. Amar un hom­bre a una mu­jer, o vi­ce­ver­sa. || SIN QUE­RER. m. adv. Por aca­so; inad­ver­ti­ da­men­te, sin in­ten­ción.

Queltehue.

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Q

Que­re­sa f. Cre­sa. Que­ré­ta­ro Geog. Es­ta­do de Mé­xi­co, li­mi­ta­do por los es­ta­dos de San Luis Po­to­sí, Hi­dal­go, Mé­xi­co, Mi­choa­ cán y Gua­na­jua­to. Ext., 11.449 km2; pobl., 1.404.306 h. Cap. hom. Com­pren­de on­ce mu­ni­ci­pios. Ce­rea­les, ca­fé, ta­ba­co, ca­ña, yu­ca, fru­tas, mi­nas y can­te­ras. || Ciu­dad de Mé­xi­co ca­pi­tal del est. an­te­di­cho. Pobl., 456.458 h. Hi­la­dos de al­go­dón, co­mer­cio; en es­ta ciu­dad fue fu­si­la­ do el em­pe­ra­dor Ma­xi­mi­lia­no, en el año 1867. Que­ri­do, da p. p. de QUE­RER. || s. Hom­bre, res­pec­ to de la mu­jer, o mu­jer, res­pec­to del hom­bre, con quien tie­ne re­la­cio­nes amo­ro­sas ilí­ci­tas. Quer­mes (Del ár. quer­mez, gra­na.) m. In­sec­to he­míp­ te­ro se­me­jan­te a la co­chi­ni­lla, que vi­ve en la cos­co­ja y cu­ya hem­bra for­ma las aga­lli­tas que dan el co­lor de gra­ na. || Farm. Sus­tan­cia de co­lor ro­ji­zo, com­pues­ta de una mez­cla de óxi­do y sul­fu­ro de an­ti­mo­nio, que se em­plea en me­di­ci­na pa­ra com­ba­tir las en­fer­me­da­des de los ór­ ga­nos res­pi­ra­to­rios. || QUER­MES MI­NE­RAL. Sul­fu­ro de an­ti­mo­nio al­go oxi­ge­na­do, de co­lor ro­jo. Que­ro­cha f. Que­re­sa. Que­ro­nea Geog. An­ti­gua ciu­dad de Beo­cia, en Gre­ cia, cé­le­bre por las ba­ta­llas a que dio nom­bre. Vic­to­rias de Age­si­lao II de Es­par­ta, so­bre la Li­ga grie­ga, 394 a. C.; de Fi­li­po II, rey de Ma­ce­do­nia, so­bre los ate­nien­ses y te­ ba­nos, 338 a. C. y de Si­la so­bre Mi­tría­des, 85 a. C. Que­ro­sén (Del gr. ke­ros, ce­ra.) m. Amér. Hi­dro­car­bu­ ro que se ob­tie­ne por la des­ti­la­ción del pe­tró­leo, de con­ sis­ten­cia lí­qui­da, in­co­lo­ra, com­bus­ti­ble y más li­ge­ro que el agua. Em­pléa­se pa­ra el alum­bra­do y ca­le­fac­ción. Que­ro­se­ne m. Que­ro­sén. Quer­so­ne­so (Del lat. Cher­so­ne­sus, y és­te del gr. Cher­só­neos; de cher­sos, se­co, fir­me y né­sos, is­la.) m. Pe­nín­su­la. El QUER­SO­NE­SO Táu­ri­co. Que­ru­bín (Del hebr. ke­ru­bim.) m. Ca­da uno de los es­ pí­ri­tus ce­les­tes ca­rac­te­ri­za­dos por la ple­ni­tud de cien­cia con que ven y con­tem­plan la be­lle­za di­vi­na. For­man el pri­mer co­ro. || fig. SE­RA­FÍN. Que­rus­co, ca (Del lat. che­rus­cus.) adj. Aplí­ca­se al in­di­vi­duo de cier­to pue­blo an­ti­guo de Ger­ma­nia. Ú. t. c. s. || Per­te­ne­cien­te a es­te pue­blo. Que­sa­di­lla f. Amér. En Hon­du­ras y Mé­xi­co, pan de maíz re­lle­no de que­so y azú­car co­ci­do en co­mal. Que­sear intr. Ha­cer que­sos. Ques­nay (fran­cis­co) Biog. Eco­no­mis­ta y mé­di­co fran­cés (1694-1774). Fun­da­dor de la es­cue­la fi­sio­crá­ti­ca, y au­tor de li­bros de me­di­ci­na y de eco­no­mía. En­tre és­tos, es no­ta­ble su Ta­bleau éco­no­mi­que, so­bre la si­tua­ción eco­nó­mi­ca de Fran­cia. Ques­nel (pas­ca­sio) Biog. Teó­lo­go jan­se­nis­ta, coau­ tor, con Ar­nauld, de Re­fle­xio­nes mo­ra­les, que pro­vo­có una fa­mo­sa po­lé­mi­ca con el ar­zo­bis­po de Pa­rís, que obli­gó al pa­pa Cle­men­te IX a pu­bli­car su bu­la in­ti­tu­la­da Uni­ge­ni­tus (1634-1719). Que­so (Del lat. ca­seus.) m. Ma­sa he­cha de la le­che, cua­ján­do­la pri­me­ro y com­pri­mién­do­la y ex­pri­mién­do­la pa­ra que de­je el sue­ro, des­pués de lo cual se le echa al­gu­na sal pa­ra que se con­ser­ve, y se dis­po­ne en va­rias fi­gu­ras. § La fa­bri­ca­ción de que­so com­pren­de di­ver­sas ope­ra­cio­nes. las prin­ci­pa­les son las si­guien­tes: coa­gu­la­ ción de la le­che, eli­mi­na­ción del sue­ro, mol­dea­do y pren­ sa­do, sa­la­zón y fer­men­ta­ción. Ca­da ti­po re­quie­re una téc­ni­ca es­pe­cial. Se em­plea la le­che de va­ca, y tam­bién la de ca­bra y ove­ja, mez­cla­das o se­pa­ra­da­men­te. La co­ lo­ra­ción que pre­sen­tan los que­sos, y que va­ría des­de el blan­co dé­bil­men­te ama­ri­llo has­ta el ama­ri­llo in­ten­so, se de­be a va­rias cau­sas. El co­lor blan­co li­ge­ra­men­te ama­ri­ llo es na­tu­ral, y pro­ce­de de la ca­seí­na y sus­tan­cia gra­sa. Los de­más co­lo­res se ob­tie­nen me­dian­te el em­pleo de co­lo­ran­tes ge­ne­ral­men­te ve­ge­ta­les. Aun­que el uso del que­so, co­mo pro­duc­to ali­men­ti­cio, es muy an­ti­guo, el gran con­su­mo uni­ver­sal que hoy tie­ne da­ta de me­dia­dos del si­glo pa­sa­do. Los ro­ma­nos y ga­los lo sa­zo­na­ban con

Quesos.

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QUERESA vi­no, vi­na­gre y otros lí­qui­dos que aro­ma­ti­za­ban con es­ pe­cias. Ac­tual­men­te se em­plea tam­bién pa­ra con­di­men­ tar cier­tas vian­das. || QUE­SO DE BO­LA. El de ti­po ho­ lan­dés, de for­ma es­fé­ri­ca. || QUE­SO DE CER­DO. Man­jar com­pues­to prin­ci­pal­men­te de car­ne de ca­be­za de cer­do o ja­ba­lí, pi­ca­da y pren­sa­da en fi­gu­ra de que­so. || QUE­SO DE HIER­BA. El que se ha­ce cua­jan­do la le­che con la flor del car­do o con hier­ba a pro­pó­si­to. || QUE­SO HE­LA­DO. He­la­do com­pac­to he­cho en mol­de. || ME­DIO QUE­SO. Ta­ble­ro grue­so, ge­ne­ral­men­te de no­gal u otra ma­de­ra du­ra, y de for­ma se­mi­cir­cu­lar, que usan los sas­tres pa­ra plan­char los cue­llos y so­la­pas y pa­ra sen­tar las cos­tu­ras cur­vas. || DE­DOS DE QUE­SO. expr. fam. que se apli­ca a lo que es de es­ca­so va­lor o pro­ve­cho. Que­tó­po­do, da (Del gr. chaî­te, ca­be­lle­ra, crin, pe­ na­cho, y poûs, po­dós, pie.) adj. Zool. Que tie­ne pe­los o fi­la­men­tos co­mo apén­di­ces lo­co­mo­to­res. Ú. t. c. s. m. || Dí­ce­se de gu­sa­nos ané­li­dos ani­lla­dos con ma­no­jos de se­das pa­res en los seg­men­tos. Ú. t. c. s. || m. pl. Zool. Sub­cla­se de es­tos gu­sa­nos que com­pren­de a su vez dos ór­de­nes: los po­li­que­tos y los oli­que­tos. Quet­ta Geog. C. de Pa­kis­tán, cap. de la prov. de Be­ lu­chis­tán. Im­por­tan­te cen­tro co­mer­cial e importante ciu­ dad para el ejercito, por su ubicación. En 1935 fue ca­si to­tal­men­te des­trui­da por un te­rre­mo­to. Supera el medio millón de habitantes. Quet­zal (Del mej. quet­za­lli, her­mo­sa plu­ma.) m. Zool. Ave tre­pa­do­ra, pro­pia de Amé­ri­ca tro­pi­cal, de unos 25 cen­tí­me­tros des­de lo al­to de la ca­be­za has­ta la ra­ba­di­lla, 54 de en­ver­ga­du­ra y 60 en las co­bi­jas de la co­la; plu­ ma­je sua­ve, de co­lor ver­de tor­na­so­la­do y muy bri­llan­te en las par­tes su­pe­rio­res del cuer­po y ro­jo en el pe­cho y ab­do­men; ca­be­za grue­sa, con un mo­ño se­do­so y ver­de, más de­sa­rro­lla­do en el ma­cho que en la hem­bra y pies y pi­co ama­ri­llen­tos.

Retrato de Francisco Gómez de Quevedo y Villegas.

Quetzal. Quet­zal m. Mo­ne­da de Gua­te­ma­la. Quet­zal­cóatl Mit. Dios del ai­re y de los fe­nó­me­ nos at­mos­fé­ri­cos, “la ser­pien­te em­plu­ma­da” en­tre los an­ti­guos az­te­cas. Dios bien­he­chor que ins­tru­yó a los hom­bres en las ar­tes de go­bier­no, la agri­cul­tu­ra y en el uso de los me­ta­les. En rea­li­dad, es el ini­cia­dor de la ci­ vi­li­za­ción az­te­ca. Que­Tzal­te­nan­go Geog. Dep. de Gua­te­ma­la lin­ dan­te con los de To­to­ni­ca­pán, So­lo­lá, Re­tal­hu­leu, Su­ chi­te­pé­quez, Hue­hue­te­nan­go y San Mar­cos, y con el oceá­no Pa­cí­fic ­ o. Ext., 1.951 km2; pobl., 661.375 h. Cap. hom. || C. ca­pi­tal de di­cho dep. En 1902 fue des­trui­ da to­tal­men­te por un te­rre­mo­to, pe­ro fue re­cons­trui­da be­lla­men­te más tar­de. Ca­fé, ca­ña, al­go­dón. Co­mer­cio e in­dus­tria ac­ti­vos. Pobl. est., 125.000 h. Queu­le (Del arauc. queul, una fru­ta.) m. Chi­le. Mi­ro­ bá­la­no. Que­ve­do y vi­lle­gas (fran­cis­co gó­mez de) Biog. Fa­mo­so poe­ta, no­ve­lis­ta, teó­lo­go, his­to­ria­dor y po­lí­ti­co es­pa­ñol, que me­re­ció el so­bre­nom­bre de el JU­ VE­NAL ES­PA­ÑOL. Des­ta­có­se en poe­sía li­ge­ra y sa­tí­ri­ca. En­tre sus obras co­no­ci­dí­si­mas y con­si­de­ra­das co­mo ver­da­de­ras obras de ar­te, ci­tre­mos: Car­tas del ca­ba­lle­ro

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Broche de nácar grabado representando a Quetzalcóatl asistido por un sacerdote (arte huasteca).

Edificio en el centro de Quetzaltenango.

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QUIJO

Río La Quiaca, Argentina. de la Te­na­za; El bus­cón; Los sue­ños; Sa­tí­fic ­ os en pro­sa; La po­lí­ti­ca de Dios; Tra­ta­do de la Pro­vi­den­cia di­vi­na, di­ dác­ti­cas y mo­ra­les, así co­mo sus Dis­cur­sos as­cé­ti­cos y fi­lo­só­fi­cos; el Chi­tón de las ta­ra­vi­llas; La re­be­lión de Bar­ce­lo­na, etc. Jun­to con Cer­van­tes y Lo­pe de Ve­ga, don Fran­cis­co de Que­ve­do fi­gu­ra en la más al­ta cum­bre del ge­nio es­pa­ñol. Na­ció en Ma­drid en 1580 y mu­rió en Vi­lla­nue­va de los In­fan­tes en 1645. Que­ve­dos (Por­que con es­ta cla­se de an­teo­jos es­tá re­tra­ta­do Que­ve­do.) m. pl. Len­tes de for­ma cir­cu­lar con ar­ma­du­ra ade­cua­da pa­ra que se su­je­te en la na­riz. Que­za­da Geog. Loc. de Gua­te­ma­la, en dep. de Ju­ tia­pa. Que­zal­te­pe­que Geog. Vol­cán de Gua­te­ma­la en el dep. de Chi­qui­mu­la. 1199 m de al­tu­ra. || Dis­tri­to en El Sal­va­dor, dep. La Li­ber­tad. || Mun. del dep. Chi­qui­mu­la, Gua­te­ma­la. Que­zón (ma­nuel) Biog. Po­lí­ti­co y abo­ga­do fi­li­pi­no (1879-1944), in­te­gran­te del ejér­ci­to re­vo­lu­cio­na­rio, y ba­jo el go­bier­no nor­tea­me­ri­ca­no fue fis­cal pro­vin­cial de Min­ do­ro, go­ber­na­dor pro­vin­cial, di­pu­ta­do de la Asam­blea fi­li­pi­na, em­ba­ja­dor en Ru­sia y co­mi­sio­na­do re­si­den­te en Was­hing­ton. A él dé­be­se la pri­me­ra pe­ti­ción en­ca­mi­na­da a ob­te­ner la in­de­pen­den­cia de Fi­li­pi­nas. Fue ele­gi­do pa­ ra la pri­me­ra ma­gis­tra­tu­ra en 1935 y ree­le­gi­do en 1941. Cuan­do en 1943 los ja­po­ne­ses ocu­pa­ron Fi­li­pi­nas, re­ fu­gió­se en Es­ta­dos Uni­dos cu­yo Con­gre­so con­fir­mó su man­da­to has­ta la li­be­ra­ción de su pa­tria. ¡quiá! in­terj. fam. con que se ma­ni­fies­ta in­cre­du­li­dad o ne­ga­ción. Quia­ca Geog. Pobl. de Pe­rú, en la prov. de San­dia, dep. Pu­no, en la Re­gión de Mo­que­gua­-Tac­na­-Pu­no. || LA—. Pobl. de Ar­gen­ti­na, en el dep. de Ya­ví, prov. de Ju­juy. Quias­ma (Del gr. chias­ma.) m. Anat. En­tre­cru­za­mien­to de los ner­vios óp­ti­cos. Quib­dó Geog. Loc. de Co­lom­bia, cap. del dep. Cho­có. Pobl., 98.679 h. Co­mer­cio ac­ti­vo. Qui­bey (Voz ca­ri­be.) m. Plan­ta her­bá­cea, anual, de la fa­mi­lia de las lo­be­liá­ceas, que cre­ce en An­ti­llas, con ta­ llos tier­nos y ra­mo­sos de unos 50 cen­tí­me­tros de al­tu­ra; ho­jas es­tre­chas, agu­das y es­pi­no­sas; flo­res blan­cas en em­bu­do, y fru­to se­co. Su ju­go es le­cho­so, acre y cáus­ ti­co. Qui­ché adj. Aplí­ca­se al in­dí­ge­na de Gua­te­ma­la. Ú. t. c. s. || Dí­ce­se de la len­gua que ha­bla­ba. Ú. t. c. s. || Per­te­ ne­cien­te o re­la­ti­vo a es­tos in­dí­ge­nas y a su idio­ma. Qui­ché m. Geog. C. de Gua­te­ma­la, cap. del dep. de El Qui­ché. Pobl., 62.369 h., lla­ma­da tam­bién SAN­TA CRUZ DEL QUI­CHÉ. En sus ale­da­ños es­tán las rui­nas de Uba­ tlán, cap. del an­ti­guo rei­no de Qui­ché, des­trui­da por Al­ va­ra­do en 1524. || EL—. Dep. de Gua­te­ma­la que lin­da con los de Al­ta y Ba­ja Ve­ra­paz, Chi­mal­te­nan­go, y el est. de Chia­pas, Mé­xi­co. Ext., 8.378 km2; pobl., 655.510 h. Tie­ne 21 mu­ni­ci­pios en la actualidad. Ca­ña, ce­rea­les. Qui­chua adj. Que­chua. Qui­cial (De qui­cio.) m. Ma­de­ro que afir­ma las puer­tas y ven­ta­nas por me­dio de per­nos y bi­sa­gras, pa­ra que re­vol­vién­do­se se abran y cie­rren. || Qui­cio. Qui­cio m. Par­te de las puer­tas o ven­ta­nas en que en­tra y se mue­ve el es­pi­gón del qui­cial. || FUE­RA DE QUI­CIO.

m. adv. fig. Fue­ra del or­den o es­ta­do re­gu­lar. || SA­CAR DE QUI­CIO una co­sa. frs. fig. For­zar­la o sa­car­la de su es­ta­do na­tu­ral. || SA­CAR DE QUI­CIO A uno. frs. fig. Ha­ cer­le per­der la pa­cien­cia, exas­pe­rar­le. || SA­LIR DE SU QUI­CIO, o DE SUS QUI­CIOS, una co­sa. frs. fig. Ex­ce­der el or­den nor­mal y arre­gla­do. Quid (Del lat. quid, qué co­sa.) m. Por­qué, ra­zón, esen­ cia de una co­sa. Úsa­se pre­ce­di­do del ar­tí­cu­lo el. Quí­dam (Del lat. qui­dam, uno, al­gu­no.) m. fam. Su­je­to a quien se de­sig­na in­de­ter­mi­na­da­men­te. || Su­je­to des­ pre­cia­ble y de es­ca­so va­ler, cu­yo nom­bre se ig­no­ra o se quie­re omi­tir. Quid­de (LUIS) ­Biog. Historiador y político alemán, que en 1927 recibió juntamente con Buisson, el premio Nobel por su obra en pro de la paz (1858-1941). Quid di­ví­num expr. lat. con que se sig­ni­fi­ca la ins­pi­ra­ ción pro­pia del ge­nio. Quid pro quo expr. lat. que pa­só al idio­ma cas­te­ lla­no, y con la cual se da a en­ten­der que una co­sa se sus­ti­tu­ye con otra equi­va­len­te. || m. Error con­sis­ten­te en to­mar a una per­so­na o co­sa por otra. Quie­bra (De que­brar.) f. Aber­tu­ra o ro­tu­ra de una co­ sa por al­gu­na par­te. || Hen­de­du­ra o aber­tu­ra de la tie­rra en los mon­tes, o la que pro­du­cen las ex­ce­si­vas llu­vias en los va­lles. || Me­nos­ca­bo o pér­di­da de una co­sa. || Com. Ac­ción y efec­to de que­brar un co­mer­cian­te. || For. Jui­cio uni­ver­sal pa­ra ca­li­fi­car y li­qui­dar la si­tua­ción del co­mer­cian­te que­bra­do. || QUIE­BRA CUL­PA­BLE. Com. La mo­ti­va­da por de­sor­den, im­pru­den­cia o lu­jo del co­ mer­cian­te. || QUIE­BRA FOR­TUI­TA. Com. La re­sul­tan­te de la ad­ver­si­dad en los ne­go­cios. || QUIE­BRA FRAU­DU­ LEN­TA. Com. La pro­du­ci­da con al­za­mien­to de bie­nes,

Edificio municipal de Quiché, Guatemala.

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Q

en­ga­ño, fal­se­dad o pro­pó­si­to de in­sol­ven­cia. Quie­bra­ha­cha (De que­brar y ha­cha.) m. JA­BÍ (OBS. Véa­se QUE­BRA­CHO.) Quie­bro (De que­brar.) m. Ade­mán o mo­vi­mien­to que se ha­ce con el cuer­po, co­mo que­brán­do­lo por la cin­tu­ra. || Mús. Ador­no con­sis­ten­te en acom­pa­ñar una no­ta de otras muy li­ge­ras, que sien­do opor­tu­nas le dan mu­cha gra­cia y dul­zu­ra. || Taur. Suer­te con que el to­re­ro hur­ta el cuer­po, con rá­pi­do mo­vi­mien­to de la cin­tu­ra, al em­ bes­tir­le el to­ro. Quien (Del lat. quem, ac. de qui.) pr. rel. que con es­ta so­la for­ma con­vie­ne a los gé­ne­ros mas­cu­li­no y fe­me­ni­no, y que en plu­ral ha­ce QUIE­NES. Re­fié­re­se a per­so­nas y co­sas, pe­ro más ge­ne­ral­men­te a las pri­me­ras. Mi es­po­ sa, a QUIEN res­pe­to. En sin­gu­lar pue­de re­fe­rir­se a un an­te­ce­den­te en plu­ral. Los ami­gos de QUIEN he re­ci­bi­do ayu­da. No pue­de cons­truir­se con el ar­tí­cu­lo. || pron. in­ det. que so­la­men­te se re­fie­re a per­so­nas y ra­ra vez se usa en plu­ral. Equi­va­le a la PER­SO­NA QUE; QUIEN así lo crea, se en­ga­ña. Quien­quie­ra (De quien y quie­ra, subj. de que­rer) pr. in­det. Per­so­na in­de­ter­mi­na­da, al­gu­no sea el que fue­re. Ú an­te­pues­to o pos­pues­to al ver­bo, y no se pue­de cons­ truir con el nom­bre. Quie­nes­quie­ra pr. in­det. p. us. Plu­ral de QUIEN­ QUIE­RA. Quie­tar (Del lat. quie­ta­re.) tr. Aquie­tar. Ú. t. c. r. Quie­te (Del lat. quies, quie­tis, des­can­so.) f. Tiem­po que en al­gu­nas co­mu­ni­da­des se da pa­ra re­crea­ción des­pués de co­mer. Quie­tis­mo (De quie­to.) m. Iner­cia, quie­tud, inac­ción. || Fil. Doc­tri­na de al­gu­nos mís­ti­cos he­te­ro­do­xos se­gún los cua­les la su­ma per­fec­ción del hom­bre con­sis­te en ano­na­da­mien­to de la vo­lun­tad pa­ra unir­se con Dios, en la con­tem­pla­ción pa­si­va y en la in­di­fe­ren­cia de cuan­to pue­da ocu­rrir­le en tal es­ta­do. Quie­to, ta (Del lat. quie­tus.) adj. Que no tie­ne o no ha­ ce mo­vi­mien­to. || fig. So­se­ga­do, pa­cí­fi­co, sin al­te­ra­ción o tur­ba­ción. || Que no se da a los vi­cios, par­ti­cu­lar­men­te el de la lu­ju­ria. Quie­tud (Del lat. quie­tu­do.) f. Ca­ren­cia de mo­vi­mien­ tos. || fig. Des­can­so, re­po­so, so­sie­go. Quif m. En Ma­rrue­cos, rae­du­ras de cá­ña­mo o de otras ma­te­rias que fu­man los na­tu­ra­les. Qui­ja­da (De que­ja­da.) f. Cual­quie­ra de los dos hue­ sos de la ca­be­za del ani­mal en que es­tán en­ca­ja­dos los dien­tes y las mue­las. Qui­jal (De qui­jar.) m. QUI­JA­DA. || MUE­LA. Qui­jar (Del lat. cap­sa­rius; de cap­sa, ca­ja.) m. Qui­jal. Qui­ja­ru­do, da (De qui­jar.) adj. Que tie­ne las qui­ja­ das abul­ta­das. Qui­je­ra (Del lat. cap­sa­ria; de cap­sa, ca­ja.) f. Hie­rro que guar­ne­ce el ta­ble­ro de la ba­lles­ta. || Cual­quie­ra de las dos co­rreas de la ca­be­za­da del ca­ba­llo, que va de la fron­ta­le­ra a la mu­se­ro­la. || Carp. Ca­da una de las dos ra­mas de la hor­qui­lla que se for­ma en el ex­tre­mo de un ma­de­ro al ha­cer una ca­ja pa­ra que en­tre la gar­gan­ta de otro. Qui­je­ro (Del lat. cap­sa­rius; de cap­sa, ca­ja.) m. La­do en de­cli­ve de la ace­quia o bra­zal. Qui­jo m. Mi­ner. Cuar­zo usa­do ge­ne­ral­men­te co­mo

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1196

QUIJONES

ma­triz en los fi­lo­nes de mi­ne­ra­les de oro y pla­ta. Es voz usa­da en Amé­ri­ca, es­pe­cial­men­te en Pe­rú. Qui­jo­nes m. Plan­ta her­bá­cea anual, aro­má­ti­ca, de la fa­mi­lia de las um­be­lí­fe­ras, con ta­llo del­ga­do de unos vein­ti­cin­co cen­tí­me­tros de al­tu­ra, ho­jas par­ti­das, flo­res blan­cas y fru­to se­co, de se­mi­lla pi­ra­mi­dal con un pi­co muy lar­go. Qui­jon­go m. C. Ri­ca. Ins­tru­men­to mu­si­cal de cuer­da que usan los in­dí­ge­nas. Qui­jo­te (EL) Lit. No­ve­la de Cer­van­tes, cu­ya pri­me­ra par­te apa­re­ció en 1605. Re­la­ta la lo­cu­ra del hé­roe, su afán de aven­tu­ras y la de­fen­sa de los idea­les ca­ba­lle­ res­cos. Qui­jo­te (Por alu­sión a don Qui­jo­te de la Man­cha.) m. fig. Hom­bre ex­ce­si­va­men­te gra­ve y se­rio. || Hom­bre exa­ ge­ra­da­men­te pun­ti­llo­so. || Hom­bre que por in­ten­so amor a lo ideal pug­na con las opi­nio­nes y las co­rrien­tes mo­ der­nas. || Hom­bre que pre­ten­de eri­gir­se siem­pre en juez o de­fen­sor de asun­tos que no le con­cier­nen. En es­te ca­so sue­le ir pre­ce­di­do del DON.

Don Quijote. Reconstrucción de la hipotética casa de Dulcinea del Toledo en Toledo, España. Qui­la (Del arauc. cu­la, ca­ña.) f. Amér. Me­rid. Es­pe­cie de bam­bú, más fuer­te y de usos más va­ria­dos que el ma­la­yo. Hay va­rias es­pe­cies co­no­ci­das, y sus ra­mas se uti­li­zan pa­ra cer­cas, lan­zas y usos do­més­ti­cos; las ho­jas pe­ren­nes sir­ven de pas­to pa­ra el ga­na­do, y las se­mi­llas se apro­ve­chan pa­ra ha­cer so­pa y otras vian­das. Qui­la­tar (De qui­la­te.) tr. Aqui­la­tar. Qui­la­te (Del ár. qui­rat, y és­te del gr. ke­ra­tion, pe­so de cua­tro gra­nos.) m. Uni­dad de pe­so pa­ra las per­las y pie­ dras pre­cio­sas, que equi­va­le a 205 mi­li­gra­mos. || Ca­da una de las vein­ti­cua­troa­vas par­tes en pe­so de oro pu­ro que con­tie­ne cual­quier alea­ción de es­te me­tal, y que a su vez se di­vi­de en cua­tro gra­nos. Así, se di­ce oro de vein­ti­dós qui­la­tes a la li­ga de on­ce par­tes de oro y una de co­bre. || Mo­ne­da an­ti­gua, del va­lor de me­dio di­ne­ro. || Pe­sa de un qui­la­te. || fig. Gra­do de per­fec­ción en cual­ quier co­sa no ma­te­rial. Ú. ge­ne­ral­men­te en pl. || POR QUI­LA­TES. m. adv. fig. y fam. Con su­ma pe­que­ñez, en me­nu­das can­ti­da­des o por­cio­nes. Qui­la­te­ra f. Ins­tru­men­to con agu­je­ros de di­ver­sos ta­ma­ños, a pro­pó­si­to pa­ra apre­ciar los qui­la­tes de las per­las. Quil­ca Geog. Río que atra­vie­sa Are­qui­pa, en Pe­rú, y que de­sem­bo­ca en el océa­no Pa­cí­fi­co, con 270 km de cur­so; re­ci­be di­fe­ren­tes nom­bres, a sa­ber: Chi­le, Vic­tor y Quil­ca. || Dist. en la prov. de Ca­ma­ná, prov. de Are­qui­ pa en la Re­gión ho­mó­ni­ma, en Pe­rú. Ca­pi­tal, PUE­BLO NUE­VO. Qui­li­fe­ro, ra (De qui­lo y el lat. fe­rre, lle­var.) adj. Anat. Aplí­ca­se a cual­quie­ra de los va­sos lin­fá­ti­cos de los in­tes­ ti­nos, que ab­sor­ben el qui­lo du­ran­te la qui­li­fi­ca­ción y lo con­du­cen al ca­nal to­rá­ci­co. Qui­li­fi­car (De qui­lo y el su­fi­jo fi­car, for­ma­do del lat. fa­ce­re, ha­cer.) tr. Fi­siol. Con­ver­tir en qui­lo el ali­men­to. Ú. m. c. r. Qui­lla (Del al. kiel.) f. Pie­za de hie­rro o ma­de­ra que va de po­pa a proa por la par­te in­fe­rior del bar­co y en la que se asien­ta to­da su ar­ma­zón. || Par­te sa­lien­te y afi­la­da del es­ter­nón de las aves, más de­sa­rro­lla­da en las de vue­lo vi­go­ro­so y sos­te­ni­do. || DAR DE QUI­LLA, o LA QUI­LLA. frs. Mar. Es­co­rar o in­cli­nar un bar­co ha­lan­do des­de otro o des­de tie­rra, de apa­re­jos da­dos a la ca­be­za de sus pa­los, pa­ra des­cu­brir bien to­do el cos­ta­do has­ta la qui­lla y po­der­lo com­po­ner o lim­piar. Qui­lla­cin­ga adj. Et­nog. Dí­ce­se del in­di­vi­duo de una tri­bu de Co­lom­bia que vi­vía a ori­llas del río Pa­tía. Ú. t. c.

s. || Per­te­ne­cien­te o re­la­ti­vo a es­tos in­dí­ge­nas. Qui­llan­go m. Arg. Man­ta que usan los in­dí­ge­nas pa­ ra abri­go del cuer­po, for­ma­do de pie­les co­si­das. Qui­llay (Del arauc. cü­llay, cier­to ár­bol.) m. Arg. y Chi­le. Ár­bol ro­sá­ceo, de gran ta­ma­ño, y ma­de­ra apro­ve­cha­ble, cu­ya cor­te­za in­te­rior se usa co­mo ja­bón. Tie­ne el tron­co al­to, de­re­cho y cu­bier­to de cor­te­za grue­sa y ce­ni­cien­ ta, ho­jas me­nu­das, elíp­ti­cas y cor­ta­men­te pe­cio­la­das; flo­res con pé­ta­los blan­que­ci­nos y por fru­to un fo­lí­cu­lo to­men­to­so. Qui­llo­ta Geog. Comuna y ciudad capital de la prov. homónima, en Chi­le, en la V Re­gión de Val­pa­raí­so. || Prov. chilena, en la V Región de Valparaíso. Ext., 1.966 km2. Cap., Qui­llo­ta (75.916 h.). Qui­llo­tra (De qui­llo­tro.) f. fam. Ami­ga, man­ce­ba. Qui­llo­trar (De qui­llo­tro.) tr. fam. Avi­var, es­ti­mu­lar, ex­ci­tar. || Ena­mo­rar. Ú. t. c. r. || fam. CAU­TI­VAR. || Es­tu­ diar, dis­cu­rrir, me­di­tar, pen­sar. || Com­po­ner, en­ga­la­nar. Ú. t. c. r. || r. fam. La­men­tar­se, que­jar­se. Qui­llo­tro (De aque­llo otro.) m. Voz rús­ti­ca con que se de­no­ta­ba aque­llo que se ig­no­ra­ba o no se acer­ta­ba a ex­pre­sar de otro mo­do. || fam. Es­tí­mu­lo, in­cen­ti­vo, ex­ ci­ta­ción. || Se­ñal, sín­to­ma, in­di­cio. || Amo­río, ena­mo­ra­ mien­to. || De­va­neo, que­bra­de­ro de ca­be­za. || Ga­lan­te­ría, re­quie­bro. || Ador­no, ga­la. || Fa­vo­ri­to, ami­go. Quil­ma f. En al­gu­nas par­tes, COS­TAL. Quil­mes adj. In­dí­ge­nas dia­gui­tas que vi­vían en la prov. ar­gen­ti­na de Tu­cu­mán; de na­tu­ra­le­za be­li­co­sa, fue­ron ven­ci­dos por los es­pa­ño­les en 1670, y lle­va­dos a un lu­gar cer­ca­no a Bue­nos Ai­res, don­de más tar­de se fun­ dó la ciu­dad de Quil­mes. Ú. t. c. s. || Re­la­ti­vo a es­tos in­dí­ge­nas. Qui­lo (Del lat. chy­lon, y és­te del gr. chy­lón, ju­go.) m. Lí­qui­do blan­co ro­sá­ceo que el in­tes­ti­no del­ga­do se­cre­ta del qui­mo, y que al ab­sor­ber­se por los va­sos qui­lí­fe­ros en­tra en el ca­nal to­rá­ci­co pa­ra mez­clar­se con la san­gre. || SU­DAR uno EL QUI­LO. frs. fig. y fam. Tra­ba­jar fa­ti­go­ sa­men­te y con des­ve­lo. Qui­ló­po­do, da (Del gr. chi­loi, mil, y poûs, pie.) adj. Zool. Dí­ce­se de ar­tró­po­dos de la fa­mi­lia de los mi­riá­po­ dos, de cuer­po apla­na­do, an­te­nas lar­gas, pa­tas ma­xi­la­ res don­de de­sem­bo­can las glán­du­las ve­ne­no­sas, y un par de pa­tas am­bu­la­to­rias en ca­da ani­llo. Ú. t. c. s. || m. pl. Zool. Or­den de es­tos ani­ma­les.

Morfología externa de un quilópodo visto desde arriba y desde abajo. Quil­pué Geog. Comuna chilena, capital de la Provincia de Marga-Marga, en la Región de Valparaíso. Forma parte de la conurbación del Gran Valparaíso. Es cono­ cida como la Ciudad del Sol. Quil­tro m. Chi­le. PE­RRO GOZ­QUE. Qui­lu­ria f. Pat. Pre­sen­cia en la ori­na de gran can­ti­dad de gra­sa en emul­sión. Quim­ba f. Amér. En Chi­le, mo­vi­mien­to gra­cio­so, pi­rue­ ta. || En Co­lom­bia y Ve­ne­zue­la, es­pe­cie de al­par­ga­ta. Quim­bám­ba­ras f. pl. Amér. En Cu­ba y P. Ri­co, le­ja­ nías, lu­gar re­mo­to e in­de­ter­mi­na­do. Quim­ba­ya Geog. Mun. de Co­lom­bia, en el dep. de Cal­das. Quim­ba­yas m. pl. Etn. In­dí­ge­nas del nor­te de Amé­ ri­ca Me­ri­dio­nal que vi­vían en las re­gio­nes del Quindio y Risaralda, Co­lom­bia. Se destacaron por su diversidad artística en la elaboración de pectorales, nariguer­ as, brazaletes zoomorfos y antropomorfos de gran perfección.

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Quim­bo m. Amér. En Cu­ba, ma­che­te. Qui­me­ra (Del lat. chi­mae­ra, y és­te del gr. chí­mai­ ra, ani­mal fa­bu­lo­so.) f. Mons­truo ima­gi­na­rio que se­gún la le­yen­da te­nía ca­be­za de león, vien­tre de ca­bra, co­ la de dra­gón, y vo­mi­ta­ba fue­go. || fig. Lo que uno se ima­gi­na co­mo po­si­ble o ver­da­de­ro no sién­do­lo. || Ri­ña, pen­den­cia. Qui­me­ri­zar intr. Fin­gir qui­me­ras. Quí­mi­ca (Del gr. chy­mi­ké, term. f. de chy­mi­kós, quí­ mi­co.) f. Cien­cia que es­tu­dia las trans­for­ma­cio­nes con­ jun­tas de la ma­te­ria y de la ener­gía. § Los pue­blos de la an­ti­güe­dad ya po­seían co­no­ci­mien­tos quí­mi­cos, y pa­re­ ce ser que los egip­cios fue­ron los pri­me­ros que hi­cie­ron in­ves­ti­ga­cio­nes en cier­to mo­do cien­tí­fi­cas. Tam­bién los chi­nos de­mos­tra­ron des­de tiem­pos re­mo­tos sus co­no­ ci­mien­tos en es­ta ma­te­ria. Sin em­bar­go, fue­ron po­cos los pro­gre­sos de los an­ti­guos en la quí­mi­ca, la que no avan­zó has­ta el si­glo VIII, en que los ára­bes le die­ron fuer­te im­pul­so. Des­de en­ton­ces se le lla­mó al­qui­mia. La pa­la­bra quí­mi­ca la ci­tó por pri­me­ra vez, en el si­glo X, un po­lí­gra­fo lla­ma­do Sui­das, pa­ra de­sig­nar la alea­ción del oro y la pla­ta. Ave­rroes (si­glo XI) apli­có la al­qui­mia al ar­te y a la in­dus­tria. En­tre los gran­des al­qui­mis­tas que des­de el si­glo XIII hi­cie­ron pro­gre­sar la quí­mi­ca, fi­gu­ra Ro­ge­rio Ba­con. Pa­ra­cel­so, en el si­glo XVI, trans­for­mó la al­qui­mia en quí­mi­ca de los me­di­ca­men­tos. En el si­glo XVII se ini­ció un nue­vo pe­río­do con las teo­rías de Boy­le. Des­pués, en el si­glo XVIII, La­voi­sier ope­ró en la cien­cia una re­vo­lu­ción com­ple­ta con sus in­ves­ti­ga­cio­nes acer­ ca de la com­bus­tión, y fun­dó de­fi­ni­ti­va­men­te la quí­mi­ca so­bre el prin­ci­pio de que na­da se pier­de y na­da se crea, to­do se trans­for­ma. A par­tir de en­ton­ces co­men­za­ron a rea­li­zar­se los ex­pe­ri­men­tos con ri­gor cien­tí­fi­co, has­ta lle­gar a las per­fec­cio­nes y des­cu­bri­mien­tos de nues­tros días. Hoy los tra­ba­jos de los quí­mi­cos, en la par­te teó­ri­ ca, se en­ca­mi­nan a de­mos­trar la uni­dad de la ma­te­ria y a de­fi­nir sus re­la­cio­nes con la ener­gía. En cuan­to al te­rre­no in­dus­trial, las apor­ta­cio­nes de la quí­mi­ca mo­der­na son tras­cen­den­ta­les. || QUÍ­MI­CA BIO­LÓ­GI­CA. La de los se­ res vi­vos. || QUÍ­MI­CA INOR­GÁ­NI­CA. La de los cuer­pos sim­ples y de los com­pues­tos no car­bu­ra­dos. || QUÍ­MI­CA MI­NE­RAL. Dí­ce­se de la inor­gá­ni­ca. || QUÍ­MI­CA OR­GÁ­NI­ CA. La de los com­pues­tos car­bu­ra­dos. Quí­mi­co, ca (Del gr. chy­mi­kós, de chy­mós, ju­go.) adj. Per­te­ne­cien­te a la quí­mi­ca. || Por con­tra­po­si­ción a fí­si­co, re­la­ti­vo a la com­po­si­ción de la ma­te­ria. || m. El que pro­ fe­sa la quí­mi­ca. Qui­mi­fi­car (De qui­mo y el suf. fi­car, a se­me­jan­za de cla­ri­fi­car.) tr. Fi­siol. Con­ver­tir en qui­mo el ali­men­to. Ú. m. c. r. Qui­mil m. Amér. En Bo­li­via, cac­to de fru­to agrio y ali­ men­to pa­ra el ga­na­do. || En Mé­xi­co, lío de ro­pa. || Can­ti­ dad o cier­to nú­me­ro de co­sas. Qui­mio­ta­xis (De quí­mi­co y el gr. ta­xis, dis­po­si­ción, or­den.) f. Bio­quím. Ten­den­cia de las cé­lu­las a mo­ver­se en de­ter­mi­na­da di­rec­ción ba­jo la in­fluen­cia de es­tí­mu­los quí­mi­cos. Se ca­li­fi­ca de in­fluen­cia po­si­ti­va o ne­ga­ti­va, se­ gún que la sus­tan­cia que ejer­ce di­cha in­fluen­cia atrai­ga o re­cha­ce las cé­lu­las. Qui­mio­te­ra­pia f. Mé­to­do pro­fi­lác­ti­co o cu­ra­ti­vo de las en­fer­me­da­des in­fec­cio­sas y neo­plá­si­cas me­dian­te pro­duc­tos quí­mi­cos. Qui­mio­tro­pis­mo (De quí­mi­co, y el gr. tro­pos, vuel­ta, di­rec­ción, ca­rác­ter.) m. Bio­quím. Qui­mio­ta­xis. Qui­mo (Del lat. chy­mus, y és­te del gr. chy­mós, ju­go.) m. Pas­ta ho­mo­gé­nea y agria, de vo­lu­men va­ria­ble, en que los ali­men­tos se trans­for­man en el es­tó­ma­go por la di­ges­tión. Qui­mo­no m. Tú­ni­ca ja­po­ne­sa o si­mi­lar, que usan las mu­je­res. Qui­na (Del qui­chua qui­na­qui­na, cor­te­za.) f. Cor­te­za del qui­no, cu­yo as­pec­to va­ría se­gún la es­pe­cie de ár­bol a que per­te­ne­ce. Por sus pro­pie­da­des fe­brí­fu­gas es muy usa­da en me­di­ci­na. La hay ama­ri­lla, gris y ro­ja; la pri­me­ra es la más es­ti­ma­da. § El des­cu­bri­mien­to de las vir­tu­des cu­ra­ti­vas de la cor­te­za del qui­no se de­be, se­gún la tra­di­ ción, a la ca­sua­li­dad. En una la­gu­na pe­rua­na ori­lla­da de qui­nos, las ra­mas su­mer­gi­das en las aguas co­mu­ni­ca­ ban a és­ta un sa­bor amar­go. Un en­fer­mo de fie­bre be­bió ac­ci­den­tal­men­te de aque­llas aguas y la fie­bre de­sa­pa­re­ ció. Los in­dí­ge­nas guar­da­ron ce­lo­sa­men­te es­te se­cre­to a la lle­ga­da de los es­pa­ño­les, úni­ca­men­te en el año 1633 tu­vie­ron co­no­ci­mien­to de él los con­quis­ta­do­res, cuan­do un in­dí­ge­na in­ten­tó cu­rar la fie­bre a la es­po­sa del vi­rrey, con­de­sa de Chin­chón. Es du­do­so, por lo tan­to, que la qui­na fue­se en­via­da a Es­pa­ña en 1632, es­to es, an­tes de la cu­ra­ción de la con­de­sa co­mo afir­ma al­gún au­tor. En cam­bio, pa­re­ce cier­to que en 1639 lle­gó a Al­ca­lá de He­ na­res de­ter­mi­na­da can­ti­dad de cor­te­za. Con la qui­na se pre­pa­ran vi­nos, ja­ra­bes, co­ci­mien­tos, píl­do­ras, etc. Las

1197 pro­pie­da­des te­ra­péu­ti­cas de la qui­na se de­ben a los al­ ca­loi­des que con­tie­ne. En Amé­ri­ca de­no­mí­na­se tam­bién qui­na al mis­mo ár­bol. || Lí­qui­do con­fec­cio­na­do con la cor­te­za de di­cho ár­bol y otras sus­tan­cias que se to­man co­mo me­di­ci­na. || QUI­NA DE LA TIE­RRA. Cu­ba. Ague­di­ ta. || QUI­NA DE LO­JA. Qui­na gris.

Quina. Qui­nal (Del ba­jo lat. qui­na­le, y és­te del lat. qui­ni, de cin­co en cin­co.) m. Mar. Ca­bo grue­so que en tiem­pos tor­men­to­sos se en­ca­pi­lla en la ca­be­za de los pa­los pa­ra ayu­dar a los oben­ques. Qui­nar tr. Amér. En Cu­ba, ven­cer con ar­gu­men­tos. Qui­na­rio (Del lat. qui­na­rius.) adj. Com­pues­to de cin­ co ele­men­tos, uni­da­des o gua­ris­mos. Ú. t. c. s. m. || m. An­ti­gua mo­ne­da ro­ma­na de pla­ta que va­lía cin­co ases o me­dio de­na­rio. || Es­pa­cio de cin­co días de­di­ca­dos a la de­vo­ción y cul­to de Dios o de sus san­tos. Quin­ca­lla (Del fr. quin­cai­lle, y és­te del neerl. klin­ken, so­nar.) f. Con­jun­to de ob­je­tos de me­tal, ge­ne­ral­men­te de es­ca­so va­lor; co­mo imi­ta­cio­nes de jo­yas, de­da­les, ti­je­ras, etc. Quin­ce (Del lat. quin­de­cim, de quin­que, cin­co, y de­ cem, diez.) adj. Diez y cin­co. || Dé­ci­mo­quin­to. Nú­me­ro QUIN­CE; día QUIN­CE. Apl. a los días del mes, ú. t. c. s. El QUIN­CE de ma­yo. || m. Con­jun­to de sig­nos o ci­ fras con que se re­pre­sen­ta el nú­me­ro quin­ce. || Jue­go de nai­pes en que ga­na el que pri­me­ro ha­ce quin­ce pun­tos, o, en su de­fec­to, el que más se apro­xi­ma a es­te nú­me­ro sin pa­sar de él. Quin­ce­na (De quin­ce­no.) f. Es­pa­cio de quin­ce días. || Suel­do o jor­nal que se re­ci­be ca­da quin­ce días. || De­ten­ ción gu­ber­na­ti­va que du­ra quin­ce días. || Mús. In­ter­va­lo que com­pren­de las quin­ce no­tas su­ce­si­vas de dos oc­ta­ vas. || Re­gis­tro de trom­pe­te­ría en el ór­ga­no per­te­ne­cien­ te a es­te in­ter­va­lo. Quin­ce­no, na (De quin­ce.) adj. Dé­ci­mo­quin­to. || s. Mu­le­to o mu­le­ta de quin­ce me­ses. Quin­cey (to­más de) Biog. Es­cri­tor in­glés (17851859). Su obra Con­fe­sio­nes de un to­ma­dor de opio, en la que des­cri­be muy in­ge­nio­sa­men­te las con­se­cuen­cias de la in­ges­tión de di­cha dro­ga, le dio pú­bli­ca no­to­rie­dad. Es au­tor de mul­ti­tud de ar­tí­cu­los y obras, en­tre otras, Es­say on Sty­le; Dia­lo­gue of the th­ree tem­plars, y la Co­ lec­ción de Phi­lo­sop­hi­cal Works. Quin­cha (Voz qui­chua.) f. Amér. Me­rid. Te­ji­do o tra­ma de jun­co con que se afian­za un te­cho o pa­red de pa­ja, to­to­ra, ca­ñas, etc. || Chi­le. Pa­red he­cha de ca­ñas, va­ri­llas u otra ma­te­ria se­me­jan­te que sue­le re­cu­brir­se de ba­rro y se em­plea en co­rra­les, cer­cas, cho­zas, etc. Quin­cha­ma­lí (Voz arau­ca­na.) m. Chi­le. Plan­ta san­ ta­lá­cea de la que se co­no­cen va­rias es­pe­cies, anua­les, lam­pi­ñas, con ho­jas li­nea­les y flo­res ama­ri­llas, ter­mi­na­les, dis­pues­tas en es­pi­gas cor­tas y apre­ta­das. Es me­di­ci­nal: su ju­go, co­ci­do o sim­ple­men­te ex­pri­mi­do de unas flo­res, se em­plea pa­ra cu­rar con­tu­sio­nes y pos­te­mas. Quin­chao Geog. Is­la de Chi­le del ar­chi­pié­la­go de Chi­ loé, en la X Re­gión Los La­gos. || Dep. de Chi­le, en la prov. de Chi­loé, en la X Re­gión Los La­gos. Ca­pi­tal, ACHAO. Quin­chi­hue m. Amér. Me­rid. Plan­ta anual, de co­lor ver­de cla­ro, pe­la­da, olo­ro­sa, con ho­jas opues­tas, ca­ be­zue­las nu­me­ro­sas, pe­que­ñas, ci­lín­dri­cas, dis­pues­tas en co­rim­bos ter­mi­na­les y flo­res ama­ri­llas; tie­ne di­ver­sos usos me­di­ci­na­les. Quin­chon­cho m. Ar­bus­to le­gu­mi­no­so, ori­gi­na­rio de la In­dia y cul­ti­va­do en Amé­ri­ca con ho­jas com­pues­tas de tres ho­jue­las, es­tí­pu­las lan­ceo­la­das, flo­res pur­pú­reas y vai­na li­near con dos o tres se­mi­llas co­mes­ti­bles.

QUÍNOLA Quin­cua­ge­na (Del lat. quin­qua­ge­na, neu­tro de -ni, cin­cuen­ta.) f. Con­jun­to de cin­cuen­ta co­sas de una mis­ ma es­pe­cie. Quin­cua­ge­na­rio, ria (Del lat. quin­qua­ge­na­rius.) adj. Que cons­ta de cin­cuen­ta uni­da­des. || Cin­cuen­tón. Ú. t. c. s. Quin­cua­gé­si­mo, ma (Del lat. quin­qua­ge­si­mus.) adj. Que si­gue in­me­dia­ta­men­te en or­den al o a lo cua­dra­gé­si­ mo no­no. || Aplí­ca­se a cual­quie­ra de las cin­cuen­ta par­tes igua­les en que se di­vi­de un to­do. Ú. t. c. s. Quin­dé­ci­mo, ma (Del lat. quin­de­ci­mus, dé­ci­mo­quin­ to.) adj. Quin­za­vo. Ú. t. c. s. sus­tan­ti­vo. Quin­de­nio (Del lat. quin­de­cen­nium, de quin­de­cim, quin­ce, y an­nus, año.) m. Es­pa­cio de quin­ce años. || Can­ti­dad que se pa­ga­ba a Ro­ma de las ren­tas ecle­siás­ ti­cas, agre­ga­das por el pa­pa a co­mu­ni­da­des re­li­gio­sas o ma­nos muer­tas. Quin­dío Geog. Departamento del eje cafetero co­ lombiano. Limita con los de Risaralda, Valle del Cauca y Tolima. Superficie, 1.845 km2; población, 612.719 h. Su cap. es Armenia (360.000 h.). La agricultura es su principal actividad económica, plátano, yuca, frijol, soya, maíz y cítricos. Posee un rico potencial turístico como son las cavernas de Génova o Valle de Cocorá; el Parque Natural de los Nevados que comparte con Tolima, Caldas y Risaralda y los museos del Oro Quimbaya y el Parque del Café. || Pi­cos ne­va­dos de la cor­di­lle­ra cen­tral de los An­des co­lom­bia­nos, en el de­par­ta­men­to de Cal­ das y del To­li­ma. 5.150 me­tros de al­ti­tud.

Típica fachada de Salento, Quindío, Colombia.

Islas Quinchao y Chiloé en el golfo del Corcovado, Chile.

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Qui­ne­si­te­ra­pia f. Ter. Ci­ne­si­te­ra­pia. Quin­fa f. Col. San­da­lia, cal­za­do de los cam­pe­si­nos. Quin­gen­té­si­mo, ma (Del lat. quin­gen­te­si­mus.) adj. Que si­gue en or­den a lo cua­drin­gen­té­si­mo no­na­gé­si­mo no­no. || Aplí­ca­se a ca­da una de las qui­nien­tas par­tes igua­les en que se di­vi­de un to­do. Ú. t. c. s. Quin­go m. Amér. En Co­lom­bia y Pe­rú, vuel­ta, ro­deo, zig­zag. Quin­gom­bó m. Plan­ta her­bá­cea, de la fa­mi­lia de las mal­vá­ceas, de ta­llo rec­to y ve­llu­do, ho­jas gran­des y flo­res ama­ri­llas, pa­re­ci­das a las del al­go­do­ne­ro, y fru­to alar­ ga­do, ca­si ci­lín­dri­co y lle­no de se­mi­llas que al ma­du­rar to­man un co­lor os­cu­ro. Es ori­gi­na­ria de Áfri­ca y se cul­ti­va en Amé­ri­ca; su fru­to tier­no se em­plea en va­rios gui­sos, dan­do una es­pe­cie de ge­la­ti­na que los es­pe­sa; se uti­li­za tam­bién en me­di­ci­na. La plan­ta, que es fi­la­men­to­sa, se em­plea co­mo tex­til. Qui­nie­la f. Jue­go de pe­lo­ta en que to­man par­te cin­co ju­ga­do­res, al­ter­nán­do­se. || Amér. En Ar­gen­ti­na, jue­go de azar, si­mi­lar a la lo­te­ría. Qui­nien­tis­ta adj. Per­te­ne­cien­te o re­la­ti­vo al si­glo XVI. Qui­nien­tos, tas (Del lat. quin­gen­ti.) adj. Cin­co ve­ces cien. || QUIN­GEN­TÉ­SI­MO. Nú­me­ro QUI­NIEN­TOS; año QUI­NIEN­TOS. || m. Sig­no o con­jun­to de sig­nos o ci­fras con que se re­pre­sen­ta el nú­me­ro qui­nien­tos. || ÉSOS SON OTROS QUI­NIEN­TOS. expr. fig. y fam. con que se de­mues­tra que uno ha­ce o di­ce otro des­pro­pó­si­to so­bre el que ya ha he­cho o di­cho. Qui­ni­na f. Al­ca­loi­de ve­ge­tal ex­traí­do de la qui­na; cons­ ti­tu­ye el prin­ci­pio ac­ti­vo fe­brí­fu­go de es­te me­di­ca­men­to. Es sus­tan­cia blan­ca, amor­fa, sin olor, muy amar­ga y po­ co so­lu­ble, por lo que se la uti­li­za co­mo sa­les en me­di­ci­ na y no en su for­ma pu­ra. Qui­no m. Ár­bol ru­biá­ceo ame­ri­ca­no, con ho­jas opues­ tas, ova­les, li­sas en la haz y al­go ve­llo­sas en el en­vés, y fru­to se­co, cap­su­lar, con mu­chas se­mi­llas elip­soi­da­les. Se co­no­cen va­rias es­pe­cies y su cor­te­za es la qui­na. || Zu­mo con­cre­to que se ex­trae de va­rios ve­ge­ta­les, muy usa­do co­mo as­trin­gen­te. || QUI­NA. Quí­no­la f. Lan­ce prin­ci­pal en cier­to jue­go de nai­pes con­sis­ten­te en reu­nir cua­tro car­tas de un mis­mo pa­lo, ga­nan­do cuan­do exis­ten va­rios ju­ga­do­res que ten­gan quí­no­la, aque­lla que su­ma más pun­tos, te­nien­do en cuen­ta el va­lor de las car­tas. || fam. Ex­tra­va­gan­cia, ra­ re­za. || pl. Jue­go de nai­pes cu­yo lan­ce prin­ci­pal es la quí­no­la.

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1198

QUINOLEÍNA

Qui­no­leí­na (De qui­na y oleí­na.) f. Quím. Mez­cla com­ ple­ta de va­rias sus­tan­cias quí­mi­cas que re­sul­ta de la des­ti­la­ción de al­gu­nos al­ca­loi­des de las qui­nas en pre­ sen­cia de las po­ta­sas cáus­ti­cas. Qui­no­na (De qui­na.) f. Quím. Sus­tan­cia des­cu­bier­ta en la oxi­da­ción del áci­do quí­ni­co, re­sul­tan­te de la oxi­da­ción de la hi­dro­qui­no­na o de su des­com­po­si­ción pi­ro­ge­na­da. Quin­qué (Del fr. Quin­quet, nom­bre del pri­mer fa­bri­can­ te de es­tas lám­pa­ras.) m. Lám­pa­ra con tu­bo de cris­tal y co­rrien­te­men­te con pan­ta­lla o bom­ba. Quin­que­fo­lio (Del lat. quin­que­fo­lium; de quin­que, cin­co, y fo­lium, ho­ja.) m. Cin­coen­ra­ma. Quin­que­la mar­tín (be­ni­to) Biog. Pin­tor ar­gen­ti­no que jun­to con Cle­men­te Oroz­co y Die­go Ri­ve­ra, for­ma el trián­gu­lo de los gran­des pin­to­res so­cia­les de Amé­ri­ca, su fe­cun­da pro­duc­ción se en­cuen­tra re­par­ti­da en­tre las me­jo­res co­lec­cio­nes de Ar­gen­ti­na, Bra­sil, Cu­ba, Es­pa­ña, Es­ta­dos Uni­dos, Fran­cia, Gran Bre­ta­ña y Nue­va Ze­lan­ da. En­tre sus obras, men­cio­na­re­mos: Cre­pús­cu­lo en los as­ti­lle­ros de la Bo­ca; Dra­ga en re­pa­ra­cio­nes; Des­car­ga de ce­rea­les, etc. (1890-1977).

ma­nos, don­de se ven­dían ví­ve­res. Quin­ta­na (ma­nuel­) Biog. Po­lí­ti­co ar­gen­ti­no (18341906). Ele­gi­do pre­si­den­te de la Re­pú­bli­ca (1904), mu­rió an­tes de ter­mi­nar su man­da­to. QUINTANA ROO Geog. Est. de México, 1.635.609 h. Quin­ta­ni­lla (car­los) Biog. Mi­li­tar bo­li­via­no que a la muer­te del pre­si­den­te co­ro­nel Busch, asu­mió in­te­ri­na­ men­te la pre­si­den­cia de la re­pú­bli­ca (1888-1964). Quin­tan­te (De quin­to.) m. Ins­tru­men­to as­tro­nó­mi­co que con­sis­te en un sec­tor de cír­cu­lo, gra­dua­do, de 72 gra­dos, o sea la quin­ta par­te del to­tal, pro­vis­to de dos re­flec­to­res y un an­teo­jo. Sir­ve pa­ra las ob­ser­va­cio­nes ma­rí­ti­mas. Quin­ta­ñón, na (De quin­tal, por alu­sión a las cien li­ bras de que se com­po­ne.) adj. fam. CEN­TE­NA­RIO. Ú. t. c. s. Quin­tar (De quin­to.) tr. Sa­car por suer­te uno de ca­da cin­co. || Sor­tear los nom­bres de los mo­zos que han de ser­vir co­mo sol­da­dos. || Pa­gar al rey el de­re­cho lla­ma­do quin­to. || Dar la quin­ta y úl­ti­ma vuel­ta de ara­do a las tie­ rras que de­ben ser sem­bra­das. || intr. Lle­gar al nú­me­ro

tos los tres a que co­rres­pon­de una de ellas, ni los dos úl­ti­mos sean pa­rea­dos. || Com­bi­na­ción de cin­co ver­sos de cual­quie­ra me­di­da con dos dis­tin­tas con­so­nan­cias. Quin­ti­lli­zo, za adj. Bar­ba­ris­mo por ge­me­lo o me­lli­ zo. Dí­ce­se de ca­da uno de los cin­co her­ma­nos me­lli­zos. Quin­ti­llo (dim. de quin­to.) m. Jue­go del hom­bre, con li­ge­ras mo­di­fi­ca­cio­nes cuan­do los que in­ter­vie­nen son cin­co ju­ga­do­res. Quin­to, ta (Del lat. quin­tus.) adj. Que si­gue in­me­dia­ ta­men­te en or­den al o a lo cuar­to. || Aplí­ca­se a ca­da una de las cin­co par­tes igua­les en que se di­vi­de un to­do. Ú. t. c. s. || De­re­cho de vein­te por cien­to. || De­re­cho que se pa­ga­ba al rey de los te­so­ros, pre­sas y otras si­mi­la­res equi­va­len­tes a la quin­ta par­te de lo apre­hen­di­do, des­ cu­bier­to o ha­lla­do. || Par­te de de­he­sa o tie­rra, aun­que no sea la quin­ta. || For. Quin­ta par­te de la he­ren­cia que po­día el tes­ta­do re­glar li­bre­men­te se­gún al­gu­nas le­gis­la­ cio­nes, aun te­nien­do hi­jos. || Mar. Cual­quie­ra de las cin­co par­tes en que se di­vi­dían los ma­ri­ne­ros la ho­ra pa­ra sus cóm­pu­tos. Quin­to Geog. Río de Ar­gen­ti­na, en las prov. de San Luis y Cór­do­ba. 250 km de lon­gi­tud. Quin­tón m. Mús. Ins­tru­men­to mu­si­cal an­ti­guo, de la fa­mi­lia de las vio­las, usa­do en los si­glos XVII y XVIII. De cin­co cuer­das, so­lía te­ner re­pre­sen­ta­da una ca­be­za hu­ ma­na al ex­tre­mo del más­til. Quin­tral (Del arauc. caut­hal.) m. Chi­le. Muér­da­go de flo­res ro­jas, de cu­yo fru­to se ex­trae li­ga y sir­ve pa­ra te­ñir. || En­fer­me­dad que su­fren los po­ro­tos y las san­días. Quin­tu­pli­car (Del lat. quin­tu­pli­ca­re.) tr. Ha­cer cin­co ve­ces ma­yor una can­ti­dad. Ú. t. c. r. Quín­tu­plo, pla (Del lat. quin­tu­plus.) adj. Que con­tie­ ne un nú­me­ro cin­co ve­ces exac­ta­men­te. Ú. t. c. s. m. Qui­nua (Voz qui­chua.) f. Amér. Me­rid. Plan­ta anual, de ho­jas trian­gu­la­res y ra­ci­mos pa­ni­cu­la­res com­pues­tos. Las ho­jas tier­nas se co­men co­mo es­pi­na­ca y la se­mi­lla, muy abun­dan­te y me­nu­da co­mo arroz, se usa en la so­pa y pa­ra ha­cer una be­bi­da. Quin­za­vo, va (De quin­ce y avo.) adj. Arit. Aplí­ca­se a ca­da una de las quin­ce par­tes igua­les en que se di­vi­de un to­do. Ú. t. c. s. Qui­ñar (Voz qui­chua.) tr. Amér. En Bol., Chi­le y Pe­rú, he­rir, con la pun­ta o qui­ñe del trom­po con que se jue­ga, la ca­be­za de una per­so­na. Qui­ñón (Del lat. qui­nio, -onis.) m. Cuo­ta o par­te com­ par­ti­da con otras per­so­nas en una co­sa pro­duc­ti­va. Aplí­ ca­se re­gu­lar­men­te a los te­rre­nos que se re­par­ten pa­ra sem­brar. || Par­te de tie­rra cul­ti­va­ble cu­ya di­men­sión va­ría se­gún los usos lo­ca­les. || Me­di­da agra­ria usa­da en Fi­ li­pi­nas, equi­va­len­te a 2 hec­tá­reas, 79 áreas y 50 cen­ tiá­reas. Qui­ño­nes (fran­cis­co Ma­ria­no) Biog. Es­cri­tor por­to­rri­que­ño. En­tre sus obras fi­gu­ran: In­fluen­cia de las be­llas ar­tes; Con­flic­tos eco­nó­mi­cos y Fá­ti­ma. Tam­bién des­ta­có­se co­mo his­to­ria­dor (1830-1908). || JUAN JOR­ GE—. Con­quis­ta­dor es­pa­ñol en la ex­pe­di­ción de Ca­ra­ cas; mu­rió en ma­nos del ca­ci­que Pa­ra­rián en 1559. ||

“Buque iluminado”, obra de Benito Quinquela Martín. Quin­que­lin­güe adj. Que ha­bla cin­co len­guas. || Es­cri­to en cin­co idio­mas, co­mo la Bi­blia im­pre­sa por Plan­tín. Quin­que­nio (Del lat. quin­quen­nium; de quin­que, cin­ co, y an­nus, años.) m. Tiem­po de cin­co años. Quin­qui­na f. Qui­na. Quin­ta (Del lat. quin­ta, term. f. de -tus, quin­to.) f. Fin­ca de re­creo en el cam­po, cu­yos co­lo­nos pa­ga­ban por ren­ta la quin­ta par­te de los fru­tos. || Ac­ción y efec­to de quin­tar. || Reu­nión de cin­co car­tas se­gui­das del mis­mo pa­lo en el jue­go de los cien­tos. || Reem­pla­zo anual pa­ra el ejér­ci­to. || Mús. In­ter­va­lo que cons­ta de tres to­nos y un se­mi­to­no ma­yor. || pl. Ope­ra­cio­nes o ac­tos ad­mi­nis­tra­ti­vos del re­ clu­ta­mien­to. || QUIN­TA RE­MI­SA. Mús. No­ta in­me­dia­ta a la cuar­ta. || EN­TRAR EN QUIN­TAS. frs. Lle­gar a la edad en que se sor­tean los que han de ser sol­da­dos. Quin­ta­co­lum­nis­ta adj. Per­te­ne­cien­te o re­la­ti­vo a la quin­ta co­lum­na. || Que for­ma par­te de la quin­ta co­ lum­na. Ú. t. c. s. Quin­tae­sen­cia f. Re­fin ­ a­mien­to, úl­ti­ma esen­cia o ex­ trac­to de al­gu­na co­sa. Quin­tae­sen­ciar tr. Alam­bi­car, apu­rar, re­fi­nar. Quin­tal (Del ár. quin­tar.) m. Pe­so de cien li­bras, o de cua­tro arro­bas, equi­va­len­te a cua­ren­ta y seis ki­lo­gra­mos en Cas­ti­lla. || Pe­sa de cien li­bras, o de cua­tro arro­bas. || QUIN­TAL MÉ­TRI­CO. Pe­so de cien ki­lo­gra­mos. Quin­ta­le­ro, ra adj. Que tie­ne el pe­so de un quin­tal. Quin­ta­na (Del lat. quin­ta­na.) f. QUIN­TA. || Una de las puer­tas, vías o pla­zas de los an­ti­guos cam­pa­men­tos ro­

cin­co. Se di­ce re­gu­lar­men­te de la Lu­na cuan­do lle­ga al quin­to día. || Pu­jar la quin­ta par­te en las su­bas­tas. Quin­te­ría (De quin­te­ro.) f. Ca­sa de cam­po o cor­ti­jo de la­bor. Quin­ter­na f. QUIN­TER­NO. Quin­ter­no (De quin­to.) m. Cua­der­no de cin­co plie­ gos. || Suer­te de cin­co nú­me­ros en el jue­go de la lo­te­ría pri­mi­ti­va o en la de car­to­nes. Quin­ter­no (dan­te raúl) Biog. Di­bu­jan­te hu­mo­ris­ ta ar­gen­ti­no que ha po­pu­la­ri­za­do di­ver­sos per­so­na­jes e his­to­rie­tas có­mi­cas. Célebre por la creación de Patoruzú. Na­ció en 1909 y murió en 2003. Quin­te­ro m. El que arrien­da una quin­ta, o la­bra y cul­ti­va las he­re­da­des per­te­ne­cien­tes a ella. || Cria­de­ro o mo­zo de la­bra­dor. Quin­te­ro (Ma­nuel Ma­ría) Biog. Po­lí­ti­co y es­ta­dis­ta ve­ne­zo­la­no (1782-1866), en 1850 go­ber­na­dor de Ca­ra­ cas y en 1858 miem­bro del go­bier­no pro­vi­sio­nal de la re­pú­bli­ca. || —CAL­DE­RÓN (GUI­LLER­MO). Mi­li­tar y po­ lí­ti­co co­lom­bia­no (1832-1919) que de­sem­pe­ñó di­ver­sos car­gos pú­bli­cos y ejer­ció la pre­si­den­cia de la re­pú­bli­ca en 1896. Quin­te­to (Del ital. quin­tet­to.) m. Com­bi­na­ción mé­tri­ca de cin­co ver­sos de ar­te ma­yor acon­so­nan­ta­dos y or­de­ na­dos co­mo los de la quin­ti­lla. || Mús. Com­po­si­ción pa­ra cin­co ins­tru­men­tos o cin­co vo­ces. Quin­ti­lla (De quin­ta.) f. Com­bi­na­ción mé­tri­ca de cin­ co ver­sos oc­to­sí­la­bos, con dos di­fe­ren­tes con­so­nan­cias, y or­de­na­dos co­mún­men­te de ma­ne­ra que no va­yan jun­

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Manuel Quintana.

1199 —DE BE­NA­VEN­TE (JUAN). Es­cri­tor es­pa­ñol, au­tor de Su­ce­sos de la ba­ta­lla me­mo­ra­ble de Pa­via; Co­ro­gra­fía de Lé­ri­da, y otras obras (1600-1650). || —DE BE­NA­VEN­ TE (LUIS). Poe­ta y en­tre­me­sis­ta es­pa­ñol (1589-1651); fi­jó de­fi­ni­ti­va­men­te el en­tre­més co­mo pie­za tea­tral. Au­tor de El ta­le­go-ni­ño; Los cua­tro ga­la­nes; El ma­ri­no fle­má­ti­co, etc. || —Y OS­SO­RIO (ÁL­VA­RO). Po­lí­ti­co es­pa­ñol, pre­si­ den­te de la Au­dien­cia y ca­pi­tán ge­ne­ral de Gua­te­ma­la, en el si­glo XVII. Qui­ño­nes mo­li­na (al­fon­so) Biog. Es­ta­dis­ta de El Sal­va­dor (1873-1950), pre­si­den­te de la re­pú­bli­ca en el pe­río­do 1923-1927. Quios­co (Del per­sa cuxc, pro­nun­cia­do por los tur­cos, quioxc, pa­be­llón.) m. Pa­be­llón de es­ti­lo orien­tal, abier­to por to­dos los fren­tes que se cons­tru­ye en jar­di­nes, azo­ teas, etc., pa­ra re­creo y otros usos. || Edi­fi­cio pe­que­ño y ge­ne­ral­men­te cir­cu­lar u ocha­va­do que se cons­tru­ye en pla­zas o pa­seos pú­bli­cos, y en el que se ex­pen­den flo­res, ci­ga­rri­llos, fós­fo­ros, dia­rios, re­vis­tas y otros ar­tí­cu­ los de ba­jo cos­to. || QUIOS­CO DE NE­CE­SI­DAD. Re­tre­te pú­bli­co.

QUITASOLILLO Qui­ro­ga (an­to­nio) Biog. Ge­ne­ral es­pa­ñol. Par­ti­ci­pó en la gue­rra de la In­de­pe­den­cia y se­cun­dó el mo­vi­mien­ to in­su­rrec­cio­nal de Rie­go de 1920. N. en 1784; m. en 1841. || CA­MI­LA—. Ac­triz ar­gen­ti­na (1896-1948), pro­ pul­so­ra del mo­vi­mien­to tea­tral de su país, del que fue pri­me­ra fi­gu­ra; re­co­rrió los prin­ci­pa­les es­ce­na­rios eu­ro­ peos y ame­ri­ca­nos, im­po­nien­do el re­per­to­rio ar­gen­ti­no. Su ver­da­de­ro nom­bre es Ca­mi­la Pis­se­ra de Qui­ro­ga. || Ho­ra­cio—. Cuen­tis­ta uru­gua­yo (1878-1937). En 1902 se es­ta­ble­ció en Bue­nos Ai­res. Su obra, que tie­ ne in­fluen­cia de Poe, mues­tra una no­ta­ble ima­gi­na­ción. Re­si­dió en Mi­sio­nes y el con­tac­to con la na­tu­ra­le­za de­ jó hue­lla en va­rios de sus cuen­tos. Se sui­ci­dó. Obras: Los arre­ci­fes de co­ral; Cuen­tos de amor, de lo­cu­ra y de muer­te; Cuen­tos de la sel­va; Ana­con­da; Las sa­cri­fi­ca­das (pie­za tea­tral) y El de­sier­to, de ex­traor­di­na­ria fuer­za es­ pi­ri­tual. || JUAN FA­CUN­DO—. Mi­li­tar ar­gen­ti­no, he­roi­co pa­trio­ta que to­mó par­te ac­ti­va al la­do de los fe­de­ra­lis­tas en las lu­chas ci­vi­les con­tra los uni­ta­rios. Se le lla­mó el Ti­gre de los Lla­nos, por su du­re­za con el ad­ver­sa­rio. En­ con­trán­do­se en Bue­nos Ai­res, Ro­sas le en­co­men­dó una mi­sión pa­ci­fi­ca­do­ra, cer­ca de los go­ber­na­do­res de Sal­ta y Tu­cu­mán, y a su re­gre­so fue ase­si­na­do por una par­ti­ da que obe­de­cía las ór­de­nes de los her­ma­nos Rei­na­fé, en Ba­rran­ca Ya­co, Cór­do­ba, en 1835. Na­ció en 1790. || MA­RÍA RA­FAE­LA—. Cé­le­bre re­li­gio­sa es­pa­ño­la, más co­no­ci­da por Sor Pa­tro­ci­nio y la mon­ja de las lla­gas, és­te úl­ti­mo nom­bre a cau­sa de las lla­gas que te­nía en al­gu­nas par­tes del cuer­po y a las que se les atri­buía ori­gen di­vi­ no. Fue con­de­na­da a des­tie­rro, acu­sa­da de im­pos­to­ra, pe­ro vol­vió a Ma­drid, y ejer­ció in­fluen­cia so­bre Isa­bel II (1808-1891). Qui­ró­gra­fo, fa (Del gr. cheír, ma­no, y grap­ho, di­bu­ jar.) adj. Re­la­ti­vo al do­cu­men­to que con­cier­ne a la obli­ga­ ción con­trac­tual que no apa­re­ce au­to­ri­za­do por no­ta­rio ni pre­sen­ta otro sig­no ofi­cial o pú­bli­co. Ú. m. c. s. Qui­ro­man­cia (Del gr. chei­ro­man­teia; de cheír, ma­no, y man­teía, adi­vi­na­ción.) f. Adi­vi­na­ción su­pers­ti­cio­sa y va­ na por la ob­ser­va­ción de las lí­neas de las ma­nos. Qui­rón Mit. Cen­tau­ro, hi­jo de Sa­tur­no y la nin­fa Fi­li­ra. Con­si­de­ra­do el más sa­bio y jus­to de los cen­tau­ros. Ha­ bi­ta­ba en el Pe­lión y fue pre­cep­tor de Aqui­les. Se­gún la le­yen­da, mu­rió en la lu­cha sos­te­ni­da por Hér­cu­les con­tra los cen­tau­ros. Qui­róp­te­ro, ra (Del gr. cheír, ma­no, y pte­rón, ala.) adj. Zool. Aplí­ca­se al ma­mí­fe­ro car­ní­vo­ro que vue­la con alas for­ma­das por una ex­ten­sa mem­bra­na ex­ten­di­da en­ tre los de­dos y otras par­tes del cuer­po; co­mo el mur­cié­ la­go. Ú. t. c. s. || m. pl. Zool. Or­den de es­tos ma­mí­fe­ros.

Quiosco de revistas en Hong Kong. Quio­te m. Amér. En Mé­xi­co, bo­hor­do del ma­güey. Qui­po (Del qui­chua qui­pu, nu­do.) m. Ca­da uno de los ra­ma­les de cuer­das de va­rios co­lo­res y di­ver­sos nu­dos con que los in­dí­ge­nas de Pe­rú su­plían la fal­ta de es­cri­ tu­ra y de nu­me­ra­ción y da­ban ra­zón de las his­to­rias y no­ti­cias. Ú. m. en plu­ral. Qui­que (Del arauc. quí­qui.) m. Amér. Me­rid. Es­pe­cie de co­ma­dre­ja; hu­rón ar­gen­ti­no. Qui­que m. Amér. En Chi­le, per­so­na co­lé­ri­ca que se en­ fu­re­ce con fa­ci­li­dad. Qui­qui­ri­quí m. Voz imi­ta­ti­va del can­to del ga­llo. || fig. y fam. Per­so­na que quie­re des­ta­car­se y ga­llear. Qui­ra­gra (Del lat. chi­ra­gra, y és­te del gr. chei­ra­gra; de cheir, ma­no, y agra, pre­sa.) f. Pat. Go­ta de las ma­nos. Qui­rie m. Ki­rie. Qui­ri­nal (Del lat. qui­ri­na­lis.) adj. Per­te­ne­cien­te a Qui­ ri­no, o Ró­mu­lo, o a uno de los sie­te mon­tes de la Ro­ ma an­ti­gua. || Por con­tra­po­si­ción a Va­ti­ca­no, el es­ta­do ita­lia­no. Qui­ri­no Ori­gen la­ti­no: “El gue­rre­ro”. Qui­ri­no (el­pi­dio) Biog. Abo­ga­do y po­lí­ti­co fi­li­pi­no (1891-1956). De­di­ca­do a la po­lí­ti­ca, avo­có­se a los pro­ ble­mas re­la­cio­na­dos con la agri­cul­tu­ra, el co­mer­cio y la ha­cien­da. Ele­gi­do vi­ce­pre­si­den­te en 1946, asu­mió la pre­si­den­cia en 1948, al mo­rir el ti­tu­lar Ma­nuel Ro­xas. || PU­BLIO SUL­PI­CIO—. Cón­sul ro­ma­no de no­ta­bles do­tes mi­li­ta­res; en el año 5 d. C. de­sem­pe­ñó el car­go de go­ ber­na­dor de Ga­li­lea. Mu­rió en el año 21. Qui­ri­te (Del lat. qui­ri­tes.) m. Ciu­da­da­no de la an­ti­gua Ro­ma. Quir­no cos­ta (nor­ber­to) Biog. Pu­bli­cis­ta, es­cri­ tor y po­lí­ti­co ar­gen­ti­no (1854-1915). Qui­ró­fa­no (Del gr. cheír, ma­no, y phaí­no, mos­trar.) m. Re­cin­to am­plio que en hos­pi­ta­les y sa­na­to­rios se des­ti­na a ope­ra­cio­nes qui­rúr­gi­cas.

Quiróptero. Murciélago. QUIRÓS ALVARADO (TEODORICO) Biog. Pintor y ar­ quitecto costarricense (1897-1977), que participó en el diseño y construcción de importantes iglesias y fue uno de los primeros en preocuparse por la conservación del patrimonio arquitectónico colonial. Pintó cuadros en diferentes técnicas, entre los cuales sobresale: Esquina de Escazú. Qui­ro­te­ca (Del lat. chi­ro­te­ca, y és­te del gr. chei­rot­ he­ke; de cheír, ma­no, y the­ke, es­tu­che, bol­sa.) f. GUAN­ TE. Qui­rúr­gi­co, ca (Del lat. chi­rur­gi­cus, y és­te del gr. chei­rour­gi­kós.) adj. Per­te­ne­cien­te o re­la­ti­vo a la ci­ru­gía. Qui­rur­go (Del lat. chi­rur­gus, y és­te del gr. chei­rour­ gós; de cheír, ma­no, y er­gon, obra.) m. Ci­ru­ja­no. Quis­ca (Del qui­chua quich­ca, es­pi­na.) f. Chi­le. Quios­ co. || Ca­da una de las es­pi­nas de es­te ár­bol. Los na­ti­vos las em­plean co­mo agu­jas de cal­ce­ta y pa­li­llos pa­ra otros te­ji­dos, por ser muy du­ras y lar­gas. Quis­co (De quis­ca.) m. Chi­le. Plan­ta es­pi­no­sa que cre­ ce en for­ma de ci­rio cu­bier­to de es­pi­nas y al­can­za más de trein­ta cen­tí­me­tros de lar­go.

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Quis­cu­do, da adj. Amér. En Chi­le, que tie­ne quis­ cas o es­pi­nas. || Aplí­ca­se a la per­so­na de pe­lo tie­so y eri­za­do. Qui­si­co­sa (De co­si­co­sa.) f. fam. Enig­ma u ob­je­to de pre­gun­ta muy du­do­sa y di­fí­cil de ave­ri­guar. Quis­qui­do, da (Del qui­chua, quix­qui, ser an­gos­to, es­tre­cho.) adj. Amér. En Ar­gen­ti­na, es­tí­ti­co, es­tre­ñi­do. Quis­qui­lla (Del lat. quis­qui­liae, me­nu­den­cias.) f. Di­fi­ cul­tad o re­pa­ro de bre­ve mo­men­to. || CA­MA­RÓN. Quis­qui­llo­so, sa adj. Que se pa­ra en quis­qui­llas. Ú. t. c. s. || Ex­ce­si­va­men­te de­li­ca­do en el tra­to co­mún. Ú. t. c. s. || Que se ofen­de o agra­via por pe­que­ña cau­sa o pre­tex­to. Ú. t. c. s. Quis­tar­se (De quis­to.) r. Ha­cer­se que­rer, lle­var­se bien con to­dos. Quis­te m. Pat. Ve­ji­ga mem­bra­no­sa que con­tie­ne hu­ mo­res o ma­te­rias al­te­ra­das y se de­sa­rro­lla en di­fe­ren­tes re­gio­nes del or­ga­nis­mo. || Zool. Cuer­pos for­ma­dos por una cu­bier­ta pro­tec­to­ra que al­ber­ga una lar­va de gu­sa­no pa­rá­si­to en los te­ji­dos de al­gu­nos ani­ma­les. Qui­ta (De qui­tar.) f. For. Re­mi­sión to­tal o par­cial de la deu­da que el acree­dor ha­ce al deu­dor. || QUI­TA Y ES­PE­ RA. loc. For. Pe­ti­ción que un deu­dor ha­ce ju­di­cial­men­te a sus acree­do­res pa­ra que és­tos ami­no­ren los cré­di­tos y apla­cen el co­bro, o pa­ra una u otra de am­bas con­ ce­sio­nes. Qui­tai­pón (De la fra­se qui­ta y pon.) m. Qui­ta­pón. Qui­ta­man­chas (De qui­tar y man­cha.) m. Pro­duc­to na­tu­ral o pre­pa­ra­do que se usa pa­ra qui­tar man­chas. Qui­ta­mie­dos m. Ba­ran­da, cuer­da o cual­quier otro ob­je­to si­mi­lar que, sue­le co­lo­car­se en al­gu­nos lu­ga­res co­mo puen­tes, te­rra­ple­nes, an­da­mios, etc. pa­ra evi­tar el vér­ti­go y fa­ci­li­tar el pa­so. Qui­ta­nie­ves m. Cual­quier apa­ra­to usa­do pa­ra qui­tar la nie­ve de ca­lles, ca­mi­nos, vías fé­rreas, etc. Qui­tan­za (De qui­tar.) f. Re­ci­bo o car­ta de al­go que se en­tre­ga al deu­dor cuan­do li­qui­da una deu­da o cuen­ta. Qui­ta­pie­dras m. Ba­rra ho­ri­zon­tal que sue­len lle­var las lo­co­mo­to­ras pa­ra qui­tar pie­dras gran­des y otros obs­ tá­cu­los que pu­die­ran es­tar en me­dio de las vías. Qui­ta­pón (De qui­tai­pón.) m. Ador­no que sue­le po­ner­ se en la tes­te­ra de las ca­be­za­das del ga­na­do de car­ga, ge­ne­ral­men­te he­cha en la­na de co­lo­res y con bor­las. || DE QUI­TA­PÓN. loc. fam. DE QUI­TA Y PON. Qui­tar (Del lat. quie­ta­re, des­can­sar, re­po­sar.) tr. To­mar una co­sa y se­pa­rar­la de otras, o del si­tio o lu­gar en que es­ta­ba. || DE­SEM­PE­ÑAR. QUI­TAR un cen­so. || Hur­tar. || Es­tor­bar, im­pe­dir. Él me QUI­TÓ el ir al bai­le. || De­ro­gar, abro­gar una ley, sen­ten­cia, etc. o li­brar a uno de una pe­ na, car­go o tri­bu­to. || Su­pri­mir un em­pleo u ofi­cio. || Im­pe­ dir, obs­tar. No QUI­TA lo cor­tés a lo va­lien­te. || Des­po­jar o pri­var una co­sa. QUI­TAR la vi­da. || Li­ber­tar a uno de una obli­ga­ción. || Esgr. De­fen­der­se de un ta­jo o es­to­ca­da del con­tra­rio. || r. De­jar una co­sa o apar­ta­se to­tal­men­te de ella. || Ir­se, se­pa­rar­se de un lu­gar. || AL QUI­TAR. m. adv. con que se da a en­ten­der la po­ca per­ma­nen­cia y du­ra­ ción de una co­sa. || DE QUI­TA Y PON. loc. que se apli­ca a de­ter­mi­na­das par­tes o pie­zas de un ob­je­to que es­tán dis­pues­tas pa­ra po­der­las qui­tar y po­ner. || QUI­TA, o QUI­ TE, ALLÁ. expr. fam. con que se re­cha­za a una per­so­na o se re­prue­ba por fal­so, de­sa­ti­na­do o ilí­ci­to lo que di­ce o pro­po­ne. || QUI­TAR­SE DE EN­CI­MA al­gu­na co­sa. frs. fig. Li­brar­se de al­gún ene­mi­go o de al­gu­na im­por­tu­ni­ dad o mo­les­tia. || QUI­TA Y PON. loc. fam. Jue­go de dos co­sas des­ti­na­das al mis­mo uso, por lo co­mún pren­das de ves­tir, cuan­do no se dis­po­ne de más re­pues­to. || SIN QUI­TAR NI PO­NER. loc. adv. al pie de la le­tra; sin exa­ge­ ra­ción ni omi­sión. || VEN­DER AL QUI­TAR. fr. For. Ena­je­ nar una co­sa con pac­to de res­ca­te o re­tro­ven­ta. Qui­ta­sol (De qui­ta y sol.) m. Es­pe­cie de pa­ra­guas pa­ ra res­guar­dar­se del sol. Qui­ta­so­li­llo m. Cu­ba. Ca­za­be. Se di­ce es­pe­cial­

Operación quirúrgica.

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QUITASUEÑO

“El quitasol”, obra de Goya. men­te en Vuel­ta Aba­jo. || Bot. En Cu­ba, plan­ta her­bá­cea, de la fa­mi­lia de las um­be­lí­fe­ras, de pe­que­ñas flo­res blan­ cas y va­ria­dos usos me­di­ci­na­les. Qui­ta­sue­ño m. fam. Lo que mo­ti­va des­ve­lo o preo­ cu­pa­ción. Qui­te m. Ac­ción de qui­tar o es­tor­bar. || Esgr. Mo­vi­men­ to de­fen­si­vo con que se de­tie­ne el ofen­si­vo. || Taur. Suer­ te que eje­cu­ta un to­re­ro pa­ra li­brar a otro de la aco­me­ti­da del to­ro. || ES­TAR AL QUI­TE, o A LOS QUI­TES. frs. Es­tar pre­pa­ra­do pa­ra acu­dir en de­fen­sa de al­guien. || IR AL QUI­TE. frs. fig. Acu­dir con pron­ti­tud en au­xi­lio o de­fen­ sa de al­guien so­bre to­do en ca­sos de ca­rác­ter mo­ral. ||

NO TE­NER QUI­TE una co­sa. frs. fig. No te­ner re­me­dio o no ha­ber for­ma de evi­tar­se; ser muy di­fí­cil im­pug­nar­la o re­sol­ver­la. QUITEÑO (SERAFÍN) Biog. Escritor salvadoreño (19061987), considerado posmodernista. Fue director de El Diario de Occidente y colaborador de El Diario de hoy. Entre sus poemas se destacan: Corazón con s; Tórrido sueño. Qui­ti­na (Del gr. chi­tón, tú­ni­ca.) f. Hist. Nat. Ca­pa de na­tu­ra­le­za cór­nea, la más su­per­fic ­ ial de las que con­for­ man la es­truc­tu­ra de la piel. Es im­per­mea­ble. Ade­más, en­du­re­ce los éli­tros y otros ór­ga­nos de los in­sec­tos.

Qui­to Geog. Río de Co­lom­bia, en el dep. del Chocó, afluen­te del Atra­to. Sus aguas arras­tran bue­na can­ti­dad de oro. || Can­tón de Ecua­dor, en la prov. de Pi­chin­cha. || Capital de la República del Ecuador, situada a 2.850 m.s.n.m. al pie del Pichincha, un volcán de la Cordillera Occidental de los Andes Ecuatorianos. Pobl. 1.980.478 h. Además del ya citado, rodean la ciudad otras estriba­ ciones de menor altura, como la del Panecillo al sur y las Lomas de Itchimbía, al oeste. El clima es agradable y mantiene una temperatura media anual de 13,5°C. Es famosa por sus templos coloniales de los siglos XVI y XVII, de fachadas artísticas imponentes en los cuales predominan las suntuosas decoraciones, especialmente en la más excelsa talla quiteña. Entre ellos se encuen­ tran: la Compañía, San Francisco, San Agustín, la cat­ edral, La Merced y Santo Domingo. Muchos de ellos son monumentos de gran importancia histórica desde los tiempos de la colonización española, por ejemplo, el de Belén que fue el primer templo católico ecuatoriano. Fue levantado en 1534, en la llanura de Iñaquito, que durante la guerra de los encomenderos contra la Corona Española (1544-1548), fue el teatro de una de las mas sangrientas batallas, en la que los sublevados tras su triunfo, le cortaron la cabeza al virrey Núñez Vela, en el lugar que ocupa hoy el parque de Mayo y algunos muy modernos barrios. Hist. Quito fue fundada por el conquistador español Sebastían de Banalcázar el 6 de diciembre de 1534. Luego sede de la Real Audiencia de Quito, durante los 300 años que duro el régimen colonial. Durante este tiempo sus universidades San Gregorio y Santo Tomás de Aquino, alcanzaron un gran prestigio en el ámbito hispanoamericano. Sus artistas, escultores, como Pampite y Caspicara y sus pintores Miguel de Santiago y Gorívar, dejaron obras que han sido y siguen siendo objeto de gran admiración. A lo largo de este periodo colonial, la ciudad también fue escenario de los movimientos independentistas que propendían por la libertad, desde la Revolución de Alcabalas, en 1592, en la que ya se habló de los “derechos del Pueblo”, hasta el movimiento del 1 de agosto de 1809, en que una Junta Soberana asumió, de hecho, el gobierno autónomo. Qui­tón (Del gr. chi­tón, con­cha.) m. Mo­lus­co gas­te­ró­ po­do, con la con­cha de ocho pie­zas pues­tas en fi­la, y las bran­quias en for­ma de ho­jas pe­que­ñas. Abun­da en Fi­li­pi­nas y en las cos­tas de Eu­ro­pa. Qui­vi­ra Geog. hist. Ciu­dad ima­gi­na­ria en Amé­ri­ca del Nor­te. Se­gún el re­la­to de fray Mar­cos de Ni­za, Qui­vi­ra era una de las sie­te ciu­da­des de Cí­bo­la, con ca­lles que no al­can­za­ban a re­co­rrer­se en va­rios días, y con in­cal­cu­ la­bles ri­que­zas. Hoy se lla­ma Gran Qui­vi­ra, a las rui­nas des­cu­bier­tas al sur de San­ta Fe, en el est. nor­tea­me­ri­ca­ no de Nue­vo Mé­xi­co.

Ruinas de Gran Quivira en Nuevo México, EE. UU. Qui­zá (De qui­zás.) adv. d. con el cual se sig­ni­fi­ca po­si­ bli­dad. QUI­ZÁ ha­ga ca­lor ma­ña­na; QUI­ZÁS tra­ta­ron de con­ven­cer­me. || QUI­ZÁ Y SIN QUI­ZÁ. loc. que se em­plea pa­ra dar por se­gu­ra o por cier­ta una co­sa. Quó­rum (Voz la­ti­na, ge­nit. pl. del re­la­ti­vo qui, que.) m. Can­ti­dad de miem­bros ne­ce­sa­ria pa­ra que pue­da to­mar cier­tos acuer­dos una asam­blea de­li­be­ran­te. QWERTY adj. m. Inf. Dícese de cierto tipo de teclado formado por las letras de las seis teclas alfabéticas que aparecen en su parte superior izquierda.

Cúpula de la Merced en Quito, Ecuador.

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