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J \ \)._' \ CAPITULO PRD:!ERO ·1940: El signific ado del triunfo El Partido Popular Democr ático se fundó el 22 de julio de 1938. En ese d!a· ins

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J \

\)._'

\ CAPITULO PRD:!ERO ·1940:

El signific ado del triunfo

El Partido Popular Democr ático se fundó el 22 de julio de 1938.

En ese d!a· inscrib ió su nombre y

su insigni a· simultán eamente en Barra:n quitas y · en Lu- . quillo. · El 5 de noviemb re de ·1940 --83? días dés-

·

pués-- el pueblo de Puerto Rico llevó al :Par.tido ::Po.

pular.

,

.

.

Democrat~co_

a la victori a .Bn cuatro de los ·sie-

t~ distrito s en que . ~stá dividid a la· Isla.

La ·

~

~odos--

.,

significac~ón ·~e ~

, .

.

fue mucho mas · ·gl"an · e.

ro -dato históri co.

.

es"te · tr:iun:ro ..;_lb admft·eni~l~

·¡ o que revela el me-

La .lucha se llevó a cabo prácti-

camente sin fondos pare. lo~ . gastos más- element ales de ·campañ a.

No se



1

.•

t



¡,

~nc:urr~.o



:

en:·· una sola deuda q:ue·· pu-

· di era Iimi tar· en lo más m:infmo la actuaci ón· d-el .Par- . tido en el ~umplimiento estrict o ·de. su _program a.

Nq_

hubo un so-lo departam ento o ·agencia del . Gobiern o que le prestar a cooperac~ón.

Prácticameñt~ tod~s los de-

partame ntos y age.iic~ ·as guberna .mentale s despleg aron . · ayuda para sus· oposita res.

No .·buscó iní'luen cia ni

en Washing ton ni en Fortale za.

No tuvo más ayuda

, que la de su· verdad; honradamen·t~ · o~eíc?.-a y c.larame n_,.

te ex-puest a, y .e l e.fectc:i de esa verdad sobre ·1a .eón-

- 2-

B.

cien cia púb lica .

Se enfr entó a toua s las fuer zas del dine ro, a todo el pod er de los gran des inte rese s cap itali sta s, a toda s las mafias de la pol !tic a al uso. Su elec tora do estu vo con stan tem ente som etid o a las ame nazas y coac cion es de los que pod ían neg arle la opo rtunida d de gan ar el pan de cada día. Es toma ndo en cue nta esto s fact ore s que se enti ende el sign ific ado ente ro de la vic tori a Pop ular y se atis ba la fund ame ntal cap acid ad dem ocrá tica del pueb lo pue rtor riqu eño . La ·pos ibil idad de que el Par tido Pop ular Dem o-_ crá t.ico hic iera esa rápi da tray ecto ria en poco más de dos afios fu~ desc arta da por gran núm ero de pers ona s has ta el momento mismo en que se anu nció la dec isió n. Ent re ésta s se con taro n, segú n se ha com prob ado des' pué s, muc has que sim pati zab an con los prop ó.si tos del Par tido Pop ular Dem ocrá tico , pero que crey eron que sus voto s tend rían más efec tivi dad ·dán dos elos a otra agru pac ión para der rota r al gob iern o imp eran te. No se con cebí a que un par tido pud iera des arro llar se y llegar tan rápi dam ente · al pod er en Pue rto Rico . Se hablab a de los larg os años que labo ró San tiag o Igle sias para obte ner siqu iera una min oría más o men os con sidera ble; del prol ong ado tiem po en que Mar t!ne z Nad al

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-~-- - ·- -

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·

...

- 3-

E.

fue senador único en representación de una peQueña minoría QUe solo alcanzó después el poder mediante maniobras y combinaciones y aprovechando el QUe las cortes hubieran negado existencia jurídica al anti-· guo Partido Unionista.

En las mesas de café, donde

se hablaba sin gran indagación y donde las bases para las conclusiones eran los factores políticos tradicionalmente conocidos, se empezó por ·calcula:rle al Partido I'opular Democrático cinco mil votos --cuarenta y tres veces menos de los que obtuvo.

Llegó

un momento en QUe se hablÓ de cincuenta mil.

Duran-

te los Últimos tres meses de la campaña hubo QUien se arri"esgara a decir cien mil.

Un escritor multi-

partita y "poliyerrante" llee;ó a afirmar QUe ningún partido QUe no comprara votos podría obtener más de ochenta mil votos --¡la calumnia QUe el pueblo contes.tó con la bofetada enorme de su honradez el dÍa cinco de noviembre!

J No

era en la mala fe que se fundaban los que,

usando los manteles de los cafés · como prematuras hojas de cotejo, tronaban estas conclusiones en el ámbito de las tertulias.

La verdad es

\· riencia ·histórica había sido así.

/\

qu~

la expe-

La experiencia

. '

era que los partidos crecían muy lentamente; que tar-

-4-

B.

de o temprano, en el curso de su crecimien to, caían en usar las mismas mañas de sus opositore s para luchar c:on las mismas armas; que desde el triunfo de la Unión de Puerto Rico en 1904, nunca un partido había derrotado a otros en unas eleccione s por el hecho de su fuerza electoral , sino siempre por resultado de maniobras , combinaci ones, alianzas, coalic~iones:

lo que el :pueblo dió en llamar --con profun-

da hostilida d-- "mogollas ".

El mismo caso de la

Unión de . Puerto Rico no ofrecía paralelo muy cerca- _ no al del Partido Popular Democrát ico.

La Unión de

Puerto Rico se fundó al disolvers e el Partido Federal, con el Partido Federal entero.

El lÍder uni-

ver~almente reconocid o por el Partido Federal fu~

desde el primer momento el líder universalm ente reconocido del Partido Unionista .

Por otra parte, en

aquella -época el dinero no jugaba en las eleccione s el papel important ísimo y siniestro que jugó después. El gran poder corporativ o estaba en su infancia --comenza ba entonces en el terreno económico y no había cobrado arraigo en el terreno político.

La

clase media, sin embargo, estaba en mejores condiciones económica s para ayudar a los gastos corrientes de una campaña.

Esta clase media militaba en

-5-

B.

mayores o menores proporciones en ambos partidos que se disputaban el poder.

El dinero no era fac-

tor de ·ventaja para unos contra otros. /

y(

Aun comparándola con el precedente que polí-

ticamente más se le parece --el triunfo unionista de 1904--, la victoria Popular de 1940 tiene características que son suyas propias, nuevas en la historia de Puerto Rico.

Estas características nue-

vas se la dan la intervención efectiva del pueblo, la práctica efectiva de la democracia por la masa. El pueblo supo trascender nombres, desenredarse de confusiones·, zafarse de la mitología de los tecnicismos legales, hacer valer su voluntad en respaldo de un programa y unos propósitos que consideró buenos para su justicia, para su porvenir.

Corrobo-

rando mis palabras de Barranquitas del 1? de julio de· 1939, el pueblo entró en escena como protagonista del drama puertorriqueño.

¡Dejó de ser coro!

¡Se convirtió en el héroe de su propia epopeya! En esa verdad esencial, que le di~ sus características al Partido Popular Democrático, está la explicación de su rápida trayectoria entre su fundación y su triunfo.

Desde los comienzos de su

lucha, el Partido Popular Democrático descartó el

-6-

B.

adagi o, que sólo es ciert o muy en la supe rficie , de que en las lucha s polít icas hay que usar ias mism as armas que . el enem ieo.

Evide ntem ente lo que es pro-

funda mente ciert o es que hay que lucha r con mejo res armas que las del enem igo.

Si se lucha con las mis-

mas armas , ganar á el que tenga mayor. canti dad de esas armas . Si esas armas se basan en el diner o, el triun fo será, gane quien gane, no de los que usan las .armas, sino de los que prove en las armas : de los que sumi nistr an el diner o.

Gane quien gane, el 1meb lo es

el derro tado; los. sumi nistra dores del diner o son los admi nistra dores de la victo ria; los lÍder es polít icos son lacay os, más o menos engal anado s, de esos administr ador es de la victo ria. No se iba a pelea r busca ndo las vieja s armas igual es a las .del enem igo.

No hubie ra val:i'd o· la pena

genar para lleva r los galon es de dublé a nomb re de fuerz as privi legia das contr a la esper anza de un pueblo. Eso hubie ra sido prolo ngar el perío do fútil de nues tra histo ria, ampl iar el tiemp o muer to de nuestra polÍt ica; darle un alica te nuevo , en susti tució n del viejo , a la vieja mano maes tra del privi legio . Eso hubie ra sido clarru nente esté ril, vanid oso, inúti l. Peor:

cosa de traic ión al porv enir.

-7-

B.

No era asun to de pone r una nuev a maqu inari a polí tica a pele ar con otra maq uina ria polí tica . Era asun to de pone r al pueb lo de Puer to Rico a librar se del gobi erno de las maq uina rias polí tica s de sus opos itore s econ ómic os.

Las arma s de las

viej as maqu inari as polí tica s impl icaba n falta rle el resp eto al pueb lo. Hubi era sido absu rda uno. lucha en que la opos ici6n estu vier a imbu ída de faltarle más al resp eto al pueb lo toda vía. Cont ra la falt a de resp eto al pueb lo el arma es el resp eto al pueb lo. Las viej as maq uina rias polí tica s, por no resp etar al pueb lo, dedi can su acció n a runen azarlo , coac cion arlo, rune dren tarlo , sobo rnarl o. Se dan medi cinas a unos , se les nieg an a otro s. Se hace n favo res a unos , se les nieg an a otro s; se hacen ofrec imie ntos a unos , se coac cion a con amen azas a otro s; se da trab ajo o. unos , se les nieg a trab ajo a otro s. Y el día de las elec cion es se trata de comp rarlo s a todo s. Esta mane ra de hace r requie re dine ro en gran des cant idad es.

Esas cant i-

dade s . solam ente se cons iguen de los gran des inte reses econ ómic os. Esos gran des inte rese s dan el dinero para domi nar la acció n de los homb res que re-

-8-

p ;..Jo

sultaren electos a base de ese dinero.

A los hom-

bres electos a base de ese dinero se les huce difícil llevar a cabo acción seria alguna que les disguste a esos grandes intereses .

A esos erandes

in~

teresas les disgusta cualquier cambio important e en la situación que existe, porque la -situación que existe ha abundado en millones para ellos. el pueblo está sufriendo la situación . necesita que cambie.

Pero

El pueblo

A los que dan el dinero no les

conviene que cambie la situación .

De ahí surge esa

cosa tan bien entendida por el pueblo de que las maq_ul'nar ias políticas ofrecen aprobar leyes muy buenas antes de las eleccione s, pero de~pués no cúmplen su ofre cirni en to. ¡Es que no pueden cumplirlo !

.

Es que, mientras

estaban ofreciend o las, leyes buenas, se '

esta~an

amarrando a , aquéll0s a qui.en.es no les conviene que se aprueben tales leyes. Como no pueden cumplir con el pueblo, y, sin embargo, necesitan los votos del pueblo, caen en las mañas que se han anotado; y en círculos viciosos se ven obligados a .c oaccionar , amenazar, .amedrenta r, sobornar.

No pudiendo obtener los votos del pueblo

por la esperanza , tratan de obtenerlo s por el miedo

-9-

y por la corrup ción. como arma a los que

B.

La espera nza les est~n

est~

vedada

obliga dos a servir a los

que le tienen miedo a que se realic e la espera nza del pueblo . El efecto cultur al de esa situac ión escasam ente puede defini rse con los epítet os

m~s

fuerte s.

La

espera nza --fuerz a de Dios y de hombre s-- es sustituída por el miedo y la corrup ción: contra Dios, deeene radora de hombre s.

fuerza blasfem a Creado tal

ambi.en te, el proceso select ivo, el proces o de adaptación al medio, tiende fuertem ente a produc ir líderes polític os de la corres pondie nte catego ría.

En

un ambien te en que el miedo y el soborn o son medios de triunf o, los de mayor jaiber ía y recurs os más variad os en organi zar el miedo y ensanc har el radio de acción del soborn o, result an ser los lÍdere s de mayor éxito y trepan a las cumbre s del relumb rón. Un pueblo que tolera ra tal ambien te por mucho tiempo quedar ía plenam ente degene rado para toda acción digna de un pueblo y de una democ racia.

Si el nuevo

part·id o que surgió ·p ara 1940 hubier a sido adicto al adagio polític o de que es necesa rio usar las mismas armas del enemig o --aunq ue las armas del enemis o sean

í

10-

B.

odiosas a la cultura c1vica--, Puerto Rico pasar1a por el amargo trance de haber perdido su oportunidad de pueblo hasta otras generaciones, hasta que ¡quién sabe!

fuese muy tarde para rescatar su poten-

cialidad de pueblo.

Si este partido nuevo hubiese

triunfado siguiendo las mismas mañas que los otros posiblemente habr1a condenado a Puerto Rico a la anulación total de sus posibilidades como pueblo, a la degeneración irremediable de su esp1ritu. El Partido Popular Democrático se dio plena cuenta de esto desde un principio. Su campaña fue de respeto al pueblo.

Desde sus comienzos fue a los campos a

darle sus razones al pueblo --a¡ pueblo olvidado de esos campos.

Durante d1as y noches enteras, durante

meses, estuve caminando por los campos de Puerto Rico, subiendo a los montes, internándome por los cañaverales, explicándole a la gente por qué el Gobierno no remediaba sus males remediables y cómo eso depend1a de sus propios votos, puesto que sus votos hacen la parte del gobierno que legisla y que debe representar la voluntad del pueblo. Al iniciar su campaña, el Partido Popular Democrático comenzó con algunos actos públicos en las poblaciones para organizar

el tecnicismo

de la

-11-

B.

inscripción como partido nuevo que requería la ley; pero pronto impulsó su acción hacia los campos, llevando su palabra a los barrios más lejanos de Puerto Rico.

En marzo de· 1939 se publicó el primer nú-

mero de

El Batey , periódico rural distribuido gra-

tis a los campesinos.

Personalmente conseguí los

anuncios necesarios para pagar los gastos de imprimir El Batey •

,·.

Bl Batey

no sólo llevó verdades cla-

ras y sencillas al campesino, sino que fue símbolo del respeto que implica tratar de convencer a la gente por la razón y no con meros argumentos de tribu política o con tácticas de amenazas y sobornos. El Batey

En

no se usó una sola palabra de insulto

para los adversarios políticos.

Sus art.ículos eran

de explicaciones llanas de los problemas de nuestro pueblo, de las razones por las cuales no se resolvían adecuadamente esos problemas, de lo que significa el voto para que el pueblo tenga un gobierno que lo defienda en vez de un gobierno que evada su justicia y destruya su esperanza.

El campesino,

además de entender las razones y recibir la información de datos y de realidades que le eran desconocidos, subconscienternente sintió la satisfacción del que se ve respetado, del que se ve tratado como

-1 2-

t.

hombre a quien hay que convencer en vez de como bestia a la que hay que garrochar o conf'undir o .s.obornar con una efimera batea de pienso. El crunpesino también se dio cuenta del contrust€ entre campañas de insultos y falsificaciones y la campaña de razonamiento sereno del l)c.rtido :Popular Democrático en

El Batey

y en la palabra.

Ante el con-

traste, le daba coraje que trataran de conquistarlo con insultos vagos y con

con~lsiones

y con hacer sonar en

el bolsillo el dinero que su trabajo le había producido, direct·a o indirectamente, a los grandes intereses ,

.

econom1cos. El resultado de esto no es solamente la mera victoria democrática de un partido.

El resultado pro-

fundo, de la más alta valía para el porvenir de nuestro pueblo, es que el ambiente de la vida pÚblica cambiÓ.

La carta de triunfo ha dejado de ser la . baraja

marcada de la politiquería y se ha convertido en el as honrado de las verdades honradamente creidas, de las realidades honestrunente analizadas, de los razonamientos llanamente expuestos. La dignificación en la cultura cívica de nuestro pueblo es clara.

No ha de serle fácil de ahora en

adelante la vida,pÚblica al mero politicastro.

-13-

B.

El resultndo ful, adem&s, un experimento de valor inestimable pare. la democracia.

Se ha obser-

vado generalmente que una de las habilidades más efectivas del régimen totalitario es su manera de hacer propaganda.

La propaganda del rartido Fopular

Democrát.ico fue la antítesis de todos los principios que gobiernan la propaeanda totalitaria.

La· propa-

ganda totalitaria asume que el pueblo es una masa ~?ara

cuya ·acción no se puede mover por ideas y

razonamiento s, sino por vagas emociones y pasiones. El Partido l 'opular Democrático asumió en su campaña que la acción del pueblo se puede mover exactamente igual que la acción de un filósofo:

por razo-

namiento que llegue a toda la sencillez que la verdad ,es capaz de contener. La labor· del Partido I)opular Democrático no se limitó, desde lueBo, a los campos.

Comenzó por

los campos por la razón humana de que allÍ estaba el hombre menos recordado de Puerto Rico; por la razón económica de que nuestro país es predominantemente agrícola y las medidas de justicia que alcanzan a las poblaciones y ciudades han de tener en eran parte sus raíces en el campo.

Pero hay pro-

blemas en las ciudades, hay injusticias que surgen de esos problemas en las ciudades y poblaciones.

-14-

B.

También lleeó a las poblaciones, e.unque más tarde, nuestra palabra. nión

l 'rimero le pusimos sitio de opi-

a las· poblaciones.

nodeamos a las poblaciones

de un cerco de entendimient o campesino, mientras en los cafés se seguían haciendo números en los manteles a base de cálculos implícitos en las viejas mañas.

Mientras cambiábamos el clima moral del

electorado, haciéndolo mortífero para los viejos matorrales de la politiquería , otros seguían discutiendo cuáles serían las mejores semillas para cosechar esos mismos matorrales en el clima que ellos creían seguía existiendo. Y en los manteles de los cafés se hacían cálculos más o menos de esta manera:

"Don Fulano,

el gran centralista, se ha unido a nuestro partido. Eso quiere decir que el distrito:. tal será nuestro". En el clima moral creado por ia prédica del Partido , " ten1a , un voto. Popular Democratico don Fulano solo En el v.iejo clima moral, don FU:lano, con sus cien mil pesos de contribución a la campaña, producía diez o doce mil votos.

Así, sobre el mantel de ca-

fé, se apuntaban doce mil votos donde solamente

-15-

B.

correspondía apuntar uno.

Apuntados los doce mil

votos y otros miles más de igual procedencia financiera hipotética, los contertulios se miraban unos a otros y se nombraban para los puestos públicos que produciría el triunfo que acababan de obtener sobre el mantel de la .mesa.

(Muchas veces a la misma

hora en que se hacían estos escrutinios prematuros había un hombre debajo de un palo dé mangó explicándoles a unos cuantos campesinos lo que era la democracia y cómo los votos de t .o dos ellos juntos valían más que los cien mil pesos de don Fulano, el centralista.

Y después no era ya un hombre debajo

de un árbol en un campo:

eran docenas de hombres de-

bajo de docenas de árboles: y después eran centenares de hombres debajo de centenares de árboles en centenares de campos, explicando lo que es la democracia, lo que vale para la justicia el voto, lo que significa para el porvenir de los hijos el usarlo con honradez y con valor). Llegamos a las poblaciones y ciudades.

El día

11 de agosto de 1939 se anunció el primer gran mitín en San Juan, en la parada 22.

Sin mayor originalidad

se decía irían cuatro gatos--esoscuatro gatos legendarios de la gente que

-16-

se equi voca con la hist oria .

13.

Se decí a que, como

genel Fart ido Pop ular Dem ocrá tico tení a muy poca on te, iría muy poca gent e tamb ién al miti n. Fuer mile s de pers onas .

Ento nces se dijo que la asis -

za tenc ia a los míti nes no era indi cio de la fuer r parde los part idos . En efec to, creo que la mayo la.te de los que fuer on a aque l miti n no eran I ·opu res. Ese era prec isam ente el indi cio de la vita ía lida d del l 'arti do ropu lar Dem ocrá tico: que atra dos, a su trib una no sola men te a segu idor es conv enci insino a mile s que sabí an que no iban a escu char a sult os, sino razo nam iento s. Much os que vení an caescu char se qued aban para conv ence rse. Esa era r al ract erís tica de la camp aña Pop ular : conv ence enar que no lo esta ba, en vez de mera técn ica para ones . dece r pasi ones ~e los que ya sent ían esas pasi La pres enci a de esas mile s de pers onas en e aque l gran miti n de ciud ad, sin que la mayo r part r de ella s fuer an Pop ular es, se exp lica por el rumo do que empe zaba a lleg ar de los camp os, como el soni dist ante de un río que está crec iend o. Lleg aban barr io los que se habí an pasa do algú n tiem po en algú n del campo y les decí an a sus amig os:

"Por allá por

aque l barr io pare ce que hay bast ante s Pop ular es".

-17-

Venían otros y decían:

.:.;;.

''l·or allÚ vimos a Mufíoz lví: a-

rín hablando frente a un ventorrillo".

Los aeentes

viajeros les decían a los comerciantes y dependientes:

"Por toda esa ruta se encuentran aleunos Fopu ...

lares".

Otros decían:

En el barrio Aguacate Arri-

11

ba, de tal municipio, ya no hay nada rnás que I'opulares". Esto iba teniendo su efecto sobre los trabajadores y la clase media de las poblaciones.

Los tra-

bajadores iban dándose cuenta del crecimiento de una fuerza que despertaba su interés como posible defensora de su justicia.

La clase media como que iba

presintiendo la liberación espiritual que para ella se incubaba en los campos de Puerto Rico y el sentido profundo --todavía subconsciente-- de la unión que habría. de ligarla a los campesinos de Puerto Rico. La clase media siente la inseguridad en que vive; siente, además, . la vejación espiritual que le impone esa inseguridad en un sistema de halagos y favores y amenazas y miedos.

Y además s±ente, a veces con

plena conciencia, a veces vagamente, la responsabilidad social que le impone a la clase media el haber tenido mayores oportunidades educativas que el resto del pueblo sufrido.

La clase media siente la aver-

-1 8 -

IJ .

sión a un. sistema de vi

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