Radiaciones no ionizantes

> HIGIENE INDUSTRIAL FICHA TÉCNICA AUTORES: RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael; y ARES CAMERINO, Antonio. TÍTULO: Radiaciones no ionizantes. FUENTE: Gestión P

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Clasificación de radiaciones ionizantes:
La radiación es un fenómeno por el cual determinados cuerpos emiten energía mediante la emisión de ondas electromagnéticas (radiación electromagnética

RADIACIONES IONIZANTES DURANTE EL EMBARAZO
•RADIACIONES •IONIZANTES •DURANTE EL •EMBARAZO… Objetivos a tratar: • 1.Introducción. • 2. Efectos de la RI en el feto. 2.1.Etapa preimplantación. •

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FICHA TÉCNICA AUTORES: RODRÍGUEZ MÁRQUEZ, Rafael; y ARES CAMERINO, Antonio. TÍTULO: Radiaciones no ionizantes. FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 66, pág. 48, diciembre 2009. RESUMEN: Con este artículo los autores pretenden informar sobre la exposición a los campos electromagnéticos (en especial los generados por las radiaciones no ionizantes) y sobre sus posibles efectos en la salud de los individuos. La información analizada procede de un estudio de la Organización Mundial de la Salud relativo a este tema, y de otros informes recientes a cargo de eminentes autoridades internacionales. La mayoría de estos análisis no son concluyentes del impacto real y a largo plazo de las radiaciones no ionizantes en las personas, habiéndose analizado los efectos, tanto térmicos como no térmicos, que pudieran ocasionar daños en la salud y derivar en enfermedades de distinta índole, como las cancerígenas. DESCRIPTORES: • Higiene industrial • Radiaciones • Campos electromagnéticos • Proyecto Internacional CEM • Recomendación 1999/519/CE

Radiaciones no

ionizantes

Las radiaciones no ionizantes pueden provocar en el organismo humano ciertos efectos físicos. Aun así, la comunidad científica diverge en la gravedad de estos daños, ya que las múltiples investigaciones al respecto han revelado que no existe ningún factor biológico que relacione de forma causal la exposición a campos electromagnéticos y el riesgo de padecer alguna enfermedad. Discordancias que no han evitado que diversos organismos internacionales hayan establecido unos límites de seguridad para la exposición a estas emisiones, a fin de prevenir cualquier posible impacto en la salud pública.

Rafael Rodríguez Márquez, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales, y Antonio Ares Camerino, médico del trabajo

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as radiaciones son fenómenos físicos consistentes en la emisión, propagación y absorción de la energía por parte de la materia, tanto en forma de ondas (radiaciones sonoras o electromagnéticas), como de partículas subatómicas, que pueden producir alteraciones en dicha materia al interactuar con ella. Cuando se aporta energía a un dispositivo, éste emite a continuación la energía recibida, pero esta emisión puede realizarse en formas de otra energía distinta a la que se ha transmitido al objeto. Las radiaciones son una de las muchas formas en las que las cosas devuelven la energía recibida o que tienen acumulada de manera natural. Por ejemplo, cuando a una lámpara se le suministra energía eléctrica, retorna una parte de energía en forma luminosa y otra en térmica. Del mismo modo, el cuerpo humano emite radiaciones infrarrojas, al igual que todo cuerpo caliente.

L

La radiación que es más familiar es la luz. También resultan conocidas, aunque no se puedan ver, otras muchas, como las ondas emitidas por las antenas de radio y televisión, las microondas utilizadas en los hornos domésticos e industriales y en los sistemas de radar, los rayos X mediante los que se hacen radiografías, etc. Todas ellas son radiaciones que, atendiendo a su nivel de energía, se clasifican en radiaciones no ionizantes (RNI) y radiaciones ionizantes (RI). La diferencia entre ambas se debe a su origen y a la cantidad de energía, variando su capacidad de penetrar en la materia y arrancar o no los átomos que la forman. Una onda electromagnética está formada por  una componente eléctrico E H (intensidad de campo magnético v/m). Estos vectores son perpendiculares entre sí y, a su vez, perpendiculares respecto a la dirección de propagación de la onda. Al producto vectorial de estos dos componentes,  s = E H, se le conoce como vector de Poynting, que representa a la densidad de potencia de la onda (w/m2). El valor medio del vector de Poynting de una onda plana puede expresarse como     S = kE2 / 120π = k120πH2 , donde: k es el vector unitario de la dirección de propagación; E, el valor eficaz de la intensidad de campo eléctrico; y H, el valor eficaz de la intensidad de campo magnético. Los campos eléctricos y magnéticos de una radiación varían sinusoidalmente a una frecuencia f (Hz). La velocidad a la que se desplazan

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las radiaciones electromagnéticas depende de las constantes físicas permitividad ε (F/m) y permeabilidad μ (H/m) del medio. En el aire se cumple: εo = permitividad absoluta del aire = 10-9 / 36 πfarad/m; y μo = permeabilidad absoluta del aire = 4 π· 10-7 henry/m. La velocidad (v), la frecuencia (f) y la longitud de onda (λ) están relacionadas por la ecuación: λ = v/f.

Efectos de las radiaciones no ionizantes en los sistemas biológicos Los Ministerios de Ciencia y Tecnología y de Sanidad y Consumo han recabado de un grupo de expertos independientes información sobre los campos electromagnéticos ambientales, con los siguientes objetivos: realizar una evaluación de la evidencia científica disponible acerca de los potenciales efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud; valorar si la recomendación del Consejo de Ministros de Sanidad de la Unión Europea es suficiente para garantizar la salud de la población; y, elaborar las recomendaciones necesarias para que el Ministerio de Sanidad y Consumo pueda adoptar las medidas más eficaces de protección sanitaria. Las conclusiones obtenidas por este comité de expertos están recogidas en el informe técnico Campos electromagnéticos y salud pública1, y vienen a coincidir sustancialmente con las de los informes recabados por los Gobiernos de Francia2 y el Reino Unido3 de otros grupos de expertos4. Según estos estudios, la exposición a campos electromagnéticos no ocasiona efectos adversos para la salud dentro de los límites establecidos en la Recomendación 1999/519/CE5. El acatamiento de ésta es suficiente para garan-

1 Vargas, F.; y Úbeda, A. (coord.): Campos electromagnéticos y salud pública. Ministerio de Sanidad y Consumo. Mayo de 2001. 2 Les téléphones mobiles, leurs stations de base et la santé. Rapport au Directeur Général de la Santé. 2001. 3 Steward, W.: Mobile phones and Health. Independent Expert Group on Mobile Phones. 2000.

tizar la protección sanitaria de los ciudadanos. En experimentos de laboratorio se han detectado respuestas biológicas que, sin embargo, no son indicativas de efectos nocivos para la salud. No se ha identificado, hasta el momento, ningún mecanismo biológico que muestre una posible relación causal entre la exposición a campos electromagnéticos y el riesgo de padecer alguna enfermedad. Con todo, está previsto que en 2012 se realice la transposición de la Directiva 2004/40/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la protección de los trabajadores contra los riesgos derivados de la exposición a campos magnéticos (Tabla 1, página 50). Una normativa prevista inicialmente para 2008, pero que se ha visto retrasada por la controversia en los resultados de nuevos estudios y la imposibilidad de su cumplimiento en esa fecha por parte de la mayoría de Estado miembros. A los valores de potencia de emisión actuales, a las distancias calculadas en función de los criterios de la Recomendación, y sobre las bases de la evidencia científica disponible, las antenas de telefonía y los terminales móviles no representan un peligro para la salud pública. En cumplimiento del principio de precaución, y a pesar de la ausencia de indicios de efectos nocivos para la salud, conviene fomentar el control sanitario y la vigilancia epidemiológica con el fin de hacer un seguimiento a medio y largo plazo de las exposiciones a campos electromagnéticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) planteó hace años la necesidad de ampliar la investigación científica sobre la materia. Con este objetivo, en el año 1996 puso en marcha el denominado Proyecto Internacional sobre Campos Electromagnéticos6, con el fin de evaluar los efectos sanitarios y ambientales de la exposición a campos eléctricos y magnéticos estáticos y variables con el tiempo, en la gama de frecuencias de 0-300GHz: > Efectos térmicos. Aunque no son capaces de provocar ionización, las radiaciones no ionizantes

4 Más información en www.msps.es. 5 Recomendación 1999/519/CE del Consejo, de 12 de julio de 1999, relativa a la exposición del público en general a campos electromagnéticos (0 Hz a 300 GHz). DOCE L 199/62, de 30 julio 1999.

6 Este proyecto pretende propiciar la creación de normas internacionales válidas en relación con la exposición a los campos electromagnéticos.

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Valores límite de exposición (Directiva 2004/40/CE) Gama de frecuencias

SAR medio Densidad SAR de cuerpo localizado de corriente entero para cabeza (cabeza y (W/kg) y tronco. tronco) J (mA/m2) (rms) (W/kg)

SAR Densidad localizado de potencia (extremida- S (W/m2) des) (W/kg)

Hasta 1 Hz

40

-

-

-

-

1-4 Hz

40/f

-

-

-

-

4-1000 Hz

10

-

-

-

-

1000Hz-100 kHz

f/100

-

-

-

-

100 kHz-10 MHz

f/100

0,4

10

20

--

10 MHz-10 GHz

-

0,4

10

20

-

10-300 GHz

-

-

-

-

50

mA/m2: miliamperios por metro cuadrado; W/kg: vatios por kilogramo; W/m2: vatio por metro cuadrado; Hz: hercio; kHz: kilohercio; MHz: megahercio; GHz: gigahercio.

pueden inducir alteraciones en los sistemas biológicos. En general, los efectos nocivos comprobados bajo exposición a radiofrecuencias están relacionados con la capacidad que poseen de inducir corrientes eléctricas en los tejidos expuestos, lo que conduce a una elevación de la temperatura interna del sistema. Si el aumento de la temperatura corporal inducido por la exposición a la radiación es menor de 1º C, la sangre circulante es capaz, en general, de disipar el exceso moderado de calor. Sin embargo, en ciertas estructuras poco vascularizadas, este incremento puede no ser equilibrado por el sistema con facilidad, y ocasionar daños. Para evitar estos efectos, diversas comisiones de expertos han establecido límites de seguridad para la exposición del público a estas emisiones, basados en la evidencia experimental disponible. Entre los más difundidos figuran los del Institute of Electrical and Electronics Engineers and American National Standards Institute (IEEE/ANSI) y los de la International Commission on Non Ionizing Radiation Protection (ICNIRP). Asimismo, la Comisión Europea ha redactado la Recomendación 1999/519/CE del Consejo, de 12 de julio de 1999, que adopta los criterios y límites fijados por la ICNIRP. Estos baremos de exposición han sido incorporados además al ordenamiento jurídico español mediante el RD 1066/20017, de 28 de septiembre.

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> Efectos no térmicos con posible incidencia para la salud. La alarma actual se centra en los posibles efectos para la salud, no térmicos, puestos de manifiesto en algunos estudios epidemiológicos, así como trabajos experimentales in vivo (sobre organismos completos) e in vitro (sobre cultivos de células), que sugieren la posible existencia, a largo plazo, de otros efectos de las radiofrecuencias (cancerígenos, genotóxicos, etc.). Al respecto, es necesario señalar que la evidencia epidemiológica no establece, con datos consistentes y reproducibles, la existencia de una clara relación entre exposición a radiofrecuencias y el riesgo incrementado de cáncer, y que los resultados son dispares e, incluso, contradictorios. Varios de estos estudios, han sido criticados debido a posibles deficiencias metodológicas. En cuanto a los trabajos experimentales, algunos análisis han puesto de manifiesto posibles efectos cancerígenos o genotóxicos, pero ninguno ha podido ser replicado. En la mayoría de ellos, se

7 RD 1066/2001, de 28 de septiembre, por el que se aprueba el reglamento que establece condiciones de protección del dominio público radioeléctrico, restricciones a las emisiones radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a emisiones radioeléctricas. BOE nº 234, de 29 de septiembre de 2001.

han utilizado intensidades de exposición muy por encima de los límites de seguridad antes señalados. En general, las valoraciones realizadas por la comunidad científica del conjunto de estudios y de los resultados obtenidos hasta el momento, coinciden en señalar que no existe suficiente evidencia para deducir que los campos electromagnéticos producen efectos negativos sobre la salud a largo plazo, dentro de los límites de seguridad establecidos por la ICNIRP. Por ello, no pueden establecerse límites de exposición crónica a la luz del conocimiento científico.

Los campos electromagnéticos y la salud pública Todos los ciudadanos están expuestos a una compleja diversidad de campos electromagnéticos (CEM) de diferentes frecuencias, omnipresentes en el medio ambiente. La exposición a estas frecuencias es cada vez mayor, a medida que la tecnología continúa avanzando y que se crean nuevas aplicaciones. La Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (CIPRNI) ha publicado directrices sobre posibles límites de exposición para todos los tipos de CEM. Estas normas ofrecen una protección adecuada sobre los efectos sanitarios ya conocidos, y de los que pueden producirse al tocar objetos cargados en un campo eléctrico externo. Los límites de exposición a campos CEM recomendados en numerosos países son más o menos similares a los de la CIPRNI, que es una organización no gubernamental oficialmente reconocida por la OMS, y que participa plenamente en el Proyecto Internacional CEM. Este organismo reexaminará sus directrices una vez que este programa haya realizado nuevas evaluaciones de los riesgos para la salud. Aunque nadie pone en duda los enormes beneficios que la energía eléctrica aporta a la vida cotidiana y a los servicios sanitarios, en los últimos veinte años ha aumentado la preocupación del público ante la posibilidad de que la exposición a campos eléctricos y magnéticos de frecuencias extremadamente bajas (ELF) tenga algún efecto nocivo para la salud. Este tipo de campos está asociado principalmente a la transmisión y uso de energía eléctrica a las frecuencias de 50/60 Hz. La OMS está examinando los aspectos sanitarios de esta situación en el marco de su Proyecto Internacional sobre los Campos Electromagnéticos. Es necesario determinar claramente las posibles

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consecuencias sanitarias y, si se considera procedente, habrá que adoptar las medidas paliativas apropiadas. Los resultados de las investigaciones actuales son frecuentemente contradictorios. Ello aumenta la preocupación y la confusión en general, y el público desconfía de que pueda llegarse a conclusiones justificadas en lo que respecta a su seguridad. Los campos electromagnéticos son una combinación de ondas eléctricas (E) y magnéticas (H) que se desplazan simultáneamente. Se propagan a la velocidad de la luz, y están caracterizados por una frecuencia y una longitud de onda. La frecuencia es, simplemente, el número de oscilaciones de la onda por unidad de tiempo, medido en múltiplos de un hertzio (1 Hz = 1 ciclo por segundo), y la longitud de onda es la distancia recorrida por la onda en una oscilación (o ciclo). Los campos ELF son los de frecuencias superiores a 300 Hz. A este nivel de frecuencia tan bajo, las longitudes de onda en el aire son muy largas (6.000 km a 50 Hz, y 5000 km a 60 Hz) y, en la práctica, los campos eléctricos y magnéticos actúan independientemente y se miden por separado. Estos campos se producen por la presencia de cargas eléctricas, y determinan, a su vez, el movimiento de otras cargas situadas dentro de su alcance. Su intensidad se mide en voltios por metro (V/m) o en kilovoltios por metro (kV/m). Cuando un objeto acumula carga eléctrica, ésta hace que otras cargas de su mismo signo o de signo opuesto experimenten una repulsión o una atracción, respectivamente. La intensidad de estas fuerzas se denomina tensión eléctrica o voltaje, y se mide en voltios (V). Todo aparato conectado a una red eléctrica, aunque no esté encendido, está sometido a un campo eléctrico que es proporcional a la tensión de la fuente a la que está conectado. Los campos eléctricos son más intensos cuanto más cerca están del aparato, y se debilitan con la distancia. Además, algunos materiales comunes, como la madera o el metal, apantallan sus efectos. Por su parte, los campos magnéticos se producen, en particular, cuando hay cargas eléctricas en movimiento, es decir, corrientes eléctricas, y determinan el movimiento de las cargas. Su intensidad se mide en amperios por metro (A/m), aunque suele expresarse en función de la inducción magnética que produce, medida en teslas (T), militeslas (mT) o microteslas (µT). En algunos países, se utiliza normalmente otra unidad

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Los científicos coinciden en señalar que no existe suficiente evidencia para deducir que los campos electromagnéticos producen efectos negativos sobre la salud a largo plazo

denominada gauss (G) (10.000 G = 1 T, 1 G = 100 µT, 1 mT = 10 G, 1 µT = 10 mG). Todo aparato conectado a una red eléctrica generará en torno suyo, si está encendido y circula la corriente, un campo magnético proporcional a la cantidad de corriente que obtiene de la fuente que lo alimenta. La intensidad de estos campos es tanto mayor cuanto más cerca se está del aparato, y disminuye con la distancia. Los materiales más corrientes no son, en general, un obstáculo para los campos magnéticos, que los atraviesan fácilmente. A las frecuencias de 50/60 Hz, los campos eléctricos y magnéticos de origen natural tienen intensidades muy bajas, del orden de 0,0001 V/m y 0,00001 µT, respectivamente. La exposición de las personas a los campos ELF proviene, en su mayor parte, de la generación, transmisión y utilización de la energía eléctrica. Se indican a continuación las procedencias de los campos ELF y los valores máximos que pueden llegar a alcanzar en los núcleos de población, en el hogar y en el lugar de trabajo: > Núcleos de población. La energía eléctrica se distribuye desde las estaciones generadoras hasta los núcleos urbanos mediante líneas de transmisión de alto voltaje. Para dar conexión a las líneas de distribución de las viviendas, el voltaje se ha de reducir mediante transformadores. Bajo las líneas de transmisión del tendido aéreo, los campos eléctricos y magnéticos pueden llegar a alcanzar los 12 kV/m y los 30 µT, respectivamente. En las inmediaciones de las estaciones y subestaciones generadoras, estos valores pueden llegar a ser de 16 kV/m y 270 µT. > Viviendas. En el hogar, la intensidad de los campos eléctricos y magnéticos dependerá de diversos factores, como la distancia a que se encuentren las líneas de suministro de la zona, el número y tipo de aparatos eléctricos que se utilicen, o la configuración y situación de los cables eléctricos en la vivienda. En la mayoría de los electrodomésticos utilizados, los campos eléctricos no suelen ser mayores de 500 V/m, en tanto que los campos magnéticos no sobrepasan, por lo general, los 150 µT. En ambos casos, estos niveles pueden ser bastante mayores a muy corta distancia, pero disminuyen rápidamente al alejarse. > Lugar de trabajo. Todos los equipos y cables eléctricos utilizados en las instalaciones industriales generan campos eléctricos y magnéticos. Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 51

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La protección frente a campos electromagnéticos muy intensos en los lugares de trabajo se limita a la restricción de acceso del personal, mediante señales de advertencia y vallas que delimitan el área de riesgo, única solución viable para preservar la salud de trabajadores.

Los técnicos que mantienen las líneas de transmisión y de distribución pueden estar expuestos a campos eléctricos y magnéticos muy intensos. En las estaciones y subestaciones generadoras pueden existir campos eléctricos superiores a 25 kV/m y campos magnéticos superiores a 2 mT. Los soldadores pueden estar expuestos a campos magnéticos de hasta 130 mT. Cerca de los hornos por inducción y de las baterías electrolíticas de uso industrial, los campos magnéticos pueden superar los 50 mT. En las oficinas, los trabajadores están expuestos a campos mucho menores cuando utilizan aparatos del tipo de las fotocopiadoras o los monitores de vídeo.

Estudios no concluyentes En la práctica, la única manera en que los campos ELF pueden interactuar con los tejidos vivos es induciendo en ellos campos y corrientes eléctricas. Sin embargo, a los niveles que son habituales en el medio ambiente, la magnitud de estas corrientes es inferior a la de las corrientes que producen espontáneamente el organismo humano. En cualquiera de los casos, numerosos han

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sido hasta el momento los estudios internacionales que han analizado las posibles consecuencias sobre la salud de los ELF: > Campos eléctricos. Los estudios sobre los campos eléctricos sugieren que, si exceptuamos la estimulación causada por las cargas eléctricas inducidas en la superficie del cuerpo humano, la exposición a campos no superiores a 20 kV/m produce unos efectos escasos e inocuos. No está demostrado que los campos eléctricos tengan efecto alguno sobre la reproducción o el desarrollo de los animales a intensidades superiores a los 100 kV/m. > Campos magnéticos. Existen escasas pruebas experimentales confirmadas de que los campos magnéticos ELF afecten a la fisiología y el comportamiento humanos a las intensidades habituales en el hogar o en el medio ambiente. En voluntarios sometidos durante varias horas a campos ELF de hasta 5 mT, los efectos de esta exposición fueron escasos tras realizar diversas pruebas clínicas y fisiológicas de hematología, electrocardiografía, ritmo cardíaco, presión arterial o temperatura del cuerpo.

> Melatonina. Algunos investigadores han comunicado que la exposición a campos ELF puede suprimir la secreción de melatonina, que es una hormona vinculada a los ritmos de actividad diurna-nocturna. Se ha indicado que la melatonina podría proteger contra el cáncer de mama, de modo que su supresión podría contribuir a una mayor incidencia de esta enfermedad por causa de otros agentes. Aunque hay indicios de que la melatonina resulta afectada en animales de laboratorio, los estudios realizados con voluntarios no han confirmado esas alteraciones en las personas. > Cáncer. No existen pruebas convincentes de que la exposición a los campos ELF cause directamente daños en las moléculas de los seres vivos, y en particular en su ADN. Es, por tanto, bastante improbable que pueda desencadenar un proceso de carcinogénesis. Sin embargo, se están realizando estudios para determinar si la exposición a esos campos puede influir en la estimulación o coestimulación del cáncer. Recientes análisis realizados en animales no han demostrado que la exposición a campos ELF influya en la incidencia de cáncer.

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El National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS) de Estados Unidos ha llevado a término su programa quinquenal Rapid. En el marco de este proyecto se reprodujeron y ampliaron diversos estudios que habían dado cuenta de efectos posiblemente nocivos para la salud, y se realizaron nuevos estudios para determinar si realmente la exposición a los campos ELF afectaba en algún aspecto a la salud. En junio de 1998, el NIEHS constituyó un grupo de trabajo para examinar los resultados de las investigaciones. Basándose en criterios establecidos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), el cuadro internacional de expertos concluyó que los campos ELF debían considerarse como un “posible carcinógeno humano”. Ésta es la denominación más leve de las tres que utiliza el CIIC (“posiblemente carcinógeno para las personas”, “probablemente carcinógeno para las personas” y “carcinógeno para las personas”) para clasificar la evidencia científica de una posible carcinogenicidad. Aunque el CIIC utiliza otros dos términos para estas clasificaciones: (“no clasificable” y “probablemente no carcinógeno para las personas”), el grupo de trabajo del NIEHS consideró que había datos suficientes para descartar estas categorías. Se clasifica como “posible carcinógeno humano” a aquellos agentes cuya carcinogenicidad está escasamente probada en las personas e insuficientemente probada en experimentos con animales. Por tanto, esta clasificación valora la solidez de las pruebas científicas, y no el grado de carcinogenicidad o el riesgo de cáncer vinculado al agente. Así pues, la denominación “posible carcinógeno humano” significa que hay escasas pruebas fiables de que la exposición a campos ELF pueda ser causa de cáncer. Aunque los datos que se disponen no permiten descartar que este tipo de exposición produzca cáncer, serán necesarias investigaciones más especializadas y de alto nivel para dilucidar esta cuestión. La decisión del grupo de trabajo del NIEHS se fundamentaba en la aparente concordancia de ciertos estudios epidemiológicos, según los cuales en las viviendas cercanas a las líneas eléctricas parecía existir un mayor riesgo de leucemia infantil. Esta relación se desprendía de algunos informes que vinculaban la incidencia de la leucemia infantil a la proximidad de líneas eléctricas y a la presencia de campos magnéticos medidos durante 24 horas en viviendas. Además, el grupo

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de trabajo concluyó también que había escasa evidencia de que la exposición en el lugar de trabajo estuviera asociada a un aumento de la leucemia linfocítica crónica. > Leucemia. En 1979, los doctores Nancy Wertheimer y Ed Leeper comunicaron una vinculación entre la leucemia infantil y ciertas particularidades relativas a los cables que conectaban sus viviendas a la línea de distribución eléctrica8. Desde entonces, se han realizado numerosos estudios para profundizar en este importante resultado. El análisis realizado en 1996 por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos indicaba que la circunstancia de habitar cerca de una línea eléctrica pudiera estar asociada a un alto riesgo de leucemia infantil (riesgo relativo: RR = 1’5), aunque no de otros cánceres. No se apreció en esos estudios ninguna relación semejante entre el cáncer y la exposición de los adultos en sus domicilios. Muchos de los exámenes publicados en los últimos diez años sobre la exposición a campos ELF en el lugar de trabajo carecen de solidez en varios aspectos. Por una parte, parecen indicar un ligero aumento del riesgo de leucemia en los trabajadores de empresas eléctricas. Sin embargo, en muchos de ellos no se ha tenido en cuenta la influencia de otros factores, como la posible exposición a sustancias químicas en el entorno de trabajo. No se apreció una correlación satisfactoria entre el riesgo de cáncer en los sujetos estudiados y el valor estimado de su exposición a campos ELF. Por consiguiente, no se ha confirmado la existencia de una relación de causa-efecto entre la exposición a campos ELF y el cáncer.

Medidas de protección Los objetos conductores de gran tamaño (por ejemplo, cercas metálicas, vallas o estructuras metálicas similares) instalados con carácter permanente junto a líneas de transmisión eléctrica de alta tensión deberían estar provistos de una toma de tierra. En caso contrario, la línea eléc-

8 Wertheimer, N.; y Leeper, E.: “Electrical wiring configurations and childhood cancer”. American Journal of Epidemiology, nº 109, págs. 283-284. 1979.

trica puede llegar a cargarlos con un voltaje suficiente para que una persona que se acerque a ellos o los toque reciba una descarga imprevista y desagradable. Esa misma situación se puede producir al palpar un automóvil o un autobús estacionado debajo de una línea eléctrica de alta tensión o cercano a ella. > Para la población. Dado que, hoy por hoy, la información científica es sólo vagamente concluyente y no establece que la exposición a campos ELF a los niveles habituales en nuestro medio puedan causar efectos perjudiciales para la salud, no son necesarias medidas de protección específicas para el conjunto de la población. En los lugares donde haya fuentes de exposición a campos ELF, el acceso del público se restringirá mediante cercas o vallas, de modo que no serán necesarias medidas de protección adicionales. Sí se ha comprobado que los campos CEM intensos son causa de interferencia electromagnética (IEM) en los marcapasos y otros aparatos electromédicos implantados. Las personas que utilizan estos dispositivos deberían consultar a su médico para determinar en qué medida son susceptibles a esos efectos. La OMS insta a los fabricantes a que sus aparatos tengan una susceptibilidad mucho menor a la IEM. > Para los trabajadores. Frente a los campos eléctricos de 50/60 Hz puede conseguirse protección con relativa facilidad interponiendo materiales aislantes. Esta medida solamente es necesaria para quienes trabajan en lugares en que los campos son muy intensos. En este tipo de campos, lo más habitual es que el acceso del personal esté restringido. No existe ninguna solución práctica y económica para protegerse de los campos magnéticos ELF. Cuando éstos son muy intensos, el único método de protección viable consiste en limitar la presencia del personal. En las oficinas, los trabajadores podrían percibir desplazamientos de la imagen en la pantalla conectada a su ordenador. Si los campos magnéticos ELF son en esos lugares superiores a aproximadamente 1 µT (10 mG), pueden llegar a interferir en los electrones que producen la imagen en la pantalla. Una solución simple a este problema consiste en trasladar la computadora a otro lugar de la habitación en que los campos magnéticos sean inferiores a ese valor. Suele existir este tipo de campos junto a los cables que suministran Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 53

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actuales, están hechas para proteger a todos los ciudadanos.

Los campos EFL producidos por los aparatos electrónicos de las oficinas suelen estar muy por debajo de los niveles preocupantes para la salud.

energía eléctrica a los edificios de oficinas o de apartamentos, o cerca de los transformadores utilizados para el suministro eléctrico de los edificios. La intensidad de los campos producidos por estas fuentes suele estar muy por debajo de los niveles preocupantes para la salud. Además, los transformadores eléctricos o líneas eléctricas de alta tensión que crean corona9 emiten también un zumbido audible. Aunque este ruido puede ser molesto, no tiene ninguna consecuencia para la salud por lo que respecta a los CEM. Algunos aparatos, como las fotocopiadoras u otros que funcionan con alta tensión, pueden

9 El efecto corona consiste en la emisión de descargas eléctricas a través del aire, y se produce en las proximidades de las líneas de alta tensión. En las noches húmedas o en los días lluviosos resulta a veces visible, y puede producir ruido y ozono. Ninguno de estos efectos es suficientemente importante para afectar a la salud.

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producir ozono, que es un gas incoloro de olor acre. Al atravesar el aire, las descargas eléctricas convierten las moléculas de oxígeno en ozono. Aunque el olfato es bastante sensible a este gas, las concentraciones que se alcanzan junto a las fotocopiadoras y otros aparatos de ese tipo están a mucha distancia para resultar preocupantes en el ámbito sanitario. Uno de los objetivos del Proyecto Internacional CEM es ayudar a las autoridades nacionales a sopesar los beneficios de la tecnología CEM frente a sus inconvenientes, si finalmente se demostrara que perjudican a la salud, y a decidir las medidas de protección que pudieran ser necesarias. Pasarán aún algunos años hasta que la OMS concluya, evalúe y publique las investigaciones necesarias. Entre tanto, este organismo internacional recomienda: 

Observancia estricta de las normas de seguridad nacionales o internacionales existentes. Estas normas, basadas en los conocimientos



Medidas de protección simples. La instalación de cercas o vallas en torno a las fuentes de campos ELF intensos ayuda a evitar el acceso no autorizado en lugares en que podrían rebasarse los límites de exposición nacionales o internacionales.



Consultar a las autoridades locales y a la población antes de instalar nuevos tendidos eléctricos. Naturalmente, para suministrar electricidad a los consumidores hay que instalar líneas de alta tensión. Aunque no se considera que los campos ELF próximos a las líneas de transmisión y distribución sean peligrosos para la salud, frecuentemente es necesario tener en cuenta la estética y la sensibilidad del público antes de instalarlas. La actitud abierta y el diálogo entre la empresa suministradora y el público durante las etapas de planificación puede facilitar la comprensión de todos y una mejor aceptación de la nueva instalación.



Un sistema eficaz de información y de comunicación sobre la salud entre los científicos, los gobiernos, la industria y el público puede ayudar a concienciar a la población respecto de los programas que estudian la exposición a los campos ELF, y reducir la desconfianza y el temor.

Caso práctico: mediciones ELF en fuentes generadoras de campos electromagnéticos Mi colaboración con el grupo de investigación S2CN (Señales Sistemas Comunicaciones Navales) me ha aportado experiencia en el manejo de equipos y familiaridad con el método de medida de campos electromagnéticos. He participado en acciones realizadas en el laboratorio Compatibilidad Electromagnética (EMC) de la Universidad de Cádiz, a bordo de barcos y también en otras realizadas en cámara anecóica, en la empresa Promis. Me ha ayudado mucho la experiencia de mis compañeros en el método de medida y los procedimientos para la captura y adquisición de señales. He realizado medidas de campo en las distintas situaciones cotidianas, con aparatos de uso domésticos, encontrando todos los resultados

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Mediciones correspondientes a la prueba nº 1 Tiempo (s)

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Tiempo (s)

Valor (V/m)

+0 s +1 s +2 s +3 s +4 s +5 s +6 s +7 s +8 s +9 s +10 s

0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3

+39 s +40 s +41 s +42 s +43 s +44 s +45 s +46 s +47 s +48 s +49 s

19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19

+78 s +79 s +80 s +81 s +82 s +83 s +84 s +85 s +86 s +87 s +88 s

0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3

+117 s +118 s +119 s +120 s +121 s +122 s +123 s +124 s +125 s +126 s +127 s

18,9 18,9 18,9 19 19 10,7 8,6 0,3 0,3 0,3 0,3

+156 s +157 s +158 s +159 s +160 s +161 s +162 s +163 s +164 s +165 s +166 s

19 19 19 18,9 18,9 18,9 18,9 18,8 18,8 18,9 18,9

Tiempo (s)

Valor (mT)

Tiempo (s)

Valor (mT)

Tiempo (s)

Valor (mT)

Tiempo (s)

Valor (mT)

Tiempo (s)

Valor (mT)

+0 s +1 s +2 s +3 s +4 s +5 s +6 s +7 s +8 s +9 s +10 s

0,31 0,02 0,03 0,03 0,03 0,03 0,04 0,04 0,04 0,04 0,03

+39 s +40 s +41 s +42 s +43 s +44 s +45 s +46 s +47 s +48 s +49 s

0,04 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03 0,03

+78 s +79 s +80 s +81 s +82 s +83 s +84 s +85 s +86 s +87 s +88 s

0,03 0,03 0,03 0,05 0,05 0,05 0,04 0,03 0,03 0,03 0,03

+117 s +118 s +119 s +120 s +121 s +122 s +123 s +124 s +125 s +126 s +127 s

0,04 0,04 0,04 0,04 0,04 0,03 0,03 0,04 0,04 0,03 0,03

+156 s +157 s +158 s +159 s +160 s +161 s +162 s +163 s +164 s +165 s +166 s

0,04 0,04 0,04 0,04 0,03 0,03 0,04 0,03 0,03 0,03 0,03

S: segundos; mT: microteslas; V/m: voltios por metro.

por debajo de los VLA (valores límites de exposición ambiental). El desarrollo y aplicación de las tecnologías relacionadas con la generación y radiación de campos electromagnéticos da como resultado uno de los fenómenos conocidos como el de la compatibilidad electromagnética (EMC). Significa esto que no solo los equipos receptores en las proximidades de los campos electromagnéticos generados son afectados por dichos campos, sino que también el propio generador –dependiendo de su inmunidad– es afectado igualmente. Pretendo comprobar, por aproximación, el comportamiento de los campos eléctrico y magnético generados por el sujeto objeto de medición. En una de las pruebas realizadas, he utilizado como material de medición una sonda de campo eléctrico y magnético EHP-50A, una sonda de campos EH 5H, un medidor de campos electromagnéticos en banda ancha PMM 8053 y un

Nº 66 • Diciembre de 2009

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medidor de campos electromagnéticos en banda ancha PMM 8053A. Los objetos que se han medido han sido un vídeo, un exprimidor de zumo y un secador de pelo. Los resultados obtenidos, están representados en la Tabla 2.

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Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 55

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