Reconsiderando el Diezmo Primera Parte Por Douglas Weaver

Reconsiderando el Diezmo Primera Parte Por Douglas Weaver _______________________________________ En los modernos círculos cristianos, la práctica de

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Reconsiderando el Diezmo Primera Parte

Por Douglas Weaver _______________________________________ En los modernos círculos cristianos, la práctica del diezmo ha sido, para todas las intenciones y propósitos, una prueba de tornasol para el compromiso del creyente , tanto para Dios como para la iglesia local. Efectivamente, para algunas congregaciones uno no tiene permiso para “ministrar” si no es un diezmador consistente. Y como recientemente decía el cartel de anuncios de una iglesia: “Diezme si usted ama a Jesús, cualquiera puede tocar la bocina1”. Lo admito, éste es uno de los anuncios más descarados que yo personalmente he visto, sin embargo es el pensamiento de una mentalidad que ha venido a ser inquilina del corazón de la fe tanto en iglesias independientes como en denominaciones fuertes: por decir, que el diezmo es una práctica ordenada por Dios que financia el reino de Dios, y facilita las bendiciones de Dios en la vida de uno. En este artículo intento examinar un aspecto de este idealismo que es, o evitado, o simplemente desconocido. Porque así como muchos han considerado este argumento como una práctica válida del Nuevo Pacto - un asunto que dejo a la discreción de cada individuo - pocos han considerado el propósito por el cual Dios inicialmente instituyó el diezmo. Irónicamente, el propósito del diezmo prueba ser más fascinante y entendible que los argumentos - a menudo ambiguos - que circulan sobre su validez. Así que empecemos con un minucioso examen de la institución del diezmo por el Señor en De uteronomio, y luego consideremos muchas posiciones modernas de la práctica a la luz de lo que descubramos. Primero es necesario que entendamos que el diezmo tomó dos formas diferentes, dependiendo del periodo de la historia de Israel que usted considere. Mientras estaban en el desierto, el Señor ordenó que todo el diezmo debía ir a los hijos de Leví en retorno a sus servicios en la tienda de reunión (Num. 18:11). Sin embargo, cuando Israel se asentó en Canaán, Dios redefinió la práctica de diezmar debido a que el estilo de vida del pueblo y su subsiguiente interacción con los sacerdotes y Le vitas, cambió marcadamente. Es ésta segunda forma de diezmar la que supuestamente modeló la práctica actual y debido a eso se convirtió en el asunto de nuestro inquirir. Encontramos su institución en Deuteronomio 14 inmediatamente antes de que Israel se preparara a cruzar el Jordán y a entrar en Canaán. Ahora le quiero advertir que la escritura que va a leer va a desafiar el entendimiento corriente de este popular modelo cristiano. Es una cita directa de la versión Nueva Biblia Estándar2 y solo el énfasis de ciertas palabras ha sido agregado. El pasaje es Dt. 14:22-26: 22 “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. 23 Y come rás delante del Señor tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer al Señor tu Dios todos los días. 24 Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que el Señor tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando el Señor tu Dios te bendijere, 25 entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que el Señor tu Dios escogiere;

1

Término despectivo indicando que cualquiera puede hablar o decir cualquier cosa. (Nota del Traductor). En este caso citamos la versión en español Reina Valera 1960 cuya traducción en español es fiel a la versión usada por el autor. (N. del T.). 2

26 y darás el dinero [gastarás] por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante del Señor tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.” Antes de continuar usted querrá leer de nuevo este pasaje. De hecho, usted querrá leerlo de su propia Biblia solo para verificar que lo he mencionado correctamente. Cuando esté suficientemente satisfecho que realmente dice así, le aliento a que continuemos. En el versículo 22 está claro que el Señor está ordenando a Israel a diezmar diciendo: “Indefectiblemente diezmarás…” Sin embargo, en los próximos tres versículos él articula claramente la intención de su propósito para el diezmo; y aún una lectura superficial revela un conflicto con el modelo actual del diezmo. Tan llamativo es el contraste que un estudiante honesto de la Palabra se debe hacer las siguientes preguntas: ¿Quién dice el Señor que debe comer el diezmo? ¿Y quien tiene el control sobre el uso del diezmo? Sin dudar la respuesta es: el diezmador. “…para que aprendas a temer al Señor tu Dios todos los días”. De hecho el Señor incluso manda al diezmador a convertir su diezmo en dinero y acto seguido “¡darás el dinero [gastarás] por todo lo que deseas!” ¡Cómo puede ser esto! ¿No hemos sido enseñados que el diezmo pertenece al alfolí (depósito) para que haya alimento en la casa de Dios? ¿No hemos sido enseñados también que seremos malditos si comemos nuestro diezmo? ¿Y no hemos sido enseñados que debemos aprender a confiar, o temer, al Señor por dar nuestro diezmo, y no consumirlo nosotros mismos? Y con todo el Señor mismo ordenó que el diezmo fuera comido por el diezmador, y que haciendo esto ellos aprenderían a temer al Señor. ¡El aún fue más allá al punto de permitir la compra de bebidas alcohólicas con el dinero del diezmo para ser expresamente consumido por el diezmador! PAUSA Y REFLEXION ¿Qué hace usted con este pasaje a la luz de las enseñanzas cristianas modernas? ¿Es posible que el modelo actual sea defectuoso? Puede ser que la enseñanza actual esté llena de suficientes verdades como para sonar bíblica, pero que en realidad esté diseñada para traer a los creyentes de nuevo bajo la Ley. Más importante aun, ¿estaría usted en posición de reconsiderar este modelo y juzgar su validez por medio de la Palabra? Si es así, continúe leyendo. Empecemos por examinar todo el pasaje, porque parece estar en directa oposición al modelo actual del diezmo. En el versículo 22 está claro que el Señor ordena a Israel a pagar el diezmo diciendo: “Indefectiblemente diezmarás…” Sin embargo en los próximos tres versículos expresa su propósito para el diezmo. ¿Quién dice él que debe comer el diezmo? ¡Usted! Debe ser comido por el diezmador, “para que aprendas a temer al Señor tu Dios todos los días”. De hecho el Señor inclusive permite convertir su diezmo en dinero efectivo y consecuentemente “¡gastar el dinero en cualquier cosa que tú deseares!” EL SENTIR DEL SEÑOR CON RESPECTO AL DIEZMO Para entender verdaderamente el sentir del Señor concerniente al diezmo, debemos examinar sus instrucciones a Israel en la aplicación de esta práctica. Si usted lee el resto de Deuteronomio 14 usted verá que había realmente un ciclo de diezmos de tres años. Los primeros dos años debían ser usados como una fiesta de celebración por cada individuo en la familia y el tercer año el diezmo tenía que entregarse al Levita, que lo redistribuiría a los extranjeros, huérfanos, y viudas. Deuteronomio 26:12 clarifica más aun este punto diciendo: “Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo , darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.”

Entonces hay un aspecto distributivo del diezmo, y el cómo hacer esto está bien claro: por dos años el diezmo es suyo para consumir y el tercer año se debe dar a alguien para redistribuir el diezmo a los extranjeros, huérfanos y viudas. Para aclarar aún más el asunto, el Señor indica que en dos años debe ser usado para una fiesta de celebración o, uno encima puede decir, vacaciones. Porque, ¿acaso el Señor no permitió la conversión del diezmo en dinero y después permitió al diezmador a “gastar el dinero en cualquier cosa que desee”? Entonces el tercer año el diezmo va a asegurar que los depósitos estén llenos de manera que los extranjeros, huérfanos y viudas, sean correctame nte atendidos. Y debido a que cada familia va a estar en un ciclo diferente de cosecha, el efecto general es que esa fiesta, celebración, y dar, sea perpetuo en Israel. Efectivamente, se vuelve obvio que el Señor instituyó el diezmo como un método de asegurar que su pueblo pusiera aparte un tiempo al año para disfrutar de sus bendiciones, recordar su fidelidad y reconocer su amor por aquellos menos afortunados. Uno claramente puede ver lo hermoso y maravilloso de este sistema, y con todo cuan distorsionado y manipulador se ha vuelto. Hablando de eso, vamos a tornar nuestros pensamientos a la versión moderna de la cristiandad de esta práctica divinamente instituida empezando con el que se ha convertido en el pasaje fundamental para su defensa: Malaquías Capitulo 3. ¡EL ASUNTO DE MALAQUIAS! 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ve ntanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Mal. 3:8-10) ¿Es cierto que el Señor se está dirigiendo al mal manejo de diezmo en este pasaje? Si. ¿Y es cierto que él da una fuerte reprensión y habla de una maldición por sus errores? ¡Ciertamente! Sin embargo, la pregunta más importante es: ¿a quien está hablando? Para saber esto debemos ver en malaquías 2:1, que dice: “Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento”. Porque si bien Malaquías empieza dirigiéndose en general a Israel, desde este punto en adelante (2:1) y hasta el final, el libro de Malaquías se refiere a los hijos de Leví. Verá usted, eran ellos los que habían profanado a la nación por robar al Señor, porque ellos estaban gastando el diezmo en ellos mismos y no en los extranjeros, huérfanos, y viudas. Efectivamente, el tan familiar versículo 9 no está diciendo que toda la nación está robando a Dios, sino que los sacerdotes estaban robando, y no solo a Dios, ¡sino también a todo Israel! Porque debido a que no tuvieron cuidado de los extranjeros, huérfanos y viudas, trajeron maldición sobre toda la nación robándoles la bendición del Señor. Recuerde, solo al tercer año el diezmo iba al alfolí. Por eso, es solo esa porción del ciclo de los tres años a la cual se refiere el Señor, la porción sobre las cuales los sacerdotes tenían responsabilidad. ¡Es irónico que el pasaje de la escritura que tan ampliamente usan para validad e imponer la practica del diezmo, realmente habla contra aquellos que lo recogen! ¿Y QUE DE ABRAHAM? Está también el asunto de Abraham, el padre de la fe, de quien se dice que ha instituido el concepto de diezmar al dar 10% del botín a Melquisedec, con la prueba del texto del Nuevo Testamento sobre el asunto y que se encuentra en Hebreos capítulo 7. ¿Pero cuál realmente es el punto de este pasaje? ¿Realmente está diciendo que, ya que Abraham pagó los diezmos nosotros también debemos hacerlo? Recuerde, el escritor de Hebreos está argumentado a favor de un nuevo pacto y sacerdocio que deja de lado el viejo pacto. ¿Tendría sentido entonces reforzar las prácticas del viejo pacto cuando el propósito era afianzar y substanciar el reemplazo de los viejo con lo

nuevo? Efectivamente, una lectura superficial apoyará el hecho que el escritor está efectivamente invalidando el viejo pacto, con sus prácticas asociadas, demostrando que Abraham, actuando como representante de todos los que creen, ha diezmado de una vez y para siempre a Leví, ¡aún por usted y por mí! Desafortunadamente, de alguna manera la naturaleza ambigua del pasaje en hebreos, da lugar a debates y especulación. Y ya que la mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que Abraham no diezmó intencionalmente ya que la ley vendría 500 años después, simplemente no hay más información para establecer de todos modos una doctrina. Los registros históricos indican que la práctica del compartir un porcentaje del botín con propósitos espirituales era una costumbre en la cultura Sumeria; una cultura en la cual Abram estaba sumergida. Con todo, no hay forma de montar un argumento final. Lo que sabemos está claramente articulado en Deuteronomio cuando Dios instituyó la práctica a través de todo Israel. Más allá de eso, simplemente estamos ejerciendo nuestra opinión. CONCLUSION “Entonces hermano” se estará usted preguntado, “¿Cuál es la voluntad de Dios concerniente a los diezmos y ofrendas?” Una excelente pregunta, con una simple respuesta. Recuerde, el diezmo fue un mandato impuesto sobre un pueblo que no tenía el Espíritu de Dios morando en ellos. Ellos necesitaban una Ley escrita en piedras, porque sus corazones, aun no transformados, eran incapaces de tener la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús escrito en ellos. Nosotros, habiendo sido poseídos por el Espíritu de Cristo, no tenemos necesidad de la Ley. Más bien, caminamos en Su vida y damos tan liberalmente como deseamos. Como nuestro querido hermano Pablo dijo: Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Cor. 9:7) ¿Estoy diciendo que diezmar no es un principio del Nuevo Testamento? ¡Absolutamente! Sin embargo, aunque lo fuese, el modelo del cristianismo moderno con respecto a su propósito y práctica todavía estaría grandemente errado. Poniéndolo de forma muy simple, el diezmo siempre fue para el pueblo: sea diezmador para el extranjero, el huérfano, y la viuda. ¿Entonces qué ha revelado Dios en cuanto a su naturaleza e intención en este asunto? Primero, que debemos sentirnos libres de gozar las bendiciones del Señor y celebrarlo a El de acuerdo a nuestra abundancia. Segundo, que no debe haber pobre o necesitado entre nosotros porque el Señor nos ha bendecido para que podamos ser bendición. Recuerde, la Ley fue crucificada en Cristo Jesús, y él ha venido a ser la ley para todos aquellos que creen. Por eso no estamos ya más sujetos o dirigidos por una serie de reglas, sino por su Espíritu. Y debido a que el Espíritu de Cristo mora en nosotros, no necesitamos más una ley terrenal que dirija nuestra generosidad. Más bien, hablamos por su Espíritu, dando conforme a como él provee y dirige, y así cumpliendo la ley, no por nuestra adherencia a ella, sino por vivirla. Amado, hay mucho más para considerar con respecto a este asunto pero este es un buen punto para detenerse, estudiar, orar y meditar. -----

Reconsiderando el Diezmo Segunda Parte

Por Douglas Weaver _______________________________________ En la primera parte de esta serie, dimos una buena mirada a la actual práctica del Viejo Testamento de diezmar y cómo eso se relaciona con el modelo del Cristianismo moderno. Ahora consideraremos la historia del diezmo desde la resurrección, centrando nuestra atención en por qué y cómo esta práctica se ha vuelto tan predominante. Para hacer eso debemos ir bien atrás hasta el tercer siglo después de Cristo cuando un hombre llamado Constantino asumió el poder en Roma, y siguió un camino de poder, corrupción, codicia, y manipulación que continuó plagando al pueblo de Dios hasta el Siglo Veintiuno (este siglo). Pero antes de eso, veamos lo que algunas fuentes de estudiosos han concluido con respecto a la práctica de diezmar y la iglesia primitiva, siendo estos solo un grupo de los muchos que hay disponibles: •

“Es admitido universalmente que el pago de diezmos o el décimo de las posesiones, para asuntos sagrados, no tenía lugar dentro de la Iglesia Cristiana durante la época cubierta por los apóstoles y sus sucesores inmediatos”. (Diccionario Hastings de la Iglesia Apostólica)*



“La Iglesia Cristiana dependía al comienzo de ofrendas voluntarias de sus miembros”. (Enciclopedia Británica)*



“La liberalidad de los cristianos entonces excedía completamente cualquier cosa que pudiera recogerse por medio de diezmos”. (H.. W. Clarke, Una Historia de los Diezmos, p.4)*



“El Nuevo Testamento en ningún lado explícitamente requiere los diezmos para mantener un ministro o un lugar de asamblea”. (Bruce M. Metzger y Michael D. Coogan, Adjunto Oxford a la Biblia)**



“El silencio de los autores del Nuevo Testamento, particularmente Pablo, con respecto a la presente validez del diezmo puede ser explicado solo sobre la base de que la dispensación de la gracia no tiene más lugar para una ley del diezmo de lo que tiene para la ley de la circuncisión”. (Diccionario Baker, 1960 p.80-191 [Peabody: Hendrickson, 1999] “diezmo”)**



“¡Históricamente, usted no puede encontrar ningún cristiano diezmando hasta el Siglo VIII! Esto es un hecho histórico. Los cristianos en el primer siglo no diezmaban. Los cristianos en el segundo siglo no diezmaban, Los cristianos en el tercer siglo no diezmaban. No fue sino hasta que pasaron 700 años que el diezmo se convirtió en una institución cristiana. Pero eso no es todo”. “Hermanos, no fue sino hasta el siglo cuarto - bajo el emperador romano Constantino quien se convirtió al Cristianismo e hizo un Estado cristiano del imperio - que la iglesia tuvo que pagar al clero, Los líderes de la iglesia no recibían salario del pueblo de Dios hasta los días de Constantino. ¿Entiende usted? Los diezmos no se practicaban entre los cristianos sino hasta que pasaron ochocientos años. No fue parte de la práctica de la iglesia del primer siglo”. (Frank Viola, Conversación Directa con los Ancianos) * * (Extraído del artículo “¿Cómo damos a lo Eterno?” de Richard Tafoya y Norman S. Edwars) ** (Extraído del libro ¿Debe la Iglesia Enseñar a Diezmar?” por Russell Earl Nelly)

Fuentes escolásticas, ya sean teológicas o históricas, son unánimes en su opinión de que la iglesia primitiva no practicaba el diezmar. Sin mencionar que no hay referencia bíblica a, o un patrón de diezmo en la iglesia primitiva. Efectivamente, la palabra diezmo en cualquier forma solo aparece

cuatro veces en el Nuevo Testamento: Mat. 23:23, Lucas 11:42; 18:12, y Hebreos 7:8, todas las cuales tratan con asuntos pertenecientes al viejo pacto. ¿Entonces cómo el diezmar se ha convertido en un pilar de la Cristiandad cuando tanto doctrinal como históricamente, no tiene base legítima bajo el Nuevo Pacto? Bien, hay miles de razones, pero para este artículo nos concentraremos en el asunto más fundamental: la distinción entre clero y laicado. EL SACERDOCIO EQUIVOCADO Cuando Jesús resucitó de entre los muertos y nació el cuerpo de la iglesia , hubo un corto período de tiempo durante el cual el Espíritu de Cristo ejerció el liderazgo entre los creyentes. Hubo grandes milagros y el testimonio de Cristo era poderoso, como se evidencia por el increíble crecimiento del cuerpo durante este tiempo. Pero no mucho después, los hombres comenzaron a ubicarse y posicionarse ellos mismos como líderes dentro del cuerpo, lentamente usurpando el solitario señorío de Cristo, deseando, como Juan testifica de Diótrefes, “ocupar el primer lugar” entre los hermanos. Algunos de estos hombres importaron aspectos de la Ley, habiendo sido convertidos del judaísmo, el cual fue incorporado en la adoración de algunos grupos de creyentes. Esto es evidenciado por Pablo en su carta a los Gálatas, hablando de tales influencias y cuan detrimentes fueron ellas a la fe. Desafortunadamente, estos idealismos fueron integrados en la vida de los creyentes, y en un bre ve periodo de tiempo la clase sacerdotal del Viejo Pacto fue efectivamente transferida al pacto de gracia. Ahora bien, es cierto que tanto Pedro como Pablo reconocieron a ciertos individuos como ancianos y los comisionaron a velar por el rebaño. Sin embargo, este fue simplemente un reconocimiento de madurez y conmensurada responsabilidad, no la restitución del sistema Levítico. Comisionar a un grupo de individuos con la responsabilidad de cuidar de las necesidades de los santos es una cosa, dividir al cuerpo entre los “llamados” y “no-llamados” es totalmente otra. Porque cuando una clase sacerdotal es creada o estratificada entre Dios y su pueblo, ellos requieren un consistente flujo de dinero para sostener su trabajo. Ellos no pueden trabajar para mantenerse a sí mismos porque están “ocupados” con la obra de Dios. Ni mencionar su necesidad por un lugar [edificio] centralizado desde donde conducir sus servicios que tiene que ser comprado y mantenido. Entonces se vuelve la tarea de cada creyente mantener fielmente tanto el edificio y el sacerdocio para que pueda haber ministración. Suena un poco como un pacto que fue puesto aparte debido a uno nuevo y mejor, ¿verdad? Pero espere, me estoy adelantando. Vamos a volver a los primeros días, digamos alrededor del 300 dC, y miremos a los eventos que en última instancia institucionalizaron la religión del Cristianismo, legitimando la separación de clero y laicado, y consecuentemente grabando el diezmo como una práctica prescrita para los creyentes. LAS NUEVAS VESTIDURAS DEL EMPERADOR Habiendo sobrevivido las viciosas persecuciones de Diocleciano y Nerón, los seguidores de Jesús iban a enfrentar el ataque más devastador sobre la pureza de su mensaje y fe: la aceptación del Cristianismo por el Emperador Constantino. Constantino fue un adorador de ídolos paganos viviendo en una sociedad panteísta 1, así que su aceptación de Cristo en el panteón no era necesariamente un acto notable. Sin embargo, de todos los dioses del panteón, él eligió poner su lealtad en el Dios de los cristianos, por haber visto, supuestamente, una visión de la cruz de Cristo antes de entrar en una batalla de la cual salió victorioso. Y si bien la mayoría de los historiadores sugirieron que esta supuesta visión y su consecuente conversión fueron cuestionables y tenían más que ver con la superstición, las ramificaciones de su profesión de fe fueron profundas. Inmediatamente empezó a emplear tiempos y recursos considerables en la construcción de templos cristianos y estableció una jerarquía de liderazgo cristiano. Inicialmente la mayoría del financiamiento vino del imperio, pero al pasar el tiempo la carga financiera fue traspasada al pueblo en forma de impuesto espiritual, o diezmo, que estaba destinado a la profesión de piedad del individuo, y eventualmente, a su salvación. 1

Panteísmo: sistema que cree que el Unico Dios es la totalidad del universo.

Aun hasta hoy tal herejía todavía es lanzada como se puede ver en esta cita de Doctor en Medicina S. Reginald Michael (Director, Conferencia del Noreste de los Adventistas del Séptimo día) en una carta abierta a las iglesias, titulada “Diezmo y Salvación”. “Diezmar es un asunto de salvación, el cual si retenemos nos puede costar la vida eterna. Nuestra salvación está basada en ciertos principios, todos los cuales abarcan el retorno del diezmo”. Y de nuevo, en la misma carta… “¿Puede uno ser salvo si es que aun sabiendo, no retorna el diezmo al Señor? La respuesta es clara: No.” EL NUEVO CRISTIANISMO Ahora, es importante entender que la población en general es supersticiosa y afectada por la pobreza. Así que la riqueza y prestigio de la iglesia de por sí ya era intimidatoria. Y debido a que los sacerdotes tenían, como si fuesen, las llaves del cielo, el pueblo buscaba estar de su lado. Que mejor manera de acomodar esta simbiosis [asociación para sacar provecho de algo], que unir el estado celestial del pueblo con su conducta en la tierra en el asunto del dar. Esto satisfacía las necesidades de la gente de dar una ofrenda a Dios, y la necesidad de los sacerdotes de dinero para mantener funcionando al sistema. La mezcla de influencias de incrédulos y paganos, unida a la elasticidad de la filosofía judaica, llevó a la restitución de muchas prácticas del Viejo Testamento. Entres éstas, el diezmar fue de gran importancia debido a la cantidad de dinero que generaba para la nueva clase de clérigos. Y fue convenientemente impuesta debido a su lugar en la Ley. Recuerde, la mayoría de estos asíllamados “ministros” nunca realmente se volvieron creyentes en Cristo, y ellos veían al Cristianismo como un medio para ganar dinero. ` Con líderes de religiones y cultos paganos ahora profesando fe en Cristo, ocurrió una diabólica transformación. La fe antes pura de los creyentes, habiendo sido probada en los fuegos de la persecución, ahora estaba siendo infiltrada y corrompida por los ricos, poderosos, e idealistas líderes religiosos paganos. La distinción entre el pueblo, o laicos, y la clase sacerdotal, comúnmente conocidos como el clero, efectivamente llevó al pueblo de Dios de nuevo al sistema de la Ley. Efectivamente, para el siglo quinto el Cristianismo, para todas las inte nciones y propósitos, se había convertido en una religión paganizada. CONCLUSIONES ¿Qué decimos a estas cosas hermano? Simplemente que es el sistema de clérigos/laicos con su clase sacerdotal - o pastoral - lo que precipita la necesidad de un sistema de recolección monetaria. Quite esta clase mediadora y acto seguido el sistema mezquino de reclutar pagadores se vuelve innecesario. Más importante aun es la cantidad increíble de recursos monetarios que estará disponible para ser usada así como fue la intención original del verdadero diezmo: ayudar a los pobres, las viudas, los huérfanos, y los extranjeros. Como dije antes, los verdaderos creyentes no necesitan ley para asegurar su generosidad, porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús los mueve a compartir sus bendiciones los unos con los otros para que todos sean iguales. Irónicamente, la práctica del diezmo espiritualiza la codicia, permitiendo a los ricos esconderse tras un velo de espiritualidad mientras alientan a los pobres a “Honrar al Señor con su diezmo, y creer en Dios para que lo aumente”. Los ricos ahora se pueden sentir bien acerca de dar a Dios lo que le corresponde y liberarse de la responsabilidad hacia sus hermanos por medio de poner el gobierno sobre el Señor. Pero como dijo Pablo en 1 Timoteo 6:17-18:

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrute mos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”. Santos, están libres de la ley del diezmo pero están ligados por la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús. Están libres del mandato de dar, pero ligados a sus hermanos y hermanas por la comunión del Espíritu de Jesús. Recuerden, la ley fortalece el pecado. Y muchos están fortaleciendo su falta de generosidad por adherirse a la ley del diezmo. No se engañe amado. Si hay alguno entre ustedes que viven en abundancia mientras otros están en necesidad del sostenimiento diario, el pecado no se encuentra lejos. Por último considere esto. Si la aplicación del diezmo, como dice el Cristianismo moderno, está demostrada que es un error, ¿no tenemos la responsabilidad de rechazar y exponer tanto la práctica como el sistema que lo perpetúa? ¿No debemos también ayudar a aquellos que están esclavizados a la mala interpretación de la Ley, para que caminen en la libertad del Espíritu? ¿Y no debemos honrar al Señor por celebrar su fidelidad y compartir con aquellos en necesidad en vez de invertir en edificios extravagantes, programas y el opulento nivel de vida de los clérigos? Dejo estas dos preguntas y las repuestas con cada uno de ustedes, confiando que el Señor la haya dado un espíritu de revelación y sabiduría en estos últimos días. -------------

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