Referencias a la lengua mirandesa en la literatura

Referencias a la lengua mirandesa en la literatura ∗ Alberto Gómez Bautista Universidade de Aveiro [email protected] Resumen A la hora de estudia

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Referencias a la lengua mirandesa en la literatura ∗ Alberto Gómez Bautista Universidade de Aveiro [email protected]

Resumen A la hora de estudiar la lengua mirandesa, el análisis de la referencias a ésta a lo largo de los siglos nos parece fundamental, sobre todo cuando nos ocupamos de una lengua que se refugió en la oralidad y de la que no se conoce literatura escrita hasta 1884. Dentro de la literatura encontramos, sobre todo en la literatura de viajes, valiosísimos testimonios para la historia del mirandés que sistematizaremos y estudiaremos con más profundidad en este trabajo. Palabras clave: mirandés, Historia del mirandés, literatura de viajes, diacronía del mirandés. Recibido: 5.ix.2011 – Aceptado: 12.xii.2011 Sumario 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Introducción Severim de Faria Miguel de Cervantes Saavedra Jerónimo Contador de Argote José Leite de Vasconcelos O Douro de Manuel Monteiro John Gibbons, Não criei musgo Maria Lamas y As mulheres do meu país José Saramago y Viagem a Portugal Julio Llamazares: Tras-os-Montes, un viaje portugués Referencias

∗ La primera versión del presente texto la escribí en la primavera de 2003 y era uno de los trabajos que realicé para los cursos de doctorado de la Universidad Complutense de Madrid.

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Alberto Gómez Bautista

Introducción

Fueron muchos los viajeros que pasaron por la Tierra de Miranda a lo largo de la historia. El territorio que parece arrinconado en una esquina de Portugal siempre fue zona de paso de romanos, suevos, visigodos, árabes, mozárabes, entre otros pueblos que en la Tierra de Miranda han ido dejando su huella a lo largo de la historia. También Miranda de l Douro1 (la ciudad cabeza de la comarca) fue una importante plaza fronteriza del reino de Portugal, ambicionada y disputada por leoneses, castellanos y, más recientemente, por los españoles; sin embargo, el territorio fue, y aún lo es en cierto modo, una región periférica con respecto al resto del país, lo cual marcó su historia y permitió conservar una serie de elementos que atraen y sorprenden a todos los que visitan el planalto mirandés. Uno de esos elementos, tal vez el más importante y llamativo, es la lengua mirandesa. En este estudio se enumeran las referencias que aparecen en la literatura, en particular en la literatura de viajes, sobre la Tierra de Miranda y se analiza la opinión que los viajeros tienen del idioma y de las gentes que lo hablan. Los autores se presentan por orden cronológico, del más antiguo al más contemporáneo.

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Severim de Faria

El chantre y canónigo de la ciudad de Évora realizó en 1609 un curioso viaje desde ésta población alentejana hasta Miranda de l Douro para felicitar a un amigo suyo que se acababa de convertir en obispo de la diócesis de Miranda. Severim de Faria entra en Tierras de Miranda por la aldea de Vila de Ala (Concejo de Mogadouro) y continúa su camino por Dues Eigreijas hasta llegar a Miranda de l Douro. Severim no nos habla directamente de la lengua pero sí se refiere a ella al soslayo en los siguientes términos cuando efectúa esta descripción interesantísima de los mirandeses: A mais da gente he plebea, e fora o clero ha poucos nobres. Vestense os do povo mui grosseiramte usando dos panos cõ as mesmas ourelas, q. lhe ficão em modo de guarniço˜ens. As molheres traz˜e no ˜ toucados altos como meia lua. Falão mal se os meio da cabeça huns compararmos cõ a lingoagem de hoje politica porq. alem de usar˜e ˜ palavras antigas pronuncião os vocabulos cõ grande presde alguas sa fazendo so mte asentos agudos e prolongos na primeira e ultima siliba da dicção o q. parece herdarão ainda dos suevos, e godos, e de outras naçoens do norte q. nesta provinçia abitarão, dos quais he peculiar essa pouinciação. (Ferreira 2008) 1 Miranda do Douro en portugués. Los topónimos están en mirandés pues se formaron en esta lengua.

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De este modo Severim, siendo consciente de que está comparando «falão mal se os comparamos cõ. . .», nos dice que los mirandeses hablan deprisa, con palabras anticuadas, lo que parece indicar que a comienzos del siglo xvii los hablantes de portugués percibían la lengua mirandesa como más conservadora que la portuguesa. Por otro lado, tal vez la cuestión de la rapidez a la hora de pronunciar se pueda deber a una sensación que el oyente tiene al oír una lengua de la que entiende casi todo pero en la cual existen sonidos ajenos a los de la suya; sabemos que el mirandés posee algunos fonemas ausentes en el portugués estándar, y también, como en este caso, al portugués de la época hablado en el Alentejo.

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Miguel de Cervantes Saavedra

También el mayor escritor de las letras hispánicas alude a la Tierra de Miranda en uno de los episodios de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha y, en particular, a través de un personaje, el Caballero del Verde Gabán, al que también se llama Diego de Miranda, tras encontrarse estos dos personajes y contemplar Don Diego de Miranda la tentativa de duelo de Don Quijote con el león y la astuta actuación del carretero para evitar que el Caballero de la Triste Figura provoque y enfurezca a la fiera; Don Diego invita a Don Quijote a pasar la noche en su casa, que bien podría ser una de las hermosas casa señoriales de Miranda de l Douro. No hay en el texto referencia a la lengua mirandesa, ni tampoco nada que demuestre a ciencia cierta que el Caballero Don Diego de Miranda sea de Miranda de l Douro. Lo cierto es que el hecho de ser el caballero de Miranda, y al afirmar el narrador que desde la casa de Don Diego entran en tierras donde se habla el sayagués o, lo que es lo mismo, en Tierras de Sayago, que están unidas por el Duero a Miranda, parece dar verosimilitud a esta hipótesis. En la ciudad de Miranda de l Douro, en una de sus calles, que se remontan al siglo xv, podemos encontrar una placa que hace referencia a esa posible estancia de Don Quijote en Portugal. En un interesante artículo2 Leandro Rodríguez examina la posibilidad de que Miguel de Cervantes fuera originario de la aldea zamorana de Cervantes, situada en la comarca de Sanabria, cerca de Braganza. En ese artículo se aventura la hipótesis de que la familia de Cervantes hubiera huido a Portugal en 1492 para regresar a España durante las persecuciones a los judíos iniciadas en 1496 en aquel país; a partir de ese presupuesto, propone que la familia del escritor tendría fuertes vínculos con la comunidad judía de Braganza y cabría la posibilidad de que Miguel de Cervantes hubiera estudiado en un colegio de jesuitas (que consideraban iguales a los cristianos nuevos y a los viejos) de la ciudad de Braganza. Es conocida la polémica sobre el lugar de nacimiento del autor de El Quijote, que «oficialmente» habría venido al mundo en Alcalá de Henares. Sin embargo, tal como afirma Rodríguez, existen razones para ser prudentes en esta afirmación y el investigador demuestra y documenta la relación de Cer2 Rodríguez

(2003).

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vantes con Portugal y especialmente con Braganza y Lisboa. Recordemos que Cervantes escribe El Quijote durante el reinado de Felipe III (II de Portugal) y de la unión dinástica de las coronas española y portuguesa. Es un hecho ampliamente documentado que en las tierras de la frontera hispano-portuguesa ha habido relaciones desde hace siglos entre los habitantes de ambos lados y son igualmente bien conocidas las persecuciones de que fueron víctimas los judíos de uno y otro país. Cuando los judíos eran perseguidos en España, los transmontanos los acogían de buen grado; en aquellas ocasiones en que el acoso tenía lugar en Portugal, los perseguidos portugueses encontraban refugio entre sus vecinos españoles. Fue éste un fenómeno que perduró hasta el siglo xx y posibilitó que los amenazados y perseguidos por las dictaduras de ambos países pudieran refugiarse en el otro país con la ayuda de los lugareños y los contrabandistas que actuaban en la zona. En lo tocante a La Mancha del título de la obra cimera de Cervantes, en el artículo ya citado Lorenzo Rodríguez afirma: El libro casi en su totalidad se desarrolla en Sanabria, tierras de Miranda y de la actual provincia de Zamora. El autor al escribir piensa en Sanabria, región fronteriza con Tras Os Montes. Tras Os Montes y Sanabria no son «La Mancha» ni en estas regiones están las Lagunas de Ruidera, Toboso, Almodobar, Viso y Puerto Lápice, (. . .) sin embrago la geografía, los pensamientos, las palabras, las tradiciones y las distancias indicadas en el libro en poco o nada corresponden a la Comarca o Región actualmente conocida por «La Mancha». (Rodríguez 2003) Según Rodríguez, el autor, al aludir veladamente a La Mancha, confiesa ser un manchado, es decir, alguien que no está bautizado y, por tanto, continúa observando la Ley de Moisés

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Jerónimo Contador de Argote

En la obra Regras da língua portugueza (1725), Jerónimo Contador de Argote nos deja las siguientes consideraciones acerca de las variedades lingüísticas transmontanas, que, en nuestra opinión, versan sobre el mirandés y otras variedades de origen leonés habladas en la zona próxima y que, en la época (1725), gozarían de gran vitalidad entre las capas populares, como el riodonorés o el guadramilés: há alguns de alguns lugares de Trás os Montes, e Minho nas rayas de Portugal que saõ muito bárbaros, e que quasi que se naõ podem chamar portuguez, mas só os usa a gente rustica daquelles lugares. (Contador de Argote 1725, 295–296) c Romania Minor

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José Leite de Vasconcelos

Está considerado el patriarca de la filología mirandesa y el «descubridor» de este idioma a finales del siglo xix. En su obra más importante, Philologia mirandesa (el primer volumen se publicó en 1900 y el segundo, al año siguiente), dedicada al estudio de la lengua mirandesa y, a fecha de hoy, el principal trabajo de referencia para los estudiosos de esta lengua, nos cuenta (en la primera parte, História externa do mirandês) que, en 1882, siendo estudiante en el primer curso de medicina en la escuela de Oporto, dos amigos que sabían de su gusto por las tradiciones y la lengua le informaron de la existencia en la Academia Politécnica de la misma ciudad de un joven originario de Miranda de l Douro, que «sabia com perfeição a lingoa d’essa terra, pois a fallava desde criança» (Leite de Vasconcelos 1900–1901, vol. I, pág. 3). Ese estudiante se llamaba Manoel Antonio Branco de Castro y, aunque Vasconcellos ya tenía nociones de mirandés, fue éste quien le proporcionó elementos para iniciar sus investigaciones. Leite de Vasconcelos escribe al respecto que una de las fechas célebres de su vida fue el día en que «pela primeira vez na minha vida ouvi fallar seguidamente mirandês, e em que esbocei as primeiras linhas da sua grammatica» (Leite de Vasconcelos 1900–1901, vol. I, pág. 4). En ese mismo capítulo de la Philologia mirandesa, Vasconcelos incluye un texto en el que relata sus dos primeros viajes a la Tierra de Miranda y en los que recogió los datos, textos y demás elementos con los que escribiría la Philologia Mirandesa. Leite de Vasconcelos es el primer autor que nos habla con claridad del mirandés como lengua con sus dialectos. Su influencia en la filología portuguesa, y en especial en los estudios sobre el mirandés, está todavía muy patente en nuestros días. En las vacaciones estivales de 1883, Leite de Vasconcelos, invitado por Branco, viaja a tierras de Miranda para profundizar en el estudio del idioma mirandés. En sus escritos, Vasconcelos relata las tierras que atravesaron —Pinhão, Macedo de Cavaleiros, Mirandela— antes de entrar en la Tierra de Miranda. Cuenta cómo realizó parte del viaje en diligencia y el resto del trayecto en burro (a pesar de estar en peligro de extinción, aún pueden verse burros en los municipios del nordeste trasmontano). Ya en Miranda, Leite de Vasconcelos explica de qué manera conseguía que la gente le contase cuentos y anécdotas. Y también pudo constatar el concepto que los hablantes tenían del idioma. En palabras del propio autor: Com uma especie de modestia os habitantes de Duas-Igrajas dizem que quem falla mirandés fala mal, fala charro, e quem falla português, fala grabe, ou em grabe.Tambem a pessôas de Cércio (también en Miranda) ouvi dizer que os Mirandese são caçurros, e a sua lingogem «falla caçurra». (Leite de Vasconcelos 1900–1901, vol. I, pág. 12) Señala que estas expresiones no son conocidas en todo el territorio y, a continuación, formula unas breves observaciones sobre las palabras charro y Ianua 11 (2011) ISSN 1616-413X

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caçurro y sobre su posible origen, así como sus respectivos significados en los diccionarios portugueses y españoles de la época. A continuación nos describe su segundo viaje a la Tierra de Miranda, en las vacaciones de 1884. En esta ocasión no se limitó sólo a las Tierra de Miranda. Visitó otros lugares de Tras Os Montes, como Santa-Comba, Bragança, Parada, Carregosa, Rio de Onor, 3 Guadramil, Deilão y Quintanilha. Sobre este viaje apunta que: Nas aldeias de Rio d’Onor e Guadramil descobri dois idiomas ou codialectos raianos, que chamei riodonorés e guadramilés; em Sendim descobri o sendinês, sub-dialecto do mirandês. (Leite de Vasconcelos 1900–1901, vol. I, pág. 19) Estas líneas demuestran dos cosas. En primer lugar, que en 1884 en Rio de Onor se hablaba todavía un «codialecto» de origen leonés, emparentado con el mirandés y con las hablas leonesas de los pueblos colindantes de la provincia de Zamora. Y, en segundo lugar, la constantación por Leite de Vasconcelos de la singularidad del dialecto mirandés que se hablaba y se habla en Sendin, que no duda en considerar perteneciente a la lengua mirandesa. Muchos de los textos que recogió en estos viajes componen buena parte del segundo volumen de Estudos de philologia mirandesa.

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O Douro de Manuel Monteiro

O Douro: Principaes quintas, navegação, culturas, paisagens e costumes, publicado en 1911, constituye una especie de guía de la región bañada por el río Duero a su paso por Portugal. El autor comienza su recorrido en la región de «accidentada geografía» de Oporto, famosa por sus vinos («port-wine» o vino de Oporto, por ser la ciudad desde donde se exporta) y afirma que, junto a esa designación, está la «designação caseira» de «vinho do Douro» (Monteiro 1998, 1). Hace una breve referencia a la historia vinculada al río, que comprende la toma de Numancia por los legionarios de Escipión. Nos habla de la ciudad de Miranda de l Douro, de sus murallas, de los arribes del Duero, de la iglesia «viuva»4 de obispo, de los restos del castillo, para ocuparse luego del Planalto mirandés, esa submeseta donde, como reza un dictado portugués, hay «nove meses de inverno e três de inferno». Alude al histórico abandono del territorio por parte del Estado «sequestrados a todo o convivio do progresso» (Monteiro 1998, 2) y se detiene en la industria tradicional de la lana —la capa de honras que «teem similes já no visinho territorio español» (Monteiro 1998, 3)—, la raza de burro que pervive en la región y la variedad bovina mirandesa. Finalmente dedica unas líneas a la lengua mirandesa: 3 Esta localidad está dividida entre Portugal y España. Del lado português se denomina Rio de Onor; la parte española se conoce como Rihonor de Castilla (Zamora). 4 Palabra portuguesa que significa viuda.

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A região mirandeza com as suas aldeias de casario sujo e lobrego, mas muito unido, não tem sequer uma estrada de macadam que a ligue ao resto do paiz. Os seus habitantes, cujo typo anthropologico é vigoroso e moreno, estão, pois, sequestrados a todo o convivio do progresso, o que os mantem na ignorancia, na superstição e na rotina. (. . .) O homem de miranda falla um dialecto proprio, que dá impressão d’uma hybrida mistura de castelhano e portuguez, vasados no mais vicioso e corrupto plebeísmo. (Monteiro 1998, 1–2) Esta referencia a la lengua mirandesa sorprende, sobre todo si tenemos en mente los trabajos de estudio y divulgación de la lengua mirandesa que había llevado a cabo Vasconcelos algunos años antes. Manuel Monteiro refleja en estas líneas una idea que todavía hoy, y a pesar de la oficialización de la lengua mirandesa, está muy extendida entre los portugueses: lo que se habla no es una lengua sino un dialecto resultante de la mezcla del castellano y el portugués.

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John Gibbons, Não criei musgo

John Gibbons nos cuenta un viaje a Portugal que realizó en 1938, pasó la mayor parte del tiempo en la aldea trasmontana de Coleja, en el municipio de Carrazeda de Ansiães, pero aprovechó la ocasión para visitar la ciudad de Miranda de l Douro en visperas del día de Navidad. Este vieje en palabras del autor era «um dos maiores sonhos da minha vida: visitar Miranda» (Gibbons 2004, 269) y añade «Pareceu-me um lugar tão votado ao esquecimento, que me interessou acto imediato» (Gibbons 2004, 269). A propósito de una breve reseña sobre la historia de Miranda nos habla de la lengua mirnadesa: E, a propósito, é curioso dizer que tem uma lengua própria, o Mirandês, falado habitualmente em vez do português, que parece ser uma variante do espanhol arcaico falado no antigo Reino de Leão, do outro lado do rio, no século xiv! (Gibbons 2004, 278)

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Maria Lamas y As mulheres do meu país

Esta defensora de los derechos de la mujer en Portugal nos dejó una obra publicada en 19485 —un viaje por el Portugal de las mujeres de mediados del siglo xx— de gran interés etnográfico y cultural, y de excepcional valor para tratar de entender la situación del país y, en particular, de las mujeres portuguesas en los años centrales del pasado siglo. 5 Lamas

(1948).

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Sobre la lengua mirandesa encontramos la siguiente referencia al describir las labores que realiza la mujer mirandesa, que son iguales a las que desempeñaba cualquier portuguesa que viviera en el campo en aquel periodo, aunque con una diferencia: Como particularidade digna de menção há o facto de transportar os filhos às costas, e não ao colo, como as outras mães, durante a primeira infância. No dialecto mirandês chamam a esse costume «poner los niños á chimchim». (Lamas 1948) Dos cosas llaman la atención. Por un lado, se sigue considerando el mirandés un dialecto aunque la autora no señala de qué lengua. Por otro, sorprende la grafía de la palabra mirandesa ninho, escrito con una eñe española, cuando en portugués y en mirandés se escribe con ‘nh’. No obstante, Maria Lamas demuestra tener amplios conocimientos de mirandés y recoge en las páginas que dedica a las Tierras de Miranda un buen número de palabras mirandesas relacionadas con oficios, labores, partes del día y otros aspectos de la vida rural, con sus respectivas definiciones o equivalencias en portugués, según los casos: fiadouros, cabanal, gabela, palhuços, manhãninhas, etc.

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José Saramago y Viagem a Portugal

El nobel portugués de literatura, autor de algunos de los títulos más importantes de las letras contemporáneas portuguesas, es autor de un libro de viajes sobre Portugal, Viagem a Portugal, publicado por primera vez en 1981. Saramago, al igual que otros autores como Manuel Monteiro, también comienza su viaje por las Tierras de Miranda, entrando por España, por la carretera que pasa por encima de uno de los pantanos que amansan al río Duero (en una zona donde, antes de la construcción de los pantanos, el río era muy bravo) y llega a Miranda. El escritor también repasa la historia de la ciudad, de la catedral sin obispo, de la leyenda del Menino Jesus da Cartolinha, cuya estatuilla se guarda en la misma catedral. Luego viaja hasta Malhadas y, al pasar por el río Fresno, el viajero se interroga: «Mas fresno é palavra espanhola, quer dizer freixo. Por que é que não dizem rio Freixo?». Y más adelante vuelve a preguntarse: «Quem sabe se fresno não será também uma palavra em dialecto mirandês?» (Saramago 2006, 19). Su viaje le llevará a continuación a tierras de los municipios de Miranda y Vimioso. Saramago nos sorprende considerando el mirandés como un dialecto, como ya viene siendo tradición, si exceptuamos la opinión de José Leite de Vasconcelos, basada en sus profundos y aún vigentes estudios sobre la lengua mirandesa. Quizás el ilustre viajero debiera haberse preguntado también De que língua é que é dialecto o mirandês? c Romania Minor

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Julio Llamazares: Tras-os-Montes, un viaje portugués

Julio Llamazares nos trae, al igual que John Gibbons, el punto de vista del foráneo, del que viene de fuera de Portugal, en su caso de un leonés. A lo largo de los últimos siglos, la relación de las Tierra de Miranda con España atravesó por etapas de cercanía y de enfrentamiento habida cuenta de que el territorio, y la ciudad de Miranda de l Douro en especial, fue atacado por tropas castellanas y, más tarde, de la Corona española. Julio Llamazares se afana por adoptar la perspectiva de un español que observa Portugal y, a la vez, busca mirar a España con los ojos de los portugueses. Llamazares inicia su viaje por la Tierra de Miranda (que ocupa las páginas finales de su libro) en Sendin. Se ocupa de los famosos pauliteiros6 de Duas Igrejas y de otros pueblos más pequeños, como Picuote, Bila Chana, además de refeir también varios episodios históricos relativos a la ciudad de Miranda de l Douro. Dedica un capítulo a la historia de O Menino Jesus da Cartolinha, un niño que desapareció tras ayudar a enardecer la moral de los mirandeses durante uno de los cercos de las tropas españolas, a las que expulsaron. Muchos pensaron que se trataba del Niño Jesús y que había tenido lugar un milagro. Desde entonces se conserva en la catedral una estatuilla a la que se cambian las vestimentas todos los días y que luce una cartolinha (un sombrero de copa), a la que debe ese apelativo. Las únicas referencias a la lengua mirandesa aparecen cuando nos vuelve a hablar de los pauliteiros y su ancestral danza con «paulitos (bastones, en mirandés)» (Llamazares 1998, 288). Esta danza probablemente provenga de una danza de espadas, que también perdura aún en algunos puntos de la península Ibérica (por ejemplo, los danzantes de Fornela (León) y los danzantes de Huesca). La referencia más extensa la encontramos en la página 293 al comparar los pueblos de un lado y otro de la frontera: Y, sin embargo, son parecidos. Parecidos a los pueblos de Zamora, con los que comparten montes y lindes y, también, siglos de historia. No en vano unos y otros son hijos del mismo padre; aquel Reino de León, hoy ya desaparecido, pero que dejó su impronta en todas estas aldeas. No sólo en el mirandés, descendiente según dicen del antiguo dialecto leonés, sino en su aspecto y su arquitectura y en la forma de vida de sus gentes. (Llamazares 1998, 293)

6 Pauliteiro

es el término utilizado en português; la palabra mirandesa es dançadores.

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Referencias Contador de Argote, Jerónimo (1725): Regras da Lingua Portuguesa, Espelho da Língua Latina ou Disposição para Facilitar o Ensino da Língua Latina pelas Regras de Portugueza. 2.a impresión. Lisboa: Off. da Música. Ferreira, Amadeu (2008): «1609 – Miranda i la lhéngua mirandesa bistas por Severim de Faria.» [en línea, transcripción del relato de viaje de Manuel Severim de Faria que se publicó en Nação Portuguesa, vol. VII, Fascículo XI–XII, 1933.] URL: [consultado el 9/11/2011]. Gibbons, John (2004): Eu não crieir musco. Retrato de uma aldeia transmontana. Edición del Ayuntamiento de Carrazeda de Ansiães. Lamas, Maria (1948): As mulheres do meu país. Lisboa: Actuális. Leite de Vasconcelos, José (1900–1901): Estudos de philologia mirandesa. Vol. I y vol. II Lisboa: Imprensa Nacional. Llamazares, Julio (1998): Tras-os-Montes (un viaje portugués). Madrid: Alfaguara. Monteiro, Manuel (1998): O Douro: principaes quintas, navegação, culturas, paisagens e costumes. Lisboa: Editora Livro Branco. [Facsímile de la edición de Oporto: Emílio Biel, 1911.] Rodr´iguez, Leandro (2003): «Miguel de Cervantes Saavedra fue también súbdito português.» Brigantia 23(3/4): 175–228. Editado por la Assembleia Distrital (Bragança). Saramago, José (2006): Viagem a Portugal. Lisboa: Caminho. Alberto Gómez Bautista Universidade de Aveiro Departamento de Línguas e Culturas Campus Universitário de Santiago 3810-193 Aveiro Portugal

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