Revisiones. de vida de los pacientes con sida. Physical therapy procedures can be beneficial to improve the quality of life of AIDS patients

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Revisiones

96 J. Seco Calvo1 E. García Garcés2 M.ªC. Córdova Martínez3 A. Córdova Martínez4

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Departamento de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de León. Campus de Ponferrada. 2 ABD Fisioterapia. Soria. Escuela Universitaria de Fisioterapia de Soria. Universidad de Valladolid. 3 Hospital Xeral de Santiago. Servicio de Hemodinámica. Santiago de Compostela. 4 Catedrático de Fisiología. Departamento de Bioquímica y Fisiología. Escuela de Fisioterapia. Universidad de Valladolid. Campus de Soria.

Correspondencia: Dr. Jesús Seco Calvo Dpto. de Enfermería y Fisioterapia Universidad de León Campus de Ponferrada 24400 Ponferrada. León. España E-mail: [email protected]

Procedimientos fisioterapéuticos aplicados en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con sida Physical therapy procedures can be beneficial to improve the quality of life of AIDS patients

Fecha de recepción: 29/11/06 Aceptado para su publicación: 12/7/06

RESUMEN

SUMMARY

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, una afección del sistema inmunológico que, por ahora, aún no siendo mortal, es crónica y afecta a la calidad de vida de los pacientes. Sin duda el tratamiento fisioterapéutico es una manera de mejorar la calidad de vida de los pacientes. En este sentido y dado que uno de los factores importantes en el seguimiento de la evolución de la enfermedad es la fatiga, todos aquellos mecanismos que podamos establecer como fisioterapeutas para disminuir esta sintomatología ayudarán al bienestar del paciente. Para minimizar y prevenir los efectos de la fatiga en el organismo, se vienen empleando distintos agentes físicos y procedimientos fisioterapéuticos: crioterapia, electroestimulación, masoterapia e incluso otras técnicas llamadas “alternativas”. Se ha sugerido que el ejercicio físico (aeróbico y de resistencia muscular) puede ser beneficioso y mejorar la calidad de vida de sujetos con sida, pero es necesario

The human immunodeficiency virus (HIV) is a causal factor of the acquired immunodeficiency syndrome (AIDS), an immune system disease that is presently not mortal but is a chronic disease that affects that patient’s quality of life. Undoubtedly, physical therapy can improve the patient’s quality of life. In this regards and given that one of the important factors in the follow-up of the disease course is fatigue, all those mechanisms that we can establish such as physical therapy to diminish this symptom, will help to improve the patient. In order to minimize and to prevent the effects of fatigue on the body, different physical agents and physical therapy procedures have been used: cryotherapy, electrical nerve stimulation, massage, and even other so-called “alternative” techniques. It has been suggested that physical exercise (aerobic and muscular resistance) can be beneficial and improve the AID patient’s quality of life. However, more research is needed to determine the ideal work parameters. Thus,

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llevar a cabo más investigaciones para determinar los parámetros óptimos de trabajo; así, en función del estado vital del paciente, se podrán establecer los protocolos de ejercicio físico adecuados, dirigidos por profesionales de la fisioterapia.

based on the vital state of the patient, the best exercise protocols, directed by physical therapy professionals, is to establish adequate physical exercise protocols.

PALABRAS CLAVE

AIDS; Physical therapy; Physical therapy; Fatigue; Physical exercise.

KEY WORDS

Sida; Fisioterapia; Fatiga; Ejercicio físico.

INTRODUCCIÓN El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, una afección del sistema inmunológico que, por ahora, aún no siendo mortal, es crónica y afecta la calidad de vida de los pacientes1. Actualmente se cree que hay unos 40 millones de personas afectadas en todo el mundo, y a pesar de más de 20 años después de la identificación del virus, todavía no hay una vacuna contra el VIH y tampoco una cura para el sida2. Sin embargo, una nueva generación de fármacos ha logrado extender drásticamente la expectativa de vida de los contagiados con VIH3,4. El fisioterapeuta puede ayudar a alcanzar un gran nivel de bienestar y favorecer la recuperación funcional mediante la aplicación de un plan asistencial basado en sus específicas necesidades de acuerdo al estado y evolución de la enfermedad5. Pero antes de estudiar los aspectos en los que el fisioterapeuta puede intervenir, es conveniente hacer un repaso a lo que es el sistema inmunológico y el sida. 6-8

SISTEMA INMUNOLÓGICO

El sistema inmunológico está constituido por células y moléculas que participan en la conservación de la viabilidad de los humanos defendiéndoles de las agresiones externas (biológicas o químicas) o internas (transformaciones tumorales). Son por lo tanto responsables de dotar de resistencia frente a microorganismos o células tu-

morales, lo que se denomina inmunidad. La respuesta colectiva y coordinada de sus componentes celulares y moleculares frente a los antígenos de los agentes agresores se denomina “respuesta inmunitaria”. La intensidad y el patrón de respuesta del sistema inmunológico frente al desafío antigénico o fragmentos moleculares capaces de desencadenar la respuesta inmune están determinados por múltiples variables, hereditarias o adquiridas. Las propias interacciones, a lo largo de la vida, con los distintos antígenos de microorganismos que interaccionan con el sistema inmunológico del huésped modulan su propia capacidad funcional. Además, otros estímulos (nutricionales, neuroendocrinos, psicológicos, etc.) también regulan la capacidad de respuesta del sistema inmunológico. Las células del sistema inmunológico tienen un gran potencial agresivo que normalmente se dirige contra los patógenos; sin embargo, en el desarrollo de la respuesta defensiva, pueden lesionar el tejido3,6,7. Componentes del sistema inmunológico Este sistema consta de células y proteínas solubles. Estos componentes pueden encontrarse en la sangre de diferentes formas. Las tres categorías de células inmunológicas son granulocitos, monocitos/macrófagos y linfocitos7,8. En algunos aspectos, los linfocitos son las células más importantes del sistema inmunológico. Existen dos tipos principales: los linfocitos B y los linfocitos T (70 % de todos los linfocitos). Tanto los linfocitos T como los Fisioterapia 2008;30(2):96-104

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B tienen la capacidad de recordar, desde el punto de vista bioquímico, una exposición previa a un antígeno específico, de manera que si la exposición es repetida puede producirse una destrucción más eficaz del antígeno8. Las proteínas que forman parte del sistema inmunológico, y se encuentran disueltas en el suero, son las inmunoglobulinas, las citocinas y las proteínas del complemento. Las citocinas son compuestos solubles, responsables en gran parte de la regulación de la respuesta inmunológica, que si son segregadas por los linfocitos, reciben el nombre de linfocinas3,6. Los componentes del sistema inmunológico actúan como un todo para desarrollar una respuesta inmunitaria eficaz. Si todo funciona, el sistema inmunológico supera al agente agresor, de manera que la enfermedad queda bajo control. En este momento se ponen en funcionamiento mecanismos autorreguladores supresores que detienen la respuesta inmunológica; las citocinas tienen gran importancia en este proceso supresor. Si el sistema inmunológico no está autorregulado de una manera adecuada, se pueden originar otras enfermedades de naturaleza inmunopatológica7,8.

ción inversa, el ARN viral se transforma en ADN de doble hebra. Este ADN viral es transportado al núcleo de la célula, donde se inserta o se integra al ADN de los cromosomas de la célula. Cuando se producen los estímulos necesarios, se desencadena el proceso de formación de nuevos viriones. El ADN viral integrado en los cromosomas de la célula huésped se sirve de los mecanismos de replicación de ésta para su transcripción a ARN mensajero (mARN) y a nuevas hebras de ARN genómico viral. Se produce entonces la traducción del mARN viral a proteínas virales, y el ensamblaje de viriones nuevos dentro de la célula. Las partículas de VIH así creadas se liberan de la célula tomando en su salida parte de la membrana de la célula para utilizarla como cubierta. La replicación del VIH puede producir la muerte de los linfocitos T CD4 (uno de los distintos tipos de glóbulos blancos). La destrucción de los linfocitos T CD4 paraliza el sistema inmunológico, y éste es el mecanismo por el que la infección por VIH produce sida4,5,9-11.

El VIH y su efecto sobre el sistema inmunológico5,9,10 El VIH presenta en su cubierta externa un envoltorio de lípidos que proceden de la membrana celular. Sobresalen de esta cubierta las glucoproteínas transmembrana virales gp41 y las glucoproteínas de cubierta gp120, que permiten la unión del VIH a las células diana (linfocitos CD4)4,5. En el interior de la cubierta, la proteína del núcleo viral p17 constituye la matriz del virión, y la proteína del core p24 forma un nucleoide interno de forma cilíndrica. Este nucleoide tiene en su interior dos hebras del genoma viral ARN (el material genético del virus VIH), y la enzima transcriptasa inversa. El VIH infecta a las células que tengan en su superficie la molécula CD4 (una proteína que pertenece a los linfocitos CD4 y que el VIH utiliza como receptor). La gp120 viral reconoce y se une específicamente al CD4 y, de este modo, el virus se une a la membrana celular. Tras esta unión, el nucleoide viral se introduce en la célula y, mediante el proceso de transcripFisioterapia 2008;30(2):96-104

MECANISMOS DE TRANSMISIÓN El VIH necesita entrar en el cuerpo para que se produzca la infección; hay distintas vías de entrada: vaginal, anal u oral. De los mecanismos de transmisión del VIH, la vía sexual es la más habitual forma de contagio. El contacto con los fluidos sexuales, o la sangre, provenientes del hombre o de la mujer, es lo que origina el contagio. El contagio a través de la sangre se origina cuando la sangre de una persona infectada penetra en el organismo de otra que no tenía el virus. También al compartir jeringas y agujas, hecho común en personas que consumen drogas por vía intravenosa; en transfusiones de sangre o sus derivados, cuando las mismas no hubiesen sido controladas y el donante estuviese infectado. En los niños, el principal mecanismo de transmisión es el materno-fetal o vertical9. De hecho, en la actualidad, en los países desarrollados prácticamente el 100 % de los niños infectados son hijos de madres VIH(+) o enfermas de sida que transmiten la infección a sus hijos por vía vertical. Existen tres posibles rutas en la transmisión materno-fetal del VIH: a) transmisión intraútero, durante el embarazo siguiendo el modelo de la rubéola; b) transmisión intraparto, durante el período perinatal y especialmente du-

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rante el trabajo de parto, siguiendo el modelo de la hepatitis B, y c) transmisión posparto, a través de la leche materna9. En general es frecuente encontrar demasiadas personas desinformadas o no bien informadas que tiene temores infundados sobre la transmisión del VIH. Por ello, es importante conocer que este virus no se transmite por convivir en una misma casa, por utilizar los mismos servicios higiénicos, por besos, caricias, dar la mano, abrazos o cualquier tipo de contacto corporal que no sea relaciones sexuales. No se transmite por lágrimas o saliva, por picaduras de mosquitos u otros insectos, por alimentar a otra persona, etc.

ticuerpos contra el virus11. La sintomatología es de características similares a la de la gripe. Estos síntomas, que duran algunos días, pueden incluir fiebre, escalofríos, mialgias, sudoración nocturna y sarpullidos o erupciones de la piel. El resto de los pacientes con VIH no sufre estos síntomas iniciales de “infección aguda”, o los síntomas son tan leves que no se dan cuenta12,13.

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD DEL VIH En general, se usa el término “enfermedad del VIH” para referirse al espectro completo de la enfermedad, desde la infección hasta el desarrollo de enfermedades oportunistas en etapas posteriores. El tiempo que transcurre en el desarrollo de la enfermedad en cada persona es muy variado, sin embargo, en la mayoría de las personas, la enfermedad se desarrolla lentamente, pues la inmunodeficiencia grave no sucede hasta varios años después de la infección (unos 10 años). La línea progresiva de la enfermedad la podríamos dividir en las siguientes etapas: Infección o primoinfección10,11 El VIH entra en la corriente sanguínea e infecta las células T (linfocitos CD4), momento en el que las personas con VIH son consideradas portadoras. Las personas con VIH pueden transmitir el virus a otras, independientemente del tiempo que lo hayan tenido. No es necesario la manifestación de síntomas o notarse enfermo para tener el VIH; de hecho, muchas personas parecen saludables durante muchos años aunque tengan el virus en su cuerpo. La única forma de averiguar si una persona tiene el VIH es realizar un diagnóstico serológico. Infección aguda Cerca del 70 % de los pacientes tiene síntomas en el momento en que el cuerpo comienza a producir los an-

Seroconversión10 La seroconversión es el momento en que el cuerpo comienza a producir los anticuerpos contra el virus. Aproximadamente, el 97 % de las personas con el VIH desarrollan los anticuerpos dentro de los primeros 3 meses de la infección. El resto desarrolla los anticuerpos dentro de los primeros 6 meses10. Deterioro del sistema inmunológico4 Si no se ha instaurado un tratamiento correcto, el virus daña lentamente al sistema inmunológico durante años después de la infección. Más adelante, sin embargo, suele ocurrir un rápido deterioro del sistema inmunológico y el virus se reproduce más activamente. Este daño puede observarse mediante análisis de sangre en los que destaca la disminución del número de linfocitos CD4, incluso antes de que se experimenten síntomas4. Fase sintomática12, 13 Una vez que el sistema inmunológico ha sido invadido, muchas personas comienzan a experimentar algunos síntomas leves (erupciones en la piel, fatiga, pérdidas de peso, transpiración nocturna, etc.). Casi todas las personas con VIH, si no todas, experimentarán síntomas leves como estos antes de desarrollar enfermedades más serias. Estos síntomas no son específicos del sida. Existen ciertas manifestaciones clínicas, cuya aparición es predictiva de una próxima evolución a sida con independencia de la cifra de linfocitos CD4. Estos factores clínicos de progresión a sida son: a) herpes zóster cutáneo; b) candidiasis oral (muget) o vaginal y leucoplasia vellosa oral, progresando a sida antes de los 2 años el 40 % de los pacientes que las padecen, y c) síndrome Fisioterapia 2008;30(2):96-104

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constitucional (fiebre persistente, sudores nocturnos, pérdida de peso o diarrea, etc.), progresando a sida antes de los 2 años en el 100 % de los casos12,13. Cuando la invasión del sistema inmunológico es más severa, los pacientes experimentan infecciones oportunistas, la mayoría de las cuales entran dentro de la definición de sida que aprobaron los CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades)12,13. Debido al progresivo deterioro inmunológico, el paciente entra en una fase sintomática o de sida clínico (fase final)2 en la que se suceden una serie de complicaciones que reflejan la existencia de una grave inmunodeficiencia –casi todos los pacientes tienen una cifra de CD4 inferior a 200/␮l– y que finaliza siempre con la muerte14. La cuantificación de la presencia del VIH pasa de ser un linfocito infectado de cada diez-cien mil, en la fase asintomática, a 1 de cada 100-400 en la fase sintomática. La duración media de esta fase es algo inferior a dos años (20 meses). Los eventos oportunistas no se presentan de modo homogéneo, ya que dependen de factores como la vía de contagio, el área geográfica y el grado de compromiso inmunitario14.

precisos. No obstante, pueden pasar varias semanas o más tiempo desde que se produce la infección hasta que los anticuerpos se positivizan5,14. Las pruebas altamente sensibles (antígeno P24) pueden detectar el virus desde el principio y en la actualidad se usan para analizar la sangre donada para transfusiones. Varias semanas después de la infección, los afectados desarrollan, generalmente, anticuerpos contra el VIH10. Un reducido número de personas infectadas no produce cantidades detectables de anticuerpos durante varios meses o más tiempo aún. En cualquier caso, la prueba ELISA detecta los anticuerpos en todas las personas infectadas y casi todas las que los poseen están infectadas y son contagiosas. Si el resultado del test ELISA indica que existe infección por VIH, se repite la prueba sobre la misma muestra de sangre para confirmar lo que se ha descubierto. Si los resultados son nuevamente positivos, el siguiente paso es confirmarlos con un análisis de sangre más exacto y costoso, como la prueba de Western blot. Esta prueba también identifica los anticuerpos contra el VIH, pero es más específica que el test ELISA. En otras palabras, si el test Western blot da resultado positivo, la persona, con casi toda certeza está infectada por el VIH.

DIAGNÓSTICO DEL SIDA Se deben realizar las pruebas serológicas, es decir, aquellas encaminadas a detectar anticuerpos. La primera prueba que suele hacerse para detectar la presencia del virus es la prueba inmunoenzimática ELISA (enzyme linked immuno-sorbent assay). Con esta prueba es posible detectar anticuerpos contra el virus. Los resultados son confirmados sistemáticamente por test cada vez más Tabla 1. Cifra de células CD4+ correspondiente a cada estadio de la infección por VIH y su duración Fase

CD4 (μl)

Duración

Infección aguda Asintomático Síntomas iniciales Síntomas tardíos Enfermedad avanzada

1.000-500 750-200 500-100 200-50 50-0

1-4 semanas 2-5 años 1-5 años 1-4 años 0-2 años

Modificada de Volberding P. Antiviral Academy Meeting. Viena; 1991.

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ACTUACIÓN FISIOTERAPÉUTICA Y MEJORA DE LA CALIDAD DE VIDA EN LOS PACIENTES CON VIH Dado que los pacientes con VIH pasan mucho tiempo asintomáticos4,14, las técnicas fisioterapéuticas deberán considerarse igual que se hace para la población general. Desde el punto de vista práctico es importante considerar las actuaciones fisioterapeúticas cuando el paciente se encuentra en la fase sintomática con las enfermedades concomitantes en desarrollo14 (tabla 1). Pero sin duda el apoyo fisioterapéutico es una manera de mejorar la calidad de vida de los pacientes. En este sentido y dado que uno de los factores importantes en el seguimiento de la evolución de la enfermedad es la fatiga7, todos aquellos mecanismos que podamos establecer como fisioterapeutas para disminuir esta sintomatología ayudarán a la mejora del paciente.

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De hecho, ya existen en España algunos centros con un servicio de fisioterapia, en los que los fisioterapeutas han desarrollado programas específicos para mejorar las condiciones y la calidad de vida de los enfermos de VIH/sida. Consta de un programa desarrollado por un fisioterapeuta diplomado que da un seguimiento personal a cada uno de los residentes del centro de acogida, en un espacio del centro de acogida habilitado especialmente para tal propósito. Para minimizar y prevenir los efectos de la fatiga en el organismo, se vienen empleando distintos agentes físicos15-21, y es en el medio deportivo en el que mejor se ha demostrado la eficacia de estas técnicas15-21, hecho que ha sido recogido en numerosos trabajos15-21. La utilización de distintas técnicas de crioterapia es habitual15. Se ha observado que la inmersión en agua fría disminuye el daño muscular producido por el ejercicio16, aunque las respuestas sean distintas a diferentes edades17; del mismo modo, aunque aún hay controversia18, parece más eficaz la utilización de masaje con hielo frente a otras técnicas de aplicación, como las ice bags, debido a la mayor capacidad de penetración del primero19. La electroestimulación es igualmente habitual en la práctica clínica diaria, habiéndose demostrado su utilidad20; se ha observado que la baja intensidad en el tratamiento con TENS aumenta el flujo sanguíneo21, aunque de otra parte se sugiere que ésto dependerá del lugar de colocación de los electrodos22. La aplicación de masaje previene la aparición de lesiones musculares22, facilita la recuperación muscular23, y produce demostrados beneficios psicofísicos24; no obstante, es necesario seguir investigando, puesto que los estudios no son concluyentes25. De igual manera, el estiramiento muscular en protocolo estático26, o combinado con termoterapia27 ha mostrado su efectividad en el tratamiento y prevención del daño muscular28 o la mialgia postejercicio29. El tratamiento, o quizás mejor dicho el intento de tratar el dolor en este tipo de pacientes, no es un hecho novedoso30-34. EL uso de TENS asociado a la penetración de la corriente mediante agujas de acupuntura31,34, ha sido utilizado como medida paliativa. También se ha utilizado TENS en el control y tratamiento del dolor crónico en pacientes afectados de diversos tipos de cáncer32,33.

Igualmente, la reducción del grado de dolor se ha podido lograr mediante la aplicación de masaje, pero sus efectos son eficaces a corto plazo, y además, sólo se muestran estadísticamente significativos en varones35. Esta técnica, en concreto las maniobras de effleurage, petrissage y tratamiento combinado de los puntos gatillo miofasciales, ha demostrado su eficacia en el manejo del dolor en enfermos de cáncer, disminuyendo el dolor y la ansiedad asociada36. En este sentido, se han utilizado simultáneamente diversas maniobras de masaje combinadas con aromaterapia37,38, y, aunque los resultados sugieren que su uso puede disminuir también el dolor y la ansiedad37, la afirmación de este extremo requiere de más estudios, para poder tener evidencia científica37. En el tratamiento de enfermos con sida se han ido utilizando otro tipo de tratamientos, mediante las llamadas terapias alternativas39-42, al igual que ocurre en enfermos con cáncer43,44. Pero no se ha demostrado (en publicación valorada por la base de datos Pedro como 9/10) que alguna de ellas sea más eficaz que el placebo41, e incluso se cuestiona seriamente su uso39-41, puesto que son tratamientos con pocos o ningún estudio serio (ensayo clínico aleatorio a doble ciego) que avale su utilización. Sin embargo, en una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados45, sí hemos encontrado resultados que sugieren la posibilidad que determinadas técnicas (homeopatía, productos naturales y “masaje terapéutico”) pueden ser eficaces en el tratamiento del estrés y, por ende, válidas para incrementar eficazmente la calidad de vida de estos pacientes45; no obstante, se señala la falta de rigor metodológico de los trabajos45, lo cual pone en entredicho la eficacia real de las citadas técnicas44. En este sentido, en una revisión sistemática, Pan et al46 sugieren que el uso de distintas modalidades de terapias alternativas (acupuntura, acupresión, relajación muscular y ejercicios de autocontrol respiratorio) puede repercutir beneficiosamente en algunos aspectos clínicos de los enfermos, tales como dolor, disnea, náusea y vómitos, en particular en estadios finales y en enfermos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)46. El ejercicio es una estrategia de tratamiento clave que utilizan los profesionales de la asistencia sanitaria para abordar las deficiencias47-53 (problemas con la función Fisioterapia 2008;30(2):96-104

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corporal o la estructura, como desviación, o pérdida significativa, como el dolor o la debilidad), las limitaciones en las actividades (las dificultades que un individuo puede tener al realizar actividades, como la incapacidad de caminar) y las restricciones en la participación (los problemas que un individuo puede experimentar en las situaciones de la vida, como la incapacidad de trabajar) en esta población (Organización Mundial de la Salud, 2001). Es posible que los ejercicios también se utilicen para tratar cambios no deseados en el peso y la composición corporal en las personas que viven con la infección por VIH47-53. En este sentido se ha sugerido que el ejercicio aeróbico puede ser beneficioso y mejorar la calidad de vida de sujetos con sida, pero estos hallazgos47 están limitados a ejemplos con muestras pequeñas, y son necesarias más investigaciones con la finalidad de determinar los parámetros óptimos para que, en función del estado vital del paciente, se puedan establecer los protocolos de ejercicio físico adecuados47. En otros estudios48 se sugiere que los cambios ocurridos en alguno de las concentraciones plasmáticas de los diferentes parámetros de actividad del sistema inmune, como consecuencia de la aparición de algún agente estresante, pueden ser modificados por la intervención terapéutica mediante el ejercicio aeróbico48. Rigsby et al49 propusieron un protocolo consistente en 20 min de trabajo aeróbico en cicloergómetro al 60-80 %, de la frecuencia cardíaca máxima (FC máx ) seguido de 35 min de ejercicios de resistencia muscular y ejercicios de flexibilidad; la periodización era de 3 sesiones semanales y la duración del tratamiento de 12 semanas. Su experiencia ofreció interesantes incrementos en la fuerza neuromuscular y en la capacidad cardiorrespiratoria, sin apreciarse cambios en el fenotipo linfocitario que ofreció el diagnóstico clínico establecido cuando se prescribió y monitorizó el ejercicio, de acuerdo con el ACSM para la salud del adulto (Guidelines for Exercise Testing and Prescription American College of Sports Medicine)49. También se han comunicado trabajos que muestran que la función muscular, la masa muscular y las dimensiones (antropometría basal) de los sujetos con sida, que han seguido un tratamiento basado en ejerci-

cios de resistencia muscular progresiva, durante estadios clínicos no agudos, se incrementan significativamente50. En este sentido, el grupo de Harvard y Boston51 concluye que la medida del área en una sección transversa del músculo está significativamente incrementada en enfermos entrenados con relación a enfermos no entrenados, y que esta variación es semejante a la producida en varones enfermos sometidos a terapia mediante testosterona frente al grupo placebo. Por tanto se puede afirmar51 que dicho parámetro se comporta como factor de alto valor predictivo en varones con sida51, y que el ejercicio físico induce cambios en los niveles séricos hormonales semejantes52 a los mostrados por Grinspoon et al51. Otro de los factores predictivos muy a tener en cuenta es el grado de movilidad de los sujetos, al igual que ocurre con otras poblaciones53, habiéndose demostrado53 que un programa de tratamiento consistente en la realización de un determinado protocolo de ejercicio físico, aumenta la velocidad de movimientos, facilita la independencia en la deambulación y ralentiza el deterioro cognitivo53.

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CONCLUSIONES Se deduce, por tanto, que las personas que padecen sida presentan un cuadro clínico que se corresponde unas alteraciones del sistema inmunitario compatibles con un estado de fatiga crónico. Los métodos y procedimientos fisioterapéuticos empleados en minimizar los efectos de la fatiga en el organismo, parece ser que se muestran eficaces en orden a mantener una calidad de vida en estos pacientes. Se ha sugerido que algunos de los métodos empleados en pacientes deportistas o sencillamente en deportistas podrían ser beneficiosos para esta población. Sin duda alguna, los profesionales responsables del empleo de los agentes físicos aplicados para mejorar el estado de salud de estos pacientes son los fisioterapeutas. Es preciso seguir investigando en esta línea, plantear estudios aleatorios, a doble ciego, para poder establecer protocolos específicos de tratamiento.

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