Revista. ntemayor Revista. ntemayor 2016

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Saluda de la Concejala de Cultura



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Saluda del Alcalde de Moguer

EDITA Fundación Municipal de Cultura de Moguer

Juan Ramón Jiménez

COLABORADORES Mari Paz Díaz Domínguez Rosa Mª Arroyo María Luisa Turell Rocío Bejarano Álvarez Teresa Rodríguez Domínguez Mª José Blanco Garrido Mª Josefa Gallinato Ollero Antonio Orihuela Daniel Blanco Rosario Paniagua Fernández Rosario F. Cartes Diego Ropero-Regidor Daniel Pineda Novo José María Fernández Cabezas Pilar Sánchez Venegas José Manuel Gómez y Méndez Cayetano Burgos Mazo Rafael Redondo Guillén Jomargo Nacho Molina Maqueda Noelia Sánchez Batista Manuela Quintero Callejo María Luisa Flores Hinestrosa Trinidad Cordero Cruz

Apuntes sobre el reflejo de “Alta noche” (Diario de un poeta reciencasado) en la “Oda al rey de Harlem” (Poeta en Nueva York) Rosario F. Cartes 10

FOTO PORTADA Alianzas de boda de Juan Ramón y Zenobia Foto: Ángeles Domínguez Cordero

Una visita a la hemeroteca de Juan Ramón Jiménez... Las pruebas que certifican que el poeta escribió “Platero y yo” en Moguer. Mari Paz Díaz Domínguez 34

FOTOGRAFÍAS Jesús Miguel Marchena Márquez Julián Ropero Ángeles Domínguez Cayetano Burgos Mazo Fotos Milagro

El otro tú de “Platero y yo”. Dos miradas a la primera edición. María José Blanco Garrido María Josefa Gallinato Ollero 42

c Fundación Municipal de Cultura ISSN 1698-2630 DEPÓSITO LEGAL H-222-2000

IMPRIME Imprenta Beltrán, s.l.

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El simbolismo del mar en “Diario de un poeta recién casado” de J.R.J. María Luisa Turell

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Diario de un poeta recién casado. La consagración del Nobel de Moguer. Rosario Paniagua Fernández

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Moguer en Diario de un poeta recién casado en el centenario de su escritura. Teresa Rodríguez Domínguez Rocío Bejarano Álvarez

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Zenobia y Juan Ramón asiduos a los museos Rocío Bejarano Álvarez Teresa Rodríguez Domínguez

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Juan Ramón Jiménez, el padre del microrelato. Daniel Blanco Parra

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Xandro Valerio

DISEÑO Y MAQUETACIÓN Miguel Ollero Márquez

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Diario de un poeta recién casado. Paisajes de un viaje interior. Rosa M. Arroyo Sancho

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Romance de “La Parrala” en Moguer Xandro Valerio

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El legado de Xandro Valerio. Los manuscritos del poeta en el Archivo Histórico de Moguer. Diego Ropero-Regidor

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El poeta Xandro Valerio, en su centenario. Daniel Pineda Novo

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La Parrala, leyenda y realidad. José María Fernández Cabezas Poemas de Xandro Valerio. Poema. Rosario F. Cartes

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Moguer “525”... ¿Qué es?. Pilar Sánchez Venegas

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Poemario Antonio Orihuela

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Hoy he vuelto a la Ribera Rafael Redondo

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Moguer tiene su Top-Model: Irene Olivares José Manuel Gómez y Méndez

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El agua del cebollar. La sandía de Teresita, el taller de Vicente Faraco y la Plaza de las Monjas cuando era vieja. Jomargo 93 Montemayor

Las notas y opiniones aparecidas en los

presentes trabajos son de la exclusiva responsabilidad de sus autores.

El contenido de esta publicación no

puede ser reproducido ni total ni parcialmente sin mencionar la procedencia.

Saluda del Hermano Mayor

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20 días de junio. Cayetano Burgos Mazo

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Montemayor, la luz que ilumina el tiempo de Moguer. Nacho Molina Maqueda

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Montemayor, Madre nuestra. Noelia Sánchez Batista

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Una realidad del ayer convertida en sueño por Amor Manuela Quintero Callejo

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A nuestra Madre de Montemayor María Luísa Flores Hinestrosa

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Fandangos al Padre Roca Trinidad Cordero Cruz

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aluda del Alcalde de Moguer

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a magnífica revista MonteMayor que edita la Fundación Municipal de Cultura con motivo de nuestra Velada, me brinda de nuevo la oportunidad de dirigirme a todos los moguereños y moguereñas, para desearos en nombre de la Corporación Local unas felices fiestas en honor de nuestra Patrona, la Virgen de Montemayor. En esta segunda legislatura en la que tengo el honor de presidir nuestro Ayuntamiento, el equipo de gobierno municipal ha redoblado sus esfuerzos y sus ilusiones para seguir generando entre la ciudadanía esa sensación de bienestar y de progreso que hemos conseguido impulsar en los últimos años al frente del consistorio. Los moguereños y moguereñas se sienten cada día más orgullosos de ser parte activa de este gran proyecto que es construir día a día una ciudad más solidaria y habitable, una ciudad que ha recuperado el importante protagonismo que siempre tuvo en la cultura, y que se siente orgullosa de ello, una ciudad abierta al mundo, donde la promoción del turismo, del deporte, o de nuestro excepcional legado histórico y literario, nos convierten en referente a todos los niveles. Un Moguer activo y revitalizado en el que la ciudadanía dispone de más y mejores servicios, en el que esos espacios públicos en los que tanto venimos trabajando se convierten cada día en lugar de convivencia y disfrute, en el que hemos conseguido redoblar nuestro compromiso con los colectivos más necesitados, complementando además estos esfuerzos con el decidido apoyo al principal responsable de la generación de empleo y riqueza para nuestro pueblo como es el sector agrícola, es un Moguer que ofrece un presente lleno de atractivos, y que está sin duda mejor preparado para afrontar los retos que nos depara el futuro. En este sentido, quisiera destacar que todos vosotros, moguereños y moguereñas, sois también parte activa y decisiva de este logro, porque sin el esfuerzo y la generosidad de la que hacéis gala cada día en el trabajo, en el hogar o en vuestras relaciones con los

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demás, sería del todo imposible construir ese Moguer ilusionado y comprometido del que todos y todas nos sentimos cada día más orgullosos. Cuando nos disponemos a vivir nuestra Velada de Montemayor, me gustaría también destacar la colaboración constante que el equipo de gobierno municipal está teniendo con la Hermandad Matriz de nuestra Patrona, y especialmente el apoyo prestado a los distintos actos de conmemoración del XXV Aniversario de su Coronación. La Virgen de Montemayor espera ya en el altar mayor de la parroquia el encuentro anual con su pueblo y lo hace en un templo que sigue siendo objeto de un complejo proyecto de restauración, una iniciativa a la que este Ayuntamiento está prestando todo el apoyo posible con importantes subvenciones que están permitiendo desarrollar esta necesaria actuación de mejora en el emblemático edificio. La Velada 2016 nos espera en breve con su espectacular oferta de propuestas y actividades, una Velada que también en los últimos años ha sido objeto de una importante revitalización que ha dotado de más dinamismo y participación un recinto ferial cada vez mejor acondicionado, permitiéndonos disfrutar de unos Días de la Virgen con atractivos y alicientes para toda la ciudadanía. Ojalá que todo este esfuerzo que realizan el Ayuntamiento y la Fundación de Cultura para que vivamos una Velada lo más completa posible, se vea ahora recompensado con la masiva afluencia de moguereños y moguereñas a esta feria 2016 en la que deseo de todo corazón, que disfrutéis de los mejores momentos y de las más gratificantes sensaciones. Feliz Velada a todas y a todos.

Gustavo Cuéllar Cruz Alcalde de Moguer Revista

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aluda de la Concejala de Cultura

Cuando las luces comienzan a tornar sus colores, anunciando que algo bueno se acerca, esta importante publicación con intención me ofrece la oportunidad, un año más, de dar las gracias a Moguer. Esta revista atesora nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestra gente y nuestra cultura; unas hojas que guardan el tiempo, la belleza de nuestros rincones; rescatan del olvido hechos, curiosidades y personalidades de nuestro pueblo, pero además propicia que esto ocurra. Por eso es importante, por eso y por todas las horas de trabajo, ilusión y entrega de todas aquellas personas que investigan, escriben y aportan sus sus instantáneas poniendose al servicio de esta inspiradora tierra de forma totalmente altruista.

Aunque, como es sabido, corresponde a la Fundación Municipal de Cultura la organización de estos días de feria, es tarea de todo el equipo de gobierno realizar un trabajo de cooperación para hacer posible que disfrutemos de estos días.Envisur, Seguridad Ciudadana, Patronato de Deportes, Juventud, Bienestar Social o Medio Ambiente desarrollan ese trabajo con ilusión y con el deseo de compartir los momentos de alegría con nuestros familiares y amistades, en difinitiva, con nuestro pueblo. Mi agradeciendo también a las asociaciones, colectivos y todas las personas que año tras año organizan o participan en las actividades y concursos, que llenan de alegría y gozo nuestro recinto ferial. Todo esto es lo que da sentido al esfuerzo económico que se realiza desde el Ayuntamiento de Moguer, y es deseo del Alcalde ofrecer un programa de festejos diseñado para el mayor disfrute de todos y de todas.

En esta edicón quisiera destacar la puesta en valor de la figura de Xandro Valerio a quien dedicamos un apartado especial como reconocido poeta moguereño y gran letrista español, un merecido homenaje en este año que se conmemora el Cicuentenario de su muerte. “Tatuaje”, “Cinco farolas”, “A tu vera” o “La Parrala”, son algunas de sus más reconocidas coplas y fundamentales del Cancionero Español. Estoy segura de que la lectura de estos artículos nos ayudará a reconocer la importancia de este gran poeta, presente siempre en Moguer, pero que al descubrirlo cala en nuestros corazones. Y llegan las fiestas, la “Velada 2016”. Un gran cartel de Carmela Morales lleno de color, fantasía y tradición anuncia el gran acontecimiento. Gracias Carmela por esta gran trabajo.

Lourdes Garrido Cumbreras Concejala de Cultura y Festejos

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Qué cerca ya del alma lo que está tan inmensamente lejos de las manos aún!

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UAN RAMÓN JIMÉNEZ

Centenario C Diario de un poeta recién casado Revista

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Apuntes sobre EL

EFLEJO DE

EN LA

“ALTA NOCHE”

(DIARIO DE UN POETA RECIEN CASADO)

“ODA AL REY DE HARLEM” (POETA EN NUEVA YORK)

Por Rosario F. Cartes

e n Conversaciones con Juan Ramón, el poeta de Moguer le dice a Ricardo Gullón: Con el Diario empieza el simbolismo moderno en la poesía española. Michael P. Predmore, en el penetrante

Prefacio a sus ediciones de la obra, la señala –coincidiendo con otros estudiosos- como “la obra poética más importante del siglo XX, en el mundo hispánico”. El mismo Predmore recoge estas palabras de Juan Ramón provenientes de Política Poética, que sirven al propósito del presente artículo: Y determinó (el Diario…) una influencia súbita y benéfica en los jóvenes españoles e hispanoamericanos, y la burla de todos los césares de España. La crítica mayor y mejor está de acuerdo en que con él comenzó una nueva vida en la poesía española (un “gran incendio poético”, dijo uno). En realidad, el Diario es mi mejor libro. Me lo trajeron unidos el amor, el alta mar, el alto cielo, el verso libre, las Américas distintas y mi largo recorrido anterior. Es un punto de partidas. Y nuevamente Predmore nos sitúa, subrayando al poeta, abundando en la dirección que quiere tomar este trabajo que traigo a las páginas de Montemayor en el centenario de esta obra cumbre de nuestro poeta: “Juan Ramón nos ofrece con su Diario de un poeta reciencasado, una honda experiencia transatlántica de inaugural y duradera modernidad”. Inaugural, duradera modernidad…iremos a ello. Aunque la acotación temática remite a la concreción, antes de entrar en el asunto central, me detendré someramente en un marco general de antecedentes y consideraciones. Algunos estudiosos de las obras juanramonianas y lorquianas han reconocido la existencia de un reflejo del Diario…de Juan Ramón en Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca. Es indudable que el cárdeno granadí (como lo denominó nuestro Nobel en la caricatura lírica del mismo título) estuvo significativamente influido por el moguereño, como lo estuvieron la mayoría de los jóvenes poetas de la llamada Generación del 27, tomado JR como referente en claro magisterio (aunque muchos de ellos renegarían y se desvincularían después, desembocando incluso, en episodios ingratos bien conocidos) En el caso de García Lorca podemos encontrar ecos juanramonianos ya desde sus primeros pasos poéticos, como ha señalado el profesor José Antonio Revista

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Expósito, entre otros. Por poner solo un ejemplo, recuérdese el eco claro del poema de JR, La verdecilla, en el Romance sonámbulo de Lorca. (La imagen generadora inaugurada por el moguereño: Verde es la niña. Tiene/ verdes ojos, pelo verde…tendría largo recorrido posterior como en Julia de Burgos, la poeta puertorriqueña que murió sobre una acera en Harlem, anónima y desgraciada, que cuaja en su “Que me quieres en verde”. Desde que la conocí en Washington –dijo JR a Juan Batista Pagán- admiré profundamente la escritura de esta extraordinaria mujer por su don distinto de creadora y de expresiva, -señalado por Ángel M. Aguirre, profesor y poeta puertorriqueño y estudioso juanramoniano-; y por seguir un ejemplo fuera del mundo hispánico, de tal visualidad del verde, aunque como en la autora de “Río Grande de Loíza”, con menos juego fónico, se vislumbra en ese “hace falta desasirse del verde”, de Pier Paolo Pasolini, confeso admirador de nuestro poeta, influido en su época de formación -“Las hojas firmas”, “Esquela”, “La tila”, o “Vida y muerte”…hablan por sí solos-: Casarsa, el Friul materno, como Moguer en JR) En cuanto a esos reflejos suyos en Lorca los señaló el mismo JR en el borrador de “Federico García Lorca. Después” (dado a conocer por Vázquez Medel en su magnífica edición de Olvidos de Granada) al lamentar y deplorar lo mucho que el granadino (por quien siempre mostraría afecto, al igual que a su familia, desde el viaje realizado con Zenobia a Granada, en 1924, y dan fe los materiales que conforman dicho libro) lo había imitado en su lírica, pues el de Moguer fue crítico –de noble intención- con la obra poética de quien consideraba más verdadero en su dramaturgia; poeta dramático por emanación, lo definió, como adscribió a Luís Cernuda a la lírica de los Nortes. El poeta de Fuente Vaqueros, influido por Dalí y Buñuel, se distanció también del moguereño. Pero cabría preguntarse ¿ese desvincularse de los caminos poéticos de JR es tan drástico como podría parecer? ¿Quizá la crítica de Dalí a su Romancero gitano, publicado en 1928, el distanciamiento personal y estético con el de Cadaqués, la ruptura de aquella amistad de críptico lenguaje sumergido en la simbología de San Sebastián, “traicionada” al decantarse Dalí por la amistad y la colaboración artística con

Juan Ramón y Zenobia con Federico García Lorca en los jardines del Generalife. durante la visita que hacen a Granada en 1924. Tambien aparece en la fotografía Isabelita García Lorca.

Buñuel, y la alusión que vio el granadino en Un perro andaluz, que tanto le doliera, hizo variar o poner en otro horizonte, sus puntos de vista y su posición ética y estética? Al abordar Poeta en Nueta York, lo hace desde el engranaje simbólico de un surrealismo que bebe del movimiento francés que había calado y tomado cuerpo en algunos poetas, artistas plásticos, cineastas…de aquella “generación” adquiriendo en esta obra lorquiana, una eficacia y una brillantez deslumbrantes, siempre al servicio de la creación de un imaginario personalísimo, de alta potencia léxica y expresiva, una mirada en cuyo centro está el poeta -el poeta en la ciudad- como dos “locus” identificados del lado del sufrimiento. El artificio de la civilización y la consiguiente desnaturalización / naturaleza en sentido originario, como focos principales contrapuestos, que tantas veces se concentra en un grito contra la alienación de los oprimidos, en el deslizamiento en doble dirección: el sufrimiento del poeta /el sufrimiento de los oprimidos, un bucle indiferenciado. Vemos en Poeta en Nueva York el artificio mitificado en la Gran Manzana, arquetipo de metrópolis moderna, una doble mirada: señalamiento de la asepsia que obliga a un pretendido distanciamiento, a la “santa Objetividad” que proclamara Dalí en su arrebatadora prosa “Sant Sébastià” (donde subyace La rebelión de las masas, de Ortega), a la que Lorca respondiera con su “Oda…” (plagada de lugares comunes, la vería Juan Ramón…) y, a la vez, un descarnado mirar y sentir, y una forma de sentirse concernido. Lo germinal en Poeta en Nueva York estaba dispuesto o predispuesto –en Revista

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el consciente o en el subconsciente- antes de 1929: la novedad que representó el Diario…de Juan Ramón, (1916-1917) -variedad de materiales, intratextualidad, simbolismo y verso libre en el modo en que lo usa y fija el de Moguer, miradas con que el poeta recepciona la ciudad en una incesante expresión del yo poético…( –con sus nuevos descubrimientos y adaptaciones: Amor, Ciudad y Continente, el Mar real y metafórico, los lenguajes de cada “estado” nuevo, recién casado, viajero en diálogo con mar y tierra, lejanía del nido familiar, territorial, lingüístico, nuevas sociedades y costumbres, nueva lengua, las proporciones del mosaico humano, racial, social…y el artificio levantado desde el trazo imponente de las arquitecturas y las redes de arterias viarias-) Por este vasto conglomerado, en ciertos momentos, surge algún signo reconfortante de naturaleza…como forma de resistencia contra el olvido. Al precedente del Diario hay que añadir en Lorca el mencionado influjo del movimiento surrealista, el interés despertado en los círculos intelectuales por aquellos autores y aquellas artes que trataron la alienación y la opresión sobre las clases obreras y otros colectivos desfavorecidos (como la película Metrópolis, algunas obras de Buñuel…libros como El paraíso de los negros, de C. van Vechten…) las fuertes reacciones antibélicas, el feroz capitalismo que desemboca en el crac del 29, el interés de Europa y América del Norte por África, el mundo negro, el lenguaje atávico del jazz y su arte plástico -sentidos profundos de las expresiones de la “negritud”Si Juan Ramón va a América movido por el feliz acontecimiento de su boda con Zenobia, a entrar gozoso en carne y alma en el amor buscado y elegido, y correspondido, a dejarse envolver, en aras de aquel, por los trajines familiares, sociales, literarios,

viajeros… ensoñando breves soledades, Federico se encamina a N. Y. atenazado por un conflicto personal –sentimental-, angustiado y herido; dolor y vacío la dualidad de su corazón. Desde aquella poderosa razón que lo pone en camino, JR puede, en la alegría, el asombro, el desagrado o el agrado…la conciencia, su ética y su estética bien firmes, mirar, como el poeta que es, con la libertad y el impulso que solo en la plenitud del amor y la vida se encuentran. De ahí la agudeza, la fina ironía, -incluso el sarcasmo, dentro de lo “cómico visual”- que tiñen su lenguaje, un lenguaje de riqueza simbólica inaugural en nuestra lírica, sucesión natural al servicio de su más novedosa expresión, siempre señaladas las constantes líricas por su ojo –suma de sentidos- su corazón y su conciencia alertas. Y en Federico, las razones de su “huída” de España y sus círculos concéntricos, lo llevarán a sumergirse en los espacios donde fluir entre sus semejantes, al calor de los que se reconocen en el sufrimiento. Expresar lo oculto del extremo requería el lenguaje del surrealismo que en él, lejos de una mera anarquía en juego de asociaciones, está sujeto por voluntad y esfuerzo; conquista de una libertad que será como un nuevo y doloroso nacer, oxigenada desnudez en el salto cuántico del propósito y la voz, definitivamente propia, en su obra dramática paralela y posterior -cumbre en El Público…- interrumpida injusta y cruelmente por su asesinato. Para Juan Ramón y para Lorca, sus respectivas obras neoyorquinas representarán en el conjunto de sus producciones líricas, claros y reconocidos puntos de inflexión, de partidas; sendas distintas e inaugurales, en formas y alcances. Desde su modernidad formal y temática, ambos autores no abandonan sin embar-

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go, el bagaje sustancial de sus infancias y vivencias andaluzas, donde la lengua maternal –por riqueza de oralidad y escritura- sujeta a la tierra, conforma realidades intrínsecas, identitarias de sus voces poéticas personales. Al igual que, por ejemplo, Rubén Darío flota en la atmósfera de un poema neoyorquino que nunca formó parte del corpus editado de Poeta en Nueva York (Recomiendo vivamente el excelente estudio de Miguel García Posada, en el Boletín de la Fundación FGL, nº 10/11) Juan Ramón, con su prosa lírica “Alto cielo”, de Diario de un poeta reciencasado, está presente en la “Oda al Rey de Harlem” de Poeta en Nueva York. Me alineo con quienes afirman esa “prefiguración” ¿Dónde, en qué aspecto, podemos ver el reflejo? Hágase una lectura paralela de ambos textos, (muy recomendable, aunque por la extensión de la Oda, no podemos reproducirlos aquí) Veamos algunos aspectos que se derivan: “Alto cielo”: Juan Ramón pasea en la soledad de la ciudad (-sin un cuerpo-) Se perfila ya la noche como tregua generosa. Acabando la actividad general todos son signos en la soledad del espacio que se agranda. Irrumpe en el paseo y el espacio del poeta, un eco insistente, magnificado, que evoca sonoridades como en la oquedad rememorada del aljibe, y una figura imprecisa que viene con el eco y enseguida conecta con el universo de su memoria: aquel carabinero solo –deslizamiento por analogía, de un personaje en otro- solo, sin la pareja acostumbrada, vistiendo el uniforme de aquel “cuerpo” de vigilancia fronteriza y costera, como a punto de extinguirse en el vaho neblinoso de un espejismo vivido en las Playas de Castilla, franja en extensión de Moguer hacia Doñana, entre los “cabezos”

–médanos- de arenisca coronados de camarinas y pinares, alternados de dunas movedizas, y el océano lamiendo la cinta salina de Arenas Gordas. Como una doble entrada en la memoria encontramos el referente vivencial y el referente intelectual. ¿Es posible que JR esté recordando –llegado, como el eco insistente, a su oído inconsciente- el poema de A. Rimbaud, “Mon paletot…”… “Con los puños metidos/ en mis rotos bolsillos, / mi paletó sintiendo/ que se hacía ideal,/ andaba bajo el cielo” -un recurso de su cultura francesa, aunque en ese momento de su obra mire otras líricas-? Pues quien llega desde los equívocos de la distancia -como aquel carabinero- al amparo de los elementos, es un viejo negro vestido con paletó mustio y tocado con sombrero de copa mate, rey de la ciudad -lo designa el poeta moguereño- rey cuando la noche le permite su breve dominio, en ausencia de los otros, tierra de nadie la oscuridad clandestina. Se cruza un instante con JR, y todo se hace mirada y sonrisa grandes, cómplice, el saludo, ¿servil acaso, por costumbre? En esa mirada que ocupa la cara y se proyecta, se refleja no solo la luna ojerosa de primavera mojada, sino su dimensión moral, toda la dignidad de su ser. El canturreo feliz, despreocupado, con que el poeta acompañaba su paseo, mientras se entretenía mirando los cierres imponentes de los escaparates, de los bancos, las banderolas ondeantes… -en la furia del día en la ciudad, escaparate hipnótico de modernidad- ha experimentado un cambio de tono, más bajo e íntimo después del breve encuentro con el hombre. Lo que ocurre en el interior del poeta, quizá tras el relámpago de un pensamiento o sentimiento agudos, hay que leerlo en el breve escalofrío, en una palabra y en el hueco de las otras que no están pronunciadas:

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Pintura de Roberto Gutiérrez Currás

“semicantando”….-sin duda un gesto de respeto, de comprensión-. Juan Ramón dice que él va por la Quinta Avenida hacia abajo, que el hombre cojo, el negro vestido con deslucido paletó, el rey de la ciudad, pasa con el cielo….hacia arriba, es decir, en dirección al Central Park y a Harlem. El poeta continúa su paseo con las manos en los bolsillos (imagen que nos lleva de nuevo al mencionado poema de A. Rimbaud…) Y aún se oye el eco del negro cojo, rey de la ciudad, dando la vuelta a la noche por el cielo… como por su propio territorio. . ¿Cómo es el Rey de Harlem de Federico, fechado el 5 de agosto de 1929? En un tono elegíaco, lo presenta como un negro perdido en un mundo adverso, un rey destronado, trasterrado, perdido su dominio natural, y loco; a veces, una caricatura de sí mismo, arrancado del grupo natural, originario, del lejano paraíso de África. Fuego de siempre dormía en los pedernales/ y los escarabajos borrachos de anís/ olvidaban el musgo de las aldeas. También la noche, con la celeste luna de Cáncer, sus oquedades y penumbras es un territorio cómplice bajo el que se desarrollan la tragedia, la injusticia, el dolor de cada día: Tenía la noche una hendidura y quietas salamandras de marfil. El paletó que viera JR en su rey, es en Lorca un traje de conserje, con que le asigna un oficio frecuentemente ejercido por negros de confianza y autoridad. ¡Ay, Harlem…! No hay angustia comparable….a tu gran rey prisionero, con un traje de conserje” (Para ilustrar la edición que preparaba, el poeta le dio a Bergamín varias fotografías; entre ellas, la de un negro vestido de etiqueta; ¿acaso destinada para El Rey de Harlem?) El reducto de aquel paraíso perdido de los negros es Harlem: Es preciso cruzar los puentes/ y llegar al rumor negro/ para que el perfume

de pulmón/ nos golpee las sienes con su vestido/ de caliente piña. Y que nadie dude de su dignidad, de la infinita belleza de los ralladores, de los plumeros, de las cacerolas… El poeta granadino presenta potentes, a veces violentas, imágenes contrapuestas: ciudad y poder blanco/ Harlem; artificio y desnaturalización de la ciudad/ la naturaleza –todos los reinos- que se ha vuelto desquiciada, loca (véase la riqueza que exhibe su bestiario) El Rey, fuera de sus espacios naturales, se muestra igualmente desquiciado: con una cuchara de palo/ le arrancaba los ojos a los cocodrilos/ y golpeaba el trasero de los monos… Lorca anima, arenga a los negros a la rebelión; él mismo hará la suya, “huyendo” de Nueva York hacia “la civilización” de la otra América, Cuba con dos valses…¡al fin, el verdadero aire de la libertad buscada! Es muy dura la descripción que hace en el poema del poder de los blancos sobre los negros, de cómo se materializa la opresión. Hay una traslación identificativa (personal) del poeta con la situación, como queda dicho: la desesperación, la angustia de los negros… (dolor, injusticia, esclavitud…) ¿acaso él mismo no es un marginado por la sociedad y sus normas por ser diferente, por su condición sexual? En la mayoría de sus obras subyace esa amargura… El rey, su Rey de Harlem, se proyecta –como si de uno de sus dibujos se tratara- por sus barbas: el Rey imagen de otro “Rey”, Wal Whitman, paradigma del panerotismo, poeta blanco americano cantor de la naturaleza y la libertad, como dos significantes, dos gigantes igualados por la fuerza de la dignidad… He ahí la imagen de la esperanza, como al menos deseo, o como anticipo visionario: Es la sangre que viene, que vendrá… y el tuétano del bosque penetrará por las rendijas…El poeta granadino hace una proyección gráfica en la imagen de los cabellos del gran Whitman, “disparados, alámbricos” –como dice Javier

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Yagüe- “barbas fluviales…” como una profecía el grafismo de este adán de sangre, con su barba hacia el polo. A Lorca le llega “el rumor de Harlem” (como antes a Juan Ramón el eco simbólico que subyace en la figura, y el eco “más físico” de la cojera –tal vez aquel rey de la ciudad en su andar claudicante y arrastrado, golpeara el asfalto con una prótesis de madera, como aquella cuchara con que golpeaba el otro rey el trasero de los monos- Un rey deslizado en otro rey; la misma dignidad) un rumor a través de su gran rey desesperado, cuyas barbas llegan al mar… Al polo, Whitman, “el rey” de la poesía americana y el panerotismo / al mar… el “rey de Harlem”, el mar que le separa de su civilización originaria –y también mar soñado del regreso-; la proyección de los dos “reyes” símbolos del deseo de proyección del poeta granadino. Convengamos y concluyamos que el rey protagonista de “Alta noche” influye sustancial-

mente en “Oda al rey de Harlem”, el precedente más claro de Diario de un poeta reciencasado en Poeta en Nueva York (“proclama del hombre natural frente al hombre cívico” –como vio Francisco Umbral esta obra del granadino-) Una y otra son frutos de dos miradas, dos experiencias, dos “relatos poéticos” nacidos de y en la Gran Manzana –el marimacho de las uñas sucias, para Juan Ramón; para Federico, paisaje de la multitud que vomita, que orina, ciudad sin sueño… panorama ciego…Sin duda, dos clásicos modernos. En el ejercicio de la escritura, el “contajio”, en el mejor alcance de la acepción que le diera el poeta de Moguer, no es en absoluto, demérito, y es cosa frecuente e inevitable ese “contajio”, consciente o inconsciente. Importa cómo el creador lo integra en su lenguaje y universo, haciéndose el referente solo eco, o aroma que se disuelve en voz propia.

BIBLIOGRAFÍA JUAN RAMÓN JIMÉNEZ -Diario de un poeta reciencasado. Edic. de Michael P. Predmore. Cátedra. Letras Hispánicas. 1ª Edic. 1998 -Olvidos de Granada. Edic. de Manuel Ángel Vázquez Medel. Ed. Los libros de La Estrella. Diputación de Granada, 2002 FEDERICO GARCÍA LORCA -Poeta en Nueva York. Edic. de María Clementa Millán. Cátedra. Letras Hispánicas, Madrid, 1988

ARTÍCULOS Y ESTUDIOS:





-Federico García Lorca: clásico moderno. VVAA (“El mito de San Sebastián en FGL. Breve estudio comparado.”por Rosario F. Cartes. Diputación de Granada. Biblioteca de Ensayo, Granada, 2000 -América en un Poeta. VVAA. Edic. de Andrew A. Anderson. (“El fuego en el Pedernal. García Lorca en Harlem. Por Brian Morris) Universidad Internacional de Andalucía / Fundación Focus-Abengoa, Sevilla, 1999. -Boletín de la Fundación FGL, nº 10/11, VVAA (“El homenaje neoyorquino de García Lorca a Rubén Darío” por Miguel García –Posada) Madrid, 1992 -Artículo Revista Rayo, (Extraño caso de las tumbas de Juan Ramón y Julia de Burgos), por Ángel M. Aguirre. -Art.ºJuan Ramón en Nueva York Lectura itinerante de Diario de un poeta Reciencasado, por Javier de Prado Biedma, UCM -Art.º “Acerca de Juan Ramón. Ámbitos americanos en el simbolismo…” por Mercedes Juliá. CVC. -Pasolini y la cultura española. Edic. y estudio de Francesca Falchi. Ed. Alrevés Barcelona, 2011.

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DIARIO DE UN POETA RECIÉN CASADO

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AISAJES DE UN

VIAJE INTERIOR

Por Rosa M. Arroyo Sancho1

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n la definición de poesía que daba Juan Ramón Jiménez, afirmaba que la escritura poética daba vida a un proceso de auto-realización; un “venir a ser yo” (uno mismo) y “buscarse más allá”. Y sabemos que toda búsqueda implica un viaje pero, además, que en todo viaje los paisajes son elementos indispensables. Diario de un poeta recién casado2 es un camino de autodescubrimiento, de renovación, de “drama interior” que dice el profesor Predmore, pero también de resolución donde, desde mi punto de vista, a esta aventura vital y estética no lo acompaña una crisis psicológica y sí el sentir de un hombre poeta. En este primer viaje a América, Juan Ramón encuentra la manera de dar salida a lo espiritual, de ampliar con nuevos contenidos los límites de la realidad y utilizar esa realidad como símbolo poético, ofreciendo, así, una nueva visión de sí mismo y del mundo que ve. Y es que ya lo avisa el poeta en el breve prólogo de la obra: La que viaja, siempre que viajo, es mi alma, entre almas. Es, por lo tanto una travesía por la superficie pero también por su interior, y una lectura más profunda ofrece una visión del alma del poeta pero también del alma humana. 1 2

Licenciada en Filología Hispánica por la UCM y miembro de la Asociación de Escritores de Mérida (Venezuela) y del Grupo Literario “Platero” de Madrid. Edición de Predmore (Cátedra, 2009) para todas las citas textuales de la obra. Revista

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Para hacer visible el paisaje invisible, me he embarcado en esta aventura intentando seguir su idea de que toda obra hay que estudiarse «con amplitud de espíritu» porque «debe ser un paseo a través del alma artística» y sacar a la superficie junto a la trayectoria de ida, estancia y vuelta, en la medida de lo posible, esa perspectiva de periplo interior que también es Diario con sus imágenes ocultas, sus paisajes del alma, en las que Juan Ramón, al preguntarse por la realidad profunda de las cosas que se muestra ante sus ojos, encuentra que es la misma realidad de su alma ante ellas porque su yo poético así lo percibe. Su experiencia íntima, impresiones, emociones, sentimientos de duda, miedo, angustia, esperanza, la ilusión o sus monólogos interiores, se pueden interpretar como paisajes en este viaje lleno de belleza poética, visual, autobiográfico, simbolista, sí, pero que más allá de los ángulos que la crítica ha estudiado como libro de viaje o diario poético/literario, en mi opinión tiene tanto o más de recorrido espiritual y humano. Y es que, un texto con imagen poética esconde otra imagen más honda en esas leves notas que dice el poeta copió, unas veces con color solo, otras sólo con pensamiento, otras con luz sola, siempre frenético de emoción, pues el mundo al instante subía a su alma, “alma de viajero”. Es un libro dedicado a los grandes temas de la creación poética, los del encuentro del hombre con la Naturaleza (sol, agua, cielo, mar…) pero también con la realidad y su propio yo, consiguiendo una unidad donde es imposible separar el espíritu del cuerpo, la esencia de la sustancia, la belleza del sentimiento poliédrico de un viajero con hondura y sensibilidad cuya aventura interna es tan grande como la externa (29 abril: “el cuerpo es el paisaje de tierra y el alma es el cielo crepuscular”). En Diario, lo de fuera y lo de dentro se superponen, se mezclan, y el paisaje externo se hace paisaje interno o viceversa. De fondo, la soledad y el silencio van de la mano, la primera obligada en las dos primeras secciones de la obra y el silencio necesario siempre pues lo busca el poeta para satisfacer en sus aguas la sed espiritual que le mueve, y entregar lo que allí encuentre a los demás, sus pinturas interiores. Si en mi trabajo sobre Platero y yo defendía la mirada caleidoscópica del poeta, aquí está más que nunca. Enriquece la literatura conocida hasta el momento y la mirada se amplia, se multiplica no solo hacia el color, los lugares o la realidad social e histórica sino hacia una mezcla de estilos; poemas, monólogos interiores, aforismos, cartas, citas literarias, acotaciones, epitafios, retratos… creando un discurso moderno que responde a unos principios constructivos cercanos a la música del momento, con su disociación armónica, pero sobre todo a la pintura –no hay que olvidar la seria inquietud que Juan Ramón siempre manifestó por ella -, y las alusiones pictóricas son numerosas3 pero mi intención es ir más allá de lo que ve. Podría semejarse a un pintar lienzos a lo Monet o escribir música a lo Debussy, Satie o Ravel, o como diría Ricardo Gullón: “hacer la esencia desde la existencia”. Si el pintor busca captar lo que el ojo ve, el cambio dinámico del paisaje en función de la perspectiva y la luz y los músicos variaciones experimentando con el timbre o movimiento más libre; Juan Ramón, utilizando el mismo elemento natural, plasma ese cambio dinámico en percepciones sensoriales para el lector. Así, el cielo, el mar, las estrellas, la noche, la tarde, el sol, son el lienzo o la partitura para expresar su interior, y la soledad y el silencio el trazo o la nota musical que da forma a la composición, al paisaje que se oculta tras el texto (poema o no), utilizando su caleidoscopio literario. Sirva de ejemplo el poema del 8 de junio -“Mar de pintor”- donde dependiendo de la hora (desde las cuatro de la madrugada hasta las ocho de la tarde) el mar es azul Prusia, morado, ocre, plata o hierro y el cielo verde malaquita, blanco, rosa o gris; y su alma, en simbiosis, se siente llena de emociones, nostalgia, desamor o pensamientos. La variación la encontramos el 12 de junio. El poeta se pregunta si este mar de pintor es de músico. A las dos de la tarde: un movible y luciente brocado verde plata / A las seis y media: los valles de espumas blancas se llenan de rosas. / A las siete y cuarto: agua alta y verde. Antecielo de nubarrones azul cobalto. Cielo gris. Trascielo de oro. 3

Pintores como Monet, Puvis de Chavannes, John Constable, Velázquez, Couture, Millet, Rusiñol, Sorolla, Moreno Villa, Winthuysen, Vázquez Díaz, Turner, Watts… Revista

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En mi opinión, le responden los versos. El sonido (el movimiento del mar a las dos de la tarde); a las seis y media: olor a salitre y rosas (belleza) y las siete y cuarto: el aire de tormenta que se avecina en los nubarrones y el cielo gris. Lo que en Mar de pintor del 8 junio era pintura, en este del día 12 se percibe, sin duda, la variación impresionista desde lo sensorial, lo musical, el cambio dinámico externo que Juan Ramón plasma como esencia. En estos dos poemas vemos cómo el poeta identifica color y espíritu, pero también paisaje exterior y paisaje del alma, y las percepciones sensoriales en este último no necesitan una palabra porque el paisaje basta para dilucidar que vista, olfato y oído se interiorizan simbólicamente unidos por un hilo de gracia. Las interpretaciones de un mismo paisaje varían aún siendo de una misma cosa, a una misma luz, desde un sitio mismo y, como dice el poeta: esto en cuanto a lo físico, que en la interpretación espiritual, los valores son infinitos.4 Y es que, en los paisajes juanramonianos se funden tantas sensaciones de espiritualizado cromatismo como imágenes y colores es posible visualizar. Pero también basta la mención de un sonido o un perfume, casi siempre buscando un efecto específico que evoquen o asocien, la tormenta con el olor húmedo de la lluvia, el nocturno con el silencio y si es en el mar, el sonido de su movimiento, sin olvidar que también la realidad más explícita en el ruido de la gran ciudad o el traqueteo del tren sirven al poeta para esa mirada hacia dentro. Ya lo avisa Juan Ramón en su prólogo: En la tarde total…, lo que da la belleza es el latido íntimo de la caída idéntica, no el variado espectáculo externo; la exactitud del latido.

Y con este timbre o pincelada impresionista encontramos onces nocturnos, siete amaneceres, seis cielos y hasta cuatro cementerios, y primaveras, donde esa luz y trazo referidos se muestran con diferentes emociones indicando una nueva perspectiva cada vez, un nuevo paisaje interior, un sentimiento incluso contradictorio en ocasiones, que podemos semejarlas con las luminarias íntimas que todo ser humano posee. En la primera parte navega por su mundo al tiempo que lo hace por el océano, por ese mar que es el vacío, la nada, y también el infinito y lo eterno. Pero también en las otras partes de la obra su interior continúa en movimiento cuando pasea por cualquier calle, mientras mira u observa gentes, ciudades, monumentos, escucha pajarillos o el silencio de un cementerio. Incluso sus recuerdos de América del Este, escritos ya en España, poseen sus propios paisajes interiores acompañando el lenguaje sencillo de cada recuerdo. «El mar es la plenitud de la soledad», apunta Jesús Cabezón Alonso pero dice el poeta que a la soledad… “no se puede ir sino con el bagaje suficiente en el alma para colmarla de sentido”, y Juan Ramón viaja repleto de soledad pero, sobre todo, de poesía y genialidad literaria para que ese sentimiento tan cotidiano, tan humano, consiga transformarse en un diálogo con uno mismo y un Todo que le rodea… porque como apunta Rosario Paniagua Fernández5«para poder escribir poesía tan sublime, el poeta ha de ser un hombre puro, silencioso, solitario». 4 5

JIMÉNEZ, Juan Ramón, Ideología. «Un cuadro, un libro, una sonata, no se ve nunca, ni se lee, ni se oye. Como en el paisaje, a cada luz, en cada estancia, a cada hora diréis una cosa diferente…¿No es el objeto sino el ambiente el que crea la emoción?» (Aforismo 467). “Encuentro con Juan Ramón en Moguer, Dios en el fondo”, Revista Montemayor, (2008), pp. 10-18. Revista

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Lo absoluto en este viaje marino (espíritu y naturaleza) atrae la unidad y en el silencio se llega a percibir “la onda que trae de improviso a nuestra alma una estrofa cerrada, una frase perfecta” que es “una cláusula de este idioma íntimo y concreto que hablan los árboles con las nubes, las estrellas con los pájaros, las rosas con el corazón […]”6 pero también el mar con el cielo, las estrellas con la noche, y la tierra, que espera a lo lejos en este viaje a América, con el amor (que en esta situación es el corazón). Así, soledad y silencio trazan las vías que conducen al éxtasis poético, al paisaje de luz –como alumbramiento- que, ya sea nocturno, urbano, marino, nostálgico o esperanzador, aparece siempre en toda la travesía íntima de Diario. Sin duda, son anotaciones de un poeta mecido por el ritmo del amor y el mar, pero como hombre también por la ilusión y la reflexión, la duda y la esperanza… La palabra en movimiento íntimo que expresa el paisaje del alma mientras afuera, otros ojos físicos, poetas, captan el paisaje externo para crear una simbiosis de experiencia humana que nos es mucho más cercana de lo que aparentemente parece. Así, lo invisible, lo íntimo, símbolo además de su centro, se hace visible en el paisaje exterior, unidos por ese hilo elástico de gracia que es la pura esencia poética. Las metáforas del paisaje ideal de obras anteriores continúan aquí, pero en categoría más honda y elevada pues si se afina “el oído” se podrá percibir que es el alma, en conversación constante, la que escuchamos en los temas, motivos, símbolos que concurren dando honda y genuina unidad al viaje por tierra y mar pero, sobre todo, por el interior. Según Rogelio Reyes se puede calificar esta obra como “libro de viaje” 7, y no es descabellado. El siglo XIX había sido un siglo viajero, de grandes relatos marítimos. Y, como ya se adelantó al comienzo, viajar significa cambiar, moverse, y es una búsqueda, que con frecuencia lo es de sí mismo, del centro personal del escritor -búsqueda que no fuga- pero también lo es de cualquier persona con cierta inquietud existencial. Más que lo visto, el poeta va anotando lo que siente y piensa: impresiones y sensaciones que siempre relacionadas con su propio yo. Es una salida al encuentro de sí mismo marcada por referentes externos (tren, barco, ciudades, lugares, horas y días…). Por lo tanto, se puede decir que es un libro de viaje que se complementa con un diario íntimo que, siendo real geográfico y físico, por añadidura va adquiriendo significados simbólicos, lo que en su caso es posible entenderlo como un viaje de su alma; una externalidad que pierde consistencia en favor de un verdadero viaje interno, pura introspección, continuo ahondamiento en el propio yo del poeta. Es, en definitiva, la plasmación literaria de un itinerario vital, de un viaje interior hacia su madurez, un viaje de ida y vuelta, cerrado, que el poeta va viviendo por dentro, pero que, a un tiempo se ciñe externamente a tiempos (fechas), espacios (mar, ciudad, cementerio, parques, puentes), vehículos (tren, barco) que marcan un proceso interior donde los paisajes del alma se manifiestan por doquier. Esos mundos, interno y externo, se corresponden íntimamente y su relación crea un paralelismo entre ambos, no solo para proyectar o reflejar,

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BLASCO PASCUAL, Francisco Javier. Poética de Juan Ramón Jiménez. Salamanca (Universidad de Salamanca), 1981, p. 330. “El Diario de un poeta reciencasado como libro de viaje”, pp. 141-162. Revista

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sino también para estructurar su pensamiento. Así, no solo los fenómenos de la naturaleza, algo característico de los escritores modernistas, servirán para el recurso que consigue la fusión de lo sensorial y lo psíquico, también los fenómenos cotidianos pero, sobre todo, su estado de ánimo formarán parte de los paisajes del alma. En “Ocaso de entretiempo” (26 febrero) la angustia de la travesía ha dado paso a la paz interior una vez que ya se encuentra en su destino. Y de este día escribe Zenobia en su diario: «Yo me encuentro mala, pero tengo que ir de compras porque me empiezan a coser el traje de boda y Juan Ramón pasa el día de lluvia torrencial en el Garden City»8. Aquel 26 de febrero cae una lluvia torrencial y lo que extrae de ese día el poeta es la dulzura del paisaje, igual que una mujer / que va a acostarse, un poco / cansada, por la tarde. De donde se puede deducir que, además del poeta, escribe la persona. José Antonio Expósito dice que el poeta moguereño es humano, tanto en su poesía desnuda como cuando desnuda su corazón. Y es que desde un mar desértico, un cementerio, grandes edificios, monumentos, el ruido de la gran ciudad o el silencio nocturno, devuelve a la palabra su vigor cotidiano tan lleno de humanidad. Con ellas, la realidad, las dudas, los miedos, la esperanza, la soledad, el silencio, la belleza, lo visible, lo invisible, caminan con el poeta y a cada anotación de la realidad lo acompaña el sentido poético más íntimo y el paisaje interior se plasma en cada poema, cada estrofa, cada anotación con apariencia inocente, en tren, barco, calle, cama, desde altos edificios y monumentos, en paisajes verdes y floridos de Andalucía, urbanos de Nueva York. Sean paisajes líricos inspirados por la naturaleza en parques y cementerios americanos, y principalmente marinos, de absoluta desolación o no, o en aquellos cuya realidad es más crítica –suelen ser prosas-, todos los paisajes poseen la simbolista pincelada impresionista, íntima y honda… y en Diario lecturas, vivencias y creación se funden, hilvanándose los pequeños detalles de lo usual con el hilo viajero, haciendo más humano lo poético y más poético lo humano. Para terminar, quisiera dejar en la retina lectora la imagen impresionista de ese sol que se volvió un agujero naranja, y el verde del mar, en algún instante verdeuva, y la palabra,… exacta,… transparente, el cristal que deja ver su interior al embarcarnos con su alma en Diario de un poeta recién casado.

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Predmore en su edición nos hace este apunte, citando las páginas como la 31-32 del Diario de Zenobia. Revista

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BIBLIOGRAFÍA BERMÚDEZ-CAÑETE, FEDERICO, “Dimensiones del paisaje en la prosa de Juan Ramón Jiménez”, Criatura afortunada. Estudio sobre la obra de Juan Ramón Jiménez. Granada, Universidad de Granada, 1981, pp. 11-40. CABEZÓN ALONSO, JESÚS, “Juan Ramón Jiménez: un poeta sin tiempo”, El legado de Juan Ramón Jiménez en la poesía española contemporánea, Madrid, Devenir ensayo, 2007, pp. 36-56. CANELO, Pureza.-DIEGO, Elena (Eds.), El legado de Juan Ramón Jiménez en la poesía española contemporánea. Actas de las Jornadas de Estudio organizadas por la Fundación Gerardo Diego y el Centro Cultural de la Generación del 27 en Santander, 19 y 20 de octubre de 2006; Madrid, Devenir ensayo, 2007. GARFIAS, FRANCISCO, Juan Ramón Jiménez, Madrid, Taurus, 1958. GULLÓN, RICARDO, Conversaciones con Juan Ramón Jiménez, Madrid, Taurus, 1958, Estudios sobre Juan Ramón Jiménez, Buenos Aires, (Losada), 1961. JIMÉNEZ, Juan Ramón: Diario de un poeta reciencasado. Ed. de Michael P. Predmore, Madrid, Cátedra, 2009. JIMÉNEZ, Juan Ramón, Ideología, edición de Antonio Sánchez Romeralo, Barcelona, Anthropos, 1990. LIRA, OSVALDO SS. CC., Poesía y mística en Juan Ramón Jiménez. E. Universidad Católica de Santiago. Chile, Centro de Investigaciones científicas,1970. PALAU DE NIMES, GRACIELA, Vida y obra de Juan Ramón Jiménez. La poesía desnuda. Madrid, Gredos, 2ª ed.1974. PARAÍSO DE LEAL, ISABEL, Juan Ramón Jiménez: Vivencia y palabras, Madrid, Alhambra, 1976. PREDMORE, MICHAEL P., La obra en prosa de Juan Ramón Jiménez. Madrid, Gredos, 1975. SÁNCHEZ-BARBUDO, ANTONIO, La segunda época de Juan Ramón Jiménez (1916-1953), Madrid, Gredos, vol. I, 1962, vol. II, 1963; SATUE, FRANCISCO JAVIER, “Juan Ramón Jiménez: la tentación de la soledad”, Cuadernos Hispanoamericanos, (oct.-dic. 1981), pp. 205-213; TUNDIDOR, JESÚS HILARIO, “Juan Ramón Jiménez contempla el océano Atlántico”, Cuadernos Hispanoamericanos (oct.-dic. 1981), pp. 376-378; VILLAR, ARTURO DEL, “El alma viajera de Juan Ramón Jiménez”, Cuadernos Hispanoamericanos, (Jul.-ago. 1995), pp. 541-542; WILCOX, JOHN: “Juan Ramón Jiménez: transformación y evolución poética de cuatro temas fundamentales en su obra”, Cuadernos Hispanoamericanos, (oct.-dic. 1981), pp.179-204. YOUNG, HOWARD T., Juan Ramón Jiménez, Essays on modern writers. Columbia University Press. New York, 1967.

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El simbolismo del EN

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“DIARIO DE UN POETA RECIÉN CASADO” de j.r.j.

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s imprescindible ceder la palabra al mismo Juan Ramón y que sea él mismo quien nos hable de la gestación, la composición, el contenido, la forma y la trascendencia de su Diario, escrito en 1916 y publicado en 1917, como obra clave en la literatura española del siglo XX. Como recoge Ricardo Gullón en sus Conversaciones con Juan Ramón, en 1958, el poeta de Moguer escribe: El único libro que escribí de un tirón fue el Diario. Y tan pronto como lo escribí, lo publiqué; después seguí reeditándolo en la misma forma. Cambié el título por el de “Diario de poeta y mar” porque quería destacar la importancia que en su gestación tuvo la presencia del mar, el contacto con el mar. El libro está suscitado por él y nació con el movimiento del barco que me traía a América. En él usé por vez primera el verso libre: este vino con el oleaje, con el no sentirme firme, bien asentado. El libro es el descubrimiento del mar, del amor y del cielo; tengo muy dentro de mí la idea de que fue determinado por el mar. Con esta declaración de intenciones del propio poeta, poco más se podría añadir respecto al significado del mar que, junto al cielo y al amor, fluyen en cada página de Diario. Pero vamos a intentar adentrarnos en esa belleza sin límites que propone Juan Ramón, en un momento en que su poesía se desnuda de todo artificio para dejar al descubierto su corazón. El poeta moguereño embarca en Cádiz con rumbo a América el 29 de enero de 1916. Iba a casarse con Zenobia. Juan Ramón llevó un diario durante la travesía en mar y luego retrató sus impresiones de la ciudad de Nueva York, de otras ciudades del entorno y de su viaje de regreso. Llegó a decir que este era su mejor libro porque en él se presentaba por primera vez una mezcla muy original de lírica e impresiones en prosa, de lugares y personas de otra cultura y, sobre todo, de sensaciones nuevas motivadas por su encuentro con el mundo americano y con su viaje por mar.

El libro, aunque tiene numerosos poemas que tratan de la aventura del poeta y de su viaje y

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luna de miel por tierras desconocidas, está todo él inspirado en el mar y en las percepciones intensas y variadas que la visión de la inmensidad produjo en él. De las seis partes de que se compone, tres están dedicadas al mar como protagonista principal.

Leemos en el Diario estos hermosos versos: Se me ha quedado el cielo en la tierra, con todo lo aprendido, cantando, allí. Por el mar este he salido a otro cielo, más vacío e ilimitado como el mar, con otro nombre que todavía no es mío como es suyo.

Juan Ramón quiere transformar, por medio de su poesía, el feo mundo de las ciudades creado por los hombres y apartado de la naturaleza. Y es esta naturaleza la que está simbolizada por el mar con una fuerza implacable. Ese mar ocupa un lugar especial y lleno de significado metafísico. En los primeros poemas de Juan Ramón el mar parte de la tradición medieval, al estar asociado al peligro y a la muerte. Por ejemplo, para Gonzalo de Berceo el mar era un lugar peligroso donde morían los peregrinos, salvándose solo aquellos que pedían la intercesión de la Virgen. Más tarde, sin embargo, especialmente durante el viaje del poeta a Estados Unidos, el espectáculo de un mar sin confines durante la travesía por el Atlántico, producirá emociones intensas que cambiarán para siempre su poesía convirtiéndola en metafísica y mística. Puede decirse que es el Océano Atlántico el protagonista principal de su Diario, justificando plenamente el libro entero con una visión caleidoscópica. La contemplación de la inmensidad generalmente trae consigo una impresión de pequeñez y este sentimiento es el que provoca la emoción mística. Así, en el poema En el mar, ejemplifica el estado de asombro ante un mar que lo domina todo: El mar de olas de zinc y espumas de cal, nos sitia con su inmensa desolación. Todo está igual-al norte, al este, al sur, cielo y agua-, gris y duro, seco y blanco. La desazón ante el mar abierto producirá un estado angustioso en la primera parte del Diario, originado por un sentimiento de insignificancia ante el cosmos. Este sentimiento de pequeñez, arrastra al individuo a fuertes emociones de dolor y pavor; manifestaciones estas en Juan Ramón por medio del mismo símbolo del mar, que se transformarán más tarde, en lugar extraño y espantoso.

Así, en el poema El mar, este aparece personificado como una criatura monstruosa que se ríe del autor: Por doquiera asoma y nos espanta; a cada instante se hace el mar casi humano para odiarme;

le soy desconocido.

En otras ocasiones identifica al mar y a su corazón como enemigos que luchan por sobrevivir sin conseguirlo: A veces, me ahoga el mar el corazón, hasta los cielos mismos. Mi corazón ahoga el mar, a veces, hasta los mismos cielos. Revista

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En la última parte del libro, la voz lírica se siente reconciliada con el mar, como podemos observar en el poema 182: Sobre el mar, más azul, el sol, más de oro, nos libra el alma, nos dilata el corazón tranquilo hasta la plenitud de lo increado. Y en el poema siguiente, utiliza ya el lenguaje de la mística en la etapa unitiva, pero Juan Ramón expresa esta unión con las fuerzas naturales a la inversa que en la mística, pues el universo entero se le entrega al poeta que no pierde su identidad: Por doquiera que mi alma navega, o anda, o vuela, todo, todo es suyo. ¡Qué tranquila en todas partes, siempre, ahora en la proa alta que abre en dos platas el azul profundo, bajando al fondo o ascendiendo al cielo! ¡Oh, qué serena el alma cuando se ha apoderado, como una reina solitaria y pura, de su imperio infinito! En Mar de retorno, en el poema Nostalgia, narra esa partida del continente americano como si ese mar se hubiera fundido ya con su propio corazón y le sirviera de refugio: El mar del corazón late despacio, en una calma que parece eterna, bajo un cielo de olvido y de consuelo en que brilla la espalda de una estrella. Este es el universo juanramoniano: el cielo, junto y frente al mar, es su espejo en el que se van reflejando en increíbles metáforas, sinestesias y un sinfín de imágenes poéticas, todos los encuentros y desencuentros del poeta en su viaje de ida y vuelta por ese inmenso mar. Pero Juan Ramón sabe que el cielo no es solo la realidad cósmica moguereña, aunque esta le sirva de sustento. Sabe que el cielo es una herencia imaginaria de una complejidad pasmosa (metafísica, simbólica, psicológica, plástica), que ha sido superada por otra inmensidad: el mar, que se abre ante Nueva York y que ha propiciado esta maravilla literaria. En su poema Al mar y al amor, se siente curado de todos sus dilemas existenciales y canta triunfante y agradecido al amor y al mar: ¡Tú, mar y tú, amor, míos, cual la tierra y el cielo fueron antes! ¡Todo es ya mío ¡todo! digo, nada es ya mío, nada! Y ese Mar de pintor (¿de músico?), que nos invita a contemplar una sinfonía de colores y sensaciones repleta de belleza plástica: A las dos de la tarde: un movible y luciente brocado verde plata. A las seis y media: los valles de espumas blancas se llenan de rosas. A las siete y cuarto: agua alta y verde. Antecielo de nubarrones azul cobalto. Cielo gris. Trascielo de oro.

Sobra todo juicio ante estos mágicos versos del Diario cargados de simbolismo vital: ¡Solo un punto! Sí, mar, ¡quién fuera, cual tú, diverso cada instante, coronado de cielos en su olvido; mar fuerte –¡sin caídas!–, mar sereno –de frío corazón con alma eterna– ¡mar, obstinada imagen del presente! Revista

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DIARIO DE UN

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LA CONSAGRACIÓN DEL NOBEL DE MOGUER “…No el ansia de color exótico, ni el afán de necesarias novedades. La que viaja, siempre que viajo, es mi alma, entre almas…Ni más nuevo, al ir, ni más lejos; más hondo. Nunca más diferente, más alto siempre... (Juan Ramón Jiménez Diario de un poeta recién casado)1

• ALGO SOBRE EL GRUPO PLATERO DE MADRID Mi contribución este año a la Revista Montemayor, no puede ser otra que dedicar unas páginas a Diario de un poeta recién casado, cuyo centenario estamos celebrando (1916/ 2016). Nuestro poeta tiene un “mar inmenso” de producción, de belleza y de hondón espiritual. Todo lo que vio, vivió, tocó lo convirtió en materia de sublime de poesía en su más puro y amplio sentido. Estamos pues viviendo este año una fiesta permanente con celebraciones y lo que nos queda aún por disfrutar. Hablo en plural pues me quiero referir, en esta ocasión, al Grupo Platero de Madrid, formado por profesores, estudiosos, investigadores que llevamos ya caminando juntos unos años y cuyo objetivo es difundir la obra de nuestro poeta por cuantos lugares podamos, cuantos más mejor.

Por

Rosario Paniagua Fernández

Ya lo hicimos con Platero y Yo, y este año estamos con un bello y decidido empeño, mostrar una de las obras más acabadas del poeta a decir de los investigadores y estudiosos de Juan Ramón, entre ellos el profesor Michel Predmore de la Universidad de Stanford que nos anima y acompaña físicamente cuando le ha sido posible, junto a su esposa, y es el que más sabe de Diario. 1

Todas las citas están tomadas de Diario de un poeta recién casado. Revista

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Qué decir del apoyo incondicional de de Carmen Hernandez Pinzón, está pendiente del grupo, asiste a nuestros actos en Madrid, y siempre dispuesta a lo que le solicitemos. Se ha creado entre todos nosotros una bonita amistad y el objetivo está muy claro, difundir, aprender más y enseñar el gran tesoro de las letras que es la obra de Juan Ramón. Cuando la meta está clara el recorrido hasta llegar a ella tiene un porqué y un para qué también muy claro e ilusionante. Los componentes del grupo somos: Pedro Paniagua, María Luisa Turell, Rosa María Arroyo, Jorge Sánchez, Gonzalo Luque, Javier Maestre, Tibisay López y Rosario Paniagua. Los músicos Ricky Gary pianista y Cesar García Rincón guitarra y voz. Ambos han compuesto obras sobre Platero y yo y sobre Diario que interpretan en los actos literarios que llevamos a cabo en muy diversos lugares en Madrid y fuera de Madrid. Contamos también con el Club Braille de la ONCE dirigido por Alberto Gil Pardo y sus alumnos entre los que mencionamos Carmelo Molina, Carolina Loureiro, Luis Ingunza.

• ALGO SOBRE DIARIO Según Juan Ramón, a propósito de Diario dice: “Es mi mejor libro. Me lo trajeron unidos el amor, la alta mar, el alto cielo, el verso libre, las Américas distintas, y mi largo recorrido anterior. Es un punto de partidas…” Es de las primeras obras que recoge las imágenes de Nueva York, obra clave también en el arte del retrato, obra señera en el desarrollo de la mirada urbana y la escritura de la ciudad. Fue la primera vez que se capta la imagen de Nueva York en las letras hispana, nos acercas los paisajes y las personas como no se había hecho nunca, lo que inaugura una nueva modernidad. El viaje supuso para el poeta un desarraigo arraigado de Moguer, para adentrarse en el paisaje de los rascacielos de Manhattan, supuso para él un cambio sin precedente. Pero su vida íntima, su búsqueda de la naturaleza no cambió en nada, porque en Diario cabe todo: Andalucía, el mar como compañero íntimo en la travesía, el paisaje desolador que encontró al otro lado del Atlántico y Moguer siempre en su recuerdo, a donde vuelve renovado por la experiencia. 2 Estamos ante una “obra maestra de un maestro”, ante nuestro nobel moguereño en quien culmina la poesía española de forma magistral. Juan Ramón supo tejer vida y poesía, encuentra a dios en el fondo de su ser y en el fondo del mundo, en el fondo del inmenso mar. En Diario el recorrido es el siguiente: Hacia el mar. Amor en el mar. América del Este, Mar de retorno. España y Recuerdos de América del Este escritos desde España. El propósito del viaje fue para casarse con Zenobia pero se convierte en un viaje interior, un viaje de conocimiento que le troqueló el alma para siempre: “…Esta breve guía de amor por tierra, mar y cielo…Mi alma de viajero, atada al centro de lo único, por un hilo elástico, de gracia...”. Obsesionado por alcanzar la más perfecta expresión, la alcanza en Diario, obra/faro que ilumina la literatura hispánica a través de oleaje de sus 243 poemas en verso y en prosa. 2

Recogido por Michel Predmore de Stanford University en el prólogo de la primera Edición Ilustrada de Diario editada por Herederos de Juan Ramón en 2008. Ilustraciones de Jacobo Pérez Enciso y de Pedro Tabernero como encargado de la edición y la dirección gráfica de esta obra. Revista

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• ALGUNAS CONSIDERACIONES MÁS . En Diario domina la anotación del instante,

las caras del mar y lo que a través de esos cambios cromáticos y temporales, acontece en el alma del poeta que se funde con el mar. “…Si mar, quien fuera cual tú, diverso cada instante, coronado de cielos en su olvido, mar fuerte sin caídas, mar sereno, del frio corazón del alma eterna, mar obstinada, imagen del presente…” La interpelación ante esas mil caras del mar con el que dialoga le hacen vivir impresiones, sensaciones y experiencias “… En la tarde total, por ejemplo, lo que da la belleza es el latido íntimo de la caída idéntica, no el variado espectáculo externo. El mar le sobrecoge por su inmensidad, el continente desconocido le inquieta por su novedad, la vuelta a España le conmueve por su cotidianeidad entrañable. Siempre la vuelta, siempre la llegada a Moguer, siendo otro por las experiencias vividas. No es un libro de “viaje” al uso, es más un “diario” íntimo de alguien que viaja y cuenta lo que está sucediendo dentro con el incomparable ropaje del mar como personaje omnipresente que le está interpelando. El mar ofrece al poeta su verdad; que lo eterno está en lo mudable y lo infinito en lo finito y esto que va descubriendo Juan Ramón, lo comunica a los demás para enriquecer su conciencia de la vida. 3

. En Diario nacen las líneas de la Generación del 27, pero su fecundidad no se agota aquí, sino que

impregna lo mejor de la poesía hispanoamericana, devolviendo al nuevo continente el legado que España había recibido del nicaragüense Rubén Darío. Diario supuso un tiempo nuevo de la poesía española, la adopción del verso libre…la alternancia de prosa y el verso en una perfecta unidad y complementariedad. Diario es un libro de mágica actualidad, a la vez que condensa toda la historia de la poesía del siglo XX. “…Escribir poesía es soñar, para que otros vean las cosas con ojos infinitos, soñamos, soñamos para que otros vean…”

. En Diario se marca un hito, ya no se podrá escribir como antes, quien lo hiciera incurriría en un

anacronismo dice Ricardo Gullón; y dice el poeta “…Después de mi diario este verso desnudo es seguido en España y fuera de España, ya nadie escribe sino con este verso mío, sin darse cuenta de quien lo dejó en el aire, y en la luz de España...”. En Diario el poeta encuentra su autentica voz. Supuso una revolución por su novedosa propuesta estética, desconocida hasta ahora es un libro que marca una época nueva, una nueva forma de escribir poesía.

. En Diario se pone de manifiesto que la poesía necesita inventar el nombre exacto de las cosas, una

palabra desnuda, nueva, propia que le haga deshojar la realidad y plasme el verdadero sentido de la realidad, la transparencia de las cosas. Porque la poesía es vivencia, contemplación y también conocimiento y es ahí donde radica el poner nombre a las cosas, el nombre exacto de las cosas…dirá: “…Creemos los nombres, creemos los nombres…” El equilibrio entre el mundo interior y exterior se hace posible gracias al pensamiento artístico. Este pensamiento ayuda a mostrar a la superficie al mundo interior y ofrecer a la monotonía estampas de belleza, se entiende así el arte como iluminación y da noticias de otra vida latente, más honda.

. En Diario mira al mundo con ojos recién estrenados, libre de la visión convencional de las cosas, y

libre de la visión de cualquier código literario. Y alumbra una realidad que no están en las cosas, sino más allá. “…Te tenía olvidado, /cielo y no eras/ más que un vago existir de luz/ visto- sin nombre/ por mis cansados ojos indolentes/… Hoy te he mirado lentamente, / y te has ido elevando hasta tu nombre …”

. Diario es una joya estética que refleja la

tensión entre misticismo y sensualismo, que ahora se resuelve en vitalismo de corte orteguiano, que queda perfectamente plasmado en el poema: “…Muera mi fantasía/ tocar, gustar, oler/ oír, ver… esclarecer/ tu verdad con la mía… La depuración constante de lo mismo, sentido en la igualdad eterna, que ata por dentro lo diverso en un racimo de armonía sin fin y de reiteración permanente…”

3 Cuida bien este día, este día es la vida. En su leve transcurso se encierran todas las realidades y todas las variedades de tu existencia.: el goce de crecer, la gloria de la acción y el esplendor de la hermosura. El día de ayer no es sino un sueño, y el de mañana es solo una visión. Pero un hoy bien empleado hace de cada ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza, Cuida bien pues de este día. Saludo del Alba del sánscrito. Revista

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. Diario es la apertura a un proceso de contemplación de la realidad que “esconde cada cosa”. El

viaje real se convierte en viaje de conocimiento, en el que el mar deja paso a un más allá, pues la mirada del poeta, “eternamente deshojando la rosa” para verle el alma, es capaz de ver más… Decía Ortega hay dentro de cada cosa la indicación de una posible plenitud. Y ese ver más, esa plenitud es la contemplación, leemos en Diario “… El silencio, verdadera lengua universal, y de oro, es el mismo en todas partes. Hoy el mar nos ofrece una visión mayor de él, que la que teníamos de antemano. Mar te has inventado a ti mismo, y te has ganado tú solo tu nombre, mar...”

. El viaje toca a su fin; la vuelta a España, Andalucía en donde asoman ya diferentes elementos: el trigo,

los jaramagos, los claveles: “…Este clavel, esta fuente grana de esencias, colma de su viva frescura esencial, todo el color azul y oro de la tarde…” Se fue acercando a Moguer, a sus raíces, de donde no se había ido nunca: “… ¡Qué bien le viene al corazón su primer nido! ¡Con qué alegre ilusión torna siempre volando al él/: con qué descuido se echa en su fresca ramazón, / rodeado de fe, de paz de olvido.// Y hace un canto a su madre, que bien puede ser un canto a todas las madres: “…Te digo al llegar madre, / que tú eres como el mar/ que aunque las olas/ de tus años se cambien y te muden/ siempre es igual tu sitio/ al paso de mi alma/.

Todo esto y mucho más es Diario del que hoy hemos mostrado algo, solo algo pues la obra constituye un mar inabarcable, un viaje de ida y vuelta al encuentro con Zenobia, que él nos cuenta como sabe hacerlo porque: “… escribir poesía es soñar para que otros vean las cosas con ojos infinitos, soñemos, soñemos…para que todos vean…”. Hace falta acercarse a la poesía, a la belleza/Belleza para ver más alto, más hondo, más limpio en un mundo ahogado por la inmediatez, por lo tangible y que parece agosta el alma de aguas más frescas, de horizontes más amplios. En Juan Ramón, en Diario tenemos un manantial inagotable de un “agua mejor” que calma la sed espiritual con un incomparable ropaje ético y estético, no nos perdamos el “regalo” que nos hace nuestro moguereño universal. Según el krausismo de donde tanto bebió Juan Ramón, existe un yo histórico en donde se desarrolla la vida y un yo final que se sueña infinito, mayor que el mundo exterior y capaz de abarcar el universo dentro de sí mismo, y ese afán de perpetuidad, nuestro poeta lo alcanza en su inmortal obra de la que seguimos bebiendo. Lo será todo, / pues que mi alma es infinita; /y nunca moriré, pues que soy todo. / ¡Qué gloria, que deleite, que alegría, / qué olvido de las cosas, /con esta nueva voluntad, / en este hacerme yo a mí mismo eterno! Muchas gracias, maestro, una vez más, por hacernos mejores a través de tanta belleza, de tanta verdad que fue tu propósito al dedicarte a la poesía para hacer mejor el mundo. Rosario Paniagua Fernández, Moguereña, Coordinadora de Grupo Platero de Madrid. Revista

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DIARIO DE UN POETA RECIÉN CASADO eN EL CENTENARIO DE SU ESCRITURA

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Teresa Rodríguez Domínguez Rocío Bejarano Álvarez

Documentalistas del Centro de Estudios Juanramonianos

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es una de las efemérides más importantes de la poesía española: se cumple el centenario del libro Diario de un poeta recién casado, el poemario más innovador del Nobel moguereño, que encierra la herencia romántica y simbolista de la mejor poesía de finales del siglo XVIII hasta hoy, y cuyo modo de componer ha sido referente hasta la actualidad. Esta obra ha mostrado el magisterio de Juan Ramón en la poesía española del siglo XX de manera indiscutible, influyendo en los poetas de las generaciones más jóvenes que le precedieron, e inaugurando un tiempo nuevo para la lírica hispanohablante. El 2 de marzo de 1916, Juan Ramón y Zenobia contraían matrimonio en Nueva York. Un mes y medio antes, el 17 de enero, Juan Ramón comenzó a escribir un diario plasmando todas aquellas experiencias y sentimientos que su exquisita sensibilidad le hacía percibir. Antes de tomar el barco que le llevaría a Nueva York donde le esperaba Zenobia, el poeta decidió pasar unos días en Moguer para visitar a su familia, y cuando ya los recién casados regresan a España después de su viaje de novios, también hacen una breve parada en su tierra natal antes de instalarse definitivamente en Madrid. Este Centenario es una de las efemérides culturales que consideramos imprescindibles recordar a lo largo de los años 2016 y 2017, cuando se cumplen respectivamente los 100 años de su escritura y publicación. A lo largo de este año, desde la Casa Museo, hemos ido recordando su gestación mediante el lanzamiento, a través de las redes sociales, de una sección bautizada como texto del día, donde hemos recordado algunos fragmentos que nuestro Nobel escribía durante su viaje a tierras Americanas a modo de “diario poético”. Revista

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De esta forma realizamos un paseo literario centrándonos en los textos donde se hace referencia a su Moguer, cuya presencia durante la travesía es constante. Estas visitas, antes y después de la boda, le llevaron a incluir en su diario una serie de poemas relacionados con su pueblo. En palabras de Mercedes Flores Martín: “Moguer siempre será el paraíso de Juan Ramón. Esté donde esté, su corazón siempre estará en Moguer, y un poco de Moguer siempre estará con Juan Ramón, en el bolsillo de su chaqueta. Pero a partir de ahora mirará a Moguer como la tierra de su infancia, donde recibir el cariño de su madre y disfrutar de unos días de paz, pero ya como un hombre, sin necesidad de huir de nada ni esconderse de nada…” De las 243 entradas que componen el Diario de un poeta recién casado, 12 poemas están escritos en o hacia Moguer, con referencias explícitas: Amanecer dichoso; Madrigal, Primer almendro en flor…; Gracia; Moguer; Tarde en ninguna parte; A una mujer que murió niña en mi infancia; Amanecer; Semper; Trigo y jaramago; Madre y ¡Qué bien le viene al corazón… Todos ellos narran la historia de un crecimiento espiritual, pero, sobre todo, la relación de un hijo de Moguer con su pueblo, una tierra que ama profundamente y se resiste a abandonar, al ser su primer nido, el nido limpio y cálido.

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OGUER, TRAS EL MAR

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Bibliografía • González Duró, Enrique. Biografía interior de Juan Ramón Jiménez. Madrid, Libertarias Prodhufi, 2002. • Flores Martín, Mercedes. El nido limpio y cálido : el Moguer de Juan Ramón Jiménez en «Diario de un poeta reciencasado». Moguer (Huelva), Fundación Juan Ramón Jiménez, 2005. • Jiménez, Juan Ramón. Diario de un poeta recién casado : 1916. Huelva, Point de Lunettes, Diputación Provincial de Huelva, 2008. • Campoamor González, Antonio. Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Años Españoles (1881-1936). Sevilla, UNIA, 2014. • Imágenes procedentes de: Fototeca Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez y Archivo Fotográfico Herederos de ROWALLS

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A LA

EMEROTECA DE Juan Ramón Jiménez ...

LAS PRUEBAS QUE CERTIFICAN QUE EL POETA ESCRIBIÓ “PLATERO Y YO” EN MOGUER Por Mari Paz Díaz Domínguez1

La prensa y la literatura forman un binomio que en ocasiones resulta difícil de separar. Durante décadas, el ámbito de un escritor se encontraba más cerca de un periódico que de un libro, mientras que las revistas de vanguardia eran un instrumento idóneo para conocer los movimientos literarios que iban surgiendo en España durante el siglo XX. Una cuestión que, aunque puede resultar extraño, encuentra un sentido especial cuando hablamos de Platero y yo. Así se puso de manifiesto durante la exposición titulada ‘Platero y yo en papel prensa. La obra universal de Juan Ramón en las revistas de la hemeroteca personal del escritor’, una muestra organizada por la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez en el año 2014 con motivo del Centenario de esta publicación. Una exposición que permitió desvelar una serie de cuestiones que merecen la pena ser difundidas dada su importancia, en muchos casos con revelaciones que deben ser tenidas en cuenta en las investigaciones científicas sobre el Nobel moguereño. Un viaje que se inicia con la primera revista conservada en la hemeroteca que 1

Este artículo está basado en la exposición realizada en la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez de Moguer en octubre de 2014 con motivo del Centenario de la primera edición de Platero y yo. Una muestra titulada ‘Platero y yo en papel prensa. La obra universal de Juan Ramón en las revistas de la hemeroteca personal del escritor’. La documentación e investigación aquí expuesta ha sido recogida de la propia Hemeroteca del poeta. Agradecer la ayuda y amabilidad demostrada por todo el personal de la Casa Museo y del Centro de Estudios Juanramonianos, con su director, Antonio Ramírez Almanza al frente, sin cuyo apoyo este proyecto nunca se hubiera podido llevar a cabo. La importancia de algunos de los detalles descubiertos, bien merecían una difusión por escrito.

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cita a Platero y yo, para después recorrer los anuncios y críticas literarias aparecidas en la prensa española e internacional a raíz del lanzamiento de la primera edición de la obra. Para comenzar, gracias al estudio de los fondos hemerográficos que se custodian en la Casa Museo de Zenobia y Juan Ramón de Moguer, se ha podido confirmar que el poeta universal escribió su obra más conocida, Platero y yo, en Moguer, en su Moguer. Una cuestión que hasta ahora no estaba del todo clara. La prueba la hallamos en unas palabras reseñadas en la revista madrileña de difusión nacional denominada Renacimiento. Dirigida por G. Martínez Sierra, la revista Renacimiento (1907) fue una de las publicaciones culturales más interesantes de inicios del siglo XX, siendo un referente de la prensa literaria española con un modelo imitado en otras provincias como Huelva. La gaceta representó a las jóvenes élites político-culturales de España. Entre sus colaboradores se encontró el propio Juan Ramón Jiménez, cuya firma aparecía en el número del 7 de septiembre de 1907. Una publicación literaria que, más allá de su importancia en el panorama cultural español, cuenta con un enorme valor para los estudiosos de la obra juanramoniana. Porque, como apuntamos, en Renacimiento, además, aparece una referencia a Platero y yo que puede cambiar la concepción que se tenía hasta ahora de esta obra. Sí, en la página 359 de la gaceta se enumeran las obras de Juan Ramón. Y, junto a los títulos ya publicados, se cita el Manuscrito de Platero y yo, lo que corrobora que Juan Ramón escribió su Elegía andaluza en Moguer, puesto que esta revista data del año 1907 y en esa época el Nobel estaba en su localidad natal. Una cuestión que no es baladí, teniendo en cuenta que confirma que fue en Moguer donde el escritor encontró la inspiración para realización de esta obra universal. No es extraño. Investigadoras como Rocío Fernández Berrocal, Doctora en Filología Hispánica, ponen de manifiesto que Moguer representa en Juan Ramón “su centro vital y poético y un referente constante a lo largo de toda su vida”2. Es claramente “su ámbito de experiencias”, como dijera Vázquez Medel, lo que se traslada perfectamente a las creaciones aparecidas en Pla2

Fernández Berrocal, R.: Paseo literario por Moguer, El Puerto de Santa María y Sevilla de la mano de Juan Ramón Jiménez, 2006, p. 11. Revista

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tero y yo3. Nadie duda de que las calles, plazas, casas, personajes… de Moguer son recreados en la literatura de Juan Ramón. Pero si indagamos en la hemeroteca de Juan Ramón no es éste el único aporte que merece la pena rescatar de aquellas revistas en las que aparece alguna referencia sobre Platero y yo. Hay que recordar que el interés que siempre mostró el escritor por la prensa. Fue precisamente en un periódico donde publicó por primera vez una de sus creaciones. En concreto, su primer poema apareció en la portada de El Programa de Sevilla y después, en agosto de 1898, otro en la revista El Gato Negro de Barcelona4. Siendo así, no debe sorprendernos que su hemeroteca personal cuente con un impresionante fondo documental, que está conformado por hasta 487 títulos y más de 7.500 revistas, “ediciones valiosísimas, muchas de ellas ilocalizables en otro lugar o de muy difícil acceso en la actualidad y de gran interés para el estudio de la literatura del siglo XX y de la comunidad científica”, como apunta Antonio Ramírez Almanza, director de la Fundación Juan Ramón Jiménez5. Entre las publicaciones periódicas más llamativas de esta hemeroteca se encuentran La Lectura, ‘Revista de Ciencias y de Artes’, gaceta que contaba con una gran difusión. Se publicaba desde 1900 teniendo a Francisco Acebal como director. Era una revista seria, centrada en temas literarios, artísticos y políticos, que contó entre sus colaboradores con Jacinto Benavente, Miguel de Unamuno, Antonio Machado y José Ortega y Gasset, entre otros. Por todo ello, resulta realmente interesante que en sus páginas se anunciara que se estaba preparando la edición del libro Platero y yo. Elegía andaluza, del escritor Juan Ramón Jiménez. En los números de La Lectura de entre 1914 y 1920 apareció el anuncio de la venta de la primera edición de Platero y yo, publicado por Biblioteca de Juventud con ilustraciones de Fernando Marco. El libro se vendía al precio de 2 pesetas, si bien luego se bajó a 1 peseta. En Moguer se conservan ocho ejemplares de La Lectura. Pero si existe una cuestión llamativa a la hora de hablar de esta revista es el hecho de que en sus páginas se publicó un poema que Antonio Machado dedicó a Juan Ramón Jiménez con motivo de la publicación de Platero y yo. Un detalle que, hasta ahora, era poco conocido. El poema, titulado ‘Mariposa de la Sierra’, se publicó en el número 171 de la revista, correspondiente a marzo de 1915. A continuación, reproducimos el poema: MARIPOSA DE LA SIERRA, por Antonio Machado Al poeta Juan Ramón Jiménez, por su libro “Platero y yo” ¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierras solitarias, de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? 3 4 5

Vázquez Mendel, M. A.: ‘Moguer en los inicios literarios de Juan Ramón Jiménez’. Unidad. Fundación Juan Ramón Jiménez. Moguer, 2002, pp. 245-259. Campoamor González, A.: Juan Ramón Jiménez. Nueva biografía. Diputación de Sevilla y Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Edición especial de El Correo de Andalucía. Sevilla, 2001, pp. 38 – 39. Ramírez Almanza, A.: ‘Preparados para Juan Ramón 2006 – 2008’ en Montemayor. Ayuntamiento de Moguer, 2005, pp. 46 – 54. Revista

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Para que tú nacieras, con su varita mágica, á las tormentas de la piedra, un día, mandó silencio un hada, y encadenó los montes para que tú volaras. ¡Anaranjada y negra, morenita y dorada, mariposa montes, sobre el romero plegadas las alillas, ó, voltarias, jugando con el sol, ó sobre un rayo de sol crucificadas!... ¡Mariposa montés y campesina, mariposa serrana, nadie ha pintado tu color; tú vives tu color y tus alas, en el aire, en el sol, sobre el romero, tan libre, tan salada!...

Que Juan Ramón Jiménez pulse por ti su lira franciscana.

La obra de Juan Ramón en las revistas literarias de vanguardia Las revistas de vanguardia son un instrumento idóneo para conocer los movimientos literarios del siglo XX en España. Y, como hemos puesto de manifiesto, Juan Ramón es un buen ejemplo del escritor que supo divulgar su obra a través de la prensa escrita participando en destacadas publicaciones periódicas. A pesar de que solían ser proyectos que en muchos casos salían a calle con enormes dificultades, sus trayectorias pueden ser consideradas auténticas enciclopedias de literatura, testigos y divulgadoras de las grandes tendencias literarias en cada momento, de ahí su importancia al analizar la presencia de Platero y yo en sus páginas. Siendo así, es importante reseñar títulos como España, ‘Semanario de la Vida Nacional’ (Madrid), donde las referencias a Juan Ramón entre 1915 y 1923 eran recurrentes. Se trataba del primer proyecto periodístico de José Ortega y Gasset, contando con la presencia de los máximos representantes de la Generación del 98, el 14 y parte del 27, como sucede con Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ramón de Valle Inclán o Antonio Machado, entre otros. El propio Juan Ramón Jiménez escribiría en España. Sin embargo, lo más interesante de este título con respecto al tema que estamos analizando es la presencia en sus primeros números de un anuncio de Platero y yo, que se vendía al precio de 2 pesetas. Incluso, en las páginas de esta revista aparece una crítica literaria de la obra, firmada con el seudónimo de Xenius, bajo el título de ‘Las obras y los días’, dedicado a Platero, “para mandarlo al cielo de Moguer”, afirma. Años más tarde continuaría apareciendo citas en sus páginas. Sucede en su número 397 del 24 de noviembre de 1923, cuando C. Rivas Cherif escribe un artículo bastante amplio sobre Juan Ramón titulado ‘Apuntes de Crítica Literaria’ (pp. 7 – 9). Del mismo modo, el 24 de marzo de 1924, en su número 415, se publicó otro texto (p. 4) sobre Platero y yo, al que califica como “el plateado libro mío, que está en su cuadra Apacible del feliz estante limpio y solitario”. El artículo se titulaba ‘MUDEVI’ (Ventana del Alma).

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Pero, sobre todas estas publicaciones, debemos citar el caso de Revista de Occidente. Fundada en 1923 también por Ortega y Gasset, se trata de la revista literaria española por excelencia, de ahí la importancia de que en su LXXVII número se incluyera un artículo sobre Platero firmado por E. Giménez Caballero, que llevaba por título ‘Día Gitano en Rumanía’. Un texto literario donde se hace una comparativa de la obra de Juan Ramón y el libro de Isvor en Rumanía: “El libro Isvor es el Platero y Ella de la literatura rumana. Es un Palos de Moguer lleno de saucedas, por donde desfilan Imoassa, Codron…” (p. 136). Estas palabras en un título de referencia demuestran la consolidación de la obra del escritor moguereño ya en los años veinte del pasado siglo XX, dado que Revista de Occidente fue el portavoz de las corrientes más innovadoras, ejerciendo en todo el mundo hispánico un papel fundamental en la difusión de la cultura española y europea. A partir de aquí, las citas a Platero y yo en gacetas españolas de más o menos relevancia fue una constante. En la Casa Museo del Nobel se conservan algunas de ellas, como sucede con Bética (Sevilla), una revista ilustrada que nace en 1913 con carácter quincenal –aunque luego pasa a mensual-, que está considera como la principal revista del andalucismo hasta su cierre en 1917. Era una especie de magazine impulsado por un grupo de intelectuales vinculados al Ateneo de Sevilla que publicó un reportaje sobre Moguer, firmado por José Bernal Montero. El artículo, titulado ‘Moguer y Palos de Moguer’, incluye numerosas fotografías de la localidad moguereña, insertando un fragmento de Platero y yo para describir la torre de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Granada, con la famosa definición dada por Juan Ramón: es “de cerca como la Giralda vista de lejos”. Otros títulos conservados en la hemeroteca personal del poeta son Orospeda, ‘Revista Quincenal de Ciencia, Literatura, Arte’ (Murcia, 1917), Polytechnicum, ‘Medicina, Ciencias, Cultura General’ (Murcia, 1917), el mensual catalanista El Camí (Mallorca – Barcelona, 1918), Alfar, una de las revistas literarias gallegas de referencia (La Coruña, 1926); Revista Popular, ‘Publicación quincenal de Literatura, Pedagogía, Higiene, Ciencia y Arte’ (Córdoba, 1926) o Murta, ‘Mensuario de Arte’ (Valencia, 1931), entre otras. Lo mismo sucede con Revista de Pedagogía (Madrid), fundada en 1922 por Lorenzo Luzuriaga y dedicada a la educación en España; Bolívar, ‘Información quincenal de la vida hispanoamericana’ (Madrid, 1930-1931), dirigida por Pablo Abril de Vivero y J. Pérez Domenech y dedicada a las letras y artes de Hispanoamérica; Frente Literario (Madrid, 1934), un periódico quincenal de ‘Literatura, Ciencia y Arte, Creación y Crítica, Información y Bibliográfica’; Literatura (Madrid, 1934); y, sobre todo, Índice Literario ‘Archivos de Literatura Contemporánea’ (Madrid), que en 1934 publicó un artículo sobre Juan Ramón Jiménez y un ensayo poético sobre Platero y yo dentro de la sección de ‘Literatura’. Lo firmaba Enrique Azcoaga con el título de ‘Espada de Luz’.

La prensa extranjera se rinde a la genialidad de Platero y yo Fuera de España, la primera edición de Platero y yo en 1914 también tuvo repercusión en la prensa internacional. La lista de títulos en los que apareció la obra más universal del Nobel moguereño es muy extensa. Sí, entre otros ejemplos, podemos citar la revista londinense Hispania. La publicación se definía a sí misma en su subtítulo como de ‘Política, Comercio, Literatura, Arte y Ciencias’. Se editó entre 1912 y 1915, teniendo una fuerte influencia en el mundo de habla hispana. Entre sus colaboradores y redactores se encontró Miguel de Unamuno. En esta revista se publica un artículo de B. Sanín Cano, donde alude a Platero Revista

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y yo y lo define como uno de los libros más bellos escritos por Juan Ramón. El comentario aparece con el título de ‘Libros Castellanos’, haciendo referencia a otras revistas literarias, como Helios. El texto aparece en el número 41 de la revista, en su primer año de vida (páginas 14-16). Un poco más tarde, en los años veinte, encontramos The Criterion a Quarterly y Review, también en Londres. Publicada entre 1922 y 1939, está considera como una de las revistas literarias de vanguardia editadas en Inglaterra, comparada en ocasiones con Revista de Occidente de España. Contó con el escritor T. S. Eliot como director. Aunque era una gaceta literaria también miró a otras manifestaciones. Fue fundamentalmente trimensual. Muy interesante es que en esta publicación tan destacada de la literatura inglesa apareciera en abril de 1923 un artículo resaltando que Platero y yo era un libro de enorme valor, asegurando que el poeta escribió una prosa excelente. Incluso apunta que el libro de Juan Ramón se utiliza ya a inicios de los años veinte en muchas escuelas de América. Entre los rasgos literarios reseñados, The Cripterion dice que Juan Ramón le habló a Platero como Don Quijote a su Sancho. Además, considera la literatura simbólica juanramoniana, similar a la de Machado, representante de la lírica modernista. El artículo –escrito en inglés- lo firma Antonio Marichalar bajo el título de ‘Contemporary Spanish literature’. En estos años también encontramos otros dos ejemplos muy llamativos en Francia: L’Ane D’Or y Europe. En el primer caso, con el subtítulo de Revue Mensuelle de Littérature et de Critique, esta revista francesa de entre 1922 y 1926 dedicó en febrero de 1924 un número especial a la literatura española contemporánea, donde no falta Juan Ramón Jiménez junto a otros autores como Miguel de Unamuno, Azorín, Antonio Machado o José Ortega y Gasset. El artículo lleva por título ‘Promesse Funéraire á Lâne Platéro’, e incluye un fragmento de Platero y yo. La traducción del texto la realizó Marcel Carayon. En total, esta publicación sacó a la calle 24 números, a lo largo de los cuales contaron con grandes escritores, no sólo franceses, sino también españoles. Por su parte, desde París, Europe era una revista de carácter mensual que hace una referencia a Platero y yo en la portada de su ejemplar del 15 de enero de 1930. Era el número 85 de esta publicación, lo que muestra la consolidación de este título dentro de la narrativa francesa. Por otro lado, que sea en portada, pone de manifiesto que el país galo era un auténtico admirador de la obra del escritor moguereño. Y no sólo en Europa. Como no podía ser de otro modo, desde muy pronto, la prensa de habla hispana comienza a destacar las bondades de la obra juanramoniana. Así lo hace Mundo Gráfico. Revista Popular Ilustrada (Buenos Aires) en 1917. Su director fue Francisco Verdugo Landi. Era una revista cuidada, que solía leer con asiduidad Zenobia Camprubí, ya que la biblioteca del matrimonio cuenta con casi todos los números de esta gaceta, donde apareció una referencia a la primera edición de Platero y yo. Lo hizo en la sección de ‘Notas Bibliográficas’ de su número 320, correspondiente al 12 de diciembre de 1917. Junto a Platero, la revista argentina cita otras obras juanramonianas, como Estío, Sonetos Espirituales y Diario de un poeta recién casado. Mundo Gráfico explica que estos libros pueden adquirirse al precio de 3,50 pesetas. Eso sí, esta revista argentina no debe confundirse con otra española de nombre similar, que se publicó en Madrid entre 1911 y 1938. Mundo Gráfico fue una de las revistas más populares y modernas de la España del primer tercio del siglo XX. Estaba dedicada al fotoperiodismo y era de edición semanal. Una publicación que también se conserva en la Hemeroteca de Juan Ramón Jiménez, no sólo porque el Revista

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matrimonio fuera lector de esta revista, sino porque en su número del 12 de agosto de 1936 dedicó un amplio reportaje a la labor solidaria realizada por Zenobia y Juan Ramón durante la Guerra Civil, cuando ambos alquilaron un piso en la calle Velázquez de Madrid para atender a niños desprotegidos durante el conflicto bélico porque sus padres estaban en el frente. Allí los niños comían y dormían, mientras que el resto del día lo pasaban en el jardín. El título del artículo es ‘JRJ y su esposa han instalado un piso para atender a doce chiquillos abandonados’, firmado por J. M. A. Un texto que finaliza así: “Esa mano que lentamente, cuidadosamente, está preparando la casa de chiquillos desvalidos, es la misma que trazó la emoción magistral de Platero y yo”. Pero, continuando con la repercusión de la aparición de Platero y yo en la prensa latinoamericana, debemos citar la Colección Ariel (San José de Costa Rica). Con formato de revista se editó a principios del siglo XX de la mano de García Monge. Como curiosidad, contaba con paginación propia cada número. Su repercusión fue importante al contar con nuevas generaciones literarias de jóvenes americanos, e incluso europeos, siendo llamativas las colaboraciones de la Generación del 98. La revista se publicó entre 1911 y 1916. Se trató de un proyecto literario muy relevante, que en el número de agosto de 1916 dedicó en su apartado bibliográfico un espacio para Platero y yo, en un artículo titulado ‘Platero, platerillo’ (pp. 55 – 58), firmado por Azorín y extraído del periódico Blanco y Negro (Madrid). Más entrado el siglo XX, las huellas de la obra juanramoniana continuaron siendo diversas en Latinoamérica y, en concreto, en Argentina, como lo demuestran títulos como Renovación. Órgano de la Unión Latino-Americana (Buenos Aires, Mayo – Junio, 1928), un Boletín Mensual de Ideas, Libros y Revistas de América Latina dirigido por Manuel A. Seoane, o Síntesis (Buenos Aires, 1928), todo un clásico de la prensa periódica argentina, así como unos años más tarde Catálogo (Buenos Aires, 1938 – 1948). En el resto del continente americano, los artículos sobre Platero y yo fueron muy numerosos, como lo demuestran las revistas Estudios Hispánicos (Puerto Rico, 1928) y Leader (Lima, junio – julio de 1935), una gaceta que se editó a modo de “Homenaje al Colegio Anglo-Peruano de la nación en el 114 Aniversario de su Independencia”. Del mismo modo, Estados Unidos no fue ajeno a Juan Ramón. Tan sólo hay que recordar la propia historia vital del poeta y su inolvidable Diario de un poeta recién casado. Entre otras publicaciones norteamericanas, podemos citar la Revista Hispánica Moderna (Nueva York, 1935), una cabecera académica estadounidense dedicada a la investigación sobre literatura y cultura hispánica, que publicaba ensayos y reseñas de libros en español, inglés y portugués. Fue fundada en 1934 como Boletín del Instituto de las Españas por la Universidad de Columbia, en Nueva York. Hoy en día es una publicación semestral de la Universidad de Pensilvania de gran prestigio, que cuenta con numerosos reconocimientos. En esta revista apareció una relación de obras de la literatura española publicadas por la editorial Signo, donde se cita a Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, junto a La voz a ti debida de Pedro Salinas y otras antologías poéticas de Gerardo Diego y Vicente Alexander.

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Conclusiones En definitiva, Juan Ramón Jiménez mantuvo un constante interés por periódicos y revistas. Y no sólo españoles, sino también americanos y europeos. Fue así como logró configurar a lo largo de su vida una hemeroteca personal muy valiosa con más de 7.500 revistas custodiadas en su Casa Museo. La mayoría de ellas publicadas entre 1900 y 1936, año del exilio del poeta, aunque a esta colección hay que añadir las gacetas de la hemeroteca de Juan Ramón en Puerto Rico, que han sido digitalizadas recientemente. Todo ello conforma un fondo hemerográfico único que se conserva en Moguer, con la presencia de algunos de los títulos de referencia de la época, especialmente de prensa literaria, ediciones muy valiosas, que en muchos casos son ilocalizables en otro lugar. Tan sólo hay que tener en cuenta que el mismo Juan Ramón Jiménez fue una pieza clave en el impulso de periódicos literarios, primero como escritor o colaborador de títulos como Electra, y segundo como creador o editor de revistas. Una hemeroteca en cuyos fondos nos hemos querido sumergir para comprobar que esa fascinación de la prensa por Platero y yo comenzó desde muy pronto. Incluso con anterioridad a su publicación, como sucede con la revista Renacimiento en 1907. En el archivo juanramoniano hemos indagado en cabeceras tan señeras como Mundo Gráfico o Revista de Occidente, donde se pone de manifiesto la repercusión que tuvo Platero y yo desde su primera edición en 1914. Por este motivo, queremos hacer una invitación a los visitantes para que conozcan parte del rico patrimonio que atesora la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez y el Centro de Estudios Juanramonianos de Moguer, al tiempo que descubren las publicaciones periódicas que fijaron su mirada en la primera edición de Platero y yo, que son una auténtica joya de la historia de la prensa y un testimonio gráfico de la importancia que alcanzó esta obra desde su aparición. Por todo ello, era necesaria esta mirada al Platero, pequeño, peludo y suave…, en papel prensa, a través de la hemeroteca de Juan Ramón Jiménez ubicada en su Moguer.

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El otro

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PLATERO Y YO DOS MIRADAS A LA PRIMERA EDICIÓN

Por

María José Blanco Garrido María Josefa Gallinato Ollero

Guías Casa-Museo Zenobia y Juan Ramón

El día 12 de diciembre de 1914 aparece publicada la primera edición de Platero y yo en Ediciones de La Lectura (Biblioteca de Juventud). Se trata de una edición menor de la obra magistral de Juan Ramón Jiménez, compuesta de 63 capítulos ilustrados por Fernando Marco con “pasta florida” a 2 pesetas.

Portada y colofón 1ª Edición

eses previos a la publicación de la obra, Francisco Acebal, editor de La Lectura, había teM nido ocasión de conocer algunos capítulos de Platero y yo que Juan Ramón le había facilitado. Sin embargo, la intención del poeta era publicar Platero como parte de las Elejías Andaluzas dentro de su obra completa. Juan Ramón se había comprometido con Acebal a publicar una traducción de La Luna Nueva de Tagore para su “Biblioteca de Juventud” que estaba trabajando con Zenobia Camprubí. El trabajo no se llevó a término en la fecha prevista por un enfado entre ambos y un enfriamiento en su relación1. A modo de compensación Francisco Acebal 1 Véase González Ródenas, Soledad y Howard T. Young, “Introducción” en Juan Ramón Jiménez, Obra Poética, Vol. II. Obra en Prosa. Tomo III. Elejías Andaluzas. Platero y yo, ed. De Javier Blasco y Teresa Gómez Trueba, Madrid, Espasa Calpe, S.A., 2005. Revista

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pidió al poeta que se encargara de hacer una selección de capítulos de Platero, apropiada para publicarlos en su “Biblioteca de la Juventud”, y así lo hizo. Al salir publicada por primera vez Platero y yo en esta colección dirigida a niños y jóvenes, la obra va a convertirse en un libro para niños a pesar de que Juan Ramón manifestara en reiteradas ocasiones que no fue un libro escrito para un grupo lector tan concreto como los niños, sino que fue “escojido para los niños”2, y su concepción fue con otra idea. Su publicación parcial en una colección dirigida al público infantil lo llevó a ese encasillamiento. Juan Ramón va a ser el encargado de trabajar en la selección de los capítulos para esta colección, sin embargo, años más tarde el autor se contradice en cuanto a este punto, quizás porque no creyera que fuera la mejor selección o quizás por el engaño de Acebal que descubriría más tarde, llega a comentar que fue el editor la persona encargada de la selección. “La primera vez que se publicó esta edición menor fue en la serie Juventud de La Lectura de Madrid, y no era sino una selección hecha por los editores (y que luego ha servido de modelo para las ediciones menores) del libro completo, ya escrito casi todo en esa fecha, 1912”3. En una carta del 3 de noviembre de 1914, Juan Ramón le dice a Zenobia que le había enviado las primeras pruebas de Platero y yo que estaba preparando para La Lectura: Le mando […] las primeras pruebas del librito para niños que estoy imprimiendo en La Lectura. Eso es la mitad (menos) del libro. Son cincuenta poemas en prosa. Pero todavía no han compuesto más que esos […] le agradeceré a usted que me diga lo que le parece y que me anote al margen lo que no le guste. ¡De veras, Zenobia; necesito su ayuda pues que su alma es tan fina! Le enviaré el resto. Y usted, ¿me devolverá pronto lo que le mando leído y anotado?4 Con estas palabras Juan Ramón busca la aprobación de Zenobia en cuanto a su trabajo y su selección. La opinión de Zenobia y su buen criterio fueron siempre muy tenidos en cuenta por el poeta y siguió constantemente todas sus indicaciones, incluso cuando aún no estaban casados. Por lo tanto, no fueron los editores de La Lectura los encargados de trabajar en la selección de los capítulos de esta edición sino el propio poeta siguiendo la opinión de Zenobia. Paralela a esta edición salía a la luz ese mismo día, en esta misma editorial el “otro tú”5 de Platero, como luego lo llamaría el poeta al conocer su existencia.

Colofón y portada de la 1ª Edición

Se trata de una edición de idéntico contenido pero con portada diferente, realizada en pasta dura y tela gris, bajo el epígrafe de El Libro Escolar a 0,75 céntimos. Hasta hoy, todos los estudios apuntaban que se trataba de una segunda edición aparecida poco después de la primera, ante el éxito en ventas y difusión que había adquirido la obra. Sin embargo, es en el capítulo “Platero y los jitanos” donde Juan Ramón Jiménez nos deja todas las pistas para descifrar lo que realmente ocurrió con esta edición. 2 Jiménez, Juan Ramón, “Prólogo a la nueva edición” en Platero y yo, Sevilla. Facediciones, 2014, pp. 162-3. 3 Jiménez, Juan Ramón, “Platero español de Francia” en Platero y yo, Sevilla. Facediciones, 2014, pp. 167-9. 4 Jiménez, Juan Ramón. Epistolario I. (1898-1916), ed. Alfonso Alegre Heitzmann, Madrid, Ed. Residencia de Estudiantes, 2006, p. 478. 5 Op. Cit. 1 Revista

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Platero y los jitanos Platero, yo hice, como te dije ya, en memoria tuya, un Platero con mi alma. Un hombre que se decía mi amigo, te cojió y te quiso mostrar —luego supe para qué— a otros hombres. Te puso a su gusto, un poco ridículo, en 150 pájinas de papel, forrado con flores y con dibujos elementales, bajo el título Juventud, ejemplar a dos pesetas (ya dijo D. F. G. que en España no había un dibujante capaz de ilustrarlo como eras en la letra, Platero, que tú me dictaste). Pues bien, Platero, creí yo que te había prestado y que eras mío, cuando te vi, otro tú, en la feria, con un cartel que decía: «libro escolar», a 0,75 céntimos. ¡Quién te conocía! ¡Tú, maestro de escuela, Platero! Naturalmente, te defendí; pero el hombre aquél, que te me llevó prestado, un aficionado a las letras... de otros y ganapán... de otros, me dijo, con un papel en la mano, que tú eras suyo, y me habló de leyes y tribunales. Yo agoté mi vocabulario de defensa y de insultos, y él y otro te llevaron para siempre. Pregón: «El que se encuentre un burro, con 150 pájinas en papel crudo, con pasta florida a dos pesetas, con el apodo Juventud, u otro de igual número de pájinas, con pasta gris, a 0,75, bajo el disfraz el libro escolar, devuélvalo a su dueño, Juan Ramón Jiménez, poeta, Madrid, porque es un burro robado.»6 Este capítulo permaneció inédito, hasta que Francisco Garfias en 1969 lo publicó en Libros de Prosas I, en el apartado La colina de los chopos. En 1992 el profesor Antonio Gómez Yebra añadía por primera vez el capítulo a una edición de Platero. Ya el profesor apuntaba que era una crítica a las ediciones piratas, pero de lo que no se percató ni él ni nadie hasta ahora es que la referencia que hacía Juan Ramón era a esta edición en pasta gris. Francisco López Acebal, director de La Lectura desde 1907, mantenía amistad con Juan Ramón desde 1903 cuando se lo presentaron los Martínez Sierra. En 1914 según comenta el poeta, Acebal, ofreció al poeta un contrato con su editorial para la publicación de la obra. La editorial pagó 500 pesetas por la edición y se publicarían 3.000 ejemplares. Aprovechándose de la amistad que le unía con él, Acebal, engañosamente añadió al contrato que Juan Ramón cedía a la editorial los derechos de reproducción de la obra, contrato que posiblemente el poeta firmó sin leer en profundidad fiándose de lo hablado con su amigo. “Comentamos la muerte del novelista Francisco Acebal, ocurrida ayer, y Juan Ramón expresa el mal concepto que tenía de él. Estando en La Lectura le hizo firmar un contrato para la primera edición de Platero y yo dándole quinientas pesetas por una edición de tres mil ejemplares, quedando la empresa con la propiedad de la obra.”7 En 1915 el poeta descubrió la otra edición de Platero, y así el engaño, cuando tropezó fortuitamente con el libro mientras paseaba por la Feria del Libro en Madrid. De esta edición se hicieron 5.000 ejemplares pues según comenta Juan Guerrero Ruiz en Juan Ramón de Viva Voz, La Lectura hizo 8000 ejemplares de la primera edición, 3000 de portada florida y 5000 de portada gris8. Posiblemente, fue entonces cuando el poeta, indignado, escribió el capítulo “Platero y los jitanos” donde critica irónicamente la edición “ilegal” para él, pero legal ante la ley por el contrato firmado con la editorial. El capítulo “Platero y los jitanos” no aparece fechado ni en la edición de Garfías ni en la del profesor Gómez Yebra antes citadas, sin embargo, en el capítulo “Mudeví”, datado en 1915, Juan Ramón nos habla de este mismo asunto aunque de una forma más sutil, lo que nos hace pensar por tanto que fue en la Feria del Libro de 1915 donde lo descubre y ya en esa fecha, el poeta sabía de la existencia de la otra edición de Platero. El capítulo “Mudeví”, fue publicado por Juan Ramón en el Semanario España, el 29 de marzo de 1924 bajo el título Cerro del Viento. En 1969 también lo publicará Garfias en Libros de Prosas I junto a otro capítulo titulado “Obstinación”. En el Platero revivido por Ricardo Gullón aparece también publicado con muchas correcciones respecto al publicado por Juan Ramón en España. 6 Op. Cit. 1 7 Guerrero Ruiz, Juan. Juan Ramón de Viva Voz. Vol. II. (1932-1936), Valencia, Pre-Textos Museo Ramón Gaya, 1999, p. 114. 8 Este dato se deduce de la conversación de Juan Ramón mantenida con Juan Guerrero el 11 de septiembre de 1935. Op. Cit. 8, p. 327. Revista

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Mudeví A veces –cualquier fea siesta gris (agua y cal) de invierno, de esas en que no tener una carta que no se espera es una hecatombe; comido aprisa, de vuelta de una cansada mañana ingrata; desengañado por completo (y con mala calefacción) de la bondad de este mundo y de la de sus lamentables transeúntes-, mediosueño que Platero, el plateado libro mío, que está en su cuadra apacible del feliz estante limpio y solitario, es el horrible burro negro de la Mudeví –la vieja Mudeví, verde abanderado del cuervo-. Sale furioso, de pronto, por la vaga ciudad nubosa reflejada en los cristales, que se confunden con la telaraña de mi duermevela, los rompe en un estallido de luz blanca, se me sube sobre el corazón, como sobre una colina del Monturrio de Moguer, y, clavado en su mitad, me lo patalea rabioso y sin sentido. “¿Y para eso –le pregunto, dejándole cocear a su iracundo antojo –he escrito ese libro tan bello –que es tú mismo- sobre ti; para eso he perdido tanto tiempo soñando y pesando en ti a través de la cancela al sur de mis recuerdos de colores amarillos, y he hecho, por ti, cuadra mi casa blanca, pesebre mi mesa viva, cebada mi voluntarioso corazón?” Pero Platero, que por ser ya libro, digo, burro de editor jitano, se ha contajiado sin duda de bizquerías de todo jénero y matiz, sigue pataleándose cabezonamente en la flor del corazón primaveral –hasta dejármelo como un guante viejo de luto-, ni más ni menos que si fuera él mismo cualquier aficionado, editor, diplomático, director de revista o crítico, amigo mío.9 ás tarde fue Domingo Barnés Salinas –jefe de redacción de La Lectura- quien deshizo el M contrato con la editorial comprendiendo que había sido un engaño y que iba en contra de los intereses de Juan Ramón con el que mantenía una relación amistosa por la vinculación de ambos a la Institución Libre de Enseñanza y el respeto y admiración que los dos profesaban a Francisco Giner de los Ríos. Juan Guerrero Ruiz comenta en Juan Ramón de Viva Voz el 6 de septiembre de 1933 tras conversación con Juan Ramón: “Luego, Domingo Barnés deshizo este contrato comprendiendo que perjudicaba al autor.”10 erminamos con unas palabras del poeta que resumen su mayor preocupación en cuanto a la T edición de su obra:

“… hay muchos editores indignos que, aparte de robarlas, las hacen feas, lo que les perdono menos que el robo vil.”11 JRJ 9 Op. Cit. 1, p. 152. 10 Op. Cit. 8. 11 Op. Cit. 4.

Bibliografía: Campoamor González, Antonio, Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Años españoles (1881-1936), Sevilla, Ed. Universidad Internacional de Andalucía, 2014. Guerrero Ruiz, Juan, Juan Ramón de viva voz, vol. II, (1932-1936), Valencia, Pre-Textos Museo Ramón Gaya, 1999. Jiménez, Juan Ramón. Platero y yo. Biblioteca de Juventud. Ediciones de La Lectura, 1ª edición. Madrid, 1914. Jiménez, Juan Ramón, Platero y yo. El Libro Escolar. Ediciones de La Lectura, 1ª edición. Madrid, 1914. Jiménez, Juan Ramón. Libros de Prosa I, ed. Francisco Garfias, Madrid, Aguilar, 1969. Jiménez, Juan Ramón. Platero y yo, ed. A. Gómez Yebra, Madrid, Castalia, 1992. Jiménez, Juan Ramón. Epistolario I (1898-1916), ed. Alfonso Alegre Heitzmann. Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2006. Es.wikipedia.org/wiki/Domingo Barnés Salinas. 5 de diciembre de 2014 Es.wikipedia.org/wiki/Francisco Acebal. 5 de diciembre de 2014 Revista

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zenobia y

UAN RAMÓN, ASIDUOS A LOS

MUSEOS

El arte es la ciencia de la belleza (Juan Ramón Jiménez)

A lo largo de sus vidas, Zenobia y JRJ fueron grandes amantes del arte y el patrimonio. Visitaron más de 25 museos en España, EE.UU. e Hispanoamérica. La tipología de museos era muy variada, desde museos de Artes Decorativas, como el Romántico -hoy, Museo del Romanticismo en Madrid- que conserva entre sus fondos un magnífico piano Steinway & Sons, una lámpara de 18 brazos, seis sillas isabelinas y un paje de caoba, todo donado por el matrimonio Jiménez; y el de Artes Decorativas de Madrid, que recoge parte de la colección del anticuario de origen judío José Weissberger -nacionalizado español en 1914-, buen amigo de Zenobia, con el que se reencontró en el exilio neoyorquino. Museos de Arte Contemporáneo, como el de Nueva York; Etnográficos, como el de los Trajes de Buenos Aires; y Arqueológicos, como el de la Universidad de Pennsylvania. Además de museos de Arquitectura, como The Cloisters de Nueva York; Científicos, como el Museo de Minas, también de Nueva York; e Históricos, como la Casa de la Independencia y la Tumba de Benjamin Franklin en Philadelphia.

Por Rocío Bejarano Álvarez



Teresa Rodríguez Domínguez

Aunque los museos que más visitaban, e incluso repetían en numerosas ocasiones, eran los de Bellas Artes: El Museo del Prado, Museo Metropolitano (Nueva York)¸ Museo de Arte de Fairmont (Boston), la Colección Frick (Nueva York), Hispanic Society of America -donde Juan Ramón dejó estampada su firma en una columna, cuando lo visitó durante el viaje de novios-, Museo Ringling (Sarasota), Museo de Williamsburg (Iowa), National Gallery of Art (Washington) y la Galería Memorial Phillips (Washington). Zenobia, además, era miembro del Washington Arts Club y del Museum of Modern Art de Nueva York, donde habitualmente iba a comer con sus amigas.

Documentalistas del Centro de Estudios Juanramonianos

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National Gallery of Art (Washington).

Comprobamos el apasionamiento de Zenobia, en una carta a Olga Bauer del año 1943, sobre la National Gallery of Art de Washington:

Museo Arqueológico de la Universidad de Pennsylvania.

Hoy hemos hecho una escapada para ver dos Goyas estupendos que han vuelto al museo. Francamente, me habría pasado toda la tarde sentada delante de la linda figurita [La marquesa de Pontejos], casi transparente con su fondo verde de parque suntuoso. Lo habían colgado en el lugar de honor de un salón inglés como el maestro de todos los pintores de ese tipo (una de sus facetas, qué suculenta y deleitable y fina y vaporosa a un tiempo) ¡Como ves, vuelvo entusiasmada!

Museo Metropolitano (Nueva York)

Casa de la Independencia (Philadelphia)

Colección Frick (Nueva York)

“La pesca del atún en Ayamonte”  (1919), por Sorolla, en la Hispanic Society of America

Hispanic Society of America (Nueva York)

La Marquesa de Pontejos, de Goya, en la National Gallery of Art (Washington)

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JUAN RAMóN

IMÉNEZ,

MICRORELATO EL PADRE DEL

“Arte es quitar lo que sobra”. Ideolojía, pág. 739.

El microrrelato –esa narración corta de no más de una página y a veces de sólo una línea, como el famosísimo relato de Augusto Monterroso ‘Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí’– vive ahora su mejor momento: autores reconocidos como José María Merino o Luis Mateo Díez lo practican con frecuencia y los lectores, en mitad de esta sociedad vertiginosa, lo consumen con facilidad, pero hubo un escritor que apostó por este género cuando nadie más lo hacía, que fue un visionario y un adelantado a su tiempo, y al que aún no se le han reconocido sus (enormes) aportaciones en este terreno de lo breve; y él no es otro que nuestro paisano Juan Ramón Jiménez. El poeta moguereño, que ya ha pasado a la historia por sus indiscutibles aportaciones a la Literatura, fue también el precursor del microrrelato en castellano, allá por los albores del siglo XX. “Escribir largo, ancho y tendido es mucho más fácil que escribir corto y aislado”, decía el propio autor en Ideolojía.

Por Daniel Blanco Parra

Es en el ambiente estético del Modernismo, imperante en el primer tercio del siglo pasado, cuando la brevedad pasa a ser un valor en alza y es también en esa época cuando Juan Ramón Jiménez firma sus primeras narraciones cortas. En la maniática costumbre de

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repasar, una y otra vez, sus escritos, el poeta se dará cuenta de que en sus prosas poéticas se cuentan pequeñas historias, como ocurre por ejemplo en algunas –muy pocas– estampas de Platero y yo. Es ése el primer acercamiento con la narrativa breve, es ahí cuando él decide explorar sus posibilidades. El poeta moguereño jamás utilizó el moderno concepto de microrrelato, pero sí fue consciente de que aquellos textos cortos que narraban alguna historia, por mínima que fuera, correspondían a un género nuevo. La revista España recoge en 1924 la noticia de un proyecto pionero, adelantado por el propio autor, en el que se anuncia un libro formado únicamente por una recopilación de narraciones breves, algo inusual en la época. Se llamaría, irónicamente, Cuentos largos y no vería la luz hasta mucho después de su muerte. A partir de ahí, el poeta de Moguer trabaja en otro libro, Crímenes naturales y al que le puso un curioso subtítulo: Bocetos de novelas que yo hubiera querido escribir. La experta Ángeles Manzano Sanz1 aclara que si Juan Ramón Jiménez no escribe novelas no se debe a “la falta de tiempo o a un desbordamiento de planes” sino a unas razones más profundas: su prejuicio hacia la figura del novelista y hacia la posibilidad de convertirse en uno de ellos. Para él, merecía muchos más respetos el escritor de brevedades que el que se dedica a narrar en formatos extensos. Con estas convicciones, parece clara su apuesta por el microrrelato, pero cabe preguntarse cómo llega hasta este descubrimiento estético. En principio, influyó el Modernismo y las vanguardias y también todo el proceso de depuración al que somete constantemente su obra: reduce los excesos barrocos y dosifica las descripciones, deja lo imprescindible, trabaja en la desnudez literaria. A esto hay que sumarle su animadversión hacia la novela, y su creciente atracción por lo fragmentario, como ya se puede apreciar en Diario de un poeta recién casado, del que ahora se cumplirá el centenario de su publicación. Juan Ramón Jiménez llega al microrrelato a través de una narración minúscula y concisa, exenta de cualquier elemento que no sea indispensable para la historia y para el efecto que quiere crear. Al hablar de los precursores del microrrelato siempre salen a relucir nombres como Ana María Matute, Ramón Gómez de la Serna o Max Aub, pero lo cierto es que ninguno cultivó este género con tanto compromiso como Juan Ramón Jiménez. Él fue el único que en ningún momento de su producción literaria se separó de la brevedad y el que tuvo claro que, usando las herramientas adecuadas, se podía contar una historia en poquísimas líneas. A raíz de esta investigación a la que dedica su vida, nuestro Premio Nobel descubre la idiosincrasia de una nueva forma de narrar, fragmentada y rápida, que requiere de unos recursos propios, diferentes. Se puede decir con seguridad que Juan Ramón Jiménez sentó las bases de los microrrelatos. Todos los recursos para subrayar la intensidad de las narraciones breves que son ahora tan populares ya fueron investigados, utilizados y explotados por él. Juan Ramón Jiménez fue, por lo tanto, uno de los primeros defensores del microrrelato y como tal hay que valorarlo. Él utilizó la brevedad como bandera narrativa y condicionó su obra prosística a este proceso de recorte y de desnudez. Su contribución fue indispensable para la creación de este nuevo género que, a pesar de haber estado en letargo durante más de tres décadas –de mediados de los 50 a mediados de los 80-, vuelve a irrumpir ahora en el panorama literario con más fuerza que nunca. Al bucear en la infancia del microrrelato es imprescindible retroceder hasta Juan Ramón Jiménez y no sólo por su vasta producción en minificción breve –más de 200 cuentos- sino por su apuesta sin fisuras por la brevedad. El poeta moguereño es, también y sin lugar a dudas, uno de los padres del microrrelato español.

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SANZ MANZANO, Ángeles, “Introducción a Juan Ramón Jiménez”, Antología de prosa lírica, Madrid, Cátedra, 2007, página 38. Revista

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ANDRO VALERIO,

poeta de la copla Revista

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Romance de

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ARRALA

en Moguer Por Xandro

M oguer se alza de puntillas, con su única torre alta,

envuelta en los finos velos de su crepúsculo malva. La aguda espada de oro de la Bética cercana, el sonoro corazón de la torre le traspasa. Y en la Ribera, a sus pies, el río de amarillas lamas un volante de colores le va prendiendo a su falda. El pueblo, sin voz, tenía una claridad de agua y un silencio de jazmines que Dios tocó de su gracia. Moguer vivía ignorante de la copla y la navaja, del son flamenco y del ácido vino de las madrugadas. Y un día, –¡asombro en los ojos!–, Moguer miró a La Parrala. (La Parrala era en Moguer pámpano de vides agrias.) ¡Ay, Moguer, arroyo claro!, ¿quién ha enturbiado tus aguas? Un nombre en todas las bocas, -¡La Parrala! ¡La Parrala!, lo pronunció todo el pueblo y por el suelo lo arrastra como ella por los tablados los faralaes de su bata. Las muchachas de novena, tras el cierro se recatan

Valerio

para mirar, sin ser vistas, cuando pasa La Parrala. Mi tía, –devocionario y misas de madrugada–, se santigua al pronunciar el nombre de La Parrala. –¿Ha visto, usted, doña Carmen…?– –¿Lo supo, ya, doña Paca…?– –¡En Moguer! ¡Quién lo diría…!– –¡La Parrala!– –¡La Parrala…!– Los señores del casino –dominó, café y baraja–, guiñan el ojo y a media voz hablan de La Parrala… –Que si en la calle del Sol, de noche, a puerta cerrada…– –Que si en el Trasmuro, a mano derecha, la tercer casa…– Y desde El Cristo al Monturrio, de la Friseta a la Gavia, el pueblo entero repite: –¡La Parrala…! ¡La Parrala…! Aun no era llegado el tiempo en que un burrillo cargara, dulce y trotón, en su lomo, la amarilla rosa mágica del poeta de Moguer, en los crepúsculos malvas, cuando, –clavel en el pelo; morena de rompe y rasga–, por las calles de Moguer, iba y venía La Parrala. (Agosto, 1943)

[Del libro Gozos del amor en silencio, Barcelona, 1945]

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El legado de

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ANDRO VALERIO

Los manuscritos del poeta en el Archivo Histórico de Moguer

Por

Diego Ropero-Regidor Director del Archivo Histórico Municipal Biblioteca Iberoamericana de Moguer

S e cumplen este año cincuenta de la muerte de Xandro Valerio y para conmemorar dicha efeméride el Archivo Histórico Municipal, donde se encuentran sus originales manuscritos o mecanografiados, programó en los meses de mayo-junio una exposición en la Casa Museo “Zenobia y Juan Ramón” para dar a conocer algunos documentos significativos del poeta moguereño que forman parte del fondo de Francisco Garfias, amigo en la vida y en la poesía del autor de “La Parrala” o “Tatuaje” que, con otras composiciones, lo encumbraron en España y América, dos escenarios que comparten afectos y donde la copla caló y se hizo indispensable en los repertorios de las voces españolas más aplaudidas de la época.

Desde 1944, fecha en que Francisco Garfias llega a Madrid, la amistad con su paisano Xandro Valerio se enriqueció de tal manera que eran considerados como hermanos. Los dos compartían la querencia por la poesía; los dos nacieron en Moguer, otrora solar del natalicio de su mentor, Juan Ramón Jiménez, maestro indiscutible desde el alumbramiento de la Segunda Antología Poética, entrega que no dejó indiferente a los poetas de entonces, y menos, si cabe, a estos dos autores que gustan de trascender la realidad desde lo popular, Xandro más que Garfias, aunque ambos evolucionan, ya en la madurez, hacia el abatimiento existencial. Comparten los dos poetas de Moguer amistad y confidencias, recuerdos y reflexiones, siempre con el tintineo sabroso de la imagen quieta y honda de un pueblo que celebra la poesía con cierta mezquindad. ¡Ay, quién quiso ser profeta en su tierra! El tiempo pone a cada cual en su sitio, lo hace más cercano a pesar de que ya son una mera inscripción en una lápida de cementerio. Y el tiempo, insisto, los regresa desde la levedad del ser que se impregna de poesía. La trayectoria de Xandro y de Garfias tiene muchos puntos en común, no pocas connotaciones que lo envuelven como si se tratara de un binomio casi perfecto. Quede el resto para los críticos de la obra. Revista

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Cuando Xandro Valerio fallece aquel día luctuoso 26 de abril de 1966, dejó huérfanos a su hermano Garfias y a su familia, esa “Santísima Trinidad” moguereña formada por Curro, Pastorita y la madre de ambos Pastora María, con quienes tuvo una relación muy estrecha. En ellos vio Xandro la oportunidad para recuperar el Moguer de su niñez y adolescencia. De Curro hemos oído y leído las circunstancias que llevaron a Xandro a dejar Moguer muy joven. Su padre, un castellano de Zamora, casado con una moguereña, tenía un pequeño comercio que no le fue bien y por esa razón decidió instalarse con los suyos en un pueblecito de la mina cuyo nombre nunca precisó, sólo que allí la estrechez económica se vio agravada con la muerte de su padre. En Huelva empezó a trabajar en el Banco Español de Crédito y, después de pasar por La Palma del Condado como responsable de la sucursal y Barcelona (allí conoce a Rafael de León y empieza a escribir sus primeras poesías y piezas dramáticas), se instala definitivamente en Madrid, donde abandona su empleo en el Banco para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Ya era un autor reconocido en el mundo de la copla que le daba para vivir sin tener que recurrir a otro trabajo. Sus colaboraciones con Rafael de León y el maestro Quiroga, primero, y con José Antonio Cancionero de Lolita Sevilla con las creaciones de Xandro Ochaíta y Juan Solano, más tarde, fueron frecuentes. En Valerio, J.A. Ochaita y J. Solano esta comunión de versos y amistad le alcanzó la fama y su nombre aparece en el reparto de películas como “Bienvenido Mister Marshall” (1953), de Berlanga, con José Isbert y Lolita Sevilla, “Historia de la radio” (1955), de Sáenz de Heredia, “Sucedió en Sevilla” (1955), de Gutiérrez Maeso, Malagueña (1956), de Núñez de Lissarrague, y otras en las que participó como compositor con sus inseparables Ochaíta y Solano, además de en numerosos espectáculos protagonizados por Conchita Piquer, Juana Reina, el Príncipe Gitano y un amplio elenco que interpretaron sus canciones, algunas de ellas, como “La Parrala” o “Tatuaje”, convertidas en iconos de la copla. El poeta Francisco Garfias dejó previsto en su testamento, otorgado en Moguer el 23 de julio de 2010 (su fallecimiento se produjo el 26 de octubre), que su biblioteca y su archivo personal, además de los muebles, pinturas, esculturas, condecoraciones y otros objetos que le acompañaron en vida) fueran para su pueblo. La donación fue aceptada por el pleno municipal en sesión ordinaria celebrada el 31 de marzo de 2011. La entrega formal de dichos bienes por parte de sus albaceas, Francisco y Gema López Carmona, al Ayuntamiento en la persona del alcalde Gustavo Cuéllar Cruz se realizó mediante acta en el Archivo Histórico Municipal. El legado de Francisco Garfias está formado por su archivo y biblioteca, ambos depositados en el Archivo Histórico, y los otros bienes mencionados que se encuentran expuestos en el museo casa natal de Juan Ramón Jiménez en la sala que se ha dedicado al autor de La duda, Premio Nacional de Literatura (1971) y destacado editor y estudioso de la obra del Nobel. La responsabilidad del Archivo en la custodia de dicho legado se corresponde con los objetivos de la institución municipal de garantizar su custodia así como su proyección para disfrute de la ciudadanía. Tras la muerte de Xandro, su familia entregó a Garfias los manuscritos originales del poeta con el fin de preservarlos y procurar con ellos futuras publicaciones de su obra. Ese “tesoro” lírico fue conservado con esmero y de él han salido los libros publicados en vida del poeta: Gozos del amor el silencio (1945), con prólogo de Ángel Valbuena, Niño y pueblo: Versos de Moguer (1963), con prólogo de Francisco Garfias, y Llegada de Dios y Las voces de la muerte (1964). Desde entonces su obra cayó en una especie de letargo, salvo ocasiones puntuales con la publicación de otros dos títulos: Sonetos y elegías (1995), edición y prólogo de Francisco Garfias, y Navegando por el mar de los recuerdos (1999), una antología poética con poemas seleccionados por Manuel Sánchez Tello publicada en la Colección La Voz de Huelva. Además de estos dos últimos libros incorporados a la obra edita de Xandro también tenemos que reseñar sus poesías en las revistas Grecia –a partir de 1918‒, Caracola, Poesía Española, ConDados de Niebla, El Fantasma de la Glorieta, Montemayor, etcétera. Revista

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La obra del poeta El legado literario de Xandro Valerio lo componen 163 documentos repartidos en distintas series: 1) Poesía; 2) Teatro; 3) Partituras; 4) Correspondencia cruzada (relacionada casi en exclusiva con la revista Caracola de Málaga), además de otras cartas recibidas de contenido diverso; 5) Recortes de prensa; y 6) Varios. Las pocas fotografías del poeta se encuentran en la colección propia de Francisco Garfias en su serie correspondiente.

De la serie Poesía, la más importante en volumen, destacan los cuadernos que contienen los poemas manuscritos originales (desde “La eterna llama”, de 1915, a “Trapería”, última composición que el poeta dató el 13 de abril de 1966, a pocos días de su muerte) y los proyectos de libros que dejó revisados para su posible publicación. En este valiosísimo conjunto de inspiración lírica se toma el pulso de este otro autor de la Generación del 27, así como la insistente inquietud y manifiesta atracción por lo popular no exenta, ya en su última etapa, de trascendencia metafísica. No en balde el profesor Valbuena Prat se refiere al moguereño en el prólogo de su libro Gozos del amor en silencio como un “andaluz esencial en el halo del Parnaso ideal”. Por supuesto, “andalucísimo”, y muy cordial, cuyo tono y voz son inconfundibles. Pasamos a hacer una relación extractada de la poética original del autor de “La Parrala” que se conserva en el Archivo de Moguer en el fondo documental de Francisco Garfias: 1.- Versos, por Xandro Valerio [1915-1940]. 1 cuaderno, 52 hojas (en adelante hs.) en cuarto manuscritas (en adelante mss.) con correcciones. Incluye 60 poemas, todos ellos fechados. Por lo general siguen un orden cronológico sin saltos. 2.- Primer libro de versos (1915-1945). Sin fecha (en adelante s.a.). 1 cuaderno mecanografiado (en adelante mecan.) [Faltan las páginas que incluyen los poemas “Capilla ardiente” (6-7), “Elegía a mi hermana muerta” (18-19) y “Mi casa (51-52)]. 3.- Proyecto del libro Elegías [1917/1965]. Contiene el plan de la obra: un sobre con títulos de poemas ms. y los poemas “Elegía de aquel adolescente triste que fue…” (26-06-1965); “Tita la Cana” (Punta Umbría, 28-07-1965); “Elegía a mi hermana muerta” (7-09-1920); “Capilla ardiente” [24-02-1917]; y “La casa” (1932). 4.- Copia del libro Versos de Moguer: (Recordaciones de un niño de pueblo): 1924-1926. 1 cuaderno con 46 cuartillas mecan.; portada ms. con dibujo. En la portadilla dedicatoria ms. “A Pastora María, Pastorita y Curro, mi “Santísima Trinidad” moguereña en Madrid. / Xandro / Festividad de la Divina Pastora, 20 Abril 1958”1. 1 Este libro se publicaría en Madrid en 1963 con el título Niño y pueblo: Versos de Moguer: 1925-1935, dedicado a Rafael de León. Revista

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5.- Libro Negro de poesías. 1920~1951. 1 cuaderno en cuarto con 96 páginas mss. Incluye 94 poemas, entre los que se encuentran los romances originales, como el “Romance de La Parrala en Moguer” (Madrid, 2007-43), y otros que aparecen en su primer libro Gozos del amor en silencio. Inicia el poema “Romance del ruiseñor y la luna” (14-11-1937); cierra el poema “Gafas oscuras” (5-08-1941). En este conjunto destacan los títulos pertenecientes al proyecto de libro Luz de luto (véase el número de esta serie).

Borrador del Romance de la Parrala en Moguer. Libro Negro (1943).

6.- Poesías. 1938-1958. 1 cuaderno anillado con 17 hs. en cuarto mss. Incluye 16 poemas y un borrador de carta a Lutgarda Márquez Batista y familia, s.a. 7.- Luz de luto: Sonetos: 1946-1958. [Proyecto de libro “definitivo”, 1958]. 57 hs. + 2 hs. del índice en cuarto mecan. con correcciones mss.; encuadernado. 8.- La sirena y el ángel: Versos de mar y playa: 1959. [Proyecto de libro “definitivo”]. 1959. 45 hs. + 2 hs. del índice en cuarto mecan; encuadernado. 9.- Cruz volante: Versos: 1960. 1 cuaderno con 66 hs. mss. + 14 hs. en blanco. Incluye: Cruz volante (1960); Misterio de figuras sacras (1945-1951); y Loores a la Virgen María (1954-1960). 10.- Borradores de poemas del libro Cruz volante. 6 holandesas + 4 folios con correcciones mss. (duplicados). Títulos de la serie: “Poemas marianos”. Incluye 13 poemas. 11.- Cruz volante: Versos: 1960. [Proyecto de libro “definitivo”]. 72 hs. + 4 hs. del índice mecan. en cuarto con algunas correcciones mss.; encuadernado. 12. Versos. ¿1948?-1959. 1 cuaderno con 40 hs. en cuarto mss. (22 hs. en blanco) + 1 h suelta ms. Contiene 20 poemas. 13.- Versos de mar y playa. [1959]. Proyecto de libro. 41 hs. + 2 hs. del índice mecan. en cuarto; encuadernado. 14.- Borrador del poema “Canción menor” (P.U., 31 julio 961 –tachado‒ 5 agosto 1961) y un soneto “A La Palma del Condado” (Punta Umbría, 11 agosto 1961). Contiene además citas, notas, etcétera. 1 cuaderno anillado con 41 hs. en cuarto mss. 15.- Canción menor. [Punta Umbría, 5 agosto 1961]. Originales, borradores y tres copias. 72 hs. en cuarto mecan. con correcciones mss. + 16 holandesas (versión nula). [Material para el libro Llegada de Dios y Las voces de la muerte].

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16.- Borradores de los poemarios Llegada de Dios y Las voces de la muerte. Madrid, febrero-marzo 1961. 66 cuartillas + 3 hs. mss. y mecan. + 1 sobre con títulos mss. 17.- Nuevos versos. 1 cuaderno con 45 hs. en cuarto mss. (23 hs. en blanco). Comienza en 24 de febrero de 1963. Termina en 13 de abril de 1966. Incluye 72 poemas. 18.- Poemario “Canto a la Hispanidad descubridora” (Leva de 10 sonetos). [1955]. Presentado con el lema “Avante” a los Juegos Florales de la VIII Fiestas de la Hispanidad del Puerto de Santa María para optar a la Flor Natural. 11 holandesas mecan. Acompaña al conjunto de cuadernos que contiene el universo lírico de Xandro, varios originales manuscritos sueltos que llevan la firma autógrafa del autor: 19.- Soneto “Barcos en el río de Moguer”. 1924. 1 cuartilla mecan. 20.- Copia digital de la poesía “Himno miliciano”. Boletín Relieves, Portavoz de los Trabajadores del Banco Español de Crédito U.G.T. Nº 3, Año II, Barcelona, 30 de enero de 1937, p. 4, 3 fols. 21.- Romance de “La Parrala” en Moguer. Madrid, 4 de marzo de 1942. Publicado en la revista [?] 1 fotocopia impr. 22.- Borrador del soneto “Apenas brisa de mi pena…” 1946-1956. 1 h. en cuarto mecan. con correcciones. 23.- Soneto “A Curro Garfias, poeta de Moguer”. 1952. 2 hs. en cuarto, original y copia. (Contiene alguna variante respecto al soneto de 1945.) 24.- Soneto “El poeta”. Madrid, 24 enero 1958. 1 holandesa ms. 25.- Soneto “Retorno”. Madrid, 20 febrero 1958. 1 holandesa ms. 26.- Soneto “Las Navidades de Platero”. Sin fecha. 1 cuartilla mecan. 27.- Borrador de texto en prosa “Místico Señor del Paño”. Sin fecha. 1 h. ms. 105x275 mm. 28.- Selección de poesías para una “Brevísima Antología”. 10 poemas mss. y mecan. 3 cuartillas y 4 fols. Incluye: “Soneto” dedicado “A Curro Garfias, poeta de Moguer, cordialísimo amigo mío en la vida y en el Arte” (1945); fotocopia del soneto “Retorno” (1958); soneto “El poeta andaluz, visita por vez primera el lugar castellano-leonés de su casta paterna” (1963); soneto inédito “Mi propia herida” (1965); “Árbol sin mar (Elegía de un verano frustrado)” (sin fecha); y los sonetos de “Tríptico de Navidad” (sin fecha). El segundo bloque de originales en importancia se centra en la Obra dramática, en concreto tres piezas que fueron representadas pero no se publicaron. Aparte de éstas Xandro escribió otras comedias de ambiente taurino en colaboración con otros autores como Cine, Pum y toros, comedia musical en tres actos con A.Ortega, José A. Ochaíta y música de J. Solano y J. García Bernalt; Ronda ya tiene torero, fantasía lírica en dos actos con Ochaíta y Ángel de León Sanz y música de Solano (en ambas Xandro firma con su nombre de pila, Alejandro Rodríguez Gómez); y Toros y coplas, fantasía lírica en dos actos con Ochaíta y A. León Sanz y música de Solano2. 29.- Las Madres. Drama de un pueblecito andaluz. Tres actos en prosa y verso. Xandro Valerio. No lleva data. 3 cuadernos (62+55+71 hs.) en cuarto mecan. con correcciones mss. 2 Reus Boyd-Swan, Francisco: “Los toros y el teatro”. Garoza: Revista de la Sociedad Española de Estudios Literarios de Cultura Popular, N. 7, 2007, pp. 276, 280 y 284. Revista

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30.- Juan, el amor y la luna. Comedia en tres actos. Xandro Valerio. Sin data. 3 cuadernos (41+45+32 hs.) en cuarto mecan. con correcciones mss. 31.- La casa de las monjas. Comedia en tres actos. Xandro Valerio y Salvador Bonavía. Sin data. 3 cuadernos (62+40+40 hs.) en cuarto mecan. con correcciones mss. Nos ha llegado además dos partituras: el pasodoble “El porompompero”, con letra de Valerio y Ochaíta y música del maestro Solano (Editions J. Garzon, Paris, [1964]). Se trata de un libreto impreso que contiene además el albarán de envío de novedades de Canciones del Mundo (Madrid) a Alejandro Rodríguez Gómez (Xandro Valerio), Madrid, 1 de junio de 1964. La segunda partitura lleva por título “Padrenuestro de amor”, cuyo autor de la letra es Xandro Valerio y de la música Miguel F. París; un pliego con 4 hs. mss. Revista Caracola de Málaga La colaboración de Xandro Valerio con la revista Caracola es el resultado de la admiración que su director José Luis Estrada sentía por el poeta de Moguer, a quien consideraba uno de los mejores sonetistas del momento. Precisamente, por su maestría genuina en esta composición poética, en 1965 aceptó coordinar un número especial dedicado al soneto. El director de la revista malagueña le dio plena libertad para elegir a los autores que conformarían el pretendido recopilatorio. Se conservan los originales múltiples de las cartas que Xandro envío a los poetas por él seleccionados, los cuales aparecen en el inventario por orden alfabético: Rafael Alberti, Manuel Alcántara, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, José Luis Cano, Joaquín Caro Romero, Gerardo Diego, Joaquín Entrambasaguas, José María Fernández Nieto, María de los Reyes Fuentes, José García Nieto, José Hierro, Luis Jiménez Martos, Rafael Laffón, Concha Lagos, José López Anglada, Leopoldo de Luis, Manuel Mantero, Rafael Manzano, Rafael Montesinos, Rafael Morales, Carlos Murciano, José Luis Prado Nogueira, Luis Rosales, José María Souvirón, José Luis Tejada, Alfonsa de la Torre y Luis Felipe Vivanco. En total son 44 las que componen este cuerpo de correspondencia que se completa con las respuestas de los autores a quienes Xandro Valerio pidió que colaboraran con un soneto. Respondieron Rafael Alberti, Manuel Alcántara, Vicente Aleixandre, Odón Betanzos, José Luis Cano, Joaquín Caro Romero, Gerardo Diego, Joaquín Entrambasaguas, José Fernández Nieto, José García Nieto, Rafael Laffón, Concha Lagos, Luis López Anglada, Leopoldo de Luis, Rafael Morales, Carlos Murciano, José Antonio Ochaíta, José Luis Prado Nogueira, José María Souvirón, José Antonio Suárez y Alfonsa de la Torre. En total 36 cartas (algunas de ellas incluye los sonetos: “Lo que dejé por ti” (Alberti); “A la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora” (Gerardo Diego); “El antiguo mirador se justifica” (García Nieto); “Sueño” (Concha Lagos); “Donde el poeta recurre al mito de Ariadna para dialogar con la amada” (Murciano); “Trotaconventos” (Ochaíta); “Piedad” (Prado); y “Primera carta”, “Invierno sin amor, tarde de nieve” y “Vivir de amor: ¡oh hazaña peligrosa! (Alfonsa de la Torre). La suma de todas ellas hace un total de 80 cartas. Se incluyen también aquéllas que el poeta cruzó, en 1964-1966, con su amigo José Luis Estrada. Pero el delicado estado de salud de Xandro y su inesperado fallecimiento el 26 de abril de 1966 impidieron que viera el número especial de la revista Caracola. Será Francisco Garfias quien tome el testigo y envíe a Estrada todo el material reunido por su paisano. El número 167 (septiembre de 1966) de dicha revista dedicada al soneto, “composición preferida, como autor y como lector” en palabras del propio Xandro, se convertiría por deseo expreso de su director en un homenaje al moguereño. Colaboraron 23 poetas, y entre ellos aparecen también Juan Ramón Jiménez, Xandro Valerio y Francisco Garfias. Su director, José Luis Estrada, incluyó a modo de frontispicio varias cartas que Valerio le escribió en las que se percibe con nitidez la admiración mutua, especialmente la referida al encargo que el malagueño le hizo para que coordinara el mencionado número especial de dicha revista.

Especial de la revista Caracola dedicada al soneto en homenaje a Xandro Valerio.

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Otros documentos La colección de documentos de Xandro Valerio se completa con otras cartas: tarjeta postal enviada a Pastorita Garfias (marzo, 1959); tarjeta carta a Francisco Garfias (Sevilla, 30 de marzo de 1959); copia de la carta a Francisco Garfias (San Lorenzo de El Escorial, 25 de agosto de 1960) que reproducimos en su integridad por tratarse de un testimonio precioso sobre el amor y la relación de afecto que el poeta mantuvo con Moguer, a pesar de la distancia. Aparece igualmente en este pequeño nicho epistolar el telegrama que Antonio y Carlos Murciano remitieron a Garfias sumándose al homenaje que el Ayuntamiento de Moguer tributaría al poeta tras su fallecimiento (Ecija, septiembre de 1967). Hacemos mención a otras tres misivas que forman parte de la correspondencia de Francisco Garfias. Me refiero a la carta que Xandro envió desde Madrid a Curro en Moguer el 25 de junio de 1944 agradeciéndole el “precioso e inesperado regalo de tus versos” (se está refiriendo al libro Caminos interiores), los cuales ve “entroncado –rama tierna−, con el chopo lírico del más grande poeta contemporáneo, ‘padre y maestro mágico’ de la moderna poesía española” que no otro que Juan Ramón. De 1959 es la felicitación navideña que envió a su amigo Curro incluyendo el poema de su puño y letra “Noche del mar” de su libro inédito Versos de mar y playa. Y, por último, la tarjeta que lleva el poema manuscrito “A Pastora María, en las Navidades de 1965”. El legado de Xandro Valerio contiene además otros documentos de menor relevancia como recortes de periódicos que hacen referencia a su obra y a la noticia de su muerte. En el apartado de Varios, recopilamos 12 piezas de interés: copia del acta de nacimiento de Alejandro Rodríguez Gómez (Moguer, 11 de mayo de 1896); tarjeta de la lectura poética de Eva Cervantes con intervenciones a cargo de José María Pemán, Rafael Duyos y Xandro Valerio, organizada por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles (Madrid, 28 de junio de 1946); díptico impreso del repertorio “Canciones y bailes de España, original de los poetas José Antonio Ochaíta y Xandro Valerio, música del maestro Juan Solano”, interpretadas por Conchita Piquer y elenco de bailarines del Teatro Principal (Valencia, 15 de noviembre de 1947); programa del espectáculo “Sin título, número 0” original de José Antonio Ochaíta y Xandro Valerio, con música del maestro Solano, y presentación de la artista Amalia Isaura, en el Teatro Calderón de Madrid (14 de septiembre de 1948); y, por último, entre lo más destacado de esta miscelanea, la xilografía al hilo “Filis” de Juan José Torralba con dedicatoria manuscrita a Xandro Valerio “Poeta de Moguer y amigo mío” (13 de febrero de 1965). Xandro Valerio, que destacó como letrista, en colaboración con Rafael de León, José Antonio Ochaíta y los músicos Quiroga y Solano, publicó en vida sólo tres libros de poesía, pero dejó muchos inéditos que deben ser considerados para darlos a conocer con criterio en una antología que reúna toda su obra. Y en ello estamos. Porque no hay mejor homenaje que publicar los versos del que fue aventajado discípulo de Juan Ramón y uno de los poetas que hizo de su talento natural para la poesía su justificación y su escudo desde la humildad. La obra de Xandro hay que medirla con los mismos parámetros que se aplica a los poetas de su generación, y aunque no ha dejado un repertorio muy abundante, lo que está es de un gran valor. Representa Xandro la esencia misma de un universo personal que despliega una trayectoria lírica rica en iconografía y sentimiento.

Postal de mujer “Popular”. Libro Negro de poesías.

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Francisco Garfias. Estudios Iñurrieta, Madrid, ca. 1947.

CARTA DE XANDRO VALERIO A FRANCISCO GARFIAS

San Lorenzo de El Escorial 25-8-960 Querido amigo Curro: ¡Cuánto me acuerdo de ti, de las dos casi divinas Pastoras, y de Moguer! Este año no iré por ahí: lo que quiere decir que no podré coger a la Virgen en mis brazos, como a una niña chica; que no veré a Lutgarda ni a sus hermanas –humano producto moguereño, sin posible par en aquella su casa acogedorísima; que no estaré contigo y con las divinas Pastoras recibiendo de continuo aquellas heterogéneas, inefables, profusas y larguísimas visitas de otros años, que eran para mí, al regresar a Madrid, el pan de un Moguer que tus ojos y los míos saben tan bien ver, y que a mí me servían de alimento para todo un año… Todo esto -¡cuánto!- lo he perdido. Pero, si Dios quiere, el año próximo no lo perderé. El veraneo en el Escorial, y sobre todo, en esta Universidad agustina donde yo lo hago, es encantador, en cuanto a sosiego, silencio, paz y tranquilidad para el cuerpo y para el alma… Sin embargo, prefiero Punta Umbría, porque me resulta más agradable el mar que la montaña. Ayer, inesperadamente, vi por aquí a nuestro común amigo Pedro, que venía, de paso, en plan de turista, acompañado de su hermana y de un pariente recién llegado de la Habana. Hablamos de ti, y me contó lo bien que lo habíais pasado en Cádiz y sus cercanos pueblos, refiriéndome tus andanzas literarias, llenas de éxitos ¡Bravo! Mi libro de versos, de temas religiosos, lo he terminado aquí3. Ya te lo dejaré para que lo conozcas. A tu madre y tu hermana diles que las quiero mucho -¡ya ellas lo saben!-, y diles también que le recen cada una una salve a Nuestra Virgen de Montemayor por la intención de mi salud. A ellas, que son tan buenas, la Virgen las oirá… Háblales también un poquito de mí –aunque sea muy poco- a Lutgarda, a Encarna, a Magdalena y demás familia; a Mercedes Flores,a doña Carmen Roldán y tus primos…, en fin, a todas y a todos cuantos son mis amigos y no me hayan olvidado… ¡Y a Marina, poetisa de Moguer y madre prolífica! Dale de mi parte cien pesetas (que yo te abonaré cuando regreses) para que les compre a sus niños algunas chucherías en la Velada. El día 3 del próximo Septiembre regresaré a Madrid, dando por terminado mi veraneo. Ochaíta te manda un abrazo. Recibe también otro fuerte mío. Xandro.

3 Se refiere al poemario Llegada de Dios y Las voces de la muerte, 1961. Impr. Talleres de Gráficas Nebrija, Madrid, 1964. Dedicado a Francisco Garfias. Revista

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ANDRO VALERIO,

en su centenario

A Rosario F. Cartes, en devoción lírica

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Daniel Pineda Novo De la Real Academia Sevillana de Buenas Letras

I.-

DATOS PARA UNA BIOGRAFÍA

En la extensa nómina de escritores y poetas andaluces -y españoles- poco conocidos, aun teniendo méritos propios para ser rescatados por los lectores, sobresale el sensible Alejandro Rodríguez González, que popularizó el seudónimo de Xandro Valerio (se dice que se lo puso su amigo Adriano del Valle), como autor de sinceros poemas y de las bellísimas canciones que escribió para las grandes figuras de la Canción Andaluza. Gran amigo de Rafael de León, con el que colaboró, literariamente, Xandro Valerio, de gran hondura humana, ganador de concursos en Juegos Florales en diversos puntos de Andalucía (todavía recordamos, sus versos dedicados Xandro Valerio, en 1953. a la ciudad onubense de La Palma del Condado), se compenetró tan a fondo con su tierra, que se convirtió en su mejor cantor lírico. Nacido en la histórica ciudad de Moguer, cuna del universal Juan Ramón Jiménez, el día 11 de Mayo de 1886 (1), era hijo del comerciante Aquilino Agustín Rodríguez González, natural del pueblo zamorano de Remesal, y de la moguereña María de la Concepción González Romero, viendo la primera luz en una sencilla casa encalada de la Calle del Vicario Viejo, número 11 (2), donde el padre regentaba una modesta tienda de ultramarinos, en la Calle de Cristóbal Colón, número 7. 1) Acta de Nacimiento de Alejandro Rodríguez Gómez.- Archivo del Juzgado, de Moguer (Huelva). (El documento se conserva en el Archivo Histórico Municipal de Moguer). 2) En el citado documento judicial se indica que nació en la Calle Vicario Viejo, número 11. Revista

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Alejandro, el mayor de cinco hijos, habidos del matrimonio, vivió sus años infantiles en esta antigua casa y en estas calles colindantes –aún con sabor a pueblo, que describiera Juan Ramón en su elegía Platero y yo-, iniciándose en las primeras letras en el Colegio Público… Era un niño sensible, un niño artista -(aunque luchando con la incomprensión paterna)-, como él se define en un soneto en alejandrinos, que rescató la Revista Montemayor, de Moguer, el año 1985: “Me enseñó a dibujar –casi- don Evaristo/, / y a conocer el verso su hija, doña María./ Se los mostré a mi padre, y luego que hubo visto/ mis pobres garabatos, dijo:-¿Qué tontería…!-/ Yo era un niño sensible…¡y tan poquita cosa!/ ¡Cuánto me hizo sufrir su parecer adverso…”… Pronto se trasladará la familia al juanramoniano “El Pozo del Concejo” (3) “calle y ambiente que recordaría toda su vida”. (4), como él refleja en su libro Niño y Pueblo. Versos de Moguer, que publicará en 1935… Tras la muerte del progenitor, la madre, con toda la familia, se traslada a un pueblecito minero de la Sierra, donde “vivieron años de tristeza y penuria económica”, según su entrañable amigo Francisco Garfias. Después, se instalaron en Huelva, ingresando en un humilde puesto en el Banco Español de Crédito, pero, enamorado de la poesía, comienza a colaborar, muy pronto, en diarios y revistas onubenses… Además, por estos años, publicó sus poemas en la famosa Revista Grecia, vinculándose, en cierto modo, a la nueva estética -la vanguardia ultraísta-, procedente de Francia, y que, desde Sevilla, utilizaban como principal cauce los jóvenes poetas españoles… En sus páginas vieron la luz sus poemas Ego, El Madrigal de la Muerte y Obsesión, donde se palpan sus -efímeros- postulados ultraístas, envolviéndose ya de tonos intimistas, religiosos y sensuales (paganos): “Hay en la hora un inquietante/ estremecimiento carnal./ La luna es una obsesionante/ carátula de carnaval.// Risas. Blasfemias. Pasa un coche…/ Todo es confuso y recatado…/ En el misterio de la noche/ acecha, impúdico, el Pecado.// Marchitas rosas de pasión/ -engrudo, trapo y bermellón-/ para aromar las madrugadas// en una calle pestilente/ donde, en la sombra, se presiente/ algún crujir de puñaladas”. (5). Sin embargo, la exquisitez formal y el espíritu religioso del moguereño casaban poco con los ultraístas, como hemos dicho, aunque no pasó inadvertido al sagaz crítico de nuestra Literatura contemporánea Francisco Cuenca Benet, que escribió de él: “Entre la moderna generación de poetas españoles figura este escritor en puesto predominante, no sólo por el sentimiento y la emotividad de sus concepciones, especialmente en los madrigales, sino por su recia contextura espiritual y el exquisito léxico con que matiza sus obras”, destacándolo como madrigalista, al par que recoge los títulos de sus “poemas notables”: “Madrigales Trágicos, Los poemas humildes y La Canción del Momento”. (6). El poeta, en estos años iniciales, se presentó a numerosos certámenes poéticos, ganando algunos, especialmente, en los torneos de La Flor Natural, tan propios de esta época de posguerra. Y da un giro a su Poesía, tras las lecturas de Bécquer y de su admirado Juan Ramón… Él era finamente lírico, clásico y neopopularista -en la línea de los Poetas del 27-, además de confeccionar finos madrigales galantes, como hará, asimismo, el sevillano Rafael Laffón (7). En la capital onubense- y ya como jefe de la Sucursal Bancaria, empieza a colaborar en el diario La Provincia y en la Revista literaria Centauro, al par que comienza, desde principios del siglo XX, una fraterna 3) En aquellos años, este tramo vial era la llamada “puerta falsa”, el postiguillo, de la casa natal de Juan Ramón. (Hoy, es Calle Coronel Eligio Sousa). 4) Francisco Garfias: Prólogo al artículo “Xandro Valerio”. Revista Montemayor.- Moguer, 1989; pp.54-55. (Se recogen diez poemas de Xandro Valerio). 5) Barrera López, José María: “Grecia”: Revista de Literatura (1918-1920)/ edición de---.- Málaga, Centro Cultural de la “Generación del 27”, 1998. (Vid., también de J.Mª. Barrera: La Revista “Grecia” y las primeras vanguardias.- Sevilla, Alfar, 1997. 6) Francisco Cuenca Benet: Biblioteca de Autores Andaluces Modernos y Contemporáneos.- Habana, Tipografía Moderna de Alfredo Dorrbecker, 1921; pp. 337-338. 7) Rafael Laffón (Sevilla, 1895-1978), aunque comenzó en las vanguardias, militando en la Revista Mediodía, tan vinculada a la Generación del 27; tras la Guerra incivil, volvió a las formas clásicas y romancescas; dentro de esta línea están sus Romances y Madrigales (Madrid, Editorial Hispánica, 1949). Revista

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amistad con el destacado sastre Don Manuel Garrido Pérez, al que encarga un traje –a Xandro Valerio le gustaba vestir bien- de paño, de lana barcelonesa… En la carta, con letra caligráfica, se muestra como un verdadero poeta, bohemio, en el tema económico, y como modernista, creyendo en su inmortalidad lírica, en la línea de Francisco Villaespesa en sus poesías orientales: =Xandro/ Valerio=

Huelva 8 Abril 1.920



Sr. Don Manuel Garrido Mi querido amigo:

Un favor voy a pedirle a Vd.: Necesito un traje. ¿Puede y quiere Vd. hacérmelo? De principio le entregaré 15 pesetas y después, una vez pagadas las botas, de las que sólo me queda un plazo, le iré entregando todos los meses, religiosamente, 10 pesetas. Vd. dirá… No pierda Vd. esta carta. Cuando la inmortalidad sea conmigo, esta epístola ha de tener un alto valor biográfico. ¡Un poeta que con todas sus fastuosas quiméricas vestiduras principescas: mantos de púrpura, sedas orientales, brocados de Asia, necesita pedir, para no entrar en paños menores en el Olimpo, un modestísimo traje de lana barcelonesa!... Ya sabe Vd. cuánto es suyo, Xandro (rúbrica). (8). De Huelva pasa a la sede del Banco Español de Crédito, en La Palma del Condado, donde conoció al notable poeta Pedro Alonso Morgado (9), y de la ciudad palmerina da un amplio salto a Barcelona, al mismo Banco, que estaba en la céntrica Plaza de Cataluña, relacionándose con poetas y artistas, y en donde, en 1935, verá la luz el citado libro de añoranzas moguereñas: Niño y Pueblo. Versos de Moguer; también, en 1944, aparecerá su libro, entre el sentimiento religioso y la ansiedad pagana: Gozos del Amor y el Silencio. Romances y Sonetos (172 pp.), adentrándose, además, en el tema del teatro folklórico y revisteril… Y en la Ciudad Condal, donde reafirma su amistad con Rafael de León (Sevilla, 1908-Madrid, 1982), con el que escribirá importantes canciones, como el soberbio tanto de puerto Tatuaje, que bordó Concha Piquer (10), así como otras canciones para la valenciana: Cuchillito de Agonía, Coplas de la Feria, ¡Cría Cuervos! y, especialmente, Las Cinco Farolas, que también llevará en su repertorio Juanita Reina, aunque su padre no la dejó grabarla…Asimismo, estrenará, en unión de Rafael de León, una obra de teatro: La Casa de Papel, en 1940... Durante la Guerra incivil, el poeta sevillano, que había montado en Barcelona una Academia de Arte, con el Maestro Quiroga, es detenido y encarcelado en la Cárcel Modelo de Barcelona, a donde Xandro Valerio, dechado de bondad, iba a visitarlo, llevándole botes de leche condensada y pliegos de 8) Archivo Histórico Municipal de Moguer. Legado “Francisco Garfias”. (Mi gratitud a su Director, Don Diego Ropero-Regidor. También, a los buenos amigos, Don Ángel Sody de Rivas, Don Miguel Ollero y Dª. Paquita Raya Rubio, por sus orientaciones). 9) Pedro Alonso Morgado (Sevilla, 1888- La Palma del Condado, 1962). Fue Secretario de su Ayuntamiento y muy amigo de Juan Ramón. 10) La soberbia canción de puerto Tatuaje, de León, Valerio y Quiroga, la cantó, inicialmente, la artista Blanquita Suárez; dos años después, Estrellita Castro. Ya en la Barcelona liberada de La Guerra, la lleva en su repertorio Miguel de Molina, en 1939, haciéndola “suya”. La primera grabación la realizó la cancionista Consuelo Heredia; este mismo año, en La Voz de su Amo. Conchita Piquer la escuchó a Estrellita Castro, y la cantó, a guitarra, en 1936, en plena Guerra incivil, en un Café existente en “El Charco de la Pava”, en Triana (Sevilla), incorporándola, después, a su espectáculo Compañía de Arte Folklórico Andaluz, estrenado el 2 de Enero de 1940. La valenciana la grabó en Discos Odeón, en Julio de 1941, incluyéndola, además, en su espectáculo Ropa Tendida, estrenado en el Teatro Reina Victoria, de Madrid, el 13 de Enero de 1942. Este espectáculo de Quintero, León y Quiroga, es el comienza de la Canción Andaluza. La han cantado y grabado casi todas las artistas del género, destacando Angelillo, Rocío Jurado y Sara Montiel. Revista

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papel para escribir (11). El 9 de Mayo de 1946, por una carta de amistad y gratitud, dirigida a su buen amigo, el destacado sastre onubense Manuel Garrido -al que, familiarmente, llamaba “Manolito”-, sabemos que aún vivía con su madre en Barcelona y estaba contento del éxito de su canción Manolo Crú, anunciándole que le enviaba números musicales impresos por la “Editorial Quiroga”, dedicados a su hija Dolorcita Garrido de Córdoba, aunque le embarga la tristeza, porque, a punto de cumplir los 50 años, ya se consideraba viejo… (12). Valerio pasará toda la Guerra incivil y fratricida en Barcelona, y ya en la posguerra, se instalará, con su madre, en Madrid, ciudad de miserias, de recortes y de censuras, pero, donde se vivía cierto ambiente cultural y teatral, y que él gozó, en su deseada y sempiterna soltería, al encontrarse con sus antiguos amigos… En la capital de España estrenó la comedia, en prosa y verso, El Mozo del clavel, en colaboración con Eladio José Ojeda (13), “con gran éxito”, que se repitió en otros teatros españoles, como en el de la ciudad de Oviedo, el sábado 20 de Mayo de 1944, según reseñaba el diario ABC: “En Oviedo se ha estrenado con rotundo éxito, la comedia dramática en prosa y verso, original de Ojeda y Xandro Valerio, El Mozo del Clavel. Ana María Méndez y Vicente Soler obtuvieron con los autores un gran éxito de público y crítica” (14)… En Madrid, intensifica su fraterna amistad con el gran poeta Rafael de León, con el músico extremeño Juan Solano Pedrero (Cáceres, 1919-Málaga, 1992) y con el también poeta, José Antonio Ochaíta (Jaldraque, Guadalajara, 1910 y fallecido en la Plaza de Pastrana, en La Alcarria, en 1975, mientras recitaba como miembro del Grupo “Alforjas Para la Poesía”), formándose el popular trío: Ochaita, Valerio y Solano, que darán días de gloria a la Canción Andaluza y al teatro folklórico (Fantasías Líricas, siguiendo las pautas que habían creado Quintero, León y Quiroga)… El poeta se instaló, primeramente, en la céntrica Calle de Fernán González (cerca de la Calle de O´Onnell y de la de Máiquez, donde vivió Rafael de León), trasladándose, después, al número 22 de la Calle Alameda, muy cerca del Paseo del Prado. Digno de mención es su profundo libro, de místicas efervescencias y lúgubres pensamientos: Las Voces y la Muerte: Poesía vence a luz de súbito encendida-Las tinieblas del orbe y su pavura (Madrid, 1962; 37 pp. Ejemplar de la Biblioteca Nacional). De su poesía escribió Federico Carlos Sáinz de Robles: “Xandro Valerio obtuvo varios premios en certámenes poéticos, y estrenó la obra teatral La piadosa ilusión. Posteriormente, trabajó en Barcelona y algunos de sus poemas fueron popularizados dentro y fuera de España, por el gran recitador González Marín y rapsoda Gabriela Ortega (15). En 1940, estrenó en Barcelona su obra poética en tres actos y escrita con Rafael de León: Xandro Valerio con Gabriela Ortega, de la familia de “Los Gallos”, La Casa de papel (en verso y prosa)…-, concluyen- y José Antonio Ochaíta. 11) Sobre este asunto, véase mi libro Rafael de León. Un hombre de Copla. Editorial Almuzara, 2012; pp. 186-190 (Y, además, mi ensayo: Voces de Copla.-Las Folklóricas. 3ª. Edición.- Sevilla, Guadalturia Ediciones, 2011; pp. 136-137. Y sobre Maruja Tomás, pp. 72-74). 12) En el Archivo Municipal, de Moguer, en el “Legado Francisco Garfias” (Documentos depositados por Don Guillermo González Garrido, relativos a Xandro Valerio, encontramos la partitura de Tatuaje, impresa por “Ediciones Quiroga”, dedicada a Dolorcita Garrido, fechada en “Madrid, 9, Mayo 1946”. 13) José Ojeda, periodista y crítico teatral, perteneciente a la redacción del diario progresista La Libertad. (Utilizaba el seudónimo de Ali). 14) Diario ABC. Domingo 21 de Mayo de 1944. Edición de la Mañana. P. 37. 15) El popular rapsoda González Marín (Cártama, Málaga, 1899-1956), popularizó sus temas en sus vibrantes recitales. Y Gabriela Ortega (Sevilla, 1915-1995), les dió un tono más flamenco. Revista

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do Sáinz de Robles-: “es un lírico neopopularista netamente andaluz. En su lirismo sugestivo se mezclan con extraordinaria armonía el colorido brillante y cálido, las imágenes más felices, una melancolía interna y desgarrada, una gracia íntima y sugeridora” (inclyendo los títulos de algunos de sus poemas más conocidos, entre los que se aprecia la nota social de algunos: Árbol sin mar, Santos sin credenciales, Obrero, Cristo de España (buen soneto), Casi tengo una pena (soneto), Taberna de suburbio, Cuando yo me muera (ya publicado), y Madrid. (16). En sus últimos años, escribió una serie de poemas de tono intimista, religioso e, incluso, de tono social, como se aprecia, también, en los poemas de Sonetos y Elegías ( Diputación Provincial de Huelva-Fundación “El Monte”, 1995; 76 pp.), que rescataron sus admiradores, y al que puso bello y sentido Prólogo, su fraternal amigo y paisano, el recordado Francisco Garfias, como el citado y hermosísimo soneto “Cuando yo muera”, que lleva un epígrafe de su admirado Juan Ramón Jiménez: ”Sé bien que cuando el hacha/ de la muerte me tale,/ se vendrá abajo el firmamento”:

La tarde fácil en que yo me muera,



¿qué pasará, Dios mío? Nada… Acaso



un temblor de la lámpara en el vaso



y un requiescat in pace de cualquiera.



No se derrumbará la primavera.



No apagarán su luz alba ni ocaso.



Todo seguirá igual, pasito a paso,



la tarde fácil en que yo me muera.



Quizá, alguien, después -¿amor? ¿amigo?-,



ante una fecha, recordando, diga:



“Después de todo no era mal poeta”…



Y yo, solo, en la tierra sin testigo,



apenas si será tallo de espiga,



vientecillo moviendo una veleta.

Xandro Valerio, de gran hondura humana, eterno luchador con su sexualidad, y, como Unamuno, con su interior mismo, buscando, también, a Dios entre las sombras… Llevó siempre en el corazón, a su Moguer natal -como Juan Ramón-: “…aquella blanca ciudad”, como él la llama en uno de sus versos, falleció en Madrid de infarto de miocardio, a las tres horas de la madrugada, del día 28 de Abril de 1966, a los 70 años de edad (17), mientras que su pueblo era “solo ya distancia pura…”. Al año siguiente de su muerte, el Ayuntamiento –el pueblo sencillo y llano- le dedicó una de las calles más señeras de Moguer, que eterniza su nombre… Él nunca olvidó a su pueblo -en la distancia-, pero tampoco a su universal paisano Juan Ramón Jiménez, que tanto influyó en su poética, como se aprecia en un romántico -lírico- soneto-, donde retrata, certeramente, al autor de Platero y yo, y que rescató la moguereña Revista Montemayor, en su edición de 1981: “Morada sombra de un jardín doliente,/ le vi pasar, al Ángelus postrero/ son de la tarde… En mi alma, de repente,/ Iba, lírico y solo, entre la gente,/ como pisando un mágico sendero…/ Era su voz el llanto de la fuente,/ con el fiel contrapunto de un lucero…/ ¡Qué pálido y qué triste! Negro el traje;/ negra también la barba nazarena…/ Caminaba, sonámbulo, a un paisaje/ de flores amarillas…, hacia el huerto/ donde estaba la rosa de la pena…/ (“Platero”, por entonces, ya había muerto)”.

16) Federico Carlos Sáinz de Robles: Historia y Antología de la Poesía Española (En lengua castellana).- Tomo II. Siglo XX.- Madrid, Aguilar, 1967; pp. 21-25. 17) Acta de Defunción.- Registro Civil del Congreso de Madrid. Registro Civil. Tomo 00249-; p. 5- Sección 3ª. Revista

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II.-

SUS CANCIONES

Me decía Rafael de León, que a él “le molestaba, que le llamasen letrista, porque se consideraba poeta”, me imagino que tanto a José Antonio Ochaita como a él mismo, le pasaría igual… Con ellos creó CANCIONES -con mayúsculas-, inolvidables… Algunas letras, más leves -diríamos-, propias para los espectáculos folklóricos; otras, densas, de gran contenido poético, para que las grabasen los artistas en discos o para cantarlas en directo en bolos o recitales, porque eran auténticos poetas, y Juan Solano, un músico excepcional, de la escuela del Maestro Quiroga… Entre cientos de títulos, destacaremos, para el repertorio de Concha Piquer: Me casó mi madre, “Pa” quién será, La del pelo negro; la zambra No me mires a la cara, Con un pañolito blanco; la bellísima canción de puerto Nosotros nos Concha Piquer en la década de 1920. conocemos; las bulerías lentas ¡Ay, hermano, hermano!; el bolero Cuenta, Almoneda, La guapa, guapa, La Isla se queda sola (marcha inspirada en “La Lola” de los Machado);Tientos del remordimiento…, o la sublime canción del puerto Tatuaje, que bordaba la cantactriz valenciana (18); sin olvidarnos de la bellísima canción andaluza ¿Ay, mi Córdoba? (se da el caso, que Juan Solano puso la misma música a esta canción que a la tonadilla Las mujeres cabales, aunque con distinta letra de los mismos autores, y que ya había grabado Antoñita Moreno). El auténtico poema, para la presentación de la valenciana, es la canción Conchita Piquer (que la Casa de Discos puso en la contraportada de uno de sus elepés); Los tientos del remordimiento; la sentida rumba No se va la paloma (de la que hizo una rítmica versión Paquita Rico, en su película Malvaloca (1954). (Para Paquita escribieron varias tonadillas antiguas, tituladas Trípili, trápala, En Madrid hay cuatro fuentes, Canción del abanico y Tirana de corazones, que la trianera cantó en su película La Tirana (1958), dirigida por Juan de Orduña. También cantó y grabó Paquita la rumba Tus ojos de óle con óle (que más tarde incorporaría Isabel Pantoja en su repertorio). Digno de mención es el pasodoble Dolores, “La Petenera”, escrita por Valerio y Rafael de León, con música del Maestro Quiroga, la grabó, a principios de 1940, la cancionista y cantaora Gracia de Triana, y en Octubre del mismo año, Concha Piquer, en la Casa Odeón. También, por estas fechas, la incorporó a su repertorio Estrellita Castro… Fue el tema central del cortometraje La petenera, protagonizado por la valenciana Maruja Tomás (Nacida en 1912, en Montaverner, Valencia, y fallecida en 1972, en la ciudad francesa de Lyon). En el cortometraje, dirigido por López Rubio, y estrenado el 2 de marzo de 1942, en el madrileño Cine Imperial, destacaba Maruja Tomás por su belleza y su voz, de matices líricos: “…No llamarme Petenera,/ que ese mote es mi castigo, (bis/ ese mote es la bandera/ que está acabando conmigo./ ¡Mare de mi corazón!/ Es la crú y la seguera/ de mis tormentos mayores./ No llamarme Petenera,/ que yo me llamo Dolores./ Dolores”. De Maruja Tomás se recogieron sus temas de Rafael de León, Xandro Valerio y Quiroga, en el folleto Celebridades del Cancionero (Barcelona, Editorial “Alas”, 1942), con un bello Prólogo de Xandro Valerio (s/p), y va ilustrado con bellas fotografías de la vedette y cancionista, que fue represaliada política, pero triunfó con el cortometraje La Parrala, inspirada en los versos de Xandro Valerio, y dirigido por Edgar Neville; y también en la película Ana María, en 1943, con la que destacó en el Cine de posguerra.

Dolores “La Parrala” y Paco Lucena. Revista Litoral, N. 238, 2004.

Destaca, asimismo, la marcha-canción La Parrala; esta canción entre metafísica y hamletiana -como me dijo Francisco Umbral-, sobre la apasionante vida de su paisana Dolores Parrales, “La Parrala”, que estrenaría la valenciana en 1941, y que incorporó en su película Me casé con una estrella , que rodó en Argentina, dirigida por Luis César Amadori, en 1951. (19). 18) Los poemas inéditos se depositaron en el Archivo Histórico Municipal 19) Para componer la canción sobre “La Parrala”, que actuó en el “Cuadro Flamenco” en la Exposición Universal de París, de finales del siglo XIX, el poeta se inspiró en un viejas coplas que corrían, de boca en boca, por los mentideros de Moguer, y que él recreó en su “Romance de La Parrala en Moguer”, fechado en 1943, del libro Gozos del Amor en Silencio, rescatado por la Revista Montemayor (Moguer1983; p.9). Revista

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Para la cancionista María Elvira (Canciones, recogidas en un folleto.- Barcelona, 1945; 32 pp.); para la aplaudida pareja Carmen Morell y Pepe Blanco, otro folleto con sus canciones (Barcelona, Editorial “Alas”, 1947; 32 pp.).

Maruja Tomás, en su interpretación de “La Parrala”

Para Antoñita Moreno compusieron inolvidables temas, algunos de tono romántico y flamenco, cuáles: A la una y a las dos, Al santo que yo más quiero; la marcha Antonia, la cantaora (título del espectáculo del mismo nombre, cuyo argumento ocupa todo el primer acto, y el segundo, con cuadros musicales y canciones. Costó el espectáculo casi medio millón de pesetas de hace sesenta años. Se estrenó en el Teatro Fontalva, de Madrid, el sábado 28 de Octubre de 1950)… Además de: Como un toro desmandado, La copla no tiene amante, La del traje blanco, La niña y el caballero, Lo que estaba escrito, Nana del faro, Quédate con Dios, Tientos del punto y coma, Y me tengo que callar, Tú que a la gente pregonas o Un negro de chocolate…Y, especialmente, el carnavalito, Sortija de Oro, que alcanzó tanta popularidad en España y en Hispanoamérica, que se convirtió en un auténtico espectáculo folklórico (20).

También escribió, junto con León y Quiroga, el tanguillo A la Vela, Vela, que había grabado Carmela Montes, en 1944, triunfando en Hispanoamérica, y que Lola Flores impresionó el siguiente año, en La Voz de su Amo. (En 1970, también grabó el grupo Los Valldemosa, en Discos Belter). Para el cantaor y cancionero valenciano Enrique Vargas, varios temas, que se reunieron en el Cancionero, con el sobrenombre artístico que él popularizó: “El Príncipe Gitano” (Barcelona, “Alas”, 1950; 16 pp.). Entre las canciones del valenciano destacan Mi cariño es un velero, que grabaría, además, Dorita, “La Algabeña”. Para Dolores Vargas, “La Terremoto”, entre otras canciones de aire flamenco: Chufillas del arrímate; los tanguillos El Tirinquintín, Los pantalones, Caracoles Twis, Chuflillas del Tiqui tiqui; las rumbas Limón, Una moneda le di, y Ven a Madrid, que, asimismo, cantaron y grabaron Dorita, “La Algabeña, Dolores Abril y Rocío Jurado...También grabó “La Terremoto” el tanguillo sevillano Cariño Mío, que Marifé grabó con el título de Pin, pan, fuego… Además grabó Marifé el tanguillo Señor Don José; la zambra Pena de quererte; La de la Calle Pureza (donde ella vivió, de niña, en Triana), y Dale con el é, que también grabó Luisa Ortega… Para la tonadillera malagueña, de voz clara y aguda, Marisol Reyes, un espectáculo con su propio nombre (Barcelona, 1949; 32 pp.) Para el entonces conocido cancionero -con ecos flamencos- José Luis Campoy, popularmente conocido por “Pepe Triana”, otro cancionero (Barcelona, Editorial “Alas”, 1949); para el recordado cancionero-cantaor Rafael Farina: Campanas de Linares, en homenaje a Manolete. Para la sensible tonadillera Marisol Reyes todo un espectáculo La Novia de Madrid, original pasodoble del trío, que levantaba a los públicos madrileños, cuando ella lo interpretaba, así como la plegaria A los pies de La Paloma, dedicado a la patrona de Madrid. (Publicándose, también, un folleto: Canciones del Espectáculo “La Niña de La Paloma y otras creaciones de la artista” (Barcelona, Editorial “Alas”, 1954; 16 pp.). Para Carmela Montes, que triunfó en países americanos, el tanguillo A la Vela, Vela, que grabó en 1944, y al siguiente año, lo grabó la inimitable Lola Flores, en La Voz de su Amo. (En 1970, el grupo Los Valldemosa, lo grabó en Discos Belter, Casa discográfica, hoy ya desaparecida). Para el exótico cancionero jiennense -en la línea de Miguel de Molina-, la rumba Sombrerito, sombrerito, haciendo asimísmo muy popular, el bayón rumba, del repertorio de Juanita Reina: El carambó. Y para el popular cancionero Manolo Escobar algunas de las canciones de su primera película, con la irrepetible Rocío Jurado: Los Guerrilleros (1962), las Coplas del

20) El espectáculo Sortija de Oro, de Ochaita, Valerio y Solano, sacado de una “melodía inca al estilo flamenco” –según sus autores-, se presentó, con gran éxito, en el Teatro Capitol, de Albacete, el 11 de marzo de 1952. Recorriendo, después, numerosos Teatros de España. (Se editó un Cancionero, con el libreto de la obra y los temas: Sortija de Oro, creación de Antoñita Moreno./ En discos./ Precio 6 pesetas.- Madrid, Ediciones Hispania (ca. 1957) . (Biblioteca Nacional de España). Revista

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trágala, perro y los Fandangos de “La Cinta”, así como la popularísima rumba El Porompompero, que un principio, iba destinada para “El Príncipe Gitano”, pero que grabó el cancionero almeriense, convirtiéndose casi en un himno nacional… Mi reloj se ha parado, para la gran tonadillera catalana Rosita Ferrer, que tenía el eco de su maestra Concha Piquer. También grabó la catalana la mencionada rumba El Porompompero (con coros y arreglos de Manzo); y la mismísima Sara Montiel hizo su versión, en femenino, en la película La bella Lola (1962), con un aire muy rumbero, acompañada de jaleos, palmas y guitarras, la manchega se movió muy flamenca sobre el tablao.(La irrepetible Rocío Jurado, en sus comienzos, grabó la canción aflamencada Serrano, te quiero, del repertorio de Antoñita Moreno, y que la chipionera incorporó a su espectáculo Rosa y Aire, estrenado en el Teatro San Fernando, de Sevilla). Alegres -salidas del mismo pueblo- son las Sevillanas del Repique y Olé mi niño, que grabó y popularizó la cancionista sevillana Ana María, y que se escuchaban en todas las ferias de España y, especialmente, en la Romería del Rocío: “Amaribirí, birí,/ el oro que es maleable, blanca la plata./ Blanca la plata./ Amaribirí, birí, el oro/ amaribirí, birí, el oro/ amaribí birí el oro/ blanca la plata./ Blanca la plata./ Blanca la plata/ y azules verdes, verdes los ojos,/ y azules verdes, verdes los ojos/ (bis),/ los ojos que a mí me matan…”… La tonadillera sevillana Macarena del Río, buena amiga de Juan Solano, consiguió que el músico le entregase notables canciones del popular trío, como el pasodoble Sevilla, cielo de estrellas; Una de cal y otra de arena y, especialmente, La “señá” Gabriela (sobre la histórica bailaora, madre de los geniales toreros Rafael, Fernando y Joselito, “El Gallo”), grabando, además, Morito, Juan y Rafael y A boda tocando están, que había estrenado “El Príncipe Gitano”. La dúctil tonadillera sevillana Lolita Sevilla grabó, entre otras, la bellísima canción-marcha Compañera. Y para sus películas Bienvenido, Mr. Marshall, dirigida en 1953, por el genial Luis García Berlanga, las famosísimas Coplillas de las divisas (Americanos); las bulerías ¡Ay, tío páseme el río! y De Sevilla a Canadá; otra apasionante canción para la cinta Lo que cuesta vivir, dirigida por Ricardo Núñez, en 1957. También, para su film: Malagueña (1956), dirigida, de nuevo, por Ricardo Núñez, junto al cancionero Antonio Molina, el himno a Barcelona, cantado a dúo con el malagueño, además de la rumba Cubita linda (que también grabaría Gracia Montes, y que en el film Historias de la radio (1955), tras ser presentada por el inmenso actor Francisco Rabal, interpreta la canción La Romera; también le escribieron otras bellas canciones, cuáles la zambra Cariá, La Sanluqueña; la canción andaluza: ¡Ese día!; Una rosa colorá; las chuflillas gitanas Palito de ron; las bulerías orquestadas: Las coplas del chapinero; la farrucazambra: Tus brazos me han “detenío”; la rumba: Será una rosa, será un clavel, ; los populares “Fandangos de Huelva, con final por verdiales” o la rumba flamenca: Sin pensarlo… Gracia estuvo un tiempo retirada del mundo del arte, pero volvió, en 1965, con su tercer espectáculo: La rosa de Las Marismas, con bellas canciones compuestas por el aplaudido trío, y que se estrenó en el Teatro Cervantes, de Sevilla, siendo todo un éxito… De ella escribieron José Antonio Ochaita y Xandro Valerio: “Gracia Montes podría ser llamada, cuando canta, la plenitud de lo popular; ese popularismo que se codea con lo señorial, y que lo mismo roza los mármoles italianos de la sevillana Casa de Pilatos, que El Corral del Carbón granadino y archimoro, que cualquiera de los patios de vecindad malagueños o granadinos…”. Hombre ingenioso, Xandro Valerio también intervino en los guiones de algunas películas, como en Sucedió en Sevilla, dirigida en 1954, por José Gutiérrez Maesso, e interpretada por la excepcional Juanita Reina, y en la que cantaba la tonadillera macarena, la conocida rumba La Verde Palma …, sin olvidarnos de sus colaboraciones en otras películas cuáles: Veraneo en España, dirigida, en 1956, por Miguel Iglesias, con “El Príncipe Gitano” y su hermana Dolores Vargas, “La Terremoto”, que interpretan varias canciones del famoso trío, sin olvidarnos de la última película de la genial Juanita Reina: La novia de Juan Lucero, dirigida por Santos Alcocer, en 1959, junto al mítico jinete Ángel Peralta, donde Juanita canta una serie de temas, escritos en la década anterior: Coplas de la Tarara, La Canción de las flores, Las caenas del queré y No me des tormento. E incluso para la bella y exuberante supervedette catalana Carmen de Lirio, el amoroso bolero Al llamar a mi puerta, grabado en Discos Odeón, con acompañamiento de orquesta, dirigida por Juan Solano. Revista

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Xandro Valerio está incluido, por méritos propios, en diversas Antologías Poéticas, ya que sus poemas se están revalorizando en nuestro siglo, debido a las probadas notas de modernidad, de sentimiento y, especialmente, de clasicismo y neopopularismo… Así en la Antología de Poetas Onubenses, de 1974, donde se recogen tres de sus bellos poemas: Asunción, El Niño Malo y Moguer, donde inmortaliza, en un soneto alejandrino, a su “blanco pueblo”, evocando su dura y lejana infancia, siendo ya hombre curtido: “Luz vaga en el recuerdo de un alba de pureza,/ cándido alumbramiento de mi niñez lejana…/ Moguer, mi blanco pueblo, ten para mi tristeza/ el azul alborozo de una alegre campana…, terminando con el bello recuerdo, que conserva en su alma: “Moguer, mi blanco pueblo, que mi dolor de hombre/ se perfume en aquella pura rosa del niño/ que en un rincón del alma pervive cada día”. (21). Hombre sencillo, humilde, religioso y hondamente moguereño, queremos recordarlo siempre en su alegría natural, aunque nos quedamos con este melancólico, romántico y sensorial romance: La Oración del Camino, donde él se autorretrata, anímica y sensualmente -e, incluso, parece que el poeta se despide de la vida-; fechado el “1-Julio-1917”, y se conserva en el legado del Archivo Histórico Municipal, de Moguer… Espléndidos son los dos últimos versos, plenos de gran mensaje:

La Oración del Camino

Yo tengo tristes los ojos; hoy me he mirado a un espejo y he visto en ellos la vaga sombra de un presentimiento.



¡Oh corazón, nuestra deuda fatal pronto pagaremos: dispuesta espera la nave que ha de llevarnos del puerto.



Brilla una estrella de plata en el azul de los cielos como una mano de novia que nos llama desde lejos



¡Qué dolor de caminar sólo por el campo yermo! Ven, acompáñame hermana que aún en mis labios hay besos.



Si el mismo es nuestro dolor unidos caminaremos: la estrella que nos aguarda tiende sus brazos abiertos.



¡Oh triste hermana que vamos los dos por igual sendero, si me adelantas, espérame; si te adelanto, te espero.

21) Antología de Poetas Onubenses. Tomo I.- Huelva, Instituto de Estudios Onubenses “Padre Marchena”, 1974; pp. 83-87. Revista

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La ARRALA, leyenda y realidad Por

José María Fernández Cabezas Profesor y periodista

T al y cómo defendí en mi tesis doctoral Pregoneras de copla (Universidad de Málaga, 2008), en la que investigué con enfoque interdisciplinar la imagen de las cantaoras andaluzas en distintas películas españolas dentro del denominado “cine folklórico”, existen poderosas conexiones caracteriológicas entre el personaje central de la obra teatral de los hermanos Antonio y Manuel Machado La Lola se va a los puertos y otras protagonistas –algunas también deconstruidas, otras más estereotipadas‒ de las cientos de coplas que engrosaron el corpus de un género musical imprescindible para comprender la cultura popular de la España del siglo XX.

Al igual que la Lola machadiana, la Parrala de la canción homónima creada por Xandro Valerio constituye un prototipo de mujer fuerte, enérgica e incluso autónoma, entregada visceralmente a su arte en un mundo gobernado por los hombres. En el caso de la heroína de Valerio, la fuente de inspiración no pudo ser más contundente: aunque por cuestiones de rima y versificación, la copla reemplaza su nombre por el de su hermana Trini (cantaora como ella pero relegada a un sombrío segundo plano), la moguereña Dolores Parrales Moreno protagonizó una vida en la que se acumulan incógnitas y nebulosas para mayor retroalimentación del mito; con ello, Xandro Valerio entrecruzó realidad y ficción para inmortalizar su figura en la célebre copla que, en pleno final de la sangrienta Guerra Civil, forja el molde para otras piezas famosas que en las décadas doradas del género (los 40 y los 50) ejercerán de mecanismo de evasión para una ciudadanía sumergida en las arenas movedizas de la ingrata posguerra. No en vano fue la copla más cantada por los soldados fascistas de la División Azul (la 250 Einheit Spanische Freiwilliger) en el frente de Rusia durante la Segunda Guerra Mundial.

La Parrala y Paco de Lucena.

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Pese a su itinerante carrera –que la llevó de Sevilla y Granada hasta el mismísimo París–, La Parrales Moreno siempre presumió de haber nacido en Moguer (pese a la licencia de dudas que su “compatriota” Valerio, para otorgarle cierto misterio, introdujo en la letra de la copla, elucubrando sobre un posible natalicio en La Palma del Condado): “Moguereña soy, señores, y lo llevo mucho a gala porque en todas las naciones la Parrala es la que gana.” Como se desprende de estos versos, la Parrala fue una mujer dotada de fuerte carácter y de una gran energía artística; en consecuencia, como la Carmen de Próspero Merimée o la Lola de los Machado, la Parrala que Xandro Valerio re-construye para la copla es tributaria de ese perfil de mujer libre y casi libertaria en tanto que es dueña absoluta de su destino, pues construye un modus vivendi en el que se erige como fémina autosuficiente y emancipada en una sociedad en la que todavía la mujer está relegada al ámbito doméstico, bajo el asfixiante yugo machista y patriarcal. En su magnífico estudio Cantaores andaluces, historias y tragedias, Núñez de Prado califica a la Parrala como una cantaora “atrayente y sugestiva” que “ha jugado a la vida” y que “de todo se ha reído” porque “jamás tomó nada en serio, ni el matrimonio”: aunque la Lola machadiana huye del compromiso conyugal y Dolores Parrales Moreno llegó a casarse con su guitarrista Paco el de Lucena, este turbulento matrimonio acabó mal (tras dilapidar la herencia de su suegro, ella lo dejó solo y arruinado para continuar su trayectoria como estrella del flamenco). Decididamente, tanto la Parrala de carne y hueso como la Lola de los hermanos Machado antepusieron el cante y su arte a todo y a todos. Todo un material biográfico de gran valor para que Valerio crease una de las coplas más célebres de la Historia; no obstante, la confluencia de leyenda y de veracidad es obvia en la letra de “La Parrala”: por ejemplo, las referencias al alcoholismo de la cantaora a golpe de “aguardiente y de marrasquino” (algo no verificado en la vida de Dolores Parrales) se entremezclan con el crimen pasional, un núcleo argumental que Edgar Neville recicló en un sorprendente cortometraje de 1941. Luces y sombras que intensifican ese halo de belleza siniestra e hipnótica desafiante ante las maledicencias y “el qué dirán” de las malas lenguas, un perfil femenino de tenebrosa fatalidad que conecta a la Parrala con la emblemática Carmen de Merimée. Fue Concha Piquer, la musa de los grandes autores y músicos de la copla de entonces (Valerio, León, Solano, Quiroga… ), quién estrenó “La Parrala” en los albores de 1940, en el Teatro Calderón de Madrid. Desde entonces, otras tonadilleras coétaneas y posteriores ofrecieron interesantes versiones de la pieza (su propia hija, Concha Márquez Piquer, también lo hizo aprovechando el eco evocador tras la muerte de su egregia madre): desde Marifé de Triana hasta Rocío Jurado, e incluso Víctor Ma-

Concha Piquer con el traje de La Parrala.

Película La Parrala dirigida por Edgar Neville, 1941.

La Parrala con Concha Piquer. Ediciones Quiroga

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nuel glosó una hermosa y particularísima adaptación con su registro de cantautor; el cantaor Juan Legido también se atrevió a versionar la letra de Valerio, y a finales de los 60 tanto Dolores Abril (eterna consorte del gran Juan Valderrama) como el efímero José María cantaron “La Parrala” dentro del código de moda para reciclar viejas coplas, el llamado “flamenco-pop” o “copla yé-yé” (una línea en la que reinaron Encarnita Polo y la inefable Rosa Morena); en plena resurrección de la copla a finales de los 80, el gran Carlos Cano también interpretó su propia versión, y una mayoría de los concursantes del exitoso y aún vigente certamen de Canal Sur “Se llama copla” la han cantado en las distintas ediciones. No hay que olvidar a la protagonista del corto de Neville, Maruja Tomás (actriz represaliada y encarcelada por el bando franquista por su participación en películas de Producciones Antifascistas, destinadas al ejército republicano); ni a la fascinante y malograda Mikaela, quién en 1961 encarnó a la heroína de Xandro Valerio en una película inspirada en la vida auténtica de la Parrales Moreno, “La rosa roja”, dirigida por Carlos Serrano de Osma (uno de los llamados “directores malditos” del cine español). A estas distintas referencias hay que añadir una ópera flamenca en tres actos escrita y producida por Jesús Cayuela y Pepe Roca y estrenada en el Teatro Felipe Godínez de Moguer en 1996 con la magistral Carmen Linares, aunque paradójicamente de la copla de Xandro Valerio solamente se reproducían unos breves acordes. Pero fue Concha Piquer quien ha pasado a la Historia como la intérprete de “La Parrala” por antonomasia: con su postura estudiada y correcta, con su portentoso dominio técnico de la voz, la Piquer movió abanico y mantilla como nadie para recrear las pasiones ebrias y criminales de la moguereña. De hecho, en la letra de la copla-compendio que para la Piquer escribió Rafael de León, panegíricamente titulada “Concha Piquer”, la valenciana inmortal da un repaso a la galería de grandes heroínas y perdedoras del género, entre las cuales la Parrala ocupa un lugar privilegiado: “Moguer ya me señala los cafetines, con los amantes de La Parrala....” La identificación entre la tonadillera valenciana y su personaje llegó a tal punto que se dice que al morir, octogenaria en 1990, Concha Piquer fue amortajada con el mítico traje que utilizó para llevar la copla de Valerio a uno y otro lado del Atlántico durante casi dos décadas. Algo que su hija desmintió posteriormente, pues parece ser que el atuendo se conserva hoy en día expuesto en la Casa-Museo de la Piquer en su Valencia natal. Además del primer formato inaugural de 1940, Concha Piquer interpretó otras dos versiones posteriores de la copla-maestra: la segunda, en 1951, en Me casé con una estrella, película que rodó en Argentina a las órdenes de Luis César Amadori; la tercera y última, una adaptación que grabó en La Habana en 1955 con el Maestro Posadas y su orquesta, tres años antes de retirarse precipitadamente para siempre en Isla Cristina (Huelva) en el que sería su último recital como tonadillera. Sea cuál sea la versión y la voz que la cantaron, la Parrala legendaria creada por Xandro Valerio continúa nutriendo el imaginario colectivo a través de un personaje femenino no exento de carga tétrica, algo que el propio Federico García Lorca ya había advertido en el poema “Café cantante” casi veinte años antes de que el moguereño crease la célebre copla:

“Sobre el tablao oscuro, la Parrala sostiene una conversación con la muerte. La llama, no viene y la vuelve a llamar…”

Maruja Tomás interpreta La Parrala

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Poemas de

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ANDRO VALERIO HIMNO MILICIANO

ESFINGE Amor de ancha frente donde arde y flamea de un perdido Oriente la lejana idea… Mi vida en tu mano, paloma del viento, es como el arcano de tu pensamiento… Esfinge. Secreto que sabe la brisa… no hay un amuleto que rompa tu encanto, ni puede mi llanto matar tu sonrisa… (9 de Mayo de 1919) [Inédito. Del Primer libro de versos, 1915-1945]

A mis compañeros de BANESTO que luchan en los frentes de guerra.

Miliciano valiente; noble, esforzado, que con el arma al hombro te vas al frente; el aliento del pueblo marcha a tu lado y el beso de la patria te unge la frente. Contigo va el esfuerzo del campesino; contigo, los afanes del jornalero, y marcando la ruta de tu destino la hoz fulgura en tu alba como un lucero. Y también el cerebro que siembra y crea, del músculo pujante luz, norte y guía, te ofrenda con el alma de la pelea, en comunión de amores, su compañía. La espada relumbrante pierde su brillo cuando fulminan soles tus reverberos, y al empuje ciclópeo de tu martillo, caen rotas las soberbias de los aceros. Azada y yunque trazan surcos de gloria; rompe tu férreo impulso viejos crisoles, y da al fúlgido lábaro de la victoria tu cielo proletario, sus arreboles. Porque tu sangre viva das, redentora, se fecunda en tu entraña la nueva idea. ¡Para salvar a España, tuya es la aurora! ¡Haz de ella, don Quijote, tu Dulcinea! [Publicado en Relieves, UGT-Banesto, Barcelona, Nº 3, 1937.]

LA VELADA

ANDALUCÍA

Traspasada de gritos, de sol, de gallardetes, la plaza grande es una jubilosa floresta. La alegría de los niños se alza como cohetes de candor en la tarde pura y azul de fiesta.

Te llevo aquí, sobre mi torre, viva, volada de palmeras y azahares, en cortijo de cal a la deriva navegando en tu bata de lunares.

¡Qué ventanas abiertas al párvulo embeleso! Los puestos… La caseta de doña Lola Mora… Y aquella becerrita mansa, de carne y hueso, que rifan en la tómbola para Nuestra Señora.

Te llevo aquí, sobre mi frente, arriba, breve veleta y viento sin cantares. Te viniste en mi sangre y mi saliva para dulzura de mis rejalgares.

Velada de la Virgen, todo el año esperada con pueril impaciencia… ¡Ya está aquí la Velada! Ya se hizo dicha cierta la gozosa ilusión…

El Sur clava rejones en el lomo de este recuerdo, toro que me embiste, bellísimo, en la arena de mi reto.

Y a la noche, los niños, que se duermen cansados, sueñan con ilusorios países encantados en donde pacen mágicas terneras de cartón…

Y un ocaso de tórtola y palomo –tu arrullo que de púrpura me viste– será gala final de mi esqueleto.

(1924-1926)

(1937-1951)

[Del libro Niño y pueblo, Madrid, 1963]

[Inédito. Del libro Luz de luto, 1946-1958]

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A UNA MUJER QUE CANTA COPLAS HONDAS

MARINA DE TIBIA ALCOBA

Cuando la voz de España se acelera porque escuches el tiento de sus voces, la copla viene y se te clava, entera, con filo de cuchillos y de hoces.

No retadora desnudez de playa gritando al aire su yodado hechizo, que Venus muestra en su marina laya sobre las ondas de nevado rizo.

¡Enmudezcan la blanda primavera y el pizzicato de endulzados goces! ¡Tu voz, tu voz, amarga torrentera para el dolor que sólo tú conoces!

Sí, de alcoba recóndita atalaya donde dos fiebres con ardor mellizo riñendo van dulcísima batalla en mar textil que Amor hizo y deshizo…

Voz que nos llega por el cauce abierto donde la sangre es como un viento duro que hace estallar las venas cuando sopla…

con la aljaba dispuesta, el dios vigila la llegada del súbito momento… Y en el muslo entrevisto y en la axila

Voz de la Profecía en el desierto… Voz de salmo, de ensalmo y de conjuro para bisel tremendo de la copla.

fugaz, enciende su ojo desvelado… Y por rutas de amor, a barlovento, navega el corazón enamorado…

(30-10-1947)

[Del libro inédito La sirena y el ángel, 1959]

[Del libro inédito Luz de luto, 1946-1958]

TRAPERÍA

RETORNO “¡Qué bien le viene al corazón su primer nido…” (J.R.J.)

Yo estaba, lejos, con Moguer a cuestas, y hoy que he vuelto a su paz, la carga grave de mis amargas sumas y mis restas se me tornó ligera como un ave. ¡Cómo me siento leve y puro en estas claridades antiguas! ¡Qué bien sabe, –niño otra vez–, el corazón en fiestas, de nuevo hallar su jubilosa clave! Ecos de aquella bienaventuranza, –mi propia voz–, en alas de la brisa, vienen a recordarme el tierno dejo… Todo está absorto y quieto y sin mudanza… y el alma escucha la inocente risa que aún yerra por el Pozo del Concejo… Madrid, 20 de Febrero de 1958.

Trapos, trapos y trapos… ¡Qué barullo textil, manga por hombro y a otra cosa! Cuán revestida, invegetal, la rosa. Cuánto barroco pez, oro y bandullo. A todo trapo “tervilor”, por cuyo canal se televisan prisa y prosa para aparejo de la mariposa. Después, a cada cual lo que no es suyo. Duelo del mundo. ¡El hambre! ¡El hambre! Aprisa, sise capas moradas Rey Carolo. Aprisa, recorta Dios sin camisa, que le basta al Amor –desnudo Cristo–, sólo su claridad de espejo solo. Y mientras, yo, muriéndome de listo (13 abril 1966) [Inédito]

[Incluido en el libro inédito Luz de luto. Publicado en Sonetos y elegías, Huelva, 1995] (Selección de D. Ropero)

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La copla... es la voz oracular del arte Rafael Cansinos-Assens

A Xandro Valerio, poeta moguereño, “loco del mar” y del léxico exquisito, en sus vuelos “del amor en silencio”





Por el espejo de la voz una poética



se derrama en cascadas de imágenes.



El Amor es el eje y el aire:



misterio de dolor y de gozo sin escape posible.



La veredita que pasa de la hierba al yermo



lleva inscrita la secuencia en su vector errático: ¡algoritmos del alma!



El universo puede caber en unos ojos



de viva albahaca, o en un nombre tatuado



a la orilla de un mar sin noticias



y luego caer en el hondón caliente



donde duelen los centros: ¡bendita carnalidad del alma!





Latidos desnudos del otro lado.

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Rosario F. Cartes

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” ...

¿Qué es? por Pilar Sánchez Venegas

525 Aniversario del Encuentro entre dos Mundos Noticias, notas de prensa: • La efeméride tendrá la catalogación de Acontecimiento Excepcional de Interés Público. • Madrid, 20 de enero de 2016. La provincia de Huelva refrendará en 2017 su vocación americanista con la conmemoración del 525 Aniversario del Encuentro entre dos Mundos en la que ya trabaja el Comité Organizador conformado por la Diputación de Huelva, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, los ayuntamientos de Huelva, de Palos de la Frontera, Moguer y San Juan del Puerto y las universidades de Huelva, la Internacional de Andalucía y la UNED. • Administraciones y universidades se unen para celebrar el 525 aniversario del Descubrimiento de América. • …etc

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más de uno le empezará a sonar esta cifra, 525, pero la mayoría no comprende aún qué celebramos y qué significa realmente “el 525”. Por ello, desde las áreas de Turismo y de Cultura del Ayuntamiento de Moguer, nos ha parecido apropiado dedicar unas letras a esta importante efeméride, que empieza a verse en multitud de notas de prensa pero que creemos que los onubenses aún no han adoptado como celebración. Se cumplen 525 años del Descubrimiento de América, o mejor dicho, del Encuentro entre dos Mundos, como ha venido a llamarse este evento declarado Acontecimiento Excepcional de Interés Público por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Estado. ¿Por qué “Encuentro entre dos Mundos”?, pues porque fue lo que realmente ocurrió. Porque aquel 12 de octubre de 1492 se iniciaba una relación entre dos continentes que perduraría a lo largo de la Historia. Y porque concretamente Huelva desarrollaría su cultura, economía, sociedad… en relación e influencias permanentes con el continente americano. Desde el Descubrimiento a Juan Ramón Jiménez, las relaciones con América han sido para Huelva un continuo viaje de ida y vuelta. Y no es que seamos una provincia colombina (por Colón), sino que nuestro carácter, paisaje, paisanaje, idiosincrasia y cultura se han ido forjando a lo largo de la Historia con un sinfín de relaciones creadas en esos viajes transoceánicos de sus habitantes. Revista

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Se pretende también en esta efeméride reivindicar el carácter colombino del entorno del Tinto, es decir, poner en su lugar histórico a los municipios que hicieron posible la gesta colombina y descentralizar a la Rábida como única protagonista, ya que estamos dando una idea sesgada de la realidad de aquel momento. Huelva y San Juan del Puerto también tuvieron su participación en aquella aventura, además por supuesto de Moguer y Palos de la Frontera. Desde que Cristóbal Colón llegara a Moguer con su proyecto y tanto la Abadesa del Monasterio de Santa Clara, como los hermanos Niño y principales personalidades de entonces apoyaran su proyecto, Moguer no ha dejado de convivir con el continente americano. Y aunque tendemos a hablar siempre del Primer viaje descubridor, lo cierto es que el continente se fue descubriendo poco a poco en los siguientes viajes y expediciones, se fueron creando los vínculos que hoy conforman nuestra manera de ser. El segundo viaje de Colón fue capitaneado por la Carabela Niña. Nuestra carabela se convirtió en la favorita de Colón y fue la única que repitió aventuras con los marineros que salieron a explorar el nuevo continente. Y desde ese segundo viaje, no volvimos a ser tierra aislada, no volvimos a ser un Moguer enmarcado en la Andalucía occidental. Nos convertimos en un puente, en un ir y venir de Moguer a América y de América a Moguer. Se sucedían las tierras a las que llegábamos una a una y nos íbamos quedando (de hecho, el actual presidente de Colombia es descendiente directo de los Hermanos Niño). Y volvíamos una y otra vez cargados de influencias culturales, gastronómicas, sociales y económicas. La carrera de Indias no es más que ese trasiego, ese ir y venir durante siglos de Moguer a América y viceversa. Los éxitos de los viajes se reflejaban en el señorío de las casas de nuestra ciudad, en las inversiones que se realizaban en Moguer tras los exitosos viajes, en el engrandecimiento paulatino de nuestra Iglesia, donde los indianos fundaban y mantenían capellanías, en la construcción de nuevas casas solariegas cargadas de influencias americanas. Y lo mismo allí, los monumentos e iglesias latinoamericanas bien podrían ser nuestro Convento de San Francisco o Santa Clara, las calles de cualquier ciudad colonial americana son un reflejo de nuestro pueblo andaluz. Huelva, Cádiz, La Habana de Cuba, Cartagena de Indias en Colombia, Granada en Nicaragua, México entero, … y así hasta nombrar toda lationamérica para explicar la semejanza arquitectónica con nuestra Andalucía, con nosotros. Para demostrar que somos un mismo pueblo y una misma cultura que ha ido creciendo desde hace 525 años. Que existe un puente imaginario entre ambos continentes que nace en Huelva. Y este puente entre culturas forjó las habaneras, las guajiras, las colombianas… los cantes de ida y vuelta. Pero es que con el paso de los siglos no se debilitaba, se fortalecía. Los más importantes letristas y copleros cruzaban el charco para triunfar en lationamérica, los tangos argentinos venían a nosotros como si de nuestra música también se tratara, los trajes regionales, el color, la alegría se regalaba y tomaba desde ambos extremos del puente. Y ese puente nos transformó la gastronomía a ambos, nos enriqueció las mesas en ambos continentes y nos unió hasta el día de hoy. Un sencillo ejemplo es para mí el culantro, que sólo se usa fresco en los guisos de Cádiz y Huelva…..y en toda Latinoamérica. No encontraréis un aliño de culantro en Granada ni en Córdoba, pero sí en Perú o Nicaragua o Méxíco…. Me resulta realmente curioso cómo ese puente ha sido duradero entre tierras tan lejanas en distancia y tan cercanas en sentir y vivir. Y cruzaron el puente multitud de moguereños durante toda la Historia, pero sin duda uno de ellos nos engrandeció aún más si era posible. Juan Ramón Jiménez terminó ya en este siglo de afianzar los lazos entre Moguer y América, entre Huelva y América, entre España y América Durante la celebración del Año Platero se recibieron en Moguer miles de comentarios, artículos, fotos de eventos… relacionados con Juan Ramón Jiménez de latinoamericanos. Su vinculación y sentimiento hacia el poeta ha sido incluso mayor que la de cualquier español. La emoción con la que nos hablaban de su obra nos conmovía… Nos sentimos cerca, hablando el mismo idioma y la misma cultura. Y por si fuera poco, este año 2016/2017 coincide además con el centenario de “Diario de un poeta recién casado” de Juan Ramón Jiménez, la obra que marcaría un antes y un después en la poesía del S.XX. Otra vez, afianzando el Puente, otra vez sintiéndonos la misma tierra. Revista

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La Fundación Zenobia- Juan Ramón Jiménez publica: 100 Años del Diario de un poeta recién casado En 2016 se cumple uno de los Aniversarios más importantes de la poesía española: el Centenario del libro “Diario de un poeta recién casado”, el poemario más innovador del Nobel moguereño Juan Ramón Jiménez. Encierra en sí la herencia romántica y simbolista de la mejor poesía de finales del siglo XVIII hasta hoy. Este nuevo modo de componer será seguido por toda la poesía española hasta la actualidad. Este Centenario es una de las efemérides culturales imprescindibles para recordarlo en los años 2016 y 2017, coincidentes con su escritura y publicación. El moguereño hace un periplo hacia el Mar de América del Norte, este ciclo vital del Nobel, que, con sus viajes posteriores a las dos Américas, sientan las bases de su relación con la otra orilla, pasos que seguirán otros autores que le precedieron. Juan Ramón descubrió América. Sin dudas, el “Diario de un poeta recién casado” ha mostrado el magisterio de Juan Ramón en la poesía española del siglo XX de manera indiscutible, influyendo en los poetas de las generaciones más jóvenes que le precedieron e inaugurando un tiempo nuevo para la lírica hispanohablante. Creamos este espacio en nuestra web para conmemorar esta efemérides, ampliando información y nuevos conocimientos sobre esta obra, acercándola a las redes sociales para que nuestros seguidores y seguidoras puedan volver a disfrutarla y redescubrirla. Y así, afianzando el puente, las administraciones se están uniendo para celebrar este Encuentro entre dos mundos, este fluir cultural y social que es una realidad. Por todo ello, desde este verano y durante todo el año 2017 disfrutaremos de programación cultural específica bajo este lema, “525 aniversario del encuentro entre dos mundos”. Desde las Noches del Muelle de las Carabelas a las colombinas o los Actos de Diario de un poeta recién casado, son numerosas las iniciativas que ya están en marcha caminando por este puente. Por todo ello, queríamos explicar qué es el 525, qué estamos celebrando y por qué es tan importante para nuestro desarrollo cultural y turístico esta apuesta por la comunicación entre dos continentes. Os invitamos a celebrarlo con todos nosotros, os emplazamos a seguir siendo Latinoamericanos, a seguir afianzando este puente entre culturas.

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OGUEREÑOS EN AMÉRICA

Aunque desde 1492 hasta el día de hoy han sido incontables los moguereños en América, no podemos dejar de reconocer que los primeros, los pioneros, debían tener un espacio propio en este artículo. Moguereños descubridores, moguereños aventureros y primeros pobladores europeos (en muchos casos) del continente americano. •

Los Hermanos Niño: Fueron tres los que se enrolaron en el primer viaje colombino: Juan, dueño y maestre de la carabela “Niña”, Pedro Alonso, que acompañó a Colón en la nave capitana en calidad de piloto mayor, y Francisco que lo hizo como marinero. Estos prestigiosos navegantes se sumaron a otras expediciones de descubrimiento contribuyendo con sus conocimientos y pericia a la conformación del mapa americano.



Cristóbal García del Castillo: Este moguereño aventurero y emprendedor nació en Moguer hacia 14451558. Intervino en la conquista de Gran Canaria. Hacia 1483 fundó la ciudad de Telde, a la que dotó y atrajo a numerosos pobladores. Está enterrado en la parroquial de San Juan Bautista, iglesia que edificó a su costa enriqueciéndola con obras de arte, destacando el retablo mayor que hizo traer de Flandes.



Francisco Roldán: Participó en los viajes colombinos. Este controvertido personaje estuvo enfrentado a los Colón. Fue el primer encomendero de Indias, alcalde de La Española y gobernador de la provincia de Xaguay hasta su muerte en 1502.

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Alonso Vélez de Mendoza: Comendador de la Orden de Santiago y explorador del litoral Brasileño. En 1501 realizó un viaje a Brasil, inédito hasta el momento, avanzando en los descubrimientos a lo largo de la costa sudamericana. Dos años más tarde capituló un segundo viaje para ir a poblar a la isla Española.



Andrés Niño: Navegante perteneciente al linaje de los Niño, nacido en Moguer hacia 1475. La Casa de la Contratación de Indias le concedido en 1514 el título de piloto real. Participó con Gil González Dávila en la expedición de la Mar del Sur. Descubrió El Salvador y Nicaragua. Murió en aquellas tierras en 1524.



Bartolomé Ruiz (1482-1532), piloto: se trata de uno de los conocidos Trece de la Fama que acompañaron a Pizarro en el descubrimiento del Perú.



Diego García de Moguer (1484-1554): Exploró la costa sudamericana hasta el río de la Plata y descubrió el Archipiélago Chagos. Fue un piloto muy experimentado. En 1514 viajó al Río de la Plata con Solís. En 1526 capituló con la Corona viajar por su cuenta a dicha zona con el propósito se seguir hasta las Molucas o islas de la Especiería. Falleció en la Gomera en 1535 de camino a las Indias. Una pequeña isla en el océano Índico lleva su nombre.



Juan Ladrillero: Este moguereño (ca. 1490-1559), versado en cosmografía y astrología, fue explorador del Estrecho de Magallanes, primero en navegarlo en ambos sentidos. Escribió un Diario de su viaje.



Francisco Céspedes y Velasco: Personaje vinculado a la milicia con grado de capitán y al concejo moguereño en calidad de regidor perpetuo. Publicó un Tratado de la gineta (Lisboa, 1609). Fue capitán general y gobernador del Río de la Plata de 1623 a 1631. Destacó como organizador de la colonia contra las expediciones holandesas.







Fray Antonio de Olivares, (Fundador Ciudad de San Antonio – Texas). En 1663 salió del convento de San Francisco de Moguer a la edad de 35 años hacia Nueva Galicia (actual estado de Texas). Estuvo presente en la fundación del Colegio Apostólico de Santa Cruz de Querétaro. Dijo la primera misa oficada en Texas. Fundó la ciudad de San Antonio de Texas. Falleció en 1722. Fray Andrés de Moguer Religioso dominico y reconocido intelectual autor de la Primera crónica de la provincia de Santiago de México. Destacó como defensor del indígena. Fue provincial de su orden y electo obispo de Honduras. Falleció en 1576. Francisco Velázquez: Pasó a Indias con otros familiares. Fue teniente gobernador de la provincia de Cartagena y secretario de la Real Audiencia de Santa Fe en el Reino de Nueva Granada. En 1567 intervino como fedatario en la probanza del conquistador Pedro Niño.

han sido incontables los moguereños en América •

Tomás Antonio Romero: Este moguereño, nacido en Moguer, fue un potentado comerciante representativo de la burguesía rioplatense en la segunda mitad del siglo XVIII. Estuvo muy ligado al desarrollo de la economía colonial controlando el azogue, del que obtuvo importantes beneficios.



Fray Ildefonso Infante Macías (Obispo Infante) Nació en Moguer en 1813. Profesó en la orden de San Benito. Doctor en Sagrada Teología. Procurador en el Concilio Vaticano I. Predicador de la Real Capilla y Comisionado de los Santos Lugares. En 1877 fue nombrado obispo de Tenerife. Falleció en 1888.



Luis Bayo Hernández-Pinzón: Nació en Moguer en 1846 en el seno de una prestigiosa familia de navegantes. En 1885 comandó el transporte de guerra “Manila” en el viaje al archipiélago de las Carolinas, en el Pacífico, para hacer prevalecer los derechos de España. Falleció en 1906, siendo comandante de Marina y capitán del puerto de Huelva.

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Poemario Antonio Orihuela

EMANACIÓN y el Anciano de muchos días se sentó... Su trono era llamas de fuego. Un río de fuego procedía y salía de delante de él y le servían millares de millares Daniel, 7. 9-10

El anciano de los muchos días escuchó a la tierra implorarle: -He derrumbado demasiados cadáveres estoy harta y agotada. ¡Padre, haz que esto cese! El anciano de los muchos días escuchó a los pájaros cantando el nombre de Dios desde el amanecer hasta el ocaso y se sintió conmovido como pájaro y como canto. El anciano de los muchos días vio a un mono engreído escribir: He llegado hasta el fin del universo, y batió las palmas entre risas porque le estaba haciendo cosquillas en los dedos con el lápiz. El anciano de los muchos días vio en el Congo a los indígenas quitar el techo de sus chozas para dejar vía libre a las monedas de oro que harían llover sus antepasados y una mueca de compasión se dibujó en el cielo. El anciano de los muchos días vio a Gorakhnath buscar en el libro de las suertes el nombre de su señor Matsyendranath y borrarlo de entre la lista de los muertos. El anciano de los muchos días vio que los mil ojos de Indra veían a través de su solo ojo y se regocijó de todo lo visto. El anciano de los muchos días se sentó a cantar con Homero los trabajos del paciente Odiseo en los banquetes donde el vino hacía olvidar todos los males

y se sintió satisfecho con lo cantado. El anciano de los muchos días vio a Mahakashyapa soplar sobre los pétalos de la rosa de los vientos y se sonrió con todos los budas del presente, del pasado y del futuro. El anciano de los muchos días escuchó predicar a Pitágoras que el verdadero sentido de la vida consiste en no necesitarlo y abrió todas las fuentes de la misericordia. El anciano de los muchos días vio a Ibn Al Faridh escribir que cuando Alá está ausente sus ojos lo veían en todo cuanto es hermoso y se reconoció en toda la belleza. El anciano de los muchos días escuchó predicar a Yalal al Din Rumi que la felicidad es unirse a lo que penetra por todas partes y alcanzar el Palacio de Ninguna Parte donde las cosas son idénticas y se recoge sin fin lo ilimitado. El anciano de los muchos días soñó con Zhuang Zi que soñaba que era una mariposa y con una mariposa que soñaba que era Zhuang Zi y todos los sueños se abrazaron amorosamente en su transmutación. El anciano de los muchos días vio a Juan Ramón Jiménez obtener la certeza de la naturaleza inextinguible del continuum mental y se fundió con él en una alegría serena y beatífica. El anciano de los muchos días escuchó a Juan Antonio Mora decirle a su mujer por teléfono que esto no se acababa nunca y pego su oreja a la del poeta que había comprendido el sentido de la fiesta.

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El anciano de los muchos días vio al soldadito del amor tranquilo adornarse con flores para reivindicar la vida como único tesoro y extendió sus manos para apartar de él toda podredumbre. El anciano de los muchos días escuchó a Paco Calamonte decir que nosotros no respiramos sino que la vida respira a través nuestro y aspiró la dicha completa de su ser. El anciano de los muchos días vio a Dogen indagando en sí mismo hasta olvidarse de sí mismo y ser iluminado por todo lo existente. El anciano de los muchos días escuchó predicar a Nisargadatta que nunca hubo ni habrá una persona despierta o iluminada. El anciano de los muchos días vio al maestro Eckart feliz porque al no buscar nada había encontrado lo que andaba buscando. El anciano de los muchos días escuchó a William Law diciendo que no había errores sino falta de amor y asintió tres veces con la cabeza. El anciano de los muchos días vio a Walt Witman con lágrimas en los ojos porque aquí, allí, en todas partes reinaba la pureza y todo era sagrado. El anciano de los muchos días vio a Aldous Huxley escribir que el Buda era el seto del jardín, las flores y cualquier cosa en la que fijara la vista. El anciano de los muchos días vio el dolor del que quería ser todas las cosas menos lo único que podía ser un hombre. El anciano de los muchos días vio a la mente buscando migajas de carne, de espíritu, de entendimiento, de eternidad, de realidad, de palabras y se conmovió porque todas esas búsquedas conducen a la decepción. El anciano de los muchos días escuchó decir a un sepulturero que había enterrado muchos cadáveres pero que jamás había enterrado sus deseos y su gozo continuó haciendo brotar la vida por todos lados sin fin. Revista

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Mi familia se cree que yo toi gosando toi en la capitai llevándome el diablo merengue, popular

Poemario Antonio Orihuela

Escucho a Francisco de Moguer pregonando las primeras ordenanzas del Cabildo de Santo Domingo del Puerto de la Isla Española desde el escaparate de El Sport en la calle San Tomé y veo gente muerta. Cruzo la puerta de La Cafetera donde Eugenio Granell charla con unos poetas sorprendidos dentro de un traje blanco inmaculado como la cal del Convento de Santa Clara donde un viejo militante del POUM sube al estrado para no dejar títere político con cabeza y veo gente muerta. Camino por San Francisco y al saludar a una mujer en la puerta de su casa se me queda el pensamiento prendido entre las espirales del vestido que estrenó setenta años antes en el baile de señoritas organizado por la burguesía española en Ciudad Trujillo y que estaban también en las estelas con que un día los tainos adornaron sus cementerios. La música de sus flautas y tambores pareciera venir de todos lados, aunque tal vez solo salga de mi imaginación o de las muchas mentiras con que nos alimenta la realidad o tal vez salga concreta del palacio presidencial o de la guitarra del trasterrado Andrés Segovia que me lleva de vuelta hasta la casa de don Abelardo en la calle Betanzos donde vivió un músico comunista que fue incapaz de que yo tocara la guitarra y se entretenía conmigo poniéndome dictados que me gustaba enseñar a mi abuelo, aunque ahora solo encuentro entre mis papeles noticias en el Listín Diario sobre la vida pobre que llevan en Ciudad Colonial los exiliados españoles traídos a estas tierras para blanquear la raza, a pesar de ser todos rematadamente rojos y haberle hecho a la dictadura la primera huelga de la historia de la isla en unos ingenios de azúcar en el Oriente, hermosa hazaña la de estos anarquistas contra otro dictador que tenía un tiburón en su piscina, más de setenta hijos y un verdugo que era el primer poeta del país, buscando sus versos encuentro el Mercado Modelo hoy convertido en un laberinto kitsch donde descargan autobuses de asustados turistas y pobres imitadores del play boy Porfirio Rubirosa a la busca de las flores de oro que crecen en el parque Colón, 1 RIPIAR. (De ripio.) tr. Enripiar. II fig. Gastar palabras en vano. II Ant. y Col. Desmenuzar, hacer trizas. II Col. y Cuba. Malgastar, dilapidar. II Dar, pegar con algo duro.  Revista

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dan las doce en un reloj que siempre da las doce en El Conde de Santo Domingo, en Moguer, en la playa de Guayacanes, en El Pino de la Corona, en la flor del camino que se mira y no se ve, o tal vez resulta que se mira algo y se ve todo, miro hacia Mata Redonda y veo un rosal, miro hacia la fosa común del cementerio de Sevilla y veo un rosal, ¡cuánta sangre bebe la patria! mejor no buscar el por qué de las cosas. Llenar las cosas de razón tal vez sea la enfermedad del siglo, y este laberinto insoluble no se cura ni cuando sales del parque Duarte lleno de bombillitas de navidad con más calor que en Écija. Desde el fuerte Navidad en La Española veo pasar la Pinta a la busca del mítico islote de oro, a Colón destrozando la Santa María en unos arrecifes, a la Santa María de Montemayor trayendo tres mil ladrillos cocidos en Moguer para la construcción de la ciudad, camino entre caribes nada fieros a pesar del hambre que les consume y la miseria que les hace dormir en la cuevas de los acantilados buceando entre las basuras como todo oficio hasta que la policía los cubre con una sábana blanca en Duarte con París. Todo baile es una sola danza apenas hay intervalos entre una pieza y otra se cansan los músicos y la música sigue sonando. Cibaeña, cibaeña, no me maltrates así dile a la mamajuana que barra la enramá que esta noche subo con una marrana asá. Que bueno estar vivo virgen de la Caridad un sancochito de chivo tenemos para picar no importa que vengan muchos mientras más vengan más da. Hermosos deseos para una ciudad en la que los pobres descubren que son clase media cuando empiezan a tener miedo de sus iguales. Revista

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Sigo mi paseo con Guacanagarix por el parque Enriquillo sintiéndome protegido y a salvo por esta música machacona, sube la culebra, sube la culebra sube la culebra, sube la culebra viene del nam, viene del huntó, viene del tambor, viene del chachá, bailalá, bailalá, bailalá… Simplificar la vida para curar el alma y desacelerar el corazón mientras gira el trompo laberinto de la vida iluminando las cosas alrededor de las que damos vueltas a lo igual que no es lo mismo repitiendo los lugares, las ilusiones, las canciones los mitos de una memoria en ruinas que traen de nuevo a la Niña de regreso a Palos de Moguer porque no hay ríos de vino, ni de las fuentes mana miel, ni son de oro las piedras del camino, mirando el rio Ozama pienso que tal vez esto fue un día el paraíso pero no contaban con que el infierno venía con nosotros, bajo una escalinata buscando el desembarcadero pero solo encuentro yaniqueques de huevo, mabí de bejuco, huele cementos, limpiavidrios, chiriperos, guachimanes, toleteros, buscamachos, ajumaos, pidebolas, viralatas, mamaguevos que aparecen y desaparecen como los cueros por las puertas de las casas de masajes de El Conde, como las patanas, las voladoras y los toyotas en un hoyo de la Avenida Independencia, como la raza que enfila por Mella o Luperón hecha de mamás de trece, abuelas de veintiséis, héroes sin batalla, revoluciones que no revolucionan y poetas que citan a Rimbaud en un país sin librerías, porque el dominicano no cree más que en sí mismo y en el capitalismo que lo revienta y en el humo de las guaguas, y en el dulce sopor del gas de los carros públicos: ¿Pa dónde tú va mi amol? Cógelo suave. Cristo viene. Mi propio esfuerzo. ¿Quién me falta pol pagal? Ya tú saaaaaaaaaaaaabe… Revista

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Y la música, siempre la música de esta esfera, isla irreal, mundo aplatanado, nube de azúcar, envolviéndolo todo: Pongan atención señores el merengue va a comenzar la pareja de costado dándole vista al galán. La hija del patrón va a la escuela la hija del obrero escucha novelas el hijo del patrón va a la universidad el hijo del obrero va por ahí descalzo con los cuadernos bajo el brazo. Viene sin peso, el futuro viene sin peso, dame un chin, que no caigo en gancho, con sueldos de mil, yo no me aguanto. Este país es una vaca ordeñada por los mismos que se llevan los millones, el resto vive en casa yagua y barrio e caitone Ajoicaran loh’ blanco le pondrán la soga este cuento no es de ahora Me voy de Santo Domingo la tierra que amó Colón allá se baila el merengue y se pasa mucha caló. Mataron al chivo en la carretera, se acabó la bulla, se acaban los guapos, pero sigue el mieo, sigue el atraco, mataron al chivo en la carretera, mataron al chivo en la carretera, muelo la caña de veinte maneras se acabó la caña se muele la muela. Mataron al chivo en la carretera, mataron al chivo en la carretera.

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oy he vuelto a la

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Del libro inédito “Moguer, Poemas, Canciones y Olvidos”.

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os que pertenecimos a la juventud allá por los años 1950/60, hemos olvidado muchos avateres en unos lugares que han sido emblemáticos por haber acudido alli con basteante asiduidad. Naturalmente nuestra vida se ha desarrollado en su primera fase en un ámbito plenamente localista y pueblerino salvo en algunas excepciones y todas ellas en el más cercano contorno y debido a la escasez de medios. Estas excepciones quedaban marcadas por algunas salidas, muy pocas y que recuerde a Lepe y Cartaya, Niebla, Trigueros, La Rábida y más excepcionalmente a Huelva, Sevilla o Granada. Todo ello siempre organizado, amparado y dirigido por los RR.PP. Capuchinos, que tanto bien hicieron por Moguer y por su juventud sobre todo y a los que le debemos aquellos jóvenes de entonces, así como todo el pueblo de Moguer. En cuanto a nuestras salidas locales, estas quedaban enmarcadas naturalmente en el entorno del pueblo, Montemayor con su antigua y blanca Ermita donde nos hacíamos resbalar por sus estrechas escaleras blancas de cal, Molino de Viento (Rojo Molino de Viento… Agua postrera que en ti queda, como escribió J.R.J.), Fuentepiña, mirador de Moguer, con su huerto de naranjos y sus norias aún vivas, Santa con sus viejos molinos, vestigios de ladrillos rojizos negros y muertos y, sobre todo La Ribera, que tenía no se qué talismán que nos atraía tampoco sé de qué forma hacia ella. Quizás la libertad, el libre albedrío, el deseo de vivir sin tantas ataduras como las que teníamos en la época, el bañarnos en sus verdes o azuladas aguas y llegar a nado a través de sus varios brazos de río hasta el muelle de San Juan, practicar el fútbol con un balón que pesaba como el plomo, unas zapatillas o botas de lona y suela de esparto… No sé qué sería lo más atrayente, pero siempre era nuestra vía de escape, nuestro solaz, nuestra necesidad de libertad y libre albedrío y hasta nuestra alegría.

por Rafael Redondo

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Hoy he vuelto a La Ribera, fue como si el viento de la juventud pasada me empujase hacia ella, ¿qué misterio, atracción, encanto, hechizo, seducción o sugestión ejerces sobre mí y sobre tanta gente?, será tu hermoso y floreciente y próspero pasado con esa frustrada vocación de puerto de mar, serán tus galeones, goletas y barquillos de vela con sus bodegas repletas de botas de vino que se hacían hacia todos los puntos cardinales de la mar con una valentía y arrojo sin límites, pudiera ser tu brisa, tu aroma marinero o tu puesta de sol sobre Huelva en movimiento irreal por la bruma y el calor. He vuelto con un buscar lo perdido y deseado para que continúe grabado en mi mente, que aún siento tan joven a sabiendas de lo imposible, pero he vuelto en una llamada sorda e imperceptible hacia ella como ave que nunca olvida su anidada y aunque le destruyan el nido, vuelve a rehacerlo en el mismo lugar, o como animal silvestre que siempre vuelve a su territorio para marcar su dominio. Pero nada es igual. Aunque remozada a buen acierto, está un tanto abandonada, despegajada y rota, su fuente no mana, sus bancos están rotos o desaparecidos, pero siempre está viva, atrayente, vigorosa, misteriosa, cíclica en sus mareas puntuales e inconfundibles y de cosmética, pues cuando está su marea alta se asemeja a un mar menor, es como si se pusiese un vestido nuevo que la hace más viva, más lozana, más atractiva, más bella y eso lo hace a diario y durante toda su vida. La marisma es peligrosa y traicionera, hay que ser buen nadador de ella y estar muy vivo para no hundirse en sus tiernos y generosos senos, pero andar por ella es como algo sensual, algo mágico y me atrevo a decir que hasta algo voluptuoso. Cada paso que clavas en ella es una sensación de placidez y blandura sin límites que se te va introduciendo por cada poro de los pies, el cuerpo se vuelve pesado y pronto acude el cansancio y vas descubriendo en la línea de brillos plateados una bruma cambiante, su aroma a mar, a peces, a vida, es algo penetrante e inconfundible y, más arriba, el azul intenso y algo rosado de nubes del infinito cielo. Toda su ansia de vida se introduce en el pecho al respirar que es como un flotar en el aire, en el universo. Cada vez que la marea está alta se llena de vida y de hermosura, también de candor pues, es fiel a los ciclos de la vida, de su vida y allí puede ver el último mástil que aún queda erguido, como nacido de entre el fango y la maleza de un último barco varado y roto, hundido en lo más profundo de su seno. Este mástil es la última huella de su glorioso pasado de singladuras y viajes eternos. La Carabela Niña, bastión en el descubrimiento del Nuevo Mundo, tiene como alegoría y recuerdo un simulacro de astillero de carpintería de rivera con una quilla de lka que solo va quedando las huellas. Y ahora las mareas y Revista

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los aguajes son efímeros, muy cortos, el lecho del río está lleno de basuras y círculos de inmundicias de colores ocres y desagradables sobre todo, cuando la marea está un poco alta, en una palabra, el río está ciego, muerto de negra y aciaga pena. A mí, ciertamente, me queda el recuerdo vivido del movimiento de pequeños barcos veleros de un solo palo cargando a través de una cabría y con el barco amarrado a la riostra, botas de vino, frutas, hortalizas y todo tipo de productos de la huerta camino de Punta Umbría, que es como una prolongación de Moguer hacia la mar, como enviar los productos de nuevo a tu casa, pues no en balde allí están los moguereños, siempre fieles a su tierra, que tuvieron que emigrar para conseguir una vida mejor y que nuca han olvidado a su pueblo ni a sus raíces. En recuerdo de vidas anteriores a la mía, yo tengo en mi memoria las andanzas de Antonio Rodríguez, el Patrón, persona que siempre razonaba, atendía y aconsejaba de manera ciertamente grata y que siempre tenía presente a su viejo velero con el que hacía viajes a Tánger llevando y trayendo productos y más de una vez trajo a mi padre aquellos paquetes de tabaco en pastillas y a mi algún que otro juguete, entre otros una bonita y sonora armónica. La tarde continuaba en su lenta y plácida caída, había una lucha titánica entre las fuerzas del mar y las del viento, luchaban a muerte, el primero para llevarse y engullir todo el agua, quizás por los aromas, ilusiones y amores de Moguer así como por un amor perdido de alguna de sus bellísimas mujeres, el segundo, que soplaba recio y fuerte, por penetrar y quedarse en un sueño aparente e inmortal bañando las orillas ocres, amarillas y verdes de sus plácidas orillas y al unísono y en la quietud parejas de patos se dejaban mecer garbosos e indiferentes por el tío vivo que formaba el agua y bandadas de flamencos coloreaban en el horizonte con su elegancia porte, subiendo y bajando en ansia sus largos cuellos y recios picos. J.R.J. en su libro “Moguer” escribió con su maestría inigualable, “caía la tarde y la Ribera de Moguer brillaba, de transparente y solitaria azul Prusia, con los aludes, faluchos, bergantines, casi vapores anclados entre el muelle y la barca del baño de las mujeres…”. La Estrella, el Lobo, La Joven Eloisa, El San Cayetano y tantos otros que son citados por el Nobel, todos ellos grandes veleros y glorias del pasado que cruzaron mares y océanos llevando su carga de tantos productos impregnado del sudor y del trabajo de las gentes de Moguer.

La juncia, los garranchos, la lama, el fango y la suciedad que le enviamos lo tienen ciego y su cauce está loco y desvariado, como inconsciente a veces en el ansia loca y eterna de continuar con su vida como si nada hubiese pasado, no sabe ya por donde tomar su camino. Pero su camino siempre es el mismo según el mandato eterno e inmisericorde de la mar y de los vientos; solo llevar y traer, solo ir para volver. ¡Cómo me gusta éste Río y cómo me siento tan bien en él al ver pasar su corriente! Me quedo extasiado mirando su garboso pasar… por si viese algo, algún indicio, alguna señal, algún sentimiento que se me fue o no supe guardar, pero no, ya no vuelve lo que fue pasado, lo que fue perdido y ni sus idas y venidas incontrolables son capaces de traérmelos de nuevo. En él veo la niñez y juventud pasada, feliz, despreocupada y limpia, en plena libertad de vida de quehaceres, de preocupaciones y lo mejor era que todos sin excepción eramos amigos, ¡cuántos amigos! No sé si algún día me llevará este río a no sé dónde o me traerá no se qué, será un ir y venir tranquilo y acompasado, como cansado y sosegado. Como su ciclo plácido de mareas constantes para todo seguir igual. La Ribera, una tarde de marzo de 2012

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Pose estética de Irene Olivares Mora. (Foto tomada de ).

oguer tiene su TOP-MODEL:

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por José Manuel Gómez y Méndez

oguer ha tenido su proyección más allá de sus límites geográficos, a través de los años, por el ser y el latir de sus hijos nacidos en el pueblo y por aquellos que llegaron a él y se injertaron en el día a día con su personalidad y talante… 1. Conocido es el municipio por su dimensión literaria con la universalidad de Juan Ramón…, con su dinámica descubridora en las centurias del XV y XVI, por sus distintas dimensiones… Si miramos en sus habitantes, con el desarrollo del Conocimiento en la segunda mitad del siglo XX, la ciudad moguereña ha ido teniendo profesionales en todos los sectores de la vida ciudadana con proyección dentro y fuera de la población…, lo cual le ha propiciado una dinámica avanzada y plural en su vivir dentro de la realidad multicultural de sociedades convivenciales en el respirar planetario del siglo XXI. 2. Con este artículo quiero dejar constancia de lo contento que me sentí en mi existir moguereño cuando me llegó –hace unos años– una alerta cibernética hablándome de una moguereña que se proyectaba en la universalidad del orbe de las tops-models. Y según la Academia de la Lengua Española, una top-model es una supermodelo1. Y eso es Irene Olivares Mora, una supermodelo nacida y criada en Moguer. 3. A muchos les sorprenderá este texto, sin embargo, en mi transcurrir periodístico desde mi más temprana juventud, siempre difundí temáticas moguereñas a través de distintos periódicos y emisoras radiofónicas… ¿Por qué no ahora hablar de una mujer que ha paseado el nombre de su ciudad natal por el planeta Tierra? 4. El orbe de las modelos siempre ha sido una parcela con atracción social para unos y con factores negativos, si lo consideramos desde la ahora llamada perspectiva de género, para otros, sin embargo siempre fue una profesión de prestigio dependiendo de los ojos con que se mirasen y en la pluralidad social que nos ubicásemos… 1 Puede accederse: . [Consulta: 20–06–2016]. Revista

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5. La estética siempre fue, a través de la Historia de la Humanidad, un significante con múltiples manifestaciones donde la palabra admirativa y el gesto de complacencia humana no faltó, dándosele la aportación/distinción según circunstancias y momentos. Y tenemos la estética a través de numerosas proyecciones artísticas: Literatura, Escultura, Plástica, Arquitectura, Música o cualquier otra rama de acuerdo con un conjunto de preceptos y reglas, realizados con metodología, maña o astucia, en una disposición personal. Si cuanto creamos puede tener estética, también hay que considerar que el ser humano, como creador, puede tener estética y eso se ha valorado a través de los siglos en las variantes del ser, bien se sea mujer u hombre… Con el desarrollo de la Publicidad y de la Imagen, como disciplinas del Conocimiento a lo largo del siglo XX, las estéticas masculinas y femeninas tomaron una valoración social digna de todo encomio…

Irene Olivares durante uno de sus numerosos desfiles. (Procede de ).

6. Cuando estamos en el siglo XXI, con una pluralidad social como jamás conocieron las centurias en Occidente, con un Moguer que ha duplicado su población en los últimos 30 años, surge en la ciudad una top–model: Irene Olivares Mora. Es una géminis que desde 1988 late por tierra moguereña y que desde temprana edad se proyectó en esta parcela modelística. Declaraba al periodista Miguel Ángel Velasco2 para “Huelva Buenas Noticias”: “Mi primera pasarela la hice con 14 añitos. Desde chica tuve muy claro que me quería dedicar a esto. Me presenté a Miss Huelva y quedé Miss Elegancia y Miss Aroma. Era la primera vez que a una concursante le daban dos títulos conjuntamente”3. 7. Leemos sobre Irene: “Alta, esbelta, de ojos marrones acaramelados, melena ondulada y labios carnosos. […] Esbelta y espigada como una rama de San José. Y bella, muy bella, en sus ojos rasgados. A veces, penetrante; otroras, dulces. […] Su voz es suave, aterciopelada, un poco ingenua, sin ningún atisbo de petulancia. Sus maneras suaves, dulces”4. Su altura, 186 cms. Nada más que hay que ver una fotografía de ella para de inmediato comprender su estética humana que le ha aportado un correr triunfante con 4 galardones o reconocimientos, entre ellos Miss Internacional España –en 2010–5 y Miss España Peace & Humanity –en 2014–6.

Instante de un desfile de Irene Olivares, hace unos años... (De ).

8. Su quehacer desde 2002 fue en ascenso, no solo en com peticiones en certámenes por ser, sino en su continuo esfuerzo por estar; así logró continuo quehaceres profesionales de prestigio y junto a destacadas firmas del marco universal, con presencia suya hasta en París. 9. Ha realizado pases para Doce Gabana, Custo Barcelona, Victoria Secret, Marcos Garaban, Peter Abdam. Promotora de imagen para las firmas de alta calidad como Rexona o Tita Hasbún, así como protagonizó vídeos para Truquet y Viva de Telefónica. Más firmas o creadores: Armani, Adolfo Domínguez, Mango, Puma, Pepe Jiménez, Pink, Jandar, Sara Merino, Pepe Jeans, Torero, Pekar, Kennthe Cole, The Fashion Factory (“Puro Cuerpo”), Sergio Vidal, Pronovias, Berska, Inter Sport, Gian-

La moguereña Irene Olivares Mora como modelo durante una promoción comercial. (Imagen de ).

2 Siempre apreciable colega, con horas compartidas en Redacciones periodísticas, sin olvidarse su singular carácter y su amplio sentido del humor… 3 VELASCO, Miguel Ángel en “Huelva buenas noticias”, Huelva, 13 de enero de 2014: . [Consulta: 14-06-2016]. 4 Ibídem. 5 Puede accederse al listado de España en los certámenes internaciones: . [Consulta: 16-06-16]. 6 Puede verse: . [Consulta: 16-06-16].

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nina Azar, Jenny Polanco, Migyekl Genao, Alberto Matey, Carmen Vegas, Marcos. Tanto en espacios europeos y como Latinoamericanos, habiendo estado con base residencial en la República Dominicana durante unos años al tener proyectos tanto en la isla caribeña como en países del continente destacando sus desfiles en pasarela del modisto Eddie Guerrero. 10. Se ha escrito sobre Olivares Mora: “Una persona tierna y humilde. Amiga de sus amigos. Bondadosa. Intenta dar todo lo que tiene y compartir. Posiblemente, la soledad haya hecho de ella una persona más sensible de lo habitual para su edad, más generosa”7.

11. La top-model moguereña ha declarado: “Me adapto per fectamente a todas las personas y lugares, porque soy positiva y pienso siempre que todo va a salir bien”. Analiza países como Colombia o México: “La calle es peligrosa y los sicarios están al orden del día. Rara es la ocasión cuando no pasa algo, hay un asesinato o una explosión cerca de tu hotel, de tu lugar de trabajo”. Y quizás le pesó para retornar hacia tierras europeas y espacios más seguros: “El tirón de la tierra y la seguridad de ésta pudo mucho más que cualquier ambición de fama o dinero”8.

La modelo Irene Olivares luce traje de novia en la conocida plaza de la Iglesia, de Moguer (en el callejero: plaza de Ntra. Sra. de Montemayor). (De ).

12. “En Huelva Información” se publicó con la firma de S. V., hace unos años: “Irene es consciente de que no se llega a ser una top de la noche a la mañana, hay que trabajar mucho y duro, y desde luego a esta moguereña tenacidad no le ha faltado. Adora su trabajo, y aunque a veces ha sentido ganas de dejarlo todo, siempre ha encontrado […] en su familia el apoyo y el empuje necesario para seguir luchando”9. 13. En pantalla cibernética se expresa sobre la protagonista de este artículo: “La perfección y la elegancia llevada a la pasarela. […] Con una aptitud sencilla y centrada con amor y pasión en lo que hace, considera que su mayor fuerte es trabajar cada día focalizada en lo que quiere por lo que siempre está dispuesta a dar mucho de ella sin perder la sensibilidad por encima de sus muchas ocupaciones de compartir por el facebook con amigos e instituciones que valoran su trabajo y trayectoria”10. 14. Sobre su Moguer natal declara: “Me encanta. Lo he echa do tanto de menos cuando estaba en Sudamérica… De pequeña me encantaba correr por sus calles, cantar por ellas. Tenía más amigos que amigas. ¡Con decir que lo que me gustaba era jugar al futbol! Por eso cuando llegaba a casa me ponía los tacones de mi madre y sus vestidos y ante el espejo soñaba con mil cosas”11. 15. Enumerar pormenores de su perfil biográfico desde sus 14 años y en una constante superación, es innecesario en tiempos actuales cuando se puede acceder a su página oficial de “Facebook” (), donde en su apartado de “Información” se pueden leer datos suficientes para ver la continua movilidad de Irene12.

Irene Olivares Mora como Miss Liberty España. (Foto de ).

7 Véase nota 3 anterior. 8 Ibídem. 9 . [Consulta: 14-06-2016]. 10 . [Consulta: 14-06-2016]. 11 Véase nota 3. 12 Su acceso: < https://es-es.facebook.com/Irene-Olivares-Oficial158077527570889/info/?entry_point=page_nav_about_item&tab=page_info>. [Consulta: 20–06–2016]. Revista

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Imagen fotogénica de Irene Olivares. (De ).

16. Dejamos a continuación una serie de ciberdirecciones para quienes deseen acceder a conocer trabajos creativos a través de imágenes audiovisuales diversas y declaraciones de Irene procedente de años atrás, las cuales están comprobadas de encontrarse en la red al 2 de julio de 2016: * Entrevista en: + “Moguer Radio”, efectuada por su directora, la periodista Rosa A. Gómez Hinestrosa: y . + “Huelva TV”, en el Programa “Último Café”, en diálogo con Diego Lopa: . * Vídeos diversos: + Solidaridad a través de su puesto de “Miss Internacional España”: , . + Presencia por España en el certamen de “Miss Universal Peace & Humanity”: , , o . + “Videobook”  o  “videoreel” (Videolibro o vídeocarrete) para Victoria’s Secret: . 17. El orbe artístico es una singladura de dificultades… Quien esto escribe lo conoce desde sus años madrileños allá en los setenta de la centuria del XX. Puedo asegurar que muchos humanos son los que lo intentan y pocos los que logran situarse y los que permanecen. Importante es saber ser y estar, lográndose posicionarse. La moguereña Irene Olivares Mora puede sentirse toda una supermodelo, una top-model. Ha desafiado todo tipo de retos para tener su identidad y lo ha logrado para su propia satisfacción, la de su parcela profesional y su proyección en el entorno con alegría de unos e indiferencias de otros. 18. En el transcurrir artístico, los años pasan y los senderos no son siempre continuos para la estética. Irene lo sabe y procura dentro de sus aprendizajes tener un hueco para mañana. Desea encontrar su parcela docente en el ámbito de la modelística o del management como se diría en término internacional: dedicarse a la formación de personas, de nuevas figuras para la moda o la publicidad, ojear a chicos/as para pasarelas. Enseñarles cuanto ella aprendió durante una continuidad de años tantos para desfiles, interpretación, estilismo, protocolo…

Primer plano carnavalero de I. Olivares Mora. (De ).

19. Irene está en ese deseo del hoy y el mañana. Entre mantener quien hasta hoy fue y supervivir en la pugna profesional o proyectarse a través de otras personas en la misma parcela. Se debate, sabiendo que los años pasan y la estética también en el mercado de sociedad, entre ella de ahora y su devenir… Capacidad tiene para una definitiva decisión… Queda como destacable que top-model ha logrado ser, que cumplió sus sueños de niña. Moguer, su ciudad natal, ha de estar satisfecho de tener una profesional como Irene.

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a sandía de Teresita, el taller de Vicente Faraco y la Plaza de las Monjas cuando era vieja por Jomargo ¡QUE HERMOSA SANDÍA! ¡COMO PESABA! ¡PERO QUE RICA Y DULCE ESTABA!

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Manuel Alfonso Raposo Velázquez, le cuento lo que era para mí su Madre, una mujer muy cariñosa, que traté durante muchos años. Cuando era yo un niño, repartía la prensa a domicilio, ella cocinaba para D. Cayetano Burgos y D. José Parra, -amigo de este-, me daba ella una bienvenida, con mucho cariño y me trataba como a un hijo, me hacía pasar a la cocina, me daba las buenas frutas del tiempo que allí había… Estos pasajes de mi vida, no se olvidan, tenía este tema en mis archivos y hoy se lo dedico a ella y a sus hijos. El mes de Agosto de 1988, era caluroso, salí como todos los días, por la tarde, con mi carpeta, a cobrar, esta tarde me tocaba por la calle Fuente, siempre me llegaba a saludarla, a ella, mi amiga Teresita, hablamos un ratito de todos, le preguntaba por todos los suyos y como se encontraba. Su alegría de siempre de verme no la había perdido, ¿Eres tú, hijo?, me hacía pasar y hablar, me ofrece de todo lo que ella vende en su bodega, yo le tengo que ir diciendo a todo que no, pero esta vez tenía un montón de sandías para vender, me dice “Hoy no te vas sin decirme que sí. Te tienes que llevar una sandía” Mi resistencia no me sirvió de nada, cogió un saco, seleccionó la sandía más grande que tenía, tuve que cargar con el saco y caminar, calle Fuente hacia arriba, me paraban para hablar unos y otros, me saludaban, así hacia el camino hasta atravesar medio pueblo, ¿Cuantas preguntas se harían aquellos que me veían con tan pesada carga? ¿Qué dirían…?, cuando llegué a mi casa, con aquella sandía tan grande que mis hombros había transportado, empezaron los interrogatorios. Les conté que me la había dado mi amiga Teresita Velázquez, que esta vez había cargado, por no dejarla disgustada, siempre le digo que no, esta vez, cogí su bondad que tantas veces se le negaba…

La casa de D. Cayetano Burgos, estaba en la calle Obispo Infante, a la izquierda, la última haciendo esquina con la calle Colón, una casa muy grande, una cancela en la entrada, con su campanilla de llamador, me abría Teresita, “Pichote” o “Yamboy”, yo entraba en aquel salón tan grande, donde había una hermosa gran mesa-camilla, dejaba toda la prensa que llevaba una de cada, ABC, Odiel, Diario Madrid y Ya, y las semanales como Ruedo, Dígame y varias más, en esta casa se reunían unos cuantos tertulianos para hablar de los toros y de otras cosas de actualidad. D. Cayetano Burgos, hombre rico, uno de los más adineraos del pueblo, era muy alto, serio, en su juventud debía haber sido atractivo para las mujeres por su físico, decían de él que había tenido una novia que se llamaba Blanca, que se había peleado con ella y no volvió a tener más amores en su vida, éste era el señor del agua de beber del Cebollar, que la trajo desde su finca en grandes tuberías hasta la ciudad, era el dueño de las dos fuentes que abastecía el pueblo de Moguer, una estaba en la Plazoleta de Escribanos y la otra en la Plazoleta de San Francisco, cualquier habitante podía llenar, cántaros, garrafas estos costaban el precio de quince céntimos, los barriles que los llevaban los animales, costaban treinta céntimos cada uno. Había unos carros con un bocoy muy grande que los llenaban en estas fuentes, no sé cuánto pagaban. Pero sí que estos llevaban unos cantaros metálicos que tenían capacidad para cinco litros de agua, que los vecinos les pedían la cantidad que querían, valían un real por cada uno, para llenar las hermosas tinajas que habían en las casas se necesitaban unas cuantas pesetas, por el distrito de la calle Fuente repartía Félix Soriano y su ayudante Rafael Márquez ”Rafalito el del agua” .Por el otro distrito repartía Francisco Olivares y hermanos “Los Pellizcas”. Revista

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Para lavar las mujeres la ropa, la mayoría no usaban esta agua, les resultaba muy caro, usaban el agua del pozo, que todas la casas tenían uno. Esta agua no hacia ojo, tenía mucha cal, era muy dura, tenían que hacer una colada; encendían una candela, ponían unos ladrillos alrededor, colocaban un barreño grande donde ponían la ropa, ponían un paño, les echaban ceniza del brasero (de la copa) le echaban mucha agua, esta se hervía, cuando estaba preparada la cogían, sacaban todas, después el agua caliente la colaban por un gran trapo donde quedaban las cenizas, el agua limpia la echaban en el lebrillo de lavar y con el lavadero grande de madera, les daban con aquel jabón, que se vendía en unas barras medianas, los correspondientes refregones hasta dejar la ropa blanca y de color limpias y oliendo muy bien. Estas fuentes y sus tuberías desde El Cebollar a Moguer tenían un mantenimiento y el encargado era Vicente Faraco Álvarez, para D. Cayetano era Vicente como de su familia, todos les daban bromas, porque él fue siempre un seguidor de su Atlético de Bilbao, cuando ganaba su equipo les decían todo lo bueno que era, cuando perdía, lo malo que era, pero contestaba él, que allí no había ningún extranjero y que serían estos siempre sus colores. Era este el primero que me compraba el Marca todos los días. Pero Vicente Faraco, era muy querido en la ciudad, su taller y su personal eran en el pueblo muy necesarios, solo había este, los agricultores, los industriales, los albañiles y otros pasaban por el taller de “Vicente Faraco”, Joaquín Quintero (cuñado), Antonio Álvarez (primo), Antonio Domínguez “Ferrer”, y otros que se escapa a mi memoria, trabajaban en este taller y siempre salían remediados en sus trabajos, bien terminados y muy económicos en los precios. Este taller estaba en la calle Sánchez Mora, muy cerca de la Plaza de las Monjas, (paso para mi constante), cuando tenía que reparar la avería de alguna máquina, y esperar para el turno, me asomaba a la puerta del taller, veía pasar a los moguereños nativos, venía a mi mente aquella Plaza de las Monjas con sus bancos de ladrillo visto, el suelo de arena roja, las moreras en el final dela plaza, donde se instalaban la Caseta del Círculo Mercantil y a su lado la Tómbola de la Hermandad de Ntra. Sra. de Montemayor, a continuación aquellas casetas con los toldos en los techos y sus lados, después del riego de la plaza sacaban aquellas sillas y mesas para la Velada familiar de los moguereños, los buñuelos, los “chochos” ya dulce, los puestos de turrones, las cotufas, golosinas y aquellos niños, con una o dos pesetas, en sus bolsillos dando vueltas y vueltas, para ver donde podía gastar y comer, de todas ellas y dejar sus pagas de mucho tiempo, en las Fiestas de la Velada. La calle Sánchez Mora y la Plaza de las Monjas, en aquel tiempo, ya muy viejo, tenía muy pocas industrias o locales oficiales, había una sola carpintería para hacer colmenas en la calle Sánchez Mora. En la Plaza de la Monjas, en la izquierda, más

debajo del taller, estaba el Sindicato junto a la Hermandad de Labradores y Ganaderos, trabajaba Antonio López Murillo y Bonifacio Gómez Hinestrosa y unos cuatro cinco guardas rurales que había para guardar y resolver los problemas que surgían en los campos de Moguer. A continuación estaba el colegio nacional de niñas con su profesora Doña Petra Rincón, esta maestra era muy querida por todas las alumnas. En esa misma acera estaba una bodega muy grande, la Gasolinera de V. López, después propiedad de Félix, en su alto una Escuela Nacional y la estafeta de Telégrafo, su directora era la esposa de D. Pablo Garcia-Izquierdo, que fue algunos años Alcalde de Moguer. A continuación estaba la carpintería de Rafalito “Marina” en una bodega muy grande y al final de la plaza estaba las cocheras de los “Eufrasios”. La Plaza de las Monjas ha recibido muchas reformas y está en mi mente que no se olvida, cuando pusieron aquellos bancos con una losa grande, los jóvenes se paseaban por la Plaza, se cansaban, se sentaban para charlar y pasar el tiempo, al fresco de las noches de verano y comerse un helado de los valencianos. En esta Plaza de las Monjas, fue para muchos semilleros del amor, donde paseaban hacia arriba y abajo, el tiempo volaba, el amor impaciente, esperaba al otro día, llegaban sonrientes, para contar de lo pasado del presente y su futuro, hoy en un largo tiempo ya, alargada la cuerda de los acontecimientos, viven para ir dejando los años uno a uno, caminando ya despacio, pero sonriendo, agradeciendo al pasado y al presente, dejando atrás lo bueno, lo regular y lo malo, contar los recuerdos de tantos años, que algunas veces los sostienen estas cosas, les dan esas nostalgias de lo vivido, pero los años van pasando, dando poco a poco sus caricias, diciendo aquí estamos nosotros, repartiendo a cada uno sus achaques, unos días y otros, su compañera la sombra sigue a su lado, esperando el último refugio, que vendrá algún dia, cuando Dios le diga ven a lo eterno de vuestra otra vida. A LA PLAZA DE LAS MONJAS CUANDO VIEJA La plaza de las Monjas, Le canta a Moguer su belleza, El ladrillo en sus Almenas, Mas al fondo su Fortaleza. Cada rincón del Monasterio, su historia, Sus sombras reposan y se emergen, con la tierra y su gloria, Moguer como suya la retiene. En su canto le dice lo que quiere Y Moguer con su tiempo se vanagloria, Se lo dicen todos, más cada vez, Que grande es su historia. Tu espadaña se divisa y luce, y atrae hacia Moguer Al forastero y lo conduce, Para ver tus cosas, que relucen.

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OMTEMAYOR

25 Aniversario de la Coronación Revista

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Saluda del Hermano Mayor de la Muy Antigua, Primitiva, Real e Ilustre Hermandad Matriz de Ntra. Sra. de Montemayor Coronada y Cofradía del Santísimo Sacramento de Moguer

“Moguer puso todo su Amor y se ha rendido a tus pies. MONTEMAYOR” XXV años después Moguer vuelve a coronar a su Patrona con la ilusión, la devoción, fe y amor que le profesa. No tengo palabras para expresar la satisfacción y la alegría de lo vivido en el mes de Junio, por tanto mi saludo, mi último saludo en esta revista de la VELADA MONTEMAYOR 2016 va dedicado de una manera especial y agradecimiento a todo Moguer, decir Moguer es decir mi pueblo, mi pueblo es decir mi gente, mi gente sois todos los que habéis hecho posible una vez más que el nombre de Montemayor y la fe de un pueblo sea proclamada a los cuatros vientos. Decir mi gente es decir hermandad, compañeros que son amigos y amigos que son hermanos en la fe, es decir juventud, jóvenes que se enfrentan a los tiempos y demuestran valentía. He dicho, digo y espero no cansarme de decir: que Moguer es Montemayor y Montemayor siempre fue, es y será Moguer. Nos volvemos a reunir un año más en torno a Ella, para celebrar su festividad. Con alegría e ilusión volveremos a disfrutar de una nueva velada, de unos días de la Virgen donde en familia y entre amigos gozaremos y brindaremos por la amistad, por la vida, por todo lo que entorno a Nuestra Patrona compartimos, disfrutemos en estos días de su consuelo y presencia en nuestras vidas. Revista

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Para nosotros, la Junta de Gobierno, es un año diferente por varios motivos que nos llevan a reflexionar. Un año en el que a falta de horas hemos trabajado sin cansancio, con la recompensa de un 25 aniversario de la Coronación coronado por el amor de un pueblo. Otro motivo en el que nos vemos envuelto es el sentir de tener que decir adiós a la Ermitaña y familia, que por decisión propia decide dejar su cargo. Gracias familia por los años de servicio que con amor y devoción habéis prestado a Nuestra Patrona, nos dejáis en la tesitura de tener que convocar unos nuevos ermitaños, que no es tarea fácil, la Virgen sabrá recompensar vuestro amor hacia Ella. Y otro de los motivos es el cumplimiento de nuestra segunda legislatura, en breve convocaremos elecciones para una nueva Junta de Gobierno, os invito a que se formen candidaturas que deseen trabajar por Montemayor y para Montemayor. Informo que mi persona y creo que mis compañeros se unen a mí, tenemos claro que no nos volvemos a presentar, por tanto Moguer, hermanos y devotos de la Virgen, animaros y sed valientes que Montemayor es de todos. Agradezco un año más la colaboración de todos, con la que se ha podido hacer realidad los proyectos que esta Junta de Gobierno ha puesto en marcha. Gracias Mayordomos de la Romería 2017 por vuestra valentía, aunque os dejemos a la mitad del camino, sabéis que nos tendréis para lo que os haga falta, y que Montemayor es consuelo y gracia de quien la venera. Os invito y os hago participe de la Novena en honor y gloria de Nuestra Patrona, y de la Función Principal el día 8 de septiembre, día grande para Moguer. Para poder disfrutar y gozar del decoro de estos días seguimos necesitando de vosotros, pedimos que colaboréis con la Tómbola benéfica en honor y gloria de Nuestra Señora de Montemayor. Y como no puede ser de otra manera, os deseo en nombre de mi Junta y en el mío propio unas felices fiestas, donde esté presente el sentir hacia la Madre Celestial, a la que llamamos Montemayor, Madre de Dios y Madre Nuestra. Madre de Dios, Madre mía, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti; más si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre de Montemayor, aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí. ¡MADRE Y REINA CORONADA POR AMOR, PROTEJE A MI PUEBLO QUE TE PROFESA DEVOCIÓN!

Joaquín Luis Domínguez Moreno Revista

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20 días de junio

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por Cayetano Burgos Mazo

esulta difícil desarrollar y resumir en unas pocas líneas un acontecimiento que de por sí ocupa una extensa duración en el tiempo, acontecimiento que se ha estado preparando durante meses, y que cuando llega pasa con una enorme velocidad, sin apenas darnos cuenta, y sólo con el recuerdo grabado en el disco duro de la memoria es posible mantenerlo vivo. Me refiero al XXV Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de Montemayor, cuyos actos principales celebramos el pasado mes de junio en un espacio de tiempo que duró 20 días, 20 días de junio de 2016 que comenzaron el día 5 con el traslado extraordinario de la Virgen a Moguer, y finalizaron el 25 con la Vigilia Eucarística Mariana celebrada en comunión con las Secciones Masculina y Femenina de la Adoración Nocturna. En medio se desarrolló el día 11 una Exaltación al XXV Aniversario de la Coronación en la Plaza del mismo nombre, pronunciada por nuestro Hermano Mayor Joaquín Luís Domínguez Moreno, presentado por su hijo José Domínguez Domínguez, que dio paso a una ofrenda floral, se celebró un Rosario de Acción de Gracias y posterior Besamanos a la Virgen el día 15, y continuó con una procesión extraordinaria el día 18 que Moguer tardará en olvidar. Como dice un conocido refrán una imagen vale más que mil palabras, y eso es lo que pretendo con este artículo, expresar con imágenes todo lo vivido en Moguer el pasado mes de junio.

Venida de la Virgen

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Comienzan a engalanar las calles

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ProcesiónExtraordinaria

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Montemayor , la luz que ilumina el tiempo de Moguer por Nacho Molina Maqueda

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oguer, la siempre bella Moguer. Así fue como me la volví a encontrar. Tan dulce, tan amable, tan hermosa y coqueta como le gusta estar para presumir ante todos. Era Ella, pero más presumida y erguida que nunca. En sus ojos se veía algo distinto, un brillo que descendía desde lo más alto de su torre para alumbrar el camino de lo que estaba por venir. Era el día, su día. La noche donde todo volvería a tomar forma, la oscuridad convertida en un haz de luz al que sucumbía cualquiera que tan solo la avistara a lo lejos. Veinticinco años después, pero como si hubieran sido siglos antes, porque siempre fue igual cuando su Virgen pisó su suelo e hizo de la locura una forma de vivir entre sus vecinos. Pero se notaba que era especial. Moguer decidió vestirse de joven doncella para acoger en sus brazos a la Reina. En sus calles corrían ríadas de nervios que se encontraban en un mar que la esperaba al pie de su majestuosa iglesia. Cuando asomó su delicado rostro entre los últimos regalos del sol para su Dueña, todos lo entendieron una vez más. Fue así por lo que quiso Moguer y la Iglesia de Huelva, colocar sobre sus sienes todo el amor que el tiempo había dejado como herencia a todas las generaciones de moguereños. Porque se trataba de hacer justicia a la verdad

de los pueblos, a lo que sienten y por lo que realmente se conmueven. Ahora que todo se pone en duda es importante dar un grito, alto y claro, un golpe de autoridad para demostrar que jamás se podrá luchar contra lo que nace en el alma. Y así fue. Porque aquella noche de junio sólo hubo una realidad incontestable de todo el pueblo: devoción. Esa por la que moriría cualquier ser humano para contentar su ego y que arremete vílmente cuando ve que nunca habrá final para amar a la Virgen de Montemayor. Una vez más, Moguer dijo Sí a María, y lo hizo con flores de papel como cielo, con su cara ondeando de la imponente forja de sus ventanas y balcones, con arcos para atravesar la puerta del paraíso, con lágrimas de pasión en las mejillas, con la oración de la cuna en sus labios y con todo el clamor que desde el principio de sus días tuvo a su Patrona. Su paso fue como una carabela que abría las aguas de un océano de fe con una oleada de vivas y vítores que nacían donde tienen que nacer. Nada era impostada, todo fue verdad. Mágico el resplandor que rodea su cuerpo al entrar entre la estrechez blanca de sus calles o el horizonte sin final de los vuelos en oro de

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su manto perderse en el contraste de los colores y luces de su noche. La sinfonía la ponía Ella sola, porque sus perfiles rodeados por los tirabuzones de sus cabellos sonaban a la música del cielo. No hubo calle que no temblara cuando pasaba la Virgen de Montemayor, no hubo acera sin una súplica y que no diera gracias, como difícil encontrar una casa que no ofreciera su amor en forma de pétalos. Qué locura de petaladas. Hasta los candelabros de guardabrisas sucumbieron ante el empuje sincero de los moguereños. No le hacía falta, porque Ella es y será la Luz de todo. Fue iluminando cada espacio del tiempo de Moguer. De las gargantas de sus vecinos, un rezo hecho

plegaria con la que entroncó la noche perfecta. Porque en Moguer se canta por derecho, y si es a su Virgen… Si no que le pregunten a la Virgen cómo le cantó María Ángeles Cruzado entre una nube de incienso y un silencio solo roto por los latidos del corazón de su gente. O aquello que se canta porque sabe como poco a Moguer y a Montemayor y que se escribe en barricas de solera en las gargantas de ‘Orujo’. Veinticinco años después, Moguer volvió a devolver todo lo que le ha dado Montemayor. Será difícil relatar noche más auténtica a su lado. Y algunos tuvimos el privilegio y la dicha de contar el día en el que Moguer fue la descripción más fiel de lo que nos espera en la gloria.

Montemayor , Madre nuestra

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por Noelia Sánchez Batista

ontemayor Madre mía, aprovecho la ocasión, y aunque sobran las palabras pues habla mi corazón, te felicito en tu Aniversario, hace veinticinco años que Moguer te coronó. Señora de los Pinares, eres Reina de Moguer, Patrona de un pueblo blanco que te profesa su fe. Tu protección nos ampare como Alcaldesa Perpetua, escucha a tus fieles Madre, oraciones que te rezan, plegarias que te recitan, letanías que te veneran. Con ofrendas de cariño a tu Hijo nos presentas, a quien se acerca a tu Ermita o en la Iglesia te contempla. Eres estrella del alba, lucero de la mañana, luz que disipa tinieblas, atardecer para el alma. Eres pilar que sostienes emociones arraigadas, lágrimas que se desbordan cuando te miro a la cara. Esperanza del que sufre, consuelo para el que calla, faro y guía del caminante, timón y remo en mi barca. Costaleros te llevaban en excelsa Procesión, de extraordinaria belleza, tu rostro se iluminó, y al igual que tu corona relucía como el sol, se engalanaron las calles, Moguer enteró salió a recibirte en su puerta, en su Plaza, en un balcón, te cantaron como ángeles, recibiste la ovación de este pueblo que te aclama, Madre de Montemayor. Lluvia de pétalos se alzaban a tu paso, con el más sublime olor, caminabas entre alfombras, entre jardines en flor. Repicaban las campanas, los cohetes, hasta mi voz, te gritaba en lo más hondo, dentro de mi corazón, que este pueblo que te implora, te coronó por Amor, por Amor a su Patrona Virgen de Montemayor. Revista

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Una realidad del ayer convertida en sueño por Amor por Manuela Quintero Callejo

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nte todo, permitidme transmitiros que para mí es un placer el compartir con todos vosotros y vosotras un breve relato que plasma una de mis experiencias vividas hace años. Mi realidad está vinculada a Nuestra Madre de Montemayor, a la mágica y sublime Velada de sus Fiestas Patronales, y, con vuestro permiso, a mi padre, Juan Quintero Martínez, un granadino (granaino) del barrio del Zaidín que abandonó su tierra -(aunque ibamos unas 4 veces cada año durante toda su existencia)- por el amor que siempre le tuvo a Moguer y a sus ciudadanos/as, pero sobre todo a una moguereña, mi madre, Mª del Carmen Callejo Garrido, y a Nuestra Patrona la Virgen de Montemayor. Este relato real (de hace más de 22 años), hoy en día, se ha transformado en un sueño vital para mí, porque alimenta la llama de la luz que ilumina mis andaduras por este mundo terrenal. Espero que os guste, pero sobre todo, pretendo llegar a vuestros corazones y haceros sentir dos emociones: una, la de empatizar con la niña de antaño que fui, y otra, con la mujer de ahora cautivada por el amor hacia Nuestra Patrona, la Virgen de Montemayor, y enamorada de la vida. Comienzo mi relato:

Un repique de campanas exalta mi corazón, anunciando que Nuestra Madre de Montemayor paseará por su pueblo un año más. Su hermosura y su majestuosidad deslumbrarán con furor divino los corazones de todo/a aquel que la mire con los ojos de la Fe y la devoción. De repente, mi alma se llena de gozo, al divisar a mi padre emocionado al salir de la iglesia, para sellar una vez más sus momentos en soledad con la Patrona antes de su salida. ¡Hija mía! – Me dijo exhausto por tal acontecimiento – nunca olvides que la esencia de un corazón vivo se encuentra en la Fe y en la pasión que has de procesar a la Virgen de Montemayor, raíz del árbol de la vida de todo moguereño/a. Ella es la que da sentido a nuestras vidas, porque es todo amor y comprensión. Ella es la que nos cubre con el manto de la Misericordia que Dios nos concede cada día. Ella es madre de todos/as nosotros/ as, y por ese mismo motivo nunca nos debemos sentir solos/as ¿Ves mi niña a lo lejos los farolillos y las luces? – Me dijo poniendo su mano en mi rostro - ¡Sí papá, son preciosos y están muy altos! – Contesté yo feliz con los ojos cegados por tal resplandor – ¡Si mi cielo!, pues imagina que cada uno de los farolillos representan a cada una de las familias de Moguer, y digo de Moguer, no solo que vivan en Moguer, porque hay moguereños/ as que viven fuera por circunstancias diversas pero

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son de Moguer y sienten a la Virgen igual que si vivieran aquí cada día. – Mirando a su hija a los ojos - ¡Mira preciosa mía!, mira la luz de las bombillas de colores como brillan, pues esa luz representa el perdón y el amor que Dios nos concede llenando de fuerza nuestras almas y de dicha nuestros hogares. – Yo emocionada le sonreía – Ahora cariño, observa la diversidad de casetas, ¿qué crees que representan? – Esperando que conteste ella – pues es fácil papá – contesta la niña -, representan las distintas formas que tienen las familias moguereñas de vivir, la identidad de grupos sociales ante la devoción a su Patrona. – El padre la observa lleno de satisfacción – Ciertamente hija mía, pues todo esto, unido a la convivencia absorta de paz y de cariño de hermandad de todas las personas que sienten a la Virgen de Montemayor, todo esto, es la esencia de la Velada de la festividad a Nuestra Patrona. Hermosa y real introspección de amor y devoción, la que mi padre me transmitió desde la esencia de su Yo moguereño. Tornándose poco después en un acervo de palabras engendradas por mi pluma con verdadero amor y devoción a Nuestra Madre la Virgen de Montemayor. Todo eso y mucho más entraña Nuestra Patrona la Virgen de Montemayor, evidenciándose en el latir moguereño y personificándose en la Velada de nuestras Fiestas Patronales. Mi padre continúa su lección de amor hacia la Virgen y de valores de vida: Cierto es hija mía, que en estos días disfrutaremos, bailaremos, reiremos, comeremos, compartiremos, seremos dichosos, brindaremos, etc..., pero siempre siendo conscientes de que celebramos, en un hermanamiento de convivencia, días de Fe y devoción como buen cristiano por la aparición en antaño de Nuestra Madre, la Virgen de Montemayor. Años después, en un atardecer excelso y místico, paseaba yo por el interior de nuestro suntuoso y emblemático Convento de Santa Clara, cuando al divisar la hermosura del reflujo del sol sobre el claustro principal, apareció una mariposa que destapó un idealizado ¿por qué?, que deslumbró mis ojos y mis instintos. ¿Por qué sueño despierta? Pues porque soñar es recordar el ayer para sentir el presente y creer en un futuro digno de no ser olvidado jamás.

¿Por qué siento que Nuestra Señora de Montemayor es y será mi calma ante mi tempestad. Y por qué solo en Ella encuentro la paz de mi alma, colmándome su mirada de amor para luchar contra mi realidad? Muchos ¿por qué? inundaron mi existir y solamente uno tuvo su fin. Necesito soñar para colmar y superar la dificultad del oscuro ayer y seguir adelante para poder encontrarme algún día con la niña que disfrutaba de la Velada de Nuestra Virgen de Montemayor con su padre. Vivir y disfrutar con su recuerdo ausente de su presencia, en felicidad plena hacia mi Patrona. Esa niña aun lucha por aprender a andar sola por algunos tramos en su vida moguereña. Y sin duda alguna vez aprenderá, pues su vida está inundada de personas como tú, ¡sí, como tú!, personas maravillosas y especiales que la embriagan de cariño cada día. Porque la bondad y el amor son el origen de la esencia humana, solamente debemos creer en ello y ponerlo en práctica con ayuda de nuestra Fe a la Virgen. Solo Ella con su mano puede extender su manto sobre nosotros/as, transmitiéndonos el Amor, la Bondad y la Fe que nos ilumina y nos atenúa el sufrimiento que se cobija en nuestro interior, profanando la calma de nuestro corazón para así, resurgir con fuerza y saber enfrentarnos a las dificultades superándolas con amor y seguridad. Por eso queridos/as míos/ as, con todo el latir de mi corazón quiero entrar en el vuestro, y haceros partícipes de una gran verdad. Nunca olvidéis ni dudéis por orgullo, timidez o temor decir “Te quiero”, y dar un abrazo de amor a vuestro padre y a vuestra madre porque nunca os parecerá suficiente. Y como es designio de Dios, no sabemos qué día finalizará su camino acá en la tierra, o el nuestro. Así, que no perdamos el tiempo y ofrezcámosle amor con acciones, dando gracias a la vez a Nuestra Madre la Virgen de Montemayor por su pureza radiante y su gran amor hacia nosotros/as. Hoy tengo una visión más optimista y global del mundo, y comprendí que merece la pena liberar a mi Yo oculto para vivir feliz esas veladas que le faltaron a mi padre y que yo compartiré con todas las personas que quiero. Pero sobre todo con Moguer y mi gente de acá y de allá, todos unidos por el amor a Nuestra Patrona. Porque ella es amor y todo lo puede y Yo hoy doy fe de ello. ¡Viva Nuestra Virgen de Montemayor Coronada! Revista

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A nuestra Madre de Montemayor

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oguer, blanco y hermoso, allá en el Monte Mayor una ermita se encuentra, en el altar brillando como una estrella está la Madre de Dios y Madre Nuestra.

Virgen bendita, chiquita y bonita como una blanca azucena, y es la Virgen de Montemayor, Madre de los moguereños, Patrona de Moguer.

por María Luisa Flores Hinestrosa

Fandangos al Padre Roca

por Trinidad Cordero Cruz

El quince de junio de mil novecientos noventa y uno, quedó en la historia de Moguer un acto tan hermoso en el corazón de los moguereños, la coronación de nuestra Patrona, Virgen y Madre de Montemayor, Reina de Moguer.

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an devoto de la Virgen eras tú Padre Roca (bis). Esas raices moguereñas que a ti la Virgen te transmite siendo ella la más hermosa.

Que tú lo has querido así Madre de Montemayor (bis). Que yo me entierre el día de tu traslado para hacerme más feliz y estar un ratito a tu lado.

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