Sabella, Messi y Mascherano: Lecciones para analizar el desempeño de un equipo de alto rendimiento

Sabella, Messi y Mascherano: Lecciones para analizar el desempeño de un equipo de alto rendimiento Introducción Al poco tiempo de asumir como directo

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Sabella, Messi y Mascherano: Lecciones para analizar el desempeño de un equipo de alto rendimiento

Introducción Al poco tiempo de asumir como director técnico del seleccionado nacional, Marcelo Bielsa dio una charla a estudiantes secundarios en un colegio de Rosario. Puso como condición que no ingresara la prensa, pero por suerte sus dichos se conocieron. Entre otros conceptos, dijo “los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos. El fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar todo lo que compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es lo secundario, me estaría equivocando”. Por eso es muy probable que si el tiro de Messi que salió besando el poste izquierdo de Neuer en la final hubiera entrado, o si Higuain le hubiera acertado al arco cuando quedó solo, aún estaríamos festejando, alabando al equipo y dejando para otro momento el análisis intelectual de lo sucedido que es precisamente lo que pretendemos hacer en este artículo. Pero el hecho cierto es que el sueño se truncó en una final pareja en la que Argentina tuvo las mejores chances pero no las aprovechó y Alemania lo definió en el alargue.

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De todos modos, existe cierto consenso respecto de que la Selección Argentina aprovechó su oportunidad, “cruzó el Rubicon”i, devolvió al futbol argentino a su lugar y puso de manifiesto ciertos valores que parecían olvidados: humildad, solidaridad, unión y esfuerzo. El objetivo del presente artículo no es analizar los resultados obtenidos, sino la dinámica de interacción grupal, dejando de lado cualquier consideración acerca de las condiciones técnicas de las personas involucradas. Para ello, vamos a utilizar un modelo de evaluación de desempeño de equipos de alto rendimiento con el fin de determinar si los logros mencionados precedentemente fueron producto de la planificación o se materializaron a partir de ciertas circunstancias no previstas. El modelo de análisis Para realizar el análisis utilizaremos el modelo SET (Sincronización de Equipos de Trabajo)ii creado por Socioteciii, una herramienta que ayuda a diagnosticar la situación funcional de los equipos tanto en lo que se refiere a lo visible (profesionalidad de las prácticas, y patrones comunicacionales), como en lo que hace a los fenómenos que no son fácilmente observables (como los perfiles de personalidad de los miembros; los trasfondos relacional y situacional; y los recursos e inhibidores con que cuenta y se enfrenta el equipo). El diagnóstico se realiza en base a cuatro núcleos que son los que se observan en la Figura 1: las características personales que incluyen el estilo personal y los perfiles motivacionales de los miembros, los trasfondos situacional y relacional que condicionan el desempeño grupal y que subyacen a las conductas y prácticas visibles de los equipos, los recursos e inhibidores que afectan, en uno u otro sentido, la eficacia del equipo y de las iniciativas que impulsa y, finalmente, la calidad de las interacciones observables en la superficie, que siempre van a estar influenciadas por los otros tres núcleos.

Figura 1

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A lo largo del análisis, vamos a tratar de identificar variables correspondientes a los cuatro núcleos, tomando como base a los tres miembros del equipo con mayor grado de influencia: Sabella, Messi y Mascherano. Primer núcleo de análisis: las características personales El ejercicio que vamos a tratar de hacer en este punto es conjeturar acerca de los estilos personales y los perfiles motivacionales de los tres líderes. Nuestro modelo identifica los estilos personales combinando dos herramientas: la de Katherine Benzigeriv y la de Robert y Grover Boltonv. La dominancia de alguno de los cuadrantes cerebrales tiene una correlación empíricamente demostrada con rasgos de personalidad definidos, y esos rasgos son fundamentales para identificar tendencias de conductas (a nivel individual), y potenciales complementariedades y conflictos (a nivel grupal). En la Figura 2 se representan los cuatro estilos básicos.

. Figura 2 Alejandro Sabella es una persona reflexiva y tranquila, que no ha tenido a lo largo de su trayectoria grandes conflictos relacionales. Sin dudas, su estilo predominante es el amistosovi y es muy probable que su estilo secundario sea el analíticovii, dada su meticulosidad y tendencia al perfeccionismo. Las personas que tienen esta dominancia tienden a mantener buenas relaciones con los demás, y son poco propensas al conflicto, zona en la que no se sienten cómodos. Quizás esto explique varios hechos: su reacción al minimizar el incidente generado por Lavezzi cuando le tiró agua mientras estaba recibiendo instrucciones, la aceptación de los cuestionamientos del grupo y los pedidos de cambios que tanto Messi como Mascherano le hicieron en varias ocasiones durante el desarrollo de los partidos.

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Nadie puede dudar de las convicciones de Sabella, pero la realidad nos muestra que solo pudo imponerlas cuando las circunstancias se lo hicieron posible. Los planteos tácticos que utilizó Sabella durante la Copa del Mundo fueron muy cambiantes: excesivamente cauteloso en el planteo inicial ante Bosnia, ofensivo con los “cuatro fantásticos” (sistema preferido por los jugadores) en los siguientes partidos y una mutación hacia un esquema conservador (su preferencia natural) aprovechando las lesiones de Agüero y Di María, el cual tampoco fue plenamente sostenido, ya que en los dos últimos partidos incluyó a Agüero para no tener conflictos con Messi. ¿Esto significa flexibilidad o resignación de las convicciones para no generar conflictos? ¿Ejerció un liderazgo participativo o dejó que otros ocuparan su lugar y tomaran las decisiones que le correspondían a él? Preguntas de difícil respuesta. Quizás nos de alguna pista Sebastián Dominguez, el defensor de Velez, quien, en un reportaje reciente en el que elogia mucho a Sabella, dice en un momento: “…Conocí a Alejandro cuando era ayudante de Passarella en el Corinthians. Permanentemente estaba mediando en los conflictos que se generaban debido a la personalidad de Passarella. Antes de un partido me llamó a la habitación en mi carácter de capitán del equipo porque quería comentarme algunas cosas y me contó que le costaba tomar algunas decisiones. Me pareció que, por su bondad, en algún punto sufría ser entrenador.”viii El periodista Román Iucht afirma:ix “Si Passarella no hubiera dejado de ser entrenador, probablemente Sabella hubiera seguido siendo su ayudante de campo”. En la misma línea se ubican las declaraciones de Sabella publicadas en “elintransigente.com”:x “No disfruto de ser el técnico de la Selección Nacional….por otro lado el cargo que ocupo es una gran responsabilidad. Uno está en el medio de muchas situaciones y tiene que tomar decisiones permanentemente”. En función de lo dicho, puede inferirse que la decisión de renunciar con posterioridad al Mundial, aun contando con el apoyo del plantel y de las autoridades de la AFA, haya sido producto del stress personal que le generaba el puesto. Es muy probable que Javier Mascherano también comparta las características del estilo amistoso. Es un ejemplo de solidaridad que encarna las mejores virtudes de un trabajador de equipo. No han trascendido, en relación a él, conflictos con la autoridad o con sus pares a lo largo de su carrera y ha sido invariablemente elogiado por todos los entrenadores que lo han tenido bajo su mando. A Mascherano no le gusta la palabra líder: “Yo no soy un capitán al que le guste hablar demasiado sino que trato de predicar con el ejemplo (…) que me sigan por mis actitudes y no por mis palabras (…) No creo mucho en la palabra líder (…) Creo que en un equipo hay muchos líderes y (…) cada uno se manifiesta de diferentes maneras. Yo trato de manifestarme con el ejemplo” xi

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Como se infiere de estas palabras y de la simple observación de su comportamiento en los partidos, su liderazgo se sustenta en la capacidad de esfuerzo y de compromiso y en el hecho de ser un ejemplo inspirador para los demás, tal como lo demuestran las declaraciones recientes de la nadadora Pilar Geijo: xii"Nadamos en pelotón, recibí un codazo en la nariz, me empezó a sangrar, estaba asustada, me puse a llorar y entré en crisis pensando que tenía rota la nariz...mi entrenador me puso un cartel desde el bote que decía: "Pensá en Mascherano". En ese instante Pilar recordó el episodio frente a Holanda en semifinal de Brasil 2014, cuando el jugador del Barcelona saltó para cabecear y su cabeza impactó con la del holandés Wijnaldum. La nadadora dijo que sintió una fuerza que le permitió no sólo seguir adelante, sino además ganar la carrera que la consagró campeona del mundo” Mascherano siempre mantuvo su ego bajo control, al punto que tomó la iniciativa de cederle la capitanía de la Selección a Messi, (lo que resulta consistente con su idea que sostiene que un equipo hay muchos líderes) aunque siguió ejerciendo el rol en forma subsidiaria, sobre todo en aquellas situaciones motivacionales que tanto le cuestan a Lionel, debido a sus limitadas competencias comunicacionales. A diferencia de Messi y del mismo Sabella, Mascherano posee el carácter necesario para ser líder, entendiendo como tal la disposición a asumir dicho rol, aunque se trate de un liderazgo basado en el estilo que acabamos de exponer, al que podríamos denominar liderazgo testimonial. Lionel Messi reúne todas las características del estilo analítico, debido a su extrema introversión. Obviamente compensa con creces su falta de carisma a través de sus extraordinarias prestaciones futbolísticas que lo convierten en una referencia técnica para sus compañeros. Si bien no es una persona conflictiva, para que rinda al máximo, tal como dijo Guardiola en varias oportunidades, “necesita estar contento”. Es claro que si pudiera evitar todas aquellas situaciones que le implican hablar en público lo haría con mucho gusto. Messi se hace oír en la intimidad del grupo y sin pedir nunca nada, comenzó a deslizar sus gustos futbolísticos durante las Eliminatorias y a dejar en claro que prefería un equipo más agresivo, incluyendo como titular a su amigo el Kun Agüero. Sabella dejó de lado sus propias preferencias tácticas y le dio el gusto. Los resultados acompañaron y así llegamos al Mundial con un equipo que en teoría era muy fuerte ofensivamente y débil en los aspectos defensivos. Es justo reconocer que al cabo de la primera ronda en la que Messi tuvo un protagonismo casi excluyente, cuando el equipo se replegó y los delanteros tuvieron que recorrer muchos más metros para llegar al arco rival con poca compañía, se adaptó y trató de aportar lo suyo, más allá de sus típicas intermitencias y desconexiones. El mismo Sabella lo reconoció explícitamente al recibir un reconocimiento en el Congreso, después del Mundial:xiii “En la segunda parte del torneo (…) Messi entendió que teníamos que

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jugar de otra manera. Sacrificó su lucimiento personal en aras del equipo. Puso al equipo por encima de él, en beneficio del futbol argentino. Eso es altruismo. Eso es generosidad” Pero es interesante observar como articula Sabella su razonamiento, sobre todo, el uso de la palabra “entendió”, uso situado temporalmente en la segunda fase del torneo; lo que sugiere que antes no lo había entendido. Podríamos conjeturar que eso que Sabella llama “entender” haya implicado, para Messi, aceptar que no iba poder alcanzar lo que todos esperaban de él, y lo que posiblemente haya sido su sueño más íntimo: refrendar con una actuación personal extraordinaria, su condición de mejor del mundo. Messi, a diferencia de Mascherano, no estaba movilizado por las épicas colectivas, aunque pudo adaptarse a cumplir un rol que no le gustaba. Messi tiene que sobrellevar la pesada carga de ser aquél a quien más se le exige. Pero es natural que así sea: como en la parábola de los talentos, más se le pide a quien más se le dio. Y sin duda alguna, el don de Messi es extraordinario. Cuando se da esta mezcla de estilos en los conductores de un grupo (dos amistosos y un analítico), es posible que se genere la dinámica del “triunvirato”, en la cual el poder de decisión se va desplazando entre los miembros. Difícil que esto hubiera ocurrido si uno o más de los involucrados hubiera tenido un estilo directivoxiv, que se caracteriza por su tendencia a imponer su punto de vista a los demás. Es importante puntualizar que si bien Sabella y Mascherano comparten el mismo estilo amistoso, se diferencian notablemente por lo siguiente: Mascherano es una persona que representa cabalmente las fortalezas de su estilo personal (digno de confianza, solidario y orientado al grupo). Pero a pesar de ello, es alguien que dice lo que piensa y no se paraliza frente a los conflictos. En cambio, Sabella comparte los mismos rasgos propios del estilo amistoso, pero a la hora de actuar incurre en los riesgos típicos que surgen como consecuencia de no usar adecuadamente las fortalezas. Esto se traduce en el hecho de ser demasiado permisivo y evitar los conflictos a costa, incluso, de afectar el desempeño de las tareas. Dentro del primer núcleo (características personales) también están incluidos los perfiles motivacionales. Todos sabemos que el desempeño está estrechamente vinculado con la motivación. El problema consiste en definir qué entendemos por motivación y descubrir qué es lo que moviliza a cada persona en particular. Nuestra herramienta se apoya en analiza cuáles son los móviles dominantes de las personas, partiendo de cuatro tipologías: material, bienestar, expresiva y búsqueda de sentido.xv Surge claramente que el área material no es una motivación predominante en ninguno de los tres personajes, ya que el nivel de ingresos es sumamente elevado. Quizás en el caso de Sabella, la búsqueda de afianzarse en su profesión (de hecho fue uno de los entrenadores peor

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pagos de la Copa del Mundo) sugiera la presencia del área material evolutiva como una de sus fuerzas motivacionales. Es bastante probable que las áreas motivacionales predominantes en Alejandro Sabella sean la de sentido existencial y la de bienestar vivencial. En la búsqueda de sentido existencial las personas se sienten movilizadas por todo aquello que sugiere una sensación de “vida valiosa”, ya sea a través de aportar una contribución de algún tipo al tiempo y lugar que les ha tocado en suerte, ya sea realizando o estando a la altura de las oportunidades y potencialidades que tienen. Dirigir a Argentina en un campeonato mundial es sin lugar a dudas el objetivo máximo al que puede aspirar alguien que trabaja como entrenador. No hace falta mucho esfuerzo para visualizar el sentido de la tarea a emprender. Por otro lado, las personas motivadas por el area que denominamos bienestar vivencial tienden a mantener relaciones armoniosas con los demás, aprecian la transparencia y la sinceridad y tienden a quitarle dramatismo a las cosas. Todas estas características son consistentes con el estilo amistoso que prevalece en Sabella. En el caso de Mascherano, intachable en cada aparición pública y en cada gesto privado, la principal motivación (que encuadra en el dominio del sentido, con elementos tanto existenciales como trascendentes) pasaba, desde el punto de vista de los logros, por alcanzar el sueño de trasponer la barrera de los cuartos de final, objetivo frustrado en sus dos últimos mundiales (Alemania 2006 y Sudáfrica 2010). Pero hay algo en la personalidad de Mascherano que va más allá de los resultados y que está relacionada con su vinculación con el deber. Para respaldar la idea que sugerimos (el deber como eje estructurador de los móviles personales) veamos estos dichos en los que el propio Javier se explica a sí mismo:xvi “Uno tiene siempre que estar comprometido con lo que hace (…) a la larga, más allá que uno siempre juega para ganar, cuando lo hacés con compromiso tiene un sabor diferente (…) Es lo que quiero inculcar a mis hijas, que cualquier cosa que hagan, lo hagan con compromiso (…) El brindarse está dentro de lo que uno tiene que hacer” . Su madre dice de él:xvii “Siempre fue así, de chiquito; él jugaba el sábado y, si tenía que jugar el domingo, se iba a dormir tempranito. Siempre fue así”. Esta relación con el deber, la responsabilidad y el sacrificio se asocian con una épica que trasciende al resultado y es típica de su perfil motivacional. Su famosa arenga a Romero antes de los penales contra Holanda (“Hoy te convertís en héroe”) puede llegar a interpretarse como una proyección de su propio objetivo. Hay indicios que manifiestan la presencia del area de bienestar vital en Messi, dada su necesidad de compartir espacios solamente con aquellas personas con las que tiene una relación de amistad.

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En párrafos anteriores conjeturamos que el estilo predominante en Lionel Messi es el analítico. Habitualmente existe una correlación entre dicho estilo y el área motivacional denominada expresiva identitaria, que significa la tendencia a poner en juego su identidad en cada cosa que hacen. Valdano dijo en 2007: “Uno hace fuerzas para no compararlo con Maradona, pero este chico no ayuda”. La inevitable comparación con Diego y la posibilidad de convertirse en el mejor jugador de la historia del futbol son parte de este perfil motivacional. Las personas con estas características tienden al perfeccionismo y suelen tener bloqueos que los tornan improductivos y les generan algunos padecimientos. La profunda tristeza en el rostro de Messi cuando le entregaron el premio al mejor jugador de la Copa del Mundo, nos hizo recordar una escena de la película “Apolo 13”:xviii cuando el comandante Jim Lovell recibe la orden de cerrar las llaves reguladoras de combustible para bloquear la pérdida y toma consciencia que ello implica la imposibilidad de cumplir con la misión para la que se había preparado toda su vida, le dice a sus colegas: “Hemos perdido la Luna”. Quizás Messi haya tenido la misma sensación cuando terminó la Final. Segundo núcleo de análisis: los trasfondos El segundo núcleo de análisis está orientado a explorar elementos que subyacen a las conductas y prácticas visibles de los equipos, y se relaciona con dos clases diferentes de trasfondos que condicionan el desempeño grupal. El desempeño de cualquier grupo humano está siempre condicionado por su trasfondo situacional, es decir, por un conjunto de circunstancias que imponen exigencias y tensiones. En el modelo SET de Sociotec se analizan tres elementos que conforman el trasfondo situacional: a)Las expectativas de desempeño que rodean al grupo: podemos imaginar que existió unidad de propósito. Pero: ¿cuál era ese propósito? ¿”Cruzar el Rubicón” (pasar los cuartos de final)? ¿O ganar el torneo? b)Los diferentes puntos de vista sobre cómo alcanzar lo pretendido: ¿Jugar pragmáticamente en función de los rivales? ¿Jugar ofensivamente, siendo protagonistas independientemente del rival de turno? ¿O jugar de cualquier forma, pero respetando una identidad o estilo concreto? c)Alineamiento entre las expectativas particulares y las del grupo: Parecería que Messi, en particular, tuvo que pagar un alto precio personal para allanarse a las expectativas grupales, y que Sabella siempre tuvo que conciliar entre los esquemas y actores que tenía en mente y las expectativas de rol de algunos jugadores. Todo sugiere que el liderazgo compartido y los estilos personales de los referentes dieron lugar a un trasfondo caracterizado por la buena voluntad para evitar los conflictos, que podrían

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haber surgido a partir del desalineamiento de expectativas y puntos de vista. Sin embargo, el costo de esta situación parecería haber sido la falta de una identidad o estilo definido. El trasfondo relacional incluye los niveles de confianza y respeto recíprocos, el estilo de uso del poder y los estereotipos de comportamiento grupal. Puede suponerse que no hubo problemas de convivencia importantes entre el grupo de jugadores. Todos han ponderado la calidad humana de Sabella, hecho que está fuera de discusión. Pero respecto del nivel de respeto profesional, la autoridad técnica del entrenador quedó debilitada a partir del planteo desafortunado con el que inició el partido contra Bosnia. Es justo mencionar que esas diferencias no condujeron a enfrentamientos de tipo personal, sin dudas debido a la personalidad no confrontativa de Sabella. Es probable que la exclusión de Banega de la lista definitiva también haya afectado el clima de confianza hacia el entrenador, porque nunca estuvieron demasiado claras (al menos públicamente) las razones de dicha decisión. El uso del poder por parte de Sabella nunca fue autoritario porque eso no condice con su estilo personal. Las personas con estilo amistoso tienden, naturalmente, a utilizar prácticas de conducción más cercanas a la participación y a la delegación. Sin embargo, daría la sensación que, en vez de delegar, Sabella, en algunos momentos directamente dejó de ejercer la autoridad y ese espacio fue ocupado por Messi y por Mascherano. Finalmente, dentro del trasfondo relacional se encuentran los estereotipos de comportamiento grupalxix, que son los que determinan los patrones de interacción y el impacto potencial sobre el desempeño y sobre la influencia que el individuo puede ejercer dentro del grupo. Los estereotipos surgen de la conexión de distintos atributos (características, creencias, comportamientos) y pueden tener un sesgo positivo o negativo. Sabella representa un estereotipo “integrador”, el cual, en general, tiende a propiciar un buen clima interno y a favorecer la ampliación de las posibilidades del grupo en lo que hace a funcionar efectiva y armónicamente. Más allá de las declaraciones de compromiso, al único entrenador al que Messi le manifesto su afecto en público fue a Pep Guardiola. Era muy chico con Pekerman, lo separaba un abismo generacional de Basile y ni Batista ni el propio Maradona terminaron de encontrarle la vuelta. Luego de salir campeón mundial Sub 20, el único momento de alegría que tuvo Messi con la Selección fue la coronación en los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008. En esa selección sub 23, que ganó la medalla de oro caminando, Messi estaba rodeado de amigos como Mascherano, Ustari, Aguero, Lavezzi y Zabaleta y pronto se incorporaría un nuevo socio con el que andaría un largo camino: Angel Di María.

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Es evidente que el rendimiento de Messi se potencia cuando juega con gente con la que tiene afinidad personal. Esto encaja a la perfección en el estereotipo “fragmentador”, que tiende a promover el funcionamiento de subgrupos basados en afinidades. El mismo impacto positivo se produjo en el Barcelona, plantel en el cual Messi tiene afinidades muy marcadas hacia Dani Alves y Neymar y muy buena relación con los “históricos” Xavi, Iniesta, Busquets y Piquè. Los jugadores que tuvieron cortocircuitos relacionales con Messi, como, por ejemplo, David Villa y Zlatan Ibrahimovic, terminaron fuera del club. Otro ejemplo que apoya esta hipótesis es el siguiente: en el Mundial de Sudáfrica, la Brujita Verón era uno de los jugadores más afines a Messi, tanto dentro como afuera de la cancha. Con el correr de los partidos, Verón tuvo cada vez menos participación y ante Alemania no jugó ni un minuto. Sin dudas, Lionel hubiera preferido tenerlo a su lado en la cancha. Javier Mascherano representa un estereotipo positivo. Es el “socio” que siempre está dispuesto a colaborar con cualquier miembro del grupo más allá de afinidades o diferencias personales. Escucha las opiniones de todos y tiende a enfocarse y resaltar las coincidencias antes que las diferencias. Tercer núcleo de análisis: los recursos e inhibidores Un elemento muy importante para analizar la eficacia de los equipos es entender cómo aprovechan y potencian sus recursos y cómo gestionan sus inhibidores. Los recursos y los inhibidores son las dos caras de una misma moneda. Por ejemplo, si existe una gran dotación de talentos, hablamos de recursos; si el talento es muy escaso, hablaremos de inhibidores. Cualquier equipo de alto desempeño cuenta, en mayor o menor medida, con diferentes recursos: a)Recursos humanos: Nivel de talento, complementariedad, conocimientos y disponibilidad. b)Tiempo: Para afianzar una forma de interactuar y para desarrollar las tareas que le permitan cumplir con los objetivos c)Identidad: Forma de actuar que deviene no solo de una “visión” sino del afianzamiento que resulta de la práctica. d)Prestigio: Recurso intangible que surge de los integrantes del equipo, su trayectoria individual y los logros conseguidos en forma conjunta. La dotación de jugadores depende, en buena medida, del azar; por eso suele hablarse de “épocas de gloria” o “generaciones doradas”. La mayoría de los expertos coincidieron en que la selección argentina 2014 contaba con una cantidad de talento excepcional. La duda ha quedado sembrada respecto de la disponibilidad: ¿Estaban Higuaín y Palacio en condiciones de

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llegar y ponerse en buena forma? ¿Estaban Agüero y Gago en un buen momento físico y futbolístico? Cuando definió la lista, Sabella eligió a los jugadores que le brindaban la mezcla de prestaciones futbolísticas que prefería. La composición de la lista siempre es un tema discutido y sobre el que todo el mundo cree tener fundamentos para opinar. Lo cierto es que Sabella eligió, por ejemplo, llevar cinco delanteros (seis si consideramos a Di María dentro de esta definición) de los cuales solo uno entraría en la tipología denominada “delantero de área” (Higuaín). Esta elección, sumada a las lesiones de Agüero, Palacio y Di María fueron acotando las opciones del equipo. El tiempo siempre es una restricción importante en las selecciones nacionales. La falta de disponibilidad de los jugadores dificulta la consolidación de un estilo. Sabella contó con el período de las eliminatorias, las dos semanas previas al mundial, y el transcurso de los propios partidos del evento para establecer una identidad. Probablemente, la escasez de tiempo sumada a una mirada pragmática respecto del estilo de juego, se potenciaron creando una restricción. Finalmente, Argentina llegó al mundial con un prestigio proveniente de la calidad individual de sus jugadores y no de la eficacia de un sistema de juego. El prestigio genera respeto y precauciones en los rivales. En los partidos de la primera rueda, ese respeto se tradujo en planteos muy defensivos por parte de los adversarios, planteos que Argentina tuvo muchas dificultades para vulnerar. Pero, a medida que se fue encontrando con equipos de mayor jerarquía, pesó más el respeto de Argentina hacia sus adversarios que lo opuesto. Cuarto núcleo de análisis: la calidad de las interacciones Cualquiera sea la actividad específica de un equipo de trabajo, la clave de su rendimiento está asociada a la calidad de las interacciones que vinculan a los miembros con el fin de lograr ciertos objetivos. Se trata de fenómenos de superficie, es decir, la parte visible del iceberg. Tales fenómenos se asocian con tres prácticas genéricas: toma de decisiones, coordinación de acciones y resolución de conflictos o diferencias. En cualquier equipo de alto rendimiento hay que tomar dos clases de decisiones: estratégicas y tácticas. En un equipo de futbol hay dos decisiones estratégicas casi excluyentes: cuál será el estilo (la manera de jugar); y cuál será la nómina de jugadores que lo llevarán a la práctica. Respecto del estilo, dice Marcelo Bielsa:xx “La función que tenemos es tratar que un equipo tenga forma, que responda a jugar de una manera determinada. Nosotros entendemos el estilo como el modo elegido para resolver las situaciones que se presentan en un partido. Se trata, simplemente, de elegir determinadas herramientas que constituyen una forma de jugar (…) Hay varios estilos para jugar al futbol (…) El estilo está emparentado con la particularidad, con la forma de ser del que transmite. El que transmite cree en el estilo que está comunicando (…) El futbolista, para aceptar a un entrenador, tiene que creer que lo está convenciendo

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respecto de un camino en el que el entrenador cree (…) Hay varios estilos distintos; lo que no hay es entrenadores que triunfen aplicando ideas en las que no creen firmemente” A partir de la definición del estilo, el responsable elige los intérpretes para ponerlo en práctica. En el caso de la selección argentina, queda la sensación que la presencia de un conjunto de intérpretes indiscutidos (cinco o seis jugadores de elite) condicionaron la definición del estilo, invirtiéndose el proceso lógico de las decisiones estratégicas. Además de la amenaza que representan las figuras excluyentes, a la hora de tomar decisiones estratégicas, existe otro problema que tiene que ver con los sesgos propios de la personalidad del técnico: podemos ilustrar este punto con el ejemplo de la exclusión de Carlos Tevez. Hace pocos días, en el Gran Premio de Monza 2014 coincidieron Carlos Tevez y Gonzalo Higuain y se mostraron públicamente de una manera muy amistosa. El mismo fin de semana, Messi concurrió en Milan a un evento de Dolce & Gabbana y de repente apareció Carlitos Tevez, aquel al que, supuestamente, el cerrado grupo de la Selección lo dejó afuera de la Copa del Mundo. Sin embargo, hubo sonrisas, abrazos y una prolongada charla privada. El propio Tevez subió a Twitter la foto del encuentro, lo que se convirtió en un indicio del retorno del Apache a la Selección nacional luego de más de cuatro años de ausencia. Sabella se mantuvo firme en su decisión de no citar a Tevez a pesar de las presiones de Grondona a tal punto que llegó a amenazar con su renuncia en los momentos previos al Mundial. La opinión pública coincidió en interpretar que Sabella tomó esa decisión presionado por los referentes del grupo (especialmente por Messi) para no afectar la buena convivencia. Incluso se llegaron a hacer algunas analogías con la exclusión de Ramón Díaz del Mundial de Mexico 1986 debido a la presión que ejerció Maradona sobre el entrenador Carlos Bilardo. Era evidente que la exclusión no obedecía a razones futbolísticas, ya que Tevez había culminado una excelente campaña con la Juventus y por sus características, era el suplente perfecto de Higuain. Las circunstancias ocurridas durante el desarrollo del Mundial hicieron mucho más notoria la ausencia de Tevez. Es cierto que hubo roces durante la Copa América Argentina 2011 debido a la fuerte personalidad de Carlos Tevez. Pero los hechos de estos días demuestran que esas diferencias quedaron en el pasado o que, quizás, nunca tuvieron la magnitud que se les atribuyó. Antes de viajar a Alemania para dirigir su primer partido como entrenador de la Selección nacional, Martino afirmó: “Tevez es convocable. Los jugadores que no estuvieron tienen todas las posibilidades. A veces, los mejores coinciden en un solo lugar de la cancha. Y no le encontrás

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la vuelta para que alguno vaya al banco. Para mí, eso es lo que pasó con Tevez, Messi, Agüero e Higuain. Todos son 9". Su referencia fue estrictamente futbolística y nos hace reflexionar acerca de la decisión de Sabella. Todo parece indicar que Sabella no quiso enfrentar el conflicto potencial aun cuando las diferencias no tenían la profundidad que todos suponíamos. Y con esa conducta evitativa privó al equipo de un recurso muy valioso. Lo que debe hacer un líder es tomar las decisiones que cree correctas y enfrentar las consecuencias. Las decisiones tácticas son (por naturaleza) adaptativas. Obedecen a las circunstancias que se van presentando a lo largo de un torneo o un partido, en función de las capacidades o los planteos de los rivales, las lesiones, las expulsiones, el resultado transitorio, el rendimiento observable de tal o cual jugador; etc. El problema es que las decisiones adaptativas se basan en una manera de observar o interpretar lo que está pasando en el campo, y toda interpretación es subjetiva y opinable. El problema de las diferencias de perspectivas que son connaturales a las decisiones tácticas (adaptativas), se acentúan cuando se dan en un marco de exagerado pragmatismo en lo que respecta al estilo. Es decir, cuando no hay un marco estratégico compartido. El ejemplo que surge y que dio origen a un conflicto que alteró el clima del equipo, fue lo ocurrido en el debut de Argentina en la Copa. En el primer tiempo, el seleccionado argentino jugó muy mal, no creó situaciones de gol y se puso en ventaja gracias a un gol en contra de Kolasinac. Las caras de los jugadores cuando se retiraban hacia el vestuario expresaban una evidente contrariedad. Para el segundo tiempo, Sabella cambió el esquema. Sacó a Campagnaro y a Maxi Rodríguez y mandó a la cancha a Fernando Gago y Gonzalo Higuaín. Entonces, comenzó la remontada y, de a poco, la Argentina hizo pie en el partido. Lionel Messi, con un gol de esos que hace en Barcelona habitualmente, puso el 2 a 0 parcial y le dio oxígeno al seleccionado. Ni bien terminó el partido, Sabella hizo una autocrítica en caliente y le apuntó al esquema elegido: "A veces, los errores son míos". Desde el final del partido en el Maracaná, Messi dejó en evidencia su malestar por el planteo que intentó el entrenador. El día siguiente al partido, en la conferencia de prensa, se mantuvo firme en su postura crítica: "Somos Argentina y tenemos que estar bien nosotros sin fijarnos a quien tenemos enfrente. En el primer tiempo hicimos cosas que no estábamos acostumbrados. Alejandro también se dio cuenta y lo cambió para el segundo tiempo, cuando jugamos como nos gusta jugar".xxi Pero el rosarino no fue el único jugador que dejó en claro su postura: Agüero, Di María, Higuaín y hasta el tercer arquero Andújar expresaron opiniones muy parecidas.

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Las declaraciones de Mascherano fueron fieles a su espíritu integrador y positivo: “Leo no es alguien cerrado que solo quiere jugar con un esquema táctico. Y tampoco hay que caerle como se le ha caído a Alejandro. Porque más allá de que hubo un cambio en el segundo tiempo, nosotros somos los que jugamos. La responsabilidad es compartida, no solo del entrenador. Los jugadores en ningún momento llevamos la pelota donde correspondía. La modificación en el final, además, en gran parte, es mérito de Alejandro. Porque es muy meritorio meter dos cambios en el entretiempo cuando vas ganando un partido de debut del Mundial. Él pensó que el equipo iba a jugar mejor. Eso es tener no sólo un técnico inteligente, sino también honesto. Que no le importa el qué dirán sino el bien del equipo”xxii, concluyó. La respuesta de Sabella fue fiel a su estilo amistoso no confrontativo: "No me molestaron en absoluto las apreciaciones de Lionel. Son cosas que ya las había dicho, no hizo más que reiterarlo y lo hizo con mucho respecto", manifestó el entrenador. En el mismo sentido, señaló que la preferencia de Messi por un esquema más ofensivo "es algo que ya sabíamos". "Vivimos en un clima de cordialidad y respeto, se respira un gran espirítu de grupo en el plantel", insistió Sabella. El técnico indicó además que habla de fútbol con los jugadores. "Es bueno tener ida y vuelta: ellos aprenden del entrenador y viceversa", advirtió. La resolución de conflictos siempre pone a prueba la autoridad de los líderes. Phil Jackson, el mítico entrenador de la NBA, dice al respecto: xxiii“El entrenador que intenta aplacar a las estrellas del equipo y convertirse en su mejor amigo está condenado al fracaso…Aprendí a suavizar mi ego y a distribuir el poder lo más extensamente que pude sin renunciar a mi autoridad en última instancia…Suavizar el ego no significa convertirse en un blandengue”. Gerardo Martino, el nuevo técnico de la selección nacional, afirmó hace pocos díasxxiv: “Para mí hay cuestiones que el grupo le puede plantear a un entrenador, pero hay cosas que tienen lógica y hay otras que no la tienen. No siempre son válidas las ideas que presenta el grupo (aunque sean 4, 5 o 6 que se pongan de acuerdo) (…) Porque si no terminamos en esta historia que los jugadores terminan diciendo quienes vienen y quienes no vienen”. El proceso de tratamiento de problemas en la selección argentina, pareció seguir la lógica de evitar a toda costa de los conflictos, en vez de enfrentarlos. La calidad de la coordinación es, probablemente, el principal aporte que un entrenador hace a su equipo. Así como en un equipo gerencial se busca la coordinación a través del diálogo y los compromisos que de ahí surgen, en un equipo de futbol la coordinación está relacionada con la armonización de movimientos. El lenguaje de un equipo gerencial es la palabra, fluyendo en una dinámica secuencial donde se habla por turnos, rebatiendo argumentos previos o aportando a los mismos. Las voces no se superponen. En un equipo deportivo, al igual que en una orquesta, la interacción no es

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secuencial sino polifónica. En el ámbito musical, la coordinación proviene de una partitura, es decir, de una forma de lenguaje que armoniza a los ejecutantes. En los deportes colectivos, el lenguaje articulador es una dinámica de movimientos practicada una y mil veces, pero dejando espacio para la improvisación. Coordinar, en síntesis, significa utilizar una serie de mecanismos (autoridad, normas, objetivos, procesos, movimientos, etc.) que recortan en la justa medida la libertad de los individuos en aras de alcanzar el propósito grupal. Lecciones aprendidas de la experiencia de la Selección Nacional a la luz del Modelo SET Del caso que hemos analizado, se desprenden algunas conclusiones que resumiremos a modo de síntesis: El desempeño de un equipo (en este caso particular de un equipo de alto desempeño deportivo) depende tanto de variables controlables como de variables que están fuera del ámbito de control, llegando a ser, en algunos casos producto del azar. En cuanto a estas últimas circunstancias, el equipo argentino tuvo, de acuerdo a la opinión de los expertos, una infrecuente cantidad de talento disponible, una suerte no desdeñable en lo que hace a la programación del torneo y a la cuestión logística (viajes), una dosis combinada de circunstancias favorables y desfavorables en el juego (muchas situaciones no concretadas, penales no cobrados, etc.), y bastante mala suerte en lo que hace a lesiones (sobre todo por la relevancia de los jugadores involucrados). Dicho esto, conviene concentrarse en las variables controlables que son las que pudieron ser gestionadas. El modelo SET analiza: a) la mezcla de características personales que convergen en el equipo y la dinámica de complementariedades y tensiones que esa mezcla dispara; b) la gestión de las condiciones de trasfondo; c) la gestión de los recursos e inhibidores; y d) la articulación del talento disponible, considerando la calidad de las prácticas observables. Las lecciones que se desprenden del análisis son las siguientes: a) La mezcla de personalidades de los principales referentes de un grupo es un factor muy relevante para determinar, no solo, qué características adopta el liderazgo y cómo circularán las relaciones en el grupo, sino también, para unificar móviles diversos y lograr coincidir en un propósito unificado y en un “estilo” de acción. La implicancias de las características personales que desarrollamos en el primer núcleo de análisis (estilos personales y perfiles motivacionales) sobre los estilos de liderazgo son las siguientes: Sabella es una persona que privilegia la armonía grupal, dispuesta a compartir su liderazgo con otros, especialmente con los referentes si esto genera acuerdo y diluye posibles conflictividades. Mascherano siempre tratará de liderar con el ejemplo y tendiendo a cooperar. Messi no tiene perfil ni vocación de líder, lo que genera una tensión relacionada con el enorme “capital simbólico” que le

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otorga su prestigio y sus logros personales. Sin embargo, sin buscar enfrentamientos, cuando su motivación de bienestar y de expresión de su talento lo haga necesario, ejercerá el poder que ese capital le otorga. Las implicancias relacionales surgen de la tendencia a la armonía, que resulta muy manifiesta en Sabella y Mascherano, y de la posible tendencia de Messi a distanciarse antes que a enfrentarse. El capital simbólico de Messi es un arma que transforma su distanciamiento en una amenaza latente para el grupo o para algunos miembros de este. Finalmente, las implicancias que tienen estas características individuales en lo que hace a la posibilidad de unificar propósitos y estilos (puntos de vista sobre “cómo” lograr lo que se persigue) son complejas para Sabella, ya que siendo una persona que tiende a la estructuración detallada, no parece caracterizarse por imponer su estilo preferido de juego, dada su necesidad de lograr consensos y climas armónicos. Mascherano siempre tenderá a cooperar y tratará de asimilar no solo los estilos y esquemas que crea convenientes para el equipo, sino que hará el esfuerzo por adaptarse a roles personales no habituales que le sean asignados, como lo muestra su esfuerzo por cumplir adecuadamente en la posición de defensor central que le asignó Guardiola en el Barcelona. Ahora bien, cabe preguntarse ¿qué dinámica grupal emerge cuando juntamos los estilos individuales de estos tres referentes?. En principio, podemos conjeturar que se produce una situación en la que priman dos necesidades: por un lado, la búsqueda de la armonía como un requisito asociado al bienestar vivencial antes que como requisito esencial para el funcionamiento del equipo en la cancha y, al mismo tiempo, la necesidad de mantener integrado y contento al miembro potencialmente más valioso (en términos técnicos y de generación de resultados) como algo casi imperativo. Cuando estas dos situaciones priman sobre el estilo (la forma de jugar) o sobre la calidad de las prácticas, se generan consecuencias tales como un estado deliberativo permanente, condicionamientos para el liderazgo y una identidad mutante. b) Lo dicho anteriormente ayuda a entender el trasfondo situacional del grupo. La ventaja que tiene un Campeonato Mundial es que se trata de un evento cuyo sentido es tan importante (desde el punto de vista motivacional) que genera una meta colectiva de manera espontánea. Sin embargo: no es lo mismo aspirar a mejorar las actuaciones en los últimos Mundiales que desear ser campeón del mundo; no es igual una visión “paso a paso” que una utopía; no es lo mismo privilegiar la anulación de un rival al que (implícitamente) se considera superior, que intentar atacarlo; no es igual plantar el equipo quince metros más adelante o quince metros más atrás; no es lo mismo querer

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dar el ejemplo sacrificándose por el grupo que querer ser el mejor jugador del mundo o de la historia; en definitiva, no es igual contar con un sistema definido que adoptar una postura pragmática y adaptarse de manera constante. Todas estas diferencias de perspectiva convirtieron al grupo en un campo de tensiones dinámicas no conflictivas , debido a la personalidad de los referentes, pero siempre abiertas y condicionantes. La combinación de las características personales con las fuentes de poder de cada uno de estos referentes también jugó su rol. Las personas suelen tener, en mayor o menor medida, tres tipos de capitales: simbólico (sus logros o trayectoria, su prestigio, su talento reconocido); relacional (su cercanía y trato con diferentes personas y grupos); y material o fáctico (la autoridad formal). Por ejemplo, Maradona contaba con un inigualable capital simbólico por haber sido uno de los mejores jugadores de la historia del futbol y especialmente por su actuación en el Seleccionado Nacional y su decisiva influencia en uno de los dos mayores logros de la historia del futbol argentino. A pesar de que sus antecedentes como entrenador eran mediocres, en general su capital simbólico inicial fue altísimo. El caso de Sabella es diferente: fue un buen jugador de futbol, pero no tuvo una actuación destacada en la escuadra nacional. Como entrenador se formó como ayudante de campo de Daniel Passarella, destacándose su experiencia en la Copa del Mundo Francia 1998 y la obtención de un título local con Estudiantes, equipo con el que perdió la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona por el recordado gol de Messi con el pecho a pocos minutos del final. Puede suponerse que su ascendiente era mayor en el grupo de jugadores que actuaron en Estudiantes de La Plata (Rojo, Andújar, Fernandez, Basanta y Enzo Perez) pero en general el capital simbólico inicial era mucho menor que el de Maradona. A medida que empieza la interacción entre el entrenador y los jugadores, las vivencias van modificando las percepciones, haciendo crecer o disminuir el capital simbólico, según la realidad concuerde o no con las expectativas. En el caso de Diego, su capital simbólico inicial disminuyó notablemente dado que, en los momentos de la verdad es imposible disimular el hecho de no poseer las competencias necesarias para coordinar de manera efectiva. A esto debe sumarse su historia de indisciplinas como jugador y los permanentes desórdenes de su vida privada que impactaron en su imagen pública. Sabella comenzó, como dijimos, con un capital simbólico más bajo y pareciera evidente que su seriedad y honestidad hicieron que dicho capital fuera aumentando al transcurrir las eliminatorias. Sin embargo durante el primer partido de la copa del mundo, su error al plantear el partido, hizo que su imagen de líder fuera desafiada,

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quedando a la vista que su capital simbólico era, todavía, insuficiente. Su trabajo, dada su personalidad, siempre estuvo fundamentalmente apoyado en construir capital relacional, y en utilizar muy moderadamente su capital fáctico o formal (autoridad). La lección que puede extraerse es que cuando el conductor de un grupo tiene menos capital simbólico que algunos de sus dirigidos, y una personalidad del tipo “amistoso orientado al bienestar y a la experiencia colaborativa”, es probable que tenga muchas dificultades para ejercer su rol. El trasfondo relacional no se caracterizó por la conflictividad, pero si por la pugna. Diferentes subgrupos intentaron impulsar sus propias ideas: por un lado Sabella y su cuerpo técnico y por el otro, Messi y su grupo más cercano. Desconocemos cuál fue la intensidad de esa pugna, ni como actuaron los demás miembros. Tampoco sabemos cuál fue, en este sentido, la postura y el rol de Mascherano. c) El grupo tuvo una excepcional cantidad y calidad de recursos, expresados en términos de talento. Sin embargo pareciera que las decisiones y las actuaciones del equipo generaron algunos inhibidores, como por ejemplo una identidad siempre cambiante que atentó contra la posibilidad de lograr cierto nivel de excelencia en una forma determinada de juego y la aparente dependencia del prestigio y el respeto que los rivales tienen por algunos jugadores argentinos, como sustituto insuficiente del respeto que se tiene por el funcionamiento de un equipo, que obliga a precauciones que condicionan funcional y anímicamente a los adversarios. d) Las prácticas de toma de decisiones, coordinación y resolución de conflictos se vieron claramente afectadas por todos los otros factores, impidiendo que dichas prácticas pudieran ser optimizadas en este caso en particular. El análisis realizado y la gran cantidad de elementos y variables que intervienen, parecerían refrendar lo que afirma Phil Jackson xxv cuando dice que: “el arte de transformar a un grupo de individuos en un equipo integrado no es un proceso mecánico. Consiste en un misterioso número de malabarismo que, además de exigir un conocimiento cabal de las reglas del juego, necesita un corazón abierto, una mente despejada y una gran curiosidad sobre las modalidades del espíritu humano” Las fuerzas que unen de modo armonioso a las personas no están claramente delimitadas. Es imposible fabricarlas a voluntad, pero el conductor debe esforzarse para crear las condiciones necesarias para que el talento individual pueda surgir y complementarse.

Luis del Prado y Rafael Castellano (con la colaboración de Guillermo Spitznagel)

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Sabella utilizó esa frase para representar el objetivo vedado para la selección argentina desde 1990: acceder a las semifinales de la Copa del Mundo. El Rubicon es un río de Italia, de gran importancia estratégica en los tiempos del Imperio, ya que separaba Roma de la Galia Cisalpina. Julio César lo cruzó con sus soldados y desencadenó la Segunda Guerra Civil. ii

Para mayor información, recomendamos el artículo institucional del SET en la página web de Sociotec.

http://www.sociotecweb.com.ar/articulo-institucional-set/ iii

www.sociotecweb.com.ar

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BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment)

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Para ampliar la información sobre el tema, recomendamos el artículo “Neurociencia y Desempeño” de Luis del Prado, en la página web de Sociotec. http://www.sociotecweb.com.ar/wp-content/uploads/neurociencia-y-desempeno-luis-del-prado2.pdf

vi

El estilo amistoso es el equivalente al Basal Derecho en el modelo BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment)

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El estilo analítico es el equivalente al Basal Izquierdo en el modelo BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment) viii

El Gráfico. Edición 4449. Septiembre 2014.

ix

Iucht, Román (2014) “Sabella: el hombre que quiere dar la vuelta en el Maracaná”. Editorial Planeta. Buenos Aires, Argentina. x

www.elintransigente.com. 10 de julio de 2013

xi

Documental completo de Mascherano. Canal Encuentro. www.youtube.com/watch?v=RYZce6IknvQ

xii

http://www.infobae.com/2014/09/17/1595455-pilar-geijo-la-nadadora-que-se-consagro-campeonadel-mundo-gracias-mascherano xiii

www.youtube.com/watch?v=fpWLRwvtxRo

xiv

El estilo directivo es el equivalente al Frontal Izquierdo en el modelo BTSA (Benziger Thinking Styles Assessment)

xv

Para ampliar la información, recomendamos el artículo “¿De qué hablamos cuando hablamos de motivación?” de Rafael Castellano en la página web de Sociotec.

http://www.sociotecweb.com.ar/wp-content/uploads/de-que-hablamos-cuando-hablamos-demotivacion-rafael-castellano.pdf xvi

Idolos por el Mundo. www.youtube.com/watch?v=JUGfyZQ7t5c

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xvii

Idolos por el Mundo. www.youtube.com/watch?v=JUGfyZQ7t5c

xviii

“Apollo 13”.(1995). Dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks, Ed Harris, Bill Paxton, Gary Sinise y Kevin Bacon. xix

Para ampliar la información, recomendamos el artículo “La trastienda de los equipos” de Rafael Castellano, en la página web de Sociotec. http://www.sociotecweb.com.ar/la-trastienda-de-los-equipos/ xx

Charla Marcelo Bielsa-Parte 1: www.youtube.com/watch?v=9xeM3m6vgYg

xxi

La Nación. 17 de junio de 2014

xxii

El Clarín. 17 de junio de 2014

xxiii

Jackson, Phil y Delehanty, Hugh. (2013). “Once anillos”. Editorial Roca. Barcelona, España.

xxiv

La Nacion. 17 de Septiembre de 2014

xxv

Jackson, Phil. Op. cit.

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