SALA IV PEREGRINOS A SANTIAGO. CAMINOS Y RITOS

SALA IV PEREGRINOS A SANTIAGO. CAMINOS Y RITOS Caminos de Santiago en Europa Basado en el mapa del Consejo de Europa Una vieira de peregrino del s. X

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SALA IV PEREGRINOS A SANTIAGO. CAMINOS Y RITOS Caminos de Santiago en Europa Basado en el mapa del Consejo de Europa

Una vieira de peregrino del s. XII y un mapa de Europa con los distintos caminos que conducen a Compostela nos adentran en el complejo universo de la peregrinación jacobea, eje temático substancial que vertebra esta sala. La vieira es el atributo jacobeo por excelencia, documento que testimonia la peregrinación realizada que se recibía al llegar a Santiago: como un certificado de haber hecho el Camino y una garantía para obtener ayudas y privilegios. Cuando el peregrino a Compostela regresaba a su tierra de origen procuraba colgar de su cuello o prender en sus ropas una concha de vieira comprada en la Plaza del Paraíso de Santiago, a las puertas de la catedral (no sólo conchas marinas sino también conchas realizadas en metal -plomo, estaño y, para los más adinerados en metales nobles-). Así, paulatinamente fue desarrollándose todo un mercado de objetos de diversa índole que el peregrino podía adquirir en la ciudad, que se podrían denominar recuerdos piadosos, en los cuales la vieira se constituyó como principal emblema iconográfico.

La vieira se convertirá así en un símbolo universal y será también utilizada en otras peregrinaciones (insignias, ampollas para llevar aguas sagradas...). Sagrarios, arcones, elementos de cerámica como cantimploras, azulejos o utensilios de cocina como los almireces son ejemplos de esta producción de objetos ligada a la tradición jacobea. A frecha amarela José Antonio Robés 2001 B/N y color. Leica M6 Película Ilford 100 e 400 Donación do autor

Peregrinos llegando a la plaza del Obradoiro Jacobo Remuñán 2003 Color. Nikon S90X. 35-70 mm. F2’8 Película: Fuji Superia 100 Donación del autor

Vieira de peregrino (Pectem maximus) Antes de 1120 Concha natural Catedral de Santiago de Compostela 1

Arca de tapa convexa con decoración de vieiras Finais S. XV- principios S. XVI Madeira de piñeiro, veludo e ferro forxado Talla, repuxado Obradoiro castelán

Sagrario 2º tercio s. XVI Madera tallada y policromada Triacastela (Lugo)

Tirador de arca con vieira Ca. S. XVII Ferro forjado Santiago de Compostela

Ampolla de peregrino Plomo Fundición a molde S. XV

Cantimplora de peregrino en forma de concha Ss. XVII-XVIII Loza esmaltada Cerámica de Alcora?

Azulejos S. XVI (?) Cerámica vidriada Alfares de Triana (Sevilla)

Mortero con vieiras S.XVI Bronce fundido Escuela compostelana

Daga de misericordia S. XVI Acero Taller español

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EL CAMINO Y LAS INFRAESTRUCTURAS A raíz del inicio de la peregrinación a Compostela comienza a fijarse la ruta de viaje. Ésta irá variando a causa de distintos motivos como circunstancias políticas, aparición de nuevos núcleos de población, construcción de puentes y calzadas, establecimiento de hospitales y hospederías, de forma que llega a fijarse un trazado clásico que se mantendrá por espacio de siglos. Este es el trazado que en el s. XII nos relata el Liber Sancti Iacobi en su libro V, más conocido como “La guía del peregrino”, documento de inestimable valor para conocer el viaje de los peregrinos que, partiendo de Tours, Vezelay y Le Puy, entraban en la Península Ibérica por Roncesvalles, y el que, saliendo de Saint Gilles, llegaba al puerto de Somport, juntándose todos en Puente la Reina para continuar, ya en una sola ruta, hasta Compostela. ----Divide el Liber el viaje en trece jornadas desiguales y desmesuradas algunas de ellas, incluso para recorrer a caballo. Habla también de los nombres de las villas, de los grandes hospitales, de las tierras, de las gentes y de sus costumbres. Es, en resumen, una guía descriptiva y práctica, llena de consejos útiles para ayudar al peregrino y facilitar su viaje. Los dos caminos pirenaicos discurren separadamente hasta llegar a la zona de Óbanos-Puente la Reina donde confluyen, saliendo de esa localidad por la ruta que marca el puente románico sobre el río Arga.

Puente la Reina, Ponte Regina en la documentación medieval, es una de las poblaciones creadas por decisión real para apoyar la peregrinación jacobea, con un desarrollo urbanístico típicamente lineal marcado por una calle central, la Calle Mayor o de los Romeros. Puente de Puente la Reina (Navarra) ----Uno de los capítulos de este Libro V trata de los nombres de las tierras y de las cualidades de las gentes que se encuentran en el Camino de Santiago. Tras hablar duramente de vascos y navarros, pasa a describir las tierras de Castilla y Galicia: “... una vez pasados los Montes de Oca, hacia Burgos, sigue la tierra de los españoles, a saber Castilla y Campos. Esta

tierra está llena de tesoros, abunda en oro y plata, telas y fortísimos caballos, y es fértil en pan, vino, carne, pescados, leche y miel. Sin embargo carece de árboles... Después, pasada la

tierra de León y los puertos del monte Irago y el monte Cebreiro se encuentra la tierra de los gallegos. Abunda en bosques, y es agradable por sus ríos, sus prados y riquísimos manzanales, sus buenas frutas y sus clarísimas fuentes, es rara en ciudades, villas y sembrados. Escasea en trigo y vino, abunda en centeno y sidra, en ganados y caballerías, en leche y miel y en grandísimos y pequeños peces de mar, y es rica en oro y plata y en tejidos y pieles silvestres y en otras riquezas, sobre todo en tesoros sarracenos”. La entrada del camino en Galicia desde el Cebreiro ----3

Habla ya el Códice Calixtino de las dos posibles entradas en la Península Ibérica a través de los Pirineos: Portus Cisere o Port de Cize que comunica con el Roncesvalles navarro y el Summo Portu, o Somport aragonés. En cada uno de estos lugares, dos importantes hospitales, el de Santa María y el de Santa Cristina, acogían a los peregrinos, ofreciéndoles el necesario descanso y cuidado tras la dura etapa de viaje que suponía cruzar los Pirineos. Hoy, el hospital de Santa Cristina desapareció por competo, pero el de Roncesvalles sigue prestando ayuda a los viajeros con la misma dedicación que en tiempos pasados.

Acaba esta guía del peregrino con una detallada descripción de la calidad de la ciudad y basílica de Santiago, Apóstol de Galicia, donde se citan las puertas de la ciudad y sus iglesias, y se describe con gran detalle la catedral con sus medidas, el número de ventanas, los pórticos, las torres, el altar y las lámparas, y se aportan datos sobre los canteros que intervinieron en su fábrica, así como las fechas de inicio y remate de la obra. Es este texto de una importancia extraordinaria para el conocimiento de la Catedral y su entorno, de aspectos que con el tiempo variaron o desaparecieron.

Puerto de Somport en el Pirineo (Huesca)

Puerta de Mazarelos (Santiago de Compostela)

----La bebida era una de las necesidades primordiales de los peregrinos. Era fundamental porque las condiciones de higiene hacían muy peligroso el consumo indiscriminado de cualquier agua. Esta lógica importancia la vemos confirmada en el Códice Calixtino que dedica un capítulo a enumerar los buenos y malos ríos que se encuentran en el Camino de Santiago. Entre otras corrientes malsanas, habla del río Salado, en Navarra, del que dice “allí guárdate de beber ni tú ni tu caballo, pues el río es mortífero”. Entre otras corrientes potables cita los ríos Pisuerga, Carrión, Esla, Valcarce, Sil, Miño y Sar. Puente sobre el Río Salado en las proximidades de Lorca (Navarra) -----

Bula del Papa Gregorio XIII por la que se les concede indulgencia plenaria in articulo mortis a los enfermos, peregrinos y demás miembros del Hospital del Rey de Burgos fundado por Alfonso VIII Roma, 1574, febreiro, 13 Original con sello de plomo colgado Pergamino, manuscrito

El propio camino hizo surgir a lo largo de su trazado núcleos de población con una característica disposición lineal. La Calle Real o Calle Mayor de tantos pueblos y villas no es más que el viejo camino a lo largo del cual fue creciendo la población. Pero frente a estos núcleos de nacimiento y desarrollo, más o menos espontáneos, hubo poblaciones de nueva creación, favorecidas por decisiones reales, debido a su directa vinculación con el Camino Jacobeo. Como se puede observar en los mapas, la ruta de peregrinación ha dejado una amplia resonancia en la toponimia. 4

Los puentes adquieren una importancia extraordinaria a partir del s. XI como elementos indispensables en la infraestructura del camino. Los peregrinos estaban exentos de pagar el derecho de pontazgo, aunque en muchas ocasiones la avaricia y la astucia convertían en teoría este privilegio. En la historia de la peregrinación figuran con nombre propio “puenteadores” como Petrus Peregrini, Santo Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega e incluso el Maestro Mateo.

Formando parte del camino, como un servicio más de ayuda al peregrino, la arquitectura religiosa fue la parcela más cuidada y privilegiada. Al final de la jornada, el caminante necesitaba un lugar donde descansar, y al mismo tiempo acrecentar la motivación espiritual que le hiciera emprender la marcha. Esto explica también que con frecuencia se desviaran de las rutas principales para visitar otros lugares donde se veneraban reliquias o se celebraban acontecimientos religiosos.

Castrillo de los Polvazares (León) Puente Romano de Leboreiro (A Coruña)

Ligado a esto están las advocaciones de los centros surgidos al amparo de la peregrinación, no sólo en los lugares de culto dedicados a Santiago, sino también a la Virgen del Camino o de la Rúa, a la Virgen Peregrina, San Roque, San Miguel y a la Virgen de Rocamador, culto muy difundido por los peregrinos franceses.

----Las cruces y cruceiros son elementos integrantes del Camino que, en madera o piedra, surgen como instrumentos piadosos, cumplimiento de un voto o imploración de gracias. Con el avance de la peregrinación se convierten en hitos que marcan la ruta y, a la vez, en puntos de descanso. Los milladoiros son montones de pequeñas piedras formados a partir del antiguo rito, posteriormente cristianizado, de invocar a las divinidades protectoras de los caminantes tirando una piedra en ciertos lugares. Hoy subsisten muy pocos relacionados con el Camino: el de Foncebadón, restos cubiertos por la vegetación en el Monte do Gozo, y la huella toponímica del que hubo en el lugar de Milladoiro, en las inmediaciones de Santiago. Cruceiro de Lameiros (Lugo) -----

Iglesia de San Miguel. Corullón (León) ----Los orígenes del culto a Santiago en Portugal se remontan a una época anterior a la propia formación de la nación en 1143. Desde fechas muy tempranas se generó un flujo de peregrinos hacia Compostela. La red viaria utilizada constaba de, al menos, siete vías, con una densa trama de caminos intermedios que en sentido sur-norte conducían hasta la frontera gallega. Los peregrinos se concentraban sobre todo en la región de Entre-Douro y Minho, con Ponte da Lima como principal nudo de comunicación, y en las ciudades portuarias de Viana y Porto debido a la importancia que también tenía la vía marítima que se iniciaba en Lisboa. 5

De la importancia de esta vía marítima da fe el milagro en el que se narra como, cuando se festejaba en Bouças la boda de un joven señor de la zona, pasaba a lo largo de la costa de Portucale el barco que llevaba a Galicia el cuerpo del Apóstol. De manera inesperada un caballo desbocado entró en el mar con su jinete y cuando todos desesperaban ya de que saliese con vida, el caballero y su montura salieron del agua con el cuerpo cubierto de vieiras, que desde entonces se convirtieron en el símbolo de Santiago. Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici, Coimbra Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici, Lisboa y Oporto ----Varios factores condicionan la elección de un camino: geográficos, cuando, para evitar un puerto de montaña o el paso de un río, se elige una ruta más fácil aunque haya que dar un rodeo; políticos, como problemas internos o enfrentamientos entre países, que cortan el fluir de peregrinos por ciertas zonas; religiosos, como la visita en tránsito a una iglesia. La densidad de centros hospitalarios y la protección jurídica y física que se ofrecía al viajero también acrecentaba la importancia de ciertas rutas. Aún así, el camino por excelencia es el llamado “Camino Francés”. Su tradición nunca se perdió, como vemos en los viajes de fecha más tardía, en las que se mantienen las mismas etapas que por primera vez marcó el Liber Sancti Iacobi. -----

Los establecimientos de albergue y ayuda del peregrino constituyen la infraestructura fundamental del camino. Desde el principio, el ejercicio de la hospitalidad fue asumido por los monasterios, pero a la vez se crearon hospitales a cargo de otras instituciones eclesiásticas, laicas o particulares. Los primeros hospitales se fundaron en lugares de paso muy difícil, como los puertos de montaña: Somport, Roncesvalles y O Cebreiro. Después, la ruta jacobea fue ampliando y mejorando sus establecimientos de albergue, de forma que una tupida red de hospitales, posadas y mesones acogían a los peregrinos. Otro aspecto importante fue la defensa y protección del peregrino. Además del volumen de medidas jurídicas encaminadas a este fin, tuvo un gran valor la defensa física que ofrecían los castillos, torres y fortalezas a lo largo del camino. Ésta fue también la finalidad principal que tuvieron las Órdenes Militares. Hospital de la Reina, Villafranca de Montes de Oca (Burgos) Puerta del Patio de los Romeros. Hospital del Rey (Burgos) ----RUTAS MARÍTIMAS Tan frecuente como las terrestres fueron las rutas marítimas para los peregrinos que desde la Europa nórdica, los Países Bajos y las Islas Británicas viajaban a Compostela. Las peregrinaciones inglesas por mar son las mejor documentadas y por ellas sabemos detalles y circunstancias 6

del viaje. Se conoce la organización, los permisos de flete, las naves y el salvoconducto colectivo que se extendía a nombre del armador del buque, los nombres y condición social de los peregrinos que embarcaban y también los nombres de algunas naves que hicieron el viaje en los ss. XIV y XV: Gracedieu de Bristol, Trinitate de Falmouth. Conocemos también los principales puertos de embarque y desembarque. Los peregrinos ingleses podían hacer el viaje en travesía directa aprovechando la proximidad del puerto de La Coruña y de otras villas marineras de Galicia y del Cantábrico, o cruzando el Canal de la Mancha hasta Burdeos. Esta última debió ser la ruta más frecuente hasta finales del s. XIV, en el que los avatares políticos impidieron el paso por Francia. Carraca portando peregrinos del norte de Europa. (Hans Burkmair. 1511)

VIAJEROS Y SUS CRÓNICAS NOPAR, SEÑOR DE CAUMONT Nopar, señor de Caumont, realiza su peregrinación a Compostela en 1417. Su relato no es más que un itinerario en el que sólo se detiene en la narración del Milagro del Ahorcado, localizado en Santo Domingo de la Calzada. Saliendo de la tierra de su señorío, sigue al detalle la guía del Liber Sancti Iacobi, citando numerosas localidades y la distancia en leguas entre ellas. Tiene el interés de contarnos su viaje a Fisterra enumerando algunos de los lugares por los que pasa. Nos confirma así la importancia que esta visita

tenía para los peregrinos, que continuaban el viaje para conocer también aquellos parajes que las leyendas hicieron famosos por su relación con el Apóstol Santiago. Vista del Cabo Fisterra (A Coruña) Lauda gremial con vieira y tijera. Cementerio de Santa María de Noya (A Coruña) Camino e iglesia de Santa María (León) Muralla de Mansilla de las Mulas (León)

HERMAN KÜNIG VON VACH Herman Künig von Vach, monje de la zona de Estrasburgo, redactó a finales del s. XV una guía en verso para los peregrinos alemanes, que debió de tener un gran éxito a juzgar por las numerosas ediciones que de ella se hicieron. En su viaje sigue caminos diferentes a la ida y a la vuelta. El de ida, la Obere Strasse, comienza en el santuario suizo de Einseindeln, cruza los Alpes y, a través de la “vía tolosana”, entra en la Península por Roncesvalles. A partir de aquí, sigue las etapas de la guía del Liber Sancti Iacobi, citando pocos lugares y con algunas variantes como es el dar un rodeo por Lugo para evitar la dura subida al Cebreiro o llegar a Ponferrada por el Puerto del Manzanal, evitando el difícil paso del alto de Foncebadón. En León indica también el camino que lleva a San Salvador de Oviedo. El viaje de vuelta, la Nieder Strasse, lo hace igual hasta Burgos, pero allí cambia de ruta y se desvía hasta Irún, recorre el oeste de Francia y los Países Bajos hasta llegar a Aquisgrán, donde finaliza su relato, aunque señala también en este tramo varios desvíos. 7

El sentido práctico de esta guía se nota en el afán por citar las distancias, las diferentes monedas, los hospitales, los albergues y demás necesidades del viajero, sin detenerse en descripciones ni recrearse en narraciones. Capilla de Santiago, Roncesvalles (Navarra) Vista general desde la subida a la Laguna de Castilla, La Faba (León)

ciudad de Santiago, dejándonos testimonio escrito de la intensa lluvia compostelana. Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici. Pontevedra. Padrón. Dibujo de P.M. Baldi, del viaje de Cosme de Médici. Puerto de A Coruña.

COSME III DE MÉDICI

DOMENICO LAFFI

Con el fin de la Edad Media, las transformaciones de los modos de vida y pensamiento se reflejan en un cambio de sentido de la peregrinación. El mayor afán de conocimiento provoca la llamada “peregrinación caballeresca”, en la que el principal objetivo no es la meta final sino una etapa más de un amplio viaje al que bien podemos denominar “ruta turístico-religiosa”. En estos casos, el itinerario no es el tradicional.

Aunque contemporáneo de Cosme III de Médici, Domenico Laffi, sacerdote de Bolonia, realizó el viaje a Compostela con fines y medios muy diferentes. A pie, vestido de peregrino y con el devoto fin de visitar la tumba del Apóstol, parte en 1670 de su ciudad natal siguiendo la ruta de los peregrinos italianos y recorriendo el Camino Francés tradicional. Continúa hasta Fisterra, citando ciertos topónimos de difícil identificación.

Cosme III de Médici, movido por cuestiones personales y también por una gran religiosidad, emprende a finales de 1668 un largo viaje en el que, partiendo de Florencia y recorriendo gran parte de la Península Ibérica, pasará por Santiago para embarcar en A Coruña hacia las Islas Británicas. Le acompaña una pequeña corte de unas 40 personas, entre las que se encuentra Lorenzo Megalotti, que será el encargado de realizar el relato oficial, y Pier María Baldi, que lo ilustrará con acuarelas.

Por su relato sabemos que en estas fechas las dificultades y los peligros que acosaban a los peregrinos seguían siendo los mismos que en la Edad Media: el alojamiento, la comida, los bandidos, las enfermedades y el paso de los ríos. Pero también se hace evidente la decadencia de la peregrinación cuando cuenta que los peregrinos eran escasos y mirados con admiración.

Con este viaje podemos reconstruir las costumbres, la cultura y el arte de la España del s. XVII, bajo la dura crítica del cronista oficial, que hace una detallada descripción de la

GUILLERMO MANIER

Puente sobre el Tambre (A Coruña)

En el s. XVII aparecen medidas favorecedoras del auténtico peregrino pero, a la vez, dificultan el viaje y provocarán la 8

decadencia de la peregrinación. En esa época, los peregrinos eran, fundamentalmente, artesanos y labradores y, en ocasiones, la piedad se mezclaba con el ansia de aventura, como sucede con el sastre francés Guillermo Manier, vecino de Carlepont, que viaja a Compostela en 1726. Curioso, relata todo lo que considera interesante, describiendo las tierras que atraviesa, las comidas, la belleza de las mujeres y su manera de vestir. Acompañado de tres amigos, entra por Irún y sigue luego el Camino Francés desde Santo Domingo de la Calzada. Es el primero en ver la Catedral desde San Marcos por lo que lo nombran “Rey” sus compañeros. Describe con detalle la ciudad de Santiago y, sobre todo, el menú con que cada convento obsequiaba a los peregrinos. Compra recuerdos y recorre los mesones. En su viaje de regreso sigue otra ruta para poder visitar San Salvador de Oviedo. Puente sobre el Hormazuela (Hornillos del Camino, Burgos) Cruz de madera de Foncebadón (León)

NICOLA ALBANI El relato dejado por Nicola Albani de su viaje desde Nápoles hasta Compostela a mediados de 1743 y su estancia en Lisboa hasta 1745 es una prueba de la transformación que sufrió la peregrinación en el paso del tiempo, en franca decadencia a mediados del s. XVIII. A menudo, el aventurero y el pícaro se mezclan en el camino con el verdadero peregrino. Nicola Albani, después de su estancia en la ciudad apostólica, se traslada a Lisboa donde trabaja con un comerciante de

vinos, volviendo de nuevo a Compostela para el Año Santo de 1745 y retornar posteriormente a su ciudad natal de Melfi. En sus dos tomos, que constituyen su curiosa narración (Verídica Historia ó sia Viaggio da Napoli a San Giacomo…), deja recogida una visión muy animada de sus profundos convencimientos personales y de sus aventuras entre las que destaca la lucha con un bandido sostenida cerca de Ponte de Lima. El manuscrito conservado se ilustra con una importante documentación gráfica donde se aprecian vistas de grandes ciudades, santuarios marianos y acuarelas relativas a sus aventuras más destacadas. Nicola Albani en Nápoles Aventura de Nicola Albani cerca de Ponte de Limia

RITUALES DE PEREGRINACIÓN A partir del s. XV, los peregrinos que llegaban a Santiago recibían como certificado de su peregrinación la “Compostela”. Este documento confirmaba la peregrinación al sepulcro del Apóstol, al tiempo que servía de justificante para recibir las ayudas necesarias durante el viaje y, de esta manera, evitar que fueran disfrutadas por falsos peregrinos. Los peregrinos que llegaban a Santiago a lo largo del año en el que la fiesta del Apóstol coincidía en domingo, obtenían el “jubileo”, es decir, una indulgencia plenaria para todos los pecados. Los peregrinos, además de visitar el cuerpo de Santiago, podían venerar las reliquias de otros santos. Con la idea de reunir estas reliquias y facilitar su exposición, se encargó la construcción de un retablo con gran número de nichos. 9

Bernardo Cabrera, como ensamblador, y Gregorio Español, como escultor, lo realizaron entre los años 1625 y 1630 habilitando el Panteón Real como Capilla de las Reliquias. Desafortunadamente, este retablo fue destruido por un incendio a comienzos del s. XX. El grabado con la procesión de peregrinos en Compostela, es una de las excepcionales ilustraciones sobre los rituales de peregrinación en la propia ciudad de Santiago. Aunque se le da el título de Procesión de Peregrinos, se trata, más bien, de una de las celebraciones litúrgicas más importantes del año, posiblemente la fiesta de Santiago.

“Compostela” Santiago de Compostela, Melchor de Prado 1820 Papel, grabado a buril Tirada de taco original

Iubileo Plenísimo en la Santa y Apostólica iglesia de Santiago de Galicia 1666 Tirada de taco original

Relación de las Sagradas Reliquias que se veneran en su Capilla de la Santa Apostólica Metropolitana Basílica Mayor de Santiago de Compostela Santiago, J. Soto 1898 Litografía. Procesión de peregrinos en Compostela Les delices de l’Espagne et du Portugal,I Juan Álvarez de Colmenar Leiden, Pierre Boudewyn van der Aa, grabador y editor 1707 Impreso

RECUERDOS DE LA PEREGRINACIÓN Aparte de los beneficios espirituales que comportaba la peregrinación, los peregrinos podían llevar como recuerdo de la misma una serie de souvenirs que servirían para recordar su estancia en Compostela. Entre estos objetos, los más característicos fueron los trabajados en azabache, aunque también se hacían en otros materiales no tan costosos. En cuanto a su procedencia, no siempre fue Compostela, ya que muchas de estas piezas con iconografía jacobea se realizaban en otros lugares. Los motivos más frecuentes eran diversas iconografías de Santiago, la vieira y la representación de peregrinos. Los objetos eran también variados: medallas, insignias, calabazas, campanitas, etc. 10

Fuente con vista de Santiago Pickman y Cía. 2ª mitad s. XIX Loza estampada Medallas conmemorativas de años santos s. XIX y XX Plata y bronce

Plato con vista de Santiago Real Fábrica de Sargadelos 1845-1862

Santiago Peregrino s. XX Azabache

Medallón con la imagen de Santiago Matamoros Realizado en Filipinas o Tierra Santa Finales s. XVIII-principios s. XIX Nácar

Campanita con Santiago Matamoros s. XX Bronce

Santiago s. XIX Diente de cachalote

LIBROS DE VIAJE El Códice Calixtino conservado en el archivo de la Catedral de Santiago constituye el primer ejemplar del Liber Sancti Jacobi, gran compilación anónima que recoge, en cinco libros, diversos textos referentes al Apóstol: textos litúrgicos, milagros, las hazañas de Carlomagno en España, composiciones musicales y, en el libro quinto, la Guía del Peregrino. La compilación, atribuida al papa Calixto II, está dedicada a Gelmírez y al patriarca de Jerusalén, uniendo, de este modo simbólico, los tres grandes centros de peregrinación. Como dato curioso destaca el hecho de que en un texto intercalado en el Códice en el s. XV, se hace la primera mención del botafumeiro. La copia del Códice de la Universidad de Salamanca es probablemente derivación de un gemelo del ejemplar compostelano. Consta, igualmente, de cinco libros aunque 11

carece de la escritura musical y apéndices del original, además de otras diferencias. El libro Die Walfart und Strass zu Sant Jacob de Hermann Künig von Vach es la única guía de peregrinación en sentido estricto, ya que las demás obras alemanas, más o menos contemporáneas, son relatos del viaje. Las sucesivas reediciones de la obra tienen pequeñas variantes según el lugar de impresión ya que, al tener un uso eminentemente práctico, los intereses de los peregrinos eran, lógicamente, distintos. Por otra parte, su inspiración en obras de carácter popular se confirma por el hecho de que algunos pasajes se encuentran en el cantar de peregrinos Wer das elend bauwen Hill, así como por el estilo de sus grabados.

Códice Calixtino Facsímil del original del archivo de la catedral de Santiago Scriptorium compostelano ca. 1160 Manuscrito miniado, pergamino

El Códice Calixtino reúne en cinco libros un conjunto singular de textos sobre el apóstol (textos litúrgicos, milagros, translatio, hazañas de Carlomagno, música…). El libro V, conocido como “Guía del Peregrino” se atribuye a Aymerico Picaud de Parthenay y recoge la primera descripción del Camino de Santiago. Es de interés la información sobre lugares, las gentes, las costumbres y la tradición de los parajes por los que discurre desde Francia.

“El Camino de Santiago en España realizado en los años 1983-1984. 1986” Ikeda Munehiro Papel japonés, tinta, acuarela 1983-1986

El artista japonés Munehiro Ikeda plasma, atendiendo a su concepción oriental, una curiosa visión del recorrido del Camino de Santiago en su tramo español elaborando una sorprendente y exhaustiva “Guía del Peregrino”. Representa uno de los últimos testimonios del género iniciado en el s. XII con el Liber Sancti Iacobi (Códice Calixtino). CARTELA pantalla EL CAMINO DE SANTIAGO EN ESPAÑA. 1983-1986 IKEDA MUNEHIRO Instrucciones de uso Puede buscar localidades o referencias, iglesias, monasterios, conventos, escultura, cruceiros, fuentes… del Camino de Santiago. 1.- Pulse la letra inicial de la localidad o referencia deseada en el panel de búsqueda. 2.- Selecciona un término y se mostrará la página del libro que lo contiene. 3.- Podrá ver las traducciones de los textos en japonés pulsando sobre ellos. 4.- Si desea regresar a la página principal, pulse sobre “volver”. Si en un minuto no se toca el monitor, comenzarán a pasar las páginas. Para volver a las búsquedas, pulse sobre “volver”.

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INDUMENTARIA DEL PEREGRINO La indumentaria de los peregrinos consistía en sombrero de ala ancha, capa, cayado o báculo, zurrón y una calabaza para guardar la bebida. Esta indumentaria, una vez rematada la peregrinación, era reutilizada por los peregrinos en procesiones o era donada a algún monasterio. Algunos peregrinos se hacían enterrar con ella simbolizando su acceso a la otra vida. Cuando los peregrinos llegaban a Santiago, recibían una vieira que llevaban de vuelta a su lugar de origen. Hasta el s. XIV las fijaban casi siempre en sus zurrones, más tarde en el sombrero o en el abrigo. Serviría como certificado de la peregrinación rematada y como garantía de ayudas y privilegios. En la Edad Media tardía, la vieira se convirtió en un atributo genérico del peregrino, manteniéndose como distintivo del peregrino a Santiago.

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INDULGENCIAS A LA COFRADÍA DEL HOSPITAL REAL DE SANTIAGO Las gracias espirituales concedidas por los Sumos Pontífices a las instituciones que realizan obras asistenciales están consignadas en bulas. En el año 1499, el papa Alejandro VI promulga una bula por la que se concede licencia a los Reyes Católicos para la construcción de un hospital que albergue a los peregrinos y a la institución de la Cofradía del Apóstol Santiago. El conjunto de indulgencias y gracias espirituales otorgadas al Hospital Real de Santiago, se administran a través de su Cofradía. Estas gracias se daban a conocer a los fieles mediante su predicación, y se publicaba un sumario de sus beneficios espirituales. Indulgencia et Cofradía del Hospital de Señor Santiago Valladolid, 1504 Xilografía Tirada del taco original Sumario y Recopilación de las Gracias, e Indulgencias concedidas por diferentes Sumos Pontífices a la Casa y Real Hospital de Santiago de Galicia, y a los Cofrades de la Cofradía, teniendo la bula de la Santa Cruzada, de la Publicación y Predicación e cada año. Escuela compostelana 1755, setiembre, 1 Tirada del taco original

DOCUMENTOS Y LIBROS RELATIVOS A LA ORDEN DE SANTIAGO Regla y constituciones de las Comendadoras de Santiago 1615 Pergamino y papel

Una de las más importantes obras recopilatorias sobre la Orden de Santiago, destinada a recoger la historia, la regla y los establecimientos santiaguistas. Se elaboró por orden de Felipe II con la intención de compilar en ella todos los establecimientos espirituales no incluidos en libros anteriores, es decir, todas las normas religiosas antiguas y nuevas que afectaban a sus frailes y caballeros. Otro dato de interés de esta obra es que, como muchas otras de esta época sobre la Orden de Santiago, está escrita en castellano y ya no en latín con el fin de que su contenido fuera ampliamente comprendido por todos los santiaguistas y la sociedad letrada en general.

Testimonio de cómo se armó Cavallero de la Orden de Santiago y se dio el avito ynsignias della a Don Luís Montilla y Mendoza Madrid 1675 Papel, manuscrito, sello de cuarto de 10 maravedíes

Documento manuscrito en el que se describe pormenorizadamente el ritual empleado para armar a un caballero de la Orden de Santiago, con la entrega de las correspondientes insignias. En él se enumeran también a las personas presentes en ese acto.

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Apología por el hábito del Santo Domingo en le Orden de Santiago, y Alegación a favor de la Orden de Santiago, por su Santo Domingo de Guzmán, patriarcha, fundador de la de Predicadores José López Agurleta Alcalá de Henares, Manuel de Moya, impresor 1725 Impresión tipográfica en papel, pergamino

Obra que trata de la relación entre la Orden de Santiago y la Orden religiosa de Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán. Este santo parece que entró a formar parte de la Orden de Santiago, según la historia, a partir de los catorce o quince años ya que guardaba cierto parentesco con el Primer Maestre de ésta. Laurea legalis decana salmantina de jure quatuor ordinum militarum Divi Jacobi, Calatravae, Alcantarae et Montesae Bernardino Antonio Franco Valdés Salamanca, Antonio Villarroel y Torres, impresor 1740-1744 Impreso, grabado a buril III vols.

Obra magna acerca de los derechos, privilegios, exenciones, jurisdicción espiritual y gobierno temporal de las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Se presenta la obra como utilísima para discernir los privilegios de estas y conducir con acierto sus causas judiciales. De esta manera, en sus diversos capítulos se tratan temas como la fundación y organización interna de las órdenes religiosas de carácter militar, la potestad de sus maestres y los deberes y los derechos de los diferentes miembros; la jurisdicción eclesiástica de las órdenes en sus pueblos e iglesias y los ejercicios correspondientes a los frailes, sacerdotes y a las monjas de Santiago y Calatrava.

SANTOS PEREGRINOS Dentro del capítulo de los santos peregrinos, san Roque, invocado, sobre todo, contra la peste, gozó de gran predicamento en Galicia y de modo particular en Santiago. Así, en Compostela, a raíz de la terrible peste de 1517 y por decisión del Ayuntamiento y del Cabildo, quedó instituida la Cofradía de San Roque, debiendo guardarse desde ese momento en la ciudad su día como festivo. El culto a la Virgen Peregrina surge en sus orígenes como advocación a la Virgen del Camino. Aparecen ejemplos dispersos en Alemania y Francia, y arraiga en focos aislados de La Rioja y León. En Galicia, se venera, sobre todo, en Pontevedra, donde es Patrona de la ciudad. La doble acepción que la palabra peregrino tuvo antiguamente –extranjero y caminante– llevó en la Edad Media a representar a Cristo y a la Virgen como peregrinos. Una de las imágenes más tempranas de esta interpretación la tenemos en el claustro de Santo Domingo de Silos, donde se representa en el episodio de Emaús a Cristo y sus discípulos con la vestimenta de peregrino.

San Alexo Primer 1/3 S. XVII Madera tallada y policromada

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Santa Isabel de Portugal 1º tercio s. XVIII (¿) Madera policromada y dorada Inscripción: “Sta YSABEL Ra DE PORTUGAL ARAGONESA”

Tobías y el arcángel San Rafael Primera mitad S. XVIII Escuela española Óleo sobre lienzo

La Divina Peregrina, Nª Sª del Refugio que se venera en su capilla extramuros de la villa Pontevedra, cuya congregación la dedica con humilde sentimiento a su amabilísimo prelado, el Exmo. Señor D.n Fr. Sebastián Malvar y Pinto, Caballero prelado, Gran Cruz de la R.l distinguida Orn. de Carlos III. Arzobispo y Señor de Santiago &.ª

Santiago de Compostela, Luís Fernández Piedra Antonio Rodríguez, dibujante 1778 Tirada de la plancha original

Frontal de altar con escenas de la vida de San Martín Escuela leridana Último cuarto s. XIII Pintura al temple sobre tabla Lérida, Santa María de Palau de Rialb

Apoteósis jesuítica S. XVIII Óleo sobre lienzo

Crucifixión con Gloria, santos y ángeles Francisco Antonio Vallejo 1778 Óleo sobre lienzo

San Julián el Hospitalario 1ª mitad s. XVIII Pintura al agua sobre cristal

San Roque 1º tercio s. XVIII Madera tallada Depósito J. Varela Villamor

San Roque 1º tercio s. XVIII Madera tallada Depósito J. Varela Villamor

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Retrato de Cosme III de Médici (1642-1723) Escuela florentina. Anónimo 1º decenio s. XVIII Óleo sobre lienzo Donación de Alberto Bruschi (Anticuario de Florencia)

En los días posteriores al nacimiento en Florencia del gran duque de Toscana, Cosme III de Médici, se representa en la cámara de su madre Vittoria Della Róvere una obra músico-teatral que se repetirá en cada aniversario de la feliz fecha, y que se titularía Il Pellegrino. En el futuro, esta casualidad llevaría a Cosme III a ser no sólo el Médici que más viajó, sino a actuar como un verdadero peregrino que visitó docenas de centros de peregrinación, entre ellos, Compostela. En su gobierno, tuvo un afán reformador esforzándose por mejorar la iglesia local y los sistemas judicial y financiero. También continuó fiel a la tradición familiar de fomento de la creatividad, coleccionismo y mecenazgo de las artes del estado florentino. Este retrato, probablemente destinado a una de las muchas oficinas ducales dispersas por la Toscana, es una variante de un lienzo atribuido al afamado pintor Giuseppe Maria Crespi. En él, Cosme III, hombre poco agraciado pero de gran dignidad y consideración social, es retratado en un ambiente de efectos tenebrosos, con una vestimenta negra de estilo indefinido sobre la que resalta la cruz roja de la Orden de los Caballeros de San Esteban.

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