Ciudades Ciudades patrimonio patrimonio de de la la humanidad humanidad
Salamanca
La ciudad del conocimiento
Salamanca ha sido a lo largo de su historia un centro de conocimiento de trascendencia y proyección universal. Una cultura que tomó cuerpo en múltiples dimensiones, desde la arquitectura a la literatura, pasando por la filosofía o las personalidades históricas.
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er la ciudad renacentista española por excelencia convierte a Salamanca en un caso único, tanto por la estética arquitectónica y urbana que ha llegado hasta nuestros días, como por la especial relevancia que el pensamiento humanista y el anhelo del saber propios de este periodo dieron a la capital salmantina. Con sus palacios, conventos, casonas y plazas, y sus protagonistas, como Fray Luis de León o Francisco de Vitoria, Salamanca pone de relieve una época de especial impulso en todos los ámbitos de la vida. Como espacio del conocimiento y del saber, la ciudad ha latido con diferente intensidad a lo largo de la historia; sin duda, la búsqueda de ese saber constituye su razón de ser pasada, pero también presente, en la inquietud cultural que se vive en su dinámica universidad. Sin embargo, una ciudad no se alimenta únicamente de pensamiento, sino que necesita de un cuerpo que lo sustente y lo arrope. En Salamanca, ese cuerpo es piedra dorada, color azul y belleza en cada esquina. La ciudad entrelaza de forma natural cuerpo y pensamiento como una construcción colectiva de tiempo y gentes. La Plaza Mayor de Salamanca constituye el centro político de la ciudad, el centro social y el lugar principal de reunión. Lo colectivo y lo individual se funden en este espacio de referencia. Desde el punto de vista urbanístico, es el espacio abierto más importante del casco histórico de la ciudad. Tiene el carácter de un gran salón-recibidor, un espacio en el que confluyen todos los caminos y desde el cual todos parten. Esta plaza supone la culminación estética de las plazas mayores castellanas. Es de estilo barroco, pero bebe directamente de fuentes herrerianas y renacentistas. Como espacio urbano es un perfecto exponente del urbanismo ilustrado de la época: una construcción racional, cuya belleza reside en el equilibrio de sus proporciones, en la repetición armónica de sus elementos constructivos y en la decoración serena y uniforme. Cada una de las enjutas de los arcos de la plaza contiene un medallón con un retrato. Se trata de elementos conmemorativos con una finalidad aleccionadora: la exaltación de la monarquía, la evocación de la historia de España y ser galería de héroes y personajes ilustres salmantinos. La plaza fue costeada por la ciudad para homenajear la llegada del rey Felipe V. Frente al aspecto uniforme y homogéneo de su arquitectura, el único lateral diferenciado es el del Ayuntamiento, con una fachada palaciega que realzaba el poder municipal sobre el resto de los propietarios del recinto. Bajo los arcos que rodean toda la plaza hay numerosos cafés y bares. Funcionarios, ganaderos, estudiantes, abogados, toreros, intelectuales, catedráticos de la vida... todavía se citan en estos lugares, para compartir el murmullo de la tertulia. Entre los célebres visitantes que compartieron los claustros del convento de San Esteban se cuentan Cristóbal Colón y Santa Teresa.
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Ciudades patrimonio de la humanidad Desde la Plaza Mayor irradian calles, como las de Toro y Zamora, que en el pasado acogieron a los trajinantes llegados a Salamanca para ofrecer sus mercancías tras franquear las puertas de la muralla. Hoy en día son calles peatonales dedicadas al comercio. Bajo el costado derecho de la plaza, cobijado por una estructura de hierro, se encuentra el mercado que ofrece los productos del campo. Es la antítesis de las sofisticadas calles comerciales. Desde el amplio recinto salmantino, hacia el sur, un arco se abre a la Plaza del Corrillo, un evocador vestigio de arquitectura popular castellana, cortejado por la Iglesia de San Martín. Antiguamente llamada Corrillo de la Hierba, era una isleta de hierba alta, que servía como zona de pasto a los animales que vivían en el centro urbano. La tradición estableció que la hierba alta se justificaba al ser la frontera entre el bando de San Martín y el de San Benito, una zona de nadie que los salmantinos no se atrevían a cruzar, ni a pisar. En la metáfora del pensamiento popular, la Plaza de los Bandos simboliza la ambición política y la violencia señorial. Se encuentra flanqueada por la Casa de Doña María la Brava, personaje representativo de los enfrentamientos que protagonizaron los nobles de la ciudad en los siglos XIV y XV. La nobleza se dividió en dos sectores antagónicos que rivalizaron por el control del gobierno de Salamanca y provocaron un período de crueldades y venganzas, en el que se vio envuelta toda la ciudad. Si la Plaza Mayor simbolizaba el corazón orgánico de la ciudad, la Universidad ha representado y representa otro de sus órganos vitales, la factoría del conocimiento. La lista de ilustres pensadores, literatos y humanistas que impartieron sus clases en ella es reveladora de la importancia que adqui-
Diferentes estilos arquitectónicos aparecen reflejados de forma fragmentaria en la imponente Catedral de Salamanca.
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rió: Fray Luis de León, Francisco de Vitoria, Antonio Nebrija, Miguel de Unamuno, etc. Fundada como estudio en torno al año 1218 por decisión del rey de León Alfonso IX, fue confirmada oficialmente como universidad en la Carta Magna que le otorgó Alfonso X en 1254. En sus orígenes siguió el modelo boloñés, que daba preferencia al estudio del derecho civil y canónico frente a la teología y la filosofía, preponderantes en la Universidad de París. En su época de mayor esplendor, los siglos XV y XVI, figuró a la cabeza de las universidades europeas. En la actualidad, es la más antigua de España. Frente a la fachada de la Universidad está el patio de las Escuelas Mayores. Puede decirse que este patio fue la primera intervención urbanística en la ciudad, configurado como un espacio para la contemplación de la fachada del complejo universitario. El patio lo componen el edificio gótico de las Escuelas Mayores (1415), el Hospital de Estudiantes (1412), hoy rectorado, el edificio de las Escuelas Menores (1533) y la fachada de la Universidad (1512-1516). En el interior de la Universidad una atmósfera especial acoge la presencia de los estudiantes. Pasado el zaguán, todas las estancias se ordenan en torno a un patio claustral: el paraninfo, la capilla, las viejas aulas y una escalera de aire renacentista que conduce a la magnífica biblioteca fundada en 1254 por Alfonso X el Sabio. Este recinto de lectura atesora numerosos manuscritos e incunables de valor incalculable. Destaca el Tohá y los libros redondos que Torres Villarroel (emblemática personalidad de la ilustración salmantina) compró en París y que en realidad eran globos terráqueos, y que los llamó así para que el bibliotecario los aceptase y pagase.
Ciudades patrimonio de la humanidad Los relieves de la escalera del claustro adentran a los visitantes en el camino que el hombre ha de recorrer desde este mundo terrenal al celestial. Camino de perfección que pasa por tres fases: juventud, madurez y senectud. En cada uno de los tramos se representan con un lenguaje críptico las tentaciones que hay que vencer y las virtudes que se deben practicar. En el patio claustral puede visitarse el Museo de la Universidad, donde se encuentra el famoso Cielo de Salamanca, un fragmento de la pintura mural que cubría la bóveda de la antigua Biblioteca de la Universidad (1485-1490). La obra se atribuye a Fernando Gallego y constituye un reflejo del pensamiento renacentista y la búsqueda del conocimiento. En ella aparecen representados el Sol, Mercurio, los signos zodiacales y algunas constelaciones. En suma, un programa astrológico relacionado con la enseñanza de la astronomía y la astrología, muy en boga durante aquella época en la universidad salmantina. El entorno de la universidad constituye un enclave que conserva la trama del barrio antiguo, conformado a lo largo del periodo que se extiende entre los siglos XII y XVI. La calle Libreros ha sido el eje principal del barrio y de la cultura de la ciudad. Esta vía se dedicó tradicionalmente a la edición y la venta de libros, y en ella vivieron personalidades como Torres Villarroel o Nebrija, fundador, aquí mismo, de la primera imprenta salmantina. Cercana a la universidad se encuentra la calle Veracruz, en el antiguo barrio judío, en la que vivieron personajes como Abraham Zacut, eminente astrónomo y profesor universitario (antes del Decreto de Expulsión). En la calle La Latina nació Beatriz Galindo, La Latina, maestra de latines y profesora y consejera de Isabel la Católica.
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Se cuenta que en la cripta de la antigua Iglesia de San Cebrián, conocida como la Cueva de Salamanca, se estableció una escuela nigromántica. El sacristán de la iglesia, que en realidad era el diablo, organizó la enseñanza de la magia para siete alumnos durante siete años, al final de los cuales uno de ellos permanecía en propiedad del demonio. En cierta ocasión, le correspondió al Marqués de Villena habitar eternamente en la cripta. El noble engañó al diablo y huyó, pero en el envite el diablo atrapó su sombra. Desde entonces, al Marqués de Villena se le consideraba un mago porque su cuerpo no proyectaba sombra. El antiguo Colegio Real de la Compañia de Jesús y actual sede de la Universidad Pontificia fue construido, entre otros, por Gómez de Mora, en 1611. Los misioneros que aquí se formaron partirían a extender la fe católica por el mundo, los apóstoles jesuitas irían a combatir la herejía en Europa. Sin embargo, la monumental obra tardó 150 años en estar terminada y los jesuitas poco la pudieron disfrutar, ya que en 1767 la Orden fue expulsada de España por imperativo de Carlos III. Entonces, el edificio se dividió en partes y sufrió el abandono, las guerras, la desamortización y la ruina. Fue en 1946 cuando volvió a unirse, para servir de cuna a la Universidad Pontificia.
Ciudades patrimonio de la humanidad Dos catedrales con imponente apariencia ofrecen un poderoso testimonio de la presencia de la Iglesia en la ciudad. El acceso a la Catedral Vieja se realiza a través del interior de la Nueva. Al entrar en ella se vuelve al pasado, ya que este templo románico revive un espíritu antiquísimo medieval. Se trata de un edificio arquitectónicamente defensivo, un lugar vinculado a la repoblación (comenzó a construirse hacia 1150) y a una sociedad en guerra, en la que el valor más representativo es el del santo guerrero (Raimundo de Borgoña y el obispo Jerónimo). Llama la atención que un edificio románico se culmine con una torre decorada con elementos orientales de tradición bizantina. Se trata de la Torre del Gallo, cuyo origen se atribuye a la influencia de emigrantes mozárabes que, venidos del sur peninsular, conocían la arquitectura oriental. El nombre hace referencia a la silueta de la veleta, con forma de gallo, símbolo de la vigilancia del alma y de la venida de Cristo al final de los tiempos. En 1513 se inicia la construcción de la Catedral Nueva, una de las últimas catedrales góticas de España, que se dio por concluida dos siglos después, en 1733. Diferentes estilos arquitectónicos aparecen reflejados de forma fragmentaria
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La Plaza Mayor salmantina supone la culminación estética de las plazas mayores castellanas. Es de estilo barroco, pero bebe directamente de fuentes herrerianas y renacentistas”
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En su época de mayor esplendor (siglos XV y XVI), la Universidad de Salamanca figuró a la cabeza de las universidades europeas. En la actualidad, es la más antigua de España.
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en su edificación. Esta catedral refleja la idea del desarrollo urbano. Su grandiosidad muestra una institución triunfadora frente a sus enemigos ideológicos y ante los propios feligreses. Es el edificio más grande y más alto de la ciudad. El exterior está cuajado de decoración en toda su superficie, con motivos hispanoflamencos, muy extendidos en la época de los Reyes Católicos: escudos, motivos vegetales y relieves con representaciones de la vida de Cristo, entre otras. También la decoración plateresca trata temas de la vida cotidiana con cierta ironía y humor. Los motivos decorativos que se instalaron en la parte baja de la Puerta de Ramos, cuando se reconstruyó en 1992, son muy populares entre los ciudadanos y los visitantes. El cantero y los restauradores optaron por mantener la línea decorativa plateresca original, pero introdujeron elementos contemporáneos, como el famoso astronauta, el mono que está comiendo un helado o la cigüeña. El convento de San Esteban de los dominicos sintetiza el concepto global de la ciudad del pensamiento: es expresión del pensamiento intelectual, como centro de estudios universitarios, del pensamiento religioso, por la cantidad y calidad
Ciudades patrimonio de la humanidad de los teólogos que cruzaron sus puertas, y del pensamiento político, por la influencia de algunos de sus ilustres frailes. Es larga la lista de insignes pensadores que compartieron sus claustros: Francisco de Vitoria y su Escuela de Salamanca, Domingo de Soto, Diego de Deza o aquellos célebres visitantes como Cristóbal Colón, Santa Teresa o San Ignacio de Loyola. La mayor parte de este grandioso edificio fue fundado, en el siglo XVI, por el cardenal Fernando Álvarez de Toledo, hijo del segundo duque de Alba. En el entorno de San Esteban existen dos de los conventos femeninos más significativos de la ciudad, tanto en el sentido histórico como en el artístico. Las Claras y las Dueñas reflejan la importancia que la fundación de conventos de clausura tuvo para la ciudad y el papel social y religioso que cumplieron en la edad moderna. En la inconfundible línea del cielo que identifica a Salamanca desde la otra orilla del Tormes, el puente romano se erige como un elemento esencial de su silueta. Sólo los arcos próximos a la ciudad son originales, los demás corresponden a la restauración del siglo XVIII. Este puente formaba parte de la Ruta de la Plata, que adquirió gran importancia económica y estratégica tras la ocupación romana. A la entrada del puente se encuentra un verraco prerromano, símbolo protector, que ha quedado unido a la literatura universal a través del Lazarillo de Tormes. Una mansión modernista llama particularmente la atención en un enclave como Salamanca: la Casa Lis, obra del arquitecto y matemático Joaquín de Vargas, construida en 1905, pertenece al racionalismo constructivo y a la era de
El patio de las Escuelas fue la primera intervención urbanística en la ciudad.
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los nuevos materiales, ya que utiliza el hierro de fundición, empleado desde mediados del siglo XIX en la Europa industrial. Actualmente, alberga el museo de Art Noveau y Art Deco de la Fundación Ramos Andrade. La emblemática Casa de las Conchas es un edificio gótico, del siglo XV, sin equilibrio, sin simetría, fuera de todo protocolo, que mezcla elementos renacentistas y musulmanes para dar como resultado una construcción original y singular. La presencia masiva de conchas en las paredes exteriores de este palacio y su orden romboidal denotan una cierta influencia mudéjar; se colocaron poco tiempo después de construido el edificio como confirmación del enlace entre dos miembros de la nobleza: Arias Maldonado y Juana Pimentel, en cuyo blasón aparecía la concha como representación del apellido. El patio interior de la casa es el lugar desde donde se distribuían las diferentes habitaciones y el espacio noble para recibir a los invitados. Su estética evidencia la coexistencia de diferentes influencias artísticas en la España de finales del siglo XV y principios del XVI. Así, conviven los arcos mixtilíneos de la planta baja, extendidos posteriormente por otras edificaciones de la ciudad, con las columnas renacentistas de mármol de Carrara, las tracerías góticas y la decoración de tradición musulmana. Alrededor de la Casa de las Conchas, a la altura de la Plaza de Colón, se ordenan una serie de casas nobiliarias, construidas entre los siglos XV y XVI, igualmente merecedoras de una visita. Allí se encuentran el Palacio de la Salina, la Torre de Abrantes, el Palacio de Orellana y la Torre Clavero.
Ciudades patrimonio de la humanidad Todas las imágenes han sido cedidas por Turismo y Comunicación de Salamanca.
LOCALIZACIÓN Situada al oeste de la península, Salamanca se encuentra a unas dos horas de Madrid y próxima a la frontera portuguesa. Para llegar en coche, desde la capital, hay que tomar la N-VI en dirección a La Coruña hasta Villacastín, coger la N-110 hasta Ávila y enlazar con la N-501 hasta Salamanca. Existe autopista que enlaza con la A6 a la altura de Villacastín hasta Ávila. Salamanca está conectada por tren con las principales ciudades del norte de España. Por avión, la única comunicación posible es a través de aeropuertos de ciudades cercanas, como Valladolid y Madrid. GASTRONOMÍA La gastronomía salmantina goza de una excelente reputación. Se compone de platos sabrosos, preparados para soportar los rigores climáticos de
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la zona, y que no dejan indiferentes a los comensales. Algunas de las especialidades típicas son la chafaina, que es un arroz cocinado con ingredientes de la zona; las chicas, plato confeccionado con carne de cerdo; el hornazo, y el cochinillo al fuego, plato por excelencia de la cocina salmantina. Entre sus dulces destacan los chochos, que son unos dulces anisados, y el bollo maimón, dulce parecido al tradicional bizcocho. CELEBRACIONES En el calendario local de fiestas tradicionales destaca el Lunes de Aguas, en el que, según la tradición, los estudiantes cruzaban el Tormes en barca y devolvían a las prostitutas a la ciudad después de la cuaresma. Hoy se celebra en familia, y es típico comer el tradicional hornazo. Otras celebraciones importantes en la ciudad son San Juan de Sahagún, el 12
de junio, y el día de la Virgen de la Vega, que se celebra el 8 de septiembre. OCIO En esta ciudad de larga tradición universitaria, las ofertas de ocio son amplias y desarrollan todo tipo de contenidos a lo largo del año. La actividad cultural es incesante: Ciudad abierta, Las noches del Fonseca, Jazz en la calle y otros eventos al aire libre dan color a la ciudad, día y noche, en los meses de verano. En otoño, invierno y primavera, la programación cultural –música, fotografía, pintura, escultura, artes escénicas– se celebra en magníficos y diversos recintos. INFORMACIÓN TURÍSTICA Tel.: 923 21 83 42 E-mail:
[email protected] Web: www.salamanca.org