Segregación ocupacional y residencial de la población de origen latinoamericano residente en España 1

Segregación ocupacional y residencial de la población de origen latinoamericano residente en España1 Albert Sabater Andreu Domingo Juan Galeano Centr

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Segregación ocupacional y residencial de la población de origen latinoamericano residente en España1 Albert Sabater Andreu Domingo Juan Galeano

Centre d’Estudis Demogràfics Universitat Autònoma de Barcelona GT 26 Sociología de la Población y Demografía Coordinadora: Rosa Gómez Redondo 10-12 de Julio de 2013, Madrid, España

Datos de contacto Juan Galeano: [email protected]

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Comunicación realizada en el marco de la investigación financiada por el Plan Nacional de I+D+I 2011 ¿De la complementariedad a la exclusión? Análisis sociodemográfico del impacto de la crisis económica en la población inmigrada (Ref. CSO2011/24501). Este texto además forma parte de la tesis doctoral de Juan Galeano inscrita en el Departamento de Geografía de la UAB.

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Resumen: Durante la primera década del siglo XXI España experimentó el episodio de transformación demográfica más importante desde el “baby boom” de los años sesenta. Dicha transformación fue propiciada, en este caso, por la llegada de más de 5 millones de inmigrantes entre 2000 y 2010, un tercio de los cuales provenían de algún país latinoamericano. Tres características convirtieron rápidamente a este colectivo en protagonista del “boom” inmigratorio español: 1) la intensidad y volumen del flujo, 2) el papel pionero de las mujeres dentro del mismo, y 3) la marcada tendencia hacia la rápida dispersión territorial tras la llegada. Si bien la demanda de mano de obra en un momento de expansión económica explica buena parte del volumen del flujo, la creciente mercantilización del trabajo de cuidados, asociada a la masiva incorporación de las mujeres españolas al mercado laboral y a las limitaciones del Estado de bienestar Español, ha sido considerada uno de los factores clave a la hora de explicar su feminización. Dicha feminización, además, fue coadyuvada por el reclutamiento proactivo de migrantes latinoamericanas a través de la firma de acuerdos bilaterales auspiciados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, así como por la tolerancia de la migración irregular, en particular la proveniente de Latinoamérica. A pesar de que la feminización de las corrientes migratorias procedentes de Latinoamérica ha sido objeto de escrutinio desde la óptica de la desventaja ocupacional, poco se sabe de la relación entre segregación ocupacional y residencial. Nuestro objetivo es examinar el tipo de correlación existente entre estas dos formas de segregación, bajo la hipótesis de que las dinámicas de segregación ocupacional y residencial, no necesariamente evolucionan en la misma dirección para este grupo de población. Con esta propuesta esperamos contribuir a una comprensión más cabal del comportamiento socio-espacial de la población latinoamericana residente en España. Para ello utilizamos el índice de disimilitud (D) como indicador estándar con el cual medir la distribución desigual de miembros de dos grupos (autóctonos y latinoamericanos) a través de un conjunto de categorías ocupacionales y residenciales. A fin de conseguir aislar el efecto “origen”, el análisis de correlación entre segregación ocupacional y residencial se realiza por separado para hombres y mujeres. Los datos con los que efectuamos dicho análisis provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA) y del Padrón Continuo de habitantes para el período 2000-2010. Entre los resultados esperamos encontrar una correlación negativa entre la segregación ocupacional y residencial (p. ej.: en forma de integración espacial que podría comportar algún tipo de desventaja ocupacional), 2

poniendo de manifiesto el carácter paradójico, e incluso problemático, de dicha correlación a la hora de implementar políticas que tengan por objetivo reducir la segregación en alguno de estos dos ámbitos. También esperamos que los datos nos permitan detectar un incremento de la selectividad, tanto en la integración ocupacional como en la de-segregación residencial, impuesta por la crisis económica en la que se encuentra sumida España desde el año 2008. Palabras claves: Inmigración Latinoamericana, Género, Segregación Residencial, Segregación Ocupacional, España. 1. Introducción: En este trabajo nos proponemos conocer cuál es la relación entre los procesos de segregación residencial y ocupacional, en este caso, de la población latinoamericana residente en España. Nuestro interés viene promovido por la consideración de que ambos fenómenos juegan un papel preponderante en los procesos de exclusión social y por la historia migratoria reciente de este país que, durante la primera década del siglo XXI, se convirtió en el principal destino de la inmigración internacional con destino hacia el continente Europeo (Pellegrino, 2004), y el segundo a nivel mundial, sólo por detrás de los Estados Unidos (OCDE, 2007). La elección del colectivo latinoamericano como población de estudio obedece tanto a la importancia que este grupo ha tendido en la corriente inmigratoria reciente, como a su composición preeminentemente femenina. En términos de composición por origen, el flujo procedente del conjunto de países latinoamericanos, el cual representó casi un 40 por ciento de las más de 5 millones de entradas hasta 2010, rápidamente se desveló como protagonista del proceso que significaría la mayor transformación demográfica desde el “baby boom” de los años sesenta. Dicho protagonismo fue el resultado de la combinación de factores de distinta índole. En términos de medidas de magnitud, podemos señalar tanto la intensidad (un promedio de 192.000 entradas por año entre 2000 y 2010) como el volumen del flujo (2,1 millones de personas). Sociológicamente, su principal particularidad ha sido la preeminencia de la llegada de mujeres (un índice medio de feminidad del flujo de 121 mujeres por cada 100 hombres), cosa que ha puesto en evidencia la marcada naturaleza de género de este grupo. Por último, la rápida tendencia hacia la dispersión territorial ha constituido su idiosincrasia geográfica (Sabater et al, 2012). Tras el boom inmigratorio de comienzos de siglo, el asentamiento territorial de las poblaciones inmigradas en general, y de la latinoamericana en particular, se ha vuelto una realidad tangible que ha 3

transformado la geografía humana española, su inserción laboral, por su parte, se ha visto sacudida por el impacto de la actual crisis económica, la cual ha repercutido con más fuerza sobre sectores en los que se concentra esta población. A fin de contextualizar nuestro estudio, conviene señalar, antes de continuar, algunas de las causas que propiciaron la llegada masiva de este grupo de migrantes. En términos generales, la demanda de mano de obra de baja cualificación para cubrir vacantes en los sectores de más baja remuneración tales como la agricultura, construcción y servicios (Baldwin-Edwards y Arango, 1999; Izquierdo, 2003), en un momento de expansión económica propiciada tanto por la capitalización por parte de España de fondos estructurales provenientes de la Unión Europea, como por el aumento de la confianza de inversores internacionales (López-Hernández & Rodríguez-López, 2010; EEAG., 2011), ha sido considerada uno de los factores de atracción más poderosos de la migración internacional hacia España (Arango, 2000). El crecimiento del sector de servicios ha sido particularmente importante en relación con la migración latinoamericana, y a éste, a menudo, se lo ha relacionado con la migración laboral femenina y la demanda por parte del mercado laboral español de trabajadoras domésticas o de cuidado, hecho que a su vez conecta con el conocido proceso de envejecimiento de la población y el aumento masivo de la participación laboral de las mujeres autóctonas (Domingo Alonso y Gil, 2007). En este sentido, la naturaleza de género de la migración latinoamericana en España sigue a la creciente demanda global de mano de obra en el sector del trabajo doméstico, que es considerado el principal responsable de la feminización de los flujos migratorios dirigidos hacia el sur de Europa (Anthias y Lazaridis, 2000), una situación que no difiere mucho internacionalmente (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2004; Oishi, 2005; Piper, 2005). Algunas de las consecuencias de la sobrerepresentación de las mujeres migrantes en el cómputo total de los flujos han atraído cierta atención a nivel internacional (Boyd, 2006), sobre todo el incremento de los desequilibrios por sexo entre los inmigrantes, con un creciente número de investigaciones donde se destaca la importancia de tomar en consideración la perspectiva de género (Gabaccia, 1994; Massey et al, 2006; Donato, 2006, 2011). Al papel de la mercantilización generalizada del trabajo de cuidados informal como elemento central en el desarrollo del precario estado de bienestar español (Lutz, 2008), cabe añadir dos aspectos importantes de la política inmigratoria española: por un lado, la contratación proactiva de los migrantes de América Latina a través de contratos bilaterales bajo

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los auspicios del Ministerio de Trabajo e Inmigración, y, por el otro, la tolerancia de la migración indocumentada que, claramente, favorecía a los flujos procedentes de América Latina (Izquierdo et al, 2003; Sabater y Domingo, 2012). Si, como se ha mencionado anteriormente, no caben dudas sobre la feminización del flujo migratorio proveniente de Latinoamérica, siguen siendo escasas las investigaciones que examinan el efecto de género en los patrones de asentamiento residencial e inserción laboral de este grupo de inmigrantes. Dentro de este contexto, si bien el estudio de la heterolocalidad (entendida en su faceta espacial como un proceso de rápida dispersión tras la llegada) de este grupo en España, ha atraído cierta atención (Sabater et al, 2012), un mayor desarrollo es necesario a fin de dilucidar los mecanismos que relacionan el asentamiento poblacional disperso, la migración femenina y la ocupación laboral. La preocupación por la interrelación entre estos tres elementos es aún más pertinente en un contexto de crisis como el actual y, sobre todo, teniendo en cuenta la posibilidad latente de que los patrones observados de segregación ocupacional y residencial entre los grupos de inmigrantes puedan amplificarse, como consecuencia de la coyuntura económica desfavorable. 2. Objetivo El objetivo de este trabajo es examinar la correlación entre la segregación ocupacional y residencial con el fin de explicar el comportamiento socio-espacial de hombres y mujeres latinoamericanos en España a lo largo del tiempo, concretamente, entre los años 2000 y 2010. El interés por la relación entre estos dos fenómenos sociales se fundamenta en dos evidencias empíricas. En primer lugar, en términos de ocupación, se ha documentado el significado de las concentraciones de los hombres y mujeres de diferentes flujos migratorios provocado por la escasez de mano de obra, tanto en España (Vidal y Vono 2011) como en otros lugares, y como parte de una política deliberada (Piper, 2005; Boyd, 2006). Dentro de este contexto, se han utilizado las teorías de capital humano (Becker, 1975) y del mercado de trabajo dual (Piore, 1979) para evaluar la generación de la desigualdad económica a través de la segregación ocupacional, vía segmentación del mercado de trabajo (Stanek y Veira, 2012). También se ha ponderado la importancia de las redes sociales constituidas por familiares y/o amigos (Ioannides y Datcher Loury, 2004; Vono y Vidal, 2012), así como al matrimonio (Furtado y 5

Theodoropoulos, 2008; Nottmeyer, 2010), en calidad de vehículos para la integración en el mercado laboral. En segundo lugar, en términos residenciales, la segregación se estudia, cuando se la identifica como una imposición estructural, entendiendo que puede tener un efecto perjudicial sobre un conjunto de oportunidades, como consecuencia de un proceso de estratificación, en el que se traduce el aislamiento geográfico en una serie de desventajas sociales. Dichas desventajas pueden ser evidentes en términos de acceso a servicios públicos, educación y, también, fuentes de empleo. En este sentido, si bien la teoría de la asimilación espacial continúa proporcionando un entramado teórico clave para el análisis del asentamiento de los inmigrantes, parece necesario, a su vez, distinguir entre las pautas observadas en el pasado y aquellos nuevos comportamientos espaciales que tienen lugar tras la revolución en los medios de transportes y las tecnologías de la comunicación acaecida desde la segunda mitad del siglo XX, tal y como lo demuestran las nuevas tendencias de dispersión inmediata (heterolocalismo) en España (Sabater et al, 2012) y en otros lugares del mundo (Massey, 2008). Por ello, y teniendo en cuenta las insuficiencias de la teoría asimilacionista tradicional, este último aspecto se erige como particularmente relevante en un contexto en el que los migrantes encuentran en los países de destino "una gama mucho más amplia de opciones de localización en términos de residencia y actividad económica que todo lo conocido en el pasado" (Zelinksy y Lee, 1998: 285). Aunque la conexión entre la segregación ocupacional y residencial en función del origen y de género se ha reconocido como importante (Ovadia, 2003), son muy pocas las investigaciones que han determinado si se trata, o no, de sistemas de segregación independientes (ver, por ejemplo, para el conjunto de la población española el estudio de Matas et al, 2010), siendo amplia e internacionalmente asumido que la discriminación y la segmentación del mercado laboral están positivamente relacionados con otras formas de desventaja, como la segregación residencial, en el llamado "desajuste espacial" (spatial mismatch) (Kain, 1968). Con el fin de llevar a cabo nuestro objetivo principal se examinan tres posibles correlaciones (positiva, negativa o ninguna correlación) entre la segregación ocupacional y residencial de la población latinoamericana residente en España.

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3. Datos y metodología Para realizar el análisis propuesto utilizamos dos fuentes de datos. En primer lugar, la Encuesta de Población Activa (EPA), realizada de forma trimestral por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con el fin de conocer las características de la fuerza de trabajo, como de su composición en términos de ocupados, parados e inactivos. Esta fuente nos permite conocer la distribución ocupacional tanto de la población nacida en España como de aquellos nacidos en Latinoamérica. Para conocer la distribución territorial de ambas poblaciones utilizamos datos provenientes del Padrón Municipal de habitantes, registro administrativo que recoge el número de personas residentes en cada municipio. Las variables con las que trabajamos en ambos casos son: sexo, edad y país de nacimiento. El período cubierto por nuestro análisis es el comprendido entre los años 2000 y 2010, ambos incluidos. Dado que la edad legal para trabajar en España son los 16 años, evaluamos el comportamiento residencial y ocupacional de las poblaciones (española y latinoamericana) de 16 y más años. Siguiendo una metodología estándar (Massey y Denton, 1988), empleamos el índice de disimilitud (D) como medida con la cual comparar la distribución de los miembros de dos grupos (nativos y latinoamericanos), según sexo, a través de un conjunto de categorías ocupacionales y residenciales. Una vez realizado el examen de segregación residencial y ocupacional, dos análisis se llevan a cabo en este trabajo, uno para establecer la correlación de la segregación residencial y ocupacional de las mujeres latinoamericanas, y otro sobre la segregación residencial y ocupacional de los hombres. Esto nos permite aislar el efecto del origen en los resultados obtenidos. Para los cálculos de segregación ocupacional utilizamos la distribución en diez categorías profesionales recogidas por la EPA de la población nacida en Latinoamérica y España y las secciones censales (con un promedio de 1.500 residentes) como unidad celular sobre la que medimos la segregación residencial a nivel de comunidad autónoma y provincia. El análisis se centra en el origen geográfico agregado de las distintas poblaciones que conforman la población latinoamericana residente en España. La fórmula que utilizamos para calcular el índice de disimilitud es la siguiente: 1 D = 2

n

i 1

xi yi − X Y

⋆ 100

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Donde, en términos ocupacionales, xi es la población del tipo X ocupada en la categoría i, yi es la población del tipo Y ocupada en la categoría i, X es la población total del tipo X del conjunto de categorías ocupacionales e Y es la población del tipo Y del conjunto de categorías ocupacionales. Multiplicamos el índice por 100 a fin de facilitar su interpretación. En términos residenciales, xi es la población del tipo X residente en el área i, yi es la población del tipo Y residente el área i, X es la población total del tipo X residente en la entidad geográfica para la cual D está siendo calculado e Y es la población del tipo Y residente en la entidad geográfica para la cual D está siendo calculado. Multiplicamos el índice por 100 a fin de facilitar su interpretación. Adicionalmente, para la elaboración del Mapa número 2 en el que se presenta el grado de feminización de los stocks de población latinoamericana residente en las provincias españolas para los años 2000 y 2010, se ha calculado una ratio de feminidad (número total de mujeres dividido el número total de hombres) para cada uno de estos años y se han calificado las provincias respecto del valor medio de dicho índice entre 2000 y 2010 y su desviación estándar. De esta forma, las provincias son categorizadas de la siguiente manera: Feminización Muy Alta: el valor de la ratio de feminidad es mayor al de la media más 1,5 desviaciones estándares. Feminización Alta: el valor de la ratio de feminidad se encuentra entre el valor medio más 0,5 desviaciones estándares y el valor medio más 1,5 desviaciones estándares. Feminización Media: el valor de la ratio de feminidad es encuentra entre el valor medio menos 0,5 desviaciones estándares y el valor medio más 0,5 desviaciones estándares. Feminización Baja: el valor de la ratio de feminidad se encuentra entre el valor medio menos 0,5 desviaciones estándares y el valor medio menos 1,4 desviaciones estándares. 4. Descripción de los resultados La presentación de los resultados se ha dividido en 4 secciones. Tras contextualizar la distribución territorial a nivel autonómico y provincial de la población nacida en Latinoamérica residente en España y su integración como fuerza de trabajo a nivel estatal, se abordan los tres objetivos de este trabajo. En primer lugar se describe la evolución de la segregación residencial. En segundo, damos cuenta de la evolución de la segregación ocupacional. Por último, 8

presentamos los resultados de análisis de correlación, según sexo, entre ambos tipos de segregación. 4.1 Distribución territorial de la población Latinoamericana La distribución de la población nacida en Latinoamérica en el territorio sigue, en términos generales, aquella de la población nacida en España, lo cual significa que ésta es claramente desigual. Así, encontramos que tres comunidades autónomas (Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana) aglutinan, en el año 2010, el 57% del total de población latinoamericana (2.459.089 personas). Sumando a estas comunidades los residentes además en Andalucía (7,8%), Canarias (6,5%), Galicia (4,4%) y Baleares (3,8%) alcanzamos el 80% del total de esta población. La fuerte especialización territorial de los latinoamericanos, como su carácter eminentemente urbano, se hace aún más evidente a escala provincial (Mapa 1). Así, los residentes de las provincias de Madrid, Barcelona y Valencia representan el 48,6% del total. A fin de ilustrar la citada preeminencia de la mujeres, en este caso en los stocks de población latinoamericana, presentamos el Mapa 2, en el que calificamos las provincias en función del grado de feminización del contingente en los años 2000 y 2010 con respecto a la ratio de feminidad media a nivel nacional, la cual se situaba en 147,4 mujeres por cada 100 hombres y a su desviación estándar (33,4). Este mapa nos permite visualizar, en primer lugar, el papel pionero de las mujeres latinoamericanas en los procesos migratorios de este grupo, hecho que queda reflejado en la mayor feminización generalizada de los stocks provinciales en el año 2000 respecto del 2010. En segundo lugar, teniendo presente que esta población multiplica por cinco sus efectivos durante el período analizado, podemos observar que, pese a la llegada masiva de latinoamericanos a España a lo largo de la década, la cual ha tendido a equilibrar la relación entre el número de hombres y mujeres en 2010, en la totalidad de las provincias (y con la única excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla) sigue siendo mayoritaria la presencia de mujeres. Como se ha señalado más arriba, este fenómeno ha sido relacionado con la mercantilización informal de los trabajos domésticos y de cuidados, en un momento de incorporación masiva de las mujeres autóctonas al mercado de trabajo; con la expansión de un sector terciario, de servicios, asociados con la restauración y el turismo; con ciertas “preferencias” por parte de los gestores y legisladores de las leyes, reglamentos y acuerdos

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migratorios; y, en términos demográficos podemos también agregar, con la demanda de mujeres generada en el mercado matrimonial español (Cortina et al., 2009) Mapa 1: Distribución territorial de la población nacida en Latinoamérica residente en España, 2010

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

Mapa 2: Grado de feminización de la población nacida en Latinoamérica por provincias. España 2000 y 2010 España 2000

España 2010

Media: 147,4 Desv. Est.: 33,4

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

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4.2 Participación en la Fuerza Laboral Durante los años de bonanza económica anteriores al estallido de la crisis económica en la que se encuentra sumida España desde el año 2007, la inserción laboral de la población latinoamericana inmigrada en España estuvo marcada por la complementariedad respecto de la fuerza laboral autóctona. Dicha complementariedad, como apuntan Fernando Gil y Andreu Domingo (2007), se materializa, en primer lugar, respecto del segmento del mercado laboral en el que se insertan mayoritariamente cada una de estas poblaciones, con la población inmigrada ocupando los segmentos inferiores en un momento de ascenso laboral generalizado por parte de la fuerza laboral española. En segundo lugar, el rejuvenecimiento experimentado por la población en edad de trabajar de origen latinoamericano durante el primer quinquenio del siglo XXI, atenúa el envejecimiento relativo de la mano de obra española. Por último, la creciente masculinización del flujo latinoamericano a lo largo de la década, contrarrestó la creciente feminización experimentada por la fuerza laboral española como consecuencia de un proceso de incorporación masiva de mujeres, con niveles de instrucción superiores a los de cohortes anteriores, al mercado de trabajo. En términos de participación en la fuerza laboral, a lo largo de todo el período 2000-2010, es notoriamente mayor la de las mujeres latinoamericanas que las sus pares hombres (Ver figura 1) incrementándose de 2 a 11 por ciento entre 2000 y 2010, mientras que la de ellos, al final de la década, sólo superaba en medio punto el 6 por ciento. Aún más significativa es la resistencia que la participación laboral de la mujeres latinoamericanas demuestra frente a la crisis económica, la cual, a partir del año 2008 comienza a reducir la de los hombres, como consecuencia del mayor impacto que ésta ha tenido sobre los sectores inmobiliario y, en particular, de la construcción. Esta resistencia queda aún mejor ilustrada al comparar las tasas de desempleo entre sexos y por región de nacimiento. Así, vemos que la irrupción de la crisis ha significado, no sólo, una inversión de la relación entre la tasa de desempleo de hombres y mujeres latinoamericanos, sino que, en comparación con la de los españoles, la diferencia entre ambas es menor entre las mujeres, alcanzando prácticamente el doble (de 17 a 30 por ciento) entre los hombres españoles y latinoamericanos en el año 2010.

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Figura 1: Participación en la población ocupada y tasas de desempleo de la población latinoamericana na por sexo. España 2000 2000-2010

Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), Instituto Nacional de Estadística

4.3 Segregación Residencial: En términos residenciales, la latinoamericana es una población inmigrada que se ha caracterizado por una rápida asimilación espacial y difusión territorial (Sabater et al, 2012), en la que evidentemente la cercanía cultural ha jugado un papel importante, pero a la que igualmente ha contribuido la intensa movilidad interna del grupo (Gil-Alonso ( Alonso et al., 2012). El crecimiento continuado de la población, impulsado principalmente por la intensidad y volumen del flujo migratorio, pero también,, más recientemente, por su propio crecimiento natural, ha ido acompañado de una reducción generalizada generalizada de los valores de disimilitud residencial entre 2000 y 2010 para la mayoría de comunidades autónomas, autónomas, con la única excepción de la Comunidad Canaria, donde parece plausible argumentar que el asentamiento de la población latinoamericana se ha visto condicionado tanto, por la localización territorial de aquellos inmigrantes latinoamericanos hijos o nietos de los emigrantes españoles de comienzo del siglo XX, XX los cuales en muchos casos partían de municipios "periféricos", "periféricos" como por la ubicación de oportunidades laborales relacionadas con los sectores del turismo y la restauración. A una escala territorial inferior a la comunidad, ell paso del del tiempo ha conllevado una menor dispersión de los valores de disimilitud entre las diferentes provincias españolas, que para el final de nuestra observación se sitúan, casi sin excepción, en la gama de bajos a moderados (entre (e 20-40). 40). L Los valores superiores a los 50 puntos que observamos, observamos para ambos sexos, en algunas provincias al inicio i del siglo XXI, son un artificio fruto de la combinación de la escala espacial para la que el índice está siendo calculado, junto con el escaso número de latinoamericanos residentes en provincias

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eminentemente rurales como Teruel, Córdoba, Cáceres, Badajoz y Jaén, Jaén con lo cual, los resultados se han de interpretar con cierta cautela.. Al diferenciar la segregación residencial entre hombres y mujeres latinoamericanos corroboramos que, tanto a escala de comunidad autónoma como provincial, y a lo largo de todo el período de an análisis, los valores sson ligeramente más bajos entre las mujeres (ver Figura 2), 2), hecho que puede verse relacionado relacionado, en muchas de las provincias, con el alto grado de participación de laa mujeres latinoamericanas en los sectores de servicios domésticos y de cuidados, cuidados que, por ejemplo, en los caso de realizarse como interina, incidiría sobre su distribución territorial, provocando que las mujeres se vieran representadas en áreas residenciales donde, a priori, no se esperaríamos encontrarlas. encontrarlas Figura 2: Segregación Residencial Residencial por comunidades autónomas y provincias de hombres y mujeres nacidos en Latinoamérica. España 2000 y 2010 Hombres Mujeres

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

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4.4 Segregación Ocupacional Para calcular el grado de disimilitud ocupacional de la población de origen latinoamericano respecto de la nacida en España hemos evaluado y comparado, también utilizando el índice de disimilitud, la distribución de cada una de estas población en un conjunto de diez categorías ocupacionales2 elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística de España y recogidas en la Encuesta de Población Activa (EPA). El diseño muestral de esta encuesta nos permite analizar la disimilitud ocupacional sólo a escala de Comunidad Autónoma. Teniendo en cuenta, como se ha señalado en apartado de distribución territorial, que el 80% de la población nacida en Latinoamérica residente en España se concentra en 7 Comunidades (Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Canarias, Galicia y Baleares), hemos efectuado nuestro análisis únicamente para estas comunidades. Un primera observación de la distribución relativa de la población latinoamericana en el conjunto de categorías ocupacionales revela una mayor concentración de las mujeres, tanto como una tendencia a acentuar dicha concentración a lo largo de período de análisis. Así, encontramos que, en el año 2000, a nivel estatal, un 27 por ciento de las mujeres latinoamericanas estaban ocupadas en el sector de servicios, en el que se incluye el servicio doméstico, mientras que un 35 por ciento realizaban trabajos incluidos en la categoría de ocupaciones elementales. Diez años más tarde, las ocupadas en el sector de servicios alcanzan un 30 por ciento, mientras que la categoría de ocupaciones elementales pasa a representar un 42 por ciento del total. En el caso de los hombres la concentración no es tan dicotómica. Si bien un tercio de los hombres están ocupados en estos dos sectores, a éstos también los encontramos ocupados en el sector de la construcción y desempeñándose como trabajadores cualificados en la agricultura y pesca. Ahora bien, ¿cómo se traduce esta concentración ocupacional en términos de disimilitud, a escala autonómica? Pues, en este caso, encontramos la relación inversa entre la segregación ocupacional de hombres y mujeres, traduciéndose la concentración dicotómica de ellas en un mayor grado de segregación ocupacional. Para las comunidades de Madrid, Cataluña y la 2

0: Ocupaciones Militares; 1: Directores y Gerentes; 2: Técnicos y profesionales científicos e intelectuales; 3: Técnicos y profesionales de apoyo; 4: Empleados de tipo administrativo; 5: Trabajadores de servicios, de restauración, personales, protección y vendedores de comercio; 6: Trabajadores cualificados en la agricultura y en la pesca; 7: Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, construcción y minería; 8: Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores; 9: Ocupaciones elementales.

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Comunidad Valenciana, donde recordemos reside más de la mitad de la población nacida en Latinoamérica, la segregación ocupacional, tanto de hombres como de mujeres ha aumentado entre los años 2000 y 2010. En el caso de las mujeres, el incremento es una característica común a las siete comunidades analizadas (Ver Figura 3), mientras que para los hombres que trabajan en las comunidades de Andalucía, Galicia y Baleares el paso del tiempo ha significado una reducción de los valores de segregación ocupacional, fruto de una distribución cada vez más parecida a la de los nacidos en España. En el caso de Galicia, y sobre todo de Andalucía, el descenso entre 2000 y 2010 se debe la sobrerrepresentación que, al inicio del período, ostentaban los hombres latinoamericanos en sectores de ocupación del segmento superior (Directores y gerentes, Técnicos y profesionales científicos e intelectuales, y técnicos y profesionales de apoyo), sobrerrepresentación que la llegada masiva de latinoamericanos ha tendido a equilibrar en favor de ocupaciones del segmento inferior del mercado de trabajo. En el caso balear, la mayor segregación ocupacional al inicio del siglo XXI es el resultado conjunto de la mayor presencia de latinoamericanos en la categoría de ocupaciones elementales y su ausencia en las categorías de operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores, y de empleados de tipo administrativo.

Figura 3: Segregación Ocupacional por comunidades autónomas de hombres y mujeres nacidos en Latinoamérica. España 2000 y 2010 Mujeres

70

70

60

60 Disimilitud ocupacional

Disimilitud ocupacional

Hombres

50 40 30 20

50 40 30 20

10

10

0

0

2000

2010

2000

2010

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

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4.5 Análisis de Correlación entre la segregación residencial y ocupacional de la población latinoamericana (2000-2010) Una vez conseguidos nuestros 4 sets de resultados (segregación residencial y ocupacional de hombres y mujeres nacidos en Latinoamérica entre 2000 y 2010), podemos proceder al análisis de correlación entre ambos tipos de segregación y según sexo (Gráfico 1). A nivel nacional, el análisis efectuado corrobora una clara correlación negativa entre ambos tipos de segregación. Si, como fuera señalado en el apartado de análisis de segregación residencial, la población latinoamericana en su conjunto ha exhibido valores de moderados a bajos y un tendencia creciente a replicar la distribución territorial de la población nacida en España, en términos ocupacionales, esta población no ha logrado reducir, a lo largo de período de análisis, su concentración en aquellas categorías ocupacionales relacionadas con los servicios y la construcción, sino que por el contrario ésta, a escala nacional, ha ido en aumento. Dicha correlación negativa es más fuerte entre las mujeres nacidas en Latinoamérica. Al dividir nuestro análisis según sexo corroboramos, además, una inversión de la relación entre la segregación de hombres y mujeres según nos centramos en uno u otro ámbito de estudio. Mientras que la segregación residencial de la población femenina nacida en Latinoamérica es ligeramente inferior a la de los hombres, en términos ocupacionales son ellos quienes logran una distribución más parecida a la de sus pares nacidos en España (Figura 3). Al desagregar el análisis por comunidades autónomas encontramos que tanto en la Comunidad de Madrid como en Cataluña, donde reside casi la mitad esta población, la correlación sigue el mismo patrón negativo. Sin embargo, en ambas comunidades, la brecha en la segregación ocupacional de hombres y mujeres ha tendido a decrecer a lo largo del tiempo. En los casos de la Comunidad Valenciana y Andalucía, la correlación negativa se constata sólo para las mujeres, y, aunque en el caso de los hombres la tendencia es hacia la de-segregación tanto ocupacional como residencial, la significación estadística de dicha correlación positiva no nos permite corroborar esa hipótesis. En cuanto a la crisis económica, los resultados obtenidos son poco reveladores respecto del afección que esta ha tenido sobre la segregación ocupacional de la población latinoamericana residente en España, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta la escala territorial (comunidad autónoma) para la que hemos calculado el índice de disimilitud, tanto como el impacto que la crisis ha tenido sobre la ocupación de ambas poblaciones (autóctonos y latinoamericanos).

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Gráfico 1: Correlación entre la segregación ocupacional y residencial de la población nacida en Latinoamérica por sexo 2000-2010. 2000

Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Conti Continuo nuo y la Encuesta de Población Activa (EPA), Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

Figura 3: Disimilitud residencial y ocupacional de hombres y mujeres nacidos en Latinoamérica. España, Comunidad de Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana 20002010

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Fuente: elaboración propia con datos del Padrón Continuo y la Encuesta de Población Activa (EPA), Instituto Nacional de Estadística (INE) de España.

5. Conclusiones El objetivo de este trabajo era conocer la relación existente entre la segregación ocupacional y residencial de la población de origen latinoamericano residente en España España, motivados por la convicción de que ambos fenómenos ómenos son relevantes en los procesos de exclusión social, social y con el ánimo de poder explicar el comportamiento socio-espacial espacial de esta población. población El análisis realizado nos permite rechazar la hipótesis de parsimonia (es decir, una correlación positiva) positiva entre la segregación ocupacional y residencial de la población latinoamericana. Por el contrario, loss resultados obtenidos no dejan deja lugar a dudas sobre la correlación negativa entre ambos tipos de segregación. Si bien, por un lado, los niveles de segregación residencial de la población oriunda de Latinoamérica son, en general, bajos o moderados, y además ésta muestra una rápida tendencia hacia la de-segregación, segregación, por el otro, la segregación ocupacional ha ido en aumento a la largo de los primeros años del siglo XXI XXI, sobre todo entre las mujeres.. Dicho aumento pone en evidencia tanto la dificultad con la que se está topando este grupo para encontrar trabajos en otros sectores ocupacionales distintos de los servicios, la construcción y las ocupaciones elementales, pese a, por lo general, su elevado nivel educativo, como también que la integración espacial se está produciendo a costa de una cierta desventaja ocupacional. La aparente "asimilación" residencial,, definida en base a uno valores de segregación bajos, puede enmascarar, sin embargo, parte de los efectos de la segregación en el mercado laboral, con insospechadas spechadas consecuencias sobre las condiciones de vida de la población inmigrada. inmigra En este trabajo hemos descrito y documentado cuales han sido, en términos generales, las pautas de asentamiento territorial de la población latinoamericana, pero el instrumental metodológico

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empleado para este fin, no brinda ninguna información alguna sobre cuáles son las condiciones de las viviendas y características de estos hogares que, con el paso del tiempo, logran una distribución espacial cada vez más parecida a la de los españoles. En este sentido no sería de extrañar que la dinámica generalizada de dispersión territorial se haya visto acompañada, desde la llegada de la crisis, de una degradación de las condiciones de vida, materializada en un cambio en el régimen de tenencia (de propiedad a alquiler) de las viviendas, como en una mayor ocupación de las mismas. A pesar de que los resultados obtenidos no nos permiten sopesar el impacto que la crisis ha tenido sobre la segregación ocupacional creemos necesario continuar esta línea de investigación, teniendo en cuenta que es muy probable que ésta imponga una mayor grado de selectividad en sectores ocupacionales que durante los últimos años se habían configurado como nichos laborales para la población latinoamericana (por ej.: servicio de cuidados a personas mayores y trabajadores de la construcción). Si durante los años de bonanza económica la tónica fue la movilidad laboral ascendente de la población nacida en España, parece evidente que la actual coyuntura impondrá un movimiento descendente del que resulte una mayor competencia sobre las oportunidades de empleo.

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