Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Julio, 2015 – Nº 29 CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24.
El Chile violador, por Juan José Toro Montoya ........................................................ 2 Diplomacia boliviana ................................................................................................ 3 Perú y Paraguay, la importancia de la mención del ‘tema mar’ ................................. 3 La incuantificable deuda chilena, por Daniel Valverde Aparicio ................................ 5 El canciller Evo, Brasil y el mar, por Winston Estremadoiro ..................................... 6 El Papa y el mar, por Carlos D. Mesa Gisbert............................................................ 7 Lo que dejó Francisco a Bolivia ............................................................................... 9 El canciller Muñoz descifra al papa Francisco, por Walter Guevara Anaya ............. 10 Diálogo con Chile ................................................................................................... 11 Diálogo imprescindible, por Ramiro Prudencio Lizón ............................................. 12 Nuestras fronteras.................................................................................................. 13 Diálogo franco y abierto, por Marcos Aguirre ......................................................... 13 El Papa, Chile y la demanda boliviana .................................................................... 14 Relaciones con Chile .............................................................................................. 15 El Vicario de Cristo está en su casa, por Marco Antonio Barroso Mendizábal ........ 16 Francisco y la línea dura chilena, por Walter Guevara ............................................ 17 Análisis “Estoy pensando en el mar”, por Andrés Guzmán Escobari ..................... 18 Cuatro claves de la llegada del papa Francisco a Bolivia ........................................ 20 La Corte de La Haya y el papa Francisco, por Julio César Caballero M. .................. 22 23 expresiones del Estado peruano favorables a un mar para Bolivia .................... 23 Bolivia, prisionera de la geografía, por Walker San Miguel Rodríguez .................... 27 Crónica de una auto-derrota por goleada, por Juan Carlos Zuleta Calderón ........... 28 La primera reacción chilena, por Walter Guevara Anaya ........................................ 29 ¡Que las restablezca su abuela!, por Walter Guevara Anaya ................................... 30
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Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Julio, 2015 – Nº 29 1. El Chile violador, por Juan José Toro Montoya No será extraño que Chile, que ya tiene el subcampeonato en el bolsillo, obtenga el título de la Copa América que se juega en su territorio. Total… lo que no consiguió por las buenas lo tendrá por las malas, “por la fuerza” En Chile, como en todos los países del mundo, existen personas excepcionales, buenas y malas. Las personas excepcionales son aquellas que, como Pablo Neruda o Gabriela Mitral, rebasaron los límites de su propia humanidad y se convirtieron en universales. Las personas buenas son aquellas que, sin haber adquirido el carácter universal de las anteriores, grabaron su nombre en la historia con letras de molde por su extraordinaria humanidad. En esa lista están Salvador Allende y Víctor Jara, que dieron su vida por la libertad, además de muchos otros que creen en la igualdad. Las personas malas son aquellas que cambiaron el sentido independentista de las luchas libertarias, traducidas en el lema “Por la razón o por la fuerza” del escudo chileno, y le dieron un carácter totalitario, geófago y de latrocinio. Son estas personas las que propiciaron la invasión al Litoral boliviano y le arrebataron a Bolivia su único acceso al mar. La invasión a Antofagasta fue tanto como el asalto a mano armada a una vivienda en la que los asaltantes se robaron las cosas de valor, violaron a las mujeres y, al final, cuando tenían al dueño de casa sometido y maniatado, le pusieron un rifle en la nuca para que firme un documento en el que renunciaba a su derecho al reclamo. Ese documento fue el Tratado de Paz y Amistad de 1865 que fue la base para el tratado de 1904 que ahora Chile se empeña en defender. Por las circunstancias en las que fue firmado, ese tratado se impuso “por la fuerza”. Los malos chilenos obtienen por la fuerza aquello que no consiguen por la razón. En otras palabras, consiguen a las malas lo que no pueden alcanzar por las buenas. El ejemplo más reciente de su conducta es la Copa América que todavía se disputa en su territorio. Chile no ganó nunca una Copa América y, ahora que juega de local, pretende alcanzar ese lauro, así sea “por la fuerza”. Para ello, es obvio que recurrió a actuaciones extradeportivas con el fin de que no se inhabilite al jugador Arturo Erasmo Vidal Pardo, que protagonizó el primer escándalo de ese campeonato. Lo más probable es que hayan utilizado el mismo camino para que se reduzca la sanción al futbolista Gonzalo Alejandro Jara Reyes quien había sido castigado con tres partidos de suspensión en un fallo que se proclamó como “inapelable”.
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Chile no sólo hizo importantes inversiones para conseguir el título de la Copa América 2015. Para llegar a la final, no dudó en, literalmente, meterle el dedo al culo de un jugador rival y, encima, logró que el primer sancionado por el acto sea él. Por eso no extrañó la conducta del árbitro José Argote en el partido en el que Perú resistió los embates de Chile como el almirante Miguel Grau cuando enfrentó la arremetida de los buques chilenos armados por el imperialismo inglés. Y por eso no será extraño que Chile, que ya tiene el subcampeonato en el bolsillo, obtenga el título de la Copa América que se juega en su territorio. Total… lo que no consiguió por las buenas lo tendrá por las malas, “por la fuerza”. Fuente: Los Tiempos 01.07.2015
2. Diplomacia boliviana Que Perú se haya referido en público a su “histórica posición” sobre la demanda marítima o que Paraguay llame a reactivar los principios de la Convención de los Derechos del Mar (Convemar) son señales de un trabajo diplomático intenso. A esto se suma la preocupación del Vaticano, expresada por su portavoz, para que el diferendo entre Bolivia y Chile se resuelva “con una perspectiva de paz” y mirando hacia al futuro. Si bien estas señales políticas son alentadoras, aún resta mucho trabajo para que la posición integradora de Bolivia (uno de los principios de la política internacional del país) pase de las palabras a los hechos, con acciones que superen los gestos de amistad o a las palabras de buena crianza. En suma, se trata de la generación de intereses comunes y de que el acceso al mar a favor de Bolivia sea uno de ellos, porque, precisamente, se trata de “mirar al futuro”. Así, la propuesta del ferrocarril interoceánico, alentada por China, es uno de los factores generadores de estos intereses comunes, pero no será el único. Bolivia puede convertirse en un país con muchas oportunidades, pero aún está en construcción la institucionalidad que figurará en las cartas credenciales que lleven consigo los diplomáticos a sus destinos en ultramar. Las rutas por la mar dependen del buen marinero y sus tormentas. Fuente: La Razón 04.07.2015 (Sub editorial)
3. Perú y Paraguay, la importancia de la mención del ‘tema mar’ Cuando Evo Morales, en el mirador de isla Esteves (Puno, Perú), agradeció el “apoyo” peruano en el “tema del mar” nadie sabía en qué consistía, pues aún no se había firmado y menos hecho público el contenido de la Declaración de Isla Esteves. Luego se hizo público que el documento dice: “32. La República del Perú mantiene su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión en relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia. En ese contexto, los mandatarios reafirmaron la significación de las normas del Derecho Internacional y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en particular, el rechazo a la amenaza o al uso de la fuerza y la solución pacífica de controversias. El Presidente del Perú expresó sus fervientes votos para que pueda alcanzarse una solución satisfactoria a la referida situación de mediterraneidad”. En el caso del Paraguay, la mención es la siguiente: “(Los presidentes de Bolivia y Paraguay) Convinieron en reafirmar la vigencia de los derechos acordados por la ‘Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar’ en favor de los Estados sin litoral, en la efectiva aplicación del Programa de Acción de Viena, de 2014, el Llamado a la Acción de Livingston, de 2015, y el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la Organización Mundial del Comercio, e invocaron a los países de tránsito, los países 3
desarrollados y las organizaciones internacionales a garantizar su derecho de acceso al mar y desde el mar, incluidos los relacionados con la libertad de la alta mar y con el patrimonio común de la humanidad, así como la libertad de tránsito, por todos los medios de transporte sin restricciones de ninguna naturaleza; asegurando su cooperación en la construcción y mejoramiento de las vías de transporte; adoptando medidas a fin de evitar y subsanar retrasos y dificultades, por medio de, entre otras acciones, la armonización, la simplificación y la normalización de los reglamentos y la documentación exigidos en frontera y en el tránsito de mercancías”. En el caso peruano se trata de la expresión de la “comprensión” y la “solidaridad” con la “situación de mediterraneidad” de Bolivia (si bien una palabra más precisa habría sido “enclaustramiento”). El segundo párrafo puede ser interpretado de manera más importante para el país, ya que el Perú hace votos porque se alcance una “solución satisfactoria”. Esto contradice a Chile que intenta decir que todo estaría solucionado con el Tratado de 1904. Al indicar Perú que desea que haya una “solución”, está manifestando que existe un problema. En el caso del Paraguay se trata de una acción de apoyo conjunto para exigir el cumplimiento de los derechos que tienen los Estados sin litoral. El tema del enclaustramiento está ausente. En relaciones internacionales pesa mucho el manejo de la opinión pública, expresa el internacionalista Daniel Agramont. “Esa solidaridad (del Perú) ha sido muy bien manejada por Bolivia. A las dos horas hubo una reacción del Perú hablando de neutralidad, pero claro, en Chile hay mucha molestia porque Bolivia está ganando solidaridad”. Según Agramont, que Perú exprese su solidaridad hace que Chile ya no tenga un escenario para decir que Lima siempre se opuso a una salida para Bolivia. “Ésa es una de las razones por las que causó tanta molestia en Chile. Esta declaración rompe su esquema de que (el diferendo marítimo) sea un problema bilateral”. En efecto, en Chile hubo reacciones contradictorias, mientras unos agentes de gobierno de La Moneda sostuvieron que no existía ningún apoyo en esa declaración, otros (Sebastián Piñera) la consideraron inaceptable. En los alegatos preliminares en La Haya salió el tema del Perú en repetidas ocasiones a causa del artículo 1 del Protocolo Complementario que indica que para la cesión territorial a una tercera potencia (Bolivia) de una superficie que en el pasado fuera del Perú, Chile debe contar con el consentimiento de Lima. “La mención específica que se hace del mar es el reconocimiento de un problema y Perú manifiesta toda su solidaridad y comprensión. Esto ya no solo afecta a Chile, sino también al Perú. El momento que necesitemos pedir su solidaridad, vemos que eso ha quedado plasmado en esta declaración, y no es que tengamos que exigir su cumplimiento, sino que al tener buenas relaciones como las actuales, se tiene un escenario mucho más favorable. La internacionalista Karen Longaric, sin embargo, tiene una lectura distinta, pues sin menospreciar la importancia de la mención considera que es “tímida”. “Perú muestra cierta timidez para hacer una declaración de apoyo expreso y categórico”, dice. “ La mención es cautelosa, hasta tímida. Perú ha cuidado de no comprometerse expresamente con la causa marítima, su declaración menciona ‘solidaridad y comprensión’, que son expresiones un tanto difusas”, interpreta. La declaración —precisa— es importante, pero si se revisa expresiones de Perú formuladas en el pasado se ve que “hay otras mucho más claras” al respecto, “como cuando indica que no va a ser un obstáculo para alcanzar una solución”. “Esto no trata de restar méritos a este documento, ya que es muy difícil que en este momento Bolivia pueda obtener un respaldo
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más categórico del Perú. Creo que más de lo que se ha obtenido tampoco podía ser posible”, concluye. Para Agramont, Bolivia busca apoyo en la demanda en La Haya. “Si bien sabemos que se falla en base a derecho, es muy importante poner el tema en la agenda de la región”. Con Paraguay esto es “más simple” por ser mediterráneo y por participar con Bolivia en las conferencias de países sin litoral. “Es una posición conjunta para lograr avances en la normativa multilateral en este tema y Paraguay tiene la misma visión que nosotros”, apunta. La normativa internacional que otorga derechos a los países sin litoral da aún mayores facilidades que el libre tránsito del Tratado de 1904, Chile incumple ambas cosas para con Bolivia, como se ha venido probando no solo los últimos meses, sino desde hace décadas. Otro tema relacionado al tema marítimo fue el del puerto de Ilo en la Declaración de Isla Esteves. El acuerdo de uso temporal del puerto se halla en el Congreso peruano, esperando su aprobación desde 2010 (si bien el primer acuerdo que no llegó a implementarse data de 1992). La declaración apunta a que los presidentes subrayaron la importancia de que esos acuerdos entren en vigencia “en el más breve plazo”, además reiteraron su voluntad de establecer una agencia aduanera en Ilo. Fuente: La Razón 05.07.2015 (Suplemento Animal Político)
4. La incuantificable deuda chilena, por Daniel Valverde Aparicio El Gobierno de Chile viene desarrollando una campaña internacional reactiva, con la finalidad de desacreditar la demanda de reivindicación marítima planteada por el Estado boliviano. El folleto denominado Chile y la aspiración marítima boliviana. Mito y realidad es uno de sus insumos y en él se pretende reflejar que Bolivia tiene el más amplio acceso al mar y goza autonomía aduanera, preferencias tarifarias, facilidades de almacenamiento, exenciones tributarias y libre desplazamiento por las rutas hacia los puertos. Ante este conjunto de falacias, nuestra Cancillería, por medio de la Dirección de Reivindicación Marítima, ha elaborado un sólido documento de respuesta. Primero se establece que Bolivia es el único país del mundo que habiendo iniciado su vida independiente con acceso soberano al mar este le fue despojado por la fuerza. Les recuerda que la mayor fuente de ingresos de Chile es el cobre y se estima que, a precios de hoy, este país ha recibido mucho más de $us 900.000 millones por ese mineral, cuyos yacimientos están en territorios que eran de Bolivia. Sobre el pretendido argumento de que tenemos el más amplio acceso al mar establecido en el tratado de 1904, se detalla que el incumplimiento del libre tránsito a lo largo de la historia ha sido reiterado, pero además agravado en momentos cruciales de nuestra historia, mencionando que durante la Guerra del Chaco se bloqueó el ingreso de armas a nuestro territorio, o que después de la Revolución Nacional se embargó estaño boliviano por simple presión del magnate minero Simón Patiño; y a partir de 2004, Chile privatizó los puertos, estableciendo una lógica inaceptable de relación de nuestro Estado con administradores privados, cuando la relación debe ser entre estados. El libreto chileno afirma que gozamos de autonomía aduanera y otras facilidades, las cuales, en los hechos, se han visto constante y arbitrariamente limitadas, debido a que las autoridades chilenas intervienen nuestras cargas con controles discrecionales, escaneos y aforos según su criterio y conveniencia. Irónicamente, este año, cuando se comienza a procesar nuestra demanda, se han producido reiterados paros prolongados en puertos chilenos, generando graves perjuicios económicos a los transportistas, al aparato productivo y a los empresarios. En los círculos universitarios, Agustín Saavedra Weise suele afirmar que, además de los daños económicos, hay otros daños que son incuantificables, y que estos
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se hallan en el alma de la mujer y el hombre bolivianos. ¡Qué deuda más grande la provocada por Chile! Fuente: El Deber 06.07.2015 5. El canciller Evo, Brasil y el mar, por Winston Estremadoiro De ser ahijada predilecta de Brasil se evolucionó –nunca más acertado el verbo- a país paria al que hay que circunvenir. Los agravios a la potencia vecina son imputables a Evo en el papel de Canciller a cargo de las relaciones diplomáticas de Bolivia. Nadie me quita que el régimen del “proceso de cambio” en Bolivia empezó en el Foro de São Paulo. La meteórica ascensión de Evo Morales debió mucho al padrinazgo conjunto –el uno puso la plata, el otro el apoyo político– de Hugo Chávez (sí, el de la farra de millardos de petrodólares venezolanos), y de Lula da Silva (sí, el populista de la potencia BRIC – Brasil, Rusia, India y China– en ciernes). La madrina que puso el ramo de flores mustias de una ideología obsoleta fue la Cuba de los hermanos Castro. Los izquierdistas del Foro de São Paulo relevaron al apoyo de la Unión Soviética. La subvención comunista y el petróleo ruso fueron reemplazados en Cuba por petrodólares e hidrocarburos venezolanos. Dejo para otra discusión comparar la sartén corrupta de mafiosos, turistas, coristas, casinos y el pueblo muerto de hambre en la Cuba de Batista, o la brasa idealista de la Revolución castrista que fascinó a tantos (me incluyo entre ellos), antes de hundirse en dictadura de ‘nomenklatura’ dominante, turistas, coristas, casinos y el pueblo muerto de hambre. Pero si de ideología y del manejo del Estado en pos del bien común se trata, el socialismo del siglo 21 tiene en la Venezuela actual un ejemplo que pocos países sensatos quieren, o deben, seguir. La patria de Bolívar ya no es el refugio de tanto exiliado político, ni el faro que con la Doctrina Betancourt llevara a buen puerto a la patria grande latinoamericana. El significado de “canciller” tiene varias acepciones. La de este artículo no es la del empleado de una legación; en una república democrática, tampoco la del encargado del sello real que otorga privilegios y fueros. Los extremos ideales, por no decir dicotomía, oscilan entre el canciller que es a la vez jefe de gobierno (Hitler fue el más notorio prototipo alemán), y el ministro de Relaciones Exteriores. Yo opino que en Bolivia el canciller es el propio Presidente del Estado Plurinacional; el encargado de nuestra diplomacia es como esos jarrones (en este caso, tiahuanacota) que adornan las salas. Su pervivencia tal vez debe más al discutible indigenismo del Gobierno, que a veces parece aymara-centrismo apareado con centralismo paceño, en un país de mayorías quechua e hispano-hablantes de gente mestiza latinoamericana–variedad boliviana. Los últimos días han dado lugar a la perla de concentrar esfuerzos de acercamiento con Perú y Paraguay. ¿Será porque los otros tres vecinos –los poderosos Brasil, Argentina y Chile- no tienen en sus prioridades a la díscola Bolivia de Evo? Ciertamente las relaciones entre nuestro país y su vecino más extenso son un ejemplo de lo dicho. De ser ahijada predilecta de Brasil se evolucionó –nunca más acertado el verbo– a país paria al que hay que circunvenir. Los agravios a la potencia vecina y a su presidenta Dilma Rousseff, son imputables a Evo en el papel de Canciller a cargo de las relaciones diplomáticas de Bolivia. Cansado quizá de picar como hormiga a la pata del mastodonte “imperial” estadounidense, Evo se volcó contra Brasil. Hirió su orgullo nacional con los aires mussolinianos de ocupación militar de predios petroleros brasileños. La Ministra de Energía de Brasil de visita en La Paz fue tratada como sospechosa de narcotráfico: ¿qué sana-sana, culito de rana se puede hacer con la ahora Presidenta de Brasil? El dinero que Petrobras invertiría en
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Bolivia apuntaló los hallazgos petroleros del Pre-Sal, que redujo la importancia de Bolivia para Brasil. La legación en Brasilia es tal vez más gravitante que el consulado en Santiago o la embajada en Washington; sin embargo, nombran embajadores a políticos que quizá la pasan comentando fútbol del ‘Brasileirão’. En el pasado he relevado la importancia que tiene el inmenso Brasil para Bolivia. Argüí que una piedra angular de nuestra geopolítica debería ser el acceso soberano al Pacífico, sí, pero rompiendo la tradicional alianza ente Itamaratí y La Moneda, entre Brasil y Chile. Llegaríamos al Pacifico atando nuestro carretón al fórmula uno brasileño, que requiere acceder a mercados asiáticos. Cambio real en Bolivia sería volcarse a dos terceras partes del territorio nacional, llegando al Atlántico por hidrovía que Aguirre Lavayén plasmó en Puerto Aguirre; por los pocos privilegios que Melgarejo obtuvo en 1867 en puerto boliviano en Porto Velho, el río Madeira y el río-mar. Al presente, tenemos a Brasil con sus hidroeléctricas en el río Madeira, sin exclusas para salir del encierro marítimo ni represas binacionales. Continúa la inversión que industrializará hidrocarburos con gas boliviano, sin que nuestro país pueda conectar el energético al Mutún. A la luz del escándalo Lava-Jato en Brasil, ¿cuándo reventará el “puchichi” de los vínculos de carreteras bolivianas con empresas corruptas como la OAS? Siguen empecinados con la carretera asesina del Tipnis, mientras Perú y Brasil le hacen un bypass a Bolivia en el tren bioceánico. Es diferente gobernar en bonanza y en tiempos de vacas flacas que se avecinan. Perdimos el tiempo con Chile, la embarramos con Perú, la chamboneamos con Brasil. Es necesario un golpe de timón en las relaciones internacionales. Fuente: Los Tiempos 09.07.2015
6. El Papa y el mar, por Carlos D. Mesa Gisbert "Bienvenido a una parte de la Patria Grande, a la que se le ha mutilado su derecho de acceso al mar mediante una invasión”, le dijo el Presidente al papa Francisco nada más pisar nuestro territorio. El Primer Mandatario, consecuente con la idea de que la causa marítima de Bolivia es, con mucho, el tema más importante de la política exterior boliviana, abordó ante el Pontífice con claridad y sin eufemismos la cuestión de nuestro enclaustramiento forzado. El riesgo era alto. Bien podía haber sido un paso en falso. Una mención de esa naturaleza podía haberse interpretado como "políticamente incorrecta”, como inconveniente ante una personalidad de esa dimensión, que debía medir con exactitud si una respuesta era o no pertinente y si ésta guardaba o no equidistancia con Chile, el país aludido. "Hay que construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad, que agravan más la situación y hacen más difícil su solución”. "El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas… Estoy pensando en el mar, diálogo, diálogo…. Es indispensable”. La respuesta de Francisco a la bienvenida de Morales fue rápida, clara e inequívoca. Dejó de lado, sin temor alguno, lo que podía haberse entendido como "políticamente incorrecto”. Quien hablaba en la Catedral de La Paz era el líder de la Iglesia Católica, pero era también un Jefe de Estado. Las palabras papales deben leerse en el contexto de la situación actual entre los dos Estados y sobre la base de su relación histórica.
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Antes de nuestra demanda, y también ahora que esta ha sido instalada en La Haya, Chile hizo cuestión de Estado sobre la intervención de terceros. No ya sobre una eventual mediación o la acción facilitadora de países u organismos multilaterales, sino sobre la simple mención de apoyo a la reivindicación boliviana, o la expresión de deseos de que Chile y Bolivia busquen, mediante el diálogo, una solución al problema pendiente. Cuando Chile decidió basar su política exterior con Bolivia sobre la idea de que no hay ningún asunto pendiente entre los dos países, reforzó esa estrategia con una presión directa sobre Bolivia, la idea de que en el marco de una cuestión estrictamente bilateral, cualquier expresión -sólo expresión- de terceros entorpecía las opciones de una solución. El éxito de ese camino dependía de que Bolivia mantuviera silencio en los foros internacionales y en lo posible nadie dijera una palabra sobre la cuestión. Esta línea de acción tenía, sin embargo, una contradicción fundamental: si no había problema alguno entre ambos países, era absurdo afirmar que se trataba de un asunto bilateral. Decirlo era aceptar, de hecho, que el problema existía. Cuando Bolivia dio el giro histórico de romper la cápsula de la negociación bilateral, que no era otra cosa que la del congelamiento indefinido por parte de Chile de nuestra causa centenaria, la estantería del "no problema” se vino abajo. No sólo logramos que Chile tuviera que explicarle al mundo, en un tribunal internacional, porqué no quiere negociar con Bolivia, sino que hicimos pedazos la piedra fundamental de su diplomacia con Bolivia. Hoy es más que evidente que sí hay un problema entre ambas naciones, problema que afecta seriamente la integración continental. Apoyado en una demanda, cuya argumentación jurídica tiene gran consistencia, el presidente Morales ha conseguido apoyos explícitos de países como Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Venezuela, para mencionar sólo a naciones de América del Sur, que han expresado su solidaridad con nosotros; en tanto que Chile no ha escuchado una sola voz que vaya más allá de la idea de que este es un asunto bilateral. Lo que una vez más ratifica la aceptación de que el problema existe. Pero las palabras comentadas tienen, sin duda, más relevancia que cualquier otra. Quien las dice es una de las figuras más influyentes del mundo. Cuando el papa Francisco habla de diálogo, pero sobre todo, habla de soluciones razonables, equitativas y duraderas, parafrasea casi exactamente la Memoria Boliviana presentada ante la Corte Internacional de Justicia. No ha olvidado el homo políticus que el caso está en una corte internacional y sabe perfectamente, porque así se lo ha hecho conocer el Presidente en su momento, que lo que Bolivia pide es que el fallo de esa Corte lleve a Chile a una negociación para encontrar una solución definitiva a nuestro enclaustramiento forzado. Las premisas bolivianas para que ese diálogo sea fructífero, expresadas en la demanda, se refieren a la buena fe de las partes y, sobre todo, a las bases razonables sobre el que este debe fundarse. Cuando la cabeza de la Iglesia Católica dice que un problema como éste nunca debe ser motivo de agresividad, rencor o enemistad, sabe perfectamente que el hecho de que un país inicie un proceso jurídico ante la CIJ, el máximo organismo mundial para la solución pacífica de controversias, no indica acto inamistoso alguno, sino, por el contrario, el deseo de que el problema pendiente llegue a una solución. Si, como de hecho ocurre, el corazón de la demanda es el inicio de una negociación, es muy difícil que alguien le crea al ministro de Relaciones Exteriores de Chile cuando, claramente tocado por las palabras del Papa, intenta decirle a la comunidad internacional que es Bolivia la que ha frustrado el diálogo.
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Francisco ha puesto sobre el tapete la realidad: la demanda de Bolivia prueba la existencia de un problema y su contenido se basa en la búsqueda de una solución negociada y pacífica de ese problema. Fuente: Página Siete 12.07.2015 (Carlos D. Mesa Gisbert fue presidente de Bolivia)
7. Lo que dejó Francisco a Bolivia La visita del papa Francisco a Bolivia da para numerosas lecturas. El carisma, sencillez y la profundidad de sus mensajes hacen del Santo Padre de la Iglesia Católica mucho más que el representante de esta religión y sus fieles: es, sin duda, un líder global, que no sólo atrae a multitudes, sino que influye en el ánimo de la gente y en las expectativas de los líderes políticos que lo invitan, esperan y reciben. El caso boliviano ejemplifica muy bien este perfil: el impacto de su presencia sobre la gente fue impresionante. Tanto en La Paz -donde estuvo apenas por espacio de cuatro horas- como en Santa Cruz -donde transcurrió la mayor parte de su visita- movilizó a masas que, desafiando el frío invernal, hicieron peregrinajes y vigilias, pernoctaron en la calle o se apostaron por largas horas para aguardar su paso. Es esta misma gente, que llegó a ambas ciudades de todos los puntos del país y de países vecinos, las que dan el más interesante testimonio de la impronta de este líder. Mensajes de admiración y muestras de cariño que coincidieron con uno de los principales mensajes que dejó Francisco en sus diferentes intervenciones en esta gira: la necesidad de una verdadera solidaridad y amor por el otro; la esperanza en el amor y la familia; y la necesidad de reedificar las relaciones sociales para apostar antes por el ser humano, sin ningún tipo de exclusiones, que por el dinero y lo material. Bien común antes que bienestar, sostuvo Francisco en varias oportunidades, en uno de los ejes de su pensamiento que en un mundo como el actual, que "globaliza las exclusiones”, puede sonar a romántico y utópico, pero que, como otro de los temas que más le preocupa, el cuidado de la Madre Tierra, resultan tan interpeladores como necesarios. Pero, estos mensajes, que de forma honesta y humilde dejó el Papa a los bolivianos que lo siguieron y escucharon, no fueron lo único que dejó el Pontífice en su estadía en Bolivia. Además de las controversias que causó el acercamiento, para muchos oportunistas del Gobierno a la Iglesia y especialmente al Papa durante su visita (y antes de ella), Francisco dio nomás un espaldarazo al país y a este Gobierno al llamar al diálogo en el tema marítimo. Aunque claramente el Pontífice no puede ni debe mediar u opinar en temas internos, su espontáneo llamado al acercamiento entre dos países que tienen un problema histórico por resolver es coherente con su filosofía de solidaridad y privilegio del bien común. Más clara aún quedó su simpatía con la demanda marítima boliviana cuando, ayer, a su regreso al Vaticano después de concluir su gira por tres países de Latinoamérica, sostuvo: "Siempre hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales y sobre todo después de una guerra. Yo diría que no es injusto plantearse una cosa de ese tipo” (...) "me quedó grabado (en referencia a las estrellas de los diez departamentos bolivianos, incluido el Litoral, que el vio en documental el año 1961) ya entonces se veía que había un anhelo de recuperar el acceso al mar”. Sin embargo, como es lógico, advirtió que su posible mediación en el conflicto con Chile "es una cosa muy delicada y sería como un último paso”; además de recordar que el asunto está detenido tras la presentación de un recurso al Tribunal Internacional de La Haya. "Estando (el tema) en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación. Hay que esperar”, aclaró.
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Con esto y toda la riqueza de su mensaje, Bolivia no puede menos que sentirse agradecida con el papa Francisco. Sin embargo, el país y sus autoridades deben tomar con absoluta cautela y sensatez este respaldo, tratando de que fortalezca la importancia de la postura boliviana, pero evitando a cualquier costo el uso propagandístico o político. Francisco que, como se pudo ver desde cerca, es un líder moral, con un profundo sentido de la ética, la coherencia y el sentido común, no puede ser utilizado para alimentar confrontación alguna, sin embargo, con apoyos como el suyo Bolivia puede sentir que su causa y su búsqueda de soluciones es justa y legítima. El carisma y profundidad de sus mensajes hacen del Santo Padre de la Iglesia Católica mucho más que el representante de esta religión y sus fieles. Sin embargo, con apoyos como el suyo Bolivia puede sentir que su causa y su búsqueda de soluciones es justa y legítima. Fuente: Página Siete 14.07.2015 (Editorial)
8. El canciller Muñoz descifra al papa Francisco, por Walter Guevara Anaya Tal vez valga la pena que la Jefa del Gobierno chileno le explique a su Canciller el alcance de sus declaraciones sobre las palabras del papa Francisco en La Paz Según el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile lo dicho por el papa Francisco en La Paz no significa que el jefe de la diplomacia vaticana haya “tomado partido” por Bolivia en el marco de la demanda marítima. El Canciller chileno descifró las siguientes palabras pronunciadas por el papa Francisco en La Paz: “El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable (...) estoy pensando acá en el mar: el diálogo es indispensable.” Según las escuchó Muñoz estas palabras “corresponden a un pastor de la Iglesia, conllevan un mensaje al Gobierno boliviano para que cese la hostilidad, la agresividad, para que retome el diálogo y respete a Chile y sus autoridades y que nos entendamos en un clima distinto al que ha prevalecido por parte de Bolivia tras la demanda en La Haya.” La demanda boliviana de que la Corte Internacional de Justicia dictamine que Chile tiene una obligación de negociar con Bolivia de buena fe una salida útil y soberana al Océano Pacífico no es otra cosa que pedir el diálogo al que se refirió el papa Francisco en La Paz. En anteriores ocasiones el señor Muñoz opinó que esta demanda atenta contra la integridad física y la soberanía de Chile además de sacudir los fundamentos de las relaciones entre los países civilizados del mundo. En esta ocasión, con una inexplicable pizca de molestia el señor Muñoz le explicó al Santo Padre que lo que dijo en La Paz es que el Gobierno de Bolivia es un agresor hostil que no respeta a Chile, país respetadísimo por la comunidad internacional que jamás cometió agresión alguna, que Chile nunca rompió ningún diálogo con Bolivia y que fue llevado injustamente por Bolivia a los tribunales de justicia de La Haya. Por su parte, el papa Francisco añadió en La Paz que “una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma.” No sería sorprendente que para el señor Muñoz estas palabras estén dirigidas a Bolivia con el objeto de hacer entender a los bolivianos de una vez por todas que Chile no tuvo ni tiene nada que ver con su encierro marítimo. Es así que el avestruz ve el mundo cuando se asusta. En efecto, no bien el papa Francisco habló en La Paz, el Canciller de Chile procedió a explicarle al Santo Padre el significado de sus palabras. Lo hizo con la mayor seriedad y solemnidad, tal como si Francisco fuera un político del montón acostumbrado a hablar antes de pensar en lo que va a decir.
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En esta vena explicativa el Canciller de Chile le aclaró al Sumo Pontífice que el llamado que hizo en La Paz es “una afirmación de que la aspiración marítima boliviana es un asunto bilateral”. Hace mucho tiempo que Bolivia sostiene que este es un asunto no sólo bilateral, sino trilateral puesto que involucra al Perú como todo el mundo lo sabe, y multilateral tal como la Organización de los Estados Americanos lo reconoció a partir de la Asamblea General de 1979. De un súbito lenguazo el señor Muñoz convirtió al papa Francisco en portavoz oficial de la Cancillería chilena. Sólo así se explica lo que este mismo señor dijo cuando expresó que las palabras del Papa no significaban que éste hubiera tomado partido por Bolivia. Sin duda que como buen patriota el señor Muñoz está convencido que el Papa no pudo haber hecho otra cosa que tomar partido por Chile. Según una conocida definición un político es una persona que sabe lo que piensa cuando le explican lo que ha dicho. Hace un buen tiempo está claro dentro y fuera de Chile que el señor Muñoz tiene aspiraciones políticas, posiblemente de orden presidencial. Tal vez valga la pena que la Jefa del Gobierno chileno le explique a su Canciller el alcance de sus declaraciones sobre las palabras del papa Francisco en La Paz. De no hacerlo la señora Bachelet se podría exponer a que la diplomacia del Vaticano se lo insinúe con la reserva, sutileza y discreción que la caracteriza. O peor aún, que el papa Francisco repita sus palabras sin pelos en la lengua para que ningún intérprete oficioso le tenga que explicar lo que ha dicho. Fuente: Página Siete 14.07.2015
9. Diálogo con Chile Durante su visita a nuestro país, el papa Francisco se refirió al enclaustramiento boliviano. Era inevitable que así lo hiciera, pese a los denodados esfuerzos previos de La Moneda por evitar la mención del tema. Esa noble actitud reiteró la vocación papal de favorecer siempre a los más débiles. El pontífice expresó en la catedral metropolitana de La Paz: “Una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma, el desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable”. Luego añadió: “Estoy pensando acá en el mar” y finalizó: “El diálogo es indispensable. Hay que construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas”. Esas sabias palabras motivaron júbilo en nuestro país, mientras produjeron diversas reacciones en Chile. Bolivia ha presentado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una demanda solicitando que ese alto tribunal le instruya al vecino la obligación que tiene de negociar con Bolivia una salida soberana al océano Pacífico, tal como lo ha prometido en varias ocasiones. En otras palabras, se solicita diálogo y eso es justamente lo pedido por el santo padre. Por su parte, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, expresó que Santiago desea restablecer relaciones diplomáticas. Conviene recordar que Bolivia suspendió sus relaciones con Chile en 1962 debido al incidente del río Lauca. Luego se reabrieron por un breve espacio de tiempo –tres años– tras el ‘Abrazo de Charaña’ entre los presidentes militares Hugo Banzer y Augusto Pinochet. Bolivia restableció relaciones diplomáticas porque en el acta de ese encuentro se manifestó que Chile procuraría solución al enclaustramiento. El actual ofrecimiento no trae explícita esa promesa. Por eso su colega, David Choquehuanca, respondió que Bolivia reiniciará relaciones cuando Chile proponga que, a la par de dicho restablecimiento, habrá diálogo en procura de acuerdos para lograr la salida al mar.
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No será ni la primera ni la última vez que Chile actúa erráticamente en este crucial aspecto de la relación bilateral. Es curioso que un país con clase dirigente de probada capacidad autolimite su talento cuando se trata el caso de la injusta mediterraneidad boliviana. Ojalá esa contradicción termine y se inicie pronto el esperado diálogo, ahora reiterado urbe et orbi nada menos que por su santidad, el papa Francisco Fuente: El Deber 14.07.2015 (Editorial)
10. Diálogo imprescindible, por Ramiro Prudencio Lizón El papa Francisco ha dado un gran respaldo a nuestro país, cuando manifestó que estaba pensando en el mar, y cuando comentó que todos los temas tienen soluciones por más espinosos que sean; soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas. Y para lograr una solución de ese tipo, era imprescindible un diálogo franco y abierto de los problemas. Ahora bien, el problema tradicional de nuestro país fue precisamente su renuencia a negociar el tema marítimo con Chile. Después de la última negociación oficial que se llevó a cabo sobre esta cuestión, el denominado “Enfoque fresco” (cuando se envió a Chile al ilustre escritor y diplomático don Jorge Siles), nunca más la Cancillería nacional mandó un agente diplomático a Santiago, ya sea como cónsul general o como agente confidencial, con la instructiva de tratar el tema marítimo, ni siquiera para conversar sobre él. Y fue precisamente Chile, con el Gobierno de la Concertación, el que se preocupó de buscar entendimientos sobre la materia. Primeramente, sugirió la conformación de una comisión mixta de cuatro miembros por lado, con el propósito de que se reuniera en forma reservada para tratar el tema. Nuestra Cancillería nunca dio respuesta a esta sugestión. Luego propuso, con el mismo fin, la designación de un solo delegado por cada canciller. Estos delegados lograron reunirse muy pocas veces, ya que pronto nuestro país decidió cortar hasta ese vínculo. Como sabemos, en el presente siglo surgió en Bolivia una buena producción de gas, elemento indispensable para el desarrollo de Chile; pero, lamentablemente, mientras ese país se desesperaba por adquirir el gas boliviano, ofreciendo un precio muy superior al que pagaba Brasil, en Bolivia hubo una violenta oposición a dicho comercio. Pues bien, el único gobierno de este siglo que decidió enfrentar el tema marítimo fue el de Eduardo Rodríguez, a través de su canciller, Armando Loaiza. Éste pidió que se incluyera dicho asunto en la reunión de consultas políticas que se llevó a cabo en Iquique en noviembre de 2005. Allí se conformó una subcomisión de cuatro miembros por lado, presidida por los dos viceministros de Relaciones Exteriores. Como se dijo en otra oportunidad, quien llevó la batuta de la conversación fue el viceministro chileno, Cristián Barros. Éste señaló que su Cancillería ya tenía concebida una solución del problema: un corredor al norte de Arica, con continuidad territorial desde Bolivia hasta la costa, con plena soberanía. Consideró, eso sí, que se debía contemplar un canje de territorios, porque no habría ningún chileno que aceptase la reducción del territorio de su país. Pero tiempo después, en vez de continuar con esa política de solidaridad y comprensión, Chile optó por tomar una absurda posición al no reconocer la existencia del problema de nuestro enclaustramiento. Actualmente el Gobierno chileno ha propuesto que restablezcamos relaciones diplomáticas. Esto demuestra que ya no está manteniendo una posición demasiado intransigente. No obstante se le debe explicar que correspondería llegar primeramente a un acuerdo previo antes de oficializar las relaciones, para que éstas no devengan posteriormente en una nueva ruptura, como sucedió en el pasado.
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Por otra parte, es necesario escuchar al Papa y tratar de buscar un entendimiento amistoso con Chile, dejando de lado actitudes agresivas que a nada conducen. Se debería enviar a Santiago un agente diplomático con las suficientes atribuciones para tratar la cuestión marítima en forma confidencial. Este agente reiteraría allí que la demanda no es una actitud hostil a Chile, y se preocuparía en recordar asimismo las palabras del viceministro Cristián Barros en la reunión de Iquique, las cuales podrían conformar una base para una futura negociación formal. Sabemos además que La Haya no nos va a dar un acceso soberano al mar. Solo propondría a Chile que negocie con Bolivia de buena fe. Y si esto lo pudiésemos obtener dentro de poco tiempo y al margen de la demanda, ¿para qué esperar tres o cuatro años para lograr algo semejante? Fuente: La Razón 15.07.2015
11. Nuestras fronteras El diario La Nación de Buenos Aires publicó, en el lapso de una semana, dos editoriales sobre los problemas que tiene Argentina con el contrabando de droga y de ropa usada que ingresa a su territorio desde Bolivia. Ambos textos señalan que la falta de seguridad fronteriza provocó que la droga boliviana se haya convertido en el origen de un clima de tensión, violencia e inseguridad, mientras el ingreso de la ropa ‘usada’ estaría afectando a la industria argentina. El diario El Tribuno de Salta aseguró que todas las carreteras de esa provincia son usadas por el tráfico de droga que llega desde Bolivia, incluso con casos de avionetas que son abandonadas por los traficantes. En junio, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, llegó a La Paz para suscribir con el ministro de Gobierno, Carlos Romero, un compromiso por el cual Bolivia hará lo necesario para frenar el tráfico de drogas que atraviesa la frontera común. Y el zar de las drogas de Perú, Alberto Otálora, ha estado repitiendo la necesidad de que se haga un esfuerzo conjunto para frenar el ingreso de la droga peruana a territorio boliviano, donde es transformada en un producto más refinado y reexportada hacia terceros países. Tres países vecinos que están pidiendo a Bolivia algún control de las fronteras comunes, en vista de los problemas que les causan. A principios de año, la Aduana Nacional llegó a un acuerdo con su similar de Chile para frenar el ingreso a Bolivia de la ropa usada que llega al puerto de Iquique y es introducida en territorio boliviano, desde donde es reexportada a otros países, como Argentina, según los informes de La Nación. El territorio boliviano, según esta reconstrucción de los hechos, es una especie de agujero negro, sin leyes ni control, desde donde se distribuyen muchos pecados en la región. La imagen del país está muy afectada por estas denuncias que se producen en los países vecinos. Y no parece correcto mantener esta situación solo porque contribuye a que exista una robusta demanda interna, es decir, una fuerte capacidad adquisitiva de origen pecaminoso. Por las fronteras entra también el contrabando que está matando a la industria y a la agricultura. Es el momento oportuno para que se haga algo serio al respecto, pero muy serio Fuente: El Deber 16.07.2015 (Editorial)
12. Diálogo franco y abierto, por Marcos Aguirre Su gesto de reunirse y asistir a una de las cárceles más sobrepobladas y sufridas de Bolivia también fue un gesto muy claro 13
Yo sé que usted como yo hemos escuchado al papa Francisco en su discurso en el encuentro con las autoridades civiles en la Catedral de La Paz el pasado miércoles 8 de julio de 2015. Sé que las palabras de Francisco llenaron las portadas de periódicos, noticieros y se repitieron, retwittearon, se compartieron, etcétera, etcétera. Pero, ¿en verdad se entendió el mensaje del papa? Me lo pregunto, porque las palabras textuales del papa fueron: “El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Estoy pensando acá en el mar. Diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución”. Y disculpen esta cita tan larga, pero creo que debe quedar claro que el Papa llamó al diálogo entre Bolivia y a Chile, ¡si! llamó a un diálogo franco y abierto entre pueblos hermanos, y no a una competencia de quién recibe más apoyos, o quién es más popular, o cómo utilizar este mensaje para agredir al Gobierno del país vecino. El papa pidió diálogo, un término muy parecido al que Bolivia ha pedido en su demanda ante la Corte Internacional de Justicia, recordemos que se ha pedido a la Corte que declare que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia, es decir, de sentarse a dialogar. Según entiendo diálogo y negociación suponen un acercamiento entre dos partes en busca de lograr un acuerdo. En el desarrollo de las audiencias orales en La Haya el pasado mes de mayo esto quedó muy claro en las exposiciones de Bolivia. Entonces no entiendo porqué para algunos personeros del Gobierno boliviano y también del chileno se encuentra una respuesta combativa en las palabras del papa, como si éste hubiera adoptado un partido, una tendencia o una ideología. El papa lo aclaró cuando dijo ese mismo día que: “La fe es una luz que no encandila, las ideologías encandilan, la fe no encandila, la fe es una luz que no obnubila, sino que alumbra y guía con respeto la conciencia y la historia de cada persona y de cada convivencia humana”. Una vez más me disculpo por hacer otra cita del discurso del papa, y es que creo que sus palabras fueron muy claras, su gesto de reunirse y asistir a una de las cárceles más sobrepobladas y sufridas de Bolivia también fue un gesto muy claro. Le preocupan las instituciones de justicia en Bolivia, sin embargo, la primera respuesta del Gobierno una vez que se fue el papa parece ser endurecer la persecución policial, y parece que la llamada reforma de la justicia que tanto se espera no será más que otra arremetida de promulgación de más leyes y códigos penales, en vez de atender la situación de emergencia de las cárceles y sus presos, generando las condiciones horrendas para más muertes e injusticias. Sé que vivimos en medio de una lucha electoral encarnizada por lograr la reelección presidencial, pero esta competencia no debe hacernos perder de vista las palabras del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y la actitud desprendida de éste para visitar nuestro hermoso país y dar estos mensajes de fe y paz para todos los bolivianos. Fuente: Los Tiempos 18.07.2015
13. El Papa, Chile y la demanda boliviana Las palabras del Papa se circunscribieron al reconocimiento básico de la necesidad de dialogar de buena fe... Por eso, así como aparece desorientada la diplomacia chilena, aparecen exageradas algunas declaraciones bolivianas
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Los dos comentarios que ha hecho el papa Francisco en su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, sobre la demanda boliviana de obtener una salida soberana al océano Pacífico, han terminado de desquiciar a la diplomacia chilena que, aparentemente, no puede estructurar una posición coherente, peor aún si sus actuales autoridades han decidido subordinar este tema a sus intereses de política interna. ¿Qué ha dicho el Papa en su visita? En la Catedral de La Paz dijo: “El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Estoy pensando acá en el mar. Diálogo, diálogo es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución”. La segunda fue en el vuelo de retorno a Italia, en respuesta a preguntas de las colegas periodistas bolivianas sobre una posible mediación entre Bolivia y Chile y si es justa la demanda boliviana: “Lo de la mediación es una cosa muy delicada, y sería como un último paso (...) es la última instancia, siempre hay otras figuras diplomáticas que ayudan, en ese caso, facilitadores, etc.”. “En este momento, yo tengo que ser muy respetuoso de esto, porque Bolivia hizo un recurso a un tribunal internacional. Entonces, si en este momento hago un comentario –yo soy jefe de un Estado– podría ser interpretado como inmiscuirme o una presión. Tengo que ser muy respetuoso de la decisión que tomó el pueblo boliviano que hizo ese recurso (...) También una tercera cosa que quiero dejar clara. Yo, en la catedral de Bolivia, toqué ese tema de una manera muy delicada, teniendo en cuenta la situación de recurso al tribunal internacional. Recuerdo perfectamente el contexto: ‘Los hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos dialogan para crear la patria grande, el diálogo es necesario’. Ahí me detuve, hice un silencio, y dije: “Pienso en el mar”. Y continué: “diálogo y diálogo”. Quiero que quede claro que mi intervención fue un recuerdo a ese problema, pero respetando la situación como está planteada ahora. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, ni facilitación, hay que esperar”. Y respecto a si es justa la reivindicación boliviana Francisco respondió que “Siempre hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales y, sobre todo, después de una guerra. Hay una revisión continua de eso. Yo diría que no es injusto plantearse una cosa de este tipo, ese anhelo. (...) Claro, después de una guerra de ese tipo surgen las pérdidas y creo que es importante, primero, el diálogo, la sana negociación. Ahora, en este momento, el diálogo está detenido obviamente por este recurso a La Haya”. Se trata, sin duda, de un respaldo muy fuerte al país, pero circunscrito al reconocimiento básico de la necesidad de dialogar de buena fe... que es, precisamente, el meollo de nuestro alegato ante La Haya. De ahí que así como aparece desorientada la diplomacia chilena, aparecen exageradas algunas declaraciones bolivianas. Fuente: Los Tiempos 18.07.2015 (Editorial)
14. Relaciones con Chile El Parlamento chileno ha decidido promover un pedido para restablecer las relaciones diplomáticas con Bolivia, suspendidas desde 1978. La solicitud no vino sola, pues cuenta con un respaldo explícito en favor de la presidenta, Michelle Bachelet, y de su canciller, Heraldo Muñoz, en cuanto a la postura frente a la demanda marítima de Bolivia, que se tramita ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
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En otras palabras, el Congreso de Chile ha avalado la política internacional que históricamente le dijo “No” a Bolivia, aunque está claro que la bandera que se quiere mostrar es que Chile escuchó el pedido del papa Francisco formulada el 8 de julio, cuando abogó en La Paz por un diálogo “franco y abierto” entre ambas naciones. Analistas bolivianos recordaron que Chile también solicitó “relaciones aquí y ahora”, cuando el presidente boliviano de entonces, Carlos Mesa, le pidió “un diálogo por el mar” a su colega Ricardo Lagos (2000-2006) durante la Cumbre Extraordinaria de las Américas, que se realizó en la ciudad mexicana de Monterrey. Bolivia, que reconoce la vigencia del Tratado de 1904, espera que la oferta de diálogo manifestada por Lagos en enero de 2004 y ahora por el Congreso chileno incluya el tema central de las relaciones bilaterales: una salida soberana al mar para Bolivia. Fuente: La Razón 18.07.2015 (Sub editorial)
15. El Vicario de Cristo está en su casa, por Marco Antonio Barroso Mendizábal Si hay un Estado mejor informado sobre el tema marítimo boliviano, ése es el del Vaticano, poseedor de un archivo que cuenta con valiosa documentación. Los vínculos de Bolivia con la Santa Sede son de larga data. Prueba de ello es la nota del 24 de junio de 1849 del presidente Belzu, a través de la cual acreditó en calidad de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario al entonces general Andrés de Santa Cruz, quien presentó sus cartas credenciales el 15 de marzo de 1851 ante el papa Pío IX. Al realizarse la unidad italiana, en 1870, el Papa perdió su poder temporal y por el Tratado de Letrán, concordato firmado con Italia en 1929 y modificado en 1984, se creó el Estado independiente de la Ciudad del Vaticano. El artículo 24 del referido tratado estipula que "el Papa se compromete a la neutralidad permanente en las relaciones internacionales y la abstención de la mediación en un conflicto a menos que se pida por todas las partes”. Han transcurrido 27 años de la visita del papa Juan Pablo II, albricias, el papa Francisco está en su casa, en América, su visita pastoral comprende a Ecuador, Bolivia y Paraguay, periplo del 6 al 12 de julio de 2015 y trae un mensaje de paz, viene a compartir la alegría del Evangelio. Su autoridad moral le permite, con singular agudeza, precisar en su homilía temas amplios y complejos: la injusticia, la pobreza, el hambre, el respeto y el cuidado del planeta, la distribución equitativa de la riqueza, entre otros temas capitales. Un rasgo que lo distingue es la valentía y firmeza al abordar la injusticia, por eso no le es ajeno el enclaustramiento marítimo boliviano. Si bien el vocero del Vaticano señaló que la visita del Vicario de Cristo no tiene como fin específico abordar cuestiones políticas, como es la causa Bolivia vs. Chile radicada en la CIJ, el amable lector percibirá que esa "aclaración” obedece a la naturaleza de país neutral del Vaticano, a su calidad de miembro observador de la ONU, dando a entender que no se involucra en las pugnas de los Estados de la comunidad internacional, a menos que "las partes apelen únicamente a su misión de paz y reservándose para sí, en todo caso, la facultad de hacer valer su autoridad moral y espiritual”. El papa Francisco evocará a San Juan Pablo II, manifestando que la humanidad debe encontrar la valentía de sustituir el derecho de la fuerza (Chile) con la fuerza del derecho (Bolivia). La Santa Sede ha desempeñado y desempeña un rol mediador. Así, en el periodo entre 1870 y 1929, cuando no existían los Estados Pontificios, realizó 13 mediaciones internacionales: intentó evitar las guerras franco-prusiana (1870), la de España y Estados Unidos (1898) y participó en el arreglo de los conflictos fronterizos entre Argentina y Chile por el canal de Beagle, en 1979, entre otros.
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A la fecha, en pleno desarrollo de las "vistas orales” en la CIJ el 6 de mayo, se advirtió la ausencia del canciller Muñoz que debía trasladarse a Roma para afinar los detalles inherentes al encuentro de la presidenta Bachelet con el Sumo Pontífice, concretada el 5 de junio. El objetivo era recordarle su "neutralidad” ante el tema marítimo boliviano. Por su autoridad moral e influjo político diplomático, el Papa pone atención en las diversas situaciones de crisis en el mundo, como en el caso de Ucrania y el reconocimiento de Palestina como sujeto del Derecho Internacional. También, discretamente, pero de manera efectiva, efectuó gestiones facilitando el camino del restablecimiento de relaciones diplomáticas y apertura de embajadas de Estados Unidos y Cuba, a concretarse el 20 de julio de 2015. Neutralidad, sí, pero indiferencia ante la injusticia, jamás. A tomar nota, Chile. Fuente: Página Siete 19.07.2015
16. Francisco y la línea dura chilena, por Walter Guevara Este influyente portavoz del establishment chileno calificó esa reacción inicial como "dura”. En posteriores intervenciones, el Canciller chileno retocó la forma de su primera declaración, pero mantuvo el fondo y la dureza intactos. Con la mayor versatilidad, Heraldo Muñoz identificó las palabras pronunciadas por el papa Francisco en La Paz con la línea dura chilena. El papa Francisco dijo: "El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable... estoy pensando acá en el mar: el diálogo es indispensable”. Según lo publicado en El Mercurio, el señor Muñoz declaró que estas palabras del Papa "corresponden a un pastor de la Iglesia, conllevan un mensaje al Gobierno boliviano para que cese la hostilidad, la agresividad, para que retome el diálogo y respete a Chile y sus autoridades y que nos entendamos en un clima distinto al que ha prevalecido por parte de Bolivia tras la demanda en La Haya”. El papa Francisco añadió en La Paz que "una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma”. Para todos, excepto el señor Muñoz, queda perfectamente claro que con este breve complemento, el Papa le recuerda al Gobierno de Chile que no puede pretender ser un abanderado del bien común en la región y en el mundo y al mismo tiempo negar que tenga un problema pendiente con su vecino Bolivia. Recordemos que ni bien se enteró Chile de que el papa Francisco visitaría Bolivia, sus diplomáticos y su Presidenta hicieron muchísimos esfuerzos ante el Vaticano para que adopte la línea dura chilena y la repita como una letanía tanto en Bolivia como en otras partes. No es sorprendente que ni bien el papa Francisco habló en La Paz, el Canciller de Chile procediera a explicarle el verdadero significado de sus palabras. ¿Acaso el Papa no estaba comprometido con repetir la línea dura chilena? En esta vena hermenéutica el Canciller de Chile le aclaró al Sumo Pontífice que el llamado que hizo en La Paz es "una afirmación de que la aspiración marítima boliviana es un asunto bilateral”. No es un secreto para nadie que en virtud del Tratado de 1929 suscrito por Chile con Perú, Perú recibió de Chile la llave del candado con el que se encerró a Bolivia. Así que además de ser claramente bilateral y trilateral, este es un asunto multilateral, tal como la Organización de los Estados Americanos lo reconoció a partir de la Asamblea General de 1979. En un esfuerzo por revertir estos hechos Heraldo Muñoz persiste en convertir al papa Francisco en un portavoz de la Cancillería chilena.
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Es pues necesario y saludable identificar claramente la línea dura chilena, ya que es probable que en próximos días y meses la diplomacia de ese país la ponga en boca del papa Francisco y otros representantes del Vaticano. Esa línea dura reza más o menos así: No hay ningún problema pendiente entre Chile y Bolivia; Bolivia goza del más amplio acceso al mar Pacífico gracias a que Chile cumple puntillosamente el Tratado de 1904, que puso fin a la guerra con la que Chile privó a Bolivia del acceso al mar; los tratados, así sean producto de una guerra de conquista, son absolutamente irrevisables; la demanda de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia es un pedido velado de obligar a Chile a revisar este tratado; esa demanda pretende quebrantar la integridad física y la soberanía de Chile, además de poner en peligro las bases del sistema internacional; Chile reconoce plenamente la aspiración boliviana de tener un puerto libre, útil y soberano sobre el océano Pacífico, asunto sobre el cual Chile tiene la más amplia disposición de dialogar mientras ese diálogo consista exclusivamente en escuchar este anhelo sin que sea necesario atenderlo; este singular anhelo o aspiración de Bolivia es un asunto menor que Chile tiene el derecho de tratar como un tema estrictamente bilateral en el ámbito de su patio trasero; ninguna otra nación ni organismo internacional ni persona, así sea el Santo Padre, puede intervenir u opinar sobre este asunto a menos que sea a favor de Chile; la prueba de la indudable disposición de Chile a dialogar generosamente con Bolivia es que Chile está siempre dispuesto a considerar el restablecimiento de relaciones diplomáticas con La Paz. El objetivo principal de esta línea dura es mantener bajo control los gritos supuestamente esporádicos y estentóreos de Bolivia y demostrar a la comunidad internacional que esos gritos responden exclusivamente a embrollos políticos internos que son propios de un país atrasado y despistado. Mientras esta postura se mantenga, queda claro que aceptar la oferta chilena de restablecer relaciones diplomáticas con Bolivia sería un error de gran magnitud. Tal vez ya esté claro para algunos lectores de El Mercurio que la línea dura chilena no se acaba de percatar que el problema del encierro marítimo boliviano persistirá más allá de lo que se decida en La Haya. Así sea que la Corte Internacional de Justicia acepte o rechace adjudicar la demanda boliviana, o incluso si acepta juzgarla y termina fallando en favor de Chile, se mantendrá la necesidad de un diálogo entre las partes. Si este problema no es encarado y resuelto con visión, generosidad y valentía por los tres países que se desangraron en la Guerra del Pacífico, el diálogo franco y abierto al que apeló sabiamente el papa Francisco en La Paz no tendrá fecha de expiración. Nadie niega que Chile se hubiera impuesto por la fuerza en el campo de batalla. Es lamentable que este país hermano no acabe de consolidar su victoria con una diplomacia cuya visión de largo plazo sea más clara que su astucia. Fuente: Página Siete 19.07.2015 17. Análisis “Estoy pensando en el mar”, por Andrés Guzmán Escobari Hace dos semanas escribí un artículo sobre la visita del papa Juan Pablo II a Bolivia en 1988. En él hacía referencia a las palabras emitidas por el entonces Sumo Pontífice en relación al enclaustramiento geográfico boliviano y a la forma en la que Chile rechazó su mediación ese mismo año. El artículo termina señalando que del papa Francisco "no esperamos mucho más de lo que hizo su antecesor, pero tampoco nada menos”. Hoy, después de recibir el obsequio de una segunda visita papal, no nos queda más que agradecer piadosa y encarecidamente a Su Santidad por los esfuerzos realizados que, en términos de apoyo a la demanda marítima boliviana, han superado incluso lo hecho por
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Juan Pablo II. Ciertamente, Francisco no sólo habló del tema marítimo de manera clara e incontrovertible, sino que coincidió plenamente con el espíritu de la demanda boliviana presentada ante la Corte Internacional de Justicia que, valga precisar, solicita una negociación formal, puntual y efectiva con Chile, que se realice de buena fe y en un tiempo razonable. En su alocución de la Catedral de La Paz, el Papa dijo que todos los problemas por más "espinosos” que sean, tienen soluciones "compartidas, razonables, equitativas y duraderas” y luego complementó: "el diálogo franco y abierto de los problemas hoy es indispensable… y estoy pensando acá en el mar… [el] diálogo es indispensable” (Página Siete, 9/09/2015). Estas históricas declaraciones, que suenan como música celestial en Palacio Quemado, pero que al mismo tiempo se escuchan como agudas estridencias en La Moneda, fueron reconfirmadas por Su Santidad en su regreso al Vaticano con las siguientes palabras: "Hay una cosa que quiero dejar clara, yo en la Catedral de Bolivia toqué ese tema de una manera muy delicada teniendo en cuenta la situación del recurso al tribunal internacional. Y recuerdo perfectamente el contexto, ‘los hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos dialogar para crear la Patria Grande, y el dialogo es necesario’, ahí me detuve, hice un silencio y dije ‘pienso en el mar’ y continué, ‘diálogo y diálogo’. O sea, quiero que quede claro que mi intervención fue un recuerdo a ese problema pero respetando la situación como está planteada ahora, estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación ni de facilitación, hay que esperar”. Seguidamente, la periodista boliviana Priscila Quiroga preguntó: "¿sobre el anhelo? ¿Es justo o no el anhelo de los bolivianos?”. Francisco: "Siempre hay una base de justicia cuando hay un cambio de límites territoriales y sobre todo después de una guerra, entonces hay una revisión continua. No es injusto plantearse una cosa de ese tipo, ese anhelo” (Video publicado por Priscila Quiroga en su cuenta de Facebook, 13/07/2015). El revuelo que causaron estas declaraciones en Chile fue impresionante, miles de chilenos expresaron furiosamente su descontento en las redes sociales, recordando principalmente la sangre derramada por sus soldados en la Guerra del Pacífico, cuestionando la autoridad del Papa en este asunto y emitiendo los más injuriosos comentarios respecto a Evo Morales y a la Argentina, por ser el Papa nacional de ese país. El único que se mostró satisfecho fue el canciller Heraldo Muñoz que dijo: "No tenemos ninguna incomodidad con las palabras del Papa” y sacó la carta que la diplomacia chilena guarda debajo la manga para estos casos: el ofrecimiento de relaciones diplomáticas, y esta vez "de inmediato” y condicionado a que sea "sin condiciones”. Dicho ofrecimiento, que fue realizado a través de los medios de comunicación y del Twitter, fue respondido con escepticismo e incredulidad por el canciller boliviano, David Choquehuanca, no sólo por su informalidad, sino también porque el ministro chileno había dicho en abril de 2014 que era "imposible” retomar las conversaciones con nuestro país sobre el tema marítimo (punto 6 de la Agenda de 13 puntos), mientras estuviese en curso la demanda judicial ante la Corte Internacional de Justicia y que la puerta de la salida al mar para Bolivia, "está cerrada para siempre” (CNN Chile, 24/04/2014). Al respecto, también cabe recordar que Muñoz hizo importantes esfuerzos por impedir que el Papa hable del mar durante su visita a Bolivia. No estuvo en La Haya durante el segundo día de los alegatos orales por la objeción preliminar presentada por su país porque fue al Vaticano a intentar que el Sumo Pontífice se mantenga "neutral” en este asunto y también para coordinar la visita de la presidenta Bachelet que, con ese mismo propósito de evitar pronunciamientos a favor de la causa marítima boliviana, se llevó a cabo en junio pasado.
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Además, un día antes de la llegada del Papa a La Paz, Muñoz advirtió: "Lo que corresponde es la no injerencia, la neutralidad, cualquier otra cosa no corresponde” (Emol, 08/07/2015). Pero aquí lo que se debe destacar no es la ineficacia de la diplomacia chilena por evitar los apoyos a la causa marítima boliviana, sino sobre todo la evidencia cada vez más clara e inobjetable de que existe un tema pendiente entre Chile y Bolivia: el problema marítimo boliviano. Dicho problema, que ya fue comentado por dos papas y muchos otros líderes del mundo, debe resolverse en una negociación de buena fe o, lo que es lo mismo, en un diálogo "franco y abierto”, por el bien de Bolivia, de la Patria Grande y también de Chile. Fuente: Página Siete 19.07.2015
18. Cuatro claves de la llegada del papa Francisco a Bolivia "El Alto te ama y te espera de pie”, gritó la gente que aguardaba a Francisco, cuando el papamóvil salió del aeropuerto en dirección a las calles de El Alto. De ahí en más, un rasgo que selló su descenso hacia la ciudad de La Paz, el pasado miércoles 8 de julio, fue lo raudo que pasó ese vehículo por los distintos puntos de su recorrido. "Pasó como una bala. Apenas lo vi, después de esperarlo tanto”, contó un ciudadano que esperaba largamente en el Obelisco. En Santa Cruz, donde partió después de cuatro horas y donde transcurrió la mayor parte de su visita al país, pronunció su discurso más emblemático, con críticas al sistema imperante en la economía mundial. Protagonizó, además, una de las ceremonias más conmovedoras cuando visitó la cárcel de Palmasola. "El que está ante ustedes es un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados”, manifestó ante miles de reclusos. Pero además de aquellos episodios, la visita del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica dejó marcado su paso a través de al menos cuatro aspectos, que se repasan a continuación. Las referencias a la CPE Cuando Francisco pronunció su primer discurso en el país, en el Aeropuerto de El Alto, llamó la atención el conocimiento que ostenta de categorías y conceptos propios del proceso de tranformaciones estructurales que vive Bolivia. Una referencia, en ese sentido, fue la que hizo al prefacio de la nueva Constitución Política del Estado, cuando aludió a la belleza de los parajes nacionales. "Me alegro de estar en este país de singular belleza, bendecido por Dios en sus diversas zonas: el altiplano, los valles, las tierras amazónicas, los desiertos, los incomparables lagos. El preámbulo de su Constitución lo ha acuñado de modo poético: ‘En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos (...)’”. También habló sobre la diversidad cultural de Bolivia, de las 36 lenguas originarias, de los símbolos patrios y de dos categorías que el presidente Morales menciona en distintas intervenciones: originarios milenarios y originarios contemporáneos. Sobre ello, Francisco dijo: "Pero sobre todo (Bolivia) es una tierra bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo, al diálogo entre pueblos originarios milenarios y pueblos originarios contemporáneos; cuánta alegría nos da saber que el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios, amalgamándose -como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú, el rojo y el amarillo- para dar belleza y unidad en lo diverso”. El Sumo Pontífice también se refirió -en el discurso que brindó en la Catedral de La Paz- a los principios constitucionalizados ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón) y los calificó como "virtudes” y "mandamientos”.
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Espinal y la cruz polémica Las imágenes muestran a Francisco en el papamóvil, frente a un gentío, ubicado en el Plan Autopista. Aquellas fotos quedan para la posteridad como el reflejo de un acto de notable relevancia: el homenaje que efectuó el Sumo Pontífice al sacerdote jesuita Luis Espinal, quien fue asesinado a principios de los años 80. "El padre Espinal predicó el Evangelio y ese Evangelio molestó y por eso lo eliminaron. Hagamos un minuto de silencio en oración y después recemos todos juntos”, fueron sus palabras en el acto. Sin embargo, otro hecho -relacionado también con el mártir- fue uno de los aspectos que marcaron la primera jornada de la llegada del Papa, e incluso generó repercusiones internacionales. En Palacio de Gobierno, el presidente Evo Morales le entregó al Sumo Pontífice una réplica del Cristo sobre la hoz y el martillo que talló Espinal en los años 70 (también le regaló el Libro del mar y su autobiografía, entre otros presentes). El revuelo generado fue de tal magnitud que en una entrevista que Morales concedió a CNN, una de la preguntas de rigor fue sobre el asunto. "El padre Espinal ha estado con los pobres, ha sido torturado antes de ser asesinado; ese padre ha diseñado, ha tallado, ha hecho la cruz con el martillo y la hoz. No es invento de Evo Morales, sólo estamos recuperando ese mensaje del padre Luis Espinal”, explicó el Jefe de Estado a la cadena internacional. El tema no se quedó ahí. A su retorno a el Vaticano, el 13 julio, Francisco concedió una conferencia en la aeronave que lo trasladó a la Santa Sede. En ella reconoció que cuando vio el tallado "fue una sorpresa” y aseguró que el trabajo se puede etiquetar como del género de "arte de protesta”. Acto seguido, explicó a los comunicadores que Espinal fue asesinado en 1980, una época en la que "la Teología de la Liberación tenía muchas ramas” y una de ella proponía el "análisis marxista de la realidad”. "Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra”, expresó, antes de afirmar que "para mí no fue una ofensa”. "¿Dónde quedó la cruz?”, le preguntó un periodista en la nave. "La traigo conmigo”, respondió el Papa. Diálogo en el tema mar Antes que Francisco pise suelo nacional se conoció que no iba a referirse a temas políticos, argumento que para más de uno significó que no trataría el tema marítimo. Pero el Papa sorprendió a todos cuando habló de diálogo entre Bolivia y Chile y generó más sorpresa cuando días después manifestó que la demanda de Bolivia no es injusta y abrió la posibilidad de mediar en la controversia, pero "sería como un último paso”. Ocurrió durante su intervención en la Catedral de La Paz, el mismo día que llegó a la sede de Gobierno. El Papa dijo: "El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Estoy pensando, acá, en el mar. Diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros”. En ese encuentro también sostuvo que en todos los temas, incluido los "más espinosos”, se pueden alcanzar soluciones compartidas, razonables, equitativas y duraderas. Luego, en la conferencia que brindó en la aeronave que lo trasladó a el Vaticano, explicó que en esa intervención tocó el tema "de una manera muy delicada”, teniendo en cuenta la demanda planteada por Bolivia contra Chile en la Corte Internacional de La Haya.
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"Quedó claro que fue una intervención frente a este problema, pero respetando la situación como está planteada ahora. Es cierto. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, de facilitación. Hay que esperar”, aseguró. Un "cambio redentor” Una de las cosas por las que se recordará la llegada de Francisco a Bolivia es el discurso que pronunció durante la clausura del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que tuvo lugar en Santa Cruz, el 9 de julio. Para muchos fue el "más fuerte”, otros lo tildaron de "revolucionario”. En esa instancia, criticó al sistema que impera en la economía, habló de la necesidad de un "cambio redentor”, además que propuso tres tareas urgentes. "Digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos (…). Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra, como decía San Francisco”, manifestó. Al referirse a los movimiento sociales afirmó que el futuro de la humanidad está, en gran medida en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas en la búsqueda cotidiana de "las tres T” (trabajo, techo, tierra), y en su rol protagónico en los " procesos de cambio, nacionales, regionales y mundiales”. Afirmó que el Papa no tiene una receta para el cambio y que ni él, ni la Iglesia tienen exclusiva para interpretar la realidad. "Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón”, expuso. No obstante, Francisco propuso tres tareas -que dijo- requieren el aporte de los movimientos sociales: primero, poner la economía al servicio de los pueblos; segundo, unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia y tercero, defender la Madre Tierra. "La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente”, alertó. Cerró su participación con palabras que denotan la confianza que pone en la gente y en su capacidad movilizadora. "El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos”, expresó el Papa. Así fue el paso de Francisco por Bolivia. Fuente: Página Siete 19.07.2015 (Suplemento IDEAS) 19. La Corte de La Haya y el papa Francisco, por Julio César Caballero M. La línea estratégica del Estado boliviano sobre la reivindicación marítima recibió un fuerte espaldarazo del papa Francisco, al referirse a la necesidad de diálogo, cuando en Chile afirman que están abiertos a conversar sobre todos los temas, menos sobre la soberanía que reclama Bolivia sobre su Litoral. La otrora sólida posición diplomática de ese país hizo aguas cuando Heraldo Muñoz, cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores, salió a tratar de explicar qué quiso decir el santo padre y no pudo posicionar una respuesta coherente sobre el significado de esa declaración. Hay que reconocer que en este momento histórico para la causa boliviana existen dos escenarios muy diferentes: el primero y el fundamental, que está en la Corte Internacional de La Haya, que es la vía elegida por nuestro país, y que tendrá su fallo en el pronunciamiento del alto tribunal, que deberá conocerse en los plazos procesales existentes,
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sobre la necesidad de resolver el tema del diferendo, sentando a ambas partes para que fluya el diálogo. El segundo, y no menos importante, es la ‘batalla’ en la opinión pública mundial sobre el posicionamiento de la causa justa del centenario reclamo boliviano. En el primero ya se establecieron los alegatos fundamentados en el ámbito jurídico. En el segundo, aún se confrontan los argumentos con el trabajo realizado por voceros, como Carlos Mesa para la causa boliviana, en un duelo de gestiones diplomáticas y declaraciones que fijan posiciones en el ámbito internacional. Es ahí donde se siente con más fuerza la declaración del líder de la Iglesia católica, que invitó a construir puentes en lugar de muros. En mi opinión, Bolivia consigue así el más influyente de los apoyos a su causa marítima, que coincide con su argumentación de la existencia de un tema histórico pendiente que debe ser resuelto dialogando. Son dos caras de un mismo proceso, el de construir una solución a un problema irresuelto que está provocando daños a ambas naciones, con más perjuicios para nuestro país, que sufre su mediterraneidad y su enclaustramiento geográfico Fuente: El Deber 19.07.2015
20. 23 expresiones del Estado peruano favorables a un mar para Bolivia Después de la reciente firma de la Declaración de isla Esteves —en la que en su punto 32 se menciona una expresión de “solidaridad” y comprensión” con la situación de “mediterraneidad” de Bolivia, además de los votos porque se alcance una “solución”— hubo una serie de declaraciones “aclaratorias” en el sentido de que el Perú es neutral en el conflicto pendiente entre Bolivia y Chile, litigio que ese país considera bilateral. No obstante, lo dicho en la Declaración mencionada está firmado por el presidente peruano Ollanta Humala y no hace sino confirmar la ya antigua disposición favorable del Perú para con Bolivia en el tema marítimo. De hecho, Perú solo se pronunció de manera categóricamente negativa una vez en la historia (en 1920), el resto de las veces, que son al menos 23, mostró su voluntad y buena disposición para que el problema se solucione o dijo que no sería un obstáculo. El tema marítimo está ligado al Perú, primero porque las soluciones posibles al enclaustramiento boliviano que se han considerado muestran que un puerto de Bolivia indefectiblemente tendría que estar ubicado en territorios que en el pasado fueron peruanos. Segundo, porque el artículo 1 del Protocolo Complementario del Tratado de Lima señala que en caso de una futura cesión territorial de Chile en favor de una tercera potencia (obviamente Bolivia) por una superficie antes peruana, debe contar con el consentimiento de Perú. A continuación, se hace un recuento de las expresiones favorables a Bolivia en el tema marítimo que ha hecho Perú a lo largo de la historia. Esto no solo cobra importancia futura para el momento en que se llegue a un escenario de negociación con Chile, sino que tiene relevancia presente porque una táctica chilena (y esto se lo vio recientemente en una declaración de Ricardo Lagos, que señalaba que Bolivia debía conversar con Perú y no con Chile) es sindicar al Perú por el encierro que sufre Bolivia. Las siguientes declaraciones muestran por demás que Perú es favorable a los intereses marítimos bolivianos. Las expresiones que se encontraron fueron extraídas en su gran mayoría de los dos tomos del libro Historia diplomática de Bolivia, de Jorge Escobari Cusicanqui (obra a la que, hay que decirlo, se le debe los principales trazos argumentales de la demanda boliviana en La Haya, por lo menos a los textos hechos públicos); pero también de Estados Unidos y el Mar, de Jorge Gumucio Granier, en los casos de los años 20 del siglo XX; el Libro Azul y El Libro del Mar.
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1. En 1830, el ministro Plenipotenciario peruano en Bolivia, Manuel Bartolomé Ferreyros, propuso la entrega a Bolivia de la provincia de Tarapacá. Si bien la mención es remota, vale para ser anotada. Esta propuesta está vinculada a los pedidos de las poblaciones de Tacna y Moquegua, en 1836 y anteriores, de ser anexadas a Bolivia. 2. En 1880, en el Protocolo de la Unión Federal, firmado en Lima por Perú y Bolivia, se estipuló la jurisdicción de Potosí sobre Tarapacá y la de Oruro sobre Tacna. A continuación hay que recordar dos menciones que si bien son de autoridades estatales, no fueron protocolizadas, lo que posiblemente reste su valor. Sin embargo, son las más anteriores que se pudo encontrar en el siglo XX. 3. En 1910, Tacna y Arica eran territorios sin una definición de soberanía ni para Perú ni para Chile. El canciller boliviano Daniel Sánchez Bustamante mandó un memorando a esos países argumentando la conveniencia de que dichas provincias pasen a Bolivia. El canciller peruano Melitón Porras acogió con buena disposición el memorando de 1910. 4. Sobre el caso anterior, en 1910, Solón Polo, ministro de Perú en Bolivia (embajador), dijo a Sánchez Bustamante: “Si Chile acepta la división de las dos provincias, dejando Tacna para el Perú, su gobierno cooperará a los propósitos de Bolivia y vería con sumo agrado que el puerto de Arica entrase bajo el dominio de ese país”. Como se dijo, ambas respuestas no fueron protocolizadas, pero quedan para el recuento. Luego vino la única negativa categórica del Perú, en 1920. Ese momento, la soberanía de Tacna y Arica era definida mediante el arbitraje de Estados Unidos y se preparaba un plebiscito que nunca se realizó por los obstáculos que puso Chile. Perú sentía que si se pronunciaba a favor de una posible salida para Bolivia, eso mellaría su aspiración de que los territorios en disputa queden para sí. Así, el canciller Melitón Porras, que hacía diez años se pronunciara favorablemente, esta vez dijo: “El Perú está dispuesto a no ceder sus derechos sobre las provincias irredentas en favor de Bolivia o de cualquier otro país ni a escuchar siquiera proposición alguna al respecto”. Tan dura respuesta se debió al contexto de un efervescente reivindicacionismo en el Perú de principios de los 20. No obstante, nunca más en la historia Lima se pronunciaría de tal manera. 5. El arbitraje estadounidense mencionado derivó en la llamada Propuesta Kellogg (por el mentor de ese planteamiento, el secretario de Estado Frank Billings Kellogg). La proposición consistía en que Perú y Chile cedan en favor de Bolivia, a perpetuidad, los territorios de Tacna y Arica. Chile aceptó, pero Perú se opuso. No obstante, el memorando peruano del 12 de enero de 1927, al tiempo de rechazar el planteamiento señala: “Este rechazo no importa, sin embargo, el propósito de obstruir cualesquiera otras soluciones. Lejos de eso. El Perú ha aceptado la internacionalización parcial o completa de las provincias, ha aceptado también la división de éstas dando gratuitamente un callejón a Bolivia hasta la playa y en ésta una segunda ensenada en condiciones que permitan convertirla en un puerto grande, cómodo y seguro”. El memorando es claro: Perú no se opone a que se dé territorios que antes fueron peruanos, “gratuitamente”, a Bolivia. 6. Pasaron varios años sin que Perú se pronuncie, de hecho el siguiente punto acá enumerado es por omisión peruana. Cuando en 1950, mediante un intercambio de notas Bolivia y Chile iniciaron una negociación por una salida soberana al mar, Lima no se manifestó, por lo que consintió por omisión. Solo apareció en el escenario para protestar, con toda razón, cuando se enteró del contenido secreto de la negociación (Agua dulce —del lago Titicaca— por agua salada). Como se sabe, hay un condominio entre Bolivia Perú de las aguas del Titicaca: ninguno puede hacer un uso unilateral de ellas.
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7. Transcurrieron más de dos décadas para que, el 20 de junio de 1973, Perú dé señales contundentes. Ese día, Bolivia y Perú firmaron en Lima una Declaración Conjunta. El presidente peruano, el general Juan Velasco Alvarado, manifestó: “La comprensión del pueblo peruano por la aspiración justa del pueblo boliviano de lograr solución a su condición de país mediterráneo y confía en que la satisfacción de esa aspiración sea alcanzada dentro del Derecho Internacional”. 8. Tres días después, el 23 de junio, el canciller peruano, general Miguel Ángel de la Flor Valle, señaló: “Los problemas limítrofes entre Bolivia y Chile deben ser resueltos entre ambos países, sin embargo, el Perú ve con simpatía la lucha en que se encuentra empeñado el pueblo boliviano por conseguir su salida al mar”. 9. Al finalizar esta ceremonia de junio 1973, el ministro de Guerra del Perú, Edgardo Mercado, dijo a la prensa peruana: “El Perú comprende las aspiraciones de salida al mar del pueblo boliviano para salvar, de este modo, su mediterraneidad”. 10. Luego, el 9 de diciembre de 1974, en la “Declaración de Ayacucho”, firmada en Lima, los presidentes de varios países entre ellos el de Perú (y también de Chile) pusieron sus firmas en un texto en que se expresó la “más amplia comprensión a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, situación que debe demandar la consideración más atenta hacia entendimientos constructivos”. 11. Después del fracaso de la proposición peruana sobre Charaña, a fines de 1975 y principios de 1976, el 7 de junio de 1977 los cancilleres del Perú y Bolivia suscribieron una declaración en la que señalaron sobre el tema portuario boliviano que: “analizaron constructivamente el problema del enclaustramiento geográfico boliviano, respecto de cuya solución el Perú reiteró su más amplia comprensión. En este sentido, coinciden en la conveniencia de que, en la forma y oportunidad requeridas, se desplieguen los mejores esfuerzos, atendiendo a los respectivos intereses nacionales, a fin de concretar una solución definitiva y permanente de dicho problema, que corresponda a los propósitos de fortalecer la paz, el desarrollo y la integración”. 12. El 28 de mayo de 1979, varios presidentes, entre ellos el de Perú, firmaron el Mandato de Cartagena, en donde se señala: “Coincidimos en que la mediterraneidad de Bolivia, problema recogido en el Artículo 4 del Acuerdo de Cartagena, es un factor que limita la participación de ese país en el proceso de integración, que agrava las dificultades propias de su situación de menor desarrollo relativo y que requiere de acciones, en concordancia con el espíritu de la integración andina, que contribuyan a satisfacer las justas aspiraciones del pueblo boliviano”. 13. Es más que probable que el Perú haya firmado más declaraciones multilaterales favorables a solucionar el problema del enclaustramiento boliviano de las que figuran en este texto. Sin embargo, hay que resaltar las resoluciones de la Organización de los Estados Americanos que rubricó Perú sobre el tema marítimo como las de 1975, 1979, 1980, 1981 y las siguientes en el mismo tenor. 14. Siguiendo, el 14 de enero de 1980, el Consejo de Cancilleres de Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela acordó: “reafirmar su apoyo a la justa demanda boliviana de obtener acceso soberano al océano Pacífico y coadyuvar a que se instrumenten sistemas efectivos conducentes al logro del objetivo señalado”, además de “instar a los gobiernos de los países a los que este problema concierne más inmediatamente para que, de acuerdo con la resolución aprobada en la Novena Asamblea General de la OEA, inicien, cuanto antes, negociaciones dirigidas a dar a Bolivia acceso soberano y útil al océano Pacífico, teniendo en cuenta el interés recíproco de las partes”.
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15. En 1981, el 24 de marzo (al día siguiente del Día del Mar), el presidente peruano Fernando Belaúnde dijo en su discurso durante la presentación de las credenciales de la misión boliviana en Lima: “Vivimos los peruanos las esperanzas y los dramas de Bolivia y sus cuestiones las consideramos como propias. De ahí que el Perú considera plenamente legítima la aspiración de Bolivia de tener acceso propio al océano Pacífico. En este sentido, el Perú no va a ahorrar esfuerzos para hacer todo lo que le corresponde en la familia americana para servir a la causa de la gran nación hermana”.Posiblemente, ésta sea una de las expresiones más claras de los últimos tiempos, en la cual el Perú se identifica y vive como suyos los problemas bolivianos. 16. En 1989 el presidente Alan García, en el barco Ollantay, en aguas internacionales del lago Titicaca, durante la reunión con el presidente boliviano Jaime Paz Zamora, respondió a la periodista Cristina Corrales sobre una pregunta que ésta hizo sobre el mar: “como país hermano, invocamos y veríamos con mucha satisfacción que ambos países (Bolivia y Chile) reanuden sus conversaciones para lograr un acuerdo. El Gobierno del Perú señala, y ésta es mi convicción personal, en caso de producirse un acuerdo bilateral entre Chile y Bolivia y consultarse al Perú sobre él, deberemos expresar nuestro beneplácito y aceptación. Creo que ésta es una necesidad latinoamericana y creo que todos los latinoamericanos tenemos la muy clara conciencia de que nuestro deber y nuestra responsabilidad es respaldar esta justa aspiración de Bolivia que estamos seguros que en algún momento tendrá solución”. 17. En 2004, el presidente peruano Alejandro Toledo expresó: “Es una cuestión bilateral entre Bolivia y Chile. En el caso de un entendimiento, entre ambos países, que implique una solución por territorio de Arica, Perú tendrá un espíritu positivo y amistoso”. 18. En febrero de 2010, el nuevo embajador de Perú en Bolivia, Manuel Rodríguez Cuadros, se expresó sobre la misma línea que a esta altura parece ser la política de Estado del Perú respecto del mar para Bolivia, pues reafirmó “el respaldo pleno a la justa demanda de la salida al mar de Bolivia”. “Una vez más se ratificó el compromiso del Presidente (Alan) García al Presidente Morales en el sentido (en) que Perú no va a ser un obstáculo para la salida al mar de Bolivia”, dijo. 19. En agosto de 2010, José Antonio García Belaúnde, ministro de Relaciones Exteriores del Perú, señaló que “lo que Perú siempre ha dicho y se mantiene es que nuestro país no será obstáculo para cualquier solución al tema marítimo boliviano”. 20. En octubre de ese mismo año, el canciller Belaúnde precisó los mismo conceptos anteriores especificando: “Siempre y cuando esta solución (al enclaustramiento) pase por Arica”. 21. Ollanta Humala, como presidente electo (lo que posiblemente resta validez a la declaración) ,dijo en junio de 2011: “Total apoyo (a la reintegración marítima boliviana)” y “cooperaremos en esta posición boliviana, no seremos un obstáculo, porque entendemos que están pidiendo la salida por Arica y no vamos a ser un obstáculo”. 22. En julio de 2011, el presidente Alan García reafirmó la “voluntad política” de su país “de no poner obstáculos a una posible salida al mar de Bolivia, en caso de que ella se produzca por exterritorios peruanos”. Además señaló: “Nosotros cooperaremos en esta posición boliviana, no seremos un obstáculo porque comprendemos que están pidiendo una salida por Arica”. En esa ocasión también manifestó que “es injusto que Bolivia no tenga salida soberana al Pacífico”. Pero la declaración más contundente de García, esa fecha, fue la siguiente: “Como lo dije en 1990, Perú jamás será un obstáculo en el diálogo bilateral que debe conducir a que Bolivia recupere su salida soberana al mar, jamás”.
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23. La Declaración de isla Esteves (23 de junio de 2015), sobre la que se habló al inicio de este texto, es la última expresión favorable. Dice en su punto 32: “La República del Perú mantiene su más amplio espíritu de solidaridad y comprensión con relación a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia. En ese contexto, los mandatarios reafirmaron la significación de las normas del Derecho Internacional y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en particular, el rechazo a la amenaza o al uso de la fuerza y la solución pacífica de controversias. El Presidente del Perú expresó sus fervientes votos para que pueda alcanzarse una solución satisfactoria a la referida situación de mediterraneidad”. Posiblemente existan aún más declaraciones favorables para los intereses marítimos bolivianos expresadas por autoridades estatales del Perú; aquí solo se recogieron las más visibles y notables. Éstas, en un futuro que se espera no sea lejano, deberán ser honradas por Perú en el momento en que se defina cómo podría ser una salida boliviana por Arica. Fuente: La Razón 23.07.2015
21. Bolivia, prisionera de la geografía, por Walker San Miguel Rodríguez Ronald Bruce St. John es un prestigioso académico e intelectual estadounidense, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Denver y profesor en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Bradley. Experto en política de los países andinos, St. John participó entre 1999 y 2001 en un proyecto para promover el desarrollo económico en el desierto de Atacama. Es miembro del Council on Hemispheric Affairs de Washington DC y fue entrevistado por el vespertino La Segunda, de Santiago de Chile, el pasado junio. El tema: la causa marítima boliviana. En la entrevista el académico se refirió a la falta de acceso al mar que aqueja a nuestro país, afirmando que “Bolivia es un prisionero de la geografía y seguirá teniendo desventaja económica en comparación con los países vecinos hasta que disfrute de un acceso libre a los mercados y las nuevas tecnologías”. St. John también manifiesta su opinión respecto a los alegatos orales formulados en mayo en La Haya, y ante la pregunta del porqué Bolivia sostenía ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que el Tratado de 1904 puede ser revisable, la respuesta fue la siguiente: “Bolivia se centró en el tema de la jurisdicción de la Corte, argumentando que Chile ha incumplido su obligación de negociar el acceso de Bolivia al mar con soberanía (...) Chile no desarrolló bien su argumento de que otros tratados podrían correr el riesgo de revisión” y que “la naturaleza única de la disputa entre Bolivia y Chile parece limitar su aplicación como un precedente para otros casos”. Demostrando su alto grado de conocimiento en la materia (fue profesor invitado en la Academia Diplomática del Perú desde 1999), dijo que “la voluntad reiterada de Chile para discutir el tema del acceso soberano al mar después de 1904, y después de 1948, sugiere que Chile sintió la obligación de resolver el problema, que es exactamente lo que Bolivia argumentó en la Corte”. Asimismo afirmó que “el argumento de Chile de que el Tratado de 1904 fue un tratado definitivo de paz y que el artículo VI del Pacto de Bogotá excluye la jurisdicción de la CIJ en cualquier asunto resuelto antes de 1948 no es convincente cuando uno examina las conversaciones entre Bolivia y Chile en 1918, 1923, 1926, 1950, 1961, 1975-1978 y 1986-1987”. St. John afirmó finalmente que “Chile también se beneficiaría económicamente en una solución de la controversia con Bolivia por una salida, ya que ganaría mayor acceso a la agricultura y al gas de Bolivia y, posiblemente, a sus recursos de agua dulce”.
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Las opiniones vertidas por el intelectual norteamericano reafirman plenamente la tesis de Bolivia en la CIJ, y las he transcrito con el ánimo de mostrar a la opinión boliviana que en Chile los medios de comunicación, como en este caso hace La Segunda, vienen publicando de cuando en cuando opiniones de intelectuales y políticos locales y extranjeros que se alejan de la línea tradicional de la diplomacia chilena y son proclives a lograr un entendimiento con Bolivia. Considero además notable que un periódico que pertenece al grupo de El Mercurio, medio de prensa abiertamente contrario al diálogo marítimo con nuestro país, abra sus puertas a eruditos como el caso de Ronald Bruce St. John, quien de manera por demás explícita ratifica la tesis que Bolivia sustenta en la CIJ para que finalmente Chile negocie de buena fe con nuestro país un acceso soberano al Pacífico. Considero además muy relevante que el personaje afirme que Chile también se beneficiaría en un arreglo con Bolivia, a lo que me permito agregar que asimismo se beneficiaría el sur del Perú y se haría realidad tangible la integración económica tan aletargada por las ideas decimonónicas que aún perviven —para sorpresa de muchos— en pleno siglo XXI. Fuente: La Razón 24.07.2015
22. Crónica de una auto-derrota por goleada, por Juan Carlos Zuleta Calderón En momentos en que debería primar la cordura, antes que el apasionamiento político y la provocación, el Vicepresidente del Estado tuvo, hace unos días -en mi opinión- una actuación desafortunada, cayendo, al final, derrotado por él mismo frente a un conflicto que no termina de resolverse. A continuación analizo el discurso de la segunda autoridad nacional sobre el conflicto potosino, dividido en cinco actos. Acto 1. Su improvisación saltó a la vista cuando leyó la carta de Comcipo y, en particular, el último punto en el que los potosinos exigían la presencia del Presidente y su firma en el documento a suscribirse. Aquí, sus nervios le jugaron una mala pasada. Cuando leyó esa parte de la misiva no supo qué decir; se percató muy tarde de que ésa era, precisamente, la causa del quiebre del diálogo y, sin darse cuenta, se metió el primer autogol. Acto 2. Repitió la explicación sin fundamento del ministro Romero -que un dinamitazo destruyó la fibra óptica donde se debía conectar el canal estatal- para justificar la causa del incumplimiento del compromiso de transmitir el diálogo en vivo. Un argumento a todas luces carente de sentido, si se tiene en cuenta que todos los demás medios sí pudieron transmitir el evento en vivo sin problemas. Éste fue el segundo autogol. Acto 3. Intentó desacreditar a los dirigentes potosinos refiriéndose al Silala. ¡Vaya error! Pues, otra vez, no se le pasó por la cabeza que lo estábamos escuchando, viendo con la mayor atención, y que todavía quedamos algunos bolivianos con suficiente memoria y dignidad. Dijo que Comcipo se negó a aceptar el pago de Chile (a partir de 2009) sólo del 50% de lo que correspondería por el uso de sus aguas, pero se olvidó de dos importantes detalles: el primero, que esto hubiera sido como caer en el juego de Chile de que sólo nos pertenece la mitad del Silala, lo que, a su vez, hubiera implicado la aceptación de que el Silala es un río internacional y no un manantial que nace en Bolivia, una posición defendida por nuestro vecino. Y el segundo, que esto hubiera significado renunciar a la deuda histórica que Chile tiene con Bolivia desde principios del siglo XX. Por tanto, en este asunto, el Vicepresidente se metió dos tremendos autogoles adicionales. Acto 4. Se refirió a los dos proyectos más anhelados por el pueblo de Potosí: el aeropuerto y la fábrica de cemento, a los cuales defenestró en un dos por tres, sin ningún argumento sólido, rematando su descuidado tratamiento de este tema con una conclusión de lo más extraña, para decir lo menos: que ahora correspondería a los potosinos demostrar que estos
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dos proyectos son viables (como si todos los proyectos que ejecuta el Gobierno lo fueran), sin proponer ni por si acaso alternativa alguna. Después de escuchar esto, me quedé pensando y dije: ¿O sea que hora Comcipo tendrá que contratar a los técnicos capaces para hacer el trabajo que debió llevar adelante el Gobierno? Y luego me pregunté: ¿Y para qué entonces está el Gobierno? Éste fue el quinto autogol que tuvo que soportar. Acto 5 y final. Terminó reiterando el libreto del ministro de Minería en torno a la defensa del proyecto San Bartolomé de la empresa Manquiri y el proyecto del litio en el Salar de Uyuni, sin darse por entendido de que, en el primer caso, se trataría de la empresa responsable del pronto desmoronamiento del Cerro Rico de Potosí y, en el segundo, se estaría hablando de un emprendimiento esencialmente fallido, en vista de que luego de más de siete años y un gasto de cerca de 150 millones de dólares, no contaría con ningún proceso certificado y menos patentado, y sólo habría logrado producir 18 toneladas de carbonato de litio de dudosa calidad y pureza. Y, claro, éste constituyó el último autogol con el que fue auto-derrotado por goleada. Fuente: Página Siete 25.07.2015
23. La primera reacción chilena, por Walter Guevara Anaya Al iniciar su visita a Bolivia el papa Francisco sorprendió a todos cuando pronunció las siguientes palabras ante autoridades civiles y gente del pueblo congregados dentro y fuera de la Catedral de La Paz: “Una nación que busca el bien común no se puede encerrar en sí misma, las redes de relaciones afianzan a la sociedad, el problema de la inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas hoy es indispensable. Y estoy pensando acá en el mar. Diálogo es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas, y en todo caso nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución”. En dos minutos el papa Francisco pasó del tema pastoral de la familia a un tema de Estado, utilizando como eslabones el potencial constructivo de las redes sociales y el problema de la inmigración. Todo el mundo puede ver, oír y juzgar lo dicho por el Papa sobre este tema a partir del minuto 14:45 de la grabación que se encuentra en youtube.com/watch?v=L6yiUonfhN0. No bien el papa Francisco lanzó sus reflexiones en La Paz, el Canciller de Chile procedió a explicarle el verdadero significado de sus palabras. El Mercurio del 9 de julio de 2015 registró así la primera reacción del Canciller chileno: “Son palabras como corresponden a un pastor de la Iglesia, conllevan un mensaje al Gobierno boliviano para que cese la hostilidad, la agresividad, para que retome el diálogo y respete a Chile y sus autoridades y que nos entendamos en un clima distinto al que ha prevalecido por parte de Bolivia tras la demanda en La Haya.” Siguiendo esta vena interpretativa el señor Muñoz le aclaró al Sumo Pontífice que el llamado que hizo en La Paz es “una afirmación de que la aspiración marítima boliviana es un asunto bilateral”. En la grabación de las palabras del Papa accesible en YouTube no se oye en qué momento dice que la aspiración marítima boliviana es un asunto bilateral o nada que se le parezca.
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No es un secreto para nadie que en virtud del tratado de 1929 suscrito por Chile con el Perú, el Perú recibió de Chile la llave del candado con el que se encerró a Bolivia. De modo que además de ser bilateral este es un asunto claramente trilateral. Y también es multilateral, tal como la Organización de los Estados Americanos lo reconoció numerosas veces a partir de la Asamblea General de 1979. La línea dura chilena es la que sostiene que éste es un asunto punto menos que unilateral, y que nadie más que Chile puede meter su nariz en lo que es más una mera “aspiración boliviana,” comparable a la de cualquier país que aspire a ser campeón mundial de fútbol o a descubrir diamantes en su territorio. Con la solemnidad y rapidez que lo caracteriza, el señor Muñoz reclutó al papa Francisco para ejercer las funciones de portavoz de la Cancillería chilena y de los sectores menos inclinados al diálogo con Bolivia que existen en su país. Esos sectores son los que sostienen contra el sentido común y los hechos históricos que éste es un asunto estricta y exclusivamente bilateral. Fuente: Los Tiempos 25.07.2015
24. ¡Que las restablezca su abuela!, por Walter Guevara Anaya En su edición del 15 de julio el diario chileno La Tercera dice que el papa Francisco se mostró dispuesto a actuar como mediador entre Chile y Bolivia en caso de ser necesario. La nota añade que José Miguel Insulza, exsecretario general de la OEA y uno de los encargados por Chile para contrarrestar la posición boliviana, fue tajante al sostener en Buenos Aires en una entrevista concedida a Radio Cooperativa, la semana del lunes 13 de julio, “no creo que Chile esté disponible para una mediación, de ninguna manera, para lo que está disponible es para relaciones diplomáticas”. Con la soltura que le dio el haber ejercido un alto cargo internacional, Insulza añadió que “hubiera sido mejor [para el papa Francisco] recordar que ésta era una visita pastoral, como se había dicho, y no una visita estatal.” Ante un látigo tan duro, atrevido y flexible como éste, cualquier cosa que declare el presidente Evo Morales tiene que oler a rosas o parecer agua bendita. Mientras esta postura mantenga su carácter autista queda claro que aceptar la oferta chilena de restablecer relaciones diplomáticas con Bolivia sería un error de gran magnitud, porque mejoraría el argumento chileno de que no hay ningún problema pendiente con Bolivia, que las relaciones entre los dos países son óptimas, y que el Tratado de 1904 es el instrumento inmejorable e insustituible que las regula y las regulará para siempre. Fuente: Los Tiempos 30.07.2015
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