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Semanario de la Iglesia en Ciudad Real

Año XXXVI – n.º 1738 – D.L.: CR-91/1988

Domingo, 28 de febrero de 2016

Semana de la Misericordia en Ciudad Real

JOAQUÍN GUTIÉRREZ VILLAR

El Consejo Arciprestal de Pastoral de Ciudad Real ha programado una semana intensiva para contemplar y experimentar la misericordia de nuestro Dios. Ya el papa Francisco, en el n.º 17 de la bula Misericordiae vultus, nos anima a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios». También nuestro obispo D. Antonio nos recomienda «recuperar el sentido original de la misericordia. La misericordia, como la ternura, sólo la practican los fuertes. Para ello necesitamos conocer el sentido bíblico, teológico, sacramental y práctico–pastoral de la misericordia y, al mismo tiempo, tratar de realizar sus obras».

Además, la programación diocesana insiste en que «puede resultar provechoso que cada uno de los arciprestazgos organice una semana sobre la misericordia en la que estén presentes los aspectos teológicos, espirituales y pastorales». Pues bien, el Consejo Arciprestal nos invita a centrar nuestra atención sobre algunos aspectos de la misericordia. Se trata de acentuar la llamada cuaresmal a la conversión mediante la escucha de la Palabra de Dios, la oración comunitaria, la celebración sacramental de la reconciliación, y la contemplación de la compasión del Señor Jesús. Quizás sea el llamado camino de la misericordia el acto más significativo. Con la inestimable colaboración de hermandades y cofradías, algunos pasos de Semana Santa configura-

rán distintas escenas para mostrar, más allá de la belleza de las imágenes, cómo Jesús vive la misericordia ante el rechazo y la condena de los suyos, ante el aparente abandono de su Padre, mediante el sacrificio de sí mismo, y para permanecer entre nosotros por su presencia misericordiosa. La invitación a participar se hace extensiva a todos y nuestras parroquias dejarán de programar actos parecidos, para acentuar el sentido de comunión eclesial, como signo de unidad ante tantas situaciones que nos dividen. Conocer y celebrar la ternura de Dios para con nosotros nos ha de llevar a derramar nuestra compasión para con los prójimos necesitados, mediante nuestras limosnas y donativos.

Actos en la Semana de la Misericordia 4 de marzo (viernes)

Vigilia de oración. Parroquia de San Pedro, 21'00 h. 5 marzo (sábado)

Celebración penitencial jubilar en la Catedral, 17'00 h. a 19'00 h. 7 al 9 marzo (lunes a miércoles)

Conferencias cuaresmales en el Salón de actos colegio Salesianos (entrada por la calle Ramírez de Arellano), a las 20'00 h. de la tarde: • 1.ª El crucificado que perdona, D. Lorenzo Trujillo • 2.ª Parábola del hijo pródigo, D Manuel Pérez • 3.ª Parábola del buen samaritano, D. Joaquín Gutiérrez 12 marzo (sábado)

«Camino de la Misericordia», de 17'00 h. a 19'00 h.(*): • Escena: «Abandonado». Plaza de la Constitución • Escena: «Entregado». Camarín • Escena: «Despojado». Plaza de Santiago • Escena: «Acompañados». Prado-Catedral (*) En los cuatro lugares habrá momentos de oración a las 17'00 h.; 17'30 h.; 18'00 h.; y 18'30 h. (*) Si el tiempo lo impide, «Camino de la Misericordia» se trasladará a las 17'00 h. a la parroquia de San Pedro.

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

Morada Interior

EUSTAQUIO CAMACHO ALDAVERO

Esta iniciativa, que está en su tercer año, da la posibilidad a los jóvenes (a partir de 18 años) de compartir un fin de semana con las monjas o vivir entre los seminaristas. Está orientada «Morada Interior» a aquellos jóvenes que desean conocer la vida religiosa o el sacerdocio más de cerca sin otro

compromiso que el de respetar y compartir el ritmo de vida y de oración de las comunidades. Los varones pueden acudir al Seminario y a los Salesianos y las chicas a los conventos femeninos. La Delegación de Pastoral Vocacional facilita el encuentro con estas comunidades poniendo en

contacto a los interesados con los monasterios o el Seminario. Si algún joven está interesado en visitar alguna otra casa religiosa de nuestra diócesis aparte de las que ya incluimos en Morada Interior también podemos en la Delegación facilitarle la visita a cualquiera de ellas.

Chicas

Chicos

Religiosas de María Inmaculada de Ciudad Real 16-17 abril Concepcionistas de Alcázar de S. Juan 23-24 abril Mercedarias de la Caridad de Herencia 9-10 abril Clarisas de Villarrubia de los Ojos 12-13 marzo Carmelitas de Ciudad Real 14-15 mayo Siervas de los Pobres (residencia Santo Ángel) de Ciudad Real 21-22 mayo

Seminario Diocesano 12-13 marzo Salesianos de Ciudad Real 23-24 abril

Contacto:

[email protected] Tlf.: 666 90 33 56

Retiros de Equipos de Nuestra Señora Los Equipos de Ntra. Sra. ofrecen retiros, especialmente dirigidos a matrimonios, pero también abiertos a todos los fieles. Este fin de semana se está celebrando el del sector Ciudad Real, pero el próximo, 5 y 6 de marzo, tendrá lugar otro retiro en la casa de Espiritualidad de Herencia, dirigido por el sacerdote Arcángel Moreno, y organizado por los sectores de Equipos de Almagro y Herencia. Para inscribirse o informarse, se puede escribir a los correos electrónicos: [email protected] o a [email protected]. Además, se puede llamar a los telefonos 926 620 110; 926 573 123 o 609 387 800.

Concluye el Año para la Vida Consagrada El pasado 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, se celebró el día de la Vida Consagrada. Por este motivo, en la misa de la tarde, en la Catedral, se oró especialmente por los consagrados. Durante la Eucaristía, que presidió nuestro obispo, todos los religiosos presentes dieron gracias a Dios por su consagración. Antes, en la homilía, Don Antonio les animó a continuar con su vida entregada, diciéndoles: «Sois vanguardia, que abre caminos de profecía [...], sois anuncio de un mundo distinto en usos y costumbres, en modos y maneras de vivir». Con esta celebración concluyó el Año de la Vida Consagrada en nuestra diócesis.

Algunas religiosas durante la acción de gracias por su consagración

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

Carta de nuestro Obispo

Consumo o ayuno

D

e las tres prácticas penitenciales de este tiempo de Cuaresma: la oración, la limosna y el ayuno, la menos ejercitada, me atrevo a asegurar, es el ayuno. Incluso llegamos a pensar que no es más necesaria que una dieta imprescindible para mejorar la figura o la salud, ¡con lo fastidiosas que son las dietas! Y, sin embargo, es una práctica penitencial que nos solicita la Iglesia al ofrecernos lo que la Palabra de Dios asegura es camino de liberación y de plenitud personal y comunitaria. La disciplina —que viene de discípulo— cuaresmal fija unos días de ayuno. Sí, pero esto no es más que un pequeño signo de algo que debemos vivir muy hondamente en nuestras vidas. Fijaos lo que nos escribe el papa Francisco: «La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida, y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo. Es importante incorporar una vieja enseñanza, presente en diversas tradiciones religiosas, y tam-

Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos. Esto supone evitar la dinámica del dominio y de la mera acumulación de placeres». (Laudato si', 222) ¡Qué lejos está este párrafo de entender el ayuno como una dieta fastidiosa e inútil! La Cuaresma es el tiempo propicio para adelgazar,

La Cuaresma es el tiempo propicio para adelgazar nuestros modos de vida opulentos en todo sí, adelgazar nuestros modos de vida opulentos en todo: comida y bebida, vestido, horas de TV, cambios de móvil innecesarios... etc. «Se trata de la convicción de que “menos es más”», nos asegura la valentía del Papa, y que nos limpia la mirada para ver alrededor: «La constante acumulación de posibilidades para

Una espiritualidad que nos enfrenta a la cultura dominante bién en la Biblia. Se trata de la convicción de que “menos es más”. La constante acumulación de posibilidades para consumir distrae el corazón e impide valorar cada cosa y cada momento. En cambio, el hacerse presente serenamente ante cada realidad, por pequeña que sea, nos abre muchas más posibilidades de comprensión y de realización personal. La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco.

individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita

consumir, distrae el corazón e impide valorar cada cosa y cada momento. En cambio, el hacerse presente serenamente ante cada realidad, por pequeña que sea, nos abre muchas más posibilidades de comprensión y de realización personal». Hemos de advertir que es una espiritualidad que nos enfrenta a la cultura dominante. Oigamos de nuevo al Papa: «El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza

el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado» (Evangelii gaudium, 2) Una vida sobria nos abre, ciertamente, a los demás, porque aligera. Y, con menos kilos de peso en todos los sentidos (físico, síquico y espiritual), nos permite, en los vacíos que provoca el ayuno, nos permite encontrar la presencia del mismo Señor Jesucristo. «Despojados de nuestras cosas», nos permite sentirnos amados de Dios y capacitados para ofrecer a todos «nada más que amor». Vuestro obispo,

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

¿Por qué es Dios “Yo soy”? JESÚS CÓRDOBA ORTEGA

La revelación en el Monte Horeb es un acontecimiento fundamental en el camino pedagógico a través del cual Dios se ha ido dando a conocer a su pueblo y a la humanidad. En el Horeb Dios revela a Moisés su nombre: «Yo soy», que en hebreo se escribe con cuatro letras: YHWH (el tetragrámaton). El hecho de que Dios mismo revelase su propio nombre a Moisés, hizo que estas cuatro letras «YHWH» adquiriesen un valor tan sagrado, misterioso y trascenden-

te, que el pueblo judío, en su proclamación de la Palabra de Dios, ni siquiera se atrevía a pronunciar. De este modo se subrayaba la absoluta trascendencia de Dios con respecto a las criaturas. El nombre de Dios es innombrable porque Dios es lo totalmente otro, lo que es esencialmente distinto a las criaturas. Por otro lado, «YHWH» se traduce por: «Yo soy el que es» o «Yo soy el que está ahí», lo que indica que la absoluta trascendencia de Dios se armoniza con su cercanía al pueblo.

Dios se revela en el Horeb como el Dios trascendente que acompaña eficazmente el caminar del pueblo en sus vicisitudes. Por esto no es de extrañar que sea en el contexto de la revelación del nombre sagrado de Dios, donde se manifiesta la solicitud amorosa de Dios con respecto a la situación de angustia y esclavitud del pueblo en Egipto, y su disposición a liberarlo de esa situación. En conclusión, «YHWH» revela la identidad de Dios: su trascendencia y su amor por nosotros.

YHWH escrito con la grafía hebrea

La zarza ardiendo

El rostro de Dios

El relato de la zarza es una teofanía, es decir, una manifestación de Dios, donde el mismo Dios revela su identidad o una misión a una persona en concreto o al pueblo en general. Dos detalles muestran que la misteriosa zarza es lugar de la presencia de Dios: lo primero, que la zarza arde sin consumirse; lo segundo, que Dios exige a Moisés descalzarse porque el lugar que pisa es tierra sagrada. En conclusión, este relato señala que Dios es presencia continua y permanente en nuestra vida, pero también que su cercanía exige de nosotros humildad, respecto y desprendimiento.

El rostro de Dios es un tema recurrente en el Antiguo Testamento. El judío piadoso no desea otra cosa que ver el rostro de Dios. En Éxodo 33, en un diálogo entre amigos, Moisés pide ver el rostro de Dios, a lo que Yahvé le responde: «Pero mi rostro no lo puedes ver, porque no puede verlo nadie y quedar con vida». El Antiguo Testamento manifiesta dos direcciones en nuestra relación con Dios: por un lado, la posibilidad de un trato cercano e íntimo del hombre con Dios; pero por otro, una imposibilidad radical de ver su rostro en esta vida.

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

La búsqueda de la santidad

Celebrando la fe

GRACIA MAYORALAS PALOMO

A menudo se piensa todavía que la santidad es una meta reservada a unos pocos elegidos, y no es así, todos los cristianos por el hecho de serlo estamos llamados a ser santos en nuestra vida diaria, cada uno desde el estado y desde la situación en la que se encuentre. San Pablo afirma que: «Él (Dios) nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor» (Ef 1, 4). La santidad forma parte de nuestra identidad cristiana, somos santos desde el momento en que el Bautismo nos une a Jesús y a su misterio pascual, pero al mismo tiempo tenemos que llegar a serlo, es un camino a recorrer. Pero, ¿cómo llegar a ser santo? Para ser santo no es necesario realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales. Se trata de vivir cada día como Jesús vivió: revestidos de «sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura y de paciencia» (Col 3, 12), amar y poner nuestra vida al servicio de los

hombres. Sin cansarnos y siempre empezando, desde la cercanía y la confianza absoluta en Dios. Si releemos la vida de los grandes Santos (San Pablo, San Agustín, San Ignacio de Loyola…), nos encontramos con hombres y mujeres extraordinarios que no siempre fueron perfectos. Como hombres, en algún momento de sus vidas, también sufrieron la debilidad del pecado pero fueron capaces de reconocerlo y de confiar en la misericordia de Dios: «Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian. La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón» (Benedicto XVI). El ejemplo de los Santos es para nosotros un estímulo para alcanzar la santidad en nuestra vida cotidiana, para saber que, pese a nuestra debilidad, podemos llegar a ser lo que ya somos por el Bautismo: santos.

Retablo de Todos los Santos de Alberto Durero, conservado en el Museo de Historia del Arte de Viena.

Gestos inservibles En una época tan sensible a cuidar los detalles se oye a veces que los símbolos y gestos de la liturgia están muertos. Y no es que estén muertos es que los hemos banalizado en muchas ocasiones. De puro rutinario nos hemos acostumbrado a ellos y pasamos sobre ellos sin caer en la cuenta. También esto forma parte de la vida. Pero ¿cómo recuperar el significado de los gestos y símbolos? ¿Inventamos otros nuevos que consideremos más significativos? La tentación es crear de la nada o inventar gestos que vienen al uso de momentos determinados desde visiones subjetivas del hecho litúrgico. La respuesta es recuperar la capacidad simbolizadora del sujeto que participa en la celebración. Recuperar el acercamiento a la realidad significativa de gestos y símbolos que, en muchos casos, pertenecen a una rica tradición significativa y que han ayudado a generaciones y generaciones a acercarse al misterio celebrado. No es que no haya cosas que revisar, claro que sí. Pero hay mucho por educar. Más bien, tenemos que trabajar en esto nuestra participación en la liturgia iniciando en la resonancia interna de determinados gestos y símbolos que tiene ya una historia y unos significados muy ricos. Normalmente entroncados en la Biblia y en la historia del pueblo de Dios, es necesario enriquecer lo que ya de por sí contiene nuestra liturgia.

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

Cómo colaborar con tu parroquia ISABEL OVIEDO MENDIOLA

Somos cristianos adultos. Y queremos vivir coherentemente nuestra fe. Tanto la Biblia, cuando nos habla de la entrega del diezmo, como el quinto mandamiento de la Iglesia: «ayudar a la Iglesia en sus necesidades», nos indican que nuestra colaboración es necesaria para que nuestra Iglesia funcione. Somos sabedores de la importancia de poner los talentos que Dios nos ha dado a disposición de los hermanos, bien sea impartiendo catequesis, en la limpieza de los locales, visitando a enfermos, en los grupos de matrimonio, animando en la liturgia, etc. Son tantos los caminos de colaboración como diferentes son nuestras aptitudes. La Iglesia, puerta del cielo, está inmersa en la realidad social y eco-

nómica de nuestro tiempo. Necesita, por ello, abordar una serie de gastos para poder desempeñar su función de una forma independiente y eficaz. Nuestra implicación religiosa nos debe llevar a compartir también los bienes materiales, aquellos de los que somos simplemente administradores, y de cuyo uso daremos cuentas al Señor. La suscripción de una cuota, adaptada a la capacidad económica del creyente, es quizá la forma que más ventajas puede tener en la actualidad: eres tú quien elige el importe con el que puedes colaborar, la periodicidad con la que se abonará, el banco por el que se efectuará el cargo. En cualquier momento, si la situación así lo requiere, podrás modificar el

importe de la cuota o incluso suspender la colaboración. A ti realmente no te complica, y la Iglesia tiene la seguridad de una ayuda fija y concreta. De esta forma, además, si así lo indicas, la totalidad de las cantidades que aportes mediante tus cuotas serán declaradas como donativos, con lo que te podrás aplicar una deducción de hasta un 75 % de lo donado. La suscripción simplifica de forma notable la colaboración económica con la Iglesia, ya que no tendrás que estar pendiente, te evita desplazamientos, te garantiza tu derecho a deducirte de tus impuestos y puedes modificarla o anularla en cualquier momento. No lo olvides: tu colaboración es necesaria para que la Iglesia pueda continuar con la labor de todos.

«La suscripción de una cuota, adaptada a la capacidad económica del creyente, es quizá la forma que más ventajas puede tener en la actualidad».

Suscripción para colaborar regularmente con la Iglesia

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Domingo, 28 de febrero de 2016

Perdonar las ofensas PILAR SÁNCHEZ OROZCO

Cuando se trata de perdonar, siempre surge como primera impresión, queriéndose imponer, la dificultad del perdón. Y, sin embargo, sabemos que Jesús nos pidió que perdonáramos siempre: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». Y cuando nos enseña a orar, hace explicita referencia al perdón: «perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Pero, aun conociendo las palabras de Jesús, escuchamos muchas veces las quejas de nuestros hermanos, o las de nuestro propio corazón, que quisieran perdonar pero no pueden. Para ayudarnos en este camino, Amsel Grün nos propone unas estrategias psicológicoespirituales a modo de pasos progresivos que nos pueden conducir hacia el autentico perdón: 1.º Sin disculpar enseguida al otro, admitir el dolor que me ha causado, mirarme a mí mismo en esa situación de dolor. 2.º Admitir también la cólera que siento y utilizarla como energía que me permita establecer una sana distancia con quien me ofende, solo así llegaré a la dignidad que llevo dentro de mí, sin necesitar del reconocimiento po-

sitivo del que me ofende. 3.º Considerar objetivamente lo que sucedió en la ofensa, tratando de entender, sin inculpar y sin disculpar. 4.º Liberarme del poder negativo del otro sobre mí. Le dejo ser tal como es, renuncio a mi deseo de que sea como a mí me gustaría que fuese y le pongo en manos de Dios. Este momento activo del perdón es quizá el más complicado, pero al menos hay realizarlo desde la voluntad y el entendimiento, hasta que el perdón pueda ir impregnado totalmente también nuestro corazón. Para poder perdonar del todo al otro, también debemos aprender a perdonarnos a nosotros mismos. Jesús, cuando quiere enseñarnos a ser misericordiosos, lo que quiere enseñarnos es a ser dichosos, a ser felices. El nos abre los ojos para que vivamos aquí y ahora ungidos por su Espíritu de misericordia y para que experimentemos la felicidad haciendo felices a los demás con la luz de su amor. Por eso el acto del perdón, como todos los actos de misericordia, nos beneficia a nosotros mismos al mismo tiempo que benefician a los demás, y es una forma activa de comenzar a sembrar el Reino.

Casas religiosas de la Diócesis

Hoy...

Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Alcázar de San Juan INMACULADA SERRANO ALHAMBRA

Era enero de 1883 cuando el ayuntamiento, visto el abandono en el que estaba el Hospital Municipal por falta de recursos y asistencia, acordó pedir a las Hermanitas que estableciesen una comunidad que se encargase de la casa en Alcázar de San Juan. Entonces acudió a la Superiora General y fundadora Santa Teresa de Jesús Jornet y esta, llegados a un acuerdo, visitó la ciudad y determinaron las obras que eran necesarias realizar.

Obtenida la licencia del obispo, el 9 de mayo de 1883 llegaron las primeras Hermanitas a Alcázar de San Juan para atender la fundación. En estos momentos una comunidad de nueve hermanitas son las que dirigen y gestionan la Residencia de ancianos «Santa Marta», en la que viven 121 residentes, de ellos, 60 asistidos. Principalmente son personas desfavorecidas y po-

bres y ellas se ocupan de su cuidado con dedicación exclusiva. Una tarea que llevan con alegría y para la que cuentan con la ayuda de personal contratado y mucho voluntariado diario. La vida de las Hermanitas es sencilla, intentando hacer el bien y ayudando a los demás, siendo como madres con sus hijos en el trato a los ancianos residentes, buscando a Dios en la enfermedad y la ancianidad.

CV

Domingo, 28 de febrero de 2016

Comentario dominical Por Juan-Antonio Castañeda Hueso

La higuera estéril

D

os personajes aparecen en esta pequeña parábola de la higuera estéril: el amo de la viña, exigente, impaciente por su rentabilidad, y el viñador que convive con el árbol, se cobija bajo su sombra, y sigue trabajando y esperando el fruto. Dios es el Viñador. La higuera soy yo, pobre y reseco árbol al que Alguien aun no da por perdido. El protagonista de la parábola no es la higuera, sino el viñador, que no echa la culpa a la higuera, sino se compromete a cuidarla y abonarla. Andando por la vida encuentro muchos amos de viña que se pasean por la vida lamentando, exigiendo. El mundo de hoy, necesita viñadores con entrega y esperanza. Los necesitan los jóvenes en búsqueda de razones para vivir. Lo necesitan los mayores hambrientos aun de fecundidad, necesitados de alguien que

Para la celebración

los necesite. Lo necesita la Iglesia, en medio de un mundo estéril ¡Cuánto amor perdido y aislado porque no vino nadie que lo cultivara! La parábola de la higuera es una descripción muy bella del corazón de Dios. En ella he aprendido: Que Dios espera algo de mí, que le hacen feliz mis humildes frutos, tanto, que cuando se los niego, vuelve a mí una y otra vez llamando a mi puerta. Dios no renuncia a su asedio amoroso. No es el poderoso e impasible benefactor; le hace feliz nuestro pequeño don. Al atardecer, vuelve el Señor a recoger, como una madre junto al lecho de su niño, el beso de su cariño. Somos amados, importantes, necesitados Aunque nos creamos muy solos, muy pobres, muy viejos, nos queda alguien que nos busca. Atardece en nuestro día, ¿no ves acercarse de nuevo al viñador? Es la hora de

la ofrenda. ¡Qué bella es una vida llena de frutos, y una esperanza gozosa de que vendrá el Viñador!

Por María Aragón Vargas

III Domingo de Cuaresma (ciclo C)

• ENTRADA. En este tercer domingo de Cuaresma el Señor nos sigue llamando a la conversión y a tomarnos en serio nuestro proceder; a no dejarlo para más adelante, cuando quizás sea demasiado tarde, sino desde ahora, aprovechando este tiempo de gracia que el Señor nos concede. • 1.ª LECTURA (Éx 3, 1– 8a.13 – 15). Dios actúa en nuestra vida y en nuestra historia a través de hombres y mujeres de buena voluntad que aceptan, como Moisés, ser instrumentos de Dios que son enviados para mostrar su rostro con obras y palabras. • 2.ª LECTURA (1Cor 10, 1 – 6.10 – 12). San Pablo recuerda a los Corintios los acontecimientos del Éxodo y nos invita a mirar a las cosas pasadas para no cometer los mismos errores. • EVANGELIO (Lc 13, 1 – 9). El evangelio de hoy es una clara invitación a la conversión en este tiempo de Cuaresma, de la Cuaresma del Año de la Misericordia convocado por el papa Francisco. Escuchemos. • DESPEDIDA. Que la Palabra que hoy hemos recibido, nos interpele y nos ayude a examinar nuestro corazón, para así acercarnos cada vez más a Dios en un encuentro de verdad y que dé mucho fruto.

Oración de los fieles

S. En este tiempo de salvación que Dios nos da para que nos acerquemos más a Él, oremos con confianza: —Por la Iglesia: para que sepa responder a la llamada de Dios en todo lo que sucede. Roguemos al Señor. — Por nuestros gobernantes: para que desempeñen con honestidad el encargo recibido y protejan siempre la libertad de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor. — Por los enfermos y por los que sufren: para que hallen en nuestra caridad ayuda y consuelo. Roguemos al Señor. — Por nuestra comunidad parroquial: para que durante esta Cuaresma demos los frutos que Dios espera. Roguemos al Señor. — Para que los jóvenes respondan con valentía a Dios. Roguemos al Señor. S. Escucha, Señor, nuestras plegarias, y derrama sobre el mundo entero tu gracia, tu amor y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Cantos

Entrada: Camina, pueblo de Dios (CLN/726) Salmo R.: El Señor es compasivo y misericordioso (LS) Ofrendas: Te ofrecemos, Señor (CLN/H8) Comunión: Danos un corazón (CLN/718) Despedida: Anunciaremos tu Reino (CLN/402)

Salterio y Lecturas bíblicas para la semana III Semana del Salterio. Lunes 2Re 5, 1 – 15a • Lc 4, 24 – 30 Martes Dan 3, 25.34 – 43 • Mt 18, 21 – 35 Miércoles Dt 4, 1.5 – 9 • Mt 5, 17 – 19 Jueves Jer 7, 23 – 28 • Lc 11, 14 – 23 Viernes Os 14, 2 – 10 • Mc 12, 28b – 34 Sábado Os 6, 1 – 6 • Lc 18, 9 – 14

Director: Miguel Á. Jiménez Salinas • Edita: Delegación MCS c/ Caballeros, 5 13001 Ciudad Real. Tel.: 926 250 250 • E-Mail: [email protected]

Imprime: Gráficas Garrido • c/ La Solana, 42. Pol. Ind. Larache • 13005 Ciudad Real • www.graficasgarrido.com

Moniciones