“SER MADRE, SER PADRE EN LA DIVERSIDAD” GUIA DE APOYO PARA MADRES, PADRES y FAMILIARES DE PERSONAS HOMOSEXUALES, BISEXUALES y TRANSEXUALES
Diversidad Sexual Incluyente, A. C.
GUIA DE APOYO PARA MADRES, PADRES y FAMILIARES DE PERSONAS HOMOSEXUALES, BISEXUALES y TRANSEXUALES
Esta es una publicación de Cuenta Conmigo Diversidad Sexual Incluyente A.C. www.cuentaconmigo.org.mx
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2012. Cuenta Conmigo, Diversidad Sexual Incluyente A.C. Guía de apoyo para madres y padres
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“Por una sexualidad libre de estigma y discriminación en las familias” Me llamo María del Refugio. Tengo tres hijos varones: a sus 19 años, el menor de ellos nos informó a su papá y a mí que es homosexual. En ese momento me vi enfrentada a lo que yo sospechaba tiempo atrás. Me inquietaba, sobre todo por mi desconocimiento sobre el tema. Me di cuenta que mi hijo me enviaba señales que yo no quería ver y en ese momento de lo único que estaba segura era del gran amor por él. Me angustiaba cómo iba a ser nuestra vida a partir de ese momento con familiares y compañeros de trabajo. En fin, me di cuenta que no sabía nada sobre esta condición. Lo que necesitaba era información que me orientara. Así empecé a buscar literatura y lugares donde pudiera recibir orientación. Por suerte encontré el grupo de madres, padres y familiares coordinado por Cuenta Conmigo, donde un grupo de psicólogas proporcionan la orientación que necesitamos. En Cuenta Conmigo inicié un proceso que ahora, después de asistir cada sábado a sus reuniones, me ha permitido entender que la orientación sexual de mi hijo es tan natural como cualquier otra y que mi hijo fue la razón para que yo superara esta ignorancia, y al mismo tiempo, mis miedos y culpas; y ahora esté en condición de vivir con tranquilidad y orgullo junto con mi hijo.
Introdución Enterarnos que un hijo/a o un familiar es homosexual, lesbiana, bisexual o transexual crea un gran impacto emocional. Nuestros sentimientos y emociones son realmente muy fuertes y confusos. En muchos casos, no sabemos qué significan estos términos y/o tenemos una serie de prejuicios hacia ellos. Sucede entonces que las expectativas que teníamos hacia dicho familiar se derrumban pues toca aspectos de nuestra propia sexualidad, de lo que hemos aprendido y entendido de ella, de nuestra forma de ver la vida, de lo que sabemos y conocemos que es ser hombre, lo que es ser mujer; incluso cuestiona lo buen padre o madre que somos. Si bien, cada caso es diferente y aunque nuestras reacciones sean diversas, todas y todos tenemos miedo, preocupaciones y preguntas básicas acerca de qué está pasando con nuestras/os hijas/os. Por ello, aún la mayoría de las madres y padres vivimos una crisis emocional y familiar al enterarnos, por cualquier medio, que nuestro hijo/a es homosexual,
lesbiana, bisexual o transexual. Algunas veces reaccionamos con enojo, otras con silencio, sin saber qué decir o hacer. Otras más, alejándonos y rechazando a nuestro hijo/a o, peor aún, con reacciones más violentas como golpes o correrlos de la casa porque sentimos que nos defraudaron, que nos desilusionaron y porque no podemos entender el “cambio” en esa persona que creíamos conocer o porque creemos que con eso pueden cambiar. Esta guía ha sido elaborada por mamás y papás que hemos pasado por situaciones parecidas a las tuyas, al enterarnos que nuestras/os hijos/as son homosexuales, lesbianas, bisexuales o transexuales. Es un primer paso para apoyar y acompañar a madres, padres y otros familiares en este camino que emprenden y sepan que no están solos/as y comprendan mejor la crisis que están viviendo en la familia. Lo que encontrarás en las siguientes páginas son las preguntas que nosotros/as nos hicimos, más otras que, vimos, son comunes con otros padres y madres que han llegado a Cuenta Conmigo donde todos/as compartimos nuestras experiencias y testimonios.
De las cosas que me preocupó muchísimo, fue cómo se lo diría a mis amigos, familiares o vecinos. Pensé:“van a decir que no soy tan buena madre como parecía”, “todos le van a hacer burla”, “nos van a tener lástima”, “cuando mi jefe se entere, me va a correr del trabajo o me va a hacer la vida imposible”, “si es cierto y sale del clóset voy a vender la casa y me voy a vivir con él donde nadie nos conozca”, “le voy a decir a su hermana que está en toda la libertad de no hablarle para evitarse vergüenzas”. Alma, 52 años 4
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¿Por qué es homosexual? ¿Qué puedo hacer? ¿Quién tiene la culpa? ¿Se podrá curar o se le quitará algún día? ¿Se infectará de sida?, entre otras. Además en esta guía te explicamos términos como sexualidad, sexo, género, relaciones afectivas y eróticas, orientaciones sexuales, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, homofobia, salud sexual. Todo esto con información científica y sin prejuicios que te ayudarán a comprender de mejor manera por lo que nuestros/as hijos/as o familiares y nosotros/as mismos/as estamos pasando. Nuestra intención es que te sientas acompañada/o para lograr un bienestar para ti y tu familia. Siempre tendrás la opción de acudir con nosotros/as a un espacio en el que te comprendemos, te escuchamos, no te juzgamos y te esperamos con los brazos abiertos.
¿Qué hice mal? ¿Quién tiene la culpa? La mayoría de las madres y padres nos sentimos culpables cuando nos enteramos que nuestro hijo/a es gay, lesbiana, bisexual o transexual. Esto se debe a que nos han dicho y hemos aprendido que nosotras/os debemos ser formadores de “buenos hombres y mujeres”, y que somos responsables de su comportamiento. Nos inquieta, asusta y perturba pensar que no les dedicamos el tiempo suficiente, que les dejamos solos/as, que les hizo falta la figura materna o paterna, o que fuimos una madre o padre dominante, ausente o sobreprotector/a. En fin, miles de ideas y teorías llegan a nuestra mente, aunque de algo estamos claras/os: nosotras/os nos
Cuando mi hijo nos compartió su orientación sexual fue muy difícil y doloroso. Mi esposa y yo nos llenamos de terror y preocupación. Me desplomé y un sentimiento de culpa se apoderó de mí. No sentí rechazo hacia él, solamente una ira contra mí, porque pensé que era culpable de la homosexualidad de mi hijo. De pronto llegaron a mi mente imágenes de las agresiones, burlas y vejaciones de las que son objeto los homosexuales y que yo mismo hacía. También me sentí culpable al pensar que tal vez fallé como padre y la angustia de creer que fue víctima de una violación en su niñez. Finalmente esta noticia me golpea como un boomerang en la cara. Mi educación fue tradicional: rechazaba a los homosexuales y festejaba los chistes despectivos sobre ellos. Pero amo tanto a mi hijo que pude cambiar mi forma de pensar y de ser. Ramón 48 años sentimos culpables de la orientación de nuestros/as hijas/os. Puede ocurrir que en la confusión buscamos un responsable con quién compartir la culpa; podemos concluir que seguramente el carácter o los hábitos de nuestra pareja o de alguna persona con quien nuestro hijo/a tuvo mucha relación influyeron en su orientación sexual. Es común que en las parejas -y peor aún en el caso de padres divorciados- se den pleitos y acusaciones mutuas para buscar quién es él o la responsable. Por supuesto, esto lo hacemos para sentirnos menos culpables. Las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales o transexuales existen en todo tipo de familias, con diferentes antecedentes y comportamientos, por lo que no se puede afirmar que determinadas conductas o estructuras familiares (mamás solteras, padres estrictos, abuelitas consentidoras, matrimonios con hijos/as únicos, ser educado/a solo por mujeres o solo por hombres, etcétera) definan o tengan influencia en la orientación sexual o en la identidad de género de los hijos/as. La homosexualidad “no se pega”, ni nadie puede ser educado para tener una orientación sexual específica.
Nuestros/as hijos/as no cambian al compartirnos su homosexualidad, bisexualidad o transexualidad. Lo que cambian son nuestras expectativas. Es una oportunidad para construir mejores relaciones con nuestra familia con amor, respeto e inclusión. Atentamente Grupo de Madres, Padres y Familiares de Cuenta Conmigo Guía de apoyo para madres y padres
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Si fuera el caso, no habría personas homosexuales con padres, madres y hermanos/as heterosexuales. Lo que hace que surjan todas estas ideas absurdas es la poca difusión sobre lo que realmente es la sexualidad y la poca información que nos llega es desvirtuada y está llena de prejuicios. Así, vamos creyendo ciertas cosas erróneas sobre nuestros comportamientos sexuales y las vamos tomando como ciertas cuando en realidad no lo son. Es necesario tener claro que ningún padre, madre u otra persona puede influir ni es responsable de la orientación sexual de las hijas/os. La orientación sexual, no es una decisión, es una condición humana relacionada con los afectos y el deseo erótico.
¿Por qué me lo dijo? Algunos padres y madres consideramos que habría sido mejor no enterarnos de la homosexualidad, lesbiandad, bisexualidad o transexualidad de nuestras hijas/os. Pero, ¿no nos hubiéramos enterado en cualquier otro momento? Tomemos en cuenta que las señales que reciben las niñas y los niños durante su desarrollo magnifican y sobrevaloran el amor heterosexual (entre un hombre y una mujer). Entonces, ser homosexual, lesbiana, bisexual o transexual es valorado en forma negativa. Esto provoca una inmensa presión que muchas veces genera que los niños/as o jóvenes se sientan y se crean “desviados” llevándolos a vivir con culpa por ser quien son, a construir una doble vida para disimular o que nadie se dé cuenta, a establecer relaciones de riesgo; o al aislamiento, la soledad, depresión e incluso pensar, intentar o cometer suicidio. Al darnos esta noticia, nuestro hijo/a está compartiendo algo muy importante de su vida, está sincerándose, está abriendo su corazón y su confianza al diálogo, seguramente, después de un proceso de años que tuvo que atravesar para compartir su orientación sexual. Esta es una oportunidad para acercarnos a nuestro/a hijo/a, de conocerlo/a con mayor profundidad, de compartir y darnos la posibilidad de reconocer la diversidad y fortalecer la relación familiar. Ya que desconocerlo/a, ignorarlo/a o rechazarlo/a solo generará separación y una brecha en nuestra relación afectiva que podemos, en cambio, fortalecer y desarrollar con amor. 6
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¿Qué es la Sexualidad? Lo que tradicional y erróneamente nos enseñaron sobre sexualidad es la causa de las discriminaciones hacia la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI). Nos dijeron cosas como que la sexualidad comienza en la pubertad, que no está bien hablar de ello, que solo es cosa de adultos, que solo es entre hombre y mujer, y para la reproducción. Son una serie de mentiras con las que nos educaron y nos enseñaron a juzgar la vida, a los demás… incluso a nosotras/os mismos/as. Por ello, a menudo se reduce y confunde a la sexualidad con el sexo. LA SEXUALIDAD expresa el conjunto de experiencias corporales, sensaciones, emociones, ideas ligadas a nuestros genitales, a toda nuestra identidad. Es decir, a quienes somos en los papeles, las funciones, las actitudes y las actividades que nos marca la cultura y la sociedad en que vivimos. La sexualidad es mucho más amplia y compleja de lo que nos enseñaron. Abarca varias dimensiones: A) Sexo, B) Reproducción, C) Género (asignación, identidad, roles) D) Vinculaciones Afectivas y E) Erotismo. Conceptos que se explican a lo largo de esta guía. A) El SEXO, es el conjunto de características físicas y biológicas que se heredan, incluye los cromosomas, los genes, las hormonas, los genitales internos y externos, entre otros. Es lo biológico: con lo que nacemos. No determina la identidad de género, ni la orientación sexual. Se nos enseña que solo existen dos sexos: Macho-Hembra. Sin embargo no es así, en el sexo también hay diversidad. Existe la Intersexualidad (personas que presentan simultáneamente características anatómicas de ambos sexos, pues el sexo es un continuo donde macho y hembra son los extremos y entre éstos existe una gran variedad biológica, muchas veces no visible en los órganos sexuales externos, pero presente en los genes, las hormonas y las gónadas. El sexo es tan solo un elemento más de la sexualidad, no es el único, ni el que la determina. El sexo tiene que ver con el cuerpo y con sus formas. De reducir la sexualidad a lo biológico es que hemos aprendido que está asociada primordialmente a la B) REPRODUCCIÓN, siendo ésta, otra dimensión, muy importante como las demás, pero es solo una dimensión
más de la sexualidad. En ella intervienen también aspectos culturales. Abarca: sentimientos, ideas, sensaciones y decisión sobre el hecho de ser o no padre o madre.
¿Por qué es homosexual, lesbiana o bisexual? A los 19 años de edad mi hijo me manifestó que es homosexual. Ya tenía cierta información respecto del tema, así que lo asumí con cierta tranquilidad. Sin embargo existían varias dudas y temores debido a que, con exactitud, no estaba enterado de cuáles eran los mecanismos tal vez biológicos, psicológicos, sociales, familiares, que hubiesen producido tal efecto en su personalidad y de alguna manera me sentía con cierta preocupación y ansiedad debido a no saber qué decirle y cómo actuar. Edmundo, 54 años Es común creer que nuestros hijos/as son homosexuales, lesbianas o bisexuales, porque fueron influenciados, siguen una moda, porque quieren castigarnos, están confundidos, molestos/as con nosotras/os o por simple rebeldía. Estas ideas se basan en la falsa creencia de que ser homosexual, lesbiana o bisexual se elige, o que puede ser inducido. Ni las personas homosexuales, lesbianas y bisexuales, por supuesto nuestros hijos/as, ni nosotras/os, ni nadie elegimos nuestra orientación
sexual. Por tanto, ellos/as no se “convierten” en homosexuales, lesbianas o bisexuales. Solo pensemos por un momento quién se levanta un día y dice “hoy quiero ser homosexual, lesbiana o bisexual,” enfrentar a la familia, salir a la calle y vivir ofensas, críticas, señalamientos, rechazo, golpes… y más. Al considerar a la homosexualidad como diferente y anormal, se hace con frecuencia la pregunta ¿qué causa la homosexualidad? Cuando también se tendría que preguntar ¿qué causa la heterosexualidad? Pues, aún hoy en día no se tiene una explicación científica que afirme y sostenga el origen sobre ninguna de las tres orientaciones sexuales, ni las basadas en la genética, en lo hormonal, en lo social, en los cromosomas, por ejemplo. Es decir, hasta el momento no se sabe bien a bien las causas de la heterosexualidad. SÍ LEÍSTE BIEN, de la heterosexualidad. ¿Qué hace que una mujer se sienta atraída erótica y afectivamente por un hombre, o qué un hombre se sienta atraído erótica y afectivamente por una mujer? No se sabe. Tampoco se sabe qué hace que un hombre se sienta atraído erótica y afectivamente por otro hombre o una mujer por otra mujer. Se considera que es la combinación de varios factores. Lo que sí sabemos es que no siempre la homosexualidad se ha castigado, ni visto como anormal, sino todo lo contrario. Hay muchas culturas y momentos en la historia en la que la homosexualidad ha sido una forma de vincularse con el conocimiento, con el cosmos y con la vida misma.
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¿Se podrá curar o se le quitará algún día? Muchas madres y padres albergamos la esperanza, sobre todo si nuestros hijos e hijas se encuentran en la adolescencia, que su “comportamiento” obedece a problemas de identificación personal, que pueden estar experimentando con su sexualidad o quizá sufrieron una fuerte decepción amorosa. La realidad es que no es posible que cambie lo que siente y hacía quién lo siente, pues no depende de su voluntad. Existe la conocida Terapia Reparativa o de Conversión basada en la idea errónea de que la homosexualidad es “un desorden mental” y que “pueden cambiar la orientación sexual del o la paciente”. En 1990 y 1997 la Asociación Americana de Psicología (APA) recomienda tener cautela con esta terapia, ya que detectaron riesgos muy grandes en quienes intentan cambiar su orientación sexual porque puede causarles depresión, ansiedad y autodestrucción (comportamientos suicidas) ya que no es una enfermedad ni desorden mental. La idea errónea de que la homosexualidad es un desorden mental surge cuando se reduce la sexualidad a la reproducción y por ende se le limita solo entre hombre y mujer. Necesitamos ser muy cuidadosos/as con el tipo de institución o profesional que esperamos atienda a nuestros hijos/as. Llevarlos/as con psicólogos que nos aseguran que pueden ‘curarlo/a’, a retiros religiosos o de vacaciones “para que se le olvide”, puede causarles conflictos emocionales mayores. La homosexualidad, al igual que la heterosexualidad y la bisexualidad no son ninguna enfermedad. Las orientaciones sexuales tienen que ver con nuestros enamoramientos y con nuestro deseo erótico. El amor no es una enfermedad. Sabías que… El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la homosexualidad no es una enfermedad y la suprime de su lista de enfermedades.
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Las Orientaciones Sexuales Por las ideas equivocadas que nos han enseñado sobre la sexualidad es que existen muchos prejuicios hacia la homosexualidad. Por ejemplo: que son promiscuos, abusadores, quieren ser de otro sexo, son muy creativos, son buenos estilistas y una serie de cosas que se les atribuye como si la homosexualidad fuese un perchero al que se le puede colgar cualquier cosa. En realidad la Orientación Sexual es la atracción erótica y afectiva de una persona hacia otra/s. Nada más. No se elige, no se decide, así como no decidiste ni elegiste tu orientación sexual. Recuerda ¿cuándo fue la primera vez que sentiste atracción por una persona?, ¿qué edad tenías? ¿qué sentiste? Seguramente te sucedió en la infancia o adolescencia y sentiste nervios, emoción, cosquilleo, las llamadas “mariposas en el estómago” como nos ha sucedido a los y las demás. Ahora la pregunta más importante: ¿Decidiste sentir esa emoción, cosquilleo, esa atracción? ¡No!, no lo decidiste, sucedió, pues de igual manera les sucede a las personas homosexuales y bisexuales. Las 3 orientaciones sexuales identificadas hasta ahora son: homosexual, heterosexual y bisexual. Dependiendo del sexo/género de ambas personas que sienten atracción se sabe de cuál orientación sexual es. A saber: 1) La Homosexualidad: (del griego homos que significa igual o mismo) Sentir atracción erótica-afectiva por personas de mi mismo sexo/género. También se le llama gay a un hombre que siente atracción erótica y afectiva por otro hombre. Y lesbiana a la mujer que se erotiza y enamora de otra mujer. Estos términos son resultado de una forma de sentirse orgullosas/os de quiénes son y de permitir su visibilización para la inclusión. Sabías que... En la antigua Grecia las prácticas homoeróticas eran una forma de enseñar y conocer al otro (a).
2) La Bisexualidad: (del latín bi que significa dos o ambos). Sentir atracción erótica-afectiva por los dos sexo/géneros. Lo cual no significa que se mantengan relaciones con un hombre y con una mujer al mismo tiempo. La decisión de relacionarse con dos o más personas al mismo tiempo, no tiene que ver con la orientación sexual sino con una decisión, precisamente, con la de relacionarse con dos personas al mismo tiempo. En nuestra sociedad lo hacen las personas de cualquier orientación sexual. El problema no es relacionarse erótica y afectivamente con dos o más personas al mismo tiempo, sino la falta de honestidad, el romper con los acuerdos establecidos en la relación y no tomar en cuenta los sentimientos de las personas con las que nos relacionamos. Si esto es consensuado es una manera más de vincularse afectivamente y es válido. 3) La Heterosexualidad: (del griego hetero que significa ‘diferente’) Sentir atracción erótica-afectiva por personas del sexo/género diferente al mío. La idea de que esta orientación ‘debiera ser la única’ o que es la ‘natural’ se debe, nuevamente, a una mirada sobre la sexualidad restringida a la reproducción. Para reproducirnos sí se requieren gametos de macho y hembra, pero solo para reproducirnos, no para vincularnos. Históricamente, esta mirada tan restringida deja fuera y sanciona a todo aquello que no lleve a la reproducción, de ahí que se haya considerado a la homosexualidad y a la bisexualidad como ‘anormales’. Por eso nuestro interés en presentar la amplitud que abarca la sexualidad que a su vez reconoce que en el camino que recorremos para lograr nuestro bienestar no solo está lo físico sino también se juega lo psicológico y lo sociocultural (OMS 2000). Sabías que... El término homosexual se inventó apenas en el siglo XIX y después de éste se inventó el de heterosexual.
¿Los homosexuales quieren ser mujeres y las lesbianas hombres? ¿Por qué se visten así? Cuando mi hijo tenía 17años me dijo que es homosexual, durante una discusión que tuvimos por unos pantalones rojos que se compró, pues yo pienso que ese no es un color para hombres. Los dos estábamos muy alterados y molestos. Sentí que mi mundo se derrumbó, pensé mil cosas: “Esto no me puede estar pasando a mí”, “¿Por qué Dios me está castigando?”, “si es verdad y no se compone, yo no quiero seguir viviendo”, “su vida está destrozada”… Alma, 52 años Esta es una idea errónea muy difundida entre la gran parte de la población. Así, al enterarnos que nuestro hijo es gay o nuestra hija lesbiana, se activa en nosotros/as la creencia de que si es lesbiana, entonces es porque quiere ser hombre y si es homosexual quiere ser mujer. Solo así podemos entender que a nuestra hija le guste, desee y/o se enamore de otra mujer o que a nuestro hijo le guste, desee y/o se enamore de otro hombre, pues es lo que siempre se nos ha recalcado y dicho que es lo correcto y sano. El que un chico sea gay o una chica lesbiana, no significa que tengan que usar ropa socialmente asignada al otro género. Si bien algunos jóvenes utilizan collares, playeras muy sexis o maquillaje en la cara, y las mujeres se visten con ropa masculina, lo hacen porque les gusta (como a cualquier otro chico y chica) o porque así aprendieron que son los homosexuales y las lesbianas, y están reproduciendo, entonces, los llamados ‘estereotipos’ (imagen o estilo adoptado por un grupo). El uso de atuendos o ropa diferente a la del propio género se llama Travestismo y es mal visto, debido a la imposición social de la división de géneros, donde se nos enseña que hay vestuarios para hombres y para mujeres, y quien no siga la regla es señalado/a y juzgado/a. En el caso de que nuestros hijos e hijas homosexuales usen ropa y accesorios destinados para el otro género y se sientan bien con ellos; y que nosotros como papás y mamás lo aceptemos, implica respeto a su persona, sus gustos y preferencias (éstas sí son preferencias porque eligen la forma en la que se quieren vestir). Guía de apoyo para madres y padres
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Las formas de vestir o comportarnos está vigilada por una norma social que poco cuestionamos, pero que también desafiamos, como las mujeres al vestir pantalón y los hombres al usar cremas para la cara o vestir de rosa. Aquí lo importante es reflexionar sobre lo que nos hace sentir cómodos/as.
C) GÉNERO Para entender de mejor manera lo antes señalado, es necesario explicar primero qué es y cómo opera el GÉNERO… otro aspecto que forma parte de la sexualidad. Es muy importante tener claro que Sexo y Género no son lo mismo. Como se mencionó anteriormente, el sexo se refiere a lo biológico; en cambio el GÉNERO es un conjunto de ideas, sentimientos, papeles, funciones, conductas, creencias, valores y formas de ver el mundo que divide y clasifica a los seres humanos en dos tipos: HOMBRES Y MUJERES, y que se aprende desde el nacimiento. Con el género no nacemos, con el sexo sí. El proceso del género abarca: Asignación de género, Identidad de género y Rol o Expresión social de género. Asignación de género: a partir del sexo, se nos asigna el género y con ello inicia una educación con toda una serie de ideas y actitudes que socialmente nos imponen cumplir. Es decir, si una persona nace con vulva se le asigna el género femenino, se le nombra mujer y con ello: se le viste de rosa, se le atribuye y educa como tierna, débil, entregada, pasiva, delicada, insegura, de-
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pendiente, bella, que necesita protección, etc. En cambio, si nace con pene se le asigna el género masculino, se le nombra hombre y se le viste de azul, se le inculca que debe ser protector, fuerte, inteligente, dominante, seguro, con iniciativa, experiencia, ser agresivo, etc. Todas estas ideas nos las enseñaron como “naturales” y se afirman frases como: “su naturaleza de hombre”, “es mujer por naturaleza”, dando por hecho que estas características son fijas o predeterminadas. Y no es así: en realidad ambos géneros tenemos la capacidad de todas éstas y más. Identidad de género: es la convicción personal y subjetiva de pertenecer al género masculino o femenino, de ser hombre o ser mujer; es inmodificable (no se puede cambiar, es permanente) y no siempre concuerda con el sexo (transexualidad). La identidad de género no determina la orientación sexual ni la expresión social de género. Rol o Expresión social de género: es el conjunto de manifestaciones relacionadas con la vestimenta, actitudes y el comportamiento que se espera de un hombre diferente al que se espera de una mujer, como mencionamos antes, por ejemplo: él debe ser seguro, arrojado, jugar en la calle, saber manejar y cambiar la llanta del auto; ella, en cambio, debe ser tranquila, cariñosa, saber cocinar, cuidar a los hijos y hacerse cargo de la casa (aunque trabaje fuera de ella, debe llegar y atender a su familia). Los entornos familiar y social moldean a los seres humanos como hombres o mujeres, van asignando
las pautas de comportamiento masculinas que se espera para los hombres y las femeninas para las mujeres; y si no cumplen con esas pautas, hay sanciones sociales como las burlas, los juicios, las críticas, no ser aceptado/a en determinados círculos sociales y en los casos más extremos, la muerte. Lamentablemente otra característica del género es que da un valor diferenciado a los géneros. En nuestra cultura todavía se otorga un mayor valor a lo masculino y menor a lo femenino, lo cual nos limita como personas no solo a las mujeres, sino también a los hombres. Es común escuchar hoy en día: “No, las cosas ya no son así, eso era antes, ahora hay igualdad, las mujeres hacen lo mismo que los hombres”. Sin embargo, la división en dos géneros y la devaluación hacia lo femenino permea todavía muchas de nuestras pautas de comportamiento. Es cierto que se han dado diversos cambios y transformaciones sociales. Por ejemplo, desde hace tiempo observamos que las mujeres también son jefas de familia y proveedoras, hay hombres que participan en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Hay albañilas, plomeras, operarias, ejecutivas, jefas, cocineros. Sin embargo, aunque son cambios favorables todavía no podemos hablar de una verdadera equidad. Para lo que sí nos sirve hablar de estos cambios es para ejemplificar que el género es aprendido, pues si unas características fueran “naturales” para los hombres y otras para las mujeres, tales cambios no hubiesen sido posibles. Por ello, son muchos más los cambios que podemos hacer. Tan no hay una verdadera equidad todavía y en esta sociedad siguen teniendo mayor valor los hombres que las mujeres, que aún hoy en día, una característica de la masculinidad, es que los hombres tienen que demostrar que lo son y para ello deben demostrar que NO son mujeres NI homosexuales, de ahí surgen frases que son un insulto para ellos como: “Pareces niña”, “vieja el último”, “mariquita”, “gallina”, “manejas como mujer”, entre otras, prueba de que lo femenino vale menos y por tanto los devalúa, los baja de rango. Si de verdad hubiera igualdad no se ofenderían, ni existirían estas frases o chistes. Esta es la base de la Homofobia. A esta discriminación por géneros se debe que las personas homosexuales, y por ende, bisexuales, transexuales, transgénero, travesti se les devalúe cuando son asociadas con lo femenino.
¿Cambiará de sexo? Las personas homosexuales (gay y lesbianas) no desean cambiar de sexo. Recordemos que la homosexualidad es una orientación sexual que se refiere a la atracción erótica y afectiva que se siente por otra persona. En este caso, de su mismo género. La orientación sexual es diferente a la identidad o expresión de género. Un hombre homosexual, se sabe y se reconoce hombre, se enamora y erotiza con otros hombres. Y su ser hombre es independiente de su orientación sexual, es decir, puede ser un hombre tradicional, fuerte, rudo, mal hablado o no (al igual que un hombre heterosexual), y relacionarse erótica y afectivamente con otros hombres. Lo mismo sucede con las mujeres lesbianas. Se saben, se reconocen y se aceptan en su cuerpo y su identidad como mujeres, pueden ser “muy femeninas” o no, y relacionarse erótica y afectivamente con otras mujeres Las personas que sí desean cambiar de sexo son las Transexuales (y no necesariamente todas). No hay que confundir orientación sexual (homosexual, heterosexual, bisexual) con la Transexualidad que se trata de personas cuya identidad de género no corresponde con su sexo biológico. La transexualidad es una condición humana que forma parte de la diversidad en la sexualidad. Está relacionada con la identidad de saberse hombre o mujer y con su cuerpo. Una persona transexual también se enamora y erotiza, como cualquier otra, y por lo tanto también tiene una orientación sexual. Como estamos viendo la sexualidad es muy amplia y en este nuevo camino de conocer qué es la homosexualidad, lesbiandad, bisexualidad, transexualidad no te angusties si caes en ambivalencias como: “Te acepto que seas homosexual pero…” es parte del proceso de compresión, lo importante es que identifiques qué es lo que te pasa, lo que te genera confusión, miedo, angustia e incluso rechazo y hagas lo necesario para estar bien contigo. La diversidad sexual nos genera mucho ruido porque siempre se nos ha prohibido verla, pero si volteamos a nuestro alrededor te darás cuenta que hay una gran diversidad en las flores, en las hojas, en las aves, podemos convivir, aprender de ella y reconocer la propia. Guía de apoyo para madres y padres
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Transexualidad, Transgénero, Travestismo Tuve culpa, miedo, rechazo, angustia, hice silencio, pensé que era castigo divino. El clásico ¿porqué a mi? En mi caso como madre todas las señales estaban tan claras, tan obvias, no había duda, quizá el autoengaño o el esperar que podía “cambiar” o que se le pasaría o tal vez es “moda”, pero seguro fue por divorciarme de su padre. ¡Eso fue! …. le faltó la figura paterna. La lección que yo recibí de mi hijo es que todo lo hizo él. La información y la ayuda de especialistas la busco él, yo quedé a un lado. Mi hijo, que yo creía que era mujer, descubrió su verdadero yo: es un hombre transexual. Pensar lo difícil que fue para mi hijo decirme todo esto. Y lo que puedo hacer por él es estudiar y trabajar conmigo misma. Salir del clóset ahora yo. Conocer acerca de estos temas que existen hace muchos años. Ocuparme en lugar de “preocuparme” y dejar de esconderme y fingir. Otra gran lección que he recibido de mi hijo es que aprendió a sobrellevar los rechazos, las humillaciones, las ofensas. El dolor más grande que vivió fue no sentir el apoyo de su familia, no tener un lugar seguro donde pueda cobijarse, sentirse querido y amado como lo que es: un maravilloso ser humano. Ahora se requiere de un valor increíble: una serie de trámites, tratamiento hormonal, operación, juicio, papeleo, en fin. Y yo estoy y estaré con él. Bertha, 51 años Uno de los componentes del Género es la IDENTIDAD DE GÉNERO, que es la convicción íntima, psicológica, personal de pertenecer a un género, es decir, de saberse hombre o mujer (David Barrios, 2005). Generalmente, esta identidad coincide con el cuerpo biológico: o sea que alguien con un cuerpo biológico de macho se sabe hombre y una persona con cuerpo biológico de hembra se sabe mujer. Pero no en todos los casos ocurre esta correspondencia, ya que con el género no nacemos. Esto nos lleva a hablar de TRANSEXUALIDAD que es la condición humana (no una enfermedad mental) en la que en una persona no corresponde su sexo (condición biológica) con su iden12
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tidad de género (como nos enseñaron que debía ser). También se le llama discordancia sexo-genérica. Por ejemplo, una persona con cuerpo biológico de macho (pene-testículos), tiene la percepción íntima y personal de ser mujer. O bien, una persona con cuerpo de hembra (vulva-ovarios), se sabe internamente hombre. El problema, no es la no correspondencia, sino la exigencia social de que todos y todas entremos a una alineación forzosa en la que se impone que si tiene pene y testículos solo puede ser hombre, y si tiene vulva y vagina solo puede ser del género femenino, como si la identidad de género viniera con el sexo. Es importante considerar que si no nacemos con el género, entonces existen mujeres con pene y hombres con vulva, que son personas que no lo eligieron, aunque sí pueden decidir cómo vestirse, cómo vivirse y cómo nombrarse; incluso, la persona transexual puede o no querer cambios quirúrgicos. Eso es lo importante, respetar la identidad de las personas y garantizar que, como cualquiera, tenga los mismos derechos. Es común escuchar sobre las personas transexuales: “Antes era hombre y ahora es mujer” o “se transformó en hombre”. Estas ideas son erróneas porque su identidad de género no cambió. Lo que sucede en realidad es que la identidad de género se establece en los primeros años de vida, pero educamos a las personas en un rol de género en función de sus genitales, dando por hecho la alineación pene-hombre y vulva-mujer. Así, cuando la persona expresa su ser hombre o su ser mujer y esta identidad no corresponde con su sexo ni con cómo la educamos, entonces pensamos que se está ‘convirtiendo’, pero no es así. Lo que nos expresa es su decisión de comunicarlo, su necesidad de quitarse el rol con el que no se identifica y poder vivir de acuerdo a su verdadera identidad. La identidad de género se instaura en las personas (en todas) desde etapas muy tempranas del desarrollo: su probable consolidación es entre los 18 y los 30 meses de vida, aunque hay investigaciones que postulan que esto acontece dentro del primer año de vida y otras que está determinada por factores prenatales (antes del nacimiento). Esto sucede a nivel inconsciente. Entonces, la identidad de género no se elige ni se transforma, ni con el tiempo ni con cualquier procedimiento de intervención profesional.
La transexualidad en mi hermano me es un tema muy difícil de tratar, de comprenderlo del todo bien, de explicarlo a mis amigos y a algunos familiares. En un principio yo creí que mi hermana era lesbiana por unas fotos que vi en una red social. Fue una impresión muy grande, pues a mis 12 años de edad, ni mi familia, ni mucho menos ella me habló acerca del tema. Lo único que hice, fue callarme y ya no hacer cuestionamientos acerca de las parejas de mi hermana a las llamaba “amigas”. Noté desde que era pequeña que ella nunca se sintió cómoda con la ropa, juguetes y accesorios que mis papás le compraban, la forma en que la trataban, siempre terminaba muy disgustada. Después de algún tiempo yo empecé a notar cambios muy extraños en mi hermana, su forma de vestir, corte de cabello, ya tenía totalmente el aspecto de un hombre. Pensaba que era algo normal, una moda, qué se yo. La pareja de mi hermana, tuvo la fuerza y el valor de poder contarme todos los cambios por los que estaba pasando mi hermana, de explicarme cuidadosamente algunos términos, para que pudiera comprender mejor la transexualidad de mi hermano. Me tomó por sorpresa, nunca imaginé que todo esto existiera. Mi hermano por fin decidió hablar conmigo, pero lo que era muy difícil para él, era explicarle a mi mamá, de las operaciones, papeleos todo lo que tenía que hacer para poder estar feliz con su cuerpo, con su alma, con las personas que lo rodean, sentirse como lo que él realmente esperaba ser desde que era pequeño. Me hace muy feliz que Dante, ha sido muy fuerte, muy tenaz en todo lo que se propone. Lorena, 17 años Esta condición es distinta de la TRANSGENERIDAD, entendida como la condición humana en la que hay una vivencia cotidiana o permanente en el rol del género diferente al suyo. En las personas transgénero sí corresponde su identidad de género con su sexo, pero deciden expresarse en el otro rol. Aquí sí hay una decisión. Por ejemplo una persona nacida con un cuerpo de macho (pene-testículos), con identidad de género hombre pero que decide vestirse y vivir en el rol de mujer. Estas personas, por así decirlo, juegan y transitan con toda libertad y voluntad entre lo femenino y lo masculino socialmente aceptado.
Otra condición diferente es el TRAVESTISMO, que es otra manifestación de la diversidad sexual (D. Barrios, 2005), caracterizada por el empleo de vestimenta, lenguaje, comportamientos, accesorios, etc., que en el grupo social de cada persona se consideran propios del otro género. Solo tiene que ver con la vestimenta, no con el rol y menos con discordancia entre el sexo y el género. Clásicamente, la persona travestista es un hombre que se viste de mujer o una mujer que se viste de hombre, puede ser por cuestiones de trabajo, porque le erotiza o solo por el gusto, y la afición por vestirse con ropas del otro género y después de un tiempo de disfrutarlo vuelve a la vestimenta de su género.
¿Debe mostrarse en público? Yo no sabía que era homofóbica. Siempre pensé que era una persona liberal a favor de la diversidad sexual. Cuando mi hermano me dijo que es homosexual me di cuenta de la homofóbica que desafortunadamente habita dentro de mí. Ahora me doy cuenta que era muy ignorante con respecto al tema de la diversidad sexual. Todo mi miedo radicaba en estereotipos sociales sin ningún sustento como: “Los homosexuales no tienen parejas, son demasiado promiscuos”; “ser homosexual es ser un perverso”, y eso me hizo pensar que mi hermano tenía que cambiar de preferencia sexual. Katia 28, años Probablemente hemos platicado ya con nuestro hijo o hija sobre su homosexualidad, lesbiandad, bisexualidad o transexualidad y parece que los/las hemos aceptado después de un tiempo. Sin embargo, frases como: “¡No salgas vestido así!”, “¡No me traigas a ninguna pareja!”, “¡No se lo digas a nadie todavía!”, “¡Que no se entere la familia!” Son frases que denotan una aceptación parcial de la orientación y de la identidad de nuestros hijos/as y contrario a favorecer una relación respetuosa y abierta puede limitar los lazos y la comunicación. Es importante que revisemos cuál es el origen de estas frases, desde dónde las decimos, cuáles son nuestros miedos, cuáles siguen siendo nuestras fobias. En nuestra cultura las actitudes que creemos “afeminadas” en los hombres u “hombrunas” en las mujeres, así como las demostraciones de afecto entre dos personas del mismo género, hace que afloren los Guía de apoyo para madres y padres
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sentimientos homofóbicos de muchas personas y por supuesto también los nuestros. Detente, pregúntate y reflexiona si el miedo de que nuestro hijo o hija muestre sus sentimientos o afectos en la calle tiene que ver con nuestra propia homofobia, por un miedo a que sean agredidos o por considerarlo y creer, muy en nuestro interior, que su comportamiento es anormal.
¿Qué dirán los vecinos? Esta es una preocupación muy común, sobre todo cuando nuestra familia vive en un ambiente agresivo y altamente homofóbico o en una comunidad donde es muy visible nuestra vida. Sucede, muy a menudo, que cuando nuestros/as hijos/as nos comparten su orientación sexual, ellos/as se sienten liberados y se hacen más visibles, en cambio madres y padres desearíamos que no salieran de casa pues su salida nos expone a ser cuestionados, juzgados, sancionados por la sociedad. Todo esto por los prejuicios y la homofobia. La homofobia existe en todas las colonias y municipios, en unas más que en otras pero está presente casi todo el tiempo. Muchas personas siguen creyendo que la homosexualidad, bisexualidad o transexualidad son enfermedades y que nuestros/as hijos/as decidieron serlo y se creen con el derecho de juzgar y rechazar -como tal vez lo hicimos alguna vez- y esto te puede hacer sentir vulnerable y expuesto/a. Al preocuparte sobre qué pensarán los vecinos, es una buena oportunidad para detectar y trabajar los miedos que están presentes en ti, en los prejuicios que tienes sobre la diversidad sexual, ya que muchos de esos pensamientos los depositamos en los vecinos, pero en realidad son nuestros. Entre más revises y trabajes lo que a ti te sucede con las vivencias cotidianas con tu hijo/a, entre más fortalezcas la relación con él o ella, menos atención prestarás ni te “engancharás” con los comentarios, burlas o juicios de tus vecinos/as. Finalmente tú sabrás con quién sí y con quién no hablas de esto. No tienes que decir lo que no quieras decir. Cuando estemos seguros/as de nuestros propios sentimientos e informados sobre el tema, entonces, no solo podremos hablar de lo que implicó la homo14
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sexualidad, lesbiandad, bisexualidad o transexualidad de nuestros/as hijos/as en nuestras vidas y en nuestras familias, sino que seremos capaces de hacerlo con seguridad y libertad con otras personas. Nuestro comportamiento favorecerá el que nuestros hijos/as se sientan seguros/as, relajadas/os y sostenidos/as por el amor y respeto que les tenemos.
¿Debemos decírselo al resto de la familia? Creo que el rechazo de mi familia no ha sido tajante pues no ha cambiado la forma de convivencia entre nosotros, en el entorno social en que me desenvuelvo quienes lo saben no han hecho preguntas, y yo tampoco he dicho nada. Mi llegada a Cuenta Conmigo fue por invitación de mi hijo, pensé que no necesitaba la ayuda que ofrece el grupo, llegué con ciertas reservas puesto que, según yo, no tenía problemas con él. Pero me di cuenta que otro de mis hijos era homofóbico, había un distanciamiento entre ellos como hermanos que surgió a raíz de enterarse de la homosexualidad de su hermano. Fue cuando me di cuenta que su homofobia era parte de lo que yo había construido, ahora tenía que trabajar para quitar todos esos prejuicios y estigmas construidos. Alfredo, 58 años Los padres y madres que aún tenemos dificultad en aceptar la homosexualidad, lesbiandad, bisexualidad o transexualidad de nuestros hijos/as, nos preocupa que el resto de la familia se entere o nos cuestionen sobre la vida de nuestros hijos o hijas, por ejemplo: ¿Por qué no tiene novia o novio?, ¿cuándo se casa?, ¿tu hijo/a es gay, lesbiana?”, ¿por qué está cambiando su forma de vestir?, etc. Y, ¿cómo le hacemos para responder esas preguntas? Es importante tener en cuenta que si deseamos comunicarlo a alguien de nuestra confianza, debemos contar con el consentimiento de nuestro hijo o hija, ya que se trata de la vida de ellos/as, más que de la nuestra. Además, necesitamos prepararnos para que llegado el momento de hablar con algún familiar o amigo, si así lo queremos hacer, no terminemos a la defensiva, sintiéndonos culpables o infelices, recuerda que lo que comuniques y cómo lo comuniques va a ayudar mucho en cómo lo tomen los demás.
Si ya decidiste decírselo al resto de tu familia y/o alguien te hace preguntas relacionadas con la orientación sexual o expresión de género de tu hijo/a, considera los siguientes elementos: • Ubica si quieres responder o no. • Evita preguntas ambiguas, solicita que sean claras y específicas. • Responde únicamente lo que quieras responder y de manera concreta solo lo que te están preguntando. • Identifica si es una pregunta que solo tu hija/o puede contestar y derívalo con él/ella • Si decidiste compartirlo, que sea en un momento que estés tranquila/o. Identifica personas aliadas en la familia o externas y apóyate en ellas. • Identifica y apóyate en la información que manejas sobre el tema. No uses aquella que no tengas clara. • Procura estar atenta/o a tus emociones y si identificas malestar como: angustia, enojo o presión, respira profundamente y decide si deseas externar lo que sientes o si ya no deseas continuar con el tema. Tenemos el derecho de sentirnos como nos sentimos: con culpa, miedo, tristes, enojados, temerosos, con vergüenza. Lleva tiempo respetar, reencontrarnos y reconocernos con nuestros/as hijos/as. Cada persona tiene su propio proceso y su tiempo para llevarlo.
Homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia. Homofobia es el miedo o rechazo irracional hacia la homosexualidad o hacia las personas homosexuales, o que parecen serlo y que se expresa mediante el rechazo, la discriminación, agresiones verbales y físicas, la hostilidad, bromas, chistes, la ridiculización y otras formas de violencia. Puede ser definida como “la hostilidad general, psicológica y social, respecto a aquéllos y aquéllas de quienes se supone que desean a individuos de su propio sexo o tienen prácticas sexuales con ellos” (Daniel Borillo, 2001). No es instintiva, natural, universal, ni tampoco inevitable, sino que es un aprendizaje cultural, es decir,
aprendemos a ser homofóbicos/as a lo largo de nuestra vida, en la escuela, con los amigos, en los juegos, en la familia, en la televisión, etcétera. La homofobia es más que la violencia. Es un mecanismo social conformado por un conjunto de ideologías y prácticas que proponen y legitiman como lo mismo: macho-masculino-heterosexual y hembra-femenina-heterosexual, y como las únicas opciones posibles y deseables de la sexualidad humana lo que devalúa la diversidad sexual y afectiva existente, desconoce y violenta a las personas, y sus derechos humanos. (Guillermo, Nuñez 2011). En este sentido la homofobia no afecta solo a las personas homosexuales sino a todas las personas que no cumplamos con lo socialmente establecido. El origen de la homofobia está en el Machismo: esa división en dos géneros y la supremacía del masculino sobre el femenino. Nuestra cultura es machista y nos ha enseñado que lo femenino vale menos, entonces, ser delicada, débil, cariñosa, hogareña, por ejemplo, vale menos que ser fuerte, protector, no mostrar sentimientos, ser osco y andar en la calle. A la homosexualidad se le ha mal entendido como hombres que quieren ser mujeres y mujeres que quieren ser hombres. De ahí los calificativos de “mariquita” o “marimacha”, sin embargo, si una mujer adopta actitudes y realiza actividades conferidas para los hombres pueden suceder dos situaciones: o se les agrede o se les admira considerándolas fuertes, seguras, dominantes porque estas características son más valoradas socialmente. En cambio, si un hombre es delicado, cariñoso, débil, hogareño y sentimental aumentan considerablemente las probabilidades de que sea objeto de burlas, no de halagos. Tanto por parte de los mismos hombres, que diciéndole a otro hombre que parece mujer o “joto” reafirma su masculinidad porque está diciendo “yo sí soy hombre, tú no”. Así como por parte de las mujeres, que aprendieron que como son débiles y delicadas deben tener a su lado a “todo un hombre” que las proteja, por lo que ellas también les exigen que cumplan con esas características. Así, a la homosexualidad masculina erróneamente se le ha asociado con lo femenino, pues desde la mirada de la heteronormatividad, al ver a un hombre relacionándose con otro hombre, se le transfiere al papel de subordinación y sometimiento atribuido a la mujer. Pero Guía de apoyo para madres y padres
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ese no sería el problema, sino que como ser mujer vale menos. Ser hombre homosexual también tiene menor valor. La homosexualidad femenina o lesbiandad es más invisibilizada. Finalmente, también es homofobia o, en este caso, lesbofobia. Pareciera que existe más aceptación a la lesbiandad, sin embargo, ésta es una percepción errónea, ya que culturalmente a la mujeres no se les considera capaces de vivir placer, pues en esta creencia de que el pene es el que proporciona el placer, se asume que las mujeres lesbianas solo están juntas como hermanas, sin deseo ni interacción sexual y esto las invisibiliza. La homofobia se expresa también en las representaciones caricaturescas, al retratar a los homosexuales, lesbianas y bisexuales como personas grotescas al exagerar conductas y estilos, incluso con el silencio. También es homofobia, aunque más sutil, comentarios como: “Yo los respeto, pero que no se metan conmigo”, “que no se exhiban”. La homofobia es, pues, como el policía que vigila que todo lo hagamos como la sociedad dice que debe ser, aunque nosotros como parte de la sociedad no hayamos opinando al respecto. Buscar tan ansiosamente las causas de la homosexualidad y bisexualidad, es homofobia y bifobia, pues se está tratando a la homosexualidad y bisexualidad como un problema derivado del prejuicio que existe una “sexualidad normal, acabada y completa”, es decir, la heterosexualidad monogámica, en función de la cual todas las demás sexualidades deben ser interpretadas y juzgadas. Encontrar las causas de la heterosexualidad ayudará a entender el proceso de cualquiera de las orientaciones sexuales. En una sociedad sin homofobia se ve a la homosexualidad y bisexualidad como dos orientaciones válidas que no necesitan ser explicadas, como sucede con la heterosexualidad. Aún no se conoce a nadie que se pregunte por qué su hijo o hija es heterosexual. La transfobia es el miedo y rechazo a las personas transexuales, transgénero, travesti, pues existe mucha confusión hacia estas expresiones de la sexualidad, la identidad y el rol de género.
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Homofobia, lesbofobia, bifobia, transfobia Internalizadas Los aprendizajes discriminatorios hacia lo femenino, de sobrevaloración de lo masculino y centrado en la heterosexualidad, nos los transmiten desde que nacemos. Homosexuales y bisexuales aprendieron a ser hombres y mujeres de la misma manera que lo aprendieron las personas heterosexuales. Cuando alguien se siente atraída por una persona del otro género no siente angustia o miedo, pues es lo esperado. En cambio, si siente atracción por una persona de su mismo género, piensa que tiene un problema, que está mal. La causante de este temor y angustia es la homofobia que aprendió desde pequeño/a (como cualquiera) y la fue registrando en su memoria, en sus ideas y en su cuerpo. Es decir, la introyectó, la adoptó de manera inconsciente. Se puede expresar por el rechazo hacia sí mismo/a: “Por qué resulté ser así”. O bien, se expresa en el rechazo hacia otras personas homosexuales, bisexuales o transexuales con expresiones que se consideran afeminadas, demasiado evidentes y, por ello, las evalúan denigrantes. Por eso no es extraño que entre los/as mismos/as gay, lesbianas, bisexuales y transexuales se discriminen. Tengo miedo de quedarme solo, que me rechacen por mi preferencia sexual, que me rechacen por ser quien soy. Alfredo, 19 años Me siento muy solo. Cuando me veo en el espejo veo todos mis defectos. Mi mundo es un desorden, dejo que me pisoteen, me siento muy abajo. Jorge, 22 años. Yo agredo a los homosexuales en la escuela. Los insulto a pesar de que yo también lo soy, pero tengo que aparentar con mis amigos que soy como ellos para que no me rechacen. Javier, 20 años.
Por ser la homofobia un aprendizaje social, todas y todos podemos tenerla interiorizada. La buena noticia es que podemos desaprenderlo no reproduciendo los estereotipos ni la devaluación por género, atreviéndonos a revisar los prejuicios que aún tenemos y a construirnos como personas. La mejor manera de acabar con estas fobias es, trabajando la propia. Ni la orientación sexual, ni la identidad de género se eligen, ser homofóbico/a, lesbofóbico/a, bifóbico/a y transfóbico/a, sí. Test sobre homofobia, bifobia, lesbofobia, transfobia 1. La sola idea de sentirme atraído/a físicamente por personas de mi propio sexo me repugna. 2. Los gay, las lesbianas y bisexuales deberían mantenerse lejos de las demás personas. 3. Me avergonzaría tener un hermano homosexual, una hermana lesbiana o bisexual. 4. Las personas bisexuales no saben lo que quieren o son homosexuales encubiertos. 5. Respeto a los gay, siempre y cuando no se exhiban. 6. Una cosa es la homosexualidad, pero vestirse de mujer o cambiarse de sexo está en contra de la naturaleza. 7. Agrediría físicamente a una persona de mi mismo sexo si intentara “ligarme”. 8. Si tuviera sueños eróticos con personas de mi mismo sexo no se lo contaría a nadie. 9. Si un amigo o amiga me confesara que es homosexual o bisexual me alejaría. 10. No estoy de acuerdo que las parejas homosexuales adopten y eduquen a niños/as. Si te identificas con alguna o más de estas frases, revisa internamente qué te sucede pues manifiestas homofobia, lesbofobia, bifobia y/o transfobia. Basado en test original realizado por la Red Democracia y Sexualidad DEMYSEX
¿Podrá ser feliz?, ¿Se quedará solo/a para siempre? No creo que la homosexualidad sea un problema que requiera de intervención psicoterapéutica, ni que por eso mi hijo se vaya a quedar solo en la vejez, más bien eso depende de cada quien independientemente de su orientación sexual. Es cierto que mi hijo puede sufrir discriminación, en el trabajo y en la calle, afortunadamente existe una chispa de esperanza, y cuando los humanos nos quitemos la venda de los ojos y construyamos una nueva cultura de respeto, procurando que todas las personas tengamos una nueva forma de vida, el mundo cambiará. Alberta, 53 años La felicidad no tiene que ver con ser homosexual, lesbiana o bisexual; transexual, transgénero o travesti. Muchas personas heterosexuales podemos ser muy infelices por infinidad de razones; mientras que las personas homosexuales, lesbianas o bisexuales, transexuales, transgénero o travestis pueden lograr una pareja con la que realmente se sientan bien, un trabajo productivo, familiares y amistades que los quieran y respeten. Es difícil saber si se quedará solo/a, pero debemos recordar que esto sucede muy a menudo con cualquier persona. Muchos de nosotros/as nos tendremos que adaptar a la soledad en nuestra vejez. Y también es muy posible que muchas personas bisexuales, lesbianas y homosexuales; transexuales, transgénero o travestis desarrollen relaciones duraderas y puedan vivir muchos años juntos/as como lo hacen muchas parejas heterosexuales. Cuanto más ayuda e información tengamos como madres y padres, mejor les facilitaremos el camino a su propio reconocimiento y más oportunidades tendrán de elegir la forma de vida más adecuada que ellos/as quieran, en la que si encuentren bienestar. Nuestro compromiso como madres y padres es enseñarles que la felicidad depende de ellos/as y acompañarles brindándoles herramientas, ideas y actitudes para que aprendan a tomar decisiones en caminadas a su bienestar. La felicidad de nuestros hijos e hijas empieza en nuestra propia casa. Cada persona forja una concepción particular de la felicidad, en muchas coincide, en Guía de apoyo para madres y padres
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otras tantas es diferente. Valdría la pena preguntarle a tu hijo/a ¿qué es ser feliz para él o ella? Y también pregúntate ¿cuál es tu concepto de felicidad? Nadie puede garantizar una vida feliz a los demás, sean transexuales, homosexuales, heterosexuales, bisexuales o lesbianas”. Es una labor personal.
D) VINCULACIONES O RELACIONES AFECTIVAS Las Relaciones Afectivas es otra dimensión de la Sexualidad. Es nuestra capacidad de vincularnos con las personas que queremos. Comúnmente se le asocia con el amor, con esas sensaciones que denotan el interés de estar con esa persona y transmitirle nuestras emociones. Sin embargo, con el amor no viene la forma de relacionarnos. Los vínculos se construyen, es decir, las personas que intervienen en esa red afectiva imprimen su propio estilo para diseñarla. Así la relación que establecen una madre y su hijo no se define por esos roles, sino por ser las personas que son y la relación que construyen. Lo mismo opera para cualquier tipo de vinculación afectiva de pareja o de amistad. Las RELACIONES AFECTIVAS es nuestra capacidad de dar y recibir afecto, es otra manera que tenemos para expresar nuestra sexualidad. Cuando una madre, un padre, hermana/o, tío/a abuelo/a se enteran de la homosexualidad,
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bisexualidad o transexualidad de su familiar, sea cual sea el impacto que les genere, sigue coexistiendo el amor que sienten por él o ella. Depende de la vinculación que han construido podrán o no poner ese amor por delante y se mantengan unidos/as para acompañarse en esta nueva situación para ellos/ellas y para toda la familia. Incluso, en muchos casos en que la vinculación no es tan cercana o afable, esta noticia les ha servido para acercarse más y construir una mejor relación. Lamentablemente, también hay quienes deciden romperla y los corren de la casa por una orientación sexual o una identidad de género que no decidieron.
¿Se infectará de VIH/SIDA? A veces, cuando tenemos un familiar gay, lesbiana o bisexual creemos que por su orientación está más propenso a infecciones de transmisión sexual, específicamente del VIH/Sida. Nos preocupa que se ponga en riesgo. La realidad es que el VIH-SIDA es una infección que se transmite principalmente por la vía sexual y puede ser adquirida por cualquier persona (independientemente de su orientación sexual) que tenga relaciones sexuales sin la protección adecuada, como un condón. El VIH/SIDA no es necesariamente el resultado de haber llevado una vida promiscua, o de un “estilo de vida” asociado a alguna orientación sexual, sino a la falta de cuidado, prevención y protección en las relaciones sexuales.
Pero es cierto que la infección se sigue presentando en mayor medida en Hombres que tienen Sexo con Hombres (HSH), incluyendo a homosexuales, bisexuales y heterosexuales. Esto tiene que ver principalmente con dos aspectos: • La educación por géneros, donde la masculinidad dominante reta, todo el tiempo, a los hombres a que demuestren su valía, valentía, dominio y seguridad, especialmente a través de su potencia sexual, que son capaces de tener sexo con quien sea, cuando sea y a como dé lugar; por ello, es común que los hombres tengan encuentros ocasionales (independientemente de su orientación sexual) sin reparar e identificar si en verdad lo desean o están respondiendo a las exigencias de demostrar que son hombres aunque se pongan en riesgo. Incluso, para muchos es mejor si se ponen en riesgo, pues consideran que son más hombres. Asimismo, tanto con heterosexuales como en homosexuales, bisexuales y transexuales, contribuye que en las relaciones de pareja sigan reproduciendo la división de roles masculino-femenina, activo-pasiva, protector-protegida; lo cual las coloca en una relación de dominio-sumisión, es decir, una relación de poder en la que son más propensos los abusos emocionales y las prácticas de riesgo. • El rechazo y discriminación que viven las personas homosexuales y bisexuales los puede llevar a sostener prácticas sexuales en forma clandestina, porque no sienten la libertad y confianza de tener una pareja de su mismo sexo y mostrarse públicamente por miedo a ser agredidos/as. Otras veces, muestran una búsqueda impulsiva de ligues, relacionada con la necesidad desesperada de afecto, de ser aceptados y reconocidos, lo cual, puede llevarlos a aceptar encuentros con alto nivel de riesgo… riesgo por estar a merced emocional de otra persona, que los lleva a un autodescuido, a no usar condón. Esto se incrementa si en su familia ha vivido rechazo. Se piensa que la mejor forma para prevenir que nuestros hijos/as adquieran el VIH, es que no tengan relaciones sexuales, pero como esto no va a ocurrir, es necesario proporcionarles educación sobre salud sexual, para que eviten tener prácticas de riesgo.
Es muy importante la aceptación en la familia, pues les ayudará a crearse un autoconcepto favorable y mayor seguridad personal. La información sustentada, la educación y confianza brindada por profesionales y por nosotras/os como madres y padres, pero sobretodo la confianza que se tengan ellos/as mismos/as, evitará en buena medida, que realicen prácticas sexuales de riesgo. Revisa qué conoces acerca del VIH/SIDA e identifica que más necesitas para conversar y apoyar a tu hijo/a e incluso a los/as demás miembros de la familia. En esta guía te ofrecemos información básica sobre el tema.
VIH/SIDA La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) infecta a las células del sistema inmunitario, alterando o anulando su función de lucha contra las infecciones y enfermedades, su deterioro es progresivo. El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH y se define por la presencia de alguna/s de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH. Transmisión El VIH puede transmitirse por tres vías: 1. Sexual: a través de relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección con persona infectada. 2. Sanguínea: por contacto directo con sangre contaminada a través de transfusiones o el uso compartido de agujas, jeringas u otros instrumentos punzantes. 3. Perinatal: de la madre (infectada con VIH) al hijo/a y puede presentarse en tres momentos, durante: el embarazo, el parto y la lactancia. El Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (CENSIDA), refiere que la epidemia del VIH en México es predominantemente por la vía sexual, ya que este tipo de transmisión ha sido la causante de más del 90% de los casos acumulados de SIDA, concentrándose principalmente en los Hombres que tienen Sexo Guía de apoyo para madres y padres
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con Hombres (HSH), ya sean homosexuales, bisexuales o heterosexuales y mujeres parejas de HSH, cabe destacar que muchos hombres que tienen sexo con otros hombres no se asumen como homosexuales o bisexuales, y que sus parejas sexuales femeninas desconocen este comportamiento. Detección Si el VIH se detecta a tiempo, se puede dar atención oportuna y lograr fortalecer el sistema inmunológico, con esto conseguir que la persona que vive con el virus, un buen estado de salud y calidad de vida. Hoy en día se puede detectar el VIH con pruebas de laboratorio y pruebas rápidas donde el resultado se obtiene de manera casi inmediata. Sin embargo, es muy importante que al realizarse estas pruebas siempre exista una consejería, donde una persona capacitada dé información verídica y todo el acompañamiento necesario. Al final de esta guía encontrarás algunas organizaciones que brindan estos servicios. Para aplicar cualquiera de las pruebas se tiene que dejar pasar un periodo mínimo de tres meses después de que se tuvo la última práctica de riesgo. A este periodo se le llama “de ventana” tiempo necesario para poder detectar anticuerpos. En caso de ser un resultado positivo (es decir que si se encuentra la presencia de anticuerpos al VIH) es necesario corroborar con una última prueba llamada Western blot, que es otra prueba de laboratorio más específica y que confirmará el resultado o lo descartará. Se dice que alguien es seropositivo, cuando ha dado positivo a la prueba de detección pues se han localizado anticuerpos al VIH en el suero de su sangre. Sin embargo, se reserva hablar de que una persona tiene SIDA para cuando su sistema inmunológico (CD4) está por debajo de 200, es cuando le sobreviene el SIDA, con las enfermedades asociadas que esto conlleva. Por lo tanto, se puede decir que toda persona con SIDA es seropositiva, pero no todas las seropositivas desarrollarán SIDA. Tratamiento Una persona que vive con VIH puede controlar la infección a través del Tratamiento Antirretroviral (ARV). Desde su aparición en 1996, las personas que viven con 20
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VIH (PVVI) han experimentado mejoras en su estado de salud general y en su calidad de vida. De hecho, ha aumentado la esperanza de vida en aquellos países en los que el uso del ARV está extendido. Prevención por VÍA SEXUAL El VIH se puede prevenir. Abordamos aquí la prevención por la vía sexual ya que, como vimos anteriormente, ésta es la más común y es necesario conocer y manejar adecuadamente métodos que eviten el intercambio de fluidos. Para esto en los últimos años se ha encontrado una alta efectividad en los siguientes dos métodos de prevención: 1) Prácticas de Sexo Más Seguro Las prácticas sexuales que no implican penetración, permiten una actividad sexual segura. Entre ellas podemos mencionar los besos, caricias y masturbaciones mutuas. Estas opciones previenen la transmisión sexual del VIH porque no hay intercambio de fluidos. 2) Prácticas de Sexo Protegido: Relaciones sexuales con penetración anal, vaginal u oral que para evitar el intercambio de fluidos, usar correctamente el condón (masculino o femenino) en cada relación sexual es, hasta ahora, la forma más segura de protegerse de adquirir el VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual. Estas dos formas de prevención han demostrado una alta efectividad para frenar la epidemia. En cambio los siguientes dos métodos tienen un índice de efectividad muy bajo. 3) Pareja sexual exclusiva: Acordar ser pareja mutuamente exclusiva, o sea, comprometerse ambos miembros a mantener relaciones sexuales exclusivamente con el otro. Es seguro, siempre que ambas personas comprueben a través de la prueba (tomando en cuenta el periodo de ventana) que no viven con VIH, y respeten el acuerdo. 4) Ausencia de actividad sexual (Abstinencia): La ausencia de relaciones sexuales, representa la seguridad total de no adquirir el virus por vía sexual. Esta medida de prevención puede ser temporal o definitiva, pero es la más difícil de llevar a cabo. Como podrás darte cuenta el uso del condón (masculino o femenino) es el método de prevención más sencillo, económico y eficaz.
¿Es conveniente hablar sobre su sexualidad con mi hijo/a? Si él/ella está de acuerdo, siempre será mejor hablarlo que guardar silencios que a la larga nos perjudican más. En nuestra cultura, debido a la forma en que hemos recibido información sobre sexualidad, a través de la familia, la escuela, amigos, el barrio, los libros y revistas, aprendimos a vivirla con cierta discreción o de plano reducida al silencio, convirtiéndose en un campo minado de mitos, dogmas y mentiras que al sentir deseo y expresarlo en nuestro cuerpo o con alguna pareja, nos puede generar culpa, miedo, incertidumbre o confusión. La gran mayoría de madres y padres fuimos educados/as con muchos prejuicios que seguimos reproduciendo con nuestros hijos/as y tal vez más, si son homosexuales, bisexuales o transexuales. Por ello es necesario contar con información veraz y libre de prejuicios, que nos dote de seguridad, de conocimientos sobre el tema y sobre lo que sucede en nuestro cuerpo para que nos apropiemos de él, aprendiendo a vivirlo con responsabilidad y libertad, y así disfrutar más nuestra sexualidad. De esta manera comprenderemos y aceptaremos mejor la sexualidad de nuestros/as hijos/as, incluyendo a los/as heterosexuales. Una sexualidad libre de prejuicios y responsable garantiza que, lejos de coexistir con factores de riesgo, esté basada en un poder personal que genera un autocuidado y un disfrute pleno decidido por nosotros/as mismos/as. La Salud Sexual es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como: “Un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Requiere de un enfoque positivo y respetuoso de las distintas formas de expresión de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como de la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras, seguras, dignas, libres de coerción, de discriminación y de violencia”. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha definido la salud sexual como “la experiencia del proceso permanente de consecución de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad”.
Ambos organismos consideran que, para que pueda lograrse y mantenerse la salud sexual de todas las personas, los derechos sexuales deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud. Como podemos ver, la salud sexual no reduce las relaciones sexuales a lo coital pues abarca también un bienestar emocional y reconoce el derecho al placer. E) Erotismo: Es la capacidad humana de dar y recibir placer. Es muy importante reconocer que tenemos derecho a conocer y expresar nuestra capacidad erótica y tener las herramientas para saber con quién/es deseamos compartirla. Podemos decir que tener salud sexual es saberme atender y cuidar física y emocionalmente.
Y tú ¿Cómo estás con tu autoestima y el placer? La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros/as mismos/as, la opinión y el sentimiento que cada uno/a tiene acerca de sí mismo/a de los propios actos, valores y conductas (Rogers, 1961). Y es la autoestima y la capacidad de vivir el placer los principales elementos que nos hacen cuidarnos o exponernos en nuestros encuentros eróticos y afectivos. Algunas formas de integrar el placer, la responsabilidad y la libertad a tu sexualidad. • Busca información confiable, científica y libre de prejuicios. La información te permite quitar telarañas sociales y te da la posibilidad de actuar en libertad responsablemente. • Comienza a reconocer tu cuerpo. Explóralo para que te conozcas mejor, reconoce tu singularidad y aprópiate de él. Cuida tu cuerpo, la salud sexual comienza desde la procuración propia, atención médica y enriquecimiento emocional. Tú eres tu única/o dueño/a. • El placer son vivencias que abarcan todo el cuerpo. No hay zonas erógenas, que el coito sea una caricia más. Incorpora menús eróticos variados y creativos que enriquezcan la estimulación sensorial. Guía de apoyo para madres y padres
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• Pon atención a tus necesidades, no te abandones. Esa es la brújula hacia tu propia valía. • Conoce tus derechos sexuales y reproductivos, ejércelos y defiéndelos. • Toma decisiones en libertad, que nadie te presione para hacer algo de lo que no estás convencido/a. • Evita poner tu sexualidad en riesgos. No vivas en el miedo, el ocultamiento o la clandestinidad. Busca ayuda. • Vive tu erotismo en el placer y la protección. Usa condón en cada práctica sexual. • Construye tus redes de apoyo. Asiste a talleres, grupos de crecimiento, pláticas informativas, o apoyo emocional si lo necesitas. • Acércate con especialistas en salud y sexualidad. La información te da poder y habilidades para ejercer plenamente tu sexualidad.
¿Sufrirá hostigamiento, agresiones, discriminación, homofobia? Cuando mi hermano me habló de su homosexualidad, lloré y lloré y deseé que alguien me dijera que era muy joven y solo estaba pasando por una etapa adolescente de confusión. También me hubiera gustado escuchar que no era culpa de mis papás porque yo sentí mucho rencor hacia ellos. Esto lo sentí porque pensaba que la vida gay era un camino oscuro y complicado, sobre todo por la discriminación que se vive en una sociedad tan cerrada, machista y privada de información como la nuestra. Katia, 28 años Como padres, madres, hermanos/as queremos que nuestros hijos/as destaquen que logren ser exitosos, aceptados, felices, que encuentren una pareja y formen una familia en amor y bienestar. Deseamos que sepan enfrontar la vida y, sobre todo, que no sean agredidos. Pero vivimos en una sociedad con homofobia y es muy posible que nuestros hijos/as sufran algún tipo de agresión en alguna etapa de su vida, dependerá de muchos factores, entre ellos las ideas y actitudes que tengamos las personas que los rodeamos hacia la homosexualidad, bisexualidad, lesbiandad y transexualidad. 22
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Pero lo más importante es la manera que nuestro hijo/a viva su homosexualidad, lesbiandad, bisexualidad o transexualidad, pues si se sienten vulnerables, tienen y muestran miedo o inseguridad posiblemente serán un blanco más fácil para los agresores. Por ello es muy importante que conozcan y ejerzan sus derechos, así como saber qué hacer en caso de agresión. Aquí es donde entramos en juego de manera muy significativa madres, padres, la familia; el que se sientan amadas, respetadas y aceptados en el interior de su familia les permitirá fortalecerse, tomar decisiones y valorarse como persona. Y si así lo requerimos y decidimos en familia podemos proceder legalmente, pues existe la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y en la Ciudad de México está tipificada la discriminación por orientación sexual como un delito en el Código Penal. Es importante reconocer que cuando los derechos de nuestros hijo/as están siendo violentados, los nuestros también. Los derechos nos pertenecen a todas las personas y podemos vigilar que se reconozcan y ejercerlos adecuadamente.
DERECHOS HUMANOS DE IGUALDAD Y DIVERSIDAD SEXUAL Todas las personas sin importar su raza, condición social, género, u orientación sexual tienen derecho a: • Ser respetadas como personas • A una identidad propia • La igualdad y la no discriminación • Ejercer su sexualidad • A asumir públicamente su orientación sexual • La libre elección de cónyuge o pareja • Decidir sobre el número y espaciamiento de sus hijas e hijos • Acceso y libre elección del trabajo, su permanencia y oportunidades de ascenso • Acceso a programas de capacitación y de formación profesional. • Vivir sin violencia en casa, en la calle y en cualquier lugar público • Acceso a la educación y el conocimiento • No recibir maltrato por su apariencia física y forma de vestir • No vivir violencia, rechazo, burla, difamación, injuria, persecución o exclusión
Estos elementos están basados en la “Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación” (abril 2003), la cual señala que para denunciar presuntos actos discriminatorios se acuda al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) presentando Quejas cuando se trate de particulares y Reclamaciones para el caso de servidores públicos. Las quejas y reclamaciones no requieren más formalidad que presentarse por escrito con firma o huella digital y datos de identificación del interesado. También pueden ser verbales, por vía telefónica o por cualquier otro medio electrónico, señalando claramente los hechos que denuncian y los datos generales de quien la presente, debiendo ratificarse formalmente dentro de los cinco días hábiles siguientes, de lo contrario se consideraran como no presentadas. El CONAPRED proporciona a las personas que presuntamente hayan sido discriminadas, asesoría respecto a los derechos que les asisten y los medios para hacerlos valer y, en su caso, orienta en la defensa de los citados derechos ante las instancias correspondientes.
Y ahora ¿qué sigue? El grupo de madres y padres de Cuenta Conmigo me ayudó a entender a la homosexualidad como algo normal y natural en los seres humanos. Me ayudó a colocarme del otro lado y ver cuánto estaba sufriendo mi hijo y realmente pienso que no tardé mucho en entender, comprender y apoyarlo. En verdad a mí el taller y todos sus ejercicios de reflexión y análisis fueron la pauta para entender la homosexualidad. La relación con mi hijo, bueno, que puedo decir, es maravillosa pues él al igual que yo acudió al taller de jóvenes y a la par nos entendimos y ayudamos. Ahora tenemos herramientas para platicar y esté consciente de lo que hace y se cuide. Mis otros dos hijos, una niña de 10 años y un adolescente de 18, lo ven tan normal y en casa se habla de todo sin tener miedo a expresarse. En verdad yo con el grupo estoy inmensamente agradecida porque gracias a las personas que intervinieron me ayudaron a ser mejor mamá y mejor persona. América, 47 años.
Deseamos que la información que te compartimos en esta guía te haya permitido resolver algunas dudas y darte cuenta de tus emociones y sentimientos. Sabemos que podrás tener más dudas y seguir con sentimientos encontrados. Recuerda que la educación que hemos recibido, como hombres y mujeres, mamás y papás, no nos enseña acerca de las orientaciones sexuales, ni de la identidad de género, solo conocemos una única forma de amar y de relacionarnos. Cambiar nuestras ideas y actitudes es un proceso que requiere constancia, compromiso, paciencia, desechando prejuicios y validando lo que vayas sintiendo. Es muy importante que como madres, padres y familiares busquemos lo antes posible apoyo individual, grupal, información confiable para aclarar nuestras dudas, prejuicios y con estas herramientas iniciar una mejor comunicación con nuestros/as hijos/as y apoyarlos/as para que continúen su propio descubrimiento. Una opción es acudir a una organización como Cuenta Conmigo para obtener el apoyo, la información y orientación necesarios como la recibimos nosotras/os. En Cuenta Conmigo, tengo la oportunidad de conocer más situaciones como la mía. Qué importante es saber que no estamos solos, que la experiencias de otros ayudan a fortalecernos; que la guía de psicólogas y personas con experiencia, nos mantienen informados, con argumentos sólidos y bien fundamentados sobre la diversidad sexual y la tolerancia. Me queda claro que la ignorancia sobre el tema nos lleva a no entender, a juzgar y a rechazar, en cambio, con el conocimiento e intercambio de vivencias, comprendo más a mi hijo, tengo más apertura y me he observado más incluyente. En el taller aprendí que nadie tiene derecho a prohibir la libre manifestación de las ideas, ni a imponer su propia “moral sexual” Elena, 56 años En Cuenta Conmigo nos ofrecen Talleres de Crecimiento, donde las madres, padres y otros familiares de personas bisexuales, lesbianas, homosexuales y transexuales podemos resolver nuestras dudas, pues nos dan información sustentada. Podemos revisar lo que nos sucede con ser padre, ser madre, hermana, tía… Revisar los enojos, miedos, y encontrar alternativas apoyados/as por psicólogas/os, pedagogos/as, sexólogas/os especializados en el tema. Y lo más importante, aquí no hay Guía de apoyo para madres y padres
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juicios. Todas las personas somos respetadas, pensemos lo que pensemos, sintamos lo que sintamos: es válido. Me siento comprometido en poner mi granito de arena para tratar de erradicar la homofobia que hay en nuestra sociedad, en nuestra familia y sobre todo en nosotros como papás, porque cuando nuestros hijos salen del closet nosotros nos metemos. Esto lo vamos a lograr teniendo los conocimientos necesarios para transmitirlos a los demás papás, mamás y familiares de toda la diversidad sexual. Entender que todos formamos parte de ella y que sin la cual el mundo sería muy aburrido. Alfredo, 58 años Hay mamás y papás que, como Alfredo, después de vivir el Taller de Crecimiento, deseamos apoyar a otras mamás, papás y familiares para que su camino sea más cordial. Cuenta Conmigo nos brinda capacitación para coordinar y apoyar los Grupos de Acompañamiento entre Pares donde nos compartimos desde nuestras experiencias y vivencias lo que hemos hecho y cómo hemos vivido determinadas situaciones, nos compartimos como personas hombres y mujeres, madres y padres. También existen estos grupos y talleres para gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, donde toman en cuenta las circunstancias específicas que hoy en día vive la población LGBTTTI en esta sociedad. Así que puedes invitar a tu hijo/a, hermana/o a que también acuda estos grupos, si te dice que no, no te preocupes él o ella sabrán cuál es su mejor momento y cuando vea los beneficios en ti se animará ¡Ya lo verás! La participación en los grupos de Cuenta Conmigo puede hacer que algunos gays, lesbianas, bisexuales o transexuales así como sus familiares se cuestionen los lineamientos de género y construyan una forma de ser más auténtica, más personal y más propia. Antes de saber que mi hijo era homosexual mi mundo era muy chiquito, la dimensión en mi mente sobre sexualidad era muy reducida, gracias al grupo de madres y padres de Cuenta Conmigo puedo ver a la sexualidad como amplia y diversa. Alberta, 53 años Los padres y madres que hemos transitado este camino junto con nuestros hijos/as homosexuales, 24
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lesbianas, bisexuales o transexuales, hemos ampliado nuestros conocimientos. La palabra respeto adquirió un nuevo significado y aprendimos a observar y acompañar a nuestros hijos/as como personas. Confrontamos los temas más importantes de nuestra propia vida: la sexualidad, el amor a los hijos/as, el amor a la vida, a la pareja, nuestra maternidad y paternidad. El beneficio que he recibido al acudir al grupo de Cuenta Conmigo ha sido muy importante porque he aprendido a conocer mi sexualidad, que formo parte de la diversidad sexual y sobre todo a liberarme de prejuicios y culpas. Ahora me siento más segura, más tranquila y con el valor suficiente para poder decir que mi hijo es homosexual. La relación con él siempre ha sido muy buena y ahora lo amo más. Teresa, 54 años El desarrollo personal se vuelve consciente. Las manifestaciones de solidaridad dejan de ser palabras vacías y se sienten en la piel. Personas con características distintas a las nuestras repentinamente adquieren importancia. Buscamos información, mantenemos conversaciones, adquirimos nuevos conceptos. Los valores y creencias que creíamos inamovibles se tambalean y exigen una nueva definición concreta. En “Cuenta conmigo”, he aprendido muchas cosas, poco a poco han desaparecido vergüenzas, miedos que en algún tiempo nunca pude expresar abiertamente. Desde que llegamos, la relación entre mi hermano y yo cada vez es más fuerte. La diversidad sexual es muy grande, me encantaría poder aprender muchas cosas sobre ella, pero más aún que las demás personas se interesen por estos temas y así poco a poco terminar con la discriminación. Lorena, 17 años Adquieren importancia la libertad, el amor y el respeto a los demás. Observamos, escuchamos y respetamos no solo a nuestros hijos/as homosexuales, lesbianas, bisexuales o transexuales, sino también a nuestra pareja, a nuestras hijas/os heterosexuales, apoyamos la búsqueda de la felicidad de nuestros hijos/as sin importar a quien amen o con quien se relacionen y buscamos día a día nuestra propia paz interior.
En este nuevo proceso se ponen de manifiesto el amor, el valor, la sensibilidad, la paciencia, la comprensión y la honestidad. Estas cualidades modifican a una persona, y, ante todo, nos hacen más humanas/os. En Cuenta Conmigo empecé a crecer junto con mis hijos, recuperé la comunicación con ellos y su confianza en mí. Con mi hija, heterosexual había tenido muchos enfrentamientos por mi manera de ver las cosas tan cuadradas, con ella no podía hablar sin pelear, no había comunicación y empezó a fluir, ella me miró de diferente manera y crecí para sus ojos, se acercó a mí como nunca, me valoró y sin darnos cuenta ahora ya tengo su confianza y por fin hemos podido comunicarnos sin pelear, ahora me escucha y me plática todas sus cosas. Minerva, 49 años
Al ir a Cuenta Conmigo hice conciencia de que tenía que desaprender todos estos esquemas erróneos. Entendí que la homosexualidad no se prefiere, no se escoge, ni se induce, así como yo no escogí ser heterosexual, simplemente se dio así. Entendí que no se sabe qué causa la homosexualidad, pero tampoco me había preguntado cuál es la causa de la heterosexualidad. Me di cuenta de que es cuestión de que las personas se enamoren de personas y no hay una causa para ser heterosexual u homosexual, simplemente es una orientación. Gracias a Cuenta Conmigo esa homofóbica interior se está desvaneciendo y tengo la esperanza de que algún día desaparezca. Cuenta Conmigo ha sido un espacio alentador que me genera confianza, un lugar donde he encontrado personas diversas que me han ayudado a reintegrar a mi familia, conocer mi propia sexualidad y descubrir que mi hermano no va a ser infeliz por el hecho de ser homosexual. Katia, 28 años
¡Atrévete como persona y como mamá, papá, hermana/o a vivir este cambio!
Cuenta Con nuestro apoyo. El camino por seguir es muy amplio, y puede incluir la exploración de espacios especializados en salud, VIH e ITS, género, diversidad sexual y derechos humanos, como los que aquí te compartimos. Esperamos que esta guía te haya servido para reflexionar y tomar decisiones para tu bienestar, el de tus hijos/as, pareja y demás familia. El camino por seguir es muy amplio y recuerda que en los grupos de madres, padres y familiares de Cuenta Conmigo te podemos acompañar. Guía de apoyo para madres y padres
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In s t i t u c i o n e s d e g o b i e r n o CENSIDA Centro Nacional para la Prevención y el Control del vih/sida censida.salud.gob.mx Herschel 119, Anzures, Miguel Hidalgo, df CAPASITS Centros Ambulatorios de Prevención y Atención en sida e its censida.salud.gob.mx/ interior/capasits.html Varias ciudades del país TELSIDA 5207 4077, 01800 712 0886 Lunes a viernes de 8:30 a 21:30 CNDH Comisión Nacional de Derechos Humanos cndh.org.mx Periférico Sur 346 9, San Jerónimo Lídice, Magdalena Contreras, df 5681 8125, 01800 715 2000 Programa de vih/sida y Derechos Humanos
[email protected] conapred Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación conapred.org.mx Dante 14, Anzures, Miguel Hidalgo, df Clínica Especializada Condesa condesadf.mx Benjamin Hill 24 , Hipódromo Condesa, Cuauhtémoc, df 26
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CDHDF Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal cdhdf.org.mx Avenida Universidad 144 9, Florida, Álvaro Obregón, df 5229 5600 Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual del df centrocomunitariolgbtdf@ gmail.com Génova 30-h, Zona Rosa, Juárez, Cuauhtémoc, df Organizaciones de la sociedad civil. Letra S Sida, Cultura y Vida Cotidiana ac letraese.org.mx Canarias 45 , San Simón Ticumac, Benito Juárez, df NotieSe. Agencia de noticias notiese.org Colectivo Sol ac colectivosol.org Cuauhnochtli 11, Pueblo Quieto, Tlalpan, df Ave de México Acciones Voluntarias sobre Educación en México ac avedemexico.org.mx Querétaro 246 , piso 3, Roma, Cuauhtémoc, df Equidad Equidad de género, ciudadanía, trabajo y familia ac equidad.org.mx Abasolo 201, Del Carmen, Coyoacán, df
Hombres por la Equidad ac hombresporlaequidad.org.mx Nicolás San Juan 525 -9, Del Valle, Cuauhtémoc, df ASILEGAL Asistencia Legal por los Derechos Humanos asilegal.org.mx Palenque 26 9, Narvarte, Benito Juárez, df Red Mexicana de Personas que Viven con vih/sida ac
[email protected] Francisco Ayala 59, Vista Alegre, Cuauhtémoc, df Asociación Internacional de Familias por la Diversidad Sexual familiasporladiversidad.org CAPPSIDA Centro de Atención Profesional a Personas con sida ac cappsida.org.mx Gumersindo Esquer 34 , Asturias, Cuauhtémoc, df
PUEG Programa Universitario de Estudios de Género, unam pueg.unam.mx Torre II de Humanidades, piso 7, Ciudad Univeritaria, df Voces en Tinta Foro Cultural vocesentinta.com Niza 23 -a, Zona Rosa, Juárez, Cuauhtémoc, df El Armario Abierto Libros, juegos y asesorías en sexualidad elarmarioabierto.com Agustín Melgar 25 , Condesa, Cuauhtémoc, df COJESS Coalición de Jóvenes por la Educación y la Salud Sexual facebook.com/cojess
CECASH Centro de Capacitación y Apoyo Sexológico Humanista ac cecash.org.mx Niza 74 , interior 201, Juárez, Cuauhtémoc, df Elige Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos elige.net Calzada de Tlalpan 75 1-7, Álamos, Benito Juárez, df
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Cuenta Conmigo Diversidad Sexual Incluyente A.C. Somos una asociación civil sin fines de lucro que trabaja a favor del desarrollo psicoafectivo y sexual de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y de sus familiares. Consideramos que la diversidad es un valor a reivindicar: nutre y enriquece a las sociedades y a los individuos; para vivirla plenamente la entendemos y promovemos desde la equidad de género, la educación sin prejucios, la información verídica sobre la sexualidad y la promoción del autocuidado. Somos un espacio para personas que buscan aumentar conocimientos sobre sexualidad y su autoconocimiento. Integrado por terapeutas sexuales, psicólogas, investigadores, pedagogas, jóvenes, madres y padres. Contamos con una experiencia de más de 10 años que inició en 1999 con el grupo Jóvenes Gays y Familias por una Comunicación Asertiva, creado por Arturo Díaz Betancourt dentro de Letra S: sida, cultura y vida cotidiana. En 2008 decidimos conformarnos como asociación civil para continuar y mejorar la atención a jóvenes y familias para promover una sexualidad diversa, libre de estigma y discriminación. A través de nuestros diferentes servicios Promovemos el respeto a la diversidad sexual como parte importante del reconocimiento de los derechos humanos, sexuales y reproductivos. Brindamos herramientas para el autocuidado, y el crecimiento personal a lo largo de la vida en el marco de una cultura del cuidado de la salud sexual, el bienestar emocional y relaciones de buen trato. Proporcionamos una educación sexual libre de prejuicios, basada en información confiable y actualizada. Fomentamos prácticas sexuales responsables, placenteras, seguras y protegidas para prevenir el VIH y otras Infecciones de transmisión sexual. Capacitamos en temas de educación sexual, diversidad, perspectiva de género, prevención del VIH e ITS a profesionales y promotores de la salud, servidores públicos, líderes comunitarios y personas interesadas. Servicios -Grupo de apoyo para madres, padres y familiares de jóvenes gays, lesbianas y bisexuales -Grupo de apoyo para jóvenes gays, lesbianas y bisexuales -Talleres para el crecimiento Personal. -Capacitación, seminarios y cursos -Pláticas de sensibilización -Terapia individual y de pareja -Asesorías en sexualidad De esta guía: Realización Grupo de madres, padres y familiares de Cuenta Conmigo. Corrección de estilo: Alfonso Martínez Castañeda Las fotografías que aparecen están autorizadas por las familias participantes. Agradecemos la colaboración de todas las personas que compartieron su testimonio para los textos de esta guía.
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A los 19 años mi hijo me manifestó que era homosexual. Yo ya tenía cierta información respecto del tema por lo cual lo asumí con cierta tranquilidad. Sin embargo, existían varias dudas y temores debido a que con exactitud no estaba enterado de cuáles eran los mecanismos biológicos, psicológicos, sociales, familiares, que hubiesen producido tal efecto en su personalidad. Me sentía con cierta preocupación y ansiedad debido a no saber qué decirle o cómo actuar. Me preocupaba el hecho de que mis familiares o mis vecinos se enteraran y no tenía idea de cómo afrontar este escenario. Encontré a un grupo llamado Cuenta Conmigo, conocerlo fue muy alentador debido que al llegar encontré otros padres y madres que estaban en la misma condición que yo. A partir de ese momento ya no me sentí tan solo debido a las explicaciones que del tema se abordan y poco a poco se fueron aclarando mis dudas y fui adquiriendo más seguridad. En la actualidad pienso que me he superado en varios aspectos de mi vida no solo el aceptar la homosexualidad de mi hijo, sino lo que ahí se comenta sábado a sábado incide en el trato que tengo con mi familia, en el desempeño de mi trabajo, en el trato con todas las personas. Siento que he avanzado mucho pero no dejo de asistir porque siempre llegan padres o madres sufriendo por no saber cómo hablar y relacionarse con su hijo o hija por ser homosexual, bisexual o transexual a los que me gusta apoyar. Testimonio de Edmundo Hernández, padre de un joven homosexual.
Grupos de Madres, Padres y otros Familiares de Gays, Lesbianas y Bisexuales
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“Este material se realizó con recursos de la CDHDF y del Programa Coinversión Social, perteneciente a la Secretaria de Desarrollo Social. Empero, la SEDESOL y la CDHDF no necesariamente comparten los puntos de vista expresados por los autores del presente trabajo”
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