Significado de las migraciones internacionales de fuerza de trabajo en el capitalismo histórico. Una perspectiva marxista

Capítulo VII Significado de las migraciones internacionales de fuerza de trabajo en el capitalismo histórico. Una perspectiva marxista A ndrés Piquera

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Capítulo VII Significado de las migraciones internacionales de fuerza de trabajo en el capitalismo histórico. Una perspectiva marxista A ndrés Piqueras

Si la reproducción ampliada e incesante del capital es el proceso que da sentido al modo de producción capitalista , esa dinámica conlleva otros procesos coincidentes qu e tienen su común punto de arranque en el acaparamiento de los medi os de producción-medios de vida, cuales son: • La co nversión del mayor tiempo posible de cada jornada de labor colectiva en tiempo de trabajo excedente convertido en plusval or acumulado. Lo cual conduce a: • El cont rol explotador sobre la máxima porción posible de trabajo vivo (es decir, de seres humanos). Hecho que a su vez lleva a: • La mayor apropiació n y el m ayor control posibl es de su tiempo. • El mayor co nt rol posible sobre su mo vilidad. En torno a estos p rocesos se ha dado un a co nsta nte e implacable batalla entre el Trabajo y el Ca pital a lo largo de la histo ria. Pero en este capítulo vamos a co ncentrarn os exclusivame nte en el último de ellos a objeto de intentar aportar algunas consideraciones a la estrategia marxista de investigación al respecto.

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Desde los mismos inicios del capital mercantil han sido constantes preocupaCIOnes: las l. Cómo procur ar fuerza de trabajo al menor coste posible para principales actividades productivas. 2. Cómo retener o "fijar" a una mano de obra que era desligada poco a poco de los vínculos de vasallaje, esclavitud o servidumbre. 1) Con la expansión colonial europea al resto del planeta y la formación del sistema paneuropeo internacional (Arrighi , 1999) que en el siglo XX devendría un sistema mundial, se fue extendiendo y consolidando un mercado primero internacional y luego mundi al de materias primas y valores de uso en general convertidos en mercancías; más tarde tambié n de bienes de equipo y de capitales. Uno y otros serían complementados desde el principio por la construcción de un mercado internacional, luego mundial, de fuerza de trabajo. El papel de la adquisición de trabajo vivo inrra y entre continentes para garantizar primer o la acumu lación originaria de capital y la produc ción colonial (esclavización y otras formas de trabajo forzoso de las poblaciones locales, movilidad esclavizada africana, movilidad de servidumbre de población asiática -cool ies-) , y asegurar después la explotación específica capitalista (auto movilidad proletaria en cuanto que salariado dependiente), tuvo su primigenia importancia en las primer o colonias devenidas después periferias del sistema. Solam ente con la revolución industr ial las metróp olis o centros del sistema entrarían directamente en ese mercado internacional de fuerza de trabajo, con la exportación de millones de proletarios hacia las periferias. Un siglo después, mediado el siglo XX, por vez primer a esas metrópolis comenzarían a import ar de forma

masiva fuerza de trabajo de las periferias'.

extractiva de l. La movilidad del trabajo vivo a los sectores estratégicos (econom ía s aliproducto de y materiales preciosos, plantacion es de algodón para la industria textil prote, transpor de menticios para al asalariado europeo; infraestructuras ferroviarias, el para indible duc ción minera e industrial en las metrópo lis... ) ha sido impresc tales ban controla e desarrollo de las formaciones centrales del sistema, que eran las qu

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La clave histórica ha sido disp oner de, e incorp orar perrnan enremenre a la produc ción capitalista fue rza de trabajo exterio r a la misma, esto es, no produc ida ni reprod ucida bajo condicion es apiralistas", como la forma más barata de incluir trabajo vivo al mod o de producción capitali sta. Esto ha imp licado a) la destrucción de economías precapitalistas, con la consiguienre "liberación" de ingente s canridades de población listas para ser "movilizadas"; y b) la preservación artificial de formas no capitalistas de producción en el conjunto de las periferias (y durant e mucho tiempo la utilización de éstas como gigantescos "bant ustanes"), como lugares de producción y reproducción de fuerza de trabajo bajo condiciones no capitalistas, listos para absorberla de nuevo cuando no se la requiera para la explotación capitalista (lo cual, en contrapartida, nunca estuvo libre de generar focos de resistencia étnico-popular, a menud o de forma endémica). De ahí que e! encauzamiento de la movilidad de la fuerza de trabajo y su forma de incorporación sean al menos tan importanres como la produc ción y realización de la plusvalía en las dinámicas de acumula ción y desarrollo desigual capitalistas, ya que son condic ión imprescindible de las mismas. En esa acumulación tan determ inante es incorporar la mano de obra directamente a través de su movilidad espacial o sectorial, como integrarla ocupac ionalm ente en la división social e inrernacional del trabajo, utilizada a menud o como "mater ia prima" in situ, para ser aprovechada o import ada después como "trabajo objetivado". 2) La fijación o retenci ón de! trabajo vivo es un proc eso menos visible ° siquiera, menos percibido, por cuanro, paradójicamente, se dice

dinámicas y la movilida d y ut ilización del trabajo vivo, con las mod alidades antes descritas que, lejos de sucederse linealm ente, se han solapado en el tiem po y com binado a discreció n. 2. Po r eso ha resultado siem pre tan importa nte controla r la capacida d reproduc tiva de las mujeres, al mismo tiem po qu e la produ ctiva (la pérd ida de ho mb res a través de la movilidad migrato ria tanto forzada como "libre", condujo a aume ntar significa tivamenr e también su papel productivo ). Aq uel pr imer cont rol fue objeto históri co de luchas de Lis mujeres, en forma de "h uelgas de vientres", para no parir seres human os en cond iciones de esclavitud, servid um bre o, en general, sobreexp lotación . Los puntos hasta aquí u"a tados son ampliamente desarroll ados en el excelente trabajo de Potts (19 90) .

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qu e un o de los rasgos qu e otorga n al capitalismo su distinri vidad es la movilidad de la f uerza de trabajo . De hecho, la proclam ada condición funda mental de ésta en el mod o de producción capitalista es que debe de ser móvil, esto es, capaz de ocupar los puestos y ubicarse en los lugares que req uiera el capital. Tal co nd ición, como es obvio, enc uentra su lógica a par tir de dos circunstanc ias q ue diferen cian al capitalismo de cualqu ier otro macla de pro du cción ante rior: 1) el pro ceso de despo sesión de los med ios de pro d ucción de los seres hum anos, lo qu e les deja en d ispos ición (T iberrad ") de ser movibles; y 2) el hecho de qu e la fuerza de trabajo le p a teflt'Ce al trabajado r o tra bajado ra (esro es, que es "d ueño" o "dueña " inaliena ble de u tilizarla). Estas circu nstanc ias co nstituye n cond iciones necesar ias para qu e la (uerza de trabajo sea una mercancía (laccor alienado de los propios seres human os y base de su alienac ión). A su vez la mouilidad de esa mercancía se predica como lino de los requisi tos b ásicos de la génesis del capitalismo qu remir e a su propi a razón de ser: la de la producció n de produ cto res desligados de medios de producción , sin sujeció n estru rural o econó mica a procesos productivos ni a lugares concretos de producción . Su conversió n en pro letarios supuso la movilidad primigenia capitalista (de poseedores de medios de producción a individuos desposeídos de ellos y po r tanto dispon ib les para la asalarizaci ón o, en general, el trabajo dependi ente). Es a ésta a la qu e llamamos movilidad absoluta (D e Ga udema r, 1979). No obstante, esa renac ien te movilid ad tuvo qu e ser desde el principio o bien recortada en mayor o menor grado, o bien encauzada y en to do caso contro lada para imp edi r la "salida" de los seres humanos de su condic ión de mer cancí a-fuerza de trabajo. Es decir, para asegura r y perp etuar su depend encia. C uando esto no ha sido posible a través de la asalariazació n (con el siem pre insuficiente salario}', se ha recurrido históri camen te a do s form as de sujeció n:

precio de los in3. La insu ficiencia salarial fue com plcmenr ada con la elevación del estab lecimielHo o dización indepen la ar posibilit im de fin a uestos, m ueb les y de los imp por cuenta propia de la man o de obra .

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1. Abs olu ta (esclavismo y otras form as de trab ajo fo rzad o) 2. Relati va o emb rida da" . Ent re sus fo rma s nuís com u nes enco ntram os el indeture o el engagem ent, la servid um b re, el peon aje, el trab ajo de apr end izaj e y las mig raci on es bajo con trato o religación al patr ón.

Estas form as de imp edi men to de la mov ilid ad se han ven ido imp onien do allí don de las relacion es soc iales de pro duc ción capitali stas no con sigu en suficien te grad o de mad ure z com o para desarrollar el cam po de loso cial con sus reco noc imi ento s, inte rven cion es púb licas y dere cho s en ord en a per mit ir el trab ajo dep end ien te asal aria do com o fuen te de fijac ión eficaz por sí misma. Con el desarrollo y mad ure z de esas relaciones soc iales de pro ducción estas for mas de imp edi men to irían per dien do imp orta ncia relativa a favor del trab ajo dep end ient e asal aria do (pe ro sin que aq uéllas desapa reci eran y siemp re com pleme nta ndo a éste cuá nd o y dó nde ha hec ho falta); mie ntra s que las referidas "for mas de mo vilidad prim itiv as" exte riores a la rep rod ucc ión del cap ital (la de seres hum ano s inco rpo rado s al proc eso del valor del capital med iant e su proletarización -ver De Gau dem ar, 198 1-) , irían deja ndo paso a otras formas de movilidad internas al proce so de acumulación capitalista, que crecerían en imp orta ncia . Aun que por lo com ún al hablar de mov ilid ad de la fuerz a de trab ajo se suel e tene r en cue nta únicame nte la movilidad espacial, migratoria, lo cierto es que el Capital utiliza esa movilidad al men os en 4 sentidos: a. Com o ada ptac ión a los diferent es requ erim ient os de la org anización de los pro cesos de trab ajo (d istint as jorn adas de trab ajo, . Embridado: ada vel . q ue obsuículos d hech o y/o de derec ho se opo nen a la mo vilidad de la man o de ob ra, ya sea geog dtl.c a, sectori al, p rofes ional, socia l o polít ica. El e 0111 mist a Mou licr- Bou tung (11l0 C,) ha desa rrollado tan imp lacable co mo minu cios aIIlClHeel proceso de emb ridamien ro de esa fu TLa de trabajo , o la form a en que el tra bajo r.lrmalmc lHe "libre" prop io de la era ca pitalista (y ensa lzad o co mo ca] por el ideario libcral}, ha e tado en realidad perm anen tem en te sujeto a cons t riccio nes, de man era qu e I "libe rtad" es más la exce pc ió n q ue la nor ma. Tom am os aqu í algu no s de los punt os clave, de su tra bajo, aun qu e desp u és d iscu tiremos o tros, com o se verá .

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permutas en los pu estos de trabajo o necesidades de la crecient e d ivisión social y técnica del trab ajo en general, en ord en a aumentar la productividad o bien la plusvalía). Esto es, en pos del desplazami ento tecnológico-organizativo del Ca pital. b. C omo acoplamiento de la fuerza de trab ajo a las demandas de unas u otras esferas o ramas de actividad, según expectativas de ren tabilidad del capital. c. Co mo desplazami ento dentro-fuera del trabajo asalariado (empleo-desempl eo; economía forma l-informal, etc.)", d. C omo subordinación de la fuerza de trab ajo a la propia movilidad espacial del capital y, dentro de ello, a sus dinámicas de concentració n y cent ralización. Así pues, en su conjunto la movilidad de la fuerza de trabajo ha tendido a ser encauzada y sujetada en orden a con seguir su du ctilidad , flexibilidad o subordinación adaptativa a las exigencias de acum ulación de capi tal. C ondición qu e entendemos como movilidad relativa (De Gaud ema r, 1979), la cual se iría sumando a la movilidad absoluta con el desenvolvimi ento del capitalismo y la con siguiente subsunción real del Trabajo al C apiral''. Espor eso que el estudio de la movilidad de la

fu erza de trabajo nopuede separarse del seguimiento de la puesta enpráctica de lasjormas de trabajo y los cambios en losprocesos organizativos del mismo, teniendo en cuenta que movilidad espacial y funcional se intersectan y combinan permanentemente en el modo de producción capitalista. De ahí qu e sea tan necesario , tam bién, el estudio preciso de las formas de valorización del capital y sus consecuentes form as de movilidad del Trabajo en cada momento históri co, a la hora de da r un sentido completo a los análisis migratorio s.

5. Los dos primeros tipos de movilidad han significado, con frecuencia, despidos. rotación de rumos, cambio s forzados de puestos de trabajo o de actividad y. en general, un elevado conj unto de penalidades relacionadas con la subsunción real del trabajo al capital. En cuanto al tercer tipo de movilidad , parece innecesario insistir en la miserabilización que provoca en los seres humanos. 6. Trabajo y Capi tal, en mayúsculas, son ent end idos como el "trabajador colectivo" y el "capitalista colectivo " de Marx. Por tanto, también , como sujetos históricos antagónicos .

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De ahí tambié n, en la otra cara de la mon eda. la vital import ancia no solo del movim iento de la fuerza de trabajo o de los diferent es procedimientos de adquisición de la misma (dent ro de los cuales el trab ajo asalariado es solo una modali dad más, com binada históricam ent e con otras modalidades forzadas o semi fo rzadas de trabajo), sino la incorporación concre ta de ésta a los procesos de acumulación capitalista. Las migraciones internacionales "libres" de mano de obra proletarizada, como parte de esos movimientos migratorios, están conectadas a todas las vertientes qu e acabamos de enume rar y entre otros resultados: a) disminuyen e! tiempo de rotación del capital (por la disminución de! tiempo de produc ción con e! aumen to de la intensidad) , y b) permiten la persistencia de sectores de baja composición orgánica. Procesos que coincid en en contra rrestar la caída tendencia] de la tasa de ganancia. De ahí qu e se haya enunci ado que frente a la baja tendencial de la tasa de ganancia e! Capita l opone. entre otros dispositivos, la "ley de perfección tenden cial de la movili dad de! trabajo" (De Gaude mar, 1979:236). Por eso es tan import ante tener en cuenta los flujos migratorios en tanto que elementos de la produc ción de la mercancía fuerza de trabajo que se ha venido dando a través de! tiempo en las distinta s formaciones sociales, y no solo como compo nentes vitales de la circulación de tal mercancía. Cuanto más perfeccione o abarate los medios de transporte más podrá beneficiarse e! desarrollo capitalista de! acceso a más y más fuerza de trabajo, en mercados cada vez más alejados. Especialmente si ese trasporte y sus costes corren a cargo de esta peculia r mercanc ia, única que puede desplazarse a sí misma o costearse su propia movilidad. Pero es en e! cuarto sentido , e! de la movilidad de! capital -e! cual obliga a tomar en consideración e! mercado global capitalista-i-, en e! que las migraciones internacion ales de mano de obra proletarizada (asalariada) adquieren especial relevancia y visibilidad. En el decu rso del capitalismo histórico e! materialismo dialéctico la ha ente ndido ante todo como un dispositivo global de sumini stración de fuerza de trabajo así como de aportación de los elementos ( é t-

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nicos, famili ares, com un itarios, vecinal es, etc.) de reproducción de la misma. De ahí que desde esa perspectiva las migraciones no puedan ser desligadas del aná lisis socioant ropo lógico de cada form ación social y de sus claves cultural-identitarias, ni se pu eda obvi ar la especial signifi canci a qu e en los pro cesos migrato -iis adquiere el compon ente de género, tanto como el factor comunita. i.i (sea étn ico , nacional, local, etc. ), los cuales a menudo se refu erzan. El aprovechamiento de la mo vilidad espacial de la fuerza de tra bajo ha adquirido muchas formas en fun ción de la distinta posición de un as u otras fo rm aciones sociales en la división int ern acional del tra bajo. Se expresan a continuación algunas de las plasm aciones históric as más importantes: 1. La expa nsión del capital a nuevas áreas geográficas ha llevado cons igo en ellas la conversión de productores de subsistencia en trabajadores asalariado s. Aquélla fue co m pleme nta da frecuentemente co n mo vimi entos forzados de pobl ació n de un as a otras formacion es periféricas y com paginada tambi én a menudo co n la importación de fuerza de trabaj o de las zonas de previo desarrollo capitalista (estos últimos com o procesos migratorios de los centros a las periferias del Sistema Mundial). 2. La acum ulació n intensiva de capital en las sociedades centrales ha gene rado procesos inversos de migración mundial, de las periferias a los centros del Sistema? Se ha seña lado qu e cuando la migración laboral se produce de lugares con un mayor desarrollo de las fuer zas productivas, y por tanto también de la organ izació n y conciencia del Trabajo, hacia lugares con

7. Estas dos pr imeras dinámicas estuvieron en la polémic a entre Luxem burg y Bauer en cuanto a cuál de las dos era cons ustancial al imper ialismo de las sociedad es centrales. Pero las migrac iones de fuerza de trabajo de las colonias o periferias a [as metr ópol is (como proceso de alime ntación de la sobre pob lación relativa), yel flujo inverso (en pos de la inversión externa de capital), no so n sino fenómenos coincidentes co n la extensión del cap italismo y su art iculación hegemó nica con otros modos de prod ucción . Uno II otro de esos fenómenos comp lement arios adqui rirá mayor incidencia en diferent es moment os según la dinámica del capital y la especialización prevalecientes en la economía mundial capital ista.

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menor desarrollo de estos factores, la tenden cia histórica es qu e las migracio nes de fuerza de trabajo favorezcan el increm ento de la conc ienc ia y la organización de clase en los lugares de llegada. C uando se produc en en sentido co n trario la tenden cia iría en detrim ento de! poder social de negoci ación d e la fuerza de trabajo en su conjun to, tanto como de su agen cialid ad pol ític a. 3 . U lteriores nive!es de acum ulación cap italista en las periferi as han activad o mi gracion es interp eriféricas, y tambi én mi gración de cierto tip o de fuerza de trabajo (sobre todo alta me nte cualificada) de las sociedades centrales a las periféric as. 4 . Por fin , la import ación de fuerza de tr abajo ha estad o hist óricamente vinc ulada al fort alecim iento o reprod ucción de! domin io de! Capita l so bre e! Trabajo en unas y o tras formac iones soc iales de! Sistem a, con especia l sign ificac ión en las cent rales, medi ante el aume nto de la susti tuibilida d de la m an o de ob ra. Si la con dición asociad a al desarrollo de! capitalism o es la en trada de más y m ás población al trabajo asalari ado , hay otra condició n subsecuen te que es la de rellen ar co nstante me nte la reser va de trabajo listo para ser asalarizado, dado que elpoder relativo deLCapital sobre el Trabajo

está mediado por La tasa de reemplazo de La mercancía [u erz a de trabajo que aqu e] sea capaz de mantener. De hecho, algún auto r ha llegad o a precisar que e! diferen cial en tre la tasa media de crecim iento de! capital (g), y la tasa media de crecim iento de la fu erza de trabajo (n) determ ina si la econom ía cap italista tiende o no a extend er sus fronter as. Si (g-n) es superior a cero e! poder relati vo de! Trabajo dentro de un as determ inadas fro nteras de la econo m ía capi talista tiende a crecer. Ese poder relativo ejerce a su vez presión so b re e! cap ital para qu e "se fug ue" o expanda más allá de di cha s fronter as". Pero a estos puntos hay qu e añadir un qu into a menud o descuid ado en los análisis sistém icos:

R. MargEn, citado por G ordo n. Edwards y Reich (1994 : 27).

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5. Hay un elem ento de aut ono mía en casi tod as las migracion es. Éstas pu ed en ser vistas tam bién co mo un elemen to de ru ptu ra o escapa da de las relacion es de trabajo , de dep endencia o subo rd inación , o, en genera l, com o una "salida " de un as relacio nes sociales en pr incip io meno s desead as que las q ue se pretend en a través de la m igración . Esto qui ere decir que las migraciones con tien en también un com pone me de sabota je a las relacio nes Capital-T raba jo co nst ru idas en el sitio de partida. Pero entra ñan ade más la posibi lidad de inyecta r "tur bulenc ia" en las relacion es laborales del punro de llegada e incluso en la propia vin cul ación de flujos ent re un o y o tro lugar. Esta cond ición pod ría en un ciarse tam b ién di ciendo qu e siem pre hay una parte no co nt rolable en el fenóm eno migrat orio, que no respon de a intereses m ás o menos sisté m icos (10 cual no quiere decir que no pueda ser explicado dentro de claves sistémicas). Esto sign ifica qu e la deb ilitación del poder social de negocia ción del en el Trabajo qu e se p roduce renden cialrncn re en un prim er mome nto autode caso 2, pued e ser contra rrestada por la diferen te expe rienc ia evas nom ía, rcivindi cariva y de organ izació n previas qu e apo rra n las nu de mi gracion es. Su po ten cialidad d isruptiva viene ligad a a su situac ión no in tegraci ón po r perm an ecer al margen de los disposi tivos d e fidelización polí ticos y sociales de las soc iedades de llegada (segur idad social, ciudad an ía, derech os, relacio nes labo rales regulad as, ctc.), co mo luego veremo s. Pero ahí radica tambié n su mayor debilid ad estruct ural. La línea de invest igación qu e se ha acogido pr incipa lme nte a ese qui nto p unto extrae un a ded ucción qu e a menud o ha estado ausente de ot ros análisis: las migracio nes por sí mism as no constit uyen u n "ejériento cito de reserva " si a ellas no se le a ñade la co nd ició n de em brida m res(Moulier-Bouran g, 2006), encam inada a debilit ar la capacidad de pu esta de la fuer za de trabajo migran te. Entend er esto mejor requier e que consid eremos a esa fuerza de trabajo co mo un aso de trabaj o ex ágeno. A lo largo de la historia en las diferen tes ent idades capitalistas hay traq ue conside rar invaria blemen te la in terrel ación entre un afiterz a tle relativa bles, bajo endógena, co n intercambios labo rales regular es y esta

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lib ertad de m ovimien tos y vinc ulada a m ecanismos de integración social paralelos a la construcción de la propia ciudadanía, y una fuerza de trabajo exógena, in corporada "de fuera" y obligada a permanecer m ás allá de los m árgen es de esa ciuda da nía y de las co nd icio nes de regul ació n laboral. Esta últim a es la que ha esta do sujeta cró n icamente a restri cción políti ca de m ovimientos o embridamiento directo a falt a de aq uellos ot ro s m ecanism os de "sujeció n". En ella se incluyen las d istintas formas de trabajo no asalariado, las reservas demográficas list as para ser incorporadas al mi smo a través de su pre via proletar ización o desposesión, las mi graciones intern as y ta m bién las interestat ales, por ejem plo. Su p resencia ha sido imprescindible para posibilitar los di feren tes modos de regul aci ón." El propio Estad o se co nsolidó en cu anto que garan te y regulado r del ap rovisio na m iento de fuerza de trabajo , y como rep roductor d el carácter dependiente y exógeno de una parte variable de ésta. Aquí radica la razón de ser de las políticas m igratorias. Efectivame nte, el qu e la división internacional del trabaj o cap italista haya venido esta n do vinc ulada h ist óricam ente a la formación y consolidación de fronteras esta tales, quiere de cir que los Estados han jugado un papel determinante en la acumulación diferencial del capital a escala global. Uno de los elementos que se han revelado necesario s para llegar a tal objetivo es el establecimi ento de una desigual co ndi ción de la fuerza de trabajo. Para ello los Estados procurar án la d iferenciación institucional de los procesos de mantenimiento y reproducción de la fuerza de trabajo segú n orígenes, generando un su btipo de ella esp ecialmente vulnerable o desposeído de poder so cial de nego ciación en virt ud d e la atribu ción del esta tus de extranjera'".

9. Oc ahí qu e, como sostiene esta línea de análisis, el esclavismo y las numeros as formas de trabajo dependiente emb ridado hayan sido acompañantes estructurales per1l1

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