Sikus, Virgen y cerro en Semana Santa. Una etnografía de la festividad de Semana Santa en el Noroeste Argentino

IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 2008. Sikus, V
Author:  Luz Cabrera Moya

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IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 2008.

Sikus, Virgen y cerro en Semana Santa. Una etnografía de la festividad de Semana Santa en el Noroeste Argentino. Maria Lina Picconi. Cita: Maria Lina Picconi (2008). Sikus, Virgen y cerro en Semana Santa. Una etnografía de la festividad de Semana Santa en el Noroeste Argentino. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas.

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Mesa: Antropología De La Religión: Nuevos Actores, Nuevos Desafíos.

SIKUS, VIRGEN Y CERRO EN SEMANA SANTA Una etnografía de la festividad de Semana Santa en el Noroeste Argentino Maria Lina Picconi Instituto de Culturas Aborígenes Córdoba [email protected]

Resumen. El objetivo de este trabajo de investigación, es reconocer como se mantiene latente la música incaica sincretizada con rituales católicos, en los festejos de Semana Santa en el NO argentino. La investigación, tuvo su origen tres años atrás, a partir de observaciones realizadas durante mis estadías en Jujuy, en la localidad de Tilcara, participando personalmente en la peregrinación, bendición, despedida y recibimiento de las bandas de sikuris y de reflexiones nacidas de mi trabajo de campo en esa provincia. El objeto de mi trabajo consistió en realizar un minucioso análisis de la festividad de Semana Santa, a través de una completa descripción etnográfica, analizando el entorno espacial y los elementos rituales del espacio de la procesión, junto con un análisis de la organización social de la festividad y la formación de las Bandas de Sikuris. Mi posicionamiento en el tema lo llevé a cabo desde mi lugar como musicóloga, antropóloga y miembro del Instituto de Culturas Aborígenes de la ciudad de Córdoba. El pueblo aymará reclama las alturas de los cerros como lugar de ofertorio en Semana Santa, y las recomendaciones, plegarias y súplicas son recibidas en la “gloria” por la apertura del cielo y la intermediación de las almas. Hay un doble sentido en el ascenso al cerro: uno originario y uno católico, los dos mestizados, los dos mimetizados en un solo rito. PALABRAS CLAVE: sincretismo – sikus – aymará – procesión.

Introducción “...En una tierra empequeñecida, en la que se agita una población cada vez más densa, no hay fracción de humanidad, por lejana y atrasada que pueda parecer, que no esté, directa o 1

indirectamente, en contacto con todas las otras, y cuyas emociones, ambiciones....no preocupen, en el mismo centro de su seguridad, prosperidad y hasta de su existencia, a esas otras fracciones a las que el progreso material parece haber conferido una soberanía intangible”. (Levi - Strauss, 1961: 13) Para el antropólogo y el sociólogo es importante saber, y sacar conclusiones de ello, que los pueblos se reflejan a través de los cantos, de la danza y de la música; y que llevan insertos en su interior, los sonidos, ligados a la vida individual y social de una manera muy profunda, tanto a un nivel cotidiano, como a un nivel sagrado. Verdaderamente, en América, no han desaparecido los grupos étnicos que crearon el rico mundo de los pueblos prehispánicos. Si bien el peso de la conquista y de la colonización, trató hasta última instancia de borrarlos del continente, sus rasgos y expresiones culturales, todavía hoy, se siguen apreciando a través de la magia creadora de su música y sus cantos. “...El canto cabe dentro de la música, aún cuando las palabras pueden quedar grabadas en el oyente y su huella permanecer con este en un estado menos abstracto que cuando se trata de la música pura...”, nos decía Alfredo Barrera Vázquez (Martí, 1961: 15) al prologar el libro de Samuel Martí, “Canto, Danza y Música Precortesianas”, aludiendo a la carencia de registros sonoros de estas culturas, y haciendo hincapié en la importancia que cobró en ellas la tradición oral. “...En la transmisión oral intervienen mensajes gestuales, musicales y rítmicos que bien pueden provenir de antiguos rituales....” (Colombres, 1997: 45) Estamos hablando de los “pueblos testimonio”, al modo de decir de Darcy Ribeiro1, los que después del impacto de la invasión europea, sufrieron un proceso de transformación ante la conjunción de dos tradiciones, pero incapaces de sintetizarlas en una sola y conservando en la actualidad dentro de si el conflicto entre la cultura original y la europea. “....Estas células......a medias neoindigenas y neoeuropeas actuaron sobre el contexto traumatizado, tomando de él partes cada vez mayores, a fin de instaurar un nuevo modo de ser y de vivir. Se sumergieron de continuo en la cultura original, para emerger de ella cada vez más diferenciadas, tanto de la tradición antigua, como del modelo europeo...” (Ribeiro, 1985: 101)

En el NOA (Noroeste Argentino), exactamente en la provincia de Jujuy, encontramos hoy en día, pueblos originarios que hablan quechua y aymará, labran la tierra, producen artesanías, viven en familias para el trabajo, el esparcimiento, la música y el culto combinando lo autóctono con el aporte cultural europeo traído durante la conquista y colonización. Son pueblos testimonio de la Cultura Incaica. El objetivo de este trabajo de investigación, es reconocer el modo en que se mantiene latente la música incaica sincretizada con rituales católicos, en los festejos de Semana Santa en el NO argentino. La investigación que llevé a cabo, tuvo su origen tres años atrás, a partir de algunas observaciones2 realizadas durante mis estadías en Jujuy, más exactamente en la localidad de Tilcara, y de reflexiones nacidas de mi trabajo de campo3 en esa provincia. Estas instancias fueron momentos muy importantes para mi trabajo, ya que me permitieron tomar contacto con la gente del lugar y efectuar entrevistas a los músicos de las bandas locales, entre los cuales me encontré desde numerosos niños, que desde pequeños comenzaron a participar tocando algún instrumento musical, hasta el mismo intendente de la localidad de Tilcara, Félix Pérez, quien participa en la Banda de Sikuris Municipal. Pude hablar también con el cura párroco, 1 RIBEIRO, Darcy.1985. La Américas y la Civilización. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. Argentina. Pág. 101. 2 GUBER, Rosana. 2004. El salvaje metropolitano. Ed. Piados SAICF. Bs. As. “...el investigador debe observar y adoptar, consecuentemente, el rol de observador...” Pág. 174. 3 GUBER, Rosana.”...el campo...es la porción de lo real que se desea conocer, el mundo natural y social en el cual se desenvuelven los grupos humanos que lo construyen...” Pág. 83.

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Padre José “Pepe” Carbajo, quien cumple un papel muy importante en la celebración de Semana Santa: el Domingo de Ramos (anterior al de Pascua), cuando se hace entrega de nuevos instrumentos a los músicos; el día lunes siguiente, cuando bendice cada una de las bandas que parten a la peregrinación y el miércoles posterior, en el momento que los recibe de su regreso del Abra de Punta Corral portando la Virgen de Copacabana, acompañada con los sones de los sikus, sin contar el jueves y viernes santos que también tienen lo suyo en la celebración. Las preguntas de las entrevistas variaron desde el nacimiento de las mismas, construcción de los sikus y su importancia en el acompañamiento musical de la procesión en Semana Santa. Otro aporte importante en la elaboración de este trabajo fue el tomar en cuenta un excelente análisis realizado por Antonio René Machaca4 y editado por la Municipalidad de Tilcara en el año 2003. El

objeto de mi investigación consistió en realizar un minucioso análisis de la festividad de Semana Santa en el NO argentino, a través de una completa descripción etnográfica5, analizando el entorno espacial y los elementos rituales del espacio de la procesión, junto con un análisis de la organización social de la festividad y la formación de las Bandas de Sikuris. MACHACA, Antonio René .2003. Los Sikuris y su relación con la Virgen de Copacabana del Abra de Punta corral. Municipalidad de Tilcara. Jujuy. 5 GUBER, Rosana. “...toda descripción está precedida por una idea...de aquello que se va a describir y sobre todo, del sentido u orientación explicativa en que dicha descripción se verá inscripta...” Pág. 70.

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Oportunidad que me sirvió para realizar reflexiones6 importantes, como por ejemplo, si la actual devoción del Abra de Punta Corral es el producto de un proceso de construcción social, y si esta devoción fue afectada por procesos sociales no católicos, como se observa en el desdoblamiento de la devoción y los santuarios, los cambios de los nombres de las Bandas, sus vestimentas y la participación de mujeres en las bandas, que anteriormente no existían. Las observaciones las realicé durante tres años participando personalmente en la peregrinación, bendición, despedida y recibimiento de las bandas de sikuris y la construcción de las ermitas presentadas cada viernes santo. Apliqué además, investigación documental, efectuada a través del diario Pregón, que todos los años edita un apartado cultural especial el domingo de Pascua, como también, el seguimiento de la ascensión al cerro en busca de la Virgen de Copacabana. Mi posicionamiento en el tema lo llevé a cabo desde mi lugar como musicóloga, antropóloga y miembro del Instituto de Culturas Aborígenes de la ciudad de Córdoba, desde donde surgió mi inquietud sobre la música incaica y su relación con los rituales católicos de Semana Santa. Pero, ante todo mi fuerte identidad argentina, que a pesar de ser de ascendencia italiana, nací, crecí y me eduqué escuchando y ejecutando música de nuestra tierra, la que llevo conmigo a donde vaya. Para abordar el tema, tomé conceptos sobre “mestizaje” y “sincretismo musical”, los que me ayudaron a analizar y explicar que sucede a nivel musical cuando ocurren enfrentamientos culturales, teniendo en cuenta este enfrentamiento y la mezcla de culturas, para poder clasificar los hechos culturales, más específicamente los hechos musicales. El término “mestizo” aparece en tiempos de la colonia, siendo nombrado por Garcilazo de la Vega y Guaman Poma de Ayala; ”su significado no solamente cambió a través del período colonial, sino de una persona a la otra dentro de la propia administración colonial, así como entre los intelectuales indígenas y las personas comunes”(De la Cadena, 2005:10). Posteriormente, en el S XlX los académicos accidentales comenzaron a identificar el término mestizo con el de híbrido, hasta el punto de mezclar ambos. En cuanto al concepto de “...sincretismo,… (se da por llamar así) al fruto más patético de la violencia colonial, al que se llegó por dos caminos: como una imposición y manipulación del sistema dominante, para que los oprimidos vieran en la trinidad cristiana, la Virgen María y los santos, los atributos de sus propios dioses y no se abroquelaran en ellos; y también como un desesperado enmascaramiento para poder seguir practicando la religión vencida....” (Colombres 1997:46)

Lo importante de esta situación, es la vigente presencia de las culturas originarias gracias a su tenaz resistencia y a la gran capacidad de reelaboración de su mundo simbólico, manteniendo de esta manera, su impronta cultural proyectada en el tiempo. Un suerte de hibridación7, que surge de la integración y fusión de dos culturas, de la creatividad colectiva en la vida cotidiana, que combinadas generan nuevas formas de cultura. “.....Entiendo por hibridación, procesos socioculturales, en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas...” (García Canclini 1990:14) La celebración de Semana Santa para el pueblo aymará8.

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GUBER, Rosana.”...desarrollar la reflexión crítica acerca de sus supuestos, su sentido común, su lugar en el campo y las condiciones históricas y socioculturales bajo las que lleva a cabo su labor....”Pág. 177. 7 GARCIA CANCLINI. 1990. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Grijalbo. México. Pág. 14. 8 El Aymará, es el pueblo del cual descienden los actuales kollas.

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En América esta celebración alcanza intensidad y colorido, especialmente entre los descendientes de pueblos originarios ubicados en la Quebrada de Humahuaca, tanto en los pueblos escalonados a lo largo de la misma, como Maymará, Tumbaya, Tilcara, Humahuaca, como en los pueblos interiores de La Puna, muy especialmente en Yavi, uniendo el fervor católico con las creencias originarias. El Aymará es un pueblo milenario dedicado al pastoreo y a la agricultura usando técnicas ancestrales de cultivo. Habitan, traspasando las fronteras impuestas por las naciones, desde las orillas del lago Titicaca y la cordillera de los Andes, hasta el noreste argentino. Tienen una economía complementaria, ya que los que viven en el altiplano9 poseen abundantes rebaños y escasos cultivos, mientras que los que lo hacen en la precordillera producen bastantes verduras frutas y semillas gracias al eficaz uso del suelo, mediante las tradicionales terrazas. Debido a estas condiciones se generan relaciones de intercambio de productos entre pastores y agricultores. Esta forma de subsistencia se basa en el principio del ayne, que se refiere a la reciprocidad entre los aymarás: la petición de ayuda en el presente, será correspondida en el futuro El Aymará concibe su hábitat como el medio andino que dio origen y bienestar a la comunidad. Para él existe una sola realidad conformada por dos ámbitos: el medio natural y el mundo sobrenatural. Es una visión religiosa que sacraliza la naturaleza y legitima la posición del hombre sobre ella. Esta cosmovisión se formó en diferentes épocas pasadas y refleja los grandes cambios de su historia. Así es como hoy denominan Costumbre a los ritos religiosos basados en sus antepasados y Religión a los rituales y símbolos de origen cristiano. El ciclo ceremonial aymará establece dos momentos puntuales a lo largo del año en que resulta pertinente acudir a los cerros10 para realizar diferentes tipos de ofrendas11, aprovechando una circunstancia específica: “El mundo esta abierto”. Esta “apertura” que afecta a la tierra cada primero de agosto y a la “gloria”12 en Semana Santa justifica, desde la perspectiva aymará, la proliferación de sacrificios ceremoniales, ruegos, plegarias y solicitudes en la creencia firme de que es preciso aprovechar la situación en que el mundo se encuentra para realizar las ofrendas apropiadas, con la seguridad de que serán recibidas complacientemente por los destinatarios sagrados. Semana Santa coincide con la maduración de los productos y parte de la cosecha que ya ha sido efectuada, para el mundo aymará, y dentro de los ritos católicos, con la muerte de Cristo, lo que origina la apertura de la “gloria”, a través del “cielo”, y así, las almas reciben los ruegos y solicitudes de sus familiares vivos, los visitan y vuelven al cielo con sus plegarias. En Semana Santa el hecho de la muerte de Cristo abre la gloria habitualmente cerrada “con llave” (las de San Pedro). El cielo se prepara para recibir a Cristo tras su pasión y muerte. El cielo abierto permite una libertad de movimiento a las “almas”. A partir del Domingo de Resurrección en que la Gloria se “cierra” la fluidez en el contacto entre almas y vivos se aplaza hasta “Todos Santos”. Es este momento, el de “apertura” del año para el pueblo aymará, durante la celebración de Semana Santa que lo considero con el más alto contenido sincrético musical, 9

Altiplano andino, comprende una serie de cuencas situadas a 3.400 m de altitud media sobre el nivel del mar entre las cadenas o cordilleras Oriental y Occidental de los Andes. Se extiende por una superficie que supera los 100.000 km2, de los cuales la mayor parte corresponden a Bolivia. 10 Para el mundo andino las montañas son sagradas, cada cerro se considera una huaca y era común dentro de la religión inca, realizar peregrinaciones a ellas, en las alturas de las montañas. 11 GIRAULT (1988) y FERNÁNDEZ JUAREZ (1995) hacen referencia a ofrendas de hojas de coca, humectadas con alcohol. 12 El1-término “gloria” posee un carácter ambiguo. En ocasiones parece hacer referencia a un “lugar”, mientras que otras veces resalta su individualismo como ser o entidad. Es personaje. lugar y a la vez “grupo”. por cuanto. de la parte de la gloria son los santos, las vírgenes. los calvarios etc.

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en donde lo religioso y lo aborigen se expresan a través de melodías pentatónicas netamente originarias, ejecutadas por sikus y donde se ve claramente una superposición de costumbres y cultos prehispánicos, con ritos católicos. La Virgen de Copacabana13 del Abra de Punta Corral

En la noche tilcareña, Un rezo penitencial, Se oye un canto de sikuris, Que se acuna en el Tolar. Palomita de los cerros, Virgencita celestial, Sol que nunca se apaga, Luna de mi soledad. Te prometo Madrecita, Que pa´l año volveré A rezar aquí en tus cerros, Tu hijo soy, protégeme.

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Virgen de Copacabana. Semana Santa. Tilcara. 2007.

(Valdez, 1980:8)

La imagen de la Virgen de Copacabana15 que se venera en la Quebrada de Humahuaca, y que es punto clave para la celebración de Semana Santa, apareció en el año 1835 en los Cerros de Punta Corral (Departamento de Tumbaya – Pcia. De Jujuy), según relato de Don Roque Jacinto Ríos en sus memorias: “.... En los pastizales en el alto del cerro, que desde el rancho se ven, estaba un día don Pablo Méndez pastiando sus vacas, arriándolas hacia el valle en procura de un inverno provechoso. Altrasmontar la cumbre tuvo de pronto una visión sobrenatural. Allí entre las piedras, junto a una tola, en el lugar donde se levantaba un calvario se le apareció una señora blanca, cabellera reluciente que le hablo con afable majestad, preguntándole: - ¿Qué hacía?, maravillado, y como quien conversa consigo mismo, le contestó. Antes, que la aparición se divulgara en el, oyó que le recomendaba que “Al otro día volviera a buscarla”........ no apareció de nuevo la señora, pero sobre la piedra dejada como señal, Pablo encontró una “piedrita” extraña blanca y pequeña que recordaba la forma de alguna imagen vista en estampa y sobre todo a la Virgencita de Copacabana del Abra de Punta Corral; tan venerada, y conocida.”16 La aparición de esta Virgen ocasionó un fuerte fervor religioso entre la gente del lugar, y es a partir de ella que acompaña a los fieles en cada rito de Semana Santa.

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COPACABANA: “Lugar sagrado en el que se encontraba un ídolo del mismo nombre, cuyo culto prehispánico, se superpuso en época colonial con el culto a la Virgen de La Candelaria. Este ídolo era de piedra azul vistosa y no tenía más que la figura de un rostro humano mirando hacia el Templo del Sol”. (Machaca op cit.: 34:35) 14 Fotografía del trabajo de campo en Tilcara (Jujuy) 15 “Según el cronista A. de la Calancha la Virgen sustituye al ídolo Copacabana, tomando su nombre”. (Machaca op.cit :26) 16 Programa de celebraciones en honor a la Virgen de Copacabana de Punta Corral. 2006. Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores. Tumbaya. Jujuy. Argentina.

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Ante este hecho hago efectivas las palabras de Castoriadis, cuando dice, que “.....todo lo que se nos presenta en el mundo social......pasa indefectiblemente por la urdimbre de lo simbólico...” (Castoriadis, 1993: 38)

Peregrinación al Abra de Punta Corral. Regreso a Tilcara. Durante Semana Santa se realizan dos peregrinaciones a la Virgen de Copacabana: en Tilcara y en Tumbaya; una hacia Punta Corral, que baja a Tumbaya el domingo de Ramos y otra hacia el Abra de Punta Corral, que baja a Tilcara el miércoles Santo. La Semana Santa comienza en la localidad de Tilcara el domingo de Ramos, cuando las Bandas de Sikuris ejecutan ritmos y marchas en el atrio de la iglesia, donde se bendicen los ramos, y los nuevos instrumentos musicales entregados a cada banda por el obispo. El lunes santo, se realiza la partida al Santuario del Abra de Punta Corral en busca de la Virgen, previa bendición de los músicos y sus instrumentos que custodiarán el ascenso con sus sones. Todos los sikuris que suben al cerro consideran muy significativo este momento y ninguno emprende la marcha sin cumplir con este rito. Es muy emotivo ver entrar las Bandas a la iglesia arrodillados para ser bendecidos y retirarse de espaldas tocando sus cañas. En el trayecto desde la iglesia hasta la salida del pueblo, ejecutan marchas y hacen sonar las bombas de estruendo entregadas previamente en la municipalidad. El día martes al llegar al Abra, ingresan y se retiran de la Capilla del Santuario de la misma manera que lo hicieron en Tilcara; luego se hace una peregrinación al cerro de la Cruz, y por la tarde, la misa de Sikuris en la plaza, en la que participan todas las bandas. El día miércoles, luego de recorrer 20 km. de cuestas y desfiladeros por caminos de herraduras en 10 hs. de marcha, llega a Tilcara la Peregrinación de centenares de promesantes que vienen acompañados por 40 o 5017 Bandas de Sikuris, entrando al pueblo entre arcos de flores, cánticos y un sin número de gente que saluda la Virgen con pañuelos al viento, custodiándola hasta su ingreso en la Iglesia Parroquial. “La constitución y el desarrollo de la peregrinación al Abra de Punta Corral, muestra la interacción de elementos y tradiciones manifestándose un ámbito de relaciones muy complejas, ante elementos ligados a tradiciones andinas originarias y aquellos ligados al catolicismo: peregrinación al Santuario del Abra de Punta Corral, el respeto a la Pachamama y a las apachetas”.( Machaca, 2003: 25)

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En la peregrinación del actual año 2007, participaron 60 Bandas de Sikuris provenientes de Tilcara y localidades vecinas

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Llegada de la Peregrinación a Tilcara desde el Abra de Punta Corral. Arco de flores para recibir la peregrinación que trae la Virgen. 2007. 18

En la peregrinación hacia el Abra de Punta Corral, las apachetas19 son usadas como puntos de rezos de los peregrinos. Son exactamente nueve, y constituyen verdaderos montículos de piedras, a veces en forma de cono y otras no, en donde los caminantes piden fuerzas a la Pachamama ofreciendo hojas de coca, cigarrillo y alcohol. Como se dice en la zona se “challa” con alcohol las apachetas. Ante esta extraordinaria observación, pude descubrir un “gesto ritual andino”, fuertemente enraizado en la cotidianeidad de los tilcareños, en su relación con los cerros, con la Pachamama, y las Apachetas. Una suerte de “lucha” entre la religiosidad “andina originaria” y la católica: lucha entre íconos y fuerzas, como por ejemplo, si el punto de rezo puede ser una apacheta o no. Lo cierto es, que la religión cristiana ha influenciado muchísimo esta región, al decir de Colombres, desplazando en más de una oportunidad los rasgos de raigambre andina originaria, como se puede observar en la anterior visibilidad de la piedra, frente a la actual imagen de la virgen. El sincretismo es claro y evidente, y muy fuerte en esta región, y sobre todo en la celebración de Semana Santa; una especie de “imbrincamiento de ambas culturas, superficial en un principio, y profundo después....un verdadero mestizaje cultural”. (Colombres, 1997: 96). El viernes Santo por la noche se realiza una gran procesión que reúne gente de todos los pueblos de la Quebrada de Huamahuaca. Una expresión cultural religiosa del pueblo de Tilcara es la construcción de las “ermitas” con granos, molle, y otros arbustos de la zona, en cada esquina del recorrido y alusiva a las 14 estaciones del Vía Crucis. Llegan a alcanzar una superficie de 10 mts. cuadrados y acompañan el paso de la procesión con el Cristo Yacente por las principales calles de la ciudad. Quedan expuestas durante tres días y se las guarda cuando termina la procesión del Domingo de Pascua.

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Fotografía del trabajo de campo en Tilcara (Jujuy)

POLO DE ONDEGARDO, Juan (1571) “Las apachetas de los llanos, o montones de piedra de veinte centímetros o un metro de alto, generalmente, no son otra cosa sino los altares“... (que) constituyen una parte integrante del culto a la Pacha Mama, que es la Madre Tierra........”

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Construcción de ermita por gente del lugar en salón del Museo de Tilcara. Jueves Santo. 2007. 20

Para E. Cassirer, “la religión y el arte, a la par del idioma y el mito, forman parte del entretejido de la cultura”. (Cassirer, citado en Acebo Ibáñez- Brie, 2001: 403) Las ermitas son verdaderos símbolos tilcareños, “la sociedad constituye su propio simbolismo.... (este) se agarra de lo natural y de lo histórico y por último participa de lo racional.....relaciones entre significantes y significados...” (Castoriadis,:41) Sikus y sikuris en Tilcara. ...vnos Instrumentos, hechos de cañutos de Caña, quatro, o cinco cañutos atados a la par: cada cañuto tenía vn punto más alto, que el otro, á manera de Órganos. Estos cañutos atados eran quatro, diferentes vnos de otros. Vno de ellos andaba en puntos bajos, y otro en mas altos, y otro en mas, y mas: como las quatro voces naturales, Tiple, Tenor, Contra alto, y Contra bajo. Quando vn indio tocava un cañuto, respondía el otro en Consonancia de Quinta, ó de otra qualquiera, y luego el otro en otra Consonancia, y el otro en otra, vnas veces subiendo a los puntos altos, y otras bajando á los bajos, siempre en compás". (INCA GARCILAZO DE LA VEGA. 1602.:10, 66)21

La música pentatónica22 pervive en el NOA, desde tiempos en que los incas entraran en nuestro territorio con un ejército formado sobre todo por aymarás y chancas. Ellos son los que dejaron las primeras huellas de pentafonía en el noroeste argentino, y que en la actualidad continua de manera permanente a través del intercambio boliviano – argentino – peruano, lo que no deja de hacernos ver que existe en la zona “una tradición musical ya asentada por miles de años, que pervive en su cultura”. (Aretz, 2003: 185) La cultura aymará posee rasgos particulares que se aprecian en todo su valor, cuando se observan en su hábitat natural; uno de esos rasgos está reflejado a través de su música. En Jujuy, un ejemplo de ello, es la que ejecutan con sikus.

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Fotografía del trabajo de campo en Tilcara (Jujuy) VEGA, Carlos. 1932. La Flauta Andina. XXV Congreso Internacional de Americanistas. Tomo 1. 22 Música basada en una escala de 5 sonidos, diferente de la occidental que maneja 7 sonidos. Se usó tomando como tónica cualquiera de sus notas 21

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Bandas de Sikuris acompañando la Procesión del Viernes Santo en Tilcara. 2005.23

La erudita autora francesa madame D'Harcourt24, dice en su bibliografía, haber oído este instrumento con el nombre de siringa, hayra - puhura o puhura25 al pueblo peruano y boliviano, propagándose con el tiempo en el norte argentino el nombre de “siku o antara”. Se denomina siku, en lengua aymará a una especie de flauta de pan, constituida por una o dos hileras de cañas, ordenadas de mayor a menor, atadas en forma de balsa. Las hay de varios tamaños: chulis (pequeños), maltas (medianos), sankas (grandes) y toyos (bajos). Se los ejecuta en grupos musicales llamados “bandas de sikuris o tropas de sikus”, las que participan en la celebración de Semana Santa, acompañando el ascenso al Abra de Punta Corral y la procesión del viernes santo en las calles tilcareñas. Estas bandas están formadas por cañas grandes y chicas, distribuyéndose 4 tocadores de grandes y 8 de chicas, sobre un total de 12 que conforman la Tropa de sikus. Los sikuris26 son los ejecutantes de estos instrumentos; con cierta curiosidad, además, escuché en el NOA a la voz sikuri aplicarla directamente al instrumento y también al conjunto o banda.

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Fotografía del trabajo de campo en Tilcara (Jujuy)

D´HARCOURT, R .Y M. 1925. La Musique des Incas et ses survivances. 2 Tomos. Libraire Orientaliste Paul Geuthner. Paris. Francia. Pág.53. 25 D´HARCOURT, R .Y M .1925. Wayra significa viento, aire, soplo. Y puru es pequeña calabaza. 26 D´HARCOURT, R .Y M. Ibíd. Pág.53.

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Banda de Sikuris Sanidad de Tilcara .Peregrinación 2007.27

La forma de ejecución de los sikus es netamente prehispánica, ya que guardan todavía en nuestros días, además de la pentafonía, la manera responsorial y antifonal en sus toques, lo que el Inca Gracilazo llamo”respuesta en consonancia”28. Los sikuris de Tilcara llaman primera al siku que tiene más cantidad de tubos (arca) y segunda al que tiene menos (ira). De esta manera, la serie de notas musicales está repartida en dos instrumentos, lo que obliga a cada ejecutante a intercalar de forma rápida la nota de su instrumento que falta en el otro, originando así una pregunta y una respuesta. Para ello, los sikuris se ubican siempre de a dos, enfrentados y en parejas. “Para los sikuris de Tilcara se utiliza el término VOCES para designar una octava superior y MEDIDAS a las distintas variedades de sikus que proceden de Bolivia comprados por encargo especialmente para Semana Santa..... Los sikus nuevos son sometidos a un proceso de cura humedeciéndolos con abundante agua con romero, molle u otras hierbas de sabor amargo. Se hace para ablandar29 los instrumentos y se completa con un toque de aceite de lino al interior de los tubos y por fuera con cebo de vela”.( Machaca, 2003: 40) Esta bandas acompañan la procesión de Semana Santa desde 1930 y las primeras que surgieron fueron ocho. Sus músicos no son profesionales, son pobladores del lugar que ensayan y tocan exclusivamente para la peregrinación. Ejecutan una forma musical que se ha ido creando y gestando en torno a la devoción de Semana Santa y que no sale de este contexto.

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Fotografía del trabajo de campo en Tilcara (Jujuy)

VEGA, Carlos. Ibíd. Pág. 66. 29 Ablandar : arinchar.

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Uno de los primeros registros de esta forma actual ejecutada por las bandas, fue realizada por Carlos Vega en el año 1932 a la salida de la procesión hacia el Abra de Punta Corral, en la puerta de la iglesia de Tilcara: “cacharpari o despedida”. Las sikuriadas son las melodías ejecutadas por los sikus en la banda, y tienen distintos toques de acuerdo al momento en que acompañan la procesión: Marcha, con la banda en movimiento, cuando comienza la caminata, Bolero, con la banda quieta, Diana con la banda quieta, después de un descanso en el camino, Adoración, cuando la banda llega a la iglesia, Ataque, ejecutado en los contrapuntos entre bandas, en el ascenso del martes santo, morenada, huayno, saya y tinku. Estas sikuriadas toman importancia en esta celebración, porque también forman parte de la religiosidad del momento como expresión de todo un pueblo; marcan el inicio del ciclo del calendario religioso de Tilcara, que va desde la Semana Santa hasta la fiesta de la Candelaria que se celebra el 2 de febrero. El único momento del año que no hay presencia de sikuris es el mes de enero. Formación de las Bandas de Sikuris Los sikus o cañas que conforman las Bandas de Sikuris ocupan distintos puestos en la formación: 1. CAPITÁN, dirige la ejecución del siku en banda, puede ejecutar siku 2° o 1°, porta matraca, compone y sugiere piezas. 2. SIKURI, son todos los integrantes de la banda sin importar el papel que cumplen. Hay además, bombos, platillos y redoblantes. 3. CAÑERO, la persona que ejecuta el siku. El aprendizaje empieza a los 6 años. 4. TAMBORERO, ejecuta el tambor. 5. BOMBERO, ejecuta el bombo. 6. PLATILLERO, ejecuta los platillos. 7. PORTAESTANDARTE, lleva un cartel con la identificación del nombre de la banda. 8. ARTILLERO, tira las bombas de estruendo y porta el mortero lanzabombas. 9. DIRIGENTE, porta varita, aunque no dirige la ejecución musical. 10. UTILERO, transporta instrumentos musicales de reposición. 11. BOTIQUÍN, transporta el botiquín con primeros auxilios. En la actualidad Tilcara cuenta con 49 Bandas de Sikuris de las cuales, la mayoría ha sido creada en ocasión de Semana Santa. Para algunos musicólogos e investigadores la música de Semana Santa, ejecutada por estas Bandas de Sikuris está ubicada dentro de la frontera entre los sonidos musicales y los sonidos ruidosos, llamándolas “fenómenos paramusicales”. Estudiosos en el tema, como Claudie Marcel Dubois30 y Maguy Pichonnet - Andral (1975) considerados los iniciadores de la “Antropología Sonora”, los definen de la siguiente manera: “La paramúsica, en el seno de las músicas de tradición o de transmisiones orales, es el conjunto de los fenómenos sonoros intencionalmente estructurados y juntados, situados en el límite de los sonidos musicales y de las señales ruidosas....”(Parejo Coudert, 2002:187) Mi trabajo de campo en Tilcara constó en grabaciones sonoras de las Bandas de Sikuris en el momento de realizarse la procesión del Viernes Santo y fotos a las distintas bandas que participaron ese mismo día, las que adjunto con el presente trabajo, a modo de corroborar las aseveraciones de estos estudios. 30

MARCEL-DUBOIS, Claudie. 1975. "Fêtes villageoises et vacarnes cérémoniels", en J. Jacquot et Elie Konigson (eds.), Les Fêtes de la Renaissance, III, Paris, Éditions du Centre National de la Recherche Scientifique. Pág. 603.

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El análisis del material recopilado, tanto musical, fotográfico e informativo, me permitió tener una idea más precisa del contexto festivo y ritual en el cual se desarrollaron las ejecuciones musicales en la celebración de Semana Santa. Conclusión “.......El ritmo que los sikuris implementan es impresionante, lánguido y profundo, los sikuris de invierno, copian los sonidos al viento y en la noche de un viernes Santo, el grupo humano con la congoja en el alma transporta la imagen del hombre que redimió su pueblo...”31 Antonio Machaca dice que “los sikuris oran con aire, con sonido pero sin voz, y que rezan con los pies y con todo el cuerpo”. (Machaca, 2003: 45, énfasis mío). Todo un símbolo que no puede dejar de apreciarse, ni menos que menos escucharse en la peregrinación de Semana Santa. “El símbolo trasciende la forma material en la cual reposa, remitiendo a aspectos de la realidad, que a primera vista pueden permanecer ocultos”. (Acebo Ibáñez- Brie, 2001: 403) El carácter simbólico del siku, participa a través de sus ejecuciones musicales, a la par de otros símbolos representados por la Virgen, el Cerro y la Pachamama, a los que Machaca llama “cadena de metáforas”. El pueblo aymará reclama las alturas de los cerros como lugar de ofertorio en Semana Santa, y las recomendaciones, plegarias y súplicas son recibidas en la “gloria” por la apertura del cielo y la intermediación de las almas. Hay un doble sentido en el ascenso al cerro: uno originario y uno católico, los dos mestizados, los dos mimetizados en un solo rito. “....Al crecer el mestizaje racial, se irán consolidando las hibridaciones en lo cultural...”, nos dice Adolfo Colombres. (Colombres, 1997: 136,) El esfuerzo que implica todo un día de caminata hasta el Abra de Punta Corral en busca de la Virgen, y otro día para traerla a Tilcara, guarda otra relación, vinculada entre siku y cerro, y la elección de este instrumento musical y no otro, también muestra un carácter simbólico, representado en la forma triangular del siku, semejante a la del cerro. Son muchos los oídos que han escuchado las Bandas de Sikuris a lo largo de estos años, muchos que han interpretado de una y mil maneras la compañía de sus melodías pentatónicas en el ascenso al cerro, y muchos son los que se han valido de las palabras de los cronistas para justificar el uso de los sikus en los rituales de Semana Santa en Tilcara. Como opinión personal, puedo decir que son muchos los interrogantes que aún hoy, me quedan después de tres años de investigación; interrogantes que considero mas pertinentes, que cualquier conclusión a la que puedo arribar. Propongo, por último, simplemente apoyar el siguiente trabajo de investigación con un concepto impartido por la UNESCO sobre Patrimonio Intangible o Inmaterial, en el que afirma que “más que otras formas de expresión cultural, las culturas tradicionales y populares exigen una sensibilización tanto de los creadores como del público. Esto se puede realizar a través de la enseñanza y otras formas de acceso a la cultura, en las que se deberá prestar atención específica a las minorías”.(UNESCO 2002:185 ) Bibliografía Acebo Ibañez / Brie. 2001. Diccionario de Sociología. Editorial Claridad. Buenos Aires. Argentina. 31

PREGÓN. Sección Cultural. 27 / 03 / 2005. San Salvador. Jujuy.

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Aretz, Isabel. 2003. Música Prehispánica de las altas culturas andinas. Ed. Lumen. Buzones Aires. Argentina. BARRERA VÁZQUEZ, Alfredo. 1961. “Prólogo”. En MARTÍ, Samuel. Canto, Danza y Música Precortesianas. Fondo de Cultura Económica. México. Cassirer, E. 1957. “The Philosophy of Symbolic Forms”. En Acebo Ibáñez / Brie. 2001. Diccionario de Sociología. Editorial Claridad. Buenos Aires. Argentina. Colombres, Adolfo. Sobre la cultura y el Arte Popular. 1997. Ediciones Colihue. Buenos Aires. Argentina. De La Cadena, Marisol. 2005. ¿Son los mestizos híbridos? Las políticas conceptuales de las políticas indígenas. University of California, Davis. EUU. D´Harcourt, R .Y M. 1925. La Musique des Incas et ses survivances. 2 Tomos. Libraire Orientaliste Paul Geuthner. Paris. Francia. Fernandez Juarez, Gerardo. 1996. Revista Española de Antropología Americana. Servicio Publicaciones U.C.M. Madrid. España. García Canclini. 1990. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Grijalbo. México. Girault, L. 1988. Rituales En las regiones andinas de Bolivia y Perú. CERES – MUSEF QUIPUS. Talleres Gráficos Don Bosco. La Paz. Bolivia. Guber, Rosana. 2004. El salvaje metropolitano. Ed. Piados SAICF. Bs. As. Levi-Strauss, Claude. 1961. ¿La Antropología en peligro de muerte? El Correo de la UNESCO. Nº 11. Año XVl. Paris. Francia. Machaca, Antonio René .2003. Los Sikuris y su relación con la Virgen de Copacabana del Abra de Punta corral. Ed. Municipalidad de Tilcara. Jujuy. Argentina. Parejo Coudert, Raphael. 2002. “Etnomusicología jujueña. Aportes para desarrollar la investigación en Jujuy”, en Pacarina nº 2. Año 2.Universidad Nacional de Jujuy. 2002. Marcel-Dubois, Claudie. 1975. "Fêtes villageoises et vacarnes cérémoniels", en J. Jacquot et Elie Konigson (eds.), Les Fêtes de la Renaissance, III, Paris, Éditions du Centre National de la Recherche Scientifique. Pág. 603. Polo de Ondegardo, Juan. [1571] 1917 – “Relación de los adoratorios de los indios en los cuatro caminos que salían del Cuzco” en: Informaciones acerca de la Religión y Gobierno de los incas: 3-43. Notas biográficas y concordancias de los textos por Horacio H.Urteaga. Lima. Perú. Ribeiro, Darcy. 1985. La Américas y la Civilización. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires. Argentina.

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