Simon Sebag Montefiore LOS ROMÁNOV A LA VENTA EL 20 DE SEPTIEMBRE. El autor visitará Madrid los días 19 y 20 de septiembre

DOSSIER DE PRENSA Simon Sebag Montefiore LOS ROMÁNOV 1613-1918 A LA VENTA EL 20 DE SEPTIEMBRE El autor visitará Madrid los días 19 y 20 de septiemb
Author:  Elena Rubio Vega

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DOSSIER DE PRENSA

Simon Sebag Montefiore

LOS ROMÁNOV 1613-1918 A LA VENTA EL 20 DE SEPTIEMBRE

El autor visitará Madrid los días 19 y 20 de septiembre La que aquí se nos cuenta es la historia de cómo Rusia se convirtió en el país que hoy conocemos. Simon Sebag Montefiore nos introduce en las intimidades del imperio, nos franquea el paso a las alcobas de los autócratas, nos hace partícipes de los secretos más o menos confesables de sus camarillas, y al hacerlo, nos da las claves que quizá nos faltaban para entender la Rusia que fue, y la que sigue siendo. Los Románov es un viaje desde el primer zar Románov, Miguel, en 1613, haciendo parada en todas las estaciones intermedias con especial atención a lo sucedido en las magníficamente despóticos reinados de Pedro y Catalina, para terminar en el declive suicida de Nicolás II, que supuso la instauración de una nueva «dinastía», la de los zares rojos (Lenin y Stalin) y que explica el éxito de una presidencia autoritaria: la de Putin en pleno siglo XXI.

«Juego de Tronos es, en comparación con esta obra, como ir a tomar el té con unas monjitas.» — Antony Beevor

LOS ROMÁNOV «El presente libro es un estudio del carácter y los efectos devastadores del poder absoluto sobre la personalidad. En parte es la historia de una familia, de sus amores, matrimonios, adulterios e hijos, pero no es como otras historias de ese estilo: las familias reales son siempre extraordinarias porque el poder dulcifica y contamina la química familiar tradicional (el atractivo y la corrupción del poder a menudo se imponen sobre la lealtad y los afectos de la sangre). Es esta una historia de monarcas, de sus familias y sus cortesanos, pero es también un retrato del absolutismo en Rusia; e independientemente de lo que piense cada uno acerca de Rusia, su cultura, su alma, y su esencia han sido siempre algo excepcional, una naturaleza singular que una sola familia tenía la pretensión de personificar. Los Románov se han convertido en la definición misma no sólo de dinastía y magnificencia, sino también de despotismo, hasta el punto de constituir una parábola de la locura y la arrogancia del poder absoluto. Ninguna otra dinastía, excepto la de los Césares romanos, ocupa un lugar semejante en la imaginación de la gente y en la cultura popular […]. Todas las cortes funcionan de manera semejante. En el siglo XXI las nuevas autocracias de Rusia y China tienen mucho en común con la de los zares: gobiernan a través de pequeñas camarillas opacas, que amasan una riqueza enorme, y se mantienen cohesionadas a través de relaciones jerárquicas de clientela y patrocinio, siempre a merced de los caprichos del gobernante. En el presente libro mi objetivo es seguir la alquimia del poder, invisible y misteriosa, para poder responder a la cuestión esencial de la política, expresada lacónicamente por Lenin, el que fuera verdadero maestro del juego del poder: kto kogo?, o sea: "¿Quién controla a quién?" […]. La matanza [de 1918] marca el final de la dinastía y de nuestro relato, pero no el final de la historia. La Rusia actual se estremece con las reverberaciones de su historia. Los huesos de los Románov son objeto de una intensa controversia política y religiosa, mientras que sus intereses imperiales —desde Ucrania hasta los Países Bálticos, desde el Cáucaso hasta Crimea, desde Siria y Jerusalén hasta el Extremo Oriente— continúan definiendo a Rusia y al mundo tal como lo conocemos.»

*** SIMON SEBAG MONTEFIORE estudió Historia en la Universidad de Cambridge. Sus libros, bestsellers mundiales y merecedores de varios premios, se han publicado en más de 45 idiomas. Su obra Catherine the Great & Potemkin fue nominada a los premios de biografía Samuel Johnson, Duff Cooper y Marsh. La corte del zar rojo (Crítica, 2004) ganó el British Book Award al mejor libro de la historia del año, mientras que Llamadme Stalin (Crítica 2007) fue galardonado con el LA Times Book Prize for Biography (Estados Unidos), Le Grand Prix de la Biographie Politique (Francia) y el Kreisky Prize for Political Literature (Austria); Jerusalén (Crítica, 2011) 2

fue un bestseller internacional. Es profesor de la Universidad de Cambridge, donde se doctoró en Filosofía. Es autor también de las novelas Sashenka y One night in Winter, que ganó el premio a la novela política del año (Reino Unido), y del ensayo Titanes de la historia (Crítica, 2012). También ha escrito y presentado cuatro series de televisión para la BBC rodadas en Estambul, Jerusalén, Roma y España. www.simonsebagmontefiore.com / Twitter: @simonmontefiore

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La prensa ha dicho… «Los Románov, de Simon Sebag Montefiore, es una historia épica a gran escala. Un relato de conspiraciones, peleas de borrachos, asesinatos, tortura, empalamientos, ruedas de la tortura, golpes de knut, excesos sexuales y alcohólicos, charlatanes, farsantes y riqueza ostentosa basada en una agotadora servidumbre y — nada sorprendente— un círculo vicioso de represión y revueltas. Juego de Tronos, en comparación, es como ir a tomar el té con unas monjitas. Leyendo el excelente ensayo de Montefiore, cuesta imaginar cómo la monarquía pudo sobrevivir bajo aquél catastrófico reinado.»

—Antony Beevor, THE FINANCIAL TIMES

«Cautivador. La historia de Los Románov ha sido contada en innumerables ocasiones, pero nunca con una mezcla tan convincente entre estilo literario, hilo narrativo, una sólida investigación y muchos perfiles psicológicos. Los Románov lo cuenta todo, de la guerra y la diplomacia a la formación de las instituciones y las intrigas de la corte. Pero es, sobre todo, un retrato íntimo que recrea la vida de los veinte soberanos de Rusia de manera realista. Montefiore escribe con sutiliza y sofisticación sobre la naturaleza de la vida en la corte, las dinámicas de poder y los cambiantes movimientos de sus distintos miembros.»

—Douglas Smith, LITERARY REVIEW «Una gloriosa historia sobre la dinastía Románov repleta de sangre, sexo y lágrimas.»

—Peter Frankopan, THE DAILY TELEGRAPH «La exitosa obra sobre la dinastía Románov de Simon Sebag Montefiore llega en el momento más oportuno. El relato histórico de los últimos meses, días y horas de Los Románov no decepcionará y mostrará las destellantes dotes narrativas de Sebag Montefiore. Es bastante improbable ser más atrevido relatando cómo Los Románov se encontraron con su fin…¡Magistral!»

— Mary Dejevsky , THE INDEPENDENT

«El viaje de Montefiore a través de 300 años de historia de la dinastía Románov es un estudio sobre brutalidad, sexo y poder…Fascinante. Su investigación ha sido meticulosa y el estilo, cautivador. »

—John Kampfner, THE OBSERVER

«En otra gran obra histórica, Simon Sebag Montefiore, autor de Jerusalén, cuenta las sangrientas y decadentes historias de los veinte zares y zarinas de la última dinastía imperial rusa. Los Románov es como veinte fascinantes novelas en una.»

—SUNDAY EXPRESS 4

ALGUNOS EXTRACTOS DE LA OBRA LOS CONCURSOS DE NOVIAS [Miguel] «tenía que encontrar esposa, papel magnífico pero peligrosísimo en una corte en la que el veneno era un instrumento político como otro cualquiera. A finales de 1615, el zar convocó un concurso de novias. Los cortesanos se desplegaron por todo el reino con la misión de seleccionar a una serie de doncellas adolescentes, en su mayoría pertenecientes a familias de la nobleza rural y mediana, que fueron enviadas a Moscú a vivir en casa de parientes o en una mansión especial escogida al efecto. Todas estas candidatas, tal vez 500, acababan siendo reducidas a unas 60, preparadas y acicaladas por sus familias. […] Esta antigua tradición fascinaba a los visitantes extranjeros, que la consideraban la más exótica de las costumbres de Moscovia. Irradiaba la misteriosa, pero saludable majestad de la autocracia, pero en realidad era una respuesta práctica a la dificultad que tenían los zares para atraer a esposas extranjeras a su remota y aislada corte. Aquellos espectáculos estaban destinados a calmar la brutal rivalidad existente entre las diversas facciones de la corte utilizando un ritual abierto para escoger una doncella respetable perteneciente a la pequeña nobleza de provincias. Los zares preferían casarse con alguien situado por debajo de ellos para evitar cualquier lazo que los uniera con las facciones de los boyardos, que no deseaban de ninguna manera que la novia estuviera emparentada con sus rivales. Pero cada facción aspiraba en secreto a promocionar a alguna chica que guardara algún parentesco (por lejano que fuera) con ella. Las mejores jóvenes quedaban clasificadas para la siguiente fase, la revista (smotrini), en la que el propio zar seleccionaba a las concursantes, que a continuación eran examinadas por el director de la Secretaría de la Gran Corte y por los doctores reales, encargados de apreciar su fecundidad, el objetivo de todo el ejercicio. Las descartadas recibían regalos y eran devueltas a su casa, pero las finalistas —aproximadamente seis— eran trasladadas a una mansión especial del Kremlin, y luego presentadas al zar, que manifestaba su decisión entregando su pañuelo y un anillo de oro a la joven escogida.»

ES COSA DE HOMBRES «En el otoño de 1691 Pedro estaba listo para poner a prueba a su Guardia, al mando del príncipe-césar y de Lefort, mientras que él mismo hacía las veces de humilde bombardero, en unas maniobras contra los mosqueteros. La Guardia hizo un excelente papel, tras lo cual Pedro convocó el Sínodo (o Asamblea) de los Locos, Bromistas y Borrachos, una sociedad de bebedores y comilones que en parte equivalía al gobierno de Rusia en su versión más brutal y estridente. Había empezado siendo la Alegre Compañía, pero Pedro la convirtió en una organización todavía más elaborada. Llegaban a juntarse entre 80 y 300 invitados, entre los cuales había un circo de enanos, gigantes, bufones extranjeros, calmucos siberianos, nubios de piel negra, monstruos de obesidad y chicas casquivanas, que empezaban la juerga a mediodía y continuaban con ella hasta la mañana siguiente. El príncipe-zar presidía su brazo secular junto con 5

Buturlín, el llamado "rey de Polonia", pero Pedro no podía resistir la tentación de burlarse de las mascaradas de la Iglesia Ortodoxa. Nombró a su viejo tutor, Nikita Zótov, prelado borracho —Patriarca Baco—, pero para no ofender a sus súbditos solemnemente ortodoxos, mandó que la burla se hiciera a costa no de ellos, sino de los católicos. Zótov se convirtió así en el príncipe-papa. Tocado con una especie de tiara de hojalata y vestido con un caftán hecho de naipes, montado en un barril de cerveza ceremonial, el príncipe-papa presidía un cónclave de doce cardenales ebrios como cubas, entre los que Pedro hacía de "protodiácono". Las reglas de esos "oficios sagrados" fueron elaboradas por el propio despótico juerguista: la primera decía que había que "venerar a Baco bebiendo a lo grande y de forma honorable". Todos los miembros del Sínodo llevaban títulos obscenos (a menudo relacionados con el término ruso que designa los genitales masculinos, khui), de modo que el príncipe-papa era asistido por los archidiáconos Metelapolla, Tocatelapolla, o Atomarporculo, y por una jerarquía de cortesanos fálicos encargados de portar salchichas con apariencia de pene sobre unos almohadones.»

NADA SE PARECE TANTO A UN AUTÓCRATA COMO OTRO AUTÓCRATA «Al tiempo que construía el Estado con sus nuevas instituciones, el zar [Pedro] socavaba sus ideas racionales con sus formas tiránicas y peculiares. Imponía su voluntad en todos los ámbitos, lamentándose inmediatamente de que los senadores eran incapaces de tomar decisiones. Esa es la queja de todos los autócratas, desde Pedro hasta Stalin o Putin, que concentran un poder enorme en un solo hombre y luego riñen a sus subordinados por no saber pensar solos. "Imitan al cangrejo en el desempeño de su trabajo", escribía Pedro, "así que tengo que tratarlos no con palabras, sino a golpes". Pedro les advertía que si no se ponían a trabajar, "será peor para vosotros". Sólo el miedo funcionaba. Frecuentemente propinaba puñetazos a sus dignatarios o los golpeaba con el bastón. Como es natural, a muchos les molestaba su amenazante hiperactividad.»

FASHION VICTIM [Isabel] «era una déspota de la moda, llegando a publicar decretos del siguiente tenor: "Que las señoras lleven caftanes blancos de tafetán; que el borde de los puños y los faldones sean verdes, y las solapas vayan ribeteadas con galones dorados: deberán llevar en la cabeza un adorno en forma de mariposa de cintas verdes, y el cabello levantado y liso. En cuanto a los caballeros: llevarán caftanes blancos, camisolas con pequeñas aberturas en los puños, cuellos verdes, y ojales ribeteados de oro". Siempre se salía con la suya. "Me han dicho que ha llegado un barco francés con vestidos de mujer, sombreros de hombre y lunares para mujeres y tafetán dorado", decía en una carta. "¡Que me lo traigan todo aquí de inmediato, incluido el mercader!" Cuando se enteró de que no había sido la primera en verlo, podemos figurarnos las amenazas con las que adobó su respuesta: "Haz venir al mercader y pregúntale por qué mintió cuando dijo que había mandado todas las solapas y todos 6

los cuellos que yo había escogido ... Ahora los exijo todos, así que ordénale que los encuentre y que no los guarde para nadie más. Y si alguien se los queda, dile de mi parte que lo lamentará (señoras incluidas). ¡Si veo a alguien luciéndolos recibirá el mismo castigo!". A su muerte, había 15.000 vestidos en su vestidor, más "dos arcas llenas de medias de seda, varios miles de pares de zapatos y más de 100 cortes de traje de tejido francés intactos".»

EL GERMEN DE LA GRANDEZA «A las seis de la mañana del 28 de junio el coche se detuvo a la puerta de Mon Plaisir y Cara Cortada entró precipitadamente en la mansión y se coló hasta los aposentos de Catalina para despertar a la amante de su hermano. —Todo está dispuesto —dijo—. Debéis levantaros. Pássek ha sido arrestado. A Catalina no le hizo falta escuchar nada más, se vistió rápidamente de negro y montó en el carruaje. Los postillones fustigaron los caballos, Potiomkin iba montado a horcajadas en los varales para proteger a la emperatriz, que iba cubierta con una manta, y de ese modo el grupo se trasladó precipitadamente a San Petersburgo. De repente Catalina se llevó las manos a la cabeza —todavía llevaba puesto el gorro de dormir— y tirándolo por la ventana, se echó a reír. Cara Cortada se encontró con otro carruaje que venía en dirección opuesta y que traía —detalle siempre importante en cualquier golpe de Estado— un peluquero francés llamado Michel que se encargó de peinar a Catalina camino de la revolución. Cerca ya de la ciudad, la emperatriz y Cara Cortada se trasladaron a otra carroza, en la que iba Grigori Orlov, y juntos llegaron a los cuarteles del Regimiento Izmáilovski de la Guardia, donde sólo encontraron a "doce soldados y un tambor". De comienzos tan exiguos nacen imperios.»

LIMPIA, ORDENA Y DA ESPLENDOR «Siguiendo la tradición de Pedro el Grande, [Catalina] escribió diez normas que debían cumplir sus invitados: 1. Déjense todos los rangos a la puerta, junto con las espadas y los sombreros. 2. Asimismo se dejarán a la puerta el provincianismo y las ambiciones. Y por último: 10. No se lavarán los trapos sucios en público y nadie pensará en los asuntos privados hasta que se vaya. Como Isabel, utilizaba las tables volantes, movidas por poleas, para evitar que los criados escucharan las conversaciones. Posteriormente añadiría al palacio otra ampliación, el Viejo Hermitage, para exponer sus obras de arte. Escribía decretos, cartas, obras satíricas, y órdenes, y además reelaboraba una y otra vez sus memorias secretas. Catalina fue una auto-propagandista incansable: sus cartas a Voltaire y a los philosophes franceses estaban destinadas a ser copiadas. Esta política nata era 7

perfectamente realista en lo tocante a los límites de su autocracia: "Hay que hacer las cosas de forma que el pueblo piense que quiere que se hagan así". Cuando su secretario aludió a su poder ilimitado, se echó a reír: —No es tan fácil como te piensas —dijo—. En primer lugar, mis órdenes no serían ejecutadas si fueran el tipo de órdenes que no pueden ser ejecutadas... Pido consejo, consulto y, cuando estoy convencida de la aprobación general, dicto mis mandatos y tengo el placer de observar lo que tú llamas obediencia ciega. Y ese es el fundamento del poder sin límites. Pero cuando su autoridad era desafiada, la zarina podía ser despiadada, aunque nunca cruel: "Es necesario tener dientes de lobo y cola de zorro". Cuando se enteró de que había un noble que la criticaba constantemente, le aconsejó dejar de hacerlo "o ser trasladado a un lugar en el que ni siquiera los cuervos habrían sido capaces de encontrar sus huesos". Se entrevistaba con sus ministros por la mañana y redactaba con ellos sus decretos. A las once, se arreglaba, recibía a Orlov y a menudo salía a dar un paseo, pero sólo con él, sus amados galgos y un par de damas de compañía. Tras almorzar a la una, trabajaba en sus aposentos hasta las seis, la "hora del amante", cuando recibía a Orlov antes de vestirse para asistir a alguna gala, al día de la corte (los domingos), al teatro (los lunes y los jueves) o al baile de máscaras (los sábados). En tales ocasiones, Catalina, que sabía cuál era el poder del esplendor, proyectaba su grandeza a toda Europa.»

LA TRASTIENDA DEL CONGRESO DE VIENA «El 13 de septiembre de 1814, Alejandro fue recibido por el emperador Francisco II a las afueras de Viena, donde, en lo que tal vez fuera la juerga internacional más descomedida de la historia, un congreso de dos emperadores, cinco reyes, doscientos nueve príncipes reinantes, cerca de veinte mil dignatarios, desde mariscales y ministros hasta escribanos y espías, y prácticamente todos los cazafortunas, charlatanes y prostitutas de Europa, quizá cien mil individuos en total, se dedicaron a regatear, a chantajearse unos a otros y a fornicar en banquetes y bailes, con el fin de remodelar todo un continente después de veinte años de guerra. Alejandro se trasladó al Palacio de Hofburg, mientras que dos mujeres, a cuál más ambiciosa, maniobraban para colocarse en el centro de la acción alquilando aposentos contiguos en el Palais Palm. Guillermina de Sagan, amante ya de Metternich, poseía "unos rasgos nobles y regulares, una figura soberbia, el porte de una diosa", y un intelecto versado en historia y filosofía. Corrompida por "la espantosa inmoralidad" de su infancia, seducida por el amante de su madre, su promiscuidad volvía loco a Metternich. "Peca siete veces al día", se quejaba el ministro, "y ama tantas veces como otros cenan". Al otro lado del pasillo, también en el Palais Palm, vivía la princesa Katia Bagratión, hija de Katinka, la sobrina de Potiomkin, y viuda del héroe de Borodino. Tras establecerse en Viena, había engatusado a Metternich, con el que tendría a su hija Clementina. "Era 8

tan hermosa como un ángel, realmente brillante, la más animada de las bellezas de San Petersburgo", recordaba Langeron. Katia exhibía su espléndido cuerpo usando siempre vestidos trasparentes, de donde recibiría el apodo de "el Ángel Desnudo". En Viena, su piel alabastrina y sus especialidades eróticas le ganaron el epíteto de "la Gata Blanca". Ni que decir tiene que aquellas dos vampiresas se odiaban mutuamente. El jefe de la policía de Metternich, el barón Hager, llamaba al sector del Palais Palm correspondiente a la princesa Bagratión el "Campo Ruso", y al de Guillermina el "Campo Austríaco"[…]. El Congreso de Viena tiene muy mala reputación por su comportamiento disoluto y por su diplomacia conservadora, pero la paz derivada de él, por aristocrática y monárquica que fuera, fue un acuerdo sensato y pragmático, mucho más duradero que su equivalente del siglo XX, el Tratado de Versalles de 1919, carente por completo de realismo, y de naturaleza puramente idealista.»

LO DIVINO Y LO HUMANO «Cuando Rasputin se encontraba con algún escéptico, como Stolypin, su mirada penetrante y sus ojos en blanco, las palabras de jerigonza que musitaba y sus gestos esotéricos ponían en evidencia toda su charlatanería de aficionado, mientras que cuando aquellos trucos dejaban de impresionar, su cólera petulante y vengativa revelaba el espíritu mezquino que escondía su sinceridad. Era un actor nato, como cualquier predicador evangélico. Puede que no fuera nada sofisticado, pero era infinitamente ambicioso, y poseía un conocimiento sagaz de lo que era el flujo de poder y un sentido instintivo que le permitía adentrarse en la psicología de la corte, dotes mundanas que no afectan en absoluto nuestra opinión de si era un curandero de verdad o un simple charlatán. Subsiste el hecho de que, con el paso de los años, se presentó a sí mismo como un consigliere para todo en materia personal, religiosa y política, aumentando al mismo tiempo constantemente su poder por medio de la amenaza y el robo, jactándose de sus relaciones, haciendo ostentación de las cartas que recibía del zar, cobrando sobornos por su mediación con el poder y hacer valer sus influencias, y seduciendo mujeres o incluso violándolas. Buena parte de todo ello se debió a la debilidad del zar y de la zarina, y a su necesidad, o mejor dicho, su anhelo constante de sentir el apoyo y el reconocimiento de Rasputin. Por lo que a este respecta, se debió a su desmesurada vanidad, pero también a la necesidad de garantizar su propia seguridad controlando a la policía. Rasputin era una mezcla de poder místico y de ambición mundana, sentido común, buenas intenciones y egoísmo desenfrenado. Sus consejos eran a menudo prácticos y humanos —siempre estuvo en contra de la guerra y se manifestó a favor de minorías como los judíos—, pero sus decisiones personales fueron interesadas, incompetentes y en último término desastrosas para el régimen. Una vez que Rasputin hubo orado por Alexéi, el emperador escribió una nota para informar a su primer ministro de que el santón "tiene un gran interés en verle y en bendecir con un icono a su hija herida. Espero realmente que esta semana encuentre usted un minuto libre para recibirlo". Rasputin visitó a Stolypin y rezó por su hija. No se achicaba desde luego ante los grandes.» 9

MIENTRAS TÚ NO ESTABAS… «En la línea Moscú-Petrogrado, el tren de Nicolás se hallaba a poco más de 100 kilómetros de distancia, pero el 1 de marzo, a las cuatro de la madrugada, se detuvo en Málaya Víshera. Los revolucionarios habían bloqueado la línea; al menos fue esa la excusa que se dio para detener al zar. "Vergüenza y deshonor", escribió Nicolás en su diario. "Imposible llegar a Tsárskoye. Qué difícil debe de ser para la pobre Alix." Tras una discusión angustiosa, el zar dio marcha atrás y luego giró hacia el oeste, en dirección a Pskov. Durante las quince horas siguientes del 1 de marzo, mientras el zar se hallaba incomunicado, Petrogrado cayó en manos de la revolución. Después de un intenso tiroteo, las tropas leales del Almirantazgo presentaron la rendición. En el Palacio Táuride empezaba a emerger un caótico nuevo mundo: el Sóviet de Obreros y Soldados, una caterva desaliñada de mil revolucionarios, rufianes y desertores, competía por gobernar Rusia con los elegantes caballeros de levita del Comité Provisional de la Duma. El único vínculo entre los dos grupos era el abogado socialista Alexandr Kérenski, de treinta y cinco años, que pertenecía a ambos. Cirilo, el voluble hijo de Vladimiro y Miechen, retiró las tropas que protegían Tsárskoye Seló y, agitando una bandera roja, entró en el Palacio Táuride, donde Rodzianko redactó un manifiesto en defensa de una monarquía constitucional... bajo la regencia de Misha. A las siete de la tarde, en Pskov, el emperador finalmente salió de los páramos cubiertos de nieve, ignorante por completo del nuevo mundo que había nacido en su ausencia.»

DE AQUELLOS POLVOS, Y DE ESTOS LODOS «La misión inmediata de Putin era restablecer el poder de Rusia en el interior y en el exterior. En 2000, su guerra de Chechenia consiguió que la Federación Rusa permaneciera cohesionada. En 2008, una guerra con Georgia, una de las repúblicas más occidentalizadas, reafirmó la hegemonía de Rusia en el Cáucaso. En 2014, el intento por parte de Occidente de integrar a Ucrania en su sistema económico llevó a Putin a emprender una guerra oportunista que le permitió apoyar una guerra de secesión en el este de Ucrania y anexionarse Crimea, a la que él consideraba "nuestro Monte del Templo". Su intervención en Siria en 2015 supuso el restablecimiento de las aspiraciones que había abrigado Rusia sobre Oriente Medio desde los tiempos de Catalina la Grande hasta los de la Guerra Fría. Putin ha llamado a su ideología "democracia soberana", haciendo hincapié claramente en lo de "soberana": putinismo mezclado con autoritarismo Románov, santidad ortodoxa, nacionalismo ruso, capitalismo de amiguetes, burocracia soviética y elementos típicos de la democracia, las elecciones y los parlamentos. Si ha habido algo de ideología ha sido inquina y desprecio por Estados Unidos, nostalgia de la Unión Soviética y del imperio de los Románov, pero su espíritu ha sido el culto a la autoridad y el derecho a enriquecerse en el servicio al Estado. La misión eslavófila de la 10

nación ortodoxa, superior a Occidente, y excepcional por su carácter, ha sustituido la del internacionalismo marxista. Mientras que el patriarca ortodoxo Cirilo ha llamado a Putin un "milagro de Dios para Rusia", el propio presidente ve al "pueblo ruso como el núcleo de una civilización única". Pedro el Grande y Stalin son considerados gobernantes rusos que cosecharon grandes triunfos.»

ÍNDICE Mapa: la expansión de Rusia, 1613-1917 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Árbol genealógico: la Casa de los Románov. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Nota de agradecimientos y fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Nota aclaratoria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Prólogo: Dos chicos en una época de turbulencias . . . . . . . . . . . . . . . 33 ACTO I: LA ASCENSIÓN AL PODER Escena 1: Los concursos de novias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..43 Escena 2: El Joven Monje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..81 Escena 3: Los mosqueteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Escena 4: El sínodo de los borrachos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 ACTO II: EL APOGEO Escena 1: El emperador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escena 2: Las emperatrices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escena 3: La Venus Rusa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escena 4: La Edad de Oro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escena 5: La conspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Escena 6: El duelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

159 195 237 279 335 373

ACTO III: LA DECADENCIA Escena 1: Júpiter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445 Escena 2: El libertador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503 Escena 3: El Coloso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 591 Escena 4: Amo de la tierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631 Escena 5: La catástrofe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 723 Escena 6: El emperador Miguel II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 771 Escena 7: La otra vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 779 Epílogo: Zares rojos/Zares blancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 835 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 839 Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 857 Lista de ilustraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 931 Índice analítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 935 Para ampliar información o solicitar entrevista: Gabinete colaborador Ingenio de Comunicación [email protected] Eva Orúe Tel. 629 280 954 11 Prensa Editorial Crítica: Natàlia Sánchez [email protected] Tel. 93 492 89 47

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