Sin dudas sobre su peso

Cosas de la edad Del nacimiento a los 5 años Recién nacido: Sin dudas sobre su peso. 3-6 meses: El inicio en los cereales. 6-12 meses: Aprendiendo a

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Cosas de la edad

Del nacimiento a los 5 años

Recién nacido: Sin dudas sobre su peso. 3-6 meses: El inicio en los cereales. 6-12 meses: Aprendiendo a sentarse. 1 año: Los espasmos del sollozo. 2 años: ¿Pero ya tiene memoria? 3 años: Consejos para que no se pierda. 4 años: “Éste es tu hermanito”. 5 años: Mis papás, los mejores.

Recién nacido

Sin dudas sobre su peso Uno de los asuntos que más agobian a todos los padres es el peso del bebé. Te contamos cómo tiene que ir ganando gramos tu hijo para ahorrarte quebraderos de cabeza.

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alvo raras excepciones, todos los bebés pierden peso a los tres o cuatro días de nacer. Es la llamada “pérdida fisiológica”, que se debe a que los pequeños eliminan líquidos que han acumulado durante la gestación y a la expulsión del meconio, que es la primera caca que hacen fuera del cuerpo de su madre. Esta pérdida puede suponer entre el 5% y el 10% del peso con el que nacieron, algo insignificante para los médicos, pero que a los padres suele parecerles mucho, ya que si su hijo nació con 3 Kg puede llegar a quedarse en 2,700 Kg.

Pronto ganará lo perdido

No hay por qué agobiarse. A partir del décimo día los pequeños empiezan a recuperar poco a poco el peso que han perdido, de manera que dos semanas después de su nacimiento vuelven a pesar lo mismo que el día en que nacieron (si no, hay que consultar con el pediatra). Esto no ocurre exactamente igual en todos los bebés, porque cada uno tiene su ritmo de desarrollo, pero en general sí es así. Según los últimos datos médicos, los pequeños que nacen con menos de 3 Kg recuperan antes el peso perdido que los que nacen más gorditos. El tipo de lactancia también influye en el modo en que los niños van engordando. Los que toman pecho cogen peso más despacio que los que se crían con biberones, lo que no significa que estén malnutridos.

Pésale en la farmacia

Para no obsesionarse con la balanza, lo mejor es que sea el pediatra quien pese al pequeño en cada revisión. O que le pesen los padres, pero respetando los plazos que les indique el especialista, nunca cada día (les acon-

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¡Qué interesante! Los bebés criados con pecho engordan algo más despacio que los que toman biberón. Si tu hijo se muestra tranquilo, moja como poco seis pañales diarios y hace caca al menos cada dos días, está bien nutrido.

sejará hacerlo una vez a la semana). A la hora de pesar a tu hijo, para que lo que marque la báscula sea lo más fiable posible, recuerda: u No le peses en casa. La técnica de pesarte primero tú sola y luego con el niño encima para calcular su peso es muy imprecisa y puedes llevarte sustos y disgustos innecesarios. u Hazlo siempre en la misma farmacia, para que la báscula no cambie, y con el mismo tipo de ropa. u Intenta hacerlo a la misma hora que la vez anterior (o antes o después de que tu pequeño haya comido). u Antes de pesarle, asegúrate de que tiene el pañal seco y limpio. u Coge el resguardo en el que constan el peso de tu hijo y la fecha y guárdalo con los otros, para enseñárselos al médico en la siguiente revisión.

s Claro que hay excepciones, pero las niñas suelen nacer con un peso algo inferior que los niños. s Por lo general, los hijos de madres que son fumadoras habituales pesan menos que los de madres que no fuman. s Nacen más pequeños los gemelos y trillizos que los bebés que vienen solos. s Lógicamente, los que llegan al mundo antes de cumplirse los nueve meses de gestación también están delgaditos.

No te preocupes si hay alguna semana en la que no coge peso, porque es algo que carece de importancia. Si tú le notas tranquilo, si moja como poco seis pañales diarios y si hace caca al menos una vez cada dos días, seguro que está bien nutrido.

Laura de Madariaga Asesora: Cristina Álvarez Pediatra

Cuánto engordan en su primer año

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os niños no engordan de un modo constante, sino con altibajos, y en realidad es más importante que la curva de peso sea ascendente que el peso en sí. En su primer semestre la mayoría engordan unos 600 g mensuales, mientras que de los 6 a los 12 meses cogen algo menos, entre 400 y 500 g al mes. Lo habitual es que en su primer cumpleaños ya hayan triplicado el peso con el que nacieron.

3-6 meses

El inicio en los cereales En algún momento entre los 4 y los 6 meses el pediatra te aconsejará que introduzcas los cereales sin gluten en la dieta habitual de tu hijo. Los necesita para seguir creciendo sano y de forma equilibrada.

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partir de los 4 o 5 meses el organismo de tu hijo ya habrá madurado lo bastante para digerir otros alimentos diferentes a la leche sin sufrir alteraciones gástricas. Por eso deberás empezar a diversificar su dieta dándole cereales sin gluten. Éstos le aportarán las vitaminas, minerales, proteínas y calorías que necesita para que su crecimiento siga siendo óptimo y le ayudarán a acostumbrarse a sabores y a texturas diferentes a la leche, lo que le facilitará la aceptación de los demás alimentos. Además de la edad, hay otros indicios que te anunciarán que tu pequeño ya está listo para tomar cereales: que se quede con hambre después de las tomas, que mantenga la cabeza erguida cuando le sientas en tu regazo y que continúe despertándose por la noche para comer.

Cambia la tetina del biberón por otra con el agujero más grande.

El arroz es ideal para los niños con Primero, en el biberón tendencia Para que tu bebé acepte los cereales a la diarrea. sin problemas desde el primer momen-

P

que se los tome mejor, etc.) te resultará muy útil consultar esta web: www.asociacioncereales.es En ella también se explica por qué es tan importante el papel de los cereales en la alimentación de los niños y se desgranan los diferentes tipos de cereales que podemos encontrar en el mercado.

Los padres preguntan h¿Por qué en algunos casos el pediatra aconseja dejar los cereales para cuando el niño es un poco más mayorcito? Esto ocurre cuando el bebé está gordito. Retrasar la introducción de los cereales unas cuantas semanas, hasta que su peso esté más acorde con su talla, es lo ideal para prevenir una posible tendencia a la obesidad. h¿Por qué los especialistas recomiendan no dar cereales con gluten a los bebés hasta los 9 meses y en las cajas de éstos se indica que son para niños a partir de los 6? Dan este consejo para prevenir. A los 6 meses los pequeños ya suelen tener los riñones y el intestino preparados para tolerar esta proteína sin ningún problema, pero los médicos prefieren esperar tres meses más para comenzar a dársela, por si hay alguno que va un poquito más rezagado.

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Información en “Dónde lo encuentro”

to debes disolverlos muy bien, evitando que queden grumos y transformando la leche en una papilla de ara resolver cualquier textura suave y hoduda que te surja sobre los cereales (cuáles debes dar a tu mogénea. El truco hijo, de qué forma ofrecérselos para para que no se

¡Qué útil!

Una variedad sin gluten

Es muy importante que al comprar los primeros cereales para tu hijo elijas una variedad que no lleve gluten. Éste es una proteína contenida en el trigo, la avena, la cebada y el centeno que puede producir intolerancias y alergias a los niños menores de 9 meses. Teniendo esto en cuenta podrás prepararle papillas de arroz, de maíz y

de tapioca. Las de arroz son ideales para los niños propensos a la diarrea, las de maíz para los estreñidos y las de tapioca para los bebés a los que les cuesta hacer la digestión. En cualquier caso, para controlar que le sientan bien debes empezar a darle los cereales muy poco a poco, un cacito raso en el biberón de la mañana (puede ser de leche materna) y si todo va bien, otro en el de la noche. Pasados unos días, si no sufre reacciones adversas podrás ir aumentando su ingesta según te diga el pediatra.

apelmacen consiste en echar primero la leche templada y luego los cereales, cerrar el biberón con el disco protector y agitar la mezcla con fuerza. Otro detalle a tener en cuenta es que tendrás que cambiar la tetina por otra con el agujero algo mayor, porque los cereales espesan la leche. Si no lo haces, a tu hijo le costará mucho succionar y acabará la toma sofocado. Recuerda también que hasta que se habitúe a los cereales no conviene que se los des con cuchara. Acostumbrarse a un nuevo utensilio y a un sabor y a una textura diferentes a la leche son demasiados cambios a la vez, ya que los niños toleran mejor las novedades de una en una. En cualquier caso, verás cómo tu hijo, al quedarse más saciado por la noche, duerme más horas seguidas.

Patricia Morcillo Asesora: Concepción Vidales Nutrióloga

6-12 meses

Aprendiendo a sentarse La mayoría de los bebés comienzan a sentarse con apoyo hacia los 6 meses. No pasa nada si el tuyo tarda un poco más, pero si a los 9 meses no logra mantenerse en esta posición deberás comentárselo al pediatra.

Éstos son más tardones

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u hijo ha sido prematuro? Entonces no esperes que logre sentarse cuando lo hacen los demás niños, porque tardará algo más. En su caso has de tener en cuenta la edad corregida (cuándo debería haber nacido), no la cronológica (cuándo nació). Otros pequeños que también pueden tener cierto retraso en las habilidades motoras son los que han estado hospitalizados desde su nacimiento. Igualmente, los niños gorditos también pueden presentar cierto retraso (casi siempre mínimo), porque su propio peso les dificulta la movilidad.

¡Qué interesante! s Que el bebé consiga sentarse significa que ha superado la mitad de las etapas para soltarse a andar, que son éstas: mantener la cabeza erguida estando tumbado boca abajo, voltearse, rodar repetidamente, sentarse, gatear, trepar y andar. s Al alcanzar este hito el pequeño avanza mucho en su desarrollo psicomotor (puede alcanzar objetos sin pedirlos, se sienta a la mesa con todos...), algo que también potencia su inteligencia.

Hacerle “cabalgar” sobre tus rodillas le fortalece la espalda.

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abrás que tu hijo está preparado para sentarse con apoyo si cuando le llevas en su sillita se incorpora, separando la cabeza y la espalda del respaldo. Esto ocurrirá alrededor de los 6 meses. A partir del séptimo mes se sentará con las piernas un poco abiertas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, apoyando las manitas en el suelo para no caerse (es la denominada “posición trípode”). Hacia el octavo o noveno mes el apoyo será sólo ocasional, hasta

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que acabe desapareciendo por completo. Pasada esta edad, si el pequeño todavía no se sienta solo hay que consultar con su pediatra.

Ejercicios y juegos

Cada niño tiene un ritmo madurativo que hay que respetar. Puedes ayudar al tuyo a sentarse o estimularle con juegos, pero nunca forzarle a ello. Los especialistas recomiendan colocar al bebé boca abajo sobre una manta en el suelo, sin objetos ni muebles cerca para que no se haga

Existen asientos para los niños que se sientan todavía con apoyo, que les protegen la zona lumbar.

daño. Así tiene espacio y libertad de movimientos para practicar el volteo, un ejercicio que le fortalecerá los músculos de la espalda y le facilitará la conquista de la sedestación. Otros juegos y ejercicios muy amenos que le pueden ayudar son: u Tumbarle boca arriba, cogerle de las manitas y tirar suavemente de él. u En la misma posición anterior, mostrarle un palo e incitarle a que lo agarre con las dos manos. Cuando lo haya cogido hay que tirar de él suavemente, protegiéndole la cabeza y la espalda con la otra mano. u También es bueno sentarle en el regazo y hacerle “cabalgar”.

Forzarle es un error

Ten paciencia y no pretendas que tu hijo avance más deprisa de lo que puede. Para no forzar su espalda toma las siguientes precauciones: u Si aún no se mantiene erguido, no le des de comer en la trona. Para esta etapa lo mejor es utilizar una hamaca con respaldo regulable. u Una vez que logre sentarse pero aún necesite apoyo, cómprale un asiento especial para esta etapa, que le proteja la zona lumbar. Y eso sí, jamás lo coloques encima de un mueble: podría acabar en el suelo. u No le recuestes en el sofá sobre almohadones. Éstos se irán venciendo con su peso y tu pequeño acabará adoptando malas posturas. u Cuando por fin aprenda a sentarse, corrígele si mete un pie debajo del culete. Tiene que habituarse a sentarse bien desde pequeñito, con la espalda recta y las piernas ligeramente separadas. Así su peso se repartirá por igual sobre sus caderas. Por último, aunque tu hijo ya se siente sin apoyo, por ahora no le dejes solo en el sofá ni en el suelo. Podría caerse y hacerse mucho daño.

Marga Castro Asesor: Juan Manuel Sanz-Gadea Pediatra Información en “Dónde lo encuentro”

1 año

Los espasmos del sollozo Algunos niños lloran con tanta rabia que se quedan sin respiración. El episodio resulta alarmante, pero no denota gravedad. Ahora bien, ¿qué debemos hacer mientras dura?

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n 5% de los niños con edades comprendidas entre los 6 meses y los 3 años sufren “espasmos del sollozo” o “se quedan privados”, como popularmente se dice. Estos episodios se caracterizan porque los pequeños lloran con tanta intensidad (por una caída, un “no” de los padres, un intento fallido...) que dejan de respirar durante unos segundos. Además del llanto y la apnea pueden presentar otros síntomas: s Si los niños muestran una coloración azulada de piel (ocurre en el 80% de los casos) sufren un “espasmo cianótico”. Pueden desmayarse o no. s Si se ponen pálidos, pierden el sentido, sufren convulsiones y tienen los ojos en blanco están afectados por un “espasmo pálido del sollozo”.

No dejan secuelas

A pesar de la aparatosidad de ambos cuadros y en contra de lo que parece, los espasmos no son graves ni dejan secuelas a los pequeños. Tanto en uno como en otro caso, los niños recuperan la respiración antes de 20 segundos (en cuanto su organismo echa en falta el oxígeno) y vuelven en sí en menos de un minuto, por lo que cualquier posibilidad de que se asfixien o de que sufran un daño cerebral o una consecuencia neurológica queda descartada. Ten todo esto muy presente si tu hijo se priva alguna vez para no salir corriendo a urgencias, porque antes de que llegues al portal ya habrá empezado a respirar.

Serenidad y decisión

Lo que debes hacer es intentar mantener la calma, comprobar que no tiene nada en la boca (si lo tiene, sácaselo) y tumbarle en el suelo. En esta posición la sangre llega mejor al cerebro y tu hijo volverá antes en sí. También es bueno que le frotes las muñecas con un pañuelo humedecido en agua fresquita y que le pellizques

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La medida más eficaz para que recupere el sentido es tumbarle en el suelo. Es normal que esté cansado después de privarse.

¡Qué curioso!

E

n estas circunstancias excepcionales los espasmos denotan que algo va mal y hay que llevar al pequeño a urgencias enseguida: s Si se producen mientras está durmiendo. s Si se presentan antes de los 5 meses de edad y después de cumplir los 8 años. s Si se dan sin ninguna causa aparente. s Si el pequeño tarda más de un minuto en recuperar el sentido. s Si existen dudas de que es un espasmo.

Estas crisis no implican riesgo de asfixia. En cuanto el cuerpo necesita oxígeno, reactiva el mecanismo de la respiración de forma automática.

suavemente los brazos y las piernas. Por el contrario, no le zarandees ni le soples en la cara. Si se asusta, la vuelta a la normalidad será más difícil. Cuando se recupere, no le riñas, muéstrate cariñosa con él y distráele. Así evitarás que se acuerde de lo que le hizo llorar y vuelva a privarse. Y no te preocupes si se muestra cansado. Después de un episodio como el que ha vivido es normal. En la próxima revisión comenta a su pediatra lo que le ha ocurrido. No está de más que lo sepa.

Verónica Palomo Asesora: Sara Guillén Pediatra

¿Hay algún modo de prevenirlos?

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uando el niño se ha privado una vez es más probable que vuelva a hacerlo. Por eso hay que estar muy atentos y anticiparnos a sus rabietas, distrayéndole con otra cosa en cuanto veamos que se está poniendo nervioso y evitando que llegue exhausto al final del día. Si los espasmos suelen producirse después de una caída (al año son muy habituales) o una frustración, debemos darle un fuerte abrazo y dedicarle palabras de ánimo que le reconforten. Y para que no se habitúe a privarse para llamar la atención, lo mejor es mostrarnos tranquilos y firmes ante estos episodios; es decir, transmitirle con nuestra actitud que la situación no nos sobrepasa en absoluto.

2 años

¿Pero ya tiene memoria? Todo lo que vive tu pequeño ahora formará parte de los recuerdos de su infancia de algún modo, aunque sea incapaz de acordarse de detalles concretos y específicos. Descubre cómo funciona su memoria.

S

eguro que tu hijo ya te cuenta, a su manera, algo que vivió hace unos días o te recuerda algún detalle que tú habías olvidado. También sabe perfectamente quién de vuestros vecinos le dio un caramelo y dónde vive el perro que no para de ladrar. No obstante, estos recuerdos no quedarán guardados en su memoria para siempre.

El papel del lenguaje

La causa más probable de la amnesia infantil (perder los recuerdos de los tres primeros años) radica en que la capacidad lingüística aún es muy limitada y el lenguaje juega un papel básico para recordar experiencias. Gracias al lenguaje el niño puede distinguir entre hoy y mañana, entre antes y después, y el sentido del tiempo resulta imprescindible para guardar las vivencias en la mente de un modo ordenado y cronológico. Si no se hace así, se van olvidando. Desde que el niño se suelta a hablar va archivando los acontecimientos en su memoria en dos “ficheros” distintos: s En uno guarda los hechos cotidianos, como las cenas en familia, el ratito que pasa en la cama grande con los papás... Todas estas vivencias se fusionarán en un solo recuerdo; es decir, el pequeño no se acordará específicamente del día de su segundo cumpleaños, ni tampoco del tercero, pero sí tendrá un bonito recuerdo global de estas fiestas. Y lo mismo ocurre

¡Qué interesante! s Los primeros recuerdos de los niños sordomudos se remontan a una edad más tardía (a los 3 años y medio) que la de los pequeños que sí oyen bien. s Los niños superdotados empiezan a recordar antes (en torno a los 2 años), gracias a su temprana capacidad para hablar. s Los niños chinos y coreanos tienen recuerdos más tardíos que los occidentales, porque en su cultura se estimula menos la capacidad lingüística.

Al soltarse a hablar empieza a ordenar sus recuerdos y a fijarlos mejor. Acordarse de las vivencias negativas (un susto, etc.) le sirve para protegerse.

con las visitas a casa de los abuelos, las salidas al campo, los veraneos... s En el otro “fichero” almacena las vivencias excepcionales: el día que nació su hermanito, la visita al trabajo de mamá, la primera vez que se quedó a dormir en casa de sus primos... También se acordará de esa vez que se cayó del columpio por no agarrarse, lo que disminuirá el riesgo de que vuelva a pasarle en el futuro.

Buenas experiencias

Ahora que ya sabes cómo funciona la memoria de tu hijo, ponte manos a la obra para aumentar sus recuerdos positivos. Estas pautas te servirán: s Procura incluir en vuestra vida cotidiana costumbres y rutinas que le resulten agradables, como el cuento

de antes de dormir o el ratito en el parque después de salir del colegio. s Haced excursiones los fines de semana y pasad las vacaciones en familia. Él se sentirá feliz jugando a sus anchas y, sobre todo, disfrutando de tu compañía y de la del papá. s Hojea con él vuestro álbum familiar. Este entretenimiento le ayudará a mantener vivos sus recuerdos. s También es recomendable que reflexiones sobre tus propios recuerdos: las tartas que te hacía tu madre, las canciones que bailabas con tus primos... Éstos te inspirarán para proporcionar a tu hijo recuerdos igual de positivos que los tuyos... ¡o incluso más!

Coks Feenstra Psicóloga infantil

Dos formas de recordar

E

n los primeros dos años sólo existe un tipo de memoria, la implícita, que se da a nivel inconsciente. Por ejemplo, el bebé mira a su mamá cuando le da las tomas y así asocia su cara con una sensación agradable en el estómago. Una vez que el pequeño domina el lenguaje aparece la memoria explícita, gracias a la cual el niño almacena vivencias de modo consciente. Su cerebro funciona como un archivo clasificador en el que guarda olores, sabores, imágenes, palabras... A partir de entonces los dos tipos de memoria trabajan conjuntamente.

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3 años

Consejos para que no se pierda Apenas bastan unos segundos para perder de vista a un niño, y puede sucederle a cualquiera, sobre todo en lugares concurridos. Para eliminar este riesgo lo mejor es tomar precauciones y aleccionar al pequeño.

Advertir, pero sin asustar

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n caso de que se extravíe, la mayoría de la gente con la que se encontrará tu pequeño intentará ayudarle, pero también puede aparecer algún oportunista con malas intenciones. Es muy importante que adviertas a tu hijo de la presencia de estas personas, pero sin alarmarle para que no se asuste. Explícale que jamás debe montarse en el coche de desconocidos ni marcharse con ellos a su casa, y si alguien se lo propone debe gritar todo lo fuerte que pueda: “socorro, este señor que me coge no es mi papá”.

Apuntarle tu móvil en el brazo con un rotulador que no se borre es una medida eficaz.

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uando hace buen tiempo es habitual ir a sitios con aglomeraciones y pasar largos ratos fuera de casa, dos circunstancias perfectas para que se produzca un despiste y tu peque se pierda. Para evitarlo, dile que no debe separarse de ti en ningún momento y que si hay algo que le resulte interesante debe avisarte y tú le acompañarás a verlo.

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En cada lugar concreto, Antes de salir de casa, si vais a ir a explícale un lugar con mucha gente, vístele con a quién debe ropa de colores llamativos y aún así, dirigirse etiquétala con su nombre y tu móvil. si se pierde Una tarjeta, un globo... y asegúrate También son buenas ideas meterle de que le una tarjeta plastificada con sus daha quedado tos en un bolsillo, para que pueda bien claro. enseñarla en caso de necesidad, o

¡Qué práctico!

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o hay nada más angustioso para unos padres que perder de vista a su hijo. Para que el reencuentro se produzca lo antes posible son muy útiles las calcomanías Peque Seguro, fáciles de poner y de eliminar. En ellas podemos apuntar el nombre, el teléfono, la dirección e incluso alguna alergia que padezca el niño (el pack de 24 unidades cuesta 20 €). Se envían en un estuche para tenerlas siempre a mano: www. pequeseguro.es

escribirle tu teléfono en el brazo con un rotulador que no se borre. Cuando lleguéis a vuestro lugar de destino, si puedes, cómprale un globo de gas. Así, aunque se separe un poco de ti, enseguida sabrás dónde está. Si estáis en la playa, en la piscina, en un río o en cualquier otro lugar donde haya agua, además de vigilarle de continuo no le quites los manguitos hasta que os marchéis de allí. En estos sitios cualquier precaución es poca para evitar accidentes.

Dile lo que debe hacer

Además de todo lo dicho, es fundamental que expliques a tu hijo cómo debe actuar si se pierde. Al sentirse preparado le será más fácil mantener la calma y hacer lo más adecuado para encontrarte enseguida. Éstos son los consejos básicos que debes darle: s Insiste mucho en que si deja de verte debe quedarse donde esté. Tú no puedes estar muy lejos y si él no se mueve, no tardaréis en reencontraros. s Si se pone nervioso y no aguanta quieto, dile que se dirija al personal que trabaja en el lugar donde estáis, o a un policía, o a otra mamá que vaya con su hijo, y que le enseñe el número de teléfono que lleva apuntado en la tarjeta o en el brazo. s Si se trata de un lugar cerrado, haz mucho hincapié en que nunca debe irse a la calle. Dile que tú no saldrás del recinto hasta que le encuentres. Aunque ya le hayas hablado del tema, no olvides recordarle estas normas cada vez que os encontréis en una situación en la que pueda extraviarse y concrétasela mucho. Cuanto más claras sean tus instrucciones, más probable es que las siga en lugar de ponerse a llorar asustado si se pierde.

Esther García Pedagoga y psicóloga

4 años

“Éste es tu hermanito” Tener un hermano supone muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Por eso es importante cuidar mucho el momento de las “presentaciones oficiales”, para que el mayor acoja bien al pequeño.

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todos los niños les cuesta aceptar la presencia de un bebé en casa: el cariño y la atención de los padres se ven amenazados con su llegada desde el embarazo. La futura mamá está cansada, el papá se desvive por atenderla y juntos dedican mucho tiempo a preparar el ajuar del pequeño que va a llegar. Esta situación es vivida con especial intensidad por el hasta ahora hijo único. Por eso es normal que diga que no quiere tener un hermano, o que sí, pero que viva en casa de la abuela.

Evitaréis que se decepcione al verlo si le explicáis que pronto se pondrá grande y podrá jugar con él.

Otras medidas para atenuar los celos h Plantear los cambios importantes en la vida del hijo mayor (pasarle del cuarto de los padres al suyo propio, dejarle con la niñera...) con tiempo suficiente para que no los relacione con la llegada del bebé. Así no se sentirá desplazado por él. h Reservarle a diario unos momentos de dedicación exclusiva (como el cuento de buenas noches, cuando el pequeño está durmiendo). h Recordar que sigue teniendo la misma edad que antes de que naciera el bebé y no exigirle que haga las cosas solo, porque ahora se volverá más dependiente. h Mantener sus rituales de siempre: le dan seguridad y sensación de calma. h No llenar la casa con fotos del bebé; en todo caso, poner fotos de los dos. h Pedir a las visitas que pregunten primero por él en lugar de ir directos a ver al recién nacido y que le traigan algún detallito (unos cromos, unas pinturas...).

Si estáis en la clínica...

Para facilitar a vuestro primogénito la aceptación de su nueva situación familiar, además de ir preparándole durante el embarazo hay muchas medidas que podéis adoptar justo en el momento del primer encuentro entre él y su hermanito. Tomad nota: s Si éste se produce en el hospital, procurad que el bebé esté en la cuna cuando vuestro hijo mayor entre en la habitación. Así mamá podrá abrazarle con entusiasmo y papá podrá llevarle de la mano para que se asome a la cuna y vea al “pequeñajo”. s Explicad a vuestro hijo mayor que su hermanito por ahora sólo sabe llorar, comer y dormir, pero que esto cambiará con el tiempo y se convertirá en un estupendo compañero de aventuras. Así atenuaréis su decepción al ver que de momento no va a duzca en casa. El hospital no deja de poder jugar a nada con él. ser un lugar desconocido, que suele s Dadle el regalito que teníais producir más desconfianza. Adeprevisto por haberse convertido más, es mejor que el niño vea a en hermano mayor. Le ayudasu madre de pie y actuando No temáis los celos de vuestro primogénito. Es cierto que lo pasará a entender que su situación de forma autónoma. rá mal una temporada y que os lo hará también tiene sus privilegios. pasar regular a vosotros, pero este sens Mostradle fotos suyas de ¡Por fin en casa! timiento también tiene su lado positivo: bebé. Así aceptará mejor Al llegar a casa procurad t Le ayuda a hacerse mayor, a madurar. que ahora prestéis tanta que sea el padre quien sost Le enseña a defender lo que es suyo, incluso aunque tenga que compartirlo. atención a su hermano, portenga al bebé. Así la mamá t Le descubre que puede confiar en que es lo mismo que hicisteis podrá abrazar al mayor y los demás (comprueba que le secon él hace ya algún tiempo. demostrarle que le sigue queguís queriendo, a pesar de Si no hay ningún motivo que riendo, aunque tenga otro hijo. tener otro hijo). obligue a prolongar la estancia en Vuestro peque se encuentra ahora el hospital, lo ideal es que el primer en una buena edad para intuir lo encuentro entre los hermanos se proque implica la llegada de un bebé.

¡Qué curioso!

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Tiene cierta autonomía y capacidad de comprensión y ya no requiere los cuidados que necesitaba cuando era más pequeño, por lo que puede tomar cierta distancia afectiva de la situación, involucrarse en el cuidado de su hermanito y adoptar una actitud más generosa a la hora de aceptarle. Dejad que desde el primer día se encargue de tareas sencillas, como empujar el cochecito durante el paseo. Esto le demostrará que sigue siendo muy importante para todos y que tiene su lugar asegurado en la familia.

Isabel Álvarez Psicóloga Información en “Dónde lo encuentro”

5 años

Mis papás, los mejores Que los niños tengan idealizados a sus padres es algo muy positivo: por un lado les ayuda a sentirse seguros en su ambiente y por otro, les incita a superarse para llegar a ser tan maravillosos como ellos.

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l niño de 5 años tiene una visión muy particular del entorno, poco realista. Parte del desconocimiento y avanza hacia la exploración y el aprendizaje y en este proceso le fascina descubrir las capacidades de sus progenitores: las que realmente tienen y las que él se imagina que poseen. Para tu hijo, su padre es el más valiente del mundo y tú, la madre más buena de todas, y juntos sois capaces de protegerle ante cualquier peligro. Conferiros estas cualidades “mágicas” le da seguridad, una condición imprescindible para que pueda avanzar en su desarrollo.

Así te muestra su amor

Tu hijo tiene multitud de formas de demostrarte su devoción incondicional, pero pueden englobarse en tres: Manifestaciones de cariño. Además de los besos y abrazos que te propina en sus “ataques de amor”, tu peque proyecta su afecto cuando habla de ti a sus amigos ensalzando tus virtudes e incluso añadiéndote alguna más. Otra forma de demostrarte cuánto te quiere es ofreciéndote regalos hechos por él, en los que ha invertido tiempo y esfuerzo. Imitación. ¡Qué mejor manera de demostrarte que te admira que repitiendo tus gestos, expresiones y actitudes! Tenlo en cuenta y cuida tu comportamiento y tu vocabulario delante de él, porque es seguro que también te imitará en lo malo. Intento de agradar. En ocasiones se muestra rebelde y protestón, pero tu hijo tiene claro que tú eres quien pone las normas porque sabes lo que le conviene en cada momento.

Por eso se esfuerza en obedecerte Para no a veces le cueste mucho), defraudarle, (aunque porque quiere que tú, su ídolo, te no se te sientas orgullosa de él. ocurra Ídolos con pies de barro hacerle Poco a poco tu hijo irá descubriendo promesas que su padre y tú sois de carne y que luego hueso, o sea, imperfectos. Este hano vas llazgo tiene sus pros y sus contras. La ventaja es que al comprobar que a poder sois humanos os bajará del pedestal llevar y se sentirá más cerca de vosotros. a cabo. El inconveniente es que puede de-

¡Qué interesante!

S

i tu hijo te pregunta algo y no sabes qué contestarle, sé sincera con él y dile que ignoras la respuesta, pero en vez de zanjar aquí vuestra conversación, anímale a buscar juntos la información. Consultar contigo internet, una enciclopedia o un atlas, que le expliques cómo tiene que utilizar estos soportes para conseguir la respuesta que busca y finalmente encontrarla, le hará sentirse orgulloso tanto de ti como de él mismo.

Su afán de ser como tú y sus intentos de tenerte contenta denotan lo mucho que te admira.

Hermano y héroe a la vez

A

demás de imitar a los padres, al peque también le encanta copiar el comportamiento de sus hermanos mayores, sobre todo del que está más cercano a él en edad. Esto es frecuente y normal y constituye una experiencia estupenda para los dos niños, puesto que para ambos implica un importante esfuerzo de aprendizaje: uno tiene que enseñar y el otro, aprender.

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cepcionarse un poco. Para que esta sensación le dure lo menos posible debes mantener siempre una actitud educativa y justa con él. Para ello, no le hagas promesas que luego no vas a cumplir y explícale claramente por qué unas cosas pueden ser y otras no. Esto reforzará su confianza en su padre y en ti, a pesar de saber que no sois perfectos.

Ester Alonso Asesor: Agustín Durán-Gervilla Psicólogo clínico

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