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SINGULARIDADES ROBLES DE ADORRAGA En las cercanías de todos los pueblos de Anue han existido históricamente espacios poblados por grandes robles aislados, que permitían el crecimiento de pasto entre sus copas. Este pasto y las bellotas eran aprovechados por el ganado, principalmente por el ganado de tiro o de trabajo (bueyes, mulos, etc) tan necesario en otras épocas para sacar adelante las explotaciones agropecuarias y por tanto la economía doméstica de los habitantes de Anue. Su aspecto y su uso han hecho que fueron conocidos estos espacios silvopastorales con el nombre de dehesas boyales. Estas dehesas, con el abandono de los usos tradicionales, han sido invadidas primero por la vegetación arbustiva y luego por el bosque, principalmente por el haya, especie arbórea que actúa como invasora en estos montes abandonados. Nos encontramos por tanto, tras varios decenios de cese de esa actividad tradicional, con bosques jóvenes de haya dominados por grandes robles dispersos testigos de otra época. Pueden observarse en el monte comunal de Etsain (en las mugas con el municipo de Olaibar) y, más accesibles, en las cercanías de Etulain en el paraje conocido como Adorraga, donde agradables paseos sin dificultades orográficas y acondicionados por amantes de este tipo de riquezas naturales conducen a varios de estos ejemplares remarcables. Cerca de los robles de Adorraga existe una rústica área recreativa que permite complementar la visita a los robles con la posibilidad de comer al aire libre.
SEÑORÍO DE ETXAIDE Caserío, granja, fortaleza, torreón (formas con las que aparece) perteneciente al antiguo señorío y coto redondo del valle de Anué, cercano a Olagüe. Contaba en 1366 con cuatro fuegos, todos hidalgos. Su población era de 7 habitantes en 1786, 11 en 1858, 9 en 1930, 7 en 1940, 6 en 1950, 10 en 1960, 9 en 1970 v 6 en 1981. Hasta comienzos del siglo XIX era un lugar sometido a régimen señorial. En 1802 el dueño del terreno, Isidro Monreal, nombraba el alcalde. En un altozano próximo se levantaba una torre conocida como la fortaleza de Ealegui. El titular de su «palacio» (1330) fue Iñigo Iñiguez de Lizarazu. El abad de Burutáin, Juan Martín de Ezcurra, en un informe dirigido a la Academia de la Historia en 1788 escribía: «La casa o señorío de Echaide (alias, la Fortaleza), con jurisdicción separada, que la exerce, tiene su término redondo; lomas es monte robredal y espesura grande de bojes. Por medio de éstos baja el río caudal a la derecha de la casa. Esta se ve en medio de tres alturas, al occidente, al mediodía y al norte. En esta última altura existe una torre, llamada la fortaleza de Ealegui, cuyo dictado le viene desde las antiguas guerras de Navarra, por acogerse y fortalecerse en dicha altura o fortaleza la gente y soldados de toda la comarca, bajo el mando de don Miguel Martínez, dueño y señor aquel terreno y capitán de los valles de Anué, Odieta, Ulzama y villa de Lanz. Por esta fortaleza y su casa cabo de armería tiene su poseedor asiento en Cortes Generales». El señorío y coto redondo de Etxaide se encuentra al sur de Olague, en ambas márgenes de la carretera N-121 y dividido también por el río Mediano. Predominantemente forestal, su superficie arbolada alcanza las 141 hectáreas.
CAMINO DE SANTIAGO El ramal del Camino de Santiago conocido como baztanés atraviesa el municipio de Anue de norte a sur. Se trata de la antigua ruta que unía Bayona con Pamplona a través del puerto de Belate. Esta ruta es ancestral, ya recorrida por los romanos como lo atestiguan los restos de una calzada en Belate. Y une los antiguos monasterios de Urdax, Belate y Arre. A su paso por Anue, el Camino de Santiago cruza ríos y regatas mediante puentes de factura medieval. Varias ventas (Etulain, Burutain) daban refugio y comida a los caminantes. En Olague se ha abierto recientemente un albergue de peregrinos gestionado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
HORNOS EXENTOS En Etsain se conservan aún dos hornos de leña, exentos a la edificación principal. Se trata de los hornos de las casas Iriartea y Joangorena, que casualmente se encuentran muy próximos en la misma calle. Estos elementos arquitectónicos nos hacen recordar otros tiempos más difíciles, basados en la autosuficiencia. El pan se hacía en cada casa, a un ritmo habitual de una hornada cada semana. Algunos hornos se situaban dentro de la casa, normalmente en el desván. A otros se accedía desde la cocina, con su boca en la pared principal y con su estructura semiesférica observable desde el exterior sostenida por una estructura de madera y protegida por un tejadillo. Estos últimos son los conocidos como hornos exentos.
Detalles de la Torre de Etxaide.
Vista general de la parte trasera.
Robledal en Adorraga.
Hornos exentos en Etsain.