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SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVA DE LA GANADERÍA EN PATAGONIA SUR
CENTRO REGIONAL PATAGONIA SUR INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA
Situación actual y perspectiva de la ganadería en Patagonia – 2015 Centro Regional Patagonia Sur – Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVA DE LA GANADERÍA EN PATAGONIA SUR 1. Caracterización agroecológica de la región La Patagonia Sur, es una vasta región con una superficie de 490.000 km2 (17,5% de la superficie continental del país) extendiéndose entre los paralelos 42° y 55° de latitud sur. Abarca la totalidad de los territorios de las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego e islas del Atlántico Sur, y cuenta con una población de 910.277 habitantes, de la cual el 6,3% es población rural1. Limitada al oeste por la Cordillera de los Andes y al este por el Océano Atlántico, comprende una diversidad de ambientes contrastantes, donde desarrollan su actividad 4.500 explotaciones agropecuarias, correspondiéndole a Chubut el 74%, a Santa Cruz el 24% y a Tierra del Fuego, el 2% de esa cifra. Las diferentes situaciones ambientales, productivas y sociales que se presentan en esta extensa superficie, han sido sintetizadas en tres grandes ecosistemas o Zonas Agroecológicas Homogéneas (ZAH), con el fin de ofrecer una descripción regional simplificada. La zona árida y semiárida o Extrandina, comprende la mayor superficie de la región que presenta la fisonomía particular de las sierras y mesetas áridas y las estepas graminosas, arbustivas y subarbustivas. Está atravesada por los grandes valles de los principales ríos que nacen en la cordillera e incluye “mallines o vegas” distribuidos aleatoriamente en toda su superficie. Está cubierta de pastizales naturales, que son el sustento de producciones extensivas orientadas a la ganadería ovina y caprina en pastizales y bovina en áreas de mayor oferta forrajera como los mallines. Ubicada entre la cordillera y el mar, su extensión supera las 40 millones de hectáreas. La zona Andina, con sus áreas pre-cordilleranas y de cordillera, los pastizales de montaña y el ecotono, formado por ñirantales y pastizales, permite la cría de ganado bovino y ovino. Se extiende paralelamente a la cordillera, al oeste de la región, con una superficie aproximada de 2 millones de hectáreas. La zona de los Grandes valles y valles irrigados, concentra la actividad agropecuaria intensiva, como la producción de forraje y el engorde de vacunos y ovinos. Esta zona incluye al Valle Medio y al Valle Inferior del Río Chubut, el Valle del Genoa, la Comarca de los Alerces, la Colonia Sarmiento, el Valle 16 de Octubre, el Valle de El Maitén, la Comarca N.O. de Santa Cruz y el Valle del Río Chico. La actividad ganadera de la región se basa en 7,5 millones de cabezas de ganado ovino (más del 50% del stock nacional) y donde además se registran 369.925 cabezas de ganado bovino y unos 102.479 caprinos2, estos últimos asociados básicamente a productores minifundistas y pueblos originarios.
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INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. Sistema de Gestión Sanitaria- Dirección de Control de Gestión y Programas Especiales. Dirección Nacional de Sanidad Animal – SENASA. 2013 2
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2. Caracterización de la producción ganadera de la región a. Caracterización de la producción ganadera Las características ganaderas de la región difieren en función de la zona de producción, ya sea estepa, valle o andina, dado que el ambiente condiciona la disponibilidad forrajera, y por lo tanto las distintas alternativas de producción. La producción ovina extensiva, constituye la principal actividad agropecuaria de la región, tanto por la superficie que ocupa, como por la dinámica económica que genera en la población del interior y en los centros urbanos. Se distinguen básicamente dos sistemas de producción: sistemas laneros y sistemas doble propósito carne/lana. Los sistemas laneros predominan en la zona árida de la provincia de Chubut y en el norte y centro de la provincia de Santa Cruz, hasta el río Santa Cruz. Su principal producto en función del ingreso que genera es la lana, aunque la venta de carne en estos sistemas puede producir ingresos equivalentes o superiores a la venta de lana, si el porcentaje de señalada lo permite. La raza Merino en sus diversas variedades y las cruzas con estas son las más utilizadas. Al sur del Río Santa Cruz, en Tierra del Fuego y en algunas zonas de la provincia del Chubut (donde se presentan precipitaciones mayores a 200 mm anuales), predominan los sistemas doble propósito carne/lana basados mayoritariamente en la raza Corriedale (55%) con producción de lanas cruzas y cruzas finas y en menor proporción Dohne Merino, Poll Merino y otras razas, que si bien son doble propósito carne/lana, se caracterizan por una producción de lana fina. En las áreas de valle y en las de alto potencial productivo, existen sistemas de manejo intensivo como el engorde de ovejas de refugo provenientes de las áreas áridas, y la producción de corderos provenientes de cruzamientos terminales con otras razas, en especial carniceras. La producción bovina se desarrolla principalmente en áreas de valles, mallines y la zona cordillerana con mayor potencial forrajero y en áreas de bosque, donde se asienta una parte importante de la producción. La cría, generalmente está asociada a las áreas de precordillera y a las áreas de mayor potencial forrajero de la Estepa Magallánica y las Sierras y Mesetas Occidentales, aunque en la búsqueda de diversificación de la producción la cría bovina está presente en casi todas las áreas ecológicas de la región. En estos casos, los terneros producidos son luego llevados a zonas más aptas para el engorde y la terminación. Si bien la recría y engorde se efectúa mayoritariamente en los valles, se observa un aumento creciente en la realización del ciclo completo en algunas zonas que tradicionalmente eran de cría. El engorde de bovinos se realiza a corral, pero también se observan sistemas que realizan la recría sobre pasturas, suplementación a campo y la terminación a corral. Este último caso asociado a los valles. En el Ecotono y valles de la precordillera, existen zonas de veranadas donde se llevan a engordar novillos y vaquillonas, sobre la base del pastizal natural. La producción caprina se concentra en el noroeste y centro norte de la provincia de Chubut. Es una actividad básica en el sistema productivo de minifundios que involucra a un número importante de familias pertenecientes mayoritariamente a las etnias mapuche y tehuelche. El principal producto es el mohair y en segundo lugar la carne (chivitos), producto que se consume localmente.
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b. Evolución de los stocks El stock ovino a nivel regional suma para el año 2013 un total de 7.497.000 cabezas, que 3 representa más del 50% del total de ovinos del país . Si estos valores se contrastan con los registrados en el año 2005, bajo la misma fuente de información, las existencias ovinas casi se mantuvieron en los mismos valores, con un mínimo incremento hacia 2013. Estos datos posiblemente no reflejen, al menos para el caso de Chubut, los efectos de la sequía y de las cenizas volcánicas, como así tampoco el deterioro de los pastizales, que se ha profundizado en 4 dicho período. Otras fuentes consultadas , indican que para 2012 el total de ovinos para Chubut era de 2.866.810 (las menores existencias registradas) y para 2013 de 3.398.229 cabezas, lo que representa un 27% menos con relación al 2005, donde las existencias para la mencionada provincia eran de más de 4,5 millones de ovinos. En el caso de Santa Cruz para el período 2005-2013 las existencias ovinas se incrementaron en 3 aproximadamente 800.000 cabezas, registrando un total de 3.041.000 en el año 2013 . En cuanto a Tierra del Fuego, las existencias ovinas para el período analizado se mantuvieron medianamente estables, con alrededor de 450.000 cabezas3, aunque se dispone de información que indica una marcada reducción del stock6, por sustitución del ovino por el bovino, a partir del incremento de predación por perros asilvestrados, particularmente en la zona de ecotono. Según estimaciones del Prolana y del INTA de Tierra del Fuego, para el 2015 las existencias están cercanas a los 300.000 ovinos, concentrándose preponderantemente en la región de la Estepa Magallánica. Considerando una serie mayor, 1989 a 2013, las reducciones en los stocks para Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego fueron de 19,9%, 23,4% y 32,9%, respectivamente. Para el mismo período la reducción de las existencias ovinas a nivel país fue del 28,5 %. Esta información es coincidente con lo elaborado por Cardellino (2015) 5, quien informa que en los últimos 20 años, la explotación ovina como rubro de producción, bajo muy diferentes esquemas, se ha reducido fuertemente en los principales países productores. Sin embargo en la región Patagónica, ésta reducción ha sido inferior a lo ocurrido en otros países con una fuerte tradición ovina, debido posiblemente a la imposibilidad de reorientar los sistemas a otro tipo de producciones por las restricciones ambientales. La reducción mayor en la región se puede observar a partir de la década de los 90, hasta el año 2010, momento en que los stocks ovinos detuvieron y matuvieron más o menos estables. Con respecto al stock bovino, éste se ha mantenido durante los últimos años, totalizando en la región 369.925 cabezas. La provincia de Chubut cuenta con 238.136 vacunos, mientras que Santa Cruz y Tierra del Fuego registran 87.503 y 44.286 respectivamente6. En Chubut, si se analiza la serie 1990-2015, se observa un incremento superior al 100% en el número de cabezas de bovinos hasta el año 2008, para luego estabilizarse3.
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PEA – INDEC/SENASA – Sistema de Gestión Sanitaria. Encuesta Ganadera Anual Obligatoria. Dirección de Marcas y Señales. Ministerio de Desarrollo Territorial y Sectores Productivos. Chubut 5 Roberto Cardellino. Producción Ovina. Un rubro que decae globalmente. El País Agropecuario. Febrero 2015. Pag.79. Uruguay 6 Sistema de Gestión Sanitaria. SENASA 4
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El stock caprino ha tenido variaciones entre los años 2005 al 2013, observándose una disminución en el número de cabezas, totalizando 102.479 animales7.
c. Estratificación de los productores por número de animales Con respecto al ovino y la estratificación de los productores por número de animales, existen diferencias bien contrastantes en función de la provincia que se considere. En el caso de Chubut, según la encuesta ganadera del 20137, el 79,2% de las explotaciones ganaderas ovinas contaban con menos de 1.000 cabezas de ovinos, el 15% posee entre el 1.000 y 3.000 animales, y sólo el 5,8% más de 3.000 animales. Esta relación se invierte al contabilizar el número de cabezas presentes en cada estrato de productores donde solo 18% de los ovinos se encontraban en los establecimientos con menos de 1.000 ovinos, el 32% entre los que poseían entre el 1.000 y 3.000 animales y el 50% del total de las cabezas en los establecimientos que tenían más de 3.000 cabezas. Sin duda, ésta escala de producción implica una variedad de sistemas productivos, infraestructura, acceso a financiamiento y aplicación de tecnologías que imposibilitan establecer una única realidad productiva. En Santa Cruz, según SENASA para el año 2010, el 29 % de los productores contaba con más de 5.000 animales, el 42,6 % disponía entre 1.000 y 5.000 animales y el 28,3 % poseía menos de 1.000 animales. Al considerar el número de animales por estratos, el 75% de los ovinos de Santa Cruz se encontraba en establecimientos con más de 5.000, el 22% de los animales estaba en el estrato de 1.000 a 5.000 y sólo el 1,8% de los ovinos de la provincia en establecimientos de menos de 1.000 animales. Con respecto a Tierra del Fuego, para el año 2014, el 50% de los productores contaba con más de 5.000 ovinos y disponía del 91 % de las existencias totales de Tierra del Fuego. Un 34% de productores tenía entre 1.001 y 5.000 ovinos y casi un 9% de los ovinos de la provincia, mientras que los 7 productores restantes disponían del sólo 0,4% de las existencias. En bovinos, la estratificación de los productores por número de animales, indica que en Santa Cruz el 36,8% de los productores dispone de hasta 100 bovinos, el 49,7% posee entre 101 y 500, el 11,3 entre 501 y 1.000 y un 2% entre 1.001 y 5.000 vacunos, respectivamente. En esta provincia el 80% de los establecimientos tienen producciones mixtas (ovino/bovino), mientras que el 20% restante son establecimientos con sólo producción bovina. En Chubut, los productores bovinos, mayoritariamente (76,2%) cuentan con hasta 100 vacunos y el 20,8% entre 101 y 500 bovinos. Lo contrario se observa en Tierra del Fuego donde sólo el 5,7% de los productores tiene hasta 100 vacunos; el 42,3% posee entre 101 y 500, el 25% entre 501 y 1.000 y el 27% entre 1.001 y 5.000 vacunos respectivamente. En caprinos el 58,2% de los productores tienen menos de 100 cabezas y posee menos del 20% del total de animales. El 27,5% posee entre 101 y 250, 10,6% entre 251 y 500 y el 3,5 posee más de 500 caprinos.
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Encuesta Ganadera Anual Obligatoria. Dirección de Marcas y Señales. Ministerio de Desarrollo Territorial y Sectores Productivos. Chubut
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d. Índices productivos En ovinos, la característica regional es la baja eficiencia productiva, expresada en términos de corderos señalados por oveja encarnerada (% de señalada). En el cuadro siguiente se detallan, por grandes zonas, los valores medios de % de señalada, peso de la canal de cordero (cordero al gancho), peso de vellón sucio y finura media de la lana.
Tabla 1: Índices productivos de ovinos para diferentes zonas de Patagonia Sur8.
Estepa Magallánica Seca - Santa Cruz Estepa Magallánica Húmeda – Santa Cruz Meseta Central - Santa Cruz Zona del Golfo - Santa Cruz Estepa - Tierra del Fuego Ecotono - Tierra del Fuego Costa del Chubut Meseta Chubut Sierras y mesetas - Oeste del Chubut
% de señalad a 70-75 75 55 55 75 50 50 - 55 < 50 60
Peso del cordero al gancho (kg) 11 12 9 9 10 10 9 9 9
Peso de vellón (kg)
Finura media (micras)
4,5 4,8 3,9 4,6 4,5 4,7 4,3 4,1 4,1
25 27 22 21 26 27 19,5 20,5 20,5
Con respecto a los índices productivos en bovinos, se considera el % de destete, kilogramos de los terneros destetados y el peso a la faena.
Tabla 2: Índices productivos de bovinos para diferentes zonas de Patagonia Sur8.
Oeste de Chubut Sur oeste del Chubut Estepa Magallánica Seca - Santa Cruz Estepa Magallánica Húmeda - Santa Cruz Meseta Central Cordillera y Precordillera - Santa Cruz Tierra del Fuego
% de destete 73 80 62 85 55 75 80
Kg. de los terneros destetados 180 - 200 180 - 220 130-180 150 - 180 120_150 130-180 180 - 230
Peso de faena (kg) 340 - 380 380 – 420 310 340 - 360 340 - 360 360
Se destaca en términos generales para la región, buenos porcentajes de destete y pesos de los terneros al destete. Sin embargo, en los sistemas de cría la eficiencia de producción por hectárea es muy baja (kg/ha).
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Fuente: Técnicos referentes de INTA de la región.
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e. Caracterización de los engordes a corral. En la región se observa un incremento en el número de animales engordados a corral, tanto de ovinos como bovinos, pero con sus particularidades según las distintas regiones. La mayoría de los engordes (ovinos y bovinos) están sustentados sobre insumos extra provinciales (alimento balanceado comercial, grano, rollos de pasto), por lo que cualquier variación en dichos insumos modifica sustancialmente su viabilidad. Por otra parte, se observa en muchos casos, cambios en el sistema productivo al aumentar el tiempo con suplementación y recría a campo sobre pasturas, para luego terminar los animales a corral. Esta estrategia apunta a bajar los costos o la participación de los concentrados en la terminación de los animales. En el caso de ovinos, en los valles se realiza el engorde de corderos cola de parición y de capones y ovejas de refugo de la meseta. Para los valles, en bovinos se destacan dos modalidades: engorde a corral, llevado a cabo por productores medianos y grandes de perfil empresarial, donde la producción de carne se basa principalmente en insumos que provienen de la región pampeana (alimentos balanceados, maíz y cebada) y en menor medida, en fardos de forraje de producción local. En los últimos años ha comenzado a difundirse el uso de silobolsa para el almacenamiento y conservación del forraje (principalmente maíz y sorgo de producción local). La otra modalidad está asociada a productores de pequeña y mediana escala, que engordan bovinos en pasturas, con terminación a corral.
f. Manejo y uso de la tecnología disponible La degradación generalizada que se observa en la región tanto de los pastizales como del suelo, en gran parte originada por un manejo inadecuado, constituye el principal problema ecológicoproductivo de la región. Actualmente existen tecnologías para realizar un uso sustentable de los recursos naturales y un incremento en la eficiencia de producción, sin embargo la adopción de estas tecnologías está muy lejos de ser generalizada. La esquila preparto, tecnología que permite un incremento en el número de corderos señalados y mejoras en la calidad de la lana, ha logrado una mediana adopción (menor a 50%) al igual que el PROLANA (esquila desmaneada, clasificación y acondicionamiento de lana y mejor precio de la misma). La suplementación estratégica y de emergencia asociada al seguimiento de la condición corporal a lo largo del año no es una práctica habitual en los productores, aunque se observa una tendencia a su adopción de modo tal de otorgar una mayor previsibilidad a los sistemas productivos extensivos. La realización de pariciones controladas (cobertizos) constituye una tecnología que tiene relativa adopción sólo en pequeños productores. Sin detallar cada una de las tecnologías disponibles y su nivel adopción predial, se puede decir, que en términos generales, el uso de las tecnologías probadas que permiten incrementar la productividad de la ganadería y mejorar la calidad de los productos primarios resultantes de la actividad, y generar impacto y estabilidad a los sistemas, no está generalizado, ya sea por cuestiones culturales, económicas, políticas o de estrategia de intervención.
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3. Economía y mercado de las producciones ganaderas a. Análisis del mercado Ovino La evolución de las exportaciones de carne ovina ha pasado por distintos momentos, de llegar a exportar 8.500 toneladas de carne ovina al mundo en el año 2005, a exportar 5.200 en el 2011, 1.350 toneladas en el año 2013 y 304 toneladas en la zafra 2014-2015. Las causas de la disminución en las exportaciones se deben fundamentalmente a la fuerte crisis de los mercados europeos, iniciada en 2008 y en la actualidad por la paridad cambiaria, el aumento de los costos internos y los mejores valores logrados en el mercado interno. Este contexto, obligó a los principales exportadores de carne ovina a volcar sus productos casi exclusivamente al mercado interno. Por consiguiente, cambió el perfil del consumidor, que demanda el cordero patagónico; y también los aspectos comerciales de la cadena ovina, tecnologías de logística y distribución de los productos, tiempo y volúmenes de entrega, entre otros. En la actualidad, los principales frigoríficos exportadores, concentrados mayoritariamente en la ciudad de Río Gallegos, se vieron obligados a cambiar las estrategias de comercialización, situación que perdura en la actualidad. Las acciones a futuro de la Cámara Frigorífica es consolidar el mercado interno y realizar la búsqueda de nuevos mercados, como por ejemplo, la posibilidad de exportar en breve a China, tratando de desarrollar mercados nuevos y no sólo quedarse con los mercados que tradicionalmente demandaron nuestros productos. De este modo se busca que el efecto negativo que provocó la disminución de las exportaciones no sea tan abrupto en el futuro. El bajo nivel de consumo a nivel nacional - de 1,2 kg/hab/año - genera una oportunidad para avanzar en el mercado interno, en el mismo sentido que lo han hecho quienes trabajan con carne porcina y aviar. Las cadenas mencionadas han logrado generar cámaras activas que apostaron a la mejora de sus empresas mediante el uso de todos los recursos a su alcance. De concretar alguna campaña de promoción que aumente el consumo interno, tal como se ha realizado en otros países, significaría un aliciente para la producción primaria, una baja de la capacidad ociosa de las plantas y en caso de que la operatoria de exportación se reinicie, la posibilidad de conjugar ambas actividades con el consiguiente aporte a la economía regional. La búsqueda de nuevas categorías de comercialización (Ej: cordero pesado) y presentación de los productos (Ej: trozado), podrían ser fundamentales para aumentar el consumo de carne ovina en la población. Campañas de promoción y divulgación que expliquen los beneficios y cualidades de la carne ovina pueden ser importantes para impulsar el consumo. Actualmente la lana representa menos del 1,5% en el conjunto de todas las fibras textiles en uso en el mundo, una proporción muy baja y que progresivamente fue disminuyendo en los últimos años y no ha podido siquiera sostener y acompañar la demanda vinculada al crecimiento vegetativo de los sectores de alto poder adquisitivo de los países desarrollados, quienes representan a la casi totalidad de la demanda. La participación de la Argentina como proveedora de lana representa apenas el 2,2% de la oferta total, indicando claramente que es un mercado alternativo y de poco peso a nivel mundial. En este escenario actual, las lanas finas y superfinas han pasado de un "commodity" a un "specialty" cuya fibra es usada en prendas de alto valor comercial. Las lanas con diámetros medios compiten fuertemente con fibras de menor valor en el textil de interiores y revestimientos y las más gruesas ocupan un nicho de mercado conquistado y seguro como es la fabricación de alfombras de pura lana virgen que tienen claras ventajas cualitativas frente a sus competidoras. 8
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Su producción mundial está en baja, aunque la mayoría de los especialistas coinciden en que se ha llegado a un estado de cierta estabilidad en alrededor de 1.100 millones de kilos de lana limpia. Luego de la crisis financiera mundial del 2008 y la recesión económica en los países centrales ocurrida en 2012, comienza a mostrarse cierto crecimiento económico de los países que tienen peso en el consumo de lana y que, liderados por China, irán traccionando sobre la demanda.
Bovino Dada la escasa proporción del mercado local que se autoabastece con carne vacuna, la existencia de la barrera sanitaria y la preferencia que el consumidor regional tiene por cortes como el asado con hueso, la colocación del producto seguirá siendo en el mercado regional. En función de esto, en el corto y mediano plazo es de relativa importancia el análisis del mercado nacional y muy baja la del mercado internacional. La demanda de carne bovina se mantiene sostenida y sólo con algunos problemas de colocación cuando se acumulan las salidas de los terneros de engorde a corral. En los últimos años se han producido modificaciones en los sistemas de engorde con aumento de recría a campo que disminuye la concentración de la oferta, pero paralelamente se han agravado los problemas en la cadena con énfasis en la faena que afectan la colocación local. También, es de destacar el crecimiento del Valle Inferior del Río Chubut como destino de la invernada producida en la zona de Cordillera. En los últimos años ha aumentado el peso promedio de faena, sin que esto represente una merma en el precio al productor. Se ha detectado una preferencia muy marcada en el mercado por el animal terminado a corral, lo que ha significado una disminución de la participación de los novillos terminados a campo, con un diferencial de precio a favor de los primeros. La vaca sigue teniendo problemas de mercado, generando una situación compleja en los sistemas de cría al no poder colocarla con fluidez.
b. Análisis de evolución de los precios Ovino Con respecto a la evolución de los precios de la carne ovina y tomando como referencia el precio del cordero al gancho pagado al productor, y analizando una serie histórica de seis años, se observa que el valor nominal ha aumentado en los últimos años. Los valores en el año 2009 fueron de 16 $/kg, superando los 50 $/kg de canal, para la temporada 2014-2015. No tuvo el mismo comportamiento el valor al gancho de la oveja de refugo, que si bien aumentó en los últimos años, la tasa de incremento fue menor. En general, en Chubut los valores de la carne de los animales adultos son algo superiores a los de Santa Cruz y además se produce un pequeño pico de precios a comienzos de primavera, justo antes de la aparición de animales gordos de campo. Hay varios factores que influyen en el precio de la carne, particularmente asociados a una demanda firme del producto y una disminución en los volúmenes faenados por zafra, entre otros. Si bien los valores de la carne ovina han aumentado, este incremento no acompañó los incrementos de otras carnes, además el aumento de los costos de producción se han acrecentado significativamente, disminuyendo sensiblemente los márgenes de ganancia para este rubro. Con relación al mercado local de lanas, muestra en una serie de tiempo desde 2003 hasta el presente, una recuperación de su valor, tanto para lana Merino como para Corriedale, a pesar que ésta no es tan significativa como la tendencia en el mercado australiano, debido a la fuerte devaluación ocurrida en los dos últimos años del dólar americano frente al dólar australiano y otras monedas. 9
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El indicador del mercado australiano (IME) subió progresivamente durante la última zafra, situándose actualmente a AUD $ 13,12, valor que no alcanzaba desde el 2011. Las lanas finas (lanas Merino - 20 micrones y 55% de rinde) mostraron una mayor variación en los últimos años respecto a una lana Corriedale (27 micrones y 55% de rinde). Los precios comercializados de las lanas finas respecto a las Corriedale fueron en promedio 67% superiores, variando entre 46 y 112% dependiendo del año, lo que demuestra una falta de previsibilidad de los mercados que afecta al productor agropecuario a la hora de tomar una decisión productiva. Los valores actuales de las lanas finas todavía están por debajo del valor promedio histórico, mientras que las lanas cruzas superan el valor promedio.
Bovino La evolución de precios del novillo, aumentó en los últimos 15 años, casi triplicando los del comienzo de siglo. También se evidencia una gran variación anual con valores máximos desde finales de invierno hasta fines de primavera. Si bien esto último ha sido la tendencia general, se ha notado a través de los años una importante variación interanual. La relación de precios de animales para invernada (terneros) versus animales para faena (gordo) en estos últimos años ha cambiado, equilibrándose el precio de ambas categorías, como es en el resto del país. Posiblemente el bajo stock de terneros y la demanda de carne, han permitido este revalúo relativo, con respecto al animal gordo.
c. Evaluación del posible impacto del corrimiento de la barrera sanitaria El análisis de la serie de precios del mercado de Liniers y Patagonia Sur de los últimos 15 años, muestra que mientras se mantuvo abierta la barrera sanitaria que permitía el ingreso a la región de carne con hueso y hacienda para faena, de las zonas extrapatagónicas, el valor del novillo rondó un 10% más en Patagonia. A partir del cierre de dicha barrera, la relación de precios ronda un 35% más para la Patagonia Sur con relación a Liniers. Así mismo se ha generado un cambio en el precio del kilogramo del ternero de destete, que en la actualidad y al igual que en la zona norte, supera al precio por kilogramo del novillo liviano para faena (novillo de hasta 380 KPV). En el corto plazo, la apertura de la barrera del Río Negro, no permite esperar una modificación sustancial del precio de la hacienda vacuna, pero a mediano plazo la eliminación de la aftosa y el reconocimiento de todo el país como libre sin vacunación, con consiguiente apertura de la barrera que separa la Patagonia del resto del país, podría inducir una baja de los precios vacunos similar a la ocurrida a fines de la década del noventa. La unificación sanitaria del país, generaría un reacomodamiento general de la producción local, que debería bajar el uso de insumos externos para disminuir los costos de producción y de esa manera, evitar la salida de terneros de engorde y la pérdida del valor agregado local que actualmente tiene la carne bovina. Por otra parte, ésta situación obligaría a trabajar en la mejora de la competitividad de los sistemas patagónicos, para lograr su sustentabilidad.
d. Rentabilidad de las producciones Rentabilidad de los sistemas productivos ovinos Independientemente de donde está situada la producción, la rentabilidad del mismo se ve afectada principalmente por la escala de producción (cantidad de animales en esquila), por la 10
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orientación productiva (sistemas exclusivamente laneros o doble propósito) y por el nivel de adopción de tecnología e información disponible que se utiliza. Con respecto a los niveles de rentabilidad para los establecimientos agropecuarios en Tierra del Fuego, los mismos oscilan entre el 3 al 8%9, según la zona que se analice. Estas bajas rentabilidades, considerando el capital invertido, muchas veces se ven reforzados con ingresos extraprediales como pueden ser, servidumbres de paso, pesca y petróleo. Como beneficio, en Tierra del Fuego, la ley 19.640 exime a los productores del impuesto a las ganancias, carga tributaria que si abonan los productores de las otras provincias. En Santa Cruz, los niveles de rentabilidad son muy distintos según la zona, la escala productiva y el paquete tecnológico aplicado. La zona sur de Santa Cruz cuenta con productores que adoptan gran parte de la tecnología disponible y que poseen establecimientos medianos o grandes. Los niveles de rentabilidad que se obtienen son satisfactorios en relación al capital invertido, con alrededor del 8 %, para un establecimiento con 7.000 animales de esquila10. En la zona central de Santa Cruz, prevalecen los establecimientos chicos, con unidades productivas que no superan los 3.000 animales de esquila. Para estos casos, los niveles de rentabilidad son en la mayoría de los casos negativos; el productor no vive del campo y generalmente cuenta con ingresos extraprediales9. En la zona norte de Santa Cruz, por lo general son establecimientos chicos, con bajos niveles de rentabilidad, que rondan entre el 3 y 4 %.11 Por otra parte, se observa con mayor frecuencia el alquiler de campos linderos a efectos de incrementar la escala y aumentar el número de animales, de modo tal de diluir los costos fijos del establecimiento y con ello mejorar la rentabilidad. En los campos chicos los costos de personal fijo y pago de la esquila, entre otros, tienen un impacto muy grande y resultan en muchos casos difíciles de afrontar. Para la provincia del Chubut, se observa mayor rentabilidad en la región costera, con valores que oscilan alrededor del 7%. Un sistema representativo está compuesto por 2.250 animales en esquila, señaladas próximas al 55%, 21 micrones de finura y 4,1 kg de lana por oveja. Los ingresos por venta de lana y carne son equivalentes (57 y 43% respectivamente) e influenciados por la señalada. Valores de señalada superiores al 70% pueden invertir la relación de ingresos en el predio. En la zona de Sierras y Mesetas Occidentales, en un establecimiento representativo, con 1.200 animales en esquila, 65% de señalada, finura de 22 micrones y 4,4 kg de lana producida por animal, se observan rentabilidades negativas, en el orden del -2,6%. En estos sistemas los capones representan un elevado porcentaje, próximo al 40% de la majada, por lo que el mayor ingreso en estos sistemas se realiza por la venta de lana (66%). También, en estos casos, la relación de ingresos lana/carne es afecta por la señalada. En ambos sistemas, el productor característico es del tipo PyME, no reside en el establecimiento y los ingresos del campo son complementados con actividades extraprediales del productor, no necesariamente ligados a la actividad. La región de Sierras y Meseta Central se caracteriza por poseer dos perfiles de productores bien definidos, el de PyMEs y el pequeño productor, este último con menos de 1.000 animales de esquila en su establecimiento. La rentabilidad en esta región es muy fluctuante y dependiente de la señalada, que puede permitir la venta ocasional de corderos y alterar la ecuación de ingresos por lana y carne. El incremento de los costos internos de producción y la fluctuación del mercado internacional de precios de los productos, amenazan la rentabilidad de los establecimientos y detienen el proceso 9
Área de Economía y Mercados. INTA EEA Santa Cruz Subsecretaría de Ganadería - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
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de incorporación de mano de obra, las inversiones, y la aplicación de tecnología en los establecimientos. En zonas donde la ganadería ovina atraviesa momentos críticos desde hace años, debido a situaciones extremas (factores climáticos, procesos prolongados de desertificación, entre otros), no solo se debería realizar un análisis económico, ya que hay otras variables más relevantes que hacen que el productor se quede en el lugar y sigan produciendo, como son el arraigo a la tierra y la fuerte cultura ovina existente. Aspectos sociales - o bien culturales - hacen que los productores sigan apostando a la actividad ganadera, aunque apenas pueden cubrir los costos directos e indirectos del sistema productivo, resignando inversiones, mejoras o mantenimientos mínimos que deberían realizar. En este contexto, mejorar lo que se viene haciendo parece ser la mejor opción, aunque esto no está exento de costos. Sin embargo, con una fuerte articulación y compromiso de todos los actores del territorio involucrados en la actividad, se podrían definir programas estratégicos, que apunten a retener a los productores y su gente en el ámbito rural, dándoles las condiciones mínimas para vivir dignamente. Se deberán aportar opciones, herramientas y alternativas a la producción ovina existente, buscando en una primera etapa la sostenibilidad de los sistemas productivos, para posteriormente mejorar la rentabilidad, de modo de lograr que se convierta en un componente dinamizador de la vida en el medio rural y que permita la permanencia de quienes hoy habitan el territorio. Sólo a modo de ejemplo, las prácticas o tecnologías a utilizar no necesariamente tiene mayores costos y en otros casos, los beneficios obtenidos cubren los costos adicionales al implementar una práctica. Sin insumir mayores costos, la esquila preparto desarrollada durante la década del 70´ y hoy aplicada en un 40% de los ovinos de la región ha demostrado en distintos ambientes de toda la Patagonia, incrementos en la señalada de un 7 a 12%. Al igual que en la producción de carne, la esquila preparto produce efectos positivos sobre la lana, con incrementos en el rinde al lavado de 5 a 7 puntos y una mayor resistencia a la tracción de la fibra. El impacto de esta práctica genera beneficios que, dependiendo de los ambientes y tipos de lana, posibilitan incrementos de un 12 a 17 % en el precio de lanas de igual diámetro medio. Por otro lado, la suplementación estratégica de ovejas en sistemas extensivos, previo al parto, se ha difundido en los últimos años, dada su practicidad e impacto productivo. Los costos adicionales de esta práctica son, en la mayoría de los casos, cubierto por los beneficios obtenidos. En distintas experiencias a campo se han logrado incrementos de 15 a 23 puntos porcentuales en la señalada, 1,5 kilogramos más de peso vivo de los corderos a la señalada y hasta un kilogramo de peso de vellón extra, sumado a una reducción de la mortandad de ovejas, con 8 a 10 puntos menos de pérdidas. En cuanto a la suplementación de corderas durante su primer invierno, esta práctica ha permitido disminuir las pérdidas en alrededor de 17 puntos porcentuales, aumentar la producción de lana y lograr un incremento en el peso corporal, que le permite alcanzar los umbrales de peso para el servicio a las borregas de dos dientes. Este último objetivo es fundamental para lograr excedentes de corderos para selección y venta.
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Rentabilidad de los sistemas productivos bovinos En un sistema de cría promedio de la zona de cordillera (receptividad de 0,07 EV/ha, basado en el pastizal natural, servicio a los 24 meses y destete a los 6 meses), la rentabilidad está en el orden del 2 al 3%. Este análisis de rentabilidad considera el ingreso neto (incluye amortizaciones) sobre el capital total involucrado (tierra, mejoras y hacienda). En los sistemas de engorde y terminación de bovinos, la rentabilidad está fuertemente condicionada por el nivel de uso de insumos extraregionales (alimento balanceado, maíz, etc.). La utilización de silaje (alfalfa, cereales, maíz, sorgo), para almacenamiento y conservación de la ración de terminación de los animales, permite disminuir sustancialmente los costos de alimentación, a partir de forraje producido localmente. Sumado a esto, las producciones sustentadas sobre pasturas obtienen los mayores márgenes. Se estima que la producción local de un kilogramo de silo representa entre el 30% al 50% del costo de un alimento extraregional. Se registran producciones intensivas bajo riego en el Valle Inferior del Río Chubut, que superan los 600 kg/ha en sistemas pastoriles, mientras que en la región cordillerana del Chubut, en sistemas pastoriles rotativos intensivos, se han registrado producciones de hasta 220 kg/ha. Para las producciones netamente a corral, que se basan fundamentalmente en insumos que provienen de la región pampeana y en menor medida en fardos de forraje de producción local, se calcula que de los 250 kg/ha/año producidos, sólo entre 150 a 170 kg/ha/año se logran por la producción local de insumos. Esta situación hace vulnerable y poco sustentable a la producción en el tiempo, dado que los granos y balanceados requeridos compiten con la generación de nuevas fuentes de energía, como biocombustibles. En la actualidad, la relación de precios de insumos y productos es favorable y hace sostenible la actividad. Sin embargo una alta dependencia a insumos de fuera de la región y ante mínimos incremento en los mismos, afectará significativamente la rentabilidad de estos sistemas.
4. Aspectos críticos que afectan la sustentabilidad de los sistemas productivos Un aspecto central para Patagonia Sur es el uso de los recursos naturales. Los sistemas de producción predominantes en toda la región se sustentan en el aprovechamiento de los pastizales naturales y el agua para riego. Los recursos naturales son sustento de la producción en la región y factor estratégico en la competitividad de productos diferenciados que se asocien a los valores intangibles de la Patagonia, por lo tanto el manejo sustentable debe ser un objetivo estratégico. En Patagonia, la desertificación es un proceso aún activo con consecuencias no sólo ambientales, sino también económicas y sociales. La degradación generalizada que se observa en la región tanto de los pastizales como del suelo, en gran parte originada en un manejo inadecuado, constituye el principal problema ecológico-productivo de la región a corto plazo. El inadecuado manejo de los recursos forrajeros, con pérdida paulatina de la receptividad de los campos, genera deficiencias en la nutrición y afecta la productividad del ganado y la calidad de los productos, lo que se ve agravado a partir de la recurrente sequía en toda la región durante los últimos años, con pérdida de stock y bajos índices de señalada, que condiciona y condicionará (de acuerdo a los pronósticos climáticos) la actividad en el corto y mediano plazo. La sequía ha profundizado el problema de insuficiente escala; en Chubut, por ejemplo, casi el 80% de los productores tienen menos de 1000 animales. Estas problemáticas, en combinación con una 13
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tendencia general de mayores costos relativos (especialmente mano de obra y energía) y precios de productos estables, hacen que muchos sistemas productivos dejen de ser sustentables y muchos campos sean abandonados. Los sistemas en general están fuertemente condicionados a los factores climáticos (sequías, nevadas, cenizas volcánicas), pero hay que asumir que la ocurrencia de este tipo de eventos es normal en la región y adecuar por lo tanto los sistemas a esas condiciones. Por otra parte, se destaca en general, para los sistemas y cadenas de valor, otras limitaciones como la baja eficiencia productiva, la escasa integración de los distintos sectores de la cadena agroindustrial (vertical y horizontal), la falta de caracterización y diferenciación de los productos y el escaso agregado de valor, aspectos que resultan limitantes para un desarrollo armónico de las cadenas presentes en la región. Un bajo nivel de adopción de tecnologías y el uso de la información disponible, atenta también con el incremento en la eficiencia y productividad de los sistemas. Dentro de los sistemas productivos el incremento de los costos internos de producción y las fluctuaciones del mercado internacional de precios de los productos, resulta una problemática recurrente que amenaza la rentabilidad y sostenibilidad de la producción. Las duras condiciones de trabajo y de vida que ofrece el campo llevan a la falta de mano de obra, en cantidad y nivel de formación adecuados, lo que también constituye un factor sumamente limitante. La actividad petrolera y minera compiten fuertemente con la disponibilidad de mano de obra requerida para el campo. En muchas situaciones, la pequeña escala de las explotaciones es una limitante. Sin embargo, el aumento de la escala por sí sólo (sin mejorar la eficiencia productiva y la conservación de los recursos naturales) no alcanza para revertir las situaciones de falta de sustentabilidad. La presión por otros usos de la tierra (minería, industria petrolera, sector inmobiliario, etc.) cambia las relaciones, tanto de uso como de valor relativo de la tierra, con lo cual se genera una fuerte competencia por la misma, que se convierte en un recurso escaso. Por otra parte el guanaco, una especie autóctona protegida, ha tenido un importante aumento en su población en muchas zonas de la región y se ha convertido en el principal competidor del ovino y del bovino por forraje y agua. En Tierra del Fuego, la problemática creciente de la predación por perros asilvestrados, ha motivado la desaparición de la ganadería ovina en la región de Cordillera y en breve en el Ecotono. Una situación similar se presenta en las cercanías de las ciudades en las que prácticamente se ha desplazado toda actividad ovina por el daño efectuado por los perros.
5. Tecnologías disponibles para una ganadería sustentable La ganadería ovina en zonas áridas y semiáridas requiere de un nuevo enfoque, que apunte a una intensificación de algunas etapas claves del ciclo productivo (servicio, parto, destete). Dentro de las tecnologías disponibles se podrían citar, entre otras, la evaluación del pastizal, la determinación de la receptividad y el ajuste de carga animal, que produce impactos productivos inmediatos sobre la productividad de las majadas, principalmente mejorando la señalada, el desarrollo de los corderos y la calidad de la lana. La articulación de la cadena forrajera (siembra, riego, fertilización y manejo forrajero), mediante sistemas de pastoreo y/o confección de reservas, en las áreas de mayor potencial y en especial los valles bajo riego, constituye la base para la mejora y la sustentabilidad de la ganadería patagónica, 14
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ya que permite complementar la ganadería extensiva; y aportar reservas para la suplementación y forrajes en las producciones intensivas. El correcto manejo de las áreas de mayor potencial forrajero, como los mallines, permite intensificar y complementar períodos claves de la producción, a partir de su apotreramiento. La suplementación estratégica, en etapas importantes de la producción (último tercio de gestación, primera etapa de lactancia y pre-servicio de las ovejas y el primer invierno de las corderas de reposición) o en momentos críticos, para mitigar condiciones climáticas adversas (sequías y nevadas), son prácticas disponibles, pero todavía no generalizadas, para mejorar los índices de procreo y señalada en los sistemas patagónicos extensivos. Estas prácticas le otorgan mayor previsibilidad y estabilidad a los sistemas. La esquila pre-parto, que tiene un efecto positivo e inmediato posterior a su implementación a nivel predial, tanto sobre el porcentaje de señalada como en la calidad de la lana, es realizada por menos del 50% de los productores de Patagonia, aunque esta práctica no implica mayores costos. La implementación de la esquila prolija, en pequeños productores, y el Prolana (Programa de Asistencia para el Mejoramiento de la Calidad de la Lana), permite revalorizar la calidad de las lanas desde el inicio de las etapas de la cadena agroindustrial; y mejorar su comercialización primaria y su competitividad en el mercado nacional e internacional. El mejoramiento genético de las majadas y los rodeos, a partir del uso de reproductores genéticamente superiores, evaluados por programas oficiales como el PROVINO, permitirá mejorar los indicadores productivos individuales, sin aumentar la carga animal de los establecimientos. La principal causa de muerte de corderos en sistemas de pastoreo extensivos ocurre en las primeras 72 hs luego del parto. El uso de parideras o cobertizos busca tener un mayor control sobre los eventos que se suceden antes y después del parto y su implementación permite aumentar significativamente la cantidad de corderos logrados. La estabilización del stock ovino no solo depende de lograr altos índices de señalada, sino también de asegurar la supervivencia y desarrollo de la reposición (en especial las corderas) a partir de un manejo del destete y recría de las mismas. Para ello es fundamental minimizar las pérdidas que se producen por problemas de alimentación y predación. Para el primero, existen los destetes anticipados con manejo en mallines o alimentación a corral, que indirectamente también ayudan a disminuir los problemas de predación. En este sentido se ha comenzado a implementar el uso de perros pastores como nueva herramienta de manejo, con resultados alentadores. El engorde de las ovejas de refugo, permite lograr animales para faena, con agregado de valor al producto. Lo mismo sucede con el engorde de corderos que no sólo permite minimizar las pérdidas invernales sino también agregar valor y desestacionalizar la oferta de carne. Por otra parte, la producción intensiva de carne ovina en área de mayor potencial, mediante el uso de razas carniceras, mejora la conformación de la res, aumenta los pesos de faena y permite el trozado. Con relación a la sanidad de las majadas, se ha trabajado en parasitosis externas, pero es poco el trabajo en otros aspectos sanitarios como la revisación de carneros y el diagnóstico de Brucella ovis, que tiene impacto en los índices reproductivos, o la prevención de enfermedades clostridiales que incide directamente en el porcentaje de mortandad. En cuanto a las tecnologías para la ganadería bovina, el ordenamiento del rodeo a través del estacionamiento del servicio, el tacto y la revisación de toros, constituyen las medidas básicas para mejorar los índices reproductivos, incrementar la producción por hectárea y disminuir el costo de mantenimiento de animales improductivos. La utilización de técnicas de destete anticipado (precoz e hiperprecoz) permiten mejorar la condición corporal de las vacas y con ello mejorar los índices de preñez. 15
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En el engorde a corral, si bien están ampliamente difundidos aquellos basados en granos y balanceados, la utilización de reservas de producción local como los silajes permitiría bajar costos y disminuir la dependencia de esos insumos externos, con el impacto en la sustentabilidad del sistema que eso generaría. Además, se cuenta en la región con pautas para el manejo silvopastoril de los bosques nativos de ñire que tienden a maximizar la producción del sistema y propender a su conservación. En este contexto, se cuentan con lineamientos generales y guías de contenidos mínimos para la presentación de los Planes de Manejo para ñirantales con uso silvopastoril, como por ejemplo realización de inventarios forestales, tratamientos silvícolas, ajuste de la carga animal a partir de una evaluación de pastizales y garantizar la continuidad del estrato arbóreo. Existe gran cantidad de cabañas y planteles de buen nivel genético, de las razas predominantes, que pueden aportar reproductores para los rodeos comerciales. En cuanto a la sanidad de los rodeos, la continuidad de los programas de brucelosis y tuberculosis establecidos por SENASA, permitirá una mejora sustancial.
6. Políticas de desarrollo y apoyo a los sectores productivos Una de las principales herramientas de política activa para el sector ovino es la Ley 25.422, que fue promulgada en el año 2002, la cual crea un fondo fiduciario denominado Fondo de Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO) con una partida anual de 20.000.000 pesos durante diez años. A partir del año 2011 se promulgó la ley 26.680 a través de la cual se prorrogó por 10 años más la garantía por parte del Poder Ejecutivo Nacional de provisión de fondos, elevando el monto anual a 80.000.000 de pesos. El objetivo general de la Ley planteado en su artículo 1° es el de “lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos ovinos que permita mantener e incrementar su sostenibilidad a través del tiempo y consecuentemente, permita mantener e incrementar las fuentes de trabajo y la radicación de la población rural”. Los beneficios a otorgar al sector ovino (productores individuales, asociados o instituciones relacionadas con la actividad) son de dos tipos: Aportes Reintegrables y Aportes No reintegrables. Para el año en curso el monto total disponible en el FRAO es de $ 156.000.000 (presupuesto aprobado por la reunión de la CAT el 19 de mayo de 2015). Entre algunas acciones, se pueden mencionar, el financiamiento para mejoramiento predial, con el objetivo final de mejorar las condiciones de producción y optimización de los recursos disponibles, programas de compras y retención de vientres, como consecuencias de eventos climáticos, por medio de crédito para la adquisición de reproductores y financiamiento de programas de mejora genética. Otro aporte importante del FRAO ha sido el destinado a las acciones de Sanidad Animal a través de las Comisiones Provinciales de Sanidad Animal en donde se articulan acciones del SENASA y los gobiernos provinciales. Los fondos han permitido la continuidad del sistema de inspecciones a través de los paratécnicos concentrando la mayor parte de los esfuerzos en el control de la sarna, logrando importantes éxitos en el caso de Chubut. Resta aún lograr avances en el control de melófago. Si bien estos aportes han ayudado al sector, los destinados a estabilización de la producción vía mejora forrajera, adecuación de cargas y manejo o atenuación de los efectos de problemas ambientales (ej: sequía) han sido mínimos, por lo que periódicamente se repiten las crisis sin haber producido un cambio estructural en la ganadería ovina. Otra política activa hacia el sector ovino, direccionada específicamente hacia la producción de lana, es el Programa de Asistencia para el Mejoramiento de la Calidad de la Lana (PROLANA) creado en 1994 por resolución N°1139 de la ex SAGPYA. De acuerdo a este instrumento legal, 16
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(actualizado en 2003 por la resolución 2.036) algunas de las principales acciones impulsadas por este programa son: la adopción masiva de aquellas prácticas tecnológicas, tales como la esquila TALLY - HI, el acondicionamiento básico de la lana en estancia y el envasado con material no contaminante, que aseguran un mejoramiento en el proceso de esquila y presentación de la lana; y generación y difusión de la información relacionada con la evolución de los mercados y valores de referencia e información técnica para todo el sector. A partir de la implementación de la Ley Ovina la principal fuente de financiamiento del programa ha sido el FRAO. A partir de las emergencias ambientales generadas por la sequía multianual (2006/2012) que afectara principalmente a las provincias de Río Negro y Chubut, a lo que se sumó la caída de ceniza volcánica generada por la erupción del Volcán Chaitén en 2008 y posteriormente el Puyehue en 2011, que afectó a las provincia nombradas y a Neuquén, se implementaron diversas medidas de apoyo al sector productivo. Una vez más, el FRAO se utilizó para subsidiar la provisión de alimentos suplementarios, establecer silos y equipamiento complementario para constituir bancos de forraje, financiar la búsqueda, almacenamiento y provisión de agua, además de la asistencia técnica para el manejo de la alimentación del ganado en situaciones de confinamiento. A esto hay que agregar el programa financiado por el PROSAP (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales), a través de recursos provenientes de créditos del Banco Interamericano de Desarrollos, denominado Recuperación de la Actividad Productiva Post emergencia, del que de acuerdo a lo informado por la UCAR durante 2014 se han aprobado para Chubut 14 subproyectos por 23 millones de pesos. Asimismo, se definieron las líneas de trabajo para 2015, el que se espera financiar subproyectos por $ 120 millones. Por su parte, el Programa Federal de Ganados y Carnes, tiene como objetivo incrementar la oferta de productos y subproductos de la ganadería para abastecer adecuadamente al mercado interno y externo, tanto en calidad como en cantidad. El plan se ejecuta por medio de la implementación y financiamiento de proyectos a gobiernos provinciales, municipales, asociaciones, cooperativas y entidades privadas del sector. Estos proyectos son financiados por Aportes No Reintegrables (ANR), y se encuadran en el mejoramiento de las etapas de cría, recría y engorde de ganado bovino, propiciando el aumento de la oferta forrajera y el mejoramiento de los sistemas de alimentación. La Ley 26.331, de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos, y de los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad. También reglamenta toda propuesta de intervención sobre bosques nativos y establece las tres categorías de bosques. Establece un régimen de fomento y criterios para la distribución de fondos por los servicios ambientales que brindan los bosques nativos. En este sentido, en la categoría II, que son aquellos de mediano valor de conservación (coloración amarilla en la cartografía), permite la presentación de “Planes de Manejo Sustentable” que posibilitan recibir fondos con destino, entre otras cosas, a manejos silvopastoriles, que además de conservar el bosque, ayudan a la mejora en la producción ganadera. Por último, el Programa Cambio Rural, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, ejecutado por el INTA, financia la asistencia técnica a grupo de productores a través de la contratación de un Promotor Asesor. A su vez, éste programa prevé el financiamiento de acciones para el agregado de valor en origen, entre otras acciones. También, a través de la caja de herramientas ha impulsado una serie de beneficios que están siendo utilizados por los productores como: subsidio de la tasa de interés en 6 puntos para créditos a través del Banco de la Nación Argentina y créditos subsidiados “Impulso Argentino” destinado al segmento de productores que no tiene acceso al crédito bancario. 17
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7. Oportunidades y desafíos de la ganadería en Patagonia MATRIZ DE FORTALEZAS Y DEBILIDADES SITUACIÓN ACTUAL FORTALEZAS DEBILIDADES
- Existe una cultura del ovino en Patagonia.
- Degradación de los pastizales naturales.
- Actividad que genera arraigo rural y ocupación
- Concentración de la faena e inestabilidad de los
territorial.
frigoríficos zonales.
- Existencia de instituciones, leyes y programas
- Sistemas existentes con dificultades para incorporar
vinculados al desarrollo del sector.
tecnologías en el corto plazo (económicas, financieras, culturales, etc.).
- Status sanitario regional apto para el abastecimiento de los mercados más exigentes. Condición de “Libre de Aftosa sin vacunación” (PATAGONIA).
- Escasa organización y asociativismo por parte de los
- Posibilidad de generar dos productos, carne y lana
- Falta de visión y estrategia compartida en el sector.
ovina.
- Capacidad industrial instalada para exportación. - Razas adaptadas a diferentes sistemas de producción
productores.
- Baja productividad de las majadas y escasa aplicación de estrategias y planes de contingencia ante fenómeno naturales (en particular sequías y nevadas).
y tipo de producción.
- Escaso agregado de valor en carne y lana.
- Programas de mejora genética en funcionamiento en
- Falta de integración de la cadena de valor.
ovinos y bovinos.
- Informalidad en la comercialización y dificultad en el cumplimiento de las normativas (sanitarias, impositivas).
- Falta una mejor estandarización del producto (tipificación, protocolos, etc.) (ovinos).
- Oferta estacional y poco predecible en carne ovina. - Mercado interno de carne ovina con escaso desarrollo y sin programas de promoción de la misma.
- Alta competencia por mano de obra calificada (minería, petróleo)
- Solo tres cabañas de razas carniceras ovinas en la región.
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MATRIZ DE OPORTUNIDADES Y AMENAZAS ESCENARIOS FUTUROS MAS PROBABLES OPORTUNIDADES AMENAZAS
- Posibilidad de incorporar un paquete tecnológico de
- Degradación sostenida de ambientes frágiles en distintas
prácticas mínimas, que generan mejoras en la producción disponible y en la sustentabilidad de los sistemas.
zonas por el cambio climático.
- El aumento de la población mundial, más el aumento en la demanda de carnes en los países emergentes, aseguran una demanda sostenida de carne en el mediano y largo plazo.
- Adversidades ambientales (sequías, nevadas, cenizas volcánicas).
- Levantamiento de las barreras sanitarias internas que
- Creciente demanda de productos asociados a lo
posiblemente generen una caída en los precios regionales de vacunos, impactaría negativamente en la rentabilidad de las explotaciones locales y aumentaría él envió de animales a engorde a zonas del norte de la Patagonia.
natural y reconocimiento del nombre Patagonia en este sentido.
- Pérdidas por abigeato, perros y predadores.
- Aprovechar las ventajas que otorga la aprobación del
- Migración de la población rural a los centros urbanos.
marco legal IG-COP (cordero patagónico).
Jóvenes poco interesados en la actividad.
- Bajo porcentaje de abastecimiento de la demanda
- Inestabilidad en el comportamiento de los mercados,
local, con carne producida en la región.
Con oscilaciones de precios.
- La valoración de la carne vacuna con hueso, de
- Competencia por los recursos forrajeros con especies
producción regional, genera un mayor precio de venta.
silvestres como el guanaco.
Posibilidades de integración secano-valles.
- Competencia con otras carnes como, avícola y porcina.
- Posibilidades de financiamiento en áreas de bosques,
- Consolidación en el mercado de países
con fondos de la ley de presupuestos mínimos.
- Potencial crecimiento en la demanda de productos artesanales de la lana para pequeños productores, en las zonas con desarrollo turístico.
industrializadores de lana con bajos costos de producción, apareja dificultades para competir en agregado de valor.
- Faena clandestina. - Competencia por la tierra con actividades turísticas e
- La calidad de la lana permite su uso en prendas de alto inmobiliarias valor. - La intensificación de los sistemas actualmente es dependiente de insumos extraregionales. - Capacidad frigorífica y textil instalada ociosa.
8. Análisis de prospectiva y futuras líneas de acción a. Futuros escenarios El inadecuado manejo de los recursos forrajeros, con pérdida de la receptividad de los campos, genera deficiencias en la nutrición y afecta la productividad del ganado y la calidad de los productos; y constituye la principal limitante a abordar.
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La baja eficiencia y falta de previsibilidad/estabilidad de los sistemas productivos, con pérdida de stock y bajos índices de señalada, resulta uno de los principales problemas a resolver en el corto plazo. Por otra parte se ha profundizado el problema de la insuficiente escala, que en combinación con una tendencia general de mayores costos y precios internos de productos estables, hacen que muchos sistemas no sean rentables y algunos campos sean abandonados. Con relación al ovino, si bien las exportaciones de carne han caído drásticamente, asociado a la crisis europea y al tipo de cambio desfavorable, la demanda de otros mercados internacionales sobre el producto, se mantiene firme. Por otra parte, se espera que el aumento de la población mundial, más el incremento en la demanda de carnes en general, de los países emergentes, aseguren una demanda sostenida en carne en el mediano y largo plazo. Por otra parte el consumo interno, que a nivel nacional es muy bajo (1,2 kg/hab/año), con la correcta promoción y la adecuación del producto ofrecido a los requerimientos del consumidor moderno de las ciudades (Ej. Cortes en bandejas), es factible de incrementar y con buenos valores. Sin duda la Identificación Geográfica Cordero Patagónico (IGCoP) permitirá posicionar al producto a nivel nacional e internacional como un producto diferenciado (specialty). Estos escenarios, están acompañados por una capacidad regional agroindustrial (frigoríficos) adecuada a los mercados más exigentes y con un potencial de la producción primaria con posibilidad de incrementar sustancialmente en el número de animales para faena, siempre y cuando se mejore los índices de producción y la tasa de extracción, en función de las distintas potencialidades agroecológicas. Por su parte la lana, frente a sus competidoras directas poliéster y algodón, mantiene actualmente una relación significativamente alta debido a un gran stock mundial de algodón (de parte de China e India) y el bajo precio del petróleo en el caso del poliéster. Esta posición relativa alta no le es favorable a la lana, porque comienza, en distintos eslabones de la cadena de agregado de valor, a existir ciertos porcentajes de sustitución de lana por estas otras fibras. La desaceleración de la economía China impacta directamente en el consumo de lana y en la producción mundial de prendas de vestir con lana. Es esperable que esta situación comience a revertirse en el corto plazo. Existe un crecimiento de los sectores ABC1, de las economías centrales, quienes son potenciales demandantes de productos con lana. La inexistencia de stock y una producción estable de lana, proyecta indefectiblemente la mejora de la competencia y los precios a futuro. La participación de Argentina es escasa en este mercado, con una producción también en baja, con altos costos internos, tipo de cambio desfavorable, retenciones a las exportaciones y eventos naturales como largos períodos de sequía y reiteradas caídas de cenizas volcánicas que provocaron acentuada pérdida de rentabilidad a nivel predial. Por su parte, el polo lanero de Trelew ha tenido que achicarse estructuralmente en función de la menor oferta de lana y las pérdidas de rentabilidad del negocio. Algunas empresas han dejado la actividad y las que actualmente están vigentes cuentan con una dotación de personal menor, con baja inversión y pérdida de competitividad frente a sus competidores industriales externos, en especial los radicados en los países asiáticos. En cuanto al bovino, si bien pertenecer a una región libre de aftosa sin vacunación presenta una potencial posibilidad de exportación de carne, debido al escaso abastecimiento de la demanda (cercano al 30%) y a la baja escala regional, al menos en el corto y mediano plazo, el mercado seguirá siendo regional. 20
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Las estadísticas muestran que el stock se ha mantenido estable en los últimos 5 años, con un 42% de madres, que sólo podría aumentarse en sitios puntuales pero no de manera significativa. Debido a ello, la mejora de la producción se debe dar a través de la aplicación de propuestas tecnológicas (mejora de la base forrajera, inclusión de pasturas cultivadas, riego, producción de granos, silajes, etc.) que permitan aumentar la producción por hectárea y la eficiencia de los rodeos. Con ello y el aumento del peso logrado en cada etapa productiva, cría y engorde se logrará aumentar la oferta de carne vacuna.
b. Líneas de acción Las líneas de acción deberán estar vinculadas a políticas de desarrollo y abordadas de manera integral entre los distintos actores, a fin de lograr y consensuar planes estratégicos que permitan una real mejora de los sistemas productivos y la competitividad del sector y de las cadenas involucradas. El uso y conservación de los recursos naturales constituye un eje esencial y transversal para todas las actividades productivas, dado que todas las producciones de la región se sustentan en el aprovechamiento de los pastizales naturales. Por lo tanto, es ineludible aplicar todas las tecnologías disponibles para un uso y manejo sustentable de los recursos. En cuanto a la baja eficiencia productiva, que se destaca en general en todos los sistemas y cadenas de valor, la aplicación de las tecnologías disponibles de manejo; y en particular de nutrición, otorgaría la debida sostenibilidad y previsibilidad a los sistemas, incrementando los índices productivos. En las áreas en las que la degradación ambiental y/o la reducida escala no permiten conjugar viabilidad económica y sostenibilidad ambiental, pero que tienen importancia estratégica (ocupación territorial), cultural (pueblos originarios) o social, se requiere de un abordaje diferencial. Para estos casos, deberán diseñarse medidas más amplias, no restringidas a la rentabilidad agropecuaria, en estrecha vinculación con los Gobiernos Municipales, Provinciales y Nacional, participando en el desarrollo de propuestas de políticas para el sector. Las estrategias deben estar orientadas a fomentar el arraigo rural, la ocupación territorial y la mejora en la calidad de vida rural, como así también garantizar la sustentabilidad de los recursos naturales.
Ovino Si bien para un mejor ordenamiento las líneas de acción se dividen en carne y lana, los sistemas ovinos de la Patagonia deben obligadamente conjugar ambas producciones. Dependiendo del ambiente, los sistemas podrán estar más volcados a una u otra producción. Desarrollar un programa, que establezca las políticas de incentivo para la producción. El Programa debiera apuntar a: En carne - Incrementar la eficiencia en la producción primaria, a través de la intensificación y estabilización de los sistemas mediante la mejora y el aumento de la oferta forrajera, en
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un marco de sustentabilidad, que permita aumentar sustancialmente los índices productivos y la tasa de extracción de las majadas. Difundir alternativas de producción que permita desestacionalizar la oferta, como por ejemplo la producción de corderos pesados o los engordes. Incentivar el aumento del consumo de carne ovina, a nivel nacional, a través de campañas comerciales de promoción, difusión y detección de nichos de mercado. Promocionar la adecuación de la oferta a las necesidades del mercado, con nueva presentación de los distintos cortes, troceado y envasado. Readecuar la logística, para el abastecimiento del mercado interno (ejemplo: cámaras de frío, transportes, etc). Incrementar el agregado de valor en origen de la carne ovina, a través de la terminación local de hacienda para faena mediante sistemas de engorde a pastoreo o corral. Propiciar la integración de la cadena de valor y el asociativismo del sector. Potenciar y consolidar la Indicación Geográfica Cordero Patagónico (IGCoP) como modo de diferenciación y agregado de valor al producto. Reposicionar la carne ovina en los mercados internacionales e identificar nuevos mercados. Incentivar la complementariedad de las áreas con distinto potencial (secano-valle) que permita una mayor especialización e intensificación de los sistemas. Difundir y capacitar las tecnologías apropiadas para incrementar los índices productivos, bajo sistemas sustentables. Consolidar el sistema de informe de precios de carne y ganado de la Patagonia, asegurando la debida periodicidad. En lana Propiciar acciones que agreguen valor industrial, a través del desarrollo de nuevos productos. Consolidar el Programa PROLANA en la región incorporando nuevos productores y generando nuevas acciones o programas regionales que aseguren y diferencien la calidad de las lanas regionales (Ej. bajo riesgo de contaminación en lanas finas, reducción de los coeficientes de variación del diámetro, etc). Propiciar desde el PROLANA la profesionalización de la mano de obra en la esquila y nuevas modalidades de prestación de servicios de esquila. Masificar los programas de mejora genética. Mantener y adecuar sistema de precios y mercados de la lana (SIPyM) a nuevas demandas del mercado nacional e internacional. Propiciar nuevas modalidades de venta a través de la organización de productores, el asociativismo y la articulación de la cadena de valor. Propiciar el uso de nuevas mediciones objetivas certificadas en lotes comerciales de lana que tiendan al aseguramiento de la calidad y la diferenciación de lanas regionales.
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Bovino Desarrollar un programa integral de producción de carne bovina que mediante la utilización de políticas de promoción y apoyo a las distintas etapas de la producción que apunte al abastecimiento local de carne basado en: - Mejorar la eficiencia en la producción primaria, a través del servicio estacionado y el ordenamiento general de los rodeos, el desarrollo de infraestructura productiva y la intensificación de las distintas etapas, tendientes a la estabilización de los sistemas. - Aumentar y mejorar la base forrajera mediante riego, fertilización y manejo de pasturas, mallines y conservación de excedentes. - Promover la producción de granos y silajes que reemplacen los alimentos de origen extraregional y disminuyan la dependencia de ellos, bajando las implicancias de los fletes. - Mejorar los aspectos sanitarios de los rodeos de cría para aumentar la producción de terneros masificando técnicas como el ordenamiento del rodeo y la revisación de toros, entre otras. - Dar continuidad a los programas provinciales y de las asociaciones de las razas, para la mejora genética mediante la incorporación de toros mejoradores y la selección de hembras, especialmente en pequeños y medianos productores. - Promover mediante incentivos crediticios la integración local o regional de los distintos eslabones de la producción para aumentar la terminación local de terneros para mejorar el abastecimiento local con la generación de agregado de valor y trabajo consiguiente. - Difundir y capacitar a los distintos integrantes de la cadena vacuna, sobre las tecnologías apropiadas y el impacto que generan en los distintos eslabones. - Promover el aumento en los pesos de faena para aumentar la producción, ante la escasa posibilidad de aumentar las existencias en el corto plazo. - Incrementar la rentabilidad de los establecimientos mediante la capacitación, la transferencia de tecnología, la oferta de crédito y el incentivo a la producción.
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Documento elaborado por: Roberto Iglesias, Alan Schorr, Martín Villa, Alejandro Vozzi y técnicos de la EEA Chubut, EEAf Esquel y EEA Santa Cruz. Centro Regional Patagonia Sur Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
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