Social routine formulas in the class of Spanish as a Foreign Language (SFL)

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Lenguas Modernas 36 (Segundo Semestre 2010), 65 - 84 Universidad de Chile

Las fórmulas rutinarias sociales en la clase de español como Lengua Extranjera (ELE) Leyre Martín Aizpuru

Universidad de Salamanca, España



Resumen: En este trabajo se presenta una descripción teórica de las fórmulas rutinarias sociales y una guía didáctica para los docentes de ELE con el fin de que las trabajen en un curso de español como lengua extranjera. Esta guía está compuesta por una nivelación de dichas fórmulas según el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas y una descripción de una posible manera de presentarlas en el aula. La elección de este subtipo de unidades fraseológicas viene determinada, en primer lugar, por el carácter obligatorio que presentan en la conversación diaria y en segundo lugar, porque hasta el momento estas fórmulas han estado desatendidas en el proceso de enseñanza-aprendizaje del español como lengua extranjera.

 

Palabras clave: competencia comunicativa, ELE, fórmulas rutinarias sociales, capacidad interactiva.   Social routine formulas in the class of Spanish as a Foreign Language (SFL)   Abstract: This paper presents a theoretical description of social routine formulas and a didactic guide to be used in the classroom by teachers of Spanish as a foreign language. This guide is made up of one leveling of these formulas according to the Common European Framework of Reference for Languages and it includes a description of a possible way of presenting them when teaching. The choice of this subtype of phraseological units is on, the one hand, determined by the binding force that they present in daily conversations and, on the other hand, by the neglect of these formulas in the teaching-learning process of Spanish as a foreign language.

 

Key words: communicative competence, Spanish as a foreign language, social routine formulas, interactive capability.



Recibido: agosto de 2010

Aceptado: noviembre de 2010.



Para correspondencia, dirigirse al correo electrónico:

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“Interaction in everyday life loves ritual, convention, and routine” Coulmas

Presentación La incorporación de la fraseología a las clases de español como lengua extranjera (ELE, a partir de ahora) ha venido, en parte, de la mano del método comunicativo que, en palabras de Ruiz Gurillo (2000: 262), “deja de lado el aprendizaje memorístico de palabras y expresiones y pretende alcanzar la competencia comunicativa de los alumnos a través de la integración contextual de todos los aspectos lingüísticos”. Por lo tanto, en las clases de lenguas extranjeras, además del componente gramatical, se comienza a prestar atención a otro tipo de competencias o capacidades, como, por ejemplo, la capacidad interactiva, necesaria para que se produzca una verdadera comunicación entre los hablantes. Con respecto a este último aspecto, hay un subtipo de unidades fraseológicas (UF), muy empleadas por los hablantes nativos en la conversación diaria: las fórmulas rutinarias1. Nos referimos a fórmulas como, por ejemplo: “¿cómo andamos?” (para saludar), “¡felices pascuas!” (para felicitar en la Navidad), “¡a su salud!” (para brindar), etc. La alta frecuencia de uso de estas fórmulas nos hace pensar que los estudiantes de ELE las tienen que conocer y dominar con el fin de mejorar su capacidad de interacción en los procesos comunicativos. Por ende, en este trabajo vamos a realizar una propuesta didáctica para la enseñanza de estas fórmulas rutinarias, más concretamente, las fórmulas rutinarias sociales -que describimos en el primer apartado. Nuestros objetivos son dos: en primer lugar, comprobar la presencia de las fórmulas rutinarias sociales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de ELE, para lo cual hemos analizado tres manuales de reciente publicación y cuyo análisis presentaremos más adelante; en segundo lugar, ofrecer a los docentes de ELE una guía didáctica en la que se muestre el mayor número de fórmulas rutinarias sociales empleadas en cuatro funciones poco trabajadas en dichos manuales: agradecer, responder a un agradecimiento, disculparse y responder a una disculpa. Esta guía docente consta de dos partes: una descripción del funcionamiento de cada una de las fórmulas rutinarias sociales dentro de las funciones comunicativas seleccionadas, en la que especificamos el nivel de uso, rasgos pragmáticos, equivalente en lengua inglesa, etc., y una propuesta didáctica de cómo trabajarlas en el aula. Presentar la traducción de estas fórmulas rutinarias es de utilidad tanto para el alumno como para el profesor, dado que este último puede recurrir a ella para plantear actividades y a la hora de dar una explicación, aunque, en nuestra opinión, este recurso tiene que darse de forma aislada. Además, no podemos olvidar que un número muy elevado de estudiantes de ELE tienen como lengua materna el inglés y aquellos que no la poseen, por lo general,



1

Siguiendo la terminología y clasificación de Corpas Pastor (1997).

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tienen conocimientos de dicha lengua. Para la traducción al inglés de las fórmulas rutinarias de nuestro trabajo hemos consultado el Collins Spanish Dictionary. Este trabajo es eminentemente práctico, dado que, como hemos comprobado en el repaso de la principal bibliografía, el interés de los estudios sobre fraseología ha estado centrado, casi siempre, en la construcción de un marco teórico y se ha dejado de lado algo fundamental: qué unidades fraseológicas hay que enseñar en cada nivel de referencia. La carencia de estudios que señalen el nivel en el que hay que presentar cada unidad fraseológica fue señalada por Penadés Martínez (1999: 23) como una de las causas por la que el profesor de ELE tiene dificultades a la hora de trabajar dichas unidades en la clase de idiomas. Por lo tanto, este trabajo no va a revelar nada nuevo a los especialistas de la fraseología, sino todo lo contrario: en él nos valemos de sus teorías con el fin de preparar una propuesta didáctica dirigida a los profesores de ELE.

1. Introducción teórica 1.1. La fraseología El interés por el estudio de la fraseología ha aumentado de forma notable en los últimos años, por un lado, debido al interés de los lexicógrafos por resolver los problemas a la hora de confeccionar la microestructura de los diccionarios y, por otro, gracias a la incorporación de la lengua oral a los estudios de la lingüística. Tres son los tipos de trabajos realizados en esta área: en primer lugar, y de forma mayoritaria, estudios teóricos centrados en definir y clasificar el objeto de estudio que, tradicionalmente, se ha denominado fraseología2; en segundo lugar, estudios teórico-prácticos que resaltan la necesidad de enseñar fraseología en las clases de ELE3; en tercer lugar y, en menor medida, trabajos prácticos en los que se reflexiona sobre la forma de llevar ese contenido al aula y se proponen actividades para trabajar las unidades fraseológicas4. La fraseología es una rama de la lexicología encargada de estudiar las unidades fraseológicas entendidas como “combinaciones de palabras5 que muestran un alto grado de fijación en su forma y en su significado” (Penadés Martínez 1999: 11);

2 En los últimos quince años, dentro de la lingüística española, se han publicado una serie de trabajos de carácter teórico que pretenden aclarar el tema de la fraseología. Destacamos los siguiente: Corpas Pastor 1997; Ruiz Gurillo 2000 y Penadés Martínez 1999. 3 La mayoría de estos trabajos están publicados en las actas de congresos (principalmente celebrados por la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, ASELE), en revistas como Frecuencia L y Cuadernos Cervantes, y ya empiezan a presentarse memorias de máster sobre este tema (en RedELE podemos encontrar alguna muestra de ello). 4 En esta línea señalamos las obras de Domínguez González (1988) y de Beltrán y Yáñez Tortorsa (1996). 5 Según Penadés Martínez (1999: 14): solo existe una excepción a la caracterización de las unidades fraseológicas como combinación de palabras: las fórmulas de saludo del tipo hola y adiós, pues, como puede observarse, están constituidas por una sola palabra; la falta del rasgo de combinación de palabras no impide, sin embargo, que sean consideradas también unidades fraseológicas. Esta excepción nos será útil en este trabajo, ya que nos encontramos, para la función agradecer, con una fórmula constituida por un solo sustantivo: “gracias”.

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en otras palabras, esta ciencia analiza una serie de secuencias que quedan fuera del alcance del estudio de la gramática. Siguiendo la tendencia mayoritaria en la actualidad, hemos optado por la denominación de unidad fraseológica (UF), porque, tal como señala Corpas Pastor (1997: 18), este término genérico, que va ganando cada vez más adeptos en la fi lología española, goza de una gran aceptación en la Europa continental, la antigua URSS y demás países del Este, que son, precisamente, los lugares donde más se ha investigado sobre los sistemas fraseológicos de las lenguas6.

Estas unidades se caracterizan, en palabras de Corpas Pastor (1997: 20), por su alta frecuencia de uso, y de coaparición de sus elementos integrantes; por su institucionalización, entendida en términos de fi jación y especialización semántica; por su idiomaticidad y variación potenciales; así como por el grado en el cual se dan todos estos aspectos en los distintos tipos (la cursiva es mía).

Pero no todas estas unidades tienen los mismos rasgos: hay tipos diferentes. Nosotros hemos adoptado la clasifi cación realizada por la citada investigadora (1997: 270-271). Imagen 1: Clasifi cación de los tipos de UF realizada por Corpas Pastor

Hay que señalar que el primer y segundo grupo también se subdividen en otras categorías menores, pero en este trabajo nos vamos a centrar en un subtipo del tercer grupo de la clasifi cación de Corpas Pastor, los enunciados fraseológicos, defi nidos como “enunciados completos en sí mismos, que se caracterizan por constituir actos de habla y por presentar fi jación interna y externa” (1997: 132). Dentro de este, encontramos dos subtipos: las paremias y las fórmulas rutinarias. Dos son los aspectos que las diferencian: en primer lugar, las paremias tienen un signifi cado referencial, mientras que las fórmulas rutinarias poseen un signifi cado de tipo social, expresivo o

6 En la escuela de fi lología hispánica, esta estructura se ha denominado de formas diferentes: “expresión pluriverbal”, “expresión fi ja”, “unidad fraseológica”, “fraseologismo”, etc.

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discursivo. En segundo lugar, las paremias tienen una autonomía textual y las fórmulas rutinarias vienen determinadas por una situación comunicativa. A continuación, pasamos a describir la naturaleza de las fórmulas rutinarias. 1.2. Las fórmulas rutinarias 7 1.2.1. Definición Las fórmulas rutinarias son unidades prefabricadas y fijas del habla8 y cuyo uso es reiterado. Suelen presentarse como oraciones exclamativas, imperativas o interrogativas, y son empleadas por los hablantes dependiendo de sus necesidades comunicativas con el fin de llevar a cabo la interacción social. Tal como afirma Corpas Pastor (1997: 171), cumplen funciones específicas en situaciones predecibles, rutinarias y ritualizadas, dado que las fórmulas rutinarias constituyen una especie de gramática social o de etiqueta lingüística, un subsistema de interacción, que viene motivado por el deseo de funcionamiento coherente, económico y fluido del discurso, basado en una norma aceptada por la comunidad hablante (Corpas Pastor 1997: 173-174).

1.2.2. Principales rasgos de las fórmulas rutinarias a. Características formales Estas estructuras son polifuncionales, dado que una misma fórmula puede ser exponente lingüístico de varias funciones comunicativas9. Asimismo, una función puede representarse mediante diferentes fórmulas rutinarias, por lo que en estos casos habrá que observar otros elementos extralingüísticos: entonación, gestos, etc. Al igual que la mayoría de las UF, las fórmulas rutinarias presentan una petrificación formal y fónica, lo que provoca que a veces transgredan las reglas actuales del sistema. b. Características semánticas La mayoría de las fórmulas rutinarias presentan un desgaste del significado originario y una especialización pragmática, por lo que su significado es el de la función comunicativa que desempeñan. De ahí que, como señala Penadés Martínez (2001), podamos agrupar las fórmulas rutinarias por funciones comunicativas. c. La connotación Una gran parte de las fórmulas rutinarias pertenece a un registro estándar de la comunicación, aunque también nos encontramos con fórmulas de uso coloquial-

7 No ha habido acuerdo en cuanto a la denominación de estas unidades, por lo que en la bibliografía de estudios sobre fraseología encontramos las siguientes: “timos”, según Casares; “fórmulas de la vida social”, según Haensch et al.; “fórmulas estereotipadas”, de Beinhauer. 8 Algunas de estas aparecen también en textos escritos bien porque reproducen el contexto de habla o bien porque su uso está restringido a la lengua escrita. Sería interesante analizar, en futuros trabajos, en qué tipología textual y cuáles de estas fórmulas rutinarias aparecen. 9 En nuestro corpus, la fórmula “no hay de qué” puede ser empleada como respuesta a un agradecimiento y como respuesta a una disculpa.

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familiar y de uso formal. Por otra parte, tal como ocurre con otros elementos de la lengua, encontramos en estas fórmulas variantes geográfico-sociales. En menor medida, a diferencia de las locuciones o paremias, estas fórmulas hacen referencia a hechos culturales e históricos, pero siempre reflejan la cultura que ha determinado su aparición, lo que origina que con el paso del tiempo algunas fórmulas caigan en desuso y hoy ya no se diga “buenos días nos dé Dios” cuando saludamos a una persona. Un gran número de las fórmulas rutinarias presentan connotaciones expresivas. De hecho este aspecto es tan importante que uno de los tres grupos, como veremos a continuación, está compuesto por fórmulas expresivas. 1.2.3. Clasificación Se han hecho muchas clasificaciones de las fórmulas rutinarias partiendo de enfoques diversos (semánticos, formales, etc.). En nuestro caso, vamos a seguir el realizado por Pilar Yagüe (2002), porque a nosotros, al igual que a ella, nos interesa saber cuál es el uso de estas fórmulas y cuándo se utilizan. En consecuencia, distinguimos los siguientes tres grupos: 1. Fórmulas rutinarias discursivas: sirven para dirigir y organizar el discurso: “bueno”, “y tal”, “y eso”. 2. Fórmulas rutinarias sociales o de cortesía: se emplean en situaciones prototípicas como saludar, dar las gracias, disculparse, etc., independientemente del estado de ánimo del individuo: “de nada”, “lo lamento”, “no tiene importancia”. 3. Fórmulas rutinarias expresivas: sirven para expresar sentimientos y la disposición del hablante (por ejemplo, expresiones de enfado, sorpresa, rechazo, etc.): “¡Por fin!”, “por supuesto”. Según Corpas Pastor (1997: 175), las fórmulas del segundo grupo “son quizá las que mayor grado de obligatoriedad presentan, pues su uso forma parte del protocolo de una sociedad”. Por esta razón, en este trabajo nos centramos en ellas. Corpas Pastor (1997: 270-271) incluye las fórmulas rutinarias sociales y expresivas en un mismo grupo –al que denomina fórmulas psicosociales– porque sostiene que, debido al carácter multifuncional de estas, es difícil establecer una clara división entre ambas. A pesar de que compartimos esta opinión, para este trabajo, por razones didácticas, vamos a considerar que forman dos grupos independientes. Yagüe (2002: 35), en su estudio, siguiendo a Coulmas, distingue dos subtipos: fórmulas empleadas en situaciones ritualizadas, muy prototípicas y de carácter obligatorio, y las fórmulas empleadas en situaciones semi-ritualizadas, es decir, de carácter cotidiano, pero cuyo funcionamiento no es tan obligado ni rígido como la primera. Nosotros mantenemos esta división e incluimos, en cada uno de los grupos, las funciones comunicativas, extraídas del apartado Relacionarse socialmente (Plan Curricular del Instituto Cervantes, a partir de ahora PCIC) y que tiene que ver con “las relaciones sociales y de cortesía más formulaica y convencional” (PCIC, nivel A1-A2: 2007: 208).

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Imagen 2: Funciones comunicativas en las que empleamos fórmulas rutinarias sociales

1.2.4. Por qué hay que enseñar fórmulas rutinarias sociales en la clase de ELE Cuatro son las razones que hemos encontrado para introducir las fórmulas rutinarias sociales en el aula de ELE. En primer lugar, tal como hemos señalado anteriormente, las fórmulas rutinarias –y esta razón es válida para todas las clases de UF– son estructuras que no se pueden estudiar desde la gramática, de modo que tienen que recibir una atención especial en la clase de ELE. En segundo lugar –y a partir de este rasgo ya nos referimos de forma específi ca a las fórmulas rutinarias sociales– estas expresiones son necesarias “porque corresponden a determinadas necesidades que un hablante puede tener en ciertas situaciones” (Forment Fernández 1997: 364). En tercer lugar, tal como dice Corpas Pastor (1997: 173), facilitan el rápido procesamiento del lenguaje “de forma que los hablantes pueden dedicar más tiempo a planifi car unidades del discurso más largas y a cuidar los aspectos sociales de la comunicación”. En cuarto y último lugar, al tratarse de formas de comportamiento aceptadas por una comunidad concreta que refl ejan unos valores socioculturales, su uso facilita el conocimiento del componente socio-cultural de la comunidad en la que se emplean. Una vez que hemos demostrado la necesidad de enseñar estas fórmulas en una clase de ELE, nuestra siguiente refl exión gira en torno al nivel en el que debemos introducirlas. En los últimos trabajos sobre la enseñanza de fórmulas rutinarias en ELE, las autoras de dichos trabajos, Penadés Martínez (2001) y Alvarado Ortega (2005), sostienen que estas fórmulas hay que introducirlas desde el inicio del proceso

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de enseñanza-aprendizaje. Compartimos esta opinión y, además, comprobamos que en el PCIC se sigue este mismo planteamiento, dado que desde el nivel A1 se especifica que los aprendices, considerados unos agentes sociales y como tal participantes de interacciones sociales, tienen que disponer de recursos lingüísticos y no lingüísticos rudimentarios que les permiten presentarse y utilizar saludos y expresiones de despedida básicos, interesarse por el estado de sus interlocutores y reaccionar ante noticias (PCIC, nivel A1-A2, 2007: 81) (la cursiva es mía).

2. Propuesta práctica En los últimos años se ha llevado a cabo una serie de trabajos sobre la enseñanza de las fórmulas rutinarias. Los trabajos de Alvarado Ortega (2005, 2008) se centran en el estudio teórico y puesta en práctica de las fórmulas rutinarias discursivas y expresivas, mientras que Yagüe (2002) realiza un inventario de todas las fórmulas rutinarias. El único trabajo sobre las fórmulas rutinarias sociales es el de Penadés Martínez (2001), quien se centra en las fórmulas rutinarias ritualizadas, de saludo y de despedida (2001: 93-94). Para su corpus, la mencionada autora realiza un vaciado del Diccionario fraseológico del español moderno, de Varela y Kubarth, dado que tal como señala, las fórmulas rutinarias tienen una presencia importante en dicho diccionario, ocupando un 10% de todas las unidades fraseológicas incluidas en esta obra lexicográfica. Por lo tanto, como estas fórmulas ya están trabajadas por Penadés Martínez (2001) y tienen una buena presencia en los manuales analizados, para este trabajo nos hemos centrado en las funciones comunicativas semi-ritualizadas. A continuación presentamos un resumen de los resultados obtenidos en el análisis de los tres manuales de ELE: Sueña (A1-C1), de la editorial Anaya, Prisma (A1-C1), de la editorial Edinumen, y Redes (Inicial-Avanzado), de la editorial SM. 2.1. Resultados del análisis de manuales En los tres manuales analizados, de las ocho funciones comunicativas ritualizadas, presentadas en el PCIC, seis son presentadas en los niveles iniciales (A1-A2). Las dos funciones que no se trabajan son: preguntar por la necesidad de ser presentado y solicitar ser presentado. En cuanto a las fórmulas rutinarias ofrecidas en dichos manuales hemos observado que en todos ellos se presentan prácticamente las mismas. En cuanto a la información de uso proporcionada por los manuales, el manual más completo, en este sentido, es Prisma, en los niveles A1 y A2. Por lo tanto, en nuestra opinión, en estos tres manuales faltaría una presentación de un mayor número de fórmulas rutinarias (en niveles intermedios y superiores), así como la práctica de las dos funciones anteriormente mencionadas. Sería interesante que el profesor manejara el material anteriormente citado de Penadés Martínez (2001) en el que el repertorio de fórmulas rutinarias es más amplio que el ofrecido en los manuales analizados.

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En cuanto a la presentación de las funciones comunicativas del segundo grupo, las fórmulas semi-ritualizadas, encontramos que, de nuevo, el mejor manual, por número de funciones comunicativas y por la enseñanza explícita de las fórmulas rutinarias, es Prisma (A2- B1). En estos dos niveles se presentan prácticamente todas las funciones, salvo dar el pésame y proponer un brindis –ausentes en los otros dos manuales, pero que al no ser dos funciones muy habituales tampoco consideramos que sea necesario que las indiquen– y, además, muestran, para cada una de ellas, un amplio abanico de fórmulas rutinarias (ver Tablas más adelante). Sueña 1 presenta también fórmulas rutinarias, pero solo para las funciones de felicitar y formular buenos deseos. En el caso de Redes 2 y 3 prima el contenido gramatical, por lo que en la presentación de la función formular buenos deseos se aprovecha para trabajar estructuras gramaticales: el condicional y las oraciones subordinadas sustantivas. Con este análisis hemos comprobado que las fórmulas rutinarias sociales no tienen mucha presencia en los manuales de ELE, lo que nos hace pensar que, en la clase, el profesor tampoco les dedica un espacio suficiente de tiempo. Por otra parte, nos ha sorprendido que, una vez presentadas las fórmulas rutinarias básicas y más utilizadas por los hablantes en la interacción oral, los manuales no vuelven a mencionarlas. Como consecuencia, los alumnos que sigan estos manuales no llegarán a dominar nunca los exponentes de habla cotidiana de mayor nivel o de otros reSiendo esta la situación, vamos a trabajar las funciones agradecer, responder a un agradecimiento, disculparse y responder a una disculpa, dado que, a pesar de estar bien presentadas en Prisma B1, creemos que sería conveniente que el aprendiz de español manejara no solo un mayor número de fórmulas rutinarias, sino también un tipo de fórmula rutinaria más complejo, cuyo uso denotara un mayor dominio del idioma. El conocimiento de las fórmulas rutinarias sociales empleadas en estas dos funciones conlleva, además, el conocimiento de los códigos de comportamiento socio-cultural. 2.2. Enseñanza de las fórmulas rutinarias sociales en ELE 2.2.1. Elaboración del corpus El corpus de fórmulas rutinarias lo hemos extraído del vaciado de dos diccionarios de fraseología: el Diccionario fraseológico del español moderno, de Varela (citado como DFEM), y el Diccionario fraseológico documentado del español actual, de Seco (citado como DFDEA), y de dos repertorios de referencia en la enseñanza de ELE: el Repertorio de funciones comunicativas de Gelabert y el Plan Curricular. En el vaciado de las dos obras lexicográficas nos hemos encontrado con una serie de dificultades, dado que la marcación de estas unidades en estas no es la misma. A continuación explicamos cómo hemos solucionado dichas dificultades. Según el prólogo del DFDEA, en este diccionario hay recogidas 16 000 UF que reflejan el uso contemporáneo del español de España. Seco hace la siguiente distinción en cuanto a tipos de UF: locuciones en sentido estricto, locuciones en sentido amplio, fórmulas oracionales y fórmulas expletivas. Estas dos últimas son las

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que nos interesan ya que son las que equivalen a las fórmulas sobre las que estamos trabajando. En palabras de Seco, las fórmulas oracionales son “enunciados de forma fija y sentido peculiar que –a diferencia de las locuciones– no están integrados dentro de una oración, sino que funcionan como oraciones por sí mismas” (2004: XVII) y las fórmulas expletivas, propias de la lengua hablada, bien funcionan como fórmulas de relleno, bien como refuerzo enfático. En ambos casos, nosotros las consideramos fórmulas rutinarias. En el DFEM encontramos, tal como se ha señalado más arriba, un total de 60 000 UF entre las que se distinguen locuciones, complejos fraseológicos con casillas vacías y expresiones. Esta última categoría es la equivalente a lo que nosotros hemos denominado fórmulas rutinarias, ya que “contribuyen al buen funcionamiento de la comunicación o facilitan la interacción social” (Varela y Kubarth 1994: XI). En este trabajo nos vamos a centrar en la norma de España. Esta restricción es puramente metodológica: en primer lugar, por las fuentes que hemos empleado para la elaboración del corpus y, en segundo lugar, porque recopilar las fórmulas rutinarias sociales de cada uno de los países hispanoamericanos es una labor que escapa de nuestras posibilidades. Por lo tanto, por rigor científico, antes de introducir fórmulas aisladas de otras normas del español, hemos decidido no incluir ninguna. Por otro lado, a pesar de la modernidad de estas obras lexicográficas10, sería interesante, para futuros trabajos, analizar el grado de adecuación de estas fórmulas al español actual, por medio de encuestas de tipo sociolingüístico. A continuación, una vez descrito el proceso de constitución del corpus de fórmulas rutinarias sociales para este trabajo, vamos a centrarnos en la descripción de las dos funciones comunicativas seleccionadas, así como en el funcionamiento de las fórmulas rutinarias que en ellas emplean los hablantes, y que queremos que nuestros alumnos conozcan y manejen. 2.2.2. Fórmulas rutinarias para agradecer y responder a un agradecimiento Hemos agrupado en un solo apartado dos funciones estrechamente relacionadas, dado que la segunda no se suele dar –a excepción de situaciones muy concretas cargadas de un componente de ironía muy fuerte– si no se ha expresado la primera. Los hablantes utilizan la función comunicativa agradecer, cuando quieren expresar su gratitud al interlocutor, es decir, quieren dar las gracias ante un hecho ocurrido anteriormente. Las situaciones más frecuentes en las que un estudiante de ELE va a tener la necesidad de agradecer: tras recibir una ayuda, tras recibir un regalo o un cumplido de un conocido o amigo. En estos casos el aprendiz de ELE va a tener que recurrir a fórmulas como las siguientes:

10 La obra lexicográfica de Seco es de 2004 y tiene como corpus para sus entradas, textos publicados entre 1955 y 2004.

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I.

Fórmulas que se construyen sobre la base del sustantivo gracias:



o “Muchas (muchísimas) gracias”. Esta es la fórmula neutra, adecuada para todos los contextos y todos los interlocutores. o “Mil gracias”, “gracias mil”. Los interlocutores que suelen emplear esta fórmula son jóvenes. o “Un millón de gracias”. o “Gracias, pero que muchas gracias”, “muchas gracias, de verdad”. o “Gracias por todo” 11.



Todas estas fórmulas, salvo la primera, tienen un aspecto enfático y la gradación de los intensificadores que le acompañan, depende, en gran parte, de la cercanía existente entre los interlocutores –cuanto más cercanos sean los interlocutores mayor suele ser el mecanismo de énfasis– o bien, de la necesidad de agradecer por parte del emisor. II. Fórmulas que invocan a la deidad: el uso de estas fórmulas está muy restringido a ciertos grupos de gente mayor.

o “(Que) Dios le/te bendiga”. o “(Que) Dios se/te lo pague”, “Dios se lo pagará” 12. o “Gracias a Dios”, “a Dios gracias”13. Estas dos fórmulas llevan implícita una satisfacción del emisor que las fórmulas del primer tipo no lleva: “expresa satisfacción porque ha ocurrido algo que se deseaba” (DFDEA), “expresión o exclamación de alivio” (DFEM).

III. Fórmulas más corteses que las del primer tipo y que son empleadas en contextos más elevados o entre interlocutores que apenas tienen relación entre ellos y quieren mantener esa distancia comunicativa.

o “Te/se lo agradezco”, “(le/te estoy) muy agradecido”14. o “Muy amable” y su variante más formal, “es usted muy amable”15.

IV: “Te debo una”. Expresión coloquial, empleada entre interlocutores conocidos entre los que hay cierta confianza. La réplica a este acto comunicativo la constituye la función responder a un agradecimiento, cuya principal misión es minimizar el agradecimiento anterior, es decir, señalar que el emisor considera innecesario que le hayan dado las gracias. Aun

11 Todas estas fórmulas son empleadas para expresar agradecimiento (DFDEA) y sus equivalentes en inglés son: “thank you”, “thanks” (coloquial), “thank you very much”, “many thanks”, “thanks a lot” (coloquial). 12 Su equivalente en inglés y también para la formula “(que) Dios le/te bendiga” es: “Thank God/ heaven(s)”. 13 El equivalente en inglés para estas dos fórmulas: “God bless you”. 14 En ingles: “many thanks”, “I´m very grateful, I appreciate it”. 15 Estas dos fórmulas en inglés equivalen a: “thanks very much”, “that´s very kind”, “that´s very kind of you”.

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así, tal como señala Yagüe (2002: 39), las fórmulas empleadas suelen estar cargadas de un alto componente de insinceridad y, en la mayoría de las ocasiones, solo son empleadas por motivos de cortesía. Nos podemos encontrar con las siguientes fórmulas rutinarias: I. “De nada”16. Esta fórmula “se emplea para responder a quien da las gracias” (DFEM). Cada vez más, en las respuestas rápidas, los hablantes prefieren responder con “nada” o “nada, nada”. II. “No hay de qué”, “no hay por qué darlas” 17. Estas fórmulas son empleadas para minimizar el agradecimiento realizado por el interlocutor. III. “¡No faltaba/faltaría más!”. Según el DFDEA, esta fórmula “se usa para rechazar enfáticamente cualquier duda sobre lo que se acaba de decir”. El DFEM lo marca como fórmula coloquial. Además de minimizar el agradecimiento, el hablante expresa la necesidad que ha sentido a la hora de hacer la acción que ha recibido el agradecimiento. IV. “No tiene importancia”18. V. “No será para tanto”19. Esta fórmula es definida por el DFDEA como una expresión que indica que “el comentario o la reacción del interlocutor se consideran excesivos”. Como ya hemos visto anteriormente, este tipo de fórmulas están cargadas de un alto componente de insinceridad y su única función es mantener las pautas de la interacción establecidas en la comunidad hablante. VI. “No se merecen”. Según Gelabert (1996: 49), esta expresión es una forma muy humilde “de contestar al agradecimiento del interlocutor, puesto que se deja clara una actitud de servicio. Muy parecida es: para eso estamos. Hay quien puede considerarla un poco humillante para el que la pronuncia”. VII. “A mandar”20. Esta fórmula “se usa para indicar que, al menos cortésmente, se admite la autoridad del otro interlocutor, especialmente como respuesta a otra fórmula de gratitud o como despedida” (DFDEA). Esta fórmula tiene un uso restringido, dado que se suele utilizar en situaciones muy coloquiales o entre interlocutores con diferente rango social, por ejemplo, un empleado a su jefe.

16 En inglés, esta fórmula tiene los siguientes equivalentes: “you´re welcome”, “it´s a pleasure”, “don´t mention it”, que son equivalentes también de las fórmulas “no hay de qué” y “no faltaba/faltaría más”. Este es uno de los casos que habría que trabajar en la clase de ELE con estudiantes anglohablantes, dado que en español hay varias fórmulas para una sola en inglés. 17 “No hay de qué”, “¡no faltaba/faltaría más!” y “no hay por qué darlas”, en inglés: “Don´t mention it”. 18 En inglés: “It´s not important”. Esta misma forma es la empleada para responder a una disculpa. 19 En el Collins Spanish Dictionary solo se recoge la expresión “no es para tanto”, con el sentido de `al quejarse´ “it´s not as bad as all that”, y al `enfadarse´, “there´s no need to get like that about it”. 20 En inglés: “I´m at your service”.

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VIII. “Para eso estamos”21. Mediante esta fórmula, el hablante acepta el agradecimiento recibido, a la vez que se compromete (por lo menos de palabra) a ayudar en ocasiones venideras a su interlocutor. Además de mostrar las fórmulas empleadas en estos actos comunicativos, el profesor puede enseñar a los alumnos algunas características del comportamiento sociocultural de los hablantes de español –de la Península, porque no sabemos si este comportamiento es válido para todos los hispanohablantes– cuando agradecen y responden al agradecimiento, con el fin de evitar choques culturales. De Pablos Ortega (2005) señala, tomando como referencia un estudio de Henk Haverkate (1994)22, que los españoles adoptan una actitud esencialmente racional ante el acto de habla expresivo de agradecimiento, inclinándose a ahorrar energía verbal, mientras que, en otras culturas, como la anglosajona, se tiende a acentuar el aspecto social de la interacción, prefiriendo mostrar cortesía positiva en estas situaciones (De Pablos Ortega 2005: 515).

Para la nivelación de las fórmulas rutinarias propuestas hemos seguido la información proporcionada por el Plan Curricular y el Repertorio de funciones comunicativas. En las siguientes tablas mostramos la nivelación para las dos funciones presentadas anteriormente Tabla 1: Nivelación de las fórmulas que expresan agradecimiento2324 Nivelación Inicial Intermedio Gracias Mil gracias23 Muchas/muchísimas gracias Gracias mil Un millón de gracias Muchas gracias, de verdad Gracias, pero que muchas gracias3 Te lo agradezco Es (usted) muy amable Te debo una

Superior (que) Dios le/te bendiga24 (que) Dios se/te lo pague Dios se lo pagará Gracias a Dios A Dios gracias

21 En inglés: “Don’t mention it”. Se anota una variante marcada en el diccionario “entre amigos”: “That´s what friends are for”. 22 No hemos tenido acceso a este artículo de Henk Haverkate, por lo que la cita la tomamos del trabajo de De Pablos Ortega (2005). 23 A pesar de que en el PCIC estas fórmulas se introducen en el nivel C1, consideramos que un alumno de nivel B2 ya tiene que dominar las expresiones “mil gracias”, “gracias mil” y “un millón de gracias”, porque en la conversación cotidiana es mucho más frecuente escuchar estas expresiones que solo “gracias”. A pesar de esto, creemos que tampoco se le pueden enseñar en los niveles iniciales, dado que todavía no están capacitados para entender el valor enfático de estas fórmulas. 24 Consideramos que al ser fórmulas tan restringidas a un estrato sociocultural, no es hasta el nivel C1 cuando las tenemos que presentar en una clase de ELE.

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Tabla 2: Nivelación de las fórmulas que son respuesta a un agradecimiento Inicial De nada4

Nivelación Intermedio No hay de qué5 No será para tanto No faltaría/faltaba más No tiene importancia No hay por qué darlas De nada, hombre A mandar

Superior No se merecen Con mucho gusto Para eso estamos

2.2.3. Fórmulas rutinarias para disculparse y responder a una disculpa El objetivo de este acto comunicativo es “reparar las ofensas realizadas al interlocutor” y “restablecer las relaciones con el interlocutor, relaciones que se han roto por la conducta del hablante, y conseguir el perdón del oyente” (Solís Casco 2005: 609). Este acto está muy ritualizado y, al igual que en el caso de agradecer, cada comunidad de habla tiene establecidas reglas de funcionamiento, porque no en todas las culturas se consideran como ofensas los mismos actos. Podemos distinguir dos tipos de situaciones en las que es necesario recurrir a la disculpa: 1. El hablante A ha realizado una acción (de tipo físico o psíquico) que ha molestado al hablante B –generalmente una persona con la que tiene cierta relación. Ante esta situación, el hablante A se disculpa, explica el porqué de la acción hiriente y pide perdón. El hablante B decide si perdona a su interlocutor o no. 2. El hablante A ha realizado una acción de tipo físico que ha molestado al hablante B –este puede ser una persona desconocida o una persona con la que tiene cierta relación. En este trabajo nos vamos a centrar en esta segunda situación, dado que es la más cotidiana e inesperada. Ante este tipo de situaciones, los alumnos de ELE van a tener que saber desplegar las estrategias aprendidas en la clase. Para la descripción de este acto comunicativo vamos a seguir el estudio realizado por Solís Casco (2005: 611), quien divide dicho acto en tres fases o unidades: el elemento de apertura, el núcleo y varios movimientos de apoyo. El primero de ellos, de carácter no obligatorio, se compone de interjecciones (del tipo, “¡uy!”, “¡anda!”), lo que demuestra que es un acto comunicativo espontáneo. En segundo lugar, los hablantes recurrimos a apelativos (“cariño”, “corazón”, “guapa/o”, etc.) para dirigirnos al interlocutor, con el fin de prepararlo para obtener su perdón y poder así introducir los elementos nucleares del acto. Dichos elementos están constituidos por las fórmulas rutinarias sociales que nos interesan:

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I. “Perdón”25. En palabras de Gelabert (1996: 57), “la frecuencia de uso de una construcción implica que alguno de sus elementos puede hacerse superfluo y desaparecer. Eso ocurre con (te pido) perdón”. II. “Mil perdones”. Tal como sucedía en el caso de las fórmulas rutinarias empleadas para agradecer, estas presentan variantes intensificadas que sirven para acercar el mensaje al interlocutor. III. “Lo siento (mucho/muchísimo)”26 y “lo lamento (mucho/muchísimo)”. Estas dos fórmulas son equivalentes en cuanto a significado y condiciones de uso: no tienen ninguna restricción ni en cuanto a los interlocutores que emplean dichas fórmulas como al contexto en el que se emiten. En el Repertorio de funciones comunicativas y en el Plan Curricular, la fórmula “lo siento” viene acompañada de intensificadores: “Lo siento (mucho)”, “¡Cómo lo siento!”, y es así como suele aparecer en la lengua hablada. IV. “Con perdón”, “dicho sea con perdón”, “con perdón sea dicho”, “con perdón de la palabra” 27. Estas tres fórmulas son más propias de un registro elevado. Su función es reducir el impacto que va a sufrir el interlocutor al oír las palabras emitidas por el hablante, así que podemos denominarlas como “fórmulas metadiscursivas”, dado que hacen referencia al propio discurso. Según el DFDEA, estas fórmulas “acompañan a una expresión o afirmación que podría resultar ofensiva o molesta para el oyente”. Otro rasgo caracterizador de estas fórmulas es que pueden emitirse tanto antes como después del mensaje “ofensivo”. V. “Usted perdone”. Esta fórmula es empleada en contextos comunicativos más elevados, con el fin de mantener la distancia entre los interlocutores. VI. “Disculpa/disculpe”28. VII. “No era mi intención”. Para finalizar, recurrimos a unos movimientos de apoyo constituidos por las justificaciones para la disculpa, “es que”29, y por elementos que intensifican el acto comunicativo: I. “De verdad”30. Esta fórmula rutinaria sirve para enfatizar la autenticidad de lo afirmado anteriormente (DFEM). II. “Por favor”31. Esta fórmula “se usa, generalmente, acompañando a un imperativo o a una interrogación, en frases de petición cortés” (DFDEA), y es una petición expresa de perdón por parte del hablante.

27 28 29 30 31 25 26

En inglés: “Sorry” (disculpándose). En inglés: “I´m really sorry”. “If you´ll perdon the expression”. En inglés: “Excuse me”. “Inicia oraciones con que se presenta una explicación o una objeción” (DFDEA). Su equivalente en inglés es “I really…”. Tiene como equivalente en inglés: “please”.

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Por lo tanto, los aprendices de ELE tienen que conocer estas tres fases, para no parecer descorteses en una conversación con un hablante nativo. Aun así, tal como señala Solís Casco (2005: 610-611), no todas las disculpas tienen que estar igual de elaboradas. Su mayor o menor elaboración depende de algunos factores pragmáticos: conocimiento o desconocimiento por parte del hablante de haber realizado un acto ofensivo hacia su interlocutor; la gravedad del acto ofensivo, dado que no es lo mismo pisar a una persona que tirarla al suelo; al igual que en el caso del agradecimiento, un factor determinante es la relación existente entre los interlocutores, dado que no es lo mismo pedir disculpas a un amigo que a una persona que no conoces de nada con las que acabas de tropezar en la calle. Mediante la enseñanza de estas fórmulas rutinarias debemos mostrar a nuestros alumnos de ELE las posibilidades con las que se pueden encontrar en una situación cotidiana. Ante un acto comunicativo como este, el interlocutor receptor del mensaje debe responder bien aceptando la disculpa o bien rechazándola. En este tipo de situaciones comunicativas, lo más frecuente es, por motivos de cortesía, aceptar la disculpa, por lo que en este trabajo solo recogemos las fórmulas empleadas para ello. Nos encontramos con las siguientes: I. “No ha sido nada”, “no es nada” y la variante, “no pasa nada”. Estas son “las fórmulas más corrientes para quitarle importancia a algo ocurrido, por ejemplo, al pisotón en el autobús. Si se usa tras las disculpas de alguien, es para asegurar que no ha habido molestia u ofensa” (Gelabert 1996: 59). Tal como sucede con la fórmula de agradecimiento “de nada”, cada vez más se prefiere en la lengua coloquial la variante más breve: “nada”, o la variante duplicada: “nada, nada”. II. “No tiene importancia”, “no importa”. III. “Está bien”. Esta fórmula rutinaria quita importancia al hecho ocurrido. Generalmente va acompañado de la expresión “tranquilo”, con el fin de asegurar que la disculpa se ha producido. IV. “(Tú) tranquilo”32 V. “No se/te preocupe(s)”. Al igual que en el caso de agradecer, para nivelar las fórmulas presentadas hemos tenido en cuenta la información proporcionada por el Plan Curricular y el Repertorio de funciones comunicativas.

32

En inglés: “don´t worry”.

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Tabla 3: Nivelación de las fórmulas que expresan disculpa Inicial Lo siento (mucho) Lo lamento Es que… Disculpa Perdona

Nivelación Intermedio ¡Cómo lo siento! Lo siento, de verdad, es que… Con perdón Sintiéndolo mucho Mil perdones

Superior Por favor De verdad No era mi intención

Tabla 4: Nivelación de las fórmulas que son respuesta a una disculpa Inicial No importa

Nivelación Intermedio Está bien (Tú) tranquilo No pasa nada No te/se preocupe(s)

2.3. Propuesta didáctica Con respecto a la forma de presentar las fórmulas rutinarias sociales anteriormente descritas, desechamos la posibilidad de enseñarlas agrupadas en torno a una palabra, porque podemos encontrarnos con un conjunto de fórmulas rutinarias válidas para contextos comunicativos completamente diferentes, sin relación alguna entre ellos, lo que dificulta el proceso de aprendizaje por parte de los alumnos. Las fórmulas rutinarias, por su propia naturaleza –ser exponentes lingüísticos de determinadas funciones comunicativas– deberán trabajarse, tal como afirma Penadés Martínez (2001: 100) no tanto siguiendo los principios de la metodología estructural, como los de las metodologías que se basan ya sea en la función lingüística como concepto vertebrador del aprendizaje, ya sea en el carácter funcional de la lengua como instrumento de la comunicación.

Asimismo, siguiendo a García Muruais, consideramos que el aprendizaje de este tipo de expresiones es un aprendizaje activo, por lo que es imprescindible dar al alumno la oportunidad de participar activa y conscientemente en la adquisición de las UF, que es, por cierto, una de las tareas más difíciles del aprendizaje, ya que se deben captar los significados, connotaciones y contextos de uso (García Muruais 1997: 165).

Por lo tanto, siguiendo a Penadés Martínez (2001), hacemos una propuesta didáctica en dos fases: 1. Fase de aproximación, trabajando a partir de las funciones comunicativas. En esta primera fase, el objetivo del profesor es familiarizar al estudiante con la función comunicativa: rasgos pragmáticos, reglas sociales, etc. Y, mediante este

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acercamiento, presentar las fórmulas rutinarias necesarias para llevar a cabo una interacción. 2. Fase de consolidación con el fin de conocer las particularidades fraseológicas de las fórmulas rutinarias empleadas, es decir, conocer sus características formales, los aspectos socioculturales que implican y sus restricciones de uso. Además de la explicación por parte del profesor, se pueden realizar actividades de corte más estructuralista: búsqueda de sinónimos, cloze, búsqueda de equivalentes en lenguas maternas, etc.

3. Conclusiones Trabajos teóricos anteriores ya habían demostrado la importancia del dominio de las UF por parte de los aprendices de lenguas, entre otros motivos, porque facilitan el proceso de aprendizaje de una lengua y permiten conocer aspectos socio-culturales de la comunidad hablante. En el caso de las fórmulas rutinarias sociales que hemos descrito en nuestro trabajo, tal como hemos mencionado más arriba, estas son fundamentales para poder mantener un intercambio comunicativo fluido y lo más parecido al de un hablante nativo. Por ello, consideramos que deben ser presentadas de forma explícita en las clases de ELE. Un aspecto que ayuda a su enseñanza es la existencia de equivalentes en otras lenguas, aunque en cada una de ellas tengan un significado y uso especializados. Este es uno de los motivos por los que he ofrecido las fórmulas traducidas al inglés. La realización de este trabajo nos ha servido para comprobar los siguientes aspectos: I. Si bien en el ámbito teórico el estudio de las UF está muy avanzado, es necesario llevar a cabo trabajos de tipo práctico que aborden la enseñanza de las UF en la clase de ELE. Los trabajos de estas características son, en nuestra opinión, muy útiles para los profesores de ELE a la hora de preparar sus clases, ya que sirven de guía para la presentación de estas fórmulas. II. La presencia de las fórmulas rutinarias en el proceso de aprendizaje de español como lengua extranjera no es suficiente, por lo menos por lo que hemos visto en el análisis de los manuales que hemos llevado a cabo. III. Las fórmulas rutinarias sociales, por su naturaleza anteriormente descrita, hay que enseñarlas en la clase de ELE partiendo de la función comunicativa de la que son exponentes y no agrupándolas por rasgos semánticos. De esta manera, el proceso de enseñanza de dichas unidades engloba otros aspectos de la comunicación, bien lingüísticos, bien culturales. Asimismo, esta enseñanza debe ser activa, ya que, tal como hemos mencionado citando a García Muruais (1997: 165), los aprendices tienen que asimilar los significados, connotaciones y contextos de uso de las UF y ser capaces de ponerlos en práctica en sus conversaciones cotidianas.

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Para futuras investigaciones proponemos el análisis de las fórmulas rutinarias sociales en los diccionarios destinados a la enseñanza del español como lengua extranjera, a fin de comprobar el tipo de información (marcación, ejemplificación, etc.) y definición que presentan, porque los diccionarios son, en definitiva, una herramienta más para el aprendizaje de una lengua, empleada por los aprendices no solo para descodificar los significantes desconocidos sino para ampliar la información de uso de los mismos.

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