TALLER DE POESÍA 2012 Fernando Luis Pérez Poza FERNANDO LUIS PÉREZ POZA EL TALLER DEL POETA

TALLER DE POESÍA 2012—Fernando Luis Pérez Poza FERNANDO LUIS PÉREZ POZA EL TALLER DEL POETA El objetivo de todo poeta es llegar a conseguir su pro

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TALLER DE POESÍA 2012—Fernando Luis Pérez Poza

FERNANDO LUIS PÉREZ POZA

EL TALLER DEL POETA

El objetivo de todo poeta es llegar a conseguir su propia voz original. Pero, así como un ingeniero para crear una nueva máquina deberá estudiar cada pieza, aprender cómo funciona cada resorte de las antiguas, el poeta no tendrá más remedio que observar las fórmulas poéticas clásicas, que son la base y la madre de todos los poemas que existen, incluso los más innovadores. Debemos acercarnos a los entresijos más interiores que los componen, aprender a montarlos y desmontarlos, como si se tratara de mecanismos de relojería.

LA MÉTRICA Se entiende por metro el cómputo del número de sílabas y acentos, también llamados pies, que componen un verso. Según la métrica, los versos pueden clasificarse en versos simples de arte menor y versos simples de arte mayor, según estén compuestos por un máximo de ocho sílabas o contengan entre nueve y once sílabas. Si un verso supera las once sílabas se considera un verso compuesto de arte mayor, como en el caso del verso alejandrino que tiene catorce.

Los versos simples de arte menor, según su número de Bisílabos (dos sílabas). •Trisílabos (tres sílabas). •Tetrasílabos (cuatro sílabas) •Pentasílabos (cinco sílabas) •

Hexasílabos (seis sílabas) •Heptasílabos (siete sílabas) •Octosílabos (ocho sílabas) •

Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867 - León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.

Los versos simples de arte mayor, según su número de sílabas, pueden ser: Eneasílabos (nueve sílabas) Decasílabos (diez sílabas) Endecasílabos (once sílabas) Los versos compuestos de arte mayor, según su número de sílabas, pueden ser: Dodecasílabos (doce sílabas) Tridecasílabos (trece sílabas) Alejandrinos (catorce sílabas) En la poesía contemporánea, son frecuentes los versos y combinaciones métricas que superan las catorce sílabas. Cada una de ellas cuenta con su propia terminología. FENÓMENOS MÉTRICOS: LAS EXCEPCIONES En la versificación castellana, son elementos lingüísticos susceptibles de constituir factores rítmicos los siguientes: la sílaba, el acento, la pausa y el timbre. A la hora del cómputo silábico y acentual de un verso se han de tener en cuenta algunas excepciones que afectan directamente al número total. La sinalefa.– Es la reunión, en una sílaba métrica, de dos o más vocales contiguas y pertenecientes a palabras distintas que suenen como un solo golpe fonético. En la sinalefa pueden entrar dos vocales iguales, dos vocales diferentes y grupos de tres, cuatro y hasta cinco o seis vocales, con tal que estén dispuestas en orden de progresiva abertura, de progresiva estrechez, o con las más abiertas en el centro. Los signos sintácticos, correspondientes a pausa sintácticas no impiden la sinalefa. Daba sustento_a_un pajarillo_un día. Lucinda,_y por los hierros del portillo fuésele de la jaula_el pajarillo, al libre viento,_en que vivir solía. Lope de Vega

Hay, sin embargo, fenómenos de orden gramatical, emocional o rítmico que pueden oponerse a esa tendencia. Por eso, aún dándose las condiciones fonéticas descritas, puede no hacerse la sinalefa. Por ejemplo, la presencia de un acento rítmico muy marcado, puede dificultar la sinalefa. El hiato.– Llamado también dialefa, es lo contrario de la sinalefa, y consiste en contar sílabas métricas diferentes las vocales finales e iniciales de dos palabras contiguas. Y la olla_al hervir bobollonea. (Antonio Machado) La olla (dialefa) / olla_al hervir (sinalefa) El acento final o interior de verso muy marcado en una de las vocales, suele favorecer el hiato. En los demás casos, el hiato resulta violento, por ir contra los hábitos de la pronunciación. PLAN DE TRABAJO PARA DEBUTANTES Y las castañas de Indias cuando los campos se aran (Antonio Machado) (De Indias / se aran) son las dialefas Diéresis.– Consiste en la medida de dos vocales de una sílaba en dos sílabas métricas distintas. Es un recurso arcaico. Se consigue colocando el signo diéresis (¨) sobre la vocal que interesa. Sinéresis.– Este recurso consiste en la unión de dos vocales abiertas dentro de una misma palabra hasta tener una sílaba donde debería haber dos. Las vocales abiertas son a,e,o, y las cerradas i,u. Po-e-sí-a en lugar de Poe-sí-a Factores de índole gramatical y emocional influyen en la aparición de la sinéresis, que como recurso opcional tiene frecuentemente un valor estilístico concreto. Final de verso.– En función de que la palabra final del verso sea: Aguda u oxítona.– Se cuenta una sílaba más. Ej. Estar. Llana o paroxítona.– Se cuenta el número real de sílabas. Ej. Casa. Esdrújula o proparoxítona.– Se cuenta una sílaba menos. Ej. Pájaro.

EL ACENTO El acento es otro de los elementos fundamentales del ritmo del verso, hasta el punto de que el número de sílabas y el número y lugar de los acentos son los factores que definen el esquema (el metro) de las principales clases de versos, como se verá más adelante. En principio, el verso sigue la acentuación normativa de las palabras de la pronunciación corriente. El acento, en cuanto factor del ritmo, se llama acento métrico, y conviene diferenciarlo del acento prosódico dicho, aunque la base lingüística del acento métrico esté en el acento prosódico. Pero, mientras que el acento prosódico indica la categoría gramatical de las palabras, el acento métrico marca la regularidad de los apoyos en el tiempo. La correspondencia entre acento métrico y acento gramatical influye en el efecto sonoro del verso, una de las formas más extendidas entre los tratadistas de métrica es la de aplicar los nombres clásicos de trocaico, yámbico, dactílico, anfibráquico y anapéstico a los diferentes tipos de ritmo acentual. Estos se dividen en ritmos binarios, que tienen acentos cada dos sílabas (trocaico, yámbico); ritmos ternarios, que tienen acento cada tres sílabas (dactílico, anfibráquico, anapéstico).

RITMOS BINARIOS El ritmo trocaico (óo) es el constituido por la acentuación cada dos sílabas, empezando por la primera óoóoóoóoóoóo . Los acentos rítmicos caen siempre en sílaba impar. Aunque no estén acentuadas todas las sílabas impares de un verso, se habla también de ritmo trocaico también si los acentos que aparecen están en sílaba impar. El grupo de dos sílabas que constituye la base de esta clase de ritmo se llama troqueo, o también cláusula trocaica. ¿Es verdad lo que ver creo? (1,3,6,7) ¿Fue un ensueño lo que vi? (1,3,7) en mi loco devaneo (3,7) ¿Fue verdad lo que fingí? (1,3,7) ¿Es mentira lo que veo? (1,3,7) Los versos 647-651 del poema de José de Espronceda El diablo mundo, que acaban de citarse son octosílabos que se ajustan a un ritmo trocaico. Aunque no todas las sílabas impares llevan acento, los acentos que aparecen están en sílaba impar, menos el de la sílaba 6ª del primer verso (ver) que, por estar inmediato al acento rítmico de la 7ª sílaba es, como veremos, un acento antirrítmico.

El ritmo yámbico (oó) es un ritmo binario también, pero que empieza a acentuar en la segunda sílaba: oóoóoóoóoóoóoóo... Los acentos rítmicos van en silaba par, y aunque no aparezcan acentuadas todas las sílabas pares, si todos los acentos de un verso están en sílaba par, se considera ritmo yámbico. El grupo de dos sílabas que constituye la unidad de este ritmo se llama yambo, o también cláusula yámbica. Los versos 99-104 de la Égloga I de Garcilaso de la Vega que se copian seguidamente, tienen ritmo yámbico, como ilustra la posición par de las sílabas acentuadas, según de detalla en cada verso: Por ti el silencio de la selva luminosa (2,4,8,10) por ti la esquividad y apartamiento (2,6,10) del solitario monte m’agradaba (4,6,10) por ti la verde hierba, el fresco viento (2,4,5,8,10) el blanco lirio y colorada rosa (2,4,8,10) y dulce primavera deseaba (2,6,10) Como se ve, todos los acentos están en sílaba par, y hay que destacar la realización plenamente yámbica del cuarto de los versos citados, donde encontramos acentuadas pares el mismo.

RITMOS TERNARIOS El ritmo dactílico (óoo) es un ritmo ternario en el que cada tres sílabas aparece un acento empezando por la primera sílaba: óooóooóooóoo... El grupo de tres sílabas que constituye el núcleo de esta clase de ritmo se llama dáctilo o cláusula dactílica. Los versos 25-28 de Pórtico, de Rubén Darío, son ejemplos de endecasílabos con ritmo dactílico: Ella resurge después en el Lacio (1,4,7,10) siendo del tedio su lengua exterminio; (1,4,7,10) lleva a sus labios la copa de Horacio (1,4,7,10) bebe falerno en su ebúrneo triclinio (1,4,7,10) El ritmo dactílico de estos versos es perfecto: todos sus versos llevan sus acentos cada tres sílabas empezando por la primera.

El ritmo anfibráquico (oóo) es también ritmo ternario en el la acentuación cada tres sílabas empieza por la segunda: oóooóooóo... El grupo de tres sílabas que es la base de esta clase de ritmo se llama anfibráquico o cláusula anfibráquica. El sol como un vidrio redondo y opaco (2,5,8,11) con paso de enfermo camina al cenit (2,5,8,11) el viento marino descansa en la sombra (2,5,8,11) teniendo de almohada su negro clarín (2,5,8,11) Los versos 5 y 8 del poema Sinfonía en gris mayor, de Rubén Darío que se acaban de leer, se ajustan exactamente al ritmo anfibráquico. El ritmo anapéstico (ooó) es el ritmo ternario que empieza a acentuar en la 3ª sílaba del grupo: ooóooóooóooóooóooó... Con el nombre de anapesto o cláusula anapéstica se designa la unidad rítmica en que se funda el ritmo anapéstico. Los versos 617-620 del poema de José de Espronceda El Diablo Mundo son decasílabos con ritmo anapéstico plenamente realizado: Embargada y absorta la mente (3,6,9) en incierto delirio quedó (3,6,9) y abrumada sentí que mi frente (3,6,9) un torrente de lava quemó (3,6,9) Los ritmos ternarios (acentos cada tres sílabas) llevan acento en sílaba par e impar del verso, pero debe haber dos sílabas átonas entre las tónicas. En Rimas (1887), de Rubén Darío, encontramos en la número III, que empieza En la pálida tarde se hundía, un ejemplo de mezcla armoniosa de versos de ritmo ternario de distinta clase (anapéstico y anfibráquico). Léase la primera de las cinco estrofas de la composición. En la pálida tarde se hundía (3,6,9) el sol en su ocaso (2,5) con la faz rubicunda en un nimbo (3,6,9) de polvo dorado (2,5)

Cuando la acentuación en sílaba par e impar de un verso no sigue la norma de dejar sílabas átonas entre las tónicas, el ritmo se llama mixto. Estas calificaciones son empleadas frecuentemente para definir los tipos rítmicos de los diferentes versos. Cuando en un poema concreto se mezclan versos de distinto ritmo se dice, que es polirrítmico. Nota.– Extraído del libro “Elementos de la métrica española”, de José Domínguez Caparrós.

LECTURA Soneto a Góngora Yo te untaré mis obras con tocino, porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino. Apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin christus la cartilla; chocarrrero de Córdoba y Sevilla, y, en la Corte, bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo solo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega? No escribas versos más, por vida mía; aunque aquesto de escribas se te pega, por tener de sayón la rebeldía. Francisco de Quevedo

RECURSOS POÉTICOS LA SINESTESIA La sinestesia, del griego συν, 'junto', y αἰσθησία, 'sensación', es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de varios sentidos. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o tenga la sensación de sentirlo: lo siente realmente. La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mescalina o algunos hongos tropicales. Los sinestésicos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntaria. Por ejemplo, tocar una superficie más suave le puede hacer sentir un sabor dulce. Estas experiencias no son meras asociaciones, sino percepciones, y la depresión tiende a aumentar su fuerza. Otro ejemplo, asociar el color amarillo al número 7. Algunos ven colores cuando escuchan música, otros pueden sentir el sabor de las palabras. Otras personas pueden percibir la letra A de color rojo, la S de color amarillo y la Z de color negro. La sinestesia puede ocurrir incluso cuando uno de los sentidos está dañado. Por ejemplo, una persona que puede ver colores cuando oye palabras puede seguir percibiendo estos colores aunque pierda la visión durante su vida. Este fenómeno recibe también el nombre de "colores marcianos", término que se originó tras un caso de un sinestético que nació parcialmente daltónico pero decía ver colores 'alienígenas', que era incapaz de ver en el sentido habitual del término y que en realidad percibía debido a su sinestesia. LA SINESTESIA EN LA LITERATURA La sinestesia es también una figura retórica que, además de la mezcla de sensaciones auditivas, visuales, gustativas, olfativas y táctiles, asocia elementos procedentes de los sentidos físicos con sensaciones internas (sentimientos). Se le vincula con la enálage y con la metáfora, por lo que a veces recibe el nombre de metáfora sinestésica. HAIKU DE BASHOO Al oscurecerse el mar las voces de los patos salvajes son vagamente blancas. en el que se asocia el oído –voces– con la visa –blancas-.

Hay precedentes del uso de este tropo ya en la literatura clásica, como por ejemplo Virgilio. En España fue utilizada por los escritores barrocos. Pero fueron los poetas franceses de finales del siglo XIX quienes la pusieron de moda en la lírica, especialmente en la corriente denominada simbolismo, que en España apareció subsumida dentro del llamado modernismo literario. Así, por ejemplo, el poeta simbolista francés Arthur Rimbaud creó un soneto dedicado a las vocales, adjudicando a cada una de ellas un color distintivo, y los poetas modernistas como Rubén Darío podían hablar de sonoro marfil o de dulces azules (gusto más vista). En este caso, se trata de una sinestesia de primer grado, ya que son impresiones de dos sentidos corporales diferentes; pero si se asocia la impresión de un sentido del cuerpo no a otra impresión de un sentido diferente, sino a una emoción, un objeto o una idea, se trata ya de una sinestesia degradada o indirecta, también llamada sinestesia de segundo grado, por ejemplo, agria melancolía. Pero es Juan Ramón Jiménez quien la emplea con mayor asiduidad y perfección, al que seguirán después los poetas del 27: Es de oro el silencio. La tarde es de cristales. JRJ, Hora inmensa en el cénit azul, una caricia rosa! JRJ, Elejías lamentables por el verdor teñido de melodiosos oros; JRJ, Elejías lamentables Las asociaciones sinestésicas favorecen la memorización de conceptos abstractos, al vincularlos con realidades sensibles. Personajes como Charles Baudelaire, Nikolai Rimsky-Korsakov, Vladimir Nabokov, Marcel Proust, Alexander Scriabin, Olivier Messiaen y David Hockney, entre otros, poseen -o poseían- esta facultad.

EJERCICIOS 1.– Ver y señalar como se manifiestan las diferentes formas de la sílaba métrica en el poema con el análisis de este soneto de Francisco de Quevedo. SONETO ¡Malhaya aquel humano que primero halló en el ancho mar la fiera muerte, y el que enseñó a su espalda ondosa y fuerte a que sufriese el peso de un madero!

¡Malhaya el que, forzado del dinero, el nunca arado mar surcó, de suerte que en sepultura natural convierte el imperio cerúleo, húmedo y fiero!

¡Malhaya el que por ver doradas cunas, do nace al mundo Febo radiante, del ganado de Próteo es el sustento;

y el mercader que tienta mil fortunas, del mar fiando el oro y el diamante, fiando el mar de tanto vario viento! Francisco de Quevedo

2.– Volver a realizar alguno de los ejercicios de las primeras unidades didácticas, sustituyendo las palabras del poema original que figura al pie del mismo por otras con el mismo ritmo y características (es decir, sustantivo, adjetivo, etc... en los lugares huecos señalados con guiones.

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