TALMUD. Wenceslao Calvo ( )

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TALMUD Wenceslao Calvo (11-03-2011) © No se permite la reproducción o copia de este material sin la autorización expresa del autor. Es propiedad de Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo

Talmud es el nombre dado a las compilaciones de los comentarios y enseñanzas transmitidas oralmente por los eruditos judíos durante varios siglos. Situación creada por el exilio Comienzos de la ley oral La Mishná; origen y desarrollo El material descrito Divisiones Contenido de los 63 tratados de la Mishná El Talmud palestinense El Talmud babilónico Censura; cambios consecuentes Evaluación del Talmud

Página del Talmud Situación creada por el exilio. El exilio en Babilonia fue para la historia de los judíos un momento decisivo. Los súbditos del reino de Judá no sólo habían perdido su independencia política y su patria, sino también, por la destrucción del templo, su único lugar legítimo de sacrificio, el centro de toda la adoración de Dios. Pero la esperanza de restauración era todavía fuerte; se apoyaban en las palabras de Dios dadas por medio de Jeremías de que el exilio caldeo duraría 70 años, tras los cuales regresarían a su propia tierra (Jeremías 25:11; 29:10 y sgg.; Daniel 9:2). Una especial devoción a la ley fue el resultado al escudriñar la causa de las calamidades que le habían sucedido al pueblo escogido, esperando la restauración del culto y la independencia y resolviendo no volver de nuevo a la pasada carrera de maldad. Consecuentemente surgió en el exilio una clase de hombres entendidos en la ley a la que Ezequiel pertenecía. Este desarrollo fue favorecido por la desaparición de la profecía y gradual abandono de la lengua hebrea, el vehículo de la ley y la revelación de Dios. Esdras es descrito como "un escriba diligente en la ley de Moisés" (Esdras 7:6,11), quien "había preparado su corazón para inquirir en la ley del Señor... y enseñarla" (Esdras 7:10), llevando con él a Jerusalén "hombres entendidos" (es decir, maestros; Esdras 8:16), mientras que los levitas eran instructores del pueblo (Nehemías 8:4 y sgg.). Los nuevos tiempos demandaban nuevos pronunciamientos, por lo que desde el período de Esdras debe haber habido algún poder organizado para preservar la ley y aplicarla a la vida práctica. De este hecho y en vista de Nehemías 8-10 surge la teoría de la Gran Sinagoga. Comienzos de la ley oral. Las decisiones, normas y halakoth eran emitidas según requerían los tiempos y los casos, surgiendo una ley oral común. Al olvidarse el origen inmediato de esos pronunciamientos, llegaron a ser estimados como si fueran antiguos, de hecho entregados a Moisés en el Sinaí (cf. Pirké Avot, i. 1). Los hombres posteriores recurrieron a explicaciones o interpretaciones de la ley escrita, que sirvieron como extensión de ésta, convirtiéndose este método oral en autoritativo. La creencia de que una ley oral transmitida por la tradición había existido junto a la escrita en el Pentateuco llegó a ser creencia normal para cualquier fiel judío. Por supuesto, no hay apoyo histórico que sustente esa afirmación y es contradicha por la falta de mención en la Escritura, incluso por la falta de apoyo tradicional y por la falsa cronología usada para respaldarla. Cuán débil puede ser ese apoyo se ilustra por el hecho de que todo el sistema de normas para el ritual del sacrificio se hace depender de las palabras "como te he mandado" en Deuteronomio 12:21. Todo este material en crecimiento constante de adiciones a la Torah (la Ley) se transmitió durante mucho tiempo oralmente. Filón, en un fragmento preservado en Eusebio ( Præparatio Evangelica, VIII, vii. 6), habla de "incontables... costumbres y usos no escritos"; mientras Josefo ( Ant., XIII, x. 6) declara que "los fariseos impusieron al pueblo muchas observancias, por sucesión desde sus padres, que no están escritas en la ley de Moisés, de ahí que los saduceos las rechazaran y declararan que de esas observancias son obligatorias las que están escritas, pero no aquellas que se derivan de la tradición." Hay muchas otras referencias semejantes, pero ninguna del período antiguo sugiere fijación en un molde escrito. La primera puesta por escrito tuvo lugar en la primera mitad del siglo segundo de nuestra era y fue ordenada tanto tópicamente como según el orden de los pasajes explicados. Se puede asumir que la existencia del canon del Nuevo Testamento tuvo alguna influencia.

La Mishná; origen y desarrollo. Las dos formas que esta nueva colección tuvo fueron la tópica o Mishná y la exegética o Midrash. Mishná (de shanah, "repetir", "aprender y enseñar [el contenido de la doctrina])" significa enseñanza oral y su estudio. Vino a significar el contenido total del material de la tradición oral que había sido reunido hacia finales del siglo segundo de nuestra era o el contenido total de la enseñanza de los individuos activos en esta obra (los "tannaim "), o sus simples pronunciamientos (en este sentido halakah también se usa), luego a cualquier colección de tales pronunciamientos. Significa, par excellence, la colección hecha por Judas ha-Nasí. En oposición a los 60 (63) tratados de esta colección se aplicó el término baraitha a otras colecciones, igual que a los pronunciamientos simples no contenidos en ella. Entre esas colecciones estuvieron las denominadas Tosefta, de las cuales existe una. Un equivalente arameo de "Mishná" es Mathnitha (de teni o tena', "enseñar"), mientras que tanna, plural tannaim, es la designación de los doctores de la Mishná y también de los posteriores "bibliotecarios itinerantes" que habían memorizado los pronunciamientos mishnaicos y en las discusiones de los amoraim, o lectores de la Mishná, servían en lugar de los textos. En el Talmud la Mishná es citada con la fórmula "aprendimos." Se ha hecho el intento de demostrar que antes de la destrucción del templo una colección de la Mishná fue hecha por las escuelas de Shammai y Hillel (D. Hoffman, Die erste Mischna, Berlín, 1882); pero si Josefo ha de ser creído, sólo pudo haber sido oral. Antes de Judas ha-Nasí hubo colecciones haláquicas. Es probable que muchos reverenciados tannaim compusieran colecciones haláquicas y libros de la Haggada tanto para memorizar como para preparación de sus clases, aunque no podían ser usados durante el curso de la instrucción. Tales colecciones, relativas a aspectos especiales de material tradicional, pueden haber sido usadas por los redactores de la Mishná y a esto puede deberse la atribución de ciertos tratados hasta tal o cual destacado maestro de tiempos antiguos. Está bien atestiguada la obra de esta clase hecha por Rabí Akiba (primer tercio del Uncomo rabino, Rembrandt siglo segundo), en por Zabim 678, y sobre ella la obra de Rabí Meir. Esas colecciones pusieron los fundamentos para las tareas más completas de Judas ha-Nasí. Que una colección fue realmente compuesta en este tiempo parece cierto, por lo que no hay duda de que la Mishná en su presente forma pudo haberse originado entonces. En el curso del tiempo recibió muchas adiciones, tales como aquellas en las que el nombre del primer autor asumido es mencionado con sus ideas y las ideas distintas de sus contemporáneos y semejantes. Autoridades posteriores a él son raramente nombradas. El texto de la Mishná existe en tres recensiones: el de los manuscritos o ediciones de la Mishná; en el Talmud babilónico, en el que la obra de los amoraim añade extractos cortos o pronunciamientos simples de la Mishná; en el Talmud palestinense, en el que la Guemará va tras cada capítulo completo de la Mishná, por lo que la palabra inicial de la sentencia explicativa de la Mishná se repite en el lugar correspondiente. De esa tercera recensión durante varios siglos sólo fueron conocidas las primeras cuatro series y de la sexta serie sólo Niddá 1-4. La relación de esas recensiones entre sí necesita investigación. El material descrito. El desarrollo de la Halacha en el período antiguo fue totalmente independiente de las leyes escritas (del Pentateuco); sólo posteriormente se añadieron las citas. No obstante, en relación a la Mishná actual la forma del midrash (o exégesis) es en muchos pasajes más o menos reconocida como la más antigua (para ejemplos cf. Hauck-Herzog, RE, xix. 320). La actual Tosefta en muchos casos es la Mishná en forma de midrash. Aquí hay que mencionar, al menos, el hecho que es de interés para el lector cristiano, de que los pasajes del Pentateuco a los que el material tradicional proporciona explicación, extensión y semejantes no son directamente citados, sino que son expuestos como si fueran enteramente conocidos. Las variaciones del ordenamiento que el nombre del tratado induciría a esperar, se deben al hecho de que para ayudar a la memoria solo los pronunciamientos que son semejantes en un punto son citados, aunque difieran en muchas cosas. Los enlaces de asociación son de muchas clases. Las diferencias en el manejo del material se deben a veces a la recepción en la colección de no pocos tratados, aparte de las adiciones, esencialmente en la forma en que sus recolectores las dejaron. Hay también gran falta de ordenamiento sistemático. Originalmente un factor controlador en el arreglo fue la longitud de los tratados, parcialmente debido al deseo del maestro de utilizar el celo del estudiante para dominar los tratados más largos mientras que tenían fresco el asunto. Los rabinos de la Mishná abandonaron pronto todas las demás colecciones de la Mishná por la que tuvo la aprobación de los amoraim. Al dilucidar la misma, se

emplearon las mismas reglas que con la ley escrita de Moisés. La relación de los amoraim con la Mishná fue muy semejante a la de los tannaim con la Torah. Los manuscritos son: (1) El de Parma, MS. 138, según De Rossi del siglo XIII, la mitad puntuada; (2) el de Berlín, Orient. Fol. 567, órdenes II-IV, con el comentario de Maimónides en traducción hebrea; Orient. Qu. 566-574, con el comentario árabe de Maimónides (no. 568 que fue escrito en 1222, 18 años tras la muerte de Maimónides); (3) el de Hamburgo, no. 18, órdenes I-III con el comentario hebreo de Maimónides fechado en 1416; (4) el de Oxford, nos. 393-407, con el comentario árabe de Maimónides; nos. 408-409, 2662, con la traducción hebrea; nos. 2661, 2662-2669 conteniendo fragmentos de una cierta mayor antigüedad; (5) el de Londres, en el Museo Británico, la Mishná con el comentario árabe de Maimónides, Cod. Orient. 2217-26, 2391-94, Add 27588, (6) el de Cambridge el MS. Add. 470 publicado por Lowe ut sup.; (7) el de Budapest, un valioso antiguo códice. Divisiones. La actual Mishná y el Talmud babilónico consisten de seis partes llamadas sedharim, "órdenes", y de las iniciales del hebreo para esta expresión (shisshah sedharim, "seis órdenes") surge la ayuda mnemotécnica para el Talmud, "shas." Del Talmud palestinense sólo existen las primeras cuatro órdenes y una parte de la sexta. Cada orden tiene un número de tratados (desde 7 a 22) llamados massekhtoth (sing. massekheth, "tejido"), dividiéndose los tratados en capítulos (perakim) que a su vez se dividen en párrafos o sentencias (cada una de las cuales es llamada una mishná, o, en el Talmud palestinense, halakah). Los nombres de los órdenes son zeraim, "semillas"; moed, "fiestas"; nashim, 'mujeres'; nezikin, "perjuicios"; kodashim, "santidades" y taharot, "cosas puras." Los nombres de los tratados son antiguos, cuyo testimonio procede de mediados del siglo segundo de nuestra era; algunos de ellos se derivan del contenido, algunos de la primera palabra y algunos tienen en uso una doble nomenclatura. El número actual de los tratados es 63. Originalmente los primeros tres tratados del cuarto orden constituyeron sólo uno y el quinto tratado del mismo orden fue anteriormente la conclusión del tratado precedente. Consecuentemente el número de los tratados fue anteriormente de 60. El arreglo de los tratados dentro de los órdenes separados no es universalmente el mismo, sino que la longitud de los tratados ha sido el principio determinante más general. La división en capítulos es también antigua. En la Guemará muchos capítulos son citados por los nombres (las palabras iniciales) todavía en uso. Un índice alfabético de los encabezamientos se halla en muchas ediciones del Talmud babilónico en el apéndice al tratado berajot. El número de los capítulos es 523. Contenido de los 63 tratados de la Mishná. El orden primero, contiene 11 tratados: (1) Berajot, "bendiciones", trata sobre bendiciones y oraciones, especialmente las de uso diario. (2) Peá, "rincón", trata con los rincones del campo en la agricultura y los derechos del pobre (cf. Levítico 19:9,10; 23:22; Deuteronomio 24:19-22). (3) Demai, "dudoso", trata con los frutos de los cuales no hay certidumbre de si se pagó el diezmo a los sacerdotes. (4) Kilayim, "mezclas", trata de las mezclas prohibidas (cf. Levítico 19:19; Deuteronomio 22:9-11). (5) Sheviit, "año sabático", (Éxodo 23:11; Levítico 25:2-7; Deuteronomio 15:2-3). (6) Terumot, "ofrenda", trata de las ofrendas mencionadas en Números 18:8 ss. (7) Maaserot, "diezmos", trata del asunto de Números 18:21. (8) Maaser shení, "segundo diezmo", trata del diezmo que debía ser comido en Jerusalén (Deuteronomio 14:22 ss.). (9) Jallá, "masa", tiene que ver con la masa que se separaba para el sacerdote en Números 15:21. (10) Orlá, "incircunciso", trata de la prohibición de comer el fruto de los árboles durante los primeros tres años tras plantarlos (Levítico 19:23). (11) Bikkurim, "primicias", sobre las leyes en Éxodo 23:19; Deuteronomio 26:1 y sgg.

El orden segundo, contiene 12 tratados: (1) Shabbat, "sábado", sobre las leyes relacionadas con la observancia del sábado enumerando las 39 principales clases de trabajo prohibidas. (2) Eruvín, "aleación", trata de tres métodos para evitar los especialmente gravosos requerimientos de las leyes del sábado. (3) Pesajim, "pascuas", trata de las ordenanzas sobre la Pascua. (4) Shekalim, "siclos", trata del impuesto de Éxodo 30:12-16 para el sostenimiento del templo. (5) Yoma, "el día", trata sobre los ritos del Día de la Expiación. (6) Sukká, "cabaña", sobre la fiesta de los tabernáculos. (7) Yom Tov, "día bueno", trata de la observancia de las fiestas y la distinción entre ellas y el sábado. (8) Rosh Ha-Shaná, "Año Nuevo", trata con las fiestas de la luna nueva y del Año Nuevo. (9) Taanit, "ayuno", trata de los ayunos y tiempos de lamento. (10) Meguillá, "rollo", trata principalmente rollo de Ester leído en Purim en la sinagoga. (11) Moed Qatán, "pequeña fiesta", trata con la observancia de los días entre el primero y el último de la Pascua y la fiesta de los tabernáculos. (12) Jaguigá, "festividad", trata con la observancia de las tres principales fiestas. El orden tercero, contiene siete tratados: (1) Yevamot, "viudas obligadas por un matrimonio levirático", trata con esa clase de matrimonio. (2) Ketuvot, "contratos matrimoniales", con los deberes de marido y esposa. (3) Nedarim, "votos", considera los votos y su anulación. (4) Nazir, "nazareo", sobre el voto nazareo. (5) Sotá, "mujer sospechosa de adulterio", sobre el asunto tratado en Números 5:11-31. (6) Guittín, "divorcio", sobre la disolución del matrimonio. (7) Kiddushín, "santificaciones", tiene que ver con las condiciones del matrimonio. El orden cuarto, contiene 10 tratados: (1) Baba Qamma, "primera puerta", trata con las injurias, siguiendo a Éxodo 21:33; 22:5-6; proporcionando cuatro principales clases de injurias de este tipo. (2) Baba Metsiá, "puerta media", trata con la venta y alquiler de bienes inmuebles. (3) Baba Batra, "última puerta", trata con bienes inmuebles y la sucesión hereditaria. (4) Sanhedrín, "tribunales", trata de los diversas tribunales de justicia, los cuatro métodos de pena capital y de aquellos que tendrán parte y no la tendrán en el mundo futuro. (5) Maccot, "castigo", trata con los azotes como método de castigo legal. Este y el tratado precedente fueron originalmente uno. (6) Shevuot, "juramentos", regula los juramentos (cf. Levítico 5:4 y sgg.). (7) Eduyyot, "testimonios", es una colección de testimonios de maestros posteriores a los primeros pronunciamientos; muchos de los dichos ocurren en otras partes en la Mishná bajo otros encabezamientos. (8) Avoda Zara, "culto extranjero, idolatría", trata de la idolatría y los ídolos. (9) Pirké Avot, "capítulos de los padres", procura mostrar la continuidad de la tradición y su confiabilidad, dando instrucción práctica. Este tratado se edita con mucha frecuencia y se halla comúnmente en los libros de oración judíos. (10) Horayot, "decisiones", trata con decisiones religiosas y legales erróneamente seguidas. El orden quinto, contiene 11 tratados: (1) Zevajim, "sacrificios", indicando el nombre el asunto. (2) Menajot, "ofrenda", cuyo nombre también indica el asunto. (3) Jullín, "cosas profanas", tiene que ver con la matanza de animales que no estánespañoles destinados al sacrificio y asuntos semejantes. (4) Bejorot, "primogénitos", se refiere a los Judíos celebran la Pascua, primogénitos humanos y animales. (5) Arajín,del "evaluaciones", trata con los equivalentes a ser pagados en lugar página de un comentario de comienzos siglo XVI de las personas dedicadas al templo. (6) Temurá, "cambio", trata de la sustitución por animales consagrados. (7) Keritot, "separaciones", trata de la excomunión de la congregación y la expiación para la misma. (8) Meilá, "fraude", tiene que ver con el asunto prescrito en Números 5:6-8. (9) Tamid, "perpetuidad", tiene que ver con el ritual de las ofrendas en el templo. (10) Middot, "dimensiones", expone la composición del templo y el santuario. (11) Qinnim, "nidos de pájaros", trata con las aves que sirven de ofrenda. El orden sexto, contiene 12 tratados: (1) Kelim, "vasijas", trata de las diversas clases de impureza ceremonial que las vasijas pueden adquirir. (2) Ohalot, "tiendas", trata con la impureza contraída con un cadáver. (3) Negaim, "peladas", trata con la lepra. (4) Pará, "vaca", trata con la ceremonia de purificación mediante las cenizas de una vaca roja (Números 19). (5) Taharot, "cosas puras", es una expresión eufemística para "impurezas" tratando con las contaminaciones menores. (6) Mikvaot, "baños rituales", trata del lavamiento de los contaminados. (7) Niddá, "impureza", trata sobre la mujer en su menstruación. (8) Majshirín, "reparaciones", trata con la predisposición a la impureza causada por el contacto con diversos fluidos. (9) Zavim, "gonorreas", trata con el asunto de Levítico 15:2 y sgg. (10) Tevul Yom, "inversión durante un día", trata con el baño ritual del contaminado y su contaminación hasta la puesta del sol. (11) Yadáyim, "manos", trata de la contaminación ceremonial y purificación de las manos. (12) Uktsín, "pedúnculos", trata con las relaciones del fruto con el tallo, injertos y semillas que pueden ocasionar impureza.

El Talmud palestinense. Dos nombres antiguos de esta colección son "Talmud de la tierra de Israel" y "Talmud de Jerusalén." Talmud mismo significa: (1) Estudio, especialmente en la expresión Talmud torah; (2) enseñanza, especialmente en relación con textos de prueba; (3) explicaciones procedentes del tiempo de los amoraim que tratan con los pronunciamientos de los antiguos tannaim (en este sentido suplantado por "Guemará", que significa obtener conocimiento); y (4) Talmud es el término exhaustivo para la Mishná y las explicaciones que contiene. Amoraim es un término que significa "hablante" y se refiere a los eruditos judíos que estuvieron activos desde el período de la conclusión de la Mishná hasta finales del siglo quinto. El más celebrado de ellos fue Johanan bar Nappaha, muerto en 279. De fecha posterior fueron Mani bar Jonah, director de la escuela en Séforis y Joseph bar Abin. La terminación del Talmud palestinense tuvo lugar en la siguiente generación a comienzos del siglo quinto. En el Talmud palestinense hay evidencias de varias redacciones: en el primer y segundo orden hay muchos pronunciamientos tannaíticos atribuidos a Samuel (de Nehardea), pero ninguno en el tercero y cuarto; por otro lado hay muchas notas de controversia entre Mai y Abin en el tercero y cuarto, habiendo pocas en el primero y segundo. Contra la compilación por un autor se puede aducir el gran número de repeticiones; por ejemplo del primer libro hay 39 largos extractos en el segundo, 16 en el tercero, 10 en el cuarto. Las ediciones del Talmud palestinense contienen sólo los primeros cuatro órdenes y la Mishná de cuatro capítulos de Niddá (sexto orden) con la Guemará de tres capítulos y unas pocas líneas además. En el segundo orden faltan los últimos cuatro capítulos de la Guemará hasta Shabbat; en el cuarto, el último capítulo de la Guemará a Maccot y todos los de Abot y Eduyyot. Es el resultado de la condición del códice de Leiden sobre el cual se basó la primera edición (Venecia, 1523-24), habiendo testigos de la existencia de algunas de esas partes. La Mishná de la recensión palestinense está completa en el manuscrito de Cambridge ya mencionado. Este Talmud tiene Guemará hasta el tratado 39, mientras que el babilónico sólo hasta el 37, sin embargo éste es tres veces mayor en extensión. El Talmud babilónico tenía autoridad y en caso de conflicto era preferido al palestinense. Los manuscritos son (1) Leyden Codex Scaliger 3, fechado en el año 1289, usado para la primera edición (ut sup.); (2) el de Oxford, no. 365, Berajot con comentario, no. 2671, Moed katan 2672, Baba Qamma, no. 2674, Berajot; (3) el de Londres, Museo Británico, Codicos Orient 2822-24, Zeraim y Shekalim; (4) el de Roma, Codex 333 contiene Zeraim y Sotá; (5) un manuscrito Lewis-Cibson de una página desde Guittín descrito en JQR, 1897, 117-119.

El Talmud babilónico. Al principio del siglo segundo Nehardea fue una sede del saber judío y bajo Mar Samuel, muerto en 254, alcanzó la cumbre de su prosperidad. Contemporánea con esta ciudad fue la academia en Sura dirigida por Rab (muerto en 247). Tras la destrucción de Nehardea en 259 Judas bar Ezequiel, un discípulo de Samuel y Rab, fundó la escuela en Pumbadita, famosa por las actividades de Babbah bar Nahmani (muerto en 331), un calificado dialéctico, de Joseph bar Hiyya (muerto en 333), quien por su conocimiento exhaustivo de la ley fue llamado Sinaí y de Abaye (muerto en 338), alumno de los dos citados antes de él. Raba bar Joseph bar Hama (muerto en 352) enseñó en Mahuza sobre el Tigris y tras él Nahman bar Isaac (muerto en 356) fue director de la academia restaurada en Pumbadita. Papa (375) fundó la escuela en Neresh cerca de Sura y tras su muerte la escuela en Sura adquirió nueva importancia. Los pronunciamientos de Joseph y Raba forman una gran parte del Talmud babilónico, añadiéndose a los mismos material de Palestina. Por medio de Ashi, durante medio siglo director de la escuela en Sura, el material acumulado durante dos siglos fue ordenado. Un aguijón para la elaboración de esta colección fue la persecución de la religión judía en Persia, 439-457. Rabbina bar Huna (muerto en 499) fue el último de los amoraim, usando los que vinieron después la obra de los precedentes como fundamento. Judas ben Il'ai el tanaíta menciona los signos mnemónicos, siendo usados en manuscritos como ayuda y para ahorrar tiempo y espacio; las colecciones de sus abreviaturas fueron empleadas por los tannaim, usándose también las abreviaturas mismas por quienes recopilaron y ordenaron el Talmud babilónico. En los manuscritos fueron gradualmente abandonados, parcialmente porque eran superfluos y parcialmente porque ya no eran comprendidos. De los 63 tratados de la Mishná, 26 están sin la Guemará babilónica; esos serán, sin duda, discutidos en las escuelas babilónicas en el siglo cuarto, pero las discusiones nunca fueron probablemente anotadas o puestas por escrito. Una gran parte del contenido de muchosdedeSura esosytratados no pudo haber sido Academias babilónicas Pumbadita empleado fuera de Palestina, mientras que otros quedaron bajo otros tratados; Eduyyot y Abot no pudieron tener por su asunto Guemará. La primera mención del Talmud babilónico entero ocurre en la segunda mitad del siglo octavo. Se pueden mencionar los siguientes manuscritos: el de Munich, Codex Hebr. 95, el único existente del Talmud bailónico completo, escrito en 1343, Codex Hebr. 6, conteniendo Pesajim, Yoma, y Jaguigá; el Codex Hebr. 140-141, que contiene cinco tratados o parte de tratados; (2) en Roma según los hermanos Assemani 31 códices contenían 57 tratados del Talmud y algunos de los denominados tratados menores; (3) el de Oxford no. 366 tiene dos tratados, el no. 367 tiene dos, el 368 tiene uno, el 369 uno, el 370 cuatro, el 373 uno, el 375 uno, mientras que otros códices fragmentarios son los nº 2661, 2666, 2667, 2671, 2673-78, algunos de ellos importantes, fechándose el más antiguo en 1123 (cf. S. Sehechter y S. Singer, Talmudical Fragments in the Bodleian Library, Cambridge, 1896); (4) el de Londres, Museo Británico Harley 5508 contiene ocho tratados y Add 25, 717 contiene tres completos o en parte; (5) el de la Biblioteca Nacional de Florencia contiene el segundo más antiguo de los manuscritos fechados del Talmud (1176 o 1177), con siete tratados; (6) el de Hamburgo no. 165 del año 1184 contiene tres tratados; (7) el de Gotinga, Codex Heb. 3 contiene cinco tratados completos o en parte; (8) el de Karlsruhe contiene Sanhedrín; (9) el de París en la Biblioteca Nacional tiene el no. 671 con Berajot, el no. 1337 con tres tratados y el número 1313 con parte de Baba Batra; (10) en la universidad Columbia de Nueva York está un manuscrito sudarábigo escrito en 1548 que contiene cuatro tratados; (11) en Cambridge está el manuscrito descrito en W. H. Lowe, The Fragment of Talmud Babli Pesachim... (Cambridge, 1879). Censura; cambios consecuentes. La escasez de manuscritos antiguos se compensa en alguna medida por las numerosas citas en autoridades antiguas, tales como los resúmenes del Talmud de Isaac ben Jacob Alfasi (entre 1013 y 1103), el diccionario del Talmud de Nathan ben Yehi'el del siglo XI y los comentarios al Talmud de Rashi y los tosafot. Hay necesidad de un comentario crítico del Talmud (la Mishná y los dos Talmudes) y esta necesidad es mayor por el daño forjado por la censura cristiana (o el temor a ella) tanto en manuscritos como en ediciones. La evidencia de esta censura y sus resultados es abundante. En 1631 una asamblea judía en Polonia publicó una circular que mandó

bajo pena de excomunión que en la edición de las ediciones de la Mishná o Guemará todas las referencias a Jesús de Nazaret fueran erradicadas y marcadas con un círculo (que los rabinos sabían cómo explicar); esto se debió al interés de los cristianos en la literatura judía, siendo la intención evitar la persecución y las acusaciones contra los judíos por parte de los cristianos. La censura rusa prohibió la alusión a las omisiones mediante la existencia de espacios en blanco. Un ejemplo de esta censura es la edición del Talmud de Basilea, 1578-81; el tratado Avoda Zara está totalmente omitido, en lugar de "Talmud" aparece "Guemará", "saduceos" o "epicúreos" desplaza a "judío cristiano" o "hereje", "samaritano" o "cusita" desplaza a la palabra para "no judío", "Roma" es traducido por "Babilonia", "romano" "se convierte en "arameo" o "persa" o "babilónico", e incluso hay cambios más graves. En asuntos de esta clase no solo los cristianos sino también los judíos han sido engañados, como cuando porciones pertenecientes al siglo segundo hacen mención a los saduceos, cuya existencia cesa tras la destrucción del templo, y, similarmente, se han hecho confusiones en el entendimiento de la palabra traducida "cristiano judío" o "hereje." De la censura de libros judíos arroja luz L. Zunz, Die Ritus den synagogalen Gotlesdienstes, páginas 147-149, 222-225 (Berlín, 1859); II. Reusch, Der Index der verbotenen Bucher, volumen i (Bonn, 1883); A. Berliner, Censur und Confiscation hebraischer Bucher im Kirchenstaate (Francfort, 1891); W. A. Popper, The Censorship of Hebrew Books (Nueva York, 1899). Algunos de los pasajes dañados o cambiados a través de esta censura están recogidos en libros mayormente anónimos (con títulos hebreos; uno editado en Königsberg, 1800) y en el Dikdukc sopherim de Rabbinovicz (1868-88). Evaluación del Talmud. En lo que respecta al contenido del Talmud hay que hacer una distinción entre el material haláquico y el hagádico. El significado de Halacha (Halakah) es (1) conducta regulada por la Torah, (2) la ley según la cual la conducta es regulada, o las regulaciones orales. El plural se usa para expresar tanto las regulaciones individuales de clase religiosa como también las colecciones de tales regulaciones. Halacha significa, en sus implicaciones, lo que ha sido inmemorialmente estimado como fijado, luego lo que una mayoría decidió en una asamblea reconocida (de eruditos) y finalmente lo que ha sido enseñado por la autoridad prevaleciente. La Guemará da la impresión de una exposición o colección de registros de discusiones de los amoraim sobre pronunciamientos tannaítas. Sólo relativamente se puede determinar del Talmud mismo lo que es Halacha o exigencia definitiva; esto ha de ser discernido mediante la investigación y el uso de normas halladas en las partes haláquicas del Seder Tannaim we-'Amor'aim, o por el empleo de la Yadh ha-Hazaka de Maimónides, el Sepher ha-Mizwoth de Moisés de Coucy y el Shulhan ha-Arukh de Joseph Karo, debiendo usarse los comentarios de estos últimos. La Haggada (Haggadhah) expresa en general el contenido no haláquico del Talmud; procede de una palabra empleada en el sentido de "enseñar" y fue antiguamente usada en el sentido de "la escritura enseña." El material haggádico en el Talmud está insertado en el cuerpo del material haláquico y a veces la conexión es poco precisa; en ocasiones no hay relación en absoluto. Los largos textos haggádicos que pueden específicamente ser señalados son Berajot 54a-64a, Shabbat 30a-33a, Meguillá 10b~17a, Guittín 55b-58b, Sanhedrín 90a-113b. Pocos productos literarios han provocado estimaciones tan contradictorias en su valoración como el Talmud. Le ha sido dada una alabanza desmedida y un desdén calumnioso. Una estimación calmada exige primero la consideración de la distinción ya mencionada entre Halacha y Haggada. Luego hay que tener en cuenta las relaciones políticas y las ideas religiosas de los judíos tanto en Palestina con Babilonia durante los primeros cinco siglos de la era cristiana y las circunstancias bajo las cuales esas relaciones e ideas surgieron. Entonces se explica la hostilidad de los judíos hacia sus opresores y las formas de religión e irreligión y paganismo y falta de escrúpulos que invadieron los lugares y acciones de ese periodo. Aunque las formas de esta hostilidad no pueden justificarse, al menos serán entendidas. El siguiente es un texto del Talmud de naturaleza haláquica: Las 39 prohibiciones del sábado. Los trabajos básicos son cuarenta menos uno: sembrar, labrar, cosechar, agavillar, batir el trigo, aventar, triar, moler, tamizar; amasar, cocer, esquilar, encandecer, cardar, teñir, hilar, urdir, hacer Pesach hagadah de Darmstadt, c. 1430. Folio 4 recto

dos puntadas, tejer dos hilos, cortar dos hilos, anudar, desatar, coser dos puntos, rasgar para coser dos puntadas. Cazar ciervos, degollar, desollar, salar, curtir su piel, rasurarla, cortarlo a trozos; escribir dos letras, borrar para escribir dos letras; edificar, derrocar, apagar, encender, forjar, trasladar de un lugar a otro. Todos estos son los trabajos básicos, en total: cuarenta menos uno. (Shabbat 73a. = VII, 2) El siguiente es un texto del Talmud de naturaleza hagádica: El martirio de Rabí Akiba. Sucedió, dicen los rabinos, que el gobierno (romano) prohibió que Israel estudiara la Ley. Papos ben Judá vino y se encontró que R. Akiba reunía grandes masas y les enseñaba la Ley. Akiba - le dijo - ¿no temes al gobierno? Le contestó: te voy a contestar mediante una parábola: ¿a qué se parece esta situación? A la del zorro que se paseaba junto a la orilla de un río, y vió que los peces se reunían en determinados lugares (inquietos). ¿De quién huís?, les preguntó. -Huimos de las redes que echan los hombres para cogernos. Les dijo: si queréis, subid a tierra firme y viviréis conmigo, como vivieron mis antepasados con los vuestros. -¡Vaya!, dijeron, ¿tú eres el que llaman sabio entre los animales? No eres listo, sino tonto. Si tememos en nuestro elemento, con mayor motivo estaremos temerosos en la tierra. Lo mismo nos ocurre a los israelitas. Si estamos inquietos ahora que nos dedicamos al estudio de la Ley, de la que está escrito: es tu vida y la prolongación de tus días, mucho más lo estaremos si abandonamos el estudio de la Ley. Pocos días después, añaden, cogieron a R. Akiba y le encarcelaron, y también cogieron a Papos y le encadenaron junto al primero. Papos, ¿cómo tú aquí? Dijo: dichoso tú, R. Akiba, que estás preso a causa de la Ley, mientras que yo, pobre de mí, estoy aquí por una futilidad. Cuando sacaron a R. Akiba para matarle era la hora de recitar el Shemá. Mientras le iban arrancando la piel con tenacillas de hierro, iba proclamando la supremacía del reino de los cielos. Maestro, le dijeron sus discípulos, ¿hasta cuándo (durará el suplicio)? Les contestó todos los días de mi vida estuve afligido por este versículo: con toda tu alma, o sea, al precio de tu vida, y me decía: ¿cuándo podré cumplir este precepto? Y ahora sé que llegó el momento de cumplirlo. Prolongó la pronunciación de la palabra uno hasta que se le salió el alma. Oyóse una voz celeste que dijo: dichoso tú, R. Akiba, que se te salió el alma al decir uno (moriste con la unidad de Dios en los labios). (Berajot 61b.)

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