TEMA 11 LA INFLUENCIA DE VENECIA Y SUS ARTISTAS EN LA PINTURA DEL SIGLO XIX. Además del texto obligatorio he usado estos complementarios: •• Barroco e Ilustración en Europa de Delfín Rodríguez Ruiz. Historia 16. Historia del Arte nº 33 •• Goya. Entre el Neoclásico y el Romanticismo. Valeriano Bozal. Historia 16. Historia del Arte nº 38 •• El movimiento romántico. Javier Arnaldo. Historia 16. Historia del Arte nº 39. •• Del Realismo al Impresionismo. Pilar de Miguel Egea. Historia 16. Historia del Arte nº 41. •• Las imágenes las he sacado de www.ciudadpintura.com.

INTRODUCCIÓN A lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII finaliza la tradición pictórica veneciana. El epígono será la pintura decorativa de Giovanni Bautista Tiepolo (1696-1770) y las vedutes de Francesco Guardi (1712-1793) y Giovanni Antonio Canal (1697-1768), apodado El Canaletto. Este desapego del venecianismo tiene un umbral en la invasión napoleónica de Venecia y el control que se ejerció sobre cualquier forma de cultura propia, política o estética. El clasicismo es una corriente de pensamiento estética e intelectual que tuvo su apogeo en los siglos XVIII y XIX, abarcando desde 1730 a 1820, aproximadamente, inspirado en los patrones estéticos y filosóficos de la Grecia Clásica. Fue criticada por el romanticismo. La influencia pictórica se traslada a Toscana y Lombardia a pesar de lo cual mantuvo una gran presencia a través del cromatismo atmosférico veneciano. Tampoco desaparecerá el gusto por el desnudo y la sensualidad. En el siglo XIX Venecia cobra importancia debido a la tendencia historicista, fascinando a viajeros y pintores, influyendo a una gran cantidad de estos.

1. El precedente del último tercio del siglo XVIII. Reynolds, Goya: del Neoclasicismo al Romanticismo En la Francia revolucionaria y la Inglaterra puritana de la primera revolución industrial, Venecia era el símbolo del Antiguo Régimen, es decir, paradigma de lo decadente. En Inglaterra, la falta de una tradición pictórica nacional lleva a configurar una propuesta nueva. Se formará una escuela de pintura que será considerada como referente de la pintura inglesa en la que cabrá una nueva interpretación para todos los géneros. Josua Reynolds, teórico y pintor inglés, será su mentor. Desarrolló una importante actividad como promotor de la Royal Academy of Arts y como teórico, realizando una recopilación de sus discursos académicos que se publicaron en 1778. La influencia de éstos en los pintores inmediatos fue total. Reynolds prefirió las doctrinas clásicas sobre la imitación de la naturaleza como objeto del arte que heredaba de los grandes maestros del pasado. Reynolds Venus 1785

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Estos maestros serán Rafael, Miguel Ángel y Correggio, seguidos por Tiziano pero no la obra de Tintoretto y la de Veronés a los que consideraba demasiado sugerentes. Tuvo ocasión de estudiarlos con motivo de un viaje que hizo a la ciudad. Los modelos venecianos influyeron en Reynolds, sobre todo las tonalidades y las luces. Su Venus, de 1785, a pesar de su verticalidad, es heredera de Tiziano. La suntuosidad general del cuadro, su delicada sensualidad poco habitual en Inglaterra y el colorido lo relacionan con la escuela veneciana. También en Hércules niño matando las serpientes, puede verse claramente la misma influencia. Reynolds fue un retratista básicamente por lo que parece lógico que se sintiese atraído por el individualismo veneciano. Además, Reynolds admiraba la pintura de Van Dick el cual muestra una gran influencia de Tiziano.

REYNOLDS el niño Hércules estrangulando a las serpientes

Dentro de este mismo pensamiento neoclásico podemos considerar un anticipador al pintor Rafael Mengs (1728-1779) que trabajó en la Corte española y que tuvo una gran influencia en España, aunque pesó más la presencia de un gran número de tizianos en las colecciones reales y el ejemplo de Velázquez que hizo imposible escapar de su influencia. Será Goya (1746-1828) quien tomará partido por el color y la amplitud de ejecución a partir de estas riquísimas colecciones. La influencia de los desnudos tizianescos es evidente en las Majas que nos remiten a Venus y a Danáe así como a la Bacanal de los Andrios del Prado.

GOYA La Maja Desnuda 1795-1800.

GOYA La Maja Vestida 1800-03. EL MODELO VENECIANO EN LA PINTURA OCCIDENTAL

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2. Del Neoclasicismo al Romanticismo: 2.1. David, Ingres y Hayez En Francia más que en cualquier otro lugar, se vivió un periodo de crisis en el que todos los símbolos y mitos debían pasar por el filtro de la Razón. La pintura neoclásica se definió a partir de modelos creados por Jacques-Louis David (1748-1825). Su pintura se basa rigurosamente en el dibujo. A pesar de su postura antiveneciana, David no pudo escaparse de la influencia de la misma. En su obra cumbre, Coronación de Napoleón y Josefina del Museo del Louvre se aprecia una clara reminiscencia de Veronés en sus Bodas de Canaan, no solo por el uso del color sino por la teatralidad en la representación del hecho histórico. Con la diagonal lumínica se nos indica el punto de interés tanto en un cuadro como en el otro. En sus inicios cultivó un barroco tardío y viajó a Roma donde pudo admirar las colecciones del Vaticano. Cultivó un estilo afín a los nuevos tiempos políticos, consciente de que estaba viviendo un momento histórico. En ningún momento las turbulencias revolucionarias modificaron las temáticas pictóricas. El retrato siguió siendo el eje principal junto al desnudo y por supuesto, la pintura que reflejaba los hechos que estaban ocurriendo y que debía convertirlos en destacados.

Jacques-Louis David Coronacion de Napoleón y Josefina 1807.

VERONÉS Las bodas de Caná 1564.

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El historicismo es una tendencia filosófica, inspirada en las ideas de Benedetto Croce y Leopold von Ranke, que considera toda la realidad como el producto de un los procesos históricos. Concibe a la humanidad como un proceso temporal, que escapa a la razón y utiliza más la ciencia del espíritu. Según el historicismo, la filosofía es un complemento de la historia. Su tarea consiste en llevar a cabo una teoría de la historia y llevar a cabo un examen metódico de los hechos históricos incluyendo los hechos políticos, científicos, técnicos, artísticos o religiosos que pueden ser considerados históricos porque son vitales para la vida del hombre. Así, las obras de David serán, a la vez, clasicismo e historicismo, siendo consideradas como principales las de contenido histórico EL MODELO VENECIANO EN LA PINTURA OCCIDENTAL

En el núcleo mismo de la pintura más clasicista, el desnudo tiene una importancia central como muestra Ingres (1780-1867), quien reelaboró los modelos de Tiziano con un sentido de idealismo formal.

INGRES Júpiter y Antiope 1851.

INGRES Odalisca con esclava 1842.

Así, La venus del Prado es el punto de origen tanto de sus desnudos en la Naturaleza, Júpiter y Antíope, como en interiores, La Odalisca de la esclava. También le sedujo la Venus de Urbino, que copió en1821 Algunos de sus retratos, como el de Lorenzo Bartolini evocan los tizianescos del Hombre del guante y Retrato de un hombre del Louvre. En algunas de sus obras como La Capilla Sixtina mostró su admiración no sólo por Tintoretto a quien rindió homenaje en Aretino en el estudio de Tintoretto sino también por Veronés. Francesco Hayez, pintor de Venecia, cultivó la tradición de Tiziano y los demás pintores venecianos, como se aprecia en Betsabé en el baño, donde muestra una sensualidad y morbidez del desnudo , mucho más carnal y naturalista que los modelos de Ingres

INGRES La capilla sixtina 1814.

Francesco Hayez Betsabé en el baño 1834.

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2.2. Los pintores románticos franceses Algunos artistas de la generación posterior a David se mostraron seducidos por otras escuelas, principalmente la flamenca y la veneciana, de modo que la rigidez de los principios neoclásicos se atenuó en su obra, como en los casos de Théodore Géricault y sobre todo de Antoine-Jean Gros, que viajó a Italia y copió varios cuadros de Tiziano, entre ellos el hoy desaparecido La muerte de San Pedro Mártir, la Asunción de la Virgen y el Santo entierro. Las copias muestran el interés del artista en captar el carácter dramático de la acción. Junto a ello, la influencia del opulento colorido es patente. Pero la influencia más sontenida de la pintura veneciana sobre la pintura francesa durante la primera mitad del siglo XIX se ejerció a través de Eugène Delacroix, que actuó como precedente de los movimientos más radicales del siglo, como ya advirtió Paul Signac en su obra De Delacroix al Neoimpresionismo.

Delacroix Odalisca reclinada 1827.jpg

Tintoretto y Veronés ejercieron una gran influencia sobre este pintor, según prueba su Odalisca recostada, testimonio de las fascinación del artista por el exotismo y la sensualidad orientales y su gusto por el colorido cálido y la ejecución amplia. Otras obras como La lucha de Jacob y el ángel, muestran la influencia importantísima que supuso la pala de altar de San Pedro Mártir de Tiziano. La predilección del artista por los movimientos de masas, recuerda la fuerza dramática visible en las grandes composiciones de Tintoretto. En La justica de Trajano muestra su preferencia por la perspectiva de abajo arriba (sotto in su) tan característica de Veronés. Théodore Chassérieau procuró la conciliación de las posturas opuestas de Ingres y Delacroix mostrando el fundamento veneciano de sus desnudos en obras como Venus Anadyomene, casi precursora del Mureau simbolista, y Ninfa dormida, reinterpretación en clave realista del lenguaje de Giorgione y Tiziano.

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Delacroix La lucha de Jacob y el Ángel 1856-61.

Delacroix La justicia de Trajano 1858.

Théodore Chassériau Ninfa dormida 1850.

Théodore Chasseriau Venus Anadyomene 1838.

2.3. El romanticismo británico Tras la conquista de Venecia por Napoleón y la exposición de la pintura veneciana en el Louvre, se difundió el gusto por la pintura veneciana. William Mallord Turner (1775-1851), que pudo ver estas pinturas en París en 1802, comprendió la amplísima riqueza de sugerencias que mostraban. También pudo admirar allí la desaparecida Pala de San Pedro Mártir (que hoy conocemos por copias) en la que se manifestaba, según su opinión, el triunfo del paisaje, que dejaba de ser un simple fondo para convertirse en el factor que infundía a la escena su carácter más verdadero.

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Imbuido de este espíritu, llegó incluso a afrontar pinturas de tema bíblico, como por ejemplo La Sagrada Familia, asimilando el espíritu de los modelos tizianescos. Así lo revelan el frondoso paiaje y el colorido azulado del cielo. Sin embargo, las figuras fueron atacadas por la crítica (una constante en la obra de Turner).

Turner Sagrada familia 1803.

TURNER Venus y Adonis 1803-04.

En el género mitológico acertó, inspirado también por Tiziano, con una obra singular, Venus y Adonis, sin lugar a dudas la pintura más neoveneciana de su época. El motivo, ya abordado por Tiziano y Veronés, es abordado por Turner de un modo conscientemente veneciano, según revela la elegante sensualidad de las figuras, los tipos de los putti, la disposición inclinada de los troncos y, sobre todo, el suntuoso colorido en rosas, azules y ocres y la ejecución desecha. Durante sus estancias en Venecia se sintió admirado por un pintor entonces poco valorado, Tintoretto, del que apreció especialmente el valor del claroscuro. Turner se sintió atraido por la ciudad, paraiso de los vedutistas, rindiendo allí homenaje al gran maestro de los pintores de vistas, Canaletto, en su obra El puente de los suspiros, el Palacio Ducal y la Aduana de venecia: Canaletto pintando, representándolo pintando en su escenario predilecto. Pero Canaletto no solo influyó en Turner en la elección del escenario y el punto de vista sino también en la monumentalidad de la composición. Sin embargo, la técnica del pintor británico era muy distinta, mucho más desecha.

La tendencia a acentuar la inmaterialidad de lo representado llega al estremo en obras como Venecia desde al pórtico de la Madonna della Salute, donde Turner mantiene el diálogo con Canaletto, que había pintado esta misma perspectiva, pero aparece una modernidad mucho mayor. En 1841, tras su tercera y última visita a Venecia, expuso su pintura Depósito de tres cuadros de Giovanni Bellini en en la Chiesa del Redentore de Venecia. Bellini comenzaba entonces a ser apreciado por los estudioso británicos. Sin preocuparse por la impropiedad de la presencia de la Iglesia del Redentor, muy posterior, Turner mostró el triunfo de las artes en la Venecia del Renacimiento, resaltando sus reflejos en el agua la suntuosidad de la atmósfera festiva que acompaña el traslado de las obras.

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Turner El puente de los suspiros, el Palacio Ducal y la Aduana de Venecia Canaletto pintando.

TURNER Venecia desde el pórtico de la Madonna della Salute 1835.

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John Constable (1776-1837) admiró profundamente la pintura veneciana, especialmente a Tiziano: Como a Turner, el gran cuadro de San Pedro Mártir le influyó seguramente en el modo de realizar las composiciones de los fondos montañosos y en la calidad de los cielos, así como en las nubes en forma de cúmulos. También conoció la pintura de Giorgione.

William Etty Ninfa dormida y Sátiros 1828.

William Etty Pandora coronada por las estaciones 1824.

Quizá el artista británico más influido por la pintura veneciana en esta generación fue William Etty (17871849). La riqueza de su colorido, basada en profundos rojos y azules, sobre los que destacan los tonos claros de los desnudos, y los contrastes en la disposición de las figuras son deudores de Tiziano, según revelan obras como Ninfa durmiendo y sátiros. En Pandora coronada por las estaciones manifiesta el sentido triunfal y la monumentalidad decorativa de las grandes composiciones de Veronés. Sin embargo, el gran difusor del atractivo de Venecia fue el escritor John Ruskin, que también pintó acuarelas de gran refinamiento y delicadeza. Su libro Las piedras de Venecia defendía el valor del gótico por oposición al renacimiento de Palladio. Defendió también la excelencia de los pintores modernos, como Turner, que habían encontrado en Venecia una fuente de inspiración exaltadamente romántica. Los artistas victorianos, principalmente los que gravitaron en torno a los prerrafaelitas recibieron durante un tiempo las influencias venecianas. William Dyce lo muestra, por ejemplo, en su obra Omnia Vanitas.

William Dyce Omnia Vanitas 1848.

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3. El realismo y la pintura académica del tercer cuarto de siglo XIX La obra de Tiziano fue especialmente admirada por los artistas de Barbizon, sobre todo por Narciso Díaz de la Peña (1808-187). En sus escenas con figuras se aúnan su ejecución abocetada y la riqueza de colorido y materia. Tambien Camille Corot (1796-1875) que introdujo desnudos en sus paisajes de madurez, apreció la pintura veneciana, singularmente a Tiziano.

COURBET Mujer denuda acostada 1862.jpg

Más se aprecia en la obra de Gustave Courbet (18191877) , en sus desnudos femeninos muy sensuales, con preferencia por cromatismos rojos profundos. La influencia de La Venus del Pardo se deja ver en Mujer desnuda acostada (1862), al igual que la Mujer ante el espejo se revela en las dos versiones de Jo, la bella irlandesa de 1866. La misma modelo sirvió para El sueño, obra de la mayor intensidad sexual, que evoca a la Dánae de Tiziano. Thomas Couture evidencia el deseo de establecer un fundamento sólido para su arte en la gran pintura del Renacimiento. Su obra cumbre, Los romanos de la decadencia (1847) es el mejor ejemplo del eclecticismo en boga en los medios académicos hacia la mitad de siglo, en deuda con la pintura de Las Bodas de Caná, aunque en los tonos se acerque más al colorido de Tiépolo.

COURBET Jo, la bella irlandesa 1866.jpg

COURBET El sueño 1866.jpg EL MODELO VENECIANO EN LA PINTURA OCCIDENTAL

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Thomas Couture Los romanos de la decadencia 1847.

A partir de la mitad de siglo, los pensionados de la Academia de Francia en Roma se sintieron cada vez más atraidos por la pintura veneciana, mientras que otros grandes artitas europeos, principalmente en Alemania y en Austria, se sintieron herederos de su magnificencia. Esto hizo que muchos artistas austriacos se formaran, e incluso residieran, en Venecia. Hans Makart (1840-1884) mostró su gusto por las composiciones de gran formato y monumentalidad, el movimiento vibrante de las figuras, las calidades suntuosas de las telas, el colorido magnificente y la materia muy rica como en su obra Venecia homenajeando a Caterina Cornaro (1876) de diez metros de anchura.

Hans Makart Venecia homenajeando a Caterina Cornaro 1876.

Entre los pintores alemanes, Anselm Feuerbach (1829-1880) copió la Asunción de la Virgen, de Tiziano. Su Ninfa dormida (1870) evoca la ninfa dormida de Giorgione conservada en Dresde. La mayoría de los artistas alemanes de su generación encontraron la referencia más relevante en Rubens, pero también en Tiziano, para su gusto pictórico. Franz von Lenblanc (1836-1904) copió los desnudos femeninos de Tiziano en Italia y en Madrid, que se evocan en Desnudo femenino: madamme Feez, de 1902. Franz von Stuck, ya desde el simbolismo, pintó a esta misma modelo. 82

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En Inglaterra, la fascinación por la pintura veneciana fue considerable en la obra de George Frederic Watts (1817-1904) que se observa en el refinamiento y la sensualidad, la disposición y el movimiento de las figuras femeninas de su Ariadna en Naxos (1875) así como su interpretación del paisaje . Su amigo, Frederic Leighton, se interesó mucho por Tiziano, mostrándolo en obras como Horas doradas, que representa un ambiente de intimidad delicada que evoca la suavidad de Giorgione y la sensualidad de Tiziano. Edward Poynter (1836-1919) cultivó la pintura de tema mitológico, inspirandose de cerca en la obra de Tiziano y de Tintoretto.

Watts Ariadna en Naxos 1875.jpg

Pero fue sobre todo Dante Gabriel Rosetti (1828-1882), la figura mas relevante de la Hermandad Prerrafaelita, quien extrajo las mayores consecuencias de la capacidad de sugestión de Tiziano y Palma el Viejo y las vierte en sus arquetipos de mujeres rubias bajo la sugestión de su modelo Fanny Cornforth, como puede verse en Fazio´s Mistress (Aurelia), Monna Vanna, que él mismo llamó Venus Veneta y Veronica Veronese, todas realizadas entre 1860-70. La fascinación por la opulencia y el lujo, la sensualidad desbordante y el cromatismo recargado y cálido, hacen a Rosetti, el artista neoveneciano más próximo a Tiziano, según Ruskin.

Dante Gabriel Rossetti Fazio’s Mistress (Aurelia) 1863.

Dante Gabriel Rossetti Monna Vanna (Venus Veneta) 1866.

Dante Gabriel Rossetti Veronica Veronese 1872.

En la propia pintura italiana, a Tranquillo Cremona (1837-1878) no sólo le influyó la finura psicológica que Tiziano demostró en sus retratos, sino también la ejecución deshecha de la etapa final de su carrera. La tradición veduttista veneciana de Canaletto se advierte en las obras de Ippolito Caffi y Guglielmo Ciardi. En la pintura española, Mariano Fortuny (1838-1874) estuvo influido por Tiépolo, cuyas obras estudió y copió. Los artistas José Villegas, Francisco Pradilla, José Moreno Carbonero y Marceliano Santamaría, tanto en sus desnudos como en sus aproximaciones a la gran pintura de de historia tuvieron muy en cuenta la sugestión del color veneciano. Villegas además vivió en la propia Venecia, donde encontró la inspiración para El triunfo de la Dogaresa, donde evoca a Veronés, y llegó a homenajear a sus grandes artistas en El Triunvirato (Tiziano, Aretino y Sansovino). El paisajista Martín Rico (1833-1908) pasó en Venecia la mayoría de los veranos desde 1873, año en que pintó La riva degli Schiavoni en Venecia donde aúna serenidad, refinamiento cromático y preciosismo en la luminosidad. EL MODELO VENECIANO EN LA PINTURA OCCIDENTAL

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4. Manet y el impresionismo. El naturalismo y el simbolismo. Edouard Manet (1832-1883) mostraba gran entusiasmo por las sombras luminosas de Tiziano. Estudió a los venecianos a través de copias en el Louvre, así como La Venus del Pardo, que es uno de los antecedentes de Desayuno en la hierba por la asociación entre el desnudo femenino, el paisaje con elementos acuáticos y las figuras de hombres vestidos. Otra de las influencias más claras es el Concierto campestre, entonces a tribuido a Giorgione. También copió obras de Tiziano en Italia, como la Venus de Urbino, que influyó sin duda no solo en la composición de la Olimpia sino también en el gesto específico de la mano que reposa en el sexo.

Tiziano Concierto campestre 1508-09.

Tiziano venus de urbino 1538.

Manet Almuerzo campestre.

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Manet Olympia 1863.

Artista de amplísima cultura, Edgar Degas (1874-1917) admiró especialmente la pintura italiana, que estudió en profundidad, siendo sensible a los valores cromáticos de artistas como Carpaccio, Veronés y Tiépolo. Veronés fue clave para la formación de su amiga, Berthe Morisot. Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) ofreció una aproximación franca y directa al desnudo, especialmente después de 1885, fascinándole especialmente la Venus y organista de Tiziano, por su sensualidad plena y apasionada, frente a lo que el propio Rubens le parecía exterior y superficial. Influyó también Venecia en su visión del paisaje según se demuestra en Venecia, Palacio Ducal, donde el énfasis del pintor radica en la calidad preciosa de los colores azules, verdes, naranjas y oros. En sus retratos, como el de Misia Sert es también visible la referencia veneciana.

Renoir Venecia Palacio Ducal 1881.

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Renoir Retrato de Misia Sert 1904.

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Claude Monet (1840-1926) demoró su viaje a Venecia hasta la edad de sesenta y siete años, en 1908. Cautivado por la ciudad ofreció una visión casi irreal por el abocetamiento extremo de su procedimiento pictórico. Paul Cézanne, admirador de los pintores venecianos, que estaban en la base de su temprana fascinación por Delacroix, ha sido comparado en la composición de su obra Los grandes bañistas, en la que trabajaba al morir en 1906, a la Diana y Acteón de Tiziano.

Tiziano Diana y Acteon.

Paul Cézanne Las Grandes Bañistas 1906.

Dentro del ámbito simbolista, la sugestión veneciana fue capital para Henri Fantin-Latour, y se deja ver en la obra de Gustave Moureau por el refinamiento cromático, el gusto por la elaboración de la materia y la sugestión orientalista, así como en la propensión al abocetamiento y el peculiar uso de loa azules en la obra de Odilon Redon. El norteaericano James McNeill Whistler (1834-1903) familiarizado con la obra de Canaletto por sus visitas venecianas muestra un gusto refinado en El Rialto y la Piazzetta, que ofrefrece aspectos inéditos al usar una pintura apenas sin contornos con una valoración absoluta a través de la mancha: Destaca especialmente su Nocturno: Azul y Oro. San Marcos. Venecia. John Singer Sargent (1856-1925), fascinado por Velazquez, referencia máxima de sus retratos, estuvo vinculado a Venecia por frecuentes estancias en la ciudad, mostrando su predilección por las calidades de matíz, especialmente visibles en los tonos opalescentes. Su fascinación por el pasado histórico de la ciudad se traduce en el Interior del Palacio de los Dux, donde resalta el efecto de los techos pintados centrándose en el dorado de sus molduras. Charles Hazlewood Shannon (1863-1937) en El hombre de la capa de invierno nos muestra uno de los ejemplos mas claros de venecianismoen la retratística del siglo tanto iconográfica como estilísticamente, abordando igualmente los desnudos bajo las mismas referencias. Estos desnudos venecianos supusieron un punto de partida para desarrollar el gusto por una sensualidad cada vez más morbosa, que podemos apreciar en el pintor suizo Giovanni Segantini (1858-1899) que en su Diosa Pagana nos muestra una evolución final del modelo de la Venus de Dresde de un gusto simbolista apropiado. Más que dormida, parece la encarnción pictórica del alma de la naturaleza del motivo de la Venus, seña de identidad más sobresaliente de aquella escuela pictórica.

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