TEMA 5: TOMÁS DE AQUINO Y LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA 1. LA ESCOLÁSTICA

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1 TEMA 5: TOMÁS DE AQUINO Y LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA 1. LA ESCOLÁSTICA La Escolástica que se extiende desde los siglos IX al XIII constituye el otro gran período de la Edad Media. El término procede de los términos schola y scholasticus. El escolástico era el enseñante de las artes liberales : Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el Cuadrivium (aritmética, música, astronomía y geometría). También se llamó escolástico al profesor de filosofía o teología. El precedente de esta etapa histórica se suele situar en el renacimiento cultural que se dio con el Emperador Carlomagno en el siglo IX. En realidad, el denominado “renacimiento carolingio” fue bastante modesto y de escaso alcance. Carlomagno sólo pretendió la formación de los hijos de la nobleza y de los clérigos y monjes, sin extenderse al pueblo. Las escuelas catedralicias y monacales que se crearon a la sazón eran centros de enseñanza que se organizan en base a las artes liberales. La figura más importante del siglo XI es San Anselmo de Canterbury (10331109) a quien se suele considerar el primer pensador escolástico. Sus obras más importantes son Monologion y Proslogion. Es conocido por establecer el llamado argumento ontológico, que se caracteriza por ser una prueba a priori de la existencia de Dios. De Dios como una realidad pensada se pasa a su existencia en la realidad. El argumento nos dice: Dios es el mayor ser en cuanto a perfección que pueda pensarse; existir es un perfección, con lo cual, Dios no sólo existe en mi pensamiento como el ser más perfecto sino también en la realidad. En el siglo XII comienza la famosa disputa de los universales que enfrentó entre otros a Guillermo de Champeaux con el mejor dialéctico de la época Pedro Abelardo (1079-1142) cuyos amores con Eloísa son célebres. Es la gran época de la filosofía árabe y judía, que tanta influencia habría de ejercer sobre la filosofía cristiana del siglo XIII. Esta etapa llega a su máximo esplendor en el siglo XIII, época de apogeo económico y cultural en Europa, momento en el que se produce la consolidación de los primeros burgos o ciudades. Aunque el Feudalismo se había ido gestando en etapas anteriores, es ahora cuando recibe una organización definitiva: todos los hombres quedan distribuidos en tres niveles : nobleza, clero y campesinado, los cuales se consideran firmes y permanentes porque han sido establecido por Dios desde la creación: los que combaten, los que rezan y los que trabajan. En última instancia, la sociedad se halla organizada mediante una estructura piramidal que refleja una concepción jerárquica del Universo en cuya cúspide se encuentra Dios. 2. SANTO TOMÁS DE AQUINO Y EL APOGEO DE LA ESCOLÁSTICA. El siglo XIII constituye el apogeo de la Escolástica y el momento en el que transcurre la vida de Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Para entender su pensamiento teológico-filosófico debemos citar los siguientes hechos:

2 a) Si en el siglo XI se produce el comienzo del desarrollo urbano (nacimiento de las ciudades –burgos-) en el XIII la ciudad alcanza su pleno desarrollo: París, Bolonia, Oxford. Aunque el feudalismo constituya la base social y económica en este momento, las ciudades se convierten en centros de producción económica en torno a los gremios artesanales y a los comerciantes. Además, en las ciudades surge una cultura típicamente urbana en torno a las Universidades y al arte gótico, cuya manifestación artística más importante es la construcción de las catedrales. b) Conocimiento de las obras de Aristóteles. Tras la desaparición de la Edad Antigua, Occidente perdió el contacto con la mayoría de las obras filosóficas griegas. Únicamente el platonismo de San Agustín marca el desarrollo del pensamiento teológico-filosófico durante los ocho siglos siguientes. Sin embargo, la expansión árabe posibilita el contacto con ciertos reductos de la cultura griega clásica, lo cual permite que se traduzcan al árabe las obras de Aristóteles y los comentarios que a las mismas escribieron los grandes comentaristas griegos, sobre todo, neoplatónicos. Esto explica el que se creara una filosofía árabe aristotélica de tono platonizante cuyo máximo representante es Avicena (siglo X). Posteriormente, en el siglo XII, el médico y filósofo cordobés Averroes escribe comentarios a las obras de Aristóteles eliminando todas las adherencias platónicas y ofreciendo un aristotelismo puro, creándose más tarde en la Universidad de París un movimiento conocido como Averroísmo latino, que se caracteriza por tres tesis filosóficas que serán objeto de controversia y herejía por aquellos que las defendían: -

La 1ª tesis es la eternidad del mundo, esta afirmación choca frontalmente con la doctrina de la creación cristiana que enuncia que Dios creó el mundo de la nada (creatio ex nihilo). La 2ª consiste en afirmar que el alma individual no es inmortal sino perecedera y corruptible. Solo es inmortal el entendimiento que está presente en todos los hombres. La 3ª tesis es conocida como la Teoría de la doble verdad, esto es, hay dos verdades: la racional o filosófica y la teológica o la de la fe. Ambas no deben mezclarse puesto que son de distinta naturaleza . Esta teoría supone establecer la autonomía de la razón frente a la fe. Los averroístas fueron condenados y su máximo representante - Sigerio de Brabante- fue expulsado de la Universidad de París y condenado a cadena perpetua. Santo Tomás de Aquino rechazó el averroísmo e intento sintetizar Aristóteles con el Cristianismo.

La penetración de la filosofía griega a través de la cultura árabe constituyó un estímulo cultural para Occidente dando lugar a una intensa actividad de traducción. A través de los filósofos musulmanes y judíos de España, Aristóteles será redescubierto por los cristianos occidentales, hasta que la interpretación cristiano-aristotélica se impondrá en toda la Edad Media. En este sentido, la Escuela de traductores de Toledo juega un papel decisivo en este trasvase de conocimientos filosóficos. En ella se traducen, del árabe al latín, muchas veces

3 previa traducción al castellano, numerosas obras de Aristóteles. Alfarabi, Avicena,etc. Toda esta labor posibilita que el objetivo del pensamiento teológico-filosófico de Tomás de Aquino consista en armonizar el cristianismo con Aristóteles consiguiendo una síntesis que será a la larga aceptada por el poder eclesiástico. c) La creación de las Universidades. En el transcurso de la Edad Media, los monasterios fueron cediendo su protagonismo como centros de cultura a las Escuelas (catedralicias y episcopales) y de éstas surgen posteriormente las Universidades, que a partir del siglo XIII se consolidan como asociación de maestros y estudiantes con el objetivo de consejguir mayor independencia frente a las escuelas de los municipios y el episcopado. En este empeño de independencia fueron apoyados por el papa, del que pasaron a depender y que supone el aumento de su poder en el ámbito de la cristiandad. Las primera universidades fueron las de Bolonia, París, Oxford, y en España la de Palencia, y más tarde, la de Salamanca. Todas tenían en común tres rasgos: -La lengua empleada en todas ellas era el latín, que facilitaba el intercambio de saberes y de maestros entre las distintas universidades que existían en Europa. -Estaban organizadas en facultades cada una de las cuales abarcaba una especialidad del saber; entre éstas se encontraban la de teología (el saber de más rango) la de artes, medicina y derecho. -Predominio del “método escolástico”, es decir, se trata de un método de enseñanza que se elabora con el objetivo primario de ser un instrumento didáctico. Los instrumentos fundamentales eran la lectio (lectura de textos) y la disputatio (discusión pública). En las facultades de derecho los textos leídos eran los decretos imperiales, el Decreto de Graciano, ; en las facultades de medicina se leían sobre todo textos de Avicena y Averroes y textos antiguos; en las facultades de artes, convertidas en el s. XIII en facultades de filosofía, se leyeron y comentaron de forma creciente textos de las obras lógicas y físicas de Aristóteles; en las facultades de teología, los textos procedían de la Biblia, de obras de los Padres de la Iglesia y de las colecciones de sentencias llamadas Libros de las sentencias. Los escolásticos leían estos textos, discutían sobre ellos y predicaban acerca de los mismos. De este método de enseñanza surgirán libros estructurados en cuanto a su temática que tendrán su expresión más genuina en los Libros de sentencias, Comentarios y las Sumas Teológicas que son obras de síntesis y de madurez. Las Sumas serían como “las catedrales góticas” del pensamiento teológico-filosófico del siglo XIII. Santo Tomás escribe dos de estas obras denominadas Suma Teológica y Suma contra los Gentiles.

4 -Otro factor que explica el elevado nivel de pensamiento fue la creación de las órdenes religiosas mendicantes: franciscanos y dominicos, que aportaron una notable cantidad de maestros a las universidades, propiciando amplios debates y profundas discusiones. A diferencia de lo que ocurría con otros monjes, la importancia de éstas se debía a que eran órdenes urbanas que contribuyeron al desarrollo de la escolástica. Santo Tomás era dominico y San Buenaventura era franciscano. 3. LA NATURALEZA Y DIOS El siglo XIII es el siglo del aristotelismo y Santo Tomás insistió en asimilarlo construyendo un sistema aristotélico cristiano. Se separó de los averroístas y consideró que Aristóteles era compatible con la fe cristiana si se eliminaban aquellas ideas que chocaban abiertamente con el cristianismo. En su teoría de la Naturaleza retoma las siguientes tesis de Aristóteles: 1. La teoría del movimiento entendido como tránsito de la potencia al acto. La clasificación del movimiento en sustancial y accidental. 2. La composición hilemórfica de las sustancias (materia y forma) 3. La distinción entre sustancia y accidente. 4. La teoría de las cuatro causas (material, formal, eficiente y final). Ahora bien, Santo Tomás distingue entre dos tipos de ser: -ser contingente: es el ser que tiene la posibilidad de existir o no existir. Son los seres naturales cuya existencia se debe a la creación libre de Dios. -ser necesario, que se identifica con Dios y que trasciende al mundo y no se identifica con él. Santo Tomás interpreta estos tipos de ser desde los conceptos de esencia, existencia, materia, forma, potencia y acto. Los seres naturales, que son contingentes, están compuestos de materia y forma, y en ellos se da el paso de la potencia al acto además de tener el cambio sustancial y accidental. De igual manera, en los seres naturales se distingue la esencia de la existencia. La esencia es lo que una cosa es en virtud de su forma o definición: ser hombre, ser árbol, etc. La esencia es potencia, puede darse o no ser en la realidad. La existencia es la manifestación real y concreta de la esencia, es el acto de la esencia en su manifestación concreta. Por ejemplo: Juan como existencia es la manifestación concreta de la esencia, de la definición de ser hombre entendido como animal racional. En los seres naturales o creados por Dios, la esencia y la existencia no se identifican, es decir, lo que una cosa es no tiene porque existir, lo que quiere decir que son contingentes, tienen la posibilidad de existir o no existir. Si existen se debe a la intervención creadora de Dios que es quien posibilita el paso de la esencia a la existencia. Dios, es un ser necesario, que se diferencia de los seres naturales porque carece de materia, es pura forma, acto puro, Dios no se ve afectado por el

5 movimiento, por el tránsito de la potencia al acto y por tanto, no padece ningún cambio sustancial y accidental. En Dios esencia y existencia se identifican, lo que es Dios existe necesariamente, la misma esencia de Dios es su existencia, es “ipsum ese”, Dios es su mismo ser, de ahí su necesidad. Además, para Santo Tomás el acto de existir en los distintos seres se despliega en distintos niveles de perfección, según la esencia que en cada caso se actualiza. El ser más perfecto es Dios que carece de materia y es acto puro. Seguidamente, coloca a los ángeles que también carecen de materia. A continuación estaría el hombre que se compone de materia y forma, pero con la capacidad racional de pensar y conocer. Después se encontrarían los animales, que son considerados seres irracionales y, en último lugar, los seres vegetales y los seres inertes. 4. RELACIÓN RAZÓN (FILOSOFÍA) Y FE (TEOLOGÍA). El gran mérito que se atribuye a Tomás de Aquino es el de haber logrado la mejor síntesis medieval entre razón y fe o entre filosofía y teología, aunque su intento de armonizar a ambas supone siempre colocar a la Fe por encima de la Razón. Sus obras son eminentemente teológicas, pero, a diferencia de otros escolásticos concede, en principio, a la razón su propia autonomía en todas aquellas cosas que no se deban a la revelación. El problema de la relación entre Razón y Fe recorre la Edad Media y en el caso de Santo Tomás éste lo intenta solucionar estableciendo una postura diferente con respecto a la teoría de la doble verdad propuesta por el Averroísmo latino. Todo el sistema teológico-filosófico del Aquinate se articula en torno a la relación entre Teología, cuyo objeto único de estudio es Dios, y la Filosofía cuyo objeto son las criaturas o la realidad sensible. Por ello, la Teología procede “de arriba abajo” mientras que la Filosofía procede de “abajo arriba”. Se trata de la diferencia entre conocimiento natural y conocimiento sobrenatural, el primero proviene de la razón y el segundo de la fe. Santo Tomás afirma lo siguiente con respecto a la relación entre ambas: a)- Realiza una neta distinción entre razón y fe. b)- No hay contradicción entre ambas. c)- Zona de confluencia entre la razón y la fe. a) Para el Aquinate es evidente tal distinción, la razón tiene como método la demostración y la argumentación. El conocimiento natural se origina en el hombre a través de los sentidos y desemboca en la razón o entendimiento (agente y paciente); en este sentido, sigue literalmente a Aristóteles. En cambio, la fe se basa en la revelación y tiene como objeto el conocimiento sobrenatural y lo que Dios ha revelado al hombre. b) Para Santo Tomás, no hay contradicción razón-fe dado que Dios es el creador de todo lo existente, es decir, tanto de la razón como de la fe, por lo tanto, no tiene sentido que Dios cree dos tipos de verdades contradictorias:

6 las de la razón y las de la fe. Sin embargo, a veces parece que hay contradicciones entre fe y razón; en ese caso, es la razón la que ha realizado una demostración o razonamiento erróneo dado que la fe nunca puede ser origen de error puesto que su origen es la revelación divina. c) Además, existe una zona de confluencia y una relación de colaboración entre la razón y la fe lo cual supone negar la teoría de la doble verdad que establecía el Averroísmo latino. Aunque la razón y la fe tengan su propio conocimiento, existe un tipo de verdades común a ambas formas de conocer que Santo Tomás denomina preámbulos de la fe, como por ejemplo, la existencia de Dios, que Dios es Uno y trino, que Dios es el creador del mundo, etc. En definitiva, para Santo Tomás la fe constituye el criterio desde el que se examina a la razón, es decir, aunque su objetivo sea intentar armonizar ambas formas de conocimiento, la filosofía que se basa en la razón se halla subordinada a la Teología (Natural y Sagrada), lo cual no deja de ser lógico en la medida en que Santo Tomás es un profundo creyente. 5. LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS Santo Tomás sistematiza las pruebas en las que intenta demostrar la existencia de Dios en las llamadas vías tomistas. Pero, antes se plantea la cuestión de si la existencia de Dios y de su posible demostración. En primer lugar, se plantea si la proposición Dios existe es una proposición evidente por sí misma, dado que es evidente por sí mismo aquello de lo que tenemos un conocimientos natural, como el de los primeros principios (el de contradicción, por ejemplo). Además, es evidente por sí mismo lo que se comprende con sólo reconocer sus términos, pues si se sabe lo que es el todo y lo que es la parte, al punto se comprende que el todo es mayor que cualquiera de sus partes. Ahora bien, Una proposición puede ser evidente de dos manera: en sí misma, pero no para nosotros, o en sí misma y para nosotros. Para Santo Tomás, la proposición Dios existe es una proposición evidente por sí misma pero no para nosotros, puesto que no conocemos la naturaleza de Dios, que, por el contrario, es preciso demostrar por medio de lo que nos es más conocido, aunque por su naturaleza sea menos evidente, a saber, por sus efectos. Por todo ello, hay dos clases de demostraciones. Una, denominada «propter quid», que parte de la causa y que discurre de lo absolutamente primero a lo posterior. Otra, llamada demostración «quia», que parte del efecto y que discurre de aquello que es únicamente primero (lo más cognoscible para nosotros), pues cuando un efecto es para nosotros más claro que su causa, por el efecto llegamos al conocimiento de la causa. El mundo que se ofrece a los sentidos es más cognoscible para nosotros, que las realidades puramente inteligibles, por ello debemos partir de ese mundo si queremos demostrar la existencia de Dios. Aquí se ve la influencia de la

7 teoría del conocimiento de Aristóteles: nuestro conocimiento comienza por los sentidos y termina en el entendimiento. Las vías tomistas, que son las pruebas de la existencia de Dios, se estructuran en su argumentación por los siguientes rasgos: a) Todas parten de un hecho de la experiencia constatable por los sentidos. b) Aplican el principio de causalidad (causa-efecto) a este hecho de la experiencia. c) Imposibilidad de aplicar este principio de causalidad hasta el infinito, con lo que es necesario detenerse en algún momento en la aplicación de este principio. d) Punto de llegada o meta de la argumentación, que es concluir la existencia de Dios. Las vías tomistas son las siguientes: 1. Vía del movimiento. Parte del hecho del movimiento en la Naturaleza. Ahora bien, todo lo que se mueve necesita un motor o algo que lo mueva, y este motor necesita a su vez otro, y éste otro y así sucesivamente. Pero como es imposible buscar una serie infinita de motores es necesario proponer un primer motor inmóvil que se identifica con Dios. 2. Vía de la causalidad. Parte del concepto de causa y afirma que todo lo que existe en la naturaleza tiene una causa de su existencia, pero no hay cosa alguna que sea su propia casusa pues habría de ser anterior de sí misma y eso es imposible. Así, todo lo que existe tiene una causa y ésta a vez otra, y ésta otra. Pero como imposible buscar una serie infinita de causas es necesario proponer una primera causa incausada que es Dios. 3. Vía de la contingencia. En la naturaleza encontramos seres que pueden existir, puesto que nacen y mueren. Es imposible que estos seres existan siempre porque lo que es posible que no exista hubo un tiempo en que no existía. Si no hubiera existido ningún ser, ninguna cosa hubiera empezado a existir y ahora nada existiría, lo cual es falso. Por lo tanto, debe existir algún ser que no es contingente sino necesario, que tiene su causa en sí mismo y es, además, causa de lo contingente. Este ser necesario es Dios. 4. Vía de los grados de perfección. En la Naturaleza observamos seres que son más o menos bellos, más o menos buenos, más o menos sabio, etc. Pero el más y el menos siempre se dicen en relación a lo máximo. Por tanto ha de existir lo óptimo, lo más bello, lo más sabio, etc. que es causa de los distintos grados de perfección. Este máximo que se identifica con Dios. 5. Vía del orden. Todo lo que existe en la Naturaleza obra con vistas a una finalidad aunque muchos no tienen conocimiento de la misma. Esta tendencia hacia un fin de los seres naturales no tiene sentido si no lo dirige

8 algún ser que conozca y entienda, como el arquero dirige la flecha. Por lo tanto, existe un ser inteligente, que dirige las cosas naturales hacia un fin, que se identifica con Dios. Estas vías tienen como objetivo demostrar la existencia de Dios pero no el conocimiento de lo que es Dios, de su esencia. Dado que Dios no es una realidad perceptible por los sentidos, Santo Tomás propone dos procedimientos para conocer la esencia divina: a) Conocer a Dios por negación, es decir, no atribuyendo a Dios todo aquello que es propio de los seres finitos y que supone imperfección: corporeidad, materialidad, sensibilidad, muerte, etc. b) Conocer a Dios por analogía, esto es, de la misma manera que atribuimos a los seres naturales propiedades como “es bueno”, “es sabio”, “es noble” podemos asignarlo de Dios de un modo eminente puesto que Dios es el “analogado principal”. 6. ÉTICA y POLÍTICA Sto. Tomás retoma de Aristóteles la concepción teleológica de la naturaleza y de la conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de una acción. Hay un fin último hacia el que tienden todas las acciones humanas, y ese fin se llama la felicidad. Santo Tomás está de acuerdo en que la felicidad no puede consistir en la posesión de bienes materiales, ni en el poder ni la fama, sino vivir conforme a la razón desarrollando dos clases de

virtudes: las morales y las intelectuales. Las virtudes morales son la virtudes cardinales (justicia, prudencia, templanza y fortaleza). Y las virtudes intelectuales nos permiten el conocimiento de la verdad (inteligencia, ciencia y sabiduría) y la producción de útiles buenos y bellos. Las virtudes morales hacen al hombre bueno en sentido absoluto (buen hombre), las intelectuales le hacen buen en sentido profesional (buen médico, buen músico, etc.). Pero, estas virtudes no nos proporcionan la felicidad absoluta, la cual se alcanza mediante las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) que Dios infunde en el hombre para que se acerque, en esta vida, lo más posible a Dios, de ahí el sentido trascendente de En cuanto a la política, para Sto. Tomás la sociedad, siguiendo a Platón y a Aristóteles, es el estado natural de la vida del hombre. En cuanto tal, el hombre es por naturaleza un ser social nacido para vivir en comunidad con otros hombres; pero ya sabemos que Sto. Tomás asigna al hombre un fin trascendente, por lo que ha de reconocer un papel importante a la Iglesia en la organización de la vida del hombre. Del mismo modo que había distinguido entre la razón y la fe y, aun manteniendo su autonomía, concedía la primacía a

9 la fe sobre la razón, por lo que respecta a la sociedad, aun aceptando la distinción y la independencia del Estado y la Iglesia, aquél ha de someterse a ésta, en virtud de ese fin trascendente del hombre. El Estado ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la ley natural (que son las tendencias enraizadas en la propia naturaleza humana: conservación de su propia existencia, la procreación y cuidado de los hijos, conocer la verdad y vivir en sociedad con justicia). Las leyes contrarias a la ley natural no obligan en conciencia. Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecerlas, marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación religiosa. Respecto a las mejores formas de gobierno, santo Tomás sigue a Aristóteles, distinguiendo tres formas buenas y tres formas desviadas de gobierno que son la degeneración de las anteriores. Aunque la monarquía parece proporcionar un mayor grado de unidad y de paz, Sto. Tomás tampoco descarta las otras formas de gobierno válidas, y no considera que ninguna de ellas sea especialmente deseable por Dios. En definitiva, el pensamiento teológico-filosófico de Santo Tomás representa la cumbre de la filosofía escolástica que se caracteriza por la asimilación y armonización del pensamiento de Aristóteles con el Cristianismo, es decir, la síntesis entre teología y filosofía.

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